Evolución Histórica Del Derecho Penal 1

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EVOLUCIÓN

HISTÓRICA DEL
DERECHO PENAL
MSc. José Adolfo Hernández Godoy
Se ha dicho que el Derecho Penal es tan antiguo
como la humanidad misma, ya que son los
hombres los únicos protagonistas de esta
disciplina, de tal manera que las ideas penales
han evolucionado a la par de la sociedad. Todas
las expresiones humanas con algún significado
social, surgen en la vida de relación, en la
convivencia humana, en el trato diario de unos
con otros; es al entrar en relación unos con otros
que se exterioriza la conducta del ser humano y
es a través de la manifestación de su conducta
que el hombre realiza acciones u omisiones que
le permiten expresarse, es decir, actúa o se abstiene de
actuar según su voluntad, estas acciones y omisiones
cuando no son ofensivas, cuando no son socialmente
relevantes, son aceptadas y permitidas por el Estado en
cuanto que no lesionan ni ponen en peligro un Bien Jurídico
Tutelado; sin embargo, cuando estas acciones u omisiones
dañan o ponen en peligro un interés jurídicamente
tutelado, son reprobadas y reprimidas por el Derecho
Penal, en nombre del Estado y de una sociedad
jurídicamente organizada, como la nuestra.
El Derecho Penal funciona, en general, como sistema titular
de los valores más altos, ello es, interviene solamente ante
la vulneración de valores que una sociedad, en un momento
dado, reputa fundamentales.
En el devenir histórico de las ideas penales, la función de
castigar ha tenido diversos fundamentos en diferentes
épocas, y la mayor parte de tratadistas para su análisis las
han planteado de la siguiente manera:
1. ÉPOCA DE LA VENGANZA PRIVADA:
Se afirma que en los primeros grupos humanos, cuando el
poder público (poder estatal) no poseía aún el vigor
necesario para imponerse a los particulares, la función
penal revestía el aspecto de una venganza, la venganza
particular entonces se ha tomado como el inicio de la
retribución penal, aunque no se trate de un sistema penal
en sí, sino de una forma de manifestación individual.
Si pensamos, (dice Bernardino Alimena), que el
protoplasma irritado reacciona, si pensamos que todo
animal ofendido tiende instintivamente a reaccionar, nos
vemos obligados a pensar que la primera forma y la primera
justificación de aquella función, -que hoy llamamos: justicia
penal- debe de haber sido por necesidad de las cosas, la
venganza.
La época de la venganza privada es la época bárbara,
puesto que se accede al impulso de un instinto de
defensa, ante la reacción provocada por un ataque que
se considera injusto. Como en dicha época no se
encontraba organizada jurídicamente la sociedad, es
decir, no se encontraba organizado la defensa
individual y cada quien se hacía “justicia” por su propia
mano, esto dio origen -dice Cuello Calón- a graves
males, a sangrientas guerras privadas que produjeron
el exterminio de numerosas familias, ya que los
vengadores al ejercitar su derecho no reconocían
limitación alguna y causaban el ofensor o a su familia
todo el mal posible.
Las perniciosas consecuencias de una reacción
ilimitada fueron atenuadas por la Ley del Talión,
según la cual no podía devolverse al delincuente un
mal mayor que el inferido a su víctima, -ojo por ojo,
diente por diente- reconociendo así el grupo o la
colectividad que el ofendido sólo tenía derecho a una
venganza de igual magnitud al mal sufrido, de tal
manera que “no toda venganza puede estimarse
como antecedente de la represión penal moderna,
sólo tiene relevancia como equivalente de la pena
actual la actividad vengadora que contaba con el
apoyo de la colectividad misma, mediante la ayuda
material y el respaldo moral hacia el ofendido,
reconociendo su derecho a ejercitarla”.
Además de la Ley del Talión, aparece como otra
limitación de la venganza privada, también la
“composición”, a través de la cual el ofensor o su
familia entregaban al ofendido y los suyos cierta
cantidad para que éstos no ejercitaran el derecho de
venganza.
2. ÉPOCA DE LA VENGAZA DIVINA
En la época teocrática, se sustituye la voluntad individual
del vengador por una voluntad divina a la que corresponde
la defensa de los intereses colectivos lesionados por el
delito. La justicia penal se ejercita en el nombre de Dios,
los jueces juzgan en su nombre (generalmente eran
sacerdotes, los que representando a la voluntad divina
administraban la justicia), y las penas se imponían para
que el delincuente expíe su delito y la divinidad deponga
su cólera. Es el espíritu del Derecho Penal del antiquísimo
pueblo hebreo. También es posible encontrar resabios de
tal sistema en la edad media, en la que algunos Estados
asumieron la lucha contra el delito, pero en la que en
algunos tiempos se confundieron los poderes estatales y
eclesiásticos.
3. ÉPOCA DE LA VENGANZA PÚBLICA
Se deposita en el poder público la representación de la vindicta
social respecto de la comisión de un delito. El poder público
(representado por el Estado), ejerce la venganza en nombre de
la colectividad o de los individuos cuyos bienes jurídicos han
sido lesionados o puestos en peligro. La represión penal que
pretendía mantener a toda cosa la tranquilidad pública, se
convirtió en una verdadera venganza pública que llego a
excesos, caracterizándose por la aplicación de penas
inhumanas y totalmente desproporcionadas en relación con el
daño causado, la pena era sinónimo de tormento y se castigaba
con severidad y crueldad aun hechos que hoy día son
indiferente como los delitos de “magia y hechicería, que eran
juzgados por “tribunales especiales”, con rigor inhumano, esta
etapa constituye uno de los episodios más sangrientos del
derecho penal, especialmente en los siglos XV al XVIII.
Al respecto Cuello Calón, comenta que para luchar contra la
criminalidad desbordante de aquellos tiempos, el poder
público no vacilo en aplicar las penas mas crueles, la muerte
acompañada de formas de agravación espeluznante, las
corporales consistentes en terribles mutilaciones, las
infamantes, las pecuniarias impuestas en forma de
confiscación.
La pena para ciertos delitos trascendía a los descendientes del
reo y ni la tranquilidad de las tumbas se respetaban, pues se
desenterraban los cadáveres y se les procesaba, reinaba en la
administración de justicia una completa desigualdad, mientras
a los nobles y poderosos se les imponían las penas más suaves
y eran objeto de una protección eficaz, para los plebeyos y los
siervos se reservaban los castigos más duros y su protección
era en muchos casos tan sólo una caricatura de la justicia y por
último reinaba una completa arbitrariedad, los jueces y
tribunales tenían la facultad de imponer penas no previstas en
la ley.
4. PERÍODO HUMANITARIO
La excesiva crueldad de la época de la venganza pública dio
como resultado un movimiento a favor de la humanización
no sólo de las penas sino del procedimiento penal, toda vez
que en la época de la venganza pública se iniciaron las
torturas, los calabozos y toda clase de tormentos con la
finalidad de castigar y obtener confesiones.
La etapa humanitaria del Derecho Penal comienza a finales
del siglo XVIII con la corriente intelectual del “Iluminismo” y
los escritos de Montesquieu, Voltaire y Rousseau, sin
embargo, su precursor fue el milanés César Bonnesana,
quien publico su famosa obra denominada, (de los delitos y
de las penas), en la cual se pronunció abiertamente contra
la pena de tormento para castigar los delitos cometidos; el
fin de las penas, dijo, no es atormentar y afligir a un ente
sensible, ni
deshacer un delito ya cometido, el fin no es otro que
impedir al reo causar nuevos daños a sus ciudadanos y
retraer a los demás de la comisión de otros iguales,
luego deberán ser escogidas aquellas penas y aquel
método de imponerlas que guardada la proporción,
hagan una impresión más eficaz y más durable sobre los
ánimos de los hombres y la menos dolorosa sobre el
cuerpo del reo.
5. ÉPOCA CIENTÍFICA
Podemos decir que se inicia con la obra de César
Bonnesana, el Marqués de Beccaria, y subsiste hasta la
crisis del Derecho Penal Clásico con el aparecimiento de
la Escuela Positivista.
En esta etapa se mantienen los principios de la fase
humanitaria, pero se profundiza científicamente
respecto del delincuente. Carrara Considera que el
castigo no basta, por humanizado que sea, sino que
además se requiere llevar a cabo un estudio de
personalidad del sujeto y analizar a la víctima; es
indispensable conocer el porqué del crimen, saber cuál
es el tratamiento adecuado para readaptar al sujeto y
sobre todo, prevenir la posible comisión de delitos.
Respecto de la pena se estima que un tratamiento y el
sujeto son productos de las propias fallas sociales, con
influencias de factores de índole diversa interna y
externa. Esto a la fecha no ha resuelto el problema tan
delicado que representa la delincuencia.
6. ÉPOCA MODERNA
Actualmente existe unidad de criterio en toda la
doctrina en cuanto a que el Derecho Penal es una
ciencia eminentemente jurídica, para tratar los
problemas relativos al delito, al delincuente, a la pena y
a las medidas de seguridad; mientras que las ciencias
penales o criminológicas, que tienen el mismo objeto
de estudio, lo deben hacer desde el punto de vista
antropológico y sociológico. Es más algunos
especialistas sostienen que del Derecho Penal debe
circunscribirse con alguna exclusividad a lo que se
denomina “dogmática jurídica penal”, que consiste en
la reconstrucción del Derecho Penal vigente con base
científica, alejándolo, incluso, de las consideraciones
filosóficas y críticas.
DOGMÁTICA JURÍDICA PENAL
La dogmática jurídica del derecho penal es la disciplina
del derecho cuya misión es el estudio integral del
ordenamiento penal positivo, es un método de estudio
e investigación jurídica y su objeto de investigación es
la norma que tiene el conocimiento del sentido de los
preceptos jurídico-penal positivo.
Igualmente es la disciplina que se preocupa de la
interpretación, sistematización y desarrollo de los
preceptos legales y las opiniones científicas en el
ámbito del derecho penal.
La dogmática penal no concibe la norma como un
dogma rígido sino que reconoce soluciones parciales a
los problemas jurídicos. La dogmática penal tiene
como función garantizar los derechos fundamentales
del ciudadano frente al poder punitivo del Estado.
La dogmática penal penetra e indaga los fundamentos
de tipo penal, como se distingue uno del otro, cuando
un comportamiento es impune y cuando no en este
sentido, al señalar límites y definir conceptos se quiere
una aplicación segura y calculable del derecho penal a
fin de sustraerla a la irracionalidad, arbitrariedad e
improvisación
En la construcción positiva, la primera proposición jurídica
es la de la Constitución, lo que quiere decir que toda norma
que no es expresa, debe estar subsumida en las normas
fundamentales, o lo que es lo mismo, el nexo que se guarda
con la ley primaria a veces no aparece claro pero estará
contenida en sus principios, en su objeto y en sus fines.
Una característica de la dogmática es su realización práctica
descartándola como pura ciencia teórica. Los problemas
teóricos deben vincularse a la ley. Así la dogmática realista
es adecuada en la medida que sirva de aplicación de la ley.
La dogmática es el proceso de aplicación de la ley a la
realidad, persigue la decisión de casos facticos. Para incluir
a la dogmática penal del derecho en general y a la
dogmática del derecho penal en particular, la interpretación
deberá ser entendida como una capacitación del sentido.
La dogmática jurídico-penal es, pues, la disciplina que
se ocupa de la interpretación, sistematización,
elaboración y desarrollo de las disposiciones legales u
opiniones de la doctrina científica en el campo del
Derecho penal.
El resultado más relevante de la dogmática penal es el
conjunto de criterios, principios y conceptos que
constituyen la teoría del delito, que se trata de una
teoría general válida para interpretar y aplicar al caso
concreto cualquier figura del delito.

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