10 - Empatía y Santísima Trinidad-Claudia Daniela Onorato

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Empatía y Santísima Trinidad

en Don Bosco

Claudia Daniela Onorato


Claudia Daniela Onorato

Empatía y Santísima Trinidad en Don

Bosco

Empatía y Santísima Trinidad en Don Bosco by Claudia

Daniela Onorato is licensed under a Creative Commons

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License.
Este libro, basado en el pilar de la Religión, explicita cómo vivimos la

comunión de los santos encarnada en la familia salesiana y aborda el Misterio de la

Santísima Trinidad, por el cual, en una persona están todas las dem
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Capítulo 1- La comunión en Don Bosco


Abordamos en este libro el misterio de la Santísima Trinidad en Don

Bosco. Para hacerlo puntualizaremos algunos aportes del P. Egidio Viganó, en la

Carta de Identidad de la familia salesiana, que refieren a la Santísima Trinidad y los

pondremos en relación con los aportes de Edith Stein, sobre la Eucaristía.

Pasaremos, luego, a entender este misterio desde otra perspectiva, la de la

encarnación. El problema del cual partimos es ¿Cómo se vive en la obra salesiana

la comunión de los santos que nos santifica? ¿Cómo se manifiesta en nuestra vida

cotidiana esta comunión invisible con el cuerpo salesiano? ¿Qué sucede en este

cuerpo místico cuando alguno que pertenece a él no vive en gracia de Dios?

Desde los aportes del carisma salesiano afirmamos que la comunión nos

llega por la Eucaristía, centro de toda nuestra vida. Esta comunión eucarística nos

pone en comunión con todo el cuerpo místico salesiano, nos une de una manera

misteriosa, invisible y solidaria. En efecto, la comunión es relación, es común-unión.

Por ende, para el salesiano, la comunión Eucarística no es formar para

la entrega, tal como lo propone Bertolini (2013), sino que es formar para la relación,

para el diálogo, para la comunicación profunda, para restaurar la comunión si es

necesario, tal como lo propone Edith Stein. Tal como lo venimos señalando, la

formación Eucarística en Don Bosco es formar para la relación, pero, no de

cualquier manera, hay que formar en positivo: formar para la relación de intimidad

(religión), para la relación de amor (Amarevolezza), para la relación de sanación


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que discierne lo bueno y rechaza lo malo (razón). Emergen, entonces, dos

constructos: comunión y comunicación, Eucaristía y encuentro.

Según Egidio Viganó (2012), la comunión en la familia salesiana es:

 Una familia

 El Padre, nos hace hermanos y nos invita a dar lo mejor de

nosotros mismos.

 El Hijo, aparece con diversos rasgos.

 El Espíritu Santo, que nos hace fecundos.

La Familia apostólica de Don Bosco es antes de nada y

sobre todo una Familia carismática, es decir, un don del Espíritu a la

Iglesia con vistas a una misión (cf. 1Cor 12,1.4-6); sus raíces más

verdaderas y profundas se encuentran, en efecto, en el Misterio

Trinitario, o lo que es lo mismo en ese amor infinito que une al Padre,

al Hijo y al Espíritu, fuente, modelo y meta de toda familia humana.

La referencia a Dios Padre inspira y motiva a los miembros

y a los Grupos de la Familia Salesiana a acogerse cordialmente como

hermanos y hermanas, porque Él los ama y Él los llama a colaborar

en el ancho campo de la misión salesiana; es una invitación a superar

miedos, reservas y desconfianzas y a valorizar lo que cada uno puede

y logra dar.
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La referencia a Jesús, motiva a cada Grupo a poner de

relieve alguno de sus rasgos: Jesús buen Samaritano; Jesús buen

Pastor.

La referencia al Espíritu Santo remite a la fecundidad de

nuestra Familia.

De estos aportes de don Egidio Viganó, tomamos el que refiere a Jesús,

por ser el que aparece con un rostro. Al Padre y al Espíritu no lo vemos, pero, a

Cristo, sí podemos verlo, porque se hizo hombre. Nos interesa profundizar en la

Santísima Trinidad, o sea, “en ese amor infinito que nos une como familia” para

conocer sus manifestaciones en lo cotidiano. Para eso, necesitamos ver ese amor

encarnado, ver a Cristo sabiendo que, en Él, están, también, el Padre y El Espíritu

Santo. En este mismo sentido, afirmamos que, en uno, en Cristo, están todos, toda

la Santísima Trinidad. Mirando a Cristo, miramos al Padre y al Espíritu Santo.

Resulta oportuno señalar que hablamos de comunión y de formación

para la comunión, de Eucaristía y de formación eucarística, esto nos parece

relevante porque podemos saber mucho acerca del misterio Trinitario, haber

estudiado teología durante muchos años, pero, esos conocimientos no se hicieron

cuerpo, no se incorporaron, no se encarnaron, no transformaron nuestra vida. Don

Bosco no lo hizo así, para él la formación se hace desde la vida, se hace

encarnándola.
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Concretando de una vez, abordaremos el tema de la Santísima Trinidad

desde Jesucristo, porque en uno están todos, veremos la realidad de la comunión

(Eucaristía) como comunicación en positivo y explicitaremos la formación para la

relación, para vivir en comunión, en la familia salesiana.


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La Eucaristía
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Capítulo 2- La Eucaristía

La Eucaristía en Don Bosco


Escribe Egidio Viganó (1995), en la Carta de Comunión de la familia

salesiana:

El Cristo que domina la existencia de San Juan Bosco es, sobre todo, el

Jesucristo vivo y presente en la Eucaristía, el dueño de casa, como solía decir

nuestro Fundador, el centro de gravedad hacia el que converge todo, el pan de vida,

Hijo de María, Madre de Dios y de la Iglesia. San Juan Bosco vivió de esta presencia

y en esta presencia.

La Eucaristía sacrificio y sacramento, la Eucaristía comida y adorada, es

en la vida de San Juan Bosco fuerza y consuelo, fuente de paz y horno de actividad.

Para sí mismo y para los jóvenes, era inconcebible la santidad sin la Eucaristía.

La Eucaristía es la clave para la conversión radical del corazón al amor

de Dios.

La centralidad de Cristo se vive, en el espíritu salesiano, con una

sensibilidad extraordinaria de contemplación y amistad hacia la Eucaristía.

La Pedagogía salesiana
Veamos algunas características de la Pedagogía de Don Bosco,

entendida como relación, como proceso de interacción y comunicación, que nos


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ayuden a dar cuenta de las manifestaciones de comunión en Don Bosco, mirando

cómo él formaba para la comunión en el oratorio.

Según Valiente Moreno Francisco Javier (2011) para Don Bosco todo

comunica: la imagen, la presentación, el cuidado de los mensajes, la identidad

gráfica, el tipo de relaciones que se favorece, todo ello puesto al servicio de la

comunicación, pues todo ello es parte del mensaje. Juan Bosco, conoce a sus

muchachos, sabe quiénes son, cuáles son sus necesidades, sus sueños e ilusiones.

Entonces, a la hora de construir el mensaje, es preciso conocer bien al

destinatario de ese mensaje. Y será preciso diversificar los mensajes en función de

los receptores.

En las biografías de sus jóvenes alumnos fallecidos en el oratorio, Don

Bosco deja entrever que a cada uno de ellos los ha tratado de manera diversa.

Teniendo en cuenta al receptor, se diversifican mensajes y canales, se utilizan

distintos lenguajes. A todos llegaban los mensajes de las catequesis, sermones,

carteles que había en el patio del oratorio. A algunos los reunía en grupos y les

proponía otro tipo de mensajes. A otros, por otra parte, les escribía notas que

escondía bajo la almohada, o tenía una palabra directa, (las palabras al oído, que

llama la tradición salesiana), que hacían referencia a su situación vital o a su

comportamiento.

En cuanto a los mensajes propiamente dichos, estos buscaban lo que

Don Bosco definía como «la salvación de las almas», que era el desarrollo integral
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de la persona del joven, de todas sus capacidades y posibilidades vista, la persona,

desde la perspectiva del humanismo cristiano. Muchas veces se trataba de

mensajes en forma de narración, de sueño, de historia, pero eran mensajes

percibidos con claridad por los destinatarios. A veces, formulados en forma de

eslogan que repetían los mismos chavales del oratorio pues captaban que en ellos

se escondía una buena parte de la sabiduría de Don Bosco.

La eucaristía según Edith Stein


Escribe Stein (2003) algunas verdades acerca de la Eucaristía:

1. Jesús está presente en la Eucaristía.

2. La Eucaristía es la renovación diaria del sacrificio de la cruz en el

altar.

3. Jesús quiere unir íntimamente a cada persona con Él en la

comunión.

4. Allí, Cristo nos espera para tomar nuestras cargas, consolarnos,

aconsejarnos, ayudarnos.

5. Cuando participamos de la liturgia hace posible que nosotros

vivamos su vida, pasión y muerte, su resurrección y ascensión, el

inicio y el desarrollo de su comunidad: La Iglesia.

6. Así, somos elevados de nuestra estrechez hacia la anchura de su

Reino, sus asuntos son los nuestros.


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7. Nos unimos cada vez más profundamente a Cristo y a la

comunidad.

8. Desaparece la soledad.

Desde los desarrollos que venimos proponiendo, estas claves nos

dirigen a pensar, no solo en la misa y el sacramento, sino en el sacerdote y la

comunidad.

Para Stein (2003), la presencia sacramental dice que allí está nuestro

Hogar. En cuanto a las tareas diarias, no nos alejan del hogar sino solo físicamente

porque todas nuestras tareas las recibimos de las manos del Señor en la Eucaristía

y, en la misa, volvemos al hogar para dejar todo en sus manos. Cristo renueva su

sacrificio en la misa, así nos purifica y renueva. De este modo, nos alimenta con la

gracia de manera abundante. Si alguno no lo recibe, queda con el corazón frío,

endurecido, desprecia la gracia, la pisotea. Él alimenta a cada uno, entra en

nosotros y nosotros entramos íntimamente en él. Más a menudo nos unamos a

Cristo más íntima e intensa será la comunión. (p 151) Se nos invita a participar

siempre que nos sea posible de este misterio de comunión.

El sacerdote en la misa es Cristo que se encarna para la comunidad.

La comunidad es su esposa. Es sacerdote se unirá íntimamente a su

esposa (la comunidad) en la misa. La misa tiene dos momentos. El primero es el de

la Liturgia de la Palabra. Allí la Palabra será proclamada y el sacerdote hablará a su

esposa, esperando que ella reciba la palabra para hacerla fecunda, mientras predica

sabrá si la comunidad está respondiendo o no a la Palabra, es decir, se trata de una


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relación, hay un ida y vuelta permanente. Luego, el sacerdote iniciará la liturgia

Eucarística, la esposa se ofrecerá, la comunidad será la ofrenda que el sacerdote

tomará en sus manos y bendecirá. Dispuestos a comulgar, Cristo sacerdote y su

esposa se unirán, en unión esponsal, amorosa.

En la vida cotidiana la misa se celebra en “el altar del mundo”. El

sacerdote, Cristo encarnado, no deja de unirse a su esposa en la cotidianidad con

sus mensajes y su acción. El sacerdote está enamorado de su comunidad, no deja

de enviarle mensajes y de servirla a diario en todo lo que pueda, con alegría y

vitalidad, será siempre el esposo joven y amante de la comunidad, de lo contrario,

llevaría solo su indignidad, su pecado, a la misa. La comunidad, no deja de

responder al Buen Pastor por no estar en la misa, permanece unida al Pastor

siempre, de lo contrario llevaría solo su indignidad, su pecado, al encuentro con

Cristo.

Por último, sumamos el diálogo entre el esposo y su esposa, entre la

comunidad y el Buen Pastor. Diálogo permanente, que no se corta nunca. A esto

nos referimos cuando hablamos de estar presentes con dignidad en la misa, a que

estuvimos conversando en comunión durante todo el día, el encuentro en la misa

es motivo de alegrarnos por habernos entregado lo mejor durante la jornada y

encontrarnos para seguir alimentando el amor.

No hay división entre Cristo Eucaristía y Cristo encarnado, es el mismo

Cristo que quita nuestras cargas, nos aconseja, y “nos la hace fácil”, se ocupa de

nosotros de modo personal, nos ofrece toda su atención, es fiel y cariñoso, nos
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libera de tareas agobiantes, nos da descanso, comprensión profunda, fortaleza,

guía, acompañamiento. En la Eucaristía revivimos la vida de Cristo, aprendemos a

ser como él, a tener su mentalidad, a no contentarnos con una vida plana, a no

acostumbrarnos a la tristeza, a ensanchar la vida al elevarnos en nuestro ser,

crecemos en la unidad con él y con todos.

La comunidad, esposa de Cristo, es generosa y libre, con gran

capacidad de amor, vive ennoblecida como esposa del Rey, siempre responde a

su guía, está atenta a servirlo en todo, y no quiere otra cosa más que al Salvador.

Él es lo central, lo más alto y mantiene una relación confiada, buscando lo que le

agrada, deshabituándose del pecado, viviendo las virtudes. La vida eucarística es

formada en lo interior y en lo exterior para unirse cada vez más a Él.

La disposición anímica del sacerdote y de la comunidad para participar

de la celebración eucarística es cuidada durante todo el día y durante toda la vida.

Vivir de este modo es formarse eucarísticamente.

Educación Eucarística
Así, hablamos de la educación eucarística. Más concretamente, en

nuestra vida diaria hacemos esto mediante: el ejemplo, la enseñanza, el

habituarse.
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En el caso del ejemplo, señala Stein (2003), que la vida eucarística se

manifiesta con fuerza de atracción: por la paz, la alegría, el servicio, el amor con el

que vivimos.

En la enseñanza, refiere a que nos interesamos por comprender mejor

estas verdades formándonos nosotros mismos en ellas y enseñándolas a otros

siempre.

En cuanto al habituarse, se trata de adoptar un estilo de vida eucarístico,

esto es, habituar el cuerpo, el orden de la vida cotidiana, desacostumbrarse del

pecado, y vivir en la alegría. Se trata de tener nuestro Hogar en Él, que sea el centro

de nuestra vida, convertir nuestra vida en la suya. Jesús está presente en la

Eucaristía, junto a Él estamos en el hogar, en la Iglesia estamos como en nuestra

casa, allí recibiremos siempre ayuda, consejo.

Nos mantenemos en diálogo permanente tanto el sacerdote como la

comunidad para recibir las gracias de Dios durante toda la jornada, vamos a misa

diariamente a seguir alimentando la vida divina en nosotros, no despreciamos ni

pisoteamos la gracia porque no dejamos entrar la acción del mal en nuestras vidas.
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Formar
para
la comunión
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Capítulo 3- La comunión de los santos

Estar en el hogar
En primer lugar, afirmamos que Jesús está presente en la Eucaristía, Él

quiere unirse íntimamente a cada uno para llevarnos a la comunión y, así, llevarnos

a la plenitud, podemos permanecer abiertos a la acción de Dios, Él nos eleva hacia

la anchura de su Reino.

Sabemos que esto sucede en la misa y lo acogemos en nuestro corazón.

Es allí donde decidimos decir Sí a Dios, decidimos hacer su voluntad, entramos en

la comunión de los santos, ingresamos en el movimiento de la gracia que, desde

ese momento, nos lleva, nos conduce. De lo contrario elegimos vivir fuera de la

comunión con Dios, es decir, elegimos dejarnos conducir por la acción del mal en

nuestra vida.

“Precisamente, la convicción de que este poder maligno está entre

nosotros, es lo que nos permite entender por qué a veces el mal tiene tanta fuerza

destructiva.” (GE n°170). Siempre somos conducidos por alguien más. Estamos

conectados a alguien superior a nosotros mismos, nosotros decidimos a quien

conectarnos. Cuanto más conscientes de esta realidad: “TODOS ESTAMOS

SIENDO CONDUCIDOS POR FUERZAS SUPERIORES A NOSOTROS MISMOS”,

más conscientes somos de nuestras decisiones diarias, porque en cada respuesta

que damos decidimos a quién obedecer. Es el único modo de hacer el propio

camino. Desaparece la soledad. Dice Stein, que de esta conciencia brota la idea de
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“estar en el hogar” QUIEN ELIGE ENTRAR EN LA COMUNIÓN Y DEJARSE

CONDUCIR POR DIOS ESTÁ EN EL HOGAR.

El hogar salesiano
En segundo lugar, pensamos en el sacerdote y en las comunidades de

personas consagradas a Dios.

Decimos que los salesianos, como sacerdotes, encarnan a Cristo en la

actualidad, son Jesús encarnado para la comunidad. Las consagradas, por ejemplo,

las Hijas de María Auxiliadora, encarnan a la comunidad. Todos ellos están

representados por la autoridad, porque la Iglesia es jerárquica. Las autoridades de

la familia salesiana son el Rector Mayor y la Madre General.

"¿Cómo creerán en aquél a quien no han oído? ¿cómo oirán

sin que se les predique? y ¿cómo predicarán si no son enviados?" (Rm

10, 14-15). Nadie, ningún individuo ni ninguna comunidad, puede

anunciarse a sí mismo el Evangelio. "La fe viene de la predicación" (Rm

10, 17). Nadie se puede dar a sí mismo el mandato ni la misión de

anunciar el Evangelio. El enviado del Señor habla y obra no con autoridad

propia, sino en virtud de la autoridad de Cristo; no como miembro de la

comunidad, sino hablando a ella en nombre de Cristo. Nadie puede

conferirse a sí mismo la gracia, ella debe ser dada y ofrecida. Eso supone

ministros de la gracia, autorizados y habilitados por parte de Cristo. De

Él LOS OBISPOS Y LOS PRESBÍTEROS RECIBEN LA MISIÓN Y LA


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FACULTAD (EL "PODER SAGRADO") DE ACTUAR IN PERSONA

CHRISTI CAPITIS " (Catecismo, N°875)

Las consagradas
Veamos el concepto de comunidad salesiana. Entendemos por tal al

conjunto de personas que comparten un mismo carisma. Nos interesa,

particularmente, la comunidad de las HMA, por ser la comunidad de religiosas de la

familia salesiana. A decir de Juan Pablo II, constituyen el rostro femenino: novia,

esposa, madre, amor, fecundidad. Comunidad desposada con un solo esposo,

llamadas a ser esposas de Cristo redentor del mundo, a difundir amor con la lozanía

de dos esposos que se aman en la alegría de la entrega sin reservas y en la

generosidad diarias, tanto cuando el cielo de la vida es primaveral y sereno, como

cuando se ciernen la noche y las nubes del invierno del espíritu. En este sentido se

comprende por qué el Apocalipsis, a pesar de su dramática representación de la

historia, abunda en cantos, música y liturgias alegres (Catequesis J.P II)

De lo anterior se desprende, que la comunidad de las HMA, es la esposa

de Cristo. Esta comunidad está representada por la Madre General.

Ahora bien, hemos expresado que la comunión de los santos es la

comunión entre personas santas. Nos preguntamos ¿Cómo se encarna en el hogar

salesiano esta comunión entre el esposo y la esposa a nivel de familia salesiana y

a nivel personal?
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Respondemos, a nivel de familia salesiana, podemos ver a Cristo

encarnado en su representante, el Rector Mayor que tienen por esposa a su

comunidad, representada por la Madre General. A nivel personal, cada sacerdote

es Cristo encarnado y cada Hija de María Auxiliadora es la comunidad encarnada o

la Iglesia.

“La comunidad está llamada a crear ese «espacio

teologal en el que se puede experimentar la presencia mística

del Señor resucitado». Compartir la Palabra y celebrar juntos

la Eucaristía nos hace más hermanos y nos va convirtiendo en

comunidad santa y misionera. Esto da lugar también a

verdaderas experiencias místicas vividas en comunidad, como

fue el caso de san Benito y santa Escolástica, o aquel sublime

encuentro espiritual que vivieron juntos san Agustín y su

madre santa Mónica: «Cuando ya se acercaba el día de su

muerte ―día por ti conocido, y que nosotros ignorábamos―,

sucedió, por tus ocultos designios, como lo creo firmemente,

que nos encontramos ella y yo solos, apoyados en una

ventana que daba al jardín interior de la casa donde nos

hospedábamos. Y abríamos la boca de nuestro corazón,

ávidos de las corrientes de tu fuente, la fuente de vida que hay

en ti. Y mientras estamos hablando y suspirando por ella (la

sabiduría), llegamos a tocarla un poco con todo el ímpetu de


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nuestro corazón de modo que fuese la vida sempiterna cual

fue este momento de intuición por el cual suspiramos» (GE n°

142)

La comunión de los santos


Todos los salesianos, tienen por esposa a la comunidad, representada

por la Madre General y por cada HMA. Todas las HMA tienen por esposo a Cristo,

representado por el Rector Mayor y por cada sdb. Juntos forman una comunidad

mística.

Concretando de una vez, todos los consagrados son dos porque están

conectados a una persona superior (Dios). Son dos, el consagrado y Dios; la

consagrada y Dios.

Cada sacerdote se dedica de modo especial a su comunidad, cada

sacerdote tiene una comunidad exclusiva, ella es lo prioritario para él. Cada

hermana se dedica a su esposo, él es lo prioritario. Ambos, sacerdote y religiosa,

están en el hogar y no hay nada que importe más que estar en casa. La carrera, el

prestigio, el querer escalar y llegar a altos cargos, están demás, cuando lo que

colma el corazón y lo deja satisfecho está en casa no se necesita de nada más.

Cada sacerdote está profundamente enamorado de su comunidad

particular, como esposo, velará por su esposa procurándole toda clase de servicios,

llenándola de detalles amorosos. Del mismo modo lo hará cada religiosa.


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Estamos diciendo que hemos elegido entrar en comunión con Dios, que

queremos dejarnos conducir por él y que esto no puede darse de un modo

desencarnado, por lo tanto, debemos poder ver de manera encarnada en nuestra

vida esta comunión con lo divino, la comunión de los santos.

El vínculo esponsal
Diremos ahora, cómo se relacionan las personas consagradas que viven

la comunión espiritual siendo dos.

En el caso del salesiano. El sacerdote tiene conciencia de la distinción

divina que se le ha hecho en el llamado a la vocación sacerdotal. Además, sabe que

es Cristo encarnado en la comunidad. Se presenta a la comunidad como el esposo.

Sostenemos que es necesario que el sacerdote tome conciencia de que

no está solo, que es dos. Además, debe ser consciente de que está siendo guiado,

llevado por Dios, solo se le pide dejarse conducir. Es el momento de tomar

conciencia de que ha hecho una opción radical, dejó a su padre y a su madre para

unirse a su esposa y formar con ella un hogar. Todo lo que haga o deje de hacer lo

llevará a la relación con su esposa.

Desde esta conciencia, el sacerdote desea vivir una vida acorde al

Evangelio. Para hacerlo debe darse cuenta de la fealdad del pecado y rechazarlo

(esto es motivo de formación) hasta apropiarse de la frase donbosquiana “morir

antes que pecar”. Todo pecado desfigura la imagen del consagrado, por ende,

desfigura la relación con su esposa.


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No se puede dar por sentado que los sacerdotes vivan en gracia, es un

don sobrenatural que se debe pedir y en el cual el sacerdote se debe formar. Luego,

podrá ver en su cotidiano cómo se manifiesta esta unión esponsal.

En el caso de la consagrada. Tiene conciencia de que ha sido elegida

por Dios para ser su esposa. Sabe que es una mujer consagrada a Dios en la

comunidad. Lo dicho para el sacerdote es igual para ella.

Ambos, consagrado y consagrada, son dos. Él se sabrá esposo, esposo

amante, siempre joven, con los ideales juveniles frescos, lleno de vigor y vitalidad.

Es esposo de la Iglesia, pero, no de una iglesia de cuadros, desencarnada, esa

Iglesia es una mujer con rostro, es decir, una persona. La consagrada, se sabrá

esposa, se embellecerá para el esposo, será fecunda, feliz, plena, satisfecha. Es

esposa de Cristo, no de un Cristo de yeso o de estampita, desencarnado, ese Cristo

tiene rostro, es decir es una persona.

Sigamos profundizando en estas ideas y sus consecuencias para la vida

consagrada. Vamos a describir cómo se relacionan los esposos. Para hacerlo,

tomaremos el punto de vista de la esposa, teniendo en cuenta que la misma puede

ser cualquier HMA del planeta.

El dos
La santificación es un camino comunitario, de dos en dos (GE. N° 141)

¿Cómo se vive siendo dos?


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Soy una HMA, me despierto temprano en la mañana, al levantarme

saludo a mi esposo, él está conmigo siempre, con él, somos dos, eso me alegra.

Para vivir esa esponsalidad, me reconozco como su esposa, le agradezco por ser

mi esposo, le hago un lugar en mi casa, desde ahora todo será dos. Este amor debe

transparentarse, hacerse visible para todos en mi cotidiano: involucra el cuidado de

mis cosas, de mi imagen, la atención a los detalles de amor, el intentar agradarle

haciendo lo que a él le agrada, si hablo con alguien él está, por lo tanto, le consulto

si le parece bien lo que voy a responder a esa persona que está conmigo. Donde

yo esté, el esposo está. Debo rechazar toda idea de estar sola o abandonada.

Un día de mi vida como HMA


Me despierto por la mañana, mi día y mi casa deben disponerse para la

novedad ¡soy un dos!, ahora todo es compartido. Lo primero es levantarme e

higienizarme. Como sé que a mi esposo le gusta tener una esposa alegre decido

levantarme con buen ánimo, higienizarme bailando, luego, volver a mi pieza y

cambiarme procurando que mi ropa esté en las mejores condiciones de limpieza y

planchado, después, iré a donde tengo los elementos de perfumería para

perfumarme bien. Empieza mi rutina, abro las ventanas, sacudo la cama, la tiendo

bonita y, con la pieza ordenada, me voy a desayunar. Saludo a mi esposo, le digo

que lo quiero, preparo el café mientras converso con él que, imagino, está sentado

a la mesa mirándome, diciéndome que le gusta cómo me arreglé hoy, que estoy

bonita, así, inicio un ritual de aromas y sabores agradables.


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Termino de desayunar, lavo mi taza y ordeno todo, porque sé que a mi

esposo le gusta que su esposa sea una persona ordenada.

Voy a hacer mi oración inicial del día. Cuántas palabras hermosas para

decirle al esposo.

Empiezo mis actividades diarias, mi esposo está conmigo compartiendo

todo. Llega un sacerdote, representa a mi esposo encarnado, lo escucho porque –

si vive en gracia de Dios- él me trae un mensaje del esposo. Recibo el mensaje y

doy los míos al sacerdote como representante de su esposa.

Durante todo el día estoy en mi hogar, con mi esposo, no salgo de mi

hogar interior, ¿cómo me mantengo en el hogar?, ¿cómo permanezco en la

presencia de mi esposo? Lo hago construyendo mensajes positivos todo el tiempo.

¿Qué son los mensajes positivos? Son nuestras expresiones cotidianas

con las que nos comunicamos con Dios y con los demás, si vivimos en la gracia de

Dios, estas expresiones son positivas, todos nuestros mensajes son positivos.

Como ya mencionamos: la imagen, la presentación, el cuidado personal

y de nuestros ambientes, favorece cierto tipo de relaciones que se ponen al servicio

de la comunicación, pues todo ello es parte del mensaje. Si vivimos en gracia de

Dios, todo mensaje que trasmitimos (cuando nos arreglamos, cuando ordenamos

nuestros ambientes, los decoramos, cuando acompañamos personas, cuando

somos solidarios) es oración, por ende, vivimos en oración permanente. Este es el

único modo de vivir “la indulgencia del trabajo santificado” pedida por Don Felipe
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Rinaldi, tercer sucesor de Don Bosco, para toda la familia salesiana, al Papa Pio XI;

o lo que San Francisco de Sales llama: “el éxtasis de la vida y de las obras.”

Me quedo en el hogar, así, todo lo que realizo se transforma en oración,

cada segundo es vivido en su presencia, así, la oración es contínua, aunque esté

rodeada de gente yo voy unida a mi esposo, estoy en mi interior, estoy en mi hogar

y no salgo de mi hogar, desde mi hogar (donde vivo una relación de intimidad con

mi esposo), me relaciono con todas las personas y con todas las realidades que me

toca vivir. Voy llenando mi día de mensajes positivos. Desayunar, limpiar, ordenar,

escuchar, aconsejar, bailar, reír, regar las plantas, cocinar, ir a misa, todo es un

mensaje positivo.

Todo mensaje positivo rompe la cadena del mal, que quiere imponerse

en mi vida, como en la de todas las personas. Con los mensajes positivos no dejo

ingresar ese mal a mi interior. Encuentro basura tirada (mensaje sucio, de

depresión), la junto (mensaje limpio). Así, todo el día, voy enviando mis mensajes

positivos al mundo, todo el día atenta, todo el día orando, todo el día junto a mi

esposo, todo el día feliz, positiva, fresca y joven. Estoy construyendo el hogar que

siempre soñé, junto a ese esposo que siempre quise e imaginé desde mi

adolescencia, estoy siendo esa esposa que imaginé algún día sería.

Dios es un Dios vivo, por ende, responde a mis mensajes, son esos

momentos de consuelo que encuentro en el día y que me llenan el corazón, me

dejan satisfecha. Este día, en todas mis tareas, viví la generosidad. Como sé que

eso le gusta a mi esposo, realicé acciones solidarias siempre que me fue posible.
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Esta unión de amor, esta calidez que vivo en mi interior se transmite, por la

comunión de los santos, a todo el cuerpo de la familia salesiana. Envío mensajes

positivos, de unión y de amor, a todos. AFIRMAMOS QUE TODAS LAS PERSONAS

ENVIAMOS MENSAJES POSITIVOS O NEGATIVOS, Y QUE ESOS MENSAJES

LLEGAN AL DESTINATARIO POR LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS. VIVIMOS

EN RELACIÓN Y LO QUE VIVIMOS LO LLEVAMOS A NUESTRAS RELACIONES.

San Juan Pablo II, escribe sobre esta realidad:

“en virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e

imperceptible como real y concreta, el pecado de cada uno repercute en

cierta manera en los demás. Es ésta la otra cara de aquella solidaridad

que, a nivel religioso, se desarrolla en el misterio profundo y magnífico

de la comunión de los santos, merced a la cual se ha podido decir que

«toda alma que se eleva, eleva al mundo». A esta ley de la elevación

corresponde, por desgracia, la ley del descenso, de suerte que se puede

hablar de una comunión del pecado, por el que un alma que se abaja por

el pecado abaja consigo a la Iglesia y, en cierto modo, al mundo entero.

En otras palabras, no existe pecado alguno, aún el más íntimo y secreto,

el más estrictamente individual, que afecte exclusivamente a aquel que

lo comete. Todo pecado repercute, con mayor o menor intensidad, con

mayor o menor daño en todo el conjunto eclesial y en toda la familia

humana”. (n° 16)


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Qué sucede si este día decido pecar, pues eso llevo a mi relación con

Cristo. Por amor digo: morir antes que pecar. Que yo no sea instrumento del mal

para marchitar y enfermar mi vida, mi relación con Cristo y mi comunidad. Yo cuido

el amor, quiero un hogar apacible y feliz, elijo vivir satisfecha, vivir sin pecar. De

este modo, envío mi mensaje al cuerpo místico salesiano “sé apacible”, “sé feliz”,

“vive satisfecho”, “rechaza el pecado.” El mensaje llega a todos, pero, no todos

desean escucharlo, alguno lo rechazará. Del mismo modo, yo recibo lo que me

mandan en comunión, por ejemplo, recibo basura tirada, el mensaje me llegó, “me

están tirando basura.” Como vivo en comunión con Dios, no voy a enviar un mensaje

negativo al que está hablando mal de mí, simplemente juntaré la basura y diré “esta

basura es tuya”, le devuelvo el mensaje negativo y, como esto es oración, sé qué

Dios me escucha y se encarga de limpiar mi reputación, Él llega donde yo no llego.

Ya podemos darnos cuenta cuántos mensajes positivos podemos

encarnar para desbloquear situaciones que nos preocupan, para usar a nuestro

favor toda la potencia de la oración si estamos en comunión con Dios. Recuerdo

una señora que quería ir a vivir a un barrio concreto de mi ciudad, pero, no tenía un

peso, ni siquiera tenía su casa propia. Buscó una estampita de su santo favorito y

la enterró en un cantero de la parroquia de ese barrio diciendo: “yo quiero vivir a

acá” y así fue. La fe, la fe lo es todo.


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Sin autoridad
Podemos pensar ahora qué sucede si el consagrado o la consagrada

deciden no hacer la voluntad de Dios. Entonces, tenemos consagrados que se dejan

conducir por el mal, por lo tanto, serán instrumentos del mal y enviarán a la

comunidad mensajes negativos que los invitan a pecar. Si además, este consagrado

o consagrada ocupa un cargo de autoridad y no vive en la gracia de Dios, el mal es

mayor, porque la comunidad está unida por votos de obediencia a la autoridad. Si

la autoridad envía mensajes negativos los consagrados deberán obedecerlos. Por

ejemplo, el director roba; él se asegura de que nadie lo sepa, roba y nadie se ha

dado cuenta, igualmente, al robar, ha enviado un mensaje negativo a la comunidad

“por esa solidaridad misteriosa e imperceptible” el mensaje llega a todos “tienen que

robar”, las personas que están bajo esta autoridad reciben ese mensaje, deben

obedecer porque han hecho un voto de obediencia, entonces robarán, pero, como

esas personas viven en gracia de Dios, no pecarán sino que tramitarán el mensaje

de manera alegre y con humor, por ejemplo, robarán un pedazo de pan de la cocina,

una lapicera de la mesa (luego la devolverán), así, cada uno tramitará la orden

recibida. Si el director vive una sexualidad desordenada, por ejemplo, mira

pornografía, cada vez que mire pornografía o que recuerde la pronografía que miró,

enviará a todos la orden de hacer lo mismo; si las personas a su cargo viven en

gracia, la orden les llegará, pero lo podrán tramitar sin pecar, Dios les sugerirá la

manera de hacerlo: esa persona sentirá, por ejemplo, la necesidad de mirar fotos

de iglesias en internet para tener ideas a fin de decorar su parroquia y luego


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arreglará su parroquia según las cosas bellas que ha visto. Así esa persona tramita

la orden sin pecar, en vez de mirar lo que dice el director, mira lo que Dios le dice

que mire, es decir, contradice al director. Además, al hacer la voluntad de Dios y

mirar fotos de iglesias y no fotos de gente desnuda, ese sacerdote pisa la acción

del mal, la destruye, la aplasta, la mata, porque vive en gracia: “Mirad, os he dado

el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo,

y nada os podrá hacer daño" Lucas, 10 – 19)

El Director, que no vive en gracia, pierde toda autoridad y está

desprotegido. En el caso de que el salesiano no ocupe ningún cargo, los mensajes

negativos se transmiten igualmente, aunque no con la misma fuerza, quienes

reciben ese mensaje negativo pueden simplemente rechazarlo y no tienen

necesidad de tramitarlo, de esa manera, no dejan ingresar esa enfermedad a su

vida y la devuelven a quien se las mandó. Pero, si pueden ver el mensaje pueden

decidir tramitarlo de manera alegre y positiva, para pisarlo y para enviar la respuesta

a esa persona. Así, si se dan cuenta que alguien les está enviando pornografía

pueden mirar revistas de paisajes bellos y, con un gesto del pie, pisar fuertemente

el piso, dando a entender que pisan la acción del mal que vino a tentarlos.

¿Cómo llega el mensaje a cada persona?


Los mensajes llegan como mociones (movimientos interiores) o llegan

encarnados (en objetos, regalos, cosas desagradables o agradables, palabras) y

buscan encarnarse. Por ejemplo, si mi autoridad come demasiado, tiene un


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problema de obesidad, cada vez que se alimenta mal me envía el mensaje “comer

demás está bien”, lo recibo con fuerza porque hice un voto de obediencia. ¿Cómo

lo recibo? Salgo a caminar y llama mi atención que en mi camino habitual hay fuego

encendido, humo, están vendiendo choripanes en una esquina, como estaba atenta

a eso no ví que, por la bici senda, venía una bicicleta y casi me lleva por delante,

era un muchacho obeso, vestido de color marrón. Ese accidente me alertó: hay

comida chatarra, un chico obeso, una bicicleta “me están mandando la obesidad y

la actividad física.” Lo ví, ahora debo tramitarlo. Como estoy caminando agilizo el

paso y muevo todo mi cuerpo al caminar, como bailando con alegría, recibo ese

mensaje positivo, actividad física ¡sí! Ahora me queda tramitar la obesidad, voy al

supermercado mayorista, compro 6 paquetes grandes de masitas dulces, son

paquetes especiales porque traen 600 gramos, son de tamaño familiar y están en

oferta si se compra al por mayor (6 paquetes), luego, los dono a cáritas y listo,

aplasté al demonio de la adicción. (aclaro que lo puede tramitar bien porque seguí

las sugerencias del buen espíritu, porque vivo en gracia de Dios, sino, no me queda

otro camino más que la adicción, sea la que sea, el mensaje negativo decía que me

exceda, yo lo podía tramitar mal excediéndome en cosas de mi gusto, puede ser

comida, cigarrillo, drogas, alcohol)

A continuación, me doy cuenta que me siguen llegando mensajes de

obesidad, alguien de mi comunidad se está alimentando muy mal. Me dispongo a

comer la merienda, en vez de comer medio paquete de galletitas (como siempre),

ese día comí un paquete entero porque sentí que tenía mucha hambre. Luego, como
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comí demás dije: “voy a salir a caminar porque hoy comí demás” y así no engordo.

Con esta acción envié un mensaje a mi autoridad “ya comí demás como ordenaste,

ahora escuchame vos a mí, tenés que salir caminar” La autoridad recibirá el

mensaje (tal vez como una moción, una inspiración, unas ganas), como proviene de

alguien que no es su autoridad puede obedecerlo o no. Como vemos el mensaje

me llega, “comé mucho”, al comer demás encarno el mensaje, todo mensaje busca

encarnarse, algunos mensajes son sanadores y otros enferman. Si la autoridad del

ejemplo sale a caminar es porque dejó ingresar el mensaje positivo que le envié y

lo encarnó en su vida, eso le traerá salud, porque los mensajes positivos siempre

vienen del buen espíritu. Esto no quita que los mensajes de obesidad también la

seguirán y los deberá tramitar, pero, si se acerca a la confesión, tiene todas las

chances de ganar.

¿Cómo me daré cuanta si mi autoridad vive en gracia? Si todos los días

siento necesidad de comer demás, de despilfarrar dinero, de tirarme en una cama

y no levantarme más y no lo puedo evitar, es una fuerza superior, entonces, alguna

de mis autoridades me manda eso, debo tramitarlo, pero, conociendo el mensaje

negativo sé de qué autoridad proviene porque ese es su estilo de vida. De esa

manera, puedo mandarle a esa persona mensajes positivos.

Junto a estos mensajes, aparecen otros que no provienen de mis

autoridades, por ejemplo, mensajes que me adelantan algunas respuestas a temas

que son importantes para mí. Si envié un correo electrónico a una hermana para

que me ayude en la organización de una misión al Chaco, estoy esperando su


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respuesta. Mientras tanto me voy a hacer una compra, encuentro una oferta de

sandalias que me viene muy bien, las compro (las sandalias simbolizan la misión y

encontrarlas en oferta es un mensaje positivo). Este hecho adelanta que la

respuesta de la hermana será positiva, significa que leyó el mensaje y que me envió

su respuesta positiva (aunque todavía no la haya escrito), solo me queda esperar

su respuesta escrita para confirmar el mensaje recibido. De este modo, nos

enviamos cosas positivas por la comunión de los santos, ahora sé que esa hermana

envía cosas buenas y que vive en la gracia de Dios.

Puedo recibir respuestas a temas que todavía no he expuesto a nadie,

porque, en la comunión de los santos todos sabemos todo, nada hay oculto.

Entonces, escribo este libro, nadie sabe que estoy pensando en enviarlo a una

editorial, solo yo lo sé. Pienso: “lo enviaré a editorial Don Bosco Paraguay”, en ese

momento, por WhatsApp, me comienzan a llegar mensajes de recortes. Hay

muchas posibilidades de que el libro no sea recibido por la editorial, ahora lo sé,

pero, llamo igual, me informan que reciben los libros, pero, están publicando solo

cosas de educación porque la venta ha caído mucho. Pienso: “lo enviaré a Editorial

Don Bosco Argentina”, entro en su Facebook y veo que tienen publicada la agenda

2022. Les escribo, reciben los libros y me dicen que no serán publicados porque ya

tienen armado el 2022. Los envíos a editorial CCS, Madrid, apenas pongo enviar en

el correo veo que la editorial presenta en su Facebook el libro de una

músicoterapeuta que promueve, entre otras cosas, la ideología de género, en ese

momento supe que no me iban a publicar, están trabajando para el mal.


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Seguidamente voy a la parroquia, es 19 de diciembre, en mi iglesia se conmemora

a San Expedito, hay muchas misas ese día, voy con mi guitarra a cantar en la misa

de las 9 hs. Al terminar la misa me roban la guitarra, es un mensaje negativo, “te

estamos robando”, de ese modo, me entero que en las editoriales están plagiando

mis libros, debo apurarme a publicarlos para evitar el robo. Para tramitar esta acción

del mal escribo a un hermano sdb coadjutor y le digo que le ofrezco los libros

gratuitamente, para que los suba a su página, me responde que los envíe a editorial

Don Bosco. No bajo los brazos, ahora sé que la voluntad de Dios es que los libros

sean publicados de manera gratuita, solo debo dar con la persona que Dios quiere

que los publique. Voy a casa de una amiga, solemos salir a caminar juntas, ese día

caminamos mucho y se me hizo tarde para ir a misa a mi parroquia, por eso, fui a

la parroquia de la Padres Agustinos que, también, queda cerca de casa. Para mi

sorpresa me encontré con un Cooperador salesiano que hace tiempo no veía, lo

saludé, le conté de los libros y me ofreció su ayuda inmediatamente, pero, luego

decidió no publicarme.

ES DECIR, EL QUE ESTÁ EN COMUNIÓN, RECIBE LAS GRACIAS

QUE SE TRANSMITEN EN LA COMUNIÓN Y ENVÍA BENDICIONES Y EL QUE

NO ESTÁ EN COMUNIÓN PISOTEA LA GRACIA QUE RECIBE, SE ABRE A

DEJAR ENTRAR TODA CLASE DE PERVERSIONES Y ENVÍA MALDICIONES A

LOS DEMÁS.

¿Qué puedo hacer si la autoridad no vive en estado de gracia? Puedo

rezar a Dios para que deje de ser autoridad, y no le envío maldiciones solo
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bendiciones, igualmente, se rompe la comunión, la autoridad debe ser apartada de

su cargo.

Hasta aquí hemos explicitado, de modo real y no de manera figurativa,

cómo se vive y se encarna la comunión de los santos. Lo hemos hecho en referencia

a la comunidad de los consagrados en una congregación específica, pero, es similar

para todas las comunidades consagradas. Para los que no son consagrados, la

relación es igual, reciben mensajes negativos de sus autoridades, los reciben con

fuerza, pero, al no tener voto, lo pueden tramitar rechazando lo negativo.

Tramitar los mensajes negativos, no dejarlos ingresar a nuestras vidas a

enfermarnos, enviar mensajes positivos, no depende de nuestro esfuerzo. Para

enviar mensajes positivos y no enfermar basta con vivir en la gracia de Dios.

Quienes está en comunión con Dios tramitan los mensajes negativos de los modos

más ocurrentes y originales sin saberlo, rechazan el mal y no enferman porque

están protegidos. De todas maneras, conocer cómo se encarna esta comunión nos

desafía a formarnos para evitar enfermarnos, saber tramitar los mensajes negativos

que a todos nos llegan, y vivir enviando mensajes positivos a los demás para que

toda nuestra vida sea hacer el bien y nunca el mal.

En uno, todos
¿Cómo formarnos para poder vivir leyendo los mensajes que se nos envían en la

comunión y tramitarlos? Decíamos al comienzo que nos centramos en Cristo,


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porque es a Él a quien vemos, en Cristo está toda la Santísima Trinidad, en uno

están todos.

Lo mismo ocurre en la comunión de los santos, en una persona que nos envía un

mensaje negativo están todas las personas que nos envían mensajes negativos, en

una persona que nos envía un mensaje positivo están todas las personas que viven

en gracia de Dios y que nos envían mensajes positivos. Veamos un ejemplo.

Salí de casa para ir a misa, debo caminar 5 cuadras hasta llegar a la parroquia.

Mientras voy caminando llama mi atención un sobre rosado con lunares blancos

muy bonito tirado en el piso, en un lugar muy sucio, como llamó mi atención pienso

que alguien me envió un mensaje.

¿Qué me dice? Hay un mensaje bonito que llegó a un lugar muy sucio. Entiendo

que alguien recibió un mensaje positivo que le envié, por lo visto, es una persona

muy enferma (porque el sobre estaba en un lugar muy contaminado) y me avisa que

lo recibió. No sé quién será, pero, es un mensaje positivo y no tengo nada que

tramitar. Sigo caminando, me llama la atención un container cargado de mucha

basura, es el mismo mensaje, alguien sacó mucha basura afuera gracias a un

mensaje positivo que envié. Me doy cuenta que estos mensajes coinciden con algo

que pasó ayer, escribí en un grupo de WhatsApp acerca de lo importante que es no

vivir en pecado mortal. Alguien de ese grupo me envía ese mensaje, seguro es

alguien que estaba en pecado mortal y se confesó, al hacer eso, esa persona

encarnó el mensaje positivo que le envié, y, por eso me llega. Pero, no es solo esa

persona, sé que esa persona representa a todas las personas del grupo que han
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recibido bien mi mensaje y que posiblemente se confesaron, por eso digo, en uno

están todos. El mensaje que se había abierto con el sobre rosado, ahora cerró, me

dí cuenta de qué trata el mensaje y cerró muy bien.

Llego a la parroquia, habían cambiado el horario de misa y no me enteré. Al

ingresar, llama mi atención una persona que está pasando la canasta en la misa,

mientras va caminando hace un gesto con la mano como que “dejó caer algo”, fue

un gesto inconsciente y no se le cayó nada. Como llamó mi atención sé que es un

mensaje. ¿Qué me dice? “No recibo lo que me mandaste, lo dejo caer, lo piso, lo

desprecio”, nuevamente no sé quién es, no sé qué le mandé, pero, el mensaje es

negativo, debo tramitarlo, le digo en mi interior “la frialdad es tuya” y vuelvo a casa.

De camino a casa, una señora viene con un perro, cuando me ve se cruza de vereda

¡eso llama mi atención!, desde la vereda de enfrente le dice a su perro “parate,

parate”, entonces sé que el mensaje es la soberbia, le digo en mi interior “la soberbia

es tuya”, entonces, ahora sé que alguien rechazó mi mensaje positivo y que se llenó

de soberbia, por eso, me mandó esa enfermedad a mí, yo no la recibí, por ende, le

llegará la soberbia a esa persona nuevamente. El mensaje que se había abierto,

ahora cerró, para mí cerró bien, porque no recibí la enfermedad, para la otra persona

cerró mal, porque se enfermó de soberbia. Entonces, hago algo por ella, llego a

casa, me lavo las manos, pero, no me las seco, es mi manera de informarle que

cerró mal, que tiene que revisar lo que hizo porque está mal, luego dejo una luz

prendida y varias cosas similares para darle el aviso de que cerró mal porque sé
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que en esa persona hay muchas otras que, también, tomaron a mal mi mensaje

positivo y cerraron mal.

Estos dos mensajes me llegaron de camino, los dos me llegaron con la misma fuerza

y la misma claridad. En el primer caso no tuve que tramitar nada, por eso, esa

persona puede ser o no mi autoridad, no lo sé. En el segundo caso lo pude tramitar

sencillamente, por eso, sé que esa persona no es mi autoridad, de serlo, debería

haber pasado un instante de frialdad interior y eso no sucedió.

Entonces, vivir en esta conciencia comunional es sencillo, se trata de tramitar un

mensaje por vez, porque en uno están todos, en un mensaje están todos los que

me mandan ese mensaje y, cuando respondo a uno, la respuesta llega a todos ellos,

mi respuesta es siempre positiva: anuncia, denuncia o devuelve lo negativo que el

otro envía.
36

Bibliografía:
Alburquerque Eugenio (2013) Espiritualidad de Don Bosco, Revista

Educación y futuro N°28

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Jimenez, Fausto, 1994 “Aproximación a Don Bosco”. Ed. CCS

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Juan Pablo II, 1984, Exhortación Apostólica Post-Sinodal Reconciliatio Et

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Mahfoud, M. (2012). Experiência elementar em psicologia: aprendendo a

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37

Moreno Francisco Javier (2011) Don Bosco y la comunicación educativa

Don Bosco y la comunicación educativa. Revista Educación y futuro N°24

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Echeverría Vega ,Karen Stephany, (2013) “ El legado de un sueño. 200 años

después del nacimiento de Don Bosco” Tesis presentada para optar al título de

Licenciados en Ciencias de la Comunicación. Universidad Dr. José Matías Delgado,

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Terigi, Flavia (2016) “Aprender hoy” Instituto Nacional de Formación

Docente Especialización Docente de Nivel Superior en Políticas y Programas

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Stein, E., Obras completas IV. Urkiza, J & Sancho, F. J. (eds.).

Madrid/Burgos/Vitoria: Espiritualidad/Monte Carmelo/El Carmen, 2002.

Video:

Luis Timossi “Don Bosco misionero


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Indice
Capítulo 1- La comunión en Don Bosco ................................................. 1

Capítulo 2- La Eucaristía ........................................................................ 6

La Eucaristía en Don Bosco ................................................................... 6

La Pedagogía salesiana ......................................................................... 6

La eucaristía según Edith Stein .............................................................. 8

Educación Eucarística .......................................................................... 11

Capítulo 3- La comunión de los santos Estar en el hogar .................... 14

El hogar salesiano ................................................................................ 15

Las consagradas .................................................................................. 16

La comunión de los santos ................................................................... 18

El vínculo esponsal............................................................................... 19

El dos ................................................................................................... 20

Un día de mi vida como HMA ............................................................... 21

Sin autoridad ........................................................................................ 26

¿Cómo llega el mensaje a cada persona? ........................................... 27

En uno, todos ....................................................................................... 32

Bibliografía: .......................................................................................... 36

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