Viernes Santo. Presid. Laico. Semana Santa 2023 PDF
Viernes Santo. Presid. Laico. Semana Santa 2023 PDF
Viernes Santo. Presid. Laico. Semana Santa 2023 PDF
Celebración litúrgica
presidida por un ministro laico
Liturgia de la Palabra,
adoración de la santa Cruz
y rito de la Comunión Eucarística
VIERNES SANTO
DE LA PASIÓN DEL SEÑOR
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 3
3. Después del medio día, alrededor de las tres de la tarde, a no ser que por razón pastoral se elija una
hora más avanzada, se celebra la Pasión del Señor que consta de tres partes: Liturgia de la Palabra,
Adoración de la Cruz y Sagrada Comunión.
4. El ministro laico que presidirá la celebración debe portar su uniforme dignamente, tendrá a la mano
la guía de la celebración y se hará ayudar de algún otro ministro, o servidor del Altar.
Entrada
5. El ministro laico que presidirá, el o los servidores del Altar, y lectores, se dirigen desde la sacristía, o
desde la puerta de la capilla, hacia el Altar en silencio; a su llegada frente al Altar hacen una reverencia,
inmediatamente después se arrodillan ellos y todos los presentes. Permanecen así durante un momento y
completamente en silencio, y después se ponen de pie.
6. Después el ministro laico se dirige a su lugar desde donde presidirá la celebración, nunca desde la sede,
es propia del ministro ordenado; en esta celebración se omite la invitación a los fieles a orar: Oremos.
El ministro laico, con sus manos juntas, dice una de las siguientes oraciones:
Acuérdate, Señor,
de tu gran misericordia,
y santifica a tus siervos con tu constante protección,
ya que, por ellos, Cristo tu Hijo,
derramando su sangre,
instituyó el misterio pascual.
Él que vive y reina por los siglos de los siglos.
Todos responden:
Amén.
O bien:
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 4
Señor Dios,
que por la pasión de nuestro señor Jesucristo
nos libraste de la muerte heredada del antiguo pecado,
concédenos asemejarnos a tu Hijo y haz que,
así como naturalmente llevamos en nosotros
la imagen del hombre terreno,
por la gracia de la santificación,
llevemos también la imagen del hombre celestial.
por Jesucristo, nuestro señor.
Todos responden:
Amén.
Primer momento
Liturgia de la Palabra
7. Las lecturas bíblicas se proclaman desde el ambón y desde el Leccionario si se cuenta con él.
Es preferible que no sea el ministro laico que dirige la celebración quien lea las tres lecturas de la Palabra
de Dios. Para fomentar la participación de los fieles, previamente a la celebración, distribúyanse las
lecturas entre algunos de los presentes, así también, el salmo responsorial. Puede ser de mucha ayuda el
misal mensual para dar un previo repaso a la lectura bíblica.
El primer lector hace reverencia al Altar y sube al ambón a proclamar la primera lectura.
PRIMERA LECTURA
Él fue traspasado por nuestros crímenes.
El soportó el castigo que nos trae la paz. Por sus llagas hemos sido
curados.
Por eso le daré una parte entre los grandes, y con los fuertes
repartirá despojos, ya que indefenso se entregó a la muerte y fue
contado entre los malhechores, cuando tomó sobre sí las culpas de
todos e intercedió por los pecadores.
Palabra de Dios.
Todos responden:
Te alabamos Señor.
8. El salmista, o el cantor, hace reverencia al Altar, sube al ambón y proclama el salmo, y el pueblo
intercala la respuesta.
SALMO RESPONSORIAL
Del Salmo 30
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 7
9. El segundo lector hace reverencia al Altar, sube al ambón y proclama la segunda lectura.
SEGUNDA LECTURA
Aprendió a obedecer y se convirtió en la causa de la salvación eterna para todos
los que le obedecen.
Palabra de Dios.
Todos responden:
Te alabamos, Señor.
Todos se ponen de pie para acoger y saludar al Señor que va a hablar en el Evangelio.
10. El ministro laico hace reverencia frente al Altar y se dirige al ambón desde donde proclamará el
Evangelio. En el caso de que la forma de proclamación de la lectura evangélica involucre a dos lectores
más, estos de igual manera se dirigen al ambón y se colocan a los costados del ministro presidente.
EVANGELIO
El ministro laico, con sus manos juntas, omite el saludo y dice solamente:
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 9
La asamblea no responde.
C. En aquel tiempo, Jesús fue con sus discípulos al otro lado del torrente
Cedrón, donde había un huerto, y entraron allí Él y sus discípulos. Judas,
el traidor, conocía también el sitio, porque Jesús se reunía a menudo allí
con sus discípulos.
C. Le contestaron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
+ “Yo soy”.
C. Ellos dijeron:
S. “A Jesús, el nazareno”.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 10
C. Jesús contestó:
Caifás era el que había dado a los judíos este consejo: ‘Conviene que
muera un solo hombre por el pueblo’.
Simón Pedro y otro discípulo iban siguiendo a Jesús. Este discípulo era
conocido del sumo sacerdote y entró con Jesús en el palacio del sumo
sacerdote, mientras Pedro se quedaba fuera, junto a la puerta. Salió el
otro discípulo, el conocido del sumo sacerdote, habló con la portera e
hizo entrar a Pedro. La portera dijo entonces a Pedro:
C. Él dijo:
S. “No lo soy”.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 11
C. Apenas dijo esto, uno de los guardias le dio una bofetada a Jesús,
diciéndole:
C. Jesús le respondió:
C. Él lo negó diciendo:
S. “No lo soy”.
C. Le contestaron:
C. Así se cumplió lo que había dicho Jesús, indicando de qué muerte iba
a morir. Entró otra vez Pilato en el pretorio, llamó a Jesús y le dijo:
C. Jesús le contestó:
C. Pilato le respondió:
C. Jesús le contestó:
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 13
C. Pilato le dijo:
C. Jesús le contestó:
+ “Tú lo has dicho. Soy rey. Yo nací y vine al mundo para ser
testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad, escucha mi
voz”.
C. Pilato le dijo:
C. Dicho esto, salió otra vez a donde estaban los judíos y les dijo:
S. “¡Crucifícalo, crucifícalo!”.
S. “Nosotros tenemos una ley y según esa ley tiene que morir, porque se ha
declarado Hijo de Dios”.
C. Cuando Pilato oyó estas palabras, se asustó aún más, y entrando otra
vez en el pretorio, dijo a Jesús:
C. Jesús le contestó:
S. “¡Si sueltas a ése, no eres amigo del César!; porque todo el que pretende ser
rey, es enemigo del César”.
C. Ellos gritaron:
S. “No escribas: ‘El rey de los judíos’, sino: Este ha dicho: ‘Soy rey de los
judíos’ ” .
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 16
+ “Tengo sed”.
Aquí se arrodillan todos y se hace una breve pausa. Luego todos de pie.
Llegó también Nicodemo, el que había ido a verlo de noche, y trajo unas
cien libras de una mezcla de mirra y áloe.
Todos responden:
Gloria a ti Señor Jesús.
Reflexión bíblica
11. Después de la lectura de la Pasión, se tiene, si parece oportuno, una breve reflexión bíblica, después
de la cual el ministro puede exhortar a los fieles a oraren silencio durante un breve espacio de tiempo.
Oración universal
12. La Liturgia de la Palabra se termina con la Oración Universal, que se hace de esta manera:
• todos de pie; mientras tanto,
• un lector, o un su caso, otro ministro laico idóneo, desde el ambón, dice el invitatorio, en el cual
se expresa la intención.
• (Todos) En seguida oran todos en silencio durante un breve espacio de tiempo,
• y luego el ministro laico que preside la celebración, de pie desde su lugar, dice la oración con sus
manos juntas.
• (Todos) Los fieles pueden permanecer arrodillados o de pie, durante todo el tiempo de la oración.
En el caso de invitar a los fieles a ponerse de rodillas, el presidente de la celebración puede utilizar
las invitaciones tradicionales: Nos ponemos de rodillas – Nos ponemos de pie; mientras
tanto los fieles se arrodillan en silencio durante la súplica.
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos, queridos hermanos, por la santa Iglesia de Dios, para que
nuestro Dios y Señor le conceda la paz y la unidad, se digne
protejerla en toda la tierra y nos conceda glorificarlo, como Dios
Padre omnipotente, con una vida pacífica y serena.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
2. POR EL PAPA
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por nuestro santo padre el Papa Francisco, para
que Dios nuestro Señor, que lo eligió para el orden de los obispos,
lo conserve a salvo y sin daño para el bien de su santa Iglesia, a fin
de que pueda gobernar al pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 20
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por nuestro obispo Gerardo Díaz Vázquez, por
todos los obispos, presbíteros, diáconos, por todos los que ejercen
algún ministerio en la Iglesia y por todo el pueblo santo de Dios.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por los catecúmenos (adultos próximos a
bautizarse), para que Dios nuestro Señor abra los oídos de sus
corazones y les manifieste su misericordia, y para que, mediante el
Bautismo, se les perdonen todos sus pecados y queden
incorporados a Cristo, Señor nuestro.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 21
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por todos los hermanos que creen en Cristo, para
que Dios nuestro Señor se digne congregar y custodiar en la única
Iglesia a quienes procuran vivir en la verdad.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por el pueblo judío, para que a quien Dios nuestro
Señor habló primero, les conceda progresar continuamente en el
amor a su nombre y en la fidelidad a su alianza.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 23
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por los que no creen en Cristo, para que,
iluminados por el Espíritu Santo, puedan ellos encontrar el camino
de la salvación.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 24
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos también por todos los gobernantes de las naciones, para
que Dios nuestro Señor les inspire decisiones que promuevan el
bien común, en un ambiente de paz y libertad.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 25
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Oremos, hermanos, a Dios Padre todopoderoso, para que libre al
mundo de todos sus errores, dé salud a los enfermos y pan a los que
tienen hambre, libere a los encarcelados y haga justicia a los
oprimidos, conceda seguridad a los que viajan, un pronto retomo a
los que se encuentran lejos del hogar y la salvación a los
moribundos.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Invitatorio:
Un lector o un fiel laico; o en su caso, el ministro laico que preside la celebración dice:
Ahora, nosotros, queridos hermanos, en silencio presentémosle al
Señor nuestra mayor necesidad, y pidámosle perdón, porque por
nuestros pecados murió en la Cruz.
Se ora un momento en silencio. Luego, el ministro laico omite la invitación a orar: Oremos.
Oración:
Todos responden:
Amén.
(o bien: Por tu Sangre derramada en la Cruz, escúchanos Señor).
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 27
Segunda parte
ADORACIÓN DE LA CRUZ
13. Terminada la oración universal, se hace la adoración solemne de la santa Cruz. De las dos formas
que se proponen a continuación para la presentación de la Cruz, elíjase la que se juzgue más apropiada
conforme a las necesidades pastorales.
Entrada de la Cruz
14. Otro ministro laico, o algun servidor del Altar, se dirige a la sacristía, de donde trae procesionalmente
la Cruz, cubierta con un velo morado, hasta colocarse al pie de la puerta del lugar (iglesia o capilla) de
la celebración.
El laico que porta la Cruz en sus manos se dirije caminando (a paso lento y con reverencia) por el pasillo
central desde la puerta de la capilla hasta el centro del presbiterio (ante el Altar), acompañado de dos
ministros, o servidores del Altar, con velas encendidas.
Presentación de la Cruz
15. El ministro que preside la celebración espera al centro del presbiterio y delante del Altar, de cara al
pueblo, recibe la Cruz que llega cubierta con un velo morado, la toma con sus manos. Los ministros que
portan las velas encendidas se colocan en ambos lados de la Cruz.
El ministro de pie ante el Altar, eleva la Cruz y dice (puede ser cantado):
Miren el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado el Salvador del mundo.
Vengan y adoremos.
Todos responden:
Vengan y adoremos.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 28
Terminada la respuesta, todos se arrodillan y adoran en silencio, durante unos instantes; la Cruz
que sostiene el ministro permanece en alto. Posteriormente, baja la Cruz para continuar
descubriéndola. Los fieles se ponen de pie.
El ministro de pie ante el Altar, eleva la Cruz y dice (puede ser cantado):
Miren el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado el Salvador del mundo.
Vengan y adoremos.
Todos responden:
Vengan y adoremos.
Terminada la respuesta, todos se arrodillan y adoran en silencio, durante unos instantes; la Cruz
que sostiene el ministro permanece en alto. Posteriormente, baja la Cruz para continuar
descubriéndola. Los fieles se ponen de pie.
El ministro de pie ante el Altar, eleva la Cruz y dice (puede ser cantado):
Miren el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado el Salvador del mundo.
Vengan y adoremos.
Todos responden:
Vengan y adoremos.
Terminada la respuesta, todos se arrodillan y adoran en silencio, durante unos instantes; la Cruz
que sostiene el ministro permanece en alto. Posteriormente, baja la Cruz para continuar
descubriéndola. Los fieles se ponen de pie.
El ministro de pie ante el Altar, eleva la Cruz y dice (puede ser cantado):
Miren el árbol de la Cruz,
donde estuvo clavado el Salvador del mundo.
Vengan y adoremos.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 29
Todos responden:
Vengan y adoremos.
Finalmente, el ministro permanece de pie en el mismo lugar sostiendo la Cruz a media altura para la
adoración.
Segunda forma
16. El ministro presidente de la celebración va a la puerta de la iglesia (capilla), juntamente con los
ministros. Ahí recibe la Cruz ya descubierta, los ministros toman los ciriales encendidos, y todos avanzan
en procesión hacia el presbiterio. Cerca de la puerta de la iglesia, el que lleva la Cruz la levanta y canta:
Miren el árbol de la Cruz. Todos responden: Vengan y adoremos, se arrodillan después de la
respuesta, y adoran un momento en silencio. Esto mismo se repite a la mitad de la iglesia y a la entrada
del presbiterio.
18. En este momento se lleva a cabo la colecta (limosna) de la Santa Cruz. Para ello se dispondrá de un
cesto para que los fieles, después de adorar la Cruz, si es su voluntad, depositen su ofrenda económica.
Presidencia de la Cruz
20. Terminada la adoración, la Cruz es llevada por algún ministro a su lugar cerca del Altar, pero
nunca delante de él, donde permanecerá hasta una vez terminada la celebración de la Pasión del Señor.
Las velas encendidas se colocan cerca, o junto a la Cruz.
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Tercera parte
Sagrada Comunión
Traslado del Santísimo Sacramento
21. Se extiende un mantel sobre el Altar y se ponen sobre él un corporal y la guía de la celebración. En
seguida el ministro laico, habiéndose colocado el paño de hombros, trae el recipiente que contiene el
Santísimo Sacramento del lugar de la reserva directamente al Altar, mientras todos permanecen de pie y
en silencio.
Dos servidores del Altar, con velas encendidas, acompañan al Santísimo Sacramento y depositan luego
las velas a los lados, o sobre, el Altar.
Oración dominical
22. Después de que el Santísimo Sacramento se ha deposiado sobre el Altar y se ha descubierto el copón,
el ministro hece genuflexión, ahí, teniendo las manos juntas, se dirije a los presentes con voz clara:
Fieles a la recomendación del Salvador
y siguiendo su divina enseñanza,
nos atrevemos a decir:
Comunión Eucarística
24. A continuación, el ministro laico hace genuflexión, toma una hostia consagrada y, sosteniéndola un
poco elevada, la muestra al pueblo diciendo:
Éste es el Cordero de Dios,
que quita el pecado del mundo.
Dichosos los invitados a la cena del Señor.
26. Después, el ministro laico, toma el copón, se acerca a los que quieren comulgar y elevando un poco la
hostia, la muestra a cada uno diciendo:
El Cuerpo de Cristo
Y comulga.
El ministro laico, con sus manos juntas, invita a los fieles a dar gracias por la participación en esta
celebración, diciendo:
Oremos.
Y todos, junto con el ministro laico, oran en silencio durante unos momentos. Después él dice la Oración
después de la Comunión propia del día:
Todos responden:
Amén.
VIERNES SANTO: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu” 34
Despedida y salida
Envía, Señor,
tu bendición
sobre estos fieles tuyos
que han conmemorado la muerte de tu Hijo
y esperan resucitar con Él;
concédeles tu perdón y tu consuelo,
fortalece su fe
y condúcelos a su eterna salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Todos responden:
Amén.