Poder Judicial

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POLICÍA NACIONAL DEL PERÚ

EESTP PNP “HN CAP. ALIPIO PONCE VÁSQUEZ”


PUENTE PIEDRA

DIRECCIÓN EFPP-SO
EJECUTIVA DE PNP-PP
EDUCACIÓN PNP

ASIGNATURA :

TEMA :

DOCENTE :

SECCIÓN :

ESTUDIANTE : ALO 1ER AÑO PNP

LIMA-PERÚ
2021
DEDICATORIA

Dedico este trabajo a nuestra


institución Policial que mediante
sus cursos de capacitación me
da los conocimientos necesarios
para ser un buen efectivo
policial.
INDICE
INTRODUCCION................................................................................................................
HISTORIA.............................................................................................................................
TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL
EN EL SIGLO XIX...............................................................................................................
TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN EL
SIGLO XX........................................................................................................................
EL PODER JUDICIAL EN LA NORMATIVIDAD LEGAL VIGENTE.....................
ESTRUCTURA DEL ESTADO........................................................................................
Aspecto Jurisdiccional........................................................................................................
Funcionamiento del Poder Judicial...................................................................................
Corte Suprema de Justicia de la República del Perú.......................................................
SALA PLENA:......................................................................................................................
ORGANIZACIÓN DEL CONSEJO EJECUTIVO:.....................................................................
EL CONTROL DE LA FUNCIÓN JUDICIAL...............................................................
MISION Y VISION...........................................................................................................
OBJETIVOS.....................................................................................................................
Estrategias:....................................................................................................................
RECOMENDACIONES.....................................................................................................
CONCLUSIONES.............................................................................................................
Bibliografía..........................................................................................................................
ANEXOS.........................................................................................................................

INTRODUCCION
El poder judicial es uno de los tres poderes u órganos constituidos del Gobierno

Federal, tiene por objeto la impartición de la justicia, está formado por varios órganos

primordiales para que esta administración se lleve adecuadamente y conforme a lo

establecido en las leyes de este país

El poder judicial está integrado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación,

Tribunal Federal electoral, Tribunal Colegiado de Circuito, Tribunal Unitario de

Circuito, Juzgados de Distrito y el Consejo de la Judicatura Federal; que a su vez estas

se encuentras subdivididas en varias instancias que se encargan de impartir justicia de

acuerdo al tipo de cámara o cargo al que estén señalados

Este es el único poder que es independiente del poder legislativo y ejecutivo ,

aunque no se rige en un solo órgano como el ejecutivo que está bajo el mando del

presidente de la república o el legislativo que está a cargo del Congreso de la Unión se

dice que es un órgano de control, porque es el que controla las leyes y justicia de la

nación..

El Palacio de Justicia de Lima es un edificio característico de la ciudad peruana

de Lima, sede de la Corte Suprema de la República y símbolo del Poder Judicial del

Perú.

Se ubica en el cercado de Lima frente al Paseo de los Héroes Navales, en una de

las plazas más grandes y significativas del Perú, sede de uno de los poderes del Estado y

que por ello es uno de los lugares usualmente elegidos en la ciudad para todo tipo de

concentraciones públicas.

El Poder Judicial del Perú es un organismo de la República del Perú constituido

por una organización jerárquica de instituciones, que ejercen la potestad de administrar

justicia, que emana del pueblo.


Está encabezado por la Corte Suprema de la República que tiene competencia en

todo el territorio. El segundo nivel jerárquico lo forman las Cortes Superiores con

competencia en todo un Distrito Judicial. El tercer nivel es formado por los Juzgados de

Primera Instancia cuya competencia es, aproximadamente, provincial. Finalmente, se

encuentran los Juzgados de Paz, con competencia distrital.

El Poder Judicial es aquél que administra justicia. La Constitución reconoce que

esta facultad es originaria del pueblo; sólo es ejercida por el Estado.

El Poder Judicial en su ejercicio funcional es autónomo en lo político,

administrativo, económico, disciplinario e independiente en lo jurisdiccional

No existe, ni puede instituirse, ninguna jurisdicción que pueda cumplir esta

misma tarea, con excepción de los organismos de justicia militar y arbitral.

El Poder Judicial es, de acuerdo a la Constitución y las leyes, la institución

encargada de administrar justicia a través de sus órganos jerárquicos que son los

Juzgados de Paz no Letrados, los Juzgados de Paz Letrados, las Cortes Superiores y la

Corte Suprema de Justicia de la República.


HISTORIA

Al darse la independencia del Perú, José de San Martín creó la “Cámara de

Apelaciones”, por decreto del 12 de febrero de 1821, con una jurisdicción que alcanzó

los territorios de los actuales departamentos de Cajamarca, Piura, Lambayeque,

Amazonas, entonces conocido como Chachapoyas y de Huamachuco, que era como

entonces se conocía a la actual provincia de Sánchez Carrión, con sede en la ciudad de

Trujillo, con el objetivo de reemplazar a la Real Audiencia, fue reemplazada el 26 de

marzo de 1824, en ese año se estableció en Trujillo la primera Corte Superior de Justicia

que tuviera la República del Perú, como máximo tribunal de justicia, con atribuciones

de Corte Suprema, bajo la denominación de Corte Superior del Norte cabe destacar que

pese a ya no tener a la Real Audiencia, el Perú siguió usando el derecho ibérico para

impartir justicia.

(Gutierrez Paredes)La reforma del Poder Judicial no es un proceso reciente, único, ni

homogéneo. No es reciente porque se registran antecedentes desde el siglo pasado. No es

único porque ha habido propuesta y modelos de reforma desde las más diversas perspectivas

y opciones según las coyunturas políticas en las que se haya dado: administrativo-jurídico-

jurisdiccional, social y político, económico y doctrinal. Tampoco es homogéneo, al menos en

los últimos 25 años, porque ha habido avances en algunos aspectos como el reconocimiento

de la justicia de paz en el sistema judicial peruano; se han introducido nuevos mecanismos de

resolución de conflictos como el arbitraje y la conciliación para el descongestionamiento

judicial, y ha habido retrocesos flagrantes como la introducción de la jurisdicción militar en

los asuntos civiles y el retiro del sistema contencioso de algunos fueros internacionales.

Hoy hablamos mucho del Poder Judicial. Hay una gran preocupación sobre el tema.

Y no es para menos porque la institución judicial es indispensable para tener un país con
relaciones justas. Los códigos pueden ser espléndidos, las investigaciones académicas sobre

temas jurídicos pueden ser excelentes, pero si no hay quien haga cumplir esas reglas y esos

principios, todo ello no tiene ningún valor. De ahí que el desmoronamiento del Poder Judicial

equivale a un desmoronamiento social que puede concluir en el desprestigio del Derecho

como institución valedera (Tragegnies). (Silva Santisteban) A mediados del siglo XIX, José

Silva Santisteban decía que “puede una legislación ser tan rica y completa como fuera dable:

no estando acompañada de una administración de justicia, será una bella utopía y nada más” .

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL


EN EL SIGLO XIX

Las Constituciones vigentes a lo largo de nuestra historia resultan un importante

referente respecto del desarrollo histórico que ha tenido el Poder Judicial. Algunos

autores como (Paz Soldan, 1984) y (Rubio Correa, 1999) desarrollan la historia de dicha

Institución conforme a las tantas constituciones que se han promulgado en el Perú.

(http://www.congreso.gob.pe/ntley/ConstitucionP.htm) En cada una de las

Constituciones reconocidas en el Archivo Digital de la Legislación en el Perú ,

advertimos el marco jurídico con el que ha contado el sistema de justicia y por ende

nuestro Poder Judicial a lo largo de la historia.

La Constitución de 1812

Aunque no exista unanimidad en reconocer a la Constitución Política de la

Monarquía Española, promulgada en Cádiz el 19 de marzo de 1812, como parte del

constitucionalismo peruano; lo cierto es que fue un texto de vital trascendencia para el

naciente constitucionalismo latinoamericano que –luego del proceso independentista-

surgiría para dar origen a las nuevas Repúblicas.


En dicho texto fundamental se reconoce que la potestad de aplicar las leyes en

las causas civiles y criminales pertenece exclusivamente a los tribunales, no pudiendo

las Cortes ni el Rey ejercer en ningún caso las funciones judiciales, avocarse a causas

pendientes, ni mandar abrir los juicios fenecidos.

Los tribunales no podrán ejercer otras funciones que las de juzgar y hacer que

se ejecute lo juzgado, no pudiendo suspender la ejecución de las leyes, ni hacer

reglamento alguno para la administración de justicia. La justicia se administraba en

nombre del Rey, y las ejecutorias y provisiones de los tribunales superiores se

encabezarán también en su nombre.

Se estableció que para ser nombrado magistrado o juez se requería haber

nacido en el territorio español, y ser mayor de veinte y cinco (25) años, debiendo las

demás calidades ser determinadas por la ley.

Como parte de la protección a la labor jurisdiccional, se estableció que los

magistrados y jueces no podían ser depuestos de sus destinos, sean temporales o

perpetuos, sino por causa legalmente probada y sentenciada, ni tampoco podían ser

sujeto de suspensión sino por acusación legalmente intentada. El soborno, el cohecho

y la prevaricación de los magistrados y jueces producen acción popular contra los

que los cometan.

Se reconoció la administración de justicia en lo civil, donde el Alcalde de cada

pueblo ejercerá en él el oficio de conciliador, y el que tenga que demandar por

negocios civiles o por injurias, deberá presentarse a él con este objeto; no estando

permitido entablar pleito alguno sin haber intentado el medio de la conciliación.

Respecto de la administración de justicia en lo criminal, se consagró que las

leyes establecieran el proceso caracterizado por la brevedad y no tener vicios, á fin de


que los delitos sean prontamente castigados. Señalaba además que ningún español podrá

ser preso, sin que preceda información sumaria del hecho, por el que merezca según la

ley ser castigado con pena corporal, y, así mismo, un mandamiento del juez por escrito

que se le notificará en el acto mismo de la prisión, con lo cual se consagró la protección

de la libertad personal.

La Constitución de 1823

Esta Constitución fue dictada por el Primer Congreso Constituyente el 12 de

noviembre de 1823 y estableció que la nación peruana es independiente de la

Monarquía Española y de toda dominación extranjera, no pudiendo ser patrimonio de

ninguna persona ni familia. Así las cosas, se estableció que la soberanía reside

esencialmente en la Nación y su ejercicio en los magistrados, a quienes ha delegado sus

poderes.

Conforme lo señala Marcial Rubio Correa, esta Constitución fundó el Poder

Judicial republicano en la Sección Segunda del Capítulo VIII intitulado “Poder

Judiciario”, donde se consagró que dicho poder reside exclusivamente en los Tribunales

de Justicia y Juzgados subalternos en el orden que designen las leyes, niveles que

administraban justicia en nombre de la nación. (Rubio Correa, 1999)

El Poder Judicial era independiente, los jueces inamovibles y de por vida si su

conducta no daba motivo para su separación.

Se creó una Suprema Corte de Justicia que residirá en la capital de la

República, compuesta por un Presidente, ocho (08) Vocales y dos (02) Fiscales. En

los Departamentos de Lima, Trujillo, Cusco, Arequipa y demás que conviniese, se

crearon Cortes Superiores de Justicia compuestas de los Vocales y Fiscales

necesarios. En forma complementaria, habría jueces de derecho con sus juzgados


respectivos en todas las Provincias, arreglándose su número en cada una de ellas,

según lo exija la pronta administración de justicia. No se estableció pauta alguna

para los nombramientos judiciales.

En las causas criminales el juzgamiento era público, el hecho conocido y

declarado por jurados, y la ley aplicada por los Jueces, no reconociéndose más que

tres instancias en los juicios.

Se estableció que producen acción popular contra los jueces el soborno, la

prevaricación, el cohecho, la abreviación o suspensión de las formas judiciales, el

procedimiento ilegal contra la libertad personal y la seguridad de domicilio.

Respecto de materia criminal, se señala que dentro de veinticuatro (24) horas se le

hará saber a todo individuo la causa de su arresto, y cualquier omisión en este punto se

declara atentatoria de la libertad individual.

Finalmente se consagró que todas las leyes anteriores al Texto de 1823 que no se

opongan al sistema de la independencia y a los principios en ella establecidos, quedaban en

vigor y con fuerza legal hasta la organización de los Códigos civil, criminal, militar y de

comercio.

La Constitución de 1826

La Constitución de 1826 –llamada la “Constitución vitalicia” de Bolívar- fue

aprobada por el Consejo de Gobierno el 1° de julio de 1826 y sometida a los Colegios

Electorales, que la ratificaron el 30 de noviembre de ese año.

Esta Constitución reconoció cuatro Poderes del Estado: el Poder Electoral, el

Poder Legislativo, el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial.

Respecto al Poder Judicial, declaró que los tribunales y juzgados no ejercían

otras funciones que la de aplicar leyes existentes. Los Magistrados y Jueces y durarían
en el ejercicio de sus cargos tanto cuanto durasen sus buenos servicios, no pudiendo ser

suspendidos de sus empleos sino en los casos determinados por las leyes y previa

decisión de la Cámara de Senadores –en cuanto a los primeros- y de las Cortes del

distrito, en cuanto a los segundos, con previo conocimiento del Gobierno. Toda falta

grave de los Magistrados y Jueces en el desempeño de sus respectivos cargos, produce

acción popular, la cual puede intentarse en todo el término de un año, por órgano del

Cuerpo Electoral.

Reconoce a la Corte Suprema de Justicia como la primera magistratura judicial

del Estado, estando compuesta por un Presidente, seis (06) Vocales y un (01) Fiscal,

divididos en las salas convenientes.

En las Provincias se establecieron Partidos judiciales proporcionalmente iguales,

y en cada capital de Partido había Juez de letras con el Juzgado que las leyes

determinen. Las facultades de estos Jueces se reducen a lo contencioso, y podían

conocer sin apelación en los negocios civiles, hasta la cantidad de doscientos pesos. Así

mismo, se consagra la existencia de Jueces de Paz en cada pueblo para las

conciliaciones, estableciéndose la procedencia de alguna reclamación civil o criminal de

injurias, sin este previo requisito, estando exceptuadas las acciones fiscales que no

admiten conciliación.

No se conocían más que tres instancias en los juicios.

Las cámaras podían decretar la suspensión temporal de algunas de las

formalidades constitucionales cuando la seguridad de la República lo exigiera.

La Constitución de 1828

El Texto Fundamental de 1828 –considerado por muchos como “la madre de

nuestras Constituciones”- fue dado por el Congreso General Constituyente el 18 de

marzo de 1828.
El ejercicio de la soberanía residía en tres poderes: Legislativo, Ejecutivo y

Judicial, suprimiéndose al Poder Electoral.

Ratificó la independencia del Poder Judicial, señalando que la justicia es

administrada –en nombre de la República- por los jueces, quienes eran perpetuos en el

cargo, salvo sentencia legal de separación. Estableció que en cada pueblo habrá Jueces

de Paz para las conciliaciones, sin cuyo requisito o el de haberla intentado, no se

admitirá demanda alguna civil o criminal de injurias, salvo las acciones fiscales y demás

que exceptúe la ley. Los juicios civiles eran públicos, aunque los jueces deliberaban en

secreto. Las sentencias eran motivadas y se pronunciaban en audiencia pública, mientras

que las causas criminales se hacían por Jurados, cuya institución era detallada por ley.

Entre tanto, los Jueces conocerán haciendo el juzgamiento público, y motivando sus

sentencias.

Creaba tribunales especiales para el comercio y la minería. Incurría en el error de

establecer jurados para las causas criminales aunque mientras se organizaban aquéllos,

seguirían conociendo de los procesos, los Jueces permanentes.

No habían más que tres instancias en los juicios, limitándose la tercera a los

casos que designe la ley, siendo el caso que ningún Tribunal o Juez podía abreviar ni

suspender en caso alguno las formas judiciales.

Ninguna persona podía ser apresada sin precedente (información del hecho por

el que merezca pena corporal) y sin mandamiento por escrito del Juez competente,

aunque se permitía el arresto in fraganti de un criminal que, inmediatamente después de

su aprehensión, debía ser conducido ante el Juez.

Eran objeto de acción popular contra los Jueces, el prevaricato, el cohecho, la

abreviación o suspensión de las formas judiciales, el procedimiento ilegal contra la

libertad personal y seguridad de domicilio.


En cuanto a la designación, se estableció el régimen de cooptación o de la

carrera cerrada, aunque se permitía abrirla provisionalmente a los abogados con

determinados años de ejercicio profesional.

La Constitución de 1834

En esta Constitución –dictada por la Convención Nacional el día 10 de Junio de

1834- se reconoce que el Poder Judicial es independiente y se establece que la duración

y permanencia de los Jueces es en razón de su buen comportamiento, no pudiendo ser

destituidos sino por juicio y sentencia legal.

Se ratifica la existencia de una Corte Suprema de Justicia con sede en la capital

de la República, mientras que en las capitales de Departamento se establecían Cortes

Superiores, a juicio del Congreso, y en los distritos judiciales se creaban los Juzgados

de Primera Instancia. En forma adicional, se dispuso que la división del territorio de la

República en Distritos Judiciales se haría por ley.

En cuanto a su conformación, la Corte suprema de Justicia estaba compuesta de

un Vocal por cada uno de los Departamentos que tengan Senadores y Consejeros de

Estado, a los que se añadía un Fiscal. Los departamentos que no tuvieran individuos con

los requisitos solicitados, podían nombrar libremente a otros de fuera; siendo elegido el

Presidente de la Corte Suprema de su seno, por los Vocales que la integran, para el

período de un año.

Se consagró también la existencia de un Consejo Supremo de la Guerra,

compuesto de Vocales y un Fiscal nombrados por el Congreso, quien además definía la

existencia de Tribunales Especiales, el número de sus Vocales y sus respectivas

atribuciones.

En cuanto al desarrollo de los procesos, la publicidad era considerada esencial

pudiendo los Tribunales controvertir los negocios en secreto, pero las votaciones se
hacían en lata voz y a puerta abierta, debiendo –además- motivarse las sentencias,

expresando la ley y, en su defecto, los fundamentos en que se apoyan.

Se prohibía todo juicio por comisión, estando impedido todo tribunal o Juez de

abreviar o suspender las formas judiciales que designa la ley. De igual modo, ningún

poder ni autoridad podía avocarse a causas pendientes en otro juzgado ni sustanciarlas,

ni hacer revivir procesos concluidos. Los magistrados, jueces y demás empleados del

Poder Judicial, eran responsables de su conducta conforme a la ley.

Se autorizó la acción popular contra los Magistrados y Jueces, por casos de

soborno, prevaricación, cohecho, abreviación o suspensión de las formas

judiciales, así como por procedimiento ilegal que afectara la seguridad personal y la del

domicilio.

Mientras la Carta Fundamental de 1828 hablaba de la inamovilidad de los

miembros del Poder Judicial, la de 1834 se limitaba a declarar que la duración en el

cargo dependía del buen comportamiento de sus miembros, los que no podían ser

separados sino por sentencia legal.

En cuanto a la designación, la Constitución de 1834 conservó la designación de

los vocales de la Corte Suprema por Departamentos, que serían elegidos por el

Congreso de las listas enviadas por los Colegios Electorales. El Fiscal de la Corte

Suprema, en cambio, y esto fue una innovación, sería nombrado por el Poder Ejecutivo

a propuesta, en terna simple, de la propia Corte, siendo igual el procedimiento para los

fiscales de las Cortes Superiores. Para el nombramiento de los agentes fiscales la

respectiva Corte Superior presentaría una terna al Ejecutivo, el que escogería uno. En lo

demás, se mantuvo el sistema de la Constitución anterior.

El Pacto de Tacna de 1837 (Ley Fundamental de la Confederación Perú-

Boliviana)
En la Ley Fundamental de la Confederación Perú-Boliviana se señaló que el

Poder Judicial General –referido a la Confederación- se ejercería a prevención en las

causas de Almirantazgo, y en las que resulten por contratos con el Gobierno General,

por las Cortes Supremas de las Repúblicas Confederadas, y en los juicios nacionales

contra los funcionarios expresados en el Artículo 23, por un Tribunal Especial

compuesto de tres Magistrados de cada una de las Cortes Supremas, nombrados por

ellas mismas, que serán convocados por el Senado al lugar donde se hubiere reunido el

Congreso. El Senado en este caso, nombrará el Fiscal que deba promover y fenecer el

juicio.

La Constitución de 1839

Fue dada por el Congreso General el día 10 de noviembre de 1839 en Huancayo.

Dicha Carta suprimió el término “inamovilidad” de los miembros del Poder

Judicial, aludiendo tan solo a que se ejerce por los Tribunales y Jueces, quienes podrán

ser destituidos por juicio y sentencia legal, además de consagrarse la atribución del

Ejecutivo para trasladados, suspendidos y aún removidos.

Los Magistrados de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores eran

designados por el Presidente de la República dentro de las ternas presentadas por el

Consejo de Estado. En el caso de los Jueces de Primera Instancia, el procedimiento era

el mismo, pero las ternas las presentaba la Corte Superior del distrito Judicial.

Entre las atribuciones de la Corte Suprema figuraban la de conocer los negocios

contenciosos del Cuerpo Diplomático y Consular residente en la República, las

infracciones del Derecho Internacional y los despojos hechos por el Poder Ejecutivo y

otras materias conexas, constituyéndose así una tendencia embrionaria de reglamentar

lo que hoy llamaríamos la jurisdicción contencioso administrativa. Entre las

obligaciones de la Corte Suprema estaba asimismo la de presentar informes al


Congreso, a la apertura de las sesiones de éste, para la mejor administración de la

justicia.

La Constitución de 1839 repitió, en lo esencial, los dispositivos de las Cartas

anteriores sobre el Poder Judicial.

La Constitución de 1856

Esta Constitución fue dada el 13 de octubre de 1856 y promulgada el 19 del

mismo mes.

Señala que la justicia será administrada por los Tribunales y Juzgados, siendo los

miembros del Poder Judicial amovibles, fijando la ley la duración de sus empleos.

Establece una Corte Suprema de Justicia, Cortes Superiores, Juzgados de

Primera Instancia en las Provincias, y Juzgados de Paz en todas las poblaciones. El

número de Juzgados de Primera Instancia en las provincias y el de Juzgados de Paz en

las poblaciones, se designará por una ley.

Los Vocales de la Corte Suprema eran nombrados por el Congreso, a propuesta

en terna doble del Poder Ejecutivo; mientras que los de las Cortes Superiores y los

Jueces de Primera Instancia, lo eran por el Ejecutivo a propuesta en terna doble de las

Juntas Departamentales.

Se consagró la publicidad como aspecto esencial de los juicios, pudiendo los

Tribunales discutir en secreto, pero debiendo hacer sus votaciones en alta voz y a puerta

abierta. Las sentencias debían ser motivadas, expresándose la ley o fundamentos en que

se apoyan, y estando prohibido todo juicio por comisión.

Ningún poder ni autoridad podía avocarse a causas pendientes en otros juzgados,

ni sustanciarlas ni hacer revivir procesos fenecidos; generándose acción popular contra


los Magistrados y Jueces en casos de prevaricación, cohecho, abreviación o suspensión

de las formas judiciales o el procedimiento ilegal contra las garantías individuales.

Para vigilar sobre el cumplimiento de las leyes, se estableció la existencia de un

Fiscal de la Nación en la capital de la República, así como de Fiscales y Agentes

Fiscales en los lugares y con las atribuciones que la ley designe. El Fiscal de la Nación

sería nombrado en la misma forma que los Vocales de la Suprema, los Fiscales

Departamentales como los Vocales de las Superiores y los Agentes Fiscales como los

Jueces de Primera Instancia.

La Constitución de 1860

Esta Constitución del 10 de noviembre de 1860, fue expedida durante el segundo

mandato de Ramón Castilla.

Respecto a la regulación del sistema de justicia, mantuvo las características y el

contenido de la Carta anterior, añadiendo que los Vocales y Fiscales de la Corte

Suprema serán nombrados por el Congreso, a propuesta en terna doble del Poder

Ejecutivo; los Vocales y Fiscales de las Cortes Superiores serán nombrados por el

Ejecutivo a propuesta en terna doble de la Corte Suprema; y los Jueces de Primera

Instancia y Agentes Fiscales, a propuesta en terna doble de las respectivas Cortes

Superiores. Si ocurriese alguna vacante en la Corte Suprema durante el receso del

Congreso, la Comisión Permanente del órgano legislativo proveerá interinamente la

plaza, a propuesta en terna doble del Poder Ejecutivo.

La Constitución de 1867

Esta Carta fue sancionada por el Congreso Constituyente el 29 de agosto de 1867.

Conforme se advierte del texto constitucional, los Vocales de la Corte Suprema

eran nombrados por el Congreso, para lo cual aquella debe remitirle –en caso de

vacante- una lista de todos los magistrados que tengan quince (15) años de servicios y
de todos los abogados que tengan veinte (20) años de estudio abierto. Los Vocales de la

Corte Superior eran nombrados por el Congreso a propuesta en terna doble de la Corte

Suprema: una de magistrados con diez(10) años de servicios, y otra de abogados con

diez (10) años de estudio abierto. Los Jueces de Derecho eran nombrados por la corte

Suprema a propuesta de la respectiva Corte Superior; mientras que los de Paz eran

nombrados por la Corte Superior respectiva a propuesta en terna del Juez de Primera

Instancia. Los Representantes no pueden ser propuestos ni elegidos para ninguna

Vocalía.

Asimismo, habrá en la Corte Suprema un Fiscal, en las Cortes Superiores el

número de Fiscales que designe la ley, y Agentes Fiscales en las capitales de

Departamento y en los lugares que determine la ley. Los Fiscales serán nombrados del

mismo modo que los Vocales, y los Agentes Fiscales del mismo modo que los Jueces.

Otra innovación importante en materia judicial era que la ley determinaría la

organización de los Tribunales contencioso–administrativos.

TRATAMIENTO NORMATIVO CONSTITUCIONAL DEL PODER JUDICIAL EN


EL SIGLO XX
La Constitución de 1920

Fue dictada por la Asamblea Nacional de 1919 y promulgada el 18 de Enero de

1920, cuando era Presidente Constitucional de la República, Augusto B. Leguía.

Sobre el Poder Judicial estableció que los Vocales y Fiscales de la Corte

Suprema serían elegidos por el Congreso entre diez (10) candidatos, propuestos por el

Gobierno de acuerdo con la ley. Los Vocales y Fiscales de las Cortes Superiores serían

nombrados por el Poder Ejecutivo a propuesta en terna doble de las respectivas Cortes

Superiores, de conformidad con la ley.


Los miembros del Poder Judicial no podrán ser nombrados por el Poder

Ejecutivo para desempeñar ningún cargo político, exceptuándose a los Magistrados de

la Corte Suprema que podrán ser nombrados Ministros de Estado.

Corresponde a la Corte Suprema resolver las competencias que se susciten entre

el Poder Ejecutivo y los Consejos Provinciales en el ejercicio de sus funciones

autónomas. Así mismo, la Corte Suprema ejerce autoridad y vigilancia sobre todos los

Tribunales y Juzgados de la República y funcionarios judiciales, notariales y del

Registro de la Propiedad, tanto en el orden judicial como en el disciplinario, pudiendo

corregir, suspender y destituir a los Vocales, Jueces y demás funcionarios, conforme a

ley.

La carrera judicial será determinada por una ley que fije las condiciones de los

ascensos. Los nombramientos judiciales de Primera y Segunda Instancia serán

ratificados por la Corte Suprema cada cinco (05) años, siendo el caso que la no

ratificación de un magistrado por la Corte Suprema, no le priva de su derecho a los

goces adquiridos conforme a la ley.

Al igual que otras Constituciones anteriores, se consagra a la publicidad como

un valor esencial en los juicios, pudiendo los Tribunales discutir en secreto, pero

debiendo realizarse las votaciones en alta voz y públicamente; a lo cual se añade la

exigencia de que las sentencias sean motivadas, expresando en ellas la ley o los

fundamentos en que se apoyan. Así mismo, se prohibió todo juicio por comisión.

Se consagró también que la justicia militar no podía por ningún motivo,

extender su jurisdicción sobre personas que no estén en servicio en el Ejército, a no ser

en caso de guerra nacional.

Sobre la conducta judicial, se estableció como causales de procedencia de acción

popular contra los Magistrados y Jueces, la prevaricación, el cohecho, la abreviación o


suspensión de las formas judiciales, el procedimiento ilegal contra las garantías

individuales y la prolongación indebida de los procesos criminales.

La Constitución de 1933

Esta Carta Magna señalaba que el poder de administrar justicia se ejerce por los

tribunales y juzgados, con las garantías y según los procedimientos establecidos en la

Constitución y en las leyes. La ley determinará la organización y las atribuciones de los

tribunales militares y de los demás tribunales y juzgados especiales que se establezcan

por la naturaleza de las cosas.

La innovación está en que el Estado indemnizará a las víctimas de los errores

judiciales en materia criminal, previo juicio de revisión, en la forma que determine la

ley; manteniéndose la acción popular para denunciar los delitos contra los deberes de

función y cualesquiera otros que cometan los miembros del Poder Judicial en el

ejercicio de sus funciones; así como para denunciar los delitos contra la ejecución de las

resoluciones judiciales, que cometan los funcionarios del Poder Ejecutivo.

La Constitución de 1979

La Constitución de 1979, aprobada por Asamblea Constituyente de 1978,

contiene la novedad de establecer un preámbulo de donde se desprende que el estado

reconoce la primacía de la persona humana y que todos los hombres, iguales en

dignidad, tienen derechos de validez universal, anteriores y superiores al Estado. Así

mismo, se señala que la familia es célula básica de la sociedad y raíz de su grandeza, así

como ámbito natural de la educación y la cultura; que el trabajo es deber y derecho de

todos los hombre y representa la base del bienestar nacional; que la justicia es valor

primario de la vida en comunidad y que el ordenamiento social se cimenta en el bien

común y la solidaridad humana.


Se colige entonces que se intenta promover la creación de una sociedad justa,

libre y culta, sin explotados ni explotadores, exenta de toda discriminación por razones

de sexo, raza, credo o condición social, donde la economía esté al servicio del hombre y

no el hombre al servicio de la economía; con lo cual se aspira –como convivencia- a

articular una sociedad abierta y apta para recibir y aprovechar el influjo de la revolución

científica, tecnológica, económica y social que, por ese entonces, transformaba el

mundo.

La Constitución reconoce también un Estado democrático basado en la voluntad

popular y en su libre y periódica consulta, que garantice, a través de instituciones

estables y legítimas, la plena vigencia de los derechos humanos, la independencia y la

unidad de la República, la dignidad creadora del trabajo, la participación de todos en el

disfrute de la riqueza, la cancelación del subdesarrollo y la injusticia, el sometimiento

de gobernantes y gobernados a la Constitución y la ley y la efectiva responsabilidad de

quienes ejercen función Pública, la necesidad de impulsar la integración de los pueblos

latinoamericanos y de afirmar su independencia contra todo imperialismo, la fraternidad

de todos los hombres y de la necesidad de excluir la violencia como medio de procurar

solución a conflictos internos e internacionales, la personalidad histórica de la Patria, la

defensa de su patrimonio cultural y de asegurar el dominio y la preservación de sus

recursos naturales.

En este contexto, desarrolla garantías de la administración de justicia como la

unidad y la exclusividad de la función jurisdiccional, la independencia en su ejercicio, la

motivación escrita de las resoluciones en todas las instancias, la obligación de no dejar

de administrar justicia por defecto o deficiencia de la ley, entre otras. Así mismo, se

consagra el control difuso para casos en que se advierta incompatibilidad entre una

norma constitucional y una legal ordinaria, debiendo preferir el Juez la primera.


En cuanto al resguardo financiero-presupuestario, se establece que el

Presupuesto del Poder Judicial no es menor del dos por ciento (2%) del presupuesto de

gastos corrientes para el Gobierno Central; para efecto de lo cual se establece que la

Corte Suprema de Justicia, por intermedio de uno de sus miembros, tiene derecho de

concurrir a las Cámaras Legislativas para tomar parte sin voto en la discusión de los

proyectos de ley que presente y de la ley de Presupuesto de la República en lo

concerniente al Poder Judicial.

Las acciones contencioso-administrativas se interponen contra cualquier acto o

resolución de la administración que causa estado.

Por su parte, el Estado garantiza a los magistrados judiciales: su independencia

(solo están sometidos a la Constitución y la ley), su permanencia en el servicio hasta

los setenta (70) años y la inamovilidad en sus cargos, mientras observan conducta e

idoneidad propias de su función (no pueden ser ascendidos ni trasladados sin su

consentimiento) y una remuneración que les asegura un nivel de vida digno de su

misión y jerarquía.

En cuanto a la selección de los magistrados, se crea el Consejo Nacional de la

Magistratura, para que realice las propuestas para el nombramiento de los magistrados

de la Corte Suprema y de las Cortes Superiores.

Por otro lado, se atribuye al Ministerio Público personería jurídica propia con

independencia, autonomía, organización funciones y prohibiciones, consagrándolo

como un Organismo Constitucional Autónomo (OCA), y – además- se crea el Tribunal

de Garantías Constitucionales como órgano de control de la Constitución.

La Constitución Política de 1993

Actualmente nos encontramos regidos por los alcances de la Constitución de

1993 que establece principios y derechos de la función jurisdiccional.


Al respecto, (Rubio Correa, 1999, pág. 11)acota que si bien tenemos el principio

de la función jurisdiccional su unidad, en la realidad es compartida por los siguientes

órganos: el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional (que ejerce jurisdicción en la

acción de inconstitucionalidad y también, como última instancia, en las acciones de

garantía de derechos denegadas en las instancias previas, según Art. 202 de la

Constitución de 1993), el Jurado Nacional de Elecciones (en materias electorales, de

referéndum y otro tipo de consultas populares), el Consejo Nacional de la Magistratura

(en materia de evaluación y ratificación de jueces, cuyas resoluciones tampoco pueden

ser revisadas judicialmente (Art. 142° de la Constitución de 1993) y los Tribunales

Militares (en aplicación del Art. 173° de la Constitución de 1993, debiendo señalarse

que si bien es cierto que la Corte Suprema casa sus resoluciones según el Art. 141, ello

sólo ocurre en casos de imposición de pena de muerte, por lo que tendrán jurisdicción

propia y totalmente autónoma en los demás casos). En tal sentido, debe señalarse que

los principios y derechos consagrados en el Art. 139° resultarían exigibles en aquellas

instituciones antes referidas.

Los cambios más importantes sobre el tema de administración de justicia de la

Constitución de 1979 a la de 1993, son los siguientes:

 Se ha ampliado la pena de muerte, cosa prohibida por la Convención

Americana sobre Derechos Humanos de San José de Costa Rica; motivo

por el cual –para que este dispositivo constitucional sea aplicable- el

Estado peruano tendría que denunciar dicha Convención y esperar el

tiempo indicado en ella para que la denuncia produzca efecto. En caso

contrario, deberá obtener una modificación de sus términos. Si ninguna

de estas dos cosas ocurre, entonces por el propio mandato de la parte


final del artículo 140° de la Constitución, le será imposible aplicar la

pena de muerte a los nuevos casos establecidos.

 El Art. 141° de la Constitución de 1993 da a la Corte Suprema la calidad

de órgano de casación de sentencias (salvo casos en los que el trámite se

inicie ante una Corte Superior o ante la propia Corte Suprema). Es una

fórmula que, siendo bien utilizada, puede permitir que la Corte dirija

verdaderamente la política jurisdiccional del país en vez de ser lo que

hasta ahora: una instancia procesal de resolución de conflictos.

 En el Art. 143° de la Constitución de 1993, se diferencia entre los

órganos jurisdiccionales y los órganos de gobierno y administración,

siendo una norma positiva que debe, sin embargo, encontrar su mejor

forma de reglamentación.

 El carácter de incompatibilidad de la función jurisdiccional con

cualquier otra actividad pública o privada, excepción hecha de la

docencia universitaria (Art. 146° de la Constitución de 1993).

 Aunque no figura en el capítulo referido al Poder Judicial, se resalta que

los jueces de paz provienen de elección popular, y que se podrá

establecer también la elección de los jueces de primera instancia (Art.

152° de la Constitución de 1993).

 La autorización dada a las autoridades de las Comunidades

Campesinas y Nativas, con el apoyo de las Rondas Campesinas, para ejercer

las funciones jurisdiccionales dentro de su ámbito territorial de conformidad

con el derecho consuetudinario, siempre que no violen los derechos

fundamentales de la persona (Art. 149° de la Constitución de 1993).


EL PODER JUDICIAL EN LA NORMATIVIDAD LEGAL VIGENTE

Dentro del Estado los actos y responsabilidades son regidos por leyes que el

Poder Judicial debe hacer cumplir. La justicia debe estar al servicio del pueblo por lo

que existe un Sistema Judicial, una organización que permite que el ciudadano pueda

acceder a la justicia, según diferentes niveles e instancias relacionadas con la

gravedad de su falta o delito.

En esta concordancia la Ley Orgánica del Poder Judicial en su Sección Primera

traza los principios a lo largo de sus 25 artículos, los que están referidos a la Potestad

exclusiva de administrar justicia, la autonomía e independencia del Poder Judicial, la

estructura del Poder Judicial y define los derechos y deberes de los magistrados, los

justiciables y los auxiliares jurisdiccionales para asegurar el cumplimiento y pleno

respeto de las garantías constitucionales de la administración de justicia, sobre el

carácter vinculante de las decisiones judiciales, respecto de la dirección e impulso del

proceso, en cuanto a la tutela jurisdiccional y debido proceso, sobre los deberes

procesales de las partes, de la facultad sancionadora del Juez, del principio de

Publicidad, del derecho de análisis y crítica de las decisiones judiciales, sobre la

pluralidad de instancia, de la motivación de resoluciones, de lo contencioso

administrativo, de la supremacía de la norma constitucional y control difuso de la

Constitución, de la Facultad del justiciable a usar su propio idioma, de la independencia

jurisdiccional del Magistrado, de la especialidad del Magistrado, sobre la excepción a la

especialidad por razón de carga procesal, quejas de hecho, respecto de la sanción por

responsabilidad funcional, iniciativa legislativa de la Corte Suprema, del carácter

vinculante de la doctrina jurisprudencial, de las funciones, de gobierno y órganos

encargados de administrar justicia.


Finalmente como principios señalan cuales son los órganos encargados de

administrar justicia en nombre del pueblo y los que norman, rigen, controlan y

ejecutan su propia actividad institucional y administrativa.

De lo antes mencionado, no atrevemos a decir que varios de dichos principios

son incipientemente cumplidos por las mujeres y hombres que administran justicia,

como prueba de ello no tener jurisprudencia, origina una buena motivación de las

resoluciones; o cuando constatamos que no cuenta con el presupuesto que establece la

Constitución no se puede exigir una calidad o eficiencia en la administración de

justicia. En todo caso asistimos a esta realidad y en las propuestas del presente trabajo

abordaremos algunas soluciones a los problemas advertidos.

Como se puede desprender de lo desarrollado en este Capítulo, el Poder

Judicial –en tanto institución del Estado- ha evolucionado conforme a los avances y

retrocesos ha tenido el país en su surgimiento a la vida independiente y en su

consolidación republicana; estando caracterizada su historia –como ahondaremos en

el Capítulo siguiente- por una significativa injerencia del poder político en sus

decisiones, sobre todo en cuanto a su organización y conformación se refiere.

En este contexto, y tomando en cuanto lo señalado en el Capítulo precedente,

podemos colegir que la idea del hoy denominado Estado Social y Democrático de

Derecho resulta una herramienta para alcanzar una verdadera democracia política,

económica y social, que exige una participación activa y responsable de los

ciudadanos y grupos sociales en la fijación y determinación de las metas y objetivos a

conseguir “para todos”, de acuerdo a una adecuada jerarquía de valores, a las

necesidades a remediar, los medios a utilizar, los recursos disponibles y el


reparto equitativo de los frutos generados por el esfuerzo colectivo (Gandara Feijon,

1976).

En ese esfuerzo, el Poder Judicial constituye la institución donde recae la

expectativa social que deberá dar respuesta de modo afirmativo, en el sentido de que

sí es posible el gobierno de la Constitución y la Ley, por lo que la judicatura está

llamada en esta hora a legitimarse socialmente y legitimar al propio Estado en la

lucha por alcanzar sus objetivos. Un Estado Constitucional de Derecho tiene que ver

directamente, en el caso peruano, con las respuestas que el Poder Judicial y el

Ministerio Público realice para los casos de investigaciones sobre corrupción etc., lo

cual –por cierto- constituye un desafío particular para nuestro Poder Judicial y a los

hombres de derecho en general.

(Cubas Villanueva, 7-10)Bien podría decirse, entonces, que la vigencia del Estado
Constitucional ha quedado, como nunca antes, supeditada a lo resuelto a través de las
sentencias.

ESTRUCTURA DEL ESTADO


El Estado peruano está conformado por tres poderes:

 El Poder Ejecutivo, representado por el Presidente de la República


 El Poder Legislativo, representado por el Presidente del Congreso
 El Poder Judicial, representado por el Presidente de la Corte
Suprema de Justicia.

Según la Constitución y las leyes, el Poder Judicial tiene la función de ejercer la

administración de justicia a través de sus diferentes instancias: Salas Supremas, Salas

Superiores, Juzgados.
Aspecto Jurisdiccional

Funcionamiento del Poder Judicial


Dentro del Estado nuestros actos y responsabilidades son regidas por leyes que

el Poder Judicial debe hacer cumplir. La justicia debe estar al servicio del pueblo por lo

que existe un Sistema Judicial, una organización que permite que el ciudadano pueda

acceder a la justicia, según diferentes niveles e instancias relacionadas con la gravedad

de su falta o delito.

Solucionan Casos de Delitos

Un delito es una acción antijurídica y culpable, que se castiga por la ley

mediante una pena o medida de seguridad. Generalmente está relacionada con daños a

la persona, a la propiedad, etc. Por ejemplo, un asesinato, un robo, una estafa a gran

cantidad de personas, etc.

Solucionan Casos de Faltas

Las faltas son infracción involuntaria de la ley, ordenanza o reglamento, a la cual

se señala una sanción leve, por ejemplo, una riña callejera, el arrojar basura en lugares

prohibidos, etc.

Juzgados de Paz No Letrados

 Investigan y sentencian en casos de faltas menores, de acuerdo a su

competencia.

Juzgados de Paz Letrados

 Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados

de Paz No Letrados.
 Investigan y sentencian en casos de faltas, de acuerdo con su

competencia.

Juzgados Especializados o Mixtos

 Investigan o realizan instrucción de los casos que les son presentados

(Procesos Ordinarios).

 Investigan y sentencian en los procesos sumarios y especiales.

 Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los Juzgados

de Paz Letrados.

Cortes Superiores

 Realizan el juzgamiento o juicio oral en los procesos ordinarios.

 Resuelven las apelaciones realizadas sobre las sentencias de los juzgados

especializados o mixtos.

Corte Suprema

 Es la última instancia ante la cual se pueden apelar todos los procesos

judiciales que provienen de cualquier Corte Superior de justicia.

FUNCIONES DEL PODER JUDICIAL

 Proponer a la Sala Plena de la Corte Suprema la Política General del

Poder Judicial y aprobar el Plan de Desarrollo del mismo.

 Fijar el número de Vocales Supremos Titulares.

 Determinar el número de Salas Especializadas Permanentes y

excepcionalmente el número de Salas Transitorias de la Corte Suprema.


 Aprobar el Proyecto de Presupuesto del Poder Judicial propuesto por la

Gerencia General y ejecutarlo una vez sancionado legalmente.

 Velar por el respeto de las atribuciones y garantías del Poder Judicial.

 Acordar el horario del Despacho Judicial de la Corte Suprema.

 Distribuir la labor individual o por comisiones, que corresponda a sus

integrantes.

 Resolver en última instancia las medidas de apercibimiento, multa y

suspensión, impuestas por la Oficina de Control de la Magistratura, en

contra de los magistrados.

 Resolver conforme a su Reglamento, los asuntos relativos a traslados de

magistrados, funcionarios y demás servidores del Poder Judicial.

 Designar al Gerente General del Poder Judicial, y a los demás

funcionarios que señale la Ley y los reglamentos.

 Emitir los informes que le solicite el Congreso de la República; la Sala

Plena de la Corte Suprema y el Fiscal de la Nación sobre los asuntos de

su competencia y solicitar los que se relacionen con sus funciones.

 Supervisar la conservación y buen recaudo de los bienes incautados cuya

libre disposición está supeditada a la resolución de los juicios penales,

conforme a ley.

 Proponer a la Sala Plena de la Corte Suprema, en forma excepcional, la

distribución de causas entre las Salas Especializadas, fijando su

competencia a fin de descongestionar la carga judicial, pudiendo

conformar Salas Transitorias por un término no mayor de tres meses, en

casos estrictamente necesarios.


 Asegurar la progresiva habilitación y adecuación de locales judiciales a

nivel nacional, en los cuales funcionen los órganos jurisdiccionales con

su respectivo personal auxiliar.

 Disponer y supervisar el desarrollo de los sistemas de informática que

faciliten una eficiente función de gestión, el eficaz control de la conducta

funcional y del trabajo jurisdiccional de todos los miembros del Poder

Judicial y la organización estadística judicial, conforme con las

propuestas que le formule la Gerencia General.

 Asegurar el pago íntegro de las remuneraciones de los magistrados y

demás servidores del Poder Judicial, según lo establecido en esta Ley.

 Crear y suprimir Distritos Judiciales, Salas de Cortes Superiores y

Juzgados, cuando así se requiera para la más rápida y eficaz

administración de justicia, así como crear Salas Superiores

Descentralizadas en ciudades diferentes de las sedes de los Distritos

Judiciales, de acuerdo con las necesidades de éstos

 La creación de Distritos Judiciales se realiza en función de áreas de

geografía uniforme, la concentración de grupos humanos de idiosincrasia

común, los volúmenes demográficos rural y urbano, el movimiento

judicial y además la existencia de vías de comunicación y medios de

transporte que garanticen a la población respectiva un fácil acceso al

órgano jurisdiccional. En todo caso, la creación o supresión de Distritos

Judiciales, Salas de Cortes Superiores o Juzgados, se sustentan

estrictamente en factores geográficos y estadísticos.

 Reubicar Salas de Cortes Superiores y Juzgados a nivel nacional, así

como aprobar la demarcación de los Distritos Judiciales y la


modificación de sus ámbitos de competencia territorial, pudiendo

excepcionalmente incorporar Salas de Cortes Superiores Especializadas

y Juzgados Especializados o Mixtos con competencia supraprovincial.

 Adoptar acuerdos y demás medidas necesarias para que las dependencias

del Poder Judicial funcionen con celeridad y eficiencia y para que los

magistrados y demás servidores del Poder Judicial se desempeñen con la

mejor conducta funcional.

 Designar al Jefe de la Oficina de Inspectoría General del Poder Judicial.

Corte Suprema de Justicia de la República del Perú

La Corte Suprema de Justicia de la República es el máximo órgano

jurisdiccional del Perú. Su competencia se extiende a todo el territorio del país, siendo

su sede el Palacio de Justicia ubicado en la ciudad de Lima.

La Corte Suprema se compone por tres Salas Supremas:

 Sala Civil: que conoce todos los temas relacionados con el Derecho civil

y el Derecho mercantil.

 Sala Penal: que conoce todos los temas relacionados con el Derecho

penal.

 Sala Constitucional y Social: que conoce todos los temas relacionados

con el Derecho Constitucional y el Derecho Laboral.

La Corte Suprema se encuentra integrada tanto por Vocales Supremos Titulares

y Vocales Supremos Provisionales, quienes sustituirán a los titulares en caso de

vacancia, licencia o impedimento. Los Vocales Supremos se distribuyen en cada una de

las Salas Supremas que la ley establezca. El Presidente de la Corte Suprema y el Vocal

Jefe de la Oficina de Control de la Magistratura no integran ninguna Sala Suprema. La


Corte Suprema consta de tres Salas Supremas Permanentes (Civil, Penal y

Constitucional y Social), pudiendo crearse por ley Salas Supremas Transitorias. Cada

Sala Suprema está integrada por cinco Vocales Supremos los que eligen un Presidente

de entre ellos.

ORGANIZACIÓN DEL CONSEJO EJECUTIVO:


El Consejo Ejecutivo, es el órgano de dirección y gestión del Poder Judicial que

tiene a su cargo las funciones y atribuciones señaladas en la Ley Orgánica del Poder

Judicial. Asume la dirección técnico-administrativa del Poder Judicial y de los

Organismos señalados por ley.

El Consejo Ejecutivo tiene domicilio y sede en la ciudad de Lima y ejerce sus

funciones y atribuciones en todo el territorio nacional de acuerdo a la Ley Orgánica del

Poder Judicial y sus Reglamentos.

El Consejo Ejecutivo está integrado por:

1. El Presidente del Poder Judicial, quien lo preside y tiene voto simple y

voto dirimente;

2. Dos Jueces Supremos elegidos por la Sala Plena de la Corte Suprema; 

3. Un Juez Superior Titular en ejercicio elegido por los Presidentes de las

Cortes Superiores de Justicia de la República;

4. Un Juez Titular Especializado o Mixto;

5. Un representante elegido por la Junta de Decanos de los Colegio de

Abogados del Perú.

El mandato de los integrantes del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial dura dos años.

Para la designación del Juez Superior Titular, cada Sala Plena de las Cortes

Superiores elegirá un candidato, y los Presidentes de Cortes Superiores, mediante

sufragio directo, elegirán al integrante del Consejo Ejecutivo del Poder Judicial.

 
Para la designación del miembro señalado en inciso 4) del presente artículo, los jueces

especializados o mixtos titulares elegirán a un representante por cada distrito judicial,

los que se reunirán para elegir entre ellos al Juez que integrará el Consejo Ejecutivo del

Poder Judicial.

En caso de impedimento del Presidente del Consejo Ejecutivo, asume el cargo el Juez

Supremo más antiguo integrante del Consejo.

El Consejo Ejecutivo se reúne en sesiones Ordinarias y Extraordinarias. Las

sesiones ordinarias se realizan cuatro veces al mes. Las Sesiones Extraordinarias se

realizan cuando lo convoque el Presidente del Consejo Ejecutivo o lo soliciten cuando

menos tres de sus miembros.

El Quórum está compuesto por la mitad más uno del número total de

Consejeros. Los acuerdos se adoptan por mayoría simple. Las inasistencias

injustificadas, se sancionan con multa equivalente a tres días de haber total, y se registra

en el escalafón. En caso de reincidencia, además se publicará en el Diario Oficial.

Cada Consejería contará con un equipo profesional técnico especializado en

derecho, para asesorarlo según los requerimientos y necesidades de cada Consejero.

EL CONTROL DE LA FUNCIÓN JUDICIAL

El control disciplinario a diferencia de la ratificación cumple el propósito de control

sobre el ejercicio de la función jurisdiccional. Para ejercer este control el Estado a creado un

sistema de control disciplinario de los jueces, traducido en una función compartida entre el

Poder Judicial a través de la Oficina de Control Disciplinario y el Consejero Nacional de la

Magistratura.

La OCMA se encarga de aplicar sanción menor a la de destitución a los jueces

superiores, especializados y de paz letrado; y el Consejo Nacional de la Magistratura aplica la

sanción de destitución a los jueces de todos los niveles; siendo que a los jueces superiores,

especializados y de paz letrado a pedido del Presidente de la Corte Suprema. Estas funciones
conferidas a ambas instituciones se encuentras establecidas en el artículo 154 de la

Constitución Política del Estado de 1993.

Este encargo de la nación de un lado a un Poder del Estado (Poder Judicial) y de otro

a un organismo autónomo constitucional (Consejo Nacional de la Magistratura) ha generado

limitaciones como las que señalamos:

 Poder Judicial

1. Los Presidentes de los Distritos Judiciales asumen la Jefatura Distrital de la

Oficinas de Control de la Magistratura (ODECMAS), hasta que dure su cargo

de presidente.

2. Los Jefes de las ODECMAS designan a los jueces y / o magistrados que

tramitan las investigaciones y procesos disciplinarios instaurados contar los

jueces. Siendo que su mandato es temporal.

Esta organización generó la cultura del “compañerismo” mal fundado, porque

diversos actos de inconducta no han sido debidamente investigados ni sancionados, lo que

trajo como consecuencia la impunidad, e inclusive los pedidos de la sanción destitución ante

el CNM, en su mayoría sólo era para jueces suplente.

 Consejo Nacional de la Magistratura

1. Sólo aplica la sanción de destitución.

2. Al culminar el proceso disciplinario y si a criterio del Pleno del Consejo

Nacional de la Magistratura no se debe aplicar la sanción de destitución, no

puede imponer sanción, siendo que esta competencia recae en el Poder judicial.

3. Hasta antes de la vigencia de la Ley de Carrera Judicial, en estaba establecida la

tipificación de las inconductas.


Este panorama, genera diversas dificultades y deficiencias en el control de la

conducta de los jueces, lo que alimenta el mayor descontento de los usuarios y la

desconfianza en el Poder Judicial. A pesar de esta realidad y siendo conocidos las resistencias

del Poder Judicial,

OBJETIVOS

 Consolidar la autonomía del Poder Judicial y la independencia de los

magistrados.

 Mejorar y ampliar el acceso a la justicia.

 Modernizar la administración de justicia.

 Alcanzar una alta calidad de justicia y optimizar el servicio al ciudadano

Estrategias:

1. Priorizar

o El acceso a la justicia

o La confianza en el sistema judicial

o Racionalizar la inversión de los recursos a utilizarse en el proceso.

2. Modernizar la estructura del Poder Judicial con las siguientes acciones:

o Romper con los paradigmas tradicionales

o Orientar la institución al servicio del ciudadano

o Buscar el equilibrio entre la oferta y la demanda de los servicios judiciales.

3. Promover el incremento de la productividad a través de:

o La sistematización de los procesos y procedimientos

o La racionalización de los recursos humanos

o La permanente capacitación y evaluación.


RECOMENDACIONES

1. El Poder Judicial en un Estado Social y Democrático de Derecho debe

ser una institución autónoma con vocación de servicio, que enfrente los desafíos del

futuro con magistrados comprometidos con el proceso de cambio, transformación y

modernidad, todo lo cual se debe traducirse en seguridad jurídica que habrá de

inspirar plena confianza en la ciudadanía, contando para ello con un adecuado

soporte administrativo y tecnológico. Sólo así, los órganos jurisdiccionales habrán de

convertirse en garantes de la seguridad jurídica y la tutela jurisdiccional, y

contribuirán al mantenimiento de la paz social y al desarrollo nacional.

2. Para el cabal cumplimiento de esta misión es necesario dotar al Poder

Judicial de Magistrados respetados, probos, capaces, éticos y justos y, además,

actualizados en su calificación jurídica; crear nuevos sistemas de gestión y

modernización para contar con despachos judiciales modernos, con infraestructura

adecuada y sistemas de información actualizados; proporcionar a los magistrados el

personal de apoyo jurisdiccional y administrativo capacitado y con vocación de

servicio; y articular una administración con criterio gerencial moderno y

descentralizado.

3. En tal sentido, pensamos que toda reforma que procure modernizar

al Poder Judicial y ubicarlo en el sitial que le corresponde dentro del aparato del

Estado, debe tener como objetivos básicos fundamentales: consolidar la autonomía

del Poder Judicial y la independencia de los magistrados; mejorar y ampliar el acceso

a la justicia; y modernizar la administración de justicia y alcanzar una alta calidad de

justicia y optimizar el servicio al ciudadano.

4. Respecto de la autonomía del Poder Judicial y la independencia de

los magistrados, el Poder Judicial en su ejercicio funcional es autónomo en lo político,


administrativo, económico, disciplinario e independiente en lo jurisdiccional, con

sujeción a la Constitución. No existe, ni puede instituirse, ninguna jurisdicción que

pueda cumplir esta misma tarea, con excepción de los organismos de justicia militar y

arbitral. Así las cosas, el Poder Judicial es la institución encargada de administrar

justicia a través de sus órganos jerárquicos que son los Juzgados de Paz no Letrados,

los Juzgados de Paz Letrados, las Cortes Superiores y la Corte Suprema de Justicia de

la República; para lo cual su funcionamiento se rige por la Ley Orgánica del Poder

Judicial que establece su estructura orgánica y precisa sus funciones. Esta ley define

los derechos y deberes de los magistrados – encargados de administrar justicia-, de

los justiciables – que están siendo juzgados o quienes están solicitando justicia- y de

los auxiliares jurisdiccionales – personas encargadas de brindar apoyo a la labor de

los integrantes de la magistratura-. La actual Ley Orgánica del Poder Judicial vigente,

tiene su origen en el Decreto Supremo N° 017-93-JUS promulgado el 28 de Mayo de

1993 y publicado el 2 de Junio del mismo año. Consta de 304 Artículos, 1 Disposición

Complementaria Única y 33 Disposiciones Finales y Transitorias.


CONCLUSIONES

1. Deben ejecutar las normas, la ley orgánica del Poder Judicial, la

Ley de la Carrera Judicial, las propuestas de reformas del Poder Judicial, que

se encuentran rezagados a la espera de su aplicación, reestructuración y

vigencia de las mismas.

2. Mayor alcance de la justicia en todos los lugares del país y

mayor participación de los Colegios profesionales, universidades

(específicamente las facultades de Derechos) que brinden una preparación

adecuada a futuros jueces y operadores de justicia.

3. El Poder Judicial, específicamente los jueces administran justicia

por mandado de la voluntad social expresada en la Constitución vigente,

mandato que no solo les otorga el poder necesario para poder cumplir con las

funciones del Poder Judicial, también, esa voluntad está legitimando

como el único titular de las funciones jurisdiccionales en el Perú. En tal razón, los

jueces cumplen el mandato constitucional en el marco del estado social y democrático

de derecho; es decir, que en toda actuación de sus funciones tienes que respetar y

garantizar los principios de libertad e igualdad, especialmente, los derechos

fundamentales.

4. La ausencia de un valor tan importante como es la moral entre

los magistrados y operadores judiciales, ya que la administración de justicia no

cuenta con sólidas bases morales es decir se ha llegado a concluir que uno de

los problemas existentes aún es la corrupción que existente entre algunos

magistrados y personal judicial, por lo que se debería sancionar a los

magistrados por lo que la corrupción ha hecho colapsar el orden ético del Poder

Judicial, adquiriendo dimensiones sistémicas, convirtiéndose en un problema

central y primordial del Poder Judicial peruano, sin tener en cuenta que el
Poder Judicial, es una de las instituciones pilares de primer orden que debe

garantizar el sistema democrático y que tiene autonomía propia.

Bibliografía
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Gutierrez Paredes, R. (s.f.). Abusos y reformas del poder judicial en todos sus lados. Lima:
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Paz Soldan, J. P. (1984). Derecho Contitucional peruano 3° edicion.

Rubio Correa, M. (1999). estudio de la contitucion de 1993. Lima: Pontificia Universidad


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Silva Santisteban, J. (s.f.). Curso de derecho contitucion 3° edicion. Paris.

Tragegnies, F. (s.f.). El poder Judicial peruano en la historia.


ANEXOS

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