Las Tópicas de Freud
Las Tópicas de Freud
Las Tópicas de Freud
Conocidas con el nombre de tópicas las formulaciones que realiza Freud sobre el
aparato psíquico permiten comprender y explicar las relaciones dinámicas que se
dan entre sistemas psíquicos. La primera de estas tópicas, nombrada como
topográfica, conformada por consciente, preconsciente e inconsciente, refiere a los
factores cualitativos de los fenómenos psíquicos.
Primera Tópica
Hay “tres niveles” (también pueden denominarse, regiones, provincias o sistemas)
en el psiquismo: consciente, preconsciente e inconsciente, que dan cuenta de los
procesos psíquicos que se llevan a cabo en los seres humanos. Estos niveles del
psiquismo funcionan interrelacionados entre sí, no poseen un sustrato neurológico
o un lugar anatómico determinado.
Niveles Psíquicos
1º NIVEL: LA CONCIENCIA:
El nivel consciente, es el mas accesible del aparato psíquico, esta formado por lo
que se percibe. Las representaciones conscientes son todo lo que se registra ya
sea fuera del sujeto, a través de los sentidos vista, olfato, gusto, motricidad (lo que
ve, escucha, hace), como también lo que pasa dentro del sujeto (recuerdos,
deseos, sentimientos, emociones, etc.). Por medio de la consciencia es posible
conocer las cosas en forma reflexiva. El sistema consciente se maneja con el
principio de realidad, en el aquí y ahora, respeta la temporalidad, se rige por leyes
lógicas y se adapta al contexto.
3º NIVEL: EL INCONSCIENTE
El inconsciente, es el nivel donde se encuentran todos los contenidos, emociones,
deseos, ideas, vivencias y conflictos reprimidos que no tienen lugar en la
conciencia, debido a que la intensidad que poseen producen displacer
(sufrimiento) a la persona cuando los recuerda, por ello los reprime y permanecen
oculto en este nivel.
CARACTERÍSTICAS Y MODOS DE FUNCIONAMIENTO DEL INCONSCIENTE:
El inconsciente tiene sus propias leyes de funcionamiento:
ES ATEMPORAL: Es decir que en este nivel coexisten diferentes ideas sin
importar orden cronológico. Por ej. Deseos infantiles, junto a deseos adultos, y los
mismos, se mezclan todo el tiempo. Por ej.: Un hombre sueña que esta en una
clase de su universidad pero tiene puesto el guardapolvo de su primaria y la
profesora es su maestra de primer grado. Hay presencia de contradicción: los
deseos o sentimientos pueden coexistir sin que resulte conflictivo. Por ej.: Una
mujer sueña con que entra a un lugar hermoso, armónico, iluminado, donde todo
esta en orden, pero quiere irse rápido porque no esta a gusto en el lugar.
PREDOMINA EL PRINCIPIO DE PLACER: La realidad o el deseo psíquico
(interno) predominan sobre la realidad externa. No puede esperar para satisfacer
su deseo. Es la búsqueda del placer inmediato sin ninguna censura o prohibición.
SE RIGE POR EL PROCESO PRIMARIO: El inconsciente funciona a través de
dos mecanismos, es gracias a esto que pueden algunos contenidos emerger a la
conciencia, a través del sueño, el chiste, los actos fallidos y los síntomas
neuróticos.
A través de estos mecanismos que se denominan condensación y
desplazamiento, los contenidos, ideas, deseos, conflictos que están ocultos en el
inconsciente a través de la represión, sufren transformaciones, de ese modo
“engañan” al nivel consiente y salen a la realidad.
El mecanismo de desplazamiento funciona, como su nombre lo indica
desplazando ideas o sentimientos para que no resulten conflictivos. Por ej.:
durante el día María tuvo una discusión con su madre, una fuerte pelea, por la
noche ella sueña que se pelea con su vecina. Es decir desplaza la discusión hacia
su vecina para no sentirse culpable y liberar a través del sueño la angustia que le
produce pelearse con su madre.
El mecanismo de la condensación funciona mezclando todos los contenidos y
presentándolos en una sola idea, pero al analizar hay varias ideas en una sola.
Por ej.: Ana soñó con su hermana, pero tiene puesto el vestido de novia de su
mejor amiga, y el pelo de su profesora de química.
Segunda Tópica
Luego de terminar la primera tópica Freud advirtió que existían tres instancias
operativas, a las mismas las denominó: ELLO, YO y SUPER-YO.
El YO
Es la parte del aparato psíquico que reconoce la propia persona el ¿Quién soy?
Se dice que es la instancia ejecutiva de la personalidad. Es un organizador que a
través de la percepción conoce las necesidades externas e internas. Además de
percibir y discriminar los estímulos externos de los internos y decidir cuales y
como satisfacerlos, el yo tiene otras funciones como el pensamiento, la memoria,
la relación con los demás, y fundamentalmente el “controlar”, los deseos que
provienen del ello, esto lo logra mediante el uso de herramientas que se
denominan mecanismos de defensa.
El yo tiene una función reguladora, mediadora, entre el ELLO, el SUPER-YO y la
realidad, es decir que se encarga de organizar los impulsos de la persona, de
modo tal que estos no entren en contradicción con sus valores morales. Para ello
realiza ciertas renuncias y sacrificios que a veces la realidad le impone.
EL ELLO
Es la instancia que alberga las pulsiones instintivas regidas por el principio de
placer y que aflora en forma directa en las manifestaciones antisociales. Su hábitat
en las personas socialmente integradas sería el mundo inconsciente, es decir, que
todos los impulsos o contenidos del ello son inconscientes.
Esta instancia puja permanentemente por satisfacer deseos y tienta al yo para que
los ejecute.
Por ej.: Un joven tiene mucho que estudiar, el ello insistirá en que no lo haga
porque solo quiere divertirse, por tanto expresará al yo: “Dale salí, puedo salir,
estudio a la vuelta o no estudio, seguramente a mi no me van a tomar lección…”
El SUPER-YO
Es la voz de la conciencia moral, producto de la internalización de las normas y
valores transmitidos por los padres a través de la educación. Su función es poner
freno al ello y convertirse a veces en amigo del yo, a través de valoraciones
positivas que hace de su conducta (es como si el súper-yo le dijera al yo: “lo has
hecho bien…”).
Otras veces se transforma en un enemigo y surge en la persona el sentimiento de
culpa, son los momentos en que el yo no es visto con buenos ojos por el super-yo
(como si el súper-yo, dijera al yo: “¡No estas a la altura de lo que deberías
hacer…!”)