Sobre Domingo de Carnaval, Edgar Neville
Sobre Domingo de Carnaval, Edgar Neville
Sobre Domingo de Carnaval, Edgar Neville
GERARD DPPMA es Reconocido desde hace tiempo como uno de Ic1s directore!S más importantes y origi-
dodorando en H'stona d d
Arte en el Gaduate Center
nales del cine español, Edgar Neville sigue merec:iendo una atención especial más allá
de la Ciry Unrvenny de Nuwa de las aportaciones desarrolladas en ocasión de las conmemoraciones por el cente
Yok. Es también profesor de
Historia del Arte y del Cine nario de su nacimiento'. La complejidad de su contribución al cine español en la época
en la Parsons SC~OOIof
franquista, un modelo de independencia que consiguió prosperar dentro de los estre
Design y en el City Collepe.
en la misma ciudad En la chos confines de una industria cinematográfica tan controlada,' se configura como un
actualidad edá teminando
una iw?!Zgacióri sobre las
temtorio cuya exploración necesita. y necesitará, estudios pormenorizados.
relaciones enbe cine Neville se nos aparece como un hombre de contradicciones y paradojas, y no sólo
y pintura ei, ei cine español
de los años cuarenta. por la combinación de su talante aristocrático y cosmopolita con su gusto por lo popu-
lar. Su relación con el gobierno de Franco también está jalonada de ambigüedades.
1. En los últimos dos años
han aoarec~dodos estudios Su defensa de un cine popular inspirado en el sainete costumbrista atrajo la furia de
imwflanies mbre Nwilie:
José Mana Tornjos (ed.).
los sectores más inmovilistas del régimen, que preferían un cine militante y militarista.
La lu? en la rntoda lhladtid. Neville, en cambio, se propuso hacer un cine personal, lejos del triunfalismo y la pro-
Ministerio de Educación
y Cultura. 1999) y un númem paganda. Su independencia financiera le permitió darse el lujo de cumplir ese sueño,
monográfico de la revista aunque al final de su carrera se encontrara en bancarrota y se sintiera frustrado pro-
Nichel Odwn, no 17. invierno
de 1999. fesionalmente. Si bien la administración de vez en cuando premió la labor cinemato-
2. Em'lto Sanz de Soto.
gráfica de Neville, muchos de sus filmes más logrados pasaron sin pena ni gloria tanto
Soasish C~nerna por taquillas como por despachos ofi<:¡ales.
18961983(Madnd.
kqinisteno de Cultura. Aunque Neville continuó haciendo cine hast;3 la década de los S€?senta, los años
1984). pp. 117-119.
cuarenta constituyeron la etapa de rnayor creatividad. A partir de :1944 Nevill e se
[Edición inglesa.]
entregó de lleno a su pasión por el costumbrismo literario y pictórico en una trilogía
de películas que combinaban la intriga, el humor y la recreación histórica del Madrid
de principios de siglo. Dos de los filmes que componen esta trilogía, La torre de los
siete jorobados (1944) y El crimen de la calle de Bordadores (1946), han recibido
considerable atención crítica. El tercero, Domingo de camaval (1945), por alguna
razón no ha tenido la misma fortuna. Sin embargo, de los tres filmes, es quizás el que
mejor encarna el universo estético e ideológico de Neville. Para algunos críticos de la
época Domingo de Camaval apuntaba un prototipo de cine marcadamente español,
libre de la imitación de modelos foráneos. Inclusive parece haber tenido un modesto
3. Dom;n$ de wmava! se éxito de público, a diferencia de otras películas suyas3.
e::.?ro e 22 de ~ c : ~ i h i i
el Pal?cio de la h l i c c a Visto en relación al cine de la posguerra, Domingo de carnaval presenta una opción
Madvd. permanec'endo cinematográfica de cariz nacional-popular en gran medida opuesta al programa ideo-
cartel dos semanPs
Después contl~uóotras lógico y cultural del franquismo. La película evoca una esfera pública en la que i m p e
semanas en salas de
seeunda categolla El film
ra el placer del baile, la fluidez en los roles de género, y el poder liberador de un humor
se !evb el ouinto oremio del grotesco y contestatario. En este sentido, Domingo de carnaval nos presenta una ima-
Sindicato Vacianal del
Esnecticu'o en lW5. u n gen invertida del orden hegemónico del franquismo. El carácter nacional-popular del
tc'a' C P 250 000 pese: film se manifiesta en múltiples referencias literarias y pictóricas a través de las cuales
o?? -G YhlciO e' 1:30
.Pe!a~ilsce 11ter6~ Neville establece un diálogo con la tradición cultural española que trasciende una sim-
Nac,o"al. S#nembargo
v ~ o de~ laaPrensa fu
ple inscripción elitista del arte culto en un medio de masas como el cine. Destaca-
receptl va E' cn!'co de ) ría en especial el u: ;o al que Neville somete la pintura de José Gutiérrez Solana
6110acelca de Domingo
camava t ~constituveur
(1886-194 5), la maniera en la que siwe como punto de partida para un discurso cine
.-.
gran motivo de ~ubtlo matogratico que se aleja de lo erudito y elevado para incidir precisamente en lo popu-
hallarSP con una Del cu'
oue ,e(ie!a t!oicos asoe, lar, lo vernáculo, lo bajo, y lo grotesco.
reales ce1 varsadoambl
'Cómo interpretar el uso que Neville hace en Domingo de carnaval del sainete y la
n-arr!ense- !va. 23 do
onubre de 19451 Por! cultura popular, especialmente en relación con el clima político e ideológico de la pos-
~ o - e .el cn',co de E V A '
se volcó e l favor del f t i i
guerra? ¿Qué significado debemos otorgar a la evocación del carnaval madrileño,
-Lelos de imtaciones teniendo en cuenta que éste estaba prohibido desde la guerra civil? Finalmente, ¿de
exO!Icas el clne eioaño
debe incorporar temas qué manera se entiende el homenaje que Neville rinde a Solana, un pintor que, a pesar
populares de firme arrasgo
de su prestigio, no cuadraba muy bien con la nueva visión cultural del franquismo?
ertre nosotros Lo Ps el de
Domrngo de wmava! en A mi juicio, Domingo de camaval es una obra de notable complejidad formal
todo su ag-irato externo el
R?s!--. ~ a d - l e " o el efi'ierro
y temática, y quizás sea el film de Neville que reflexiona con mayor profundidad sobre
de !a Sari:-a. e' c"ma la contribución de la cultura popular a la elaboración de una identidad madrileña y,
aiw-ante e" OU? e' drama
se d?sam!3 Y sólo por extensión, nacional. La presencia de la pintura de Solana confiere a la película una
obrando a s ooar.5 nuerta
dimensión estética de la que carecen las películas previas de Neville, y al mismo tiem-
ira, u.iiversaIidad*
;a de 'Dorr'ngo d po sirve de plataforma para una meditación entre nostálgica y jocosa, critica y melan-
al'. IE!A/cá%ar. 2
E de 19451
cólica, sobre la función del cine como testimonio y documento histórico, obra de arte,
y entretenimiento de masas. El carnaval, tema central en la pintura de Solana, aparece
en Domingo de camaval tanto como una manifestación cultural, como un ritual simbó-
lico que expresa la voz del pueblo en una doble vertiente utópica y destructiva. El car-
naval de Neville vehicula un espíritu de liberación y resistencia, pero esconde al mismo
tiempo una corriente lúgubre y siniestra, to mada de Solana. sclbre la que pesa el trau-
ma inconfesable de la guerra civil.
- .
Ambientada en el Madrid de Romanones, uomingo de carnaval mezcla comedia
y suspense al relatar la investigación de un crimen cometido en el Madrid viejo duran-
te las fiestas de carnaval. Doña Reme, una vieja usurera, ha sido estrangulada en su
case. Le toca resolver el caso a Matías (Fernando Fernán-Gómez), un joven detective
sin experiencia. Después de entrevistar a los vecinos y clientes de la difunta, Matías
arresta a don Nemesio, un charlatán del Rastro que lleva un puesto de relojes con
~ d e ~ su Ihija, Nieves (Conchita Montes). Convencida de la inocencia de su paare, Nieves se
(Edgar Neville, 1945).
propone descubrir por su cuenta la identidad del verdadero asesino.
su amiga Julia, Nieves se adentra en el mundo enloquecido y amen;
4. "El argumento de todo
val madrileño, poniendo en juego su propia vida.
ello era para mi lo que tenia
menos importancia: lo que
era preciso fotografiar COSTOMBRISMO I REALISMO
Y conseguir era el ambiente. Aunque Domingo de camaval Se propone, y a Veces logra, Crear una atmósfera de mis-
el espew ambiente de cada
época. IOS ademanes. las terio y aprensión, Otras veces el énfasis que Neville pone sobre los gestos y acentos
costumbres y las frases de
los personajes...S Edgar
de sus personajes barriobajeros confiere al film el aspecto de un ejercicio etnográfico
N ~ v ; -Defensa
~ J ~ , de mi casticistaJ. Neville trata a sus protagonistas plebeyos con un cariño en el que no falta
cioem (Primer Plano. n' 315.
27 de octubre de 1946). una ironía sutil y ligera que se recrea en su habla exagerada y divertida, su humo
y burlador, y sus acciones insensatas.
5. Véase .Defema del
sainete. (Primer Plano. Neville encontró en las costumbres y tradiciones populares una fuente de creativi-
n"216. 3 de diciembre de
1944) y -Defensa de mi
dad y renovación. De ahí su afición por el sainete, en el que vio un medio de
cine. (P~nerPlano.n" 315, a sus films no sólo de arraigo popular, sino también de unas señas de identidad
27 de ombre de 1946).
ambos ..!iculos están nal (una españolidad) capaces de atravesar fronteras5. Juan Antonio Rios Carrataia
reC0g:dos en Jli';o P-rez afirma que el sainete aparece como una constante del cine español que sirve para dar
Penicha. El c~nede t - a r
NevOle (Valladolid. Festival testimonio de la continua vitalidad de la cultura popular. En la mano de ciertos ci-
de Cine de Va"ado1'd.
1982).
neastas el sainete toma una postura critica, incluso subversiva, sobre la realidad espa-
ñola6. En su artículo, .Defensa del sainete),, Neville razona que la familiaridad y acce-
6. Juan Antonio Rios
Carratalá. Lo salneresco en
sibilidad del género lo convierte en un instrumento de comunicación ideal no sólo para
e' cine esoaríol ii!can?e, entretener a las masas, sino también para reforzar la cohesión social.
Universidadde Alicante,
19971, PP. 158160. El entusiasmo de Neville por el sainete no tardó en despertar las iras de ciertos sec-
tores reaccionarios que. acusándole de veleidades frentepopulistas, descargaron su ira
31 <
7. Luciano de Madnd. en ataques vitriólicos en la prensa. Luciano de Madrid escribió en Primer Plano: <(Perdón
-Soby la his:oria. el sanere
v grrr
Sr. Neville, si no opinamos como usted y nos gusta el cine histórico... ¿O es que la desem-
( P , ~ ~ bocadura de la crisis tremenda de los tres años de batalla iba ser volver al sainete -esa
de lni
mugre radical socialista- y aquí no ha pasado nada? Aquí han pasado muchas cosas y
no hay sainete que valga... Hay historia como ejemplaridad... Pero con todo lo que ese
director ha dicho algo muy sustancial queda patente, al menos la oposición de dos con-
ceptos que un día se enfrentaron con la única dialéctica posible en el área de las verda-
des definitivas... Unos están por el sainete y otros por la historia))'.
8. .Creo c81e h.??~ ! : e Aunque Neville se aproxima a su tema con una visión amable e idealizada del pro-
aSandma7 la t 5 ' s v F3cer letariado madrileño, y no duda en estilizar tanto el lenguaje como la realidad cotidia-
oiie I n C pecooa.es de !a
PaniP1!ase Dawca" a los na, hay escenas en Domingo de camaval que captan la textura de la vida diaria con
de 'a calle Esto es 'o que
YO sienore procuro (11
la inmediatez de un documental. Algunas de las opciones estéticas de Neville se a s e
Suceda en mls pelcu!av.. mejan a los métodos del neorrealismo italiano: el rodaje de ciertas escenas al aire libre
,.Entrei,s:a con Edgar
' p (Triunfo. 1 de
en las calles del Madrid viejo; la atención prestada a los gestos y palabras del lenguaje
?mbre de 1947) popular; la presencia de charlatanes auténticos, en vez de actores profesionales, en
!ase Valena Cam las escenas del Rastro. A semejanza del neorrealismo, Domingo de camaval nos pre-
g:and?s y ch(cos. Un
C'W Pam todos los
senta una crónica tomada de la vida cotidiana, una microhistoria de personajes
esoa~o'*s 19.10-195 corrientes y anónimos: porteros, faroleros, serenos, quincalleros, vendedores ambu-
rh<aenc. T!i.fil 109:
00 51 55 lantes, tenderos y criminales de poca monta'. En efecto, la cámara de Neville nunca
se aleja del todo de los barrios populares de Madrid. Por ello, hay historiadores que
ven en Domingo de camaval un precursor del cine realista que surgirá en la década de
los cincuenta'.
Máseaardelassfuerss
cuadm de José
Gutiémz Sdana, 1938.
co~c~nsio~
Atravesada por deseos utópicos y violencia distópica, el carnaval de Neville presenta
una identidad doble como lugar de diversión y crimen, liberación y autodestrucción.
Prohibido en el presente franquista, junto a la memoria de una sociedad y cultura
alternativas, lo carnavalesco resurge en las mujeres escandalosas y las máscaras
monstruosas de Domingo de carnaval, socavando el orden franquista con su jolgo-
rio ruidoso y sus toques siniestros. Sin embargo, la ficción de unidad, dicha colec-
tiva y plenitud corporal propuesta por Neville no puede separarse, creo yo, de un
sentimiento subyacente de aflicción y duelo. Parece que la muerte de Solana duran-
te el rodaje de Domingo de carnaval, junto a la muerte de Arniches dos años antes,
provocaron que Neville se percatara de una pérdida histórica irrevocable. Ese mismo
año escribió: *con Solana se nos va una época precisa de la juventi~ d la; é ~ o c
26. Edgar Neville. .El pintor
rebeliÓnnZ6.
Solana..
En la secuencia final de Domingo de carnaval, Neville toma prestado un estandar-
te socarrón de El entieno de la sardina de Goya. Matando las últimas horas del car-
naval, murgas y comparsas danzan convulsas en torno al estandarte al ritmo de una
melodía frenética. Con la inclusión de este estandarte, Neville rinde homenaje a Goya,
un compatriota que, tras sobrevivir una sangrienta guerra civil, se encontró también
a disgusto y en desgracia con un gobierno reaccionario y
represivo. Por otra parte, la pintura de Goya también supu-
so un precedente estilística para el mismo Solana. Al pintar
en 1816 este enigmático estandarte, símbolo del espíritu
irreverente del carnaval, Goya tal vez se propuso reivindicar
lo popular en una especie de exorcismo del trauma de la
guerra de independencia, haciendo una llamada al placer
y, en último caso, a la libertad. Estos dos conceptos, placer
y libertad, son, creo yo, fundamentales en el cine y la vida
Máscaras en üomitg~ de Neville, y nunca más cierto que en Domingo de camaval. En vista del contexto his-
de CaraVd
(Edgar Neville, 1945).
tórico en que Neville operaba, cobran un valor extraordinario y, sin duda, representan
su herencia más valiosa.
Amd
l T. This essay argues for a consideration of Domingo de camaval (1945) as a key work in
Edgar Neville's filmography. Through the invocation of the theatrical genre known as sainete and
references to the painting of Francisco de Goya and especially José Gutiérrez Solana, Neville's film
achieves a national-popular dimension that in many ways counters and inverts the hegemonic pre-
tenses of Francoist ideology. The recreation of Madrid's carnival, a practice forbidden by Franco's
new order, constitutes a central topos that allows Neville a space to articulate the repressed voice
of the popular. However, this utopian realm of pleasure and liberating grotesque humor conceals a
latent violence that bears the scars of the Civil War.