Silencios y Consensos

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SILENCIOS

Y
CONSENSOS
Un vistazo a las
Conferencias Bíblicas de
1919 y 1952
Edgardo D. Iuorno, Editor

Paraná, Entre Ríos


2021
SILENCIOS Y CONSENSOS

ÍNDICE

LA DISPUTA ACERCA DEL CONTINUO, PRINCIPAL


ANTECEDENTE DE LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1919
....................................................................................................... 6
La conferencia de profesores de Biblia e historia de
1919 .......................................................................................... 9
La crisis Kellogg-Jones ................................................ 24
El "continuo" .............................................................. 33
Protagonistas del debate. Stephen Haskell ................ 34
Claude Holmes ........................................................... 46
J. S. Washburn ........................................................... 50
W. W. Prescott ........................................................... 60
L. R. Conradi ............................................................. 64
A. G. Daniells ............................................................. 67
W. C. White ............................................................... 74
Conclusión ................................................................. 81

EN EL CAMPO DE BATALLA: PROGRESISTAS Y


TRADICIONALISTAS EN GUERRA POR LA
HERMENÉUTICA .................................................................... 85
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SILENCIOS Y CONSENSOS

La Biblia y la hermenéutica ........................................ 89


Principios de interpretación profética ....................... 92
Cuestiones específicas ................................................ 97
Cuestiones de importancia posterior......................... 97
La Trinidad ................................................................. 98
Los pactos ................................................................. 100
El creacionismo frente a la teoría de la evolución .. 105
Temas con cierto consenso ...................................... 108
Los diez reinos .......................................................... 109
La profecía de los 1260 días/años ........................... 114
Las siete trompetas ................................................... 117
Cuestiones controvertidas ........................................ 121
El "día a día" ............................................................. 121
El rey del norte ......................................................... 124
Ellen G. White y la hermenéutica ........................... 126
El primer diálogo ...................................................... 127
Presentación formal de A. G. Daniells .................... 133
La "mesa redonda" .................................................... 134
Preguntas adicionales sobre la inspiración .............. 144
Resumen ................................................................... 150
Conclusiones ............................................................ 153
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SILENCIOS Y CONSENSOS

LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1952 DE LA IGLESIA


ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA ...................................... 157
Marco histórico ........................................................ 159
La Conferencia Bíblica de 1919 .............................. 160
La Segunda Guerra Mundial ................................... 161
Tensiones teológicas dentro de la Iglesia ................. 163
Dos teólogos influyentes .......................................... 164
La Confraternidad de Investigación de la Biblia..... 165
Las razones dadas por la Asociación General .......... 168
Organización de la Conferencia .............................. 171
Comisión planificadora ........................................... 172
Oradores ................................................................... 173
Delegados.................................................................. 174
Conclusión parcial ................................................... 175
Temática de la conferencia bíblica .......................... 176
Temas presentados ................................................... 177
Producto de la Conferencia ..................................... 180
Transcripciones de la Conferencia .......................... 181
Audios de la Conferencia ........................................ 181
Dos proyectos académicos importantes ................... 182
Creación de la Comisión de Investigación Bíblica . 182
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SILENCIOS Y CONSENSOS

Conclusión parcial ................................................... 183


Resumen ................................................................... 185
Conclusión General ................................................. 187

SILENCIO, CONSENSO Y FRAGMENTACIÓN EN LA


TEOLOGÍA ADVENTISTA ................................................... 191
Los adventistas carentes de una teología sistemática
............................................................................................... 191
¿Jerarquía de doctrinas? ............................................ 193
Desconexiones teológicas ......................................... 203
Falta de una teología misionera ............................... 205
Falta de interés en asuntos teológicos...................... 206
Conclusión ............................................................... 208

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SILENCIOS Y CONSENSOS

LA DISPUTA ACERCA DEL CONTINUO, PRINCIPAL


ANTECEDENTE DE LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1919
Bert Haloviak
Arthur G. Daniells, después de la fase inicial de tres semanas de
la Conferencia de Profesores de Biblia e Historia de 1919,
escribió a W. C. White: "Creo que puedo decir verdaderamente
que al final de esta importante reunión, estamos más unidos y
firmes en favor de todos los fundamentos que cuando
comenzamos la reunión".
Una opinión contraria era expresada tres años después por J. S.
Washburn, un ministro de treinta y ocho años, cuando declaró:
“Bajo la autoridad, y la sanción o el permiso al menos de este
llamado Instituto Bíblico, los maestros estaban minando la
confianza de nuestros hijos e hijas en los fundamentos mismos
de nuestra verdad, mientras que a los padres no se les permitía
indagar en los secretos sagrados de este consejo privado.... Uno
de nuestros obreros más fieles dijo que la celebración de este
Instituto Bíblico [1919] era lo más terrible que había ocurrido
en la historia de esta denominación”.
La declaración de Washburn reflejaba un punto de vista que
tenía profundas raíces en el pasado de la denominación, pero
que no estaba representado en la Conferencia de 1919. Ese
punto de vista no era excluido a propósito, sino más bien
porque la iniciativa de la Conferencia provino del campo de la
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SILENCIOS Y CONSENSOS

educación, y los delegados fueron seleccionados en gran medida


de las facultades de Biblia e Historia de las principales
instituciones educativas.
La discordia con este segmento no representado había
comenzado mucho antes de 1919 y continuaría después de la
Conferencia. La naturaleza de la discordia tenía que ver con los
puntos de vista conflictivos sobre la inspiración del espíritu de
profecía y se libró con la cuestión teológica del "continuo" de
Daniel 8 como telón de fondo.
En este capítulo se intentará esbozar las dos principales posturas
en conflicto sobre la naturaleza de la inspiración del espíritu de
profecía e ilustrar las consecuencias de la fricción entre dichas
posturas. También se examinarán algunas de las crisis que
impidieron el éxito del diálogo que podría haber sintetizado los
puntos de vista en conflicto. El autor cree que la tragedia de la
década que precedió y de las décadas que siguieron a la
Conferencia era que cada parte tenía elementos de verdad que
necesitaba la otra. Sin embargo, la desconfianza hizo que una
posición desestimara a la otra como "inspiradores verbales",
mientras que el segundo bando consideraba que sus oponentes
avanzaban, consciente o inconscientemente, hacia la destrucción
del espíritu de profecía. Con esa desconfianza se consolidaron
posiciones que hicieron más improbable el necesario diálogo.

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SILENCIOS Y CONSENSOS

Tras analizar la propia Conferencia y algunas de sus cuestiones


no resueltas, el libro examina brevemente ciertas apostasías que
tiñeron el ambiente cuando se iniciaba el debate sobre el
"continuo". A continuación, examina los principales defensores
de cada una de las posiciones que se consolidaron en torno a la
cuestión de la inspiración del espíritu de profecía.
Hay que señalar que la naturaleza de las cuestiones que se
plantean en este trabajo ha hecho necesario un amplio intento
de documentación. Debe entenderse que, aunque el autor cree
que las pruebas justifican las conclusiones generales a las que se
ha llegado, el libro no pretende en modo alguno ser una
exposición exhaustiva de los numerosos episodios que aborda.
Los patrocinadores de la Conferencia de Profesores de Biblia e
Historia de 1919 no elaboraron un acta de la reunión ni
emitieron un informe formal de las posiciones adoptadas sobre
los diversos temas presentados. La transcripción de esta
conferencia, por tanto, no constituye ningún tipo de declaración
oficial. La transcripción se compone tanto de documentos de
estudio como de debates. Algunos de los debates trataron temas
que no figuraban en el orden del día.
Un estudio cuidadoso daría más peso a los pensamientos
expresados en las ponencias que a las ideas presentadas durante
los debates, en lo que respecta al consenso confesional. Mientras
que los comentarios extemporáneos de un delegado pueden

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SILENCIOS Y CONSENSOS

revelar sus propios problemas teológicos más profundos, el


mismo tema tratado por la misma persona pero que aparece en
una revista o libro denominacional representaría más a la iglesia
en general o a una escuela importante de pensamiento
denominacional.

La conferencia de profesores de Biblia e historia de 1919

T. E. Bowen, en un arrebato poético dirigido a su amigo A. O.


Tait, trató de prepararlo para el clima de Washington que podía
esperar durante la próxima Conferencia de Profesores de Biblia
e Historia que se celebrará durante seis semanas a partir del 1 de
julio de 1919:
Los días son cada vez más cortos,
El calor comienza a hervir a fuego lento.
Para dejar bien claro su punto de vista, Bowen señaló que
para cuando llegue julio "hará un calor delicioso, así que venga y
ayúdenos a disfrutarlo". Recordó que, cuando se estaba
estudiando la ubicación de la Conferencia, A. G. Daniells
señaló que Bowen había permanecido en los alrededores de
Washington durante los últimos 10 o 12 veranos y había
sobrevivido.
Una buena parte de la iniciativa para celebrar dicha
conferencia había surgido de la Pacific Press, donde Tait ejercía

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SILENCIOS Y CONSENSOS

de editor. Ya en 1913, M. C. Wilcox, editor de Signs of the


Times, había solicitado una reunión de este tipo para realizar
estudios bíblicos en profundidad similares a los que él recordaba
de una época pasada. Otra cosa que Wilcox recordaba de esa
época anterior era que no existía "ese miedo atroz de que alguien
fuera a enseñar una herejía si sostenía un punto de vista un
poco diferente al de los demás".
Dos años después, Wilcox renovó su llamado. Esta vez
enumeró los puntos de diferencia entre los editores, los
maestros de la Biblia y los ministros, y esperaba que fueran
consideradas cuestiones como (a) las fechas proféticas
relacionadas con el comienzo y el final de los 1260 años, (b)
significado del término "Espíritu de Profecía" en Apocalipsis
12:17 y 19:10, (c) el "día" de Daniel 8, (d) el rey del Norte de
Daniel 11, (e) "Esta generación" de Mateo 24, y (f) las plagas de
Apocalipsis 16. El asunto se discutió durante el Consejo de
Otoño y los delegados esperaban que se celebrara dicha reunión
"a la primera oportunidad". Un año después, A. O. Tait hizo
una recomendación similar.
En 1917, W. C. White se cansó de la excesiva concentración
en los temas bélicos que aparecían en las publicaciones
periódicas de la denominación. Se preguntaba si la
denominación tenía entonces suficiente erudición para
desarrollar temas proféticos más amplios que la situación bélica
inmediata. Al mirar a los maestros de la Biblia, creía, "con
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SILENCIOS Y CONSENSOS

algunas excepciones", que podían clasificarse en dos categorías:


(a) ortodoxos, pero poco progresistas y aburridos, (b) progresistas
e interesantes, pero no ortodoxos. Pidió un método sistemático
de mejora e instó a que se realizara una escuela bíblica de verano
anualmente. Daniells respondió favorablemente a la propuesta
recordando sus propios intentos en 1913 de realizar un Instituto
de Profesores de la Biblia. Creía que tales reuniones con los
maestros de la Biblia y los editores debían dar como resultado
una "combinación y unidad".
El Comité de la Asociación General, el 5 de abril de 1918,
adoptó una resolución en la que se pedía un Consejo de
Profesores de Biblia e Historia de seis semanas de duración que
comenzaría el 1 de julio de 1918. Se invitó a asistir a los
profesores de Biblia e Historia de los colegios e institutos
adventistas, a los principales editores y a "otros hombres
destacados" que la AG pudiera designar. Un comité de siete
personas seleccionó a unos 40 delegados y asignó
aproximadamente 67 temas bíblicos y de historia para ser
considerados. Algunos de los temas sugeridos y los oradores
propuestos fueron: "El uso del Espíritu de Profecía en la
enseñanza de la Biblia y la historia", A. G. Daniells o W. A.
Spicer; "El continuo del libro de Daniel", F. M. Wilcox; "La
inspiración: ¿Qué hay en la Biblia y en los Testimonios?", A.
G. Daniells; "¿Cuál debe ser nuestra actitud en la cuestión de la
carne?", F. M. Wilcox.

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SILENCIOS Y CONSENSOS

Cuando la situación de guerra provocó la cancelación de la


Conferencia propuesta, el Comité de la Asociación General
recomendó que se celebrara una de alcance similar en 1919. Sin
embargo, resulta bastante interesante que los temas aprobados
por el comité organizador no incluyeran ni el espíritu de
profecía ni el "continuo". La carta de presentación enviada a los
delegados señalaba, sin embargo, que no se pretendía que los 11
temas enumerados fueran los únicos que se consideraran, sino
que se podían considerar otros "como mejor parezca".
Como miembro del Comité de la Asociación General, W.
C. White tenía automáticamente derecho a ser delegado en la
Conferencia. Sin embargo, Daniells le extendió una invitación
especial para asistir. Aunque White no podía pensar en nada
que le gustara más que asistir a la Conferencia, su trabajo
urgente en la preparación de manuscritos le impidió concurrir.
El área de mayor interés durante las discusiones de la
Conferencia de Profesores de Biblia e Historia de 1919 se refería
a la naturaleza de la inspiración del espíritu de profecía. Aunque
el tema se discutió formalmente en tres ocasiones distintas, las
dos áreas del informe taquigráfico de las reuniones ofrecen una
visión adicional de las diversas interpretaciones de la naturaleza
de la inspiración de Ellen G. White.
W. W. Prescott, secretario de campo de la Asociación
General, abordó por primera vez el tema sugiriendo que las

12
SILENCIOS Y CONSENSOS

declaraciones del espíritu de profecía debían ser "interpretadas"


para ponerlas en "armonía con la historia y los hechos". Esto,
señaló, podría entrar en conflicto a veces con la primera lectura
normal de una declaración específica. A continuación, Prescott
pasó a concluir que el espíritu de la profecía debía ser
"corregido" cuando se descubrieran errores de hecho. Enumeró
seis de esas "correcciones" que se habían hecho en la edición de
1911 de El Gran Conflicto.
F. M. Wilcox, editor de la Review, aunque estaba de acuerdo
en que la Sra. White había reconocido en el pasado la falibilidad
en su recuerdo de ciertos acontecimientos sobre los que escribía
de memoria, enfatizaba un enfoque holístico de los escritos que
le permitía evitar la necesidad de decidir si declaraciones
históricas específicas eran inspiradas o no. Esta divergencia
básica pareció estar presente a lo largo de los debates sobre el
espíritu de la profecía, y parecía no estar resuelta cuando
terminó la Conferencia.
A.O. Tait retomó el tema de Prescott y declaró: "En otras
palabras, ella nunca afirmó que tuviera evidencia inspirada con
respecto a esas fechas y hechos históricos". Prescott respondió
atribuyendo inexactamente la siguiente posición a W. C. White:
“Hablé con W. C. White sobre este asunto, ya que tenía algo
que ver con este libro, y él me ha dicho que no había ninguna
afirmación de que este libro fuera una autoridad inspirada sobre
hechos de la historia”.
13
SILENCIOS Y CONSENSOS

Como se examinará más adelante, W. C. White nunca


intentó dividir partes de los escritos del espíritu de profecía en
secciones inspiradas y no inspiradas. Aunque no consideraba a
la Sra. White como la autoridad final en cuestiones de exactitud
histórica, y no debía utilizarse como autoridad para resolver
cuestiones históricas controvertidas, evitó cuidadosamente
distinguir entre los llamados aspectos inspirados y no inspirados
del espíritu de profecía.
Mientras que D. E. Robinson ofreció una explicación que
podría explicar al menos tres de las seis "correcciones"
mencionadas por Prescott, W. G. Wirth, profesor de Biblia del
Pacific Union College, afirmó que nunca había creído "que la
historia del espíritu de profecía debía tomarse como inspirada".
Consideraba que la "historia era simplemente colocada para
fundamentar los principios".
Seis días después de esa discusión general sobre el espíritu de
profecía, A. G. Daniells expresó su placer por la oportunidad de
reunirse y tener una "charla clara sobre esta cuestión". También
expresó su felicidad por la oportunidad de dejar constancia "de
este don para la iglesia" debido a las críticas que parecían
asaltarle a él y a otros miembros de la Asociación General de
que eran "poco firmes con referencia al espíritu de profecía", y
que pisaban un terreno resbaladizo.

14
SILENCIOS Y CONSENSOS

Daniells concluyó su introducción al tema expresando su


profunda preocupación por la posibilidad de que él influyera en
alguien para que no tuviera plena confianza en el don profético
en la iglesia. A continuación, relató experiencias, tanto en
Estados Unidos como en Australia, que consolidaron su firme
confianza en el espíritu de la profecía. Mientras discutía los
detalles de la crisis "que sacudiría a esta denominación hasta sus
cimientos", la crisis Kellogg, Daniells informó a los taquígrafos
que no transcribieran el resto de esa reunión "que llevaría más
de 60 páginas de mecanografía".
Al comienzo de sus charlas sobre el espíritu de profecía
durante la segunda serie de reuniones, Daniells comenzó de
nuevo con la esperanza de no decir "una sola palabra que
destruya la confianza en este don. ... No quiero crear dudas". En
varias ocasiones pidió una afirmación a los profesores de que su
posición no era la que les haría pensar que estaba vacilando en
el espíritu de la profecía. Parecía claro que Daniells consideraba
que estaba tratando con oyentes comprensivos. Uno de los
maestros señaló con simpatía la creencia generalizada de que ni
él ni Prescott creían en los Testimonios y esto pareció solidificar
la intención de Daniells de "explicar" la posición de los que le
causaron esa reputación. Daniells, al igual que otros, atribuyó
constantemente a ese segmento la creencia en la inspiración
verbal del espíritu de profecía.

15
SILENCIOS Y CONSENSOS

Durante su charla del 30 de julio, Daniells pareció revelar de


forma bastante completa su concepto de la inspiración del
espíritu de profecía. Aunque consideraba claramente que los
Testimonios procedían del Señor, también subrayó que era
necesario que se produjera una interpretación. Enfatizó que la
base real de su confianza en el don era el fruto del don dentro
de la iglesia.
Daniells consideraba el espíritu de profecía como un
comentario inspirado sobre la Biblia, pero rechazaba el concepto
de que fuera el único intérprete seguro de la Biblia o que fuera
"un intérprete infalible" de la misma. En cuanto a las cuestiones
de interpretación, Daniells subrayó su creencia en un enfoque
hoiístico en la enseñanza del espíritu de la profecía. Hizo
hincapié en que "toda la tendencia de la enseñanza y el
pensamiento que se pone a través de los Testimonios sobre ese
tema" debe determinar las conclusiones".
Daniells no consideraba que la Sra. White pretendiera "ser
una autoridad en historia, y nunca pretendió ser una maestra
dogmática en teología". Subrayó que creía que "en lo que a ella
respecta, estaba dispuesta a corregir en la revisión las
afirmaciones que creía que debían ser corregidas". Parecía estar
subrayando que, al igual que la Sra. White no debía ser
considerada una "intérprete infalible" de la Biblia, tampoco
debía ser considerada una "guía infalible de la historia". Debe
notarse que Daniells parecía evitar la posición que Prescott
16
SILENCIOS Y CONSENSOS

parecía adoptar de considerar a la Sra. White no "inspirada" en


ciertos puntos. Daniells distinguió entre la cuestión de la
infalibilidad y la inspiración y declaró: "Nunca entendí que ella
pusiera la infalibilidad en las citas históricas", al tiempo que
estaba de acuerdo en que la prueba final de la inspiración del
espíritu de profecía era su valor espiritual más que su veracidad
histórica.
Otra faceta de la comprensión de Daniells sobre el uso
adecuado del espíritu de profecía estaba relacionada con su
creencia de que algunos reclamaban demasiado para los escritos.
Aunque advertía que había que hacer todo lo posible para evitar
poner en duda el don ante los estudiantes, otra forma de
perjudicar al estudiante sería "adoptar una posición extrema e
injustificada".
La filosofía de Daniells respecto a la interpretación del
espíritu de la profecía en función del contexto era enunciada en
respuesta a una pregunta sobre el uso de la mantequilla. Sabía,
afirmaba Daniells, que por las conversaciones que mantenía con
Ellen White que ella entendía bien que el sentido común
dictaba que la gente debía regirse por la localidad y las
circunstancias en su relación con la cuestión de la salud.
La característica más destacada en las discusiones sobre el
espíritu de profecía del 1 de agosto fue la cuestión de la
inspiración verbal. F. M. Wilcox declaró que debido a su

17
SILENCIOS Y CONSENSOS

conocimiento de los métodos utilizados en las obras de Ellen


White "nunca creyó en la inspiración verbal de los Testimonios".
J. N. Anderson se preguntó si la dirección debía seguir "dejando
que nuestra gente en general siguiera sosteniendo la inspiración
verbal de los Testimonios". Pidió que se actuara con cautela en
la dirección de educar a los miembros para evitar la grave crisis
que podría producirse algún día. C. L. Taylor dudaba de que los
miembros creyeran en general en la inspiración verbal de los
Testimonios. Señaló que la cuestión se discutió mucho más en
la Conferencia "en un día" de lo que él había oído en toda su
vida. Daniells pareció reaccionar de nuevo a los que
cuestionaban su posición sobre el espíritu de profecía cuando
declaró:
“Creo que se puede hacer más daño con los Testimonios
reclamando su inspiración verbal que con la Biblia. Si me piden
la lógica de ello, podría llevarles algún tiempo sacarla a la luz, y
podría no ser capaz de satisfacer a todas las mentes; pero si me
piden la experiencia práctica, puedo dársela, en abundancia”.
Daniells expresó su opinión de que sostener un concepto de
inspiración verbal de los Testimonios era ilógico "porque todos
los que han visto la obra hecha saben mejor, y bien podríamos
descartarla".
G. B. Thompson creía que la iglesia había sido educada
incorrectamente y, por lo tanto, la denominación se enfrentaba
a la posibilidad de un choque en la cuestión de la inspiración
18
SILENCIOS Y CONSENSOS

verbal. Su confianza en el espíritu de profecía no estaba en su


inspiración verbal, declaró, sino más bien "en su influencia y
poder en la denominación". Concluyó: "No están inspirados
verbalmente -lo sabemos- y ¿de qué sirve enseñar que lo están?"
M. E. Kern sugirió que la cuestión de la inspiración verbal no
resolvía el problema de definir la inspiración de Ellen White y
Daniells respondió sugiriendo que las dificultades surgían de las
dos cuestiones de infalibilidad e inspiración verbal. A
continuación, se refirió a las declaraciones de James White en la
Review and Herald que intentaban corregir las ideas erróneas
sobre la inspiración verbal. Daniells creía que debido a que esa
explicación no era aceptada "y transmitida", la generación actual
se enfrentaba a esa perplejidad. Continuó:
“Podríamos mencionar a algunos ancianos y a algunos
jóvenes que piensan que no pueden creer en los Testimonios sin
simplemente ponerlos como absolutamente infalibles e
inspirados en cada palabra, tomando todo el asunto como dado
verbalmente por el Señor. No ven cómo creerlos y cómo obtener
el bien de ellos excepto de esa manera. ... Estoy seguro de que se
ha defendido una idea de infalibilidad en la hermana White y
de inspiración verbal en los Testimonios que ha llevado a la
gente a esperar demasiado y a hacer afirmaciones demasiado
grandes, y así nos hemos metido en la dificultad.... Hermanos,
¿vamos a evadir las dificultades o a ayudar a las dificultades
adoptando una posición falsa? (VOCES: ¡NO!)

19
SILENCIOS Y CONSENSOS

Las siguientes tres páginas de la transcripción muestran a


Daniells aplicando la cuestión de la inspiración verbal a
cuestiones como la sal, los huevos, la mantequilla y la revisión
de libros. Cómo, pregunta, podrían revisarse los escritos, si
fueron inspirados verbalmente.
Se hicieron varios intentos para llegar a una forma práctica
de tratar el concepto de inspiración. B. L. House consideraba
que el problema no era la cuestión de la inspiración verbal, sino
la metodología utilizada en la preparación de los libros. Como
creía que los Testimonios se preparaban de forma diferente a
otras obras que contenían extractos históricos, daba a entender
que los Testimonios eran más inspirados. F. M. Wilcox volvió a
insistir en su concepto global de inspiración que permitiría la
posibilidad de falibilidad en un detalle específico. "Me parece
que tendría que aceptar lo que dice en algunas de esas políticas
generales o tendría que barrer todo el asunto", declaró.
El debate se cerró, sin embargo, con la mayoría de las
cuestiones sin resolver. Quizá la más básica fue la planteada por
C. L. Benson, decano y profesor de historia del Pacific Union
College:
“Si existen tales incertidumbres con respecto a nuestra
posición histórica, y si no se puede confiar en los Testimonios
para arrojar mucha luz sobre nuestras posiciones históricas, y si
lo mismo es cierto con respecto a nuestra interpretación

20
SILENCIOS Y CONSENSOS

teológica de los textos, entonces ¿cómo podemos confiar


implícitamente en la dirección que se da con respecto a nuestros
problemas educativos, y nuestra escuela de medicina, e incluso
nuestra organización denominacional? Si hay una dirección
espiritual definida en estas cosas, entonces cómo podemos
consistentemente dejar de lado los Testimonios o dejarlos
parcialmente de lado cuando se trata del lado profético e
histórico del mensaje y colocar estas cosas sobre la base del
trabajo de investigación”.
C. L. Taylor, instructor bíblico en el Canadian Junior
College, replanteó la cuestión de Benson señalando que si las
declaraciones de Ellen Whites relativas a la historia y
posiblemente ciertas exposiciones de las Escrituras se
consideraban poco fiables:
“La única conclusión natural para mí, y probablemente para
muchos otros, sería que la misma autora no es fiable en cuanto a
la organización, en cuanto al panteísmo y en cuanto a cualquier
otro tema que ella haya tratado; que puede haber dicho la
verdad, pero que es mejor que obtengamos todos los datos
históricos que podamos para ver si dijo la verdad o no. Eso es
algo que me gustaría que se discutiera. No creo que lleguemos a
la base de la cuestión a menos que respondamos a la pregunta
del profesor Benson”.

21
SILENCIOS Y CONSENSOS

M. E. Kern, Secretario de Jóvenes de la AG, también tocó


esa cuestión cuando se preguntó cómo el mismo individuo
(probablemente refiriéndose a Prescott) podía considerar los
datos históricos del espíritu de profecía como poco fiables "y
luego afirmar su absoluta confianza en el espíritu de profecía".
También se preguntaba cómo un individuo (obviamente
refiriéndose a Daniells) podía ignorar el testimonio definitivo
relativo a la mantequilla y seguir afirmando su absoluta
confianza en la inspiración del espíritu de profecía. La pregunta
es, afirmó Kern, "¿Cuál es la naturaleza de la inspiración?". Kern
enfatizó el doble problema de explicar tal filosofía de la
inspiración a los jóvenes y también el problema de evitar
racionalizar todo el espíritu de profecía. Kern continuó:
“¿Podemos, tanto en la Biblia como en los Testimonios,
jugar con una palabra en lugar de la visión general de todo el
ámbito de la interpretación? No creo que un hombre pueda
creer en la inspiración general del espíritu de la profecía y aún
así no creer que el vegetarianismo es lo mejor para la
humanidad. Puedo entender que ese testimonio fue escrito para
individuos, y que hay excepciones a él, y que la hermana White,
en su debilidad humana, podría cometer un error al declarar
una verdad, y aun así no destruir la inspiración del espíritu de
profecía; pero la cuestión es cómo presentar estos asuntos a la
gente".

22
SILENCIOS Y CONSENSOS

Prescott también consideró la cuestión de las "inexactitudes"


dentro del espíritu de profecía como un dilema respecto a la
cuestión de la inspiración. Recordó su experiencia en relación
con la revisión del Gran Conflicto. Su problema fue, dijo,
"mantener la fe" en aquellas áreas del espíritu de profecía que no
tenía posibilidad de verificar como lo hizo con las revisiones
históricas aceptadas. Señaló que no había renunciado al espíritu
de profecía a pesar de esta dificultad, sino que "tuvo que ajustar"
su "visión de las cosas".
Aludió a su mala reputación en cuanto a su postura sobre el
espíritu de profecía y simpatizó con la cuestión planteada por
Benson señalando:
“Yo mismo he pasado por la experiencia personal sobre esa
misma cosa de la que ti habla. Si lo corregimos aquí y lo
corregimos allí, ¿cómo vamos a estar con ello en los otros
lugares? Su solución parecía consistir en distinguir entre los
libros que él juzgaba preparados en gran medida por la Sra.
White y los "preparados por otros para su venta al público", al
tiempo que afirmaba, de forma incoherente, que no trazaría una
línea "entre lo que era autoritativo y lo que no".
La Conferencia concluyó sin responder a esta pregunta
básica. Quizás no estaba preparada para hacerlo. Tal vez no se
escuchó lo suficiente el abanico de alternativas. Tal vez era
necesario combinar una visión variada de la naturaleza de la

23
SILENCIOS Y CONSENSOS

inspiración del espíritu de profecía con los puntos de vista


representados en la Conferencia.
Durante su último debate sobre el espíritu de profecía en la
Conferencia, Daniells aludió a su profunda exposición al
funcionamiento de ese don dentro de la iglesia. De hecho, muy
pocos vivían en 1919 que tuvieran una exposición más profunda
del espíritu de profecía que A. G. Daniells. Nótese esta
declaración hecha a los delegados de la Conferencia:
“Todos estos años, desde que comenzó la controversia de
Battle Creek, me he enfrentado a esta cuestión de los
testimonios. Me he reunido con todos los escépticos, los
principales, y he tratado el tema en institutos ministeriales, y he
hablado de él una y otra vez hasta que me he familiarizado
completamente con él, sea o no recto”.
Un vistazo a algunas de las cuestiones planteadas durante la
controversia con J. H. Kellogg y A. T. Jones en Battle Creek
podría ser útil para obtener una perspectiva de las actitudes de
Daniells y otros hacia la inspiración del espíritu de profecía.

La crisis Kellogg-Jones

Cuando la crisis de Kellogg-Jones se acercaba a un pico de


intensidad, George Butler, ex presidente de la Asociación
General, escribió al actual presidente, A. G. Daniells, su
reacción:
24
SILENCIOS Y CONSENSOS

“Es una cosa terrible, terrible, y ¿vamos a entrar en el


conflicto que tenemos ante nosotros... el gran conflicto final,
con dos campos peleando entre sí, Arthur? No creo que sea
posible, a menos que arreglemos este asunto de alguna manera,
y se restablezca la unión, seguir adelante sin quedar
terriblemente paralizados durante años, y sin la pérdida de
muchas almas”.
Un elemento fundamental de la disputa mencionada por
Butler se refería a las interpretaciones conflictivas de la
inspiración del espíritu de profecía. La actitud que tanto John
Harvey Kellogg como Alonzo T. Jones tenían hacia el espíritu de
la profecía parecía excluir o, al menos, minimizar fuertemente la
posibilidad de considerar el contexto del mensaje dado o de
"interpretarlo". Cuando se le instó, en 1905, a que explicara o
hiciera explicar a A. T. Jones un testimonio anterior a 1900
relacionado con el trabajo médico, Kellogg declaró: "No sé si
necesita explicación. Sólo está la declaración". Jones comentó:
"Nunca explico los testimonios. Los creo". Kellogg estuvo de
acuerdo con esa posición y afirmó:
“De qué sirve tratar de explicar lo que el Señor hace, lo que
el Señor dice. El Señor lo dice como quiere decirlo”.
Un poco más tarde, durante esta misma reunión, Kellogg
reiteró esta actitud: “No voy a explicar lo que el Señor dice. No
voy a intentar hacerlo. Cuando leo mi Biblia, creo en la Biblia,

25
SILENCIOS Y CONSENSOS

la palabra que el Señor me ha enviado, y simplemente sacaré de


ella todo lo que pueda. Le pediré al Señor que me la interprete
para poder entenderla. Leo los Testimonios de la misma
manera".
Jones afirmó que su comprensión de la inspiración de los
testimonios se vio socavada cuando no pudo explicar una
aparente incoherencia. Al igual que Kellogg, se negó a explicar o
considerar las circunstancias cambiantes cuando se relacionaba
con el espíritu de profecía. Jones dijo a la congregación en el
Tabernáculo de Battle Creek: “No tengo ni un centavo de
respeto por cualquier argumento como el que se hace con
demasiada frecuencia y especialmente en los últimos años sobre
los Testimonios actualizados; como si un Testimonio actualizado
fuera a tomar el lugar de todo lo que lo precedió. Mahoma
enseñó esa doctrina en cuanto a sus revelaciones: que la última
revelación ocupaba el lugar de todas las anteriores. Pero la
revelación de Dios no es así. La revelación de Dios es la verdad,
y es tan buena hoy como lo era hace mil años. Nunca se
desactualiza; y la última que venga no va a contradecir, ni viciar,
ni dejar de lado, ni aniquilar ninguna de las que la
precedieron.... No señor, la Biblia es la Palabra de Dios. Es la
misma hoy que cuando Isaías la escribió, cuando Amós la
escribió, cuando Oseas la escribió, cuando Pablo la escribió, y
será la misma después de que el mundo se acabe y desaparezca.

26
SILENCIOS Y CONSENSOS

También es así con los Testimonios, tan ciertamente como son


la verdad de Dios”.
Por lo tanto, Jones reaccionó contra aquellos que, según él,
"explicaban" o adoptaban una "visión amplia" de los testimonios,
y consideraba que estaban violando la inspiración del espíritu de
profecía. Asimismo, seguía creyendo que el testimonio que se
aplicaba a la presidencia de la Asociación General en 1897
seguía teniendo relevancia en 1906 y, por lo tanto, Daniells no
era leal a los testimonios, ya que el testimonio afirmaba que no
era prudente tener un solo hombre como presidente. Rechazó
todas las explicaciones de ese testimonio, señalando que
"siempre que se ha citado se ha explicado, en lugar de obedecer,
y sin duda será así hasta el final". Señaló que todos estaban de
acuerdo en que el testimonio afirmaba que no debía haber un
solo presidente, pero siempre se explicaba para que significara
algo "diferente de lo que dice." Concluyó:
“¿Por qué se nos tiene que exigir que aceptemos todas estas
explicaciones de lo que significan los Testimonios, en lugar de
dejarnos la libertad de creerlos sólo por lo que dicen? ¿No se nos
puede permitir creer lo que se dice en palabras claras? ¿No se
nos permitirá saber lo que sabemos? ¿Debemos aceptar la
explicación de la Asociación General de todo? Si es así, ¿qué
necesidad tenemos de los Testimonios, de la Biblia, de nuestras
propias facultades y sentidos, o de cualquier otra cosa que no sea
la explicación de la "Asociación General"?
27
SILENCIOS Y CONSENSOS

Jones estaba tan firmemente atado a su concepto de


inspiración que cuando le llegó la noticia de que la Sra. White le
pedía, entre otros, que le escribiera sus perplejidades respecto a
sus escritos para que ella pudiera explicarlos, Jones le escribió
que por esa consideración no escribiría porque:
“Tal proposición, en sí misma, abandona todo el
fundamento de la afirmación en favor de sus escritos como
dados por inspiración de Dios. Porque si los escritos fueran
realmente la palabra de Dios no necesitan ninguna explicación.
Si los escritos a explicar no fueran la palabra de Dios, entonces
no querría ninguna explicación de ellos; pues no me importaría
más que cualquier otro escrito que no fuera la palabra de Dios”.
Otra tendencia presente tanto en Jones como en Kellogg era
su tendencia a exponer sus conclusiones de manera bastante
absoluta. Como Jones creía que las lecciones de la Escuela
Sabática de 1907 sobre los pactos contradecían directamente las
conclusiones resultantes del mensaje de la justificación por la fe
en el que estaba tan involucrado durante la década de 1890,
afirmó:
“En estas lecciones de la Escuela Sabática producidas
regularmente por "la denominación", y utilizadas por la
denominación para la instrucción religiosa y doctrinal de la
denominación, es indiscutible que la "denominación" adventista
del séptimo día está tan comprometida con el puro legalismo

28
SILENCIOS Y CONSENSOS

que ha involucrado en él al propio universo de Dios.... En la


medida en que está en su poder, [la denominación] ha
comprometido realmente al universo creado e incluso al
Creador mismo a ese mismo pacto de esclavitud de la justicia
propia”.
El absolutismo de Jones no le permitía aceptar la explicación
de que el juicio del Departamento de Escuela Sabática al
publicar las lecciones o del autor al escribirlas, no comprometía
a la denominación a esa posición. Afirmó que, si el libro de
Kellogg, El Templo Viviente, hubiera sido publicado por el
Departamento de Escuela Sabática y estudiado como lecciones
trimestrales, entonces sería tan seguro como cualquier otra cosa
puede ser, que la denominación se hubiera comprometido con
el "Templo Viviente" como un libro denominacional, y sus
enseñanzas como doctrina denominacional.
El mismo tipo de posición parecía adoptar Jones cuando se
publicó el noveno volumen de los Testimonios en 1909. Debido
a la intensidad de su creencia de que el artículo "El trabajo
dominical" en ese volumen contradecía las declaraciones
anteriores de Ellen White sobre la cuestión dominical, Jones
publicó un panfleto titulado "Los diez mandamientos para la
observancia del domingo", afirmando que "la denominación
ASD y la obra organizada se comprometen públicamente con la
observancia del domingo".

29
SILENCIOS Y CONSENSOS

Escribió Daniells:
“No puedo imaginar qué podría hacer ahora "la
denominación" o "la obra organizada" que me haga escribir o
dirigir algo más a los Adventistas del Séptimo Día o
concerniente a ellos como distintos de cualquier otro observador
del domingo o adorador de la bestia y su imagen. Por lo tanto,
de ahora en adelante puede contar con seguridad que la
"denominación" y la "obra organizada" de los Adventistas del
Séptimo Día, a diferencia de cualquier otra facción de la iglesia
o de los observadores del domingo, estará perfectamente libre de
cualquier "ataque" u "oposición" de mi parte”.
La posición de Jones y Kellogg sobre la inspiración del
espíritu de profecía, que minimizaba el contexto y la
interpretación, parecía colocarlos en una situación en la que
sólo era posible elegir entre dos alternativas. Podían rechazar
totalmente los mensajes que habían estado siguiendo durante
años o podían encontrar alguna explicación que pudiera tratar
los mensajes aparentemente incoherentes. Siguieron este último
camino, llegaron a la conclusión de que algunos de los
testimonios de la señora White estaban influenciados por otros.
Por lo tanto, no todo lo que ella escribió debía considerarse
inspirado. Una vez que se colocaron en la posición de tener que
decidir cuáles de los escritos eran inspirados y cuáles no, parecía
simplemente una cuestión de tiempo antes de que dejaran de
sentirse cómodos en la iglesia. Cuando Daniells le recordó a
30
SILENCIOS Y CONSENSOS

Jones su postura sobre los testimonios en la década de 1890,


cuando Jones "los utilizaba para alinear a los hombres y las
políticas", Jones estuvo de acuerdo en que ese fue el caso, pero
continuó:
“Todo el mundo sabe que nunca fui parcial en ellos, que
nunca utilicé algunos con la fuerza de un martillo, mientras
ignoraba o explicaba completamente otros tan claros y
definitivos. Los hermanos, y la gente, saben bien que siempre
que estaba defendiendo un asunto y alguien presentaba un
Testimonio en contra, en lugar de explicarlo, me detenía
instantáneamente y cambiaba mi curso en consecuencia. Y eso
se debía a mi lealtad a los Testimonios. Y esa lealtad a los
Testimonios se debía a que yo creía -honrada y verdaderamente-
que todo lo que se escribía y se enviaba como Testimonio era del
Señor. Con esa creencia y esa confianza fui tan fiel como es
posible que un hombre lo sea. Pero esa confianza y esa seguridad
han sido traicionadas. Y por esa traición me he visto obligado-de
muy mala gana, se lo aseguro- pero literalmente obligado a ceder
esa posición”.
Ellen White consideró que la crisis de Kellogg-Jones estaba
"socavando los pilares fundamentales de la fe". Se dio cuenta de
las "tergiversaciones y falsedades" respecto a los testimonios y
advirtió que “muy hábilmente, algunos han estado trabajando
para dejar sin efecto los Testimonios de advertencia y reprensión

31
SILENCIOS Y CONSENSOS

que han resistido la prueba durante medio siglo. Al mismo


tiempo, niegan haber hecho tal cosa”.
Al considerar el "socavamiento", la Sra. White aludió
frecuentemente a la cuestión de la supuesta influencia humana
en los testimonios. Señaló que muchos habían caído en la
infidelidad por la postura de que "alguien se lo había dicho a la
hermana White". Ella señaló:
“A menos que se rompa con la influencia que Satanás ha
preparado, y se reaviven los testimonios que Dios ha dado, las
almas perecerán en su engaño. Aceptarán falacia tras falacia, y
así mantendrán una desunión que siempre existirá hasta que
aquellos que han sido engañados tomen su posición en la
plataforma correcta”.
La crisis de Kellogg-Jones era sólo el comienzo de la
desunión sobre el espíritu de profecía que iba a plagar la
denominación en los primeros años del siglo. Otras apostasías
surgieron y opfueron en conjunto o independientemente de la
facción de Battle Creek. El elemento que la mayoría tenía en
común era su conclusión de que partes de los escritos del
espíritu de profecía podían ser tomados como no inspirados.

32
SILENCIOS Y CONSENSOS

El "continuo"

Al estallar la controversia del "continuo" dentro de la


denominación, la intensidad de la crisis de Battle Creek y las
consecuencias de los ataques de otras apostasías, sirvieron para
solidificar los puntos de vista contendientes en dos campos
relativos a la cuestión de la naturaleza de la inspiración del
espíritu de profecía. Las posiciones se consolidaron según las
interpretaciones de Dan. 8:11-13 y una declaración hecha en
Primeros Escritos:
“Sí, se engrandeció hasta el príncipe del ejército, y por él era
quitado el sacrificio continuo, y el lugar de su santuario era
derribado. Y se le dio un ejército contra el sacrificio continuo a
causa de la transgresión, y echó por tierra la verdad; y practicó, y
prosperó. Entonces oí a un santo que hablaba, y otro santo dijo
a aquel santo que hablaba: ¿Hasta cuándo será la visión relativa
al sacrificio continuo, y la transgresión de la desolación, para dar
a hollar tanto el santuario como el ejército? (Dan. 8:11-13)
Luego vi, en relación con el "continuo" (Dan. 8:12), que la
palabra "sacrificio" era suministrada por la sabiduría de los
hombres, y no pertenece al texto; y que el Señor dio el punto de
vista correcto a los que dieron el clamor de la hora del juicio.
Antes de 1844, casi todos estaban unidos en el punto de vista
correcto del "continuo", pero en la confusión desde 1844, se han

33
SILENCIOS Y CONSENSOS

abrazado otros puntos de vista, y han seguido la oscuridad y la


confusión”.
El tiempo no ha sido una prueba desde 1844 y nunca más lo
será. El "antiguo punto de vista" o "posición pionera" del
"continuo" lo interpretó, como lo hicieron casi todos los
milleritas, para referirse al antiguo paganismo romano, mientras
que el "nuevo punto de vista" interpretó el término para referirse
a la eliminación del conocimiento de la mediación sacerdotal de
Cristo en el santuario celestial al instituir un sistema de
santuario falso. Un punto de vista dependía principalmente de
la lectura literal de la declaración de los Primeros Escritos,
mientras que el otro enfatizaba el trasfondo contextual de la
declaración.

Protagonistas del debate. Stephen Haskell

En mayo de 1920, Stephen Haskell, a la edad de 87 años,


reflexionó sobre los acontecimientos denominacionales de los
15 años anteriores. En 1920 vio dentro de la iglesia "dos clases
de críticos del tipo más agudo". Observó que una parte criticaba
todo lo que no parecía estar en completa armonía con el espíritu
de la profecía, mientras que la otra mostraba una disposición "a
demostrar de alguna manera [que] no se puede confiar en el." Le
sorprendía que ciertas personas de estos grupos estuvieran tan
familiarizadas con las cartas inéditas de Ellen White y tuvieran
acceso a ellas. Haskell vio que los bandos se preparaban "para
34
SILENCIOS Y CONSENSOS

una batalla feroz". Un grupo se preparaba para "defender la


antigua posición" a toda costa y el otro parecía estar
preparándose, a toda costa, para "mejorar" las posiciones para
ajustarse al "estado actual de la sociedad." Concluyó Haskell:
“Uno podría pensar que la controversia será al final, entre
los Adventistas del Séptimo Día, si los escritos [del espíritu de
profecía] tal como se dieron en el pasado resistirán la prueba o
no”. Informó a W. C. White: "Por supuesto que sabes cuál es mi
posición".
Catorce años antes, Haskell observó una crisis dentro de la
iglesia y reaccionó ante ella publicando un artículo en la Review
destinado a tratar las cuestiones de Kellogg-Jones. Al relacionarse
con la cuestión de la influencia humana sobre los testimonios,
utilizó el ejemplo de los escritos de Pablo y las cuestiones
planteadas durante los tiempos bíblicos que daban a entender
que Pablo a veces estaba influenciado por otros, y por lo tanto, si
debería haber distinciones en sus escritos.
Haskell señaló que fueron las cartas que Pablo recibió de la
casa de Cloe las que le informaron "de que existía el estado de
cosas que había visto en visión". Esto llevó a Haskell a su
conclusión:
“Dios muestra a sus profetas lo que va a ser, y luego, cuando
surgen las circunstancias, o el profeta tiene su atención en las
cartas privadas, escribe lo que ha visto. Lo mismo ocurre entre el
35
SILENCIOS Y CONSENSOS

pueblo de Dios de hoy, que se ha alejado de los antiguos puntos


de referencia y sigue su propio entendimiento.... Por lo tanto, la
Biblia demuestra por sí sola que los testimonios, las cartas, las
acciones simbólicas y las declaraciones verbales de un profeta
tienen la misma fuerza”.
Haskell señaló que no estaba implicando que todo lo que un
profeta declarara fuera necesariamente inspirado por Dios, pero
sí temía que "el conflicto más severo por el que pasará el pueblo
de Dios... será sobre los Testimonios del espíritu de profecía".
Stephen Haskell, al igual que muchos de los que apoyaban la
"posición pionera" del "continuo", reclamaba una rica herencia y
un intenso sentimiento debido a la guía del espíritu de profecía
en su experiencia. Como joven ministro en la década de 1860,
Stephen Haskell recibió instrucciones de Jaime White que le
pedían que pusiera su fe directamente en Dios para que lo
guiara en su ministerio y que no dependiera de otros para
instruirlo. Jaime White le dijo a Haskell que Dios podía
instruirlo por medio de su Espíritu. A partir de ese momento,
Haskell comprendió y vivió creyendo que Dios le daba sus
instrucciones ministeriales por el espíritu de profecía.
Desde entonces, escribió a la Sra. White en 1909, "sus
testimonios, hasta donde los he entendido, han sido mis
consejeros". En sus discusiones sobre las cuestiones implicadas
en el debate "continuo", Haskell relegó con frecuencia las

36
SILENCIOS Y CONSENSOS

cuestiones teológicas a una posición extremadamente


secundaria.
Sin embargo, persiguió el tema con todo vigor, creyendo que
era necesario "salvar la causa de Dios y de aquellos que creen en
las antiguas opiniones sobre las enseñanzas del espíritu de
profecía." Haskell declaró que la cuestión del "continuo" en sí no
"equivale a una colina de frijoles" y le causaba vergüenza que
consumiera parte de su tiempo. Señaló que nunca había
predicado sobre el tema desde que abrazó la verdad en 1852-53.
Alegó que si se tratara simplemente de la cuestión del
"continuo" no habría publicado nada sobre el tema. Escribió a
C. C. Crisler:
“Si Dios me perdona por haber mantenido esta
correspondencia sobre este continuo, creo que no volveré a caer
en semejante trampa. Me limitaré a dar los testimonios y dejaré
que la cuestión siga su curso. Y, si la hermana White dice que
no quiso decir lo que dijo, cuando dijo lo que dijo acerca del
continuo, entonces no diré más”.
Haskell creía que la cuestión vital era la posición adecuada
que debía ocupar el espíritu de profecía dentro de la iglesia.
Continuó:
“Son los Primeros Escritos los que yo defendería y mientras
crea que enseñan el punto de vista que yo tengo, y hay muchos
otros que creen lo mismo, y si la hermana White no da ninguna
37
SILENCIOS Y CONSENSOS

explicación en armonía con la idea de Prescott de defender el


Testimonio por el bien de otros, los defenderé, (sic) ¿Se me debe
hacer creer que los testimonios enseñan una cosa determinada,
contraria a mi propio juicio y a la lectura de los Escritos, cuando
la propia hermana White no lo explica así?”.
Haskell creía que el "nuevo punto de vista" apoyaba a los que
afirmaban que el espíritu de la profecía se manipulaba para que
significara algo diferente de lo que se leía y también que podía
cambiarse debido a las diferentes circunstancias o a las distintas
influencias sobre la Sra. White. Él creía que ese concepto
destruiría la credibilidad del espíritu de profecía. "Y aquí está el
peor efecto de estos nuevos puntos de vista sobre nuestro
pueblo", escribió Haskell a la Sra. White. Él creía que una vez
que el liderazgo de la iglesia aceptara la posición de que los
testimonios "no significan lo que dicen", la iglesia
comprometería el espíritu de profecía.
Haskell tenía la firme convicción de que los años de trabajo
que él y otros pioneros realizaron en la obra les otorgaban una
misión especial al acercarse los "últimos días". Por lo tanto, puso
énfasis en la posición de los pioneros vivos sobre el tema del
"continuo". Parecía sentir un cierto distanciamiento entre él y
los líderes de la Asociación General porque no apoyaba su
posición sobre el "continuo", y creía que era relevante, señaló a
la Sra. White, que "ni un solo viejo guardador del sábado que

38
SILENCIOS Y CONSENSOS

haya tenido experiencia en sacar los principios fundamentales de


nuestra fe... cree en esta nueva luz". Le escribió de nuevo:
“Veo muy claramente que debe haber algunos que darán los
Testimonios que ti ha dado sin sonido incierto. Si no es así, la
causa se verá minada por los errores que se introducen. Están
entrando por todos lados. Alguien debe estar más familiarizado
con sus escritos para que, a partir de la Biblia, y de sus
testimonios, esté preparado para defender la verdad”.
Al año siguiente escribió a la Sra. White en relación con el
debate "continuo": “Todas las personas que tuvieron una
experiencia en los primeros días del mensaje no (sic) desean
discutir esta cuestión. Sienten que es un insulto al Espíritu del
Señor, ir al Señor y orar pidiendo luz sobre un asunto que él ha
establecido.... No hay esperanza de que estas personas mayores
que vivieron en los primeros días del Mensaje se conviertan a
esta nueva luz; incluso si [otros] traen volúmenes de historias
para probarlo. Porque dan más por una expresión de su
testimonio que por todas las historias que se puedan apilar de
aquí a Calcuta”.
Haskell veía esperanza, escribió a la Sra. White, porque
líderes más jóvenes como G. A. Irwin, I. H. Evans, el Dr. Kress,
F. C. Gilbert, O. A. Johnson y Leon Smith, no aceptaban el
"nuevo punto de vista". Él creía que el impulso principal del

39
SILENCIOS Y CONSENSOS

ataque de Satanás durante el período contemporáneo era su


ataque al espíritu de profecía.
Escribió a W. C. White, "Tu madre sola no puede dar el
testimonio correcto. Tiene que haber alguien que se levante para
sostener lo que tu madre ha escrito".
Además de su posición de negarse a dividir el espíritu de
profecía en partes inspiradas y no inspiradas, Haskell se expresó
sobre otras cuestiones relacionadas con la inspiración del
espíritu de profecía. Aunque no creía que la Sra. White fuera
infalible, Haskell consideraba los escritos inspirados sobre la
misma base que los escritos bíblicos. Consideraba que la Sra.
White era tan profeta como los profetas bíblicos y que los
escritos debían interpretarse como lo harían los escritos bíblicos.
De hecho, Haskell parecía considerar el espíritu de profecía
como una extensión de los escritos bíblicos. Escribió a Daniells
en 1910 que consideraba los "testimonios como el espíritu de la
profecía, precisamente lo mismo que es el libro de Daniel, el
Apocalipsis u otros libros de la Biblia". También consideraba
que la Biblia "es tan clara que, si una persona la lee, encontrará
la verdad". Creía que, al igual que el Nuevo Testamento
magnificaba el Antiguo, el espíritu de profecía magnificaba la
Biblia.
Dada esta posición, Haskell creía que un estudio de los
escritos del espíritu de profecía "resolvería casi todos los puntos

40
SILENCIOS Y CONSENSOS

que la gente cuestiona en la actualidad con respecto al mensaje."


Aunque creía que los fundamentos estaban establecidos por el
estudio de la Biblia, también creía que esos pilares estaban
confirmados por el espíritu de profecía. Alegó que no había
ninguna cuestión de interpretación del "continuo" entre los
primeros ASD "porque daban por sentado que los Primeros
Escritos lo establecían". Puesto que Haskell creía que el "antiguo
punto de vista" del "continuo" había sido establecido por una
visión dada a la Sra. White, no podía respaldar una posición
que, según él, revisara "una frase, o un parágrafo" de esos
escritos.
Al igual que Haskell creía que sólo otro profeta estaría
capacitado para distinguir entre los escritos inspirados y los no
inspirados, también enfatizaba que "nadie más que la
inspiración puede señalar una cláusula y decir que significa
diferente (sic) de las palabras utilizadas". Por lo tanto, no
aceptaría ninguna otra prueba sobre la cuestión del "continuo"
que las palabras de la Sra. White declarando que no quiso
utilizar el término "continuo" en Primeros Escritos. Haskell
afirmó:
“Si todos los Estados Unidos, y Europa, Australia y África se
levantaran y proclamaran que ese punto de vista es correcto, no
habría ninguna diferencia para mí, a menos que el testimonio
de la hermana White lo dijera. No tiene sentido ser como una
hoja en el viento, que se balancea de un lado a otro”.
41
SILENCIOS Y CONSENSOS

Aunque Haskell se opuso a la revisión e incluso a la edición


de los escritos del espíritu de profecía, lo hizo desde el punto de
vista de la credibilidad de los escritos, no sobre la base de su
supuesta inspiración verbal. Escribió a la Sra. White en 1909 y
expresó su esperanza de que sus palabras pudieran estar
disponibles "tal como fueron escritas", ya que creía que gran
parte del "poder y la vitalidad" fueron eliminados por sus
asistentes al hacerlos "legibles y adaptados a la condición actual
de las cosas y de la gente". Reaccionó de manera similar, dijo, a
la versión revisada de la Biblia. Haskell consideraba que James
White, en su edición de los escritos, tenía una habilidad especial
para "editarlos sin alterarlos".
Reaccionó muy negativamente a los cambios sustanciales
que parecían pedir los que creían que los escritos debían
armonizarse con la historia o adaptarse a los nuevos creyentes o
a las condiciones cambiantes. Se opuso a las "modificaciones" de
L. R. Conradi. Escribió a W. C. White:
“Si ti ha tenido la experiencia que yo he tenido nunca
permitiría que se omitiera o cambiara una sola frase en sus
escritos que han llegado al público. Tenemos enemigos de
nuestra fe que vigilan precisamente estos puntos, y cuando
encuentran uno lo convierten en un gran capital”.
Refiriéndose obviamente a la situación de Kellogg-Jones,
Haskell continuó:

42
SILENCIOS Y CONSENSOS

“Los enemigos de la verdad se han aprovechado de la


omisión de algunas de estas cosas de lo que se ha publicado en
los escritos de su madre, y del cambio de algunas cosas, y hoy es
la causa de que algunos de nuestros mejores hermanos pierdan
la confianza porque piensan que cambian los escritos y lo llaman
"edición".
Haskell afirmó que podía responder a todas las críticas que
alguna vez escuchó levantar contra el espíritu de profecía,
excepto la de una mujer que preguntó públicamente: "¿Puede
probar en la Biblia que un profeta haya tenido alguna vez hijos
que cambiaron el testimonio de los profetas y lo llamaron
edición? "Su única respuesta, declaró Haskell, era que podía
probar a partir de la Biblia "que los profetas tenían hijos que no
siempre hacían lo correcto, y que esto ponía a prueba a la gente".
Esperaba que White disculpara su franqueza pero, dijo, era un
punto sensible.
En 1918, Stephen Haskell recordó una conversación
mantenida con la Sra. White unos cuarenta años antes. Según
Haskell, la Sra. White predijo que llegaría un momento en que
los testimonios serían solicitados "tal como fueron dados
originalmente dados para responder a las objeciones antes de
que se acabaran". Dos años más tarde, Haskell escribió que esa
demanda se pedía "casi en todas partes a las que voy". La
demanda se basaba en los que acusaban a los escritos de haber
sido alterados para adaptarse a las circunstancias.
43
SILENCIOS Y CONSENSOS

Haskell parecía estar trabajando hacia una metodología que


satisficiera esta necesidad y también para tratar el concepto de
revelación progresiva, pues se daba cuenta de que sobre la
cuestión de la salud "como cualquier otro punto de la verdad
que se ha desarrollado", la Sra. White "escribía más plenamente
a medida que la gente estaba preparada para recibir la luz".
Recordó que la Sra. White dijo que hubo un tiempo en que era
correcto comer carne, pero que también habría un tiempo en el
futuro en que no sería seguro. Haskell creía que la ciencia
indicaba que ese momento "ya había llegado", en 1920. Por lo
tanto, creía que, aunque los escritos anteriores no debían ser
alterados, las declaraciones posteriores del espíritu de profecía
que indicaban cómo se había magnificado y desarrollado esa
verdad debían incluirse con las declaraciones originales.
Unos tres meses antes de su muerte, S. N. Haskell envió a F.
M. Wilcox su declaración de despedida "a favor de los principios
fundamentales de la verdad presente". La declaración de cinco
páginas reiteraba su creencia en la naturaleza de la inspiración
del espíritu de profecía. Creía que "todo escritor inspirado
señala a Dios como su autor, pero está escrito por manos
humanas con palabras de hombres".
Reconocía la falibilidad de un profeta, pero consideraba que
su testimonio era infalible. Si Dios habla a través de un profeta,
"entonces su testimonio está a la par con el de cualquier otro
profeta". Reconocía que el cambio en el individuo o grupo al
44
SILENCIOS Y CONSENSOS

que se dirigía un testimonio podía provocar un cambio en la


aplicación del mismo. Los mensajes de un profeta podían no ser
explicados por el razonamiento humano, pero aun así debían ser
seguidos. Nadie estaba autorizado a "sentarse a juzgar" para
determinar lo que era inspirado y lo que no lo era, "ni a
diseccionar en modo alguno el testimonio de ningún profeta".
Aunque las limitaciones de espacio impiden tal análisis aquí,
también se podría mostrar una notable armonía de puntos de
vista en otros dos importantes pioneros en la cuestión del
"continuo", J. N. Loughborough y G. I. Butler. Ambos
rechazaron el concepto de inspiración verbal, así como el
concepto de que ciertos escritos del espíritu de profecía eran
más autorizados que otros, y ambos considfueron que la "nueva
visión" del "continuo" sería destructiva para el espíritu de
profecía.
Esa armonía de puntos de vista se extendía igualmente a una
generación más reciente de adventistas del séptimo día que
también reclamaba una rica herencia en relación con el espíritu
de profecía. Participantes en el debate como F. C. Gilbert, L. A.
Smith, G. A. Irwin y G. B. Starr consideraban que el espíritu de
profecía estaba siendo atacado. Un sentido de urgencia parecía
prevalecer con las presentaciones de algunos de estos defensores
del "viejo punto de vista". La tendencia a compartir el contenido
de los testimonios personales, a cuestionar públicamente la
ortodoxia de los líderes de la iglesia y a castigar a los oponentes
45
SILENCIOS Y CONSENSOS

por los errores del pasado comenzó a convertirse en una


característica prominente del debate sobre el "continuo".

Claude Holmes

Claude E. Holmes, (1881-1953), operador de linotipia y


corresponsal en Washington del Southern Watchman, estuvo
entre los asistentes informales a la Conferencia de Profesores de
Biblia e Historia de 1919. Criado como adventista, Holmes
creció en la iglesia de West Union, Iowa, cuya congregación
estaba formada en su mayoría por adventistas "pioneros".
Holmes declaró que el espíritu de profecía "era la palabra de
Dios para ellos". Señaló:
“Al asociarme con estos viejos patriarcas, sábado tras sábado,
me impregné de su amor y celo por la verdad.... Tal ambiente no
era propicio para las discusiones teóricas sobre la autoridad y la
necesidad del espíritu de profecía; porque para esos hermanos y
hermanas el testimonio de Jesús debía seguirse implícitamente
sin cuestionarlo.... Pasé inviernos enteros estudiando los
testimonios y estudiando Daniel y Apocalipsis de Smith hasta
que casi podía repetirlos de memoria.... Cuando veo que vienen
hombres que buscan desacreditar las sagradas enseñanzas del
espíritu de profecía, surge mi justa indignación y me siento
impulsado a contender por la fe que una vez era dada a los
santos”.

46
SILENCIOS Y CONSENSOS

El amplio conocimiento de Holmes de los escritos del


espíritu de profecía le dio la reputación, en los días anteriores a
la indexación disponible, de ser una autoridad en el tema. Los
editores de revistas le pedían con frecuencia que proporcionara
referencias y citas de los escritos. Además de su memoria y su
intenso estudio de los escritos, Holmes adquirió probablemente
la mayor colección privada de escritos de Ellen White,
publicados e inéditos, dentro de la denominación. La habilidad
de Holmes como operador de linotipia le permitió preparar una
multitud de compilaciones privadas del espíritu de la profecía en
forma de tipo y luego sacar pruebas del tipo de galeradas
prácticamente sin gastos. Después de que W. A. Colcord dejara
la iglesia en 1914, Holmes le pidió prestadas y copió más de 300
páginas mecanografiadas de testimonios inéditos. Mientras A.
G. Daniells viajaba por el Lejano Oriente en 1917, Holmes
convenció a alguien de que tenía permiso de Daniells para
copiar los volúmenes encuadernados de testimonios inéditos de
Ellen White que se encontraban en la cámara acorazada de la
Asociación General. Aunque esto le supuso el despido de la
Review, consiguió así la posesión de cientos de testimonios
personales. Este acceso a algunos de los testimonios personales
enviados a Prescott y Daniells tensó enormemente las relaciones.
Una de las reacciones de Claude Holmes a la Conferencia
Bíblica de 1919 consistió en publicar una carta abierta en forma
de panfleto. Holmes denunció las declaraciones que escuchó en

47
SILENCIOS Y CONSENSOS

la Conferencia "una y otra vez por parte de varios de nuestros


profesores de Biblia e historia, de que la hermana White no es
una autoridad en historia".
Consideraba esa posición como el mal supremo, ya que esas
opiniones serían "vertidas en las mentes receptivas de nuestros
jóvenes para socavar su fe en el espíritu de la profecía." Holmes
interpretó que las posiciones adoptadas en 1919 significaban
que la Conferencia concluía que la Sra. White seleccionaba los
materiales históricos relevantes como lo haría cualquier
investigador. Si los hechos seleccionados resultaban ser
erróneos, debían ser rechazados. El punto de vista de Holmes
sobre la inspiración del espíritu de profecía rechazaba
totalmente ese concepto. Él creía que la Sra. White seleccionaba
de fuentes históricas divergentes aquellos elementos que ella
reconocía como verdad y, por tanto, esos elementos se
convertían en verdades autorizadas e infalibles.
Según Holmes, todo lo tratado por un profeta se convertía
en autoritativo. Creía que se requería tanta inspiración para
distinguir la verdad del error como para presentar la verdad
original. Continuó:
“Si sus escritos históricos deben ser desacreditados porque
ella no es una "autoridad en historia", entonces la lógica de la
situación nos obliga a concluir que todos sus escritos deben ser

48
SILENCIOS Y CONSENSOS

arrojados por la borda, ya que los hechos históricos están


inextricablemente entrelazados en todos sus mensajes.
Uno me dice que sus libros no están en armonía con los
hechos históricos, otro que se equivoca científicamente, otro
discute sus afirmaciones teológicamente, y otro cuestiona su
autoría, y otros desacreditan sus escritos gramatical y
retóricamente. ¿Queda algo? Si todas estas afirmaciones son
ciertas, ¿cuánto espíritu de profecía posee la iglesia remanente?”.
Holmes concluyó esta carta abierta de 11 páginas a J. S.
Washburn enfatizando su postura inflexible sobre la inspiración
absoluta del espíritu de profecía. Afirmaba que no trazaba
ninguna línea "entre las llamadas humanas y las divinas; todas
son Escrituras para mí".
Años más tarde, Holmes volvió a referirse a la Conferencia
en una protesta que registró ante el presidente del Emmanuel
Missionary College, A. W. Johnson, y ante E. R. Thiele, del
departamento de Biblia. En su calidad de anciano local de una
iglesia de Chicago, Holmes, en una mesa redonda en Berrien
Springs en 1948, se opuso a los "extraños y conflictivos puntos
de vista de las profecías" que, según él, se estaban enseñando a
algunos de los miembros de esa iglesia. Afirmó que "cuando los
maestros de Biblia presentan puntos de vista contrarios a las
posiciones establecidas, los estudiantes y los predicadores son
alentados a hacer lo mismo". Afirmó que la puerta que permitió

49
SILENCIOS Y CONSENSOS

que se presentaran esos nuevos puntos de vista se abrió durante


la Conferencia Bíblica de 1919.
Una respuesta adicional de Holmes a la Conferencia consistió
en emitir una protesta contra las enseñanzas de E. F.
Albertsworth y H. C. Lacey, dos de los tres profesores del
Washington Missionary College que asistieron a la Conferencia.
Además de emitir su propia protesta, Holmes aconsejó a algunos
estudiantes que hicieran lo mismo. Aunque las protestas de los
estudiantes inicialmente sólo involucraron al profesor
Albertsworth, debido a la supuesta "ligera estima" que mostraba
hacia el espíritu de profecía, el resultado del episodio fue la
separación, a mediados de 1920, de los tres representantes del
WMC en la Conferencia de 1919 y más problemas entre la
Asociación General y la Unión de Columbia.

J. S. Washburn

J. S. Washburn, (1863-1955), escribió a A. G. Daniells en 1912:


“Verdaderamente tengo razones para considerarte como uno de
los mejores amigos que tengo en la tierra.... Quiera Dios que
nada pueda romper los lazos de confianza fraternal entre
nosotros. Una vieja amistad arruinada es peor que un funeral”.
Daniells respondió:

50
SILENCIOS Y CONSENSOS

“Todo lo que dices toca una fibra sensible en mi corazón. Te


conozco desde que era un niño en la granja, y siempre he
sentido una especie de sentimiento fraternal hacia ti”.
En 1922, en una carta abierta a la sesión de la Asociación
General en San Francisco, Washburn escribió lo siguiente a A.
G. Daniells:
“Durante años mi confianza en ti ha estado muriendo
lentamente. Me veo tristemente forzado a reconocer que el
asombroso cambio en su actitud hacia el espíritu de profecía y el
mensaje, y hacia sus más leales amigos y obreros, ha destruido
tan completamente la confianza que una vez tuve en ti, que
nunca podrá ser restaurada, excepto por un milagro directo de
Dios”.
Washburn reclamó una rica herencia ASD. Fue convertido por
J. N. Andrews a los 11 años, bautizado por James White a los 12
y comenzó a predicar el adventismo a los 21 años. En un estado
de confusión y consternación después de la sesión de la
Asociación General de 1888 a la que asistió, Washburn, que era
sobrino de George Butler, tuvo una entrevista con la Sra. White
en Ottawa, Kansas. Washburn consideró esa entrevista como un
punto de inflexión en su vida. A partir de ese momento,
mantuvo una confianza total en la inspiración de la Sra. White.
Escribió a la Sra. White a principios de 1915:

51
SILENCIOS Y CONSENSOS

“Creo verdaderamente que es la fe completa en el espíritu de


profecía y el estudio y la obediencia a los Testimonios lo que
traerá la lluvia tardía. Creo que la aceptación completa de los
dones del espíritu de profecía es la clave de la situación en la
última gran crisis, y ruego a Dios que los hermanos en
Washington y en todo el mundo sean fieles a la gran luz que
Dios ha enviado a su pueblo mediante el Testimonio de
Jesucristo”.
Además de su intenso estudio del espíritu de profecía y su deseo
de obtener "todo lo que la hermana White escribió", la
asombrosa memoria de Washburn le permitió grabar gran parte
de la Biblia y de los escritos del espíritu de profecía. En 1918
afirmó haber memorizado el Apocalipsis, Romanos, Santiago y
la Segunda carta de Pedro. Señaló que su memoria mejoraba
"con el estudio de la Biblia y el espíritu de profecía".
En 1948 afirmaba haber memorizado todo el Nuevo Testamento
y estaba trabajando para memorizar Isaías. Aunque Washburn
entró en el debate sobre el "continuo" de forma un tanto
humorística al escribir a S. N. Haskell que pensaba en el
"continuo" "continuamente", en realidad no consideraba la
"nueva visión" en absoluto divertida. Creía que estaba dando
paso a la "mayor crisis que jamás haya tenido nuestro pueblo", al
provocar la duda y la incredulidad en el espíritu de la profecía y
al conmover el firme "marco profético" sobre el que se había
construido el mensaje.
52
SILENCIOS Y CONSENSOS

Washburn escuchó a Daniells presentar el "nuevo punto de


vista" en las reuniones de la Southern Union Conference de
1910. En una conversación que duró toda la noche, poco
después, Daniells planteó algunas preguntas que, para
Washburn, indicaban que el presidente de la Asociación
General estaba tratando de destruir el espíritu de profecía.
Washburn afirmó que estaba "simplemente horrorizado" al
escuchar a Daniells afirmar que la declaración de Ellen Whites
sobre el "continuo" era una "declaración imperfecta", y también
que ella había hecho otras declaraciones que fueron aceptadas
como testimonios que igualmente eran "imperfectos". Daniells
también declaró, según Washburn, que la Sra. White se había
equivocado al enviar cartas animando a J. E. White a aceptar los
fondos del diezmo para su obra en el Sur. Washburn también se
indignó porque Daniells supuestamente consideraba que el
ataque de A. T. Jones a la sección "Sunday Labor" del volumen 9
de los Testimonios era el ataque "más difícil de responder". Para
Washburn, esa afirmación parecía indicar que tal vez la Sra.
White estaba en un error. Washburn afirmó que Daniells
adoptó las posiciones anteriores específicamente para evitar la
necesidad de aceptar la declaración clara en los Primeros
Escritos sobre el "continuo". Afirmó:
“El punto de vista que lleva a cualquiera de nuestros hermanos a
tomar tal posición sobre los Testimonios es condenado por esta
actitud, si no por otras razones, y es totalmente inseguro para ser
53
SILENCIOS Y CONSENSOS

sostenido por los líderes de nuestra obra. Para defender el


"nuevo punto de vista" del "continuo", se debe destruir el
espíritu de profecía". J. S. Washburn vio la Conferencia Bíblica
de 1919 como la continuación de una "terrible controversia". En
1921 Washburn escribió a F. M. Wilcox que últimamente temía
que este último estuviera perdiendo la fe.
También señaló que Wilcox defendió a los tres representantes
del WMC en la Conferencia cuando se cuestionaron sus
enseñanzas ante el Consejo Universitario. Reunió las cuestiones
del "continuo", los profesores del Washington Missionary
College y la Conferencia Bíblica de 1919 en una carta abierta de
16 páginas dirigida a Claude Holmes, fechada el 18 de abril de
1920. Dio a entender que el consenso de la Conferencia
consideraba que el espíritu de la profecía no estaba inspirado en
la historia, mientras que algunos consideraban que los escritos
no estaban inspirados en cuanto a la teología y la reforma
sanitaria. Alegaba que la posición conducía "inevitablemente a la
infidelidad, como lo demostró el Dr. Albertsworth,
recientemente despedido sumariamente del Washington
College".
Washburn publicó la información de que el presidente de la
Unión de Columbia, un año antes, trató de librar al colegio de
los tres profesores "infieles", pero que la Asociación General
acudió en su ayuda y, en cambio, "obligó a dejar el cargo" a ese
presidente. Señaló que, aunque los tres profesores diferían en
54
SILENCIOS Y CONSENSOS

otras creencias, los tres se unían en la defensa de "la nueva


doctrina del continuo enseñada por el profesor Prescott" y otros.
Washburn identificó los orígenes denominacionales de la "nueva
visión" con E. J. Waggoner, A. T. Jones y J. H. Kellogg, y de ahí a
W. W. Prescott. Además, atribuyó la disminución de las
inscripciones en el WMC a la enseñanza del "nuevo punto de
vista" allí. Describió ese punto de vista como asediando y
amenazando con desolar y destruir la obra del último mensaje
de Dios en su sede, en su mismo corazón.... Aquí hay un
remanente de la nueva fase de la apostasía mundialmente
antigua en nuestra sede y en nuestra principal Escuela Bíblica”.
Washburn aseguró a los lectores de su panfleto que los tres
profesores no enseñarían en la escuela el año siguiente. La
"apostasía Omega" había recibido un revés en el Washington
Missionary College, afirmó.
Aunque la controversia se intensificó a partir de ese momento,
iba a alcanzar un punto aún más volátil en la sesión de la
Asociación General de 1922. Washburn ofreció indicios de sus
futuras intenciones un año antes en correspondencia con F. M.
Wilcox:
“Si dices de nuevo que la causa de la verdad está en peligro por
los hombres que ocupan posiciones de responsabilidad,
entonces sería apropiado que declares tus convicciones para que
el mal pueda ser corregido". Lo siento de verdad, estoy seguro de

55
SILENCIOS Y CONSENSOS

que es así, y debo decirlo en el momento adecuado....


Seguramente pronto llegará el momento en que estas cuestiones
se presentarán ante un tribunal más amplio que el Comité de la
Asociación General”.
Dos cartas abiertas a A. G. Daniells, fechadas el 1 de mayo de
1922, se encontraban entre los artículos distribuidos a los
delegados en la sesión de la Asociación General de San
Francisco en 1922. Claude Holmes comenzó su carta
recordando un sermón anterior de Daniells en el que éste
negaba la acusación de que el liderazgo de la AG "no creía ni
seguía el espíritu de profecía". A continuación, Holmes enumeró
12 áreas específicas en las que creía que Daniells ignoraba o
subvertía el consejo del espíritu de profecía. Holmes concluyó:
“Creo firmemente que las condiciones deplorables que se
encuentran en la iglesia hoy en día se deben en gran medida al
curso que ha seguido. Con toda seriedad pregunto: ¿Deben ser
líderes en nuestra obra, año tras año, los hombres que
descuidan seguir el consejo de Dios y persisten en seguir su
propio camino?”.
La carta abierta de Washburn, de 36 páginas, era aún más
exhaustiva en sus acusaciones. Volvió a acusar a Daniells de
tratar de destruir el espíritu de la profecía para mantener su
enseñanza sobre el "continuo". Recordó la charla de 1910, que
duró toda la noche y que destrozó su fe en Daniells. Washburn

56
SILENCIOS Y CONSENSOS

declaró que esas "críticas" estaban "grabadas a fuego en mi alma,


y lo han estado desde ese mismo momento y lo estarán hasta el
día del juicio". Se habló de las raíces de la teología "continua" y
del episodio del Washington Missionary College. Señaló que, en
su defensa ante el Consejo del WMC, uno de los profesores
consideró que "estaba enseñando en armonía con el Instituto
Bíblico que se había celebrado en Washington durante el verano
de 1919". Ese profesor, según Washburn, declaró que el
Instituto "enseñaba que el espíritu de profecía no estaba
inspirado en temas de historia", mientras que algunos en el
Instituto creían que tampoco estaba inspirado en cuestiones de
reforma sanitaria o teología. Washburn consideraba que la
Conferencia representaba una reunión de "escépticos":
“Dos de nuestros mejores escritores me dijeron que los artículos
sobre la cuestión turca se mantenían fuera de nuestros
periódicos desde que ese consejo secreto había arrojado dudas
sobre esa cuestión y muchas otras. Así que mientras el Islam está
reuniendo a sus millones para el último gran cumplimiento de
la profecía de los capítulos 11 y 12 de Daniel, nuestros
periódicos, nuestros ministros, nuestros centinelas son
cloroformados para dormir, son amordazados en el silencio por
este Consejo de las Tinieblas, esta Dieta de las Dudas. ¿No era
este consejo secreto un acto de coronación en el programa de
duda y oscuridad y crítica que ha estado envolviendo a
Washington recientemente? ¿Traerá esto la lluvia tardía, la plena

57
SILENCIOS Y CONSENSOS

seguridad de la fe y la vida victoriosa? Y tu y el profesor Prescott


fueron las figuras principales de ese Instituto. Sin duda le resultó
imposible estar de acuerdo con toda la nueva teología caótica de
ese concilio, pero pastor Daniells, ¿cómo pudo permitir un
desfile tan peligroso de dudas, y presidir una nube tan brumosa
de crítica superior? ¿Acaso ese instituto curó la crítica que está
destruyendo nuestra obra? No, la multiplicó cien veces. Y tú,
más que ningún otro hombre, eres el responsable”.
Washburn concluyó apelando a los delegados para que
investigaran todas sus acusaciones. Afirmó que no temía "que
los representantes de nuestro pueblo me rechacen o me echen
por defender el mensaje original y el espíritu de la profecía".
Estaba apelando, dijo Washburn, "no a ningún pequeño comité
o a un Consejo secreto como el del verano de 1919, sino a los
representantes del pueblo elegido por Dios en sesión abierta
reunidos."
Washburn afirmó que su "Carta Abierta" fue en gran medida
decisiva para derrotar a Daniells y evitó que fuera reelegido a la
presidencia del AG en 1922. De hecho, los relatos de los
periódicos de San Francisco mostraban a Daniells defendiendo
su liderazgo, pero denunciando los amargos ataques contra él y
sosteniendo un "puñado de documentos escritos, que según él
eran las pruebas de sus acusaciones de propaganda y
verificación."

58
SILENCIOS Y CONSENSOS

La derrota de Daniells en 1922 no puso fin a los alineamientos


básicos que habían comenzado a solidificarse mucho antes. La
controversia sobre las versiones de la Biblia, las fricciones entre
la Unión de Columbia y la Asociación General, las batallas de
reorganización por las decisiones del Concilio de Omaha de
1931, e incluso el manual utilizado por la Sociedad Misionera
Voluntaria de los Jóvenes, todo ello dio lugar a conflictos
durante la década de 1930, y todos ellos estaban directamente
relacionados con una diferencia básica de interpretación sobre la
inspiración del espíritu de profecía. Después del Concilio de
Omaha, Washburn identificó a otro creyente en la "nueva
visión" del "continuo" que apostató: L. R. Conradi. Señaló:
“Muchos de los que se cuentan como hombres principales,
escritores y editores entre nosotros enseñan esta misma
doctrina.... Durante muchos años la Unión de Columbia ha
estado comprometida en una gran lucha de fe, una lucha para
preservar las enseñanzas originales de nuestro gran Mensaje y la
confianza en la guía del Espíritu Santo a través del espíritu de
profecía.... Gracias a Dios por el espíritu de profecía”.
Para 1932, F. M. Wilcox notó las consecuencias desastrosas de la
alienación. Observó que iglesias enteras se agitaban y que los
estudiantes universitarios alineaban a sus profesores según
fueran "fundamentalistas" o "modernistas". Wilcox escribió a C.
H. Watson, presidente de la Asociación General, que creía que
era necesario que la Asociación General "restableciera la
59
SILENCIOS Y CONSENSOS

confianza de nuestro pueblo contra los ataques que han sido


hechos sobre [ella] ... por individuos equivocados durante una
serie de años".

W. W. Prescott

De forma un tanto jocosa, William Warren Prescott, (1855-


1944), informó a los delegados de la Conferencia de Profesores
de Biblia e Historia de 1919: "Me gustaría que se me entendiera
como un conservador. Pensé que tendría que proclamarlo yo
mismo". Las notas taquigráficas de la Conferencia indican que
"las risas" siguieron a la declaración.
Aunque el tema del "continuo" no estaba en el orden del día
a discutir en 1919, y aunque no se discutió formalmente como
tema, la filosofía general y las conclusiones centrales del "nuevo
punto de vista" fueron, en cierto modo, dadas durante las 20
presentaciones de W. W. Prescott sobre "La persona de Cristo",
y "La mediación de Cristo", el título de su serie devocional
diaria. Aunque no había utilizado el término "continuo", debido
a su uso de la Versión Revisada de la Biblia, Prescott presentó
claramente el "nuevo punto de vista". Enfatizó:
"Nuestro mensaje contra la bestia y su imagen se centra aquí,
y es dar a Cristo el lugar que le corresponde. Cuando
predicamos la persona de Cristo, como hemos estado haciendo
aquí, estamos predicando contra el papado, aunque no

60
SILENCIOS Y CONSENSOS

mencionemos el papado.... Lo vital es dar a Cristo su lugar como


cabeza viva de la iglesia.... Su sacerdocio es un sacerdocio
continuo. Su sacrificio es un sacrificio continuo. Su ministerio
es un ministerio continuo. Todo crece a partir del hecho de que
él en su propia persona continuó. Ahora bien, si se quita esto, se
despoja al cristianismo.... Nuestra experiencia continua se basa
en su ministerio continuo. Nuestra capacidad de continuar
como cristianos, nuestra capacidad de continuar personalmente
se basa en la persona de Aquel que continúa, y eso se basa en su
palabra en su servicio continuo para nosotros.... El sacrificio
continuo continúa. Es un sacrificio por el pecado
continuamente, y viviremos porque él se entrega a nosotros
continuamente.... Así que toda la cuestión de nuestra
experiencia cristiana, nuestra capacidad de trabajar para él está
toda ligada a esta cosa. Entonces, cuando el papado ataca esta
cosa, ataca lo que demolerá el cristianismo. Y ese es su
propósito: abolir el cristianismo y poner un hombre en lugar de
Cristo.
... Debemos restaurar la ley de Dios tal como la interpretó
Cristo. Debemos restaurar el trato con esa ley como se revela en
las escrituras. Debemos restaurar a la gente los medios para
obedecer esa ley, o de lo contrario no estamos dando este
mensaje al mundo”.
Al igual que otros debatientes sobre la cuestión "diaria",
Prescott creía ver en el tema había elementos de verdad que
61
SILENCIOS Y CONSENSOS

trascendían con creces la cuestión teológica inmediata. Ya en


1907 declaró que creía que su visión de Daniel 8 establecía una
"conexión mucho más vital con el verdadero corazón de este
mensaje" de lo que había sido posible bajo la interpretación
anterior. Creía que el "nuevo punto de vista" permitía un
conocimiento de la obra mediadora de Cristo en el santuario
celestial que la denominación estaba especialmente llamada a
presentar al mundo, al igual que el sistema mediador falso
estaba diseñado para englobar al mundo dentro de su falso
sistema. Él y otros atribuyeron un significado especial al
momento particular de la historia adventista en el que brillaba la
luz sobre este punto de vista, ya que parecía llegar en el
momento en que el adventismo se estaba introduciendo con
fuerza en los países católicos romanos. Aunque el mensaje
exponía el falso santuario, Prescott creía que también llamaba al
mundo a una restauración de la pura Palabra de Dios y
proporcionaba el poder necesario para la obediencia a la ley de
Dios por la fe en la obra mediadora de Cristo.
A través de su panfleto, "El Continuo: Una breve respuesta a
dos folletos sobre este tema", a través de la revista Protestant
Magazine, de la que fue editor de 1909 a 1916, a través de las
sesiones de la unión y de los institutos ministeriales, a través de
las lecciones de la Escuela Sabática que preparaba, y a través de
la correspondencia con profesores y estudiantes, Prescott
continuó defendiendo sus puntos de vista sobre el "continuo".

62
SILENCIOS Y CONSENSOS

Prescott preveía un papel algo diferente para el espíritu de


profecía dentro de la iglesia que aquellos que apoyaban la
"antigua visión" del "continuo". Consideraba que la Biblia debía
ser su propio intérprete y que no se debía apelar a alguna otra
"autoridad visible" para interpretar las Escrituras. Tal
metodología, afirmaba, acabaría “por llevarnos paso a paso a
sustituir la autoridad de la Biblia por otra”. Tal condición, creía,
debilitaría y haría incierta la experiencia cristiana de los
miembros de la iglesia.
Prescott se oponía, pues, a someter la cuestión del
"continuo" a la decisión de la Sra. White, como otros habían
sugerido. Aunque estaba a favor de cualquier explicación que
ella pudiera ofrecer sobre lo que abarcaba su visión del
"continuo", afirmaba que no consideraba que fuera
"competencia de la Sra. White actuar como juez en meras
cuestiones de interpretación histórica o bíblica". Prescott creía
que existía el peligro de afirmar una reivindicación demasiado
grande sobre el espíritu de profecía, ya que al hacerlo, creía que
cuando la evidencia histórica refutara claramente las
interpretaciones del don, entonces el don quedaría
desacreditado y perdería su autoridad entre los miembros.
Prescott puso gran énfasis en el estudio del contexto de las
declaraciones de la Sra. White para llegar a una comprensión
correcta de su mensaje.

63
SILENCIOS Y CONSENSOS

L. R. Conradi

Louis R. Conradi, (1856-1939), líder de la obra adventista del


séptimo día en Europa, también hizo hincapié en las Escrituras
como su propio expositor. Se alegró por el consejo de la Sra.
Whites de agosto de 1910, de que los que participaban en el
debate sobre el "continuo" se abstuvieran de utilizar sus escritos
para apoyar su posición, ya que ella no tenía una luz clara sobre
el tema. Conradi esperaba que el consejo pudiera ser aceptado
como un principio general para el futuro. Denunció la debilidad
de la posición de los "pioneros" y sus pruebas en apoyo de sus
opiniones sobre el "continuo", y declaró "No es de extrañar que
algunos de sus defensores clamen por un intérprete infalible de
la Palabra de Dios para dar el apoyo que les falta".
Conradi había defendido su "nuevo punto de vista" sobre el
"continuo" ya en 1898, y consideraba que la denominación
exponía una "terrible debilidad" al permitir que la obra de Uriah
Smith siguiera circulando con lo que él consideraba una
"posición insostenible" sobre el "continuo" en ella. Conradi
consideraba que "demuestra la falta de firmeza" dentro de la
denominación. Había impedido con éxito que los libros de
Smith se publicaran en Inglaterra a menos que fueran revisados
y tenía la intención de seguir adhiriéndose a esa política, escribió
a Daniells. "Creo que es nuestro deber ver que la verdad sea
proclamada y escrita en cada punto", escribió en 1910.

64
SILENCIOS Y CONSENSOS

Aun cuando dos posiciones diferentes sobre la cuestión de la


inspiración del espíritu de profecía parecían solidificarse en los
Estados Unidos, también comenzaron a desarrollarse tales
posiciones en Europa. En 1910, un misionero de la misión
turca, Z. G. Baharian, informó a W. C. White y a W. A. Spicer
de las crecientes dudas sobre el espíritu de profecía. Estas dudas,
según Baharian, provenían en gran medida de L. R. Conradi y
también las tenía el superintendente de la misión turca, E. E.
Frauchiger.
Baharian situó las raíces de las diferentes posturas en torno a
1898, cuando la cuestión de la reforma sanitaria comenzó a
introducirse en Europa. En octubre de 1910, en una reunión
del consejo en Constantinopla en la que estaba presente
Conradi, abordó directamente la cuestión del espíritu de
profecía. Según Baharian, Conradi pasó algún tiempo tratando
de demostrar que los escritos de Ellen White podían dividirse
según diversos grados de inspiración, y que consistían en gran
medida en dos partes: testimonios que eran en gran parte
revelaciones de Dios y otras obras que, aunque el tema estaba
guiado por el Espíritu Santo, el contenido podía contener
errores, y Conradi afirmó que él mismo había corregido algunos
de estos "errores". Según Baharian, tanto Conradi como
Frauchiger negaron que los escritos sobre la reforma sanitaria
fueran inspirados. Baharian llegó a la conclusión de que esa
postura indicaba "que sus escritos no son una guía segura para

65
SILENCIOS Y CONSENSOS

nosotros". Señaló que "es terrible que un ministro enseñe de una


manera y otro ministro de otra. Todavía tenemos muchas
batallas que librar. Que Dios se apiade de su pueblo".
T. E. Bowen, secretario asociado de la AG, escribiendo en
nombre del viajero W. A. Spicer, no respondió a las cuestiones
de fondo planteadas por Baharian, pero sí señaló: Esta es una
cuestión real ... y afecta no sólo a su campo, sino que afecta a
otros, y no es realmente una cuestión nueva planteada; porque
se plantea constantemente aquí, así como en Turquía”.
Debido a las dificultades para tratar una cuestión tan básica por
correspondencia, W. C. White instó a Baharian a reunirse con
A. G. Daniells durante una próxima reunión en Friedensau.
Esperaba que Daniells pudiera reunir a Conradi, Frauchiger y
Baharian para discutir el amplio tema de la "autenticidad y el
uso" del espíritu de profecía, así como la forma adecuada de
enseñar la cuestión de la reforma sanitaria "en un nuevo
campo".
Aunque la oportunidad de reunirse con Conradi en Friedensau
no se produjo por factores de tiempo y porque Daniells temía
que Conradi estuviera "cansado y nervioso", Daniells sí discutió
los temas en Constantinopla con los miembros de la Misión
Turca. Daniells tuvo la impresión de que Baharian representaba
un extremo de la cuestión y Frauchiger el extremo opuesto.

66
SILENCIOS Y CONSENSOS

Se negó a discutir la posición de Conradis sobre la inspiración


del espíritu de profecía, ya que temía que tales opiniones
pudieran ser tergiversadas. Daniells creía que su presentación
del tema servía para amonestar a Baharian "con respecto a la
adopción de una posición radical". Abordó los "principios
fundamentales que subyacen al espíritu de profecía y sus diversas
formas, así como "de forma bastante completa la cuestión" de la
revisión de libros. Daniells señaló que "la entrevista fue muy
agradable, y todos se expresaron como muy agradecidos y bien
satisfechos". Daniells hizo la siguiente observación a W. C.
White:
“Tuve una reunión similar con los hermanos y hermanas de
Odessa. Encuentro que hay una influencia que sale de este país
[Estados Unidos] a todas esas tierras, para socavar la confianza
en el espíritu de profecía. La cosa está en el aire, y debe ser
tratada pronta y sabiamente. Nuestros líderes deben adoptar una
posición consistente y bíblica, que esté en armonía con las
Escrituras y con los hechos reales que existen. Entonces creo que
pueden mantenerse firmes y establecer a nuestro pueblo
inamoviblemente en esta fase de nuestro mensaje y obra”.

A. G. Daniells

A. G. Daniells, (1858-1935), consideraba vital la relación


contextual con las declaraciones del espíritu de profecía. En una
sesión de preguntas y respuestas de dos días sobre el espíritu de
67
SILENCIOS Y CONSENSOS

profecía en una reunión campestre en Boulder, Colorado, en


1906, Daniells tuvo varias ocasiones de tratar con preguntas que
implicaban relaciones contextuales con los escritos. Un antiguo
miembro de la iglesia quería saber cómo era posible que el
administrador del Sanatorio de Boulder, que era un ministro
ordenado, continuara en su puesto en vista del hecho de que la
Sra. White, en un artículo de la Review and Herald, hablaba en
contra de que los ministros realizaran mayormente tareas
administrativas. Daniells instó a no "tomar una posición tan
radical como esa". Creía que el estado de salud del individuo en
cuestión ofrecía una excepción lógica al consejo general. Aplicó
ese mismo principio a la declaración de que "ningún hombre
debe ser presidente de la Asociación General". Daniells creía que
A. T. Jones había estirado esa declaración para hacerla enseñar
algo totalmente fuera de armonía con el propósito obvio para el
que se dio el testimonio. Insistió en que "no se puede tomar una
sola declaración y estirarla más allá de su propósito y
significado".
Daniells volvió a abordar la cuestión de las consideraciones
contextuales cuando respondió a las preguntas planteadas por
un ministro de Missouri en relación con la aparente
contradicción sobre la cuestión del trabajo dominical que
aparecía en el Volumen 9 de los Testimonios con lo que había
aparecido en Testimonios anteriores. Daniells consideró que las

68
SILENCIOS Y CONSENSOS

preguntas eran fundamentales en relación con el espíritu de


profecía. Escribió a W. C. White:
“Más allá de toda duda, hay ahora una corriente subterránea de
influencia que está minando la confianza en los escritos de tu
madre. Y creo que, a menos que adoptemos una posición
coherente y defendible, nos veremos abocados a lugares muy
difíciles donde la causa sufrirá grandes pérdidas.
Pero estoy seguro de que si reivindicamos lo que tu padre y
madre reivindicaron al principio, y lo que tu mismo crees con
respecto al espíritu de profecía, seremos capaces de enfrentarnos
a todas estas influencias, y hacer que los escritos de la hermana
White tengan un valor y un servicio continuos para esta causa”.
Al responder al ministro, Daniells advirtió varias veces contra la
"adopción de posiciones extremas" sobre el tema. Instó a que los
Testimonios, al igual que la Biblia, se estudiaran como un todo
para comprender sus partes integrantes.
A continuación, presentó el trasfondo contextual de la posición
adoptada en el Vol. 9 con respecto al trabajo dominical: el
testimonio era escrito en relación con la legislación dominical
en Australia en un momento en que los líderes de ese país
necesitaban vitalmente ese consejo. También se escribió
teniendo en cuenta la posición severa e inflexible adoptada por
el liderazgo europeo en una crisis anterior que tuvo como
resultado que las autoridades cerraran la editorial de Basilea,
69
SILENCIOS Y CONSENSOS

vendieran sus instalaciones para pagar las multas y encarcelaran


al líder de la obra en Europa.
Continuó diciendo:
“No creo que los testimonios del Volumen 9 contradigan
ningún testimonio anterior con respecto al trabajo dominical o
cualquier otro punto. Debemos tener en cuenta que la
experiencia cristiana es progresiva, y que los Testimonios han
enseñado principios avanzados año tras año a medida que la
obra ha progresado y que el pueblo ha estado preparado para
recibir nueva luz. Si se examinan los primeros volúmenes de los
Testimonios, se encontrará que al principio sólo se presentaban
el A B C de muchos principios y verdades. Estos han sido
desarrollados de vez en cuando desde entonces. Quien busque
tecnicismos y trate de encontrar una base para las dudas, tendrá
la oportunidad de encontrar aparentes discrepancias en los
Testimonios. Esto también podría decirse de las Escrituras. El
Señor ha tenido a bien presentar la verdad de tal manera que los
que se inclinan a dudar siempre pueden encontrar una clavija en
la que colgar sus dudas. Sin embargo, tengo la convicción de que
hay una hermosa armonía en todos los Testimonios”.
Cuando Daniells envió una copia de su respuesta a W. C.
White, éste la leyó a A. T. Robinson, C. C. Crisler, y a la Sra.
White. W. C. White observó que decían "Amén a lo que has
escrito". White pidió permiso a Daniells para hacer copias de la

70
SILENCIOS Y CONSENSOS

carta para distribuirla a otros. Escribió a Haskell que la


consideraba una "clara y contundente defensa del Testimonio
Vol. 9, y de la obra de mi madre en general". Estaba seguro de
que Haskell disfrutaría leyéndola.
Daniells conoció por primera vez la posición de Prescott-
Conradi sobre el "continuo" al viajar por Europa desde Australia
hasta la sesión de la AG de 1901. Aunque no se sumergió
inmediatamente en el tema, acabó concluyendo que su posición
por "hechos innegables e indiscutibles" era correcta. Al igual que
casi todos los que participaron en el debate, Daniells creía que
las verdaderas cuestiones implicadas trascendían con creces la
cuestión de si el "continuo" representaba o no el paganismo y
cuándo era retirado. Si esa fuera la única cuestión, dijo Daniells,
"no perdería mucho de mi tiempo discutiendo con hombres que
persisten en hacer afirmaciones totalmente en desacuerdo con
toda la historia fiable del mundo". Daniells creía haber recibido
una gran bendición y una profunda visión de las gloriosas
verdades bíblicas relativas al ministerio de Cristo en el santuario
celestial después de haberse sumergido en el estudio. De hecho,
Daniells creía que la verdad concerniente a la "obra eficaz de
Cristo en el santuario celestial" bien debería haber acompañado
la presentación de la justicia por la fe en 1888. No es de
extrañar, afirmaba Daniells, que Satanás instituyera el falso
sistema que tenía a través del papado. Daniells vio una
controversia "si el enemigo traerá la falsificación más estupenda

71
SILENCIOS Y CONSENSOS

que jamás haya endilgado a la familia humana, y la pondrá en


lugar [de] la verdad vital y fundamental respecto a la salvación
del hombre".
Aunque la declaración de Primeros Escritos sobre la
"corrección" millerita en la cuestión del "día" inicialmente
preocupó a Daniells, su estudio del trasfondo contextual e
histórico de la declaración le resolvió la cuestión. Llegó a la
conclusión de que el punto central de la visión dada a la Sra.
White se refería al "tiempo" del final de los 2300 días, y no a los
detalles de la teología relativa al "continuo". Dada esta
interpretación, el espíritu de profecía armonizaba con la Biblia y
con las evidencias históricas que Daniells creía que estaban
relacionadas con ella. Creía que esta posición "pone el espíritu
de la profecía del lado de las Escrituras, y del lado de la historia
auténtica, y no hace ninguna violencia al significado del propio
testimonio." Daniells creía que los que interpretaban así la
declaración de los Primeros Escritos eran los "más verdaderos
amigos del don de profecía" y que los "expositores miopes"
estaban forzando una situación que colocaría los escritos en una
"posición indefendible."
Daniells se creyó justificado al presentar sus puntos de vista
del "continuo" en siete sesiones de 1910 debido al tratado de L.
A. Smith que alegaba que los que sostenían el "nuevo punto de
vista" lo hacían en completa oposición a la enseñanza del
espíritu de profecía. Daniells creía que la influencia de los
72
SILENCIOS Y CONSENSOS

funcionarios de la Asociación General que sostenían ese punto


de vista estaba siendo destruida y requería una respuesta.
Asimismo, le irritaba la "actitud feroz, combativa y arbitraria"
que algunos mantenían al defender el "antiguo punto de vista".
Denunció el acceso que algunos parecían tener a los
"testimonios privados" relativos a otros. Daniells creía que se
hacía un uso "escandalosamente indiscreto" de algunos de esos
testimonios. Se preguntaba cómo era que ciertos hombres
"parecían tener los bolsillos llenos de testimonios personales".
Para cuando la Sra. White instó a que "el silencio es
elocuencia" sobre el tema del "continuo", en agosto de 1910,
Daniells consideró que la cuestión estaba prácticamente resuelta.
Aunque tenía la intención de no continuar la controversia,
Daniells declaró:
“Decenas y cientos de nuestros hermanos que han estado
estudiando el tema, y se han convencido completamente de que
el nuevo punto de vista es correcto, continuarán con su
investigación, y se establecerán más firmemente a medida que
pasen los días. Creo que todos los maestros de Biblia en nuestras
instituciones en este país creen en el nuevo punto de vista, y lo
enseñarán de esta manera, si es que enseñan algo con respecto al
continuo”.

73
SILENCIOS Y CONSENSOS

W. C. White

Se puede obtener cierta comprensión de la profunda


implicación de W. C. White con el debate denominacional
sobre el "continuo" simplemente sumando las páginas de sus
cartas a algunos de los participantes. Escribió a su hermano una
carta de 20 páginas en junio de 1909. Al año siguiente, Daniells,
P. T. Magan y Washburn recibieron cartas de 11, 23 y 36
páginas respectivamente. White creía que la declaración de los
Primeros Escritos se refería a los periodos proféticos
relacionados con el "continuo" más que al carácter del
"continuo" en sí. Llegó a este apoyo del "nuevo punto de vista"
debido a su creencia de que la comprensión del trasfondo
contextual de la declaración era abrumadoramente vital para
entenderlo. Creía que ese principio debía aplicarse en general a
los escritos de su madre. White consideraba relevante el hecho
de que su madre hubiera escrito mucho sobre la importancia
para el movimiento adventista de la profecía de los 2300 años,
mientras que, la naturaleza del "continuo" en sí era "totalmente
ignorada" en todos sus escritos "excepto en esta frase de 35
palabras, que se encuentra en medio del argumento de que el
tiempo no ha sido una prueba desde 1844 y que nunca más será
una prueba". "El contexto de la declaración que se encuentra en
Primeros Escritos parece implicar todo el artículo en el que se
escribió originalmente la declaración, todo el ámbito de los

74
SILENCIOS Y CONSENSOS

escritos de Ellen White sobre el tema y el trasfondo histórico del


escrito original”.
En un principio, White concibió el estudio del "continuo"
como una oportunidad especial para realizar un estudio
exhaustivo de las fuentes bíblicas e históricas y, con el tiempo,
obtener una clara comprensión de la verdad de la profecía de
Daniel 8. Llegó a la conclusión de que tal parecía ser la voluntad
de Dios, ya que el Señor no había decidido resolver la cuestión
mediante una revelación a la Sra. White. Pareció confirmarse en
esa posición cuando comenzó a descubrirse una gran cantidad
de pruebas históricas relacionadas con los amplios períodos
proféticos de Daniel. También estaba convencido por el
fortalecimiento de las posiciones relativas al papado.
Aunque White vio las ventajas que se podían conseguir
mediante la búsqueda de nueva luz sobre el "continuo", de
forma muy parecida a lo que había ocurrido durante la
búsqueda de la verdad alentada por la Sra. White durante el
período de 1888 a 1890, también hizo comparaciones con ese
período anterior que tenían implicaciones negativas. White
señaló que durante ese período la mayoría de los creyentes no
estaban tan preocupados por las nuevas posiciones adoptadas
sobre los reinos y la ley en Gálatas como por el supuesto efecto
perjudicial que tendría un cambio de posición en la influencia
denominacional. También recordó White:

75
SILENCIOS Y CONSENSOS

“No consideraban la nueva doctrina en sí misma como de


tan seria importancia, pero creían que las antiguas posiciones
habían sido sancionadas por los Testimonios, y hacer un cambio
desestabilizaría la confianza de nuestro pueblo en todas partes
en los Testimonios; y esto lo consideraban como el aspecto más
serio de toda la cuestión”.
Aunque W. C. White trató de mantener la objetividad en
relación con el "punto de vista de los pioneros", consideró
claramente que los que representaban esa posición eran los
principales agresores en el debate. Se opuso a los intentos de
impedir la publicación del libro de Conradi sobre Daniel en el
idioma danés-noruego y en los Estados Unidos, se opuso a la
circulación de los panfletos de O. A. Johnson y L. A. Smith en
la sesión de la AG de 1909, y a los métodos utilizados para
desacreditar los puntos de vista sostenidos por los que apoyaban
el "nuevo punto de vista". Señaló: Algunos están tan ansiosos
que siguen pasando sus preguntas y recelos a mi madre, y
muchas de estas preguntas son como una serpiente que se ha
tragado un conejo, sale con una gran queja o acusación”.
Después de la publicación del panfleto de L. A. Smith que
parecía desacreditar a los poseedores del "nuevo punto de vista",
W. C. White creyó que la respuesta de Daniells-Prescott era
apropiada. Los funcionarios de la Asociación General habían
sido desacreditados en cuanto a su influencia y sus actitudes
hacia el espíritu de profecía habían sido seriamente
76
SILENCIOS Y CONSENSOS

cuestionadas. Parecía que no había otra alternativa que


responder. White mantuvo esa actitud hasta que un testimonio
que instaba al silencio sobre el tema del "continuo" revirtió su
opinión.
Al analizar el debate sobre el "continuo", White, al igual que
otros, miraba más allá de la disputa teológica en sí, y esperaba
que el debate pudiera ofrecer la oportunidad de resolver ciertas
cuestiones más amplias. Una de esas cuestiones era la
circulación continua de Daniel y el Apocalipsis. Aunque White
estaba convencido de que las fuentes históricas que se
descubrieron como consecuencia de las investigaciones sobre el
"continuo" refutaban algunas de las enseñanzas de ese libro,
seguía siendo partidario de lo que denominaba una "política de
puertas abiertas" en relación con su circulación. Creía que un
libro "tan valioso en la mayoría de sus características" debía
seguir circulando "hasta que algo mejor ocupara su lugar". A la
inversa, también estaba a favor de la circulación del libro de
Conradi, aunque adoptaba una posición completamente
diferente respecto al "continuo".
Sin embargo, W. C. White consideró otras dos cuestiones de
mayor importancia. Escribió a Daniells en marzo de 1910:
“He dicho a algunos de nuestros hermanos que pensaba que
había dos cuestiones relacionadas con este asunto ["continuo"]
que eran más importantes que la decisión que se tomará sobre

77
SILENCIOS Y CONSENSOS

cuál es la más correcta, la opinión antigua o la nueva respecto al


"continuo". La primera es: ¿Cómo debemos tratar a los demás
cuando hay diferencias de opinión? La segunda es: ¿Cómo
debemos tratar los escritos de mi madre en nuestro esfuerzo por
resolver las cuestiones doctrinales?”. White esperaba que una
reunión entre los principales disputantes sobre el "continuo"
pudiera resolver no sólo la cuestión sino también trabajar para
resolver las cuestiones más amplias.
Aunque la reunión propuesta por White nunca tuvo lugar,
cuatro meses después de su propuesta se enviaron dos
testimonios significativos a las figuras centrales del debate:
Butler, Loughborough, Haskell, Smith, Gilbert, Prescott y
Daniells. La Sra. White pidió que sus escritos "no se utilizaran
como argumento principal para resolver las cuestiones sobre las
que ahora hay tanta controversia". Al señalar que no tenía
ninguna instrucción específica del Señor sobre el "punto en
discusión", instó de nuevo a que no se utilizaran sus escritos en
el debate. El testimonio, fechado el 31 de julio de 1910, se
titulaba significativamente "Nuestra actitud hacia la controversia
doctrinal". Puesto que la Sra. White normalmente no ponía
títulos a los testimonios, parece muy posible que W. C. White
pusiera ese significativo título en el testimonio. El mismo
testimonio instaba a que "los libros importantes que han estado
impresos durante años" y que habían sido influyentes para traer
a otros a la iglesia, no debían ser desacreditados por asuntos

78
SILENCIOS Y CONSENSOS

relativamente menores. Las cuestiones de corrección y revisión


debían remitirse a los encargados habituales de tales asuntos.
El segundo testimonio, fechado el 3 de agosto de 1910, contenía
la siguiente declaración relevante:
“Debemos unirnos en los lazos de la unidad de Cristo; entonces
nuestros trabajos no serán en vano. Traigan cuerdas uniformes,
y no dejen que se produzcan contenciones. Revelen el poder
unificador de la verdad, y esto causará una poderosa impresión
en las mentes humanas. En la unidad está la fuerza”. Este
consejo, lamentablemente, no se aplicó en la controversia sobre
el "continuo".
Parece que W. C. White, durante la controversia sobre el
"continuo", esperaba encontrar alguna forma de armonizar las
posiciones divergentes. De hecho, creía que las consecuencias de
un fracaso podrían ser desastrosas para la influencia de los
escritos del espíritu de profecía. Instó a su hermano:
“Evitemos adoptar una posición tal que anime a los hombres a
instar a sus hermanos a adoptar puntos de vista personales sobre
el significado de ciertos pasajes de los Testimonios, de manera
que se arroje censura y reproche sobre sus hermanos que no
están totalmente de acuerdo con ellos, y de una manera que
parezca obstruir la búsqueda de la verdad.

79
SILENCIOS Y CONSENSOS

Si no nos mantenemos firmes en los principios correctos,


pronto podemos caer en una condición de cosas en la que
muchas mentes sinceras y radicales se sentirán libres para
seleccionar un pasaje aquí y otro allá de los Testimonios, y sin
tener en cuenta adecuadamente el contexto y la enseñanza de la
Biblia y otros pasajes de los Testimonios, proceder a enseñar una
mezcla de verdad y error que no es provechosa para la iglesia.
Evitemos dar nuestra aprobación a cualquier hombre, o grupo
de hombres, que tomen un pasaje disputado de los Testimonios,
y poniendo su punto de vista de lo que significa en la luz más
erarte posible, digan que "personas de influencia en la
denominación" que no están de acuerdo con ellos, "sostienen
que no significa lo que dice", y que su punto de vista contradice
directamente el espíritu de profecía. Seguramente no podemos
dar nuestra aprobación a tales métodos de tratar con los
Testimonios, y con los hermanos”.
White lamentó profundamente que O. A. Johnson, L. A. Smith,
Haskell y Gilbert se dedicaran tan activamente a "promulgar la
doctrina de que la confianza en los Testimonios debe aumentar
o disminuir, según la creencia de nuestros hermanos en la
antigua o la nueva visión del continuo". White hizo varios
intentos infructuosos de celebrar una "reunión de hermanos"
para tratar las cuestiones. Observó a J. S. Washburn que creía
que Dios permitía que se produjeran tales diferencias para
permitir una investigación más profunda de la verdad, y que si
80
SILENCIOS Y CONSENSOS

eso ocurría "y si tratamos a nuestros hermanos a la manera de


Cristo, obtendremos un gran bien donde el enemigo esperaba
traer amargura y división". White, lamentablemente, tuvo que
informar a Stephen Haskell a finales de 1910:
“A esto, como a los anteriores llamados para que nuestros
hermanos se reúnan para estudiar y orar sobre este asunto, no
hubo respuesta favorable, y la controversia, aunque menos
abierta que antes, ha seguido adelante”. Uno podría preguntarse
si todavía vivimos a la sombra del "continuo".

Conclusión

F. M. Wilcox enunció una verdad relevante en 1915. Esa verdad


tenía tal vez una pertinencia aún mayor en 1928 cuando la
expresó de nuevo:
“Algunos en la iglesia de Dios, hoy como en cada época, se
inclinan a ser demasiado rápidos. Otros se inclinan a ser
demasiado lentos. Dios, en su providencia, vincula al impulsivo
Pedro con los que son más estables y conservadores. En la
providencia de Dios se encuentran hoy en la Iglesia Adventista
del Séptimo Día estas naturalezas y elementos variados.... Dios
permite que estos diversos temperamentos se asocien para que
cada uno aprenda del otro, para que la falta de uno sea suplida
por la abundancia del otro”.

81
SILENCIOS Y CONSENSOS

W. W. Prescott, a quien muchos colocaron en la categoría de


"demasiado rápido", observó en la Conferencia Bíblica:
“La verdad y el error están muy cerca, uno al lado del otro, y la
razón por la que el error se acerca tanto es para hacernos temer a
la verdad. Ahora bien, cuando el error nos hace tener miedo de
la verdad, nos alejamos de la verdad y la perdemos. Ahora bien,
si podemos tener la sabiduría suficiente para tener el beneficio
completo de la verdad y no balancearnos hacia el error,
estaremos adelantados en nuestra posición”.
Las consecuencias de los individuos que buscan la verdad en
relación con la inspiración del espíritu de profecía sin el
beneficio de las perspectivas de la comunidad denominacional
pueden verse en los casos de A. T. Jones, J. H. Kellogg, E. J.
Waggoner, A. F. Ballenger, L. R. Conradi, W. A. Colcord y
otros. Es trágicamente relevante que todos los mencionados
respondieron a la pregunta básica planteada por C. L. Benson
en la Conferencia Bíblica decidiendo que el espíritu de profecía
podía dividirse en porciones "inspiradas" y "no inspiradas".
Parece relevante que, en la mayoría de los casos, los que
empezaron a hacer tales determinaciones finalmente perdieron
la confianza en el espíritu de profecía. También parece relevante
que las apostasías surgieron de ambos puntos de vista relativos a
la inspiración del espíritu de profecía.

82
SILENCIOS Y CONSENSOS

¿No es posible que un diálogo fructífero entre las dos posturas


principales hubiera respondido a la pregunta de Benson de
forma diferente a como lo hicieron Jones y Conradi? La
"posición pionera" insistía en que los escritos no podían
dividirse en secciones "inspiradas" y "no inspiradas", pero parecía
no tener medios reales para tratar las aparentes discrepancias. La
posición de la "nueva visión", con su énfasis en el contexto,
ofrecía un medio para explicar esas aparentes discrepancias.
Cada parte parecía tener conceptos adicionales que podrían
haber sido útiles para la otra. Parecía haber suficiente
oportunidad para un diálogo. Ese diálogo podría haber refutado
la funesta profecía hecha por J. S. Washburn en 1931:
“No creo que la vieja guardia vaya a morir ahora y estoy seguro
de que nunca se rendirá, nunca dejará de estar donde ha estado
durante años en este mensaje.... Puede parecer que están en
minoría. Puede parecer que carecen de la posición oficial de
aquellos modernistas que no se atreven a ir tan lejos como L. R.
Conradi -es decir, abierta y aparentemente- y que incluso pueden
firmar sus documentos de condena, pero en el fondo están muy
lejos en el mismo camino, y están de acuerdo con sus
fundamentos, y se dirigen rápidamente a su destino teológico
final. Sin embargo, la verdad debe ganar una victoria eterna.
Que la cuestión llegue, y cuanto antes mejor. No hay
compromiso ni modificación ni posibilidad de fusión de estos

83
SILENCIOS Y CONSENSOS

elementos. Entre ellos hay una distancia cada vez mayor”. El


conflicto abierto resurgió en 1919.

84
SILENCIOS Y CONSENSOS

EN EL CAMPO DE BATALLA: PROGRESISTAS Y


TRADICIONALISTAS EN GUERRA POR LA
HERMENÉUTICA
Michael B. Campbell
La Conferencia Bíblica de 1919 abarcó una amplia gama de
temas en el transcurso de seis semanas de presentaciones y
debates. La conferencia, por lo tanto, proporciona una ventana
significativa al desarrollo de la teología adventista del séptimo
día. Los adventistas, como muchos otros cristianos, se
enfrentaban a un mundo que había cambiado. Más
concretamente, la cultura estadounidense en general había
cambiado. Algunos veían este cambio como una señal más del
fin. También obligó a los adventistas a reevaluar su papel en un
mundo en constante cambio. La Conferencia Bíblica de 1919
representa, por tanto, un "laboratorio de ideas" a través del cual
los líderes de pensamiento, percibiendo que el adventismo
estaba en crisis, lucharon. La forma en que los adventistas del
séptimo día se desenvolverían en este nuevo mundo fue el
núcleo de lo que trató la Conferencia Bíblica de 1919.
La década de 1910 fue una época tumultuosa en el
desarrollo de la teología adventista. La forma en que los
adventistas del séptimo día afrontaban el cambio,
particularmente en su comprensión de los acontecimientos del
tiempo del fin, fue la fuerza motriz de muchos de los temas
tratados durante la Conferencia Bíblica de 1919. Surgieron
cuestiones que antes no habían sido significativas, pero que

85
SILENCIOS Y CONSENSOS

ahora tenían importantes ramificaciones para la identidad


teológica del adventismo.
Esta década fue también una época difícil para examinar
cuestiones relacionadas con la identidad adventista. En una
cultura que muchos cristianos conservadores consideraban que
se estaba deteriorando espiritualmente, uno de los recursos de
los adventistas era protegerse de sus tradiciones. En
consecuencia, las discusiones podían llegar a ser bastante
acaloradas y se intercambiaban palabras afiladas. La mayoría de
los asistentes a la conferencia parecían darse cuenta de que
había razones teológicas para las diferencias. Por lo tanto, era
imperativo que discutieran esas diferencias y algunos incluso
consideraban que esos diálogos eran una tendencia saludable.
La tensión entre la tradición y la apertura, el retroceso y el
avance, es una pista importante para entender la Conferencia de
1919. El impulso hacia la apertura permitió debatir las
diferencias y sugirió una creciente madurez que toleraba las
diferencias de interpretación en cuestiones que no eran
"fundamentales" para la teología adventista. Por otra parte,
muchos congresistas acudieron a la reunión convencidos de los
puntos de vista más tradicionales y, al final de la misma, se
sintieron amenazados por las expresiones de los puntos de vista
menos tradicionales. Algunos participantes expresaron
abiertamente sus propias dudas y precauciones. Sin embargo, la
presencia de varias personalidades fuertes, sobre todo de W. W.
Prescott, hizo que se hirieran sentimientos. Para hacer frente a
los posibles conflictos, se establecieron dos procedimientos: en
86
SILENCIOS Y CONSENSOS

primer lugar, se hizo un esfuerzo por presentar las dos caras de


los temas controvertidos; en segundo lugar, los temas que eran
especialmente conflictivos (sobre todo la cuestión del
"continuo") no se debían discutir a menos que A. G. Daniells
estuviera presente. Estos parámetros seguían permitiendo el
debate. Por esta razón, Bert Haloviak sugiere en su análisis de la
Conferencia que el lector actual debería dar más importancia a
las presentaciones formales que a los debates que se produjeron.
Los ponentes tuvieron tiempo para preparar sus presentaciones,
mientras que los debates, a veces incoherentes, fueron
espontáneos. Sin embargo, ni las presentaciones ni los debates
representaron una declaración oficial de fe para la
denominación.
A pesar de los intensos debates, según Daniells, la
Conferencia acabó votando una declaración de consenso. Esta
declaración y las circunstancias que la rodearon no están claras,
ya que su resolución y adopción sólo aparecen en la declaración
publicada por Daniells en la Review and Herald y no se
menciona dicha declaración en ninguna de las transcripciones
existentes. Teniendo en cuenta que las transcripciones son sólo
un registro parcial, que carece de partes significativas de los
procedimientos, es posible que la Conferencia haya votado una
declaración formal de consenso que no fue registrada. Por otra
parte, sería extraño que una declaración formal de consenso se
omitiera por error en el acta. En cualquier caso, la declaración
reflejaba claramente el punto de vista de Daniells sobre la
Conferencia.

87
SILENCIOS Y CONSENSOS

La declaración incluía cuatro partes: (1) Daniells consideraba


que el objetivo principal de la Conferencia era "el estudio serio y
en oración de la Biblia" que llevaría a "más luz y mayor unidad"
entre los adventistas; (2) la Conferencia, por tanto, encarnaba su
objetivo de impulsar esta "mayor luz y avance intelectual"; (3)
esta reunión era algo que él había deseado que ocurriera durante
varios años y era "la primera vez que todos estos hombres [y
mujeres] habían comparado sus puntos de vista y enseñanzas de
esta manera"; y (4) los que asistieron quedaron "impresionados
con el gran valor de la Palabra de Dios y la gran importancia de
un estudio más cercano, más regular y más continuo de la
Palabra por parte de toda la iglesia."
Todos los temas discutidos en la Conferencia giraron de
alguna manera en torno a las cuestiones gemelas de la
hermenéutica y la inspiración en el contexto de dos cuerpos de
escritos que los adventistas consideraban inspirados: la Biblia y
los escritos de Ellen G. White. Hubo áreas de consenso general,
algunas áreas de desacuerdo, y unas pocas de amplio desacuerdo.
También se reconoció que los diferentes enfoques de las
Escrituras (y de los escritos de Ellen White) conducían a
resultados diferentes. Los conferenciantes parecieron reconocer
en 1919 que los principios de interpretación estaban en la base
de las diferentes interpretaciones de las Escrituras o de los
escritos de Ellen White. Estas áreas hermenéuticas se
examinarán en el contexto de cómo contribuyeron al desarrollo
de la teología adventista del séptimo día.

88
SILENCIOS Y CONSENSOS

La Biblia y la hermenéutica
La mayor parte de las presentaciones y debates de la
Conferencia Bíblica de 1919 se centraron en la Biblia y la
hermenéutica. En el año de la Conferencia Bíblica se
cumplieron setenta y cinco años desde el chasco adventista de
1844. Una nueva generación de pensadores estaba al frente del
liderazgo de la denominación. Los puntos de vista
interpretativos tradicionales estaban siendo examinados.
Este escrutinio de los puntos de vista adventistas
tradicionales se centró en la escatología. La Primera Guerra
Mundial había aumentado el interés escatológico por la Segunda
Venida, y los adventistas esperaban sacar provecho de esta mayor
conciencia. Poco después de la guerra, los cambios en la
estructura geopolítica de Europa y Asia Menor obligaron a
algunos exegetas adventistas a reexaminar lo que habían
enseñado durante la guerra. Aunque muchas de estas cuestiones
escatológicas han sido derogadas desde entonces como
"cuestiones menores", proporcionan pistas importantes para
entender las cuestiones hermenéuticas subyacentes.
Puede que los conferenciantes de la Conferencia Bíblica de
1919 no articularan directamente la relación de estas "cuestiones
menores" con la hermenéutica, pero no obstante consideraron
que su relación era vital. C. M. Sorenson, refiriéndose a una
ponencia sobre los Diez Reinos de Dan 2, habló sobre la
cuestión de los puntos aparentemente menores: "A veces
podemos pensar que estas cosas no tienen mucha importancia,

89
SILENCIOS Y CONSENSOS

que no son esenciales para la salvación. Pero son vitales. La


interpretación de la profecía es esencial para la salvación en
estos últimos días. Pero hay una cruzada de oposición contra
ella, y una corriente subterránea entre los adventistas del
séptimo día para desecharla".
Varios líderes adventistas del séptimo día también habían
observado el éxito que los fundamentalistas habían logrado a
través de sus conferencias sobre profecía. Sugirieron que esto era
algo que los adventistas deberían hacer. La única diferencia
notable entre las dos fue que la Conferencia Bíblica de 1919 fue
sólo por invitación. Aunque el tema principal de ambas
conferencias era la escatología, los adventistas consideraron que
era importante presentar un frente unido antes de celebrar una
reunión más pública. Por lo tanto, necesitaban un entorno más
íntimo donde los líderes del pensamiento adventista pudieran
presentar y estudiar sus diferencias.
Según los registros existentes, parece que las discusiones
llegaron a ser bastante acaloradas. Con tanto en juego, el editor
adventista C. P. Bollman pidió tolerancia con respecto a las
diversas interpretaciones teológicas e históricas:
“Y aquí bien podríamos descartar el tema de la identidad de
los diez reinos, si no fuera porque ofrece una excelente
oportunidad para hacer un llamado a la tolerancia de opiniones
sobre éste y otros temas no vitales para nuestra fe adventista, ni
necesariamente destructivos de la buena experiencia cristiana.
¿Por qué debería uno ser considerado un hereje, o incluso

90
SILENCIOS Y CONSENSOS

sospechoso, por creer que los alemanes y no los hunos deben ser
considerados como uno de los diez [reinos]? . . Ninguno de ellos
es fundamental, ninguno es uno de los pilares de nuestra fe”.
Los temas eran importantes para los presentes en 1919,
porque algunos adventistas los consideraban directamente
relacionados con la identidad adventista, pero no todos los
temas merecían la misma atención. Mucho dependía de lo que
ciertos individuos consideraban que estaba en juego. Detrás de
los temas individuales había cuestiones hermenéuticas más
profundas. Así, el hecho de que las cuestiones se consideraran
"fundamentales" o "esenciales" dependía de su marco
interpretativo. En última instancia, más allá del simple estudio
de la Biblia, la Conferencia trató de escudriñar intensamente las
cuestiones hermenéuticas subyacentes a las cuestiones
doctrinales y, al hacerlo, lograr algún grado de consenso que
pudiera aportar unidad a la Iglesia.
Durante la Conferencia se pusieron de manifiesto dos
escuelas hermenéuticas. Representaban dos enfoques diferentes
de las Escrituras que se polarizaban entre sí. El primer grupo, los
progresistas, se centraba en el contexto de una declaración. Un
segundo grupo, los tradicionalistas, hacía hincapié en una
interpretación más literalista de las Escrituras. Esta división se
acentuó a medida que se discutían los temas. Dos aspectos de la
hermenéutica en los que todos los participantes estuvieron
esencialmente de acuerdo fueron los principios de la
interpretación profética y la importancia de las lenguas bíblicas y
las diversas traducciones de la Biblia.
91
SILENCIOS Y CONSENSOS

Principios de interpretación profética


La primera presentación temática (tras la reunión inicial de
la noche y la sesión devocional de la mañana siguiente) fue un
trabajo presentado por Milton C. Wilcox sobre los principios de
la interpretación profética. Aunque hay pocos detalles sobre la
planificación general y la estructura de la Conferencia, parece
que los implicados pretendían que los participantes
establecieran algunos principios básicos de interpretación que
les sirvieran de guía. Wilcox, que entonces tenía sesenta y seis
años, era uno de los conferenciantes más maduros, cuyos
copiosos escritos sobre la profecía bíblica le conferían una
importante autoridad en la materia.
En su presentación (y en los debates posteriores) Wilcox
argumentó que la iglesia debía seguir unos principios para la
interpretación de las profecías bíblicas. Afirmó: "Los principios
son más importantes que los hechos. Son para el estudiante de
las Sagradas Escrituras lo que el 'plano' es para el constructor".
Estos hechos no pueden ser interpretados adecuadamente por sí
mismos, argumentó. "Dejados a la mera conjetura humana, sin
la guía de los verdaderos principios de interpretación, los
hombres están expuestos a extraviarse en la colocación de los
hechos".
Aunque Wilcox advirtió que su lista de "grandes principios"
no era exhaustiva, sí era extensa. Inicialmente presentó veintiún
principios: (1) unidad de la Palabra; (2) una enseñanza; (3) ley de
la primera mención; (4) ley de la mención comparativa; (5) ley

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SILENCIOS Y CONSENSOS

de la mención completa; (6) ley de la mención ilustrativa; (7) la


Palabra primordial; (8) revelada, no razonada; (9) ayuda del
Espíritu; (10) no de interpretación privada; (11) condicional;
(12) luces posteriores; (13) naciones y personas; (14) doble
profecía; (15) grandes principios morales; (16) la evidencia es
acumulativa; (17) voluntad de investigar; (18) razones para la
delineación profética; (19) final de las grandes profecías; (20)
tipos y símbolos; y (21), dominio mundial, no territorial.
Durante la sesión de la tarde H. C. Lacey añadió dos leyes
adicionales: (22) la ley del contexto, y (23) la ley del uso oriental
antiguo. Al día siguiente (3 de julio) Wilcox aceptó estos dos
principios adicionales y añadió un último principio: (24) la ley
del desarrollo progresivo. La repetida apelación a las "leyes"
sugería una mentalidad baconiana, que implicaba que si todos
se ponían de acuerdo sobre los principios de interpretación,
llegarían juntos a un consenso correcto de la verdad.
En esta lista de veinticuatro principios, la "ley de la primera
mención" (principio n.º 3) y la "ley del contexto" (principio n.º
22) fueron las que más atención suscitaron durante la
Conferencia. Prescott señaló que había que tener "mucho
cuidado" "cuando sacamos los textos de su contexto para darles
el significado que éste justifica". H. C. Lacey señaló que la "ley
del contexto" era la ley que se violaba con más frecuencia. "Me
encuentro con que tengo que luchar contra eso. Es tan fácil
tomar algo de la Biblia o del Espíritu de Profecía y aplicarlo
como un principio de verdad para el tiempo presente, cuando
tal vez tiene una aplicación para el tiempo presente, pero tuvo

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SILENCIOS Y CONSENSOS

una aplicación más fuerte en algún otro momento". Además, se


apelaría a mantener las interpretaciones adventistas
tradicionales. Además de los principios de interpretación, M. C.
Wilcox y L. L. Caviness abogaban por la cautela a la hora de
interpretar las Escrituras. Hay que intentar ver lo que otros
adventistas "han enseñado o escrito cuando llegamos al estudio
de las Escrituras". Dios había guiado en la fundación del
movimiento adventista y, por lo tanto, se debía tener en cuenta
el desarrollo histórico de la verdad.
Entre las herramientas que los congresistas recomendaron
para interpretar las Escrituras, la primera fue la necesidad de
comprender los idiomas bíblicos o, al menos, utilizar diferentes
traducciones de la Biblia para examinar un pasaje bíblico. El
papel de las traducciones bíblicas y los idiomas bíblicos
Estrechamente relacionada con la interpretación profética estaba
la cuestión de qué traducción bíblica debían utilizar los
adventistas. A medida que se disponía de nuevas traducciones
durante los primeros años del siglo XX, la cuestión de si debían
usarse o no cobró especial relevancia.
Varios delegados tenían un conocimiento práctico de las
lenguas bíblicas. Los que conocían el griego o el hebreo podían
apreciar especialmente la incapacidad de una sola traducción
para transmitir el significado original de un texto. H. C. Lacey,
profesor de Biblia en el Washington Missionary College, señaló
que ninguna traducción de la Biblia es infalible. Esto se debe a
que el lenguaje tiene inflexiones y las traducciones no reflejan
necesariamente el énfasis original. En otras ocasiones, los
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SILENCIOS Y CONSENSOS

conferenciantes señalaron que se habían suministrado palabras


o que un traductor había insertado su propio significado en la
traducción de un texto concreto. En un momento dado, H. A.
Washburn advirtió que había que tener cuidado al utilizar el
texto original sin estar "muy seguro" del hebreo. El uso de las
lenguas bíblicas requería cuidado para no abusar de una
herramienta hermenéutica tan valiosa. Las comparaciones entre
las versiones autorizada y revisada eran comunes en todas las
transcripciones existentes. Cuando se trataba de temas
particulares, como la cuestión del “continuo”en Dan 8, Daniells
señalaba que su lectura de la versión revisada no afectaba a sus
opiniones sobre esos pasajes.
El tema de las traducciones de la Biblia también surgió en el
contexto de cómo interpretar los escritos de Ellen G. White.
William G. Wirth, un profesor de Biblia, preguntó a A. G.
Daniells durante la discusión sobre el Espíritu de Profecía el 30
de julio de 1919, si un conflicto entre las versiones Autorizada y
Revisada podría resolverse utilizando los escritos proféticos de
Ellen G. White. "No creo que la hermana White pretendiera en
absoluto establecer la certeza de una traducción", respondió
Daniells; "no creo que tuviera eso en mente, ni que tuviera nada
que ver con poner su sello de aprobación en la versión
Autorizada o en la Revisada cuando citó eso. Utiliza cualquier
versión que le ayude a expresar su pensamiento con mayor
claridad".
Además, las lenguas bíblicas no sustituían la relación
personal con Dios. Los que conocían el griego y el hebreo tenían
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SILENCIOS Y CONSENSOS

la responsabilidad de no imponer su conocimiento de las


lenguas originales a los que no disponían de esas herramientas.
En última instancia, para los conferenciantes de 1919, el estudio
de las Escrituras era la autoridad suprema para resolver los
conflictos doctrinales, y el acceso a las lenguas bíblicas era una
vía importante para llegar al significado del texto original. Se
instó a los que habían aprendido estas lenguas a utilizarlas, y se
advirtió a los que no conocían las lenguas bíblicas que al menos
tuvieran en cuenta las diversas traducciones de la Biblia de que
disponían.
El concepto de que la versión King James era la única
traducción fiable no surgió en la prensa dentro de la
denominación hasta 1930, cuando B. G. Wilkinson publicó Our
Authorized Bible Vindicated. Su premisa era que los grupos o
familias de manuscritos, en los que se basaban las nuevas
traducciones de la Biblia, estaban corruptos. Aunque Wilkinson
estuvo presente en la Conferencia Bíblica de 1919, en ese
momento no expresó ninguna objeción registrada al uso de las
nuevas traducciones.
Tras el debate sobre las "leyes" o principios de
interpretación, incluida la importancia del "contexto" y los
diferentes significados de las palabras según las distintas
traducciones y la comprensión de las lenguas bíblicas, el resto de
la Conferencia profundizó en cuestiones específicas. La
hermenéutica siguió desempeñando un papel en estos debates.
A veces, los supuestos pueden ser difíciles de rastrear, pero

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SILENCIOS Y CONSENSOS

seguían siendo la fuerza motriz de por qué estos temas eran tan
vitalmente importantes para los conferenciantes en 1919.

Cuestiones específicas
Aunque todas las partes de la Conferencia estuvieron de
acuerdo en la importancia de las lenguas bíblicas y los principios
de interpretación, una serie de cuestiones específicas pusieron a
prueba la idoneidad de la hermenéutica en la Conferencia
Bíblica de 1919. Estas cuestiones específicas pueden clasificarse
como (1) cuestiones no controvertidas, algunas de las cuales
tuvieron, sin embargo, una importancia controvertida más tarde;
(2) cuestiones en las que hubo casi un consenso a pesar de
pequeños desacuerdos; (3) cuestiones claramente controvertidas
relacionadas con la hermenéutica, que culminaron en la
discusión más delicada de todas, relativa a la inspiración y la
autoridad de Ellen G. White.

Cuestiones de importancia posterior


Varias cuestiones que se plantearon no se debatieron en
profundidad durante la Conferencia Bíblica de 1919. Su
importancia sólo se percibiría con el paso del tiempo. Aunque
las cuestiones hermenéuticas estaban claramente en juego, los
conferenciantes no reconocieron en aquel momento que temas
como la Trinidad, los pactos y el creacionismo (frente a la
evolución) acabarían siendo más controvertidos que la identidad
del “continuo”y los diez reinos.

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SILENCIOS Y CONSENSOS

La Trinidad
N. J. Waldorf, profesor de Biblia en la Academia South
Lancaster, al reflexionar sobre la Conferencia Bíblica de 1919,
recordó que el tema de la Trinidad había generado una
considerable controversia. Aunque muchos de los primeros
adventistas habían sido antitrinitarios, en la década de 1890 la
tendencia había empezado a cambiar, en gran parte debido a la
postura inequívoca de Elena G. de White sobre el tema. Su
afirmación de que en Cristo estaba la vida "original, no prestada,
no vivida" representó un claro cambio cristológico. A pesar de
ello, algunos teólogos no se atrevían a aceptar la Trinidad y,
especialmente, la idea de que Cristo había existido desde toda la
eternidad.
En la Conferencia Bíblica de 1919 el tema surgió en las
charlas devocionales de W. W. Prescott sobre la "persona de
Cristo". Aunque las charlas pretendían ser estudios bíblicos con
un énfasis espiritual, Prescott no pudo resistirse a abordar el
todavía controvertido tema de la Trinidad. De hecho, lo sacó a
colación la primera mañana de su serie de charlas devocionales.
Comentando Col 1:15-17, señaló que "Estamos 'en Él'".
Además, se opuso a los que interpretaban este texto como
prueba de que Cristo era un ser creado.
La discusión continuó esa tarde cuando W. E. Howell pidió
a Prescott que ampliara lo que quería decir con "principio".
Prescott citó Juan 1:3. "No enseñar eso es arrianismo", dijo
Prescott. Además, Prescott señaló que las principales

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SILENCIOS Y CONSENSOS

publicaciones de la Iglesia seguían afirmando "que el Hijo no es


coeterno con el Padre", y preguntó: "¿Queremos seguir
enseñando eso?" La pregunta no fue respondida, y la incursión
inicial en el tema parece, según las transcripciones, haber sido
inocua.
Cuatro días más tarde, el domingo 6 de julio, la cuestión de
la Trinidad se debatió en serio. Tras una presentación matutina
sobre el rey del norte a cargo de C. M. Sorenson y H. C. Lacey,
la discusión de la tarde (que originalmente iba a ser una
discusión sobre la presentación de Bollman sobre los diez
reinos) degeneró en un debate sobre la Trinidad. La discusión
cambió cuando M. C. Wilcox redirigió el diálogo al preguntar a
Prescott sobre la Trinidad. T. E. Bowen insistió en la cuestión al
preguntar si Cristo tuvo un principio. Más concretamente,
Bowen expresó su escepticismo sobre si era posible comprender
el comienzo de Cristo y separarlo de su "eternidad".
Prescott pidió entonces a Bowen que explicara "en qué parte
de las Escrituras se enseña que Cristo tuvo un principio". Bowen
respondió que las Escrituras "hablan de que es el hijo
unigénito". Prescott declaró que esto no "fijaba ningún
principio". Lacey salió en defensa de Prescott, afirmando que
nunca hubo un tiempo en que Jesús no lo fuera. "Su existencia
abarca la eternidad", afirmó. Caviness declaró entonces que
tenía dificultades para aceptar la doctrina trinitaria, y sugirió en
su lugar que una visión semiarriana de la filiación de Cristo
como originada en el Padre "en algún lugar lejano de la

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SILENCIOS Y CONSENSOS

eternidad" era más fiel a las Escrituras. Lamentablemente, a


petición de Daniells, el resto de la discusión no se transcribió.
La conversación siguió hasta que la conversación se centró
en la exégesis de "engendrado". Progresistas como Prescott y
Lacey defendieron su posición sobre la Trinidad haciendo
exégesis de Col 1:15-17 y Juan 1:3. Bowen parece defender una
postura semiarriana, pero su posición hermenéutica es difícil de
entender ya que la conversación terminó, y la posición de
Bowen (u otros que pueden haber simpatizado con él) no está
clara. Lo que sí está claro es que los progresistas estaban
haciendo valer su punto de vista al tratar de entender el
significado de las palabras reales.
Daniells declaró que lo que le hizo cambiar de opinión
respecto a su anterior punto de vista no trinitario fue la lectura
de las declaraciones trinitarias de Ellen White en El Deseado de
Todas las Gentes. Aseguró a los asistentes que no se les iba a pedir
que votaran sobre el arrianismo o el trinitarismo en la
Conferencia Bíblica de 1919. Después de esta acalorada sesión
inicial, los devocionales de Prescott sobre la "filiación" de Cristo
fueron los únicos momentos en los que se volvió a discutir el
tema.

Los pactos
Aunque el tema de los pactos no fue tan divisivo como otros
asuntos, la discusión parece indicar que en 1919 el tema estaba
lejos de estar resuelto en los círculos adventistas. A principios de
la Conferencia (3 de julio), durante una discusión sobre la
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SILENCIOS Y CONSENSOS

exposición bíblica, W. W. Prescott instó a los congresistas a


dejar que la Biblia definiera el término "pacto". En este caso, el
diccionario Webster no ayudaría porque "no trata nuestra
cuestión en absoluto". Lamentablemente, Prescott no dio una
definición de "pacto", pero se establecieron algunos parámetros
hermenéuticos, en concreto, que la Biblia debía utilizarse para
interpretar la Biblia.
El tema de los pactos estaba en la lista original de temas para
la Conferencia, pero sólo recibió un período de tiempo para una
presentación de A. O. Tait el 10 de julio de 1919. Su
presentación fue directa: El "nuevo pacto es un pacto de fe",
argumentó. El cumplimiento de la ley era vital tanto para el
"antiguo" como para el "nuevo" pacto. En última instancia, en el
nuevo pacto Cristo vive "a través de nosotros la vida que no
podemos vivir por nosotros mismos".
La cuestión fue lo suficientemente importante como para
generar un debate durante los días siguientes. La discusión
principal tuvo lugar el 11 de julio, cuando Prescott desafió la
interpretación de Tait de la palabra griega "testamento" o "pacto"
en Heb 9:15. Utilizando el Expositor's Greek Testament, Prescott
argumentó que la lógica del pasaje haría más probable que fuera
"testamento" o "pacto". H. C. Lacey apoyó el desafío de Prescott
afirmando que la palabra en cuestión, diatheke, según la última
edición del Vocabulario del Testamento Griego, significaba
"voluntad" o "testamento". Prescott replicó "No me importa
técnicamente la palabra, ni en un sentido ni en otro, pero me
gusta quedarme con la interpretación que me mantenga en esta
101
SILENCIOS Y CONSENSOS

línea... que todo depende de Cristo y de nuestra unión con él.


Somos coherederos con él, no herederos que reciben nuestra
herencia porque él murió y nos la entregó". Una vez más, en una
pauta que recuerda al debate sobre la Trinidad, Prescott y Lacey
se apoyaron mutuamente en su exégesis griega.
F. M. Wilcox estaba más preocupado por cómo esta
interpretación de diatheke afectaría al "viejo argumento que
solíamos utilizar". Históricamente, los exégetas adventistas
estaban muy preocupados por separar el "antiguo pacto" de los
Diez Mandamientos para evitar el argumento de que el sábado
del séptimo día fue eliminado en la cruz. Prescott admitió que
esto "crearía muchos problemas con él [el antiguo argumento],
pero ese era uno de los argumentos que siempre he pensado que
era mejor omitir". R. A. Underwood, uno de los tradicionalistas,
defendió el punto de vista histórico y afirmó que la descripción
de la palabra "pacto" en Heb 9 no se refería a dos testamentos o
voluntades, sino a dos "acuerdos". Esta traducción la haría más
coherente con la descripción del primer pacto registrada en
Éxodo 24:6-8. Juntos, Wilcox y Underwood revelan cierta visión
de la hermenéutica de los tradicionalistas. A Wilcox le
preocupaba que la nueva perspectiva de Prescott y Lacey
socavara su defensa tradicional del séptimo día de reposo.
Underwood, por su parte, trató de llegar a un compromiso
utilizando otra definición del diccionario que llevaba el texto en
una dirección diferente.
Howell llegó sucintamente al corazón de la cuestión cuando
preguntó cómo armonizar el pacto con la idea de que hubiera
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SILENCIOS Y CONSENSOS

una herencia. Prescott respondió a esta pregunta de la misma


manera que lo había hecho una semana antes (3 de julio)
cuando afirmó que si se tomaba la definición tal y como se
encuentra en un diccionario moderno, la definición de un pacto
es "un acuerdo entre dos partes", pero esto los dejaría bajo el
"antiguo pacto". Prescott prefería el término "herencia". Howell
declaró que la verdadera "dificultad" era que no estaban llevando
el término "herencia" lo suficientemente lejos para "llevar a cabo
el significado completo".
Había una armonía entre estos dos términos, y enfatizar la
"herencia" sobre la de "testamento" les hacía tropezar con
"algunas dificultades muy serias con la lectura en el original
[griego]”.
Lacey objetó: “Si se trata de un testamento o de una voluntad,
me da igual, en lo que a eso se refiere. Pero esto golpea la raíz
misma del evangelio para mí. Mi pensamiento es este. Él nos ha
bendecido con toda bendición espiritual en Cristo; toda
bendición nos llega a través de nuestra unión con Él, y somos
coherederos con Él, y somos herederos, entonces, en el mismo
sentido que él, y no puedo pensar que obtenga su herencia por
voluntad de su Padre”.
Lacey expuso que el verdadero punto del pacto era su
ratificación en la cruz. El antiguo pacto significaba la muerte del
animal sacrificado, en el nuevo pacto el sacrificio de Cristo en la
cruz. Pero, argumentó Lacey en la cruz, Jesús no ratificó
completamente el pacto. Él proporcionó la sangre; murió; y en

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SILENCIOS Y CONSENSOS

la intención de Dios, por supuesto, fue ratificado. Entonces los


términos tienen que ser entregados al pueblo. Y estamos
viviendo en el tiempo en que los términos están siendo
presentados - entre el primer y el segundo advenimiento de
Cristo... y como aceptamos a Cristo ahora, así somos rociados
con su sangre. En algún momento, al final del juicio, los libros
serán rociados, y entonces se completará el pacto.
Según Lacey, la finalización del juicio marcaría la ratificación
del pacto. W. G. Wirth tuvo cuidado de matizar la afirmación
de Lacey para asegurarse de que no quería decir que "se
necesitaba a cualquiera de nosotros" para ratificar el pacto. Lacey
respondió que no era eso lo que pretendía. En cambio, había un
paralelismo entre la expiación de Cristo en la cruz y la obra de
limpieza final de la expiación. Al concluir, Daniells comentó:
"Creo que hay algo ahí [en esa idea], hermanos, que debería
desarrollarse a partir del antiguo punto de vista de que no hay
expiación hasta que lleguemos a la hora del juicio".
Las transcripciones no revelan ninguna otra discusión sobre
los pactos, excepto por Prescott, quien repetidamente abordó el
tema durante sus devocionales matutinos. En una ocasión,
Prescott enfatizó la disposición legal del pacto. Durante otro
devocional declaró que el pacto significaba guardar los diez
mandamientos. Los adventistas también necesitaban enseñar a
la gente la provisión que Dios hizo para que guardaran los
mandamientos; de lo contrario, se quedarían con el viejo pacto.
No obstante, para Prescott la enseñanza de los pactos era

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SILENCIOS Y CONSENSOS

importante porque implicaba el ministerio del santuario de


Cristo en el cielo.
El verdadero problema detrás de estas discusiones parece
haber sido la falta de énfasis dentro del adventismo en la
teología del pacto. Aunque no parece que hubiera un verdadero
sentimiento de división sobre el tema (sólo se pidió a un
presentador que expusiera), sí parece que los adventistas
sintieron una creciente necesidad de entender el significado del
antiguo y del nuevo pacto y cómo encajan en la teología
adventista. La importancia del significado de la expiación de
Cristo en la cruz, su continuo ministerio sumo-sacerdotal en el
cielo, y el modo en que ambos se relacionan, permanecieron en
gran medida sin reconocer hasta que los adventistas trataron de
explicar sus creencias a los evangélicos durante la década de
1950.

El creacionismo frente a la teoría de la evolución


Otro tema planteado por W. W. Prescott fue el del
creacionismo. Durante su charla devocional del domingo 13 de
julio de 1919, Prescott argumentó que una "teoría científica
equivocada sobre el origen de la creación siempre conducirá a
un evangelio falso". Esto parecía ir de acuerdo con su
presuposición de que la determinación de las leyes correctas de
interpretación les llevaría a un consenso de la verdad. De
manera similar, Prescott señaló que el problema de la "ciencia
humana" era que dejaba fuera a Cristo. Un comienzo tan falso

105
SILENCIOS Y CONSENSOS

seguramente llevaría a la gente por un camino resbaladizo que la


alejaría de la verdad.
La declaración de Prescott de que una teoría errónea de la
creación conduce a un falso evangelio fue seguida por A. G.
Daniells, quien pidió que se aclarara lo que Prescott quería decir
con esto. Prescott afirmó que el asunto de la evolución estaba
cobrando importancia no sólo en la ciencia, sino también en la
historia y la religión. Señaló que el surgimiento de la Iglesia
Adventista del Séptimo Día (utilizó las fechas aproximadas de
1844 a 1850) fue más o menos el momento en que el geólogo
aficionado escocés que el geólogo aficionado escocés Hugh
Miller escribió el libro The Testimony of the Rocks (1857). Prescott
citó la aparición del libro de Miller sólo dos años antes de
Darwin para demostrar que el interés por la geología se
desarrollaba al mismo tiempo que el movimiento adventista.
Según Prescott, la Iglesia Adventista necesitaba aprovechar
este interés por la geología para sus propios fines. La teoría de la
evolución culminaba con la exclusión de un Creador personal
para la humanidad. Daniells estaba de acuerdo con Prescott en
que los adventistas debían realizar una labor especial en la lucha
contra la la evolución. El problema, según Daniells, era que aquí
era donde otros cristianos conservadores, como el líder
emergente del fundamentalismo, W. B. Riley, se equivocaban:
Pero cuando uno llega a leer sus escritos [de W. B. Riley], lo
encontrará dando vueltas en la... evolución sobre el origen de las
cosas, y se equivoca en cuanto a la ley y el sábado, porque está
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SILENCIOS Y CONSENSOS

perdido allí. La esperanza para ese hombre y todos los que están
asociados con él es volver a la base bíblica de que Jesús es el
creador, que el Padre produjo todo esto por medio de su Hijo, y
que ahora el Padre está guiando a las ovejas perdidas por medio
de este Hijo.
Los adventistas, según Prescott, tenían una labor
especialmente importante en la advertencia al mundo contra los
peligros de la evolución. Aunque Daniells evidentemente veía
esto como algo importante explicar eso un poco más
completamente y hacerlo un poco más claro de lo que se hizo en
la declaración escueta". Parece misterioso que durante la
Conferencia no se hiciera ninguna referencia a los escritos de
George McCready Price, que en 1919 estaba alcanzando la cima
de su carrera de escritor.
Más tarde, hacia el final de la Conferencia Bíblica (18 de
julio), A. G. Daniells volvió a señalar señaló que la teoría de la
evolución contribuía a la confusión religiosa en el mundo:
La teoría evolucionista que pretende hacer creer que Dios
no hace las cosas en el mundo, y alejar a los hombres de él, y
nuestro mensaje dice: 'Temed a Dios y dadle gloria, éste [sic] que
hizo los cielos y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas'. Hay
que combatir y hacer frente a esta infidelidad que iba a venir por
el naufragio del mundo debe ser espiritual, así como comercial y
moral. Claramente, Daniells veía la teoría de la evolución como
otra señal del naufragio espiritual que caracterizaría el tiempo
del fin.

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SILENCIOS Y CONSENSOS

Para Prescott y Daniells, había una conexión especial entre


el auge del adventismo y la teoría de la evolución. Ambos
movimientos surgieron más o menos al mismo tiempo. La teoría
de la evolución era un engaño más que caracterizaba el tiempo
del fin. Los adventistas del séptimo día, por otra parte, tenían
un mensaje especial que afirmaba la creación del mundo y que
estaba vinculado a los mensajes escatológicos de los tres ángeles
de Apocalipsis 14. Además, estos dos hombres se dieron cuenta
de que nunca estarían completamente unidos con otros
antievolucionistas porque su continua afirmación de la creación
implicaba la observancia del séptimo día de reposo. Esto era algo
que sus homólogos fundamentalistas, como W. B. Riley, habían
pasado por alto. Por lo tanto, las breves discusiones sobre el
creacionismo frente a la teoría de la evolución, aunque algo
periféricas para los conferenciantes en aquel momento, se
convertirían más tarde en algo más significativo e ilustrarían
cómo los adventistas se percibían a sí mismos en relación con el
emergente movimiento fundamentalista.

Temas con cierto consenso


Durante la Conferencia Bíblica de 1919, tres temas
alcanzaron casi un consenso, aunque no un acuerdo completo.
Los Diez Reinos, los 1260 días/años y las Siete Trompetas
representan cada uno de los temas con casi consenso que se
plantearon durante la Conferencia Bíblica de 1919.

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SILENCIOS Y CONSENSOS

Los diez reinos


Un tema de amplia discusión en la Conferencia Bíblica de
1919 fue la identificación de los "diez reinos" de Dan. 2 y 7.
Calvin P. Bollman, en el primer día completo de la Conferencia
Bíblica (miércoles 2 de julio), hizo la presentación clave sobre los
diez reinos que dio inicio a las discusiones sobre el tema durante
el resto de la conferencia. Las cuestiones dominantes fueron la
identidad de uno de los diez reinos y la fecha del surgimiento
del cuerno papal.
Los adventistas del séptimo día identifican los metales
sucesivos de la imagen de Dan 2 como tipificadores de sucesivas
monarquías mundiales: oro (el reino de Babilonia), plata (Medo-
Persia), bronce (Grecia) y hierro (Roma). Los pies de la imagen
son de hierro y arcilla, y los dedos de los pies son los reinos que
nunca más se unirán. En Daniel hay una bestia con diez
cuernos. Los adventistas creen que la identidad de los dedos de
los pies de Daniel 2 y los cuernos de Daniel 7 son símbolos
paralelos de una misma realidad. Es la identidad de estos "diez"
dedos y cuernos lo que estaba en juego para los exégetas
proféticos adventistas.
Bollman indicó que era reacio a dar esta charla porque había
otros presentes que estaban "tan familiarizados con el tema
como yo". Afirmó que aunque Dan 2 era el punto de partida
natural para examinar este tema, que el texto no mencionaba
explícitamente los diez dedos del pie como reinos. "A mí", dijo a
los conferenciantes, "me ha parecido durante muchos años

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SILENCIOS Y CONSENSOS

imprudente decir que en esta profecía los diez dedos de los pies
representan los diez reinos, ya que no se dice así en ninguna
parte de las Escrituras". Pero sí se afirma, añadió, que los dedos
de la imagen se dividirían y nunca más se reunirían. Bollman
continuó afirmando que Dan 7 menciona "diez cuernos de este
reino [que] son diez reinos que se levantarán". Aquí estamos en
tierra firme en lo que respecta al número diez".
Bollman aportó cinco listas de los diez reinos procedentes de
cuatro fuentes clave. La primera lista era del intérprete profético
adventista Uriah Smith, en su obra de referencia, Daniel y
Apocalipsis. La segunda lista procedía de Notas sobre el Libro de
Daniel, del amilenialista presbiteriano Dr. Albert Barnes (1798-
1870). La tercera lista procede de una fuente católica romana no
identificada. Las dos últimas listas proceden de E. B. Elliott
(1793-1875), cuyo Horae Apocalypticae fue citado más que
cualquier otro libro no adventista sobre profecía en la
Conferencia Bíblica de 1919. La primera lista de Elliott se
refería a los cincuenta y siete años anteriores al 533 d. C., y la
segunda a los reinos posteriores al 533 d. C. La única diferencia
entre estas dos listas era que los hérulos fueron sustituidos por
los lombardos después del 533.
La cuestión central para Bollman era la determinación del
momento en que se levantó el "cuerno pequeño". El
cumplimiento de esta profecía, para Bollman, validaba su
enfoque historicista de las profecías. Señaló que algunos
intérpretes señalaban la época de Pablo como los inicios del
papado romano, trazando sus primeros orígenes al "principio
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SILENCIOS Y CONSENSOS

maligno de exaltación propia al que [Pablo] se refería en 1


Tesalonicenses 2:3-8". Los diez reinos estarían en existencia para
el momento en que surgió el cuerno pequeño o papal. "Esto no
pudo ser anterior a la primera carta o decreto de Justiniano
sobre este tema, el 25 de marzo de 533 [d.C.] " Este último o
undécimo cuerno tenía que "ser una entidad real, tangible y
orgánica, no simplemente un principio". Tenía que ser más que
una abstracción. El momento correcto de esta profecía era
crucial para establecer el ascenso del papado.
El "cuerno pequeño" "ejercería un poder real". Bollman
argumentó que tenía que haber un cumplimiento histórico
porque el papado no murió. "El papado no puede [sic] asignarse
a una fecha anterior a 533, y de hecho le hemos asignado hasta
hace poco una fecha cinco años posterior, a saber, 538".
Bollman sugirió que el papado no tuvo nada que ver con el
derrocamiento de los hérulos. Anteriormente se había deducido
que los hérulos habían sido vencidos porque eran arrianos, pero
la evidencia histórica, sugirió, mostraba que siguieron siendo
paganos hasta después del derrocamiento de su reino. "De
hecho, cuanto más se examina este asunto a la luz de la
investigación moderna, más evidente resulta que los hérulos
nunca tuvieron ninguna posición en Italia más que la de
guerreros bárbaros que no reconocían ninguna lealtad a ningún
líder local, salvo en la medida en que éste pudiera dar o
prometer recompensas en forma de tierras, laúd [sic, botín] y
licencia". Prenier, profesor de la Academia del Sur de Lancaster,
consideró que el propio nombre de "hérulos" era problemático,

111
SILENCIOS Y CONSENSOS

ya que la palabra "hérulos" era un término utilizado para


designar a cuatro tribus. Una identificación más precisa, según
Bollman, era situar a los lombardos en lugar de los hérulos
como el décimo reino. También sugirió una interpretación
alternativa: los hérulos podrían haber sido sustituidos por el
reino de Baviera.
En la discusión que siguió, L. L. Caviness señaló que la
sustitución de los hérulos por los lombardos entraba en
conflicto con la opinión tradicional de los adventistas en dos
puntos: (1) la fecha de 533 d.C. en lugar de 538 d.C. para el
surgimiento del cuerno pequeño, y (2) la identificación de los
lombardos en lugar de los hérulos. La cuestión subyacente ya no
era la de la hermenéutica, sino la de si se adherirían a las
interpretaciones escatológicas tradicionales.
Caviness señaló que se podía encontrar un ejemplo similar
en los escritos de Ellen White. E.R. Palmer respondió: "Me
parece que situar esa [fecha, 533] demasiado definitivamente
dentro del período de 1260 años, nos implica en serias
dificultades en ambos extremos [tanto en 538 como en 1798], y
creo que tenemos una buena cantidad de ajuste de frases y
palabras en nuestra literatura en relación con el sábado y el
papado para hacer la cosa consistente con lo que realmente tuvo
lugar antes de los 1260 años y después." Incluso el moderado
Herbert Lacey apeló a la tradición, declarando que trató de
"adherirse a nuestro punto de vista tradicional [A.D. 538]". H.
A. Washburn declaró: "No me siento libre de abandonar las
fechas 538 y 1798. Eso es lo único que me da algo para
112
SILENCIOS Y CONSENSOS

empezar". Otros, como G. B. Thompson, W. W. Prescott y W.


T. Knox, hablaron de que los pioneros adventistas no eran
infalibles y que la iglesia necesitaba "avanzar en la luz". La
tradición no era suficiente para estos progresistas.
La cuestión del calendario llevó a una cuestión interpretativa
más amplia sobre la "supremacía" del papado. C. M. Sorenson
consideró que el término "supremacía" era una palabra inexacta
para describir este periodo porque el papado ascendió
gradualmente al poder, alcanzando finalmente su dominio real
entre el 1100 y el 1300 d. C., y luego el papado desapareció
gradualmente. "Y, sin embargo, se lee en nuestros libros y se
escucha en nuestros sermones que en el año 538 el papa se
convirtió en supremo". Un punto de vista interpretativo como
éste tenía que ser fiel a la historia real. Un área de discusión
relacionada era cómo el papado cambió el sábado antes de 533.
Si el papado cambió el sábado antes de que se supone que se
levantó (independientemente de si la fecha es 533 o 538)
entonces esto negó toda la profecía. H. A. Washburn respondió
afirmando que el Obispo de Roma era un poder monárquico
cuando esto ocurrió.
Los intentos de resolver la identificación de los hérulos
abarcaron una variedad de métodos. Bollman comenzó la
conversación señalando lo que el texto no decía: no especificaba
la cantidad de dedos (o por extensión de reinos). Una de las
claves para entender el enfoque hermenéutico de Bollman se
revela cuando argumentó a favor de los lombardos basándose en
su ubicación geográfica. El consenso final parece haber sido
113
SILENCIOS Y CONSENSOS

simplemente que había diez reinos en el momento del


surgimiento de la Roma papal, entre el año 533 y el 538 d.C.
Esto precipitó otra discusión hermenéutica sobre lo que
realmente ocurrió durante este período de tiempo.

La profecía de los 1260 días/años


Las discusiones sobre los diez reinos condujeron a otra
discusión sobre un tema estrechamente relacionado: las fechas
para el comienzo y la terminación de la supremacía papal. Esta
supremacía papal estaba marcada por la profecía de los 1.260
días/año que los expositores adventistas habían fijado
tradicionalmente en los años 538 y 1798 d.C. para el comienzo y
el final, respectivamente, de este período de tiempo.
Estas fechas pueden parecer de poca importancia para el
lector del siglo XXI, pero la razón por la que los conferenciantes
de 1919 consideraron este asunto lo suficientemente importante
como para luchar por él fue porque toda su identidad adventista
estaba vinculada a una interpretación historicista de la profecía
bíblica. La exactitud de las profecías validaba la teología
adventista.
H. S. Prenier intentó exponer sus puntos de vista el viernes
11 de julio de 1919. Aunque parece que leyó de sus notas, sólo
se conservan en las transcripciones de la Conferencia Bíblica los
primeros comentarios de la introducción y la conclusión de su
charla. Afortunadamente, sus "Apuntes bíblicos de la Academia
de Lancaster del Sur" también se incluyeron en las
transcripciones, y poco después de la Conferencia publicó un
114
SILENCIOS Y CONSENSOS

panfleto basado en su presentación. Utilizando estas fuentes


existentes, parece que Prenier, que utilizó notas que había
tomado de una presentación que Prescott hizo antes de la
Conferencia, argumentó que 533 era la "fecha principal para el
comienzo de los mil doscientos sesenta años de supremacía
papal". El "período de cinco años" entre 533 y 538 fue un
tiempo de transición, y por lo tanto los adventistas podían
mantener con seguridad la fecha de 538 como fiable. Al concluir
la discusión, Prescott se molestó porque Prenier había utilizado
sus notas, del material que Prescott había presentado en 1913,
como una forma de contradecir lo que Prescott estaba tratando
de decir en la Conferencia de 1919.
La discusión sobre la profecía de los 1260 días/años
continuó durante el siguiente espacio de tiempo disponible
durante la Conferencia, a última hora de la mañana del
domingo 13 de julio de 1919. Prescott se preocupó de que se
tuviera "mucho cuidado" sobre este asunto de la fecha. Debían
tener cuidado de presentar sólo los "hechos" que "realmente
ocurrieron" en 533 o 538. Prescott quería pruebas históricas
firmes para su posición. Afirmaba que se hacían muchas
afirmaciones. Cuando Prescott fue interrogado por F. M.
Wilcox durante el período de discusión, admitió que hubo algo
que contribuyó a la "supremacía del papado en 538. . . [y] algo
en 1798 que contribuyó a la caída del papado". Sin embargo,
Prescott prefirió enfatizar 533 y 1793 como las fechas de esta
profecía.

115
SILENCIOS Y CONSENSOS

Prescott tuvo cuidado de afirmar también que creía que


1798, cuando el papado fue humillado, fue la conclusión final
de esta profecía. La base legal para el comienzo del papado que
se dio en 533 no se implementó hasta 538. El punto importante
a recordar, instó, fue que el tiempo de cinco años tanto al
principio como al final de esta profecía fue un "desarrollo
gradual, y por lo tanto es difícil fijar en una fecha cuando todo
se cumplió."
H. A. Washburn, un profesor de historia, dominó el resto
de esa discusión del domingo por la mañana (13 de julio).
Afirmó que eran posibles dos interpretaciones. La cuestión era
una cuestión de tiempo. El derrocamiento de los tres reinos (los
hérulos, los lombardos y los ostrogodos) se produjo antes o
después del establecimiento del papado. Afirmó que esta última
posición era la que le resultaba más cómoda según sus propias
investigaciones. Además, Washburn señaló que era imposible
demostrar el derrocamiento de los ostrogodos, uno de los tres
reinos proféticamente desarraigados, al comienzo de los 1260
años. Descartó este problema afirmando que "fueron derrocados
a los ojos de Dios en el año 538".
Al concluir el tiempo de discusión, la investigación del tema
fue aparentemente lo suficientemente profunda como para
zanjar la cuestión para A. G. Daniells. Afirmó que discusiones
como ésta sobre la profecía de los 1.260 años mostraban que la
Conferencia estaba "profundizando" en cuestiones sobre las que
se había estudiado muy poco. La cuestión principal era si los
intérpretes adventistas de 1919 permitirían cierta flexibilidad en
116
SILENCIOS Y CONSENSOS

su esquema de interpretación profética. Los tradicionalistas


apelaban a la tradición e incluso a la ubicación geográfica; los
progresistas querían que las últimas investigaciones históricas
confirmaran su posición. Esto no derribaba necesariamente las
posiciones mantenidas anteriormente, sino que daba "más
pruebas" que las confirmaban.

Las siete trompetas


Uno de los últimos debates que surgieron antes de la
clausura de la Conferencia Bíblica formal del sábado 19 de julio
de 1919 fue un debate sobre cómo interpretar las trompetas
quinta y sexta de Apocalipsis 9. El punto de vista adventista
tradicional interpretaba la quinta trompeta como la invasión del
Imperio Romano de Oriente por los sarracenos, y la sexta
trompeta como la invasión de los turcos otomanos.
El debate comenzó con una presentación del tradicionalista
J. N. Anderson el jueves 17 de julio de 1919, que basó su
presentación en la investigación de un estudiante desconocido
del Union College. El quid de su argumento fue una defensa de
la fecha de 1299 como punto final de la quinta y comienzo de la
sexta trompeta. La opinión de Anderson se basaba en una
postura interpretativa tradicional basada en la interpretación de
Uriah Smith del Apocalipsis. La explicación de Smith de la
profecía señalaba a los sarracenos, una tribu nómada árabe que
vivía en la península del Sinaí, y que no hubo un rey
centralizado de los sarracenos hasta 1299. Anderson compró

117
SILENCIOS Y CONSENSOS

claramente el enfoque geográfico en el que Smith basó su


interpretación.
La presentación de Anderson tocó una fibra sensible en
otros expositores proféticos en la Conferencia Bíblica de 1919.
Sin embargo, Prescott criticó a Anderson, diciendo que había
hecho una "exégesis falsa" en dos puntos particulares: (1) el
símbolo en sí era una aplicación errónea de una referencia al
imperio otomano aplicada siglos después de que los sarracenos
dejaran de ser una "potencia agresiva"; y (2) no veía "cómo
alguien puede mantener que no hubo un rey de los
mahometanos [sic] hasta finales del siglo XIII". Prescott atribuyó
correctamente la fuente de la opinión de Anderson a Uriah
Smith, que la había tomado prestada de William Miller y sus
contemporáneos. Este fue un ejemplo de la tradición adventista
que salió mal. Prescott lo encontró especialmente problemático
porque, en su opinión, el símbolo profético estaba siendo mal
aplicado en términos de ambos períodos de tiempo. El
significado de lo que había ocurrido era más significativo que la
fecha real. Afirmó que la fecha de 1299 había sido
"desacreditada". Tal vez al darse cuenta de su precaria posición,
Prescott trató de mitigar las preocupaciones de quienes se
sentían amenazados por su rechazo a 1299 sugiriendo que una
fecha específica era innecesaria.
Prescott no llevaba consigo sus archivos sobre este tema en
particular y se mostró reticente a presentarlo en la Conferencia
sin haberlo preparado. Se refirió a un comité que la Junta de la
Review and Herald había nombrado varios años antes, que
118
SILENCIOS Y CONSENSOS

había estudiado ampliamente el asunto y había concluido que


"no podíamos aplicar esto de los 150 años a partir del 27 de
julio de 1299". Aunque la fecha de 1299 no era tan central para
la escatología adventista como la de 538/1798, su voluntad de
eliminar la fecha revela algunas presuposiciones hermenéuticas
subyacentes. Prescott estaba más preocupado por la
interpretación de lo que había ocurrido que por encontrar un
acontecimiento histórico que validara una posición mantenida
previamente. También le preocupaba que cualquier
hermenéutica fuera históricamente precisa.
Las líneas de batalla se trazaron entre los progresistas y los
tradicionalistas cuando el tradicionalista B. G. Wilkinson
solicitó que la Conferencia Bíblica retirara su voto y le diera la
oportunidad de presentar sus puntos de vista para la defensa de
la fecha de 1299. Su petición era un intento de refutar las
afirmaciones de Prescott. Aunque no consta ni la votación a la
que alude Wilkinson ni la respuesta a su petición, se le concedió
tiempo para presentar sus puntos de vista al día siguiente.
Lamentablemente, la presentación de Wilkinson no se incluyó
en las transcripciones de la Conferencia, por lo que no es
posible contrastar su defensa hermenéutica de una fecha que él
consideraba claramente vital para la escatología adventista. Una
nota en las transcripciones afirma que su charla "no estaba en
forma para ser copiada todavía". Lo que sí consta es la petición
de Daniells sobre el tema el jueves 17 de julio. William G.
Wirth, H. C. Lacey y W. H. Wakeham hicieron declaraciones
simpatizando con Prescott. C. M. Sorenson indicó que se

119
SILENCIOS Y CONSENSOS

trataba de una "cuestión de lo más desconcertante" y que era


más difícil "inventar acontecimientos que se ajusten a la
ocasión". Los conferenciantes pidieron a Prescott que presentara
un "breve esbozo" del tema, pero Prescott se negó de nuevo
porque los documentos que había "archivado durante años
sobre esta cuestión" se habían extraviado tras regresar a casa de
su último viaje. Concluyó sus observaciones diciendo que el
tiempo especificado en la quinta trompeta era un tiempo
inespecífico y que una hora (la 24ª parte de un día literal) aquí
no debía ser interpretada por la tipología profética del año-día
como la vigésimo cuarta parte de un año literal. Prescott utilizó
su concordancia griega para citar la evidencia de un número
significativo de pasajes bíblicos. Lo más importante para
Prescott, en este breve esbozo, era que la iglesia presentara una
interpretación "coherente" en sus publicaciones sobre profecía.
Cuando terminó, la Conferencia levantó la sesión por ese día.
Aunque el tema surgió al día siguiente, la segunda presentación
de Wilkinson al respecto no fue registrada y no hay otros
registros que indiquen cuán controvertido pudo haber sido este
tema durante la Conferencia.
El debate se centró más en la exactitud de la fecha y en la
metodología de cómo los adventistas derivaban su
interpretación, que en la propia interpretación. Parece que B. G.
Wilkinson, un tradicionalista incondicional, se sintió
amenazado por el cuestionamiento de lo que consideraba un
punto de vista establecido. Esto añadió una hebra más de color

120
SILENCIOS Y CONSENSOS

en el drama hermenéutico en curso en la Conferencia Bíblica de


1919.
Como se ha señalado anteriormente, estas fechas se
consideraban de gran importancia porque vinculaban la historia
con la profecía bíblica, confirmando así la exactitud de las
profecías y validando la teología adventista.

Cuestiones controvertidas
Los dos temas más controvertidos durante la Conferencia
Bíblica de 1919 fueron la interpretación del “continuo”en Dan
8, 11 y 12 y la identidad del "rey del norte" en Dan 11. Cada
uno de ellos tuvo un papel destacado, eclipsando todos los
demás temas en comparación. Aunque la discusión de estos
temas conjuró fuertes emociones, las discusiones son a veces
incompletas. El siguiente informe reconstruye lo que ocurrió
basándose en las transcripciones existentes.

El "día a día"
Aunque el tema del sacrificio “continuo” (especialmente en
Dan. 8, 11 y 12) no se abordó formalmente en una ponencia, el
debate sobre lo “continuo” parece haber influido en las demás
discusiones que tuvieron lugar. Durante la Conferencia se
hicieron referencias al “continuo” por parte de tres individuos
que eran ampliamente conocidos como defensores de la "nueva
visión". A. G. Daniells, W. W. Prescott y H. C. Lacey sacaron el
tema en varias ocasiones. Parece que los consejos de Ellen White
de dejar de discutir sobre el tema después de la sesión de la
121
SILENCIOS Y CONSENSOS

Asociación General de 1909 habían impedido, hasta 1919,


cualquier discusión seria sobre el tema. El tema era todavía un
punto de contención lo suficientemente caliente como para que
Daniells diera instrucciones de que no se discutiera a menos que
él estuviera presente.
El 7 de julio Herbert C. Lacey se refirió a la importancia de
lo "cotidiano" en relación con la doctrina del santuario. Reforzó
el punto de que la destrucción final que la eliminación de lo
“continuo” trata de lograr es la destrucción del santuario
celestial. Lamentablemente, se ha perdido una parte de sus
argumentos en defensa de la "nueva visión" de lo "diario". El
tema volvió a surgir en las charlas devocionales de W. W.
Prescott. En sus charlas devocionales sacó a relucir
repetidamente el tema de lo “continuo”(a veces utilizando el
sinónimo más preciso de "continuo"). El 17 de julio dio una
charla en la que comparó Mateo 24 con Daniel 8. Al día
siguiente (18 de julio) amplió su comparación de estos dos
capítulos. En estas dos charlas Prescott destacó la referencia de
Cristo (Mateo 24:15) a la "abominación de la desolación" a la
que se refiere el profeta Daniel. Prescott sugirió que esta
"abominación" destruyó el sacrificio “continuo” cuando
Jerusalén fue conquistada. Esto fue un intento de Prescott de
permitir que la Escritura se interpretara a sí misma. Además,
argumentó, el “continuo” llevaba consigo una "doble aplicación"
que se aplicaba tanto históricamente como tenía un segundo o
doble significado para aquellos que vivían inmediatamente antes
de la segunda venida de Cristo (el "fin de los tiempos"). Creía

122
SILENCIOS Y CONSENSOS

que el énfasis de lo “continuo” en el ministerio del santuario de


Cristo ayudaría a reforzar la teología adventista de la limpieza
del santuario celestial. Al ir más allá de las posturas
tradicionales, los adventistas, en su opinión, tenían la
oportunidad de reforzar las posturas mantenidas anteriormente.
Las discusiones más extensas sobre la controversia "diaria" se
produjeron en el contexto de lo que Prescott, junto con otros,
había aprendido sobre el tema durante las dos décadas
anteriores. Daniells dio crédito a Prescott por compartir la
"nueva visión" con él a finales de la década de 1890. Precedió sus
observaciones afirmando que no aceptaba el "antiguo punto de
vista" simplemente basándose en la interpretación de Uriah
Smith (de hecho, afirmó que Dios pasaría por alto los errores de
Smith al igual que los de William Miller). Fue el contexto
general de Dan 8 lo que finalmente convenció a Daniells de este
punto de vista. La Conferencia votó para que Daniells
presentara algunos de los antecedentes históricos que lo habían
convencido aún más sobre el tema, pero si presentó el tema, no
hay registro de ello. En otra ocasión, Daniells señaló que Ellen
White no parecía estar principalmente preocupada por la
interpretación del “continuo”en sí, sino por la validez de los
2300 días con su culminación en 1844. Esta discusión se
volvería particularmente importante con respecto a las
discusiones sobre la naturaleza y autoridad de los escritos de
Ellen White.
Como se ha señalado anteriormente, hacia 1910 los consejos
de Ellen White de dejar de luchar por el “continuo” habían
123
SILENCIOS Y CONSENSOS

calmado la controversia, pero el cese de las hostilidades no


significaba que los antagonistas hubieran renunciado a sus
convicciones. El tema no fue objeto de una presentación y
discusión exhaustiva en la Convención, pero es evidente que
progresistas como Daniells, Prescott y Lacey mantenían fuertes
convicciones sobre el tema. Las transcripciones sólo revelan su
posición. Reforzaron su hermenéutica observando cómo se
interpreta la Biblia a sí misma y, además, comprendiendo el
contexto histórico de la controvertida declaración de Ellen
White sobre cómo la entendía ella misma. La cuestión
subyacente de cómo abordar e interpretar la Escritura volvería a
aparecer con respecto a la interpretación de Dan 11.

El rey del norte


El tema que atrajo la discusión más acalorada en la
Conferencia Bíblica de 1919 fue la identificación del "rey del
norte" y el "rey del sur" en Dan 11. Sin embargo, no aparece en
las transcripciones porque A. G. Daniells volvió a decretar que
el tema no debía ser discutido a menos que él estuviera presente
y, cuando lo estuviera, detendría la transcripción de las
discusiones. Al igual que en el caso del "diario", el tema se
remonta a las cuestiones hermenéuticas subyacentes que los
dividían. Los progresistas afirmaban que era más importante
comprender el significado de un acontecimiento que la fecha
real, que los adventistas debían utilizar las últimas
investigaciones históricas y, además, que el texto de prueba
debía dar paso a un enfoque hermenéutico que permitiera a la
Escritura interpretar la Escritura (o, como en el caso de Ellen
124
SILENCIOS Y CONSENSOS

White, dejar que la profetisa interpretara sus propias


declaraciones). La controversia "diaria" (1897-1910) había puesto
en primer plano todas estas cuestiones hermenéuticas.

La creencia en la inminencia del regreso de Cristo, junto con su


confianza en la forma en que los adventistas interpretaban otros
pasajes proféticos de Daniel y el Apocalipsis, creó un espacio
para que algunos exégetas adventistas dieran diversas
interpretaciones a Daniel 11. William Miller, en la década de
1840, interpretó el "rey del norte" como Roma. Uriah Smith
modificó el punto de vista de Miller cuando escribió Daniel y
Apocalipsis añadiendo que la batalla entre los reyes del norte y
del sur se convertiría en una "guerra triangular" con Francia.
Hacia 1900 había un creciente descontento con este "viejo"
punto de vista. Según los asistentes a la Conferencia Bíblica de
1919, la aceptación generalizada del "antiguo" punto de vista era
un resultado directo de la amplia difusión de los escritos de
Smith sobre las profecías y su percepción de autoridad.
El tema se abordó por primera vez en dos presentaciones de C.
M. Sorenson, presidente del departamento de religión del
Washington Missionary College, y H. C. Lacey, que acababa de
incorporarse a la facultad. Sorenson comenzó con una
presentación, "El señalamiento de algunos valores a favor de que
Turquía se constituya en el Rey del Norte". Al principio, indicó
su reticencia a hablar de un tema tan controvertido y dijo que
procedía sólo porque le habían asignado esta presentación. El

125
SILENCIOS Y CONSENSOS

título de la charla de Lacey de esa tarde no existe, pero Lacey


argumentó la perspectiva de la "nueva visión". Sugirió que en
lugar de aplicar estos versos a Francia o Turquía, sería mejor
aplicarlos al papado.
No parece que la charla de Sorenson o de Lacey haya zanjado la
discusión. Al concluir la primera presentación de Sorenson,
Daniells expresó su esperanza de que Dan 11 pudiera llegar a ser
tan claro para los exégetas adventistas de la profecía como Dan 2
y 7. No está claro por qué Wilcox, Tait y Wilkinson no
siguieron con Dan 11. Parece probable que, al final de la
Conferencia Bíblica, Daniells considerara que este tema era
demasiado controvertido para seguir discutiéndolo. Otra
posibilidad es que se haya discutido y las transcripciones ya no
existan. En cualquier caso, las mismas discusiones
hermenéuticas tendrían lugar en el contexto de los escritos
proféticos de Ellen G. White.

Ellen G. White y la hermenéutica


Estrechamente relacionadas con las cuestiones que rodean a la
hermenéutica bíblica, estaban las cuestiones relativas a la
hermenéutica de los escritos proféticos de Ellen G. White. Su
vida y su ministerio, que había concluido sólo cuatro años antes,
fueron una fuerte influencia de fondo en la Conferencia Bíblica
de 1919. Algunas cuestiones importantes que debían tratarse
eran el nivel de autoridad de los escritos de Ellen White, si
debían ser revisados y la naturaleza de su inspiración. Estos
temas, aunque se aludió a ellos a lo largo de la Conferencia, se

126
SILENCIOS Y CONSENSOS

consideraron en profundidad en cuatro momentos significativos


de las reuniones. El primero ocurrió el 10 de julio de 1919, en el
contexto de cómo evaluar y revisar las posturas adventistas sobre
la interpretación profética. Después de esta discusión inicial
vino una larga charla de A. G. Daniells (16 de julio), que sólo
está parcialmente registrada. Dos conversaciones posteriores,
más extensas, tuvieron lugar el 30 de julio y el 1 de agosto.

El primer diálogo
La cuestión de la revisión de los escritos de Ellen White surgió el
10 de julio de 1919, cuando W. W. Prescott observó ciertas
declaraciones problemáticas en su libro Great Controversy.
Prescott comparó las versiones anteriores y posteriores de Great
Controversy (1888 y 1911, respectivamente) y observó la
corrección de hechos realizada por la autora junto con la ayuda
de asistentes literarios y consultores. Prescott destacó siete
afirmaciones que hizo especialmente problemáticas y que, por
tanto, fueron revisadas o eliminadas en la edición de 1911: (1)
La existencia de un papado desde 1798; (2) un artículo atribuido
incorrectamente a Henry Dana Ward; (3) una afirmación
histórica sobre cuándo Josiah Litch predijo la caída del Imperio
Otomano 11 de agosto de 1840;1 (4) el uso de "solo" para
delinear la inclusión de otros movimientos religiosos que una
vez fueron puros y que ahora se habían unido al catolicismo
romano apóstata; (5) un párrafo completamente nuevo
sustituido para describir el trabajo del papado; (6) el uso
anacrónico del "Señor Dios Papa" que Prescott afirmó que no
estaba en el derecho canónico y que había sido descartado
127
SILENCIOS Y CONSENSOS

después de 1532; y (7) su descripción de la ley de cambio de


obispos. Prescott argumentó que todas estas afirmaciones debían
ponerse en armonía con los hechos. Mientras el autor vivía,
añadió, "el autor y los editores reconocieron la conveniencia de
realizar los cambios necesarios cuando se presentaban hechos
recién descubiertos". Prescott preguntó a los presentes si estas
discrepancias históricas en sus escritos destruían su confianza en
su inspiración divina. Nadie del público, por los registros
existentes, pareció responder directamente a su pregunta.
Aunque nadie respondió directamente a Prescott, una
respuesta indirecta vino de F. M. Wilcox, que llevaba consigo
una carta original que le había escrito Ellen White. El contenido
de la carta se refería principalmente a la entonces reciente
revisión de El Conflicto de los Siglos en 1911. La sección más
pertinente decía: “Cuando me enteré de que "El Conflicto de
los Siglos" debía ser revisado, decidí que haríamos examinar
todo de cerca, para ver si las verdades que contenía estaban
expuestas de la mejor manera, para convencer a los que no eran
de nuestra fe de que el Señor me había guiado y sostenido al
escribir sus páginas.
Como resultado del minucioso examen realizado por
nuestros obreros más experimentados, se han propuesto algunos
cambios en la redacción. Estos cambios los he examinado
cuidadosamente, y los he aprobado. Estoy agradecido de que se
me haya perdonado la vida y de que tenga fuerza y lucidez
mental para este y otros trabajos literarios”.

128
SILENCIOS Y CONSENSOS

Wilcox también señaló una declaración que Ellen White


hizo en Spiritual Gifts, vol. 1, publicado en 1858 (la primera
versión del libro que luego se convertiría en Great Controversy).
Wilcox creía que este pasaje era la declaración más clara que dio
Ellen White sobre la naturaleza de su inspiración. Añadió que
en la parte posterior del volumen 2 (1860) incluyó una serie de
testimonios que confirmaban su cuidado por la exactitud y el
uso de las mejores fuentes que tenía a su disposición. Así,
cualquier defecto humano en la preparación de sus escritos no
podía utilizarse para desacreditar su inspiración divina. El hecho
de saber que Ellen White "había utilizado el mismo cuidado y
los mismos medios para hacer su trabajo con respecto a los datos
históricos correctos" sólo confirmaba su confianza en ella como
"una mujer honesta". Wilcox añadió que aunque hay algunas
cosas que son "desconcertantes" en los "Testimonios" de Ellen
White, que su "obra de vida, el espíritu general que asiste a su
vida es evidencia de su llamado divino de Dios como mensajera
de esta denominación". Los taquígrafos registraron que hubo
"amenes" a este comentario.
Los conferenciantes parecían inclinarse por hacer que los
escritos de Ellen White tuvieran una autoridad independiente
con respecto a los hechos históricos. G. B. Thompson leyó una
declaración de W. C. White que describía el proceso de revisión
de Great Controversy. Este proceso conllevaba la instrucción de
Ellen White de encontrar las mejores fuentes históricas, verificar
las citas y, cuando se encontraban inexactitudes, presentarle los
cambios propuestos para su aprobación. Cuando no se podía

129
SILENCIOS Y CONSENSOS

encontrar una cita, sus ayudantes tenían instrucciones de utilizar


otra fuente. Lamentablemente, W. C. White no estaba presente
para explicar este proceso en persona, pero un amigo cercano y
colega, D. E. Robinson, que también fue uno de los asistentes
literarios de Ellen White, estuvo presente durante esta discusión
de la tarde. Añadió que durante sus trece años de trabajo para
Ellen White, se había familiarizado íntimamente con este
proceso de revisión. Él y C. C. Crisler habían "pasado casi seis
meses estudiando El Conflicto de los Siglos", dijo. Habían
investigado en las principales bibliotecas de la Universidad de
Stanford y la Universidad de California, Berkeley.
A. O. Tait desvió el tema del proceso de revisión hacia la
exactitud de los escritos de Ellen White. Señaló que algunos de
los "hombres más jóvenes han enseñado" que los escritos de
Ellen White eran iguales a los de los escritores bíblicos. Esto era
contrario a lo que él recordaba que predicaban en su tiempo
pioneros como G. I. Butler.
Y el propio pastor [James] White nunca habló de la
infalibilidad de los escritos de la hermana White. Pero sí creo
que son inspirados; y si se permite que la propia hermana White
lleve las cosas adelante, y no unos pocos hombres con ideas
extremas y fanáticas, no nos meteremos en ningún problema.
Pero he observado que los hombres que llevaban estos puntos
de vista extremos, muchos de ellos han abandonado la fe. La
enseñanza de la hermana White siempre nos dirige a la
infalibilidad de la Biblia, y nunca a ella misma o a sus escritos

130
SILENCIOS Y CONSENSOS

como norma. Ella es muy diferente a estos otros que se han


presentado”.
William G. Wirth afirmó que apoyaba los puntos de vista
expresados esa tarde, pero se quejó de que se había metido en
"problemas" por no enseñar que los puntos de vista de Ellen
White sobre la historia eran absolutamente autorizados. Creía
que esta información debía llegar a los profesores. Howell señaló
que la enseñanza de la historia se iba a estudiar más adelante en
la Conferencia.
La verdadera cuestión, según el veterano ministro y
administrador R. A. Underwood, iba más allá del proceso de
revisión o de la exactitud de sus escritos y se centraba en la
ubicación de los escritos de Ellen White en relación con la
autoridad de la Biblia. Underwood afirmó que había dos
extremos en la iglesia adventista. Por un lado, estaban los que
situaban "los Testimonios igual que la Biblia". Esta era una
posición, señaló, con la que había luchado S. M. I. Henry, el
famoso converso de la Women's Christian Temperance Union
en la década de 1890. Un segundo punto de vista extremo
situaba los escritos de Ellen White como "un telescopio que
magnificaba la palabra de Dios". Esto tendría el efecto, desde la
perspectiva de Underwood, de exaltar los escritos de Ellen
White por encima de la Biblia.
Underwood ilustró su punto de vista argumentando que la
verdad era progresiva en el tiempo. Citó las dificultades que la
iglesia había tenido en el desarrollo de un sistema de

131
SILENCIOS Y CONSENSOS

recaudación de fondos de la iglesia. Durante un tiempo se


utilizó un sistema anterior, descrito como "benevolencia
sistemática". Mientras G. I. Butler y J. H. Morrison estudiaban el
asunto y se convencían sobre la base de las Escrituras de que la
práctica de diezmar el diez por ciento era más bíblica, había
otros que se oponían a tal cambio sobre la base de que Ellen
White había respaldado el sistema anterior. Al denunciar tal
posición, dijo Underwood, Ellen White "utilizó el lenguaje más
fuerte" que jamás le había escuchado. Para Underwood, éste era
un ejemplo clásico de cómo el "espíritu de la profecía" trajo la
unidad a la iglesia cuando un estudio más profundo de la Biblia
llevó a líderes como Butler y Morrison a empujar a la iglesia
hacia el diezmo.
De esta discusión inicial se desprende que (al menos para los
que hablaron) Ellen White era una persona que buscaba que sus
escritos fueran lo más precisos posible, durante el transcurso de
su vida revisando continuamente sus escritos. No era una
autoridad definitiva en cuanto a los detalles históricos, y sus
escritos no debían considerarse en un plano de igualdad con las
Escrituras, sino que se utilizaban para arrojar luz sobre las
mismas. La mayor prueba de su inspiración fue el curso general
de su vida y ministerio, que trajo la unidad a la iglesia, incluso
cuando la iglesia creció y cambió de posición. Aún más
significativa fue la declaración de A. O. Tait, que contrastó la
autoridad de los escritos de Ellen White con la de la Biblia. Al
afirmar que sus escritos no eran inerrantes, dio a entender que

132
SILENCIOS Y CONSENSOS

la Biblia podría ser inerrante. Esta dicotomía se desarrollaría


más ampliamente en discusiones posteriores.

Presentación formal de A. G. Daniells

La discusión inicial de Daniells del 10 de julio fue seguida


por una presentación formal de A. G. Daniells el 16 de julio.
Lamentablemente, sólo se transcribió la primera parte y lo que
parecen ser algunas páginas adicionales de la charla (a petición
de Daniells). Al principio de la reunión, Daniells declaró que
había tenido la intención de reunir declaraciones para utilizarlas
en su charla de esa noche, pero que no había podido hacerlo
debido al compromiso de hablar en el funeral de un amigo ese
mismo día. También se mostró a la defensiva con respecto a
quienes le acusaban de ser "inseguro" en cuanto a su confianza
en los escritos de Ellen G. White.
Los comentarios de Daniells, aunque breves, se basaban
principalmente en su experiencia personal con Ellen White.
Había conocido a Jaime y a Ellen White en Texas en 1879, y
llegó a conocerla aún mejor de 1892 a 1900 en Australia y
Nueva Zelanda. Sin embargo, fue su experiencia personal con
Ellen White durante el conflicto con el Dr. J. H. Kellogg (que
resultó en la salida de Kellogg de la iglesia en 1907) lo que
"sobresalió por encima de todo lo demás" y lo vinculó en "lealtad
eterna a ese don que Dios puso en la iglesia".
Parece presumible que el resto de la charla de esa noche se
centrara en su experiencia personal con Ellen White como
133
SILENCIOS Y CONSENSOS

fundamento de su propia confianza en ella. Daniells fue


presidente del Consejo de Administración que gestionaba el
Patrimonio de Ellen G. White y, al jubilarse, escribió un libro
en el que defendía su vida y ministerio proféticos. Sea lo que sea
de lo que habló Daniells, sería el catalizador de la sesión de
preguntas y respuestas que mantuvo con los profesores el 30 de
julio y el 1 de agosto. Ambas reuniones parecían ser una
respuesta directa a las cuestiones que planteó el 16 de julio, dos
semanas antes.

La "mesa redonda"
La discusión más extensa sobre el uso de los escritos de Ellen
White está registrada en la penúltima transcripción de los
registros existentes que documentan las reuniones continuas de
los maestros de Biblia e Historia. De las sesenta y cinco personas
originales presentes en la reunión general, sólo se sabe que
dieciocho estuvieron presentes durante esta reunión en
particular.
La reunión fue presidida por W. E. Howell, quien invitó al
presidente de la Asociación General, A. G. Daniells a hablar
sobre "El uso del Espíritu de Profecía en nuestra enseñanza de la
Biblia y la Historia". Al comienzo de la reunión, Daniells declaró
que "preferiría una charla de mesa redonda" para dar cabida a las
preguntas y que luego respondería a las preguntas de los
profesores. Pero antes de responder a la primera pregunta,
comentó dos áreas generales.

134
SILENCIOS Y CONSENSOS

Daniells adelantó su primera área de interés para los


profesores afirmando que "no quería crear dudas" en las mentes
de los presentes. Aunque algunas cosas son difíciles de entender,
él había recibido personalmente testimonios de Ellen White. A
veces, éstos eran difíciles de aceptar incluso para él. El tono
general de los primeros minutos de su charla parece haber sido
algo defensivo al responder a las críticas de que había socavado
los escritos de Ellen G. White de alguna manera. Atribuyó estas
críticas a que había adoptado una posición diferente a la de
otros en la denominación, especialmente cuando tuvo que
enfrentarse a A. T. Jones y al Dr. J. H. Kellogg al principio de su
presidencia. Jones y Kellogg se habían enfrentado a Daniells por
el control de la iglesia en una lucha de poder que comenzó en la
década de 1890 y culminó en 1907 cuando Jones, Kellogg y sus
aliados se alejaron de la denominación. Daniells señaló que
durante esta lucha "un hombre" [A. T. Jones] del comité de
nominaciones quería que Daniells se mantuviera fuera de la
presidencia porque Daniells "no creía que los Testimonios
fueran inspirados verbalmente".
Más adelante en esta charla, Daniells volvió a hablar de los
aspectos problemáticos de la opinión de A. T. Jones sobre la
naturaleza de la inspiración y los escritos de Ellen White.
Daniells creía que era su propia de la inspiración era la base de
las acusaciones de los críticos de que él de que socavaba el
Espíritu de Profecía. Daniells señaló que Jones, que sostenía una
visión verbalista, "colgaría a un hombre de una palabra" de los
escritos de Ellen White. Continuó: “Lo he visto tomar sólo una

135
SILENCIOS Y CONSENSOS

palabra de los Testimonios y aferrarse a ella, y eso lo resolvería


todo, sólo una palabra. Yo estaba con él cuando hizo un
descubrimiento -o, si no lo hizo, pareció hacerlo- y fue que había
palabras en los Testimonios y escritos de la hermana White que
Dios no le ordenó poner allí, que había palabras que ella no
puso por inspiración divina, el Señor escogiendo las palabras,
sino que alguien había ayudado a arreglar eso. Así que tomó dos
testimonios y los comparó, y se metió en un gran problema.
Luego continuó con el Dr. Kellogg, donde pudo desmenuzar las
cosas”.
Una segunda área de preocupación de Daniells se centraba
en la necesidad de que la iglesia enfocara su atención de manera
diferente en la forma de presentar el don de profecía. Le
preocupaba especialmente que algunos en el pasado hicieran
hincapié en las "demostraciones físicas y externas". Le
preocupaba especialmente la historia en la que Ellen White
llevaba una pesada Biblia en una mano extendida. "No sé si eso
se hizo alguna vez o no. No estoy seguro. No lo vi. No considero
ese tipo de cosas como una prueba muy grande". Se preguntaba
qué parte de la historia era genuina frente a lo que se había
"colado en la historia". Aunque creía que los fenómenos
sobrenaturales habían acompañado a sus visiones, especialmente
en los primeros días del movimiento, ésta no era la mejor
prueba. La mayor prueba de la autenticidad del ministerio de
Ellen White, opinaba, era la contribución general de su vida a la
iglesia. Esto era especialmente evidente en el área de la

136
SILENCIOS Y CONSENSOS

evangelización mundial, la educación, las misiones médicas y su


espíritu general de servicio.
El primer grupo de preguntas planteadas por los profesores
se centró en el uso exegético de los escritos de Ellen White.
Clifton Taylor, profesor de Biblia del Canadian Junior College,
planteó las dos primeras preguntas. Quería saber si las
explicaciones de Ellen White sobre los pasajes bíblicos tenían
autoridad, y cuando dos estudiantes de la Biblia discrepaban
sobre un pasaje, si debían incluir los escritos de Ellen White en
el asunto o dejarlos fuera por completo. Daniells respondió que
había utilizado los escritos de Ellen White para dilucidar las
Escrituras. Casi como una ocurrencia tardía, declaró: "La Biblia
se explica por sí misma y debe entenderse por sí misma sin
recurrir a los 'Testimonios' [jerga adventista para los escritos de
Ellen White] para demostrarlo". Daniells aludió a alguien que
había presentado en una sesión de la Asociación Generalla la
idea de que la "única forma de entender la Biblia era a través de
los escritos del Espíritu de Profecía". J. N. Anderson intervino:
"También dijo 'intérprete infalible'". Parece que Daniells y
Anderson estaban aludiendo de nuevo a A. T. Jones como el
culpable de los problemas a los que se enfrentaban ahora en la
denominación con respecto a la autoridad e inspiración de los
escritos de Ellen White. Tanto C. M. Sorenson como Daniells
respondieron que la inerrancia de sus escritos era una posición
errónea y no la posición de la iglesia.
Un grupo de preguntas estrechamente relacionadas, similares a
las discutidas anteriormente, se centraban en la relación de los
137
SILENCIOS Y CONSENSOS

escritos de Ellen White con la Biblia. Los primeros pioneros del


adventismo afirmaban que las creencias doctrinales únicas del
adventismo no procedían de los escritos de Ellen White, sino
que venían del estudio intenso de la Scriptu res. Era crucial,
según Daniells, que los adventistas derivaran sus creencias de la
propia Biblia, y que se utilizara el Espíritu de Profecía para
"ampliar nuestra visión". Los adventistas debían evitar ser
perezosos en el estudio de las Escrituras. "El estudio serio de la
Biblia es la seguridad, la protección de un hombre".
La tercera área principal y el enfoque general del resto de la
reunión fue si los escritos de Ellen White debían utilizarse "para
resolver cuestiones históricas". La respuesta inicial de Daniells
fue que Ellen White "nunca pretendió ser una autoridad en
historia" o "una maestra dogmática en teología". Ella sí entretejió
la historia en sus escritos. "Siempre he entendido que, en lo que
a ella respecta, estaba dispuesta a corregir en la revisión las
afirmaciones que consideraba que debían ser corregidas". Esta
parte de la discusión divergió en dos grandes áreas: Daniells
relató la "dificultad" en la que se metió la iglesia al publicar el
libro de Ellen White Sketches from the Life of Paul, y Prescott
se refirió a la controversia sobre el “continuo”en Dan 8 en la
que Ellen White pidió que no se utilizaran sus escritos para
resolver la controversia. Ambas experiencias fueron instructivas,
argumentaron, para comprender la naturaleza de la inspiración
en los escritos de Ellen White. C. A. Shull presionó más a
Daniells sobre Ellen White y las cuestiones históricas.

138
SILENCIOS Y CONSENSOS

Sacó a colación dos ejemplos concretos. Primero, citó la


tradición de que el apóstol Juan fue arrojado a una olla de aceite
hirviendo. Cuando sacó el tema en la clase, un estudiante sacó
una cita de Ellen White para demostrarlo. Shull preguntó: "¿Se
le dio a ella una revelación divina de que Juan fue arrojado a
una cuba de aceite hirviendo?". En segundo lugar, cuando la
antigua ciudad de Babilonia fue tomada, se hizo, según Ellen
White, por "el desvío de las aguas". "Otros maestros, incluyendo
a F. H. Williams y E. F. Albertsworth, coincidieron con el punto
que Shull había planteado. Albertsworth, en particular, señaló el
aspecto problemático de que los estudiantes vinieran con citas
de Ellen White para resolver un punto concreto. Daniells
observó que su experiencia con la controversia "diaria" arrojaba
más luz sobre este proceso:
“Con referencia al asunto histórico, no puedo decir nada más de
lo que he dicho, que nunca he entendido que la hermana White
se comprometiera a resolver cuestiones históricas. La visité una
vez por este asunto del "diario", y llevé conmigo esa vieja carta [la
carta de S. N. Haskell]... la puse en su regazo, tomé EW [Early
Writings], y le hablé de la controversia. Pasé mucho tiempo con
ella. Era uno de sus días de descanso, así que se lo expliqué con
todo detalle. Le dije: "No dices aquí que te mostraron que el
punto de vista del 'diario' que sostenían los hermanos era
correcto". "Ahora", dije, "hay dos partes aquí en este 'diario' que
usted cita. Una es este período de tiempo, los 2300 años, y la
otra es lo que era el 'diario' en sí".

139
SILENCIOS Y CONSENSOS

Yo repasaba con ella, y cada vez, tan rápido como llegaba a ese
tiempo, decía: "Vaya, yo sé lo que se me mostró, que ese período
de 2300 días estaba fijado, y que no habría un tiempo definido
después de eso. Los hermanos tenían razón cuando llegaron a
esa fecha de 1844".
Entonces dejaba eso, y seguía con lo de "diario". "¿Por qué?", dijo
ella, "Hermano Daniells, no sé qué es ese "diario", si es el
paganismo o el ministerio de Cristo. Eso no fue lo que se me
mostró". Y ella entraba en esa zona de penumbra de inmediato.
Entonces, cuando yo volvía a los 2300 años, ella se enderezaba y
decía: "Eso es lo que nunca podemos alejarnos. Te digo que
nunca puedes alejarte de ese período de 2300 años. Se me
mostró que eso estaba fijado".
Y creo que así fue, hermanos. Ustedes podrían tratar de
moverme fuera del mundo como tratar de moverme en esa
pregunta, no porque ella lo dice, pero creo que fue claramente
mostrado a ella por el Señor. Pero en esto otro, cuando ella dice
que no se le mostró lo que era el "diario", yo creo eso, y tomo los
"Primeros Escritos" al 100% en esa cuestión del "diario", fijando
ese período. Eso es de lo que ella habla, y yo tomo la Biblia con
ella, y tomo la Biblia en cuanto a lo que es el “continuo”en sí.
Los historiadores se contradicen, observó. Sólo porque
encontremos una declaración problemática en el Espíritu de
Profecía, esto no debería "alejarnos del espíritu de profecía".
Nunca pretendió que sus escritos se utilizaran de ese modo.
Añadió:

140
SILENCIOS Y CONSENSOS

“No creo que si la hermana White estuviera aquí para hablarles


hoy, les autorizaría a tomar un hecho histórico, supuestamente
un hecho, que ella había incorporado en el libro, y ponerlo en
contra de una cosa real en la historia. Hablamos con ella sobre
eso cuando se estaba revisando "El Conflicto de los Siglos", y
tengo cartas en mi archivo en la bóveda donde se nos advirtió
que no usáramos a la hermana White como historiadora. Ella
nunca pretendió serlo. Se nos advirtió que no debíamos usar las
afirmaciones encontradas en sus escritos para contrastar con la
historia que existe sobre un hecho. Esa es mi posición. No tengo
que enfrentarlo con los estudiantes, y no tengo que dar
explicaciones en una congregación. Supongo que lo tengo más
fácil que ustedes, los profesores”.
Si dos historiadores de igual valor se contradicen, señaló, lo
correcto es "sacar a relucir la autoridad que esté en armonía con
lo que tenemos". Cuando surgen hechos recientemente
descubiertos, lo importante es que "nunca ponga infalibilidad en
las citas históricas".
El jueves 24 de julio, Lacey hizo una presentación sobre "El
objetivo, el alcance y el contenido de nuestros estudios bíblicos
universitarios". En esta presentación hizo un llamado para que el
departamento de Biblia de los colegios se fortalezca mucho
intelectualmente. También recomendó que los profesores de
Biblia cubrieran una serie de áreas específicas. Lo más
significativo para esta discusión sobre Ellen White, recomendó
que cubrieran la "inspiración de la Biblia". Aclaró su opinión
sobre la relación de los escritos de Ellen White con los de la
141
SILENCIOS Y CONSENSOS

Biblia: "La palabra de Dios es diferente a todo lo demás. Es


diferente de los Testimonios. Es verbalmente inspirada, y los
Testimonios no lo son, ni pretenden serlo, pero la Biblia sí".
William G. Wirth estaba de acuerdo con Lacey en que el
problema era que había algunos que sí entendían que sus
escritos eran infalibles con respecto a las citas históricas. Aunque
los "progresistas" estaban unidos en cuanto a la no inerrancia de
los escritos de Ellen White, la posición de Lacey indica que
había diversidad en cuanto a cómo veían la inspiración de la
Biblia.
Además, Lacey afirmó los comentarios anteriores de Daniells de
que "su valor [el de los escritos de Ellen White]" está "más en la
luz espiritual que arroja a nuestros corazones y vidas que en la
exactitud intelectual en cuestiones históricas y teológicas. ¿No es
la prueba final del espíritu de profecía su valor espiritual más
que su exactitud histórica?" Daniells respondió a su propia
pregunta: "Sí, creo que sí". Lacey sugirió que la iglesia debería
producir un panfleto que abordara esta cuestión con un "estilo
sencillo" y "directo". Otros objetaron que sus enemigos "lo
publicarían en todas partes". Wirth opinó: "Me gustaría que
ustedes, los hombres generales, consiguieran algo para nosotros,
porque nosotros [los maestros] somos los que sufrimos."
Daniells, siempre el administrador consumado, sugirió que el
Comité de la Asociación General estudiara el asunto, y que
parecía que era importante tener un acuerdo entre los profesores
de historia y de la Biblia sobre la naturaleza de la inspiración en
relación con los escritos de Ellen White. Se hicieron varias
142
SILENCIOS Y CONSENSOS

peticiones más para que se hiciera tal declaración sobre la


inspiración. No parece que se haya hecho nada a raíz de esta
petición. Tal vez simplemente era demasiado controvertido para
que los administradores de la iglesia lo investigaran.
El último gran tema de debate en esta sesión fue el relativo a
las preguntas sobre la reforma sanitaria. Este parece haber sido
un área con la que Daniells se sentía cómodo. Relató la historia
de un colportor que vivía en el norte de Escandinavia y que
intentaba tomar los consejos de Ellen White sobre la salud
como una "regulación general" de lo que debía hacer. Lo hizo en
parte tratando de mantener una dieta vegetariana donde las
frutas y verduras frescas eran escasas, si es que estaban
disponibles. Cuando Daniells lo conoció en una reunión de
trabajadores, estaba blanco como un fantasma. "Me abalancé
sobre él con todo el terror que podía inspirar semejante
tontería", dijo Daniells. "Cuando volví a este país [Estados
Unidos] hablé con la hermana White sobre el tema y me dijo:
"¿Por qué la gente no usa el sentido común?". Daniells subrayó
que las circunstancias tanto de la escritora como de la aplicación
original del "testimonio" eran necesarias para entender y aplicar
correctamente la reforma sanitaria. "La hermana White nunca
fue una fanática, nunca fue una extremista. Era una mujer
sensata. Era equilibrada". Ellen White escribió testimonios que
se aplicaban a individuos en diversos estados de salud. Para
Daniells, esto no destruyó la fuerza del mensaje, excepto para los
"extremistas" que distorsionaron su significado o no
reconocieron su contexto histórico.

143
SILENCIOS Y CONSENSOS

Al concluir esta sesión, Howell resumió que Daniells y


Prescott habían hablado "muy francamente" con los profesores
sobre el uso de los escritos de Ellen White. Por supuesto, no
había habido tiempo para abarcarlo todo. "No os han ocultado
nada de lo que habéis pedido que os puedan dar en referencia a
este asunto". Howell animó a los presentes a que ayudaran a
"enderezar a la gente en estas cosas" y a contrarrestar a los que
decían que Daniells y Prescott no creían en el Espíritu de
Profecía. Varias llamadas más, esta vez de los educadores C. L.
Benson y T. M. French, volvieron a reiterar la necesidad de una
declaración general sobre la autoridad de los escritos de Ellen
White para no poner a los profesores en una posición incómoda
con lo que se estaba enseñando en el campo.

Preguntas adicionales sobre la inspiración


Las respuestas a las preguntas que los conferenciantes habían
formulado el miércoles 30 de julio de 1919, aparentemente no
satisfacían a los maestros que estaban presentes ese día. El 1 de
agosto, Daniells continuó la discusión en el mismo formato que
antes: "una especie de mesa redonda... para estudiar las cosas
juntos". Esta vez se sabe que había diecisiete personas presentes.
Daniells señaló que el otro día había "protestado" por tomar un
tema tan pesado y que lo que realmente quería discutir eran
algunas ideas que tenía sobre la formación pastoral. Sin
embargo, había vuelto y estaba dispuesto a escuchar más
preguntas si así lo deseaba la conferencia.

144
SILENCIOS Y CONSENSOS

Daniells comenzó su intervención señalando que existían


dos opiniones en la cristiandad sobre la inspiración verbal de la
Biblia. Una de ellas sostenía que los escritores de la Biblia
podían exponer la verdad de la mejor manera posible; la otra era
una inspiración o revelación palabra por palabra. Daniells
observó que los hombres de ambos bandos eran honestos y
sinceros, y tenían a sus seguidores allí mismo, en la parte
educativa de la Conferencia. Howell pidió a Daniells que
dirigiera sus observaciones a la relación de los escritos de Ellen
White con la Biblia, desviando así a Daniells del tema de la
formación ministerial.
La cuestión central de este debate fue planteada por C. L.
Benson, en ese momento secretario adjunto (director) del
Departamento de Educación de la Asociación General.
Argumentó que si había incertidumbres históricas con respecto
a una posición interpretativa adventista tradicional, y si no se
podía confiar en los "testimonios" para arrojar luz sobre las
posiciones históricas (y si, por extensión, lo mismo era cierto
para las interpretaciones teológicas), entonces ¿cómo podían
"depositar una confianza implícita en la dirección" que ella daba
con respecto al sistema educativo de la iglesia, especialmente su
escuela de medicina, y sobre la estructura de la iglesia?
"¿Dejamos de lado sistemáticamente, o lo hacemos parcialmente,
cuando se trata de [el] lado profético e histórico de las cosas?”.
Al principio, Daniells intentó esquivar la pregunta.
"¿Consideramos algunos puntos resueltos y pasamos a otra
cosa?". Pero los asistentes no le dejaron escapar tan fácilmente.
145
SILENCIOS Y CONSENSOS

"Creo que podríamos discutir sobre la inspiración de la Biblia -


iba a decir hasta el día del juicio final- y no llegar al mismo
punto de vista, ... y llegar todos al final al mismo lugar". Con los
escritos de Ellen G. White: "Creo que se puede hacer más daño
con los Testimonios reclamando su inspiración verbal que el
que se puede [hacer] con la Biblia". Al hacer esta declaración,
Daniells no respaldaba necesariamente la inspiración verbal de
la Biblia. "No sirve de nada que alguien se ponga de pie y hable
de la inspiración verbal de los Testimonios, porque todos los
que han visto la obra realizada saben que es mejor, y también
podríamos descartarla".
M. E. Kern sondeó a Daniells. No estaba tan seguro "de que
todos estemos de acuerdo en esta cuestión". Kern deseó que
pudieran "llegar hasta el fondo" en esta cuestión. Un tal
Thompson sugirió que se encontraban con este problema
debido a una "educación equivocada". "Si siempre hubiéramos
enseñado la verdad sobre esta cuestión, no tendríamos ningún
problema o choque en la denominación ahora. Pero la
conmoción se debe a que no hemos enseñado la verdad, y
hemos puesto los Testimonios en un plano en el que ella dice
que no están. Hemos reclamado más para ellos que ella".
En este punto de la discusión de la "mesa redonda", Daniells
declaró que no "sabía por dónde empezar ni qué decir". En su
opinión, la principal dificultad de la Iglesia estaba relacionada
con dos aspectos: la infalibilidad y la inspiración verbal
(inerrancia). Señaló que incluso James White, que murió en
1881, había previsto este problema y tratado de corregirlo
146
SILENCIOS Y CONSENSOS

porque él mismo había corregido sus escritos. "Si esa explicación


se hubiera aceptado y transmitido, nos habríamos librado de
muchas perplejidades que tenemos ahora". Por lo tanto, los
problemas a los que se enfrentaban sobre la inspiración eran
principalmente una cuestión sobre cómo comunicar una
comprensión precisa del proceso de inspiración a los miembros
de la iglesia. Había algunos, tanto jóvenes como mayores, que
creían que era "inspirada por la palabra" e "infalible".
Supongo que algunos pensarían que si no creían en la
inspiración verbal de la Biblia, no podían tener confianza en
ella. Estoy seguro de que se ha defendido una idea de
infalibilidad en la Hermana White y de inspiración verbal en los
Testimonios que ha llevado a la gente a esperar demasiado y a
hacer afirmaciones demasiado grandes, y así nos hemos metido
en dificultades.
Daniells especuló que incluso la acusación de que ella plagió
podría haberse evitado, si desde el principio "hubiéramos
entendido este asunto como debía ser". Ellen White nunca
reivindicó la inspiración verbal. "No diré nada más en ese
sentido".
La discusión pasó entonces a la infalibilidad de Ellen White.
Daniells preguntó que, como mensajera del Señor, ¿no existía la
posibilidad de que se manifestara? "Entonces, ¿no estamos
preparados para ver errores?", preguntó. Continuando, tomó el
libro Sketches from the Life of Paul, con las afirmaciones de plagio
que se habían hecho contra él. Había leído el libro con E. R.
147
SILENCIOS Y CONSENSOS

Palmer y lo había comparado con la obra de Conybeare y


Howson, así como con la Historia de la Reforma de Wylie, dos
obras de referencia que dentro de los círculos adventistas eran
bien conocidas por haber sido recomendadas por Ellen White.
Ambos volúmenes se encontraban en la biblioteca de Ellen
White y eran mencionados por ella en sus escritos. "La pobre
hermana [Ellen White] dijo: 'Vaya, no sabía lo de las citas y los
créditos. Mi secretaria debería haberse ocupado de eso, y la
editorial debería haberlo hecho'. Ahí vi la manifestación de lo
humano en estos escritos". Daniells no sabía quién era la
secretaria, pero el libro se apartó y nunca llegó a averiguar quién
había intervenido en el arreglo de aquel desaguisado.
Hubo otros ejemplos de cambios en los libros de Ellen White.
En Sketches from the Life of Paul (Bocetos de la vida de Pablo)
había escrito sobre la ley ceremonial, pero en la nueva edición
[Hechos de los Apóstoles] esto se omitió. D. A. Parsons, un
presidente de conferencia que había trabajado en la editorial,
respondió. Afirmó que este cambio tenía la intención de evitar
una renovación de la controversia sobre el tema. Daniells añadió
que no creía que la pregunta del educador Benson sobre
cuestiones históricas y teológicas hubiera sido tratada todavía.
Daniells se excusó alegando que él no era responsable de estas
dificultades históricas y teológicas porque "los hombres de la
Asociación Generalno lo crearon". Él no había pedido la
revisión ni había tomado parte en ella. "Todo se hizo bajo su
supervisión". Además, nunca afirmó que fuera una historiadora.

148
SILENCIOS Y CONSENSOS

"No era una correctora [sic] de la historia. Hacía que la gente


reuniera las mejores declaraciones históricas y ella las aprobaba".
Según C. M. Sorenson, lo importante era la filosofía de Ellen
White sobre la historia, y no los detalles. Los detalles menores,
añadía, podrían cuestionarse, pero lo importante era la filosofía
general de la historia de Ellen White, que mostraba la mano de
Dios en los asuntos humanos. El verdadero peligro de utilizar
esta explicación, observó Prescott, era cuando la gente empezaba
a adivinar por sí misma lo que era autoritario y lo que no. Este
fue un problema que tuvo que enfrentar con A. R. Henry, quien
fue el gerente de la editorial Review and Herald de 1886 a 1897.
Él [Henry] planteó esta cuestión sobre la autoridad del espíritu
de profecía y quería que yo trazara la línea entre lo que era
autoritario y lo que no lo era. Le dije: "Hermano Henry, no
intentaré hacerlo, y le aconsejo que no lo haga. Hay una
autoridad en ese don aquí, y debemos reconocerla.
Además, Prescott consideraba que se habían cometido
grandes errores durante años al manejar los escritos de Ellen
White con fines comerciales. Consideró que se cometieron
errores al compilar sus libros a partir de cosas que ella había
escrito anteriormente. Las declaraciones de Ellen White podían
entonces ser sacadas de contexto.
C. A. Shull le preguntó a Prescott, si su juicio entraba en
conflicto con el Espíritu de Profecía, ¿seguiría su propio juicio?
Prescott respondió: "No". Daniells salió en defensa de Prescott

149
SILENCIOS Y CONSENSOS

pidiendo que nadie dijera una palabra que "tergiversara al


hermano Prescott".
Al concluir, Daniells comentó a Prescott que "hemos hecho
un cambio maravilloso en diecinueve años". "Hace quince años
no podríamos haber hablado [de] lo que estamos hablando hoy
aquí. No habría sido seguro". Las cuestiones relacionadas con la
inspiración y con Ellen White habían surgido gradualmente en
la iglesia. La evidencia era que la confianza de los miembros de
la iglesia en la inspiración de los escritos de Ellen White no
disminuía. Animó a los profesores presentes a tener cuidado y
sentido común al enseñar en el aula.

Resumen
Para el 16 de julio de 1919 (aproximadamente a la mitad de
la conferencia), A. G. Daniells se dio cuenta de la necesidad de
hablar sobre la inspiración y la autoridad de los escritos de Ellen
G. White. Esta necesidad había surgido en parte debido a las
dificultades históricas que los conferenciantes habían
encontrado en los escritos de Ellen White y que habían
discutido ampliamente el 10 de julio de 1919. Daniells estaba a
la defensiva porque se le había retratado o percibido
(presumiblemente antes y no durante la Conferencia) como
alguien que socavaba el don de profecía. Consideraba que si los
presentes conocían su experiencia, verían que eso no podía ser
cierto.
Obviamente, el testimonio de Daniells no fue suficiente para
zanjar las cuestiones que surgieron a raíz de estos dos primeros
150
SILENCIOS Y CONSENSOS

debates sobre Ellen White. W. E. Howell, presidente de las


reuniones de profesores, le invitó a volver en dos ocasiones para
abordar directamente las preguntas que estos educadores tenían
sobre la naturaleza y la autoridad de los escritos de Ellen White.
Estas preguntas, dirigidas a Daniells, abarcaban una amplia
gama de cuestiones que se centraban en la naturaleza y la
autoridad de sus escritos. Daniells afirmó que Ellen White no
era una historiadora y que la mayor prueba de la autenticidad de
su vocación profética estaba en su vida y ministerio en general.
Las discusiones sobre la inspiración muestran que había dos
posturas opuestas en la época de la Conferencia. La primera
posición era la de los autodenominados "progresistas", que
sabían por experiencia personal que los escritos de Ellen White
no eran infalibles (como indican las repetidas discusiones sobre
la exactitud histórica de sus escritos). Sin embargo, mantenían
diferentes opiniones entre ellos sobre lo que significaba la
"inspiración verbal" para la Biblia. Aunque no todos estaban de
acuerdo en que la "inspiración verbal" significara "inerrancia",
Lacey parecía diferenciar entre la Biblia y el Espíritu de Profecía
en cuanto a la naturaleza de la inspiración. Así, al comparar a los
"progresistas" con los "tradicionalistas", su principal disparidad se
refería a la inspiración verbal de los escritos de Ellen White. Un
segundo grupo de conferenciantes, que eran mucho más jóvenes
y no habían trabajado estrechamente con Ellen White,
enseñaban que los escritos de Ellen White eran de inspiración
verbal. Tales individuos estaban de acuerdo con los
"tradicionalistas" como J. S. Washburn y Claude Holmes que,

151
SILENCIOS Y CONSENSOS

aunque no estaban presentes en la Conferencia, consideraban


los escritos de Ellen White como infalibles e iguales a las
Escrituras. Lacey, aunque era un "progresista", parece haber sido
una minoría porque adoptó una postura de "inspiración verbal"
hacia la Biblia, indicando así que la cuestión principal entre los
dos campos eran los dos enfoques diferentes de los escritos de
Ellen G. White.
Al reconocer los dos enfoques sobre la inspiración de los
escritos de Ellen White, varios profesores pidieron a Daniells y a
los líderes de la iglesia que publicaran un folleto que aclarara las
cuestiones. Eran especialmente conscientes, según W. E.
Howell, de que tendrían que volver al campo y enfrentarse a
estas cuestiones. Daniells, como administrador, era sensible a
esta necesidad y sugirió que se nombrara un comité para
estudiar la cuestión. Desgraciadamente, no hay pruebas de que
el Comité de la Asociación General haya estudiado nunca la
cuestión.
La cuestión hermenéutica más básica planteada durante la
Conferencia Bíblica de 1919 fue la relación entre la Biblia y los
escritos de Ellen G. White. La dinámica de esta relación fue el
núcleo de muchas de las cuestiones hermenéuticas. La mayoría
de los conferenciantes parecían sentir que había una diferencia
entre la Biblia y los escritos de Ellen G. White. H. C. Lacey
afirmó que la "palabra de Dios" es "diferente de los Testimonios.
Es inspirada verbalmente, y los Testimonios no lo son, ni
pretenden serlo, pero la Biblia sí".

152
SILENCIOS Y CONSENSOS

Conclusiones
Las discusiones en la Conferencia Bíblica de 1919 revelaron
que había dos escuelas hermenéuticas de interpretación
representadas en 1919. Ambas escuelas de pensamiento
utilizaban las herramientas de las lenguas bíblicas, los
diccionarios y los comentarios. Además, reconocían la
importancia de la preparación académica (investigación) y la
necesidad de principios para interpretar la Biblia. Parecía que
había un acuerdo general en que un estudio más profundo de la
Palabra de Dios los uniría. Sin embargo, a pesar del diálogo
cordial y el debate acalorado, se hicieron evidentes dos escuelas
de pensamiento.
Los "progresistas" hacían hincapié en el contexto histórico
tanto de la Biblia como de las declaraciones de Ellen White. El
significado de un acontecimiento era más importante que la
validación de una fecha histórica. Los escritos inspirados debían
interpretarse a sí mismos, y debía evitarse el texto de prueba.
Estaban dispuestos a revisar las interpretaciones adventistas
tradicionales para reflejar la mejor investigación histórica y
seguir en armonía con la Biblia. Los "progresistas" creían que la
palabra de Dios era "inspirada verbalmente", pero no estaban
atados a la inerrancia. Esto les dio más flexibilidad en la
formación de su hermenéutica. Les dio, por ejemplo, más
flexibilidad a la hora de entender si la profecía de los 1260 días
comenzó en 533 o en 538. Lo verdaderamente importante para
ellos no era la fecha, sino lo que ocurría después de ella. Su
enfoque hermenéutico se centraba en las últimas investigaciones
153
SILENCIOS Y CONSENSOS

históricas (que cuestionaban la fecha establecida) y, sobre todo,


en el significado de las palabras que identificaban lo que había
ocurrido.
Una segunda escuela de pensamiento hermenéutico tendía a
ver la Biblia y los escritos de Ellen White como de igual
autoridad, y ambos "verbalmente inspirados". Aunque no era tan
obvio, había indicios de que no todo el mundo estaba de
acuerdo con el punto de vista mayoritario (la inspiración
pensada) y que había al menos algunos que equiparaban la
"inspiración verbal" con la inerrancia. Esta escuela de
pensamiento tendía a apelar más a la tradición adventista, y se
mostraba escéptica sobre si los nuevos puntos de vista que los
"progresistas" defendían eran verdaderamente bíblicos. Se veían
a sí mismos como continuadores de una rica herencia de
interpretación profética que se remontaba a Uriah Smith,
William Miller y otros que habían sentado una sólida base con
su visión de lo "cotidiano". Este grupo parecía adoptar un
enfoque más literalista de las Escrituras, y cualquiera que
cuestionara las fechas proféticas bien establecidas se arriesgaba a
socavar la validez de la escatología adventista. Para apoyar su
causa, apelaban con frecuencia a la ubicación geográfica como
forma de resolver cuestiones problemáticas.
Lo que dividía a los "progresistas" y a los "tradicionalistas"
eran los presupuestos con los que abordaban las Escrituras. En
realidad, los dos grupos coincidían en la mayoría de sus
presupuestos. Ambos grupos creían en la profecía predictiva
genuina, la historicidad de los milagros bíblicos, el nacimiento
154
SILENCIOS Y CONSENSOS

virginal, la resurrección y ascensión corporal de Cristo, su


segunda venida literal, etc. En la polémica contra los
modernistas, ambos grupos sostenían que la Escritura era
"verbalmente inspirada". Los progresistas, sin embargo, aunque
creían en la infalibilidad de la Escritura, cuando se tomaba
como un todo autointerpretado, no sostenían que la Escritura
fuera inerrante en cada detalle cronológico, numérico, histórico
o lingüístico. Esto los hacía menos dogmáticos sobre esos
detalles, y más dispuestos a cuestionar las fechas establecidas en
la interpretación profética adventista. Para los "tradicionalistas",
esta flexibilidad era motivo de grave preocupación. Los
"tradicionalistas" presuponían que la Escritura era inerrante en
cada detalle. Por lo tanto, creían en una lectura muy literal de
las Escrituras, que debían tomarse al pie de la letra y no
cuestionarse. En consecuencia, los "tradicionalistas" defendían
enérgicamente estas fechas. Las discusiones existentes muestran
la hermenéutica de los "progresistas" mucho más que la de los
"tradicionalistas", pero basándose en lo que existe está claro que
los tradicionalistas apelaron a la ubicación geográfica y a la
existencia de otras pruebas históricas que validaban sus
posiciones ya establecidas.
En general, ambos puntos de vista estuvieron representados
en la Conferencia Bíblica de 1919, aunque figuras como
Daniells, Prescott y Lacey ciertamente dominaron los debates.
Parece que había una convicción común de que la teología
adventista no perdería nada con una investigación cuidadosa de
las razones por las que los adventistas mantenían las creencias

155
SILENCIOS Y CONSENSOS

que tenían. Después de todo, los adventistas eran un pueblo del


libro, la Biblia, y una investigación cuidadosa sólo les llevaría a
una comprensión más profunda de la verdad.
Los testimonios de los conferenciantes al final de la
Conferencia Bíblica principal indicaban que, en general, tenían
actitudes cordiales. A pesar de ello, se produjeron desacuerdos.
Personalidades fuertes como Prescott podían ser una fuerza
formidable a la que enfrentarse. Al final, estaba claro que se
había discutido "un gran número de cuestiones difíciles" que
implicaban diferencias de opinión. El número de puntos en
disputa podía parecer a veces bastante abrumador. Más de una
vez, durante la Conferencia, Daniells comentó que le gustaría
poder "enviar al Rey del Norte y a la bestia de dos cuernos
juntos en un globo". Estos temas le hacían "girar la cabeza" hasta
que se cansó de los desacuerdos interpretativos.

156
SILENCIOS Y CONSENSOS

LA CONFERENCIA BÍBLICA DE 1952 DE LA IGLESIA


ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
Rubén D. Barceló
La Conferencia bíblica de 1952 fue un evento internacional de
la Iglesia Adventista del Séptimo Día llevado a cabo en la iglesia
de Sligo, Takoma Park, en los Estados Unidos. Se realizó del 1°
al 13 de septiembre de 1952, en el marco del Concilio de
oficiales de la Asociación General realizado del 24 al 31 de
agosto, las convenciones previas al Concilio otoñal de la
Asociación General del 14 al 17 de septiembre, y el Concilio
propiamente dicho, efectuado del 18 al 27 de septiembre. Esta
Conferencia, la segunda de su clase en llevarse a cabo en la
Iglesia Adventista, convocó a casi 500 representantes de varias
partes del mundo y contó con oradores destacados y una
cantidad importante de exposiciones.
El tema de esta investigación está relacionado con la
Conferencia bíblica de 1952, particularmente con la cuestión de
cuáles fueron las razones para realizarla y cuál fue su influencia
en la historia de la Iglesia Adventista del Séptimo Día. El
propósito del presente trabajo se relaciona con estas cuestiones,
y con la comprensión de su trasfondo histórico, su organización,
los temas tratados y el producto final de la misma.
En el desarrollo de esta investigación habrá algunas
presuposiciones. Se dará por sentado que el lector está
familiarizado con ciertos términos denominacionales
relacionados con el funcionamiento interno de la Iglesia
157
SILENCIOS Y CONSENSOS

Adventista del Séptimo Día, tales como la «Asociación General»,


la «Junta de la Asociación General», el «Concilio otoñal», los
«campos», los «oficiales» de la Iglesia, etcétera. También se
supondrá que el lector tiene cierto conocimiento de la historia
del adventismo y de algunos de sus hitos, como «el gran Chasco»
de 1844, y que conoce acerca de la importancia de la figura de
Ellen G. White en el adventismo del séptimo día.
En cuanto la definición de algunos términos, cuando se haga
referencia a «la Iglesia», o a «la Iglesia Adventista», eso significa la
Iglesia Adventista del Séptimo Día. Cuando se hable de «la
Conferencia» o de «la Conferencia Bíblica», se estará indicando
que se trata de la Conferencia Bíblica que es objeto de este
estudio, es decir, la del año 1952.
La metodología de trabajo que se utilizará en esta investigación
será mayormente histórico-descriptiva. En el capítulo dos se
reunirá y presentará en forma sistemática la información
referida al marco histórico de la Conferencia, incluyendo como
antecedente la primera conferencia bíblica internacional
realizada en 1919, la Segunda Guerra Mundial, finalizada en
1945, algunas tensiones teológicas importantes de ese entonces
en el seno de la Iglesia, y las razones aducidas por el presidente
de la Asociación General para llevarla a cabo. También se
describirá el proceso de organización de la Conferencia,
incluyendo la información sobre la comisión organizadora, los
oradores y los delegados que participaron, provenientes de
distintos lugares del mundo.

158
SILENCIOS Y CONSENSOS

En el capítulo tres se hará básicamente una presentación de los


temas presentados durante la Conferencia, y el producto final de
la misma en el corto y mediano plazo. Esto incluye la
descripción de los materiales elaborados poco tiempo después de
finalizada la Conferencia, y los proyectos académicos resultantes
más a largo plazo. En el capítulo cuatro se hará un resumen de
todo lo presentado y se presentarán algunas conclusiones.
Finalmente, cabe señalar que el presente trabajo se limita a las
dimensiones de una investigación monográfica, por lo cual no se
pretende elaborar un trabajo totalmente exhaustivo, sino una
investigación de carácter más bien básico.

Marco histórico

En este capítulo se hará una descripción del marco histórico en


el que se llevó a cabo la Conferencia de 1952, considerando
como antecedentes la Conferencia bíblica previa de 1919, la
Segunda Guerra Mundial cuya duración fue entre 1939 y 1945,
las tensiones teológicas en torno a la teología de Milian L.
Andreasen, la situación de la Confraternidad de investigación
bíblica (Bible Research Fellowship), que funcionó entre el año
1943 y 1952, y las razones presentadas por la Asociación
General para una nueva Conferencia bíblica. También se hará
una descripción de cómo fue organizada esta Conferencia y se
aportará información en cuanto a la Comisión organizadora, los
oradores y los delegados.

159
SILENCIOS Y CONSENSOS

La Conferencia Bíblica de 1919

La Conferencia de 1952 fue la segunda conferencia bíblica


internacional de la Iglesia, ya que fue precedida por otra que
había sido realizada treinta y tres años antes en el mismo lugar,
Takoma Park, Washington D.C., del 1° hasta el 21 de julio de
1919. En ese momento el presidente de la Asociación General
era el pastor Arthur Daniells, quien dirigió la Conferencia de
1919 y era a su vez el presidente de la Junta directiva de la
Asociación General, la cual tuvo la responsabilidad de
convocarla.
La hermana Ellen G. White, quien desempeñó un rol profético
primordial en el adventismo desde fines de 1844 (poco después
del gran Chasco), hasta su muerte ocurrida el 16 de julio de
1915, había fallecido cuatro años antes. El pastor Daniells
advertía la necesidad de hacer un «llamado urgente para una
conferencia de verano en la que los maestros de historia y de
Biblia de nuestros colegios, editores de nuestros periódicos y un
buen número de ministros puedan unirse para un estudio
ferviente, y con oración, de la Biblia».1 De manera que «el único
gran objetivo» de dicha conferencia era «unirse en un estudio
definido, práctico y espiritual de la Palabra de Dios».2

1
Arthur G. Daniells, «The Bible Conference», Review and Herald 96, no. 34
(1919): 3.
2
Ibíd.
160
SILENCIOS Y CONSENSOS

Los delegados de la Conferencia de 1919 fueron poco más de


cincuenta, y de acuerdo con la información posterior los
resultados fueron muy positivos. «Los profesores de Biblia e
Historia, los editores y los miembros de la Junta directiva de la
Asociación General, que se reunieron desde todas partes de
Norteamérica, se alegraron de encontrarse de acuerdo en todas
las grandes verdades fundamentales de la Biblia».1 El acuerdo
que tomaron los delegados durante la clausura del evento, como
respuesta al mismo, incluye la declaración: «Por lo tanto,
solicitamos seriamente a la Junta de la Asociación General que
organice otra conferencia de este tipo en 1920, a la que asistirán
los delegados que la Junta directiva determine».2 Dicha
propuesta, sin embargo, nunca se concretó.

La Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial, acontecida entre el 1° de


septiembre de 1939 y el 2 de septiembre de 1945, fue un
acontecimiento de gran importancia antes de la Conferencia de
1952. Esta conflagración internacional tuvo un impacto mayor
entre los estudiosos adventistas de las profecías. Así lo describía
uno de los participantes de la Conferencia:
Los sucesos internacionales concentraban la atención de
los adventistas del séptimo día sobre las profecías de los
últimos días, particularmente la identidad del rey del

1
Ibíd., 4.
2
Ibíd.
161
SILENCIOS Y CONSENSOS

norte en Daniel 11 y la batalla del Armagedón en


Apocalipsis 16. En la década previa a Pearl Harbor, los
evangelistas adventistas y las publicaciones, especialmente
la Signs of the Times [Señales de los tiempos], estaban
identificando con seguridad al Armagedón como una
batalla política en Palestina, a Japón y las otras naciones
orientales como los reyes del oriente, y a Turquía como el
rey del norte… La extensión de las hostilidades al Pacífico
llevó a algunos pastores adventistas, por ejemplo a William
R. French del Pacific Union College, a asegurar a sus
congregaciones que el ingreso al conflicto del Reino de
donde sale el sol, aseguraba que la Segunda Guerra
Mundial culminaría en el Armagedón bíblico.1

El presidente de la Asociación General, William H. Branson, se


refería también a las condiciones mundiales desfavorables que
impidieron que aproximadamente la mitad del mundo no
pueda enviar delegados ni informes al Congreso de la
Asociación General. Se sabía que en muchos lugares del mundo
había pastores y miembros de la Iglesia que estaban sufriendo
persecución, y de instituciones de la iglesia habían sido
confiscadas y utilizadas para otros fines. Algunos de los líderes
de la Iglesia habían sufrido el martirio por causa de la verdad, y
otros habían sido expulsados de sus hogares y alejados de sus

1
Raymond F. Cottrell, «The Bible Research Fellowship: A Pioneering
Seventh-day Adventist Organization in Retrospect», Adventist Heritage 5, no. 1
(1978): 42.
162
SILENCIOS Y CONSENSOS

seres queridos, además de sufrir la pérdida de todas sus


posesiones terrenales.1
Es evidente, por lo tanto, que aunque la Segunda Guerra
Mundial había finalizado, el panorama internacional seguía
siendo sombrío, y la profunda impresión producida por los
acontecimientos mundiales, junto con las interpretaciones
escatológicas de ese momento en la Iglesia, demandaban un
estudio profundo de las profecías del tiempo del fin.

Tensiones teológicas dentro de la Iglesia

En la década de 1940 se fueron generando algunas tensiones


teológicas en el seno de la Iglesia, a las cuales es necesario
considerar como parte del marco histórico y como uno de los
factores determinantes para la realización de la Conferencia
bíblica de 1952. La primera cuestión estaba relacionada con la
visión contrapuesta de dos grandes teólogos de la Iglesia, la cual
estaba alcanzando un grado de tensión demasiado elevado. La
otra tenía que ver con el funcionamiento de una
Confraternidad que llegó a reunir una gran cantidad de
profesores de Teología de instituciones educativas adventistas,
cuyas actividades se estaban llevando a cabo por fuera de la
organización y la estructura oficial de la Iglesia.

1
William H. Branson, «Extracts from the President's Address», Messenger 8,
no. 6 (1954): 3.
163
SILENCIOS Y CONSENSOS

Dos teólogos influyentes

LeRoy Edwin Froom y Milian Lauritz Andreasen eran «hombres


de mentalidad fuerte que habían estado al frente de aquellos
que habían sido teológicamente influyentes en los círculos
adventistas en la década de 1940».1 Ambos representaban
modelos de interpretación teológica «sólidamente adventistas en
su comprensión básica de la profecía y las doctrinas distintivas
adventistas, pero con diferentes énfasis».2
Andreasen había enseñado en el Seminario Teológico
Adventista y había servido como decano académico en varias
universidades adventistas. Él sostenía la «teología de la última
generación», que era básicamente perfeccionista. En 1950
Andreasen tenía setenta y cuatro años, y durante las sesiones del
Congreso de la Asociación General descubrió que había sido
colocado en la lista de «jubilados» sin su conocimiento, a pesar
de que otros ministros mayores habían sido retenidos como
trabajadores activos.3 Cuando se llevó a cabo la Conferencia
bíblica de 1952, la lista de oradores incluía a Froom pero no a

1
George R. Knight, «Questions on Doctrine: Symbol of Adventist
Theological Tension», disponible en
http://qod.andrews.edu/docs/01_george_knight.pdf (consultado el 18 de
febrero de 2019), 5.
2
Ibíd., 6.
3
Virginia Steinweg, Without Fear or Favor: The Life of M. L. Andreasen
(Washington, D.C.: Review and Herald, 1979), 161-163. Citado por Knight,
«Questions on Doctrine», 6.
164
SILENCIOS Y CONSENSOS

Andreasen.1 Aunque Andreasen no estuvo presente en la


Conferencia bíblica, sus opiniones fueron representadas por
otros.2

La Confraternidad de Investigación de la Biblia3

Durante años, los profesores de Biblia de las universidades


adventistas de los Estados Unidos se reunían después de las
sesiones cuadrienales de la Asociación General para asesorarse
en cuanto a asuntos de interés y preocupación mutua, bajo el
auspicio de la Asociación General. Los puntos de agenda tenían
que ver con los principios, la metodología y los procedimientos
de la educación religiosa, junto con diversos aspectos de la
hermenéutica y la teología bíblica. En el cierre del Concilio de
profesores de Biblia posterior al Congreso de la Asociación
General llevado a cabo en Takoma Park en el año 1940, se
acordó formar una Confraternidad de profesores de Biblia
universitarios (College Bible Teachers’ Fellowship), para lo cual
se cobraría una cuota anual de dos dólares a cada miembro, a fin
de enviarles un informe mensual del secretario como modo de
intercambio.
Se solicitó al Seminario local que haga las veces de tesorería de
la confraternidad, ya que parecía lo normal distinguir al
1
Knight, «Questions on Doctrine», 6.
2
Michael W. Campbell, «Adventist Theology Comes of Age: The 1952 Bible
Conference», Adventist Review, 23 de junio de 2011, 24.
3
La información que se presenta bajo este subtítulo fue tomada y adaptada
de Cottrell, «The Bible Research Fellowship», 39-52.
165
SILENCIOS Y CONSENSOS

Seminario de Teología como centro de dicha organización. Sin


embargo, el Seminario no hizo nada durante tres años y en 1943
los profesores de Biblia de la Universidad de la Unión del
Pacífico (Pacific Union College), tomaron la iniciativa de
conformar lo que denominaron Confraternidad de
investigación de la Biblia (Bible Research Fellowship), la cual
comenzó a reunirse una vez al mes para dialogar acerca de uno o
más documentos preparados por los miembros del grupo.
El Dr. L. L. Caviness, profesor de lenguas bíblicas, era el
paterfamilias del grupo, y el el secretario era el Dr. Raymond
Cottrell. Al oír acerca de la Confraternidad de investigación de
la Biblia, las otras facultades de religión de las universidades
fueron solicitando, una a una, poder participar y llevar a cabo
sus propios encuentros mensuales. Finalmente otros líderes de la
Iglesia se unieron a la confraternidad, incluyendo diecisiete
miembros del personal de la Asociación General, y el número de
miembros de todo el mundo llegó a 256, incluyendo a pastores,
evangelistas, editores y administradores que solicitaron ser
admitidos.
Como organización no oficial, la Confraternidad de
investigación de la Biblia funcionó con una estructura mínima.
No había oficiales elegidos. Entre sus miembros se encontraban
Wilfred J. Airey, Albert W. Anderson, Henry F. Brown, Leon L.
Caviness, Raymond F. Cottrell, LeRoy E. Froom, Edward
Heppenstall, George D. Keough, Stewart Kime, A. F. J. Kranz,
Herbert C. Lacey, Roland E. Loasby, Charles S. Longacre,
Meade MacGuire, Andrew Nelson, Walter A. Nelson, Albert V.
166
SILENCIOS Y CONSENSOS

Olson, H. O. Olson, George McCready Price, Paul E. Quimby,


William A. Spicer, Edwin R. Thiele, Jean Vuilleumier, Guy F.
Wolfkill, Alonzo J. Wearner y C. L. Woods.
Al parecer la Confraternidad de investigación de la Biblia no
resultó ser un problema para la Iglesia sino todo lo contrario,
pero un incidente generó un malentendido que la involucró
negativamente. Louis F. Were, de Australia, difería en su
interpretación del rey del norte de Daniel 11 y el Armagedón de
Apocalipsis 16, respecto de la interpretación de los líderes de la
Iglesia en Australia, quienes sostenían el punto de vista de Uriah
Smith, en el sentido de que el Armagedón sería un conflicto
bélico terrenal entre Oriente y Occidente.
Were asistió al Congreso de la Asociación General realizado de
San Francisco en 1950, y descubrió que el punto de vista de los
profesores de Biblia de la Confraternidad de investigación de la
Biblia coincidía con el suyo. De modo que regresó a Australia
con el informe de que los mejores cerebros teológicos entre los
adventistas de Norteamérica brindaban pleno apoyo a lo que él
había estado enseñando durante años en Australia contra la
oposición de los hermanos líderes. Eso produjo una gran
tempestad que llegó hasta la Asociación General y determinó
que el presidente de la Asociación General, William H.
Branson, intervenga en el asunto emitiendo una carta de
advertencia a los administradores de la Iglesia contra la
Confraternidad de investigación de la Biblia.

167
SILENCIOS Y CONSENSOS

La Confraternidad de investigación de la Biblia finalizó


voluntariamente sus actividades en el apogeo de su éxito en
diciembre de 1952, y transfirió su función a la Asociación
General. De una membresía inicial de treinta y cinco personas
entre 1940-1944, había aumentado a más de 250 en 1952. En su
lugar se estableció la Comisión de estudio bíblico e investigación
de la Asociación General. En la Conferencia bíblica de 1952 se
pidió a Walter E. Read que dirija la Oficina de investigación
bíblica recién creada en la Asociación General, y establezca una
Comisión permanente para el estudio y la investigación bíblica.

Las razones dadas por la Asociación General

Las razones por las que oficialmente era necesario llevar a cabo
una Conferencia bíblica internacional en la Iglesia Adventista
pueden observarse en las actas de la Junta directiva de la
Asociación General del mes de octubre de 1951, donde se
registra:
Las recomendaciones de los oficiales de la Asociación
General se presentaron y adoptaron de la siguiente
manera: UNA CONFERENCIA BÍBLICA EN 1952:

POR CUANTO, hemos llegado al momento en que,


como nunca antes, se necesita una comprensión profunda
de aquellas verdades bíblicas que nos han convertido en
un pueblo diferente; y

CONSIDERANDO QUE, hemos sentido durante


168
SILENCIOS Y CONSENSOS

muchos años la necesidad de una Conferencia bíblica


representativa en la que se puedan estudiar las doctrinas
fundamentales de los Adventistas del Séptimo Día; por lo
tanto…1

Como se ve, las dos razones anunciadas son: (1) la necesidad de


comprender de manera profunda las verdades distintivas del
adventismo, y (2) estudiar sus verdades fundamentales. En el
mes de julio de 1952 apareció un artículo en la revista Ministry
en el que el presidente de la Asociación General, William H.
Branson, daba tres razones para la realización de la Conferencia
bíblica que se realizaría en el mes de septiembre.
La primera razón, es que «han pasado ya treinta y cuatro años
desde que se celebró esa conferencia [la Conferencia bíblica de
1919]. En ese período de tiempo, toda una nueva generación
entró en la escena de acción, nuevos líderes en puestos
administrativos y nuevos profesores de Biblia en nuestros
colegios, así como nuevos trabajadores en todo el mundo».2 Este
argumento deja ver la preocupación por el cambio generacional
ocurrido en la Iglesia desde la realización de la conferencia
bíblica anterior.
La segunda razón presentada por Branson es que
el mundo se mueve, ¡y con qué rapidez! Eso se aplica por

1
General Conference of Seventh Day Adventists, Committee Minutes
(October, 1951), 544.
2
William H. Branson, «The Bible Conference», The Ministry, no. 7 (1952): 4.
169
SILENCIOS Y CONSENSOS

igual al mundo político, social, económico y religioso.


Ciertamente, un pueblo que cree que su mensaje para los
hombres tendrá su significado máximo en la última hora
de la tierra, debería reexaminar sus presentaciones
doctrinales de vez en cuando para asegurarse de que están
exponiendo la verdad de una manera que explique con
más detalle el significado de los tiempos y desafíe con
mayor efectividad la atención y la respuesta de las
multitudes.1

En relación con los cambios vertiginosos del mundo a los cuales


hace referencia Branson, debe tenerse en cuenta que uno de los
acontecimientos más impresionantes ocurridos desde la
Conferencia bíblica de 1919 fue la Segunda Guerra Mundial, en
la cual participaron también los Estados Unidos como nación.
Dentro de la segunda razón que presenta Branson, hace alusión
también a «conferencias teológicas donde cada hombre hace, o
establece, lo que es correcto a sus propios ojos, y donde el
símbolo distintivo de la reunión es un signo de interrogación.
Tales conferencias se llevan a cabo en abundancia y explican la
debilidad del protestantismo».2 Esto probablemente señala a la
Confraternidad de investigación de la Biblia, la cual había
iniciado sus actividades en 1943 y aún estaba en funcionamiento
en 1952.

1
Ibíd., 4–5.
2
Branson, «The Bible Conference», 5.
170
SILENCIOS Y CONSENSOS

La tercera razón señalada por Branson es que «podemos afirmar


de una vez y al mismo tiempo, que caminamos en la luz y
tenemos así un mensaje celestial para los hombres, mientras
admitimos que hay verdades de Dios que hasta el momento
apenas pueden ser discernidas».1 Inmediatamente agrega que «el
problema a veces ha sido que un hermano ha confundido las
chispas de su propia llama con una nueva luz. Pero en lugar de
iluminarnos para obtener más vistas de la verdad, las chispas
solo cegaron o desconcertaron a quienes se enfocaron en ellas».2
El tema de la «nueva luz», o las nuevas interpretaciones de la
Biblia, indudablemente constituía una preocupación que era
necesario enfrentar.

Organización de la Conferencia

El acuerdo para llevar a cabo la Conferencia se tomó casi un año


antes de su realización, en octubre de 1951. El evento estaría
unido al Concilio otoñal de la Asociación General a celebrarse
en 1952 en Takoma Park, Washington D.C. Las fechas para el
Concilio otoñal y otras reuniones se acordaron de la siguiente
manera: (1) el Concilio de oficiales de la Asociación General se
realizaría del 24 al 31 de agosto; (2) la Conferencia bíblica desde
el 1° al 13 de septiembre, (3) las convenciones previas al
Concilio, desde el 14 al 17 de septiembre, y (4) el Concilio
otoñal, desde el 18 al 27 de septiembre.3 Se esperaba que la

1
Ibíd.
2
Ibíd.
3
General Conference, Committee Minutes (October, 1951), 547.
171
SILENCIOS Y CONSENSOS

Conferencia bíblica fuese «uno de los encuentros más


importantes de nuestra historia».1

Comisión planificadora

Aproximadamente tres meses después de tomar el acuerdo para


realizar la Conferencia, en enero de 1952 la Junta de la
Asociación General votó los nombres de quienes integrarían la
Comisión planificadora y de quienes oficiarían el evento. La
comisión planificadora estaría integrada por veintitrés personas:
H. Branson, L. K. Dickson, E. D. Dick, A. V. Olson, H. L.
Rudy, R. R. Figuhr, W. B. Ochs, R. A. Anderson, C. L. Torrey,
D. E. Rebok, L. E. Froom, J. A. Spicer, Glenn Calkins, V. E.
Hendershot, E. E. Cossentine, L. L. Moffitt, W. E. Read, F. D.
Nichol, J. E. Weaver, T. H. Jemison, H. L. Rice, H. V.
Campbell, y F. H. Yost.2 Los oficiales de la Conferencia bíblica
serían siete personas: W. H. Branson el presidente, y L. K.
Dickson y A. V. Olson los presidentes asociados. El secretario
sería D. E. Rebok, y los secretarios asociados L. E. Froom, R. A.
Anderson y F. H. Yost.3

1
Branson, «The Bible Conference», 5.
2
General Conference, Committee Minutes (January, 1952), 668.
3
Ibíd., 669.
172
SILENCIOS Y CONSENSOS

Oradores

De acuerdo con el informe de la Conferencia publicado en dos


volúmenes,1 los oradores fueron veinticinco: William H.
Branson (presidente de la Asociación General); Siegfried H.
Horn (arqueólogo adventista); Melvin K. Eckenroth (pastor,
evangelista, administrador y profesor).; Denton E. Rebok
(educador y administrador); W. G. C. Murdoch (decano de la
Facultad de Teología de la Universidad Adventista de Andrews);
Taylor G. Bunch (pastor y evangelista); Edward E. Heppenstall
(erudito de la Biblia y teólogo); W. L. Emmerson (escritor);
Francis D. Nichol (escritor, editor y director del patrimonio
Ellen G. White); Frank H. Yost (escritor); Everett D. Dick
(profesor de Historia); H. L. Rudy (vicepresidente de la
Asociación General); LeRoy E. Froom (pastor, escritor, editor e
historiador); Arthur S. Maxwell (escritor, editor y
administrador); Walter E. Read (administrador); Theodore R.
Flaiz (médico misionero); J. Wayne McFarland (médico);
Thomas H. Jemison (pastor, escritor, educador); Walter R.
Beach (pastor y administrador); R. A. Anderson (evangelista y
editor); Albert V. Olson (pastor y administrador); L. K. Dickson;
Reuben R. Figuhr (pastor y administrador); James L. McElhany
(pastor y administrador), y Dwight A. Delafield (pastor y
escritor).

1
Seventh-Day Adventist Bible Conference. Takoma 1952, Our Firm
Foundation: A Report of the Seventh-day Adventist Bible Conference Held September
1-13, 1952, in the Sligo Seventh-day Adventist Church Takoma Park, Maryland, 2
vols. (Washington, D.C.: Review and Herald, 1953), 1:7 y 2:7-8.
173
SILENCIOS Y CONSENSOS

Delegados

Durante el Concilio otoñal de la Asociación General en 1951 se


votó la distribución de los representantes de todas las partes del
mundo que estarían presentes en la Conferencia bíblica. Los
nombres de los delegados serían designados por las Juntas de
cada División y Unión. Hubo líderes de la Iglesia de cada
División de ultramar, excepto una, y de todas las Uniones e
instituciones principales de la División Norteamericana.1
El acuerdo incluía a los miembros de la Junta de la Asociación
General que estarían presentes en el Concilio bienal de 1952.
De Norteamérica: dos profesores de Biblia de cada colegio
superior, un profesor de Biblia de cada colegio universitario,
tantos evangelistas como Asociaciones haya en cada Unión, los
editores de los principales periódicos adventistas, los editores de
las principales casas editoras, y representantes del Seminario de
Teología. De las Divisiones extranjeras, un mínimo de tres
además del presidente del campo.2 La lista de delegados
publicada en el informe de la Conferencia totalizó unas 498
personas.3

1
Seventh-Day Adventist Bible Conference, Our Firm Foundation, 1:36.
2
General Conference, Committee Minutes (October, 1951), 545-546.
3
Bible Conference, Our Firm Foundation, 1:36-41.
174
SILENCIOS Y CONSENSOS

Conclusión parcial

La Conferencia bíblica de 1952 se llevó a cabo en el contexto


histórico del antecedente de la primera conferencia bíblica
realizada en 1919, las repercusiones de la Segunda Guerra
Mundial finalizada en 1945, y las tensiones teológicas internas
de la Iglesia que demandaban la realización de un evento de esta
naturaleza.
La Conferencia internacional de 1919 había reunido a
profesores de Biblia e Historia, editores y miembros de la Junta
directiva de la Asociación General, para estudiar la Biblia y orar.
Fue la primera de este tipo y sentó las bases para otra
conferencia de características similares, la cual fue solicitada para
1920, pero nunca se llevó a cabo.
La Segunda Guerra Mundial había producido un impacto
importante en relación con el estudio de la escatología bíblica en
ese entonces. Las interpretaciones literalistas del rey del norte y
el rey del sur de Daniel 11, y de los reyes del oriente y el
Armagedón en Apocalipsis 16, demandaban un estudio más
cuidadoso y profundo de las profecías.
Por otra parte, las tensiones teológicas producidas sobre todo
por el enfoque teológico de Milian L. Andreasen, más la
preocupación por el crecimiento y consolidación de la
Confraternidad de investigación de la Biblia como organización
no incorporada a la estructura de la Iglesia, fueron factores
importantes vinculados a la realización de la Conferencia.

175
SILENCIOS Y CONSENSOS

El presidente de la Asociación General en ese momento,


William H. Branson, se refería a la necesidad de estudiar y
profundizar las doctrinas fundamentales del adventismo, al
recambio generacional, a los desafíos evangelísticos de la Iglesia,
y a la cuestión de las nuevas interpretaciones o «nueva luz»,
como razones para la Conferencia.
Todo esto derivó en la toma de un acuerdo por parte de la Junta
directiva de la Asociación General para realizar la Conferencia.
Primero se nombró una comisión de planificación. La
Conferencia contó con las exposiciones de unos veinticinco
oradores destacados de la Iglesia y la participación de casi 500
delegados que representaron a los profesores de Biblia, editores,
pastores y evangelistas de casi todas partes del mundo. En el
siguiente capítulo se hará referencia a la temática de la
Conferencia bíblica.

Temática de la conferencia bíblica

Tras considerar el marco histórico y los factores que impulsaron


la realización de la Conferencia bíblica de 1952, y tras presentar
asimismo el proceso de su organización, en este capítulo se hará
una introducción a los temas que fueron presentados durante la
Conferencia, y se hará mención del producto de la misma en lo
que se refiere a los materiales impresos y proyectos académicos
posteriores derivados de la Conferencia.

176
SILENCIOS Y CONSENSOS

Temas presentados

La primera referencia a los temas a tratar durante la Conferencia


se encuentra en el mismo acuerdo de la Junta directiva de la
Asociación General en el que se definió la realización de la
misma. Luego de definir «que se celebre una Conferencia
Bíblica de siete a diez días justo antes del Concilio Bienal de
1952 de la Junta de la Asociación General», el acuerdo
estableció que «el énfasis de la Conferencia Bíblica esté dado
sobre los fundamentos del evangelio eterno, tal como se
proclama en el contexto de las doctrinas sobresalientes del
mensaje del Advenimiento».1
Luego el acuerdo menciona de manera más específica catorce
temas que serían motivo de estudio durante la Conferencia.
Éstos son: (1) El tema central de nuestro mensaje. (2) La
justificación por la fe. (3) La inminencia de la segunda venida.
(4) El santuario celestial y su purificación. (5) Predicando el
sábado más plenamente. (6) La lluvia tardía. ¿Qué significa para
terminar la obra? (7) Los pactos. (8) El lugar del Espíritu de
profecía en la obra. (9) Qué es el mensaje de la reforma de salud.
La relación del mensaje de la reforma de salud con el evangelio.
(10) ¿Cómo alcanzaremos las grandes ciudades? (11) El
evangelismo público y personal. (12) Nuestra actitud frente a
cuestiones discutibles. (13) El lugar del énfasis en nuestra

1
General Conference, Committee Minutes (October, 1951), 545.

177
SILENCIOS Y CONSENSOS

predicación. (14) El lugar de las profecías en nuestra


predicación.1
Esta fue la temática preliminar. La Conferencia se llevó a cabo
casi un año después, y los temas que efectivamente se trataron se
encuentran transcriptos en los dos volúmenes ya referidos,
publicados publicados bajo el título: «Nuestro firme
fundamento».2
El primer volumen contiene la transcripción de diez temas,
titulados: (1) Descubrimientos recientes confirman la Biblia. (2)
Cristo, el centro de toda predicación verdadera. (3) El Espíritu
de profecía en la Iglesia remanente. (4) El evangelio en tipos y
antitipos. (5) La expiación y la cruz. (6) Los pactos y la ley. (7)
Vida sólo a través de Cristo. (8) El triple mensaje, cada vez más
oportuno. (9) El anticristo en la Historia y en la profecía. (10) El
alcance inmensurable del mensaje del tercer ángel y la
finalización de la obra.
El segundo tomo contiene la transcripción de quince temas,
titulados: (1) La obra mediadora de Jesucristo. (2) El mensaje
adventista edificado sobre los fundamentos de muchas
generaciones. (3) La inminencia de la segunda venida de Cristo.
(4) El gran conflicto. (5) La salud y el mensaje del evangelio. (6)
Los acompañantes del Cordero. (7) La comisión evangélica y la
Iglesia remanente. (8) El evangelismo mundial, nuestra tarea

1
General Conference, Committee Minutes (October, 1951), 545.
2
Seventh-Day Adventist Bible Conference, Our Firm Foundation, 2 vols.
(Washington, D.C.: Review and Herald, 1953).
178
SILENCIOS Y CONSENSOS

básica. (9) El lugar de la profecía en nuestra predicación. (10) El


Señor, nuestra justicia. (11) El Espíritu Santo y la lluvia tardía.
(12) Respuestas a algunas preguntas. (13) El testimonio del
servicio en los últimos días y observaciones finales. (14) El
fundamento permanece firme. (15) Una mirada retrospectiva de
la Conferencia bíblica.
Una mirada a los temas planteados originalmente en la Junta
directiva de la Asociación General, y a los temas que fueron
efectivamente presentados durante la Conferencia, permite
observar que si bien la temática cubrió un amplio espectro del
mensaje adventista, hubo algunos énfasis bien marcados, los
cuales tuvieron que ver con la justificación por la fe, 1 la
escatología bíblica y el evangelismo.
Algunas presentaciones de la Conferencia significaron un
cambio importante en el enfoque teológico del adventismo. La
conferencia tuvo un impacto significativo en dos áreas
específicas.2 Una de ellas, que mayor impacto y efecto posterior
produjo, fue la presentación de Edward Heppenstall, titulada:
«los pactos y la ley».3 La otra presentación más impactante fue la

1
De acuerdo con Froom, el tema subyacente de la Conferencia enfatizado
por el presidente de la Asociación General, William H. Branson, fue «la
justificación», y la justificación como «el hilo de la verdad» [LeRoy Edwin
Froom, Movement of Destiny (Washington, D.C.: Review and Herald, 1971),
606-607].
2
Campbell, «Adventist Theology Comes of Age», 24.
3
Bible Conference, Our Firm Foundation, 1:435-492. Heppenstall tuvo una
serie de presentaciones sobre la relación de la ley y el evangelio. Desde la
179
SILENCIOS Y CONSENSOS

de Walter E. Read, titulada: «el gran conflicto», la cual significó


un cambio notable de paradigma en la interpretación adventista
de la escatología bíblica.1 La presentación de Siegfried H. Horn,
titulada: «descubrimientos recientes confirman la Biblia»,
contribuyó también enormemente en mostrar evidencias
arqueológicas de la inspiración de la Biblia.2

Producto de la Conferencia

El material que quedó disponible como producto de la


Conferencia de 1952 incluye las transcripciones de las
exposiciones de los oradores, y las grabaciones de las mismas en
audio. También pueden considerarse como subproductos de la
Conferencia un par de proyectos académicos de envergadura

muerte de Elena de White, el péndulo teológico adventista se había inclinado


hacia una visión dispensacionalista de los pactos (el antiguo pacto pertenecía
al Antiguo Testamento). Heppenstall argumentó que tanto el antiguo como
el nuevo pacto formaban parte de un pacto eterno (Campbell, «Adventist
Theology Comes of Age», 24). Heppenstall, además, presentó en forma
equilibrada la relación entre la ley y la gracia y destacó la importancia de la
obediencia espiritual (no legalista), lo cual resultó muy oportuno para el
adventismo.
1
Ibíd., 2:236-335. Las presentaciones de Read sobre el gran conflicto
marcaron un cambio en la interpretación de la batalla de Armagedón. En
lugar de una batalla literal entre naciones, Read argumentó que esta no era
una batalla física entre naciones terrenales, sino una batalla espiritual entre
las fuerzas del bien y del mal. Esta sigue siendo la postura normativa a la que
la denominación ha seguido adhiriendo (Campbell, «Adventist Theology
Comes of Age», 24).
2
Ibíd., 1:59-116.
180
SILENCIOS Y CONSENSOS

desarrollados posteriormente por la Iglesia, y la creación de la


Comisión de investigación bíblica, precursora del actual
Instituto de investigación bíblica de la Asociación General.

Transcripciones de la Conferencia

En 1953 se publicó el informe de la Conferencia bíblica en dos


volúmenes, bajo el título: «Nuestro firme fundamento», al cual
ya se ha hecho referencia en este trabajo.1 El presidente de la
Asociación General, William H. Branson, señalaba que este
informe «se puso a disposición de toda nuestra gente».2 El
primer volumen, de 736 páginas, contiene una presentación de
la Conferencia bíblica, su perspectiva, la lista de los delegados,
los objetivos de la misma y diez de las exposiciones presentadas
por los oradores. El segundo volumen contiene la presentación
de las quince exposiciones restantes, desarrolladas en 767
páginas.

Audios de la Conferencia

Los encuentros de la Conferencia fueron grabados


oportunamente, y los sesenta y ocho audios digitalizados de
dichos encuentros, junto con la guía escrita de cada uno de
ellos, se encuentran disponibles para todo el mundo en el sitio

1
Seventh-Day Adventist Bible Conference, Our Firm Foundation, 2 vols.
(Washington, D.C.: Review and Herald, 1953).
2
Branson, «Extracts from the President's Address», 3.
181
SILENCIOS Y CONSENSOS

web de la Oficina de archivos, estadísticas e investigación de la


Iglesia Adventista del Séptimo Día.1

Dos proyectos académicos importantes

Las exposiciones de la Conferencia Bíblica de 1952 prepararon


el camino para nuevos proyectos académicos, como el
Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día y el libro
Problemas en la traducción de la Biblia.2 El Comentario Bíblico
publicado en siete volúmenes desde 1953 a 1957, ha resultado
ser el emprendimiento académico más grande de la historia de la
Iglesia Adventista del Séptimo Día. El libro Problemas en la
traducción de la Biblia, publicado en 1954,3 se encuentra
disponible en formato digitalizado en Internet.4

Creación de la Comisión de Investigación Bíblica

Durante el Concilio otoñal celebrado desde el 18 hasta el 27 de


septiembre de 1952, la Asociación General creó la Comisión

1
Disponible en
http://documents.adventistarchives.org/Audio/Forms/AllFolders.aspx
(consultado el 18 de febrero de 2019).
2
Campbell, «Adventist Theology Comes of Age», 24.
3
General Conference of Seventh Day Adventists. Committee on Problems in
Bible Translation, Problems in Bible Translations (Washington, D.C.: Review
and Herald, 1954).
4
Disponible en
https://www.adventistbiblicalresearch.org/sites/default/files/pdf/Problems
%20in%20Bible%20Translations.pdf (consultado el 18 de febrero de 2019).
182
SILENCIOS Y CONSENSOS

para el estudio y la investigación bíblica (Committee for Biblical


Study and Research), la cual sería presidida por Walter E. Read
hasta el año 1956, y seguiría evolucionando hasta convertirse en
el actual Instituto de Investigación Bíblica (Biblical Research
Institute),1 que todavía funciona en la Asociación General,
donde los académicos adventistas continúan investigando
cuestiones bíblicas e históricas. Esta nueva comisión daría
sanción oficial a la obra que estaban llevando a cabo estos
eruditos.2
Como se ha señalado en relación con la anterior Confraternidad
de investigación de la Biblia (The Bible Reasearch Fellowship),
ésta finalizó voluntariamente sus actividades en diciembre de
1952 y transfirió su función a la Asociación General.3

Conclusión parcial

La temática de la Conferencia Bíblica de 1952 estuvo


relacionada con un amplio abanico de creencias importantes del
mensaje adventista. Entre ellas se cuentan la justificación por la
fe, la relación entre la ley y la gracia, la arqueología y la Biblia, la
predicación cristocéntrica, el Espíritu de profecía en la Iglesia
remanente, los tipos y antitipos del evangelio, la expiación y la
cruz, los pactos y la ley, el mensaje de los tres ángeles, el gran

1
Su sitio web es https://adventistbiblicalresearch.org/
2
Campbell, «Adventist Theology Comes of Age», 24.
3
Véase la página 8 del presente trabajo.

183
SILENCIOS Y CONSENSOS

conflicto, la escatología, la segunda venida de Cristo, la


purificación del santuario celestial, el sábado, la lluvia tardía, los
dos pactos, la reforma pro-salud, la evangelización, y la actitud
frente a la «nueva luz», entre otros.
El producto y subproducto de la Conferencia incluye el informe
transcripto de las exposiciones de los oradores y las grabaciones
de las mismas en audio. Comprende asimismo los dos proyectos
académicos posteriores que fueron el Comentario Bíblico
Adventista y el libro Problemas en la traducción de la Biblia. Es
destacable también la creación de la Comisión de investigación
bíblica, la cual eventualmente llegó a convertirse en el actual
Instituto de investigación bíblica de la Asociación General.
Las expresiones de quienes tuvieron parte en esta conferencia
son significativas en cuanto a los temas tratados. «El propósito
de esta conferencia nunca fue debatir cuestiones controversiales
menores, o dedicar tiempo a cosas intrascendentes y
especulativas que tienen poco o nada que ver con la salvación y
que a menudo se vuelven divisivas en sus efectos».1 «Esta
conferencia abordó las grandes doctrinas fundamentales de la
religión cristiana, con un énfasis especial en aquellos artículos
de fe que nos han convertido en un pueblo separado y
peculiar».2 «Las buenas doctrinas antiguas del mensaje se están
revisando cuidadosamente y en forma muy completa, y cada

1
LeRoy E. Froom, «Our Earliest and Latest Bible Conferences», The Ministry
25, no. 10 (1952): 4.
2
Branson, «Extracts from the President's Address», 3.
184
SILENCIOS Y CONSENSOS

tema tal como se presenta suena verdadero».1 «Todavía tenemos


las mismas doctrinas, fundamentales y esenciales para la
salvación, que hicieron esta denominación. Se nos alienta a
“escudriñar las Escrituras”, a profundizar en la Palabra de Dios,
pero no a absorbernos en enseñar y promulgar ideas y teorías
que no son claramente comprendidas y enseñadas por la
denominación».2
«Estamos aquí para reexaminar y revisar las grandes verdades de
nuestro mensaje con la esperanza de que podamos obtener una
comprensión más clara de sus enseñanzas, una convicción más
profunda de su corrección, una mayor apreciación de su belleza
y un sentido más completo de su singularidad e importancia».3

Resumen

La Conferencia bíblica de 1952 se llevó a cabo en el marco de


determinadas circunstancias que hicieron necesaria su
realización. Habían transcurrido treinta y tres años desde la
primera Conferencia bíblica internacional de 1919. La Segunda
Guerra Mundial había finalizado siete años antes, y la idea de un
Armagedón como conflicto bélico entre Oriente y Occidente era

1
F. A. Mote, «Bible Conference Impressions from Australasian Division
Delegates», Australasian Record 56, no. 41 (1952): 3.
2
Ibíd.
3
E. D. Dick, «The Unmeasured Outreach of the Threefold Message»,
Australasian Record 56, no. 42 (1952): 1.
185
SILENCIOS Y CONSENSOS

popular en el adventismo de entonces. Las tensiones teológicas


relacionadas con la teología perfeccionista de Milian L.
Andreasen por un lado, y por el otro en relación con las
actividades no oficiales de la Confraternidad de investigación de
la Biblia, eran importantes. La Iglesia asistía a un cambio
generacional, la cuestión de la «nueva luz» o nuevas
interpretaciones requería una solución, y había una necesidad
definida de orientar la teología adventista hacia el evangelismo.
La Junta directiva de la Asociación General acordó la realización
de la Conferencia bíblica en octubre de 1951, a fin de efectuarla
junto con el Concilio otoñal de 1952. Veintitrés personas
integraron la comisión planificadora de la Conferencia.
Veinticinco expositores presentaron los temas durante la misma.
Casi 500 delegados de casi todas partes del mundo, entre los
que se contaban administradores, profesores de Biblia,
evangelistas y editores de periódicos adventistas, participaron del
evento.
Los temas presentados fueron los fundamentales del
adventismo. La justificación por la fe, la relación entre la ley y la
gracia, los descubrimientos arqueológicos que confirman la
inspiración de la Biblia, la predicación cristocéntrica, el Espíritu
de profecía en el pueblo remanente, los tipos y antitipos del
evangelio, la expiación y la cruz, los pactos y la ley, el mensaje de
los tres ángeles, el gran conflicto, la escatología bíblica y la
segunda venida de Cristo, la purificación del santuario celestia,
el sábado, la lluvia tardía, los dos pactos, la reforma pro salud, la
evangelización, y la actitud frente a la «nueva luz», entre otros. El
186
SILENCIOS Y CONSENSOS

énfasis estuvo puesto sobre la justificación por la fe, la


escatología bíblica y el evangelismo.
El producto de la Conferencia incluye el informe de las
exposiciones presentadas en dos volúmenes titulados: «Nuestro
firme fundamento», que suman más de 1.500 páginas. Las
grabaciones de todos los devocionales y exposiciones de la
conferencia están disponibles en sesenta y ocho audios
digitalizados que se pueden escuchar y descargar desde Internet,
junto con la guía escrita de los mismos. El subproducto de la
Conferencia, además, comprende el mayor emprendimiento
erudito de la historia de la Iglesia Adventista, que es el
Comentario Bíblico Adventista del Séptimo Día, y la
publicación del libro especializado: «Problemas en la traducción
de la Biblia», el cual también se encuentra disponible en
Internet. Otro derivado importantísimo de la Conferencia
Bíblica de 1952 fue la Comisión de investigación bíblica, de la
cual deriva el actual Instituto de investigación bíblica de la
Asociación General.

Conclusión General

El propósito de la Conferencia bíblica de 1952 fue «el estudio de


las doctrinas fundamentales de las Escrituras, tal como las
enseñan los adventistas del séptimo día, a la luz de cualquier

187
SILENCIOS Y CONSENSOS

verdad adicional descubierta por la investigación moderna».1 La


magnitud del acontecimiento fue de las mayores en la historia
del adventismo hasta ese entonces, ya que constituyó «un
período de estudio sin paralelo en la historia del movimiento
adventista».2 El espíritu que reinó durante el desarrollo de la
Conferencia, según el testimonio de los delegados, fue
extraordinario. «Aquellos de nosotros que tenemos el privilegio
de asistir a esta Conferencia Bíblica estamos muy impresionados
con el espíritu de unanimidad que prevalece».3 No se
escucharon notas discordantes, y los que asistieron vieron un
cumplimiento literal del deseo expresado a menudo por Jesús de
que su pueblo sea «uno».4
El resultado de la Conferencia fue «el destaque del papel
influyente que los teólogos adventistas y los historiadores de la
iglesia desempeñan dentro de la denominación. Al producir
recursos teológicamente sólidos, demostró cómo un estudio
cuidadoso puede fortalecer la confianza en el mensaje del
advenimiento».5 El resultado, además, fue el reavivamiento
espiritual. «La Junta de la Asociación General no anticipó que la

1
A. G. Stewart, «A Bible Conference», Australasian Record 56, no. 28 (1952):
8. Véase además A. G. Stewart, «Why a Bible Conference?», Australasian
Record 56, no. 38 (1952): 2.
2
W. L. Emmerson, «The World Bible Conference», British Advent Messenger
57, no. 21 (1952): 1.
3
Mote, «Bible Conference Impressions from Australasian Division
Delegates», 3.
4
Branson, «Extracts from the President's Address», 3.
5
Campbell, «Adventist Theology Comes of Age», 24.
188
SILENCIOS Y CONSENSOS

Conferencia Bíblica debía simplemente reafirmar nuestra fe en


las grandes verdades del mensaje del tercer ángel. Ellos
alentaban y esperaban, además, un gran reavivamiento espiritual
en las reuniones, el cual alcanzaría, a través de los 450
delegados, a nuestras iglesias en todo el mundo».1
Las expresiones en cuanto a que la Conferencia produjo un
reavivamiento son muchas. «La Conferencia Bíblica nos
impresionó nuevamente con la bondad de Dios, quien nos ha
redimido a través de Cristo y nos ha dado un mensaje de
salvación para el mundo».2 «La segunda y última semana de la
inolvidable Conferencia Bíblica estuvo tan llena de poder
espiritual como la primera».3 «El mayor y más convincente
resultado de la santificación de la vida a través de la verdad se
realizó en un grado altamente gratificante en las reuniones».4
En definitiva, la Conferencia Bíblica de 1952, que se llevó a
cabo en la iglesia de Sligo en Takoma Park, «será recordada
como una de las reuniones verdaderamente históricas de los
líderes de la Iglesia Adventista en más de un siglo de actividad».5
Y esto trae a la memoria el hecho de que «fue en las
Conferencias Bíblicas de 1848 en Connecticut, estado de Nueva

1
D. A. Delafield, «Bible Conference Closes on Revival Note», Australasian
Record 56, no. 43 (1952): 3.
2
F. A. Mote, «Biennial Council of the General Conference», Australasian
Record 56, no. 46 (1952): 1.
3
Delafield, «Bible Conference Closes on Revival Note», 1.
4
Ibíd., 3.
5
Ibíd., 1.
189
SILENCIOS Y CONSENSOS

York y Maine, que las grandes verdades del mensaje del


advenimiento finalmente se reunieron y consolidaron».1 Las seis
conferencias sabáticas celebradas en Connecticut, Nueva York,
Maine y Massachusetts entre abril y noviembre de 1848, fueron
realmente conferencias bíblicas vitales que demostraron ser una
fuerza unificadora, clarificadora y fortalecedora, que
consolidaron las posiciones del creciente grupo sabatista y
moldearon y configuraron el curso futuro de un movimiento
emergente.2
Nuestra historia temprana revela la importancia de las
Conferencias Bíblicas de 1848,3 y un siglo después nuestra
historia revela también la importancia de la Conferencia Bíblica
de 1952. «Al menos una vez por generación», señalaba Francis
D. Nichol, editor de la Review and Herald en 1952, los líderes
del pensamiento deben tener una oportunidad de «refrescar» sus
«espíritus» y apresurar su fervor, «concentrándose por un tiempo
en el patrón de la verdad divinamente conectado que Dios nos
ha dado».4

1
Emmerson, «The World Bible Conference», 1.
2
LeRoy Edwin Froom, The Prophetic Faith of Our Fathers: The Historical
Development of Prophetic Interpretation, 4 vols. 4 (Washington, D.C.: Review
and Herald, 1954), 1021.
3
Seventh-Day Adventist Bible Conference, Our Firm Foundation, 1:5
4
Francis D. Nichol, «The Bible Conference», Review and Herald, 28 de agosto
de 1952, 1, 13. Citado por Campbell, «Adventist Theology Comes of Age»,
24.
190
SILENCIOS Y CONSENSOS

SILENCIO, CONSENSO Y FRAGMENTACIÓN EN LA


TEOLOGÍA ADVENTISTA
Edgardo D. Iuorno
El hecho de que los adventistas sabatistas nunca produjeron una
exposición formal de un sistema doctrinario integrado por el
santuario y por los mensajes de los tres ángeles se pudo deber a
(1) el fuerte sentimiento anti-credo que caracterizó a los
adventistas sabatistas desde su inicio, (2) la necesidad de una
aproximación más evangelística generada por el aumento de la
conciencia de misión mundial que caracterizó al adventismo
luego de 1863, y (3) el énfasis adventista posterior a 1886, sobre
los componentes evangélicos de su mensaje.1 ¿Cuánto tiempo
más puede permanecer unido el adventismo en estas
condiciones?

Los adventistas carentes de una teología sistemática

Según Fernando Canale se ha descuidado la tarea de continuar


el crecimiento teológico indispensable para la unidad y la misión
global de la iglesia adventista. Debido al descuido del proyecto
teológico inicial y a la intrusión de ideas tomadas de la tradición
evangélica, la teología adventista se encuentra actualmente en un
estado de fragmentación y carente de un crecimiento saludable y
consecuente. Sus disciplinas teológicas están desconectadas

1
Alberto R. Timm, El santuario y los mensajes de los tres ángeles (Florida Oeste,
Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 2018), 232.
191
SILENCIOS Y CONSENSOS

entre sí, incluso de la vida y de la misión de la iglesia. Como


consecuencia del olvido de su propio proyecto teológico y del
uso ecléctico de ideas derivadas mayormente de teologías
evangélicas, los adventistas se hallan al principio del siglo XXI
con una teología adventista dividida en la forma de pensar,
desconectada de la vida de la iglesia y desorientada
metodológicamente.
Al desarrollar el proyecto teológico de los pioneros parcial y
superficialmente, la teología y ministerio adventistas crean un
vacío teológico que conduce a una relación simbiótica con el
protestantismo. Esta relación favorece la “protestantización” del
ministerio, la secularización del estilo de vida,1 de la adoración, y
la consecuente división de la teología de la iglesia debilitando
por consiguiente su unidad, su fe2 y su misión.3 Por ende, los

1
Canale, ¿Adventismo Secular?, 128.
2
Alberto R. Timm, “Podemos ainda ser considerados a povo da Biblia?”,
Revista Adventista, junio de 2001, 14-16.
3
Fernando Canale, “Completando La Teología Adventista I: La Tarea
Teológica En La Vida De La Iglesia - Parte I”, DavarLogos 6, n.° 1 (2007): 55,
58, 68. Canale añade que Los adventistas que se sienten seguros de su
salvación, están viviendo vidas cada vez más seculares. Esto nos lleva a
preguntarnos por algunas de las causas detrás de la secularización del estilo de
vida adventista. Una causa externa que añade intensidad a la secularización
adventista es la secularización de la cultura occidental moderna y
posmoderna. Entre las causas internas de la secularización, hemos
identificado el cambio de una experiencia de la salvación centrada en la
santificación hacia una experiencia de la salvación centrada en la
justificación. Una causa interna que contribuye logísticamente es el esquema
192
SILENCIOS Y CONSENSOS

eventuales avances en el área sistemática beneficiarán de


inmediato la evangelización pública, dado que el evangelista es a
la gente lo que el teólogo sistemático a la iglesia y al mundo
académico. Esto es así porque el evangelismo requiere cohesión
sistemática como respaldo para su efectividad, lo cual es
imprescindible ante el debilitamiento traído por el
ecumenismo.1

¿Jerarquía de doctrinas?

George Knight también argumenta que los adventistas del


séptimo día necesitan una teología integrada, porque según
piensa, los 28 fundamentos se exponen como una lista, algo así
como una cadena de cuentas con cada cuenta del mismo
tamaño, forma y peso. Y más allá de los 28 oficiales, la
“tradición oral” adventista proporciona a los individuos
innumerables cuentas que fluyen de cada extremo de la cuerda.
“No irás al cine en una sala de cine”, “No bailarás” y “No
tomarás café”, son ejemplos de cuentas adicionales, del mismo

de pensamiento práctico adventista. El énfasis en las actividades misioneras


prácticas de la iglesia ha creado un vacío teológico. Con el paso del tiempo,
este vacío ha sido llenado con enseñanzas y prácticas prestadas de la tradición
evangélica que está experimentando un proceso de secularización. Por lo
tanto, tomar prestado acríticamente de la teología evangélica conduce a la
secularización (Canale, ¿Adventismo Secular?, 32).
1
Edilson Valiante, “Reflexoes Sobre a Teología do Evangelismo Público”,
Parousia, primer semestre de 2001.47,48.
193
SILENCIOS Y CONSENSOS

peso que las oficiales en las mentes y las conciencias de muchos


miembros de la iglesia y pastores.
Para Knight el problema con el enfoque de las creencias
fundamentales es que no indica prioridades, no ayuda a las
personas a ver que algunas creencias son más importantes o más
“fundamentales” que otras. Como resultado, se ve gente joven y
poco perceptiva que razona que los que “han ido a bailar” o han
quebrantado el sábado, en realidad ya han rechazado a Jesús.
Después de todo, razonan, si he roto una regla o rechazado una
creencia (oficial e incluso no oficial en muchos casos), ¿no he
rechazado todo, ya que cada parte es de igual importancia? “He
visto a algunos salir de la Iglesia desesperados a raíz de ese tren
de lógica”, afirmaba Knight. Además, no ve cual es la cadena
que una a todas las cuentas. Como solución propone una
jerarquía de doctrinas, según su visión hermenéutica evangélica.
Knight afirma que es fundamental para cualquier comprensión
de la fe cristiana tener en claro que el cristianismo no es un
cuerpo de doctrina o una forma de vida. Los individuos no
serán salvados por lo que creen intelectualmente o por lo que
hacen en el comportamiento. Una persona puede creer todas las
cosas correctas y realizar todas las acciones correctas y aún así
perderse. En esencia, el cristianismo es una persona: Jesús. Sin
Cristo todavía podría haber creencias y acciones, pero no habría
cristianismo. La entidad más importante en la fe bíblica es
Jesucristo y lo que ha hecho por una humanidad perdida. Así,
en un modelo jerárquico de teología cristiana, Cristo y la Cruz
están en la cúspide. Todo cristiano necesita saber que el aspecto
194
SILENCIOS Y CONSENSOS

más fundamental de cualquier lista de fundamentos es conocer a


Jesucristo como Salvador y Señor. Como resultado, la creencia
más básica en el cristianismo no es una creencia per se sino una
relación experiencial.
Este autor sostiene que cada verdad en la palabra de Dios, desde
el Génesis hasta el Apocalipsis, debe estudiarse en la luz que
fluye desde la cruz del Calvario. Algunas creencias son más
importantes que otras. La más importante de ellas tiene que ver
no solo con “conocer” a Cristo como Salvador, sino también
con aquellos entendimientos relacionados con la cruz de Cristo
como la única solución a la presencia del pecado en el alma
humana. Ese concepto se refleja en el modelo jerárquico al
colocar la Cruz en la parte superior de la pirámide.
Para Knight las doctrinas no son fines en sí mismas. No son lo
más importante. La creencia de que la doctrina es muy
importante condujo a “inquisiciones” protestantes y católicas en
la historia de la iglesia…son instrumentales en lugar de fines en
sí mismos…nadie será salvo por la doctrina.
Knight aclara que eso no significa que la doctrina no sea
importante. Por el contrario, la correcta comprensión doctrinal
ayuda a los cristianos a comprender mejor la cruz de Cristo, su
principio articulador. También nos ayuda a saber cómo
relacionarnos más efectivamente con Cristo como Salvador y
Señor. Por lo tanto, la comprensión doctrinal es importante a
pesar de que no todo es importante o incluso lo más
importante. La mejor comprensión doctrinal es un instrumento
195
SILENCIOS Y CONSENSOS

que nos ayuda a comprender la gravedad del problema del


pecado, la solución de Dios a ese problema a través de Cristo, y
cómo relacionarnos con Él mejor.
En cuanto al estilo de vida, Knight cree que una persona
también puede vivir un “buen” estilo de vida sin conocer a
Cristo como Salvador o sin siquiera entender la doctrina
correcta (idea funcional de la doctrina, similar a la que propone
Bullón).1 Al igual que la comprensión doctrinal, vivir un estilo
de vida bíblico es instrumental más que un fin en sí mismo. Los
entendimientos doctrinales informan un estilo de vida cristiano.
Comprensiones similares impregnan la forma en que uno
guarda el sábado, un tema que tiene aspectos doctrinales y de
estilo de vida. Cristo como Redentor y Creador proporciona la
motivación para guardar el sábado, mientras que las ideas
doctrinales cognitivas relacionadas con el sábado proporcionan
datos que ayudan a los cristianos a guardarlo de manera más
adecuada.
Knight ve la necesidad de que los adventistas del séptimo día
proporcionen una perspectiva para su teología. Cualquier
reformulación, por supuesto, no debe ser simplemente un
ejercicio intelectual. Debe estar dirigido a ayudar a las personas a

1
Bull y Lockhart, Seeking a Sanctuary, 99-109.
196
SILENCIOS Y CONSENSOS

vivir una vida cristiana más plena y más conscientemente


informada.1
Según Roy Graf,
G. Knight cae aquí en la falsa dicotomía entre Cristo y
doctrinas, tan común en el mundo evangélico, que
sostiene que como Cristo es una persona, entonces es más
importante que las “meras” creencias. Pero la verdad es
que Cristo es una persona y también es una doctrina,
como así también lo que él hizo en la cruz y lo que sigue
haciendo por nosotros en el santuario celestial. No se
puede separar a Cristo de las doctrinas. Las doctrinas se
refieren a acciones de Dios y Cristo (creación del mundo y
el ser humano, revelación, salvación, conformación de un
pueblo [doctrina de la iglesia], conducción de la historia
hacia un fin específico [escatología], etc.). Retienen a
Cristo y a sus acciones junto con las acciones del resto de
la Trinidad en relación con el mundo las conocemos a
través de la Biblia y sus enseñanzas (griego didaskalía) que
no son otra cosa que doctrinas. Aunque Knight no
siempre sostiene puntos de vista evangélicos, la verdad es
que al menos varios de sus puntos de vista están a cerca de
ser los de un adventista evangélico2, como cuando dice

1
George R Knight, “Twenty-seven fundamentals in search of a theology”,
Ministry Magazine, febrero de 2001, 5-7.
2
Knight, La Visión Apocalíptica y La Neutralización Del Adventismo, 16.
197
SILENCIOS Y CONSENSOS

que el adventismo debe determinar lo que es adventista en


el adventismo y lo que es cristiano o evangélico en el
adventismo.1 Para él, un adventista equilibrado sostiene
doctrinas distintivas adventistas pero en “balance” con
doctrinas evangélicas. En esencia, no es muy diferente a la
posición de lo que sostiene Questions on Doctrine y L. R.
Froom.2

Las ideas de Knight han calado en el adventismo de Sudamérica


por ser un autor muy publicado en el continente.
Norman Gulley también considera que “el primer problema que
debemos enfrentar implica la disposición de nuestras 27

1
Para F. Canale “G. Knight pertenece al Adventismo Evangélico. Cualquiera
que enfatice la obediencia a los mandamientos y la santificación como
necesaria para la salvación es automáticamente catalogado como
perteneciente a la Teología de la Ultima Generación articulada por M. L.
Andreasen (lo que se conoce como perfeccionismo en Sudamérica). Es decir,
no hay una posición bíblica en la cual la obediencia y la santificación sean
necesarias sin entrar en el perfeccionismo de la impecabilidad y la
contribución. Esto hace resaltar el total dominio que el Adventismo
Evangélico ha logrado desde los 80 (después de Ford) en el adventismo
institucionalizado. Por eso el desarrollo de la doctrina de la Salvación no
existe en el Adventismo. Al copiar y seguir la interpretación y la experiencia
de la salvación de los evangélicos se desemboca en el adventismo progresista
que introdujo música popular, cambios en la adoración, etc.” (Fernando
Canale, “El adventismo evangélico”, 15 de abril de 2020).
2
Roy Graf, “La Dicotomía Cristo-Doctrinas”, 11 de abril de 2020.
198
SILENCIOS Y CONSENSOS

creencias fundamentales”.1 Estas creencias están organizadas


como una cadena de 27 enlaces, cada una representando un
principio de nuestra fe. Los 27 enlaces están unidos de tal
manera que parezca que cada creencia tiene el mismo valor. Por
ejemplo, la doctrina del don de la salvación se coloca décima, y
la doctrina de los dones espirituales decimosexta.
Esto involuntariamente parece reducir a Cristo y su sacrificio a
solo uno de los muchos dones que Dios ha dado. También
podría dar la impresión de que para los adventistas el don de la
salvación solo es lo suficientemente importante como para ser
mencionado décimo en una lista de 27 enseñanzas. El segundo
problema se refiere a la aparente falta de orden lógico entre las
27 expresiones de nuestra fe. El tercer problema tiene que ver
con la cronología. El Hijo, como Redentor (4), se presenta antes
de la Creación (6). La creación de la humanidad (6) se presenta
antes de la gran controversia (8). Sin embargo,
cronológicamente, la gran controversia precedió a la Creación, y
la Creación precedió a la venida de Cristo como Redentor. Uno
no encuentra ninguna razón declarada para este acuerdo.
La verdad en su totalidad no puede verse en un evangelio que
está divorciado de la expresión completa de las creencias que se
agrupan a su alrededor. Sin embargo, es tan cierto que la verdad
definitivamente no son las creencias de la Iglesia Adventista
menos el evangelio. Los mensajes de los tres ángeles (Ap 14,6-

1
El artículo de Gulley fue publicado antes de la incorporación de la 28va
creencia.
199
SILENCIOS Y CONSENSOS

13) se unen al evangelio eterno (v. 6). Debemos ver nuestras 27


creencias en el contexto del evangelio, o no tienen contenido
salvador.
Según Gulley, si las 27 creencias se agruparan alrededor del
Calvario y se estudiaran a la luz de la cruz, sería evidente que
cada una de ellas solo se puede entender desde ese punto de
vista, y que cada una, en su significado más profundo, refleja el
evangelio. Los pastores y miembros que comprenden las 27
creencias en este contexto no estarían tentados a saltar a la
iglesia para encontrar el evangelio en otro lugar. Habría una
gran fuente y centro de significado supremo para su fe.
La teología sistemática se ha dividido en varias áreas principales.
Las 27 creencias se pueden organizar en seis divisiones teológicas
principales. Estas son la doctrina de Dios (teología), la doctrina
de la humanidad (antropología), la doctrina de Cristo
(cristología), la doctrina de la salvación (soteriología), la doctrina
de la iglesia (eclesiología) y la doctrina de eventos finales
(escatología). Gulley propone que estas seis divisiones
principales se organicen concéntricamente alrededor de la cruz,
con el círculo más cercano, la doctrina de Dios, comenzando los
seis círculos cada vez más amplios, siendo el último la doctrina
de los eventos finales. De esta manera, cada división y cada
creencia fundamental dentro de esa división se verían desde el
núcleo del Calvario.
Los seis círculos concéntricos alrededor de la cruz dan un
movimiento cronológico para las 27 creencias que no se

200
SILENCIOS Y CONSENSOS

encuentran en el presente arreglo. El viaje comienza con la gran


controversia como la cosmovisión bíblica dentro de la cual se
desarrollan todas las verdades. Es necesario comenzar con el
tema de la gran controversia, ya que esto explica claramente el
alcance de la historia sagrada desde el principio. La Trinidad y
las Escrituras son las siguientes. La doctrina de Dios sigue,
incluyendo la gran controversia contra Él, la Trinidad que
compone la Deidad y su autorrevelación en las Escrituras.
Es este Dios quien creó la raza humana y es la humanidad la que
se rebeló en el Edén, necesitando la venida de Cristo como ser
humano para salvar a la humanidad. Este proceso involucra su
vida, muerte, resurrección e intercesión actual. Esta obra de
salvación también involucra al Espíritu Santo, quien trae a
Cristo a los seres humanos y trabaja dentro de las mentes de las
personas, provocando la realidad de la salvación, incluido el
comportamiento cristiano maduro. Esto se está haciendo en la
vida de muchas personas, que juntas forman la iglesia que
practica el bautismo y la Cena del Señor, están unidas en el
cuerpo de Cristo, practican la mayordomía y consideran sagrado
el matrimonio y la familia. Dios tiene un remanente del tiempo
del fin: su iglesia que por fe guarda su ley, incluido el sábado, y
cree en los dones y ministerios espirituales, incluido un don
profético escatológico.
Estamos avanzando a través de la historia del tiempo del fin
hacia la segunda venida de Cristo. Mientras tanto, la muerte de
cada cristiano es un evento que los lleva a la inconsciencia
mientras esperan su venida Señor. Todos los que mueren
201
SILENCIOS Y CONSENSOS

esperan la resurrección, ya sea en la Segunda Venida para los


santos de Dios o la muerte definitiva al final del milenio para los
que están sin Cristo. El pueblo de Dios irá al cielo al comienzo
del milenio para participar en el juicio milenario y volverá a una
tierra nueva para vivir con Dios para siempre.
De esta manera, Gulley muestra que las 27 creencias se
desarrollan cronológicamente como una historia, desde el
comienzo de la gran controversia1 hasta su culminación en la
tierra nueva. Este arreglo implica que toda la historia se resolvió
en la cruz. Todos los eventos anteriores conducen a la cruz, y
todos los eventos posteriores fluyen de ella. El calvario es el
evento decisivo y determinante que califica toda la historia. Se
alza sobre toda la verdad, y el lugar más alto para estudiar las 27
creencias ahora y para siempre estará al pie de la cruz.
Para Gulley las ventajas en este arreglo son dobles. Primero, las
27 creencias se presentan no como si fueran doctrinas separadas,
sino como parte de una historia en desarrollo. La gente puede
considerar aburrida la doctrina, pero todos se identifican con

1
Herbert E. Douglass, The heartbeat of Adventism: the great controversy theme in
the writings of Ellen G. White (Nampa, ID: Pacific Press, 2011); Herbert Edgar
Douglass y Ken McFarland, A Fork in the Road: Questions on Doctrine: The
Historic Adventist Divide of 1957 (Coldwater, MI: Remnant Publications,
2008), 99-101. Como Gulley, Douglass utiliza la gran controversia como el
marco teológico en lugar del santuario. Esto lo rebate F. Canale en “The
Eclipse of Scripture and the Protestantization of the Adventist Mind: Part 2:
From the Evangelical Gospel to Culture”, Journal of the Adventist Theological
Society 22, n.o 1 (2011): 103, 128.
202
SILENCIOS Y CONSENSOS

una historia. Las doctrinas por sí mismas pueden parecer tan sin
vida como un esqueleto. Pero vistiendo ese esqueleto con Cristo
cobran vida. Segundo, el estudio de las 27 creencias a la luz de la
cruz transforma vidas. Si el estudio de cada una de las creencias
es visto como una oportunidad para levantar la cruz, los
adventistas del séptimo día serán conocidos como cristianos
genuinos porque son genuinamente cristianos1. Si bien este
diseño es evangelísticamente apetecible en el contexto
posmoderno, no halla cabida para el santuario en sí mismo, y
por ende no representa la visión hermenéutica fundacional del
adventismo. Debe destacarse, sin embargo, el aporte de Gulley al
elaborar una de las pocas teologías sistemáticas del adventismo.2

Desconexiones teológicas

La desconexión teológica se manifiesta al nivel de las disciplinas


teológicas. La teología no existe o trabaja como una disciplina
sino como un conjunto interconectado de disciplinas. Entre
ellas se destacan las disciplinas exegética, bíblica, sistemática,
pastoral, misionera y administrativa. Cada una de ellas se

1
Norman R. Gulley, “Christ-Centered Expression of Our Faith”, Ministry
Magazine, marzo de 1997, 24-27.
2
Norman R. Gulley, Systematic Theology, vol. 1: Prolegomena (Berrien Springs,
MI: Andrews University Press, 2003); ídem., Systematic Theology, vol. 2: God As
Trinity (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2011); ídem.,
Systematic Theology, vol. 3: Creation, Christ, Salvation (Berrien Springs, MI:
Andrews University Press, 2012); ídem., Systematic Theology, vol. 4: The Church
and the Last Things (Berrien Springs, MI: Andrews University Press, 2016).
203
SILENCIOS Y CONSENSOS

especializa en estudiar en profundidad una parte de la teología.


Todas las disciplinas teológicas, por lo tanto son parciales. Al ser
partes de un todo, teoréticamente ninguna puede existir sin las
otras. Sin embargo, en la práctica operan desconectadas unas de
otras debido a la alta especialización y variadas metodologías que
sus estudios requieren, lo cual daña la misión.1 Resulta difícil,
por lo tanto, que quienes están familiarizados con los problemas
y metodologías de una disciplina teológica entiendan trabajos
realizados en otras disciplinas.2
Ya que el movimiento adventista que ha sido creado por Dios
con el propósito especial de traer a las personas de regreso a las
verdades de su Palabra, y a proclamar el evangelio eterno como
se encuentra en el mensaje de los Tres Ángeles se deduce que
entender y comunicar la singularidad del mensaje adventista es
de suma importancia. Se necesita por lo tanto más cooperación
entre teólogos y misiólogos, líderes y pioneros para que la
singularidad del mensaje adventista se comunique
efectivamente. El resultado será que más personas escuchen y
entiendan el evangelio en su propia cultura y geografía. Los
misiólogos y teólogos deben trabajar juntos para producir una
teología de misión más robusta, que a su vez proporcione el
fundamento para metodologías efectivas para la misión y el
ministerio. Esta cooperación también fomentará el desarrollo

1
Höschele, “From Mission Comity to Interdenominational Relations”, 399-
401.
2
Canale, “Completando La Teología Adventista I”, 61.
204
SILENCIOS Y CONSENSOS

adecuado de una teología misionera para teólogos, obreros


eclesiásticos, misiólogos y pioneros. Así la misión adventista será
bíblica y teológicamente sólida sin dejar de ser contextualmente
apropiada.1 Solo una visión hermenéutica común puede ser el
punto de partida para lograrlo.

Falta de una teología misionera

Stefan Höschele también reconoce que en la actualidad, se


pueden observar varias tendencias teológicas en la Iglesia
Adventista del Séptimo Día, aparte de una “línea principal” del
adventismo que probablemente sea la corriente que aún tiene la
mayor influencia: el adventismo “evangélico” que enfatiza la
centralidad de la cruz y tiende a minimizar el énfasis tradicional
adventista en la ley; el adventismo “histórico”, el ala
tradicionalista que insiste en los pilares como los aspectos más
importantes de la identidad denominacional y el adventismo
“progresivo” que trata de dialogar con personas del mundo
moderno y hacer que el adventismo sea lo más relevante posible
para el presente. Cualesquiera que sean las corrientes teológicas
que uno pueda favorecer, Höschele opina que se requiere
continuar elaborando una teología misionera que busque

1
Wagner Kuhn, “Adventist Theological-Missiology: Contextualization in
Mission and Ministry”, Journal of the Adventist Theological Society 27, n.° 1-2
(2016): 207.
205
SILENCIOS Y CONSENSOS

comunicar en múltiples formas el “evangelio eterno para todas


las naciones”.1

Falta de interés en asuntos teológicos

En verdad hoy parece haber poco interés entre los miembros de


la iglesia adventista en muchas partes del mundo para estudiar
temas teológicos y bíblicos. Se crea una dicotomía entre la vida,
que se considera importante, y la doctrina, que se considera
poco práctica. Pero esta no es la perspectiva del NT, que no
separa la vida de la teología. Sin embargo, la teología es
minimizada en muchos círculos adventistas. Obviamente, la
mayoría de los miembros de la iglesia son proclives a leer novelas
cristianas, biografías, ficción o especulación apocalíptica. Las
editoriales adventistas producen en gran medida este tipo de
material porque se vende.2 Los libros intelectualmente
1
Höschele, From the End of the World to the Ends of the Earth, 51.
2
Marvin Moore, The Crisis of the End Time (Nampa, ID: Pacific Press, 2013);
ídem., The Case for the Investigative Judgment (Nampa, ID: Pacific Press, 2010);
ídem., How to Think About the End Times (Nampa, ID: Pacific Press, 2001);
ídem., Could It Really Happen? (Nampa, ID: Pacific Press, 2007); ídem.,
Challenges to the Remnant (Nampa, ID: Pacific Press, 2008); ídem., Armageddon:
The Devil’s Payday (Boise, ID: Pacific Press, 1995); Clifford Goldstein, The
Remnant: Biblical Reality or Wishful Thinking? (Boise, ID: Pacific Press, 1994);
ídem., 1844 Made Simple (Nampa, ID: Pacific Press, 2013); ídem., Graffiti in
the Holy of Holies: An Impassioned Response to Recent Attacks on the Sanctuary and
Ellen White (Nampa, ID: Pacific Press, 2004).
206
SILENCIOS Y CONSENSOS

desafiantes y estimulantes que tratan sobre teología o exposición


bíblica se producen con menos frecuencia. La asistencia durante
la Escuela Sabática es baja. El descuido de la visión
hermenéutica es la consecuencia de esto. Marguerite Shuster,
profesora en el Seminario Teológico Fuller, asegura estar
“nadando contra una marea poderosa cuando suplico un
renacimiento de la predicación doctrinal”. Este fenómeno
también puede ser visto en congregaciones adventistas.
Pero el problema no se limita a los laicos. Está muy presente
entre pastores. Muchos pastores se centran casi exclusivamente
en la teología práctica, aunque en verdad la teología sistemática
atiende y resuelve las raíces de los problemas reales.1 Aunque
muchos pastores tienden a inscribirse en cursos de teología
aplicada en lugar de clases teológicas, lo que a menudo necesitan
es contenido y visión, no solo método. Si se observa el plan de
estudios de los programas diseñados para capacitar a pastores, se
nota la tendencia a agregar clases de teología aplicada y eliminar
clases que se ocupan de estudios teológicos, AT y NT, así como
lenguajes bíblicos, que son un requisito previo para estudios
bíblicos y teológicos. Ello manifestaría que un buen número de
administradores tampoco están muy interesados en el
pensamiento teológico. Mientras promueven la misión de la
iglesia, pueden descuidar la reflexión sobre el mensaje de la
iglesia y dejar esta tarea a los teólogos profesionales. El

1
Ekkehardt Mueller, “Theological Thinking in the Adventist Church”,
DavarLogos 1, n.° 2 (2002): 136.
207
SILENCIOS Y CONSENSOS

pensamiento teológico, sin embargo, debe ser una tarea de toda


la Iglesia.1

Conclusión

La teología adventista del siglo XX y XI parece haber ido del


silencio al consenso, y de allí a la fragmentación. De la
postergación de los debates en 1919, al consenso frágil de 1952 y de
allí a la fragmentación visible desde los años 70. No se puede
pretender que la mera organización per se mantenga cohesionado un
movimiento cada vez más fragmentado teológicamente, con objetivos
dispares y discursos divergentes entre la teología institucional, editorial
y académica en diferentes lugares del mundo. ¿No habrá llegado, en la
era del Zoom, la hora de debates generales y no solamente entre pares?
El silencio, por cierto, nunca resolverá la fragmentación.

1
Canale, ¿Adventismo Secular?, 105-110.
208
SILENCIOS Y CONSENSOS

TÍTULOS DE LIBROS DESCUBRA EDICIONES


www.descubraediciones.blogspot.com
1. Abraza La Misión
2. Hazañas Del Espíritu Santo
3. Corte Con El Cigarrillo
4. Dios En La Realidad Humana
5. Maravillosa Salvación
6. Así Dice El Señor: El Don De Profecía En Las Escrituras
7. Adventismo En Debate
8. Dilemas Eticos Contemporáneos (2 vols.)
9. Más Sublime Que Los Cielos: Estudios Exegéticos Y
Teológicos Sobre La Carta A Los Hebreos
10. Teología Hoy: Antología De Materiales, Investigaciones Y
Monografías Sobre Problemas Teológicos Candentes
11. Fe Viviente: Comentario Bosquejado De Romanos
12. Descubra Romanos
13. Descubra Jeremías
14. Este Es El Camino: Comentario Bosquejado De Jeremías
15. Profeta Del Evangelio: Comentario Bosquejado De Isaías
16. Asalto A La Fortaleza: La Dinámica Evangelizadora
Adventista A Inicios De Los 60
17. Para Que El Mundo Conozca: Avances Adventistas En 1970
18. Cruzada A Mitad De Siglo: El Desarrollo Del Adventismo
Sudamericano A Inicios De Los Años 50
19. Adventismo Nn: El Impacto De Las Nuevas Tendencias De
Interpretación Profética En La Iasd

209
SILENCIOS Y CONSENSOS

20. Reunir O Desparramar: Ministerios De Apoyo Y Ministerios


Independientes En La Iasd
21. La Mies Es Mucha: Conceptos Inspirados Para Ganar Más
Almas
22. La Soga Y La Plomada: Comentario Bosquejado De Oseas Y
Amós
23. Fondos Para Servir: El Arte De Pedir Para Dar, Y Las
Posibilidades De La Recolección Adventista
24. Gente De La Palabra: Luchas, Victorias Y Milagros De La
Evangelización Pública Adventista
25. Portavoces Del Mensaje: Hombres Decisivos En El
Evangelismo Público Adventista
26. Mensajeros De Valor: El Intrépido Colportaje Adventista
De Inicios De Los 60
27. Noventa Días De Poder: El Apogeo Del Evangelismo
Público Adventista
28. Todo Un Mundo Por Ganar: El Perfil Del Ministerio
Adventista En Los Inicios De La Obra En Sudamérica
29. Pagados Y Contados: Comentario Bosquejado Del Libro De
Los Números
30. El Mesías En Acción: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Marcos 1:1 A 4:29
31. Construyendo El Reino: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Marcos 4:30 A 9:41
32. El Hombre A Quien Dios No Quiso Ayudar: Comentario
Bosquejado De Marcos 9:42 A 16:20

210
SILENCIOS Y CONSENSOS

33. Encrucijadas En La Biblia: Pasajes Bíblicos Complejos


Enfocados Por Diferentes Métodos Hermenéuticos
Contemporáneos
34. La Palabra Permanece: Revelación, Inspiración Y Doctrina
De La Escritura
35. Un Pueblo, Un Libro, Un Mensaje: Sermones Que Exaltan
La Vigencia Y El Poder De La Palabra De Dios
36. Con Dios A La Conquista: Comentario Bosquejado Del
Libro De Josué
37. Corazón De Fuego: La Historia Del Pastor Daniel Belvedere
38. El Pueblo Del Pacto: Hechos Destacados En La Historia De
Israel
39. Inquirir Para Cumplir: Antología De Estudios Exegéticos
Del Antiguo Testamento
40. De Profetas Y Milagros: Comentario Bosquejado Del
Segundo Libro De Los Reyes
41. Del Texto Al Púlpito: Ejercicios Exegéticos Para Una Mejor
Homilética
42. Misión Diversa: La Obra Adventista En Argentina A
Mediados De Los Ochenta
43. Jesús Todo Lo Llena En Todos: Comentario Bosquejado De
La Carta A Los Efesios
44. El Trono Es Del Señor: Comentario Bosquejado Del Primer
Libro De Los Reyes
45. Heraldo De La Felicidad: La Historia Del Pastor Francisco
Scarcella
46. Dios Sana A Su Cuerpo: Comentario Bosquejado De La
Primera Carta A Los Corintios
211
SILENCIOS Y CONSENSOS

47. Él Viene Con Las Nubes: Estudios Exegéticos Y Teológicos


Sobre El Apocalipsis
48. Rumbo A Un Mundo Nuevo: Estudios Exegéticos Y
Teológicos Sobre El Apocalipsis
49. La Palabra Bien Trazada: Estudios Exegéticos Del Nuevo
Testamento.
50. El Espíritu Escudriña: Estudios Exegéticos Del Nuevo
Testamento
51. Las Arras Del Espíritu: Comentario Bosquejado De La
Segunda Carta A Los Corintios
52. Rueda Sobre Ruedas: Comentario Bosquejado Del Libro De
Ezequiel
53. Dilo En Las Montañas: La Obra Adventista En La Región
De Cuyo desde sus Inicios Hasta 1975
54. Un Siglo Iluminando: Inicios De La Misión Adventista En
La Ciudad De Paraná
55. El Precio De La Profecía: Louis Were Y La Profundización
Del Historicismo Adventista
56. Predicando En El Aire: Pioneros De La Radiofonía
Adventista En Sudamérica Y El Mundo.
57. Predica La Palabra: Consejos Para Un Buen Sermón
Expositivo
58. Adventismo En Marcha: El Ritmo Misionero De Los Años
Sesenta en la Unión Austral
59. Luchando Por Altas Metas: La Evangelización Pública
Adventista De 1966 A 1970 en la Unión Austral
60. Esfuerzos Recompensados: Ciclos Evangelizadores
Emblemáticos En El Adventismo Mundial
212
SILENCIOS Y CONSENSOS

61. Cautivos del Señor: Comentario Bosquejado De Esdras,


Nehemías y Ester
62. Corazón de Rey: Comentario Bosquejado Del Primer Libro
de Samuel
63. Las Batallas Del Señor: Comentario Bosquejado Del
Segundo Libro De Samuel
64. Luz De Los Gentiles Y Gloria De Israel: Comentario
Bosquejado Del Evangelio De Lucas 1:1 a 9:50.
65. Aptos Para El Reino De Dios:Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Lucas 9:51 A 17:4
66. Dios Es Propicio: Comentario Bosquejado Del Evangelio De
Lucas 17:5 a 24:53
67. Tus Pecados Sepultados: Comentario Bosquejado del
Abdías, Jonás y Miqueas.
68. Fortaleza en el Dìa de la Angustia: Comentario Bosquejado
De Nahum a Hageo
69. Monumentos De Fe Y Amor: La Construcción y Dedicación
de Templos y Capillas Adventistas en Sudamérica entre
1925 y 1966
70. Dulce Esperanza: Los Progresos Adventistas en la Provincia
de Tucumán Desde sus Inicios Hasta 1966.
71. Capturados Por El Gozo: La Historia Del Pastor Antonio
Arteaga
72. Alumbrar Un Continente: Daniel Belvedere, Líder De La
Evangelización Pública Sudamericana
73. Con Poder Y Valor: Las Estrategias De Evangelización
213
SILENCIOS Y CONSENSOS

Pública Adventista Entre 1955 Y 1960


74. Vestidos De Gala: Comentario Bosquejado De Zacarías Y
Malaquías
75. Bueno en Gran Manera: Comentario Bosquejado de
Génesis 1 al 11.
76. Bitácora Doctoral: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos (3 vols.)
77. Ejercicios de Posgrado: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos
78. Hierba, Espiga y Grano Lleno: La Misión Adventista En La
Ciudad De Paraná En Su Contexto Antropológico
79. El Aula de Cristo: Antología De Estudios Teológicos y
Pastorales
80. Babilonia Está Afuera: Una Mirada Global Al Problema De
La Disidencia En La Iglesia Adventista Del Séptimo Día
81. La Ciencia de la Redención: Antología De Estudios y
Apuntes Teológicos
82. Ejercicios Doctorales: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos
83. Dios Guía a Su Pueblo: Antología de Estudios Sobre
Historia del Adventismo.
84. La Simiente Bendita: Comentario Bosquejado Del Libro De
Génesis 12 al 26
85. De Ateo a Predicador: La Historia de William Simpson,
Primer Evangelista Metropolitano
86. La Esgrima de la Verdad: El Arte del Debate en la
Evangelización Pública Adventista
87. Guerras, Bestias y Debates: La Singularidad de la
214
SILENCIOS Y CONSENSOS

Evangelizaciòn Profètico-Doctrinal en la Iglesia Adventista


del Séptimo Día.
88. Pólvora & Azufre: El Tratamiento De Las Guerras Del
Mundo En La Evangelización Pública Adventista
89. Te Llamarás Israel: Comentario Bosquejado Del Libro De
Génesis 27 al 50.
90. Una Antorcha Que Ardía: La Historia del Pastor Walter
Schubert
91. El Martillo del Señor: Las Primeras Experiencias Adventistas
en la Evangelización Pública Sudamericana
92. Constitución Del Pueblo Santo: Comentario Bosquejado
Del Libro De Deuteronomio 1:1 al 17:13
93. El Presidente Evangelista: El Ministerio del Pastor Walter
Schubert en Buenos Aires
94. Haz Obra De Evangelista: Walter Schubert y la
Multiplicación de Predicadores Adventistas
95. Larga Vida En La Buena Tierra: Comentario Bosquejado
del Libro de Deuteronomio 17:14 al 34
96. Así Se Ganaron Miles: Las Enseñanzas de Walter Schubert
Sobre Evangelización Pública Adventista
97. El Socorro Del Señor: La Relación Entre Daniel 11:40-45 y
El Armagedón
98. El Gran Acople: La Adaptación Sudamericana de la
Tradición Evangelizadora Adventista.
99. Profeta y Estadista: Comentario Bosquejado del Libro de
Daniel
100. El Obrero Aprobado: Comentario Bosquejado De Las
Epístolas A Timoteo, Tito y Filemón
215
SILENCIOS Y CONSENSOS

101. Poderoso Para Salvar: La Salvación Humana En Las


Escrituras
102. Hay Bálsamo en Galaad: La Respuesta De La Biblia A
Los Problemas Personales
103. Antropología Cultural: Una Mirada Adventista
104. Cómo Dios Corre el Velo: Estudios Sobre Revelación e
Inspiración.
105. Su Eterno Poder y Deidad: Ejercicios Teológicos Sobre la
Doctrina de Dios.
106. Es Hora De Vivir: La Estrategia del Pastor Daniel
Belvedere Para la Evangelización de Buenos Aires
107. Elocuencia y Simpatía: Experiencia, Enseñanzas Y
Métodos Evangelizadores Del Pastor Antonio Arteaga
108. Derribando Fortalezas: Experiencia, Enseñanzas Y
Métodos Evangelizadores Del Pastor Edward E. Cleveland
109. Alcance La Vida: La Palabra de Dios Actuando en la
Realidad Humana
110. Unidos En Cristo: Las Enseñanzas del Pastor Salim Japas
Sobre Evangelización Pública Adventista
111. Boga Mar Adentro: Contribuciones Metodológicas de
Destacados Evangelistas Adventistas
112. Maestro De Multitudes: El Pastor Salim Japas,
Evangelista, Docente y Líder Ministerial.
113. Los Centuriones: E.E.Cleveland y la Formación de
Evangelistas Adventistas.
114. Jesús Traspasó Los Cielos: Comentario Bosquejado De
La Epístola A Los Hebreos

216
SILENCIOS Y CONSENSOS

115. Cristo Como Pedagogo: Principios Bìblicos Sobre


Didáctica y Aprendizaje.
116. Millones Por Alcanzar : La Vida Del Pastor Arturo
Schmidt, Evangelista Mundial.
117. La Palabra En Buenas Manos: Estudios Teológicos y
Exegéticos
118. Evangelista de Raza: La Historia Del Pastor Carlos
Aeschlimann
119. El Rey Predicador: Comentario Bosquejado del Libro de
Eclesiastés
120. Evangelistas For Export: Evangelistas Proyectados De
Sudamérica Al Mundo
121. Preguntas Explosivas: Trasfondo, Formulaciones
Doctrinales y Consecuencias de la Publicacion del Libro
Questions on Doctrine
122. Vivir como Dios Manda: Comentario Bosquejado del
Libro de Levítico
123. Padrón del Reino Venidero: Comentario del Libro de
Crónicas
124. Conflicto Y Victoria: El Último Desafío del Pueblo de
Dios
125. Barricadas Contra El Mensaje: Filosofías
Contemporáneas Que Obstruyen La Predicación Del
Evangelio
126. Clavos Bien Hincados: Sermones Que Exaltan El Poder
De La Escritura
127. Esencias, Lo Fundamental de la Escritura

217
SILENCIOS Y CONSENSOS

128. Una Vida al Servicio de Dios: El Ministerio del Pastor


Miguel Avellaneda
129. De Mujer A Mujer: Meditaciones Matinales Para Damas
130. De La Gloria Al Ocaso: Comentario Bosquejado Del
Segundo Libro De Crónicas
131. Endechas Con Esperanza: Comentario Bosquejado Del
Libro De Lamentaciones
132. Don Elías y las Doce Tribus
133. Corazones en Llamas: Una Colección de Sermones
Bíblicos (3 vols.)
134. Quiero Saber Sobre la Vida, Ministerio y Legado de
Elena de White (4 vols.)
135. Grandes Obreros De La Unión Austral: Vidas
Consagradas A La Causa De Dios
136. Mi Primer Libro Sobre las Profecías de Daniel
137. Mi Primer Libro Sobre las Profecías del Apocalipsis
138. Antes Que Termine La Gracia
139. Muchos Llamados, Pocos Escogidos: Las Implicancias
Soteriológicas De Mateo 22:14
140. El Verdadero Tabernáculo: Estudios Sobre la Doctrina
del Santuario
141. Del Cumplimiento Claro A La Profecía Compleja: La
Historia De La Interpretación Adventista De Apocalipsis 9,
De 1833 A 1957
142. Carrozas de Salvación: El Drama Bíblico de Armagedón
143. Los Secretos del Génesis: El Principio Anuncia el Fin
144. Hay Maná En El Desierto: Antología de Estudios
Históricos y Exegéticos
218
SILENCIOS Y CONSENSOS

145. El Santuario y el Plan de Salvación


146. Un Puente A La Fe: La Palabra De Dios Actuando En La
Realidad Humana
147. Textos Y Pretextos: La Doctrina De La Escritura En El
Debate Actual
148. La Luz Del Mundo: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Juan 1:1 A 9:11
149. Dios Habla e Israel Triunfa
150. Profecía Evaporada: El Debate Sobre la Espiritualización
de la Interpretación Profética Adventista
151. Dos Testigos Firmes y En Pie: La Relación Teológica
Entre El Antiguo y El Nuevo Testamento
152. Plena Certeza De La Esperanza: Estudios Sobre La Carta
A Los Hebreos
153. Promesas Cumplidas: Breve Introducción Al Nuevo
Testamento
154. Buscando su Oveja Perdida: Como Recuperar Ex
Miembros de Iglesia
155. Recostados En Jesús: Comentario Bosquejado Del
Evangelio De Juan 9:12 a 21:25
156. Fiel en el Ministerio: Vivencias y Recuerdos de Pastores
Retirados del Servicio Activo. 2 vols.
157. Del Italia A Ushuaia: Testimonio De Una Vida De
Servicio
158. Palabra De Profeta: Un Análisis Retórico De Los
Discursos De Elena G. De White
159. Que la Iglesia Avance: Autobiografía del pastor E. E.
Cleveland
219
SILENCIOS Y CONSENSOS

160. Tributo a la Esperanza: La Iglesia de Colonia Pintos


Viana
161. El Primer Historicista: Los Orígenes Y Antecedentes Del
Método Histórico-Continuo De Interpretación Profética De
Joaquín De Fiore (1135-1202)
162. El Gran Intérprete: Vida, Obra Y Uso De Los Escritos
De Josiah Litch Por Parte De Escritores Adventistas Del
Séptimo Día
163. Centralizar Para Proteger: George I. Butler Y Su Filosofía
De Liderazgo Unipersonal
164. Nuevas Dimensiones En La Profecía: El Desarrollo
Histórico De La Escatología Adventista Del Séptimo Día,
1884-1895
165. Los Innovadores: Obreros Adventistas Que Abrieron
Nuevos Surcos De Misión
166. Luces De Esperanza: ¿Quién Dijo que Todo Está
Perdido? 25 vols.
167. El Primer Organizador: James White Y El Desarrollo De
La Organización Adventista Del Séptimo Día, 1844-1881
168. Harry Anderson: El Hombre Detrás De Las Pinturas
169. Iluminados por la Visión: La Protología y la Escatología
de Elena de White Investigadas y Explicadas por George Mc
Cready Price y Louis Were
170. Del Desbande Al Linaje Mesíanico: Comentario
Bosquejado De Jueces Y Rut
171. Solo Dos Pueden Ser Uno: La Poligamia en la Biblia
172. Pionero De La Radio: H.M.S. Richards Y El Programa
La Voz De La Profecía
220
SILENCIOS Y CONSENSOS

173. Servir A Dios En Tres Continentes: Experiencias De


Vida Y Ministerio Del Pastor Basilio Zawadski
174. Los Adventistas En América Latina: Sus Comienzos Y
Crecimiento
175. Soy Director J.A. Y Ahora ¿Qué Hago?
176. Libres Para Obedecer: Comentario Bosquejado De
Éxodo 1 al 20.
177. Ellos Comenzaron, Nosotros Terminaremos: El Ejemplo
Inspirador De Los Pioneros Adventistas
178. Dios Acampa Con Nosotros: Comentario Bosquejado
De Éxodo 21 al 40
179. Entre el Orden y el Equilibrio: La Organización
Adventista En Su Etapa Formativa
180. El Agujero Negro del Adventismo: Lo que Glacer View
No Resolvió
181. El Que Lee Entienda: Antología de Reseñas y Lecturas
Teológicas Seleccionadas
182. Pensar en lo que Está Escrito: Antología De Estudios y
Apuntes Teológicos (3 vols.)
183. Refranes de Ceniza: Filosofías que Combaten contra el
Evangelio
184. Fieles En El Conflicto: Comentario Bosquejado Del
Libro De Job
185. Nuestra Vida en el Ministerio: Vivencias de un
Matrimonio Consagrado a la Predicación
186. Entiende Lo Que Cantas: Los Negro Spirituals, De La
Biblia Al Folclore Cristiano
187. Dios Lo Hizo Primero: Hazañas De Ayer y Hoy Que
221
SILENCIOS Y CONSENSOS

Dios Anticipó
188. La Dama Obesa y el Reino: El Peso de la Iglesia y el
Cumplimiento de la Misión
189. Peligro, Cuenta Regresiva: La fijación de fechas para la
Segunda Venida de Cristo en Norteamérica a finales del
siglo XIX y principios del XX
190. Vivir para Escribir: Vida y Obra de Uriah Smith
191. El Santuario y la Generación Final: un aspecto
significativo de la escatología de M.L.
Andreasen
192. La Unidad Esencial de Dios: La incidencia del
pensamiento trinitario niceno en las formulaciones
doctrinales de los siglos IV, XIX y XX
193. Razones Para Creer: Antología De Estudios y Apuntes
Teológicos (4 vols.)
194. Fe Que Emociona: El Entusiasmo y las Manifestaciones
Carismáticas en el Adventismo Primitivo y el Actual
195. Poder Regio: Análisis ético de los abusos de poder en el
liderazgo cristiano
196. La Lista Definitiva: El orden y el significado de las tribus
selladas de Apocalipsis 7:4-8
197. El Sábado y la Atemporalidad: Un Breve Estudio
Teológico-Histórico
198. Cruzada de Amor y Fe: La Misión de Edson White en
Favor de los Afroamericanos
199. Apresurados por Su Venida: El Sentido de Inminencia y
el Cumplimiento de la Misión
200. Positivo y Cuestionable: Edward Heppenstall y la
222
SILENCIOS Y CONSENSOS

doctrina de la redención
201. Bienaventurado el que Lee: Antología de Lecturas
Teológicas e Históricas (13 vols.)
202. Entre la Patria y la Fe: El Dilema de los Adventistas de
Alemania en Relación al Servicio Militar
203. La Idea de Battle Creek: John Harvey Kellogg y la
Religión de la Vida Saludable
204. No es de los Ligeros la Carrera: Apogeo y Colapso de
John H. Kellogg y Louis R. Conradi
205. Líder de Hombres: La Historia de Arthur G. Daniells
206. Gobierno Eclesiástico y Unidad: Un Estudio Adventista
207. Salir de Babilonia: El Origen del Separatismo Millerita
208. Vikingo del Evangelio: La Historia de John G. Matteson
209. No Hay Otro Evangelio: Comentario Bosquejado De La
Epístola A Los Gálatas
210. Los Sellos y el Tiempo: Un estudio comparativo de los
enfoques hermenéuticos de los Siete Sellos
211. Humíllate ante el Señor: El Consejo de Ellen White a
Líderes en Conflicto
212. No Nos Contaminaremos: Porqué Daniel y sus amigos
rechazaron la comida y la bebida del rey
213. Joaquín de Fiore y sus Sucesores: Un Punto de Inflexión
en la Interpretación Profética
214. La Herida Mortal de la Bestia: Anticipo y
reconocimiento del fin de los 1260 días proféticos
215. El Costo de la Aceptación: Las Reacciones a los Diálogos
Evangélico-Adventistas del Séptimo Día y al libro Preguntas
Sobre Doctrina en el período 1955-1971
223
SILENCIOS Y CONSENSOS

216. ¿Parecidos o Diferentes?: El Duelo entre Leroy Froom y


Milian Andreasen por el Perfil del Adventismo
217. Yo fui la Secretaria de Dudley Canright: La historia del
principal detractor del adventismo
218. En el Valle de la Decisión: Comentario Bosquejado del
libro de Joel
219. Cuando Vivir Fue Una Hazaña: La dura realidad
cotidiana en los Estados Unidos durante el siglo XIX
220. El Golpe Anunciado: La Subversión del Gobierno Papal
en 1798
221. El Legado del Gran Presidente: Arthur Daniells, Leroy
Froom, y La Evangelicalización del Adventismo
222. De Presidente a Disidente: La Historia de Louis R.
Conradi
223. Progreso y Equidad: La teoría económica de la Teocracia
224. La Década Inquietante: Desafíos y Controversias
Teológicas del Adventismo de los Setenta
225. Los Años Fecundos: Impacto y Legado de Emblemáticas
Publicaciones Teológicas Adventistas entre 1945 y 1971
226. De Gilboa al Calvario: la raíz empírica del énfasis en la
justificación por la fe
227. El Primer Evangelista: La Historia de John
Loughborough
228. En Busca de Avance y Unidad: La teología adventista de
los años treinta
229. La Gran Ciudad del Pecado: El motivo teológico de
Sodoma, Egipto y Babilonia en el libro de Apocalipsis
230. Herederos y Mayordomos: La responsabilidad adventista
224
SILENCIOS Y CONSENSOS

respecto del historicismo


231. La Misión Rusa: El adventismo del séptimo día, el
bolchevismo, y el Apocalipsis inminente, 1881-1946
232. Misionero Tardío: La Historia de Abram La Rue
233. Las Estrellas Caerán del Cielo: El significado de la lluvia
de meteoritos de 1833
234. La Gran Fractura: Desmond Ford, Glacier View y la
Fragmentación Teológica del Adventismo
235. Terremoto Filosófico: Las consecuencias del sismo de
Lisboa en 1755
236. El Gozo de la Fe: Comentario Bosquejado de la Carta a
los Filipenses
237. La Batalla del Santuario: Protagonistas y Desarrollos de
la Crisis de Glacier View
238. La Biblia y la Pala: Hallazgos Arqueológicos Recientes
que Confirman la Confiabilidad Histórica de la Escritura (4
vols.)
239. La Historia de los Viernes: Dios Actúa en la Vida de sus
Hijos
240. La Vida es Bella: El lado bueno de todo lo que nos pasa
(2 vols.)
241. Páginas Orientadoras: Resúmenes de Conferencias
Bíblicas de Daniel Hammerly Dupuy
242. El Mundo es de mi Dios: Antología de artículos
publicados por Daniel Hammerly Dupuy en la Revista
Geográfica Americana entre 1937 y 1949.
243. Tres Para Triunfar: Los Líderes de la Era Dorada del
Evangelismo Adventista
225
SILENCIOS Y CONSENSOS

244. Educados para servir: Cómo se forman misioneros desde


la misma infancia
245. Fuego Cruzado: Ataque y Defensa en la Crisis de Glacier
View
246. Entre el Modernismo y el Fundamentalismo: La
Conferencia Bíblica de 1919 y su importancia para la
historia Adventista del Séptimo Día
247. Cabos sueltos. La relación entre los debates irresueltos
de 1919, 1957 y 1976 y la crisis teológica de los años
ochenta
248. La Hueste Triunfante: El Evangelismo Adventista En El
Siglo XX (3 vols.)
249. Definidos por la Controversia: El Rol de la Disensión en
la Formación de la Identidad Teológica Adventista
250. Jerusalén versus Atenas: El pensamiento hebreo
comparado con el griego
251. Tres Ciudades que Gobernaron el Mundo
252. Pioneros, panteístas y progresistas: A. F. Ballenger y los
caminos divergentes hacia el santuario
253. Los Desafíos del Posmodernismo: Sus postulados y
negaciones a la enseñanza bíblica
254. Los Adventistas Evangélicos y las Joyas
255. Caminos Divergentes: La División del Adventismo
Luego del Chasco de 1844
256. A la sombra del continuo: Antecedentes y consecuencias
de la conferencia de profesores de Biblia e historia de 1919

226

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