Antecedentes Jeronimo

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El pueblo de San Jerónimo en el Cusco:

Ayllus y organización territorial durante el siglo XIX


The town of San Jeronimo in Cusco: Ayllus and territorial
organization during the nineteenth century
Recibido: junio 23 de 2016 | Revisado: julio 20 de 2016 | Aceptado: setiembre 15 de 2016

DAVID CERPA ESPINOSA1 R ESUMEN


El pueblo de San Jeró nimo ubicado muy
cercadelaciudaddel Cuscotieneunahistoria
vinculada con las antiguas familias reales
incaicas. Durante los tiempos coloniales
hasta los ú ltimos añ os del siglo XIX, en
este pueblo, se encontraban reducidos
algunos de los má s importantes ayllus del
Cusco. El propó sito de esta invesigació n es
establecer un paralelo entre la organizació n
de los ayllus de San Jeró nimo, durante tres
momentos específicos del siglo XIX y su
probable localizació n espacial, a partir de
la lectura de algunos mapas de fines del
siglo XX y una imagen satelital actual.

Palabras clave: ayllu, hacienda, organiza-


ció n social, estructura espacial
A BSTRACT
The town of San Jeró nimo is located near
the city of Cusco, and its history is related
with the ancient royal Inca families.
During the colonial period up to the last
years of the 19th century, some of the most
important ayllus of Cusco were located in
this town. The purpose of this research is
to establish a parallel between the
organization of the ayllus of San Jeró nimo
during three specific moments of the 19th
century and its probable spatial location,
based on the revision of maps from the late
20th Century and current satellite
images.

Keywords: Ayllu, farm, social organization,


spatial structure

1 Universidad de San Martín de Porres - Perú


[email protected]

| CAMpUS | LIMA, pERú | V. XX I | N. 22 | PP. 205-222| jULIO-DICIEMBRE | 2016 | ISSN 1812-6049 205
DAvID CERPA ESPINOSA

Introducción
importante afluente del río Vilcanota, y lu-
El pueblo de San Jeró nimo está ubicado a gar donde se desarrollaron los asentamientos
unos 10 Km. al este del centro histó rico del directamente vinculados con la antigua
Cusco, dentro de la cuenca del río Huatanay, capi- tal del imperio de los Incas.

Figura 1. Localizació n del pueblo de San Jeró nimo en relació n con la cuenca del río Huatanay
y la ciudad del Cusco en 2016

Durante el siglo XIX, la ciudad del El siglo XIX marcó el final del
Cusco estaba organizada en nueve Virreinato del Perú y el inicio del período
repartimientos (Archivo Regional del republicano, por lo tanto, fue un tiempo de
Cusco, Matrículas de Indígenas de 1836) : muchos cam- bios en diversos aspectos,
Belén, Santiago, Hos- pital (San Pedro), entre ellos el so- cial y el territorial. Resulta
Santa Ana, San Cristó bal, San Blas, San extremadamente complejo tratar todos
Sebastiá n, San Jeró nimo y la Matriz, estos cambios en rela- ció n con el conjunto
estando San Sebastiá n y San Jeró - nimo de repartimientos de la ciudad del Cusco;
fuera del área urbana. Actualmente, la sin embargo, trataremos de establecer una
ciudad del Cusco ha crecido de tal forma visió n preliminar de lo que sucedió en el
que San Sebastiá n es ya parte de esta, mien- repartimiento de San Jeró nimo durante este
tras que San Jeró nimo está casi rodeado por período, enfatizando el estudio de los ayllus
á reas urbanizadas (Figura 1). Es importante que formaban parte de este en su
mencionar que el concepto de dimensió n espacial y territorial.
repartimiento se utilizó tanto en tiempos
virreinales como durante la primera mitad En tal sentido, es importante centrarse en
del siglo XIX para designar un sector el siglo XIX debido a que durante la primera
territorial que compren- día uno o varios mitad de esa época, se mantuvieron en pie
pueblos, y que, a partir de la segunda muchas de las estructuras organizacionales
mitad de dicho siglo, fue reem- plazado por correspondientes al período virreinal y que
lo que conocemos actualmente como se fueron modificando, paulatinamente, a
provincias y distritos.

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partir de la segunda mitad de dicho siglo; es a nivel nacional. Para el caso del departamen-
interesante notar que dichas transformacio-
nes se consolidaron entrado ya el siglo XX.
Sin embargo, somos conscientes que muchas
de estas estructuras están aún vigentes en
varios aspectos de la vida social y territorial
del Cusco y de muchos lugares de los An-
des, y que, a pesar del tiempo transcurrido
es innegable que su origen más lejano está
necesariamente vinculado con los tiempos
prehispánicos.

Efectivamente, una de las principales insti-


tuciones que prevaleció desde la época
prehis- pánica fueron los ayllus, los mismos
que su- frieron importantes transformaciones
durante el período virreinal, siendo su
conocimiento aún difícil de abordar debido
a los vacíos do- cumentales y las
contradicciones conceptua- les que
dificultan su estudio. Sin embargo, el siglo
XIX representa un período en el cual se
realizaron importantes registros, cuyo estudio
podría contribuir con un mejor conocimien-
to del carácter de los ayllus y su
organización tanto a nivel social como
territorial.

Una de las principales fuentes documen-


tales que permite evaluar la evolución de
los ayllus durante la primera mitad del siglo
XIX – no solo en el Cusco, sino también
en otros lugares del Perú – lo constituyen
los li- bros de Matrículas de Contribuciones
que se conservan, actualmente, tanto en el
Archivo General de la Nación como en los
Archivos Regionales del Perú, entre ellos, el
Archivo Regional del Cusco.

Dichos libros se elaboraron durante el


pe- ríodo comprendido entre 1826 y 185,
aproxi- madamente, y fueron realizados con
el objeti- vo de recaudar fondos para la
reconstrucción del Perú luego de la guerra
de la Indepen- dencia, tal como lo sostiene
Basadre (2005) [1939].
Desafortunadamente, no todos los li- bros
de contribuciones se han conservado, por lo
tanto, existe un importante desbalance en
cuanto a la disponibilidad de la información
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to del Cusco, podemos encontrar de estos un número determinado de ayllus,


abundante información a nivel estando dedicados los integrantes de los
provincial; sin embargo, para el ocho pri- meros repartimientos a la
caso del Cercado hay notables actividad agrícola, mientras que en el
vacíos debido a que es probable Noveno Repartimiento, conocido también
que algunos de es- tos libros se como Matriz (Archivo Regional del Cusco
hayan perdido. Sin embargo, a Matrículas de Indígenas 1836), había un
pesar de esto, los documentos que se ayllu, llamado Yanaconas y el resto estaba
han con- servado son de gran valor conformado por gremios de artesanos al
para comprender muchos aspectos igual que en el caso de los libros de
relacionados con la temática que patentes. Es probable que la diferencia
queremos abordar. entre un artesano inscrito en el registro de

No se puede decir que exista una


clasifica- ción estricta de estos
documentos; sin embar- go,
podríamos organizar estos en dos
grandes grupos: el primer grupo,
conformado por los libros de
matrículas de contribución predial,
estaban clasificados en dos
subgrupos: los li- bros de
contribuciones de predios urbanos
y los libros de contribuciones de
predios rús- ticos. Los primeros se
organizaban espacial- mente por
calles, en función a la ubicación del
predio respectivo dentro del área
urbana, mientras que el segundo se
organizaba por ha- ciendas, ubicadas
estas en las afueras de la ciu- dad. En
este subgrupo, podemos encontrar
también los libros de contribución
industrial.

El segundo grupo, lo
constituían los li- bros de
matrículas de contribución
personal, en los cuales había
también dos subgrupos: los libros
de patentes (Archivo General de la
Nación 1839) y los libros de
matrículas de indígenas. El primer
subgrupo estaba com- prendido
por los gremios de profesionales y
artesanos, y el segundo subgrupo
estaba comprendido por las
matrículas de indíge- nas, las
mismas que se organizaban por re-
partimientos, habiendo en cada uno

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patentes en relació n con el artesano registra- vacío es, en sí mismo, un problema que aú n
do en la matrícula de indígenas haya estado no se ha podido resolver para el caso no
en relació n con el origen del mismo. En el solo de la ciudad del Cusco, sino también
caso de los centros poblados no comprendi- para el de muchos centros poblados del
dos por el cercado, había un grupo de con- área an- dina. El presente artículo no
tribuyentes no indígenas que se les conocía pretende plan- tear una discusió n teó rica
también como Castas. sobre el tema ni mucho menos resolver el
A grandes rasgos, se puede decir que el pri- problema; sin em- bargo, el objetivo del
mer grupo está vinculado con la mismo es presentar al- gunas hipó tesis de
organizació n espacial del Cusco durante la có mo pudieron definirse los ayllus como
primera mitad del siglo XIX, mientras que el entidades territoriales en el repartimiento
segundo grupo está vinculado con la de San Jeró nimo.
organizació n social del Cusco durante dicho Para poder plantear estas hipó tesis, ha-
período. Sin embargo, del total de cuatro remos una breve revisió n de algunos datos
subgrupos el má s difícil de localizar concernientes a tres momentos específicos
territorialmente es el ú ltimo, debido a que, del siglo XIX: los añ os 1836, 1876 y 1888.
como se puede observar, el primer y tercer Antes de realizar esta revisió n analizaremos,
subgrupos están claramente vinculados con el brevemente, algunos elementos que
espacio urbano; el segundo puede lo- concier- nen al origen de los ayllus
calizarse, con cierta precisión, dentro del área relacionados con el cercado del Cusco.
no urbana gracias a la cartografía disponible
tanto del siglo XIX como la del siglo XX; el Antecedentes históricos
cuarto subgrupo resulta difícil de localizar
debido a que se cuenta con muy pocas refe- Antes de abordar el análisis de los docu-
rencias cartográficas que permitan determinar mentos correspondientes al siglo XIX, es in-
la ubicació n exacta de los ayllus tanto en el teresante revisar dos documentos coloniales
ámbito rural como en el urbano. que hacen referencia a ayllus cuyos
nombres van a coincidir con los nombres de
Planteamiento del problema algunos ayllus que pertenecían a los
repartimientos del Cusco. Me refiero
Dado que los libros de matrículas de bá sicamente a la Re- lación de las Fábulas y
indí- genas registran los ayllus por Ritos de los Incas de Cristóbal de Molina
repartimiento, es ló gico pensar que estos (2008) y la Relación de las Guacas del Cuzco
ayllus debieron te- ner una ubicació n que Bernabé Cobo es- cribiera en 1653
territorial específica den- tro de cada uno (1981), como parte de su Historia del Nuevo
de estos, tal como lo tuvie- ron los predios Mundo.
urbanos y rú sticos. Por otro lado, a pesar
de que los libros de patentes no En el primer documento, el cronista
especifican la ubicació n territorial de los Cristó bal de Molina hace una extensa expli-
gremios de artesanos y profesionales, es muy cació n de diversos mitos y festividades, de
probable que estos se hayan concentrado en las que destacamos una en particular, que
el barrio central de la ciudad (Matriz). En corresponde a la fiesta de la Citua, la cual te-
tal sentido, el caso de los ayllus plantea aú n nía lugar en el mes de agosto, mes conocido
un problema teó rico debido a que, a pesar como Coya Raymi. Durante esta fiesta, unos
de que los documentos especifican que los personajes salían del Cusco hacia los cuatro
contribuyentes indígenas estaban vinculados Suyos con la finalidad de purificar la ciudad,
con el trabajo en las tierras agrícolas, no se dirigiéndose hacia lugares alejados. No expli-
especifica nada sobre cuál fue su lugar de caremos mayores detalles de esta fiesta; sin
re- sidencia dentro de cada repartimiento. embargo, es interesante extraer de aquí una
Este
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informació n que permite dar fundamento al na ha sido actualizado por el Dr. Julio Calvo
origen Inca de algunos de los ayllus del Cus- Pérez, considerando, ademá s, que la edició n
co. En tal sentido, de la cró nica de Cristó bal de 2008 contiene también la versió n paleo-
de Molina (2008) extraemos lo siguiente: gráfica del mismo. Las palabras, en letra
Eran estos indios que llevaban estas voces cur- siva, son tal como aparecen en el texto
hacia Collasuyo, los que salían del Cuzco, de la versió n actualizada.
de la generació n de Uscamayta Ayllu, Apo El otro documento, vale decir, la Relación
Mayta Ayllu, Hahuaynin Ayllu, Sutic y de las Guacas del Cuzco, escrita por el pa-
Maras Ayllu, Cuycussa Ayllu. dre Bernabé Cobo, y que ha sido transcri-
(…) Los que salían hacia el poniente que ta y estudiada por John Rowe (1981), hace
es a Chinchaysuyo salían dando las mis- referencia a las líneas llamadas Ceques, que
mas voces y estos eran de la generació n partían desde el Qorikancha en varias direc-
Capac Ayllu y Hatun Ayllu y Vicaquirao ciones, conteniendo cada una de estas líneas
y Chahuin Cuzco Ayllo, y Arayraca Ayllu un nú mero variable de huacas o
y otros de Uro. adoratorios. Segú n este documento, algunas
de estas lí- neas estaban a cargo de
(...) Los que llevaban las voces de la par- determinados ayllus, de los cuales algunos de
te de Antisuyo eran de las generaciones ellos fueron apa- rentemente reducidos en
siguientes: Sucsu Panaca Ayllu, Aucaylli los repartimientos del cercado del Cusco.
Ayllu, Tarpuntay Ayllu, Sano Ayllu. Tom Zuidema reali- zó importantes
estudios sobre este sistema,
(...) Los que iban a la parte de fundamentalmente, en su obra El Sistema
Contisuyo eran de las generaciones de Ceques del Cuzco, La organización Social
siguientes: Rau- ra Panaca Ayllu y de la Capital de los Incas (1995) [1964], sin
Chima Panaca Ayllu y Masca Panaca embargo, cabe destacar también el trabajo
Ayllu y Quesco Ayllu. de John Rowe, Brian Bauer (2000) [1998],
entre otros. A continuació n, se muestra un
Es necesario indicar que el texto de Moli- diagrama esquemático de los ceques.

Figura 2. Diagrama esquemá tico de los Ceques del Cusco. Interpretació n grá fica de la relació n de Ber-
nabé Cobo.

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El diagrama mostrado en la Figura 2, es nombres siguientes: Collana, Payan y Ca-


una interpretació n esquemática del docu- yao, habiendo también otros ceques cuyos
mento del padre Bernabé Cobo. No es de nombres eran Cápac, Yacanora, Ayarmaca
ningú n modo una reconstrucció n de las di- y Anahuarque. Sin embargo, en la mayoría
recciones de los ceques, sino que simplemen- de los casos, los ceques formaban grupos de
te se busca aquí mostrar, de manera sintéti- tres, siguiendo el orden correlativo Colla-
ca, los ceques agrupados en funció n de los na-Payan-Cayao, aunque en algunos casos
cuatro Suyos. Como puede verse, se trataba dicho orden variaba, tal vez por un error de
de un total de 41 direcciones organizadas, transcripció n. Asimismo, algunos de estos
en cuatro partes, de acuerdo con los cuatro ceques estaban a cargo de un ayllu específi-
suyos: Nueve desde el Chinchaysuyu; nueve co, tal como se indica en color rojo en dicho
desde el Antisuyu; nueve desde el Collasu- diagrama.
yu y catorce desde el Cuntisuyu. Téngase en
cuenta que este diagrama muestra a los Ce- Al comparar el diagrama con las direc-
ques más como franjas que como líneas, a ciones que seguían los que participaban en
fin de facilitar su lectura. la festividad de la Citua, observamos que
aquellos ayllus que figuran en la relació n de
Como puede verse también, cada Ceque ceques de Cobo aparecen también en el do-
tenía, en la mayoría de los casos, uno de los cumento de Molina:
Tabla 1

Comparación entre los ayllus relacionados con las direcciones de la Citua, los ayllus del sistema de
ceques y los linajes reales descritos por Sarmiento de Gamboa.

Linajes incas segú n Direcciones de la Citua Sistema de ceques


Sarmiento de Gamboa (Cristó bal de Molina) (Bernabé Cobo)
Collasuyo Mayta Ccapac Uscamayta Ayllu Ayllu de Vsca mayta
Ccapac Yupanqui Apo Mayta Ayllu Ayllu de Apumayta
Sutic y Maras Ayllu
Cuycussa Ayllu
Lloqui Yupanqui Hauaynin Ayllu Ayllu de Haguayni
Familia de Aguini ayllu
Chinchaysuyo Tupac Inca Yupanqui Capac Ayllu Ayllu de Capac Ayllu
Pachacuti Inca Yupanqui Hatun Ayllu
Inca Rocca Vicaquirao Ayllu Ayllu y familia de Vicarquirao
Ayar Cachi Chahuin Cuzco
Ayar Uchu Ayllu Arayraca Huacaytaqui Ayllu
Ayllu
Uro
Antisuyo Viracocha Sucsu Panaca Ayllu Ayllu de cubcu pañ aca ayllu
Yahuar-Huaccac Aucaylli Ayllu Ayllu y familia de Aucailli
panaca
Tarpuntay Ayllu
Sano Ayllu
Ayllu y parcialidad de Cari
Cuntisuyo Sinchi Rocca Raura Panaca Ayllu
Manco Ccapac Chima Panaca Ayllu
Masca Panaca Ayllu
Quesco Ayllu Ayllu de Quisco

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Al observar la Tabla 1, vemos que existen cen, por un lado, las matrículas de predios
coincidencias entre los dos grupos de ayllus, rú sticos, y por otro lado, las matrículas de
sobre todo en lo que concierne a su ubica- indígenas del añ o 1836 (Archivo Regional
ció n con respecto a los cuatro suyos. Sin del Cusco, matrículas de 1836). No aparece
embargo, la relació n de Cristó bal de Molina aquí el rubro de predios urbanos, debido a
muestra un mayor nú mero de ayllus. Pedro que San Jeró nimo no era considerado como
Sarmiento de Gamboa (1988), cronista es- un centro poblado de tipo urbano, a pesar
pañ ol del siglo XVI, vincula a un grupo de de que su trazo está definido por manzanas
los ayllus con los gobernantes incas, mientras y calles.
que otro grupo (en letra cursiva) correspon-
den a los diez ayllus que, segú n la leyenda, Por otro lado, no aparecen aquí los libros
acompañ aron a Manco Cápac hacia el de los gremios pues estos se agrupaban, tal
Cus- co. Sarmiento no nombra al ayllu como se explicó anteriormente, en el Nove-
Quesco, pero si nombra al ayllu no Repartimiento (matriz). La Tabla 2 nos
Huacaytaqui, el cual no está en la lista de muestra los ayllus de San Jeró nimo en 1836
Molina. (tabla elaborada a partir de la matrícula de
indígenas de dicho añ o que se encuentra en
Los documentos de 1836 el Archivo Regional del Cusco).
Para el aná lisis de los ayllus de San Jeró -
nimo, contamos con los datos que nos ofre-
Tabla 2

Ayllus de la parroquia de San Jerónimo en 1836

Originarios Forasteros Forasteros


Repartimiento Ayllo con tierras con tierras sin tierras
Ccollana 25 6 17
Chahuanccoscco 14 1 18
Ccallampa 9 2 13
Orccon 15 3 44
Uruhuaccama 17 1 13
Huiccahuiray
Octavo repartimiento (Guiccahuiray) 10 4 9
Parroquia de San Apumayta 6 5 15
Jerónimo Raurau 12 3 28
Anahuarqui y Chima 48 7 21
Andamachay 17 6 32
Sorama 3 0 13
Ccollanas 7 1 5
Estancia de
Runtubamba 0 0 37
183 39 265

Lo primero que llama la atenció n al leer llus que nombra Cristó bal de Molina, tales
el listado de ayllus de San Jeró nimo es la co- como Chahuanccoscco y Huiccahuiray (Vica-
rrespondencia de cinco de estos con los ay- quirao) en el Chinchaysuyo; Apumayta en

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Collasuyo; Raurau y Chima en Cuntisuyo. tivo. Obsérvese que existe una diferenciació n
Se encuentra también una coincidencia en- entre originarios y forasteros, siendo todos
tre Anahuarque y el ceque del mismo nom- los originarios poseedores de tierras, mien-
bre también ubicado en Cuntisuyo. Esto se tras que entre los forasteros la mayoría de
debe a que probablemente estos ayllus fue- ellos no eran poseedores de estas. Ello plan-
ron reducidos en San Jeró nimo luego del tea de inicio la doble definició n del término
proceso de consolidació n del dominio espa- Ayllu: por un lado, la existencia o no de un
ñ ol en el Cusco. Asimismo, de acuerdo vínculo de parentesco (mediante la oposi-
con la cró nica de Sarmiento de Gamboa ció n originario-forastero) y por otro lado, la
(1988) estos ayllus corresponderían a los dimensió n territorial de este, al especificarse
linajes de los Incas. Sin embargo, no es un la tenencia o no de tierras agrícolas. Ello
objetivo del presente artículo estudiar la for- talece el principio que sostiene que la
relació n de los ayllus de San Jeró nimo con base econó mica del ayllu es la actividad
los linajes reales, debido fundamentalmente agrícola, por lo tanto, hay un fuerte vínculo
a su antigü edad y complejidad. territorial con los alrededores del centro
poblado. Vea- mos ahora para ese mismo
El listado de ayllus de este centro poblado
añ o el registro de predios rú sticos:
muestra el nú mero de contribuyentes respec-

Tabla 3

Predios rústicos de San Jerónimo

1836 Propietario
Patapaula Convento de Santo Domingo
Cayra Convento de La Merced
Concomarca Don Juan Piroto
Larapita Don Juan Piroto
Oscollo Don Jorge Velasco
Angostura Doña Josefa Astete
Buenavista Doña Narsisa Aguirre
Consevida Don Gabino Jauregui
Larapa-Grande Beaterio de las Nazarenas
Rurenhuasi Don Blas Yanquiremachi
Picopucyo Don Dionicio Zeballos
Tuñupampa Don Ignacio Roca
Limeñapampa Don Blas Yanquirrimachi
Munahuarmi Doña Melchora Enriquez
Ospa Convento de Santo Domingo
Percacalla Don Santiago Fearo
Inticancha Don Bernabé Guamán
Coyocacha Don Manuel Zuta
Guenchaquencha Doña Agustina Orcohuaranca
Chollo Don Manuel Silvestre Gárate
Pampachacra Doña Isidora Angulo

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Se observa la Tabla 3 elaborada a partir vínculo colectivo, unido ya sea por un


de las matrículas de predios rústicos del cercado origen común a través del parentesco, o ya
que se encuentra en el Archivo Regional sea por un posible vínculo de proximidad
del Cusco (1836). Dicha tabla muestra en cuanto a la localización no solo de las
que los predios rústicos tienen un tierras agrícolas, sino también del lugar de
propietario espe- cífico, mientras que en el residencia, tal como se discutirá al final
ayllu prevalecía el del presente artículo.

EL DOCUMENTO DE 1876
Tabla 4
Población urbana y rural en San Jerónimo en 1876

Pueblos Hombres Mujeres Total


San Jerónimo 772 860 1632
Total población urbana 772 860 1632

Caseríos P.R. Hombres Mujeres Total


Angostura y sus comprensiones (Hacienda) 58 60 118
Buenavista (Hacienda) 1 5 6
Cconchacalla 34 30 64
Ccayra (Hacienda) 57 41 98
Collollacta 5 4 9
Cunca - marca (Hacienda) 4 4 8
Huacapunco (Hacienda) 3 5 8
Huacoto 53 49 102
Huayllabamba (Hacienda) 6 10 16
Huayrapunco (Hacienda) 2 1 3
Larapa - chico (Hacienda) 5 4 9
Larapa - grande (Hacienda) 3 5 8
Limeñapata (Hacienda) 1 1 2
Mamatunya (Hacienda) 1 1 2
Manayhuarme y Quencoro (Hacienda) 4 2 6
Miraflores de Tuño (Hacienda) 9 13 22
Osccollo y Ñascopampa (Haciendas) 2 4 6
Parcohuaylla (Hacienda) 6 7 13
Patapata (Hacienda) 8 5 13
Pitupucllo e Inticancha (Haciendas) 5 2 7
Quichuaspata, Lloquemaco y Fiero - ccata
(Haciendas) 25 26 51
Rau - rau 33 37 70
Sayllanahuarque 163 179 342
Suncco 36 31 67
Total población rural 524 526 1050
Población total del distrito 1296 1386 2682

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La Tabla 4 ha sido extraída del Censo estar en condiciones de formular la


realizado en Cusco en 1876 (Archivo Ge- hipó tesis que se trata del ayllu que aparece
neral de la Nació n, Censo de la Repú blica en la rela- ció n de 1836. De ser así, podría
del Perú 1876). Se observa aquí por prime- decirse que dicho ayllu estaba localizado
ra vez una diferenciació n entre població n fuera del centro poblado mismo. Sin
urbana y rural. La població n urbana podría embargo, esto lo discu- tiremos má s
interpretarse como aquella que residía en el adelante.
centro poblado de San Jeró nimo, (1632 ha-
bitantes), mientras que la població n rural la San Jerónimo en 1888
conformaban las personas que vivían en los
caseríos (1050 habitantes). Uno de los ele- El documento base utilizado para realizar la
mentos más interesantes de este cuadro es el Tabla 5 es el Libro de Matrícula de contribu-
hecho que dentro del área rural se hace una yentes de la parroquia de San Jeró nimo Le-
distinció n entre caseríos considerados como gajo 17, Libro 24, el mismo que se
haciendas y caseríos sin esta denominació n, encuentra en el Archivo Regional del
y son los primeros, la mayoría. Cusco (1888).

Si comparamos esta Tabla con la 3, que Tabla 5


corresponde a los predios rú sticos, muchos
Contribución personal en San Jerónimo – Año
de ellos son considerados aquí como
1888
hacien- das. Sin embargo, no se
consideraban como tales Cconchacalla,
Collollacta, Huacoto, Rau-rau, Contribución Personal
No especificado 97
Sayllanahuarque y Suncco. De es- tos
ú ltimos, Cconchacalla no ha podido ser Collana 36

ubicado por el momento; Collollacta apare- Anahuarqque 95


ce en el mapa del Instituto Geográfico Na- Quishuarpata 2
cional (1973) como una hacienda; Huacoto Chahuanccoscco 29
es un centro poblado, ubicado en la parte Ccallampata 11
alta del valle, al Noreste de San Jeró nimo, Sucso 42
que aparece también en el mapa del IGN Aucaille 37
antes citado; Rau-rau aparece en la lista de Accamana 29
ayllus de la Citua y en el de las matrículas de Huaccoto 21
indígenas de 1836; Sayllanahuarque podría Roccaquirao 22
corresponder al centro poblado de Saylla, Apumaita 16
ubicado aproximadamente, 6 Km. al sureste Raurau 22
de San Jeró nimo. En tal sentido, no se ha po- Chima 22
dido comprobar aú n si el ayllu Anahuarque, Sorama 24
que aparece en la lista de 1836, tiene algu- Ccollanccas 11
na relació n con el centro poblado de Saylla. Andamachay 8
Finalmente, Suncco es un lugar que no ha Ccaira 20
podido ser identificado aú n. Lo interesante Larapita 2
de este cuadro es que encontramos ya una Fienocata 6
diferenciació n entre el concepto de urbano Chillicpampa 3
y rural, hecho que no se observa en los li- Larapa 8
bros de matrículas de predios, en los cuales
Huaillabamba 5
el término rural parece asociarse al término
Munaihuarme 1
rústico. Para el caso de Rau-rau, podríamos
Angostura 10
579

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La Tabla 5 es un resumen del listado El problema por resolver es determinar


de contribuyentes correspondiente al año si es- tos nombres expresan la continuidad
res- pectivo, mostrándose aquí de los ayllus o si se trata de unidades
únicamente el número de contribuyentes territoriales que fueron utilizadas para poder
por cada gru- po. Uno de los rasgos más realizar el registro de los contribuyentes.
importantes de este documento es que La informa- ción contenida en este
aquí ya no se hace diferencia entre documento sugiere entonces diversas
indígenas, gremios, castas, y eclesiásticos hipótesis que permitirían precisar el
tal como ocurría durante el período carácter de los ayllus de San Je- rónimo,
comprendido entre 1826 y 1851. pero que se mantienen difusos en cuanto a
Asimismo, se observa que no se hace espacialidad.
distin- ción entre ayllu, hacienda o
caserío, hecho que dificulta la comprensión Estableciendo una correspondencia entre la
de este registro. Sin embargo, resulta relación de ayllus de 1836 y el registro
interesante encontrar los ayllus que de contribución personal de 1888
aparecían en el documento de 1836 y que podemos plantear la tabla siguiente:
no figuran en el censo de 1876. (Tabla 6):
Tabla 6
Cuadro comparativo de ayllus en 1836 con el registro de 1888

Contribución Personal en Categorías


1888 Ayllus en 1836
…… - No determinado
Collana Ccollana Ayllu
Anahuarqque Anahuarqui Ayllu
Quishuarpata - Hacienda (1876)
Chahuanccoscco Chahuanccoscco Ayllu
Ccallampata Ccallampa Ayllu
Sucso* - Ayllu en 1768
Aucaille* - Ayllu en 1768
Accamana Uruhuaccama Ayllu
Huaccoto - Caserío (1876)
Huiccahuiray Ayllu
Roccaquirao (Guiccahuiray)
Apumaita Apumayta Ayllu
Raurau Raurau Ayllu
Chima Chima Ayllu
Sorama Sorama Ayllu
Ccollanccas Ccollanas Ayllu
Andamachay Andamachay Ayllu
Ccaira - Hacienda (1836 y 1876)
Larapita - Hacienda (1836 y 1876)
Fienocata - No determinado
Chillicpampa - No determinado
Larapa - Hacienda (1836 y 1876)

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Huaillabamba - Hacienda (1876)


Munaihuarme - Hacienda (1836 y 1876)
Angostura - Hacienda (1836 y 1876)
No figura Orccon Ayllu

Haciendo esta comparació n, no figuran en San Jeró nimo los ayllus Sucso de Nobles
aquí todas las haciendas que pertenecían a y Aucailli de Nobles. Volviendo a la lectura
San Jeró nimo. Ello no significa que estas ha- de la Tabla 6, a pesar de que no se establece
yan desaparecido, sino que aparecen en una diferenciació n entre ayllu, hacienda o
otro rubro (correspondiente al ramo de predio rú stico, aparecen los nombres de
predios rú sticos e industriales) que no todos los ayllus que aparecían en 1836,
mostramos aquí. Sin embargo, resulta de incluyendo estos dos ú ltimos, los cuales
mucho inte- rés observar que dos ayllus habían figura- do en 1768. El problema es
que no figuran en el documento de 1836 sí aquel que fue enunciado al inicio del
aparecen aquí. Se trata de los ayllus Sucso artículo: ¿Cuál fue el criterio para realizar
y Aucaille, los cuales fueron histó ricamente este registro? ¿Fue solo en términos de
considerados como ayllus de origen Inca, parentesco? Si fue un criterio de orden
tal como lo vi- mos en relació n con las territorial – que parece ser ló gico por el
direcciones de la Ci- tua y los Ceques, en hecho deque las haciendas estaban
los que aparecían los ayllus Sucsu y consideradas en 1876 como parte del ám-
Aucailli como pertenecientes al Antisuyo. bito rural – falta aclarar cuál fue el criterio
Asimismo, segú n Sarmiento de Gamboa empleado para los ayllus.
estaban asociados a los incas Yahuar Huácac
(Aucailli) y Viracocha (Sucsu). Pro- Reconstrucción cartográfica de San
bablemente, estos ayllus no aparecieron en el Jerónimo y alrededores
documento de 1836 debido a que por tener
esta categoría estaban exentos del pago de las A continuació n, presentamos unos ma-
contribuciones. pas que nos permiten tener una idea de la
organizació n espacial y territorial de San
Efectivamente, tal como lo sostiene Jeró nimo, la misma que, al conjugarse con
David Garret (2009), basá ndose en un los datos de archivo antes expuestos nos per-
documen- to que se encuentran en el mitirán formular las bases para establecer las
Archivo Regional del Cusco conclusiones del presente artículo.
[Corregimiento, Administrativo, Legajo 94
(1767-84)] en 1768 se registraban

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Figura 3. Haciendas y caseríos pertenecientes a las ocho parroquias del Cusco entre 1970 y 1973

La Figura 3 muestra la ubicación de San fundamental en la organización de las pa-


Jeró- nimo con respecto a la ciudad del rroquias, pues la sede de las parroquias de
Cusco en- tre 1970 y 1973, y fue elaborado San Pedro, San Cristóbal, San Blas, Santa
a partir de la interpretación de las hojas 27- Ana, Santiago y Belén estaban integradas al
r, 27-s, 28-r y 28-s de la Carta Nacional área urbana, vale decir a la parroquia
escala 1:100000 del Instituto Geográfico Matriz, mientras que las parroquias de San
Nacional. No figu- ran aquí todas las Sebastián y San Jerónimo estaban más
haciendas pertenecientes a las parroquias alejadas, he- cho que contrasta con la
del Cusco que existían duran- te el siglo Figura 1, donde se observa que San
XIX, pero sí aquellas que habían sido Sebastián está integrada al casco urbano
registradas durante los primeros años de la actual, mientras que San Jeró- nimo está
década de los setenta en los mencionados próximo a serlo. Cabe advertir que muchas
mapas. La ubicación de las haciendas se ha haciendas de los libros de matrículas de 1888
logrado a partir de la identificación sobre el no aparecen, en este mapa, debido a
mapa de algunas haciendas que aparecen en muchas razones, por un lado, su aparente
el Libro de Matrículas del Cercado (1888). desaparición, por otro lado, el proceso de ur-
Obsérvese que las haciendas tenían banización durante el siglo XX, sobre todo
una localización específica, a manera de ex- en la parroquia de San Blas. Para el caso de
tensión de sus respectivos barrios urbanos. San Jerónimo, la Figura 3 muestra solo al-
En esta distribución territorial, los caminos gunas haciendas, por razones de escala; sin
rurales deben haber tenido una influencia embargo, en la Figura 4 tendremos una re-
presentación más completa.

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Figura 4. Haciendas y caseríos de San Jeró nimo en 1973

El mapa correspondiente a la Figura 4 vez, es la presencia de Rau Rau y Ccollana


ha sido elaborado a partir de la Hoja 28-r Chahuancuzco, que en el registro de 1836
Cuzco de la Carta Nacional escala 1/100000 aparecen como los ayllus Raurau, Ccollana
del IGN. Muestra, con mayor detalle, las y Chahuanccoscco, respectivamente. Esta
es- tancias y caseríos de los alrededores de informació n permite plantear la hipó tesis
San Jeró nimo en 1973. Puede observarse que los ayllus tuvieron extensiones territo-
que varios de estos caseríos y haciendas riales en funció n de la proximidad de sus
existían ya en 1836. Otros de estos caseríos áreas agrícolas. La estancia de Runtubamba,
apare- cen en los registros de 1876 y 1888, probablemente, es el caserío llamado Ron-
tal es el caso de Huaccoto. Y lo que es dobamba. Finalmente, lugares como Raurau
notable, a su

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Figura 5. Manzanas y calles de San Jerónimo en 2016

y Ccollana Chahuancuzco aparecen también Tabla 7


en los registros de 1888, sin embargo,
este último no aparece en el censo de Comparación entre los nombres actuales y los
1876. Que- da aún por investigar si el nombres antiguos de algunas calles de San Je-
ayllu Anahuarque estuvo ubicado en el rónimo.
centro poblado de Sa- ylla.
La figura 5 muestra el trazado actual
de San Jerónimo, donde se puede apreciar
la es- tructura de manzanas propia de un
pueblo de reducción, y donde aparecen
los nom- bres de las calles del mismo.
Lo interesante de esto es que en muchas
calles aparece no solo el nombre actual de
las mismas, sino también el nombre que
tenían antiguamen- te, nombres que en la
mayoría de los casos coinciden con
aquellos de los antiguos ayllus de San
Jerónimo, Tabla 7:
Nombre actual Nombre original
Túpac Amaru Anahuarque
Sorama Andamachay
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Arica Antamachay
San Martín Apumayta
Orccon Orccon
Apumayta Apumayta
Lima Rau Rau
Castilla Roq’e Kiraw
Suárez Sucso
La Torre Teqte

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Puede verse que no aparecen todos tos correspondientes a los tres momentos del
los nombres de los ayllus, como es el siglo XIX analizados y su comparació n entre
caso de Acamana y Aucaille, así como sí y con respecto a la cartografía correspon-
tambié n Chahuanccoscco. Sin embar- diente a los siglos XX y XXI permite afirmar
go, esta informació n permitiría esta- que los ayllus de San Jeró nimo tuvieron una
blecer finalmente las hipó tesis acerca ubicació n específica, tanto en el ámbito ur-
de la dimensió n territorial del concep- bano como en el área rural circundante.
to de ayllu. Tom Zuidema, en su li-
bro sobre los ceques del Cusco (1998) Los casos de Raurau y Chahuanccoscco
[1964] presenta un croquis de San Je- muestran que estos se extendían como case-
ró nimo donde aparecen las calles de ríos en los alrededores de San Jeró nimo, y
este con los nombres de los ayllus. Es específicamente, Raurau como un ayllu que
probable que Zuidema haya recorrido tenía un á rea rural y probablemente una
San Jeró nimo, en un momento, en el ubicació n urbana a lo largo de la actual calle
que los nombres originales de las ca- Lima de San Jeró nimo. Esta afirmació n se ve
lles aú n no se habían modificado por fortalecida por el hecho de que la extensió n
los actuales. Coinciden aquí las ubica- de esta calle da inicio al camino que condu-
ciones de Anahuarque, Surama, Sucsu, ce al caserío Raurau. El problema de fondo
Raurau y Andamachay; sin embargo, es que las demás calles con los nombres de
no aparecen Teqte ni Roq’e Kiraw. Es los ayllus no dejan claro si sus extensiones
interesante notar que Zuidema identi- viales conducían, necesariamente, a las tie-
fica las calles Acamana y Aucaylli, las rras agrícolas pertenecientes a estos. Pero lo
mismas que no aparecen en la señ aliza- importante de esta comparació n entre ay-
ció n actual. Asimismo, indica que so- llus, haciendas y estructura urbana y rural
bre el actual Fray Domingo de Cabrera es que el concepto de ayllu no fue
la calle se llamaba Collana. Sin embar- ú nicamente un tema de linaje o
go, es necesario hacer un trabajo de ar- descendencia, sino que también tuvo una
chivo má s importante a fin de tener la connotació n espacial, la misma que puede
certeza que estas calles hayan sido el hacerse más só lida en la medida en que se
lugar de residencia de los integrantes puedan hallar más datos que permitan
de los ayllus allí nombrados. precisar la localizació n de las tierras
agrícolas y los lugares de residencia de los
Conclusiones habitantes de dichos ayllus. Por tal moti- vo,
como hipó tesis fundamental podríamos
Como se dijo, en la introducció n del pre-
decir que mientras que las tierras agrícolas de
sente artículo, no se pretende aquí resolver el
los ayllus de San Jeró nimo estarían ubicadas
problema planteado inicialmente ni formu-
en sus alrededores, los integrantes de estos
lar todas las hipó tesis necesarias para lograr
podrían haber tenido su lugar de residencia
resolverlo; sin embargo, la revisió n de los da-
en el á rea urbana en funció n a los nombres
de las calles de este.

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Referencias

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rial de la Pontificia Universidad Cató- Blas; Libro 20 Parroquia de Santa
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de Matrícula de Patentes del Cusco co- Libro 24 Parroquia de San Jerónimo,
Libro 25 Parroquia de Belén

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