Boletín de La Sociedad Española de Excursiones Subrayado
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Boletín de La Sociedad Española de Excursiones Subrayado
-Segundo trimestre
BOLETÍ1~
DE LA
Puente rOIDl\nO de Alcàntara (Càceres), sobre el Tajo, eonstruido en '\04 de Jesucristo, por Cayo Julio Laeer.
(Longitud 194 metros; altura hasta el pretí1 44 metros.)
El Puenie de Alcàntara 67
***
La fábrica del puente es de sillería granítica, muchos de los sillares
viejos (pues la obra fué restaurada), almohadillados; todo esto en la
parte visible, pues ya se entiende que la interna, como en todas las fá-
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Plautas, alzado y sección del pilar del centro, del puente romano de Alcantara.
(Dibujos de Monumenti Inediti, del Instituto Arqueológico de Roma, 1863.)
El Puenie de Alcàntara 69
* * *
Alzase el arco triunfal, como queda dícho, a la mitad del puente, se-
gún costumbre observada en varios. Era el medio por el cualla ciudad
o ciudades que costeaban tal obra de pública utilidad rendían honor a
la memoria del emperador reinante. Como todos los erigidos en puentes,
es un arco sencillo, de un solo hueco, o sea del tipo del conocido arco
Lámina 11.
BOL· DE LA SOc. ESF. DE'EXCURSIONES
TOMO XXXII.
Cliché J. Roig.
FOTO'rIPrA DE RAUSER y :r-,·m,NJtT,-MADRID
Arco elevado en medio del puente de Alcàntara en honor del Emperador Trajano,
por los pueblos lusítanos que costearon aquella obra; restaurado por
Carles V y por Isabel U.
(Altura 14 metros.)
El Puenie de Alcàntara 71
rle Tito, en Roma. Sus dos machones montan sobre los pretiles y cargan
más de dos tercios sobre los dos extremos del gran pilar central. La
fábrica, como primitivarnente la del puente, es de sillería almohadillada,
incluso las dovelas del arco, el cual a plena cintra arranca de pilastras
áticas con sencilla moldura por capitel. Dos molduras iguales determinan
un .íriso en el ático, donde por cada lado hay un tablero de márrnol con
una inscripción. Otras lápidas hay en el frente de cada lado de los ma-
chones, a la altura de los arranques del arco. La parte superior fué des-
figurada, como se ve, con un impropio almenaje en el siglo XVI, y lo
atestiguan, adernás de una inscripción, las águilas de Carlos V. Por eso
se ha dado a- la fábrica del arco el nombre vulgar de Torre del Aguila,
y también el de Torre de la Espada, nombre legendario, porque se de-
cía haber hallado en lo alto una espada (sería, en caso, una grapa)
cuando se hizo la reparación.
El espesor de los machones es de 3,2 metros. El diámetro o luz del
arco es de 5,89 metros. La altura total de la fábrica ya queda dicho es
de 14 metros.
Las inscripciones que avaloran singularrnente al puente son varias,
siendo lamentable no se conserven todas. Mencionaremos las antiguas
que permanecen, En el ático del arco triuníal, por el lado norte, grabada
en lápida de mármol y bien legible, dentro de un recuadro, hay esta
dedicación (Hübner, 759):
(Al Emperador y César, hijo del divino Nerva, Nerva, Trajano Au-
gusto, Germánico, Dácico, Pontífice Máximo, en posesíón de la Tribuni-
cia Potestad por la octava vez, Emperador por la quinta, Cónsul por la
quinta y Padre de la Patria.)
Ya observó Hübner (Annali, tomo XXXIX, pág. 181) que el dedicante
o el grabador se equivocó en la fecha de la aclamación de Trajano al es-
cribir IMP. V, debiendo haber puesto Ull para que esté en relación con
72 José Ramon Mélida
Templo romano erigido en honor de los dioses a la cabeza del puente de Alcàntara.
(Altura 6 m. 61; aneho 4 m. 10; longitud 5 m 86.)
El Puenie de Alcàntara 73
cum populi romaní, o sea construído a expensas del pueblo romano, sino
obra comunal, de ciertas poblaciones, stipe conlata, y, por tanto, que
dicho puente "no formó parte de la red de calzadas públicas de la pro-
vincia, las cuales, oríginariamente construídas con fines militares ..... , po-
nían en segura cornunicación las colonias militares romanas" .
Se ha pretendido que a esos once munícipios se añadían más en las
otras tres tablas que írustras o perdidas se veían. en los pilares del arco,
hipótesis a la cual opone Hübner (pág. 183) la más admisible de que
esa lista continuase solamente en la lápida del pilar derecho, con más
los nombres de los encargados de la ejecución de la obra o cosa seme-
jante, y que, como 'sucede con la dedicación del arco, se repitiese la lista
por las caras meridionales de los pilares (2).
Ya es mucho que después de
los embates de los tiempos co-
nozcamos por tan insignes ins-
cripciones la íecha en que el
monumento Iué hecho, los nom-
bres de quienes sufragaron la
obra y el del constructor.
* * *
~
Resta hablar del ternplo ele-
vado al extremo izquierdo del
puente, a su cabecera oriental,
como parte complementaria del
mismo, con la puerta hacia Po-
niente.
Es una construcción peque-
ña, bastante bien conservada,
de piedra granítica, incluso su
techumbre a dos vertientes. Su
planta es rectangular y pertene-
ce al sencillo tipo del templo
in antis. Está precedido de esca-
linata. En la puerta tiene dos
columnas toscanas, las cuales, y
las molduras de cornisa y íron- Planta clel templo.
74 José Ramon Mélida
tón, son Jos únicos adornos que ofrece la íábrica, que es de sillería
almohadillada y fué discretameute restaurada por el Sr, Millán, que
cerró Ja puerta con verja de bronce. El interior lo constituye una ca-
pilla con huellas de haber- estado dividida en dos compartirnientos,
naos y pronaos. La fábrica mide 5,86 metros de largo, 4,10 de ancho
y 6,61 de alto. No recibe luz más que por la puerta. Seis grandes
losas, tres por cada lado, íorman la cubierta a dos vertientes. Sobre las
columnas, cubriendo el entablamento, se ve al exterior en la gran piedra
que sirve de dintel, puesta, como acertadamente conjetura Hübner, en
sustitución de una lápida marmórea semejante a las del Arco de trlunío,
I
una inscripción copiada de la primitiva, registrada por Peutinger y otros,
anteriormente a la mencionada restauración de Carlos V. La copia en
granito hízola poner en 1648 D. Pedro de Carvajal y Ulloa, gran maestre
de la Orden de Alcántara; pero la hicieron descuidada y llena de errores
ortográficos. Obsérvalo así Hübner (Annali, XXIX, pág. 188), el cual, va-
liéndose de las antiguas copías, la publica en el Corpus (761). Por su
mucha extensión no la transcribimos. Su cornienzo, traducido, es éste:
"Consagrado al Emperador Nerva Trajano, César Augusto, Germani-
co, Dácico."
A esta dedicación siguen doce ~ersos, de los cuales hicieron los co-
mentaristas varias versiones. A título de curiosidad vamos a transcribir
la siguiente, que creemos inédita, posiblemente no conocida de Hübner,
y de la que hemos hallado copia en un papel que poseía el erudito señor
Deán, de Plasencia, D. Eugenio Escobar. Forma parte del expediente de
visita instruído en 1540 por el Obispo D. Francísco de Bobadilla. Dice así:
"Los curiosos caminantes que de cosas nuevas son deseosos y por
do quiera que pasan viendo cosas señaladas quísieran saber el autor de
ellas, por ventura preguntarán -quíén edificó este templo en esta roca de
Tajo, lleno de favor de los dioses y del emperador romano cuya hechura
sobrepuja al arte; sepan los tales que el que hizo esta puente de tan so-
berbio edificio hizo el templo, para pagar en él con sacrificios el favor y
ayuda que recibió de los dioses en el edificio de la puente, cuyo nombre
es Lacer, que hizo la puente y dedicó el templo, porque los verdaderos
sacriíicios son los que aplacan a los dioses. Lacer, por arte más divina
que humana, edificó esta puente que durará tanto quanta el. mundo du-
rare, y el "mismo, con mucha piedad y con el favor de Trajano, consagró
, este templo en honra de los romanos dioses, templo por dos causas sa-
El Puenie de Alcàntara 75
grado, conviene a saber por los dioses a quien se dedicó y por el sagra-
do emperador con cuyo favor y ayuda y en cuyo tiempo se acabó."
El profesor Hübner no traduce la inscripción, sino que la comenta
doctamente. Hace notar que los nombres de los arquitectos son raros en
las antiguas fábricas y se encuentran en sitios menos conspicuos que
aquí; y dice que el poeta, en versos correctos y artificiosamente enlaza-
dos en cuanto a la forma, que corresponde perfectamente al tiempo de
Trajano, desarrolla el concepto de que Lacer había dedicado templo y
puente al divino César y a los superi o diol Romulei, y que la expresión,
contenida en el segundo verso ars ubi matenaoincttur ipso sua, fué
objeto de interpretaciones equivocadas por parte de los citados eruditos
de los tiempos del humanismo. Barrantes Maldonado entendió por ma-
teria la piedra, "sin darse cuenta de que así la idea resulta falsa";
Ambrosio de Morales y los que le siguieron, y que no vieron el puente
ni el templo, supusieron que éste estaba del todo labrado en la roca na.
tural del Tajo. De tal modo se forjan especies erróneas. El templo es una
construcción aislada, para cuyo stylobato se aprovechó un peñasco des-
tacado de la roca, añadiendo la escalinata por el frente. El profesor
Hübner aclara el concepto diciendo que materia ha de entenderse en
sentido metafóríco, que significa en este caso el objeto de la actividad
artística y que la idea expresada "de que la divinidad del emperador
venza al arte, en tal modo grande, desplegado en la fábrica y que no
obstante el sublime objeto excusa la sencillez del templo, corresponde
enteramente al caracter de la época ..... " (3).
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perador; y en los pilares del arco, por el mismo lado, en vez de las anti-
guas inscripciones perdidas, repitieron la siguiente, grabada en sendas
tablas marmóreas, de las que sólo existe la de la izquierda:
tomo IX, Noticia, pág. x), bajo cuyos auspicios la realizó, dándola por
terminada en Enero de 1860. El coste total de la obra íué de 1.638.782
reales. Esta restauración general consistió en completar el arco roto,
reparar toda la fábrica, reconstruir por entero el arco de triunfo, después
de haber hecho un dibújo previo que permitiera copia exacta de lo que
había, añadiendo por ellado N. el escudo de la Casa de Borbón, entre
el almenaje y en el pilar derecho del arco, por el S., una inscripción;
hacer nuevos los pretiles y pavimentar el puente; además de la obra casi
toda nueva de los diques y de las avenidas. Motivaron estas obras una
visita de inspección girada de orden del Gobierno por el arquitecto don
Agustín Felipe Peró, que dió cuenta de ella en un Informe acerca deL
puente de 'Trajano en Alcàntara (Madrid, 18 de Octubre de 1858, más de
7 hojas útiles) que guarda la Academia, la cual se interesaba muy espe-
• cialmente en el punto sin duda más delicado de la restauración que ex-
presa el Sr. Peró, de "si el arco triunfal, destruído podía ser reconstruí-
do"; como lo fué, en efecto, con lo que si es cíerto no ha variado su
traza, el almohadiIlado de las piedras ofrece una regularidad que nunca
tienen las obras antiguas. Deberá pensarse que si el Sr. Millán se vió
forzado a desmontar el arco sería porque amenazase ruina; pero fué jus-
tificada la alarma de la Comisión Central de Monumentos al saberlo y el
plausible celo con que llamó la atención del Gobierno acerca del caso
en 28 de Mayo de 1858, siendo consecuencia de ello la comisión del
Sr. Peró. (De todo esto se da cuenta en la Noticia de las Actas de la
Real Academia de la Historia, leída en junta pública de 1.0 de Julio
de 1860, por D. Pedro Sabau, Secretario de la Corporación (Madrid, 1860.
Apéndice núm. 1. Puente de Alcántara.)
La inscripción añadida, conmemorativa de la restauración moderna
del puente, grabada en un tablero que hace juego con el de Carlos V, es
la siguiente:
ELISABETH . BORBONIA .
HISP ANIARVM . REGINA
NORBENSEM . PONTEM
ANTIQVAE PROVINCIAE
LUSITANIAE ·OPVS
INTERVM . BELLO
INTERRVPTVM
TEMPORIS . VETVSTATE
El Puenie ele Alcàntara
* * *
Tal es el puente, tales sus vicisitudes. Bien seguro que si éstas no le
causaron mayor mella, pues a lo que se desprende de los mencionados
antecedentes tan sólo un arco fué cortado y fuera de éllo la reparación I
general fué más obligada que por los estragos del tiempo por las injurias
de los hombres; y si al cabo le admiramos restítuído a su pristina ñso-
nomía de hace diez y nueve siglos, es porque muestra ser una obra
maestra de la ingeniería romana. Admira hoy en verdad por la pureza
de líneas con que se dibuja su sencilla silueta, por la regularidad
armónica de sus partes, por su ingente grandeza, por la gentileza de su
edad gloriosa, en la cual se mostró maravilla a los ojos de quienes le
costearon y utilizaron primero. Y es de notar que tal efecto estético, pro-
ducido por una fábrica que carece en absoluta de ornatos y de otros de-
talles expresivos, fuera del arco triunlal, por desgracia desfigurado y
80 José Ramon Mélida
NOTAS
1719, tomo VIII (IV Seconde partie), pág. 189. Dice, por referencia, que el admirable
puente de Alcántara "es una de las obras más dignas de la magnificencia romana"¡
que hizo lo posible por tener un dibujo, no habiéndolo podido conseguir a pesar de
haber puesto en ello sumo ernpeño su amigo el Sr. de Langlade, médico de la reina
de España, y reconoce que sobrepuja en altura a los demás que cita.
En libros españoles de los siglos XVII Y XVIII hay lo siguiente: Arias de Quintana-
dueñas (D. Jacinto), Antiqtiedades y santos de la muy noble oilla de Alcántara. Ma-
drid, Mateo Fernández, 1661-
-Florez (R. P. M. Fr. Henrique), EspañaSagrada, tomo XIII, págs. 125-131, Ma-
drid, 1756. Da noticia comentada del monumento y sus epígraïes, y lo reproduce se-
gún lo "delineó Sebastián Ventura Arau]o, arquitecto de la villa de Brozas, que for-
mó el dibujo en punto mayor, y D. Diego de Villanueva, arquitecto de S. Majestad
le reduce al de la adjunta Estampa".
-Ponz (D. Antonio), Viage de España, tomo VIII, Madrid, J. Ibarra, 1778, pági-
nas 63 a 72. Da cuenta de oisu y por eso su descripción es bastante exacta.
Al siglo XIX corresponden las publicaciones más útiles sobre el particular, y son
éstas: Laborde (Alejandro de), Voyage Pittoresque et Historique de l'Espagne,
tomo I, París, 1806, pág. U6, Iárns. 169-173. En esta magnífica publicación se da al
monumento la importancia que merece¡ pero le publica en su aspecto pintoresco.
-Cean Bermúdez (D. Juan Agustín), Sumario de las antigüedades romanas que
hay en España, Madrid, 1832, págs. 397 a 400. Da noticia muy sucinta, valiéndose
de los datos de sus antecesores.
-Viu (José de), Extremadura. Colección de sus inscripciones y monumentos.
Antigüedades. Madrid, 1852, tomo I, págs. 140 a 165. Disertación más extensa que
las anteriores, descriptiva del monumento y sus inscripciones.
-Sabau (D. Pedro), Actas de la Real Academia de la Historia, del año 1860. No-
ticia con motivo de la restauración.
Ninguno de los trabajos citados lo era monográfico tan docto como el monumen-
to merece, y tal lo es y único hasta hoy el que después de visitarle le consagró el in-
signe epigrafista, alemán e hispanófilo, profesor de la Universidad de Berlín, Doc-
tor Emilio Hübner, que se ocupó también del mismo asunto en otras publicaciones,
siendo todas ellas las siguientes:
- Hübner (E.), Il ponte d'Alcántara. Annali dell'lnstituto di Corrispondenea Al'-
cheol6gica, vol. XXXIX, 1863, págs. 173 a 194. Lleva en la publicación complemen-
taria en gran folio Monumenii-Inediti, láminas LXXIII-LXXV, dos bellas reproduc-
ciones lineales de plantas y alzados, hechas por fotografías y datos gráficos precisos
por un arquitecto que le comunicó e inserta una serie de consideraciones sobre las
particularidades técnicas y arquitectónícas del puente. Trae, además, cumplida in-
formación bibliográfica y se extiende con su erudícíón y su pericia habituales en el
análisis de las inscripciones, siendo este estudio un avance del comprendido en la
obra bien conocida de Hübner:
-Corpus Inscritionum Latinarum, vol. lI: Inscriiiones Hispanice Lattnce consi-
lio et au torita te Academioo Litterarum Reqice Borussicce edidit A. Emilius Hübner,
El Puente de Alcàntara 83
Berolini, 1869, págs. 89 a 96. Es el estudio analítico mas completo del aspecte epigrá-
fico del monumento. Inserta una nota de Momsen.
=Inscrittonum Hispanice Latinarura Supplementum edidit A. Emilius Hübner,
1892,pág. 826.
-Hübner (Dr. D. Emilio), La ArqueoLogia de España. Barcelona, 1888. Breve no-
ticia y puntuales referencias.
Descripcíones ocasionales, con los datos antiguos, anteriores a los trabajos de
Hübner, se hallan en obras de carácter general, como las siguientes, bien conocidas:
-Madoz (D. Pascual), Diccionartc Geográfico, Estadistica-Histórico de España,
tomo r, pág. 409.
-Díaz y Pérez (D. Nicolás), en el vol. Extremadura, de la serie España. - Sus
monumentos {j artes; su naturaleza e historia.-Barcelona, 1887, págs. 775 a 795.
Por los datos de orden numérico que contiene es interesante un artículo escrito
por el cura párroco de Alcántara, D. Lorenzo López Cruz, titulado El puente de Al-
cántara, inserto por apéndice en la Guia artlstica, mercantil e industrial de Cáce-
res, publicada por la Librería Católica.
No deben omitirse por el carácter práctico de sus noticias las guías extranjeras de
España:
-Ford, Handbook of Spain, 2, 492.
-Baedeker (K.), Espagne et Portugal, págs. 466 y 967.
-Joanne (Guide), Espagne.
A pesar de la excepcional importancia del monumento, son pocas y escasas las
referencias en obras de Arqueología clásica. Pueden citarse: Guhl (B.) y Koner (W.),
La Vie antique: Manuel d'Archéologie grecque et romaine. Rome, pág. 77.
=Dicttonnaire des antiquités grecques et l'amaines par Daremberg et Saglio;
tomo IV, artículo Pons por M. Besnier, págs. 563, 564 y 566.
-Cagnat (R.) et V. Chapot, Manuel d'Archéologie romaine, tomo I. París, 1916,
páginas 48 a 50, con grabado.
Fotografías. Las primeras fueron las de Clifford, Album fotográfico del Puente de
Alcántara, colección de trece grandes vístas fotográficas dedicada a S. M. la Reina
D." Isabel 11.Otro ejemplar fué ofrecido a Napoleón m.-Laurent (J.) et C.i., Catalo-
gue des Photographies, núm. 294 a 297.
(2) Por estar muy deteriorada la inscripción antigua que copiada queda, fué re-
producida en el tablero que hoy la da a conocer con esta declaración al pie: ELI-
SABET· REGINA' / TITVLVM . AT . MEMORIAM . RESTITVIT.
Es lástima que la lápida antigua no se haya guardado en algún Museo, por bo-
rrada que estuviese; bien que su texto ya había sido copiado y publicado como queda
referido.
(3) En la misma lápida, al pie de los versos, se lee:
(Hübner, adición al núm. 761 y Annait, XXXIX, pág. 193) C. IVLIVS . LACER . III . S
. F· ET· DEDICAVIT . AMIGO· CVRIO . LACONE . IGAEDITANO.
cC. Julius Lacer h(oc) s(acellum) f(ecU) et dedicaoit amico Curio Lacone Içae-
ditano».
84 José Ramon Mélida
* * '"
Unos viejosyapolillados documentos de estos archivos locales me han
dado a conocer el nombre de un antigno bordador, vecino de Lorca, noti-
cias de su personalidad y de dos de sus obras; una de éstas, las dalmáticas
que hizo para la iglesia de Santa María, se conservan aún con cuidadoso
celo en la parroquial de San Mateo, donde se puede admirar con toda
integridad su bella factura, cuya íotograña acompaña a estos rebuscos
comprendidos en los últimos años de su vida; parece raro que proce-
diendo de diversos archivos: el municipal, el de la antigua colezial y el
Joaquin Espín Rael 87
Fotos. Manchón.
Del mismo género y color que la mencionada casulla son las dalrná-
ticas, de terciopelo carmesí, sembrado por unas a manera de flores de
lis bordadas en oro, que en estas se imitaron de las de la casulla; pues
bien examinadas no son idénticas, se conoce en ellas ser de otra mano;
aunque hechas con la misma limpieza; se procuró al hacerlas imitar el
género y su decoración, aunque en su ornato hay una gran diferencia de
asunto y estilo; pues míentras en la casulla aparece la clásica imaginería
que en los siglos xv Y XVI se aplicó a capas y casullas indistintamente,
en estas dalmáticas su ornamento está integrado por recuadros formados
por un fondo de terciopelo verde en el que aparecen bordados con gusto,
riqueza y armoniosa entonación en sedas de colores, oro y plata, sendos
jarrones con mascarones, bichas y follajes serpeantes propios del gusto
a "la romana" de la segunda mitad del décimosexto siglo.
Cuatro rectángulos así ornados, dos mayores para las haldas y dos
menores para las mangas, en unión del collarín, forman el decorado de
cada una de ellas, cuyo fondo verde y colores ya apagados armonizan
agradablemente con el carmesí del fondo general.
Doce varas de terciopelo granadino se emplearon en su confección:
ocho, carmesí, y cuatro, verde: este es, seguramente, el género necesario
para las dos; el carmesi, para su construcción, y el verde, para los ocho
recuadros de ambas y los dos collarines, que también son de terciopelo
de este color; no pueden estar más ni mejor identificadas en las antiguas
cuentas transcritas estas ropas sagradas, aun existentes a pesar de la
rapacidad de chamarileros y anticuarios.
Estas dos dalmáticas es la única obra cierta de Alonso Cerezo, que
permanece y es conocida; quizá su labor fuese numerosa y exista inédito
algo de sus manos en templos o moradas señoriales; posible es que
hasta en colecciones o museos.
No obstante, no es esta la única obra suya de que tengo noticia; otra
labor de más empeño hizo por aquellos mismos años para el Concejo de
esta ciudad de Lorca, que dió lugar a unos autos y tasación de ella por
peritos de Murcia y Madrid, a donde fué llevada, los que dan ocasión a
conocer los nombres de otros bordadores de aquella época, maestros
importantes, sin duda, en su arte, y hoy creo que desconocidos, ellos y
las obras que ejecutaron.
* >l' *
90 Alonso Cerezo, broslador
subsistió hasta los principios del siglo XIX con el nombre de Caudal de
Cerezo, como veremos por su testamento.
No se conserva memoria ni restos de este palio, que con el andar
del tiempo se consumiría y reduciría a polvo; en escritos posteriores se
hace referencia a él, llamándole "un muy famoso palio ": sólo quedan,
como se ha dicho, las dalmáticas, hechas para la ojival y antigua parro-
quial de Santa María (cuya estructura y ornamentación se encuentra hoy
cubierta por grosera y recia corteza de yeso); dalmáticas que son su úl-
tima obra, a las que menciona -en su testamento, poniendo en ellas, de
una manera.indirecta y accidental, su firma, demostrando con esta obra
de sus manos los puntos que calzaba en el arte del bordado.
* :!: :!:
requiriera para ser cuantioso dos mil ducados de hacienda, alegando que
las rentas y el valor de los censos habían tenido mucha mengua y pér-
didas. Por orden de Felipe III, dada en Belén a 28 de Junio del año 1619,
íueron suprimidos los caballeros de cuantía del Andaluzía (en ellos esta-
(1) En la relación de la batalla que los de Lorca ganaron contra los moriscos en
el río de Almanzora, el 12 de Noviembre de 1569, y en la nómina de los de a caballo
que en esta contienda tomaron parte, figura Alonso Cerezo; "para que la fama ínrnor-
tal del General e de los demás para siempre viva", dice el Libro de las batallas del
Concejo de Lorca.
94 Alonso Cerezo, broslador
li
Naturaleza y descripción de las pínturas
Tanto el Sr. Mélida como el Sr. G. Moreno, opinan que estas pintu-
ras murales estaban ejecutadas :al temple; induce a estimarlas en este
procedimiento, de una parte, la poca adherencia que ofrecen en algunos
sitios donde el enlucido está descompuesto por el salitre, y en otros por-
que se operó en él con la argamasa ya algo endurecida; de otra parte, es
seguro el haber sido retocadas parte de estas pinturas, especialmente en
el siglo XVIII, en cuya época se encalaron los zócalos y el interior de la
columnata y bóveda que sostienen el coro, remozando así su aspecto
100 José Garnelo
general, cosa que pudo repetirse en algún otro año, de romería en rome-
ria. Pero originariamente la pintura fué ejecutada al fresco, por el proce-
dimiento descrito por el monje Theophilo en su libro Diuersarium Ar-
tiurn Schelula (1), sobre argamasa de cal y arena, llevando a cabo los
enlucidos con un esmero relativo, pues hay oquedades y resaltes propios
de su ejecución, que hoy pasan desapercibidas y hasta se confunden con
los abolsamientos y deformaciones, producidos al andar del tiempo, por
la acción de filtraciones y recalos que actúan sin cesar, desnaturalizando
los materiales con que se fraguara el muro.
La descripción de las pinturas la localízaremos en tres partes: una, la
capilla absidal; otra, el cuerpo de la iglesia, que son las más importantes;
y otra, la capillitadel coro.
Pinturas del ábside.-Seguramente todo el recinto rectangular y
bóveda de cañón estaban decorados de pintura; hoy no se conserva
digno de ser descrito más que el testero frontal con su ventanita rasgada
como saetera de fortaleza medioeval; a través de los enlucidos posterío-
res se descubren fragmentos de haber sido toda ella decorada en la época
primitiva. La ruina de estas pinturas debió ser ya muy notoria a datar del
siglo XVI; las que hoy se conservan en el testero frontal estaban ocultas,
en gran parte, bajo un enlucido de yeso, que el restaurador Sr. Segura
íué desprendiendo y sacándolas de nuevo a luz; adernás, en los comíen-
zos de la centuria citada se le adosó a la pared un amplio altar de batea,
y sobre él, tapando las pinturas y la ventana, se aplicó el retablo que
-descansaba sobre la inscripción gótica que se aprecia en la' fotografía
que publicamos en la lámina I, núm. 1 (Testero frontal del ábside). Ella
nos sirve para considerar la fecha y hasta la época del témpano de ma-
dera que formaba el retablo; éste, se conserva hoy colocado en el cuerpo
de la iglesia sobre el altarcito que da frente a la escalera del coro; en él
se aprecian a las arcadas propias del gótico decadente caracteristico de
esa época, en su centro se encuentra hoy un liènzo del siglo XVIII mal
clavado representando a San Baudelio, el cual sustituyó a la pintura pri-
mitiva con estofados en oro, y todo alrededor se ramearon adornos que
sólo nos sirven para justificar los dos períodos distintos en que se ha
tratado de repararla ermita para las fiestas del Santo: uno, a principíos
. del ~iglo XVI, y otro, a fines del siglo XVIII •
.(1) El monje Theophilo, artista del siglo X al XI, autor del Diuersarium Artium
Schelula (París, 1843, in 4.°), trata de la pintura a la encáustica yal Iresco,
LáID..ina 1.
TOM.O XXXll ..
BOL. DE LA SOC. ESF. DE EXCURSIONES
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102 José Garnelo
1. Resurección de Lázaro.
TOMO XXXII.
BOL. DE LA SOc. ESf'. DE EXCUR310NES
vida de Jesús en sus más sublimes momentos, y la parte del muro desde
el barandal del coro hasta abajo, a asuntos locales y anecdóticos de su
tiempo.
Haciendo frente a la capilla absidal sólo se conserva, muy barrido,
el paño de la izquierda, con una figura a caballo, adivinándose en su
ademán y en las ligeras manchas del fondo que lleva un halcón; es com-
pletamente el tema decorativo de una tapicería de figuras siluetadas so-
bre fondo rojo, cambiándose en otros con figuras obscuras sobre fondo
claro.
Al lado .opuesto no existe ningún vestigio a la altura de esta zona;
tampoco en el muro inrnediato, sobre el que se adosa la escalera del
coro; ésta, està formada por piedras sueltas y casi-siri labrar, sujetas a
modo de lastras o agujas de andamio que se incrustan en la roca viva,
hay pues algunos sitios en que la propia peña enlucida no ha permitido
los recalos y ha dado firmeza a los enlucidos calizos del fresco, así po-
demos apreciar cómo està decorado el muro en la parte de la escalera y
el trozo de zócalo desde el rincón del altar a los primeros peldaños de
aquélla, pues, a pesar de haber sido encaladas estas partes, se ven a tra-
vés de una capa blanquecina grandes círculos con serpientes a guisa de
barandal y dos toros enfrontades, rojos sobre fondo negre, en la parte del
zócalo .:
Los arcos de herradura que unen las pequeñas columnas que susten-
tan el sistema de bovedillas que forman el paramento del coro y su ca-
pilla están decorades con líneas y roleos lanceados; éstos sirven para
recuadrar los temas siguientes: empezando desde ellado que venimos
describiendo, paños de círculos encerrando palomas explayadas y tan-
gentes entre sí a modo dé una tela de la época. Lado derecho de la ca-
pilla del coro un camello de contornos duplicados y sobrio de silueta;
los dos frentes estrechos, a los lados de la columna central, dos lobos
rampantes de tipo heráldico. Ellado izquierdo de la capilla lo ocupa un
guerrero con lanza y rodela, llevando en sus manos una llave como si
representara el guardador de la ermita. Siguiendo el antepecho del coro
hacia la puerta, un eleïante blanco, llevando sobre sus hombros una ciu-
dad o palacio, destacándose sobre fondo rojo; y a continuación de él,
la figura de un oso, en silueta roja sobre fondo blanco. Desde esta figu-
ra, en todo el paño de la puerta, se representa una cacería; empieza ésta
con un servidor armado de ballesta que dispara contra un ciervo, que
108 José Garnelo
Las franjàs que limitan estos recuadros a los rincones son especie de
palmas con medias lunas blancas sobre fondo gris; por bajo corre un
adorno de hojas rojizas contornadas de negro sobre fondo blanco, faja
que limitaba los asuntos descritos y que servía como limite al zócalo
en toda su extensión.
La Capilla del coro.-Esta parte es la que nos falta describir para
terminar nuestra relación, y casi quedó hecha al copiar del libro del se-
ñor Gómez Moreno los párrafos dedicados a las pinturas de esta ermita.
Como ya se ha dicho, esta capillita es un cuerpo saliente que avanza
del pretil del coro hacia la columna central. decorada por esquinas a ma-
nera de acrótedas, y su techumbre de piedra, a modo de frontón, ofrece
el aspecto de un arca cineraria o altar portátil adosado al tronco de un
Descripciàn de las piniuras de la ermita de San Baudelio 109
JOSÉ GARNELO
LA CASA DE SOROLLA
En el paseo del General Martínez Campos, núm. 37, está la finca
donde habitó los últimos años de su vida el gran pintor valenciano, que
trajo una renovación profunda al arte español y paseó triunfalmente su
nombre, como gloria de nuestra patria, por ambos mundos. El cronista
que traza esta líneas, para que sirvan de recuerdo a la visita que realizó
el día 4 de Marzo nuestra Sociedad, tuvo el honor de ser discípulo de
Sorolla algunos años y apreciar de cerca las portentosas facultades, que,
acrecentadas por un trabajo continuo, llegaron a aquel grado de periec-
ción de que dan muestra las últimas producciones, y díñcilmente serán
superadas por otros artistas que intenten pintar el sol y el mar. Estos
son los dos asuntos de los cuadros de Sorolla y los que están presentes
siempre, si no en ellienzo, en el pensamiento del autor. La variedad
inmensa de colores y matices que la luz produce en la costa abierta de
Valencia formaron su paleta, y allí se sentía en su elemento, y fuera, en
otras tierras, aunque su sensibilidad exquisita reprodujese fielmente otro
ambiente, la simpatía no se adhería a èl.
Claro es que la casa de Sorolla tenia que reflejar este amor al sol
de levante, esta espontaneidad de su genio desprovisto de artificios y
marrullerías, y ast es todo allí franco, alegre, luminoso, en el jardín, en
las habitaciones y en los estudios. Procuraremos transmitir a nuestros
lectores esta impresión en desaliñados renglones, lamentando que los
medios literarios no alcancen lo que apetece el deseo.
Franqueada la puerta de la tapia, nos encontramos en un jardin que,
dividido en tres partes, rodea el frente de la casa y uno de sus lados,
sirviendo de paso a los estudios, que constituyen el fondo. Son de estilo
andaluz, adornados con azulejería que traza albercas y fuentes. Colum-
nas, capiteles sueltos, escudos, bajorrelieves, estatuítas de bronce, repar-
tidas con simpático desorden, completan el conjunto. Pasamos luego a
La casa de Sorolla 111
Meciendo al niño
Idilio en el mar.
JOAQUÍN SOROLLA.
La casa de Sorolla 113
cuadros que nos dejó con los episodios sangrientos del Dos de Mayo,
pues esta vecindad acredita que, si no actor, cuando menos íué testigo
de las escenas que dibujó ..... "
De este artículo, perdido en el fárrago de la colección de semestres
de la Ilustracián Española y Americana, es recogido el dato de la casa
de Goya, de que nadie había hablado hasta entonces, por el malogrado
A. Beruete (hijo) en su Goya, pintor de retratos, sin citar el año en que
apareció en la revista, lo cual ha hecho más difícil su busca por carecer
aquélla de índice 'general.
Beruete se limita, pues, a decir: "El año 1808 Goya vivía en la Puerta
del Sol, núm. 9, cuarto 2.°; su firma aparece seguida de estas señas en el
registro que se formó en Madrid de los cabezas de familia a quienes se
impuso hajo juramento rendir ápoyo, amor y fidelidad a José Bonaparte."
.
Interesaría, pues, sobremanera descubrir la situación que dentro de
la topografía de entonces ocupaba dicha casa, lo que nos permitiría corn-
probar la insinuación de Pérez de Guzmán de que Goya al pintar el
cuadro de la lucha de los mamelucos con el pueblo de Madrid (Museo
del Prado, núm. 748) hacía una obra de historia, concepto en que le
incluye Beruete en su discurso de recepción en la Academia de la His-
toria, junto con el cuadro de Las Meninas, de yelázquez, y algún otro.
Veamos ahora la trayectoria recorrida por nuestra investigación y las
conclusiones a que ésta nos debe llevar lógicamente.
Constando que el punto concreto de la situación de la casa núm. 9
no estaba determinado por ninguna obra de las que han tratado de Goya
o de la Puerta del Sol, pues ni el mismo Sr. Pérez de Guzmán lo aclara
en su Dos de Mayo de 1808, en que se habla de los sucesos de este día
con prolija minuciosidad, intentemos recurrir a las fuentes que pudieran
proporcionarnos este dato con más certeza:
En primer lugar figura el Archivo Municipal, y dentro de él los planos
y documentos reíerentes a la Puerta del Sol.
116 Aliredo Gámlr y Sandoval
Hay un solo núm. 9 que por su proximidad a la Puerta del Sol, aun-
que dentro ya de la carrera de San Jerónimo, pudiera ser la casa desde
cuyos balcones Goya presenció el espectáculo. Pues ese 9 es una casa
enorme, porque, según reza la pagina 89 de la citada obra de Martínez
de la Torre, y según se sabe de sobra por la calle a que hoy da nombre,
es Nuestra Señora de la Victoria, fundada por fray Juan de la Victoria,
año de 1561, en la carrera de San Jerónimo, manzana 207, núm. 9
(lámina 48).
Da la casualidad de que la Planimetría de Fernando VI coincide en
Figura l.a
(Planimetria de Madrid. Ayuntamiento.)
. "', ,;,
Figura 3,"
(Lámina 6, de Martillez de la Torre}
dos del Ayuntamiento, tenemos que atenernos a este plano, con eespecto
a nuestro tema, con mayor viso de certidumbre que a la Planimetría.
Ahora bien: como se ve en detalle en la figura I." de este trabajo, que
reproduce la casa núm. 41 de la antigua numeración, que luego vino a
ser 9, ésta casi está lindando con la Puerta del Sol; por tanto, si, como
aún hoy sucede, en las casas de esquina el número suele estar en calle
distinta de aquella que da nombre a la casa, bien pudo ser ésta la por
nosotros buscada; y ante la imposibilidad de encontrar en ninguno de
los planos posteriores, ni en su respectiva documentación, número 9 en
ninguna de las antiguas manzanas de la Puerta del Sol, en Iachada que
diese a esta plaza, lo que corroboran los dos planos antiguos, o sean los
de la Planímetría y los del librito de Martínez de la Torre, no podemos
lícitamente suponer que, de ser cierto el dato que nos movió a la inves-
tigación, pudiese ser otra la casa que la aludida esquina de Carretas-Sol,
Aquí pudimos dejar 'la investigación si la relativa incongruencia del
dato original y otras consideraciones respecto del cuadro y de algunas
opiniones autorizadas no nos llevaran a intentar su comprobación por
otros caminos.
Queriendo dar una base documental a lo que decían los planos,
hemos buscado, sin Iruto, los siguientes documentos, que nos servirán
, de elementos de rectificación:
1.0 El citado registro de José Napoleón, que, según nos ha asegu-
rado el Sr. Pérez de Guzrnán y Gallo, él recuerda (7) haber visto en el
Archivo Municipal, procedente de los archi~os de antiguos corregimíen-
tos. El documento no aparece en ninguno de los índices de los varios
catálogos del Ayuntamiento, según puede testificar el archivero encargado
de la catalogación, que nos acompañó en su busca. Habiendo acudido al
Archivo Histórico Nacional, en el que se conservan documentos intere-
santes de este período de nuestra historia, tampoco existe allí el apetecido .
.2.° Como el Sr. Pérez de Guzmán, en el artículo citado, dice que el
registro se hizo también por las parroquias de Madrid, hemos consulta-
do, con autorización del señor Obispo de esta diócesis, las que compren-
den y comprendían casas de la Puerta del Sol, sin que aparezca éste ni
exista de aquel tiempo ellibro que con el nombre de visita domiciliaria
enumeraba de modo algo incompleto, es cierto, pero con alguna espe-
ranza de éxito, los domicilios y nombres de sus feligreses.
Este registro nos hubíese dado el número de la manzana en que esta-
120 Alfredo Gámir y Sandoval
'\
\72.'?-
~~
Figura 4."
(Lamina l.a, de Marlinez de la Torre.}
tas y el Buen Suceso. Pues bien: la casa que hace esquina a la calle de
los Cofreros, Arenal, de la manzana 381, es precisamente un número 2.
De existir la confusión de guarismos, no sería descaminado pensarlo así.
Interesaba conocer la opinión de algunas personas que por su com-
petencia nos pudiesen dar luz sobre el particular. Hemos hablado, en
primer lugar, con el mismo Sr. Pérez de Guzmán, para saber su juicio
acerca del emplazamiento, y, aunque de modo indeciso, le parecía coor-
dinar sus recuerdos hacia la calle de la Zarza, o sea la paralela a Cofre-
ros, que modernamente ha sido cerrada también. La opinión que tuviera
el Sr. Beruete, que tantas actividades consumió en estudiar a Goya y a
su arte, nos ha sido facilitado por varios deudos suyos, que recuerdan
haber oído de sus labios la hipótesis que ahora nos ocurre. Del mismo
122 Alfredo Gámir y Sandoval
"El fondo de este cuadro calculo que sea la parte de la Puerta del Sol
comprendida entre la calle de Alcalá y carrera de San Jerónimo, y la
iglesia que se ve de frente, la del Buen Suceso, que avanzaba entre las
dos calles bastante más que la línea de edííícacíón actual, por cuanto
que la Mariblanca, situada delante de la iglesia, se encontraba en la línea
de la calle de la Montera. Así, la esquina representada en la derecha del
cuadro sería la de la calle de Carretas, donde precisamente en las inme-
diaciones de la Casa Correos, allí situada, la lucha íué más empeñada y
la resistencia más larga.
"Esta escena pintada no tiene la adecuada disposición, la unidad que
parece ha de presidir en cuadro de tal importancia, y reíleja una impre-
sión tan sólo de aquella lucha sin orden ni concierto, en que cada espa-
ñol obra por sí, sin [eíes ni disciplina, acometiendo al [inete que tenia
más cercapara apoderarse de sus armas y seguir matando. Esta es una
escena vista por el artista indudablemente y en la que pudo hacer aquel
arte de observación que él echaba de menos años antes. Los grupos
principales, delante de la masa de españoles que avanzaba con cuchillos
y escopetas cerrando el fondo, los componen: a la izquierda, un paisano
acometiendo furiosamente a un mameluco, asestándole una puñalada
mientras le sujeta el brazo armado y su caballo hocica, doblando ambas
rodillas; a la derecha, mamelucos y jinetes franceses acuchillando al
pueblo, y en primer término un mameluco derribado, al que un paisano
le va a abrir el vientre con un cuchillo, mientras otro ataca al caballo.
En el suelo vense cadáveres de españoles y franceses. En el cielo, en la
parte más baja, a la derecha, hay una inscripción que dice, en letras
grandes: "2 de Mayo", Como quiera que esta inscripción está muy borro-
sa y no se aprecia sino viendo el cuadro de cerca y bien iluminado, no sé
qué pensar: si es que bien el artista lo quiso dejar así, para que diese el
efecto de una especie de visión, o si, por el contrario, aquellas letras estu-
vieron marcadas, y, no haciéndole bien, las borró, tapándolas con el tono
del cielo, pero no de modo tan completo que no las adivine un curioso
de cien años después. "
***
La escena, como a continuación describiremos, valiéndonos de las
documentadas palabras del Sr. Pérez de Guzmán en su Dos de Mayo,
no fué el primer ataque que en la mañana sufrieron la pareja de mame-
lucos que venía por la calle de Alcalá y fué denostada por el pueblo en
124 Alfredo Gámir y Sandoval
la Puerta del Sol; hasta que los soldados lograron escapar por la Mon-
tera hacia la Red de San Luis.
Se trata del combate que, ya después de la lucha ante Palacio y el
Parque, se daria por el pueblo valeroso de Madrid para evitar la marcha
del infantito que llorase a la salida del regio alcázar.
"En el asalto de la Puerta del Sol se inició también la tercer forma
que tuvo aquel día la porfiada lucha del pueblo, cubierto tras las esqui-
nas; aunque en aquel paraje, junto a la Casa de Correos, en la que forma
la calle de Carretas, hasta dos niños, uno de diez años; José del Cerro,
descalzo de pie y píerna, y otro de once, José Garcia Cristóbal, resístíe-
ron a pedradas, cara a cara, el ataque de un dragón de la Guardia Impe-
rial, en cuyo combate perdieron heroicamente la vida. Dos horas duró
en aquellugar, centro de la villa, el fuego y la refriega con las multipli-
cadas fuerzas que mandaran el general Cronduy en persona, los de
brigada Guillot y D'Aubray, los [efes. de escuadrón Domurier, Dumes-
nil y Valence, con sus mamelucos y polacos, y otras fuerzas de caballe-
ría de la Guardia Imperial, y el coronel Friederidis, que, avanzando por
la calle Mayor con los Fusileros de la Guardia, vino a estrechar el redu-
cido palenque donde el pueblo se defendia. El Moniteur, en su parte,
dijo que "Dumesnil cargó muchas veces sobre la Puerta del Sol", y aun-
que no habló de pérdidas y bajas personales, que fueron muchas por las
dos partes, confesó "que este oficial tuvo dos caballos muertos y herído
el suyo el general Cronduy". En medio de aquel combate tan obstinado,
nunca pudo reunir la fuerza popular una partida de cincuenta hombres
armades, y, sin embargo, fué frecuente durante la pelea ver algunos
pequeños grupos destacarse a cuerpo descubierto, acometer denodada-
mente los pelotones de las Caballerías, desorganizarlos, sembrar en ellos
la confusión y sacar victoriosas ventajas. Los que tenían un fusil creíanse
capaces de responder con él a un cañón, y con este error de denuedo hicie-
ron estragos, estragos indecibles, Unos caían heridos por las balas; otros,
de muchos sablazos, y algunos fueron horriblemente magullados bajo los
pies de los caballos ..... "
***
La escena representada, por tanto, en el cuadro responde perfecta-
mente a la descripción de los textos que para su narración aduce Pérez
de Guzman, sobre todo en lo referente al punto de combate delante de
la Casa de Correos, como atinadamente hace ver el Sr. Beruete. Esto nos
Dánde eslaba la casa de Goya en la Pueria del Sol 125
FUENTES
Planimetria de Madrid. Libro III, manzanas desde la 1 ó 2 a 300; libro IV, man-
zanas desde la 30 1 a 400.
TEXEIRA, Plano de Madrid, 1656.
MARTiNEZ DE LA TORRE (Fausto), Plano de La Villa y Corte de Madrid. Ma-
drid, 1800.
Archioo Municipal: A) Varios planos de la reforma de la Puerta del Sol. Lega-
jo 9.427-45.-B) Manzanas 380 y 381. Leg. 4-194-1O.-C) Plano para la reforma de
la Puerta del Sol, en la colección de documentos oficiales sobre el proyecto de refor-
ma y ejecucíón de obras. Leg. 4-427-35.
RIBELLES, Dos de Mayo de 1808 (Grabados, III, "Pelean los españoles con los
franceses en la Puerta del Sol ").
Ilustraciàn EspañoLa y Americana, año 1908.- Un grabado de la Puerta del Sol
en 1808.
Blanco y Negro.-La Puerta del Sol. Fotografia con el Buen Suceso y la Casa de
Correos, publicada el 22 de Octubre de 1892, núm. 156.
- Otra de la Puerta del Sol, con motivo del derribo de la fuente Mariblanca;
21 de Febrero de 1875, núm. 196.
I
BIBLIOGRAFíA
PÉREZ DE GUZMÁN Y GALLO (Juan), "Cómo en Madrid se juró al Rey José Na-
poleón". Ilustración Española y Americana, 8 de Noviembre de 1901, pág. 262.
- ELDos de Mayo de 1808, pág.385.
Calendario anual y Guia de Forasteros en Madrid. Imprenta Real, año de 1880
a 1897,
BERUETE Y MORET (Aureliano), Goya. Composiciones y figaras, 1917, pág. 111.
MÉLIDA (José Ramón), "En honor de Goya". El Dia, 25 de Noviembre de 1894.
VI¡i¡'AZA(Conde de la), Gaya.
CRUZADA VILLAMIL, Los tapices de Goya.
ARAUJO SÁNCHEZ, "Goya". España Moderna.
Uisitaa la colección ~e los fxcmos. Sres.·Uizcon~es~e'Ho~a
El día 20 de Febrero del corriente año tuvo lugar esta visita, a la que
concurríeron numerosos consocios y que resultó sumamente interesante,
pues entre las muchas obras de arte que ernbellecen aquella casa son
dignos de la mayor atención los tapices procedentes de la coleccíón que
formó el conde de Adanero y los cuadros.
El primer salón podríamos llamarlo de primitivos por los muchos
cuadros de este género que allí se encuentran. En el.centro, entre dos
balcones, hay una tabla grande que 'representa el Bautismo de Nuestro
'Señor, hermosa obra que es de .10 -más notable que la casa guarda.
Según nuestras noticias, ha motivado viajes de personalidades extranje-
ras que han venido a contemplarla, pero no se ha hecho una atribución
concreta, limitándonos, por consiguiente, nosotros a consignar la époc~
probable de su ejecución a fines del siglo XV, por algún gran artista ila-
meneo o de otra escuela, muy influído por ese arte, como lo indica la '
sencillez de la composición, la delicadeza de las ñguras y la mínucíosí-
dad del paisaje que sirve de tondo, realzado todo por la brillantez
del color.
Otro cuadro muy notable ~s el que va reproducido en lámina aparte, -
de autor igualmente desconocido, pero también de procedencia flamenca
" J':. ' .
LA CRUCIFIXIÓN.
Tapioería del siglo XV.
COLECCiÓN DE LOS VIZCONDES DE RODA.
Visita a la colecciàn de los Sres. Vizcondes de Roda
meneas, sin que esto signifique más que una conjetura, que en nada
dísminuye su mérito. Un cuadro de La Crucifixtán tiene todos los carac-
teres de las pinturas de G. Bosch. Una tabla de El Descendimiento, de
gran semejanza con el estilo de Van der Weiden. La Adoracián de los
Santos Reyes, de escuela española. Un tríptico de El Nacimtento, al pa-
recer flamenco. Otra Adoracián, con fondo de oro. La Misa de San Gre-
gorio hermosa tabla del siglo xv y escuela incierta. Es también muy bello
otro cuadro que representa una santa vestida con pelliza, túnica verde y
manto rojo, sosteniendo)l11a urna entre las manos. Ente los muebles no-
tables que adornan este salón hay uno francés, de marqueteria, obra, al
parecer, de la época de Luis Felipe.
En otro salón de esquina se custodian en una vitrina curiosos objetos
que pertenecieron al último prior del monasterio de Guadalupe, como
son: unos guantes de ceremonia, cubiertos, baraja, disciplinas, chofeta y
la tarjeta de visita, que es una viñeta con un león. De los cuadros, nos
fijamos en uno de Steen representando un fumador; un paisaje, de Van
der Neer, y un galló, de Snayers.
En el gabinete contiguo, lo más notable entre varios retratos de fa-
milia, es el que reproducimos de D. Álvaro de Ulloa niño, con traje gris,
adornado con la cruz de Montesa, y que, según noticias, asistió a la ba-
talla de Talavera; esta pintura, atribuída a Esteve, es digna del pincelde
Goya por su sencillez y maestría. Hay también en este gabínete dos si-
llones y dos sillas isabelinos de laca negra y adornos de nácar dignos de
mención, ahora que vuelven a estimarse mucho los muebles de aquella
época.
En el comedor decoran las paredes dos de los tres magníñcos tapices
que hay en la casa: el tercero adorna la escalera, es gótico de los mas
antiguos y representa las escenas de la muerte de Jesús entre los dos
ladrones, la lanzada de Longinos, los soldados disputándose las vestidu-
ras, todo en la misma composición, con las Marías, San Juan y otros
varios personajes, en un fondo de paisaje y construcciones de un primi-
tivismo grande; es admirable la expresión de las cabezas. Los del corne-
dor, uno) representa la leyenda de Santa Úrsula, encuadrada por una
pequeña greca de follaje; los personajes visten a usanza del siglo xv;
en el otro, se figura un juicio de Salomón, con personajes a la romana;
la orla es grande, formada con flores y algunas figuras en los ángulos
y centros, parece de principios del siglo XVI. Hay también en el comedor
BOLI!TIN DI LA SOCIBDAD !lPAAoLA Dl! EXCURSION¡¡S 9
130 J. Peñuelas
- ~~_... .
Fot J. Víllar.
'. -...
~'~!:~ l'"O'l'ü'IlPl.A. DE liAUSER y ~LE~r.;T.-!tl..!.DRl....J
F'ot J. Villar.
FOTOTIPIA DE IU.USltR y ME.N.ET.-M.ADRill
capilla mayor, dedicados a San Benito y San Bernardo. Había seis alta-
res a lo largo de las naves pequeñas, y en el extremo del crucero, a la
derecha, otro dedicado a la Purísima Concepción, y tenía también ocho
sarcóïagos con estatuas yacentes, cuatro a cada lado, de los que sola-
mente queda uno, y que contenían las cenizas de los Ozores de Ulloa,
Trabas, Vaamondes y otros. Había asimismo dos púlpitos de mucho
mérito, y unida al mismo edificio la capilla de San Juan o de los Or-
dóñez, de estilo ojival del último período y anterior a la actual iglesia,
con dos sepulcros yacentes. También unida a la iglesia estaba la capilla
del Rosario, construída en los años 1689-1692, con espléndida portada
Renacimiento. Se subía a la parte alta del convento, desde la iglesia, por
una escalera interior, a cuya entrada había una pila de pórfido para
agua bendita. La Sacristía, cubierta por una cúpula esférica elegante, es
uno de los edificios más notables del Renacimiento en Galícia; no se
sabe la fecha de su construcción con certeza; al final de una inscripción
en latín pone la fecha de 1523, y de la historia del Monasterio resulta
que fué obra del abad Fray Angel de Cartagena en 1569-1572. Contiene
en cada uno de los ángulos una estatua de piedra que quieren represen-
tar a los cuatro grandes Padres de la Iglesia latina, y encima de las puer-
tas y ventanas, bustos de San Pedro, San Pablo, Moisés, Aaron y otros;
se Cree fué construída por Juan de Herrera. En el primer piso, Jas salas
de estudio, y en el segundo, las celdas del noviciado. Las torres son de
planta cuadrada y de cuatro pisos de altura; en ellas había celdas de cas-
tigo y servían de vigías. En el piso bajo estaban los depósitos de la vaji-
lla y demás utensilios del comedor, que era muy extenso, y el techo, un
hermoso artesonado decorado de piñas y otros adornos. En el anterrefec-
torio había Iogón, para tener los alimentos calientes cuando subían de
la codina, y al lado había una fuente. La cocina sernejaba un pequeño
claustro, cuyo patio estaba todo ocupado por la campana de la chime-
nea; en el centro, cuatro robustas columnas, describiendo un cuadrado,
rodeaban el fogón y sostenían el cañón de la chimenea; las cuatro crujías
de alrededor estaban cubiertas por bóvedas divididas en tres comparti-
mientos, cada una sostenida por arcos ojivales y nervaduras que se cru-
zaban en aspa, apoyándose unas y otras en repisas, apoyadas a su vez
en las paredes de los lados, y del otro, en los capiteles de las cuatro
columnas del centro. Mas como estos cuatro arcos describían un cua-
drado, para poder mejor enchufar en ellos el cuerpo cilíndrico de la chi-
136 El Monasierlo de Sobrado
menea, en los ángulos que formaban las enjutas de dichos arcos se pu-
sieron unas trompas que sostenían un niembro o aro de pared, de forma
octogonal, y éste era el que recibía la base del cañón por donde salía el
humo. Esta obra notable debió de ser construída en el siglo xv o princi-
pio del XVI; en una de las crujías había una escalera de piedra, por don-
de se subía al anterrefectorio. A la derecha, la despensa; después, la ci-
llería y horno, y alIado de E., por el. S~,el taller de herrería y cochí-
quera, y por el O., la cuadra de los bueyes. Sobre la cuadra, el piso
del pajar, con trapelas encima de los pesebres para servir el heno al
ganado.
En la parte alta estaba el archivo y en la parte más superior el pri-
mero y segundo piso de la hospedería. La cuadra era apta para trece
mulas, con pesebres en forma de hornacina para cada una. La parte alta
de esta parte del edificio estaba destinada a Biblioteca, que era una de
las más importantes de su época. También en este piso se hallaban las
habitaciones del abad. Tenían una cuadra de Jos carneros y la casa la-
boratorio del boticario con su huerto. Este Monasterio tenía tres claus-
tros: uno, destinado a jardín, con doce arcos en cada lado y con talleres
de carpintería en la crujía E. y de cantería en la O. Elllamado de las
Procesiones, construído entre 1741-1744, de N. a S. tenía seis arcos en
cada lado, y de E. a O., cuatro arcos en cada costado; entre los niembros
de las ventanas del segundo cuerpo, treinta y seis medallones: doce, en
cada uno de los lados más largos, y seis, en los cortos. Los seis del Norte
con bustos nimbados de San Pedro, San Pablo, Santiago, San Andrés
y dos apóstoles; los del Sur, el de un papa, un cardenal y cuatro gue-
rreros. Los de los lados E. y O. son bustos de arzobispos, obispos,
abades y caballeros. Los antepechos de las ventanas estaban adornados
con figuras simbólicas y heráldicas, y en las esquinas, cuatro escudos.
En el centro, una gran Iuente, cuyo pilón recibía el agua de una concha
y ésta de otras hasta llegar a una pequeña de donde salía el agua.
El tercero de los claustros, llamado de la Hospedería, fué empezado
hacia 1623 y terminado en 1760. No conserva más que dos arcos.
En 1827, dos de sus lienzos fueron edificados de nuevo; en el E. estaba
la monumental escalera llamada de la Maristela por el himno que solía
cantar la comunidad al subirla en ciertos días y principiaba con el Ave
Maris Stella.
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(1) En esta sección no se da cuenta más que de los trabajos ~ue tr~teJ1 ~e 1i!lltoria, Ar~ueol0!lla 'I
Arte ~\le p\lbll~uellll1$ Rei'l$tas que S~ m,enCiOlla'll
R.vi,ta, d, Revista,
mica en Ampurta« y la época iu sus restos .• J. Puig i Cadafalch: Els Banys d~ Girona
i la influencia moresca a Catalunya .• J. Couyat Barthoux: Sur une peinture catalane
du XIV siecte trouvée au Monastere du Sinai .• Part n.-Crónica de la Secció Ar-
queológica. Exploració de coves per l'Institut .• Els Dolmens de la Serra de l'Arca.
(Ayguafreda.) • Sepulcre de Santa Marla de Miralles .• Sepulcre a Guissona .• Dues
destrals de bronze trobades a Catalunya • Dos vasos de la primera edat del ferro
trobats a Argentona .• La cerámica de Hallstadt a Catalunya .• Campanya arqueolà-
gica de l'Institut d'Estudis Catalans at timtt de Catalunya i Aragó (Caseres, Calaceit i
Maçalió) .• Excavacions d'Empuries .• Les escavacions de Numancia durant els anys
1913-1914 •• La Necropolis de Cadiç .• Trovalles a Tivissa .• Excavacions romanes ci
Sabadell .• Troballes romanes a Sant Juliá d'Altura prop de Tarrasa .• Mosaic romá
a Llafranch. • Troballes romanes a Tossa. • Enterrements a Centelles .• Trovaües
noves a Tarragona .• EI sepulcre romá de Corbins. Missió per a estudiar els banys
dits aràbics i el Monestir de Sant Daniel a Girona .• La colleccio de prehistória al
Museu de Sabadell .• La collecció Sala de Vich.• Adquisicions de la collecció Vives
de Madrid .• Lacollecciá Camps a Guissona .• Bxposiciá d'objectes procedents d'Ibi-
ça.• Exposició d'Antigues pintures espanyoles a Londres .• Adquisicions del Museu
de Barcelona .• Adquisicions del Museu de Vich.• Primer Congrés d'Art CIistiá a
Catalunya .• L'Esglesia del Miracle a Tarragona.
Nuestro Tiempo.-(Año 1921.) • José Subirá: El paisaje, las canciones y las dan-
zas de Cataluña .• José Deleíto y Piñuela: La expatriación de los españoles afrancesa-
dos.• [ulío Fuentes: El Gran Capitán. (Fragmentos de un libro inédito.)
Arquitectura Española. -(1923). Esta Revista no tiene más que parte gráñca y
publica grandes láminas y planos de los siguientes edificios antiguos y modernos:
Colegio Asilo para Institutrices. (Hoy Colegio de Nuestra Señora del Pilar.) Arqui-
tecto, D. Manuel Aníbal Alvarez .• Portada de la iglesia de San Andrés. (Arquitec-
tura barroca.) • Abside y ventana de las iglesias de Santa Justa y Rufina, Maluenda
(Zaragoza) .• Proyecto de edificio social del Salón de Recreo de Burgos. (Arquitecto,
Pedro Muguruza.) • Iglesia del convento de los Domínícos de San Pablo, hoy Pa-
rroquia de Santa María Magdalena. (Arquitectura barroca sevillana.) • Ornamenta-
ción mudéjar de Toledo. Yeserías, segunda mitad del siglo XIV. Sinagoga del Trán-
sito. Gran Friso. Palacio de los Ayalas. Sobrepuerta de la sala baja. Casa de Mesa.
Friso y Tablero sobre una alacena d'el Salón .• Yeserías, mitad del siglo XIV: Taller
del Moro. Friso del Salón. Catedral, portada de la Sala Capitular. Sinagogas del Trán-
sito. Ménsulas de la Tribuna .• Iglesia parroquial de Nuestra Señora de los Angeles,
Fuente Saúco (Soria) .• Patio del Colegto- Imperial de los Jesuítas. (Hoy Instituto de
San Isidro de Madrid.) Arquitectura "barroca .• Ornamentación mudéjar de Toledo.
Fines del siglo XII. Sinagoga de Santa Maria la Blanca. Palacio de Galiana. Deco-
ración de arcos. Taller del Moro. Decoraciones murales .• Proyecto de casa social
para el Circulo de Bellas Artes de Madrid. (Arquitecto, Antonio Palacios.) • Ermita
del Santísimo Cristo del Humilladero de Colmenar de Oreja, trabajo premiado en
el primer concurso abíerto por esta Revista entre los alumnos de la Escuela -Superior
de Arquitectura de Madrid .• Puerta de la ermita de la Virgen del Puerto de Madrid .
• Ornamentación mudéjar de Toledo. Sinagoga del Tránsito. Portadas del salón de
la Casa de Mesa, partes superior e inferior. El antiguo Monasterio del Paular,