Sentencia Confesion Ficta

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

Exp. N° 2010-000508
 
Ponencia del Magistrado: ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ.

 
En el juicio por prescripción adquisitiva, iniciado ante el Juzgado Primero
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil, Agrario, Transito, y Bancario del Primer
Circuito Judicial del Estado Sucre, por el ciudadano LUIS ANDRES LLOVERA
CENTENO, representado judicialmente por los abogados Enrique Tremont Rivas y
Marcos J. Solis Saldivia, contra el ciudadano ALBERTO OLIVEROS, representado
judicialmente por el abogado Sael José Astudillo Lara; el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, Tránsito, Protección del Niño, y del Adolescente y Bancario del Primer
Circuito de la mencionada Circunscripción Judicial, conociendo en apelación, dictó
sentencia el 21 de julio de 2010, mediante el cual declaró con lugar el recurso de
apelación interpuesto por la parte demandada; sin lugar la demanda por prescripción
adquisitiva, revocando la sentencia dictada en fecha 20 de enero de 2010, por el Juzgado
Primero de Primera Instancia Civil, Mercantil, Transito y Bancario del Estado Sucre.
 

Contra el referido fallo de alzada, anunció recurso de casación la

representación judicial de la parte demandante, el cual, una vez admitido, fue

oportunamente formalizado.  No hubo impugnación.

 
Concluida la sustanciación del recurso y cumplidas las formalidades de ley,

esta Sala pasa a dictar sentencia, bajo la ponencia del Magistrado que con tal carácter

suscribe el presente fallo.

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

De conformidad en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, el formalizante plantea en el marco de la infracción del artículo

243 ordinal 4°  denuncias por inmotivación por contradicción en los motivos sobre dos

puntos de la sentencia de alzada, referidos primero, a la confesión ficta, y segundo, a la

prescripción adquisitiva. 

Por vía de fundamentación, el formalizante en la primera denuncia expone

lo siguiente:
“…”
“Ahora bien, esta manifiesta contradicción entre los motivos tomados en
consideración para producir el fallo recurrido y el dispositivo del mismo,
queda evidenciada al constatar que, en la recurrida, el sentenciador del
segundo grado de la jurisdicción afirmó lo que textualmente se
transcribe:
“…De la confesión ficta.
Establece el artículo 362 del Código de Procedimiento Civil: “Si el
demandado no diere contestación a la demanda dentro de los plazos
indicados en este Código, se le tendrá por confeso en cuanto no sea
contraria a derecho la petición del demandante, si nada probare que
le favorezca…”
Este quien sentencia procede a analizar conforme a la norma citada
si se dan los supuestos de hecho para que se configure la confesión
del demandado. En primer lugar, tal como se estableció
anteriormente, la contestación de la demanda es extemporánea, por
haber sido presentada después de precluido el lapso establecido para
ello. En segundo lugar, en lo que respecta al segundo requisito
relativo a que la petición de la actora no sea contraria a derecho, se
observa que la pretensión de la parte actora consiste en la
declaratoria de propiedad por prescripción adquisitiva. Siendo la
prescripción un medio de adquirir un derecho, conforme lo establece
el artículo 1952 del Código Civil, en consecuencia, por lo que se
configura el segundo supuesto. En tercer lugar, establece la norma,
para que se configure la confesión es “si nada probare que le
favorezca”, con anterioridad a la sentencia objeto de la apelación no
consta que el demandado haya promovido pruebas, trae como
consecuencia que se configure en el presente caso, el tercer supuesto
de hecho que nos impone la norma in comento, por lo que no
habiendo la parte demandada, dado contestación a la demanda como
en efecto se evidencia de autos; y no habiendo hecho uso del término
probatorio a los fines de traer a los autos probanza alguna que
beneficiaría sus intereses; opera a criterio de quien decide, en su
contra plenamente la Confesión Ficta, establecida en el artículo
362 del Código de Procedimiento Civil, al estar plenamente
cumplidos los requisitos exigidos por ella para su procedencia, y
por consiguiente la acción intentada en su contra debe prosperar
en derecho. Así se decide…” (Véase el folio 159 del expediente).  
 
“ Obsérvese bien que, conforme al texto del fallo recurrido, el juez del
segundo grado de la jurisdicción, al evaluar las actas que contiene el
presente expediente, constató lo siguiente: 1. que, en esta causa, el
demandado no dio contestación a la demanda dentro del lapso legalmente
establecido para ello; 2. que el demandado no promovió medio de prueba
alguno dentro del lapso legalmente establecido para ello y que, por tanto,
éste no probó nada que le favoreciera; y 3. que la pretensión deducida
(tendente a la declaración de la prescripción adquisitiva de la propiedad
sobre un bien inmueble) no es contraria a derecho; obsérvese, además,
que con cargo en las circunstancias antes mencionadas, el sentenciador
concluye en que, en su criterio, opera en contra del demandado la
“confesión ficta, establecida en el artículo 362 del Código de
Procedimiento Civil: “… al estar plenamente cumplidos los requisitos
exigidos por ella para su procedencia…” y que, “…por consiguiente la
acción intentada en su contra debe prosperar en derecho. Así se
decide…”
De cuanto se ha dejado constancia se desprende, sin mayores
complicaciones, que en el dispositivo del fallo correspondía declarar con
lugar la pretensión de prescripción adquisitiva de la propiedad que, en
esta causa, se ha deducido, fundamentalmente, porque los hechos
narrados en el libelo de la demanda han quedado establecidos, debido a la
admisión de los mismos por parte del demandado (que no es más que la
consecuencia derivada de la verificación de la confesión ficta) y tales
hechos de este modo establecidos en el proceso encuadran,
perfectamente, en el supuesto de hecho previsto en el artículo 1977 del
Código Civil, para que se declare judicialmente la prescripción
adquisitiva de la propiedad. Si embargo, ello no fue así. En efecto, la
recurrida, en el dispositivo establece lo que, de manera textual, se
transcribe a continuación:
“…Por los fundamentos antes expuestos, este Tribunal Superior en lo
Civil, Mercantil, Transito, Protección del Niño y del Adolescente y
Bancario del Primer Circuito Judicial del Estado Sucre; actuando en
nombre de la Republica Bolivariana de Venezuela y por autoridad de
la Ley, declara: Primero: CON LUGAR el recurso de apelación
interpuesto por el abogado en ejercicio SAEL ASTUDILLO LARA,
abogado en ejercicio inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 105.930 y
de este domicilio, en representación del ciudadano ALBERTO
OLIVEROS, venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de
identidad N° 8.435.837 contra la sentencia dictada por el Juzgado
Primero de Primera Instancia Civil, Mercantil, del Transito y Bancario
del Primer Circuito Judicial del Estado Sucre, en de (sic) fecha 20 de
enero de 2010. Segundo: SIN LUGAR la demanda de
PRESCRIPCION ADQUISITIVA interpuesta los abogados en
ejercicio ENRIQUE TREMOT RIVAS y MARCOS SOLIS
SALDIVIA, inscritos en el Instituto de Previsión Social del Abogado
bajo los n° 31.465 y 4.655 respectivamente, en representación del
ciudadano LUIS ANDRES LLOVERA CENTENO, venezolano,
mayor de edad, portados de la cédula de identidad N° V-578.919,
sobre unas bienhechurías construidas en un area total de trescientos
ochenta y tres metros cuadrados con veinticuatro centímetros
cuadrados (383,24 m2) aproximadamente, cuyos linderos son los
siguientes: Norte: que es su frente, en dieciséis metros con cuarenta y
cinco centímetros (16,45m), con el mar Golfo de Cariaco; Sur: que es
su fondo, en veinte metros con noventa y cinco centímetros (20,95m),
con una calle en pendiente de tierra, que sirve de acceso al sector la
Cueva y con espacio exterior techado que sirve de estacionamiento;
Este: en veintidós metros con cuarenta centímetros (22,40m),con
inmueble que es o fue propiedad de Gualberto Suarez y playa que
encuentra frente a esta ultima propiedad y Oeste: en diecinueve metros
con noventa centímetros (19,90m) con estacionamiento y rampa de
concreto adyacente a unos arboles de uvero; cuyas bienhechurías
comprende: una casa de habitación, una ranchería o churuata, tres (3)
pozos sépticos cubiertos, construidos con bloques de concreto y
localizados subterráneamente en el área de terreno. Tercero: Revocada
la sentencia apelada. Cuarto: De conformidad con el articulo 274 del
Código de Procedimiento Civil, se condena en costas a la parte
demandante, por haber resultado totalmente vencida en la presente
causa…” 
 
Obsérvese pues, que muy a pesar de que en la motivación del fallo, el
juez del segundo grado de la jurisdicción, luego de establecer que estaban
configurados todos los requisitos necesarios para que, en el caso que nos
ocupa, se configure la “confesión ficta” y, además, para que en el
dispositivo del fallo se declarase con lugar la pretensión de prescripción
adquisitiva de propiedad inmobiliaria; en el dispositivo de éste, sin
embargo, se declaró sin lugar la pretensión procesal deducida por
nosotros, aduciendo, como justificación de tal desaguisado, que:
“…el demandante Luis Andrés LLovera Centeno no logró comprobar
que hubiese poseído el inmueble objeto de la demanda por el lapso de
veinte años o más, requisitos que son indispensables en este tipo
demanda, razón por la cual la acción judicial de prescripción adquisitiva
incoada no puede prosperar. Así se decide…”
 
Con lo cual, la contradicción entre los motivos y el dispositivo  de la
tantas veces mencionada sentencia recurrida es absolutamente
evidente y, por tanto, ajustándonos a la jurisprudencia emanada de esta
Sala de Casación Civil, deviene en inmotivada.
 
Ahora bien, en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela
se prevé un conjunto de garantías procesales que sintetizan lo que
constituye el “debido proceso” en un Estado de Derecho y de Justicia.
Dentro de estas garantías procesales se encuentran, precisamente, la
referida a la “tutela judicial efectiva” (consagrada en el artículo 26
constitucional), que tiene un contenido complejo que se manifiesta, entre
otros tantos, en el derecho a obtener una sentencia fundada en derecho
que ponga fin al proceso.   Así, pues, tenemos que, esta manifestación
concreta del derecho a la tutela judicial efectiva se compone, a su vez, de
dos (2) exigencias: 1. que las sentencias sean motivadas y 2. que las
sentencias sean congruentes.  De manera tal pues que, una sentencia
inmotivada no puede ser considerada como fundada en derecho y, por
tanto, en estas condiciones, será violatoria del artículo 26 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
Precisamente por ello, el cumplimiento de los requisitos exigidos en el
mencionado artículo 243 del Código de Procedimiento Civil, interesa al
orden público, tal y como se ha dejado establecido en innumerables
ocasiones por esta Sala de Casación Civil (entre otras, en sentencia N°
734 de fecha 27 de julio de 2004, dictada en el juicio de Rodolfo José
Estrada Tobía contra José Manuel Navarro Blanco)
 
Con respecto a la segunda denuncia por inmotivación por contradicción en los motivos,
el formalizante plantea lo siguiente, en base al punto que hace la recurrida sobre la
prescripción adquisitiva:
 “…
Así los apoderados del demandante fundamentan su demanda señalando,
que su poderdante ha venido poseyendo las bienhechurías que
determinan en su libelo en forma pública y notaria, desde el 10 de marzo
de 1984, según sus afirmaciones, por más de veinte (20) años, hasta el
año 2006, cuando comenzaron las perturbaciones.
Conforme a las normas citadas, la propiedad se puede adquirir por
prescripción adquisitiva, siempre y cuando con dos condiciones
fundamentales, como son que la posesión sea legítima y el transcurso del
tiempo, como caso como éste, debe ser de veinte (20) años, por lo que
más adelante, verificará quien sentencia si los mismos fueron cumplidos.
 
Analicemos la norma adjetiva al respecto del juicio declarativo de
prescripción:
El artículo 690 del Código de Procedimiento Civil establece:
            “Cuando se pretenda la declaración de propiedad por prescripción
adquisitiva según la lay, o la declaración de cualquier otro derecho real
susceptible de prescripción adquisitiva, el interesado presentará demanda
en forma ante el Juez de Primera Instancia en lo Civil del lugar de
situación del inmueble, el cual se sustanciará y resolverá con arreglo a lo
dispuesto en el presente Capítulo.
El artículo 691 eiusdem establece:
“La demanda deberá proponerse contra todas aquellas personas que
aparezcan en la respectiva Oficina de Registro como propietarios o
titulares de cualquier derecho real sobre el inmueble. Con la demanda
deberá presentarse una certificación del Registrador en la cual conste el
nombre, apellido y domicilio de tales personas, y copia certificada del
título respectivo.
 
Analizado el expediente, se verifica que no consta en autos la
certificación donde se encuentra registrado el inmueble cuya prescripción
se demanda, no cumpliendo el demandante con lo establecido con el
artículo 691 del Código de Procedimiento Civil. Así se establece.
 
Para quien sentencia, el que pretenda adquirir un bien inmueble por
prescripción veintenal deberá probar la posesión legítima del mismo. Esa
posesión debió ser continua, no interrumpida, pacifica, no equivoca y con
intención de tener la cosa como cuya propia, tal como lo establece el
artículo 772 del Código Civil.
 
En consecuencia de los anterior, y de conformidad con lo establecido en
el artículo 506 del Código de Procedimiento Civil y el artículo 1354 del
Código Civil, los cuales consagran el principio procesal de la carga de la
prueba, correspondía a la parte demandante en el presente caso
comprobar que había ejercido una posesión legitima sobre el inmueble
objeto del litigio por más de veinte (20) años, para dar cumplimiento así,
a los extremos requeridos en la ley.
 
…Omissis…
 
No comparte quien sentencia, el criterio de la Juez ad quo, en sus
conclusiones, al sostener que por encontrarse confeso el demandante, en
el presente caso, trae como consecuencia, que el demandante ciudadano
Luis Andrés Llovera Centeno, haya poseído las bienhechurías que
demanda en prescripción adquisitiva, de manera continua,
ininterrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con intención de tenerlas
como suyas, desde el día diez (10) de marzo de mil novecientos ochenta
y cuatro (1984), ejerciendo por más de veinte (20) años, sobre las
referidas bienhechurías, un poder de hecho que se traduce en la ejecución
actos materiales concretos, partiendo de los hechos narrados por los
apoderados del demandante en su demanda.
 
….Omissis….
 
Por lo que se reitera, quien pretenda la declaración de propiedad por
prescripción adquisitiva, debe tener la posesión legítima del bien
inmueble que se demanda, por lo que se debe probar mediante la
alegación y prueba de hechos materiales de posesión que demuestren que
la persona ha ejercido actos posesorios, posesión esta que debe ser
legítima, y cuya condición de ser continua, no interrumpida, pacifica,
publica, ni equivoca y con intención de tener la cosa como suya propia; y
el otros elemento que se desarrolla para que se produzca la prescripción
adquisitiva es el tiempo, y para poder declarar con lugar una demanda,
debe existir plena prueba de los hechos que le sirven de fundamento a la
acción interpuesta, y se ha podido constatar que el demandante Luis
Andres Llovera Centeno no logró comprobar que hubiese poseído el
inmueble objeto de la demanda por el lapso de veinte años o más,
requisitos que son indispensables en este tipo de demanda, razón por la
cual la acción judicial de prescripción adquisitiva incoada no puede
prosperar. Así se decide.
 
Con respecto de lo denunciado, la sentencia recurrida en casación, a los folios
159 al 163, decidió lo que de seguidas se pasa a transcribir:
Al Folio 159 de la sentencia aparece:  
“……”
En tercer lugar, establece la norma, para que se configure la confesión es
“si nada probare que le favorezca” con anterioridad a la sentencia objeto
de la apelación no consta que el demandado haya promovido pruebas,
trae como consecuencia que se configure en el presente caso, el tercer
supuesto de hecho que nos impone la norma in comento, por lo que no
habiendo la parte demandada, dado contestación a la demanda como en
efecto se evidencia de autos; y no habiendo hecho uso del término
probatorio a los fines de traer a los autos probanza alguna que
beneficiaría sus intereses; opera a criterio de quien dedice, en su contra
plenamente la Confesión Ficta, establecida en el Artículo 362 del Código
de Procedimiento Civil, al estar plenamente cumplidos los requisitos
exigidos por ella para su procedencia, y por consiguiente la acción
intentada en su contra debe prosperar en derecho. Así se decide. 
 
Al folio 161 de la sentencia aparece:
“Analizado el expediente, se verifica que no consta en autos la
certificación del Registrador donde se encuentra registrado el inmueble
cuya prescripción se demanda, no cumpliendo el demandante con lo
establecido con el artículo 691 del Código de Procedimiento Civil. Así se
establece.”
 
No obstante al folio 163 de la sentencia, también aparece sentado que:
“No comparte quien sentencia, el criterio de la Juez a quo, en sus
conclusiones, al sostener que por encontrarse confeso el demandante, en
el presente caso, trae como consecuencia, que el demandante ciudadano
Luis Andrés LLovera Centeno, haya poseído las bienhechurías que
demanda en prescripción adquisitiva, de manera continua,
ininterrumpida, pacífica, pública, no equívoca y con intención de tenerlas
como suyas, desde el día diez (10) de Marzo de mil novecientos ochenta
y cuatro (1984), ejerciendo por más de veinte (20) años, sobre las
referidas bienhechurías, un poder de hecho que se traduce en la ejecución
actos materiales concretos, partiendo de los hechos narrados por los
apoderados del demandante en su demanda.
 
 ….Omisis….
 
Por lo que se reitera, quien pretenda la declaración de propiedad por
prescripción adquisitiva, debe tener la posesión legitima del bien
inmueble que se demanda, por lo que se debe probar mediante la
alegación y prueba de hechos materiales de posesión que demuestren que
la persona ha ejercido actos posesorios, posesión esta que debe ser
legítima, y cuya condición de ser continua, no interrumpida, pacifica,
pública, ni equivoca y con intención de tener la cosa como suya propia; y
el otro elemento que se desarrolla para que se produzca la prescripción
adquisitiva es el tiempo, y para poder declarar con lugar una demanda,
debe existir plena prueba de los hechos que le sirven de fundamento a la
acción interpuesta, y se ha podido constatar que el demandante Luis
Andrés Llovera Centeno no logró comprobar que hubiese poseído el
inmueble objeto de la demanda por el lapso de veinte años o más,
requisitos que son indispensables en este tipo de demanda, razón por la
cual la acción judicial de prescripción adquisitiva incoada no puede
prosperar. Así se decide. 
 
DISPOSITIVA
 
Por los fundamentos antes expuestos, este Tribunal Superior en lo Civil,
Mercantil, Tránsito Protección del Niño y del Adolescente y Bancario del
Primer Circuito Judicial del Estado Sucre; actuando en nombre de la
República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la Ley,
declara: Primero: CON LUGAR el recurso de apelación interpuesto por
el abogado en ejercicio SAEL ASTUDILLO LARA, abogado en
ejercicio inscrito en el Inpreabogado bajo el N° 105.930 y de este
domicilio, en representación del ciudadano ALBERTO OLIVEROS,
venezolano, mayor de edad, titular de la cédula de identidad N°
8.435.837 contra la sentencia dictada por el Juzgado Primero de Primera
Instancia Civil, Mercantil, del Transito y Bancario del Primer Circuito
Judicial del Estado Sucre, en de (sic) fecha 20 de enero de
2010. Segundo: SIN LUGAR la demanda de PRESCRIPCION
ADQUISITIVA interpuesta por los abogados en ejercicio ENRIQUE
TREMOT RIVAS y MARCOS SOLIS SALDIVIA, inscritos en el
Instituto de Previsión Social del Abogado bajo los n° 31.465 y 43.655
respectivamente, en representación del ciudadano LUIS ANDRES
LLOVERA CENTENO, venezolano, mayor de edad, portados de la
cédula de identidad N° V- 578.919, sobre unas bienhechurías
construidas en un área total de trescientos ochenta y tres metros
cuadrados con veinticuatro centímetros cuadrados (383,24 m2)
aproximadamente, cuyos linderos son los siguientes: Norte: que es su
frente, en dieciséis metros con cuarenta y cinco centímetros (16,45m),
con el mar Golfo de Cariaco; Sur: que es su fondo, en veinte metros con
noventa y cinco centímetros (20,95m), con una calle en pendiente de
tierra, que sirve de acceso al sector la Cueva y con espacio exterior
techado que sirve de estacionamiento; Este: en veintidós metros con
cuarenta centímetros (22,40m),con inmueble que es o fue propiedad de
Gualberto Suarez y playa que encuentra frente a esta ultima propiedad y
Oeste: en diecinueve metros con noventa centímetros (19,90m) con
estacionamiento y rampa de concreto adyacente a unos arboles de uvero;
cuyas bienhechurías comprende: una casa de habitación, una ranchería o
churuata, tres (3) pozos sépticos cubiertos, construidos con bloques de
concreto y localizados subterráneamente en el área de terreno. Tercero:
Revocada la sentencia apelada. Cuarto: De conformidad con el articulo
274 del Código de Procedimiento Civil, se condena en costas a la parte
demandante, por haber resultado totalmente vencida en la presente
causa…” 
 

Para decidir, la Sala observa:

Alega el formalizante dentro del marco de la denuncia por defecto de

actividad que el juez de alzada incurrió en la infracción del artículo 243 ordinal 4° del

Código de Procedimiento Civil por el vicio de  inmotivación por contradicción en los

motivos de hecho y el dispositivo de la sentencia. Sobre la denuncia la parte

formalizante hizo dos delaciones en cuanto a dos puntos de la sentencia: la confesión

ficta y la prescripción adquisitiva.

La parte formalizante alega en su denuncia que en el dispositivo de la

sentencia, según los motivos escritos por el juez de alzada,  era  procedente en todas sus

partes la demanda intentada por prescripción adquisitiva porque la demandada no

contestó la demanda y nada probó en el lapso de Ley; continúa el formalizante que,

según los motivos también aportados por el juez en el texto de la sentencia, resulta en el

dispositivo, igualmente,  inadmisible la demanda.  

Explana el formalizante en su denuncia que conforme a la motivación

escrita en el último folio de la sentencia recurrida es que prospera en el dispositivo uno

de los tres motivos, con el cual, el sentenciador declara sin lugar la demanda por

prescripción adquisitiva. Asevera el formalizante que según los términos asentados en

folios anteriores de la parte motiva de la sentencia, transcendía dos resultados


diferentes  primero,  la declaratoria con lugar de la demanda por la confesión ficta de la

parte demandada,  y segundo,  la inadmisión de la demanda por la no presentación de

documento fundamental de “certificado de registro” anexo a la solicitud por

prescripción adquisitiva.

 
En relación a la inmotivación por contradicción entre los motivos y el
dispositivo del fallo, la Sala, en sentencia N° 149 del 7 de marzo de 2002, caso Luis
Barranco Maeso contra Eduardo Arturo Gámez Espinoza, expediente N° 01-301, 
señaló lo siguiente:
“...Constituye inmotivación la absoluta contradicción lógica entre los
motivos y el dispositivo, de manera tal que todas las razones que
sustenten el fallo conduzcan a un resultado diferente a lo
decidido por el juez; así la doctrina de la Sala, en sentencia  Nº
576, de fecha 12 de agosto de 1999 en el juicio de Angel Delgado
Medina contra Terrenos y Maquinarias Termaq C.A., expediente Nº 98-
473, expresó:
“...b) Que igualmente, la contradicción entre los motivos y el
dispositivo, no da lugar a la nulidad de la sentencia por el vicio de
contradicción, sino por el de inmotivación, pues en este caso de lo
que se trata realmente es de falta de fundamentos....”
En el caso que nos ocupa existe el vicio de inmotivación por
contradicción lógica entre la motiva y la dispositiva. En efecto, el Juez
de la recurrida en su parte motiva consideró que las sumas consignadas
por los terceros interesados Eduardo Arturo Gámez y Aidee
Josefina Espinoza de Gámez, eran imputables a los
montos reclamados por concepto de capital e intereses vencidos
calculados a la rata del uno por ciento (1%) mensual, desde la fecha en
que se hizo exigible la obligación (7-5-1998) hasta el día de la
consignación (28-09-1999), y dicho pago, según lo afirmó el
propio sentenciador, extinguió la obligación objeto del presente proceso,
contraida por el ciudadano Eduardo Gámez Espinoza , así claramente
estableció el Juez, lo siguiente:
(...OMISSIS...)
A pesar de que el juez de la sentencia recurrida declaró extinguida la
obligación producto de los pagos realizados, válidamente por los
ciudadanos, Eduardo Arturo Gámez y Aidee Josefina
Espinoza de Gámez, condenó al pago de los intereses que se han
causado y que se causen desde la fecha de la última consignación, hasta
el momento en que conste en autos el cálculo de los mismos, hecha por
experticia complementaria del fallo que ordenó practicar. La
anterior afirmación quedó plasmada en la propia motiva, folio 356
y en la dispositiva de la decisión folio 369, en los siguientes
términos:
(...OMISSIS...)
Las transcripciones que anteceden evidencian la contradicción
lógica entre la motiva y la dispositiva del fallo puesto que sí se da por
reconocido que los pagos realizados, válidamente por los
ciudadanos, Eduardo Arturo Gámez y Aidee Josefina Espinoza de
Gámez, eran imputables al capital y los intereses vencidos, con lo cual se
extinguía la obligación reclamada en el presente juicio de ejecución
de hipoteca, luego no puede condenarse al pago de unos
supuestos intereses que se han causado desde la fecha de la última
consignación (28-09-99) hasta el momento que conste en autos el
cálculo de los mismos, realizado a través de la
experticia complementaria del fallo que se ordenó
practicar, puesto que si efectivamente como se establece en el
caso de autos, la obligación quedó extinguida, mal puede está
seguir generando intereses. Por tanto, y como ya se afirmó, la
contradicción lógica entre los motivos y el dispositivo vicia el fallo
recurrido de inmotivación lo cual conduce a esta Sala a declarar la
procedencia de la denuncia de infracción del ordinal 4º del artículo 243
del Código de Procedimiento Civil. Así se declara...”.
 
El vicio de inmotivación por contradicción lógica entre los motivos y el
dispositivo, según el criterio antes explanado, se configura cuando las razones que
sustenten el fallo conduzcan a un resultado diferente a lo decidido por el juez en el
dispositivo.
 
En el sub iudice, se observa de la transcripción hecha de la recurrida que el
sentenciador de alzada en el extracto contenido al folio 163 del fallo dijo que, no
compartía el criterio de la juez a quo en cuanto a la confesión de la parte demandante,
cuando anterior a ello, específicamente en el folio 159 dedica un punto especial “De la
confesión ficta” a analizar que si se cumplieron los requisitos procesales de la norma del
362 del Código de Procedimiento Civil, operando en contra del demandado por la
omisión de no contestar la demanda y no probar, la confesión ficta, prosperando en
derecho tal como aparece a la última línea del folio “la acción intentada en contra del
demandado”. No obstante en el folio 161 del fallo en el punto de la prescripción
adquisitiva solicitada, el sentenciador deja sentado que la prueba de certificación del
registrador del registro del lugar del inmueble, no cursa en autos, no cumpliendo el
demandante con el artículo 691 del Código de Procedimiento Civil.                 
 

Tal como se evidencia de la transcripción de la sentencia, la recurrida

motiva en el punto “confesión ficta” que los supuestos de la norma del 362 del Código
de Procedimiento Civil se cumplieron, operando en contra del demandado la

consecuencia jurídica de la confesión ficta, quien estando citado de la acción en su

contra no formó parte del contradictorio, como tampoco, de la demostración en el juicio

por prescripción adquisitiva.


 
    

De la anterior transcripción se aprecia que el Juez dedica una parte de la

motiva a la confesión de la parte demandanda, y en otra específicamente en el folio 161

a que, el demandante no cumplió con aportar adjunto a la demanda la certificación del

Registrador, como lo dispone el artículo 691 del Código de Procedimiento Civil.

Sostiene igualmente al final de la motivación que el demandante no aportó  prueba del

tiempo de los 20 años, punto éste sobre el cual, el a quem declaró sin lugar demanda, y

con lugar el recurso de apelación interpuesto por la parte demandada.

 Partiendo de lo anterior y siguiendo una hilación de los motivos del Juez de

alzada, se desprende primero que hubo una confesión del demandado por no contestar y

demostrar en el tiempo de Ley; segundo que no cumplió con el requisito de la norma

691 del Código de Procedimiento Civil de la prueba fundamental del certificado de

registro, para concluir por último que, el demandante no acreditó evidencia del tiempo
de 20 años como poseedor. En base a la última conclusión  el Juez declara sin lugar la

demanda por prescripción adquisitiva, cuando anterior a ella, cursan otros motivos

también propiciados en la sentencia de dos estipulaciones de derecho, artículos 362 y

691 del Código de Procedimiento Civil, de las cuales,  ambas,  devienen en modo, 

consecuencias jurídicas diferentes, como la declaratoria con lugar de la demanda, y  la

no admisión de la demanda solicitada por falta de prueba fundamental.

Como lo sostiene el formalizante existen motivos en la sentencia que se

destruyen entre sí y que dan en derecho resultados diferentes, primero una confesión

ficta de la parte demandanda y otra, el no cumplimiento de los requisitos para este tipo
de demanda, la cual, acaece, según la norma del artículo 691 en la declaratoria de

inadmisión de la demanda.

En este sentido considera esta Sala que los motivos escritos en la sentencia

relativos a la confesión ficta,  la prescripción adquisitiva solicitada y  la no consignación

por parte del demandante de la prueba de los 20 años como poseedor, apuntan a que en

el dispositivo fuesen declarado varios resultados, no teniendo en este caso ambas partes

la seguridad y garantía jurídica, por citar uno de los tres motivos, porqué el juez de

primera instancia continúo con el juicio sin la constancia de la instrumental del

certificado de registro, requisito sine quanon para la admisión de este tipo de demandas.

En este sentido, resulta para la Sala pertinente resaltar de manera didáctica

que en las demandas en las que se pretenda la propiedad por prescripción adquisitiva, el

legislador convierte las pruebas del libelo en fundamentales. Desde el punto procesal

judicial los requisitos de procedencia para este tipo de acción es:   Necesidad de

plantear la acción contra todas las personas que figuren en el registro público como

titulares de algún derecho real (actio contra tabula). El primer presupuesto procesal es

el requisito de la cualidad pasiva. La parte accionada se conforma válidamente con la

presencia de todas aquellas personas que tengan algún derecho real sobre el inmueble

sublitis.  

En tal sentido, dispone el artículo 691 del Código Procesal, lo siguiente:


“ La demanda deberá proponerse contra todas aquellas personas que
aparezcan en la respectiva oficina de registro como propietarias o
titulares de cualquier derecho real sobre el inmueble. Con la demanda
deberá presentarse una certificación del registrador en la cual conste el
nombre, apellido y domicilio de tales personas, y copia certificada del
título respectivo…”
 

El artículo señala como requisitos de admisibilidad de la demanda, y por

ende del asunto, la necesidad de acompañar una certificación del Registrador Público en
la cual conste el nombre, apellido y domicilio de tales personas (que integran la parte

pasiva) y copia certificada del título respectivo, o de los títulos, donde conste el carácter

(cualidad de titular del derecho real) que se les atribuye. Quien aspire acceder a la

propiedad de un bien mediante posesión legitima por un tiempo preestablecido por la

ley, debe presentar una demanda escrita, conjuntamente con los instrumentos

fundamentales. Estos instrumentos son calificados por el legislador como necesarios

para que se complemente el contenido del libelo de la demanda. Así, de manera especial

el legislador, por voluntad de él fija que se acompañen al mismo, para que la parte

demandada, o demandadas, conozca quienes han sido traídas junto con ellas a juicio; e

igualmente conozca el Tribunal a qué persona afecta la pretensión. Existe, dos tipos de

documentos fundamentales; aquellos de los cuales se deriva inmediatamente la acción

(artículo 340, numeral 6° del Código de Procedimiento Civil), como la letra de cambio,

el cheque o la hipoteca; y aquellos que lo son por disposición de la ley de los cuales los

documentos referidos como de obligatoria presentación con el libelo en la pretensión de

prescripción adquisitiva son un ejemplo (artículo 691 eiusdem).

            El autor Fabio Alberto Ocho Arrayave en su obra “El Procedimiento de

Prescripción adquisitiva” señala (Editorial Jurídica Santana. San Cristóbal. Estado

Táchira- Venezuela 2005. Pág. 57 y siguientes):


 “Es el documento emitido por la oficina de registro inmobiliario, a
solicitud del interesado, donde se da constancia del nombre y apellido de
todos los titulares de derechos reales sobre el bien cuya declaratoria de
prescripción se solicita.
Debe precisarse en la certificación, los datos de identificación necesarios,
de cada uno de los sujetos que son titulares de un derecho real sobre ese
inmueble, indicando cual es ese derecho real y suministrando los datos de
constitución del mismo. Pero además, de acuerdo al artículo 691
ejusdem, en la certificación, debe señalarse el domicilio de tales
personas”
 
 

De lo antes transcrito, se infiere que la certificación emitida  por el

Registrador da constancia del nombre, apellido y domicilio de los titulares del derecho
real sobre el cual, se pretende la prescripción, constituyendo el punto de partida que

refleja de forma clara contra quien o quienes se interpone la prescripción.

En el caso bajo estudio, tal como lo afirmó el formalizante, los distintos

motivos plasmados por el Juez en la sentencia recurrida, evidencia una contradicción,

pues los extractos de los motivos reproducidos en la misma  no se asimilan al

dispositivo del fallo, para que hagan comprensible al justiciable que fue lo decidido por

el juez de alzada bajo argumentos lógicos y jurídicos. Al final de la sentencia recurrida

es que el juez concluye que el demandante no aportó prueba del tiempo como poseedor

de 20 años, declarando sin lugar la demanda sobre este punto, cuando anterior a dicho

pronunciamiento, el juez dedica 4 páginas de la motivación en las que establece la

confesión ficta, y luego, la no presentación de la instrumental de certificado, motivo éste

–aparte de los demás- que solo él corrobora un motivo no lógico,  y contradictorio con

respecto a los otros motivos, porque más allá que la parte accionante lo hubiese o no

presentado con la demanda, en virtud del estudio antes expuesto, implica en derecho

que no fuese admitida;  no asumiendo el juez de primera instancia la competencia por el

territorio del lugar del bien objeto de propiedad para entrar –como lo hizo- a conocer el

asunto; o a quien como dueño del bien expedir el respectivo cartel de citación. En tal

caso, tal como lo afirma la recurrida si la parte demandante no consignó el instrumento

de certificado  inmobiliario, debía el juez en el dispositivo de la sentencia por

disposición de la norma 691 del Código de Procedimiento Civil pasar a declarar

inadmisible la demanda, al no tener  prueba segura de quien ostente la cualidad pasiva

en dicho juicio, sentido practicó de la norma, en la expresión “deberá”  proponerse

contra todas aquellas personas que aparezcan en la respectiva oficina de registro como

propietaria“.

Por lo tanto, sobre la segunda denuncia que hace el formalizante en el punto

dos de la sentencia de la prescripción adquisitiva solicitada, debe prosperar la denuncia,

pues no cabe en la motivación lógica y el dispositivo de la sentencia que, el juez


explique que no consignó la instrumental, sin la consecuencia jurídica que  implica, en

este tipo de juicios su no consignación;  como a su vez en ese mismo orden lógico, el

hecho no se haya detenido el juez de alzada a apreciar, cómo fue que el tribunal de la

primera instancia  admitió la demanda, y luego practicó la citación en la persona del

demandado.

Por todo lo antes expuestos, se declara la procedencia de la presente

denuncia, fundamentada en infracción del ordinal 4° del artículo 243 del Código de

Procedimiento Civil. Y así se decide.

Por cuanto se ha encontrado procedente, una de las denuncias descritas en el

ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil, la Sala de conformidad

con lo dispuesto en el artículo 320 eiusdem, se abstiene de analizar y resolver las

restantes denuncias contenidas en el escrito de formalización presentado.


 
DECISION
 
         Por las razones antes expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia
de la República Bolivariana de Venezuela, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley,
declara: CON LUGAR  el recurso de casación anunciado y formalizado por el
demandante contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil,
Mercantil, Tránsito, Protección del Niño, y del Adolescente y Bancario del Primer
Circuito de la Circunscripción Judicial del Estado Sucre,   el 21 de julio de 2010.

 
En consecuencia, se declara la NULIDAD del fallo recurrrido y SE
ORDENA al tribunal superior dicte nueva sentencia,  corrigiendo el vicio indicado.

                        Queda de esta manera CASADA la sentencia impugnada.

 
No ha lugar la condenatoria en costas del recurso de casación, dada la

naturaleza del dispositivo del presente fallo.

 
Publíquese, regístrese y remítase el expediente al Juzgado Superior de
origen ya mencionado, de conformidad con el artículo 326 del Código de Procedimiento
Civil.
 

Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de Casación 

Civil  del  Tribunal   Supremo  de  Justicia,   en  Caracas,   a  los veintiún (21) días del

mes de junio del dos mil once. Años: 201º de la Independencia y 152º de la Federación.
 
Presidenta de la Sala,
 
 
________________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
 
_________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ   
Magistrado Ponente,
 
____________________________
ANTONIO RAMÍREZ JIMÉNEZ
Magistrado,
 
 
__________________________
CARLOS OBERTO VÉLEZ
Magistrado,
 
 
_______________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
 
Secretario,
 
 
_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
RC N° AA20-C-2010-000508
NOTA: Publicada en su fecha, a las
 
 
Secretario,

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