LA NOVELA ESPAÑOLA DE 1939 A 1975. Tendencias, Autores y Obras Principales.

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NARRATIVA ESPAÑOLA DEL 39 AL 75.

Para la confección de este tema seguimos la clasificación de Gonzalo Sobejano quien ordena la producción narrativa en tres grandes
grupos: la novela existencial (que otros críticos prefieren llamar desarraigada), la novela social y la novela estructural o
experimental.

LA NARRATIVA ESPAÑOLA DEL EXILIO: Por lo general, el exilio, la derrota, los tiempos de la guerra, etc., son las
experiencias que marcan temáticamente las novelas de los exiliados. El tono que utilizan frecuentemente es el del testimonio personal
y la denuncia. Son imprescindibles en una recapitulación apresurada los siguientes:
 Ramón José Sender. Sus obras se encuadran en una tendencia realista y social: Requiem por un campesino español.
 Rosa Chacel se caracteriza por el cuidado estético de sus obras. Destacan Memorias de Leticia Valle y Barrio de Maravillas.
 Max Aub. El tema principal es el hombre como ser social, político y moral: Las buenas intenciones y La calle de Valverde.
 Francisco Ayala escribe novelas de enfoque moralista en las que pretende reflejar los vicios del hombre contemporáneo y criticar
aspectos políticos y sociales desde una perspectiva humorística. Destacan Muertes de perro y El fondo del vaso.
 César M. Arconada: La turbina.
 Arturo Barea: La forja de un rebelde.

1. LA DÉCADA DE LOS AÑOS 40. NOVELA DEL REALISMO EXISTENCIAL. 1942-1954. Son años de desorientación
existencial y estética. El aislamiento, la autarquía, la censura y la ruptura con la renovación de la técnica narrativa de antes de la
guerra condicionan una novela que podemos clasificar en diferentes tendencias:

 Novela de estilo e ideología tradicionales, bien de exaltación del régimen franquista como La fiel infantería (1943) de
García Serrano o Madrid, de corte a checa (1938) de Agustín de Foxá; bien imaginativa como en El bosque animado (1943) de
Darío Fernández Flórez; bien de ambiente burgués con Ignacio Agustí y su "novela río" Mariona Rebull (1943).

 Narración inconformista. Destacan dos tendencias:


El realismo existencial: Son novelas que reflejan con amargura existencial la vida cotidiana marcada por la tristeza, la
frustración y la falta de expectativas vitales protagonizadas por personajes desarraigados o inadaptados: Nada (1946) de Carmen
Laforet, La sombra del ciprés es alargada (1947) de Miguel Delibes o Javier Mariño (1943) de Torrente Ballester.
 Tremendismo: La familia de Pascual Duarte (1942) de Camilo José Cela inauguró esta tendencia que se caracteriza por
mostrar un mundo y unos personajes dominados por la violencia y la miseria económica y moral.

2. LA DÉCADA DE LOS 50. NOVELA DEL REALISMO SOCIAL. (1954-1962). De la angustia existencial a las inquietudes
sociales. La relajación de la censura y el relativo aperturismo del régimen (auspiciada por la entrada en la ONU en 1952), así como el
papel ejercido por la editorial Seix Barral y por el Premio Biblioteca auspició una novela social de estilo realista. Los escritores
abandonan el tono pesimista del llamado relato existencial y describen la realidad de la sociedad. Protagonizada por la Generación de
medio siglo o del 55 (nacidos entre 1924 y 1936) se caracterizó por la narración lineal, un estilo sencillo y directo, las descripciones
funcionales, una concentración espacial y temporal, la aparición de personajes colectivos, el predominio del diálogo que retrata al
personaje por lo que dice y hace y el narrador-observador. En este realismo destacan los siguientes enfoques:

 El Realismo puro (influido por el cine neorrealista italiano) destaca por la técnica del objetivismo en la que el narrador pasa
desapercibido, sin hacer comentarios o interpretaciones personales.. Esta técnica objetivista desemboca a veces en el conductismo
(objetivismo extremado en el que se intenta huir de la psicología del personaje y presentarlo por los datos externos de su conducta,
heredero del behaviorismo americano de la Generación perdida americana con Dos Passos, Faulkner o Hemingway, y del
Nouveau roman de Robbe Grillet. En esta tendencia sobresalen El Jarama (1956) de Rafael Sánchez Ferlosio y El camino
Delibes (1950).

 El Realismo crítico que refleja y denuncia las duras condiciones de la vida en el campo (Los bravos de Jesús Fernández Santos
y La zanja de A. Grosso); en el trabajo (La mina de López salinas), o la pobreza y miseria de la gran ciudad (La colmena de
Camilo José Cela, ambientada en el Madrid de 1943).

 Paralelamente a estas dos tendencias se publican novelas en las que pervive el realismo tradicional (Los gozos y la sombra de
Torrente Ballester) e incluso imaginativas (Industrias y andanzas de Alfanhuí de Sánchez Ferlosio); y tiene un gran desarrollo el
cuento con Medardo Fraile (Con los días contados), Carmen Martín Gaite o Ana María Matute.

3. LA DÉCADA DE LOS AÑOS 60 Y 70. LA NOVELA EXPERIMENTAL. LA RENOVACIÓN NARRATIVA (1962-1975).


El Plan de estabilización del 1962 supuso el fin del aislamiento internacional. En la década de los 60, los narradores españoles, ya no
tan obsesionados por la guerra civil, se abren a las influencias de los grandes novelistas internacionales que habían renovado el género
hacía ya largos años: Proust, Kafka, Joyce, Faulkner...Se inició así la renovación de la novela española a través de múltiples
reformas técnicas como la desaparición de la división en capítulos y la estructura tradicional de introducción, nudo y desenlace, la
ruptura del orden cronológico, el análisis de los conflictos internos de los personajes expresados a través del monólogo interior, la
narración desde diferentes puntos de vista (perspectivismo), etc.

Esta renovación coincidió con la aparición del llamado Boom de la novela hispanoamericana con obras que conjugaron lo real con
lo fantástico (realismo mágico): García Márquez, Julio Cortázar, Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Jorge Luis Borges,
Juan Carlos Onetti, José Lezama Lima Alejo Carpentier, Guillermo Cabrera Infante etc.

 La publicación en 1962 de Tiempo de silencio, de Luis Martín Santos significó el inicio de la renovación de la narrativa a través
de nuevas técnicas narrativas como el monólogo interior; las digresiones con las que el autor interviene en la obra, el
perspectivismo que aporta puntos de vista distintos sobre la realidad (realismo dialéctico); la narración simultánea de acciones
deferentes intercalando fragmentos de cada una; el desorden temporal o la renovación temática que implica un menor interés por el
argumento y la trama. Tiempo de silencio, que utiliza la segunda persona y el estilo indirecto libre junto con el lenguaje culto y
neobarroco como reacción al coloquialismo del realismo social, trata de la frustración, la impotencia y el desarraigo de un joven
médico investigador del cáncer en el Madrid de los años 50.

 Otras novelas innovadoras fueron Señas de identidad (1966) de Juan Goytisolo, con puntuación arbitraria y tiempo
laberíntico; Volverás a Región (1967) de Juan Benet; Últimas tardes con Teresa (1966) de Juan Marsé, en la que el narrador
emplea el “tú” de autorreflexión; Cinco horas con Mario de Delibes (1966) extenso monólogo de su única protagonista; San
Camilo, 1936 (1974) escrita en 2ª persona del singular para emular el “tú” reflexivo que monologa con su conciencia a través de un
monólogo interior de 400 páginas y Oficio de tinieblas, que destaca por la falta de signos de puntuación, ambas de Cela o El
Mercurio (1968) de Guelbenzu, ejemplo del llamado monólogo caótico sin signos de puntuación ni sentido lógico. De Travesía de
Madrid (1966) de Francisco Umbral, trascribimos el siguiente fragmento ilustrativo de una nueva forma de concebir el relato: “ Beba
Kas y nada más ha salido pueblo lea Madrid diario de la noche ahora es el momento de fumar un Camel viaje a USA”

PERIODO PREDEMOCRÁTICO: 1970-1975. Se abandonar el interés por la experimentación, los autores se centran más en la
trama y la estructura es más simple, lineal y tradicional. Surge una gran variedad de tendencias: novelas policíacas, de aventuras,
de intriga, costumbristas, fantásticas, de amor, novela negra, etc. Además de Una meditación (1970) de Juan Benet; Reivindicación
del Conde don Julián (1970), de Juan Goytisolo y La saga/fuga de J. B. (1972), de Torrente Ballester; destaca Eduardo Mendoza
con La verdad sobre el caso Savolta (1975); Juan Marsé con Si te dicen que caí (1973) y Vázquez Montalbán con la saga del
detective Pepe Carvalho iniciada en 1972 con Yo maté a Kennedy.

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