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TEMA II: LA PRUEBA DEL MATRIMONIO Y LAS NULIDADES.


La prueba del matrimonio.
Nadie puede reclamar el título de esposo ni disfrutar de los efectos civiles del
matrimonio, si no presenta un certificado, en que conste, que dicho matrimonio se
encuentra inscrito en el registro destinado a tal fin. (Ver art. 61 en su acápite 14 de la
Ley 659).6
Acta de matrimonio, Los libros de registro civil donde están asentados, Cuando los
registro se hubieren perdido, la pruebas de tales podrán ser los testigos, por títulos
fehacientes. Actos entregados por agentes diplomáticos o consulares de la república
conforme a las leyes dominicanas.
El artículo 194 del código civil no permite sino un solo medio de prueba del matrimonio:
el extracto de la partida de matrimonio de los esposos. En principio, no se admite
ninguna otra prueba.
Sin embargo, los redactores del código civil incluyeron algunas excepciones:
1.- La prueba es libre en los casos previstos por el artículo 46 del código civil; es decir,
cuando los registros han sido destruidos, se han perdido o no se han llevado. Cuando
una jurisdicción criminal ha condenado a una persona por destrucción de la inscripción
de matrimonio, la resolución establece la existencia del matrimonio.
2.- En dos hipótesis, la prueba del matrimonio puede hacerse por la posesión de
estado:
a) Cuando el acta de matrimonio es nula, la prueba del matrimonio puede ser
completada, entre esposos por su posesión de estado.
b) Los hijos que ignoran el lugar de celebración del matrimonio de sus padres. Pueden
hacer la prueba de ese matrimonio por medio de la posesión de estado de esposos.
La Posesión del Estado.
La posesión de estado no dispensará a los pretendidos esposos, que respectivamente
la invoquen, de la obligación de presentar el certificado de matrimonio a que se hace
mención en el párrafo anterior. Cuando haya posesión de estado, y se haya presentado
el certificado de matrimonio, no podrán los esposos presentar demanda de nulidad de
aquel acto. (Ver art. 61 en su acápite 15 de la Ley 659).
Sanciones a las reglas relativas a la formación del matrimonio.
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EFECTOS CIVILES DE UN MATRIMONIO DECLARADO NULO. El matrimonio


declarado nulo produce, sin embargo, efectos civiles lo mismo respecto a los cónyuge
que a los hijos, cuando se ha contraído de buena fe. Párrafo.- Si únicamente uno de los
esposos hubiere procedido de buena fe, el matrimonio produce, sólo en su favor y en el
de los hijos, efectos civiles. (Ver art. 61 en su acápite 20 de la Ley 659).

Oposiciones o sanciones preventivas y represivas.


Tienen derecho a oponerse: el marido o la mujer de una de las partes de los
contrayentes, el padre, la madre y en su defecto, los abuelos de los contrayentes
cuando estos sean menor de 18 años.
En cuanto a las formalidades de la oposición, deberá contar, todo acto de oposición,
con una enunciación de la calidad en virtud de la cual tiene el opositor el derecho de
formularla, expresar la elección del domicilio, en lugar donde debe celebrar el
matrimonio y al menos que presente una instancia de un ascendiente, debe contener
los motivos de la oposición, todo esto bajo la pena de nulidad y de suspensión del
Oficial Ministerial que hubiese firmado el acto de oposición. El Tribunal de Primera
Instancia pronunciará a los diez días el fallo de la demanda.
Veamos el artículo 58 en su acápite 17 OPOSICION. Los actos de oposición al
matrimonio se firmarán en el original, y en la copia, por los opositores o por sus
apoderados especiales; y se notificarán con copia del poder que en estos casos ha de
ser auténtico, a las partes en personas o en su domicilio y al funcionario que haga la
proclama, quien firmará el original y agregará la copia al expediente respectivo.
El Art. 62 de la Ley 659 establece:
1) PENAS POR NO ARCHIVAR. El funcionario que hubiere autorizado matrimonio
según las prescripciones de esta ley que dejare de cumplir lo dispuesto sobre la
inscripción de los certificados y pruebas de matrimonio, será juzgado correccionalmente
por el Tribunal de Primera Instancia, y si fuere culpable, se le impondrá una multa de
cien pesos ($100.00), o prisión de uno a tres meses.
2) FALSEDADES. Las falsedades esenciales a estos actos, cometidos por el
funcionario que hubiere autorizado un matrimonio, se castigarán como falsedades en
documentos públicos, según lo preceptuado por los artículos 145, 146, 147 y 148 del
Código Penal Común.
Matrimonio celebrado en el extranjero.
Ley 659 en su artículo 58 acápite 14 establece: El matrimonio en país extranjero entre
dominicanos, y entre dominicanos y extranjeros, será válido si se ha celebrado con las
formalidades establecidas en dicho país, y siempre que no se haya contravenido a lo
dispuesto por esta ley.
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También será válido el matrimonio entre dominicanos celebrado en país extranjero si se


ha autorizado conforme a las leyes dominicanas, por los agentes diplomáticos o
consulares de la República, en sus respectivas jurisdicciones.
Matrimonio celebrado por personas extranjeras en nuestro país.
Para contraer matrimonio en la República Dominicana, los contrayentes deben haber
cumplido una edad mínima reglamentaria (16 para el hombre, 15 para la mujer), estar
legalmente solteros, y deben otorgar su libre consentimiento para la unión.
El no cumplimiento de uno de estos requisitos puede traer como consecuencia la
invalidación del matrimonio por parte de las autoridades dominicanas.
En adición, los extranjeros que desean contraer matrimonio en la República Dominicana
deben presentar los siguientes documentos:
 Pasaporte original y copia de la página de la información biográfica de dicho
pasaporte;
 Copias de los últimos sellos de entrada
 Prueba de la residencia Dominicana (si no es residente de la República Dominicana
debe pagar una tarifa adicional y debe presentar su tarjeta de turista)
 Declaración jurada ante un notario público, afirmando su soltería y elegibilidad para
casarse; la declaración jurada luego necesita ser legalizada en las oficinas de la
Procuraduría General de la República. Si la declaración jurada se hace ante un notario
de los EE. UU., esta luego necesita ser legalizada en el Consulado Dominicano más
cercano en los EE. UU.
(En el pasado, la Embajada de los EE. UU. Permitía a los ciudadanos estadounidenses
hacer esta declaración jurada de elegibilidad para casarse (carta de soltería) ante un
Oficial Consular. La Embajada ha descontinuado esta práctica hace ya algunos años,
debido a que Oficiales Civiles locales interpretaban este documento como un certificado
de que la Embajada había verificado el contenido de dicha declaración de elegibilidad,
cuando el Oficial Consular únicamente actuaba como testigo de que el individuo en
cuestión había hecho dicha declaración. Los ciudadanos norteamericanos que
necesiten llenar dicho requisito, deben presentarse ante un Notario Público Dominicano
– como se explica arriba.
 Copia de su certificado de nacimiento y traducción legal del dicho certificado; las
Autoridades Centrales tanto en Estados Unidos como en la República Dominicana
ahora autentican sus propios documentos públicos, como certificados de nacimiento,
defunción o matrimonio, con un certificado de apostille (nombre de la estampilla de
autenticación). Usted puede apostillar su documento en la oficina de Records Vitales de
su estado, o visitando www.italiamerica.org/vital_records.htm.
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 Si es divorciado, copia del certificado de divorcio y traducción legal de dicho


certificado;
 2 testigos (no familiares).
En adición, las leyes dominicanas requieren que se haga una publicación del
matrimonio con antelación a la celebración de la ceremonia.

LAS NULIDADES.
La ausencia de una o varias de las condiciones requeridas, entraña la nulidad del
matrimonio.
Según la gravedad del caso, esa nulidad puede ser absoluta o relativa. La absoluta
puede ser invocada por cualquier interesado, así como por el representante del
Ministerio Público.
Nulidades absolutas y nulidades relativas.
La nulidad absoluta resulta de: la identidad de sexo, la ausencia de consentimiento de
los desposados, la bigamia o incesto, la clandestinidad en la celebración del matrimonio
o incompetencia del Oficial del Estado Civil.
La nulidad es de orden público.
La nulidad relativa puede resultar de: consentimiento dado por error o violencia, falta de
autorización de los padres, cuando se celebrado entre menores de edad.
El primer caso, solo puede ser alegado por el cónyuge cuyo consentimiento ha sido
viciado. En el segundo caso, la nulidad puede ser perseguida por el menor que necesita
la autorización, así como por los padres.
Consecuencias de las Nulidades.
Sea absoluta o relativa, la nulidad, una vez pronunciada, produce efectos retroactivos y
el matrimonio se considera como si nunca hubiera existido.
La Impubertad.
La impubertad es el período de la vida de los seres humanos anterior a la pubertad, a la
época en que comienza a manifestarse la aptitud para la reproducción. El concepto se
aplica lo mismo a las mujeres que a los hombres; sin embargo, existe una diferencia,
derivada de la duración de esta etapa en uno u otro sexo. Como regla general puede
decirse que la mujer comienza a ser púber a edad más temprana que el hombre.
La impubertad implica también incapacidad en el orden del Derecho Civil.
La mayoría de los códigos de esa materia entiende, siguiendo un criterio tradicional,
que el impúber es incapaz para todos o casi todos los actos que hacen a la esfera
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jurídica y que, en consecuencia, deben quedar sometidos a la autoridad y protección de


otras personas, designadas especialmente por la ley. La impubertad representa
también un impedimento impediente para contraer matrimonio.
La Bigamia.
Delito consistente en contraer segundo o ulterior matrimonio a sabiendas de que
subsiste, con valor legal, uno anterior. Es requisito esencial para este delito la
existencia de un matrimonio anterior, que no haya sido disuelto o declarado nulo,
aunque en realidad tuviera defectos de fondo y forma que lo hacen nulo o anulable.
Prescribe el artículo 340 del Código penal, que "El que contrajere segundo o ulterior
matrimonio, sin hallarse disuelto el anterior, será castigado con la pena de reclusión."..
Elementos constitutivos.
Los elementos constitutivos de la bigamia son:
La existencia de un matrimonio válido que no esté legítimamente disuelto. Ciertamente,
el artículo 340 del Código penal, no dice expresamente que este matrimonio debe ser
válido. Pero esta condición es, determinante, pues un matrimonio inexistente o nulo no
puede producir ningún vínculo. Y aunque el referido artículo no lo expresa, él se refiere
sin embargo tanto al matrimonio civil como al matrimonio canónico, los dos con valor
legal en nuestro ordenamiento jurídico.
A este respecto el párrafo 6 del artículo 55 de la Ley 659, relativa a los Actos del Estado
civil, dispone: "la existencia de un matrimonio anterior, civil o católico, constituye un
impedimento para contraer un segundo o ulterior matrimonio sin antes haberse disuelto
o declarado nulo el precedente".
Sin duda que el crimen existe aun cuando el primer matrimonio sea anulable, pues
estos matrimonios tienen valor jurídico hasta que sean declarados nulos por sentencia
pasada en autoridad de cosa juzgada. Pero si no se ha pronunciado sentencia
declarando su disolución, aun cuando adolezca de vicio de nulidad, el matrimonio
posterior hace surgir el crimen de bigamia. De este modo, el primer matrimonio ha de
ser, más que un matrimonio válido, un matrimonio no disuelto legítimamente.
La validez o la nulidad del primer matrimonio deben ser apreciadas previamente por el
tribunal civil, el cual es el único competente para conocer de este asunto (art. 189 Cód.
civil). Este procedimiento debe ser seguido cuando la cuestión de la nulidad de un
primer matrimonio surge en la jurisdicción represiva.
Celebración de un segundo o ulterior matrimonio antes de disolverse el vínculo
matrimonial anterior.- El segundo matrimonio es el acto mediante el cual se consuma la
infracción, pero la segunda unión habrá de celebrarse con los requisitos y solemnidades
exigidos por la legislación canónica o la civil, sin que sea necesario ningún hecho
posterior como, por ejemplo, la cópula carnal o la vida en común Intención culpable del
sujeto.- El crimen de bigamia presupone la intención culpable del agente. Este elemento
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consiste en contraer segundo o ulterior matrimonio, pese al conocimiento de que existe


un vínculo matrimonial.
Ciertamente que la buena fe, excluye la intención, o sea, que el que de buena fe
contrae nuevo matrimonio creyendo disuelto el anterior, no incurre en esta infracción,
pero es preciso que su creencia sea firme y se funde en motivos racionales. La duda no
elimina el dolo, pues no excluye en la conciencia del agente la posibilidad de la
permanencia del antiguo lazo matrimonial. La buena o mala fe debe de referirse al
momento de la comisión del crimen. Es de suma importancia advertir, que la mujer que
contrae matrimonio de buena fe tiene derecho a reparación.
Incompetencia del Oficial del Estado Civil.
Según la ley 659 sobre las actas del Estado Civil en su Art. 28.- Los Oficiales del
Estado Civil no podrá insertar en sus actas, sea por vía de anotación o por cualquiera
otra indicación, sino aquello que está determinado en esta ley para cada clase de acta.
Pero deberán requerir de los declarantes todos los datos que fueren indicados por la
Dirección General de Estadística en los formularios correspondientes como necesarios
para la elaboración de las estadísticas demográficas.
Matrimonio Clandestino.
Como clandestino designamos algo secreto u oculto, o que se lleva a cabo de forma
muy discreta, de manera que no pueda descubrirse. La palabra, como tal, procede del
vocablo en latín clandestīnus.
Lo clandestino, por lo general, también se vincula con cualquier tipo de actividad que se
realice de espaldas a la ley, o sin respetar los requerimientos legales de rigor. En este
sentido, debido a que ciertas actividades clandestinas constituyen un delito en sí, están
sujetas de ser penadas. De allí que quien actúa en la clandestinidad procure
mantenerse oculto o sin llamar la atención. No obstante, no todas las situaciones
clandestinas están legalmente prohibidas. Algunas están, apenas, socialmente
sancionadas.
Como matrimonio clandestino se denomina aquel que se celebra de manera secreta,
sin la presencia de un párroco que oficie la unión y sin siquiera contar con la presencia
de testigos que den validez legal al contrato matrimonial.
Teoría de los matrimonios inexistentes, según Zacarías.
En ese escenario, y muy cercana a la codificación, se inserta la famosa obra de
Zachariæ Handbuch des franzosischen Zivilrechts (1808) en la cual surge la teoría de la
inexistencia como un tercer género, diferente de la nulidad y la rescisión. Para
Zachariae el acto jurídico requiere de ciertos elementos esenciales para tener una
existencia fáctica y, además, cumplir con las solemnidades necesarias para tener una
existencia jurídica. Sin estos elementos esenciales el acto jurídico no puede
absolutamente concebirse y es, por tanto, inexistente.
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Así descrita, la inexistencia propuesta por Zachariae coincide con la nulidad propuesta
por Pothier; sin embargo, para Zachariae –salvo el caso de falta de solemnidades– la
inexistencia se refiere a una cuestión fáctica, la ausencia material de algún elemento
esencial (consentimiento, objeto, etc.), mientras que la nulidad de Pothier opera
también en casos de ausencia jurídica. De ahí se sigue que para Pothier tanto la
ausencia de causa, como la causa ilícita, conllevan la misma consecuencia. Para
Zachariae, en cambio, en caso de causa ilícita el acto existe, pero es vicioso y, por
tanto, adolece de nulidad.
En síntesis, para Zachariae la falta de eficacia de un acto puede provenir de su
inexistencia, de su nulidad ipso iureo bien de su anulabilidad o rescisión.
La diferencia entre la primera y las otras dos radicaría en que estas últimas necesitan
de un pronunciamiento judicial que las declare, mientras que la primera no. De esta
forma, para Zachariae, tanto la nulidad ipso iure (llamada también nulidad radical) como
la rescisión necesitan de una sentencia judicial, y divide las causales de ineficacia en
causas fácticas y jurídicas. Las causas fácticas (ausencia material de un elemento
esencial o ausencia de la solemnidad) conllevan inexistencia. Las causas jurídicas
producen la nulidad del acto, el cual puede ser nulo o anulable, pero en cualquier caso
necesita sentencia judicial que la declare.
Zachariae cierra su análisis con la confirmación del acto. Señala que para que esta
opere es necesario que el acto exista, pues no pueden confirmarse las obligaciones
naturales ni los actos inexistentes. Por el contrario, los actos anulables pueden siempre
confirmarse, salvo que se trate de un vicio de orden público (ejemplo, causa ilícita) o de
la falta de formalidades en la donación entre vivos, pues en estos casos las partes no
pueden con su simple voluntad sanear el vicio.

EFECTOS DE LAS NULIDADES.


Las nulidad del matrimonio como que este no ha existido jamás. Además, el fallo
pronunciado sobre una acción de nulidad es declarativo y no constitutivo. Resulta de
ello que no posee sino autoridad relativa. Las consecuencias retroactivas de la nulidad
de un matrimonio son muy graves y pueden ser devastadora: se consideran los
esposos como si nunca hubieran estado casado; los hijos son ilegítimos, por eso el
legislador decide que la retroactividad cesa de aplicarse si los esposos son de buena fe.
Relativo a los esposos.
Solo se exige una condición, la buena fe. Apreciada en el momento de la celebración
del matrimonio. La jurisprudencia toma en cuenta tanto el error de derecho como el
error de hecho, el error excusable como el error grosero. La buena fe se presume
siempre.
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La causa de nulidad importa poco; incluso en las hipótesis que la doctrina tiene en
cuenta como casos de inexistencia, la jurisprudencia declara que el matrimonio puede
ser putativo.

Si ambos esposos son de buena fe, la nulidad actúa como una disolución pura y simple
del matrimonio. Cuando solo uno de los esposos es de buena fe, la nulidad no se
retrotrae más que con la relación al esposo de mala fe.
Relativo a los hijos.
Con respecto a los hijos estos son legitimo incluso cuando uno solo de los conyugues
es de buena fe; tienen en la sucesión de sus padres, los derechos de los hijos
legítimos. Por el contrario, el padre que sea de mala fe, no tendrá sino los derechos del
padre natural en la sucesión de sus hijos.
La jurisprudencia admite que el matrimonio putativo lleva consigo legitimación.
Relativos a los causahabientes de los esposos de buena fe.
Con respecto a terceros. Los esposos de buena fe pueden alegar el matrimonio putativo
contra los terceros. Los tercero pueden prevalerse de todo matrimonio aparente.
Demandas de nulidad del matrimonio.
El matrimonio realizado sin el consentimiento libre de ambos esposos o de uno de ellos,
no puede ser impugnado más que por los contrayentes o por aquel que cuyo
consentimiento haya sido libre. Cuando haya sido un error en la persona, el matrimonio
podrá únicamente ser impugnado por el cónyuge que haya padecido el error. No es
admisible la demanda de nulidad, si los esposos hubieren hecho vida común
continuada durante los seis meses posteriores al momento en que el cónyuge hubiera
recobrado su plena libertad de acción o que hubiere reconocido el error.
El matrimonio contraído sin el consentimiento de los padres, de los ascendientes, del
tutor o de consejo de familia en los casos que es necesario, no puede ser impugnado
sino por las personas cuyo consentimiento era indispensable o por aquel cónyuge que
tuviera la necesidad del consentimiento.
Tampoco puede intentarse la acción de nulidad ni por los cónyuges ni por aquellos cuyo
consentimiento era preciso, siempre que hubiesen previamente y de una manera
expresa o tácita, aprobado el matrimonio o que hubieran dejado transcurrir un año sin
hacer reclamación alguna a pesar de tener conocimiento del matrimonio.
El matrimonio no puede impugnarse cuando el matrimonio contraído por los esposos
que no tuvieren la edad exigida y cuando la mujer que no la tuviese haya concebido
ates de terminar los seis meses. No podrán pedir la nulidad los padres, ascendientes y
familiares que hayan consentido el matrimonio contraído en las condiciones anteriores.
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El esposo en cuyo perjuicio se haya contraído un segundo matrimonio puede pedir la


nulidad.
Si los nuevos esposos oponen la nulidad del primer matrimonio, la validez o nulidad de
éste debe ser juzgada previamente. El fiscal también puede pedir la nulidad cuando se
encuentre apegado a la ley.
Asimismo, todo matrimonio que no se haya celebrado públicamente ante uno de los
funcionarios designados, puede ser impugnado por los mismos esposos, los padres o
ascendentes y por los que tengan interés de actualidad, como también el Ministerio
Público. Nadie puede reclamar el título de esposo ni disfrutar de los efectos civiles del
matrimonio, si no presenta un certificado que conste que dicho matrimonio se encuentra
inscrito en el registro destinado a tal fin.
Si han nacido hijos de personas que han vivido públicamente como esposos, la
legitimidad de los hijos no puede ser puesta en duda, con el solo pretexto de defecto de
presentación del acta de celebración de matrimonio, siempre que esta legitimidad se
pruebe por una posesión de estado que no sea contradicha por el acta de nacimiento.
Cuando la prueba de una celebración legal de matrimonio se adquiera por el resultado
de un procedimiento penal, la transcripción de la sentencia en los registros del Estado
Civil asegura el matrimonio desde el día de su celebración todos los efectos civiles. Si
los esposos o uno de ellos han muerto sin descubrir el fraude, pueden intentar la acción
penal el Fiscal y todas las personas que tengan interés en declara válido el matrimonio.
Si el oficial público ha muerto antes de descubrir el fraude, la acción civil se intentará
contra sus herederos por el Fiscal en presencia de las partes y en vista de la denuncia.
El matrimonio declarado nulo produce efectos civiles, lo mismo respecto a los
cónyuges, que a los hijos cuando se ha cometido de buena fe.
El funcionario que hubiese autorizado un matrimonio y no hubiera inscrito los
certificados y pruebas de matrimonio será juzgado correccionalmente por el Tribunal de
Primera Instancia. Asimismo, cuando se comentan falsedades en cuanto a los
documentos públicos y cuando alguien celebrare un matrimonio no siendo la autoridad
civil o eclesiástica autorizada para ello, se le juzgará tanto penal como
correccionalmente. De igual manera, cuando uno de los cónyuges, sabiendo que tiene
un impedimento para celebrar el matrimonio, consiguiere engañar al funcionario público,
será condenado penalmente. Estas penas no se aplicarán si fuera inocente de crimen y
delito.
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