CEst - Sec4 22908 27 10 2022 Capitalización de La Prima en Colocación de Acciones Liquidación Sociedades
CEst - Sec4 22908 27 10 2022 Capitalización de La Prima en Colocación de Acciones Liquidación Sociedades
CEst - Sec4 22908 27 10 2022 Capitalización de La Prima en Colocación de Acciones Liquidación Sociedades
CONSEJO DE ESTADO
SALA DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
SECCIÓN CUARTA
Tercero: Condénese en costas a la parte demandada. Como agencias en derecho, fíjese el cero
coma cero un por ciento (0,01%) del valor de las pretensiones, tal como lo señaló la parte motiva.
Liquídense por la Secretaría de la Corporación.
Con la Liquidación Oficial de Revisión nro. 052412013000035, del 11 de abril de 2013 (ff.
183 a 202), la demandada modificó la corrección voluntaria a la declaración del impuesto
sobre la renta de la actora por el año gravable 2009 (f. 28 caa). Concretamente, añadió
ingresos brutos no operacionales, rechazó ingresos no constitutivos de renta ni ganancia
ocasional e impuso sanción por inexactitud la declaración. Esa decisión fue confirmada
con la Resolución nro. 900.140, del 13 de mayo de 2014 (ff. 102 a 124).
ANTECEDENTES PROCESALES
Demanda
A. Que se declare la nulidad total de la Resolución que resolvió el recurso de reconsideración nro.
900.140 del 13 de mayo de 2014, expedida por la Dirección de Gestión Jurídica de la Dirección de
Impuestos y Aduanas Nacionales por medio de la cual se resolvió el recurso de reconsideración
interpuesto el 13 de junio de 2013, en contra de la Liquidación Oficial de Revisión nro.
052412013000035 de 11 de abril de 2013.
C. Que a título de restablecimiento del derecho se declare la firmeza de la declaración del impuesto
sobre la renta y complementarios del año gravable 2009 presentada por Inversantamónica y se
tengan como ciertos los valores registrados en esta declaración privada por la compañía el 15 de
abril de 2011, mediante formulario nro. 91000109444672, al prosperar las razones de objeción de
fondo que se desarrollan en el presente escrito.
D. Que se condene en costas a la parte demandada, ya que las Autoridades Tributarias no valoraron
las pruebas aportadas en el proceso administrativo que soportan la información reportada en la
declaración del impuesto sobre la renta y complementarios del año gravable 2009, presentada por
Inversantamónica y que demuestran que con las glosas propuestas se está generando un doble
efecto impositivo, a cargo de la Compañía, derivado de un mismo hecho económico.
A los anteriores efectos, invocó como normas violadas los artículos 6.°, 29 y 83 de la
Constitución; 27 del CC (Código Civil, Ley 57 de 1887); 260 y 261 del CCo (Código de
Comercio, Decreto 410 de 1971); 26, 36, 36-3, 301, 450, 451, 565, 647, 711, 730.3, 732,
734, 742, 746 y 794-1 del ET (Estatuto Tributario); 3.°, 72 y 137 del CPACA; 167, 243 y
281 del CGP (Código General del Proceso, Ley 1564 de 2012); y 17 del Decreto
Reglamentario 187 de 1975, bajo el siguiente concepto de violación (ff. 20 a 67):
Sostuvo que operó el silencio administrativo positivo y también la causal de nulidad del
artículo 730.3 del ET, porque la resolución que falló el recurso de reconsideración le fue
notificada extemporáneamente; y que, en todo caso, se configuró un «silencio parcial»,
porque la demandada omitió absolver uno de los cargos del recurso. Por ello, alegó la
transgresión de la regla de correspondencia y de los derechos de defensa y contradicción.
Seguidamente, narró que la sociedad que emitió las acciones con prima capitalizó ese
superávit en 2009, para lo cual incrementó el valor nominal de las acciones de $1.000 a
$297.039. De ahí que, como accionista, le correspondiera una distribución de
$9.866.979.870 a título de capitalización de la prima. Especificó que contabilizó este
último rubro como mayor valor de su inversión, contra un ingreso operacional de igual
cuantía, que declaró como no constitutivo de renta ni ganancia ocasional, conforme a lo
entonces establecido en los artículos 36 y 36-3 del ET.
Sobre esa base, reprochó que la autoridad desconociera que las transacciones descritas
constituían «un mismo hecho económico» y, en su lugar, les atribuyera el «doble efecto»
de producir ingresos tanto al momento de la cesión de acciones como en la capitalización
de la prima de colocación. Argumentó que, mientras la recepción de acciones como
reembolso de capital carecía de vocación para aumentar su patrimonio, pues tan solo
reemplazó un activo con otro, la posterior modificación del valor nominal de esos títulos
–producto de la capitalización de la prima pagada– sí incrementó la cuantía de la
inversión que poseía y, por tanto, generó un ingreso que habría estado gravado si el
artículo 36-3 del ET no dispusiese lo contrario. Así, adujo que la decisión de adicionar un
ingreso no operacional y de excluir el carácter no constitutivo de renta de la ganancia
realmente obtenida se fundó en un equivocado entendimiento de la operación económica
y, en consecuencia, vició la actuación de falsa motivación.
Contestación de la demanda
La demandada se opuso a las pretensiones de la actora (ff. 247 a 260). Al efecto, relató
que en una actuación independiente negó la ocurrencia del silencio administrativo
positivo1 y que, al fallar el recurso, abordó conjuntamente todos los cargos propuestos
por la demandante, sin que fuera obligatorio referirse a cada uno en forma individual.
En cuanto al fondo, discutió que estuviera probado que asignó doble efecto tributario a la
operación reprochada, como sí estaría acreditado que su contraparte realizó un ingreso
no operacional al momento de la liquidación parcial de la primera de sus subordinadas.
Así, porque dicha liquidación ocasionó que esta le cediera a la demandante las acciones
que poseía en otra entidad subordinada; y, dado que el valor patrimonial de esos títulos
($9.900.000.000) superaba el monto de la participación de la actora en la compañía
liquidada ($33.000.000), la diferencia entre lo aportado y lo recibido como reembolso de
capital constituyó un incremento patrimonial gravado.
1 La actora promovió demanda de nulidad y restablecimiento del derecho contra esa actuación, en el expediente
identificado con radicado nro. 76001-23-33-000-2016-01065-00. No obstante, por auto del 21 de marzo de 2019, el
Tribunal Administrativo del Valle del Cauca declaró probada la excepción previa de pleito pendiente y dio por terminado
el proceso, pues consideró que buscaba los mismos efectos pretendidos en el sub iudice. Esa decisión fue confirmada
por esta Sección mediante auto del 24 de septiembre de 2020 (exp. 24528, CP. Julio Roberto Piza Rodríguez).
Resaltó que el conjunto esa actividad negocial condujo a que la actora obtuviese la
propiedad de los derechos fiduciarios inicialmente poseídos por la primera de sus filiales
sin efecto fiscal y que ese resultado se logró gracias a la influencia dominante de la
demandante sobre sus filiales, siendo posible que la situación de subordinación se
configurara a partir de la prestación de bienes y servicios relevantes, sin que se requiriera
participación mayoritaria en el capital social. Se opuso al cargo relativo al levantamiento
del velo corporativo, aduciendo que esa cuestión no hizo parte del sustento de la decisión
acusada, sino que se enunció para resaltar las herramientas propias de la potestad de
fiscalización.
Finalmente, defendió que la actora incurrió en la conducta castigada con la sanción por
inexactitud, sin que esto fuera consecuencia de un error sobre el derecho aplicable.
Sentencia apelada
El tribunal accedió a las pretensiones de la demanda y condenó en costas (ff. 340 a 355).
Desestimó la configuración del silencio administrativo positivo alegado por la actora, pues
encontró que la resolución que desató el recurso de reconsideración fue oportunamente
notificada y que abordó todos los argumentos expuestos en el contexto de la controversia.
Respecto de las problemáticas sustanciales, partió de exponer que, bajo la sentencia del
17 de junio de 2010 (exp. 16731, CP. Martha Teresa Briceño de Valencia) y del Concepto
nro. 0188 de 2011 del Consejo Técnico de la Contaduría Pública, la prima en emisión de
aportes correspondía al mayor valor pagado en la adquisición de acciones colocadas en
el mercado por un precio superior a su valor nominal; y que, por disposición del artículo
36-3 del ET, su repartición en acciones estaría desgravada para los socios siempre que
la compañía emisora la hubiese contabilizado como superávit de capital. Como halló
probado que la inversión cedida a la demandante fue adquirida por un valor superior al
nominal, juzgó que no podía desconocerse que el sobreprecio pagado correspondía a
una prima de emisión; y, como encontró que las actas de la asamblea de accionistas de
la sociedad capitalizada acreditaban que el superávit se distribuyó en acciones, consideró
satisfechos los requisitos de la norma citada para reconocer tratamiento de ingreso no
constitutivo de renta ni de ganancia ocasional a dicha distribución. Además, invalidó la
adición del ingreso no operacional que –según la demandada– se habría realizado en la
cesión de las referidas acciones, pues estimó que, dado que la actora incluyó la renta por
el reparto de la prima como un factor positivo de depuración de su base gravable, agregar
otra suma implicaría asignar un doble efecto fiscal a la operación glosada. Por todo esto,
también revocó la sanción por inexactitud.
Recurso de apelación
El extremo pasivo apeló la decisión de primer grado (ff. 367 a 378) insistiendo en que la
actora omitió declarar el ingreso que recibió en la liquidación parcial de su primera filial,
pues el valor de las acciones que obtuvo a título de reintegro de capital superó el monto
Finalmente, se opuso a la condena en costas, señalando que los asuntos tributarios son
de interés público y que, en cualquier caso, no estaba probada su causación.
Alegatos de conclusión
La actora reiteró los argumentos expuestos en la demanda y adujo que, si bien se rechazó
su apelación adhesiva por carecer de interés para recurrir (ff. 484 a 497), debía decidirse
sobre la configuración del silencio administrativo positivo desestimado por el a quo,
puesto que –según el criterio de decisión fijado por la Sección en el fallo del 12 de
diciembre de 2014 (exp. 19121, CP. Jorge Octavio Ramírez)–, cuando prosperan las
pretensiones de la demanda, el ad quem debe pronunciarse sobre los cargos negados
en primera instancia, aunque no hayan sido objeto de apelación. La demandada insistió
en los argumentos expuestos en las anteriores etapas procesales (ff. 498 a 502). El
ministerio público guardó silencio.
CONSIDERACIONES DE LA SALA
1- Juzga la Sala la legalidad de los actos acusados, atendiendo a los cargos planteados
por la demandada, en calidad de apelante única, contra la sentencia de primera instancia
que accedió a las pretensiones de la demanda y condenó en costas a la parte vencida.
Por ende, corresponde determinar si la cesión de acciones a la demandante, derivada de
la liquidación parcial de una sociedad en cuyo capital participaba, le generó un incremento
patrimonial gravado con el impuesto sobre la renta; y si la posterior capitalización del
sobreprecio pagado por la cedente al adquirir las acciones objeto de cesión satisfizo las
exigencias previstas en el ordenamiento tributario para concederle a tal operación el
tratamiento de un ingreso no constitutivo de renta ni de ganancia ocasional, contemplado
en los artículos 36 y 36-3 del ET (en la versión entonces vigente). Decidido lo anterior,
deberá verificarse si procede la condena en costas impuesta por el a quo. Con todo, dado
que la ratificación de las valoraciones jurídicas esgrimidas por la actora en defensa del
tratamiento fiscal que le atribuyó a la operación enjuiciada constituye la razón de la
decisión impugnada, de prosperar la apelación, la Sala deberá evaluar los cargos de la
demanda sobre los cuales el tribunal no tuvo que pronunciarse para dictar la sentencia
apelada. En ese evento, se establecería entonces si la autoridad de impuestos violó las
normas procedimentales en que debió fundar su actuación por la circunstancia de haber
2- Así, en el marco del juicio que compete a la Sala, se examinará el conjunto de negocios
en que se produjo y capitalizó la prima en emisión de acciones que dio lugar al litigio
trabado entre las partes. Ambas coinciden, y está probado en el plenario, en que la
cadena de actos jurídicos que motivó la controversia inició en diciembre de 2007, cuando
la actora obtuvo una participación del 33% en el capital de una sociedad que era titular
de derechos fiduciarios valorados en $30.000.000.000, derechos que esta entidad
después aportó, en diciembre de 2008, a otra sociedad –en la que la actora también
poseía el 33% del capital, porcentaje para cuya adquisición había pagado $330.000–,
como contraprestación por suscribir acciones ofrecidas a un valor 300 veces superior al
nominal. Con esto, la participación de la demandante en la segunda entidad (i.e., la
emisora de los títulos) se redujo del 33% al 0,33%, porque la suscriptora de las nuevas
acciones adquirió la titularidad del 99% de la compañía; pero, en agosto de 2009,
recuperó su porcentaje inicial de participación en esa entidad porque la sociedad
suscriptora de las acciones entró en un proceso de liquidación parcial por el cual, a título
de reembolso de su aporte (i.e., $33.000.000), le cedió a la actora 33.000 de las acciones
adquiridas con prima en 2008, estimadas según su valor nominal (i.e., $1.000 cada una).
Una vez que la actora poseyó nuevamente el 33% del capital de la compañía que emitió
las acciones, sucedió que esta compañía capitalizó ese superávit, trasladándolo de la
cuenta 3205 «prima en colocación de acciones» a la cuenta 3105 «capital suscrito y
pagado», e incrementó el valor nominal de los títulos representativos de participaciones
en su capital de $1.000 a $297.039, por acción. Al cabo de las anteriores transacciones,
la compañía capitalizada registró que el valor del aporte de la demandante se incrementó
de $33.330.000 a $9.900.309.870, por su porcentaje de participación en el capital del
33%, gracias a que la distribución del superávit de capital se efectuó a prorrata de los
aportes de todos los accionistas. Finalmente, en diciembre de 2009, se liquidó la
compañía que capitalizó la prima y, para reembolsarle a la actora el capital invertido, le
transfirió la porción que le correspondía (i.e. el 33%) de los derechos fiduciarios obtenidos
al emitir acciones con prima.
De modo que, según el relato de los extremos procesales, la sucesión de actos jurídicos
descrita dio lugar a dos hechos con relevancia tributaria: por una parte, dos transferencias
patrimoniales consecutivas; y, por otra, la generación y posterior capitalización de una
prima en colocación de acciones. Los efectos impositivos que corresponde asignar a
ambos eventos constituyen el eje del debate que las partes plantean en esta instancia.
2 A partir de las reformas introducidas a esa disposición y al artículo 30 del ET por los artículos 91 de la Ley 1607 de
2012 y 30 de la Ley 1819 de 2016, la prima de emisión pasó a formar parte del costo fiscal de las acciones para quien
la paga y, por tanto, dejó de ser considerada como un ingreso fiscal para todos lo efectos.
4- En ese contexto, advierte la Sala que cada uno de los extremos del litigio deriva las
consecuencias tributarias que defiende en función del resultado económico-práctico que
le atribuye al conjunto de transacciones realizadas por la actora y por las compañías en
las que poseía participaciones. Tanto así, que los cargos de apelación por medio de los
cuales la autoridad insiste en la adición de un ingreso no operacional y en desconocer un
beneficio fiscal, plantean el análisis de la correcta determinación de los efectos tributarios
correspondientes al conglomerado negocial relatado, sin discrepar sobre la normativa
aplicable para disciplinar el impuesto sobre la renta en los casos en que una transferencia
patrimonial se acompañaba de la capitalización de una prima en colocación de acciones,
ni sobre la interpretación de ese ordenamiento. El juicio que se demanda de esta
judicatura versa exclusivamente sobre el resultado alcanzado con el conjunto negocial
establecido y sobre si se adecua a la finalidad objetiva o ratio de las normas que entonces
regulaban fiscalmente la prima por emisión de acciones o si, por el contrario, se subsume
en la ratio de los preceptos que –aún hoy– determinan los hechos gravados con el
impuesto sobre la renta, labor que correspondería adelantar en ejercicio de la pauta
hermenéutica fijada por el artículo 26 del CC, de acuerdo con la cual «los jueces y los
funcionarios públicos, en la aplicación de las leyes a los casos particulares y en los
negocios administrativos, las interpretan por vía de doctrina, en busca de su verdadero
sentido», en concordancia con el artículo 31 ibidem, que dispone que «la extensión que
deba darse a toda ley se determinará por su genuino sentido», i.e. según su ratio. Con lo
cual, el litigio requiere que primero se precisen las finalidades a las que atienden unas y
otras disposiciones, para desentrañar su «genuino sentido», que determina los límites de
su «extensión»; para pasar a contrastarlo con los supuestos de hecho en que se subsume
la operación económica, atendiendo a la función económico-individual lograda mediante
el conjunto de transacciones aquí enjuiciado.
Al prever el citado artículo 26 del ET que la renta está compuesta por «todos» los ingresos
«ordinarios y extraordinarios» realizados durante el año gravable que sean «susceptibles
5.1- Por lo anterior, ante una liquidación societaria, la parte de la transferencia patrimonial
no sometida a imposición (ya sea que se haga en dinero o en especie) es aquella
correspondiente al reintegro del capital aportado por el inversionista a la sociedad que se
liquida, porque dicho reembolso no representa para el socio la potencialidad de un
incremento patrimonial, sino la sustitución de un activo (señaladamente las acciones que
poseía en la entidad) por otro (caja, bancos, o especies recibidas), lo cual no está gravado
a la luz del artículo 26 del ET; mientras que la porción del reparto que supere la devolución
de la inversión resulta gravada con el impuesto, sin perjuicio de las desgravaciones que,
por motivos de estímulo fiscal, prevé la normativa.
5.3- Para la época de los hechos que se enjuician, existía una disposición particular
aplicable a las situaciones en las que el precio de colocación superara el valor nominal
de los títulos, esto es, para las acciones emitidas con prima, de acuerdo con la cual el
monto recibido por la sociedad a título de prima por emisión de acciones se le gravaría
en el periodo en que esta lo repartiese a los socios (inciso segundo del artículo 36 del
ET, en el texto de entonces); cuantía que para los socios tendría la calificación de ingreso
3Sobre el costo fiscal de las acciones, también se ha pronunciado la Sala, entre otras, en las sentencias del 29 de junio
de 2017 y del 05 de febrero de 2019 (exps. 20838 y 22240, CP. Jorge Octavio Ramírez), del 26 de julio de 2018 y del
29 de octubre de 2020 (exps. 20947 y 24266, CP. Stella Jeannette Carvajal Basto) y del 26 de agosto de 2021 (exp.
24402, CP. Julio Roberto Piza Rodríguez).
5.5- Aprecia entonces la Sala que el tratamiento fiscal concedido, para la época de los
hechos, por el artículo 36 del ET a la prima por emisión de acciones respondía al
reconocimiento de una circunstancia propia del mercado de operaciones societarias, en
el cual resulta razonable y usual que a los títulos participativos que se emiten con
posterioridad a la constitución de la sociedad se les asigne un precio de suscripción
superior al nominal con miras a preservar la situación económica de quienes habían
adquirido con anterioridad acciones de la misma entidad, dada la valorización que esta
haya logrado obtener, por cualquier motivo, en el entretanto.
4Así lo ha precisado la Superintendencia de Sociedades, entre otros, en los Oficios nros. AN-23623 de 1991, 220-
9412 de 1994, 42700 de 2005 y 220-061029 de 2017.
crear un «incentivo a la capitalización»5, dado que solo se «exoneran del impuesto … los
valores reconocidos como prima en colocación de acciones, a condición de que se
mantengan en el superávit de la sociedad, aumentando así su capital de trabajo».
6- Con lo cual, los signos hermenéuticos pertinentes, de orden gramatical (i.e. los
sentidos posibles del texto de la norma), sistemático (la correlación de las normas
aplicables con los demás preceptos que rigen la materia en el ámbito tributario y en otras
ramas del derecho), histórico (el relato de la intención fidedigna del establecimiento de la
norma) y, sobre todo, teleológico (la correcta compresión del fenómeno económico objeto
de regulación y la precisión del fin extrafiscal perseguido por la disposición, empleando
como acicate la desgravación plena de los potenciales incrementos patrimoniales cuando
quiera que la prima pagada permaneciese en el capital social), llevan a la Sala a concluir
con certeza que la causa final de la norma aplicable al caso es la capitalización de la
sociedad que recibió la prima. Esa es la ratio objetiva de los preceptos interpretados, que
determina la correcta aplicación de las disposiciones, dato jurídico de la mayor relevancia,
pues el contenido de los preceptos que regulan los efectos fiscales de los contratos de
suscripción de acciones con prima está atado a la función social reconocida a esa
institución. De ahí que el régimen tributario excepcional descrito esté reservado para
casos en los que se requiera equiparar los precios a los que adquieren los porcentajes
del valor patrimonial de la sociedad quienes suscriben las nuevas acciones, con los
valores pagados por los antiguos socios, siempre que además la entidad determine
aumentar, con vocación de permanencia, el capital disponible mediante la capitalización
de la suma que haya recibido a título de prima, procedente del suscriptor de los nuevos
títulos representativos de la participación en el capital de la sociedad. En suma, solo el
sobreprecio que produzca una efectiva capitalización será merecedor del tratamiento que
el ordenamiento fiscal dispuso para la prima.
7- Visto el específico ámbito sobre el que se proyectan los beneficios fiscales dispuestos
en el ordenamiento para la prima por emisión de acciones, pasa la Sala a verificar si el
caso recae en ese espacio. Al respecto, están probados en el plenario los siguientes
hechos relevantes:
5Exposición de motivos del Proyecto de ley nro. 1 ante la Cámara, de 1983. Anales del Congreso, lunes, 02 de mayo
de 1983, pág. 327.
demandante, compró los derechos fiduciarios sobre un patrimonio autónomo que tenía
como activo subyacente un predio en el que desarrolló un parque industrial, por el precio
de $39.671.000.000 (ff. 289 a 291 y 303 caa).
(iii) El 28 de octubre del siguiente año, mediante documento privado, se constituyó otra
sociedad (f. 156). En el acto de constitución participaron varios de los accionistas de la
sociedad del sector inmobiliario, a los que se les autorizó para que, en el mes siguiente
al registro mercantil de la sociedad, cedieran sus acciones a la actora y a los demás
accionistas de esta «libremente y en cualquier proporción (sin sujeción al derecho de
preferencia)» (ff. 193 a 204 caa).
(iv) A partir de esa autorización, en diciembre de 2008 la actora adquirió 330 acciones de
la segunda sociedad por su valor nominal (i.e. $1.000 por acción). El monto total de la
inversión fue de $330.000, con lo cual obtuvo una participación en el capital social
equivalente al 33%; porcentaje de participación que era idéntico al que, por otra parte,
tenía en la compañía del sector inmobiliario (f. 272). También hicieron lo mismo los demás
accionistas de esta, que suscribieron acciones en la misma proporción de su participación
en el capital social de la primera sociedad. De esto dan cuenta las actas de reunión de
las asambleas de accionistas de cada una de las sociedades, que obran en el expediente
administrativo (ff. 312 a 316 y 336 a 338 caa).
(vi) En los folios 221 y 222 del expediente administrativo obra el balance general
comparativo de 2008 y 2009 de la sociedad capitalizada, que evidencia que, antes de la
emisión de las acciones que originaron la prima cuestionada, el patrimonio social no tuvo
ninguna valorización. Así, a diciembre de 2008 el patrimonio solo reflejaba $101.000.000
de «capital social», $29.900.000.000 de «prima en colocación de acciones» y -
$2.269.600 como «resultados del ejercicio». También muestra que la sociedad no obtuvo
ingresos en el periodo y sus «gastos operaciones» por $1.269.600 fueron por servicios y
asesoría legal. En la autoliquidación del impuesto sobre la renta esta sociedad declaró
ingresos por $0 y determinó un impuesto a cargo de $1.000.000 (f. 356 caa).
del 33%, a la actora le correspondieron 33.000 acciones por igual valor al de su inversión
inicial (ff. 336 a 338 caa).
(xii) En el periodo revisado, la actora declaró a título de ingreso operacional el mayor valor
de las acciones producto de la capitalización de la prima en cuestión y detrajo de la base
imponible esa misma cuantía como ingreso no constitutivo de renta ni ganancia ocasional
(f. 67). Así consta en la conciliación contable y fiscal que obra en los folios 35 y 45 de los
antecedentes administrativos.
(xiv) En los actos que se juzgan, la autoridad rechazó el ingreso no constitutivo de renta
ni ganancia ocasional autoliquidado por la demandante en cuantía de $9.898.659.870,
por considerar que era inconsistente, desde la costumbre mercantil, «que una sociedad
que se constituya a fines de un año, este generando una prima en colocación de
acciones, porque la sociedad se encuentra en una etapa pre operativa que no hacen
viable que los posibles socios realicen inversiones en este tipo de sociedades, por cuanto
no se tiene certeza de que la misma sea rentable». Además, estimó que la constitución
de la prima no cumplió con el objetivo «de fortalecer el patrimonio de la sociedad con el
fin de desarrollar el objeto social … porque desde su creación se vio el ánimo de servir
de intermediario para que los socios se capitalizaran» (ff. 438 y 439 caa).
9- Dadas esas circunstancias, para las partes y para esta judicatura está claro que en el
caso se cumplen los supuestos de hecho contemplados en las normas como activadores
del beneficio tributario, consistente en la realización de un ingreso no constitutivo de renta
ni ganancia ocasional, pues está demostrado que la sociedad emisora colocó acciones a
un precio superior al nominal y que capitalizó el excedente, mediante el posterior aumento
del valor nominal de las acciones en circulación. No obstante, se discute si, más allá de
esa nuda realidad, se requiere para el pleno reconocimiento del beneficio tributario que
esté acreditado, además, el cumplimiento de la causa por la cual se tipificó el supuesto
de hecho en la norma que concedió el tratamiento especial, que señaladamente consiste
en aumentar, con vocación de permanencia, el capital de la entidad emisora de los títulos
participativos mediante la capitalización de la suma que haya recibido a título de prima; y
si en el caso se habría atendido a dicha causa.
9.1- Según el criterio jurisprudencial vigente de la Sala, gestado en las sentencias del 30
de julio de 2020 (exp. 23545, CP: Milton Chaves García), del 29 de octubre 2020 (exp.
22968, CP: Julio Roberto Piza) y del 11 de marzo de 2021 (exp. 25203, CP: Stella
Jeannette Carvajal Basto), la determinación del tratamiento fiscal que se predica de una
concreta operación implica valorar, junto al tipo contractual empleado y a las
enunciaciones preceptivas de las partes –i.e. de lo estipulado–, los comportamientos
conexos o dependientes de tales disposiciones, que se vinculan con estas para alcanzar
el resultado negocial, así como las circunstancias en que surge la coligación entre los
distintos negocios celebrados. Este criterio de decisión no contraría la potestad negocial
que el ordenamiento jurídico reconoce a los particulares (artículo 1602 del Código Civil),
cuyo ejercicio bien puede generar ahorros tributarios legítimos, pues nada hay que
reprochar a quien elige el vehículo contractual que mejor y de manera más económica
satisface su interés privado. Lo inadmisible jurídicamente es que dicha prerrogativa de
autonormación se emplee para derogar mandatos de derecho público que contienen el
derecho de crédito de la Hacienda Pública, como aquel que preceptúa que para el socio
es renta gravable el excedente obtenido sobre el capital invertido en acciones (artículos
30, ordinal 3.°, y 301 del ET). La conducta contraria al ordenamiento se hará patente
cuando la valoración conjunta de todos los elementos que integran el tipo de negocio
indique, en términos objetivos, que el interés negocial o la causa económica-individual
del contrato quebranta el orden económico de la relación y, en su lugar, se obtiene una
ventaja fiscal concreta. Una verificación de este estilo no requiere que se consulten
circunstancias subjetivas como la «intención» de las partes del contrato, pues la
operación económica es, por definición, una cuestión objetiva y es la que interesa a
efectos de la configuración del hecho gravado.
9.3- En esos términos, si bien está probado que en el momento en que se emitieron las
acciones de la segunda sociedad (i) esta tenía pocos meses de constituida, (ii) no había
generado ingresos ni gastos asociados al desarrollo de alguna actividad productiva y (iii)
no había logrado valorizar 300 veces su patrimonio, no corresponde negarle la calidad
de prima por emisión de acciones al sobreprecio pagado por la suscripción de los nuevos
títulos puestos en circulación, pues, como concuerdan las partes, está demostrado que
el precio de emisión de las acciones acordado y pagado superó su valor nominal y ese
es el único requisito que el artículo 84 del Decreto 2649 de 1993 exige para atribuirle al
sobreprecio la calidad de prima en emisión de acciones. Lo que no concurre al caso es
que esa prima haya satisfecho la finalidad objetiva o ratio de la norma tributaria (artículos
36 y 36-3 del ET) para darle el tratamiento de ingreso no constitutivo de renta ni ganancia
ocasional a su capitalización, como quiera que no fortaleció de manera efectiva y
perdurable el patrimonio social de la emisora de las acciones en la medida en que esta
no aplicó empresarialmente el monto capitalizado y fue liquidada pocos meses después.
Así, los hechos probados llevan a constatar que la capitalización de la sociedad emisora
de las acciones no fue el fin de las operaciones desplegadas, sino apenas un medio para
incurrir en el supuesto de hecho de una norma de desgravación a efectos de capturar un
beneficio en el impuesto sobre la renta que está atado a la realización de una finalidad
extrafiscal.
un incremento neto del patrimonio de la actora, sin que se cumplieran los requisitos de
fondo para acceder a la desgravación, siendo que para la época de los hechos, las
previsiones de los artículos 26, 30, ordinal 3.°, y 301 del ET disponían que esa clase de
transferencias patrimoniales entre sociedad y socio estarían gravadas, tributación que
solo se enervaría con la producción y capitalización de una prima que acometiera las
finalidades previstas en el ordenamiento, lo que no ocurrió en el caso que se enjuicia.
9.4- Como al final de cuentas la actora obtuvo un rendimiento sobre su inversión que sí
está gravado con el impuesto sobre la renta, la pretensión que planteó en su demanda
contraría el criterio de decisión judicial acogido por esta Sala, antes mencionado, de
acuerdo con el cual no acceden a tutela jurídica los ahorros fiscales obtenidos mediante
la violación de los fines de la legislación tributaria (sentencias del 30 de julio de 2020,
exp. 23545, CP: Milton Chaves García; del 29 de octubre 2020, exp. 22968, CP: Julio
Roberto Piza; y del 11 de marzo de 2021, exp. 25203, CP: Stella Jeannette Carvajal
Basto). Todo, sin que la Sala ponga en duda que es legítimo que quien bien gestiona sus
negocios oriente su actividad a ponderar los efectos económicos que derivan del sistema
tributario, para identificar e implementar el vehículo negocial que le sea menos oneroso,
dentro de las posibilidades que verdaderamente surgen del ordenamiento. Lo que carece
de juridicidad es que el ejercicio de autonomía de la voluntad se encamine a contrariar
mandatos objetivos de derecho público de contenido tributario, pues, la tutela jurídica de
la ordenación de los intereses privados requiere que la causa del ejercicio negocial esté
alineada con las concretas finalidades que prevé la legislación. En el sub examine, ese
requisito no se honró porque el esquema negocial en el que incurrió la actora no satisfizo
las finalidades de las normas que prevén la desgravación que pretende, sino que tan solo
planteó recaer dentro de esos preceptos para que actuasen como norma de cobertura
con la cual desvirtuar una renta gravada por los artículo 26, 30, ordinal 3.°, y 301 del ET.
Por ende, corresponde atribuirle a la operación el tratamiento fiscal propio de una
transferencia patrimonial hecha de la sociedad al socio en exceso del capital invertido.
10- En esa medida, la Sala encuentra procedente el cargo de apelación formulado por la
demandada, de acuerdo con el cual su contraparte habría omitido declarar el ingreso no
operacional que recibió en la liquidación parcial de la primera sociedad, dado que el valor
de las acciones que obtuvo a título de reintegro de capital supero el monto de su aporte
y se encontraba gravado. Lo anterior por cuenta de que, al quedar desvirtuada la
aplicación del precepto contenido en el artículo 36 del ET vigente para la época, no era
cierto para el caso que lo recibido en el momento de la referida liquidación tuviese una
valoración restringida al valor nominal de las acciones recibidas, sino que correspondía
al valor pagado para su adquisición por parte de la sociedad suscriptora de las acciones.
De ahí que la Sala avale la adición del ingreso no operacional atribuido en los actos
demandados, por concepto de liquidación parcial de la mencionada sociedad. Sin
embargo, solo se podrá dictar sentencia de segunda instancia sobre la juridicidad de los
actos acusados tras valorar los restantes cargos de la demanda sobre los cuales no tuvo
que pronunciarse el a quo para dictar sentencia, a lo cual se procede.
11- La actora reprochó en el escrito de demanda que la autoridad desconociera que las
transacciones descritas constituían «un mismo hecho económico» y, en su lugar, les
atribuyera el «doble efecto» de producir ingresos tanto en el momento en que recibió las
acciones que le fueron cedidas por la liquidación parcial de la primera sociedad, como en
la capitalización de la prima por emisión de acciones adelantada por la entidad emisora
de los títulos participativos en el capital social. Adujo que la decisión de adicionar un
ingreso no operacional y de excluir el carácter no constitutivo de renta de la ganancia
realmente obtenida se fundó en un equivocado entendimiento de la operación económica
y, en consecuencia, vició la actuación de falsa motivación.
11.1- Si bien las circunstancias juzgadas llevarían a desconocer en el caso los efectos
de la aplicación del artículo 36-3 del ET, tanto como del artículo 36 ibidem, es lo cierto
que ese análisis no puede propiciar un grado de tributación superior al que le
correspondería a la efectiva capacidad económica involucrada en la operación. Al
respecto resulta pertinente traer a colación la advertencia hecha por la Sala en el tercer
fundamento jurídico de la sentencia dictada el 12 de junio de 2019 (exp. 23053, CP: Julio
Roberto Piza), en el sentido de que «para constatar eventuales ahorros fiscales contrarios
al ordenamiento, se requiere adelantar un análisis de la operación desplegada en su
completitud, no en sus aspectos parciales», del que debe surgir, más allá de una
anomalía en el ejercicio de autonomía de la voluntad «una tributación inferior a la que
correspondería», pues en ausencia de ese ahorro fiscal nada habría que reprochar,
desde el punto de vista tributario a la operación negocial. Por ese motivo, el criterio de
decisión judicial de la Sala es el de que la autoridad de impuestos «no se debe limitar al
cuestionamiento sobre la forma jurídica o las circunstancias en que se cumplió el negocio,
pues es indispensable que los contratos, hechos o circunstancias afecten indebidamente
la determinación de la carga fiscal» (sentencia del 24 de febrero de 2022, exp. 24278,
CP: Myriam Stella Gutiérrez Argüello).
11.2- Siguiendo ese postulado, se observa en el caso que se juzga que, una vez que se
había regularizado el ahorro tributario impropio que se obtuvo sobre el ingreso no
operacional realizado por la actora con ocasión de la liquidación parcial de la primera
sociedad en la que invirtió, perdía objeto desconocer el ingreso no constitutivo de renta
declarado como resultado de que se le distribuyó proporcionalmente la prima por emisión
de acciones que había percibido la segunda sociedad al colocar los títulos participativos
en su capital, pues, vista la operación en su completitud, la actora no estaba percibiendo
en ese segundo momento un incremento patrimonial nuevo o diferente al ya gravado al
recibir con la liquidación parcial de la primera sociedad un monto superior al invertido en
su capital. De no reconocerse esa realidad, se produciría el «doble efecto» reprochado
por la demandante, pues la conciliación contable-fiscal demuestra que sí incluyo como
ingreso gravado el obtenido por la capitalización de la prima de emisión, para después
afectarlo con el monto del ingreso no constitutivo de renta (ff. 40 y 48).
11.3- Por ende, corresponde modificar los actos acusados para fijar los ingresos brutos
en la suma de $52.736.794.000, los ingresos no constitutivos de renta en $7.251.466.000
y, como consecuencia, los ingresos netos en cuantía de $45.485.328.000. Procede en
esos términos el cargo de nulidad planteado en la demanda.
12- De otra parte, planteó la actora en la demanda que las conductas sometidas a juicio
fueron desplegadas por terceras compañías, razón por la cual los efectos de la operación
glosada solo podrían imputársele a las entidades intervinientes en los respectivos actos
societarios, sin que la autoridad pudiese modificarle la declaración del impuesto sobre la
renta objeto de revisión en los actos demandados. Este cargo parte de un presupuesto
conceptual equivocado, pues considera que la tributación es la consecuencia adversa
que surge de la realización de una conducta en la cual se ha tenido una participación
consciente, directa y demostrable. Esa idea es errónea porque los impuestos, como
categoría jurídica, consisten en prestaciones pecuniarias exigidas a los sujetos pasivos
como consecuencia de la realización de un supuesto de hecho al que la ley vincula el
deber de contribuir por ser representativo de la existencia de una capacidad económica.
Por ende, se trata de figuras con finalidad financiera pública, de orden coactivo, que no
dependen de la valoración sobre la bondad de una conducta, sino de la realización del
supuesto de hecho demostrativo de la capacidad económica, independientemente del
grado de voluntariedad con el que se incurra en dicho hecho generador. De modo que,
una vez que se ha realizado el hecho generador, surge la obligación tributaria, sin otras
consideraciones relativas a la voluntad con la que se ha actuado. Las intenciones y
propósitos internos de los involucrados en la estructuración de un negocio carecen de
relevancia para asignar las consecuencias jurídico–tributarias. La tesis que plantea el
cargo de la demanda contraría los mandatos y funciones del ordenamiento fiscal, que se
restringe a establecer el listado de circunstancias objetivas que dan lugar a imposición,
conforme a la capacidad económica de los sujetos pasivos, al margen de elementos
sicológicos que solo tienen trascendencia a efectos de fijar las consecuencias punitivas
derivadas de las conductas típicas en las que hayan incurrido los agentes. No procede el
cargo de nulidad.
13.1- El artículo 869-2 del ET (adicionado por el artículo 124 de la Ley 1607 de 2012)
faculta a la Administración para levantar el velo corporativo de las entidades que sean
utilizadas o participen en conductas abusivas por decisión de los accionistas; y el artículo
794-1 ibidem (adicionado por el artículo 142 de la Ley 1607 de 2012), prevé que cuando
una sociedad se utilice para «defraudar a la administración tributaria o de manera abusiva
como mecanismo de evasión fiscal, … los accionistas que hubiere realizado, participado
o facilitado los actos de defraudación o abuso de la personalidad jurídica de la sociedad,
responderán solidariamente … por las obligaciones nacidas de tales actos y por los
perjuicios causados».
Observa la Sala que lo preceptuado en esas normas no está relacionado con el tema de
la litis, porque esas disposiciones consagran la potestad con la que cuenta la autoridad
de impuestos para exigir a los socios el cumplimiento de las obligaciones fiscales de la
persona jurídica, lo cual no ocurrió en los actos acusados, por medio de los cuales se
establecieron las consecuencias tributarias aplicables un conjunto de transacciones que
reflejaron sus efectos en el patrimonio de la propia demandante, al margen de lo que
hubiese podido ocurrir con las compañías en las cuales esta poseía participaciones. Bajo
esas circunstancias, aunque en la resolución que decidió el recurso de reconsideración
contra la liquidación oficial acusada la demandada indicó que entre las facultades de
control dadas para la gestión de los impuestos estaba la de «levantar el velo corporativo
de las personas jurídicas cuando fuere necesario para determinar el verdadero
beneficiario de las actividades adelantadas por ésta, sin que ello implique violación de los
principios constitucionales y legales» (f. 497 vto.), esa potestad no se ejerció en la
actuación administrativa que se juzga, pues la autoridad fiscal fundó la glosas en el
resultado obtenido por la demandante del esquema negocial implementado, al cual le
atribuyó las consecuencias jurídicas que correspondían frente a las finalidades de las
normas fiscales, pero sin imputarle las obligaciones correspondientes a las sociedades
en las que tenía participación e intervinieron en dicha operación. No prospera el cargo de
nulidad.
14- Decididos los cargos de apelación y de nulidad planteados por las partes respecto de
las glosas cuestionadas, debe estudiarse la procedencia de la sanción por inexactitud
impuesta a la demandante. Según el artículo 647 del ET, constituyen inexactitud
sancionable, entre otras conductas, la omisión de ingresos gravados y la inclusión de
aminoraciones improcedentes, de las cuales resulte un menor impuesto a cargo o un
mayor saldo a favor, a menos de que concurra alguna circunstancia constitutiva de un
error de apreciación sobre el derecho aplicable (que no sobre los hechos del caso) que
actúe como causal de exoneración punitiva en la medida en que excluye la conciencia
del agente sobre la antijuridicidad de su conducta al autoliquidar inexactamente la
obligación tributaria. Pero la mera invocación de la falta de antijuridicidad no basta para
eximir del reproche punitivo, como tampoco la ausencia de ánimo de defraudar al fisco,
pues la exoneración de la sanción supone que esté probado en el expediente la
concurrencia del error como causal exculpatoria (sentencia del 11 de junio de 2020, exp.
21640, CP. Julio Roberto Piza).
Así, en la medida en que está demostrada la conducta típica (i.e. la omisión de ingresos
no operacionales en la declaración revisada), pero no se sustentó argumentativamente,
ni se demostró, la causal de exculpación alegada, la Sala avalará la imposición de la
sanción por inexactitud a la demandante. Con todo, dado que el artículo 288 de la Ley
1819 de 2016 redujo el porcentaje de la sanción del 160% al 100%, procede, de
conformidad con el principio de favorabilidad en materia punitiva (artículo 29 Superior),
reducir la multa que fue impuesta en los actos demandados. El monto de la sanción
procedente se calcula así:
Factor Valor
Saldo a pagar autoliquidado antes de sanciones $24.628.000
Saldo a pagar determinado antes de sanciones $2.413.293.000
Base de la sanción por inexactitud $2.388.665.000
Porcentaje 100%
Sanción por inexactitud $2.388.665.000
17- Resta decidir sobre la condena en costas impuesta a la demandada por el a quo.
Según el artículo 365.8 del CGP, solo «habrá lugar a costas cuando en el expediente
aparezca que se causaron y en la medida de su comprobación». En vista de que en el
expediente no existe prueba de su causación, la Sala revocará la condena en costas
dictada por el tribunal y se abstendrá de imponerlas en segunda instancia.
FALLA
Segundo: A título de restablecimiento del derecho, establecer como liquidación del impuesto sobre
la renta y complementarios del año gravable 2009 a cargo la demandante, la contenida en la parte
motiva de la sentencia de segunda instancia y fijar la sanción por inexactitud en la suma de
$2.388.665.000.