Americalatina - 32 CORTE CP
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Americalatina - 32 CORTE CP
PRESENCIA A LA POLÍTICA
DE LA DIFERENCIA
Representación de las mujeres
en cuatro parlamentos
nacionales (México, Chile,
Argentina y Uruguay)
Mª Antonia Martínez
Antonio Garrido
Sumario
La democracia representativa......................................................................... 7
Conclusiones............................................................................................... 67
Referencias bibliográficas............................................................................. 69
Resumen / Abstract..................................................................................... 80
La democracia representativa
7
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia
pos más desfavorecidos se consigue tanto que las decisiones sean más
inclusivas como que las respuestas estén más acordes con las demandas
de la población. El resultado es una mayor legitimidad del sistema. El
planteamiento es que en la medida en que los órganos representativos
estén más cercanos a las características de la sociedad, y se potencie la
presencia de los sectores desfavorecidos, se logrará, en primer térmi-
no, incrementar la participación y la implicación de esos grupos en
el proceso decisional, lo que redundará en incrementar la legitimidad
del sistema (Young, 2000: 140-142; García, 2001: 224). En segundo
término, se potenciará la comunicación vertical ya que en la medida en
que los grupos dominantes han desatendido históricamente las deman-
das de los sectores más desfavorecidos éstos han visto afectada su con-
fianza en el proceso y contenido decisional. Si se potencia la presencia
real de dichos grupos en los órganos representativos, los integrantes de
los mismos considerarán que sus demandas serán mejor atendidas; se
asegurará que los ciudadanos se involucrarán más en la gestión de los
asuntos públicos; potenciaría la comunicación vertical y horizontal y,
por lo tanto, redundaría en una mayor transparencia y accountability;
facilitaría la receptividad de los representantes; y, todo ello, incidiría
de forma positiva en la legitimidad del sistema (Baubök, 1999: 160-
167; Phillips, 1999: 240-242). Finalmente, fomentar la presencia
de representantes de dichos sectores en las instituciones contribuirá
fuertemente a potenciar la comunicación horizontal entre los propios
representantes. La explicación proviene del hecho de que determinados
issues pueden no estar presentes en la agenda, a pesar de ser cuestiones
relevantes para ciertos grupos. Aun cuando esos temas no estén en la
agenda pública es más probable que los representantes puedan tener un
conocimiento sobre ellos que les permita tanto considerarlos relevantes
como realizar una tarea de deliberación sobre dichos contenidos. Ya
que es imposible que todos los temas estén presentes en la discusión
pública durante la fase previa a las elecciones, lo más probable es que
sobre algunos de ellos los representantes tengan que guiarse en el pro-
17
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia
cuota legal era 2,40 y la cantidad de mujeres debía de ser de 2), de un 28%
(con 7 y 14 cargos la cuota legal ascendía a 2,10 y 4,20 respectivamente,
el redondeo del decreto dejaba en 2 y 4 la cantidad mínima de mujeres en
lista), de un 27% (para 11 o 18 cargos la cuota legal suponía 3,30 y 5,40
mujeres, siendo el redondeo final de 3 y 5 respectivamente), etc. Es cierto
que para otros tamaños de la circunscripción o distrito electoral (para
2, 3, 5, 6, 9, 12, 13 o 15 cargos) el redondeo se producía hacia arriba,
cuando las centésimas derivadas del cálculo de la cuota legal equivalían
o eran mayores que 50, pero en los casos anteriormente mencionados el
incumplimiento del mandato establecido por la ley era evidente y fue muy
fuertemente criticado.
No obstante, pese a las precisiones del desarrollo reglamentario estable-
cidas en el decreto 379/93, la aplicación e implementación efectiva de esta
normativa fue complicada y se suscitaron distintas controversias jurídicas
y políticas, especialmente en lo relativo a las posiciones que debían ocupar
las mujeres en las listas partidarias y los/as legitimados/as para impugnar
las listas que incumplían lo establecido. En el primero de estos aspectos,
cuando se elegían sólo uno o dos cargos, se alegó que aplicar la cuota corres-
pondiente al porcentaje del 30% convertiría automáticamente el cupo en
uno del 50%. Por otro lado, se argumentó que si un partido no lograba
más de dos escaños o bancas legislativas el mandato de incluir a una mujer
en la segunda posición de la candidatura transformaba el cupo inevitable-
mente del 30% al 50%, lo que hizo que en los primeros comicios en los
que se aplicó la nueva legislación, las elecciones de renovación parcial de la
Cámara de Diputados de 1993, los partidos presentaran listas con un 30%
de mujeres, pero en los últimos lugares de las candidaturas. En el segundo
caso, la interpretación restrictiva de la justicia electoral sobre la impugna-
ción de listas, que sólo se permitió a candidatas damnificadas, dificultó el
cumplimiento efectivo de la ley, dado que las mujeres eran muy vulnerables
a la presión de sus respectivos partidos y a la posibilidad de ser sancionadas
por los mismos (Lazzaro, 2008). Sólo el reconocimiento por parte de la
Cámara Nacional Electoral al Consejo Nacional de la Mujer como institu-
ras de las 300 para un mismo sexo, lo que es indudable que no garantizaba
la elección de dichas candidaturas. Adicionalmente, se estableció que los
partidos que seleccionaban mediante primarias a sus candidatos para los
distritos uninominales estaban exonerados del cumplimiento de la cuota.
Para la definitiva reforma de 2002 fueron decisivos tanto el inexorable
ascenso de distintas mujeres a posiciones de liderazgo partidario e institu-
cional y el cálculo electoral de los sectores partidarios más reticentes a la
adopción de políticas de acción positiva como el impacto de determinadas
decisiones judiciales (Peschard, 2003; Baldez, 2004; Reynoso, 2008). Un
factor obvio de impulso a los cupos femeninos fue el acceso de determina-
das mujeres a cargos relevantes. María de los Ángeles Moreno, del PRI, se
convirtió en presidenta del Senado en 1997 y el presidente Zedillo designó
a varias mujeres para su gabinete, mientras que Elba Ester Gordillo ocupó
puestos relevantes dentro del partido y llegó a ser su vicepresidenta o
Beatriz Paredes fue elegida presidenta de la Mesa Directiva del Congreso.
Por parte del PRD, dirigentes con una agenda de género como Amalia
García, que fue elegida presidenta del partido entre 1999 y 2002, y Rosario
Robles, que consiguió acceder a la alcaldía de la ciudad de México, se
situaron también en posiciones prominentes. El cálculo electoral, induda-
blemente, también es otra variable presente en las consideraciones de las
distintas organizaciones electorales haciendo que, incluso, el PRI aprobase
en su asamblea nacional de septiembre de 2001 una medida de paridad del
50% en las listas de candidatos y en los puestos de dirección del partido,
una propuesta que no pudo, en cambio, ser aprobada en el caso del PRD
ante la oposición de la facción más izquierdista del partido; por su parte, el
PAN, el partido más rezagado en el ámbito de la política de cuotas volun-
tarias, también había modificado sus estatutos en 1999 para adaptarlos al
mandato de la ley electoral en relación con la previsión del cupo de género.
Por último, la ventana de oportunidad (policy window), en el sentido de
Kingdon (1995:165), para la introducción de una reforma sobre esta mate-
ria se abrió con la decisión de la Suprema Corte de Justicia de la Nación
en relación con la acción de inconstitucionalidad iniciada por dirigentes
Lo peculiar del rechazo del modelo de cuota fue que el proyecto de ley
fue aprobado globalmente por una amplia mayoría, pero no así el artícu-
lo concreto correspondiente que establecía una cuota específica, ya que
éste requería una mayoría cualificada de dos tercios de los representantes
legislativos al afectar su modificación a las normas electorales. Finalmente,
en mayo de 2006 mujeres representantes de la coalición EP-FA-NM
presentaron simultáneamente en la Cámara de Representantes y en el
Senado sendos proyectos de ley con una propuesta de una cuota mínima
de un tercio de candidatos del mismo sexo y la inclusión de un manda-
to de posición para hacer efectiva la aplicación del cupo establecido, así
como disposiciones relativas a las garantías del cumplimiento de esta nor-
mativa por parte de los distintos partidos, la Corte Electoral y las Juntas
Electorales. Este proyecto de ley fue aprobado, pese a las reticencias de
muchos legisladores de distintos partidos, en el Senado en mayo de 2008
por una abrumadora mayoría de 28 votos a favor de 30, y fue confirmado
por la Cámara de Diputados con la aprobación de la Ley n.º 18476, de 3
de abril de 2009.
Chile es el único de nuestros cuatro casos de estudio que no ha aprobado
una legislación de este tipo. Este resultado es paradójico, puesto que en
Chile las mujeres han obtenido en tiempos recientes importantes éxitos
en su participación en el poder ejecutivo, tanto asumiendo el cargo más
relevante de la nación, la presidencia, en el caso de Michelle Bachelet,
como dirigiendo diversos ministerios bajo la presidencia de Ricardo
Lagos y alcanzando la paridad en el desempeño de carteras ministeriales
con la propia Bachelet. Sin embargo, tan importantes avances no se han
extendido al ámbito del poder legislativo y aún no se ha aprobado nin-
guna legislación específica en relación con cupos electorales, por lo que
en la actualidad sólo funcionan en algunos partidos las cuotas voluntarias
(Franceschet, 2008).
Todos los intentos de legislar sobre cuotas de género en Chile han fracasa-
do. En 1997 ni el presidente Frei ni las organizaciones feministas respalda-
ron activamente un proyecto de ley auspiciado por algunos representantes
Parlamento (ambas
Cámara de Diputados Senado
cámaras)
Países nórdicos 41,4% --- ---
América 21,7% 20,1% 21,4%
Europa - OSCE (incluyendo los países nórdicos) 21,1% 19,9% 20,9%
Europa - OSCE (excluyendo los países nórdicos) 19,2% 19,9% 19,3%
Asia 18,3% 16,5% 18,1%
África Subsahariana 17,9% 20,6% 18,2%
Pacífico 12,9% 31,8% 14,9%
Países Árabes 9,7% 7,0% 8,6%9.1%
27
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1985-1987 95,7 4,3
1987-1991 95,3 4,7
1989-1991 94,5 5,5
1991-1993 94,6 5,4
1993-1995 85,6 14,4
1995-1997 72,0 28,0
1997-1999 71,6 28,4
1999-2001 71,6 28,4
2001-2003 70,4 29,6
2003-2005 65,7 34,3
2005-2007 64,6 35,4
2007-2009 60,0 40,0
2009-2011 58,4 41,6
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1985-1987 93,5 6,5
1987-1991 93,5 6.5
1989-1991 91,3 8.7
1991-1993 91,3 8.7
1993-1995 95,8 4,2
1995-1997 93,9 6,1
1997-1999 93,9 6,1
1999-2001 95,9 4,1
2001-2003 63,9 36,1
2003-2005 56,9 43,1
2005-2007 58,3 41,7
2007-2009 61,1 38,9
2009-2011 62,5 37,5
En México, las mujeres han pasado a tener una mayor presencia en las
listas electorales pero en aquellos puestos en los que no saldrán electas y/o
en puestos de suplente. Las cúpulas de los partidos han cumplido la letra de
la ley pero no su espíritu, de forma que, como se observa en los siguientes
cuadros, la equidad de género todavía está lejos de ser lograda en México.
Y quizás ello sea lo que explique que también la normativa que, en otros
ámbitos, se refiere a la protección de la mujer sea bastante residual en el
caso mexicano (Cardaci y Sánchez, 2005). El aumento de la representación
femenina en la Cámara de Diputados de México también ha tenido un
crecimiento sostenido, pero mucho menos significativo y acusado que en el
caso de Argentina: del 8,8% en 1994 al 23% en 2003 y 2008 en la Cámara
de Diputados y del 12,5% al 18% o 19% en el Senado, según la elección
de referencia, entre 2003 y 2009. También el número de candidaturas sufrió
un significativo aumento en México para las elecciones de 2003: el 22% en
el caso del PAN, el 10% en el caso del PRI y el 12% en el del PRD. En los
anteriores y posteriores comicios los incrementos en el número de candida-
turas femeninas habían sido sensiblemente menores, entre el 2% y el 6%
en el caso del PAN y del 2% al 4% entre 1994 y 1997 en el caso del PRD,
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1994-1997 87,5 12,5
1997-2000 85,2 14,8
2000-2003 84,4 15,6
2003-2006 81,3 18,8
2006-2009 83,6 18,4
2009-2012 80,5 19,5
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1991-1994 91,2 8,8
1994-1997 85,9 14,1
1997-2000 82,6 17,4
2000-2003 84,0 18,8
2003-2006 77,4 22,6
2006-2009 77,0 23,0
2009-2012 71,9 28,1
relación entre los tres partidos principales, ya que el PAN pasó de ser
el partido con menos candidatas en 1994 (más de 11 hombres por
mujer) al grupo con más candidatas en 2003 y 2006 (entre 1,7 y 2
hombres por mujer respectivamente). En el PRI y el PRD el descenso
en esta proporción ha sido más suave y progresivo, como muestra el
gráfico. En las recientes elecciones de 2009, no incluidas en el gráfico,
esta relación se ha situado en los siguientes parámetros: 1,47 en el caso
del PAN; 1,6 en el caso del PRD y 1,93 en el del PRI.
14
12
10 PAN
8 PRI
6 PRD
4
2
0
1994 1997 2000 2003 2006
Fuente: Huerta García y Magar (2006: 180), con datos del IFE
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1989-1993 98 3
1993-1997 98 3
1997-2001 95 5
2001-2005 95 5
2005-2009 95 5
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1989-1993 94,2 5.8
1993-1997 92,5 7.5
1997-2001 89,2 10.8
2001-2005 85,8 14.2
2005-2009 84,2 15.8
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1984-1989 100,0 0
1989-1994 95,4 4,6
1994-1999 35,0 6,5
1999-2004 90,3 9,7
2004-2009 90,3 9,7
2009-2014 87,1 12,9
Hombres Mujeres
Porcentaje sobre el total Porcentaje sobre el total
1984-1989 100,0 0
1989-1994 93,9 6,1
1994-1999 92,9 7,1
1999-2004 87,9 12,1
2004-2009 88,9 11,1
2009-2014 85,9 14,1
12
10
8
6
4
2
0
1989 1991 1999 2001 2003
% mujeres después
% de mujeres % mujeres % mujeres
País de la introducción
antes de las cuotas penúltima elección última elección
de cuotas
Países con cuotas
Argentina 6 28 31 35
Bolivia 11 12 11,5 17
Brasil 7 6 7 9
Costa Rica 14 19 35 39
República Dominicana 12 16 16 20
Ecuador 4 17 15 25
Honduras 9 23
México 19 23 23 28
Panamá 8 11 10 17
Paraguay 3 3 2,5 10
Perú 10 17,5 17,5 29
Países Sin Cuotas
Chile - - 12,5 15
Colombia - - 13 8
El Salvador - - 9,5 17
Guatemala - - 9 12
Nicaragua - - 21 15
Uruguay - - 12 12
Venezuela - - 10 18
35
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia
impedir que los partidos y sus gatekeepers puedan ubicar a las mujeres en
lugares ornamentales o simbólicos y relegarlas a las últimas posiciones de
las candidaturas, donde no tendrían apenas ninguna posibilidad de ser
elegidas. De modo que, si han de resultar efectivas, las leyes relativas a
las cuotas deben incluir un mandato de posición que especifique el lugar
que las mujeres han de ocupar en la lista, como en el caso argentino, en
el que la Ley de Cupos requiere que las mujeres se sitúen en lugares de
las listas donde puedan salir elegidas y, así, para cubrir el umbral exigido
del 30% cada tercer, sexto o noveno candidato, por ejemplo, ha de ser
una mujer. Muy semejante es la normativa boliviana al asignar posiciones
mínimas de ubicación en las que una mujer debe figurar en uno de cada
tres puestos de las listas. En este sentido, un caso paradigmático de la
importancia de los mandatos de posición es Costa Rica, donde la ley de
cuotas, inicialmente aprobada en 1996, no especificaba nada en relación
con la ubicación de las mujeres en las listas partidarias pero la presión del
lobby feminista y de algunos dirigentes gubernamentales propiciaron una
reforma de la misma en virtud de una decisión del Tribunal Supremo de
Elecciones en el sentido de incluir a mujeres en el 40% de las “posiciones
elegibles” (Jones, 2004).
En lo que concierne al cumplimiento voluntario por parte de los parti-
dos, está claro que éste depende de la buena fe de sus líderes y dirigentes,
de manera que, en ciertas ocasiones, como sucedió en Argentina, las
activistas feministas de dichas organizaciones han tenido que recurrir a los
tribunales, a la Cámara Nacional Electoral e, incluso, a la Corte Suprema
de Justicia de la Nación, para exigir una aplicación estricta de la normativa
vigente. La discrecionalidad de los líderes puede conducir, por contraste, a
la ubicación de las mujeres en candidaturas inefectivas o inseguras, como
los puestos suplentes o en distritos y circunscripciones que tienen pocas
probabilidades de éxito.
Un buen ejemplo de la primera estrategia era el caso de México, donde
la tendencia habitual de los partidos más relevantes había sido ubicar a la
mayor parte de sus candidatas en posiciones de suplencia. El diferencial
60 Candidatas propietarias
50
40 Candidatas suplentes
30
20
10
0
1994 1997 2000 2003 2006
MR (%)
MR (%)
MR (%)
MR (%)
MR (%)
MP (%)
MP (%)
MP (%)
MP (%)
RP/MR
RP/MR
RP/MR
RP/MR
RP/MR
RP/MR
RP (%)
RP (%)
Fuente: Huerta García y Magar (2006: 190), con datos del IFE, y actualización de
datos por los autores.
Partido o alianza H M Total Partido político Sujetos a cuota No sujetos a cuota Total
PAN 111 92 203 PAN 203 97 300
% 54.68 45,32 67,67 32,33
PRD 172 79 251 PRD 251 49 300
% 68,53 31,47 83,67 16,33
PRI 3 4 7 PRI 7 230 237
% 42,86 57,14 2,95 97,05
PVEM 141 96 237 PVEM 237 237
% 59,49 40,51
PANAL 194 97 291 PANAL 291 291
% 66,67 33,33
PSD 194 106 300 PSD 300 300
% 64,67 35,33
Primero México Primero México
1 1 2 2 61 63
(PRI+PVDM) (PRI+PVDM)
% 50 50 3,17 96,83
Salvemos México Salvemos México
84 63 147 147 153 300
(PT+Conv) (PT+Conv)
% 57,14 42,86 49 51
Total 900 538 1.438 Total 1.438 590 2.028
% 62,59 37,41 70,91 29,9
PANAL
PSD
PRI-PVEM
PT-CONV
0 20 40 60 80 100
y Navia, 1999; Jones, 2009). De hecho, en los países que han promovido
una política de cuotas y utilizan listas abiertas, como en Brasil, Ecuador,
Panamá o Perú, por ejemplo, la ley no indica nada sobre las posiciones3.
3. Podemos mencionar un solo ejemplo, dado que ninguno de nuestros cuatro casos de
estudio se corresponde con este sistema electoral: Brasil. En Brasil la ausencia de barreras
de entrada, capaces de inhibir la tendencia hacia la proliferación de candidaturas, facilita
la disidencia de muchos políticos críticos con la línea oficial de sus partidos o insatisfechos
con sus funciones y con los puestos que ocupan en las listas electorales, introduciendo
una mayor fragmentación y poniendo en peligro la cohesión y disciplina de unas fuerzas
políticas tan débiles y atrofiadas como volátiles. El sistema proporcional funciona, así, con
un umbral de acceso a la representación por debajo del 1% del voto, lo que ha estimulado
la formación constante de nuevos partidos. El procedimiento para la atribución de escaños
es el sistema de cuota o de restos mayores usando el cociente electoral simple o método
de Hare (este cociente o cifra repartidora se obtiene dividiendo el número total de votos
válidos emitidos, incluyendo los votos en blanco, entre el número de escaños que deben
ser asignados en la circunscripción) y los partidos obtienen tantos escaños como veces la
suma de sus votos alcanza este cociente, excluyéndose del reparto de los escaños sobran-
tes los grupos que no llegan a la cuota. Esto supone que un partido pequeño para recibir
un escaño en Sao Paulo, el mayor distrito electoral, necesita haber obtenido 1/60, es decir,
un 1,67% de los votos; sin embargo, el cálculo del umbral de representación puede dar lu-
gar a una estimación mucho más baja (un 0,83% del voto, suponiendo que el resto medio
sea la mitad de la cuota Hare y que el umbral de representación sea la mitad del cociente
electoral simple), puesto que las normas electorales permiten la formación de coaliciones
entre varios partidos y sólo aquellas tienen que superar el cociente establecido, por lo
que el umbral real de acceso a la cámara para los partidos individuales miembros de estas
alianzas es bastante menor. En principio, este sistema sería favorable para la aplicación de
un sistema de cuota femenina, como el introducido en 1997 mediante la reforma de las
leyes electorales. Sin embargo, el sistema de lista abierta brasileño, que obliga a las mujeres
candidatas a disponer de recursos propios para la financiación de sus campañas y permite
a los electorales expresar su preferencia por candidatos específicos, ha dificultado en gran
medida la incorporación de la mujer, que ha experimentado un avance muy escaso en
representación parlamentaria: del 5-6% de mujeres que registraba la Cámara Federal de
Diputados en 1994 y 1998 se ha pasado a sólo un 8% en 2002 y 2006.
Tamaño de la
País Periodo Tipo de sistema
asamblea (medio) Porcentaje
Escaños/ Distritos
de escaños
Nivel uninominal
Nivel proporcional
(ó 2º nivel adjudicación escaños)
Magnitud del distrito
Fórmula electoral Umbral de distrito Número de distritos Fórmula
(media)
D’Hondt 6,24 3% - -
Hare 13 1 cuota - -
D’Hondt 13,65 1 cuota - -
D’Hondt 18,68 1 cuota - -
D’Hondt 5,23 - - -
D’Hondt 2 - - -
LR-Hare 7,65 - - -
LR-Hare 4,88 - - -
LR-Hare 7,65 1/2 cuota - -
LR-Hare 2,94 0,6 cuota 12 Proporcional
LR-Hare 200 2% 300 Mayoría relativa
Hare 10 - - -
53
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia
este hecho puesto que se han elaborado importantes planes nacionales como
el Plan Federal de la Mujer, el Plan para la Igualdad de Oportunidades entre
Varones y Mujeres en el Mundo Laboral, el Programa Nacional “Mujer,
Equidad y Trabajo”, el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación
Responsable, el Plan “Jefas y Jefes de Hogar Desocupados”, el Proyecto
“Mujer Campesina”, entre muchos otros, y se han sancionado leyes como
las que se refieren a la protección contra la violencia familiar (Ley 24.417),
la institución del Día Nacional de los Derechos Políticos de las Mujeres
(Ley 24.785), la sanción de la ley de participación femenina en las unidades
de negociación colectiva de las condiciones laborales o ley de “cupo sindical
femenino” (Ley 25.674), la reforma laboral en relación con la figura del
despido discriminatorio por razón de raza, sexo o religión (Ley 25.013)
o de estímulos al empleo estable y la incorporación de incentivos para el
empleo femenino (Ley 25.250), la reforma penal relativa a los delitos contra
la integridad sexual (Ley 25.087), etc.
800
Total iniciativas
600 Total iniciativas convertidas
presentadas en ley Iniciativas
400 1035 Iniciativas 383
de género de género
presentadas convertidas
200 en ley
27
0 9
Fuente: www.parlamento.gub.uy/externos/parlamenta/genero2.html
sobre cuotas
precuotas 1991
Provincia
Legislación
Cuota
Mandato
de posición
% de diputadas
Total Cámara 2003
Total Diputadas 2003
% de mujeres 2003
Total Senado 2003
Total Senadoras 2003
% de mujeres 2003
Total Cámara 2007
Total Mujeres 2007
% de mujeres 2007
67
Mª Antonia Martínez Rodríguez y Antonio Garrido Rubia