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Obra

El documento presenta la trama y los personajes principales de la obra literaria "Cuento de Navidad" de Charles Dickens. Narra la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y sin espíritu navideño, quien recibe la visita de tres espíritus en Nochebuena que le muestran su pasado, presente y futuro para hacerlo cambiar su actitud hacia la vida y las fiestas decembrinas.
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Obra

El documento presenta la trama y los personajes principales de la obra literaria "Cuento de Navidad" de Charles Dickens. Narra la historia de Ebenezer Scrooge, un hombre avaro y sin espíritu navideño, quien recibe la visita de tres espíritus en Nochebuena que le muestran su pasado, presente y futuro para hacerlo cambiar su actitud hacia la vida y las fiestas decembrinas.
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Personajes:

 Narrador (Triana)
 Ebenezer Scrooge(Oscar)
 Robert “Bob” Cratchit(Elvira)
 Sobrino de Scrooge(Jhayro)
 Espíritu de Marley(Bellzy)
 Espíritu de la Navidad Pasada(Paola)
 Espíritu de la Navidad Presente(Anahi)
 Espíritu de la Navidad Futura(Guadalupe)
 Mujer (Dayana)
 Sro. Cratchit(Estalin)
 Esposa del Sobrino(Angela)
 Invitado(Rodrigo)
 Hombre1(Rodrigo)
 Hombre2(Christopher)
 Niño1( Yashira)
 Niño2( Maryori)

GUION
– Narrador: Era la época de Navidad en Londres. Vivía allí un hombre llamado
Ebenezer Scrooge. Era un hombre muy trabajador, pero al mismo tiempo era una
persona malvada, codiciosa, cruel y tacaña, que no sabía qué significaba la
generosidad. Un día antes de Navidad, Scrooge y su empleado, Roberto “Bob”
Cratchit, se encontraban trabajando en su oficina. Como de costumbre, Scrooge
estaba contando su dinero, mientras Bob contaba los minutos para regresar a su
hogar con su familia.

– Bob Cratchit: (pensando) Tengo mucho frío en esta oficina, pero el Sr.
Scrooge no quiere que encienda la estufa, dice que es un desperdicio de
dinero.

– Narrador: De pronto se abrió la puerta, y entró el sobrino del Sr. Scrooge.

– Sobrino de Scrooge: ¡Feliz Navidad, Tío!

– Scrooge: ¿Navidad? ¡Tonterias! La Navidad es sólo una mentira.

– Sobrino de Scrooge: No lo dices en serio, tío.

– Scrooge: Claro que lo digo en serio. La Navidad es sólo una excusa para no
trabajar. Además, ¿Qué motivos tienes tú para ser feliz? ¡Eres tan pobre!

– Sobrino de Scrooge: ¡Vamos, tío! Y, ¿Qué motivos tienes tú para estar


triste? ¡Eres tan rico!

– Scrooge: ¡Bah!
– Sobrino de Scrooge: No te enojes, tío.

– Sobrino de Scrooge: No te enojes, tío.

– Scrooge: ¿Por qué no habría de enojarme? Vivo en un mundo loco rodeado


de tontos. ¡Feliz Navidad! ¿Qué es la Navidad? Es sólo una época para pagar
cuentas con dinero que no tienes. Donde te ves a ti mismo un año más viejo, y
no un minuto más rico. Una época en la que se compran regalos que no se
pueden pagar.

– Sobrino de Scrooge: ¡Pero tío!

– Scrooge: ¡Sobrino! Véte a celebrar la Navidad a tu manera, y déjame a mi


celebrar a mi manera.

– Sobrino de Scrooge: Pero tío, sé que hay algunas cosas que no hice bien,
algunas cosas que no supe aprovechar, y una de esas cosas es la Navidad. La
Navidad, es el único dia en que la gente parece llevarse bien. Es un momento
para perdonar, amar y ser caritativos. Es un tiempo donde la gente abre sus
corazones. Tal vez, tio, la Navidad no me ha dado una moneda de oro o de
plata, pero me hace bien, por eso digo: ¡Bendita sea la Navidad!

– Scrooge: ¡Ohh! ¡Fue un discurso maravilloso! ¿Me pregunto por qué no


trabajas para Castillo?

– Sobrino de Scrooge: No te enojes tío y ven a casa mañana. Mi esposa y yo


estamos preparando una cena deliciosa, tú serás nuestro invitado especial.

– Scrooge: Gracias, pero ¡no!

– Sobrino de Scrooge: Pero… ¿por qué, tío?

– Scrooge: ¿Por qué tuviste que casarte?

– Sobrino de Scrooge: Porque me enamoré.

– Scrooge: ¿Porque te enamoraste? ¡Qué tengas un buen día!

– Sobrino de Scrooge: Pero, tío, nunca has venido a mi casa, y estás


utilizando mi matrimonio como una excusa. Eso no es justo.

– Scrooge: ¡Qué tengas un buen día!

– Sobrino de Scrooge: No necesito nada de ti. Nada te pido. ¿Por qué no


podemos ser amigos?

– Scrooge: ¡Qué tengas un buen día!

– Sobrino de Scrooge: Tío, siento que hayas tomado esa decisión, pero
insisto en celebrar la Navidad, así que, !Feliz Navidad, tío!
– Scrooge: Qué tengas un buen día, un Feliz Año Nuevo, y adiós.

– Sobrino de Scrooge: Como quieras, tío. Y… Bob, que pases una Feliz
Navidad.

– Bob Cratchit: Le deseo lo mismo para usted, adiós.

– Narrador: Entonces el sobrino del Sr. Scrooge se retiró de la oficina.

– Scrooge: ¿Qué te parece? Un empleado que gana el salario mínimo, con


esposa e hijos, hablando de una Feliz Navidad. ¡Debe estar loco!

– Bob Cratchit: Señor, he terminado de hacer todas las cartas y de archivar


las copias. También traje mas leña y barrí las cenizas. Y, bueno, es hora de
cerrar, Sr, Scrooge.

– Scrooge: Bien, si ya terminaste tu trabajo, puedes irte ahora.

– Bob Cratchit: ¿Sr. Scrooge? Mañana es Navidad, un día para pasarlo con la
familia.

– Scrooge: ¿Supongo que quieres el día libre?

– Bob Cratchit: Bueno, si, Sr. Scrooge, al fin y al cabo es Navidad.

– Scrooge: ¿Navidad? Está bien. Tómate libre el día de mañana, pero llega
temprano al día siguiente.

– Bob Cratchit: Sí, señor. Feliz Navidad, Sr. Scrooge.

– Scrooge: Estupideces.

– Narrador: Scrooge abrió la puerta y Bob Cratchit se fue a su casa. Entonces


Scrooge regresó a su escritorio para terminar sus cuentas. Al cabo de unas
horas, cerró sus libros de contabilidad y cerró la oficina. Cuando llegó a su casa
subió las escaleras para ir a su dormitorio, se sentó en una silla al lado del
fuego y comenzó a cenar. De golpe escuchó el sonido de unas viejas
campanas, y un ruido fuerte y extraño que provenía del exterior.

– Scrooge: ¡Quién está haciendo ese ruido! ¡Me habré quedado dormido!

– Narrador: Pero el extraño ruido continuó, hasta que vio que un espíritu
atravesaba la puerta del dormitorio.

– Scrooge: ¡Creo que estoy soñando!

– Espíritu de Marley: ¡No, esto no es un sueño!

– Scrooge: ¡Te conozco! Eres mi socio, Marley. ¿Qué quieres de mí?


– Espíritu de Marley: ¡Quiero mucho de ti! ¿Ves estas cadenas? Estoy
encadenado a mis pecados.

– Scrooge: ¿De qué pecados hablas? Fuiste muy trabajador y un buen


negociador.

– Espíritu de Marley: ¿Negociador? ¡Me aproveché de la gente! Mientras


estuve vivo, nunca aprendí el valor del amor y de la caridad. Ahora tengo que
vagar por la tierra, incapaz de encontrar la paz. ¡Escúchame, Scrooge! ¡Estoy
aquí esta noche para advertirte! Aún tienes la oportunidad de cambiar, y si no
lo haces, tendrás la misma suerte que yo. Escúchame bien, Scrooge, te
visitarán tres espíritus. El primero llegará mañana cuando el reloj marque la
una. El segundo llegará al día siguiente a la misma hora. Y el tercero en la
noche siguiente cuando el reloj dé la ultima campanada de las doce.

– Narrador: Entonces el espíritu salió de la habitación flotando a través de la


ventana. Scrooge cerró la ventana y se fue a la cama temblando, y se durmió.
Al siguiente día cuando el reloj marcó la una, Scrooge vio una extraña criatura
al costado de su cama.

– Scrooge: ¿Quién eres?

– Espíritu de la Navidad Pasada: Soy el Espíritu de la Navidad Pasada. Sal


de la cama y acompáñame.

– Narrador: El espíritu llevó a Scrooge a través del tiempo hasta un pequeño


pueblo que Scrooge empezó a recordar. Recordó las casas, la iglesia, el rio, el
puente, y la gente.

– Espíritu de la Navidad Pasada: Ellos no pueden vernos ni oírnos. Sólo son


sombras del pasado.

– Scrooge: Mira, la escuela no está vacía. Hay un niño pequeño, solo, olvidado
por sus amigos. Lo conozco, pobre niño.

– Espíritu de la Navidad Pasada: Ahora vamos a ver otra Navidad.

– Narrador: Entonces llegaron a una casa.

– Scrooge: Esta casa me resulta conocida. Oh, esta es mi casa, donde me


crie.

– Espíritu de la Navidad Pasada: Si lo es. ¿Y reconoces a ese niño pequeño


sentado allí leyendo solo?

– Scrooge: Soy yo, de niño. Pero… ¿por qué estoy… por qué está solo?

– Espíritu de la Navidad Pasada: Tú debes saber la respuesta.


– Scrooge: Porque mis padres estaban trabajando, por eso siempre estaba
solo. Por eso mis Navidades eran tan tristes y solitarias.

– Espíritu de la Navidad Pasada: Ven, toma mi mano, no tenemos mucho


tiempo.

– Scrooge: ¡No, ya he visto suficiente, vete! !No me tortures!

– Espíritu de la Navidad Pasada: No me eches la culpa. Te dije que eran


sombras de las cosas que fueron.

– Scrooge: ¡Llévame de regreso!

– Espíritu de la Navidad Pasada: Sólo nos queda una última parada, nuestro
tiempo se acaba.

– Narrador: Y aparecieron en un jardín. Scrooge era ahora un hombre joven,


sentado en un jardín al lado de una hermosa dama. La mujer estaba llorando.

– Mujer: No puedo casarme contigo, Ebenezer. Hay algo que tú amas mas que
a mí.

– Scrooge: Tonterias, no amo a ninguna otra mujer.

– Mujer: Es cierto. Amas el dinero. Lo amas más que a nada en el mundo.

– Scrooge: No hay nada de malo en amar el dinero.

– Mujer: Cuando nos comprometimos éramos pobres y luego fuimos felices


siendo pobres. Espero que seas feliz con la vida que has escogido.

– Narrador: Y la mujer se alejó corriendo del jardín. El anciano Scrooge y el


espíritu la siguieron. Cuando se detuvieron, Scrooge pudo ver que ella ya era
algunos años mayor. Había niños riendo y jugando con la mujer. Una niña
pequeña la abrazó y le dio un beso.

– Niña Pequeña: Ayúdame a abrocharme el sombrero, mamá.

– Scrooge: ¿Son sus hijos?

– Espíritu de la Navidad Pasada: Así es, pero pudieron haber sido los tuyos.

– Mujer: déjame abrir la puerta para que.

– Niños: ¡Papá!

– Narrador: Los niños corrieron y lo abrazaron. El hombre sonrió y les dio los
regalos. Después abrazó y besó a su esposa.

– Scrooge: ¡Basta! ¡Llévame a casa!


– Narrador: Y Scrooge apareció en su dormitorio.

– Scrooge: Gracias a Dios, todo fue un sueño.

– Narrador: Entonces sonó la campanada del reloj.

– Espíritu de la Navidad Presente: No, Ebenezer. No fue un sueño.

– Scrooge: Supongo que eres el Espíritu de la Navidad Presente.

– Espíritu de la Navidad Presente: Así es. Soy el Espíritu de la Navidad


Presente. Tengo mucho que mostrarte. Tómate de mi bata. ¡Apúrate! No
podemos llegar tarde.

– Narrador: Scrooge tocó el ruedo de la bata del espíritu y el dormitorio


desapareció. Scrooge se encontró en una calle de mucho movimiento y llena
de nieve. Había mucha gente comprando los regalos de último momento, las
tiendas permanecían abiertas, la gente cocinaba sus mejores platos, y las
campanas de la iglesia sonaban. Todos asistían a la iglesia con sus mejores
ropas. Todos estaban felices.

– Scrooge: Todos parecen tan felices.

– Espíritu de la Navidad Presente: Lo están. Es Navidad. ¿Qué esperabas?

– Scrooge: ¿Quieres decir que estén felices sólo porque es 25 de Diciembre?

– Espíritu de la Navidad Presente: Si. Hoy pueden dejar de lado sus


problemas y sólo disfrutar estar con sus familias. Se dedican sólo a disfrutar de
la comida en sus mesas y de todas las bendiciones que reciben.

– Narrador: Entonces el Espíritu llevó a Scrooge a la casa de Bob Cratchit. Y


estando alli parados frente a la puerta, el Espíritu bendijo la humilde casa.
Después Scrooge vio a Bob Cratchit jugando con sus hijos, tres niños y dos
niñas.

– Scrooge: ¿Es aquí dónde vive?

– Espíritu de la Navidad Presente: Claro, con su salario, esto es todo lo que


él puede pagar.

– Narrador: Entonces la Sra. Cratchit entró al comedor llevando un pequeño


pavo en una bandeja.

– Scrooge: ¡Parecen tan pobres! Sus ropas son tan viejas.

– Espíritu de la Navidad Presente: Amor es lo que puedes sentir aquí.


– Narrador: Bob Cratchit levantó al niño más pequeño de una silla que estaba
en un rincón y lo llevó hasta la mesa. El niño era pálido y delgado y llevaba una
muleta.

– Scrooge: ¿Qué le sucede? ¿Por qué no camina?

– Espíritu de la Navidad Presente: Está muy enfermo. Su nombre es Tiny


Tim, y sus padres no tienen dinero para pagar un doctor, asi que tal vez muera.

– Scrooge: ¿Muera? Pero debe haber algo que pueda hacerse. Por favor,
dime que no morirá.

– Espíritu de la Navidad Presente: Veo una silla vacía en aquella esquina. Si


el futuro no cambia, con seguridad morirá.

– Scrooge: ¡No! ¡No!

– Espíritu de la Navidad Presente: De todos modos ¿Qué te importa? Eso


hará que disminuya la población mundial.

– Narrador: En ese momento Scrooge se dio cuenta de que esas eran sus
propias palabras y sintió lastima por si mismo. Entonces escuchó su nombre.

– Bob Cratchit: ¡Sr. Scrooge! Gracias al Sr. Scrooge tenemos esta cena,

– Sra. Cratchit: Ojalá pudiera verlo para agradecerle personalmente.

– Bob Cratchit: Querida… niños… ¡Es Navidad!

– Sra. Cratchit: Lo sé, querido. Espero que él tenga una Feliz Navidad y un
Próspero Año Nuevo!

– Bob Cratchit: Vamos a brindar por nuestra Navidad y por el Sr, Scrooge.
Feliz Navidad, y que Dios nos bendiga a todos.

– Narrador: Mientras tanto se hacía tarde. El Espíritu llevó a Scrooge hacia


diferentes lugares para que pudiera ver cómo la gente celebraba la Navidad. La
gente, aunque pobre, como decía Scrooge, eran felices y disfrutaban estar en
familia y con amigos. De golpe, sin previo aviso, aparecieron de pie en una
habitación.

– Scrooge: Reconozco esa voz. Es mi sobrino. Está en una fiesta.

– Sobrino de Scrooge: Ja, ja, ja, ja, ja… dijo que la Navidad era sólo una
mentira.

– Esposa del Sobrino: Debería sentirse avergonzado.

– Sobrino de Scrooge: Es muy divertido, pero no es una persona agradable.


– Esposa del Sobrino: Me dijiste que es muy rico.

– Sobrino de Scrooge: ¿Y con eso qué, querida? No le sirve de nada su


riqueza. No hace nada con su dinero.

– Invitado: No vino a cenar con nosotros esta noche porque está muy ocupado
contando su dinero. Ja, ja, ja, ja…

– Sobrino de Scrooge: Prefirió enojarse con nosotros que venir a divertirse.

– Scrooge: No les agrado.

– Espíritu de la Navidad Presente: No, a menos que el futuro cambie.

– Scrooge: ¿Y cómo puedo cambiar el futuro?

– Narrador: La habitación desapareció y continuaron su viaje. Visitaron


muchos piases, viajaron hacia tierras lejanas. Visitaron a los enfermos que se
sentían felices, a la gente pobre que se sentía rica, los refugios donde la gente
sentía esperanza. Fue una noche muy larga. Y todo sucedió en tan sólo una
noche. Entonces, el Espíritu de la Navidad Presente desapareció.

– Scrooge: Oh, nuevamente estoy en mi cama.

– Narrador: Pero al incorporarse, otro espíritu flotaba en su cuarto. Estaba


vestido de negro y una capucha oscura ocultaba su rostro.

– Scrooge: ¿Quién eres? Primero me visitó el Espíritu de la Navidad Pasada,


luego el Espíritu de la Navidad Presente. Tú debes ser el Espíritu de la Navidad
Futura. ¿Estás aquí para mostrarme el futuro y cómo puedo cambiarlo?

– Narrador: El Espíritu no respondió, sólo se dirigió hacia la puerta. Scrooge lo


siguió hacia la calle frente a su oficina. Tres hombres estaban parados
enfrente, hablando y moviendo la cabeza.

– Scrooge: Los conozco. Hago negocios con ellos. Somos amigos. Les caigo
bien aunque no ocurra lo mismo con mi sobrino. Pero… ¿qué están diciendo de
mí?

– Hombre1: Pobre viejo Scrooge.

– Hombre2: Lo sé, me da mucha pena.

– Hombre1: Me dijeron que está muy enfermo.

– Hombre2: ¿Quién lo cuida?

– Hombre1: Nadie. Ya sabes que siempre quiso vivir solo.

– Hombre2: Tampoco tiene amigos.


– Hombre1: Como será la vida de alguien que no tiene amigos?

– Hombre2: Seria lamentable, no habría nadie en quien confiar…

– Hombre1: Pero, ese viejo tacaño cualquier dia recibirá las consecuencias
de sus acciones.

– Hombre2: (Suspirando)Bueno amigo mio, que tengas una feliz navidad.

– Narrador: El Espíritu empezó a avanzar y Scrooge lo siguió por la calle.


Luego llegaron a una pequeña casa.

– Scrooge: Ya hemos estado aquí antes. Esta es la casa de Cratchit.

– Narrador: El Espíritu condujo a Scrooge hacia el dormitorio. Allí se


encontraba el Sr. Bob Cratchit sentado al costado de la cama de su hijo. El niño
estaba muy enfermo.

– Scrooge: ¿Por que está llorando? La ultima vez que estuve aquí estaban tan
felices.

– Narrador: El niño se encontraba dormido, pero estaba más delgado y muy


pálido. La Sra. Cratchit entró a a la habitación.

– Sra. Cratchit: Querido, ¿Qué vamos a hacer? ¿Le pediste ayuda al Sr.
Scrooge?

– Bob Cratchit: Sí, pero no puede ayudarnos. Pero su sobrino nos ayudará.

– Sra. Cratchit: Espero que no sea demasiado tarde. ¿Qué haremos sin
nuestro hijo?

– Scrooge: ¿Por qué? Dime qué le sucede al pequeño. ¿Acaso, va a morir?


¿Qué puedo hacer para ayudarlo? Por favor, ¡dime!

– Narrador: El Espíritu no respondió. Después todo se tornó oscuro y Scrooge


apareció en un lugar frio y neblinoso.

– Scrooge: ¿Dónde estamos? ¡Esto es un cementerio! ¿Por que me trajiste a


este lugar?

– Narrador: El Espíritu le mostró a Scrooge una tumba.

– Scrooge: Antes de que me acerque a esa tumba, dime algo… ¿es la imagen
de lo que será? ¿o solamente la imagen de lo que puede ser?
– Narrador: El Espíritu no respondió. Entonces Scrooge se acercó a observar
la tumba. Y allí grabado, estaba el nombre: Ebenezer Scrooge. Entonces
Scrooge cayó de rodillas.

– Scrooge: ¡No! ¡No! Espíritu, escúchame! He cambiado! ¿Por qué me


muestras todo esto si ya he perdido toda esperanza? Por favor, dime que
puedo cambiar todo lo que me has mostrado. Honraré la Navidad en mi
corazón. Viviré en el pasado, en el presente, y en el futuro. No olvidaré las
lecciones que todos los espíritus me han enseñado. Oh, por favor, dime que
puedo borrar mi nombre de esa tumba.

– Narrador: Angustiado, tomó la mano del Espíritu, pero éste la rechazó y


Scrooge despertó en su cama.

– Scrooge: Oh, gracias! Me han concedido otra oportunidad. No sé qué día es


hoy, o cuánto tiempo he estado con los Espíritus. Me siento como un niño, pero
no me importa. ¡Quiero ser de nuevo un niño!.

– Narrador: Entonces escuchó que sonaban las campanas de la iglesia. Luego


vio a un niño en la calle y gritó.

– Scrooge: ¡Oh, qué maravilloso! ¡Oye tú! ¡A ti! ¿Qué día es hoy?

– Niño1: Es Navidad, señor. La mañana de Navidad.

– Scrooge: ¡Oh, qué maravilloso! ¡Oye tú! ¡A ti! ¿Qué día es hoy?

– Niño1: Es Navidad, señor. La mañana de Navidad.

– Scrooge: ¡Muy bien! No la he perdido.

– Narrador: Entonces sacó una bolsa de dinero, y llenó de monedas la mano


del niño.

– Scrooge: Hay un pavo grande y jugoso en la carnicería que está al final de la


calle. Cómpralo y llévalo a la casa de Bob Cratchit.

– Niño1: Pero, señor, esto es mucho dinero.

– Scrooge: Quédate con el vuelto. Apúrate. Los Cratchit tienen hambre.

– Niño1: ¡Si, señor!

– Scrooge: ¡Oh! ¡Niño!

– Niño1: ¿Dígame, señor?

– Scrooge: ¡Qué tengas una feliz Navidad!

– Niño1: Gracias, señor. Que usted también tenga una feliz Navidad.
– Narrador: Scrooge ahora vestido con su mejor ropa, se dirigió hacia la casa
de su sobrino. Se sentía realmente feliz y emocionado. Saludaba a todos en la
calle y los trataba con amabilidad.

– Scrooge: Niño, toma este dinero y ve a comprarte dulces de Navidad.

– Niño2: Gracias, señor.

– Scrooge: Feliz Navidad.

– Narrador: Cuando Scrooge llegó a la casa de su sobrino, éste se sorprendió


al verlo.

– Sobrino de Scrooge: ¡Tío estoy feliz de verte! Me alegra que hayas


cambiado de opinión acerca de la cena de Navidad. Ven a celebrar con
nosotros.

– Scrooge: Sí, gracias por aceptarme.

– Narrador: La esposa de su sobrino colocó un plato extra en la mesa.

– Esposa del Sobrino: Estamos felices de tenerlo aquí. Ha llegado justo a


tiempo para el pavo.

– Narrador: Después de la cena, Scrooge dijo algunas palabras.

– Scrooge: Gracias. Nunca había comido una cena tan deliciosa. Pero ahora
tengo que irme, tengo otras cosas que hacer, y gente que visitar.

– Narrador: Y Scrooge enfiló hacia la casa de Bob Cratchit. La Sra. Cratchit


abrió la puerta, no podía creer lo que veía: el Sr. Scrooge parado frente a ella.

– Sra. Cratchit: ¡Oh, Sr. Scrooge! ¡Qué sorpresa! Quiero agradecerle por el
maravilloso pavo que nos envió.

– Scrooge: Fue un placer para mí.

– Bob Cratchit: Mr. Scrooge, entre por favor.

– Scrooge: Cratchit, has trabajado largas horas por muchos años sin quejarte.
Te subiré el sueldo y también te ayudaré a sostener a tu familia.

– Bob Cratchit: Oh gracias, Sr. Scrooge. Usted es tan generoso.

– Scrooge: ¡Feliz Navidad!

– Narrador: Scrooge hizo más de lo que dijo que haría. Cuidó a Tiny Tim como
si fuera su segundo padre. Algunos se reían al ver cómo había cambiado, pero
no le importaba. Scrooge nunca volvió a ver a los Espíritus, pero tenía muchos
amigos y estaba muy cerca de su familia. Y cada vez que comía con sus
amigos y con su familia, decía…

– Scrooge: Que Dios nos bendiga. Que Dios bendiga a cada uno de nosotros.

FIN

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