Mecanismos Hemostáticos

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Mecanismos hemostáticos:

La hemostasia se define como el conjunto de mecanismos fisiológicos que


contribuyen a detener una hemorragia y a reducir al mínimo la pérdida de sangre;
involucra por lo menos tres mecanismos estrechamente relacionados:
vasoespasmo, la formación del tapón plaquetario y la coagulación sanguínea.
Los mecanismos homeostáticos pueden evitar una hemorragia en los vasos
sanguíneos pequeños, pero la hemorragia masiva en grandes vasos requiere
atención médica.
1. Vasoespasmo:
Cuando una arteria sufre una lesión, el musculo liso se contrae inmediatamente
evitando la excesiva pérdida de sangre por un plazo de tiempo que incluso puede
ser de horas. Generalmente se produce por el daño provocado al musculo por
sustancias liberadas desde as plaquetas activadas y por los reflejos iniciados en
receptores de dolor.
2. Formación del tapón plaquetario:
El tapón plaquetario se produce de la siguiente manera:
La adhesión plaquetaria la cual consiste en que las plaquetas entran en contacto
con las estructuras de las paredes de los vasos la cual se encuentra lesionada.
Cuando esta adhesión sucede, las plaquetas se activan y cambian e interactúan
entre ellas.
Al ocurrir esto se genera la liberación plaquetaria, ya que las plaquetas empiezan
a liberar contenidos de sus vesículas como ADP y tromboxano A2 los cuales
activan a otras plaquetas y además permiten la contracción del músculo por lo que
el flujo sanguíneo disminuye.
La liberación de esta sustancia llamada ADP proporciona mas adherencia a las
demás plaquetas por lo que se añaden a otras plaquetas ya activadas y forman
una agrupación, generando lo que se conoce como: agregación plaquetaria. Y la
acumulación masiva de plaquetas forma la masa denominada tapón plaquetario.
3. Coagulación.
La coagulación es el proceso por el cual la sangre pierde su liquidez
convirtiéndose en un gel, para formar un coágulo. Estos forman hebras de
fibrina.
El sistema fibrinolítico disuelve los coágulos pequeños e inadecuados y también
los localizados en sitios dañados una vez que ya concluyó la reparación. La
disolución de la coagulación implica ciclos de amplificación y retroalimentación
positiva, creando un impedimento potencial para el flujo sanguíneo en los vasos
sanos. Cuando un coágulo se forma, una enzima plasmática inactiva llamada
plasminógeno se incorpora a él. El coágulo no se extiende más allá de la herida
hacia la circulación sistémica, en parte porque la fibrina absorbe a la trombina
dentro de él.

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