SCC. #240 - 20.07.2022 (Cosa Juzgada)
SCC. #240 - 20.07.2022 (Cosa Juzgada)
SCC. #240 - 20.07.2022 (Cosa Juzgada)
Exp. AA20-C-2019-000582
Por cuanto en fecha 26 de abril de 2022, tomó posesión en su cargo el Magistrado Dr. Henry José
Timaure Tapia; designado en esa misma fecha por la Asamblea Nacional de la República Bolivariana de
Venezuela, por un período constitucional de doce (12) años; se reconstituyó la Sala de Casación Civil, de
la manera siguiente: Presidente, Magistrado Dr. Henry José Timaure Tapia; Vicepresidente, Magistrado
Dr. José Luis Gutiérrez Parra; Magistrada Dra. Carmen Eneida Alves Navas.
En fecha 16 de mayo de 2022, se reasignó la ponencia al Magistrado Dr. Henry José Timaure
Tapia, en su carácter de Magistrado Presidente de esta Sala.
Cumplidas las formalidades de ley, pasa la Sala a dictar sentencia, bajo la ponencia del Magistrado
que con tal carácter la suscribe, en los términos siguientes:
PRIMERA:
De conformidad con lo previsto en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se delata en la recurrida la violación del artículo 272 del Código de Procedimiento Civil, por
supuesto quebrantamiento de formas sustanciales.
“…Artículo 272 Ningún Juez podrá volver a decidir la controversia ya decidida por una sentencia,
a menos que haya recurso contra ella o que la ley expresamente lo permita…”.
La norma anteriormente transcrita expresa la imposibilidad existente respecto de decidir
nuevamente una cuestión que previamente fue resuelta al menos de que ante esa decisión exista un
recurso para impugnarla.
Con relación a la anterior disposición legal, esta Sala en sentencia número 857, de fecha 10 de
diciembre de 2008, caso: Eduardo J. Mata M. contra María Máxima Sojo, expresó lo siguiente:
“…Esta disposición constituye la expresión normativa del principio de la cosa juzgada formal. En
cuanto al carácter de orden público de esta prohibición legal, ella está dirigida al mantenimiento
del orden jurisdiccional, garantía de la tranquilidad ciudadana, el respecto (sic) mutuo y la paz
colectiva. La sentencia es la expresión del juicio solicitado por los particulares cuando acuden ante
el juez a exigir la composición de un conflicto de intereses y, en tal sentido, su estabilidad es la
permanencia de la solución ofrecida por el Estado, en ejercicio de su función jurisdiccional. Tal
estabilidad y permanencia son absolutamente necesarias para la existencia misma de la estructura
social, por lo cual su carácter de eminente orden público resulta incuestionable…”.
En ese mismo orden de ideas el artículo 1.395 del Código Civil establece:
“…La presunción legal es la que una disposición especial de la Ley atribuye a ciertos actos o a
ciertos hechos.
Tales son:
1° Los actos que la Ley declara nulos, sin atender más que a su cualidad, como hechos en fraude
de sus disposiciones.
2° Los casos en quela Ley declara que la propiedad o la liberación resultan de alguna circunstancia
determinada.
3° La autoridad que da la Ley a la cosa juzgada.
La autoridad de la cosa juzgada no procede sino respecto de lo que ha sido objeto de la sentencia.
Es necesario que la cosa demandada sea la misma; que la nueva demanda esté fundada sobre la
misma causa; que sea entre las mismas partes, y que éstas vengan al juicio con el mismo carácter
que en el anterior…”.
De acuerdo con el contenido del artículo precedentemente citado, la autoridad de la cosa juzgada
es una de las presunciones establecidas por la ley y conforme al último aparte de la norma transcrita, la
autoridad de la cosa juzgada no procede sino respecto de lo que ha sido objeto de la demanda. Y tres
condiciones pauta al respecto el Legislador en esta materia: Que la cosa demandada sea la misma o
identidad del objeto (eadem res); Que la nueva demanda esté fundada sobre la misma causa o identidad de
la causa (eadem causam); Que sea entre las mismas partes o identidad de persona ( eadem personae) y éstas
vengan al juicio con el mismo carácter que en el anterior.
Así pues, se verifica que el juez no dejó de darle el carácter de fehaciente a la inspección judicial
realizada sobre los diarios mencionados, estableciendo que en efecto no son vinculantes para el proceso y
aclarando que si se deseaba llamar a esos testigos o darle valor a esos testimonios los mismo debían ser
ratificados ante esa instancia.
SEGUNDA:
De conformidad con lo previsto en el ordinal 1° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se delata en la recurrida la violación de los artículos 12 y 243 ordinal 5° del Código de
Procedimiento Civil, por supuesta incongruencia negativa.
Respecto del vicio planteado, esta Sala ha establecido que la delación puede plantearse por
incongruencia <<ne eat iudex citra, ultra y extra petita partium>> de los alegatos de la demanda y
contestación u oposición y de forma excepcional de los informes y observaciones, al verificarse un
desajuste entre el fallo y los términos en que se trabó la litis y por ende la decisión no es expresa, positiva
y precisa con arreglo a la pretensión deducida y a las excepciones o defensas opuestas. Artículo 243
ordinal 5° del Código de Procedimiento Civil, siendo en este caso: 1) Negativa, omisiva constitucional o
citrapetita. Donde omite pronunciamiento sobre un alegato determinante de obligatoria resolución. (Vid.
Sentencias N° 770, del 27-11-2017. Exp. N° 2017-441; N° 234, del 10-5-2018. Exp. N° 2016-598; N° 349,
del 12-7-2018. Exp. N° 2017-453; y N° 414, del 10-8-2018. Exp. N° 2018-227).
Ahora bien, entre los alegatos que se pueden esgrimir ante el juez de alzada en informes,
relacionados con los hechos del proceso, los cuales pueden incluso sobrevenir a la contestación de la
demanda y que pueden tener influencia determinante en la suerte del proceso, ad exemplum tenemos los
siguientes: Los relacionados con la confesión ficta, la cosa juzgada sobrevenida luego de celebrada la
contestación, la caducidad y prescripción opuestas en la contestación, que sólo puede ser rebatida en los
informes, la extemporaneidad de la apelación, la extemporaneidad de alguna otra actuación procesal, la
falta de mandato o de representación del apelante, la falta de cualidad sobrevenida del apelante, el fraude
procesal, el desistimiento de la acción o del procedimiento, la solicitud de transacción o convenimiento,
la violación del orden público, el señalamiento de una actuación manifiesta injustamente por parte del
juez de la recurrida y la obstrucción grave del proceso.
Dichos alegatos hechos en los informes ante la alzada, como parte de los fundamentos de la
apelación ejercida, de acuerdo a la jurisprudencia reiterada de esta Sala, deben ser resueltos de forma
expresa, positiva y precisa, por parte del juez, y de no hacerlo este incurriría en el vicio de incongruencia
negativa, citrapetita u incongruencia omisiva, dada su transcendencia e influencia en el proceso y de lo
dispositivo del fallo que se dicte.
De igual forma esta Sala ha establecido también, que en modo alguno puede ser extendido el
requisito de congruencia, respecto de los alegatos articulados en los informes u observaciones ante la
alzada, a otras situaciones expresamente previstas como motivos específicos del recurso extraordinario de
casación, como por ejemplo serían las denuncias por: Reposición preterida o no decretada, la reposición
inútil, mal decretada, o indebida reposición, el silencio de pruebas, la infracción de ley, por falta de
aplicación, falsa aplicación o errónea interpretación, la violación de máximas de experiencias, la
suposición falsa, entre muchas otras. (Cfr. Fallo N° 555 de fecha 23 de noviembre de 2011. Exp. N° 11-
265).-
Al respecto, pasa esta Sala a transcribir parte del informe presentado en la alzada, el cual expresa
lo siguiente:
“…Antes que nada, debo hacer mención a los limites en que quedó trabada la litis de la causa en
cuestión, pues resultó evidente el reconocimiento espontaneo de la relación entre mi
representada y el señor Gregorio Arcila, que éste realizare en la contestación de la demanda; en
efecto al momento de proponer su defensa de fondo aceptó que, ciertamente, entre él y la Sra.
Marcia Guerra, existió una relación de “noviazgo” que, a su decir, terminó en el año 2010...”.
De la misma manera es necesaria la transcripción de la decisión emitida por el Juzgado Superior
en lo Civil, Mercantil, Tránsito y Marítimo de la Circunscripción Judicial del estado Bolivariano de Nueva
Esparta, que dispuso lo siguiente:
“…ACTUACIONES EN LA ALZADA
Se observa que el abogado ELEAZAR JOSÉ ZABALA ORELLANA actuando en este acto como
apoderado judicial de la ciudadana MARCIA ISABEL GUERRA GONZÁLEZ, parte actora,
presentó ante esta alzada escrito de informes mediante el cual ratifica la sentencia recurrida, lo
que se transcribe a continuación:
-Que su representada es parte actora en la demanda de acción mero declarativa de
reconocimiento de unión concubinaria que, signada con el Nº 12.139 (nomenclatura del aquo),
cursó por ante el Juzgado Segundo Civil de este estado. Antes que nada, hacen mención a los
limites en que quedó trabada la litis de la causa en cuestión, pues resultó evidente el
reconocimiento espontáneo de la relación entre su representada y el Sr. Gregorio Arcila, que éste
realizare en la contestación de la demanda; en efecto, al momento de oponer su defensa de fondo
aceptó que, ciertamente, entre él y la Sra. Marcia Guerra, existió una relación de “noviazgo” que,
a su decir, terminó en el año 2010. Entonces, aunque tal reconocimiento espontáneo no
contiene “animus confitendi”, si fija el alcance y limite de la relación procesal, en el entendido de
que ya no se trata de determinar la existencia de la relación que fue reconocida, sino que se trata
de determinar si la relación tiene o no los caracteres de una unión estable de hecho y de la fecha
en que efectivamente terminó -pues bien, resulta un hecho probado en los autos del presente
expediente: que por ante la notaría Pública de Pampatar, se levantó un justificativo de testigo de
unión concubinaria en fecha 28-11-1997, por lo que, entonces, la relación de “noviazgo”
reconocida por el demandado resulta en una relación que perduró en el tiempo, a decir del propio
demandado por casi trece (13) años, de lo que resulta probado el carácter fundamental de la unión
“estable” de hecho, su permanencia en el tiempo.
-Que luego de precisado el carácter estable de la relación del demandado con su representada,
resulta que del acervo probatorio que reposa en las actas del presente expediente, se observa, sin
lugar a dudas, que entre ellos existió una relación sentimental permanente en el tiempo, pública y
notoria entre familiares, amigos y comunidad en general, tal como quedó demostrado de las
testimoniales evacuadas, en las que se observa que todos los testigos fueron contestes en señalar
que vivían juntos, se divertían juntos, sufrieron juntos y se socorrían mutuamente, corroborado
esto último, por las pruebas de informe de la Dirección del Poder Popular para el Talento y
Desarrollo Humano de la Gobernación del estado Nueva Esparta y del Servicio Autónomo
Neoespartano de Siniestros (SANES), de las que resultó probado que el demandado está registrado
como carga familiar de la Sra. Marcia Guerra y que es beneficiario en calidad de cónyuge –como si
hubiesen estado casados- de la póliza que la ampara en materia de gastos médicos, funerarios y
pensión de sobreviviente.
Se observa que el abogado VIRGILIO NORIEGA FIGUEROA quien asiste en ese acto al
ciudadano GREGORIO ARCILA, parte demandada, presentó ante esta alzada escrito de informes
en el cual expresa como fundamentos del recurso de apelación, lo que se transcribe a
continuación:
-Que de conformidad con la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia emitida en fecha 15-07-
2005, Expediente 04-3301, con ponencia del magistrado Dr. JESUS EDUARDO CABRERA
ROMERO, se establece claramente que, en el caso de las declaraciones de unión estable de hecho,
quien pretenda que sea declarada la relación de unión estable de hecho deberá probar las
circunstancias que conllevan a la misma de conformidad al artículo 70 del Código Civil. De igual
manera deberá probar el año en que inició y el año en que termina dicha relación concubinaria.
Partiendo de estos preceptos aclarados por la sala del Tribunal Supremo de Justicia es que se debe
fundamentan dichas pretensiones.
-Que en el presente caso en cuestión la ciudadana MARCIA GUERRA no logró probar la
existencia de la relación que se asemeje a la que define dicha sentencia y puesto que, no logró
establecer con precisión, ni el año de inicio, ni el año en que culminó la presunta relación que
mantuvo con el ciudadano GREGORIO ARCILA.
-Que la juez de primera instancia en las consideraciones para decidir comete un error en las
valoraciones de los testigos al aseverar que los mismos fueron contestes en el momento que les
preguntaron sobre la presunta relación que mantenía la ciudadana Marcia Guerra y el señor
Gregorio Arcila y el tiempo de duración de dicha relación.
-Que ese tribunal le otorgó valor probatorio a las testimoniales rendidas por los ciudadanos :
JOHAN MANUEL ARISMENDI FIGUEROA y YODILA DEL VALLE FERMIN DE FIGUEROA,
quienes fueron contestes en sus declaraciones y manifestaron entre otros aspectos que los
ciudadanos antes referidos eran pareja y que dicha relación era del conocimiento de toda la
comunidad ya que los mismos hacían vida pública en común, y asimismo que se habían separado
los primeros días del mes de diciembre del año 2016 cuando el ciudadano GREGORIO ARCILA,
se fue del hogar.
-Que la juez cometió la impresión en referente al tiempo que duró esa relación visto que de las
declaraciones que consta en los autos se desprenden en primer lugar que la ciudadana YODILA
DE FIGUEROA, solo se limitó a manifestar que dicha relación concluyó los primeros días del mes
de diciembre sin especificar de que año, y en cuanto al señor JOHAN FIGUEROA, en ningún
momento en sus declaraciones estableció ni indicó que esa relación concluyó en diciembre del
año 2016 y así se aprecia o se desprende de las declaraciones ofrecidas por este en fechas 23 de
octubre y 23 de noviembre del año 2017, respectivamente, como consta en los folios 115 y 116 y
en los folios 122 y 123 del expediente.
-Que al analizar los diferentes medios demostrativos proporcionados por la parte actora observan
que todos los testigos que rindieron declaración en el presente caso, no solo caen en una
manifiesta contradicción en sus deposiciones, si no que manifiestan un interés, aunque sea
indirecto en las resultas del juicio, aunado al hecho de que, en forma alguna son testigos
presénciales, sino referenciales, por lo que carecen de total valor probatorio y así lo denuncian,
precisándolo y demostrándolo en el presente escrito, visto que la ciudadana juez de primera
instancia le dio pleno valor probatorio.
(…Omissis…)
-Que igual manera la juez de la causa manifiesta darle valor probatorio por las distintas razones a
las que alega la anterior juez, pero no especifica ni aclara las mismas, siendo esto incongruente
con lo planteado y no sustente por qué le da valor probatorio a dicha prueba.
-Que siendo esos los motivos por los cuales se hace la presente apelación, por cuanto consideran
que la sentencia nos e encuentra ajustada a derecho, por cuanto en ninguna parte del acervo
probatorio se logró establecer la existencia de la unión estable de hecho y mucho menos el lapso
de duración de la misma.
(…Omissis…)
De acuerdo a los hechos alegados en este asunto, se reclama el reconocimiento de la unión de
hecho, en sede judicial, que presuntamente existió entre los ciudadanos MARCIA ISABEL
GUERRA GONZÁLEZ y GREGORIO RAFAEL ARCILA SEQUERA, desde el año 1995 hasta el
año 2016, tal y como fue alegado en el libelo de la demanda, sin embargo, del material probatorio
no se evidencian datos concretos que permitan dar como cierto lo alegado, es decir, la existencia
de la misma, y más aún, la vigencia que -según se dice- imperó en este caso, ya que las pruebas
testimoniales no fueron valoradas por esta alzada en razón de que en los cuatro casos, los
deponentes manifestaron un abierto interés en favorecer a la demandante, y en lo que atañe a las
pruebas de informes, si bien se les asignó valor probatorio a las mismas, de ellas solo emana el
hecho de que la demandante para el mes de marzo de 2013, incluyó al ciudadano GREGORIO
RAFAEL ARCILA SEQUERA en la póliza de seguro H.C.M del Servicio Autónomo de Siniestros
(SANES), tal y como se puede evidenciar de los oficios informativos emitidos por el Servicio
Autónomo Neoespartano de Siniestro (SANES) y la Dirección del Poder Popular para el Talento y
Desarrollo Humano de la Gobernación del Estado Nueva Esparta, respectivamente, de los cuales
se puede inferir en el primer caso la fecha en la que se incluyó al ciudadano GREGORIO RAFAEL
ARCILA SEQUERA y el parentesco bajo el cual estaba amparado para poder ser incluido en la
ficha técnica de la ciudadana MARCIA ISABEL GUERRA GONZÁLEZ.
Con el mérito arrojado por ambas pruebas de informes, si bien quedó probado que para esa fecha,
para el mes de marzo del año 2013, la actora incluyó al actor dentro su grupo familiar, como
beneficiario de la póliza de seguro H.C.M del Servicio Autónomo de Siniestros (SANES), sin
embargo, las mismas en forma aislada no le permiten a esta alzada precisar o determinar que en
efecto, existió la relación concubinaria entre los sujetos procesales, ni mucho menos en los
términos en que fue señalado en el libelo de la demanda, de donde se extrae que la actora sostuvo
que mantuvo una relación concubinaria con el ciudadano GREGORIO RAFAEL ARCILA
SEQUERA desde el 28 de noviembre de 1995 hasta el 2 de diciembre de 2016, o si es como lo
afirma el demandado quien sostuvo que el supuesto noviazgo o relación sentimental finalizó en el
año 2010. De ahí que inexorablemente este Tribunal, que actúa en segundo grado, debe
desestimar la demanda haciendo eco del principio procesal contemplado en el artículo 254 del
Código de Procedimiento Civil , el cual establece como pautas para juzgar que, en los casos en que
no exista plena prueba sobre los hechos alegados en la demanda, sino mas bien dudas al respecto,
la demanda deberá ser desechada, prescindiendo para ello de sutilezas y de puntos de mera forma,
pues en los casos de duda como ocurre en este caso, el juez debe sentenciar a favor de la parte
demanda.
Bajo tales señalamientos, y en aplicación de la norma invocada, la cual como se dijo contempla el
referido principio in dubio pro reo, se concluye que en este asunto no hay elementos que
permitan dar como probado la alegada existencia de la comunidad de hecho, y mucho menos por
el periodo de tiempo que se señala en el libelo de la demanda, desde el 28 de noviembre de 1995
hasta el 2 de diciembre de 2016, por lo cual se declara improcedente la misma. Y así se decide.-
En virtud de lo anteriormente señalado este Tribunal de alzada declara CON LUGAR el recurso
de apelación ejercido por el ciudadano GREGORIO ARCILA SEQUERA, debidamente asistido
por el abogado VIRGILIO NORIEGA FIGUEROA, inscrito en el Inpreabogado bajo el Nº 67.300,
en contra de la sentencia dictada el 14 de febrero de 2019, por el Juzgado Segundo de Primera
Instancia en lo Civil, Mercantil y Tránsito de la Circunscripción Judicial del estado Nueva Esparta
y en consecuencia, se REVOCA el fallo antes señalado, como se hará de manera expresa, positiva
y precisa en la parte dispositiva del presente fallo. Y así se decide…”.
En relación a todo lo antes expuesto se observa:
I.- Que el alegato esgrimido en los informes de alzada, no se corresponde con las excepciones de
obligatorio pronunciamiento por parte del juez, ya señalados en la doctrina de esta Sala.
II.- De la lectura de la recurrida se desprende, que el ad quem si analizó lo alegado por la parte
demandante en las oportunidades procesales correspondientes, estableciendo con posterioridad que más
allá de lo alegado por ambas partes los elementos probatorios no fueron suficientes para demostrar lo
planteado por su representada.
III.- De la misma manera, respecto a los informes consignados por la parte demandante, establece
el ad quem que resultó evidente el reconocimiento espontáneo de la relación entre su representada y el
Sr. Gregorio Arcila y que al momento de oponer su defensa de fondo aceptó que, ciertamente, entre él y
la Sra. Marcia Guerra, existió una relación de “noviazgo”, culminando ese aparte afirmando que “…
aunque tal reconocimiento espontáneo no contiene “animus confitendi”, si fija el alcance y limite (sic) de
la relación procesal, en el entendido de que ya no se trata de determinar la existencia de la relación que
fue reconocida, sino que se trata de determinar si la relación tiene o no los caracteres de una unión
estable de hecho y de la fecha en que efectivamente terminó…”.
De todo lo expuesto anteriormente, se verifica que en efecto el ad quem, si revisó y decidió
respecto de los elementos dentro del iter procesal que le permitieron llegar a una conclusión respecto del
caso de marras.
Por todo lo antes expuesto se declara improcedente la denuncia bajo análisis, pues el juez de
alzada no incurrió en la citrapetita denunciada. Así se decide.
PRIMERA:
De conformidad con lo previsto en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se delata en la recurrida la violación de los artículos 12, 429 y 509 del Código de Procedimiento
Civil, por silencio parcial de pruebas.
“…Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil,
invocando lo dispuesto en el artículo 320 ejusmdem, (sic) se denuncia que la sentencia recurrida
quebrantó los artículo 12, 429 y 509 del Código de Procedimiento Civil, al silenciar parcialmente
el contenido probatorio de la inspección judicial consignada como documento fundamental de la
demanda (marcada como “A”), y ratificada en el escrito de promoción de pruebas.
La infracción delatada se materializó cuando la recurrida analizó la inspección en cuestión,
obviando incluir en su análisis el documento presentado en copia simple con la misma,
correspondiente al justificativo de testigo levantado en fecha veintiocho de noviembre de mil
novecientos noventa y siete (28/11/1997), por ante la Notaria Pública de Pampatar en el estado
Nueva Esparta, señalando que:
…Omissis…
Es evidente entonces, que la recurrida no analizó el documento simple que se consignó con la
solicitud de inspección, cuyo contenido resulta fundamental para la resolución de la presente
causa, pues contiene la declaración voluntaria de los sujetos procesales, de haber dirigido petición
de evacuación de testigos, para los fines que les interesaba a ambos, con la correspondiente
declaración de los testigos evacuados, todo lo cual, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo 429 del
Código de Procedimiento Civil venezolano, debe tenerse por fidedigno al no haber sido
impugnado por el demandado.
En efecto, sobre el contenido de dicha inspección, el a-quo produjo interlocutoria en fecha
28/09/2017, que no fue apelada por la parte demandada, por lo que necesario es concluir entonces,
que la mencionada copia simple no resultó impugnada y nada menciona al respecto la recurrida,
su valor probatorio no fue considerado de ninguna manera por la recurrida, nada señala la
sentencia recurrida sobre si la consideró impugnada o no, menos sobre su contenido…”.
Para decidir, la Sala observa:
En cuanto a la correcta formulación de una denuncia por infracción de ley, esta Sala ha
establecido entre otras, en sentencia Nº RC-400, de fecha 1° de noviembre de 2002, caso de Omar Morillo
contra Mitravenca, C.A., y otra, expediente Nº 2001-268, lo siguiente:
“…El formalizante debe: a) encuadrar la denuncia en el ordinal 2º del artículo 313 del Código de
Procedimiento Civil;
b) especificar qué normas jurídicas resultaron infringidas y cuál de las hipótesis previstas en el
mentado ordinal 2º del artículo 313, es la que se pretende denunciar por errónea interpretación,
falsa aplicación, falta de aplicación o violación de una máxima de experiencia;
c) expresar las razones que demuestren la existencia de la infracción, esto es, explicar de forma
clara y precisa cómo, cuándo y en qué sentido se produjo la infracción, la cual debe ser
determinante en el dispositivo del fallo, de conformidad con lo previsto en el único aparte del
artículo 313 eiusdem; y
d) especificar las normas jurídicas que el tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó
para resolver la controversia, e indicar las razones que demuestren la aplicabilidad de dichas
normas...”. (Subrayado y negrillas de la Sala).
En la presente denuncia, se entiende que la misma se contrae a señalar la falta de aplicación de
normas expresas y en cuanto a los requisitos para la formulación de dicho vicio, los mismos se explicaron
de forma clara en la jurisprudencia transcrita, debiendo determinar esta Sala, que no es equivalente la
especificación de la norma delatada por falta de aplicación, que la especificación de las normas jurídicas
que el tribunal de última instancia debió aplicar y no aplicó para resolver la controversia e indicar las
razones que demuestren la aplicabilidad de dichas normas , carga de la cual no hizo fundamentación
alguna el recurrente en casación en la denuncia en estudio. (Cfr. Fallos de esta Sala Nos. RC-583, de fecha
27 de julio de 2007, expediente N° 2005-615 y N° RC-2349, de fecha 12 de julio de 2018, expediente N°
2017-453).-
En consideración a lo antes expuesto, la Sala desecha esta delación. Así se decide.
SEGUNDA:
De conformidad con lo previsto en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento
Civil, se delata en la recurrida la violación de los artículos 12, 429 y 509 del Código de Procedimiento
Civil, por silencio parcial de pruebas.
Alega textualmente el formalizante:
“…Con fundamento en el ordinal 2° del artículo 313 del Código de Procedimiento Civil e,
invocando lo dispuesto en el artículo 320 ejusdem, (sic) se denuncia que la sentencia recurrida
infraccionó los artículos 1361 y 1363 del Código Civil, al no aplicarlos al contenido probatorio de
la inspección judicial presentada como documento fundamental de la demanda y, ratificada en el
escrito de promoción de pruebas.
En efecto, tal como se señaló en la denuncia anterior, con la inspección judicial señalada, se
consignó, en copia simple, el propio justificativo de testigo levantado en fecha veintiocho de
noviembre de mil novecientos noventa y siete (28/11/1997), por ante la Notaria Pública de
Pampatar en el estado Nueva Esparta, copia simple que, de acuerdo a lo dispuesto en el artículo
429 del Código de Procedimiento Civil venezolano, debe tenerse por fidedigno al no haber sido
impugnado por el demandado.
Pues bien, a este documento ha debido asignarle la sentencia recurrida, el valor probatorio
señalado en los artículos 1361 y 1363 del Código Civil y tener, en consecuencia, la misma fuerza
probatoria que un documento público, esto es, hacer plena fe, así entre las partes como respecto
de terceros, por lo que dicho documento, al haber sido suscrito en conjunto tanto por la
demandante como por la demandante como por el demandado (abstracción hecha de la
declaratoria de los testigos que intervinieron), contiene el reconocimiento expreso de la relación
existente entre el demandado y mi representada, lo cual es realmente fundamental en la sustancia
de la relación controvertida, resultando determinante al dispositivo del fallo...”.
Para decidir, la Sala observa:
Alega el formalizante que la sentencia recurrida infringió los artículos 1361 y 1363 del Código
Civil, al no aplicarlos al contenido probatorio de la inspección judicial presentada como documento
fundamental de la demanda y que este documento ha debido asignarle la sentencia recurrida, el valor
probatorio señalado en los artículos antes mencionados.
Pasa esta Sala a transcribir textualmente el contenido de los artículos señalados como infringidos:
“…Artículo 1.361.- Igual fuerza probatoria que la determinada en el artículo anterior producen el
instrumento público y el instrumento privado, entre las partes, aun de las cosas que no han sido
expresadas sino de una manera enunciativa, con tal que la enunciación tenga una relación directa
con el acto.
Artículo 1.363.- El instrumento privado reconocido o tenido legalmente por reconocido, tiene
entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público en
lo que se refiere al hecho material de las declaraciones; hace fe, hasta prueba en contrario, de la
verdad de esas declaraciones…”.
Las normas antes transcritas establecen la fuerza probatoria que produce el instrumento público y
el instrumento privado entre las partes, y respecto al artículo 1363 que el instrumento privado reconocido
tiene entre las partes y respecto de terceros, la misma fuerza probatoria que el instrumento público.
Señala igualmente que la solicitante de la prueba agregó copia simple de actuaciones haciendo
referencia a las mismas, a pesar de que en el libro diario no existía referencia sobre el contenido de la
solicitud antes mencionada ni sobre sus resultas, expresando que “señalando sin base que las copias
consignadas en ese momento se corresponden de manera fiel con sus originales. En virtud de lo señalado
antecedentemente, (sic) se observa que la prueba, si bien fue realizada por un funcionario público capaz
de dar fe pública a las actuaciones que se pretenden verificar, los aspectos que se mencionan en el acta
levantada solo se vinculan con la evacuación de un justificativo de testigos solicitado por los sujetos
procesales en fecha 28-11-1997, del cual se desconoce el objeto y detalles sobre su evacuación, ya que de
los libros inspeccionados solo se pudo constatar la fecha en que se solicitó y evacuó, además de los
testigos que declararon, por lo cual resulta un contrasentido que a pesar de lo expresado se deje
constancia de que los fotostatos aportados por la solicitante durante la evacuación de la prueba, se
corresponden o son idénticos a las resultas de la precitada actuación evacuada el día 28-11-
1997”, negándole finalmente el valor probatorio.
De la misma manera, el juez superior explicó que la prueba, aun cuando fue realizada por un
funcionario público capaz de dar fe pública a las actuaciones, los aspectos que se mencionan en el acta
solo se vinculan con la evacuación de un justificativo de testigos solicitado por los sujetos procesales en
fecha 28-11-1997, del cual se desconoce el objeto y sus detalles, ya que de los libros inspeccionados solo
se pudo constatar la fecha en que se solicitó y evacuó, resultando un contrasentido que se deje constancia
de que los fotostatos aportados por la solicitante durante la evacuación de la prueba, se corresponden a las
resultas de la precitada actuación evacuada el día 28-11-1997.
Así pues, se entiende que el ad quem, en efecto aplicó correctamente la normativa
correspondiente al caso de marras, ya que, como se pudo entender de la transcripción de la decisión
recurrida, el juez motiva lo referente a la decisión que toma, explicando el porqué no le otorga valor
probatorio a la prueba en cuestión e igualmente, el porqué no tiene una influencia determinante en el
fallo.
Por todas las consideraciones antes expresadas, esta Sala declara sin lugar la denuncia bajo
análisis. Así se decide.
DECISIÓN
En fuerza de las razones expuestas, el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Civil,
administrando justicia en nombre de la República Bolivariana de Venezuela y por autoridad de la ley,
declara: SIN LUGAR el recurso extraordinario de casación anunciado y formalizado por la demandante,
contra la sentencia dictada por el Juzgado Superior en lo Civil, Mercantil, del Tránsito y Marítimo de la
Circunscripción Judicial del estado Bolivariano de Nueva Esparta, en fecha 16 de septiembre de 2019.
Dada, firmada y sellada en la Sala de Despacho del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Civil en Caracas, a los veinte (20) días del mes de julio de dos mil veintidós. Años: 212º de la
Independencia y 163º de la Federación.
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HENRY JOSÉ TIMAURE TAPIA
Vicepresidente,
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JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ PARRA
Magistrada,
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CARMEN ENEIDA ALVES NAVAS
Secretaria,
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VICTORIA DE LOS ÁNGELES VALLÉS BASANTA
Exp. AA20-C-2019-000582
Nota: Publicada en su fecha, a las
Secretaria,