Formacion Del Consentimiento

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FORMACION DEL CONSENTIMIENTO

El consentimiento es un elemento esencial del contrato que puede ser definido como la
declaración de voluntad común que surge del entrelazamiento de una oferta y de una aceptación
con aptitud para producir obligaciones.

El proceso de formación del consentimiento, en los contratos paritarios, comienza con el envío de una
oferta o propuesta dirigida a una persona determinada o determinable con quien se quiere contratar y,
conforme lo previsto por el artículo 971, culmina con la recepción de la aceptación de esa oferta o por
una conducta de las partes que sea suficiente para demostrar la existencia de un acuerdo.

La Oferta

La oferta es un acto jurídico unilateral y recepticio que exterioriza la voluntad de quien la emite y
que está destinada a la celebración de un contrato.

Según el art. 972, la oferta puede ser dirigida a persona determinada o determinable.

Por su parte, el art. 973 expresa que la oferta también puede ser dirigida a personas indeterminadas.

Caracteres de la oferta:

a) Debe ser formulada con la intención de obligarse: la declaración debe ser seria, destinada a
celebrar un contrato.

No constituyen ofertas las declaraciones efectuadas en broma o con fines docentes, tampoco las
propuestas enunciadas “sin compromiso”, de las que no surja la intención del emisor de asumir
un compromiso generador de obligaciones contractuales.

b) Debe estar destinada a persona determinada o determinable: de allí se deriva su carácter de


recepticia, está destinada a una persona identificada por su nombre o por algún parámetro que
permita su individualización.

c) Debe ser suficiente: debe estar referida a un contrato especial y contener las precisiones
necesarias para establecer los efectos que se derivarán de su aceptación. No es necesario que
prevea todos los aspectos jurídicos del vínculo que se pretende establecer pero debe satisfacer
los recaudos mínimos imprescindibles para que el contrato pueda considerarse concluido a
partir de la eventual aceptación de los términos de la propuesta enviada al destinatario.

Oferta dirigida a personas indeterminadas

En este supuesto resulta aplicable el régimen previsto en el art. 973 que determina que esta especie de
oferta es considerada una invitación a ofertar, excepto que de sus términos o de las circunstancias de
la emisión resulte la intención de contratar del oferente.
Esta oferta tiene lugar cuando se dirige al público en general, como por ejemplo cuando se publica un
aviso clasificado ofreciendo la venta de algún bien.

¿Por qué se la considera una invitación a ofertar y no una oferta?

Porque se produce una suerte de inversión técnica en el proceso de formación del consentimiento, por
el cual la posición de las partes en la que el receptor de la oferta es quien en términos técnicos la
formula y el aceptante quien invitó a negociar

Esta oferta se la considera emitida por el tiempo y en las condiciones admitidas por los usos (art. 973).

En el ámbito de los contratos discrecionales paritarios la oferta dirigida al público en general no es


vinculante para el emisor, es una invitación a ofertar.

En cambio en los contratos de consumo, la oferta dirigida a consumidores potenciales indeterminados


obliga a quien la emite durante el plazo en que se realice, debiendo contener la fecha precisa de
comienzo y de finalización, así como también sus modalidades, condiciones y limitaciones (art, 7
LDC).

Además como se sabe, las precisiones formuladas en la publicidad o en anuncios, prospectos, circulares
u otros medios de difusión obligan al oferente y se tienen por incluidas en el contrato con el
consumidor (art. 8, LDC).

En el régimen del Código Civil derogado la oferta dirigida a personas indeterminadas no tenía eficacia
(art. 1148 CC de Vélez Sarsfield) y el Código de Comercio establecía que las ofertas indeterminadas
contenidas en prospectos o en circulares no obligan al que las ha hecho (art. 454 CC).

En cambio el CCyC las valida y las considera invitación a ofertar.

Fuerza obligatoria de la Oferta

El art. 974 se refiere a la oferta dirigida a persona determinada.

La norma, en su primer párrafo, establece el principio de obligatoriedad de la oferta, salvo que lo


contrario surja de sus términos, de la naturaleza del negocio o de las circunstancias del caso.

Dentro de la oferta dirigida a persona determinada es posible distinguir tres tipos básicos de
formulación:

a)Oferta simple: no está sujeta a modalidad alguna por lo que puede ser revocada en cualquier
momento. Si no hay ninguna precisión del oferente, se entiende que pierde vigencia cuando transcurre
el tiempo razonablemente necesario para recibir la aceptación, de acuerdo a las circunstancias del caso
y del medio de comunicación empleado. Es retractable.

b)Oferta a plazo: en este caso el emisor se obliga a mantener la oferta por un lapso determinado cuyo
computo se formula desde la recepción de la propuesta por el destinatario.

c)Oferta irrevocable: tiene lugar cuando el oferente renuncia a la facultad de retractarla. Sin embargo
no puede pensarse que el compromiso de no revocarla pueda mantenerse eternamente, por lo que si no
surge de la naturaleza del negocio de que se trate de un límite temporal razonable, el oferente o sus
herederos pueden solicitar su fijación.
Conforme el art. 974, 2° párrafo, la oferta hecha a persona presente o la formulada por un medio de
comunicación instantáneo, sin fijación de plazo, sólo puede ser aceptada inmediatamente.

La noción de persona presente o ausente, a los efectos de la formación del consentimiento, no está
relacionada con la presencia física o territorial sino jurídica.

Por ejemplo: la oferta hecha por medio de comunicación instantáneo (como las realizadas por
comunicación telefónica, por chat o videoconferencia) aún a personas que se encuentren a cientos de
kilómetros de distancia, si la respuesta puede ser dada inmediatamente, es una oferta a persona
presente.

En cambio, si existe un intervalo de tiempo entre la formulación de la oferta y la respuesta, por las
características del medio de comunicación empleado o por decisión de los involucrados, la oferta debe
ser considerada a “persona que no está presente”.

En la oferta dirigida a persona que no está presente, sin fijación de plazo para la aceptación, el
proponente queda obligado hasta el momento en que puede razonablemente esperarse la recepción de la
respuesta expedida por los medios usuales de comunicación (art. 974, 3er. párrafo).

Los plazos de vigencia de la oferta comienzan a correr desde la fecha de su recepción, excepto que
contenga una previsión diferente.

Retractación de la Oferta- art. 975

La retractación es una manifestación de voluntad unilateral destinada a privar de efectos a una oferta
anteriormente formulada por quien la emite.

Se encuentran legitimados para retractar la oferta el emisor (oferente) y sus sucesores.

Para ser jurídicamente eficaz la retractación debe ser recibida por el destinatario de la oferta en tiempo
anterior o contemporáneo a la recepción de la oferta (art. 975).

Esto solo es posible si se emplea para enviar la retractación un medio de comunicación de mayor
celeridad que el que se empleó para comunicarla.

En el Código de Vélez la oferta podía ser retractada mientras no se hubiera expedido la aceptación. (art.
1150).

Muerte o Incapacidad de las partes- art. 976

La caducidad se diferencia de la retractación, porque opera de pleno derecho, mientras que la


retractación exige una declaración de voluntad expresa del retractante.

Una de las circunstancias que puede acontecer en el proceso de formación del consentimiento entre
ausentes es que una de las partes involucradas muera o se incapacite.

El art. 976 estipula que la oferta caduca si se produce la muerte o incapacidad del oferente o del
destinatario de la oferta antes de la recepción de la aceptación por el oferente.

De ese modo, el Código Civil y Comercial sigue la teoría de la recepción.


El art. también prevé quien aceptó la oferta ignorando la muerte o incapacidad del oferente, y a
consecuencia de su aceptación ha hecho gastos o sufrido pérdidas, tiene derecho al reembolso de los
gastos y pérdidas.

Si la muerte o incapacidad del oferente o del destinatario ocurren después de la recepción de la


aceptación no hay incidencia alguna en el vínculo contractual, el que tampoco podrá ser afectado por
una ulterior retractación.

En el Código derogado el sistema de la expedición regía en caso de muerte o incapacidad del


aceptante.

De modo que, la muerte o incapacidad del aceptante ocurridas luego de haber expedido la aceptación,
no tenían incidencia alguna pues el contrato ya se consideraba concluido (art. 1149).

El sistema de la información se aplicaba en materia de caducidad de la oferta, la que se producía


cuando el oferente fallecía o se incapacitaba antes de tener conocimiento de la aceptación (art. 1149).

Contrato Plurilateral- art. 977

El art. 977 regula la formación del vínculo contractual en los contratos plurilaterales.

Son vínculos complejos a partir de los cuales pueden dar lugar al nacimiento de una persona jurídica,
como las asociaciones civiles, las fundaciones o los diversos tipos societarios previstos en la ley general
de sociedades, ley 19550, o puede tratarse de contratos asociativos (contratos de colaboración, de
organización o participativos, con comunidad de fin, que no son sociedades ni constituyen personas
jurídicas, art. 1442)-

En principio, en ambos supuestos se requiere el consentimiento de todos los interesados, salvo que de la
convención o la ley autoricen a la mayoría a celebrarlo en nombre de todos o permitan su conclusión
entre quienes lo consintieron.

El artículo 977 prevé dos las alternativas de constitución de este tipo de contratos.

a)Concurrencia de ofertas emanadas de distintas personas.

Esta es la modalidad de conformación de las asociaciones civiles (art. 169), las simples asociaciones
( art. 187), o las sociedades anónimas cuando se constituyen por acto único (art. 166 LSC) y también
los contratos asociativos como las agrupaciones de colaboración (art. 1453 y ss) las uniones transitorias
(art. 1463) y los consorcios de cooperación (art. 1470).

A partir del acto constitutivo, el vínculo negocial puede quedar abierto a la incorporación de nuevos
partícipes, con eventuales limitaciones, como ocurre en el caso de las SRL que tienen un tope de 50
socios (art. 146 LSC) o las sociedades colectivas, comanditas simples, de capital e industria y en
participación, en las que la muerte de un socio produce la resolución parcial del contrato en lo relativo a
la vinculación del fallecido, sin que puedan incorporarse sus herederos, solución diversa de la que
puede adoptarse en la sociedad colectiva o en la comandita simple, en la que es posible prever la
incorporación de aquellos (art. 90 LSC).
b) Oferta emanada de un único centro de interés para ser dirigida a varios destinatarios

Esta forma está prevista por ejemplo para la constitución de las sociedades anónimas por suscripción
pública de acciones, las que se constituyen a partir de la acción de los promotores quienes, con
intervención de la autoridad de control emiten una propuesta dirigida al público en general, lo que da
lugar a la posterior firma de contratos de suscripción (art. 172 LSC).

En razón de lo establecido por el art. 982 del CCyC cabe considerar que el contrato plurilateral puede
tenerse por concluido cuando todas las partes intervinientes, con la formalidad que en cada caso
corresponda, expresan su consentimiento sobre todos los elementos esenciales particulares.

Aceptación -art. 978

Es una declaración unilateral de voluntad emitida por el destinatario de una oferta, recepticia,
dirigida al proponente con la finalidad de perfeccionar el contrato.

Quien recibe la oferta tiene varias posibilidades: aceptarla, guardar silencio, rechazarla, proponer una
reformulación de la oferta.

La aceptación lisa y llana sin observaciones perfecciona el vínculo contractual.

El rechazo provoca la interrupción de la formación del consentimiento.

Cualquier modificación que el destinatario haga a la oferta importa la propuesta de un nuevo contrato o
contraoferta.

La propuesta de reformulación importa una contraoferta, que puede dar por concluido el contrato si las
modificaciones son aceptadas por el oferente originario.

Si el destinatario de la oferta propone una modificación a la propuesta originaria, esa modificación debe
considerarse como una nueva oferta o contraoferta por lo cual el oferente originario queda en la
posición de aceptante de la nueva oferta, conforme lo previsto por el art. 978, segundo párrafo, del
CCyC.

Modos de aceptación (art. 979)

La aceptación puede ser:

a)Expresa: por manifestación verbal, por escrito o por signos inequívocos que dan cuenta de una
declaración afirmativa.

b)Tácita: tiene lugar cuando el destinatario lleva adelante una conducta que no desarrollaría de no
haber aceptado la oferta.

c)Aceptación por el silencio: conforme lo dispuesto por los arts. 979 y 263, el silencio no puede ser en
principio considerado como aceptación.
El silencio solo podrá ser considerado manifestación de voluntad afirmativa cuando exista el deber de
expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las prácticas que las partes
hayan establecido entre ellas o de una relación entre el silencio actual y las declaraciones precedentes
(art. 979).

Requisitos de la aceptación

a) Debe ser lisa y llana, deben aceptarse todos los términos de la oferta, expresando plena
conformidad con ella.

b) Debe ser oportuna; debe producirse durante el lapso de vigencia de la oferta.

Perfeccionamiento del contrato- art. 980

La aceptación perfecciona el contrato.

No obstante, resulta necesario distinguir cuando se produce el perfeccionamiento del contrato entre
presentes y cuando lo es entre ausentes.

a)Entre presentes:

Se considera perfeccionado el contrato cuando la aceptación es manifestada.

b)Entre ausentes:

El problema puede ser resuelto por cuatro sistemas distintos:

a)Sistema de la declaración: considera concluido el contrato con el solo hecho de la aceptación de la


oferta , sin que sea necesaria ninguna exteriorización de voluntad.

b)Sistema de la expedición: requiere que la aceptación de la oferta sea enviada al proponente y


considera concluido el contrato en el momento en que se envía la aceptación.

c)Sistema de la recepción: considera concluido el contrato cuando la aceptación es recibida por el


oferente, sin que sea necesario que éste haya tomado conocimiento de su contenido.

d)Sistema de la información: considera concluido el contrato cuando el oferente toma conocimiento


de la aceptación.

El CCyC adhiere a la teoría de la recepción.

De modo que, el contrato se perfecciona cuando la aceptación es recibida por el proponente durante el
plazo de vigencia de la oferta.
En este caso, el Código recepta la teoría de la recepción, que es el sistema predominante de los Códigos
alemán, italiano, portugués y holandés y por UNIDROIT.

En el sistema del Código Civil derogado el contrato entre ausente se consideraba concluido en
siguiendo la teoría de la expedición.

Así, conforme al art. 1154 del Código de Vélez, el contrato quedaba concluido cuando la
aceptación hubiera sido enviada al oferente.

Similar solución preveía el Código de Comercio en sus arts. 213 y 215.

Retractación de la aceptación (art. 981)

La aceptación puede ser retractada si la comunicación de su retiro es recibida por el destinatario


antes o al mismo tiempo que ella.

En el sistema del Código derogado, conforme lo establecía el art. 1155 la aceptación podía ser
retractada antes de que hubiera llegado a conocimiento del oferente.

Regía en ese caso el sistema de la comunicación, lo que era una limitación al sistema de la expedición.

El contrato podía ser considerado como perfeccionado cuando el oferente había tomado conocimiento
de la aceptación después de que el aceptante había expedido la retractación.

Oferta en los contratos de consumo

En relación a los contratos de consumo debemos complementar las normas del CCyC (arts. 1092 a
1122) con las disposiciones de la LDC (Ley 24240 y sus modificatorias-

El art. 1108 se refiere a la contratación por medios electrónicos o similares.

Se establece que las ofertas de contratación por medios electrónicos o similares deben tener vigencia
durante el período que fije el oferente o, en su defecto, durante todo el tiempo que permanezcan
accesibles al destinatario. El oferente debe confirmar por vía electrónica y sin demora la llegada de la
aceptación.

Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales del proveedor, oferta de bienes y
servicios en el domicilio del consumidor o en el lugar de trabajo del consumidor, en la vía pública,
o por correspondencia. Plazo de revocación.

Se prevé un plazo que tiene el consumidor para el ejercicio del derecho de arrepentirse.

En tal sentido, el art. 1110 prevé que el consumidor tiene el derecho irrenunciable de revocar la
aceptación dentro de los 10 días computados a partir de la celebración del contrato.
Si la aceptación es posterior a la entrega del bien, el plazo debe comenzar a correr desde que esta última
se produce.

Si el plazo vence en día inhábil, se prorroga hasta el primer día hábil siguiente.

Las cláusulas, pactos o cualquier modalidad aceptada por el consumidor durante este período que tenga
por resultado la imposibilidad de ejercer el derecho de revocación se tienen por no escritas.

Se trata en estos casos de una venta efectuada bajo condición suspensiva. Transcurrido el plazo de 10
días sin que el consumidor declare su voluntad de rescindir el contrato se considerará perfeccionado.

El art. 1111 por su parte, prevé que el proveedor debe informar al consumidor sobre la facultad de
revocar mediante la inclusión en caracteres destacados en todo documento que presenta al consumidor
en la etapa de negociaciones o en el documento que instrumenta el contrato concluido, ubicada como
disposición inmediatamente anterior a la firma del consumidor o usuario. El derecho de revocación no
se extingue si el consumidor no ha sido informado debidamente sobre su derecho.

Si el derecho de revocar es ejercido en tiempo y forma por el consumidor, las partes quedan liberadas
de sus obligaciones correspectivas y deben restituirse recíproca y simultáneamente las prestaciones que
han cumplido (art. 1113).

No obstante, la imposibilidad de devolver el objeto no priva al consumidor del derecho de revocar.

Si la imposibilidad de restituir se produce por su culpa el consumidor debe pagar al proveedor el valor
del mercado que la prestación tiene al momento del ejercicio del derecho a revocar, excepto que dicho
valor sea superior al precio de adquisición en cuyo caso la obligación queda limitada a éste último (art.
1114).

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