Frecuencia Cardiaca
Frecuencia Cardiaca
Frecuencia Cardiaca
Los cambios en la frecuencia y regularidad del pulso pueden ser, así mismo, señal
de alguna afección cardiovascular como la insuficiencia cardíaca, la hipertensión o
la enfermedad valvular cardíaca, por lo que hay que prestarles atención. Otras
enfermedades que secundariamente pueden alterar las pulsaciones son el
colesterol alto o la diabetes, por mencionar solo algunas.
La realización de esfuerzos y el nivel de forma física y de actividad modifican
también la frecuencia con que late nuestro corazón. Por una parte, esta se
incrementa cuando se realiza algún esfuerzo, como subir una cuesta o practicar
deporte. Por la otra, la personas que realizan actividad física de manera regular o
son atléticas suelen tener una frecuencia cardíaca en reposo más baja (entre las
cuarenta y las sesenta pulsaciones). Como su corazón cuenta con mejores
condiciones físicas, necesita trabajar menos para suministrar la sangre al resto del
organismo. En estas personas, por tanto, suele ser señal de una función cardíaca
más eficiente y de una mejor salud cardiovascular, en ausencia de enfermedad
subyacente que provoque ese número de pulsaciones.
¿Qué revelan las pulsaciones?
Aunque, como hemos visto, el rango de normalidad es grande, un pulso
demasiado bajo o demasiado elevado puede revelar algún problema de salud
subyacente. Por este motivo, es necesario consultar al médico si nuestra
frecuencia cardiaca supera los cien latidos por minuto en reposo.
Las pulsaciones aumentan al hacer deporte.
También, si, sin estar entrenados o estar tomando ninguna medicación que pueda
justificarlo, no alcanza los sesenta; especialmente, en caso de que existan
síntomas como dificultad para respirar, mareos o desmayos.
Sabemos que cuando se practica deporte es normal que la frecuencia cardiaca se
eleve, pero existe un límite recomendado para ello. La Asociación Americana del
Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) recomienda, en líneas generales,
calcularla restando la edad de cada persona a 220. La cifra resultante es
la frecuencia cardíaca teórica máxima, que indica el número máximo de veces que
el corazón debería latir por minuto. No obstante, existe un rango de frecuencia
cardíaca de esfuerzo que no deberíamos sobrepasar cuando hacemos deporte.
Se calcula multiplicando esa frecuencia cardiaca teórica máxima según la edad
por un factor de corrección de 0,50 a 0,85. Es decir, dicho rango se debería
mantener entre el 50% y el 85% del máximo permitido para tu edad. En cualquier
caso, estas recomendaciones pueden precisar ajustes en función de la condición
física o de las posibles enfermedades de cada persona; y del mismo modo, estos
cálculos son meramente una regla orientativa.
Así mismo, con el tiempo, es posible que la práctica regular de ejercicio disminuya
la frecuencia cardíaca, porque el corazón mejora su condición física y necesita
trabajar menos para llevar los suministros de oxígeno y nutrientes a todo el
organismo.
Hay varias medidas que todos podemos tomar para mantener una frecuencia
cardiaca saludable o mejorarla y, de esta manera, cuidar de nuestro corazón:
Practica ejercicio físico de forma regular.
Algunas opciones pueden ser salir a caminar, correr o montar en bicicleta. Si
tienes algún problema de salud consulta con el profesional sanitario acerca del
tipo de ejercicio más idóneo para ti.
En caso de obesidad, pierde peso.
Un mayor peso corporal obliga al corazón a realizar un mayor esfuerzo. Te
ayudarán a reducirlo tanto el ejercicio físico regular como cuidar tu
alimentación. Consulta con un nutricionista qué dieta es conveniente para ti.
Reduce el estrés.
Este puede elevar tanto las pulsaciones como la presión arterial. Para lograrlo,
intenta practicar técnicas de relajación y de control de la respiración. También
pueden ayudarte actividades como el mindfulness, el yoga y la meditación.
Deja el tabaco.
Fumar eleva la frecuencia cardíaca, por lo que abandonar este hábito
contribuye a normalizarla y a mejorar tu salud cardiovascular y tu salud en
general.
Consulta a tu médico si tu frecuencia cardiaca es demasiado elevada o
demasiado baja.
El profesional averiguará si existe alguna afección del corazón que deba ser
tratada, en cuyo caso podrá estar indicado prescribirte fármacos u otros
tratamientos para ayudarte a restablecer una velocidad adecuada para los
latidos de tu corazón.
INTRODUCCION
La frecuencia cardiaca en reposo es un fuerte predictor de mortalidad y morbilidad
cardiovascular en la población general, así como en pacientes con hipertensión,
enfermedad arterial coronaria e insuficiencia cardiaca. También se ha
correlacionado con la aterogénesis en modelos animales y en pacientes. Estos
datos sugieren que cuanto más baja sea la frecuencia cardiaca, menor será la
tasa de complicaciones en enfermos con disfunción miocárdica isquémica o fallo
de bomba. Todo ello es concordante además con el hecho fisiopatológico
conocido de que el miocardio humano disfuncionante por isquemia o contractilidad
inadecuada presenta siempre un déficit energético con una asociación fuerza-
frecuencia negativa, por lo que la reducción de la frecuencia cardiaca puede
mejorar la contractilidad y el aporte energético, al tiempo que reduce el consumo.
En este programa se revisa la importancia de la frecuencia cardiaca y del impacto
de las acciones terapéuticas que la reducen en los síndromes coronarios agudos,
en la enfermedad coronaria crónica estable y en la insuficiencia cardiaca. Su
aportación fundamental será ayudarnos a dilucidar si es acertada o no la noción
de que la frecuencia cardiaca no es sólo un marcador de riesgo, sino también un
factor de riesgo en todas estas situaciones, o en alguna de ellas.
CONCLUSIONES
EGRAFIA
https://www.cancer.gov/espanol/publicaciones/diccionarios/diccionario-cancer/def/
frecuencia-cardiaca#:~:text=La%20frecuencia%20card%C3%ADaca%20en
%20reposo,Tambi%C3%A9n%20se%20llama%20pulso.
https://cinfasalud.cinfa.com/p/frecuencia-cardiaca/