Estetica TP1
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Facultad de Artes
Bibliografía:
MICHAUD, Yves. “Introducción”. En: El arte en estado gaseoso. Ensayo sobre el triunfo de la
estética. Fondo de Cultura Económica, México, 2007.
JIMÉNEZ, José. “La Estética en la encrucijada”. En: Imágenes del Hombre. Fundamentos de
estética. Tecnos, Madrid, 1986.
En esta paradoja del mundo contemporáneo que explica el texto hace alusión a los tiempos de
adoración de belleza que vivimos, su idolatría. Todo es exageradamente bello. Es como si al
escasear el arte, lo artístico se expandiera y coloreara todo pasando al estado de gas o de
vapor donde cubre todas las cosas como si fuese un vaho. El arte se volatilizó y se convirtió en
un éter estético.
La belleza estaba ligada al arte y hoy día se expandió al ámbito de la vida cotidiana por eso el
autor dice que en realidad es un arte que se volatilizó. Cuando dice que, a menor cantidad de
obras de arte, no se refiere a todas las obras, sino que lo expresa en el sentido tradicional,
concebidas como la obra de arte en el centro de esa experiencia estética, el artista como genio
creador y el público en una actitud de contemplación reverencial.
Esta desaparición de las obras de arte, el autor la concibe como tres procesos.
Primero desaparece la obra como objeto y pivote de la experiencia estética. Ahí donde había
obras solo quedaban experiencias. Las obras fueron reemplazadas en la producción artística
por dispositivos y procedimientos que funcionan como obras y producen la pureza del efecto
estético. Según Rosenberg, crítico estadounidense en 1972, señalaba que junto al proceso de
desestatización del objeto existe un proceso de desdefinición del arte. A partir de los
happenings, las obras fueron cada vez menos representativas de su género. Señaló que el arte,
podía ser cualquier cosa.
Segundo fue un movimiento de inflación de obras hasta su extenuación. Las obras no
desaparecen por su evaporación o volatilización sino por exceso, por sobreproducción: al
multiplicarse, al volverse accesibles al consumo bajo formas apenas diferentes en los múltiples
sanatorios del arte transformados en medios de comunicación de masas.
Y el tercero que hay es los de la producción industrial de los bienes culturales y los de la
producción industrial de las formas simbólicas. Acá el autor comienza a hablar del mundo de la
cultura y desemboca en una gran industria cultural.
El conjunto de estos procesos, tanto los internos del mundo del arte como el que actúa en el
ámbito de la cultura industrial, engendra este sentimiento según el cual la belleza está en
todas partes mientras que el arte ya no está en ninguna.
No desaparece la obra de arte sino que se reemplaza los soportes tradicionales por otros y
aparecen otras producciones que van desde lo corporal, desde la pintura hasta las
performance, las instalaciones, etc.