Código de Buenas Prácticas de La Provincia de Hispania

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CÓDIGO DE BUENAS PRÁCTICAS

de la PROVINCIA DE HISPANIA

Para trabajadores, voluntarios y colaboradores con menores y personas vulnerables

PRESERVAR Y PROMOVER AMBIENTES SANOS Y SEGUROS


Para este Código de buenas prácticas seguimos básicamente las Pautas para la
protección de menores y personas vulnerables para el Vicariato de la Ciudad del Vaticano
(26 febrero 2019), así como la normativa en vigor en algunas diócesis españolas, como
es el caso del Protocolo de prevención y actuación frente a abusos sexuales a menores,
aprobado en varias diócesis (Astorga, Sigüenza-Guadalajara y Madrid), además del
documento Buenas Prácticas para ambientes sanos y seguros en la Iglesia elaborado por
el Consejo nacional de prevención de abusos de la Conferencia Episcopal de Chile.
La Iglesia está llamada a ser un espacio protegido para la infancia y donde el
abusador no se sienta protegido. Es el motivo por el que se siente llamada a desarrollar
programas educativos eficaces y de buenas prácticas que determinen, por escrito, una
manera de actuar clara que favorezca un “entorno seguro”, así como la propia
protección de los trabajadores, voluntarios y colaboradores. Todo adulto que tenga
contacto habitual con menores de edad y adultos en situación de vulnerabilidad en la
actividad pastoral debe conocer bien su papel, cuál es el ministerio que ejerce, la función
específica que se le ha confiado y conducirse en el trato con los menores de manera
respetuosa, prudente y equilibrada. En las actividades en las que estén involucrados
menores o personas en situación de vulnerabilidad, se debe dar prioridad a la protección
de éstas.

IMPLEMENTACIÓN
Corresponderá al Prior Provincial con su Consejo, la adopción, implementación,
divulgación y evaluación periódica de las buenas prácticas a nivel provincial.
FINALIDAD
Este Código de buenas prácticas tiene dos objetivos fundamentales:
1. Cultivar estilos sanos de relaciones interpersonales. La Provincia de Hispania
se preocupa de generar ambientes donde priman modos de relación respetuosos de la
dignidad de todas las personas. La Provincia promueve un modo de relación que supone
el respeto y reconocimiento del otro, adoptando medidas cuando se incurre en
transgresión de los límites inherentes a toda relación interpersonal. En este punto, la
Provincia está llamada a identificar señales de comportamiento que revelan la existencia
de abuso de poder y manipulación de conciencia, tomando medidas cuando se incurre
en dichas prácticas.
2. Formar y capacitar para la prevención de situaciones abusivas. Todos los
trabajadores, voluntarios y colaboradores deben estar suficientemente entrenados
tanto para la prevención de abusos, como para desarrollar y mantener actitudes y
habilidades necesarias para proteger a todos los que participan en las actividades de la
Provincia, en especial a aquellas personas más vulnerables. En esta capacitación hay que
tener en cuenta:
• La formación de los trabajadores, voluntarios y trabajadores en la afectividad,
sexualidad, relaciones interpersonales, así como una adecuada formación en
prevención del abuso de poder, causa última de la mayoría de los abusos:
manipulación de conciencia, abuso de autoridad, abuso sexual y abuso
económico, entre otros.
• La formación periódica de toda persona que tiene alguna responsabilidad
específica respecto de niños/as, jóvenes y personas en situación vulnerable en
todo lo que atañe a la protección del menor y prevención de abusos de todo tipo.

PAUTAS POSITIVAS Y LÍMITES QUE SE DEBEN TOMAR


En el curso de sus actividades, los trabajadores, voluntarios y colaboradores
deben:
1. Usar la prudencia y el respeto en relación con los menores y personas en situación
de vulnerabilidad. Llevar a cabo las muestras físicas de afecto con mesura y respeto, de
manera que nunca puedan parecer desproporcionadas y respetar la integridad física de
la persona, permitiéndole rechazar las muestras de afecto, incluso en el caso de que
sean bienintencionadas.
2. Proporcionar a los menores y personas en situación vulnerable modelos de referencia
positivos.
3. Ser siempre visibles para los demás, en particular en presencia de menores y personas
vulnerables.
4. Informar a los responsables de cualquier comportamiento potencialmente peligroso.
5. Respetar la esfera de confidencialidad del niño.
6. Informar a los padres o tutores de las actividades propuestas y los métodos
organizativos relacionados. Es necesario pedir siempre su autorización firmada, para
salidas, convivencias, excursiones, campamentos, etc., que supongan que los menores
han de dormir fuera de casa, asegurando un número suficiente de acompañantes y
organizando lo necesario para la diferenciación del alojamiento de los niños por sexo.

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Las autorizaciones que contienen datos confidenciales se mantienen con cuidado y
atención.
7. Usar la debida prudencia en la comunicación, sobre todo con los menores, también
por teléfono y en las redes sociales.
8. Las actividades se deben llevar a cabo en salas adecuadas para la edad y etapa de
desarrollo de los menores. En la medida de lo posible, los trabajadores, voluntarios y
colaboradores, deben tener especial cuidado para asegurarse de que los menores no
entren ni permanezcan en lugares ocultos a la vista o fuera de control.
9. En caso de conocimiento fundado de conductas improcedentes (exhibicionismo,
conversaciones impropias o relaciones personales inapropiadas) entre menores o
adolescentes en cualquiera de las actividades que se lleven a cabo, se informará
puntualmente a la familia que deberá hacerse cargo inmediatamente del menor.

Está estrictamente PROHIBIDO:


1. Infligir castigos corporales de cualquier tipo. Dada esta prohibición, no puede
justificarse en ningún caso contacto físico por este motivo.
2. Establecer una relación preferencial con un menor de edad. Es motivo de cese
inmediato de la actividad cualquier relación sentimental, consentida o no, de un adulto
con un menor de edad. Los sentimientos de afecto y/o enamoramiento hacia
trabajadores, voluntarios y colaboradores a menudo responden a la consideración del
adulto como un ídolo. La persona adulta ha de ser consciente siempre de su propia
responsabilidad, si se evidencian estas situaciones. En ningún momento debe responder
o insinuarse positivamente a este tipo de afecto, sino establecer de forma inequívoca y
con buenas maneras los límites adecuados de comportamiento, relación y aprecio.
3. Dejar a un niño en una situación potencialmente peligrosa dada su situación mental
o física.
4. Dirigirse a un menor de manera ofensiva o involucrarse en conductas inapropiadas o
sexualmente sugestivas. Están absolutamente prohibidos juegos, bromas o castigos que
puedan tener connotación sexual, evitando cualquier tipo de conductas que impliquen
o sugieran desnudarse, besarse o tener contacto físico sugestivo o dado a
malinterpretaciones.
5. Discriminar a un menor o un grupo de niños. Están totalmente prohibidas las
novatadas y otras dinámicas y juegos que puedan llevar consigo actos vejatorios,
denigrantes o sexistas.
6. Pedir a un niño que guarde un secreto o darle regalos discriminando al resto del grupo.
7. Fotografiar o grabar a un menor sin el consentimiento por escrito de sus padres o
tutores. Si se hace en el desarrollo de actividades organizadas por una institución de la
Provincia, se llevarán a cabo, a ser posible, con dispositivos técnicos de la institución

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(cámaras de fotos, de video, etc.), y no con material personal (teléfonos móviles, tablets,
ordenadores, etc.). De la toma de estas imágenes se informará a los padres, no se hará
exhibición ni difusión pública o privada sin el consentimiento de éstos y se guardarán en
un archivo único, del que será responsable la institución provincial de que se trate.
8. Publicar o difundir, a través de la red o redes sociales, imágenes que identifiquen a un
niño de una manera reconocible sin el consentimiento de los padres o tutores.
9. Ponerse en situación de riesgo o claramente ambigua: entrar en los vestuarios, baños
o duchas mientras estén los menores, compartir habitación de hotel o tienda de
campaña, o subir a un menor a solas en un coche. En el caso de tener que entrar en
vestuarios, baños o duchas mientras estén los menores conviene que entren al menos
dos adultos y del mismo sexo que los menores presentes. En las convivencias,
acampadas o viajes es siempre oportuno invitar a que vayan algunos padres, incluso que
sean parte activa de la organización. En caso de que haya que llevar algunos menores
en el coche, se hará siempre con el consentimiento de los padres y, a ser posible,
acompañado por otro adulto.
10. Quedarse a solas mucho tiempo con un menor, por ejemplo, en la sacristía de la
iglesia, o en una sala o dependencia parroquial, y con la puerta cerrada. Si hubiera que
examinar a un menor enfermo o herido se hará siempre en presencia de otro adulto.
Cuando haya que hablar en privado con un menor, hacerlo en un entorno visible y
accesible a los demás. Una buena sugerencia es que haya puertas de cristales
transparentes o cristaleras en despachos. Cuando se habla con un menor en un
despacho o habitación se debe dejar la puerta abierta, o hablar con él en un lugar donde
otros adultos puedan ser testigos del encuentro. Es decir, es necesario llevar a cabo una
política de “puerta nunca cerrada”. Si, por una razón inusual, se ha estado o se va a estar
a solas con un menor, o cuando se va a tener o se ha tenido un contacto físico relevante
con el mismo por razones sanitarias o disciplinarias, se debe informar a los padres.
11. Es necesario implementar mecanismos de control, junto a los padres, para mantener
encuentros o comunicaciones con alumnos fuera del contexto parroquial, colegial,
deportivo, etc., ya sean presenciales, por correo electrónico o móvil, o a través de las
redes sociales ajenas a las oficiales del centro, parroquia o grupo. En caso de que
formalicen grupos de mensajería instantánea (del tipo WhatsApp o Telegram) o se use
el email o las redes sociales para convocar y organizar o coordinar actividades, los padres
deben recibir los mensajes y participar en la comunicación, no siendo nunca ajenos a la
misma.

SANCIONES
Cualquier conducta inapropiada o acoso que pueda ocurrir entre los menores,
incluso si no integran los detalles de un delito, debe abordarse con prontitud, con
equilibrio, prudencia y delicadeza, informando de inmediato a los padres o tutores.

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Los trabajadores, voluntarios y colaboradores o, en su caso, la propia Provincia,
deben actuar siempre que las personas a su cargo vulneren o no sigan este Código de
buenas prácticas.
Esta actuación se atendrá a los protocolos correspondientes de la Provincia de
Hispania. En casos de gravedad, debe procederse con una “seria advertencia” y dar los
pasos para el alejamiento cautelar inmediato de la tarea o la actividad de la que se trate,
con la comunicación a las autoridades civiles en el caso de estar afectados menores de
edad y, si fuera el caso, con la apertura de un expediente, investigación previa o el
despido.
El primer responsable para acometer estas situaciones es el responsable de la
institución de que se trate. Y en contacto con el Prior Provincial verán el modo de
proceder conforme al protocolo establecido al respecto en la Provincia.
- Firmar el protocolo de actuación con lo relacionado con menores
- Firmar un documento más general sobre comportamiento de buenas prácticas

Aprobado en el Consejo de Provincia


Madrid, 18 de diciembre de 2021

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