Sentencia Medios Probatorios de La Posesion

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SALA DE CASACIÓN CIVIL

 
Exp. N° 2012-000437

Ponencia de la Magistrada: AURIDES MERCEDES MORA

En la querella interdictal de restitución por despojo, seguido ante

el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del

Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, con sede en la

ciudad de Maracaibo, por la sociedad mercantil  HOTEL KRISTOFF,

C.A., representada judicialmente por las abogadas Haidelina Urdaneta H.

y Giksa C. Salas V., contra los ciudadanos  ANTHONY CHARLES

KRISTOFF HERNÁEZ, MÓNICA NATALIA KRISTOFF HERNÁEZ y

MARÍA MILAGROS HERNÁEZ,  viuda de KRISTOFF, representados

judicialmente por los abogados Rosa M. Cribeiro V. y Rubén D. Rojas

S.; el Juzgado Superior Segundo en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de

la misma Circunscripción Judicial, con sede en la misma ciudad,

conociendo en apelación, dictó sentencia definitiva el 21 de noviembre

de 2011, mediante la cual declaró: 1) Con lugar el recurso de apelación

interpuesto por los codemandados de autos contra la sentencia definitiva

proferida por el a quo en fecha 24 de septiembre de 2009, mediante la

cual había declarado con lugar la querella; 2) Revocó la decisión

apelada; 3) Ordenó la “reposición” del bien inmueble objeto de la


restitución posesoria, identificado con los números y letra 8A-03; y 4)

Condenó a la empresa querellante al pago de las costas procesales, de

conformidad con lo dispuesto en el artículo 274 del Código de

Procedimiento Civil, por haber resultado totalmente vencida.

Contra la referida decisión del juzgado superior, la abogada

Haidelina Urdaneta H., co-apoderada judicial de la empresa querellante,

anunció recurso de casación en fecha 27 de abril de 2012, el cual fue

admitido por auto de fecha 11 de mayo del mismo año, siendo

oportunamente formalizado. No hubo contestación a la formalización.

Con motivo del vencimiento del período constitucional de los

Magistrados Antonio Ramírez Jiménez y Carlos Oberto Vélez, se

convocó respectivamente a las Magistradas Suplentes designadas por la

Asamblea Nacional, Aurides Mercedes Mora e Yraima de Jesús Zapata de

Dos Reis, quedando reconstituida la Sala de Casación Civil de la

siguiente forma: Magistrada Yris Peña Espinoza, Presidenta; Magistrada

Isbelia Pérez Velásquez, Vicepresidenta; Magistrado Luis Ortiz

Hernández, Magistrada Aurides Mercedes Mora y Magistrada Yraima de

Jesús Zapata Lara.  Concluida la sustanciación del presente recurso de

casación, la ponencia que inicialmente había sido atribuida al Magistrado

Antonio Ramírez Jiménez, recayó en la persona de la Magistrada Aurides

Mercedes Mora, quien con tal carácter suscribe el presente fallo:

RECURSO POR DEFECTO DE ACTIVIDAD

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12, 243 ordinal 5° y 244 eiusdem, por adolecer del vicio de

incongruencia negativa, con apoyo en la siguiente fundamentación:


 
“…En efecto, en la reforma del libelo de la querella, mi representada
alegó lo siguiente:
“…El hecho cierto que, tal como se evidencia del Informe emitido por
el CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO
MARACAIBO (CPU), la ciudadana MILAGROS HERNAEZ (sic),
consignó por ante esa oficinas documento de fecha 29 de septiembre
de 1965, documento este de fecha anterior al último documento
adquisitivo que hace propietaria a mi representada Hotel Kristoff, y
con el documento acompañado logró obtener de forma irregular
una nomenclatura distinta a la asignada al inmueble que es la del
N° 68-40, de acuerdo a la dirección que aparece en todas las facturas
de ENELVEN consignadas en el expediente, a nombre de mi
representada, y pretende hacer valer como actual la signada con el
N° 8A-03, NOMENCLATURA QUE A TODAS LUCES NO SE
CORRESPONDE CON LA UBICACIÓN DEL INMUEBLE, porque
tal como puede evidenciarse el inmueble está ubicado en la Calle 68,
mal podría entonces asignársele una nomenclatura distinta y en todo
caso este número cívico, no es fundamento para establecer propiedad
o posesión como bien se establece en el informe del CPU antes
mencionado, que fue acompañado con la finalidad de demostrar que
nunca ha existido duda alguna acerca de la determinación, ubicación,
superficie y linderos del inmueble objeto de la querella interdictal…”.
(Negrillas de la Sala, demás resaltados del texto).
Éste (sic) fundamental alegato de mi mandante, anteriormente
transcrito, no fue resuelto por la recurrida en su sentencia en ninguna
de sus partes, la cual no expresó nada al respecto sobre la situación
planteada en parte esencial de la pretensión de mi mandante, sobre
que la ciudadana  MILAGROS HERNAEZ  (sic) había consignado en
las Oficinas (sic) del Centro de Procesamiento Urbano del Municipio
Maracaibo (CPU) un documento de fecha 29 de septiembre de 1965,
documento éste de fecha anterior al último documento adquisitivo de
mi representada  HOTEL KRISTOFF, C.A., y que con el documento
acompañado logró obtener irregularmente y subrepticiamente una
nomenclatura distinta a la asignada al inmueble objeto de la querella
que es el número  68-40, nueva nomenclatura irregular  8A-03 la cual
no era fundamento para establecer la posesión ni la propiedad.
En la recurrida hubo absoluta omisión de pronunciamiento sobre la
alegada maniobra de la ciudadana  MILAGROS HERNÁEZ  viuda
de  KRISTOFF  para obtener irregularmente una nomenclatura
distinta a la asignada al inmueble objeto de la querella que es la
N°  68-40…
…omissis…
El artículo 12 del Código de Procedimiento Civil fue infringido
también por la recurrida, por cuanto dicha norma establece que en
sus decisiones el Juez (sic) debe atenerse a las normas del derecho y
a lo alegado y probado en autos, y la recurrida eso no lo cumplió…”.
(Subrayado de la Sala y demás resaltados del texto). 
 

Para decidir, la Sala observa:

La formalizante delata la infracción en la recurrida de los artículos

12 y 243 ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil, alegando que la

misma adolece del vicio de incongruencia negativa, por lo que es

susceptible de la sanción de nulidad prevista en el articulo 244 eiusdem,  

sobre la base de que el ad quem omitió pronunciarse sobre el alegato de

su representada, relativo  a la manera irregular en que la ciudadana

Milagros Hernáez viuda de Kristoff, logró que le cambiaran la

nomenclatura que tenía originariamente el inmueble objeto de la

restitución que se pide a través de la presente querella interdictal,

vale decir, el N° 68-40 por el N° 8A-03 , presentando un documento de

fecha 29 de septiembre de 1965, es decir, de fecha anterior al 29 de

agosto de 1969, día en el cual la querellante adquirió la propiedad del

inmueble antes nombrado.

Sobre el vicio de incongruencia negativa, esta Sala en numerosos

fallos, entre ellos, en sentencia N°  RC-000107, de fecha 17 de febrero

de 2012, dictada en el caso de Carmen Cecilia, Wiliam Enrique y Ender

Hugo Porras Durán contra Henry José y Luisa Evelyn Porras Durán, exp.

N° 11-491, estableció lo siguiente:


“…Ha sido pacífica y constante la jurisprudencia de esta Sala,
respecto a  la obligación que tienen los jueces de pronunciarse
sobre todo cuanto haya sido alegado y probado por las partes
durante el proceso, sin que les sea posible dejar de decidir
alguno de ellos (incongruencia negativa) , o por el contrario,
extender su decisión sobre excepciones o argumentos de hechos
no formulados en el proceso (incongruencia positiva). Por tanto,
resulta viciada la sentencia que no resuelve en forma expresa,
positiva y precisa, con arreglo a la pretensión deducida y a las
excepciones o defensas opuestas.
En este sentido, el Código de Procedimiento Civil establece
determinados requerimientos entre los que se encuentra el contenido
en el ordinal 5° del artículo 243 del mencionado cuerpo normativo,
según el cual, toda sentencia debe contener: “Decisión expresa,
positiva y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las
excepciones o defensas opuestas, sin que en ningún caso pueda
absolverse de la instancia”.
Asimismo, el artículo 12 del mencionado Código Adjetivo expresa que
el juez “...debe atenerse a lo alegado y probado en autos, sin poder
sacar elementos de convicción fuera de éstos, ni suplir excepciones o
argumentos de hecho no alegados ni probados...”.
En este orden de ideas, la Sala ha indicado expresamente, entre otras,
en fecha 13 de marzo de 2007, caso: Ligia Álvarez de Carrillo y
Pablo Humberto Carrillo Gómez, contra Tulia Elena Rangel Pérez y
otros, reiterada en sentencia N° 43 de fecha 19 de febrero de 2009,
caso: Xiomara Coromoto Sosa Anzola contra la ciudadana Gladys
Del Carmen Zambrano Roa, lo siguiente:
“...El ordinal 5º del artículo 243 del Código de Procedimiento Civil
establece los presupuestos para que la sentencia llene el requisito de
la congruencia, entendiéndose por tal, como lo afirma Hernando
Devis Echandía, el principio normativo que delimita el contenido y
alcance de tal instancia, para el efecto de que exista identidad
jurídica entre lo resuelto y las pretensiones (en sentido general) y
excepciones de los litigantes, oportunamente aducidas, a menos que
la Ley otorgue facultades especiales para separarse de ellas y que tal
principio es una consecuencia lógica de la relación de jurisdicción
como derecho y deber del Estado. El derecho de acción y de
contradicción no sólo impone al Estado el deber de proveer mediante
un proceso en una instancia, sino que al complementarse con el
ejercicio de la pretensión y la oposición de excepciones, delimita el
alcance y contenido de este procedimiento. La relación de
jurisdicción comprende tanto la acción y la contradicción, como la
pretensión y la excepción que en ejercicio de estos derechos se
formulan al Juez (sic) para determinar los fines mediatos y concretos
del proceso (Nociones Generales de Derecho Procesal Civil)...”.
El primer presupuesto es el de que toda sentencia debe contener
decisión expresa, positiva y precisa; y el segundo, es que la decisión
debe dictarse con arreglo a la pretensión deducida y a las
excepciones o defensas opuestas.
Según Guasp, la congruencia es la causa jurídica del fallo y, Prieto
Castro agrega, como otra derivación de la congruencia, el principio
de la exhaustividad, esto es, la prohibición de omitir decisión sobre
ninguno de los pedimentos formulados por las partes.
La sentencia es congruente cuando se ajusta a las pretensiones de las
partes, tanto del actor como del demandado, independientemente de
si es acertada o errónea. No se puede apreciar, más ni menos, de las
cuestiones controvertidas, ni dejar de resolver algunas.
De allí que la incongruencia adopta dos modalidades y tres aspectos.
Las modalidades son: Incongruencia positiva, cuando el juez extiende
su decisión más allá de los límites del problema judicial que le fue
sometido, o la incongruencia negativa, cuando el juez omite el
debido pronunciamiento sobre alguno de los términos del problema
judicial  y, los aspectos son: a) Cuando se otorga más de lo pedido
(ultrapetita); b) cuando se otorga algo distinto de lo pedido
(extrapetita), y c) cuando se deja de resolver sobre algo pedido u
excepcionado (citrapetita).
En atención a lo expuesto, queda claro que la congruencia del fallo es
uno de los elementos formales más importantes al momento de la
elaboración de toda sentencia, en virtud de ello, existe prohibición
expresa de la ley en el sentido de que el juez soslaye su obligación de
pronunciarse estrictamente respecto de los elementos traídos al
proceso por las partes, es decir, que decida sólo sobre lo alegado y
probado en autos, pues de no ser así, la sentencia se encontrará
viciada y, la consecuencia será su nulidad, por disposición del
artículo 244 del Código de Procedimiento Civil…”. (Negrillas y
subrayado de la Sala).

De la revisión de las actas que conforman el presente expediente,

cuestión que pudo hacer la Sala dada la naturaleza de la presente

denuncia, se pudo constatar que en la oportunidad en que la querellante

reformó la querella interdictal, en el capítulo referido a la pretensión,

expuso lo siguiente:
“…Habiendo resultado infructuosas y sin resultado positivo alguno,
las diligencias que hiciera mi representada…, tendientes a que los
ciudadanos  MÓNICA NATALIA KRISTOFF
HERNAEZ  (sic),  ANTHONY CHARLES KRISTOFF y MARÍA
MILAGROS HERNAEZ (sic), abandonaran el inmueble propiedad
de mi representada quien lo poseía, solicito a este digno Tribunal;
conforme a la garantía y protección posesoria, se sirva poner en
posesión de mi representada el inmueble y la casa quinta sobre el
construida, sobre el cual detenta la posesión mi representada y que
ha sido ocupado de manera violenta por los querellados, contra quien
obra la presente querella por lo que pido al Tribunal (sic)
respetuosamente se sirva citar a los antes identificados ciudadanos en
su condición de querellados, previa restitución del determinado
inmueble propiedad y posesión de mi representada, acordando las
medidas ya solicitadas, todo de conformidad con lo dispuesto en los
artículos 699, 700 y 701 del Código de Procedimiento Civil, cuyos
linderos y determinación exacta fue realizada por el CENTRO DE
PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO MARACAIBO
(CPU), siendo estos los únicos elementos válidos para determinar la
ubicación del inmueble, de tal manera que conforme a estos
elementos probatorios queda evidenciado lo siguiente: (Negrillas y
subrayado de la Sala).
…omissis…
7. El hecho cierto que, tal como se evidencia del Informe (sic) emitido
por el CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO
MARACAIBO (CPU), la ciudadana MILAGROS HERNAEZ (sic),
consignó por ante esas oficinas documento de fecha 29 de septiembre
de 1965, documento este (sic) de fecha anterior al último documento
adquisitivo que hace propietaria a mi representada Hotel Kristoff, y
con el documento acompañado logró obtener en forma irregular una
nomenclatura distinta a la asignada al inmueble que es la del N° 68-
40 de acuerdo a la dirección que aparece en todas las facturas de
ENELVEN consignadas en el expediente, a nombre de mi
representada, y pretende hacer valer como actual la signada con el
N° 8A-03, NOMENCLATURA QUE A TODAS LUCES NO SE
CORRESPONDE CON LA UBICACIÓN DEL INMUEBLE, porque
tal como puede evidenciarse el inmueble está ubicado en la Calle 68,
mal podía entonces asignársele una nomenclatura distinta y en todo
caso este número cívico (sic), no es fundamento para establecer
propiedad o posesión como bien lo establece en  el informe del CPU
antes mencionado, que fue acompañado con la finalidad de
demostrar que nunca ha existido duda alguna acerca de la
determinación, ubicación, superficie y linderos del inmueble objeto
de la querella interdictal…”. (Negrillas y subrayado de la Sala).

De la anterior transcripción se evidencia que cuando la querellante

señala que la ciudadana Milagros Hernáez viuda de Kristoff logró

obtener de forma irregular una nueva nomenclatura para el inmueble

objeto de la medida de restitución de la posesión, lo hizo con la


finalidad de que no hubiere dudas acerca de que la determinación,

ubicación, superficie y linderos del precitado inmueble son los que

aparecen en el informe del Centro de Procesamiento Urbano  del

Municipio Maracaibo (CPU).

Ahora bien, con el propósito de verificar la certeza de lo afirmado

por la abogada recurrente, la Sala estima pertinente transcribir

parcialmente lo decidido sobre el particular en la recurrida, en la cual el

juzgador superior dejó establecido lo siguiente:


“…Ahora retomando el punto de la identificación del inmueble sub
litis, debe destacar este operador de justicia, que de la revisión que se
hizo a todas las piezas que conforman el presente expediente, no
existe lugar a dudas que ambas partes identificaban una casa-
quinta que indistintamente de la nomenclatura se encuentra dentro
de un terreno de mayor extensión que fue adquirido por el HOTEL
KRISTOFF, C.A., según el documento supra señalado, siendo que se
pudo observar que para solicitar la nomenclatura de la casa y para
sustentar sus constancias de residencias, los querellados
consignaron el documento de propiedad del terreno de dos mil
quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2 [sic]) del año 1965
donde el ciudadano ELIO SOTO VAN DER DIJS le vende a ALOIS
y GUSTAVO KRISTOFF, es decir, previo al de adquisición por la
parte accionante del año 1969 donde éstos (sic) últimos le venden a
la sociedad mercantil HOTEL KRISTOFF, C.A., y ambos poseen
las mismas características; y luego en la prueba de informes a la
OFICINA MUNICIPAL DE PLANIFICACIÓN URBANA (OMPU)
promovida por los accionados, se dejó constancia que efectivamente
la nomenclatura de la casa era 8A-03 y no 68-40, que se encontraba
a nombre de ELIO SOTO VAN DER DIJS según documento del 10 de
enero de 1958,  pero que formaba parte de la unificación realizada
por el HOTEL KRISTOFF, C.A., por adquisición en fecha 29 de
agosto de 1969, luego en oficio del CENTRO DE
PROCESAMIENTO URBANO (CPU), se desprendió que el
inmueble numerado  8A-03 tenía los mismos linderos y medidas que
los indicados en la reforma de la demanda para el bien que
pretendía restituir la querellante.
En consecuencia, no existen dudas para analizar aquí que la posesión
que se alegó despojada y que se intenta restituir, es sobre un bien
conformado por la casa-quinta ya referida N° 8A-03 que forma parte
o está situado dentro del terreno de mayor extensión de dos mil
quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2 [sic])…”.(Subrayado
de la Sala).

De la anterior transcripción se infiere, con absoluta claridad, que

el sentenciador de alzada se pronunció sobre las distintas fechas de los

documentos aportados por las partes en conflicto, tales como: el

documento de fecha 29 de septiembre de 1965, mediante el cual la

ciudadana Milagros Hernáez viuda de Kristoff obtuvo las constancias de

residencias y la nomenclatura de la casa-quinta objeto de la medida de

restitución de la posesión; el documento de adquisición por parte del

Hotel Kristoff, C.A. de fecha 29 de agosto de 1969; y el documento

originario, de fecha 10 de enero de 1958, que se encontraba a nombre del

ciudadano Elio Soto Van Der Dijs, dejando establecido que,


efectivamente,  la nomenclatura de la casa era 8A-03 y no 68-40,  pero que

formaba parte de la unificación realizada por el   HOTEL KRISTOFF,

C.A ., y   que el precitado inmueble tenía los mismos linderos y medidas

que los indicados en la reforma de la demanda para el bien que pretendía

restituir la querellante .

Siendo así, al haber coincidido el ad quem con lo pretendido por la

representante judicial de la empresa querellante, en el sentido de que la

casa-quinta identificada con el N° 8A-03 correspondía al mismo bien

inmueble sobre el cual su representada pretendía la restitución de la

posesión, pierde todo sentido la presente denuncia por omisión de

pronunciamiento sobre si la co-demandada Milagros Hernáez actuó de

manera irregular o no en la obtención de la nomenclatura del

inmueble,  pues lo verdaderamente importante era que no existieran

dudas sobre cuál era el inmueble objeto de la medida de restitución

de la posesión, cuestión que fue suficientemente aclarada por el

juzgador superior .

En consecuencia, sobre la base de los razonamientos antes

expuestos, la Sala declara improcedente la denuncia de infracción de los

artículos 12 y 243 ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil, por no

haberse configurado en la recurrida el vicio de incongruencia negativa

que se le imputa. Así se declara .

II

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12, 15, 243 ordinal 5° y 512 eiusdem, por haberse quebrantado

u omitido formas sustanciales de los actos que menoscabaron el derecho

a la defensa de la parte querellante-recurrente, con apoyo en la siguiente

argumentación:
“…En efecto, en la oportunidad de los informes hice un
planteamiento de vital importancia para la suerte de ésta (sic) causa,
que fue ignorado totalmente por el Juez (sic) de la recurrida. Consta
del escrito de informes ante la alzada, que el (sic) capítulo segundo
de dicho escrito, invoqué el acta levantada en fecha 19 de febrero de
2008 por el Juzgado Cuarto Especial Ejecutor de Medidas de los
Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada, San Francisco, Mara,
Páez y Almirante Padilla de la Circunscripción Judicial del Estado
Zulia, que demostró que el inmueble tipo casa-quinta, tenía un
mueble de madera como cocina, completamente desinstalado,
deteriorado y en el piso, un área de lavadero sin batea y un
lavamanos en el piso, un baño social sin piezas sanitarias que
demostraban que no era cierto lo alegado por la querellada MARÍA
(sic) HERNÁEZ DE KRISTOFF, que el inmueble objeto de la querella
interdictal, pudiese constituir el hogar de los querellados, como lo
manifestó ella, puesto que resulta imposible habitar un inmueble sin
servicios sanitarios ni cocina, y que en la inspección judicial
efectuada como consta de autos, la maleza haya crecido
indiscriminadamente en el inmueble, al punto de impedir la
circulación en el pasillo externo del inmueble. Éste (sic) alegato de
gran trascendencia para el proceso fue ignorado totalmente por el
Juez (sic) de la recurrida, lo que causa indefensión a mi
representada. Conozco la diuturna doctrina de esa Sala en el sentido
de que los jueces no están obligados a resolver todos los
planteamientos hechos por las partes en sus informes. Pero hay
ciertos planteamientos que si están obligados a resolver en sus
sentencias, que son aquellos de trascendencia vital para la suerte del
proceso. El acta de la ejecución de la querella interdictal levantada
por el Juzgado Cuarto de Municipio de Maracaibo ya mencionado,
demuestra cabalmente la imposibilidad de que en el inmueble objeto
de la querella pudiesen vivir los querellados, lo que es evidencia de
que éstos no se ajustaron a la verdad. Al guardar silencio sobre éste
(sic) planteamiento hecho en el escrito de informes por mi
representada, el Juez (sic) infringió el artículo 15 del Código de
Procedimiento Civil infringiendo el derecho de mi representada a
mantenerlo en sus facultades sin preferencias ni desigualdades. El
artículo 512 del Código de Procedimiento Civil se refiere a los
informes de la Segunda (sic) Instancia (sic). El artículo 12 del Código
de Procedimiento Civil ordena a los jueces atenerse en sus decisiones
a lo alegado y probado en autos y la omisión de la recurrida lesiona
el derecho de defensa de mi representada que es de reserva
constitucional de acuerdo al numeral primero del artículo 49 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Y la
sentencia en consecuencia, resulta incongruente, pues el Juez (sic)
estaba obligado a resolver ese fundamental planteamiento hecho en el
escrito de informes, ya que el artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil en su numeral 5° ordena a los jueces tomar
decisión expresa, positiva y precisa sobre los alegatos de las
partes…”.                    
 

Para decidir, la Sala observa :

La formalizante delata la infracción de los artículos 49 de la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, 12, 15 y 512 del

Código de Procedimiento Civil, por haberse quebrantado u omitido

formas sustanciales de los actos que menoscabaron el derecho a la

defensa de su representada, y por haber incurrido en el vicio de

incongruencia negativa,  todo ello  con base en la omisión de

pronunciamiento en la que -a su juicio- incurrió el juez de alzada sobre

el alegato expuesto por su representada en los informes de segunda

instancia, relacionado con el acta levantada en fecha 19 de febrero de

2008, por el Juzgado Cuarto Especial Ejecutor de Medidas de los

Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada, San Francisco, Mara,

Páez y Almirante Padilla de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,

la cual demostraba que el inmueble objeto de la restitución de la

posesión no podía constituir el hogar de los querellados, como

desacertadamente lo afirmó la ciudadana María Hernáez de Kristoff,

quien -según su criterio- no se ajustó a la verdad.

La Sala observa que en la recurrida, en la oportunidad en que el  ad

quem analizó las documentales señaladas como pruebas por la parte

querellante, específicamente sobre las actas levantadas por los juzgados

ejecutores especiales que realizaron la práctica de la medida de

restitución de la posesión, el juez de alzada dejó establecido lo siguiente:


“…Ahora bien, en la etapa probatoria de esta causa la parte actora
ratificó los instrumentos supra valorados y además los siguientes
documentos:
Actas levantadas en fechas 3 de julio de 2007 y 19 de febrero de
2008 respectivamente por los Juzgados Segundo y Cuarto Especial
Ejecutor de los Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada, San
Francisco, Mara, Páez y Almirante Padilla de la Circunscripción
Judicial del Estado Zulia, referidos a las oportunidades que se
trasladaron para ejecutar la restitución de la posesión decretada por
el Tribunal (sic) de la causa.
Con relación a esta promoción constata este Tribunal (sic) de Alzada
(sic) que fueron promovidas las mencionadas actas judiciales, que
rielan (sic) en este expediente, con el objeto de probar que el
inmueble objeto de la querella se encuentra en abandono e
inhabitable según se desprendía de lo expuesto en las mismas en
relación a que la jueza comisionada tuvo que retirarse a las
instalaciones del hotel para usar el baño porque uno de los
querellados le informó que en el inmueble ejecutado el baño no
estaba apto para su uso, y sobre el hecho que la cocina tenía un
mueble de madera desinstalado y deteriorado, y un lavamanos en el
piso, considerando en derivación quien suscribe, que en virtud de
que el objeto de la controversia sometida a su conocimiento es la
querella por interdicto restitutorio del caso sub examine, el cual
ampara la posesión frente a un despojo de la misma por parte de un
tercero, no es menester demostrar o conocer el supuesto estado de
abandono o no, máxime cuando esas apreciaciones las toma
subjetivamente la parte promovente de una simple manifestación de
que el baño no estaba apto para el uso y por estar un mueble de la
cocina y un lavamanos desinstalado.
Por tanto, forzosamente se infiere que la comentada documental
resulta impertinente por no guardar congruencia con el thema
decidendum de esta causa y además es inconducente por no
desprenderse de los mismos lo que subjetivamente pretende probar
la actora, consecuencialmente se desestima en su valor probatorio
siguiendo el contenido del artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil.  Y ASÍ SE ESTIMA…”. (Negrillas y subrayado de la Sala).
 

La anterior transcripción pone de manifiesto que no es cierto lo

afirmado por la abogada recurrente respecto a que el  ad quem no se

pronunció sobre el acta de fecha 19 de febrero de 2008, pues en la

recurrida no solo hubo pronunciamiento sobre la misma sino que dicha

documental le sirvió al juez para establecer -de manera errada o no- que

esa prueba era inconducente para demostrar que el inmueble se

encontraba inhabitable y en estado de abandono, como lo pretendía la

representante judicial de la empresa querellante, Hotel Kristoff, C.A.

Asimismo, al estar fundamentada en esa omisión de

pronunciamiento la denuncia de violación del derecho a la defensa de su

representada, Hotel Kristoff, C.A., queda claro que, consecuencialmente,

tampoco se configuró en la recurrida el quebrantamiento de actos


sustanciales al proceso que menoscabaron su derecho a la defensa, ni se

infringieron los artículos 15, 512 del Código de Procedimiento Civil y 49

de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, normas que

consagran el derecho a la igualdad de las partes en el proceso, el acto de

informes en segunda instancia y el derecho a la defensa, respectivamente,

quedando esta Sala relevada de efectuar la revisión de oficio sobre el ya

indicado vicio, que fuera delatado por la abogada recurrente.

En consecuencia, sobre la base de los razonamientos expuestos,

esta Sala declara improcedente la presente denuncia de infracción de los

artículos 12, 15 y 512 del Código de Procedimiento Civil   y 49 de la

Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Así se declara.

III

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12 y 15 eiusdem, por no haberse atenido a las normas del

derecho y haber ocasionado una evidente desigualdad en perjuicio de su

representada, Hotel Kristoff, C.A., con apoyo en la siguiente

argumentación:
“…La desigualdad en prejuicio (sic) de mi representada, se evidencia
cabalmente cuando el juez de la recurrida desechó las facturas de
pago del servicio de energía eléctrica alegadas por mi representada y
acompañadas para ser agregadas al expediente, facturas de pago
éstas emanadas de la empresa C.A. ENERGÍA ELÉCTRICA DE
VENEZUELA (ENELVEN). Así, se evidencia del folio 19 y su vuelto
de la primera pieza del expediente, que acompañé DOCE (12)
facturas correspondientes a los pagos realizados por mi representada
por los servicios de ENELVEN, que van desde el 25 de noviembre de
2006 hasta el 27 de marzo de 2007. Estas facturas constan en el
anexo marcado con la letra “B”, folios 27 al 39 de la primera pieza,
y contienen la dirección de mi representada donde consta como
dirección de entrega, inmueble N° 68-40, correspondiente al HOTEL
KRISTOFF, y constituye un elemento identificatorio (sic) que se
corresponde con los actos posesorios ejercidos por mi representada.
En su análisis probatorio de estas facturas, el Juez (sic) de la
recurrida de acuerdo a doctrina de la Sala, las consideró tarjas por
lo que no debían ser ratificadas en juicio y estableció que:
“…Del contenido de las mismas se desprende la identificación de la
dirección y nomenclatura de distintos inmuebles de donde dimanan
tales servicios, tales  como: en el caso de las facturas de ENELVEN
como dirección de suministro se indica la avenida 8 Santa Rita, local
68-40, y como dirección de entrega avenida 8 Santa Rita, local 68-40
…”.
Agregó el Juez (sic) de la recurrida que a pesar de que las facturas
estaban a nombre de la parte querellante, las misma (sic) fueron
emitidas con relación a la provisión de servicios públicos pero para
bienes inmuebles “diferentes al objeto de la presente controversia,
por lo que la examinada prueba resulta impertinente para demostrar
lo pretendido por la parte promovente, debiendo desestimarse la
misma en sintonía con el artículo 509 del Código de Procedimiento
Civil, y así se valora”.
Ciertamente, resulta extraña ésta (sic) afirmación de la recurrida
respecto a las facturas emanadas de la empresa ENELVEN por
suministro de energía eléctrica, pues acepta la recurrida que las
mismas tienen como dirección de suministro la avenida 8 Santa Rita,
local 68-40 y como dirección de entrega avenida 8 Santa Rita, local
68-40 que es precisamente la dirección del inmueble objeto de la
querella, descrita en el libelo de la reforma de la querella. En
cambio, con relación a dos (2) facturas de consumo de energía
eléctrica emitidas por la misma C.A. ENERGÍA ELÉCTRICA DE
VENEZUELA (ENELVEN) a nombre de la co-demandada  MARIA
(sic) MILAGROS HERNAEZ (sic) de KRISTOFF, expedidas en los
meses de mayo y junio de 2007 (meses después del despojo), fueron
apreciadas en su valor documental por el Juez (sic) de la recurrida
diciendo textualmente lo siguiente:
“…razones por las cuales se debe valorar la documental in examine
siguiendo la aplicación del artículo 1.383 del Código Civil, y
observándose que de las mismas se desprende como la identificación
de la dirección de suministro y nomenclatura del inmueble, el sector
Santa Rita, calle 68, N° 8A.-03, y como dirección de entrega se
estableció el mismo sector, calle y nomenclatura, adicionando la
frase  al lado del Hotel Kristoff. Y ASÍ SE VALORA…”.
Es evidente, que con las transcripciones anteriores de lo resuelto por
la recurrida, está demostrada la desigualdad en que incurrió, con
relación a las facturas emanadas de la C.A. ELÉCTRICA DE
VENEZUELA (ENELVEN), pues siendo facturas emanadas de la
misma empresa, fueron desechadas en su valor probatorio las
aportadas por mi mandante para colorear la posesión, en número de
DOCE (12), en cambio las dos (2) facturas de la misma empresa por
energía (sic) suministro de eléctrica (sic) en fecha muy posterior a la
ocurrencia del despojo, facturas éstas correspondientes a los meses
de mayo y junio de 2007, fueron apreciadas por el Juez (sic) de la
recurrida en su valor probatorio. Así, queda demostrada la
desigualdad en que incurrió la recurrida con respecto a la valoración
de facturas, que como expresa sentencia de la Sala de Casación Civil,
del 17 de febrero de 2000, juicio de Alexander Espinoza contra Lucía
C. Martínez, expediente N° 98-0338, N° 0010, expresó (sic):
“…La utilización del adjetivo calificativo desigualdades en el Art.
(sic) 15 del C. P. C. (sic), está vinculado a la idea de que los jueces
tienen que permitir a todos los litigantes el acceso a los derechos y
facultades que tienen en el proceso…una de las consecuencias de la
infracción del derecho de defensa de las partes comporta la
existencia de diferencias en el acceso a la utilización de medios o
recursos entre y otro litigante de forma que se puedan distinguir
desigualdades…”.
Solicito que esta denuncia sea declarada con lugar y sea casado el
fallo recurrido…”.  (Resaltados del texto).
 

Para decidir, la Sala observa :

En esta ocasión, la abogada formalizante denuncia que el juez de la

recurrida violó los artículos 12 y 15 del Código de Procedimiento Civil,

por no haberse atenido a las normas de derecho y por haber ocasionado

una evidente desigualdad en perjuicio de su representada, Hotel Kristoff,

C.A., respectivamente, fundamentada en el cuestionamiento que hace

sobre la apreciación y valoración que el juez de alzada le dio a uno de

los medios probatorios aportados por ambas partes de la querella

interdictal, específicamente, a unas documentales representadas por

facturas emitidas por la empresa C.A.  Eléctrica de Venezuela

(ENELVEN).

Ante tal manera de formalizar en sede de casación la violación del

derecho de defensa, la Sala considera pertinente reiterar nuevamente en

qué consiste dicho vicio y cuál es la manera adecuada en que debe

formularse, para lo cual pasa a transcribir parcialmente la sentencia N°

RC-00420, del 14 de junio de 2007, caso:  Armando G., Jorge L., Antonio

J. y Gabriel J. Moreno, contra los ciudadanos Blanca S.de De Armas,

Milagros, Martín, Armando y Andrés De Armas Silva, exp. N° 05-


054, ratificando el criterio sostenido en sentencias RC-00729 de fecha 10

de noviembre de 2005 y RC-1038 de fecha 8 de septiembre de 2004, a

saber:
“…En este orden de ideas, la Sala en uso de su facultad pedagógica,
considera oportuno señalar la  técnica adecuada para la correcta
formalización de las denuncias que versen sobre una invocada
indefensión o menoscabo del derecho de defensa, establecida por
esta Máxima Jurisdicción mediante jurisprudencia, pacífica,
reiterada e inveterada, entre otras, en decisión N° 687, de fecha 27 de
julio de 2004, Exp. N° 2003-00897, en el caso de Elmano Isidro
Ferreira contra Haydee Baptista Bonachera, y otros, estableció:
“...En cuanto a la denuncia aislada del artículo 15 del Código
Adjetivo Civil, la Sala ha señalado que ello es inadmisible; en tal
sentido se permite transcribir decisión de fecha 13 de abril de 2000,
Exp. 91-719, sentencia N° 107, en el caso de Antonio Reyes Andrade
y otros contra Livia Escalona de Ayala, en la cual se dijo:
“...Si bien es cierto que la nueva Constitución tiende a flexibilizar los
rígidos y doctrinarios formalismos; sin embargo esa flexibilidad no
puede implicar el abandono total de una correcta técnica en el
planteamiento de las denuncias, mantenida en forma reiterada y
pacífica por los cánones procesales que rigen el instituto de la
casación, devenida de su propia naturaleza de revisión de derecho.
Al respecto, en sentencia del 11 de noviembre de 1993, esta Sala
expresó:
‘Una correcta técnica de denuncias de infracción basadas en
indefensión o menoscabo del derecho de defensa y apoyadas en el
respectivo supuesto del Ordinal(sic) 1° del artículo 313 del Código
de Procedimiento Civil, implica necesariamente lo siguiente:
a) Explicación de cuál ha sido la forma quebrantada u omitida y si lo
ha sido por el Juez (sic) de la causa o el de la alzada.
b) Indicar cómo, con tal quebrantamiento u omisión de las formas
sustanciales de los actos, se lesionó el derecho de la defensa o el
orden público, según el caso, o ambos.
c)  Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa o lesionó el orden público, lo ha sido por el Juez
(sic) de la causa, y si considera procedente la reposición de la misma,
denunciar la infracción del artículo 208 de la Ley Procesal, la norma
expresa contenida en la disposición general del artículo 15 del
Código de Procedimiento Civil y los particulares que acarrean el
menoscabo del derecho de defensa, o los que establecen el orden
público, las cuales resultan las realmente infringidas por la
recurrida, al no decretarse en ella la nulidad o la reposición cuando
la omisión o quebrantamiento de las normas que menoscaban el
derecho de defensa o el orden público, lo lesiona el Tribunal de la
causa.
d) Si el quebrantamiento u omisión de las formas que menoscabó el
derecho de defensa o lesionó el orden público lo ha sido por el
Tribunal de la alzada, además de la infracción de la norma contenida
en el artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, deben
denunciarse como infringidas las disposiciones referentes al
quebrantamiento u omisión de las formas que menoscaban el derecho
de defensa o las que establecen el orden público que ha sido
lesionado por el propio Juez (sic) de la recurrida.
e) La explicación a la Sala que con respecto a dichos
quebrantamientos u omisiones de formas o lesiones al orden público,
se agotaron todos los recursos.
La Sala observa que la denuncia de indefensión requiere de una
técnica que ha desarrollado a través de su constante y pacífica
doctrina, y al efecto, el vicio de indefensión o menoscabo al derecho
de la defensa comporta la necesaria delación del artículo 208 del
Código de Procedimiento Civil, cuando el quebrantamiento u omisión
de la forma que menoscabó el derecho a la defensa o lesionó el orden
público lo haya sido por el Juez (sic) de la causa, así como los
particulares que acarreen el menoscabo al derecho a la defensa o los
que establecen el orden público. De la combinación de estas
denuncias es que resulta una correcta formalización de la
indefensión, pues no es admisible la denuncia aislada del artículo
15 del Código de Procedimiento Civil, como tampoco es admisible la
sola denuncia de las normas particulares referentes al
quebrantamiento u omisión de las formas con menoscabo del
derecho a la defensa, el recurso de forma por indefensión o
menoscabo del derecho a la defensa, no puede ser considerado sino
cuando el formalizante cumple con el requerimiento de denunciar el
artículo 15 del Código de Procedimiento Civil, que de manera
general se refiere a esos vicios, conjuntamente con la norma
concreta, cuya violación demuestre el estado de indefensión por
parte del recurrente, o el quebrantamiento del principio de la
igualdad procesal.
En el caso que nos ocupa, el recurrente no cumplió con la correcta
técnica de formalización y al efecto se limitó a denunciar el artículo
15 del Código de Procedimiento Civil, de manera aislada sin indicar
cuál fue la pretensión o derecho del cual se le privó o menoscabó,
cual norma la consagra y cómo no se produjo convalidación tácita o
expresa. Igualmente, el recurrente no indica si tal lesión haya sido
cometida por el Juez (sic) de la causa o la recurrida, lo cual
evidencia la carencia de una exposición clara de las razones de hecho
y de derecho que conllevare a tal situación...”. (Resaltados del texto).

En el caso concreto se observa, que la abogada recurrente además

de haberse limitado a plantear la denuncia aislada del artículo 15 del


Código de Procedimiento Civil, sin señalar la infracción de los artículos

206 y/o 208 eiusdem, según sea el caso,  fundamenta la supuesta

violación del derecho a la defensa de su representada en el

cuestionamiento que hace sobre la apreciación y valoración de

pruebas documentales que efectuó el sentenciador de alzada , todo

ello a través de una denuncia por defecto de actividad -como la presente-

lo cual hace innecesaria la revisión de oficio sobre el particular, amén

de que imposibilita a esta Sala hacer el análisis que se pretende . Así se

declara.

Esta Sala en reiteradas decisiones ha establecido, que cuando se

pretenda delatar algún error en la apreciación y/o valoración de los

hechos y de las pruebas, necesariamente debe formularse la denuncia

dentro de un recurso de casación sobre los hechos por infracción de

normas jurídicas expresas que regulan el establecimiento y/o valoración

de los hechos y de las pruebas, encuadrada en el   ordinal 2° del artículo

313 del Código de Procedimiento Civil, con la correspondiente

invocación del artículo 320 eiusdem, y el respectivo  señalamiento de las

normas jurídicas expresas que regulan la apreciación y la valoración de

las pruebas de que se trate en cada caso específico, las cuales consideran

infringidas, indicado si fue por falta de aplicación, falsa aplicación o

errónea interpretación.

De nuevo se reitera, tal y como ha sido señalado en reiterada

jurisprudencia, que el artículo 320 del Código de Procedimiento Civil

prevé los casos excepcionales en que la Sala puede descender al fondo

de la controversia o al establecimiento o apreciación de los hechos y/o

de las pruebas que hayan efectuado los tribunales de instancia, a

saber: i) cuando se alegue la infracción de una norma jurídica expresa

que regule el establecimiento o apreciación de las pruebas o de los


hechos; y ii) cuando la parte dispositiva del fallo sea consecuencia de

una suposición falsa del juez.

En consecuencia, con base en las razones antes expuestas, vista la

forma inadecuada en que se formuló la presente denuncia, la Sala se ve

imposibilitada de poder efectuar el análisis que la abogada recurrente

pretende.  Así se establece .

IV

Con fundamento en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12 y 244 eiusdem, por resultar la sentencia de tal modo

contradictoria que no puede ejecutarse, con fundamento en lo siguiente:


“…En efecto, en el texto de la querella mi representada alegó ser
“propietaria y poseedora de un inmueble ubicado en la Calle (sic) 68
(antes Cumaná) signada con el N° 68-40 el cual abarca una
superficie de dos mil quinientos veinte metros cuadrados 2.520 m2 y
está comprendido dentro de las siguientes medidas y
linderos:  Norte: que es su frente treinta y seis metros con veinticinco
centímetros 36,25 m2 y linda con la calle 68 (antes Cumaná), Sur:
treinta y seis metros con cuarenta centímetros 36,40 m2 y linda con
propiedad que es o fue de José Antonio Romero, Este:  setenta
metros con cincuenta centímetros 70,50 m2 y linda con las
propiedades que son o fueron de Pilar Teresa Jiménez de Arévalo y
Ángela Ortiz Quintero Luzardo, y Oeste: sesenta y siete metros con
cincuenta centímetros 67,50 m2 y linda con propiedad que fue o es de
Elena Henríquez de Cubillán, conforme consta en  documento
protocolizado por ante el Registrador Subalterno Accidental del
Primer Circuito de Registro del Municipio Autónomo Maracaibo del
Estado Zulia en fecha 29 de Agosto (sic) de 1969, anotado bajo el
N° 55 del Protocolo 1°, Tomo 9, el cual se acompaño (sic) en copia
certificada signado con la letra “B”, formando parte de la extensión
de este inmueble se encuentra una superficie de terreno de 911,49
M2, cuyos linderos conforme se evidencia del informe producido por
el CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO
MARACAIBO (CPU), son los siguientes: Norte: Calle 68; Sur:
propiedad de mi representada Hotel Kristoff; este (sic): Propiedad de
mi representada, Hotel Kristoff y Oeste  propiedad de Jaime Arévalo
según linderos del RM-65-05-0116, Registro  de Mensura este que se
encuentra agregado a las actas procesales. Es necesario destacar que
no se trata de un inmueble distinto al primariamente determinado, se
trata de parte de mayor extensión del mismo inmueble, sobre el que se
encuentra construida una casa quinta con las siguientes
características: DESCRIPCIÓN CASA # 68-40 Consta de: Área de
Cocina (sic), Lavadero, Sala-Comedor (sic) Estar con área de closet,
Baño de Visita (sic), Habitación de Servicio (sic) con Baño (sic), 3
habitaciones en desnivel que se dividen en: Una habitación principal
con baño y 2 habitaciones con 1 (sic) baño en común. Área anexa a la
casa destinada como depósito. Dos áreas para estacionamientos con
techos de tejas, Áreas (sic) verdes y caminarías (sic). La vivienda es
de una sola planta, fabricada en construcción tradicional con bloques
de arcilla y estructura en concreto con techos inclinados revestida
con tejas rojas y que actualmente se encuentra invadido por los
querellados, dentro de la extensión de terreno y linderos generales
plenamente determinado en el título adquisitivo ya citado…”.
Ahora bien, el Decreto (sic) de Restitución (sic) por Despojo (sic)
librado por el Juzgado (sic) de la causa, el Tercero de Primera
Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del
Estado Zulia el 30 de noviembre de 2007, Folio (sic) 408 de la
segunda pieza del expediente, identifica el inmueble objeto de la
querella a objeto de ejecutar la medida de secuestro de dicho
inmueble, lo identifica así: un inmueble con unja superficie de terreno
de 911,49 Mts2, cuyos linderos son los siguientes: NORTE: Calle
68; SUR: propiedad del Hotel Kristoff; ESTE: propiedad de Jaime
Arévalo según linderos del RM-65-05-0116; y OESTE: propiedad del
Hotel Kristoff, y sobre la casa quinta sobre él construida, la cual
tiene los siguientes linderos y medidas: NORTE: que es su frente
36,25 Mts2, y linda con la calle 68 (antes Cumaná), SUR: 36,40 Mts2
y linda con propiedad que es o fue de José Antonio
Romero, ESTE:70,50 Mts2 y linda con las propiedades que son o
fueron de Pilar Teresa Jiménez de Arévalo y Angela (sic) Ortiz
Quintero, y OESTE: 67,50 Mts2 y linda con propiedad que fue de
Helena Henríquez de Cubillán, hoy Hotel Kristoff, C.A…”.
Y en la parte dispositiva de la sentencia recurrida se dispuso lo
siguiente:
“…TERCERO: SE ORDENA la reposición a la parte querellada ya
identificada, del bien inmueble que fue objeto del decreto de
restitución posesoria ejecutado en esta causa, conformado por una
superficie de terreno de novecientos once con cuarenta y nueve
metros cuadrados (911,49 m2), y la casa-quinta que se encuentra en
el mismo numerada 8A-03, ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y
9 del Municipio Maracaibo, y con los siguientes linderos: Norte: calle
68; Sur y Oeste: propiedad de la misma empresa HOTEL KRISTOFF,
C.A.; y Este: propiedad de Jaime Arévalo, que se encuentra dentro de
terreno de mayor extensión de dos mil quinientos veinte metros
cuadrados (2.520 km2) y alindero (sic): Norte: su frente con treinta y
seis metros con veinticinco centímetros (36,25 mts.) y linda con calle
68; Sur: treinta y seis metros con cuarenta centímetros (36,40 mts.) y
linda con propiedad que es o fue de José Antonio Romero; Este:
setenta metros con cincuenta centímetros (70,50 mts.) y linda con las
propiedades que son o fueron de Pilar Teresa Jiménez de Arévalo y
Ángela Ortiz Quintero y Oeste: sesenta y siete metros con cincuenta
centímetros (67,50 mts.) y linda con propiedad que fue de Elena
Henríquez de Cubillán, hoy Hotel Kristoff, C.A., según documento
protocolizado por ante el Registrador Subalterno Accidental del
Primer Circuito de Registro del Municipio Maracaibo del Estado
Zulia, de fecha 29 de agosto de 1969, anotado bajo el N° 55,
protocolo 1°, tomo 9…”.
Como puede observarse de las anteriores transcripciones, se ordenó
la “reposición” a la parte querellada del bien inmueble que fue
objeto del decreto de restitución posesoria ejecutado en esta causa, es
decir, el mismo es idéntico a la casa N° 68-40 a que se refiere el
objeto de la restitución. Por lo que, al momento de la ejecución de
ésta (sic) sentencia será imposible de cumplir, por cuanto el inmueble
que fue objeto de la restitución ordenada por el Tribunal (sic) de la
causa ya transcrito, se encuentra en posesión de mi representada y es
único e indivisible y producto de las maniobras ejecutadas por los
querellados, su nomenclatura cierta fue alterada, hechos que
fehacientemente quedaron probados en actas. En la ejecución por el
Juzgado Cuarto Ejecutor de Medidas de los Municipios Maracaibo,
Jesús Enrique Lossada, San Francisco, Mara, Páez y Admirante (sic)
Padilla de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia, el martes 19
de febrero de 2008, ésta se practicó sobre el inmueble 68-40, objeto
de la querella. La cuestión sobre el verdadero número de dicho
inmueble objeto de la querella, quedó aclarada según el acta
respectiva de ejecución de dicho Juzgado (sic) de Municipio (sic) que
en doce (12) folios consta de la segunda pieza del expediente,
numerado 100 al 112, y la cual no fue objetada por los querellados,
ni tachada, ni impugnada. Según esta acta, para ejecutar el decreto
restitutorio dictado en ésta (sic) querella, el Juzgado Cuarto de
Municipio ejecutor de medidas, a cargo de la Juez (sic) de dicho
Juzgado (sic) de Municipio (sic) Abogada (sic) Zimaray Carrasquero,
acta ésta firmada por la Juez (sic), las partes, la secretaria, el
práctico designado y representante de la depositaria, quedó
establecido que el inmueble objeto de la ejecución tiene pintado el
número 8A-03 y aparece con una placa con dicho número, pero cuya
nomenclatura es 68-40, allí se estableció lo siguiente:
…omissis…
La sentencia recurrida es de imposible ejecución por contradictoria,
pues ordenó como esta (sic) transcrito, reposición a la parte
querellada del bien inmueble que fue objeto del decreto de restitución
posesoria en esta querella, ya transcrito parcialmente, el inmueble
objeto de la querella está identificado con las siglas 68-40
correspondiente a mi representada HOTEL KRISTOFF, C.A. La
identificación física del inmueble es idéntica, por lo que al tratar de
ejecutarse la sentencia se van a enfrentar dos órdenes contradictorias
contenidas en el mismo numeral tercero del dispositivo de la
recurrida, pero se le asigna las siglas 8A-03, lo que demuestra la
imposibilidad de la ejecución por contradictoria…
…omissis…
La sentencia es inejecutable como ya se ha razonado en ésta (sic)
denuncia y lo es por contradictoria, como se ha demostrado en los
párrafos transcritos anteriormente. Con esta forma de sentenciar
incurrió en la infracción del artículo 12 del Código de Procedimiento
Civil  que ordena a los jueces atenerse (sic) en sus sentencias a las
normas del derecho y a lo alegado y probado en autos…”. 
(Resaltados del texto).
 

    

Para decidir, la Sala observa :

En esta ocasión, la abogada recurrente, Haidelina Urdaneta R.,

actuando como co-apoderada judicial de la empresa querellante Hotel

Kristoff, C.A., denuncia que la recurrida adolece del vicio de

contradicción previsto en el artículo 244 del Código de Procedimiento

Civil, con base en que la recurrida es inejecutable debido a que en su

dispositivo ordena que se le restituya la posesión a los querellados “…

del bien inmueble que fue objeto del decreto de restitución ejecutado en

esta causa…”, asignándole las siglas 8A-03, cuando en dicho decreto se

identifica ese mismo inmueble con los números 68-40, correspondiente a

su representada, la empresa querellante.

La doctrina imperante en la Sala, ha señalado que la contradicción

a la cual se refiere el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil,

sanciona con la nulidad de la sentencia cuando los pronunciamientos en

su dispositivo se oponen o contradicen de tal forma irreconciliables que

harían imposible su respectiva ejecución, o lo decidido sea de tal manera

ininteligible que la haría de igual forma inejecutable, de lo que se infiere

que el vicio de contradicción previsto en el artículo 244 eiusdem, sólo

se da en la parte dispositiva o resolutoria del fallo y no en su

motivación . (Sentencia N° RC-00963, del 11 de diciembre de 2006, exp.

N° 05-469).
La Sala observa que la presente denuncia no se refiere a que los

considerandos del fallo recurrido sean excluyentes entre sí, lo que daría

lugar al vicio de contradicción delatado, así como a la sanción de nulidad

prevista en el artículo 244 del Código de Procedimiento Civil, sino a la

contradicción que -a juicio de la abogada recurrente- existe entre la

numeración o siglas con la que se identifica el inmueble objeto de la

presente querella interdictal restitutoria de la posesión, en la parte

dispositiva de la sentencia hoy impugnada y en el decreto de restitución

posesoria ejecutada en la presente causa, lo que pone de relieve la

improcedencia de la presente denuncia de infracción de los artículos 12 y

244 eiusdem, por no adolecer del vicio de contradicción que se le imputa,

pues los considerandos del dispositivo no se excluyen entre sí.  Así se

declara.

  No obstante lo antes advertido, en aras de salvaguardar el

derecho a obtener una verdadera tutela judicial efectiva, y con el

propósito de aclarar lo expresado en los argumentos que sustentan la

presente delación, la Sala pasa a transcribir  in extenso  lo decidido en la

sentencia hoy impugnada a través del presente recurso de casación, sobre

el bien inmueble objeto de la presente querella interdictal de restitución

por despojo, a saber:


“…El 12 de noviembre de 2007 la representación judicial de la parte
querellante procedió a consignar escrito de reforma de demanda en
virtud del ingreso de la ciudadana MARÍA MILAGROS HERNÁEZ y
los argumentos en relación a la determinación del inmueble sub litis,
manifestando en derivación en esta oportunidad que su mandante era
propietaria y poseedora de un inmueble conformado por una
superficie de terreno de novecientos once con cuarenta y nueve
metros cuadrados (911,49 m2), con los siguientes linderos: Norte:
calle 68; Sur y Oeste: propiedad de la misma empresa Hotel Kristoff,
C.A.; y Este: propiedad de Jaime Arévalo; así como la casa sobre el
mismo construida numerada 68-40, que forma parte de mayor
extensión de inmueble ubicado en la calle 68 signado con el mismo
número, con una superficie de dos mil quinientos veinte metros
cuadrados (2.520 km2) y alinderado así: Norte: su frente con treinta
y seis metros con veinticinco centímetros (36,25 mts.) y linda con
calle 68;  Sur: treinta y seis metros con cuarenta centímetros (36,40
mts.) y linda con propiedad que es o fue del ciudadano José Antonio
Romero; Este: setenta metros con cincuenta centímetros (70,50 mts.)
y linda con las propiedades que son o fueron de Pilar Teresa Jiménez
de Arévalo y Ángela Ortiz Quintero Luzardo; y Oeste: sesenta y siete
metros con cincuenta centímetros (67,50 mts.) y linda con propiedad
que fue de Elena Henríquez de Cubillán, hoy del Hotel Kristoff, C.A.;
ello según constaba de documento protocolizado por ante el
Registrador Subalterno Accidental del Primer Circuito de Registro
del Municipio Maracaibo del Estado Zulia, de fecha 29 de agosto de
1969, anotado bajo el N° 55, protocolo 1°, tomo 9. (Resaltado de la
Sala).
…omissis…
El 19 de febrero de 2008 se ejecutó definitivamente la restitución de
la posesión del bien objeto de la presente querella interdictal
acordada, y el día 25 de febrero de 2008, la parte querellada
procedió a oponer el defecto de forma de la demanda por no cumplir
el libelo con el requisito contenido en el ordinal 4° del artículo 340
del Código de Procedimiento Civil, alegando que la demandante no
mencionaba a través de qué persona ha venido ejerciendo la posesión
legítima cuando se trata de una persona jurídica, mucho menos desde
cuando poseía; asimismo se contestó la demanda negando,
rechazando y contradiciendo los hechos y el derecho expuesto en el
libelo, manifestando que eran falsas las aseveraciones de que el bien
fue invadido por ello (sic) pues el inmueble –según su decir- era
propiedad del HOTEL KRISTOFF, C.A. cuyos accionistas eran cinco
(5) hermanos llamados ANTHONY CHARLES, MÓNICA NATALIA,
MARLENE, MARGARITA y KEN DAVID KRISTOFF HERNÁEZ, y
además –según sus afirmaciones- la ciudadana MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ ha venido poseyendo desde hacía cuarenta
(40) años el inmueble numerado 8A-03, no siendo cierto que éste
haya tenido en otro momento nomenclatura distinta, menos la
signada con el N° 68-40 que corresponde al HOTEL KRISTOFF,
C.A. (Resaltado de la Sala).
En fecha 25 de febrero de 2008, por solicitud de la parte demandada
realizada mediante diligencia del 21 de febrero de 2008  ante la
denuncia de que la parte querellante había procedido de manera
arbitraria a demoler el bien inmueble objeto de la causa, el Tribunal
(sic) de Primera (sic) Instancia (sic) realizó una inspección sobre el
mismo, dejando constancia que había sido destruido en su interior y
que estaba lleno de escombros. (Resaltado de la Sala).
…omissis…
En la oportunidad para presentar observaciones a los informes ut
supra singularizados, se evidencia que ambas partes igualmente
trajeron escritos, sin embargo en el caso de la parte querellante en
vez de establecer observaciones transcribió los mismos argumentos
expuestos en su escrito de informes, mientras que por su parte los
querellados sí establecieron sus observaciones manifestando que la
parte accionante pretendía hacer ver al tribunal que el inmueble
ubicado en la calle 68, número 8A-03, que ha sido -según su dicho-
residencia de la ciudadana MARÍA MILAGROS HERNÁEZ y de
quien en vida fuera su esposo, el ciudadano ANTONIO
KRISTOFF, y de sus hijos, desde hace más de cuarenta (40) años,
que era el mismo donde funcionaba el HOTEL KRISTOFF, C.A.
ubicado en la avenida 8, número 68-40, siendo dos direcciones y
nomenclaturas diferentes. (Resaltado de la Sala).
…omissis…
QUINTO
DE LAS CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
…omissis…
Pruebas de la parte querellante
…omissis…
A)   Veinticuatro (24) facturas de servicios de energía eléctrica y agua
potable emitidos por C.A. ENERGÍA ELÉCTRICA DE VENEZUELA
(ENELVEN) y C.A. HIDROLÓGICA DEL LAGO DE MARACAIBO
(HIDROLAGO), a nombre de la demandante, expedidos, en el caso de
la primera empresa mencionada, entre los meses de noviembre y
diciembre de 2006, y enero a marzo de 2007, y en el caso de la
segunda empresa, entre los meses de octubre, noviembre y diciembre
2006, y enero a marzo de 2007; B) Copias fotostáticas de las
primeras páginas de diversas facturas por servicio telefónico emitidas
por COMPAÑÍA ANÓNIMA NACIONAL TELÉFONOS DE
VENEZUELA (CANTV) entre los meses de agosto y diciembre del año
2006, y enero y febrero de 2007, las cuales constituyen servicios
privados emitidos por una empresa que actualmente es del Estado.
En relación a este medio de prueba, advierte este Juzgador (sic)
Superior (sic) que las notas de consumo de energía eléctrica y agua,
constituyen tarjas en virtud de lo asentado por la Sala de Casación
Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia N° 00573 de
fecha 26 de julio de 2007, expediente 06-940, con ponencia de la
Magistrada Yris Armenia Peña Espinoza, las cuales no deben ser
ratificadas para ser promovidas en juicio al ser valoraras como
tarjas en seguimiento del artículo 1.383 del Código Civil, más sin
embargo, del contenido de las mismas se desprende la identificación
de la dirección y nomenclatura de distintos inmuebles de donde
dimanan tales servicios, tales como: en el caso de las facturas de
ENELVEN como dirección de suministro se indica la avenida 8 Santa
Rita, local 68-40, y como dirección de entrega avenida 8 Santa Rita,
local 68-40, local Hotel K 68-40, frente al edificio La Guacara; y en
el caso de HIDROLAGO, se indica en la dirección de usuario lo
siguiente: calle 68, número 8 y 8A-35; calle 69, número 8-80, y
número 8-137. Asimismo en el caso de las facturas de CANTV,
documentos emanados de una empresa pública, se constata la
dirección donde se provee el servicio telefónico las siguientes (sic):
“HOTEL KRISTOFF C.A. SANTA RITA AV SANTA RITA ED ED
(sic).6 8-48” y “HOTEL KRISTOFF C.A. AV.8 STA RITA AV NRO
68-48 E D MARACAIBO ED” (citas). (Subrayado de la Sala).
En consecuencia evidencia este Jurisdicente (sic) Superior (sic) que a
pesar que las facturas y tarjas están a nombre de la parte
querellante, las mismas fueron emitidas con relación a la provisión
de servicios públicos y de telefonía pero para bienes inmuebles
diferentes al del objeto de la presente controversia, por lo que, la
examinada prueba resulta impertinente para demostrar lo pretendido
por la parte promovente, debiendo desestimarse la misma en sintonía
con el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE
VALORA. (Resaltado de la Sala).
…omissis…
Informe del CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO DEL
MUNICIPIO MARACAIBO (CPU) de la ALCALDÍA DE
MARACAIBO, que manifiesta la parte promovente se encontraba en
los anteriores folios Nos. 347 al 354 del expediente, así como planos
de mensura emanados del mismo organismo. Al respecto, constata
este Juzgador de Alzada que a partir del folio N° 341 de la pieza N°
1 del expediente se encuentra un oficio emitido por el Director de
Catastro del mencionado organismo, numerado DC-E-3984-2007 de
fecha 10 de octubre de 2007, dirigido a la abogada HAIDELINA
URDANETA, en respuesta a solicitud que se hiciera sobre la
ubicación del inmueble N° 8A-03 situado en el sector Tierra Negra,
en fecha 24 de septiembre de 2007, estableciendo que el bien se
encontraba con registro de mensura N° 65-05-0116 a nombre del
ciudadano ELIO SOTO VAN DER DIJS, con un área aproximada
de novecientos once con cuarenta y nueve metros cuadrados (911,49
mts2), amparado según documento de fecha 10 de enero de 1958,
registrado bajo el N° 3, protocolo 1, tomo 3 y que formaba parte de
la unificación que hiciere el HOTEL KRISTOFF,C.A. de acuerdo a
registro de mensura N° 2006-03-0169 por adquisición que hizo
evidenciada de documento registrado el 29 de agosto de 1969, bajo
el N° 55, protocolo 1, tomo 9, correspondiendo los siguientes
linderos: Norte: calle 68; Sur y Oeste: propiedad del HOTEL
KRISTOFF, C.A.; y Este: propiedad de Jaime Arévalo. Asimismo se
señaló en este oficio, que revisados los registros se observó que el N°
8A-03 fue asignado a un inmueble que se encuentra ubicado en la
calle 68 entre avenidas 8A y 9, solicitado por la ciudadana MARÍA
MILAGROS HERNÁNDEZ (sic) de KRISTOFF, con base al
documento registrado en fecha 29 de septiembre de 1965, bajo el N°
80.
Por otra parte, se observa que el único plano de mensura avalado por
el mismo organismo administrativo, y que se corresponde con el
número de registro de mensura indicado arriba (N° 2006-03-0169),
se encuentra rielante (sic) al folio N° 309 de la pieza N° 1 del
expediente (ya que junto a éste se evidencia otro plano pero que no
está firmado ni sellado por autoridad de la oficina de catastro de la
Alcaldía de Maracaibo), y donde se identifica una superficie de
terreno de diecisiete mil trescientos diecisiete con sesenta y tres
metros cuadrados (17.317,63 mts2) según mensura realizada el mes
de noviembre de 2005, y con ubicación en la avenida 8 Santa Rita,
entre calles 68 y 69, N° 68-40.
Para la valoración de los singularizados instrumentos, cabe
destacarse que los mismos constituyen documentos administrativos
por emanar de ente público administrativo, y como tales tienen
presunción de veracidad pudiendo ser desvirtuados mediante
cualquier medio probatorio, por lo que al no constar en actas que se
hayan impugnados éstos con una contraprueba, quedarían firme en
su veracidad, sin embargo de la revisión de los mismos se observa
que en cuanto al plano de mensura se identifica un área de terreno de
mayor proporción del bien inmueble objeto de la causa, por lo que de
dicho plano no se puede hacer una conexión material probatoria del
referido bien sub litis no teniendo validez alguna por impertinente,
por ende se aprecia en todo su contenido probatorio ya establecido
sólo el oficio emanado por el organismo administrativo ya descrito y
se desecha el plano de mensura por impertinente, todo ello con base a
lo previsto en el artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en
aplicación analógica del artículo 429 eiusdem. Y ASÍ SE VALORA.
(Resaltado de la Sala).
…omissis…
Por otro lado, dentro del mismo lapso probatorio, se promovió
prueba de informes respecto de la OFICINA MUNICIPAL DE
PLANIFICACIÓN URBANA (OMPU) de la ALCALDÍA DE
MARACAIBO, así como de la C.A. ENERGÍA ELÉCTRICA DE
VENEZUELA (ENELVEN) (y del SERVICIO NACIONAL
INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA [SENIAT]),
prueba de informes ya valorada con anterioridad.) (sic), a fines de
que informaran, el primero: si en la calle 68 entre avenidas 8A y 9
del municipio (sic) Maracaibo, ha existido o existe un inmueble con
nomenclatura 68-40 y otro con el N° 8A-03, y el segundo: para que
estableciera si en la avenida 8 Santa Rita entre calles 68 y 69, existía
la nomenclatura 68-40 asignada al HOTEL KRISTOFF, C.A. en su
facturación del servicio de energía eléctrica. (Negrillas de la Sala).
La referida información fue remitida y consignada en actas los días
19 de junio y 29 de abril de 2008 respectivamente así: 1) Oficio N°
CPU-387-08 de fecha 5 de junio de 2008 de la “OMPU”, conforme
al que expuso que luego de revisar sus archivos se constató que el
inmueble N° 68-40 no corresponde a la nomenclatura asignada a la
zona, es decir a las parcelas ubicadas en la calle 68 entre avenidas
8A y 9 del sector Tierra Negra de la parroquia (sic) Olegario
Villalobos del municipio (sic) Maracaibo, mientras que la
nomenclatura 8A-03 le fue asignada a un inmueble ubicado en la
referida dirección por solicitud de la ciudadana MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF. Asimismo señala que el
inmueble con la referida nomenclatura 8A-03 se encuentra a
nombre de ELIO SOTO VAN DER DIJS según documento del 10
de enero de 1958, y que forma parte de unificación realizada por el
HOTEL KRISTOFF, C.A. por adquisición en fecha 29 de agosto de
1969; 2) Oficio N° 0092/08 del 2 de febrero de 2008 remitido por
“ENELVEN”, donde informa que en su sistema efectivamente
aparece la nomenclatura 68-40 a nombre del HOTEL KRISTOFF,
C.A.
En consecuencia, cumplida con la remisión de los informes
solicitados, supra singularizados, se observa que los mismos no
fueron impugnados ni tachados de falso por la parte no promovente,
por lo tanto, le merecen fe en todo su contenido y valor probatorio a
esta Superioridad, con fundamento en lo establecido en el artículo
433 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE ESTIMA.
…omissis…
Establecidos los precedentes fundamentos, circunscribiéndonos al
caso de autos, se desprende que inicialmente la parte actora
demanda por interdicto restitutorio en (sic) contra los ciudadanos
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF
HERNÁEZ, respecto de un bien inmueble que sólo identifica su
ubicación en la calle 68 del municipio (sic) Maracaibo, su superficie
de dos mil quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2), y
linderos conformados así: Norte: su frente con treinta y seis metros
con veinticinco centímetros (36,25 mts.) y linda con calle 68; Sur:
treinta y seis metros con cuarenta centímetros (36,40 mts.) y linda
con propiedad que es o fue del ciudadano José Antonio
Romero;  Este: setenta metros con cincuenta centímetros (70,50
mts.) y linda con las propiedades que son o fueron de Pilar Teresa
Jiménez de Arévalo y Ángela Ortiz Quintero Luzardo; y Oeste:
sesenta y siete metros con cincuenta centímetros (67,50 mts.) y linda
con propiedad que fue de Elena Henríquez de Cubillán, hoy del
Hotel Kristoff, C.A.; ello según constaba de documento
protocolizado por ante el Registrador Subalterno Accidental del
Primer Circuito de Registro del Municipio Maracaibo del Estado
Zulia, de fecha 29 de agosto de 1969, anotado bajo el N° 55,
protocolo 1°, tomo 9. (Negrillas de la Sala).
Posteriormente en su reforma de demanda, identifica el bien objeto
de la querella como conformado por una superficie de terreno de
novecientos once con cuarenta y nueve metros cuadrados (911,49
m2), con los siguientes linderos: Norte: calle 68; Sur  y  Oeste:
propiedad de la misma empresa HOTEL KRISTOFF, C.A.; y Este:
propiedad de Jaime Arévalo; así como la casa sobre el mismo
construida supuestamente numerada 68-40 determinando sus
dependencias domésticas, y adiciona que dicho bien forma parte de
mayor extensión del inmueble ubicado en la calle 68 signado con el
mismo número identificado ut supra. (Negrillas de la Sala).
Por su parte, los querellados en el decurso de la causa han señalado
e intentaron demostrar que el bien que ocupaban no era de
nomenclatura 68-40 sino del Nº 8A-03 ubicado en la calle 68 entre
avenidas 8 y 9 del municipio (sic) Maracaibo. (Negrillas de la Sala).
Como punto aparte debe aclararse con relación a la actuación como
parte querellada de la ciudadana  MARÍA MILAGROS HERNÁEZ
viuda de KRISTOFF, que la misma al principio actuó asistida de
abogado, y sólo a partir del escrito de contestación de la demanda y
de promoción de pruebas fue cuando los abogados de los otros
querellados se adjudicaron el carácter de apoderados de la referida
ciudadana sin evidenciarse en actas el poder correspondiente, más
sin embargo en ningún momento ese hecho fue impugnado por la
contraparte sino al momento de procurarse la notificación de la
publicación de la sentencia definitiva proferida en primera instancia,
en razón de lo cual se procedió a consignar al efecto poder otorgado
en la ciudad de Madrid, España, rielante (sic) a los folios Nos. 231 al
235, que a pesar que no fue traído a juicio conforme a los
lineamientos del artículo 157 del Código de Procedimiento Civil, el
mismo se encuentra protocolizado ante el Registro Inmobiliario (hoy
Registro Público) del Tercer Circuito del Municipio Maracaibo del
Estado Zulia, en fecha 15 de noviembre de 2006, bajo el N° 17,
protocolo 3°, tomo 2°, por lo que de conformidad con el artículo
1.357 del Código Civil y 429 del Código de Procedimiento Civil se
tiene como fidedigno, debiendo entenderse así como ratificadas las
actuaciones procesales de la mencionada co-demandada. Y ASÍ SE
ESTABLECE.
Ahora retomando el punto de la identificación del inmueble sub
litis, debe destacar este operador de justicia, que de la revisión que
se hizo a todas las piezas que conforman el presente expediente, no
existe lugar a dudas que ambas partes identificaban una casa-
quinta que indistintamente de la nomenclatura se encuentra dentro
de un terreno de mayor extensión que fue adquirido por el HOTEL
KRISTOFF, C.A., según el documento supra señalado, siendo que
se pudo observar que para solicitar la nomenclatura de la casa y
para sustentar sus constancias de residencias, los querellados
consignaron el documento de propiedad del terreno de dos mil
quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2), del año 1965
donde el ciudadano ELIO SOTO VAN DER DIJS le vende a ALOIS
y GUSTAVO KRISTOFF, es decir previo al de adquisición por la
parte accionante del año 1969 donde éstos últimos le venden a la
sociedad mercantil HOTEL KRISTOFF, C.A., y ambos poseen las
mismas características; y luego en la prueba de informes a la
OFICINA MUNICIPAL DE PLANIFICACIÓN URBANA (OMPU)
promovida por los accionados, se dejó constancia que efectivamente
la nomenclatura de la casa era 8A-03 y no 68-40, que se encontraba
a nombre de ELIO SOTO VAN DER DIJS según documento del 10
de enero de 1958, pero que formaba parte de unificación realizada
por el HOTEL KRISTOFF, C.A., por adquisición en fecha 29 de
agosto de 1969, luego en oficio del CENTRO DE
PROCESAMIENTO URBANO (CPU) se desprendió que el
inmueble numerado 8A-30 (sic) tenía los mismos linderos y medidas
que los indicados en la reforma de la demanda para el bien que
pretendía restituir la querellante. (Resaltado de la Sala).
En consecuencia, no existen dudas para analizar aquí que  la
posesión que se alegó despojada y que se intenta restituir, es sobre
un bien conformado por la casa-quinta ya referida Nº 8A-03 que
forma parte o está situado dentro del terreno de mayor extensión de
dos mil quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2) que se
manifiesta propiedad de la parte querellante. Y ASÍ SE
ESTABLECE.  (Resaltado de la Sala).
Sin embargo es pertinente aclarar, que en el presente juicio lo
determinante no es la comprobación o no de la propiedad de las
partes respecto a un bien inmueble, sino el hecho de la verdadera
posesión ejercida sobre el bien objeto de la querella supra
identificado, y el hecho del despojo que se busca subsanar o proteger,
y al respecto se verifica del escrito libelar y de su reforma, que la
querellante manifiesta que era ella quién ha ejercido la posesión
sobre el bien sub litis, de forma continua, pacífica, pública y no
equívoca, con ánimo de dueño, ejerciendo actos de conservación, y
que el día 7 de diciembre de 2006 los mencionados ciudadanos
invadieron el inmueble y permanecen de manera ilegítima y violenta.
Por su parte, los querellados en su escrito de informes, requieren que
la demanda sea declarada sin lugar porque la mencionada parte
actora no pudo probar que ejercía la posesión, ni el acto de despojo.
…omissis…
DISPOSITIVO
Por los fundamentos expuestos, este JUZGADO SUPERIOR
SEGUNDO EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE
LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de
Venezuela y por autoridad de la Ley en la QUERELLA
INTERDICTAL RESTITUTORIA seguida por la sociedad
mercantil HOTEL KRISTOFF, C.A. contra los ciudadanos  MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF, MÓNICA
NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF HERNAEZ,
declara:
PRIMERO:  CON LUGAR el recurso de apelación propuesto por los
ciudadanos  MARÍA MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF,
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF
HERNAEZ (sic), por intermedio de su apoderado judicial RUBÉN
ROJAS, contra la sentencia definitiva de fecha 24 de septiembre de
2009, dictada por el JUZGADO TERCERO DE PRIMERA
INSTANCIA EN LO CIVIL, MERCANTIL Y DEL TRÁNSITO DE
LA CIRCUNSCRIPCIÓN JUDICIAL DEL ESTADO ZULIA.
SEGUNDO: SE REVOCA la aludida decisión de fecha 24 de
septiembre de 2009, proferida por el precitado Juzgado (sic) de
Primera (sic) Instancia (sic), en consecuencia se declara SIN
LUGAR la demanda incoada, todo ello conformidad con los términos
expresados en la parte motiva del presente fallo, y en consecuencia:
TERCERO: SE ORDENA la reposición a la parte querellada ya
identificada, del bien inmueble que fue objeto del decreto de
restitución posesoria ejecutado en esta causa, conformado por una
superficie de terreno de novecientos once con cuarenta y nueve
metros cuadrados (911,49 m2), y la casa-quinta que se encuentra en
el mismo numerada 8A-03, ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y
9 del municipio (sic) Maracaibo, y con los siguientes linderos: Norte:
calle 68; Sur y Oeste: propiedad de la misma empresa HOTEL
KRISTOFF, C.A.; y Este: propiedad de Jaime Arévalo, que se
encuentra dentro de terreno de mayor extensión de dos mil quinientos
veinte metros cuadrados (2.520 km2) y alindero: Norte: su frente con
treinta y seis metros con veinticinco centímetros (36,25 mts.) y linda
con calle 68; Sur: treinta y seis metros con cuarenta centímetros
(36,40 mts.) y linda con propiedad que es o fue del ciudadano José
Antonio Romero; Este: setenta metros con cincuenta centímetros
(70,50 mts.) y linda con las propiedades que son o fueron de Pilar
Teresa Jiménez de Arévalo y Ángela Ortiz Quintero Luzardo; y Oeste:
sesenta y siete metros con cincuenta centímetros (67,50 mts.) y linda
con propiedad que fue de Elena Henríquez de Cubillán, hoy del Hotel
Kristoff, C.A., según documento protocolizado por ante el Registrador
Subalterno Accidental del Primer Circuito de Registro del Municipio
Maracaibo del Estado Zulia, de fecha 29 de agosto de 1969, anotado
bajo el N° 55, protocolo 1°, tomo 9. (Subrayado de la Sala).
Se condena en costas a la parte demandante por haber resultado
totalmente vencida en la presente causa de acuerdo con lo previsto en
el artículo 274 del Código de Procedimiento Civil…”.

De acuerdo con la anterior y extensa transcripción de la recurrida,

lo relativo a la ubicación e identificación del inmueble objeto de la

presente querella interdictal restitutoria, formó parte del  thema


decidendum  en la presente causa, pues, la querellante ha insistido

durante el decurso del juicio en que dicho inmueble está identificado con

las siglas 68-40 y la parte querellada ha sostenido que el mismo está

identificado con las siglas 8A-03.

Ese asunto fue dirimido y suficientemente aclarado en el

transcurso de este juicio interdictal, pues el Juzgado Cuarto Ejecutor de

Medidas de los Municipios Maracaibo, Jesús Enrique Lossada, San

Francisco, Mara, Páez y Almirante Padilla de la Circunscripción Judicial

del estado Zulia, en fecha 19 de febrero de 2008, con el fin de darle

cumplimiento a la orden de restitución de la posesión a la parte

querellante, según comisión librada por el a quo, con oficio N° 2720-


2007, de fecha 4 de diciembre de 2007, el cual se constituyó en un

inmueble ubicado en el Sector Tierra Negra, calle 68, identificado con

las siglas 8A-03 , a través del acta de ejecución en la cual dejó

establecido lo siguiente:
“…nomenclatura que fue cambiada a solicitud de la Sra. María
Milagros Hernáez, conforme consta en las actas de la pieza de
ejecución, que fueron acompañadas para mayor inteligencia de la
comisión conferida,  conforme informe de OMPU donde se
especifica que haciendo uso de un documento de propiedad distinto
se obtuvo de manera irregular la nomenclatura actual, pero cuya
nomenclatura originaria como también consta en acta de la
comisión es la N° 68-40, ubicado en la Calle 68, en Jurisdicción del
Municipio Maracaibo del Estado Zulia…”. 
 

Sobre el particular, valiéndose del informe de la Oficina Municipal

de Planificación Urbana (OMPU), el juzgador superior dejó establecido

en su fallo, de forma clara y precisa, que “… efectivamente la

nomenclatura de la casa era 8A-03 y no 68-40, que se encontraba a

nombre de ELIO SOTO VAN DER DIJS según documento del 10 de

enero de 1958, pero que formaba parte de la unificación realizada por

el HOTEL KRISTOFF, C.A., por adquisición en fecha 29 de agosto de

1969, luego en oficio del CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO

(CPU) se desprendió que   el inmueble numerado 8A-03 tenía los mismos

linderos y medidas que los indicados en la reforma de la demanda para

el bien que pretendía restituir la querellante …”.

Siendo así, no cabe la menor duda de cuál es el bien inmueble

objeto del decreto de restitución a que se refiere el  ad quem en la

recurrida, específicamente, en el particular “TERCERO” de su

dispositivo, cuando de manera detallada y explícita indica que el

inmueble que debe reponérsele a la parte querellada -obviamente con el

único fin de que entre en posesión del mismo-  pues se trata de una

querella interdictal restitutoria que lo que persigue es la restitución


de la posesión en cabeza de quien demuestre que efectivamente la

tenía -  no es otro que el conformado por “… una superficie de terreno de

novecientos once con cuarenta y nueve metros cuadrados (911,49 m2),

y  la casa-quinta que se encuentra en el mismo numerada 8A-

03 , ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y 9 del municipio

Maracaibo , y con los siguientes linderos: Norte: calle 68; Sur y Oeste:

propiedad de la misma empresa HOTEL KRISTOFF, C.A.; y Este:

propiedad de Jaime Arévalo,   que se encuentra dentro de terreno de

mayor extensión de dos mil quinientos veinte metros cuadrados   (2.520

km2)  y alindero (sic): Norte: su frente con treinta y seis metros con

veinticinco centímetros (36,25 mts.) y linda con calle 68; Sur: treinta y

seis metros con cuarenta centímetros (36,40 mts.) y linda con propiedad

que es o fue del ciudadano José Antonio Romero; Este: setenta metros

con cincuenta centímetros (70,50 mts.) y linda con las propiedades que

son o fueron de Pilar Teresa Jiménez de Arévalo y Ángela Ortiz Quintero

Luzardo; y Oeste: sesenta y siete metros con cincuenta centímetros

(67,50 mts.) y linda con propiedad que fue de Elena Henríquez de

Cubillán, hoy del Hotel Kristoff, C.A., según documento protocolizado

por ante el Registrador Subalterno Accidental del Primer Circuito de

Registro del Municipio Maracaibo del Estado Zulia, de fecha 29 de

agosto de 1969, anotado bajo el N° 55, protocolo 1°, tomo 9…”,   el

cual,   además, corresponde al mismo bien inmueble en el cual se

practicó la comisión emitida por el   a quo   según oficio 2720-07, de

fecha   4 de diciembre de 2007 ,   con el fin de que se le restituyera la

posesión a la parte querellante, quien al día siguiente al que se le

restituyó la susodicha posesión procedió a la demolición de la parte

interior del bien inmueble objeto de esta querella interdictal

restitutoria, según consta de inspección judicial que corre inserta en

los autos a los folios 145 al 166 de la segunda pieza de las tres que
conforman el presente expediente , lo cual pudo ser constatado por la

Sala dada la naturaleza de esta denuncia.  Así se declara .  

Siendo así, queda aclarado que en la recurrida no se configuró el

vicio de contradicción que indebidamente se delató, pues no existe

contradicción entre los considerandos de su parte dispositiva, como ya se

indicó en este fallo, ni tampoco el vicio de motivación contradictoria,

pues no existe contradicción entre la parte motiva del fallo y su parte

dispositiva, razón por la cual no se infringió el ordinal 4° del artículo

243 del Código de Procedimiento Civil, que es la norma que se debe

denunciar en un caso como el delatado por la abogada recurrente.  Así se

establece .

En consecuencia, sobre la base de las razones antes expuestas, esta

Sala declara improcedente la presente denuncia por no adolecer la

recurrida del vicio de contradicción que se le imputa.  Así se declara.

De conformidad con el ordinal 1° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12, 243 ordinal 5° y 244 eiusdem, por lo que adolece del vicio

de incongruencia positiva o ultrapetita, con base en la siguiente

fundamentación:  
“…denuncio la infracción del artículo 244 de dicho código por
contener ultrapetita, vicio éste de incongruencia positiva con
infracción también del artículo 243 ejusdem en su numeral 5° y con
violación del artículo 12 ejusdem.
…omissis…
La sentencia recurrida contiene ultrapetita y por tanto resulta nula,
por cuanto en su dispositivo decidió lo siguiente:
TERCERO: SE ORDENA la reposición a la parte querellada ya
identificada, del bien inmueble que fue objeto del decreto de
restitución posesoria ejecutado en esta causa, conformado por una
superficie de terreno de novecientos once con cuarenta y nueve
metros cuadrados (911,49 m2), y la casa-quinta que se encuentra en
el mismo numerada 8A-03, ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y
9 del municipio Maracaibo, y con los siguientes linderos: Norte:
calle 68; Sur y Oeste: propiedad de la misma empresa HOTEL
KRISTOFF, C.A.; y Este: propiedad de Jaime Arévalo, que se
encuentra dentro de terreno de mayor extensión de dos mil
quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2) y alindero: Norte:
su frente con treinta y seis metros con veinticinco centímetros (36,25
mts.) y linda con calle 68; Sur: treinta y seis metros con cuarenta
centímetros (36,40 mts.) y linda con propiedad que es o fue del
ciudadano José Antonio Romero; Este: setenta metros con
cincuenta centímetros (70,50 mts.) y linda con las propiedades que
son o fueron de Pilar Teresa Jiménez de Arévalo y Ángela Ortiz
Quintero Luzardo; y Oeste: sesenta y siete metros con cincuenta
centímetros (67,50 mts.) y linda con propiedad que fue de Elena
Henríquez de Cubillán, hoy del Hotel Kristoff, C.A., según
documento protocolizado por ante el Registrador Subalterno
Accidental del Primer Circuito de Registro del Municipio
Maracaibo del Estado Zulia, de fecha 29 de agosto de 1969, anotado
bajo el N° 55, protocolo 1°, tomo 9…”.
Como se observa de la transcripción anterior el Juez (sic) de la
recurrida ordenó la reposición a la querellada (sic) del inmueble a
que se refiere sin que ninguno de los querellados hubiese solicitado
tal reposición, no le bastó al Juez (sic) de la recurrida declarar sin
lugar la querella restitutoria por despojo, sino que ordenó la
reposición de los querellados al inmueble que se refiere sin que éstos
lo hayan pedido, resultando en consecuencia tal ordenada reposición
una incongruencia positiva pese a que el artículo 243 del Código de
Procedimiento Civil ordena a los jueces en su sentencia tomar
decisión expresa, positiva y precisa con arreglo a la pretensión
deducida y las excepciones o defensas opuestas. Si se examinan las
actas procesales para lo que esta (sic) facultada la Sala dada la
índole de ésta (sic) denuncia podrá verificar que en ninguna de las
actuaciones de los querellados en éste (sic) juicio hay petición alguna
de entrega del inmueble objeto de la querella, pues los querellados ni
siquiera consiguieron que los testigos del justificativo que
promovieron, ratificasen sus declaraciones…”. (Resaltados del texto).
 

Para decidir, la Sala observa :

En esta última denuncia por defecto de actividad, la abogada

formalizante delata que la recurrida está inficionada del vicio de

incongruencia positiva, por ultrapetita, con la correspondiente violación

de los artículos 12, ordinal 5° del 243  y 244 del Código de

Procedimiento Civil, con apoyo en que el juez superior ordenó la


reposición del inmueble objeto de la querella a los querellados, sin que

éstos lo hubiesen solicitado en alguna de las etapas del juicio.

La pacífica y constante doctrina de la Sala ha precisado que la

ultrapetita consiste en que el juez,  en el dispositivo de la sentencia , se

pronuncie sobre una cosa no demandada o concede más de lo pedido , ya

que el órgano jurisdiccional tiene que limitarse a decidir el problema

judicial sometido a su conocimiento conforme a la demanda y la defensa,

no pudiendo excederse o modificar los términos en que los propios

litigantes la han planteado.

Ahora bien, la Sala advierte que el presente juicio versa acerca de

una querella interdictal restitutoria por despojo, en el cual la parte actora

alegó que fue despojada violentamente de la posesión que ejercía sobre

el bien inmueble objeto de la querella, por los querellados de autos,

ciudadanos Mónica Natalia Kristoff Hernáez, Anthony Charles Kristoff

Hernáez y María Milagros Hernáez de Kristoff, y éstos se defendieron

alegando que son ellos los que han venido poseyendo en todo momento

dicho bien inmueble, por lo que mal podían haber perturbado la posesión

que se atribuye la parte querellante.

Los interdictos posesorios, como es de amplio conocimiento por el

foro, se encuentran regulados por la normativa preceptuada tanto en el

Código Civil como en la Ley Adjetiva Civil,  y constituyen el medio de

protección al poseedor de un bien o derecho, frente a quien pretenda

despojar o perturbar, según el caso, su derecho a poseer .

En ese sentido, es de destacar, que tratándose el presente juicio de

una querella interdictal restitutoria por despojo, mediante la cual se

persigue la restitución de la posesión que se tenía antes del susodicho

despojo, sobre el bien inmueble objeto de la querella, la orden de reponer

el bien inmueble a la parte que resulte victoriosa en ningún caso puede


configurar el vicio de ultrapetita, que la abogada recurrente le imputa a

la recurrida.

Ese pronunciamiento del ad quem, no implica que éste se haya

pronunciado sobre una cosa no demandada o que haya concedido a alguna

de las partes más de lo pedido, lo que sí hubiera configurado el vicio

delatado de ultrapetita, puesto que esa orden dada en el dispositivo del

fallo recurrido se refiere a la consecuencia lógica de lo que se persigue

con este tipo de acción, vale decir, la restitución de la posesión a la parte

que resulte vencedora,  pues si no se le repone el bien tampoco se le

restituye la posesión que ostentaba antes de ocurrir el despojo, el

cual logró demostrar durante la tramitación y sustanciación del

juicio .

Dicho en otras palabras, la restitución de la posesión que es la

consecuencia lógica y directa de la declaratoria con lugar del recurso de

apelación interpuesto por los querellados de autos contra la sentencia

definitiva del a quo de fecha  24 de septiembre de 2009, así como de la

declaratoria sin lugar de la querella interpuesta por la empresa Hotel

Kristoff, C.A., contra los ciudadanos Mónica Natalia Kristoff H.,

Anthony Charles Kristoff H. y María Milagros Hernáez viuda de

Kristoff, no puede tener lugar si no se repone a la parte querellada

victoriosa el bien inmueble objeto de la querella interdictal, pues una es

la obligación derivada de la otra.

En consecuencia, al no tratarse de que el juez decidió sobre  una

cosa no demandada o que concedió más de lo pedido, como

desacertadamente lo formuló la abogada recurrente, esta Sala debe

declarar la improcedencia de la presente denuncia por infracción de los

artículos 12, 243 ordinal 5° y 244 del Código de Procedimiento Civil,


por no adolecer la recurrida del vicio de ultrapetita delatado.  Así se

declara.  

RECURSO POR INFRACCIÓN DE LEY

Con apoyo en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se

denuncia en la recurrida la infracción de los artículos 1.357, 1.359 y

1.360 del Código Civil, por falta de aplicación; 12 y 429 del Código de

Procedimiento Civil, por falta de aplicación y 157 eiusdem, por falsa

aplicación; los artículos 3 y 4 de la XII Convención para suprimir la

legalización de los documentos públicos extranjeros (Convención de La

Haya sobre la apostilla), aprobada por el Congreso de la República de

Venezuela, mediante la Ley Aprobatoria del Convenio para suprimir la

exigencia de Legalización de los Documentos Públicos Extranjeros,

publicada en la Gaceta Oficial N° 36.446 de fecha 5 de mayo de 1998,

por falta de aplicación, y el Artículo Único de dicha Ley Aprobatoria,

también por falta de aplicación, con base en la siguiente argumentación:


“…A lo largo de este proceso mi mandante ha sostenido que la
ciudadana MARIA (sic) MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF
irrumpió como invasora en el inmueble objeto de querella después del
7 de diciembre de 2006, alegando que dicho objeto de la querella es
el hogar desde hace cuarenta años, promoví y consigné en ocho (8)
folios copia fotostática del documento poder que dicha ciudadana
otorgó en Madrid-España a los abogados ROSA MARIA (sic)
CRIBEIRO VALDEZ y RUBEN (sic) DARIO (sic) ROJAS SOLANO,
apoderados judiciales los querellados en este proceso, señalando en
dicha promoción lo siguiente:
“…10. Con el mismo objeto de probar que la querellada MARIA (sic)
HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, tiene como residencia permanente,
la ciudad de Madrid, España, consigno en OCHO (8) folios útiles,
copia fotostática del documento poder que otorgó la ciudadana
MARIA (sic) HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, a los abogados ROSA
MARIA (sic) CRIBEIRO VALDEZ y RUBEN (sic) DARIO (sic)
ROJAS SOLANO, apoderados judiciales los querellados en este
proceso,  documento poder que fue otorgado en la ciudad de Madrid,
España, en fecha 6 de noviembre de 2006; es decir, un mes antes de
invadir el inmueble de mi representada, en donde la autoridad
consular manifiesta “…vecina de Madrid, con domicilio en Calle
Villanueva, N° 15, con pasaporte de su nacionalidad número
3647169, expedido en Madrid el 9 de junio de 1994…”,
evidenciándose ciudadana juez, la residencia permanente de la
querellada en la ciudad de Madrid, ciudad en donde incluso tramita
sus documentos identificatorios y de hecho le es expedido su
pasaporte…”. (Resaltados del texto).
Pero el juez de la recurrida desechó dicho documento, mediante la
argumentación que copio textualmente a continuación:
…omissis…
Ahora bien, la Apostilla que consta del folio 169 de dicho documento
poder, dice:
 “Apostille (o legalización única) (Convención de La Haya du 5 de
octobre 1961) (Real Decreto 2433/1978, de 2 de octubre). 1. País
España El presente documento público 2. Ha sido firmado por Dña.
María Jesús Guardo Santamaría. 3. Actuando en calidad de
NOTARIO. 4. Se halla sellado/timbrado con el de su Notaría
CERTIFICADO 5. En Madrid el 06 de Nov. (sic) 2006 7. Por el
Decano del Colegio Notarial de Madrid 8. Con el número 05549 9.
Sello/timbre 10. Don Juan Enrique Prieto Orzanco Miembro de la
Junta Directiva en funciones de Decano…”.
Los artículos  3 y 4 de dicho Convenio para Suprimir la Exigencia de
Legalización de los Documentos Públicos Extranjeros dicen así:
“Artículo 3
La única formalidad que podrá exigirse a los fines de certificar la
autenticidad de la firma, la calidad en que el signatario del
documento esté revestido, será la fijación de la apostilla descrita en
el artículo 4, expedida por la autoridad competente del estado (sic)
del que emane el documento.
Sin embargo, la formalidad mencionada en el párrafo precedente no
podrá exigirse cuando las leyes, el reglamento o prácticas en vigor en
el estado (sic) en que el documento deba surtir efecto, o bien un
acuerdo entre dos o más Estados Contratantes, eliminen o
simplifiquen, o dispensen la legalización al propio documento…”.
(Cursivas del texto).
“Artículo 4
La apostilla prevista en el artículo 3, párrafo primero, se colocará en
el propio documento o sobre una prolongación del mismo y deberá
acomodarse al modelo anexo al presente Convenio.
Sin embargo, la apostilla podrá redactarse en la lengua oficial de la
autoridad que la expida.
Las menciones que figuren en ella podrán también ser escritas en una
segunda lengua. El título “Apostille
(Convención de La Haya du [sic] 5 octobre [sic] 1961)” deberá
mencionarse en lengua francesa…”. (Cursivas del texto).
Estos artículos fueron infringidos por el Juez (sic) de la recurrida por
falta de aplicación.
El Juez (sic) de la recurrida desechó el documento apostillado
anteriormente descrito, aplicando falsamente el artículo 157 del
Código de Procedimiento Civil, puesto que Venezuela es parte del
Convenio de La Haya mencionado, ya que la Ley Aprobatoria del
Convenio para Suprimir la Exigencia de  Legalización de los
Documentos Públicos Extranjeros emanada del Congreso de la
República en 1998, en su Artículo (sic) Único, dice:
“ARTÍCULO ÚNICO”
“…Se aprueba en todas sus partes y para que surta efecto
internacionales (sic) en cuanto a Venezuela se refiere. El Convenio
para Suprimir la Exigencia de la Legalización de los Documentos
Públicos Extranjeros”.
Esta norma fue infringida por el Juez (sic) de la recurrida, por falta
de aplicación.
Infringió también el Juez (sic) de la recurrida por falta de aplicación,
el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil que establece:
“Articulo 429.Los instrumentos públicos y privados reconocidos o
tenidos legalmente por reconocidos, podrán producirse en juicio
originales o en copia certificada expedida por funcionarios
competentes con arreglo a las leyes.
Las copias o reproducciones fotográficas, fotostáticas o por cualquier
otro medio mecánico claramente inteligible, de estos instrumentos, se
tendrán como fidedignas si no fuesen impugnadas por el adversario,
ya en la contestación de la demanda, si han sido producidas con el
libelo, ya dentro de los cinco días siguientes, si han sido producidas
con la contestación o en el lapso de promoción de pruebas…”.
Los querellados no impugnaron ni tacharon, ni objetaron en forma
alguna la copia fotostática del poder otorgado en España, a que se
refiere esta denuncia, por lo que infringió la disposición legal
parcialmente  transcrita del artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil, por falta de aplicación, pues de haberlo
aplicado no hubiera desechado la copia fotostática, por lo que el
requisito de ser consignado original el poder, no es necesario como
lo considera el Juez (sic) de la recurrida, ya que como se ha
expresado el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil
establece que la copia fotostática de un documento público surte
prueba si no es impugnada oportunamente, y en el presente caso,
nunca fue impugnada la copia fotostática.  También infringió el juez
de la recurrida por falta de aplicación los artículos 1357 (sic), 1359
(sic) y 1.360 del Código Civil que son normas que definen, la primera
mencionada 1357 (sic), el concepto de documento público; y los
artículos 1359 (sic) y 1360 (sic) que son normas de valoración del
instrumento público. El Juez (sic) de la recurrida desechó el
documento poder otorgado en Madrid, el cual contiene la expresión
no solo del domicilio de la ciudadana MARÍA MILAGROS
HERNÁEZ viuda de KRISTOFF, sino su residencia, pues copiada
textualmente la primera página de dicho poder, dice así:
“ESCRITURA DE PODER otorgado por DOÑA MARIA (sic)
MILAGROS HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, NÚMERO; TRES MIL
NOVECIENTOS NOVENTA Y SIETE. En Madrid, a  seis de
noviembre de dos mil seis. Ante mí, MARIA (sic) JESUS (SIC)
GUARDO SANTAMARIA (sic), Notario del Ilustre Colegio de
Madrid, con Notaría demarcada en esta capital. COMPARECE:
DOÑA MARIA (sic) MILAGROS HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF,
mayor de edad, viuda, de nacionalidad venezolana, vecina de Madrid,
con domicilio en calle Villanueva, N° 15, con pasaporte de su
nacionalidad número 3647169, expedido en Madrid, el 9 de junio
(sic) de 1.994 (sic), vigente hasta el 9 de Junio (sic) de 2.010 (sic),
manifestándome asimismo, que es portadora de la cédula de
identidad venezolana número V-3647169”.
Como lo he planteado, el documento poder prueba que es falso que
dicha ciudadana tenga cuarenta años viviendo en Maracaibo, cuando
su Pasaporte (sic) fue expedido en Madrid el 9 de junio de 1994, hace
más de trece (13) años.
También infringió el Juez (sic) de la recurrida el artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil, pues no se atuvo en su sentencia a las
normas del derecho, ni a lo alegado y probado en autos.
La importancia de esta denuncia radica en que la copia fotostática
del documento público consistente en el poder otorgado por  MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF  en Madrid demuestra
la falsedad de sus afirmaciones de que ella tiene su domicilio y
residencia en Maracaibo desde hace cuarenta años. El Ordinal (sic)
2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil establece que
en los casos de este Ordinal (sic) la infracción tiene que haber sido
determinante de lo dispositivo de la sentencia, y así ocurre en el caso
presente porque dicha ciudadana asumió un rol activo en este
proceso al punto de que por medios múltiples trató de probar que ella
tiene cuarenta años viviendo en Maracaibo y que para la fecha de los
hechos litigiosos en este juicio ella vivía en el inmueble objeto de la
querella…”.  (Resaltados del texto).
 

Para decidir, la Sala observa :

La abogada formalizante delata la infracción de los artículos

1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, por falta de aplicación; 12 y 429

del Código de Procedimiento Civil, también por falta de aplicación; 157


eiusdem, por falsa aplicación; y de los artículos 3 y 4 de la Ley

Aprobatoria del Convenio para suprimir la Exigencia de Legalización de

los Documentos Públicos Extranjeros, hecho en La Haya en fecha  5 de

octubre de 1961, por falta de aplicación, así como también el artículo

Único de dicha Ley, también por falta de aplicación,  con apoyo en que

el instrumento-poder que promovió la parte querellante como prueba

de que era falso que la co-querellada María Milagros Hernáez de

Kristoff tenía cuarenta años viviendo en Maracaibo  debió ser

valorado por el  ad quem, pues -a su juicio- con dicha instrumental

demostró que la prenombrada co-querellada no era poseedora del

bien inmueble objeto  de la presente querella interdictal, como

falsamente lo sostuvo ésta durante la tramitación y sustanciación del

presente juicio .

Las normas jurídicas delatadas como infringidas, son del tenor

siguiente:
Código Civil.
Artículo 1.357: Instrumento público o auténtico es el que ha sido
autorizado con las solemnidades legales por un Registrador, por un
Juez u otro funcionario o empleado público que tenga facultad para
darle fe pública en el lugar donde el instrumento se haya autorizado.
Artículo 1.359: El instrumento público hace plena fe, así entre las
partes como respecto de terceros, mientras no sea declarado falso:
1.- de los hechos jurídicos que el funcionario público declara haber
efectuado, si tenía facultad para efectuarlos;
2.- de los hechos jurídicos que el funcionario público declara haber
visto u oído, siempre que esté facultado para hacerlo constar.
Artículo 1.360: El instrumento público hace plena fe, así entre las
partes como respecto de terceros, de la verdad de las declaraciones
formuladas por los otorgantes acerca de la realización del hecho
jurídico a que el instrumento se contrae, salvo que en los casos y con
los medios permitidos por la Ley se demuestre la simulación.
Código de Procedimiento Civil.
Artículo 12: Los jueces tendrán por norte de sus actos la verdad, que
procurarán conocer en los límites de su oficio. En sus decisiones el
Juez debe atenerse a las normas del derecho a menos que la Ley lo
faculte para decidir con arreglo a la equidad. Debe atenerse a lo
alegado y probado en autos, sin poder sacar elementos de convicción
fuera de éstos, ni suplir excepciones o argumentos de hecho no
alegados ni probados. El juez puede fundar su decisión en los
conocimientos de hecho que se encuentren comprendidos en la
experiencia común o máximas de experiencia.
En la interpretación de contratos o actos que presenten oscuridad,
ambigüedad o deficiencia, los jueces se atendrán al propósito y a la
intención de las partes o de los otorgantes,  teniendo en mira las
exigencias de la ley, de la verdad y de la buena fe.
Artículo 157: Si el poder se hubiere otorgado en país extranjero que
haya suscrito el Protocolo  sobre uniformidad del régimen legal de
los poderes y la convención interamericana  sobre régimen legal de
poderes para ser utilizado en el extranjero, deberá llenar las
formalidades establecidas en dichos instrumentos, en caso contrario,
debe tener las formalidades establecidas en las leyes del país de su
otorgamiento. En ambos casos, el poder debe estar legalizado por un
magistrado del lugar o por otro funcionario público competente, y
por el funcionario consular  de Venezuela, o en defecto de éste, por el
de una nación amiga. Caso de haberse otorgado en idioma 
extranjero, se lo traducirá  al castellano por Intérprete Público en
Venezuela.
Artículo 429: Los instrumentos públicos y los privados reconocidos o
tenidos legalmente por reconocidos, podrán producirse en juicio
originales o en copia certificada expedida por funcionarios
competentes con arreglo a las leyes.
Las copias o reproducciones fotográficas, fotostáticas o por cualquier
otro medio mecánico claramente inteligible, de estos instrumentos, se
tendrán como fidedignas si no fueren impugnadas por el adversario,
ya en la contestación de la demanda, si han sido producidas con el
libelo, ya dentro de los cinco días siguientes, si han sido producidas
con la contestación o en el lapso de promoción de pruebas. Las
copias de esta especie producidas en cualquier otra oportunidad, no
tendrán ningún valor probatorio si no son aceptadas expresamente
por la otra parte.
La parte que quiera servirse de la copia impugnada, podrá solicitar
su cotejo con el original, o a falta de éste con una copia certificada
expedida con anterioridad a aquélla. El cotejo se efectuará mediante
inspección ocular o mediante uno o más peritos que designe el juez, a
costa de la parte solicitante. Nada de esto obstará para que la parte
produzca y haga valer el original del instrumento o copia certificada
del mismo si lo prefiere.
Ley Aprobatoria para Suprimir la Exigencia de la Legalización de
los Documentos Públicos Extranjeros.
Artículo 3: La única formalidad que podrá exigirse a los fines de
certificar la autenticidad de la firma, la calidad en que el signatario
del documento haya actuado y, en su caso, la identidad del sello o
timbre del que el documento está revestido, será la fijación de la
apostilla descrita en el Artículo (sic) 4, expedida por la autoridad
competente del estado del que emane el documento.
Artículo 4: La apostilla prevista en el Artículo (sic) 3, párrafo
primero, se colocará sobre el propio documento o sobre una
prolongación del mismo y deberá acomodarse al modelo anexo al
presente convenio.
Sin embargo, la apostilla podrá redactarse en la lengua oficial de la
autoridad que la expida. Las menciones que figuren en ella podrán
también ser escritas en una segunda lengua. El título “Apostille
(Convention de La Haye du 5 octobre 1961)” deberá mencionarse en
lengua francesa.
 

Dada la naturaleza de la denuncia, la Sala descendió a las actas

que conforman el presente expediente, pudiendo constatar que a los

folios 178 al 182 de la pieza 2/3 de las que conforman el presente

expediente, cursa escrito de promoción de pruebas de la parte

querellante, en el cual, promueve la siguiente prueba documental:


“…10. Con el mismo objeto de probar que la querellada MARÍA
HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, tiene como residencia permanente,
la ciudad de Madrid, España, consigno en OCHO (8) FOLIOS
ÚTILES, copia fotostática del documento poder que otorgó la
ciudadana MARÍA HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, a los abogados
ROSA MARIA (sic) CRIBEIRO VALDEZ y RUBEN (sic) DARIO (sic)
ROJAS SOLANO, apoderados judiciales de los querellados en este
proceso, documento poder que fue otorgado en la ciudad de Madrid,
España, en fecha 6 de noviembre de 2006; es decir, un mes antes de
invadir el inmueble de mi representada, en donde la autoridad
consular manifiesta: “…vecina de Madrid, con domicilio en calle
Villanueva, N° 15, con pasaporte de su nacionalidad número
3647169, expedido en Madrid el 9 de junio de 1994…”…,
evidenciándose ciudadana juez, la residencia permanente de la
querellada en la ciudad de Madrid, ciudad en donde incluso tramita
sus documentos identificatorios y de hecho le es expedido su
pasaporte…”.

Con respecto a la copia simple del instrumento poder que promovió

la parte querellante en la oportunidad legal correspondiente, en la

recurrida se expresa, lo que de seguidas se transcribe:


“…Pruebas de la parte querellante
…omissis…
Copia simple de documento poder expedido en la ciudad de Madrid,
España, en fecha 6 de noviembre de 2006, otorgado por la ciudadana
MARÍA MILAGROS HERNÁEZ DE KRISTOFF, ante el Notario de
dicha ciudad. Para la valoración de este instrumento como medio de
prueba debe advertirse al promovente, que el país de España no es
firmante de la Convención Interamericana sobre Régimen de Poderes
para ser Utilizados en el Extranjero, por tanto para validar su
autenticidad, inicialmente es determinante que el poder fuera
consignado original y, además de estar certificado con la
correspondiente apostilla (que efectivamente consta según se observa
de la copia), debía estar legalizado por funcionario consular
venezolano en aplicación del artículo 157 del Código de
Procedimiento Civil, para que así este operador de justicia pudiera
entrar a considerar válidamente (sic) la idoneidad del fin probatorio
de la prueba foránea consignada, por lo que a falta de todo ello
resulta forzosa su desestimación ante su imposibilidad certificación
(sic) conforme al ordenamiento jurídico venezolano. Y ASÍ SE
ESTABLECE…”.
 
 

De la anterior transcripción se infiere que el ad quem no le dio valor a la copia

fotostática del instrumento poder que otorgó la co-querellada, ciudadana María

Milagros Hernáez de Kristoff, en la ciudad de Madrid, y que fuera promovido por la

querellante, con base en que España no firmó la Convención Interamericana sobre

Régimen de Poderes para ser Utilizados en el Extranjero, razón por la cual el

instrumento debió acompañarse en original, con su correspondiente apostilla,

debidamente legalizado por el funcionario consular venezolano.

Ahora bien, tratándose el presente juicio de una querella interdictal restitutoria,

en la cual lo importante es demostrar que el inmueble objeto de la querella estaba

en posesión de la parte querellante y que fue despojada de la susodicha posesión

por los querellados de autos, la Sala encuentra que con esa prueba instrumental que

promovió la parte actora, con el propósito de demostrar que la co-querellada, ciudadana

María Milagros Hernáez de Kristoff  tenía su residencia en la ciudad de Madrid, España,

además de no ser demostrativa de ello, pues, no se trata de un certificado o constancia

de residencia, como la que ésta consignó en el lapso procesal de promoción de pruebas,

emitida por la Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos, adscrita a la

Secretaría General de la Gobernación del Estado Zulia, que corre inserto al folio  diez
(10) de la pieza 3/3, con la valoración de dicha prueba no se modificaría el dispositivo

de la sentencia objeto del presente recurso de casación, pues, la copia fotostática de ese

instrumento-poder otorgado en el extranjero no es idóneo para demostrar que la

susodicha co-querellada no es poseedora del bien inmueble objeto de la presente

querella.

Además, el hecho de que la ciudadana María Milagros Hernáez de Kristoff haya

solicitado un pasaporte venezolano en la ciudad de Madrid, España, no es suficiente

para cambiar la suerte de la controversia por no ser demostrativo de que la misma no es

poseedora del bien inmueble objeto de la querella, pues, cualquier venezolano o

venezolana puede solicitar un pasaporte en el extranjero, ante las oficinas consulares

venezolanas, y dar como dato del domicilio la dirección en la que se estaba alojando o

pernoctando en Madrid, sin que ello signifique que tiene su domicilio principal en esa

ciudad.

En ese mismo sentido, la Sala observa que el ad quem declara sin lugar la

querella interdictal con base en que la parte querellante no logró demostrar “…los

actos materiales que configurarían cualquier tipo de posesión sobre el inmueble

objeto de la demanda, mucho menos demostró la ocurrencia del hecho del

despojo, que dicho sea de paso nunca se determinaron las características del mismo en

los escritos de demanda y reforma de la accionante sino sólo se hizo mención en las

repreguntas de los testigos que fueron desestimados, motivos por los cuales se le

imposibilita a este Jurisdicente Superior ejercer la tutela correspondiente de restitución

de posesión…” , de lo que se deduce que la suerte de la copia fotostática del poder que

promovió la parte querellante no es determinante del dispositivo de la sentencia

impugnada mediante el presente recurso de casación. Así se establece. 

En consecuencia, con base en los razonamientos expuestos precedentemente, la

Sala desecha la presente denuncia de infracción de ley de los artículos 1.357, 1.359 y

1.360 del Código Civil, por falta de aplicación; 12 y 429 del Código de Procedimiento

Civil, por falta de aplicación; 157 eiusdem, por falsa aplicación; y de los artículos 3 y 4
de la Ley Aprobatoria del Convenio para suprimir la Exigencia de Legalización de los

Documentos Públicos Extranjeros, hecho en La Haya en fecha  5 de octubre de 1961,

por falta de aplicación, así como también el artículo Único de dicha Ley, por falta de

aplicación, al no ser determinante en la suerte del dispositivo de la recurrida. Así se

declara.

II

Bajo el amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento

Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se denuncia en la recurrida la

infracción de los artículos 1.357, 1.359 y 1.360 y 1.684 del Código Civil, por falta de

aplicación, 12, 150 y 429 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación, y

509 eiusdem, por falsa aplicación, con apoyo en la siguiente argumentación:


“…En efecto, en el numeral 9 de mi escrito de promoción de pruebas,
y con el fin de probar que el objeto de la querella no constituye el
hogar de la ciudadana MARÍA MILAGROS HERNÁEZ viuda de
KRISTOFF, promoví en cinco (5) folios útiles copia fotostática del
escrito contentivo del libelo de demanda que corrió inserto en el
expediente N° 44823 del Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
introducido por el apoderado de la co-querellada mencionada, y a tal
efecto me permito transcribir textualmente esa promoción:
“…9. Con el objeto de probar que el inmueble objeto de la querella
interdictal, no constituye el hogar de la ciudadana MARIA (sic)
HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, sino que fue invadido en forma
violenta por los querellados con el objeto de violentar la   que venía
ejerciendo mi representada, promuevo en cinco (5) folios útiles copia
fotostática del escrito libelar, que corrió inserto al expediente N°
44823 de la signatura del Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo
Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial del estado Zulia,
introducido por el apoderado de la querellada, en fecha 16 de
noviembre de 2006, en donde el abogado RUBEN (sic) DARIO (sic)
ROJAS SOLANO, apoderado judicial de Doña MARIA (sic)
MILAGRO (sic) HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, quien es
venezolana, mayor de edad,…, empresaria y con domicilio en la
ciudad de Madrid, España...”…, lo que evidencia ciudadana juez el
domicilio y residencia permanente de la querellada MARIA (sic)
MILAGRO (sic) HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF en la ciudad de
Madrid, España…”.
El Juez (sic) de la recurrida desechó esa copia fotostática,
calificándola como copia simple de un documento privado de la
esfera subjetiva de una persona ajena a este proceso como es un
abogado, que a pesar de representar a la querellada no es
considerado parte en esta causa. Me permito transcribir lo que al
respecto resolvió la recurrida:
“…Copia simple de demanda aparentemente elaborada por el
abogado RUBÉN ROJAS por cobro de bolívares en contra de la hoy
querellante, debiendo establecerse al respecto, que tal instrumento
constituye un documento simple privado realizado o emanado de la
esfera subjetiva de una persona y además ajena al presente proceso
como lo es un abogado, que a pesar que representa a la parte
querellada por mandato no es considerado parte en esta causa, por
tanto, el referido documento no puede tener validez probatoria
alguna para esta Superioridad y menos en este proceso siguiendo la
norma del artículo 509 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE
ESTIMA…”. (Resaltados del texto).
…omissis…
El Juez (sic) de la recurrida infringió por falta de aplicación los
artículos 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, porque
contrariamente a lo que en la recurrida se establece en el sentido que
el libelo de la demanda presentado por el abogado RUBÉN ROJAS es
un documento simple privado o emanado de la esfera subjetiva de una
persona, la actuación judicial referida tiene el sello de recibido por la
Oficina de Distribución Automatizada, Poder Judicial del Estado
Zulia en Maracaibo en fecha 16 de noviembre de 2006, y que contiene
una firma ilegible es un documento público. Así, la primera página de
ese libelo de demanda ya transcrita, tiene la fuerza de documento
público. La Sala de Casación de la Corte Suprema de Justicia, en
sentencia publicada en Gaceta Forense N° 27, Segunda Etapa,
página 39, Tomo II, estableció que las actuaciones judiciales, como el
acto de contestación de la demanda, son documentos públicos.
Infringió también la recurrida el artículo 150 del Código de
Procedimiento Civil porque esta norma establece que cuando las
partes gestionen en el proceso civil por medio de apoderados, éstos
deben estar facultados con mandato o poder. El Juez (sic) de la
recurrida consideró, que el abogado RUBÉN ROJAS no es
considerado parte en la causa, a pesar de que representa a la parte
querellada por mandato, pero el artículo 1.684 del Código Civil
establece claramente el contrato de mandato por lo que al considerar
que el abogado RUBÉN ROJAS actuó subjetivamente como persona
ajena al presente proceso, infringió por falta de aplicación dicha
norma. Claramente del texto del libelo de la demanda parcialmente
transcrito, se evidencia que el abogado RUBÉN DARÍO ROJAS
SOLANO manifestó estar actuando con el carácter de apoderado
judicial de MARÍA MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF e
invocó el poder notariado otorgado por ésta en España, por lo que no
actuó personalmente sino como apoderado de dicha ciudadana. La
copia fotostática de dicha actuación del abogado debió ser apreciada
por el Juzgador (sic) por cuanto el artículo 429 del Código de
Procedimiento Civil establece que los documentos públicos y los
privados reconocidos o tenidos legalmente por reconocidos podrán
producirse en juicio originales o en copia certificada expedida por
funcionarios competentes con arreglo a las leyes y que las copias o
reproducciones fotográficas, fotostáticas o por cualquier otro medio
mecánico claramente inteligible, de estos instrumentos, se tendrán
como fidedignas si no fuesen impugnadas por el adversario, ya en la
contestación de la demanda si han sido producidas con el libelo, ya
dentro de los cinco días siguientes, si han sido producidas con la
contestación o el lapso de promoción de pruebas. La parte querellada
no impugnó dicha copia fotostática, que ha, que ha debido ser
apreciada por el Juez (sic) de la recurrida.
El Juez (sic) de la recurrida infringió el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, porque basó su criterio sobre el valor
probatorio de un documento cuando dicha norma tiene que ver con el
principio exhaustividad (sic) de la sentencia y no es una norma sobre
el establecimiento y valoración de las pruebas documentales, por lo
que fue falsamente aplicada.     
El artículo 12 del Código de Procedimiento Civil también fue
infringido por la recurrida, porque no se atuvo a las normas del (sic)
derecho, ni a lo alegado y probado en autos. 
La importancia de esta delación, consiste en que la misma parte
querellada invocó el domicilio de la ciudadana MARÍA MILAGROS
HERNÁEZ viuda de KRISTOFF, en la ciudad de Madrid, España y
desmiente lo afirmado por ésta de que tiene cuarenta años viviendo
en Maracaibo, cuando en fechas concomitantes con la de los hechos
que originaron ésta (sic) querella, se afirmó por su apoderado de que
estaba domiciliada en Madrid y ésta (sic) infracción  fue
determinante para el dispositivo del fallo, puesto que fue desechada
la prueba fundamental de que la co-querellada MARÍA MILAGROS
HERNÁEZ viuda de KRISTOFF, no está domiciliada ni residenciada
en Maracaibo…”.  (Resaltados del texto).

Para decidir, la Sala observa :

En esta ocasión, la abogada recurrente, Haidelina Urdaneta, co-

apoderada judicial de la empresa querellante, denuncia en la recurrida la

infracción de los artículos 1.357, 1.359, 1.360 y 1.684 del Código Civil,

todos por falta de aplicación; 12, 150 y 429 del Código de Procedimiento

Civil, por falta de aplicación, y 509 eiusdem, por falsa aplicación, con

base en que el ad quem expresó en la recurrida que la copia simple de un

libelo de demanda presentado con anterioridad en otro juicio, la cual fue


promovida por la querellante con la finalidad de demostrar que la co-

querellada ciudadana María Milagros Hernáez de Kristoff tenía

residencia permanente en la ciudad de Madrid, España, y no en la ciudad

de Maracaibo, constituía un documento simple privado, cuando -según su

criterio- por haber sido recibido en la Oficina de Distribución

Automatizada del Poder Judicial del Estado Zulia, en la ciudad de

Maracaibo, el día 16 de noviembre de 2006, dicho libelo de demanda

adquiere la condición de documento público.

Lo primero que advierte la Sala es que, contrariamente a lo que

sostiene la abogada formalizante, un libelo de demanda es un escrito

emanado de la parte demandante, vale decir, es un escrito privado, que

contiene una serie de declaraciones sobre hechos jurídicos que deberá

probar la parte interesada durante la tramitación y sustanciación del

juicio donde se presente, en cuya formación no ha intervenido ningún

Registrador, Juez u otro funcionario competente, de lo que se infiere que

no se trata de un documento público sino de un documento privado que

pasa a ser de fecha cierta cuando es recibido por el órgano jurisdiccional.

De modo que, sobre la base de lo antes expuesto, queda claro que

el ad quem no dejó de aplicar los artículos 1.357, 1.359 y 1.360 del

Código Civil, como desacertadamente se delata.  Así se declara .

Respecto a la denuncia relativa a la falta de aplicación del artículo

1.684 del Código Civil, que dispone que “El mandato es un contrato por

el cual una persona se obliga gratuitamente o mediante un salario, a

ejecutar uno o más negocios por cuenta de otra que la ha encargado de

ello”, y la del artículo 150 del Código de Procedimiento Civil, que

dispone que “Cuando las partes gestionen en el proceso civil por medio

de apoderados, éstos deben estar facultados con mandato o poder ”,   la

cual apoya la abogada recurrente en que “…el juez de la recurrida


estableció que el abogado Rubén Rojas no es considerado parte en la

causa, a pesar de que representa a la parte querellada por mandato …”,

esta Sala considera pertinente ratificar el criterio jurisprudencial

establecido en sentencia de vieja data, N° RC-00648, de fecha 29 de

octubre de 2003, caso: Corporación Revi, C.A. contra Perfumería Tauro,

C.A., exp. N° 99-321, en la que sobre ese aspecto asentó lo siguiente:


“…En relación a (sic) infracción del ordinal 2° del artículo 243 del
Código de Procedimiento Civil, por no indicar la sentencia todos los
apoderados de las partes en este caso de la demandante, ello fue
abandonado por esta Sala desde hace un tiempo marcadamente
prudencial, (sentencia de 16 de enero de 1996, caso Jorge González
Durán contra Complejo Industrial del Vidrio, C.A., expediente N° 95-
015, sentencia 424) estableciendo que ello no constituye causal o
motivos para anular un fallo, en razón a que los abogados no son
parte en el juicio y lo que si debe contener expresamente la
sentencia es la determinación de los que verdaderamente han se han
constituido parte en el mismo, por lo cual tal acusación es
improcedente…”. (Resaltados de la Sala).
 
 

Por aplicación del criterio jurisprudencial al caso concreto, resulta

evidente que el juez superior no infringió, por falta de aplicación,   lo

dispuesto en los artículos 150 del Código de Procedimiento Civil  y

1.684 del Código Civil. Así se declara .

En cuanto a la violación del artículo 429 del Código de

Procedimiento Civil, por falta de aplicación, la Sala observa que lo que

pretende demostrar la representante judicial de la empresa querellante,

Haidelina Urdaneta, con la copia simple del libelo de demanda que

erradamente lo considera como documento público, es que la co-

querellada María Milagros Hernáez de Kristoff no tiene su residencia en

la ciudad de Maracaibo, sino en la ciudad de Madrid, España, cuestión

ésta que ya fue suficientemente analizada por la Sala al declarar que la

prueba demostrativa de la residencia de una persona la constituye una

constancia o certificado de residencia, similar al que consignó


oportunamente la prenombrada ciudadana dentro de la oportunidad

procesal correspondiente, sin que la parte promovente de la prueba de

informes respecto a los organismos que emitieron las constancias de

residencia de los tres querellados de autos, impugnara los resultados de

tal prueba. Así se declara .

Para concluir, la Sala observa que en lo que se refiere a la

denuncia por falsa aplicación del artículo 509 del Código de

Procedimiento Civil, la propia abogada formalizante expresa que “dicha

norma tiene que ver con el principio de exhaustividad de la sentencia  y

no es una norma sobre el establecimiento y valoración de las pruebas

documentales”, amén de no indicar en su delación cuál es la norma que

el juez superior debió aplicar en sustitución de la que delata como

falsamente aplicada, razones que ponen en evidencia la imposibilidad

que tiene la Sala de efectuar el análisis que se pretende.

Por consiguiente; sobre la base de las razones expuestas, esta Sala

declara improcedente la denuncia de infracción de los artículos  1.357,

1.359, 1.360 y 1.684 del Código Civil, todos por falta de aplicación; 12,

150 y 429 del Código de Procedimiento Civil, también por falta de

aplicación, y 509 eiusdem, por falsa aplicación.  Así se establece .

III

Bajo el amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, con la invocación del artículo 320 eiusdem, se

denuncia en la recurrida la infracción de los artículos 12, 429, 433

ibídem, por falta de aplicación; 509 ibídem, por falsa aplicación; 1.357,

1359 y 1.360 del Código Civil, por falta de aplicación, con fundamento

en lo siguiente:
“…Efectivamente promoví, consignándolo en autos, oficio de fecha
10 de octubre de 2007, emanado del CENTRO DE
PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO MARACAIBO
(CPU) de la ALCALDÍA DE MARACAIBO, mediante el cual consta
información sobre la ubicación de un inmueble que la querellada
alega está distinguido con las siglas 8A-03.
Con ésta (sic) promoción del oficio referido, demostré que el
inmueble de…(911,49 Mts2), fue fusionado por integración a favor de
mi representada la compañía anónima HOTEL KRISTOFF. Según
dicho oficio, los linderos de este inmueble son:…Se comunica en el
oficio que luego de realizada la inspección respectiva en el sitio y de
revisar los registros, se observó que el número 8A-03 fue asignado a
un inmueble ubicado en la calle 68 entre las avenidas 8ª y 9, cuyo
solicitante fue la ciudadana MARIA (sic) MILAGROS HERNÁEZ de
KRISTOFF,…, la cual anexó el documento N° 80 registrado el 29 de
septiembre de 1965, también documento notariado el 15 de febrero de
2007 ante la Notaría Pública Octava de Maracaibo, fotocopia de la
cédula de identidad, fotocopia de ENELVEN (sic) y una constancia de
residencia emitida; por último señaló en el oficio que el número
cívico a través del cual no se podrá establecer la propiedad o
posesión del inmueble. Ese oficio del 10 de octubre de 2007, expresa
que el inmueble se encuentra dentro del RM-65-05-0116 a nombre del
ciudadano ELIO M. SOTO VAN DER DIJS, con un área
aproximada de 911,49 Mts2, según documento 10-01-1958, N° 3,
protocolo 1, tomo 3, “…el cual forma parte de la unificación
realizada por el HOTEL KRISTOFF, de acuerdo, a su registro de
mensura RM-2006-03-0169 por adquisición que hizo evidenciada en
el documento de fecha 29-08-1969, N° 55, protocolo 1, tomo 9 y sus
linderos están identificados en los documentos nombrados con
anterioridad…”.
De manera ciudadano Juez (sic) que está demostrado que el inmueble
de…(911,49 Mts2), es propiedad de mi representada y no es distinto
al que tratan de identificar los querellados con un supuesto número
8A-03. Por tanto, al no apreciar éste (sic) documento en su
integridad, consistente en el oficio mencionado, el Juez (sic) de la
recurrida, infringió por falta de aplicación los artículos 429, 433 y 12
del Código de Procedimiento Civil, y el artículo 509 del mismo
código por falsa aplicación. También infringió los artículos 1.357,
1.359 y 1.360 del Código Civil por falta de aplicación, normas que
definen el documento público o auténtico el primero y su valor
probatorio lo segundo.
El Juez (sic) de la recurrida observó que el único plano de mensura
avalado por dicho organismo administrativo se corresponde con el
mismo número de registro de mensura N° 2006-03-0169, que
identifica una superficie de…(17.317,63 Mts”) realizada el mes de
noviembre de 2005, con ubicación en la avenida 8, Santa Rita, entre
calle 68 y 69, N° 68-40. El Juez (sic) de la recurrida observó que fue
identificado un terreno de mayor proporción del inmueble objeto de
la causa, por lo que no se podía hacer una conexión material
probatoria del supuesto bien sub-litis, por no tener validez alguna por
impertinente por lo que se aprecia en todo su contenido probatorio
sólo el oficio mencionado por el organismo administrativo y se
desechó el plano de mensura por impertinente en aplicación del
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en aplicación
analógica del artículo 429 ejusdem.
…omissis…
Ahora bien, como se observa de la anterior transcripción, el Juez
(sic) de la recurrida se refiere al plano de mensura del inmueble
perteneciente a mi representada, pero no le da el valor probatorio
que tiene al informe del CENTRO DE PROCESAMIENTO URBANO
DEL MUNICIPIO MARACAIBO (CPU) de la ALCALDÍA DE
MARACAIBO, de fecha 10 de octubre de 2007, que expresa que el
inmueble de…(911,49 Mts2) objeto de la querella, forma parte de la
unificación realizada por el HOTEL KRISTOFF de acuerdo a su
registro de mensura, por adquisición evidenciada en documento de
fecha 29 de agosto de 1969. Éste (sic) inmueble es el objeto de la
querella, y se ha demostrado que es propiedad de mi representada,
como queda aclarado en el oficio emitido por la Oficina Municipal de
Planificación Urbana dependiente de la Alcaldía de Maracaibo, de
fecha 25 de mayo de 2006 dirigido al ciudadano KEN KRISTOFF,
directivo de mi representada HOTEL KRISTOFF, C.A., donde aclara
la situación de la parcela. Y lo cierto es que el inmueble de mi
representada objeto de la querella, quedó unificado con los otros
terrenos de mi mandante y al ser desechadas esas probanzas, el juez
de la recurrida infringió por falta de aplicación los artículos
delatados en éste (sic) denuncia 429 y 433 del Código de
Procedimiento Civil, también infringió el artículo 12 del mismo
código porque no se atuvo a las reglas del derecho ni a lo alegado y
probado en autos y dejó de aplicar los y (sic) los artículos 1.357,
1.359 y 1.360 del Código Civil por falta de aplicación, referentes al
documento público, como lo es el oficio del CENTRO DE
PROCESAMIENTO URBANO DEL MUNICIPIO MARACAIBO
(CPU) de la ALCALDÍA DE MARACAIBO, del 10 de octubre de
2007.
Éstas (sic) infracciones fueron determinantes para el dispositivo del
fallo, pues queda  demostrado con el oficio referido que la parcela
de…(911,49 Mts2) ésta (sic) integrada con los otros documentos
adquiridos por el HOTEL KRISTOFF, C.A., y si así lo hubiera
decidido el Juez (sic) de la recurrida en la apreciación de la prueba
de dicho oficio, hubiera declarado que el inmueble objeto de la
querella le pertenece a mi representada, lo que ayuda a colorear la
posesión de mi mandante sobre dicho inmueble objeto de la
querella…”. (Negrillas de la Sala y demás resaltados del texto).
 

Para decidir, la Sala observa :

La abogada formalizante, Haidelina Urdaneta, co-apoderada

judicial de la empresa querellante, Hotel Kristoff, C.A., en esta ocasión


delata la denuncia de infracción de los artículos 12, 429 y 433 del

Código de Procedimiento Civil; 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil,

todos por falta de aplicación, alegando que si el ad quem hubiera

valorado el oficio de fecha 10 de octubre de 2007, emanado del Centro

de Procesamiento Urbano del Municipio Maracaibo (CPU) de la Alcaldía

de Maracaibo, hubiera determinado que el inmueble objeto de la querella

quedó unificado con los otros terrenos de su mandante y, en

consecuencia , hubiera declarado que dicho bien inmueble le pertenece

a su representada , lo que ayudaría a colorear la posesión de su

mandante sobre el mismo bien inmueble objeto de la presente

querella interdictal .

Ahora bien, que el ad quem hubiere establecido a través de

cualquier medio de prueba que la empresa Hotel Kristoff, C.A., es la

dueña o propietaria del bien cuya posesión se discute, no resulta

determinante del dispositivo de la recurrida, pues la presente acción

versa acerca de una querella interdictal restitutoria por despojo de la

posesión, que se atribuyen tanto la querellante como los querellados de

autos, en la cual es irrelevante demostrar la propiedad de dicho bien a los

fines de establecer cuál de las partes del pleito logró demostrar en el

decurso del juicio que estaba en posesión del bien y que fue despojada de

la misma por su contraparte.

No obstante lo antes advertido, la Sala no puede pasar por alto

que, en el caso concreto, aun cuando el juez no analizó la prueba relativa

al oficio de fecha 10 de octubre de 2007, dejó establecido en su sentencia

que la parcela de 911,49 mts2 quedó unificada con otros terrenos de la

empresa querellante , expresando lo siguiente:


“…Ahora retomando el punto de la identificación del inmueble sub
litis, debe destacar este operador de justicia, que de la revisión que
se hizo a todas las piezas que conforman el presente expediente, no
existe lugar a dudas que ambas partes identificaban una casa-
quinta que indistintamente de la nomenclatura se encuentra dentro
de un terreno de mayor extensión que fue adquirido por el HOTEL
KRISTOFF, C.A., según el documento supra señalado, siendo que
se pudo observar que para solicitar la nomenclatura de la casa y
para sustentar sus constancias de residencias, los querellados
consignaron el documento de propiedad del terreno de dos mil
quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2), del año 1965 donde
el ciudadano ELIO SOTO VAN DER DIJS le vende a ALOIS y
GUSTAVO KRISTOFF, es decir previo al de adquisición por la parte
accionante del año 1969 donde éstos últimos le venden a la sociedad
mercantil HOTEL KRISTOFF, C.A., y ambos poseen las mismas
características; y luego en la prueba de informes a la OFICINA
MUNICIPAL DE PLANIFICACIÓN URBANA (OMPU) promovida
por los accionados, se dejó constancia que efectivamente la
nomenclatura de la casa era 8A-03 y no 68-40, que se encontraba a
nombre de ELIO SOTO VAN DER DIJS según documento del 10 de
enero de 1958,  pero que formaba parte de unificación realizada por
el HOTEL KRISTOFF, C.A., por adquisición en fecha 29 de agosto
de 1969, luego en oficio del CENTRO DE PROCESAMIENTO
URBANO (CPU) se desprendió que el inmueble numerado 8A-03
tenía los mismos linderos y medidas que los indicados en la reforma
de la demanda para el bien que pretendía restituir la querellante.
(Subrayado de la Sala y negrillas del texto).
En consecuencia, no existen dudas para analizar aquí que la
posesión que se alegó despojada y que se intenta restituir, es sobre
un bien conformado por la casa-quinta ya referida Nº 8A-03 que
forma parte o está situado dentro del terreno de mayor extensión de
dos mil quinientos veinte metros cuadrados (2.520 km2) que se
manifiesta propiedad de la parte querellante. Y ASÍ SE ESTABLECE.
(Negrillas de la Sala).
Sin embargo es pertinente aclarar, que en el presente juicio lo
determinante no es la comprobación o no de la propiedad de las
partes respecto a un bien inmueble, sino el hecho de la verdadera
posesión ejercida sobre el bien objeto de la querella supra
identificado, y el hecho del despojo que se busca subsanar o proteger,
y al respecto se verifica del escrito libelar y de su reforma, que la
querellante manifiesta que era ella quién ha ejercido la posesión
sobre el bien sub litis, de forma continua, pacífica, pública y no
equívoca, con ánimo de dueño, ejerciendo actos de conservación, y
que el día 7 de diciembre de 2006 los mencionados ciudadanos
invadieron el inmueble y permanecen de manera ilegítima y violenta.
Por su parte, los querellados en su escrito de informes, requieren que
la demanda sea declarada sin lugar porque la mencionada parte
actora no pudo probar que ejercía la posesión, ni el acto de
despojo…”. (Negrillas de la Sala).

 
Lo expresado por la recurrida sobre la tan comentada unificación

de la parcela de 911,49 Mts2, coincide con lo afirmado por la abogada

formalizante en los argumentos que apoyan la presente delación, respecto

a “…que el inmueble de mi representada objeto de la querella, quedó

unificado con los otros terrenos de mi mandante …”.

De manera que, al no ser determinante en la suerte del dispositivo

de la recurrida la apreciación y/o valoración que el juez superior le haya

dado al oficio de fecha 10 de octubre de 2007, puesto que quedó claro en

la recurrida cuál es el bien inmueble objeto de la querella, y que el

mismo está construido sobre una parcela de 911,49 Mts2 que quedó

unificada con otros terrenos propiedad de la empresa querellante, Hotel

Kristoff, C.A., se hace innecesario el análisis de la infracción por falta

de aplicación de los artículos 12, 429 y 433 del Código de Procedimiento

Civil; 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, delatados por la abogada

formalizante.  Así se declara.

IV

Bajo el amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se

denuncia la infracción   por la recurrida de los artículos 12 y 433 ibídem,

por falta de aplicación, y 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, también

por falta de aplicación, con base en la siguiente argumentación:


“…En efecto, en el numeral 15° de mi escrito de promoción de
pruebas, promoví la prueba de informes para que el Juzgado Segundo
de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil (sic) de la
Circunscripción Judicial del Estado Zulia, informara si ante ese
Juzgado (sic) cursaba expediente N° 54678, por cobro de bolívares
intentado por la ciudadana MARÍA MILAGROS HERNÁEZ DE
KRISTOFF en contra del HOTEL KRISTOFF, C.A., también si en ese
Juzgado (sic) se encontraba escrito introducido por el abogado
RUBEN (sic) DARIO (sic) ROJAS SOLANO, en fecha 16 de
noviembre de 2006.
Contestada parcialmente la prueba de informe por dicho Juzgado, fue
desechada por el Juez (sic) de la recurrida señalando que el informe
rendido por el Juzgado Segundo de Primera Instancia en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito (sic), no hizo referencia alguna sobre el texto
o contenido de la referida demanda, sino sólo de la existencia del
juicio de cobro de bolívares y resultaba impertinente dicho informe,
por no demostrar lo pretendido por la parte promovente en su escrito
de pruebas. Ahora bien, el Juzgado Segundo de Primera Instancia
mencionado si informó que por ese Juzgado (sic) cursaba el
expediente contentivo del juicio de cobro de bolívares intentado por
la señora MARIA (sic) MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF en
contra del HOTEL KRISTOFF, C.A., por lo que esa información es
totalmente pertinente y así lo debió declarar la recurrida y dar por
demostrada la existencia de dicho proceso, pues el informe emanado
de un Juez (sic) de Primera (sic) Instancia (sic) es un documento
público, de conformidad con el artículo 1.357 del Código Civil y con
valor probatorio que le asigna los artículo (sic) 1.359 y 1.360
ejusdem.
Con tal forma de sentenciar el Juez (sic) de la recurrida infringió
también el artículo 12 del Código de Procedimiento Civil que ordena
a los jueces atenerse en sus decisiones a las normas del derecho y a
lo alegado y probado en autos.
La infracción denunciada fue determinante para el dispositivo del
fallo, pues la existencia del juicio intentado por MARIA (sic)
MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF quedó demostrada por el
informe del Juzgado mencionado Segundo de Primera Instancia, y
tiene que ver con lo debatido en el juicio respecto al verdadero
domicilio de dicha querellada…”. (Negrillas de la Sala y demás
resaltados del texto).
       

Para decidir la Sala observa:

La abogada formalizante delata que en la recurrida se infringieron

los artículos 12 y 433 del Código de Procedimiento Civil y 1.357, 1.359

y 1.360 del Código Civil, todos por falta de aplicación, y considera que

las infracciones de dichas normas fueron determinantes en el dispositivo

del fallo objeto del presente recurso de casación, debido que -a su juicio-

tiene que ver con lo debatido en esta querella interdictal restitutoria por

despojo, respecto al verdadero domicilio de la co-querellada María

Milagros Hernáez de Kristoff, asunto que ya fue respondido cuando la

Sala analizó la  primera denuncia por infracción de ley que formuló la

abogada formalizante en el escrito de formalización que, en


representación de la empresa querellante,   consignó por ante la Secretaría

de esta Sala de Casación Civil.

En esa ocasión, la Sala dejó establecido que el domicilio de una

persona se demuestra con un certificado o constancia de residencia, como

la que consignó en el lapso procesal de promoción de pruebas la co-

querellada, ciudadana María Milagros Hernáez de Kristoff, el cual fue

emitido por la Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos,

adscrita a la Secretaría General de la Gobernación del Estado Zulia, y

que corre inserto al folio   diez (10) de la pieza 3/3, de las que conforman

el presente expediente.

No obstante lo antes advertido, la Sala procedió a la revisión de las

actas del expediente, facultada para ello por la invocación del artículo

320 del Código de Procedimiento Civil, pudiendo constatar que la

abogada formalizante promovió en la oportunidad procesal

correspondiente, la prueba de informes para que el Juzgado Segundo de

Primera Instancia en lo Civil y Mercantil de la Circunscripción Judicial

del Estado Zulia informara lo siguiente:  i) Si por ante ese Juzgado

cursaba expediente N° 54678, contentivo del juicio por cobro de

bolívares que incoó María Milagros Hernáez de Kristoff contra la

sociedad de comercio Hotel Kristoff, C.A.; y ii) Si en ese expediente

había un escrito introducido por el abogado Rubén D. Rojas Solano, de

fecha 16 de noviembre de 2006, en el cual se expresa que “…MARIA

(sic) MILAGRO (sic) HERNAEZ (sic) DE KRISTOFF, quien es

venezolana, mayor de edad, titular de la Cédula (sic) de Identidad (sic)

N° V-3.647.169, viuda, empresaria y   con domicilio en Madrid,

España …”.

Esa prueba de informes promovida por la parte querellante, dio

origen al Oficio N° 0446-2008, de fecha 28 de febrero de 2008, enviado


por el Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del

Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia al Juzgado

Segundo de Primera Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la

misma Circunscripción Judicial, que cursa al folio 198 de la segunda

pieza de las que conforman este expediente, en el cual se lee lo

siguiente:
 
“…Comunico a usted que este Tribunal (sic), en la QUERELLA
INTERDICTAL DE AMPARO PARA LA RESTITUCIÓN DE LA
POSESIÓN sigue el HOTEL KRISTOFF, C.A. en contra de los
ciudadanos ANTHONY CHARLES  KRISTOFF HERNAEZ (sic) y
MÓNICA NATALIA KRISTOFF HERNAEZ  (sic), ha ordenado
oficiarle en el sentido que informe a este Tribunal (sic), a la mayor
brevedad posible, si por ante ese órgano jurisdiccional, cursa
expediente signado con el N° 54.678, por COBRO DE BOLÍVARES
intentado por la ciudadana MARÍA MILAGROS HERNAEZ (sic) DE
KRISTOFF en contra del HOTEL KRISTOFF, C.A., y si en ese
expediente se encuentra escrito introducido por el abogado RUBEN
(sic) DARIO (sic) ROJAS SOLANO, en fecha 16 de noviembre de
2006…”.

La Sala observa que cursa al folio 101 de la pieza 3/3 de las que

conforman el presente expediente, Oficio N° 623-08 de fecha 31 de

marzo de 2008, mediante el cual el Juzgado Segundo de Primera

Instancia en lo Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción

Judicial del Estado Zulia, informó al a quo lo que de seguida se copia:
 “…Tengo a bien dirigirme a usted, a fin de informarles (sic) que por
ante este Juzgado (sic) cursa Juicio (sic) de COBRO DE
BOLÍVARES (INTIMACIÓN) seguido por la ciudadana MARIA
(sic) MILAGROS HERNAEZ (sic) de KRISTOFF contra la
Sociedad (sic) Mercantil (sic) HOTEL KRISTOFF, C.A., demanda
presentada en fecha 16 de noviembre de 2006, por el abogado
RUBEN (sic) DARIO (sic) ROJAS SOLANO, titular de la cédula de
identidad N° 1.548.338 e inscrito en el Inpreabogado bajo el N°
13.393, mediante poder conferido por la ciudadana MARIA (sic)
MILAGROS  HERNAEZ (sic) de KRISTOFF, el cual se encuentra
inserto en la Oficina de Registro Inmobiliario Tercero del Circuito
del Municipio Maracaibo del Estado Zulia, en fecha 15 de noviembre
de 2006, anotado bajo el N° 17, Protocolo 3°, Tomo 2…”.

 
Asimismo, la Sala observa que sobre esta prueba de informes, en la

recurrida se expresó lo siguiente:


“…el informe rendido por el Juzgado Segundo de Primera Instancia
en lo Civil, Mercantil y del Tránsito (sic), no hizo referencia alguna
sobre el texto o contenido de la referida demanda sino sólo de la
existencia de juicio de cobro de bolívares y, que fue presentada la
demanda del mismo en fecha 16 de noviembre de 2006,  por lo tanto
resulta impertinente el referido informe al no demostrar lo
pretendido por la parte promovente en su escrito de
pruebas…”. (Resaltado de la Sala).

De lo anterior se infiere, con claridad, que con la prueba de

informes promovida por la parte querellante, con el propósito de

demostrar que la co-querellada, ciudadana María Milagros Hernáez de

Kristoff, tenía su residencia en la ciudad de Madrid, España, ciertamente

no logró su cometido, pues, no se trata de un certificado o constancia de

residencia, como la consignada por la prenombrada co-querellada en el

lapso procesal de promoción de pruebas, que fuera emitida por la

Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos, adscrita a la

Secretaría General de la Gobernación del Estado Zulia, la cual corre

inserta al folio diez (10) de la tercera pieza de las que conforman este
expediente, documento conducente para demostrar el domicilio o

residencia de la ciudadana María Milagros Hernáez de Kristoff.

En ese mismo sentido, la Sala reitera que el ad quem declara sin

lugar la querella interdictal con base en que la parte querellante  no logró

demostrar  “…los actos materiales que configurarían cualquier tipo de

posesión sobre el inmueble objeto de la demanda, mucho menos

demostró la ocurrencia del hecho del despojo,   que dicho sea de paso

nunca se determinaron las características del mismo en los escritos de

demanda y reforma de la accionante sino sólo se hizo mención en las

repreguntas de los testigos que fueron desestimados, motivos por los


cuales se le imposibilita a este Jurisdicente Superior ejercer la tutela

correspondiente de restitución de posesión…” ,   de lo que se infiere que

aun cuando hubiere demostrado que la co-querellada María M. Hernáez

de Kristoff tenía su domicilio en Madrid, España, no demostró la

ocurrencia de la pérdida de la posesión por el hecho del despojo,

cuestión que si hubiere sido determinante del dispositivo de la sentencia

objeto del presente recurso de casación.  Así se establece .

En consecuencia, con base en las razones expuestas, la Sala

declara improcedente la denuncia de infracción, por falta de aplicación,

de los artículos  12 y 433 del Código de Procedimiento Civil y 1.357,

1.359 y 1.360 del Código Civil.

Con base en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se

denuncia en la recurrida la infracción de los artículos 12 del Código de

Procedimiento Civil, por falta de aplicación; 1.357, 1.359, 1.360 del

Código Civil, por errónea interpretación, y 771 eiusdem, por falsa

aplicación; 172 de la Ley Orgánica de la Administración Pública, por

falta de aplicación; 98 de la Ley de Impuesto sobre la Renta, por falta de

aplicación; y 185 del Reglamento de la Ley de Impuesto sobre la Renta,

también por falta de aplicación, con fundamento en la siguiente

argumentación:
 
“…En efecto, promovió la querellada documentos consistentes en
permiso gratuito de empotramiento marcado “A” de fecha 22 de julio
de 1966, emanado del Ministerio de Sanidad y Asistencia Social-
División de Ingeniería Sanitaria. Marcado “B” permiso gratuito
para construcción emanado de dicho Ministerio de fecha 22 de julio
de 1966, éste (sic) permiso del 22 de julio de 1966 fue impugnado por
la querellante y desechado por el juez de la recurrida. Pero sí aceptó
la eficacia probatoria del documento marcado “A” consistente en
permiso de empotramiento del año 1966, hace más de 40 años, que no
refiere (sic) a los querellados sino a Antonio Kristoff, por lo que
atinente a un tercero que no es parte, no debió ser apreciado por la
recurrida. Apreció el Juez (sic) de la recurrida dos (2) facturas
emanadas de ENELVEN, C.A. ENERGÍA ELÉCTRICA DE
VENEZUELA, a nombre de la querellada MILAGROS HERNÁEZ de
KRISTOFF, expedidas los meses de mayo y junio 2007, pero éstas
(sic) facturas con fechas posteriores al despojo ocurrido en diciembre
de 2006, no acreditan la dirección del inmueble objeto de la querella
como lo considera el juez de la recurrida, simplemente acreditan una
dirección que fue suministrada por la misma querellada MILAGROS
HERNÁEZ de KRISTOFF, pues como es público y notorio y de ello
no se necesita prueba, las direcciones de los servicios públicos son
informadas por el mismo solicitante a las empresas de servicio
público y las autoridades administrativas que se confían de la buena
fe de éstos.
El original y copia del permiso gratuito de empotramiento a que se
refiere la recurrida, ésta considera que identifica como propietario
del inmueble para esa fecha de 1966 (hace más de 40 años) al
ciudadano ANTONIO KRISTOFF, ello no arroja prueba alguna a
favor de los querellados.
También valoró el Juez (sic) de la recurrida las copias de Registro de
Información Fiscal (R.I.F.) de los querellados MÓNICA Y ANTHONY
KRISTOFF, expedido por el Servicio  Nacional Integrado de
Administración Tributaria (SENIAT), donde se establece una
dirección: casa N° 8A-03, pero éstos (sic) Registros de Información
Fiscal se hacen con información suministrada por el mismo
contribuyente, lo que significa que éstos (sic) certificados carecen de
valor probatorio en cuanto a demostrar la dirección del
contribuyente. En efecto, el artículo 98 de la Ley de Impuesto sobre la
Renta se refiere a las obligaciones de los contribuyentes para la
formación del Registro de Información Fiscal (R.I.F. numerado), pues
ordena que las personas naturales que estén sujetas al impuesto sobre
la renta deberán inscribirse; y el artículo 185 del Reglamento
establece que son los contribuyentes los que deben suministrar la
información por medio de una solicitud que deberán presentar ante la
Gerencia Regional de Tributos Internos de su jurisdicción. Y agrega
que las solicitudes en referencia se harán en los formularios vigentes
que autorice la Administración Tributaria y deberán presentarse
junto con los documentos que autorice la Administración, normas
éstas infringidas por la recurrida por falta de aplicación. También
apreció tres (3) constancias de residencia y una en copia de los
querellados, emitidas las tres (3) primeras por la Intendencia de
Seguridad Parroquial Olegario Villalobos, Gobernación del Estado
Zulia, en fechas 24 de abril  y 21 de marzo de 2007, haciendo constar
la residencia de los querellados desde hace más de 40 años. Pero
estas constancias de residencia son certificaciones de mera relación
prohibidas en el artículo 172 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública, infringido por la recurrida por falta de
aplicación.
El Juez (sic) de la recurrida resolvió concretamente lo que transcribo
a continuación acerca de dichos documentos:
…omissis…
Fue infringido por la recurrida el artículo 771 del Código Civil, por
falsa aplicación, puesto que a pesar de que los querellados no
probaron el hecho de la posesión por cuanto el justificativo de
testigos que promovieron para acreditarla en los autos, no fue
ratificado en el juicio, sin embargo prefirió considerar que los
querellados probaron la posesión con documentos, pese a que la
prueba documental no procede que sustituya a la efectiva posesión. El
artículo 771 del Código Civil expresamente establece: “La posesión 
es la tenencia de una cosa, o el goce de un derecho que ejercemos
por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la
cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre”.
…omissis…
Es más, en sentencia publicada en la Gaceta Forense N° 48, páginas
466-473, la Sala Civil estableció “Que los actos de despojo y de
perturbación “(sic) se caracterizan precisamente por hechos, que,
no sólo pueden ser establecidos por testigos, sino que, en realidad es
esa la única manera de probarlos”. Máxima ésta también
mencionada…Al considerar el Juez (sic) de la recurrida probados los
hechos a que se refieren dichos documentos, como demostrativos de
la residencia de los querellados en el mismo objeto de la querella, les
dio un alcance que no tiene el artículo 1.357 (sic) que establece el
concepto de documentos públicos o auténticos y los artículos 1.359 y
1.360 de dicho Código Civil al otorgarles valor probatorio pleno en
cuanto a la residencia de los querellados, lo que demuestra el error
de interpretación del juez de la recurrida con respecto a  esas normas
del Código Civil sobre el establecimiento y valoración de la prueba
de documentos públicos o auténticos.
Todos esos documentos habrían sido útiles si se hubieran promovido
de acuerdo a la Ley y sólo servirían para colorear la posesión, pero
no demuestran la posesión misma, es decir, el hecho de la tenencia o
posesión que no acreditaron los querellados, porque no hicieron
ratificar el justificativo de testigos que promovieron para acreditarla.
En sentencia de la Sala de Casación Civil publicada en la Gaceta
Forense N° 46, Segunda Etapa, de fecha 15 de octubre de 1964, la
Sala estableció que la prueba instrumental, en materia interdictal,
tiene un carácter secundario, ya que ella sólo sirve para comprobar
derechos, cuando en los juicios interdictales lo que se ventilan son
hechos. Agregó la Sala que la posesión que ejerza una persona y que
debe probar cuando solicita amparo o restitución, es una situación de
hecho, y que ello no se comprueba con documentos y señaló: “Éstos
sólo sirven, en materia interdictal, para colorear la posesión
establecida por otros medios de prueba”…
Además, el que unas (sic) constancias de residencia emitidas por la
Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos y la de
Seguridad del Municipio Maracaibo, adscritas a la Gobernación del
Estado Zulia, se diga que los querellados tienen más de 40 años de
residencia en una dirección, ello excede el propósito y razón de
dichos certificados, que son elaborados con base a la información
suministrada por los mismos solicitantes y constituyen certificaciones
en (sic) relación que nada demuestran, como resolvió la Sala de
Casación Civil el 22 de julio de 1975 en juicio de A. Negrín contra E.
Aponte,…
…omissis…
La prohibición de expedición de certificaciones de mera relación, se
encuentra ahora en el artículo 172 de la Ley Orgánica de la
Administración Pública de fecha 15 de julio de 2008, infringido por
la recurrida por falta de aplicación.
Aplicando al caso de autos los criterios y doctrinas jurisprudenciales
antes citados, es evidente que las certificaciones emanadas de las
Intendencias de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos y de
Seguridad del Municipio Maracaibo, adscritas a la Gobernación del
Estado Zulia, carecen de valor probatorio en cuanto a la supuesta
residencia de los querellados y el tiempo de residencia, pues son
certificaciones de mera relación. Además, el poder otorgado por la
co-querellada MARÍA MILAGROS HERNÁEZ viuda de KRISTOFF,
en la ciudad de Madrid-España, demuestra que ella no vive en
Maracaibo, sino en Madrid desde hace muchos años, pues su
pasaporte fue expedido en Madrid-España en el año 1994, por lo que
el valor probatorio que pudieran tener esas certificaciones o
constancias de residencia, han quedado desvirtuadas, no solamente
con el poder otorgado en Madrid, sino por afirmación que hizo su
apoderado en la demanda que intentó  contra el HOTEL KRISTOFF
C.A., por cobro de bolívares donde hace constar que el domicilio de
dicha ciudadana es la ciudad de Madrid- España. En cuanto al
artículo 433 del Código de Procedimiento Civil   denunciado como
infringido por falsa aplicación, ésta (sic) norma se refiere a informes
de los hechos litigiosos, por cuanto los referidos a las constancias de
residencias emanadas de las Intendencias de Seguridad Parroquial
Olegario Villalobos y de Seguridad del Municipio Maracaibo,
adscritas a la Gobernación del Estado Zulia, al ser apreciada la
prueba de informes sobre los mismos hechos a que se refieren dichas
Intendencias, ocasionan la infracción del artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil por falsa aplicación. En lo que se refiere a la
apreciación que hizo el Juez (sic) de la recurrida de facturas
emanadas de ENELVEN (Energía Eléctrica de Venezuela, C.A.),
también carecen de valor probatorio porque se refieren a meses de
abril, mayo y junio de 2007 y los hechos del despojo ocurrieron en
diciembre de 2006, por lo que también son ineficaces para acreditar
prueba alguna. También la recurrida apreció el documento de
propiedad de fecha 29 de septiembre de 1965, hace más de 40 años,
sin tomar en cuenta que el inmueble a que se refiere la recurrida fue
vendido a mi representada HOTEL KRISTOFF C.A., por adquisición
de fecha 29 de agosto de 1969 como consta de autos. Por otra parte
es evidente que el Juez (sic) de la recurrida al sentenciar de la forma
en que lo hizo también incurrió en la infracción del artículo 12 del
Código de Procedimiento Civil porque no se tuvo a las normas del
derecho y a lo alegado y probado en autos.
Estas infracciones fueron determinantes para el dispositivo del fallo,
pues el Juez (sic) de la recurrida los tomó en cuenta a favor de la
parte querellada para establecer una supuesta dirección de
residencia que no existe. Los mismos documentos en los cuales se
basó el juez de la recurrida para apreciar las pruebas de los
querellados, carecen de valor probatorio, pues fueron elaborados por
informaciones suministradas por los mismos querellados…”.

Para decidir, la Sala observa:

La abogada formalizante delata la infracción en la recurrida de los

artículos 12 del Código de Procedimiento Civil, por falta de aplicación;

1.357, 1.359, 1.360 del Código Civil, por errónea interpretación, y 771

eiusdem, por falsa aplicación; 433 del Código de Procedimiento Civil,

por falsa aplicación;   172 de la Ley Orgánica de la Administración

Pública, por falta de aplicación; 98 de la Ley de Impuesto sobre la Renta,

por falta de aplicación; y 185 del Reglamento de la Ley de Impuesto

sobre la Renta, también por falta de aplicación, y expone - entre otras


cosas- que el sentenciador superior aceptó la eficacia probatoria del

permiso de empotramiento del año 1966, el cual no se refiere a los

querellados sino a Antonio Kristoff, quien no es parte en el juicio

interdictal, por lo que considera que esa prueba no debió ser apreciada en

la recurrida.

La Sala observa que en la recurrida, sobre dicha probanza, el  ad

quem dejó establecido lo siguiente:


 
“…Pruebas de la parte querellada
En la oportunidad de la promoción de pruebas, los accionados
promovieron los siguientes instrumentos:
…omissis…
Original y copia respectivamente de instrumentos denominados:
1) “permiso gratuito de empotramiento”, identificado con el N°
19.850, expedido por la División de Ingeniería Sanitaria de
Maracaibo, Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental del
antes Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, en fecha 22 de julio
de 1966, a nombre del ciudadano ANTONIO KRISTOFF, donde se
concede permiso para empotrar las aguas servidas del inmueble de
su propiedad ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y 9; y 2)
“permiso gratuito para construcción” identificado con el N° 13.024,
emitido por el mismo organismo supra señalado en fecha 22 de julio
de 1966, dirigido al ingeniero ANTONIO BRICEÑO por solicitud del
20 de julio de 1966, donde se devuelven los planos, solicitud y
permiso aprobados, respecto de la obra ubicada en la calle 68 entre
avenidas 8 y 9, identificando como propietario a ANTONIO
KRISTOFF; B) Copias del Registro de Información Fiscal (RIF) de
los querellados MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES
KRISTOFF, expedidos los días 8 y 26 de marzo de 2002 por el
SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT), de donde se establece su dirección en la
calle 68, entre avenidas Santa Rita y 9, sector Tierra Negra, casa N°
8A-03; C) Tres (3) constancias de residencias y una (1) en copia, de
los querellados emitidas las tres (3) primeras por la Intendencia de
Seguridad Parroquial Olegario Villalobos, Gobernación del Estado
Zulia, y la última por la Intendencia de Seguridad del Municipio
Maracaibo, Gobernación del Estado Zulia, en fechas 24 de abril y 21
de marzo de 2007, donde se hace constar que tales ciudadanos tienen
como residencia la ubicada en la calle 68, sector Tierra Negra, N°
8A-03.
Al respecto se evidencia de las actas procesales, que la parte
demandada promovió posteriormente prueba de informes para que el
SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT) ratificara los Registros de Información
Fiscal (RIF) supra descritos, y además se constata que la parte
accionante impugnó mediante escrito presentado en fecha 10 de
marzo de 2008, las referidas copias de RIF de los co-querellados y el
“permiso gratuito para construcción” identificado con el N° 13.024,
así como las constancias de residencias de los accionados, todo
antes descrito, y para esto último promovió prueba de informes a las
Intendencias correspondientes, por lo que a fin de valorar
definitivamente la validez probatoria de estos instrumentos se
establecen las siguientes consideraciones:
Debe advertir al respecto este Jurisdicente (sic) Superior (sic), que
los anteriores constituyen documentos administrativos por emanar
de entes públicos administrativos y como tales tienen presunción de
veracidad pudiendo ser desvirtuados mediante cualquier medio
probatorio según lo establecido por la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 8 de marzo de
2005, que ha dicho“…que si bien el documento público y el
documento administrativo gozan de autenticidad desde el mismo
momento en que se forman, la cual emanan del funcionario público
que interviene en el acto, los documentos administrativos no se
asimilan completamente a los públicos, por cuanto gozan de
presunción de certeza y veracidad, que puede ser desvirtuada por la
parte mediante prueba o pruebas en contrario, que deben ser
incorporados en el proceso en cumplimiento de las formas procesales
establecidas en la Ley, con el propósito de que los no promoventes
puedan ejercer sobre éstas un efectivo control y contradicción.” De lo
expresado se puede concluir, que aunque los documentos
administrativos no se asemejan por completo a los documentos
públicos, de no ser destruida la presunción de veracidad, es
procedente atribuir al documento administrativo algunos efectos
plenos del documento público.
En el caso en específico de autos se constata que la parte accionante
impugna el denominado “permiso gratuito para construcción”
identificado con el N° 13.024, expedido por la División de
Ingeniería Sanitaria de Maracaibo, Dirección de Malariología y
Saneamiento Ambiental del antes Ministerio de Sanidad y
Asistencia Social, en fecha 22 de julio de 1966 y las copias de los
Registros de Información Fiscal emitidas por el SERVICIO
NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT), de conformidad con lo previsto en el
artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.
Asimismo se tiene que la parte demandada promovió prueba de
informes respecto del mencionado organismo, siendo remitida y
consignada en actas la información según oficio N° 2008/E/134 de
fecha 26 de mayo (sic), con el que se ratificó la información que
dimana de dichos Registros de Información Fiscal (RIF) de los co-
querellados MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES
KRISTOFF,  informes que no fueron impugnados por la
contraparte debiendo valorarse en aplicación del artículo 433 del
Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE ESTIMA.
En consecuencia se estima que la parte querellante no procuró
desvirtuar la presunción de veracidad y certeza que poseen los
instrumentos administrativos ut supra mencionados (RIF y permiso
gratuito para construcción) no habiendo consignado o promovido
prueba alguna en contrario, sino que sólo se base en la validez
procesal del documento consignado en copia que ante su
impugnación a tenor del artículo 429 del Código de Procedimiento
Civil, la parte promovente si lo quería hacer valer podía traer una
copia certificada o cotejar la copia simple con su original,
observándose que ésta (sic) actuación no fue cumplida por la parte
querellada en relación sólo al denominado “permiso gratuito para
construcción” expedido por un Ministerio, pues en cuanto al
contenido de los Registros de Información Fiscal, fueron ratificados
por medio de la prueba de informes antes señalada, en definitiva,
éstos últimos quedan firmes en su veracidad apreciándose en todo
su contenido probatorio ya establecido, con base a lo previsto en el
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en aplicación
analógica del artículo 429 eiusdem, surgiendo el deber de declarar
IMPROCEDENTE la impugnación planteada por la sociedad
demandante al respecto, con excepción del permiso expedido por el
anterior Ministerio de Sanidad y Asistencia Social el día 22 de julio
de 1966, que al no haberse traído su original queda desechado del
proceso a tenor de la misma normativa aplicada.  Y ASÍ SE
ESTABLECE.
Ahora en cuanto a los otros instrumentos referidos a las constancias
de residencias de los querellados emitidas por la Intendencia de
Seguridad Parroquial Olegario Villalobos y la Intendencia de
Seguridad del Municipio Maracaibo, ambas adscritas a la
Gobernación del Estado Zulia, se evidenció que la parte accionante
promovió prueba de informes respecto a dichos organismos, a fines
de que dieran fe si en sus libros y archivos los querellados tienen su
residencia en la calle 68, N° 8A-03.
La información fue recibida en actas los días 5 y 6 de junio de 2008:
en el caso de la Intendencia de Maracaibo según oficio N° 000434
de fecha 3 de junio de 2008, donde se informa que efectivamente fue
expedida la constancia de residencia de la co-querellada MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF, por solicitud de su parte,
pero que el expediente administrativo ya había sido remitido al
acervo histórico del Departamento de Taquilla de Atención
Inmediata del mismo organismo, y le quedaba el derecho a la parte
de solicitar copia; y en el caso de la Intendencia Parroquial de
Olegario Villalobos, se remitió comunicación sin número de fecha
26 de mayo de 2008, explicando que para expedir las constancias de
residencias la intendencia debe cumplir con una serie de requisitos,
y en el caso de las constancias de residencias del resto de los
querellados señala que fueron soportadas por documentos
consignados por la parte interesada, para lo cual remitió copia de
las constancias y los soportes referidos a cédulas de identidad,
factura de “ENELVEN” del mes de abril de 2007, y el documento de
propiedad de fecha 29 de septiembre de 1965. Tales resultas no
fueron impugnadas por la contraparte debiendo valorarse su
contenido conforme la aplicación del artículo 433 del Código de
Procedimiento Civil. Y ASÍ SE ESTIMA.
Pues bien para concluir con relación a estas últimos documentos
administrativos, ya se dejó sentado que gozan de una presunción de
veracidad que sólo puede ser desvirtuada mediante prueba en
contrario, y en este caso, observando el resultado de la prueba de
informes supra analizada que al efecto promovió la parte
demandante, sólo se desprende la ratificación de la expedición de las
constancias de residencias, así como los soportes aportados para
emitir las mismas, pero de ninguna forma aprecia este Juzgador de
Alzada que los informes han desvirtuado la veracidad de tales
constancias, ya que en el caso de los primeros informes no se pudo
establecer la información cronológica de los archivos porque se
había remitido el expediente administrativo, y en los segundos
informes se consignaron soportes de donde se verifica la dirección de
la casa N° 8A-03, como se constata de factura de “ENELVEN”, en
consecuencia quien suscribe considera que resulta firme la veracidad
de los examinados documentos administrativos no habiendo sido
desvirtuados por prueba en contrario pues más bien fue ratificada la
expedición de los mismos, por ende, se aprecian en todo su valor
probatorio con base a lo previsto en el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, y en aplicación analógica del artículo 429
eiusdem, derivando así la declaratoria de IMPROCEDENTE de la
impugnación formulada al respecto por la querellante. Y ASÍ SE
APRECIA…”.
 

De la anterior transcripción se infiere que el juzgador superior, le

dio valor probatorio al documento relativo al permiso de

empotramiento  identificado con el N° 19.850, expedido por la División

de Ingeniería Sanitaria de Maracaibo, Dirección de Malariología y

Saneamiento Ambiental del antes Ministerio de Sanidad y Asistencia

Social, en fecha 22 de julio de 1966, a nombre del ciudadano ANTONIO

KRISTOFF, donde se concede permiso para empotrar las aguas servidas

del inmueble de su propiedad ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y 9,

con base en que ese documento constituye un documentos administrativo

por emanar de un ente público administrativo y, como tal, tiene

presunción de veracidad.

Ahora bien, la presunción de veracidad contenida en ese

documento administrativo podía haber sido desvirtuada por la parte

querellante con cualquier medio de prueba previsto en la Ley, y al no

hacerlo oportunamente  el ad quem procedió a atribuirle efectos plenos

del documento público, no pudiendo aceptarse que la representación

judicial de la empresa querellante venga, por vez primera, ante esta sede

de casación, a pretender atacar la presunción de veracidad del referido

documento administrativo.  Así se declara .

Lo anteriormente expuesto explica la razón por la cual el juzgador

superior aceptó la eficacia probatoria del documento marcado “A”


consistente en el permiso de empotramiento del año 1966, al cual se

refiere la abogada formalizante en su denuncia.

Continúa la abogada formalizante cuestionando la valoración y

apreciación que le dio el juzgador superior a las dos (2) facturas que

fueron promovidas por la parte querellada, emanadas de ENELVEN, C.A.

ENERGÍA ELÉCTRICA DE VENEZUELA, a nombre de la co-querellada

Milagros Hernáez de Kristoff, expedidas en los meses de mayo y junio

2007, sobre la base de que esas fechas son posteriores al despojo

ocurrido en diciembre de 2006; y que tales facturas no acreditan la

dirección del inmueble objeto de la querella como lo considera el juez de

la recurrida, pues esa dirección fue suministrada por la prenombrada co-

querellada, ya que las direcciones de los servicios públicos son

informadas por el mismo solicitante del servicio a dichas empresas y a

las autoridades administrativas que se confían de la buena fe de éstos.

Sobre estas facturas, la Sala observa que en la recurrida el

sentenciador de alzada expresa lo siguiente:


 
“…Dos (2) facturas de servicio de energía eléctrica emitidas por C.A.
ENERGÍA ELÉCTRICA DE VENEZUELA (ENELVEN), a nombre de
la co-querellada MARÍA MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF,
expedidos en los meses de mayo y junio de 2007. En relación a este
medio de prueba, advierte este Juzgador Superior que las notas de
consumo de energía eléctrica constituyen tarjas en virtud de lo
asentado por la Sala de Casación Civil del Tribunal Supremo de
Justicia, en sentencia N° 00573 de fecha 26 de julio de 2007,
expediente 06-940, con ponencia de la Magistrada Yris Armenia Peña
Espinoza, las cuales no deben ser ratificadas para ser promovidas
en juicio, razones por las cuales se debe valorar la documental in
examine siguiendo la aplicación del artículo 1.383 del Código Civil,
y observándose que de las mismas se desprende como la
identificación de la dirección de suministro y nomenclatura del
inmueble, el sector Santa Rita, calle 68, casa N° 8A-03, y como
dirección de entrega se establece el mismo sector, calle y
nomenclatura, adicionando la frase al lado del Hotel Kristoff. Y ASÍ
SE VALORA…”.
 
Ciertamente, como lo sostiene la abogada formalizante, la

dirección que aparece en las facturas que son emitidas por las compañías

que prestan servicios públicos, como el de electricidad, agua, etc, son

suministradas por el cliente o consumidor del servicio; pero no es menos

cierto, que el usuario o cliente del servicio público

deberá, necesariamente , señalar la dirección del inmueble que recibirá

dicho servicio, tal como lo dejó establecido el juez de alzada al expresar  

“…que de las mismas se desprende como la identificación de la

dirección de suministro y nomenclatura del inmueble, el sector Santa

Rita, calle 68, casa N° 8A-03, y como dirección de entrega se establece

el mismo sector, calle y nomenclatura, adicionando la frase al lado del

Hotel Kristoff…”.

Respecto a las facturas emitidas por la empresa Energía Eléctrica

de Venezuela, C.A. (ENELVEN), la Sala debe advertir que si el despojo -

el cual no logró demostrar la querellante en el decurso de la acción

interdictal-  ocurrió en el año 2006 y las facturas tienen fecha del año

2007, tal eventualidad no impide que las mismas puedan ser apreciadas

por el juez superior para establecer cuál es la dirección del inmueble

objeto de la querella interdictal, como en efecto sucedió en el caso

concreto.  Así se declara .

La Sala observa que la abogada formalizante, también cuestiona la

valoración que dio el sentenciador superior a las copias de los Registros

de Información Fiscal (R.I.F.) de los co-querellados Mónica y Anthony

Charles Kristoff, los cuales fueron expedidos por el Servicio   Nacional

Integrado de Administración Tributaria (SENIAT), donde se establece

como su dirección “casa N° 8A-03”, por considerar que los mismos

carecen de valor probatorio para demostrar la dirección de esos

contribuyentes al haber sido ésta suministrada por ellos mismos.


Llama la atención de la Sala que la abogada formalizante denuncia

la infracción del artículo 98 de la Ley de Impuesto sobre la Renta, por

falta de aplicación, atribuyéndole el siguiente contenido: “…se refiere a

las obligaciones de los contribuyentes para la formación del Registro de

Información Fiscal (R.I.F. numerado), pues ordena que las personas

naturales que estén sujetas al impuesto sobre la renta deberán

inscribirse…”.

Ahora bien, de acuerdo con la Ley de Impuesto sobre la Renta

vigente para el momento de admisión de la presente querella interdictal,

es decir, para el 20 de abril de 2007, así como para la fecha en la que

supuestamente ocurrió el despojo que alega la parte querellante,

diciembre de 2006, que no es otra que la publicada en la Gaceta Oficial

N° 5.566 Extraordinario, de fecha 28 de diciembre de 2001, el referido

artículo 98, delatado como infringido por falta de aplicación,   es del

tenor siguiente:
“Artículo 98. Los contribuyentes que se dediquen a realizar
actividades comerciales, industriales, de servicios y los titulares de
enriquecimientos provenientes del ejercicio de profesionales
liberales, sin relación de dependencia, deberán exhibir en el lugar
más visible de su establecimiento, oficina, escritorio, consultorio o
clínica, el comprobante numerado, fechado y sellado por la
Administración respectiva, de haber presentado la declaración de
rentas del año inmediatamente anterior al ejercicio en curso. Igual
requisito deberán cumplir las empresas agrícolas y pecuarias cuando
operen bajo forma de sociedades.
Parágrafo Único: Los contribuyentes que contraten con el Gobierno
Nacional, los estados, municipios, Institutos Autónomos y demás entes
de carácter público o Empresas del Estado, deberán presentar las
declaraciones correspondientes a los último cuatro (4) ejercicios,
para hacer efectivos los pagos provenientes de dichos contratos”.

De la anterior transcripción se colige, sin duda alguna, que dicha norma no

guarda ninguna relación con la obligación de inscribirse en el Registro de Identificación

Fiscal, lo que es suficiente para que la Sala deseche la denuncia de infracción de dicha

norma. Sin embargo, en aras de salvaguardar el derecho a obtener una real tutela
judicial efectiva, la Sala observa que en el artículo siguiente, la precitada ley, dispone lo

siguiente:
“Artículo 99. La Administración Tributaria llevará un Registro de
Información Fiscal numerado, en el cual deberán inscribirse las
personas naturales o jurídicas, las comunidades y las entidades o
agrupaciones sin personalidad jurídica, susceptibles, en razón de sus
bienes o actividades de ser sujetos o responsables del impuesto sobre
la renta, así como los agentes de retención.
El reglamento determinará las normas que regularán todo lo
relativo a la apertura del mencionado registro, sobre quienes deben
inscribirse en él, las modalidades de expedición o caducidad de la
cédula o certificado de inscripción, las personas, entidades y
funcionarios que estarán obligados a exigir su exhibición, y en que
casos y circunstancias, así como las demás disposiciones referentes a
dicho registro necesarias para su correcto funcionamiento, eficacia y
operatividad, como medio de control del cumplimiento de las
obligaciones de los contribuyentes, de los responsables tributarios y
de los agentes de retención.
Parágrafo Único: Mediante Resolución del Ministerio de Finanzas,
podrá ordenarse que el número asignado a los inscritos en el Registro
a que se refiere este artículo, sea utilizado para fines de control
tributario en otras contribuciones nacionales”.

Y el artículo 185 del Reglamento de la Ley de Impuesto sobre la

Renta, vigente para el momento de la admisión de la presente querella

interdictal, así como para la fecha que señala la abogada recurrente como

de ocurrencia del despojo, el cual no logró demostrar en el decurso de

este juicio, 20 de abril de 2007 y diciembre de 2006, respectivamente,

establece lo que de seguida se transcribe:


“Artículo 185.- Sin perjuicio de lo establecido en el tercer aparte del
artículo 180 de este Reglamento, quienes estén obligados a
inscribirse en el Registro de Información Fiscal, deberán presentar su
solicitud ante la Ger5encia Regional de Tributos Internos de su
jurisdicción. Cuando se trate de personas, entidades o agrupaciones 
no domiciliadas ni residenciadas en el país, deberán solicitar su
inscripción en la Gerencia Regional de Tributos Internos con
jurisdicción en la localidad donde posean la mayor suma de bienes o
realicen sus actividades económicas de mayor importancia.
Las solicitudes en referencia se harán en los formularios vigentes que
autorice la Administración Tributaria y deberán presentarse junto
con los documentos que exija la Administración”.
 

Ahora bien, facultada para examinar las actas del expediente por la

invocación del artículo 320 del Código de Procedimiento Civil, esta Sala

pudo constatar que en fecha 3 de marzo de 2008, la representación

judicial de la parte querellada promovió fotocopia de los Registros de

Información Fiscal números  V-11282488-6 y P-00044508-03,

correspondientes a los co-querellados Mónica Natalia y Anthony Charles

Kristoff Hernáez, respectivamente, y de conformidad con el artículo 433

del Código de Procedimiento Civil, solicitó la prueba de informes con el

propósito de que la Gerencia Regional del SENIAT en el   Estado Zulia,

informara sobre los datos aportados en las fotocopias de los

prenombrados registros de información fiscal. (ff.2 vlto y 3, tercera

pieza de las que conforman este expediente).

Mediante auto de fecha 4 de marzo de de 2008, el  a quo admitió

las pruebas promovidas por la parte querellada y ordenó oficiar a la

mencionada Gerencia Regional del SENIAT, con el fin de evacuar dicha

probanza, librándose en esa misma fecha el Oficio N° 0470-2008. En

fecha 26 de mayo de 2008 se recibieron las resultas de la precitada

prueba de informes, arrojando el siguiente resultado:


“…Al respecto se informa que el Sistema Venezolano de Información
Tributaria (SIVIT), y en el Módulo aplicativo de consulta RIF, de
Iseniat, dichos ciudadanos presenta (sic) la siguiente información:
KRISTOFF HERNAEZ (sic) MÓNICA NATALIA, RIF.: V-
11282488-6 con domicilio en la calle 68 entre av. Santa Rita y 9,
Casa 8A-03, Sector Teirra Negra.
 KRISTOFF ANTHONY CHARLES, RIF: ´P-00044508-3  con
domicilio en la calle 68 entre av. Santa Rita y 9, Casa 8A-03, Sector
Tierra Negra…”. (F. 105, tercera pieza del expediente).
 

Cabe destacar, que con posterioridad a la consignación en autos de

las resultas de la prueba de informes, la próxima actuación de la

representante judicial de la parte querellante fue en fecha 30 de octubre


de 2008, en la cual consignó una diligencia en el expediente, al folio 135

de la tercera pieza, mediante la cual solicitó a la nueva juez de primera

instancia se abocara al conocimiento de la causa y pidió procediera a

notificar a los querellados de autos en las personas de sus apoderados, de

lo que se infiere que la parte querellante, Hotel Kristoff, C.A., no

impugnó las resultas de la prueba de informes rendida por la Gerencia

Regional Zuliana del SENIAT, en cuanto al domicilio de los co-

querellados Mónica Natalia y Anthony Charles Kristoff.

Así lo dejó expreso el sentenciador superior en la sentencia hoy

impugnada, en la que sobre dicha probanza estableció lo siguiente:


 
“…Pruebas de la parte querellada:
En la oportunidad de la promoción de pruebas, los accionados
promovieron los siguientes instrumentos:
A)… B) Copias del Registro de Información Fiscal (RIF) de los
querellados MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF,
expedidos los días 8 y 26 de marzo de 2002 por el SERVICIO
NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA
(SENIAT), de donde se establece su dirección en la calle 68, entre
avenidas Santa Rita y 9, sector Tierra Negra, casa N° 8A-03;…
 
Al respecto se evidencia de las actas procesales, que la parte
demandada promovió posteriormente prueba de informes para que el
SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT) ratificara los Registros de Información
Fiscal (RIF) supra descritos…
…omissis…
Asimismo se tiene que la parte demandada promovió prueba de
informes respecto del mencionado organismo, siendo remitida y
consignada en actas la información según oficio N° 2008/E/134 de
fecha 26 de mayo, con el que se ratificó la información que dimana de
dichos Registros de Información Fiscal (RIF) de los co-querellados
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF, informes
que no fueron impugnados por la contraparte debiendo valorarse en
aplicación del artículo 433 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ
SE ESTIMA.
Siendo así, corresponde a la Sala advertir a la abogada

formalizante, que no puede pretender atacar, por primera vez, ante esta

sede de casación, las resultas de la prueba de informes que se le solicitó

al Servicio  Nacional Integrado de Administración Tributaria (SENIAT),

cuando dejó de hacerlo dentro de la oportunidad procesal prevista para

ello, lo que pone de relieve la improcedencia de la denuncia de

infracción de los artículos 98 y 185 de la Ley de Impuesto sobre la Renta

y de su Reglamente, respectivamente, como desacertadamente se delatan.

La abogada Haidelina Urdaneta, co-apoderada judicial de la

empresa querellante, Hotel Kristoff, C.A., también en el marco de esta

misma denuncia acusa  la infracción de los artículos 1.357, 1.359 y 1.360

del Código Civil, por errónea interpretación, con base en que el ad

quem les dio un alcance que no tienen tales normas, al dar por   probada

la residencia de los querellados con las constancias de residencia, cuando

-a su juicio- dichos documentos sólo sirven para colorear la posesión,

más no para demostrar la posesión misma, pues no se ratificó en juicio el

justificativo de testigos que promovieron para acreditar la susodicha

posesión sobre el inmueble objeto de la querella.

La Sala considera pertinente transcribir parcialmente lo decidido al

respecto por el juzgador superior, a saber:


 
“…A) Original y copia respectivamente de instrumentos
denominados: 1) “permiso gratuito de empotramiento”, identificado
con el N° 19.850, expedido por la División de Ingeniería Sanitaria de
Maracaibo, Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental del
antes Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, en fecha 22 de julio
de 1966, a nombre del ciudadano ANTONIO KRISTOFF, donde se
concede permiso para empotrar las aguas servidas del inmueble de su
propiedad ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y 9; y 2) “permiso
gratuito para construcción” identificado con el N° 13.024, emitido
por el mismo organismo supra señalado en fecha 22 de julio de 1966,
dirigido al ingeniero ANTONIO BRICEÑO por solicitud del 20 de
julio de 1966, donde se devuelven los planos, solicitud y permiso
aprobados, respecto de la obra ubicada en la calle 68 entre avenidas
8 y 9, identificando como propietario a ANTONIO KRISTOFF; B)
Copias del Registro de Información Fiscal (RIF) de los querellados
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF, expedidos
los días 8 y 26 de marzo de 2002 por el SERVICIO NACIONAL
INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SENIAT), de
donde se establece su dirección en la calle 68, entre avenidas Santa
Rita y 9, sector Tierra Negra, casa N° 8A-03; C) Tres (3) constancias
de residencias y una (1) en copia, de los querellados emitidas las tres
(3) primeras por la Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario
Villalobos, Gobernación del Estado Zulia, y la última por la
Intendencia de Seguridad del Municipio Maracaibo, Gobernación
del Estado Zulia, en fechas 24 de abril y 21 de marzo de 2007, donde
se hace constar que tales ciudadanos tienen como residencia la
ubicada en la calle 68, sector Tierra Negra, N° 8A-03.
Al respecto se evidencia de las actas procesales, que la parte
demandada promovió posteriormente prueba de informes para que el
SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT) ratificara los Registros de Información
Fiscal (RIF) supra descritos, y además se constata que la parte
accionante impugnó mediante escrito presentado en fecha 10 de
marzo de 2008, las referidas copias de RIF de los co-querellados y el
“permiso gratuito para construcción” identificado con el N° 13.024,
así como las constancias de residencias de los accionados, todo antes
descrito, y para esto último promovió prueba de informes a las
Intendencias correspondientes, por lo que a fin de valorar
definitivamente la validez probatoria de estos instrumentos se
establecen las siguientes consideraciones:
Debe advertir al respecto este Jurisdicente (sic) Superior (sic), que
los anteriores constituyen documentos administrativos por emanar
de entes públicos administrativos y como tales tienen presunción de
veracidad pudiendo ser desvirtuados mediante cualquier medio
probatorio según lo establecido por la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 8 de marzo de
2005, que ha dicho“…que si bien el documento público y el
documento administrativo gozan de autenticidad desde el mismo
momento en que se forman, la cual emanan del funcionario público
que interviene en el acto, los documentos administrativos no se
asimilan completamente a los públicos, por cuanto gozan de
presunción de certeza y veracidad, que puede ser desvirtuada por la
parte mediante prueba o pruebas en contrario, que deben ser
incorporados en el proceso en cumplimiento de las formas procesales
establecidas en la Ley, con el propósito de que los no promoventes
puedan ejercer sobre éstas un efectivo control y contradicción.” De lo
expresado se puede concluir, que aunque  los documentos
administrativos no se asemejan por completo a los documentos
públicos, de no ser destruida la presunción de veracidad, es
procedente atribuir al documento administrativo algunos efectos
plenos del documento público. (Resaltado de la Sala).
En el caso en específico de autos se constata que la parte accionante
impugna el denominado “permiso gratuito para construcción”
identificado con el N° 13.024, expedido por la División de Ingeniería
Sanitaria de Maracaibo, Dirección de Malariología y Saneamiento
Ambiental del antes Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, en
fecha 22 de julio de 1966 y las copias de los Registros de Información
Fiscal emitidas por el SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE
ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SENIAT), de conformidad con lo
previsto en el artículo 429 del Código de Procedimiento Civil.
Asimismo se tiene que la parte demandada promovió prueba de
informes respecto del mencionado organismo, siendo remitida y
consignada en actas la información según oficio N° 2008/E/134 de
fecha 26 de mayo, con el que se ratificó la información que dimana de
dichos Registros de Información Fiscal (RIF) de los co-querellados
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF, informes
que no fueron impugnados por la contraparte debiendo valorarse en
aplicación del artículo 433 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ
SE ESTIMA…”.

De la anterior transcripción se infiere, que el sentenciador  ad

quem calificó de documentos administrativos tanto los permisos de

empotramiento, como las copias de los Registros de Información Fiscal

(R.I.F.), y las constancias de residencias aportadas por la parte

querellada a los autos durante el lapso procesal correspondiente,

haciendo la salvedad de que si bien esos documentos administrativos


gozan de presunción de certeza y veracidad, siempre que ésta no sean

desvirtuadas en el juicio mediante prueba o pruebas en contrario, pueden

atribuírseles algunos efectos plenos del documento público, lo que no

configura que los artículos 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, que

son normas que regulan el establecimiento y/o valoración de los

documentos públicos, hayan sido interpretadas erróneamente, pues, mal

podrá haber errado en su interpretación el ad quem cuando no aplicó

dichas normas para resolver lo relativo a los documentos antes

señalados. Así se establece .
La abogada formalizante para insistir en el cuestionamiento

respecto a la apreciación y valoración que hizo el sentenciador de alzada

con relación a las tres constancias de residencia aportadas en la fase de

promoción de pruebas por la representación judicial de los co-

querellados, delata la falta aplicación del artículo 172 de la Ley Orgánica

de la Administración Pública, con base en que -a su juicio- tales

probanzas no debieron valorarse por tratarse de certificaciones de mera

relación.  

Contrariamente a lo sostenido por la abogada formalizante, las

constancias de residencia que cursan a los folios 8 al 10, ambos

inclusive, de la tercera pieza de las que conforman el presente

expediente, fueron traídas a los autos por la parte querellada,  en original,

emanadas de la Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario Villalobos,

adscrita a la Secretaría General de Gobierno de la Gobernación del

Estado Zulia, las cuales constituyen documentos administrativos

suscritos por un funcionario público, cuyo contenido se presume

cierto salvo prueba en contrario , tal como lo señaló el ad quem en la

sentencia hoy impugnada en la cual, sobre esos documentos

administrativos, dejó establecido lo que de seguida se transcribe:


 
“…A) Original y copia respectivamente de instrumentos
denominados: 1) “permiso gratuito de empotramiento”, identificado
con el N° 19.850, expedido por la División de Ingeniería Sanitaria de
Maracaibo, Dirección de Malariología y Saneamiento Ambiental del
antes Ministerio de Sanidad y Asistencia Social, en fecha 22 de julio
de 1966, a nombre del ciudadano ANTONIO KRISTOFF, donde se
concede permiso para empotrar las aguas servidas del inmueble de su
propiedad ubicado en la calle 68 entre avenidas 8 y 9; y 2) “permiso
gratuito para construcción” identificado con el N° 13.024, emitido
por el mismo organismo supra señalado en fecha 22 de julio de 1966,
dirigido al ingeniero ANTONIO BRICEÑO por solicitud del 20 de
julio de 1966, donde se devuelven los planos, solicitud y permiso
aprobados, respecto de la obra ubicada en la calle 68 entre avenidas
8 y 9, identificando como propietario a ANTONIO KRISTOFF; B)
Copias del Registro de Información Fiscal (RIF) de los querellados
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF, expedidos
los días 8 y 26 de marzo de 2002 por el SERVICIO NACIONAL
INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN TRIBUTARIA (SENIAT), de
donde se establece su dirección en la calle 68, entre avenidas Santa
Rita y 9, sector Tierra Negra, casa N° 8A-03; C) Tres (3) constancias
de residencias y una (1) en copia, de los querellados emitidas las tres
(3) primeras por la Intendencia de Seguridad Parroquial Olegario
Villalobos, Gobernación del Estado Zulia, y la última por la
Intendencia de Seguridad del Municipio Maracaibo, Gobernación
del Estado Zulia, en fechas 24 de abril y 21 de marzo de 2007, donde
se hace constar que tales ciudadanos tienen como residencia la
ubicada en la calle 68, sector Tierra Negra, N° 8A-03. (Negrillas de
la Sala).
Al respecto se evidencia de las actas procesales, que la parte
demandada promovió posteriormente prueba de informes para que el
SERVICIO NACIONAL INTEGRADO DE ADMINISTRACIÓN
TRIBUTARIA (SENIAT) ratificara los Registros de Información
Fiscal (RIF) supra descritos, y además se constata que la parte
accionante impugnó mediante escrito presentado en fecha 10 de
marzo de 2008, las referidas copias de RIF de los co-querellados y el
“permiso gratuito para construcción” identificado con el N°
13.024, así como las constancias de residencias de los accionados,
todo antes descrito, y para esto último promovió prueba de informes
a las Intendencias correspondientes, por lo que a fin de valorar
definitivamente la validez probatoria de estos instrumentos se
establecen las siguientes consideraciones: (Subrayado de la Sala).
Debe advertir al respecto este Jurisdicente (sic) Superior (sic), que
los anteriores constituyen documentos administrativos por emanar de
entes públicos administrativos y como tales tienen presunción de
veracidad pudiendo ser desvirtuados mediante cualquier medio
probatorio según lo establecido por la Sala de Casación Civil del
Tribunal Supremo de Justicia, en sentencia de fecha 8 de marzo de
2005, que ha dicho“…que si bien el documento público y el
documento administrativo gozan de autenticidad desde el mismo
momento en que se forman, la cual emanan del funcionario público
que interviene en el acto, los documentos administrativos no se
asimilan completamente a los públicos, por cuanto gozan de
presunción de certeza y veracidad, que puede ser desvirtuada por la
parte mediante prueba o pruebas en contrario, que deben ser
incorporados en el proceso en cumplimiento de las formas
procesales establecidas en la Ley, con el propósito de que los no
promoventes puedan ejercer sobre éstas un efectivo control y
contradicción.” De lo expresado se puede concluir, que aunque los
documentos administrativos no se asemejan por completo a los
documentos públicos, de no ser destruida la presunción de
veracidad, es procedente atribuir al documento administrativo
algunos efectos plenos del documento público.
                                      …omissis…
Asimismo se tiene que la parte demandada promovió prueba de
informes respecto del mencionado organismo, siendo remitida y
consignada en actas la información según oficio N° 2008/E/134 de
fecha 26 de mayo, con el que se ratificó la información que dimana de
dichos Registros de Información Fiscal (RIF) de los co-querellados
MÓNICA NATALIA y ANTHONY CHARLES KRISTOFF, informes
que no fueron impugnados por la contraparte debiendo valorarse en
aplicación del artículo 433 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ
SE ESTIMA.
En consecuencia se estima que la parte querellante no procuró
desvirtuar la presunción de veracidad y certeza que poseen los
instrumentos administrativos ut supra mencionados (RIF y permiso
gratuito para construcción) no habiendo consignado o promovido
prueba alguna en contrario, sino que sólo se base en la validez
procesal del documento consignado en copia que ante su
impugnación a tenor del artículo 429 del Código de Procedimiento
Civil, la parte promovente si lo quería hacer valer podía traer una
copia certificada o cotejar la copia simple con su original,
observándose que ésta actuación no fue cumplida por la parte
querellada en relación sólo al denominado “permiso gratuito para
construcción” expedido por un Ministerio, pues en cuanto al
contenido de los Registros de Información Fiscal, fueron ratificados
por medio de la prueba de informes antes señalada, en definitiva,
éstos últimos quedan firmes en su veracidad apreciándose en todo su
contenido probatorio ya establecido, con base a lo previsto en el
artículo 509 del Código de Procedimiento Civil, y en aplicación
analógica del artículo 429 eiusdem, surgiendo el deber de declarar
IMPROCEDENTE la impugnación planteada por la sociedad
demandante al respecto, con excepción del permiso expedido por el
anterior Ministerio de Sanidad y Asistencia Social el día 22 de julio
de 1966, que al no haberse traído su original queda desechado del
proceso a tenor de la misma normativa aplicada. Y ASÍ SE
ESTABLECE.
Ahora en cuanto a los otros instrumentos referidos a las constancias
de residencias de los querellados emitidas por la Intendencia de
Seguridad Parroquial Olegario Villalobos y la Intendencia de
Seguridad del Municipio Maracaibo, ambas adscritas a la
Gobernación del Estado Zulia, se evidenció que la parte accionante
promovió prueba de informes respecto a dichos organismos, a fines
de que dieran fe si en sus libros y archivos los querellados tienen su
residencia en la calle 68, N° 8A-03.
La información fue recibida en actas los días 5 y 6 de junio de 2008:
en el caso de la Intendencia de Maracaibo según oficio N° 000434 de
fecha 3 de junio de 2008, donde se informa que efectivamente fue
expedida la constancia de residencia de la co-querellada MARÍA
MILAGROS HERNÁEZ de KRISTOFF, por solicitud de su parte, pero
que el expediente administrativo ya había sido remitido al acervo
histórico del Departamento de Taquilla de Atención Inmediata del
mismo organismo, y le quedaba el derecho a la parte de solicitar
copia; y en el caso de la Intendencia Parroquial de Olegario
Villalobos, se remitió comunicación sin número de fecha 26 de mayo
de 2008, explicando que para expedir las constancias de residencias
la intendencia debe cumplir con una serie de requisitos, y en el caso
de las constancias de residencias del resto de los querellados señala
que fueron soportadas por documentos consignados por la parte
interesada, para lo cual remitió copia de las constancias y los
soportes referidos a cédulas de identidad, factura de “ENELVEN”
del mes de abril de 2007, y el documento de propiedad de fecha 29 de
septiembre de 1965. Tales resultas no fueron impugnadas por la
contraparte debiendo valorarse su contenido conforme la aplicación
del artículo 433 del Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE
ESTIMA.
Pues bien para concluir con relación a estas últimos documentos
administrativos, ya se dejó sentado que gozan de una presunción de
veracidad que sólo puede ser desvirtuada mediante prueba en
contrario, y en este caso, observando el resultado de la prueba de
informes supra analizada que al efecto promovió la parte
demandante, sólo se desprende la ratificación de la expedición de las
constancias de residencias, así como los soportes aportados para
emitir las mismas, pero de ninguna forma aprecia este Juzgador de
Alzada que los informes han desvirtuado la veracidad de tales
constancias, ya que en el caso de los primeros informes no se pudo
establecer la información cronológica de los archivos porque se
había remitido el expediente administrativo, y en los segundos
informes se consignaron soportes de donde se verifica la dirección de
la casa N° 8A-03, como se constata de factura de “ENELVEN”, en
consecuencia quien suscribe considera que resulta firme la veracidad
de los examinados documentos administrativos no habiendo sido
desvirtuados por prueba en contrario pues más bien fue ratificada la
expedición de los mismos, por ende, se aprecian en todo su valor
probatorio con base a lo previsto en el artículo 509 del Código de
Procedimiento Civil, y en aplicación analógica del artículo 429
eiusdem, derivando así la declaratoria de IMPROCEDENTE de la
impugnación formulada al respecto por la querellante. Y ASÍ SE
APRECIA…”. (Resaltados del texto).
 

En cuanto a lo sostenido por la abogada formalizante, respecto a

que las constancias de residencia son simples certificados de mera

relación, la Sala considera prudente reiterar el concepto de tales

certificados que contempla el artículo 172 de la Ley Orgánica de

Administración Pública vigente, en el cual se afirma que las

certificaciones de mera relación son aquellas que sólo tienen por objeto

hacer constar el testimonio u opinión del funcionario declarante sobre


algún hecho o dato de su conocimiento de los contenidos en un

expediente archivado o que se encuentre en curso.

En el caso de las constancias de residencia, los interesados deben

demostrarle al funcionario, con las pruebas documentales o

instrumentales que se requiere para ello que, efectivamente, están

residenciados en esa jurisdicción, lo que sin duda las aleja de ser simples

certificaciones de mera relación como desacertadamente lo afirma la

abogada formalizante, lo cual denota la improcedencia de la infracción

por falta de aplicación del artículo 172 de la precitada Ley Orgánica de

Administración Pública.

La Sala observa que en esta misma denuncia la abogada

formalizante delata la infracción por falsa aplicación del artículo 771 del

Código Civil, pero incurre en el error de no señalar a la Sala cuál es la

norma jurídica que debió aplicar el sentenciador superior y no aplicó, lo

que imposibilita que la Sala pueda efectuar el análisis que se pretende.    

No obstante lo antes advertido, en aras de salvaguardar el derecho

a obtener una real tutela judicial efectiva, la Sala advierte que la abogada

formalizante considera que dicha norma fue falsamente aplicada al caso

de autos, debido a que el ad quem dio por demostrada la posesión que

alegan los querellados con “…pruebas documentales que no sustituyen

la efectiva posesión …”; y afirma que los querellados no probaron el

hecho de la posesión, “…por cuanto el justificativo de testigos que

promovieron para acreditarla en los autos, no fue ratificado en el

juicio…”.

El artículo 771 del Código Civil, delatado por la abogada

formalizante como falsamente aplicado en la recurrida, es del tenor

siguiente:
“La posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un derecho que
ejercemos nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene
la cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre”.

De la anterior transcripción se colige, que los argumentos que

expone la abogada formalizante para fundamentar la falsa aplicación del

artículo 771 del Código Civil,  antes transcrito, no guardan relación

alguna con el contenido de dicha disposición, razón que impide a la Sala

hacer el análisis que pretende, pues, dicha norma no prohíbe la prueba

documental en los casos de interdictos restitutorios de la posesión, ni

tampoco establece que la única prueba admisible para demostrar la

susodicha posesión sea la prueba testifical, como enfáticamente lo

sostiene en su delación, todo lo cual determina la improcedencia de la

misma. Así se declara .

Cabe acotar, que si bien es cierto que la prueba de testigos es la

prueba por excelencia para demostrar la posesión que alegue alguna de

las partes del juicio, ello no impide que la parte interesada en demostrar

el hecho de la posesión pueda valerse de cualesquiera de los medios de

prueba permitidos por la Ley para alcanzar tal fin.

Asimismo, es importante recalcar que en esta querella interdictal

restitutoria de la posesión por despojo, es la parte actora o querellante,

Hotel Kristoff, C.A., quien se atribuyó la posesión del bien inmueble

objeto de la querella, alegando que fue despojada de la misma por la

parte querellada, de lo que se infiere que es a ella a quien le

correspondía probar que, efectivamente, tenía la posesión que dice

ostentaba sobre el bien inmueble objeto de la querella y,

concurrentemente, demostrar la ocurrencia del despojo que le imputa a su

contraparte.   Así se declara .


Aclarado lo anterior, la Sala advierte que en el cuerpo de esta

misma delación, la abogada formalizante acusa que la recurrida infringió

el artículo 433 del Código de Procedimiento Civil, por falsa aplicación,

con base en que los informes referidos a las tantas veces señaladas

constancias de residencias de los co-querellados de autos,   fueron

apreciados por el ad quem “…sobre los mismos hechos a que se refieren

dichas intendencias…” .

Ahora bien, estando facultada la Sala para la revisión de las actas

del expediente, dada la invocación del artículo 320 del Código de

Procedimiento Civil, se pudo constatar que en fecha 10 de marzo de

2008, la representación judicial de la parte querellante impugnó la

veracidad de las tres constancias de residencia que aportaron los co-

querellados con la finalidad de probar que estaban residenciados en el

inmueble objeto de la querella interdictal, y promovió la prueba de

informes para que el a quo oficiara a los Intendentes de Seguridad de la

Parroquia Olegario Villalobos y del Municipio Maracaibo, entes que

emitieron las prenombradas constancias, a fin de informar al tribunal

sobre datos concretos relativos a los hechos contemplados en tales

documentos.

Consta en las actas del expediente que, en fecha 23 de mayo de

2008, el a quo recibió las resultas de la mencionada prueba de informes,

las cuales corren insertas a los folios 117 y 118 de la pieza   3/3 de las

que conforman este expediente, sin que se pueda evidenciar de autos que

dicha prueba fuera oportunamente impugnada por la parte querellada,

pues, como ya se señaló en el cuerpo de este mismo fallo, la actuación

inmediata después de haberse consignado en el expediente las resultas de

dicha prueba es del 30 de octubre de 2008, oportunidad en la que la

abogada formalizante estampó diligencia solicitando al juez se abocara al


conocimiento de la causa, y la próxima fue en fecha 12 de febrero de

2009, cuando consignó escrito mediante el cual solicitó al a quo que

fijara el lapso para la presentación de los informes, lo que pone de

relieve que la parte querellada se conformó con dichas resultas, razón

por la cual no puede pretender atacarlas, por vez primera, ante esta sede

de casación.   Así se declara .

Por último, analizadas como han sido todas las normas jurídicas

delatadas como infringidas, sobre la base de los razonamientos

expuestos, la Sala forzosamente debe declarar  improcedente la denuncia

de infracción de los artículos 12 del Código de Procedimiento Civil, por

falta de aplicación; 1.357, 1.359 y 1.360 del Código Civil, por errónea

interpretación; 771 eiusdem, por falsa aplicación; 98 de la Ley de

Impuesto sobre la Renta, por falta de aplicación; 172 de la Ley Orgánica

de la Administración Pública, por falta de aplicación; y 433 del Código

de Procedimiento Civil, por falsa aplicación.  Así se establece .  

VI

Bajo el amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, en concordancia con el artículo 320 eiusdem, se

denuncia en la recurrida la infracción de los artículos 12 ibídem , por

falta de aplicación, y  478 ibídem, por falsa aplicación, con apoyo en la

siguiente argumentación:
“…Esa ilustre Sala, en luminosa (sic) sentencia dictada el 19 de
mayo de 2005, en el juicio de Jesús Enrique Gutiérrez Flores contra
Carmen Nohelia Contreras, sentencia N° 0259, modificó el
precedente jurisprudencial que sujetaba a sólo dos hipótesis el
control del pronunciamiento del Juez (sic) sobre la prueba de
testigos, es decir, algún caso de suposición falsa y la violación de
máximas de experiencia. Estableció así la Sala que los Jueces (sic)
deben acatar cualquiera otra norma que regule la actividad del
sentenciador en el examen de la prueba en general, o bien en
particular de la testimonial, entre las cuales están los artículos  477,
478, 479 y 480 ibídem (sic) que establecen las inhabilidades para
rendir testimonio y los artículos 1.387, 1.389 y 1.390 del Código Civil
que se refieren a la prueba testimonial para fijar determinados
hechos, lo que permite determinar que existen otras razones de
derecho que permiten el control de la actividad del juez de la
recurrida al examinar el establecimiento o apreciación de la prueba
testimonial, distinta a la suposición falsa y la violación de máximas
de experiencia por lo cual se complementó y amplió el criterio
expresado en la sentencia de (sic) 13 de diciembre de 1995. Me
permito transcribir parcialmente el contenido de la sentencia dicha:
…omissis…
Ahora bien, aunque conozco el criterio casacional en el sentido que
las inhabilidades para rendir testimonio pertenecen a la soberanía de
la instancia, creo con base en la misma jurisprudencia de la Sala y a
la doctrina Nacional e Internacional, que ésta (sic) soberanía de la
instancia tiene sus límites, así en sentencia del 19 de mayo de 1994, la
Sala de Casación Civil en sentencia dictada en el juicio de Línea de
Taxis TaxiTours contra César Martínez, expediente N° 940182,
estableció:
“…la Sala, en diversas oportunidades ha señalado que lo dispuesto
en el artículo 478 del C.P.C. constituye tan sólo (sic) inhabilidades de
carácter negativo, lo cual implica que el sentenciador no sólo puede
permitir la admisión de dichas pruebas, sino que incluso puede
apreciarlas según su prudente arbitrio; sin embrago (sic), este
arbitrio del sentenciador para apreciar las testimoniales no es libre
sino limitado…”.
El motivo que tuvo el Juez (sic) de la recurrida para desechar las
testimoniales promovidas hechas evacuar por mi representada, fue
que trabajaban o habían trabajado ´para la querellante atribuyéndole
así a los testigos un interés indirecto en las resultas del juicio, y a uno
de los testigos lo calificó como sirviente doméstico…”.
 

Para decidir, la Sala observa :

A continuación de los argumentos que sustentan esta denuncia, se

observa que la abogada formalizante pasa a transcribir los dos

justificativos de testigos que promovió su representada, y las respuestas

dadas por los ciudadanos Niremberg José Fuenmayor Fernández, Antonio

Ramón Sandrea Quintero, Freddy Daniel Rojas Graterol, Osmán Alberto

Villalobos García, César Lenín Lugo Lugo y Jorge Elías Vivero García,

advirtiendo la Sala que el ad quem para desecharlos por inhábiles,

expresó lo siguiente:
 
“…Sin embargo se evidencia de actas que sólo comparecieron en las
fechas y horas fijadas por el Tribunal (sic) Comisionado (sic) para
llevar a efecto la evacuación de la prueba testimonial, los
ciudadanos  JORGE ELÍAS VIVERO GARCÍA, OSMÁN ALBERTO
VILLALOBOS GARCÍA, NIREMBERG JOSÉ FUENMAYOR
FERNÁNDEZ, ANTONIO RAMÓN SANDREA QUINTERO y CÉSAR
LENÍN LUGO LUGO (declarándose desierto el acto para el resto de
los testigos), y a quienes se les presentó el contenido de los
justificativos manifestando ello (sic) sólo que eran ciertos en su
contenido y firma. Posterior a la referida ratificación de los
justificativos, se constata que los abogados de la contraparte les
formularon a cada testigo determinadas repreguntas, por lo que se
pasan a valorar los testimonios rendidos tanto en los justificativos
como en las respuestas dadas a dichas repreguntas, así:
En el caso del testigo JORGE ELÍAS VIVERO GARCÍA, en cuanto al
primer justificativo se le preguntó que cómo sabía que el inmueble
ubicado en la calle 68 estaba signado con el N° 68-40, respondiendo
que formaba parte del hotel según identificó de los planos que han
estado en su sitio de trabajo; que dijera cómo los querellados
invadieron el inmueble, manifestando que “Al otro día cuando
llegamos nos dimos cuenta que estaba el personal allí y tuvimos que
parar los trabajos de remodelación de un área de servicio que se
estaba ejecutando” (cita); qué a través de cuales representantes la
sociedad querellante ha ejercido la posesión, respondiendo sólo que
“Desde el tiempo que tengo allí, tengo conocimiento de que esa
parcela, forma gran parte de la gran manzana que es propiedad del
Hotel Kristoff, al igual de otras casas que están en esa manzana y
funcionan como depósito”. En cuanto al segundo justificativo, que
dijera qué maniobras ilegales a los fines de utilizar los servicios
públicos ejercieron los querellados, limitándose a afirmar que los
servicios pertenecían a la parcela del hotel.
Ahora del contenido de los justificativos de testigos promovidos,
evidencia esta Superioridad (sic) que el ya mencionado testigo
expresó a las preguntas ya citadas, que sabía que la casa era parte
del hotel desde que trabajaba allí, estando “…pegada por una parte
al hotel…” (cita); que era verdad que los querellados se metieron en
la casa a la fuerza porque no era de ellos; en cuanto a cómo le
constaba que la actora mantiene actos de conservación, señaló que
era obrero al expresar: “…todos lo (sic) que somos obreros nos
encargamos de esa casa…” (cita) y que junto a otros se encargaban
de los trabajos de la casa. Luego en el otro justificativo manifestó que
era trabajador contratado para las mejoras del hotel, y que le
constaba que la casa es parte del hotel y el único propietario era el
hotel.
De las anteriores declaraciones se desprende que el testigo in
examine es un obrero o trabajador de la sociedad accionante
encargándose de mejoras del hotel, por tanto no existen dudas que
resulta inhábil para atestiguar en este tipo de causa teniendo un
interés indirecto en las resultas del pleito a favor de su patrono, en
consecuencia la presente testimonial debe ser desechada por este
Tribunal (sic) de Alzada (sic) de conformidad con el artículo 478 del
Código de Procedimiento Civil. Y ASÍ SE ESTIMA.
A continuación el testigo OSMÁN ALBERTO VILLALOBOS GARCÍA,
en el primer justificativo también expresó que le constaba que la casa
era parte del hotel, porque era del mismo dueño y tenía una entrada
que daba al hotel, y luego, que él laboraba en el hotel y que él junto
a otros empleados se encargaban de la limpieza y mantenimiento de
la casa cuando afirmó que: “…se le hacen trabajos de arreglo y la
limpieza, por los mismo (sic) obreros que trabajamos en el hotel”
(cita) (Resaltado de esta Superioridad). Posteriormente manifestó en
el segundo justificativo que laboraba dentro del hotel en la
remodelación del mismo, reiterando los hechos que le constaba que la
casa era parte del hotel.
Las repreguntas formuladas por los abogados de la contraparte, se
dirigieron a los hechos de que dijera cómo y por dónde los
querellados invadieron el inmueble, cómo sabe que el mismo está
signado con el N° 68-40, en cuáles documentos aparecía reflejado ese
número, y a través de cuáles representantes del hotel se ha ejercido la
posesión, respondiendo a todo ello, que trabajaba en la casa
haciendo remodelación y al día siguiente de la jornada laboral los
querellados estaban impidiendo la entrada, que de los documentos de
propiedad que tuvo a la mano el departamento de proyecto donde
laboraba se reflejaba que la casa tenía asignado el N° 68-40, y por
último, que el hotel tenía una junta directiva que desconocía porque
son muchos hermanos.
Sobre esta testimonial valga la misma consideración antes esbozada
atinente a que de las anteriores declaraciones se desprende que el
testigo mencionado es un obrero o trabajador que se encarga de
limpieza y mantenimiento en la sede de la sociedad accionante, por
tanto no existen dudas que resulta inhábil para atestiguar en este
tipo de causa teniendo un interés indirecto en las resultas del pleito
a favor de su patrono de conformidad con el artículo 478 del Código
de Procedimiento Civil, debiendo advertirse además que si hace
labores de limpieza  (lo cual no quedó claro porque después se
contradice señalando que estaba encargado de
remodelación) también establece la norma del artículo 479 eiusdem
que el sirviente doméstico tampoco puede ser testigo a favor de
quien le sirve, y por todas estas razones fácticas y jurídicas la
presente testimonial debe ser desechada por este oficio
jurisdiccional. Y ASÍ SE ESTIMA.
En cuanto a las declaraciones de NIREMBERG JOSÉ FUENMAYOR
FERNÁNDEZ, quién sólo participó en la evacuación del primer
justificativo (de fecha 28 de marzo de 2007), es pertinente hacer
mención a las respuestas que dio a las preguntas de dicho
justificativo antes citado, manifestando que sabía que la casa era del
hotel porque se comunicaba con éste por una entrada y estaban
“pegados”, mientras que sobre el hecho preguntado atinente a la
supuesta invasión, expresó que era cierto porque a principios de
diciembre dos (2) personas que antes no había visto en la casa
entraron a la fuerza y han estado viviendo allí, estableciendo para la
última pregunta que como la casa está junto al hotel ellos usan los
servicios que vienen del hotel.
Las repreguntas que se le formularon fueron referidas a que dijera
dónde trabajaba y desde cuándo, cómo se invadió el inmueble, y a
través de cuales representantes legales del hotel se ha ejercido la
posesión, respondiendo el testigo que trabajaba en el hotel desde
hacía dos (2) años, y que lo único que sabía en cuanto a la invasión
era que la casa estaba sola y que “…la verdad no se yo no estoy
pendiente de eso” (cita), y luego respondió a la última pregunta que:
“Ese hotel tiene muchos dueños, yo no se quien esta (sic) a cargó
(sic) de eso” (cita).
Del examen del justificativo de testigos y luego a las respuestas dadas
a las ya referidas repreguntas, no deja lugar a dudas para este
Sentenciador (sic) considerar que el testimonio dado por el testigo
sobre los hechos expuestos por la actora en el justificativo no
merecen confianza ni convicción, siendo que sobre lo atinente a la
invasión dice con firmeza que era cierta porque ahora hay personas
allí que antes no veía, y luego en las repreguntas expresó que la
verdad no sabía porque no estaba pendiente de eso, adicionalmente
respondió que tampoco sabía quién estaba a cargo de la posesión
porque el hotel tenía muchos dueños, lo que se traduce en una
incertidumbre testimonial que no puede ser valorada por el
operador de justicia debiendo en derivación desecharse el
examinado testimonio en aplicación del artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil. Y ASÍ SE ESTIMA.
Por último, se tienen las declaraciones de los ciudadanos ANTONIO
RAMÓN SANDREA QUINTERO y CÉSAR LENÍN LUGO LUGO,
quienes intervinieron sólo en la evacuación del primer justificativo
(de fecha 28 marzo de 2007), respondiendo a las preguntas de tal
instrumento que: el primero era trabajador del hotel y el segundo
que trabajaba en la construcción, y como tales señalan que sabían y
habían visto que la casa es del hotel porque estaba pegada al mismo y
que tenía entrada directa al hotel, mientras que sobre la pregunta de
la invasión manifestaron que sí era cierto porque desde hacía unos
meses hay gente nueva viviendo allí que antes no estaba, luego, sobre
los actos de conservación señalaron que eran ciertos porque los
trabajadores del hotel le hacen arreglos y mantenimiento a la casa, y
en cuanto a los servicios públicos el primero de los mencionados
testigos expuso que se dieron cuenta que usaban el agua del mismo
hotel cuando hubo un problema con la tubería, mientras que el
segundo sólo respondió a la pregunta sobre el uso ilegal de tales
servicios, que sí porque esa casa no era de ellos.
Ahora en cuanto a las repreguntas formuladas, el primer testigo se le
preguntó dónde trabajaba y desde cuándo, cómo fue la invasión, y a
través de cuáles representantes del hotel ha ejercido la posesión del
inmueble, manifestando que trabajaba en el hotel desde hacía
cuatro (4) años, sobre la invasión dijo que estaba trabajando en el
mantenimiento de la casa y al otro día no pudo entrar porque habían
unas personas dentro, y en cuanto a la posesión respondió que el
hotel tiene una junta directiva y que son varios hermanos.
En relación al segundo testigo, se le preguntó dónde trabaja y dónde
trabajaba para el día 7 de diciembre de 2006, respondiendo que en
ese momento trabajaba para la compañía “MER” desde hacía dos
(2) meses, en el área de soldadura, pero que para esa fecha
trabajaba para el hotel como ayudante de soldadura, luego se le
preguntó cómo le constaba que invadieron o irrumpieron el inmueble
las personas señaladas en el justificativo y las horas, contestando que
se estaban haciendo remodelaciones y se quedaba haciendo
vigilancia cuando tumbaron la puerta, que con él se quedaba
FREDDY ROJAS, que ello ocurrió como a las doce de la madrugada
(12:00 a.m.); y por último se le interrogó que a través de cuáles
representantes el hotel ejercía la posesión, afirmando que a través de
una junta directiva.
En derivación puede observarse que, en cuanto al testigo ANTONIO
RAMÓN SANDREA QUINTERO según el mismo declaró era un
trabajador de la sociedad accionante, por lo que igualmente surge
su inhabilidad para atestiguar en este tipo de causa teniendo un
interés indirecto en las resultas del pleito a favor de su patrono de
conformidad con el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil,
debiendo desecharse su testimonial,  mientras que en relación al
testigo CÉSAR LENÍN LUGO LUGO, se constató que antes era
trabajador del hotel pero para el momento del interrogatorio
manifestó que trabajaba para una empresa que denomina “MER”,
sin embargo sólo tenía dos (2) meses, lo que permite apreciar en
consecuencia que al momento de evacuar el justificativo de testigos
de fecha 28 de marzo de 2007, aún era empleado de la parte actora
por tanto este Juzgador de Alzada se le imposibilita valorar la
ratificación que hizo dicho testigo del mencionado justificativo para
cuyo fin fue evacuado en la presente prueba testimonial, por
incurrir en la misma inhabilidad del otro testigo ya mencionado,
debiendo igualmente desecharse la misma. Y ASÍ SE ESTABLECE.
En conclusión de las precedentes consideraciones, dada la
desestimación de todas las testimoniales analizadas, surge para este
Jurisdicente (sic) Superior (sic) la consecuencia forzosa de desechar
la presente prueba testimonial promovida por la parte actora a los
fines de ratificar los justificativos de testigos promovidos, tomando
base en lo consagrado en el artículo 508 del Código de
Procedimiento Civil, originándose a su vez como resultado, la
desestimación de los referidos justificativos de testigos evacuados en
las fechas 28 de marzo y 7 de noviembre de 2007 por ante la Notaría
Pública Segunda del municipio Maracaibo del estado Zulia,
promovidos también por dicha parte en el proceso como prueba
documental. Y ASÍ SE ESTIMA...”. (Negrillas de la Sala).
 
 
En esta ocasión la abogada formalizante delata la infracción de los

artículos 12 y 478 del Código de Procedimiento Civil, por falta de

aplicación y por falsa aplicación, respectivamente y de nuevo incurre en

el error de no señalarle a la Sala cuál es la norma que el juez debió

aplicar en sustitución del precitado artículo 478 eiusdem, el cual es del

tenor siguiente:

 
 “Artículo 478 del Código de Procedimiento Civil:
No puede tampoco testificar el magistrado en la causa en que está
conociendo; el abogado o apoderado por la parte a quien represente;
el vendedor, en causas de evicción, sobre la cosa vendida; los socios
en asuntos que pertenezcan a la compañía. El heredero presunto, el
donatario,  el que tenga interés, aunque sea indirecto, en las resultas
de un pleito, y el amigo íntimo, no pueden testificar a favor de
aquellos con quienes les comprenda estas relaciones. El enemigo no
puede testificar contra su enemigo.  (Resaltado de la Sala).

No obstante lo antes advertido, en aras de salvaguardar el derecho

a obtener una verdadera tutela judicial efectiva, la Sala observa que

el ad quem, para desechar por inhábiles las testificales de los ciudadanos

JORGE ELÍAS VIVERO GARCÍA, quien declaró que trabajaba en  la

sociedad accionante encargándose de mejoras del hotel,  OSMÁN

ALBERTO VILLALOBOS GARCÍA, quien declaró que se encargaba de

la limpieza y mantenimiento en la sede de la sociedad

accionante,  ANTONIO RAMÓN SANDREA QUINTERO, quien declaró

que trabajaba en el hotel desde hacía cuatro (4) años, y CÉSAR LENÍN

LUGO LUGO, quien para la fecha en la cual se evacuó el justificativo de

testigos,  28 de marzo de 2007, aún era empleado de la parte actora, se

basó en tales declaraciones para considerar que todos estos testigos

tenían un interés indirecto en las resultas del pleito a favor de su

patrono , lo que pone de relieve la improcedencia de la denuncia por


falsa aplicación, pues, el sentenciador superior subsumió correctamente

los hechos en el supuesto abstracto contemplado en la norma delatada

como falsamente aplicada, que prevé la prohibición de testificar a quien

tenga o demuestre tener un interés indirecto en las resultas del pleito.

Esta Sala debe advertir, que el interés que un testigo pueda tener

en las resultas de un juicio  sólo puede ser medido por los jueces que

conocen del fondo de la controversia , sin que el modo como ellos

ejerzan esa facultad pueda originar alguna denuncia ante esta sede de

casación,  pues, esa actividad corresponde a la soberanía de los jueces

de instancia en cuanto a la apreciación de la prueba testimonial .

Por último, si bien es cierto que en esa actividad los jueces de

instancia tienen limitaciones, no es menos cierto que en el caso concreto

el juez superior encuadró los hechos contenidos en las declaraciones de

los testigos en el supuesto abstracto de la norma, y sobre esa base estimó

que los mismos tenían un interés indirecto en las resultas del juicio, de

lo que emerge que el artículo 478 del Código de Procedimiento Civil no

fue violado por falsa aplicación, como indebidamente se delata; y

tampoco se violó por falta de aplicación, lo dispuesto en el artículo 12

del Código de Procedimiento Civil, pues el ad quem se atuvo en su

decisión a las normas del derecho. Así se declara .

 En consecuencia, sobre la base de las razones expuestas, la Sala

declara improcedente la presente denuncia de infracción de los artículos

12 y 478 del Código de Procedimiento Civil.  Así se establece .

VII

 
Bajo el amparo del ordinal 2° del artículo 313 del Código de

Procedimiento Civil, se denuncia en la recurrida la infracción de los

artículos 12 y 276 eiusdem, por falta de aplicación, con base en que

el ad quem debió condenar a la parte querellada al pago de las costas por

haberse declarado sin lugar la cuestión previa que opuso en su

oportunidad legal.

Para fundamentar su denuncia, la abogada formalizante expresa lo

siguiente:
“…El Juez (sic) de la recurrida no tenía porque entrar a conocer de
dicha cuestión previa puesto que la misma no tiene apelación, como
lo establece el artículo 357 del Código de Procedimiento Civil. Pero
sí tenía conocimiento del proceso en su integridad. Conozco la
jurisprudencia de la Sala en el sentido de que sólo si hay una
incidencia autónoma en el proceso, hay que condenar en costas a la
parte vencida, de acuerdo al artículo 274 ejusdem, pero eso,
ciudadanos Magistrados, es en el proceso ordinario conjuntamente
tanto las cuestiones previas como la contestación al fondo. Esta es
una situación distinta a la sentenciada por la Sala en casos anteriores
que sólo se refieren a una incidencia autónoma, pero reitero que en
éste (sic) caso la situación es distinta porque la parte querellada
opuso la cuestión previa de defecto de forma sexta del artículo 346
del Código de Procedimiento Civil conjuntamente con las demás
defensas, por ordenarlo el procedimiento especial, y el cual tiene
aplicación preferente de acuerdo al artículo 22 ejusdem. Alguna
consecuencia procesal ha de tener el vencimiento de la parte
querellada en la cuestión previa opuesta y esa precisamente  (sic) la
intención del legislador con respecto al artículo 276 del Código de
Procedimiento Civil,  ésta (sic) norma ordena la condena en costas a
la parte que haya ejercido un medio de defensa que no haya tenido
éxito, como ha ocurrido en éste (sic) caso con la cuestión previa
opuesta por la querellada, la cual resultó vencedora según la
sentencia recurrida, por lo que ha debido ser condenada en costas
por la defensa ejercida consistente en la cuestión previa  declara (sic)
sin lugar. Infringió así el Juez (sic) de la recurrida también el artículo
12 del Código de Procedimiento Civil por falta de aplicación por no
haberse atenido a las normas del derecho…”.           

Para decidir, la Sala observa :


De los argumentos que sustentan la presente denuncia de

infracción de los artículos 12 y 276 del Código de Procedimiento Civil,

ambos por falta de aplicación, emerge la enorme contradicción en la que

incurre la abogada formalizante, Haidelina Urdaneta, co-apoderada

judicial de la empresa querellante, Hotel Kristoff, C.A., pues, de un lado,

afirma que el juzgador superior no tenía porqué entrar a conocer de la

cuestión previa contemplada en el ordinal 6° del artículo 346 del Código

de Procedimiento Civil, por defecto de forma de la demanda, la cual fue

opuesta por la parte querellada en la oportunidad procesal

correspondiente; y, del otro, afirma que el juez de la recurrida ha debido

condenar en costas a la parte querellada al haber sido declarada sin lugar

la cuestión previa antes comentada.

Dicho en otras palabras, la abogada formalizante en sus

argumentos afirma que el juez de la recurrida no ha debido entrar al

conocimiento de la cuestión previa in comento, lo que debe entenderse

como que no ha debido emitir pronunciamiento sobre ella ; y, a la vez,

sostiene que sí ha debido emitir pronunciamiento para condenar al

pago de las costas a la parte querellada , promovente de la cuestión

previa prevista en el ordinal 6° del artículo 346 del Código de

Procedimiento Civil la cual fue declarada sin lugar por el juzgador de la  

primera instancia, no obstante que dicha cuestión previa no es

susceptible de apelación, de conformidad con lo previsto en el artículo

357 eiusdem.

Pero eso no es todo, pues de la revisión del texto de la propia

sentencia recurrida esta Sala pudo constatar que el  ad quem,  no solo no

se pronunció sobre la suerte de la comentada cuestión previa, sino que

dejó establecido expresamente, lo que de seguida se transcribe:


“…                                      QUINTO
       DE LAS CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
De la revisión de las actas que conforman el presente expediente
remitido a esta Superioridad, se desprende que el objeto de
conocimiento en esta instancia se contrae a sentencia definitiva de
fecha 24 de septiembre de 2009, mediante la cual, el Tribunal a-quo
declaró sin lugar la cuestión previa propuesta y con lugar la
demanda incoada, condenando en costas a los
demandados, evidenciándose de los informes presentados, que la
apelación incoada por la parte querellada deviene de su
disconformidad respecto a la declaratoria con lugar de la demanda,
cuando afirma que la querellante no demostró que ejercía la
posesión del inmueble objeto de la querella ni tampoco el acto del
despojo por parte de los demandados, pidiendo la declaratoria sin
lugar de la demanda conforme al artículo 254 del Código de
Procedimiento Civil, y en caso contrario la perención de la
instancia. (Negrillas de la Sala).
Queda así delimitado el thema decidendum objeto del conocimiento
por este Sentenciador sólo en lo que respecta a la procedencia o no
la demanda incoada y subsidiariamente sobre el alegato de la
perención de la instancia, quedando excluidos los argumentos de la
cuestión previa propuesta en aplicación de la máxima tantum
apellatum quantum devolutum. Y ASÍ SE
ESTABLECE…”. (Negrillas del texto).  
 

La contradicción antes señalada es motivo suficiente para que se

deseche la presente denuncia sin entrar a analizarla, pero en aras de

salvaguardar el derecho a obtener una verdadera tutela judicial efectiva y


garantizar el derecho a la defensa de las partes, esta Sala advierte que

tratándose de la cuestión previa prevista en el ordinal 6° del artículo 346

del Código de Procedimiento Civil, como antes se mencionó, la decisión

del juez a quo no es apelable de conformidad con lo ordenado en el

artículo 357 del Código de Procedimiento Civil, circunstancia ésta que

fue debidamente señalada en la recurrida al excluir de la materia objeto

de apelación lo relativo a la tantas veces nombrada cuestión previa

opuesta por la parte querellada.  Así se establece .

En adición, lo contemplado en el artículo 276 del Código de

Procedimiento Civil, respecto a la condenatoria en costas a la parte que


haya ejercitado los medios o recursos legales sin haber obtenido un

resultado exitoso, no obstante que resulte vencedora en la causa donde

los haya ejercitado, se refiere a aquellos medios que dan lugar a una

incidencia autónoma, como sería, por ejemplo, la incidencia de tacha de

una prueba documental.  Así se declara . 

Por consiguiente, sobre la base de las razones expuestas, esta Sala

forzosamente debe declarar la improcedencia de la falta de aplicación de

los artículos 12 y 276 del Código de Procedimiento Civil.  Así se decide .

D E C I S I Ó N

En mérito de las anteriores consideraciones, este Tribunal


Supremo de Justicia en Sala de Casación Civil, administrando justicia en
nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la
Ley, declara  SIN LUGAR  el recurso de casación anunciado  y
formalizado por la parte querellante, Hotel Kristoff, C.A, contra la
sentencia definitiva  dictada por el Juzgado Superior Segundo en lo Civil,
Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado Zulia,
con sede en la ciudad de Maracaibo, en fecha 21 de noviembre de 2011.

De conformidad con el artículo 320 del Código de Procedimiento

Civil, se condena al pago de las costas del recurso a la parte recurrente

perdidosa.

Publíquese, regístrese y remítase el expediente directamente

al Tribunal de la causa, Juzgado Tercero de Primera Instancia en lo

Civil, Mercantil y del Tránsito de la Circunscripción Judicial del Estado

Zulia, con sede en la ciudad de Maracaibo.  Particípese esta remisión al

Juzgado Superior de origen, ya mencionado.


Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho de la Sala de

Casación Civil del Tribunal Supremo de Justicia, en Caracas, a los

veintiún (21) días del mes de marzo de dos mil trece. Años: 202° de la

Independencia y 154° de la Federación.


Presidenta de la Sala,
 
 
_____________________________
YRIS ARMENIA PEÑA ESPINOZA
Vicepresidenta,
 
 
_________________________
ISBELIA PÉREZ VELÁSQUEZ
Magistrado,
 
 
_______________________________
LUÍS ANTONIO ORTÍZ HERNÁNDEZ
Magistrada Ponente,
 
 
 
 __________________________
AURIDES MERCEDES MORA
Magistrada,
 
 
_____________________________
YRAIMA DE JESÚS ZAPATA LARA
 
Secretario,
 
 
_____________________________
CARLOS WILFREDO FUENTES
 
 
 
 
RC N° AA20-C-2012-000437
NOTA: Publicada en su fecha, a las
 
Secretario,

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