Antecedentes Jeronimo
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Antecedentes Jeronimo
| CAMpUS | LIMA, pERú | V. XX I | N. 22 | PP. 205-222| jULIO-DICIEMBRE | 2016 | ISSN 1812-6049 205
DAvID CERPA ESPINOSA
Introducción
importante afluente del río Vilcanota, y lu-
El pueblo de San Jeró nimo está ubicado a gar donde se desarrollaron los asentamientos
unos 10 Km. al este del centro histó rico del directamente vinculados con la antigua
Cusco, dentro de la cuenca del río Huatanay, capi- tal del imperio de los Incas.
Figura 1. Localizació n del pueblo de San Jeró nimo en relació n con la cuenca del río Huatanay
y la ciudad del Cusco en 2016
Durante el siglo XIX, la ciudad del El siglo XIX marcó el final del
Cusco estaba organizada en nueve Virreinato del Perú y el inicio del período
repartimientos (Archivo Regional del republicano, por lo tanto, fue un tiempo de
Cusco, Matrículas de Indígenas de 1836) : muchos cam- bios en diversos aspectos,
Belén, Santiago, Hos- pital (San Pedro), entre ellos el so- cial y el territorial. Resulta
Santa Ana, San Cristó bal, San Blas, San extremadamente complejo tratar todos
Sebastiá n, San Jeró nimo y la Matriz, estos cambios en rela- ció n con el conjunto
estando San Sebastiá n y San Jeró - nimo de repartimientos de la ciudad del Cusco;
fuera del área urbana. Actualmente, la sin embargo, trataremos de establecer una
ciudad del Cusco ha crecido de tal forma visió n preliminar de lo que sucedió en el
que San Sebastiá n es ya parte de esta, mien- repartimiento de San Jeró nimo durante este
tras que San Jeró nimo está casi rodeado por período, enfatizando el estudio de los ayllus
á reas urbanizadas (Figura 1). Es importante que formaban parte de este en su
mencionar que el concepto de dimensió n espacial y territorial.
repartimiento se utilizó tanto en tiempos
virreinales como durante la primera mitad En tal sentido, es importante centrarse en
del siglo XIX para designar un sector el siglo XIX debido a que durante la primera
territorial que compren- día uno o varios mitad de esa época, se mantuvieron en pie
pueblos, y que, a partir de la segunda muchas de las estructuras organizacionales
mitad de dicho siglo, fue reem- plazado por correspondientes al período virreinal y que
lo que conocemos actualmente como se fueron modificando, paulatinamente, a
provincias y distritos.
partir de la segunda mitad de dicho siglo; es a nivel nacional. Para el caso del departamen-
interesante notar que dichas transformacio-
nes se consolidaron entrado ya el siglo XX.
Sin embargo, somos conscientes que muchas
de estas estructuras están aún vigentes en
varios aspectos de la vida social y territorial
del Cusco y de muchos lugares de los An-
des, y que, a pesar del tiempo transcurrido
es innegable que su origen más lejano está
necesariamente vinculado con los tiempos
prehispánicos.
El segundo grupo, lo
constituían los li- bros de
matrículas de contribución
personal, en los cuales había
también dos subgrupos: los libros
de patentes (Archivo General de la
Nación 1839) y los libros de
matrículas de indígenas. El primer
subgrupo estaba com- prendido
por los gremios de profesionales y
artesanos, y el segundo subgrupo
estaba comprendido por las
matrículas de indíge- nas, las
mismas que se organizaban por re-
partimientos, habiendo en cada uno
patentes en relació n con el artesano registra- vacío es, en sí mismo, un problema que aú n
do en la matrícula de indígenas haya estado no se ha podido resolver para el caso no
en relació n con el origen del mismo. En el solo de la ciudad del Cusco, sino también
caso de los centros poblados no comprendi- para el de muchos centros poblados del
dos por el cercado, había un grupo de con- área an- dina. El presente artículo no
tribuyentes no indígenas que se les conocía pretende plan- tear una discusió n teó rica
también como Castas. sobre el tema ni mucho menos resolver el
A grandes rasgos, se puede decir que el pri- problema; sin em- bargo, el objetivo del
mer grupo está vinculado con la mismo es presentar al- gunas hipó tesis de
organizació n espacial del Cusco durante la có mo pudieron definirse los ayllus como
primera mitad del siglo XIX, mientras que el entidades territoriales en el repartimiento
segundo grupo está vinculado con la de San Jeró nimo.
organizació n social del Cusco durante dicho Para poder plantear estas hipó tesis, ha-
período. Sin embargo, del total de cuatro remos una breve revisió n de algunos datos
subgrupos el má s difícil de localizar concernientes a tres momentos específicos
territorialmente es el ú ltimo, debido a que, del siglo XIX: los añ os 1836, 1876 y 1888.
como se puede observar, el primer y tercer Antes de realizar esta revisió n analizaremos,
subgrupos están claramente vinculados con el brevemente, algunos elementos que
espacio urbano; el segundo puede lo- concier- nen al origen de los ayllus
calizarse, con cierta precisión, dentro del área relacionados con el cercado del Cusco.
no urbana gracias a la cartografía disponible
tanto del siglo XIX como la del siglo XX; el Antecedentes históricos
cuarto subgrupo resulta difícil de localizar
debido a que se cuenta con muy pocas refe- Antes de abordar el análisis de los docu-
rencias cartográficas que permitan determinar mentos correspondientes al siglo XIX, es in-
la ubicació n exacta de los ayllus tanto en el teresante revisar dos documentos coloniales
ámbito rural como en el urbano. que hacen referencia a ayllus cuyos
nombres van a coincidir con los nombres de
Planteamiento del problema algunos ayllus que pertenecían a los
repartimientos del Cusco. Me refiero
Dado que los libros de matrículas de bá sicamente a la Re- lación de las Fábulas y
indí- genas registran los ayllus por Ritos de los Incas de Cristóbal de Molina
repartimiento, es ló gico pensar que estos (2008) y la Relación de las Guacas del Cuzco
ayllus debieron te- ner una ubicació n que Bernabé Cobo es- cribiera en 1653
territorial específica den- tro de cada uno (1981), como parte de su Historia del Nuevo
de estos, tal como lo tuvie- ron los predios Mundo.
urbanos y rú sticos. Por otro lado, a pesar
de que los libros de patentes no En el primer documento, el cronista
especifican la ubicació n territorial de los Cristó bal de Molina hace una extensa expli-
gremios de artesanos y profesionales, es muy cació n de diversos mitos y festividades, de
probable que estos se hayan concentrado en las que destacamos una en particular, que
el barrio central de la ciudad (Matriz). En corresponde a la fiesta de la Citua, la cual te-
tal sentido, el caso de los ayllus plantea aú n nía lugar en el mes de agosto, mes conocido
un problema teó rico debido a que, a pesar como Coya Raymi. Durante esta fiesta, unos
de que los documentos especifican que los personajes salían del Cusco hacia los cuatro
contribuyentes indígenas estaban vinculados Suyos con la finalidad de purificar la ciudad,
con el trabajo en las tierras agrícolas, no se dirigiéndose hacia lugares alejados. No expli-
especifica nada sobre cuál fue su lugar de caremos mayores detalles de esta fiesta; sin
re- sidencia dentro de cada repartimiento. embargo, es interesante extraer de aquí una
Este
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informació n que permite dar fundamento al na ha sido actualizado por el Dr. Julio Calvo
origen Inca de algunos de los ayllus del Cus- Pérez, considerando, ademá s, que la edició n
co. En tal sentido, de la cró nica de Cristó bal de 2008 contiene también la versió n paleo-
de Molina (2008) extraemos lo siguiente: gráfica del mismo. Las palabras, en letra
Eran estos indios que llevaban estas voces cur- siva, son tal como aparecen en el texto
hacia Collasuyo, los que salían del Cuzco, de la versió n actualizada.
de la generació n de Uscamayta Ayllu, Apo El otro documento, vale decir, la Relación
Mayta Ayllu, Hahuaynin Ayllu, Sutic y de las Guacas del Cuzco, escrita por el pa-
Maras Ayllu, Cuycussa Ayllu. dre Bernabé Cobo, y que ha sido transcri-
(…) Los que salían hacia el poniente que ta y estudiada por John Rowe (1981), hace
es a Chinchaysuyo salían dando las mis- referencia a las líneas llamadas Ceques, que
mas voces y estos eran de la generació n partían desde el Qorikancha en varias direc-
Capac Ayllu y Hatun Ayllu y Vicaquirao ciones, conteniendo cada una de estas líneas
y Chahuin Cuzco Ayllo, y Arayraca Ayllu un nú mero variable de huacas o
y otros de Uro. adoratorios. Segú n este documento, algunas
de estas lí- neas estaban a cargo de
(...) Los que llevaban las voces de la par- determinados ayllus, de los cuales algunos de
te de Antisuyo eran de las generaciones ellos fueron apa- rentemente reducidos en
siguientes: Sucsu Panaca Ayllu, Aucaylli los repartimientos del cercado del Cusco.
Ayllu, Tarpuntay Ayllu, Sano Ayllu. Tom Zuidema reali- zó importantes
estudios sobre este sistema,
(...) Los que iban a la parte de fundamentalmente, en su obra El Sistema
Contisuyo eran de las generaciones de Ceques del Cuzco, La organización Social
siguientes: Rau- ra Panaca Ayllu y de la Capital de los Incas (1995) [1964], sin
Chima Panaca Ayllu y Masca Panaca embargo, cabe destacar también el trabajo
Ayllu y Quesco Ayllu. de John Rowe, Brian Bauer (2000) [1998],
entre otros. A continuació n, se muestra un
Es necesario indicar que el texto de Moli- diagrama esquemático de los ceques.
Figura 2. Diagrama esquemá tico de los Ceques del Cusco. Interpretació n grá fica de la relació n de Ber-
nabé Cobo.
Comparación entre los ayllus relacionados con las direcciones de la Citua, los ayllus del sistema de
ceques y los linajes reales descritos por Sarmiento de Gamboa.
Al observar la Tabla 1, vemos que existen cen, por un lado, las matrículas de predios
coincidencias entre los dos grupos de ayllus, rú sticos, y por otro lado, las matrículas de
sobre todo en lo que concierne a su ubica- indígenas del añ o 1836 (Archivo Regional
ció n con respecto a los cuatro suyos. Sin del Cusco, matrículas de 1836). No aparece
embargo, la relació n de Cristó bal de Molina aquí el rubro de predios urbanos, debido a
muestra un mayor nú mero de ayllus. Pedro que San Jeró nimo no era considerado como
Sarmiento de Gamboa (1988), cronista es- un centro poblado de tipo urbano, a pesar
pañ ol del siglo XVI, vincula a un grupo de de que su trazo está definido por manzanas
los ayllus con los gobernantes incas, mientras y calles.
que otro grupo (en letra cursiva) correspon-
den a los diez ayllus que, segú n la leyenda, Por otro lado, no aparecen aquí los libros
acompañ aron a Manco Cápac hacia el de los gremios pues estos se agrupaban, tal
Cus- co. Sarmiento no nombra al ayllu como se explicó anteriormente, en el Nove-
Quesco, pero si nombra al ayllu no Repartimiento (matriz). La Tabla 2 nos
Huacaytaqui, el cual no está en la lista de muestra los ayllus de San Jeró nimo en 1836
Molina. (tabla elaborada a partir de la matrícula de
indígenas de dicho añ o que se encuentra en
Los documentos de 1836 el Archivo Regional del Cusco).
Para el aná lisis de los ayllus de San Jeró -
nimo, contamos con los datos que nos ofre-
Tabla 2
Lo primero que llama la atenció n al leer llus que nombra Cristó bal de Molina, tales
el listado de ayllus de San Jeró nimo es la co- como Chahuanccoscco y Huiccahuiray (Vica-
rrespondencia de cinco de estos con los ay- quirao) en el Chinchaysuyo; Apumayta en
Collasuyo; Raurau y Chima en Cuntisuyo. tivo. Obsérvese que existe una diferenciació n
Se encuentra también una coincidencia en- entre originarios y forasteros, siendo todos
tre Anahuarque y el ceque del mismo nom- los originarios poseedores de tierras, mien-
bre también ubicado en Cuntisuyo. Esto se tras que entre los forasteros la mayoría de
debe a que probablemente estos ayllus fue- ellos no eran poseedores de estas. Ello plan-
ron reducidos en San Jeró nimo luego del tea de inicio la doble definició n del término
proceso de consolidació n del dominio espa- Ayllu: por un lado, la existencia o no de un
ñ ol en el Cusco. Asimismo, de acuerdo vínculo de parentesco (mediante la oposi-
con la cró nica de Sarmiento de Gamboa ció n originario-forastero) y por otro lado, la
(1988) estos ayllus corresponderían a los dimensió n territorial de este, al especificarse
linajes de los Incas. Sin embargo, no es un la tenencia o no de tierras agrícolas. Ello
objetivo del presente artículo estudiar la for- talece el principio que sostiene que la
relació n de los ayllus de San Jeró nimo con base econó mica del ayllu es la actividad
los linajes reales, debido fundamentalmente agrícola, por lo tanto, hay un fuerte vínculo
a su antigü edad y complejidad. territorial con los alrededores del centro
poblado. Vea- mos ahora para ese mismo
El listado de ayllus de este centro poblado
añ o el registro de predios rú sticos:
muestra el nú mero de contribuyentes respec-
Tabla 3
1836 Propietario
Patapaula Convento de Santo Domingo
Cayra Convento de La Merced
Concomarca Don Juan Piroto
Larapita Don Juan Piroto
Oscollo Don Jorge Velasco
Angostura Doña Josefa Astete
Buenavista Doña Narsisa Aguirre
Consevida Don Gabino Jauregui
Larapa-Grande Beaterio de las Nazarenas
Rurenhuasi Don Blas Yanquiremachi
Picopucyo Don Dionicio Zeballos
Tuñupampa Don Ignacio Roca
Limeñapampa Don Blas Yanquirrimachi
Munahuarmi Doña Melchora Enriquez
Ospa Convento de Santo Domingo
Percacalla Don Santiago Fearo
Inticancha Don Bernabé Guamán
Coyocacha Don Manuel Zuta
Guenchaquencha Doña Agustina Orcohuaranca
Chollo Don Manuel Silvestre Gárate
Pampachacra Doña Isidora Angulo
EL DOCUMENTO DE 1876
Tabla 4
Población urbana y rural en San Jerónimo en 1876
Haciendo esta comparació n, no figuran en San Jeró nimo los ayllus Sucso de Nobles
aquí todas las haciendas que pertenecían a y Aucailli de Nobles. Volviendo a la lectura
San Jeró nimo. Ello no significa que estas ha- de la Tabla 6, a pesar de que no se establece
yan desaparecido, sino que aparecen en una diferenciació n entre ayllu, hacienda o
otro rubro (correspondiente al ramo de predio rú stico, aparecen los nombres de
predios rú sticos e industriales) que no todos los ayllus que aparecían en 1836,
mostramos aquí. Sin embargo, resulta de incluyendo estos dos ú ltimos, los cuales
mucho inte- rés observar que dos ayllus habían figura- do en 1768. El problema es
que no figuran en el documento de 1836 sí aquel que fue enunciado al inicio del
aparecen aquí. Se trata de los ayllus Sucso artículo: ¿Cuál fue el criterio para realizar
y Aucaille, los cuales fueron histó ricamente este registro? ¿Fue solo en términos de
considerados como ayllus de origen Inca, parentesco? Si fue un criterio de orden
tal como lo vi- mos en relació n con las territorial – que parece ser ló gico por el
direcciones de la Ci- tua y los Ceques, en hecho deque las haciendas estaban
los que aparecían los ayllus Sucsu y consideradas en 1876 como parte del ám-
Aucailli como pertenecientes al Antisuyo. bito rural – falta aclarar cuál fue el criterio
Asimismo, segú n Sarmiento de Gamboa empleado para los ayllus.
estaban asociados a los incas Yahuar Huácac
(Aucailli) y Viracocha (Sucsu). Pro- Reconstrucción cartográfica de San
bablemente, estos ayllus no aparecieron en el Jerónimo y alrededores
documento de 1836 debido a que por tener
esta categoría estaban exentos del pago de las A continuació n, presentamos unos ma-
contribuciones. pas que nos permiten tener una idea de la
organizació n espacial y territorial de San
Efectivamente, tal como lo sostiene Jeró nimo, la misma que, al conjugarse con
David Garret (2009), basá ndose en un los datos de archivo antes expuestos nos per-
documen- to que se encuentran en el mitirán formular las bases para establecer las
Archivo Regional del Cusco conclusiones del presente artículo.
[Corregimiento, Administrativo, Legajo 94
(1767-84)] en 1768 se registraban
Figura 3. Haciendas y caseríos pertenecientes a las ocho parroquias del Cusco entre 1970 y 1973
Arica Antamachay
San Martín Apumayta
Orccon Orccon
Apumayta Apumayta
Lima Rau Rau
Castilla Roq’e Kiraw
Suárez Sucso
La Torre Teqte
Puede verse que no aparecen todos tos correspondientes a los tres momentos del
los nombres de los ayllus, como es el siglo XIX analizados y su comparació n entre
caso de Acamana y Aucaille, así como sí y con respecto a la cartografía correspon-
tambié n Chahuanccoscco. Sin embar- diente a los siglos XX y XXI permite afirmar
go, esta informació n permitiría esta- que los ayllus de San Jeró nimo tuvieron una
blecer finalmente las hipó tesis acerca ubicació n específica, tanto en el ámbito ur-
de la dimensió n territorial del concep- bano como en el área rural circundante.
to de ayllu. Tom Zuidema, en su li-
bro sobre los ceques del Cusco (1998) Los casos de Raurau y Chahuanccoscco
[1964] presenta un croquis de San Je- muestran que estos se extendían como case-
ró nimo donde aparecen las calles de ríos en los alrededores de San Jeró nimo, y
este con los nombres de los ayllus. Es específicamente, Raurau como un ayllu que
probable que Zuidema haya recorrido tenía un á rea rural y probablemente una
San Jeró nimo, en un momento, en el ubicació n urbana a lo largo de la actual calle
que los nombres originales de las ca- Lima de San Jeró nimo. Esta afirmació n se ve
lles aú n no se habían modificado por fortalecida por el hecho de que la extensió n
los actuales. Coinciden aquí las ubica- de esta calle da inicio al camino que condu-
ciones de Anahuarque, Surama, Sucsu, ce al caserío Raurau. El problema de fondo
Raurau y Andamachay; sin embargo, es que las demás calles con los nombres de
no aparecen Teqte ni Roq’e Kiraw. Es los ayllus no dejan claro si sus extensiones
interesante notar que Zuidema identi- viales conducían, necesariamente, a las tie-
fica las calles Acamana y Aucaylli, las rras agrícolas pertenecientes a estos. Pero lo
mismas que no aparecen en la señ aliza- importante de esta comparació n entre ay-
ció n actual. Asimismo, indica que so- llus, haciendas y estructura urbana y rural
bre el actual Fray Domingo de Cabrera es que el concepto de ayllu no fue
la calle se llamaba Collana. Sin embar- ú nicamente un tema de linaje o
go, es necesario hacer un trabajo de ar- descendencia, sino que también tuvo una
chivo má s importante a fin de tener la connotació n espacial, la misma que puede
certeza que estas calles hayan sido el hacerse más só lida en la medida en que se
lugar de residencia de los integrantes puedan hallar más datos que permitan
de los ayllus allí nombrados. precisar la localizació n de las tierras
agrícolas y los lugares de residencia de los
Conclusiones habitantes de dichos ayllus. Por tal moti- vo,
como hipó tesis fundamental podríamos
Como se dijo, en la introducció n del pre-
decir que mientras que las tierras agrícolas de
sente artículo, no se pretende aquí resolver el
los ayllus de San Jeró nimo estarían ubicadas
problema planteado inicialmente ni formu-
en sus alrededores, los integrantes de estos
lar todas las hipó tesis necesarias para lograr
podrían haber tenido su lugar de residencia
resolverlo; sin embargo, la revisió n de los da-
en el á rea urbana en funció n a los nombres
de las calles de este.
Referencias
Instituto Geográfico Nacional (1970-1973). Archivo Regional del Cusco. Tesorería Fis-
Carta Nacional Escala 1: 100,000. cal. Año 1836. Libro extracto de ma-
Hojas 27-r (Urubamba); 27-s (Calca); trícula de indígenas del Cuzco. Legajo
28-r (Tambobamba); 28-s (Cuzco). 16 (Libro 1). Archivo Regional del
Cusco, Perú.
Rowe, J. H. (diciembre, 1981). Una
relación de los adoratorios del antiguo Archivo Regional del Cusco. Año 1888. Te-
Cuzco. Histórica, 5(2), 209-261. sorería Fiscal. Matrícula de contribu-
yentes de la provincia del cercado.
Zuidema, T. (1995). El sistema de Ceques del Legajo 17 (Libro 17 Parroquia de San
Cuzco. La organización social de la ca- Pedro; Libro 18 Parroquia de San
pital de los Incas. Perú: Fondo Edito- Cristóbal; Libro 19 Parroquia de San
rial de la Pontificia Universidad Cató- Blas; Libro 20 Parroquia de Santa
lica del Perú. Ana; Libro 21 Parroquia Matriz;
Libro 22 Parroquia de Santiago;
Archivo General de la Nación (1839). Libro Libro 23 Parroquia de San Sebastián;
de Matrícula de Patentes del Cusco co- Libro 24 Parroquia de San Jerónimo,
Libro 25 Parroquia de Belén