Tema 3: Dimension Cultural Del Ser Humano: Definición de Cultura

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TEMA 3: DIMENSION CULTURAL DEL SER HUMANO

A lo largo de la historia, ni siquiera se ha tenido la conciencia de que existía la cultura


tal como hoy en día la concebimos. Hubo que esperar hasta el siglo XIX para que la
antropología incluyera en la cultura cualquier ámbito de una sociedad y después la
antropología cultural demostrara el papel determinante de la cultura sobre la sociedad y sobre
el propio individuo.

DEFINICIÓN DE CULTURA

En 1871, el antropólogo E. B. Tylor define la cultura como «un conjunto complejo que
incluye conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y otras capacidades o
hábitos adquiridos por el ser humano como miembro de una sociedad».
Sin embargo, no todos los antropólogos aceptaron esta definición relativamente
moderna. Tanto es así, que hasta no hace mucho se consideraba cultura al conjunto de
actividades que los ciudadanos de la alta sociedad realizaban en su tiempo de ocio (ópera, ballet
o visita a museos, por ejemplo). De todas formas, los antropólogos culturales han dejado claro
que el término debe incluir el «conjunto complejo» de elementos que menciona Tylor, además
del folclore popular propio de una región, la moda casual o actividades como ir a un concierto.
El filósofo español Jesús Mosterín aporta otra definición de este concepto que merece la
pena apuntar. Para este pensador, la cultura es fundamentalmente «información transmitida
entre animales de la misma especie por aprendizaje social». Mosterín explica que, frente a la
información genética proporcionada por los genes, estaría la información memética que
proporcionan los memes. Un meme sería cada unidad de información cultural que se transmite
siguiendo un proceso similar al de los genes en la naturaleza.
Después de entender que han existido distintas perspectivas a la hora de definir lo que
es cultura, quizás convenga recurrir a la etimología de la palabra.
El término «cultura» proviene del latín colere, palabra que hace referencia al cultivo de la
tierra. Frente a este término, la palabra «naturaleza» nos conduce al verbo nacere, que en latín
significa «nacer».

CULTURA E INSTINTO EN EL ANIMAL

Si observamos el comportamiento de un animal dentro de su hábitat, descubriremos que


a lo largo de la evolución ha desarrollado un sistema de instintos. Precisamente estos instintos
son los que aseguran su supervivencia y le permiten tener una respuesta adecuada para cada
estímulo que recibe. Por tanto, ante un peligro, un animal responde de manera inmediata con
una respuesta específica programada de antemano. En conclusión, podemos afirmar que la
conducta animal es instintiva, y además es también predecible, puesto que no varía. Ante un
mismo estímulo, el animal dará siempre la misma respuesta, ya que esa respuesta forma parte de
su naturaleza y está en sus genes. Por tanto, la conducta animal es, además, hereditaria y común
a todos los individuos de esa especie.

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DIMENSIÓN SOCIAL Y CULTURAL DEL SER HUMANO

El comportamiento del animal está programado en su código genético. Es por ello que
un animal joven y sin experiencia responde ante situaciones nuevas con un acto instintivo que
nunca había visto antes. Pero no sólo nace ya con esa capacidad, sino con una anatomía
especialmente diseñada para ejecutar con éxito esas respuestas automáticas. Así, el pájaro tiene
alas que le permiten volar y un instinto que le indica cómo hacerlo, mientras que los peces están
dotados de aletas y branquias y nadan sin necesidad de aprender a hacerlo.
En conclusión, el instinto y la anatomía son determinantes. Sin embargo, es evidente
que en el mundo animal hay muchas especies distintas con capacidades muy dispares entre sí.
De hecho, muchos animales son capaces de desarrollar conductas adquiridas mediante la
experimentación o la imitación.
La actitud abierta a la experiencia es una característica propia de los ejemplares más
jóvenes. Gracias a ella, en algunas especies estos individuos introducen innovaciones y nuevos
aprendizajes.
Este hecho es admitido por todos, pero existen discrepancias a la hora de aceptar que se trata de
un caso de transmisión cultural. Así, al referirse a la cultura en el animal, hay quien prefiere
hablar de «protocultura», de modo que quede clara la gran diferencia de grado que existe con
respecto a la cultura humana.
Esta apertura a la experiencia propia de los miembros más jóvenes se pierde al llegar a
la madurez. Una vez que se ha adaptado a su medio, el animal no necesita realizar más
aprendizajes y pierde esa capacidad que, además, no todos poseen. De hecho, algunos animales
nacen ya totalmente programados por sus genes, con comportamientos complejos y muy
eficientes, para responder a las necesidades que presenta su medio. Por este motivo se dice que
el animal vive en un mundo cerrado.

NECESIDAD DE CULTURA DEL SER HUMANO

Al mundo cerrado propio del animal se contrapone el mundo abierto del ser humano.
El hombre no tiene instintos que resuelvan espontáneamente situaciones propias de su hábitat,
pero tampoco le condicionan. Prueba de ello es que el ser humano se ha esparcido por los cinco
continentes y ha colonizado todo tipo de ecosistemas naturales, además de inventar nuevos
modos de vida.
La pequeña parte instintiva que conservamos y podría ayudarnos se pierde para siempre
en los nuevos modos de vida que el ser humano inventa. La aversión que siente hacia los
reptiles alguien que vive en una gran ciudad y no ha visto una serpiente en su vida es,
posiblemente, una respuesta instintiva a un peligro. No obstante, el peligro más probable para
esa misma persona quizás sea ser víctima de un atraco, aunque no podemos detectar por instinto
a un atracador antes de ser agredidos.
Si ya no tenemos respuestas instintivas adecuadas para nuestro mundo actual, eso
significa que debemos inventar estrategias para superar nuestros problemas. Si no lo hiciéramos
así, moriríamos desvalidos. De hecho, esto es lo que le ocurre a un recién nacido si nadie lo
cuida. Sin apenas instintos, tampoco tenemos cultura ni capacidad para adquirirla. Es como si
naciésemos prematuramente, y así es.
Si miramos la cabeza de ese recién nacido con relación al cuerpo, es enorme, cuando en
un adulto es pequeña. Para nosotros, la cabeza es la parte del cuerpo más necesaria y es la más
compleja, pero aunque nace más desarrollada que el cuerpo, aun así es incapaz de realizar
funciones básicas en el neonato humano. Al contrario, en cuestión de horas un potro es capaz de
correr.
Esta consecuencia supone, por tanto, una infancia muy larga durante la cual la cría
precisa de muchos cuidados. Mientras que los animales vienen al mundo «terminados», el ser
humano nace a medio hacer, sobre todo a nivel neuronal. Además, el hombre nunca llega a
desarrollar sus capacidades por completo. En concreto, existe una capacidad permanente de
aprender y ser educado, que se denomina neotenia, que nunca se completa. La neotenia es un

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fenómeno por el que seres vivos maduros y con capacidad para aprender mantienen
características propias de los ejemplares jóvenes.
La conclusión lógica que podemos extraer de todo lo expuesto es que la carencia de
instintos hace que el animal humano resuelva sus problemas empleando la gran capacidad
cognoscitiva que posee. Gracias a ella no sólo puede manejar, transmitir y almacenar
información indispensable para construir una cultura que supla carencias naturales, sino también
disponer de respuestas diversas con respecto a un mismo problema. Así, sin aletas para nadar ni
alas para volar podemos hacer ambas cosas y, además, escoger entre más formas de
trasladarnos. A cambio, el ser humano carece de instintos.

EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN

El ser humano, como ya sabemos, nace como una criatura desprotegida e inacabada.
Sólo por medio de la cultura puede llegar a poner en acto todas sus capacidades. A través de
nuestras capacidades, cualquiera de nosotros puede realizar actividades exclusivamente
humanas como, por ejemplo, contraer matrimonio o disfrutar de una película. Sin embargo, para
poder hacer todo esto, el requisito previo es disponer de pensamiento y lenguaje.
En este sentido, la naturaleza nos ha dotado de un cerebro predispuesto para pensar y hablar.
Eso sí, sólo pensaremos y hablaremos realmente si la cultura de la que formamos parte estimula
en nosotros esas capacidades durante la infancia. No obstante, superar esta etapa no significa
que el ser humano esté completo. El proceso de socialización continúa durante toda la vida: la
neotenia lo hace posible. El hombre no deja de absorber cultura y realizar aprendizajes que
modificarán su forma de entender el mundo (conocimiento) e, incluso, de actuar en él
(conducta).
Otro punto a tener en cuenta es el papel que desempeña la sociedad, pues sólo somos
humanos si vivimos dentro de una comunidad que nos entrena para serlo. El proceso de
socialización consiste, precisamente, en desarrollar capacidades neuronales que, de otra
manera, se perderían. Estas capacidades nos permiten, además, adaptarnos a la comunidad y así
poder vivir en sociedad.

Características
Dada la importancia del proceso de socialización, es oportuno profundizar en sus
características con objeto de comprenderlo en su totalidad.
1.-Aprendizaje de patrones culturales. Los valores y las conductas aceptables en un
determinado grupo social son algunos de los modelos culturales que el individuo debe aprender
para formar parte de la sociedad.
2.-Interiorización. Todo lo que se ha aprendido cuando el niño es pequeño, queda
interiorizado. No se trata de que repita lo que ve, o de que se le fuerce a comportarse de
determinada forma, sino que espontáneamente, él asume por sí mismo que las cosas deberían
ser así, porque ésa es la forma normal de hacerlo, ya que todo el mundo lo hace así.
3.-Estabilidad psicológica. Al adoptar los patrones externos que se le imponen, el
individuo puede relacionarse con los demás y entender su mundo. Esto le proporciona una
estabilidad psicológica que es fruto de la integración en la cultura que le rodea.
Este proceso se produce mediante la relación con los demás, que condiciona de modo profundo
nuestra forma de pensar. Sin embargo, conviene no olvidar que somos responsables de nuestra
propia identidad: podemos elegir lo que nos gusta y cómo queremos ser, al margen de los
valores dominantes.

Etapas

Tal como se ha adelantado anteriormente, la socialización es un proceso que dura toda


la vida pero es determinante en la niñez. Por ello los sociólogos distinguen varias etapas, que
dependen de la trayectoria personal de cada individuo.
1.- Socialización primaria. Cubre alrededor de los cinco primeros años de vida.
Durante esta etapa el ser humano realiza los aprendizajes más importantes en un contexto

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eminentemente familiar. Son determinantes las demostraciones de cariño y las personas
significativas para el niño. Una característica propia de esta fase es que el niño juega copiando
los roles de los adultos y así se prepara para interpretarlos en el futuro.
2.- Socialización secundaria. Dura el resto de la vida de un ser humano. Es un
aprendizaje menos firme que el de la socialización primaria, pero durante esta etapa se pueden
cambiar pautas de conducta aprendidas con anterioridad. Incluye todo tipo de aprendizajes pues,
a medida que va creciendo, el hombre va formando parte de nuevos sectores de la sociedad,
como la escuela o el trabajo.
3.- Resocialización. Consiste en volver a interiorizar otra cultura, es decir, un modo
distinto de entender el mundo. Se trata de un aprendizaje donde se reestructura todo lo que se ha
aprendido antes. Así pues, la persona que pasa por este proceso se olvida o entiende de forma
diferente su vida pasada y presente. No se trata de una etapa obligatoria para todas las personas,
sino que sólo la pasan aquellos que sufren una crisis personal o quienes deben adaptarse a una
nueva forma de vida (emigrantes, jubilados, etcétera).

Agentes

El proceso de socialización se lleva a cabo en grupos o medios denominados «agentes


de socialización », que permiten o imponen diferentes aprendizajes. Así, en la familia se
aprenden pautas de comportamiento y valores, además de estimularse la capacidad cognoscitiva
y el habla. En el círculo de amistades, al ser un grupo donde todos sus miembros están al mismo
nivel, se exploran las reglas de conducta. Otros agentes de socialización que desempeñan un
papel crucial en la formación de actitudes y valores son la escuela y los medios de
comunicación de masas.

Texto La cultura y la biología


« La evolución cultural presupone la biológica. Los órganos y procesos que posibilitan la
cultura están dados en la natura. Y la capacidad de asimilar, procesar y transmitir los memes
está en los genes.
En este sentido la información genética es más fundamental que la memética, y la natura, más
básica que la cultura, pues la segunda presupone la primera, pero no a la inversa. En un medio
ambiente sometido a cambios frecuentes, los memes poseen la ventaja de permitir a sus
portadores una adaptación a esos cambios incomparablemente más rápida de lo que sería
posible mediante el lentísimo canal genético, incrementando así la probabilidad de
supervivencia de ellos y de sus crías. Por eso la selección natural ha seleccionado los genes que
determinan la capacidad de tener memes. Por eso la natura ha “inventado” la cultura.»
MOSTERÍN, J., Filosofía de la cultura. Madrid, Alianza, 1993

Contesta las siguientes cuestiones


1. La forma biológica de nuestro cuerpo se transmite mediante los genes. ¿Cómo crees que se
transmite la cultura?
2. Busca en el texto la definición de «genes» y «memes» y anótala en tu cuaderno.
3. ¿Qué cambios se han realizado más rápido en la historia del hombre, los meméticos o los
genéticos?
4. Define «instinto» y «cultura» y explica cuál es la diferencia entre ambos términos.
5. ¿Por qué el hombre necesita la cultura y los animales no?
6. Realiza un resumen sobre el proceso de socialización donde expliques en qué consiste, en
cuántas etapas se reparte y quiénes son los agentes de socialización.
7. ¿Cuáles de los siguientes elementos son agentes de socialización?
familia - sectas - amigos - mascotas - naturaleza – escuela - teléfono móvil - partidos
políticos - música – deportes de riesgo - comida basura - religión - moda - medios de
comunicación

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DIVERSIDAD CULTURAL

El proceso de socialización, como se ha mencionado anteriormente, es el que nos


permite dotar a nuestra biología animal de una forma humana que se superpone a la natural. Las
diferentes culturas disponen de distintas maneras de llevar a cabo ese proceso, lo que provoca
en ocasiones un conflicto, dada la disparidad de criterios y valoraciones que cada una establece
a la hora de interpretar el mundo. Frente a la naturaleza humana, que es universal, las diferentes
culturas son particulares.
Incluso los que se consideran universales culturales, rasgos comunes a todas las
culturas, se interpretan de distinta forma dependiendo de cada cultura.
Sin embargo, las culturas no son compartimentos estancos, ya que se mezclan, se
contaminan y se modifican. De esta forma se produce el multiculturalismo, convivencia de
múltiples culturas en un único espacio, fenómeno tan habitual tanto hoy en día como a lo largo
de la historia.
Al mismo tiempo, siempre han existido distintas etnias o nacionalidades dentro de un
mismo Estado, así como grupos que se han sentido y se sienten fuera de la línea social
imperante sólo por tener rasgos que, en apariencia, les diferencian de los demás.
Afortunadamente, ha cambiado la manera de entender el problema que surge cuando se
margina a una cultura que es minoritaria o no pertenece al grupo que está en el poder. Antes, las
minorías étnicas marginadas intentaban asimilar la cultura dominante lo más rápido posible,
pues asumían que era la única cultura apropiada, mientras que ahora piden que se respete su
propia identidad cultural y no se destruya. A pesar de que se comprenden mejor estos
fenómenos, desgraciadamente, no siempre se actúa ante la diversidad como correspondería y se
sigue tratando de imponer la cultura dominante.
Sin embargo, este nuevo planteamiento es fruto de un cambio de actitudes ante la
diferencia cultural pues, como veremos a continuación, se ha evolucionado del etnocentrismo al
relativismo, y de éste al pluralismo cultural.

Texto: “Valores culturales y congénitos”


«El ser diestro o zurdo es un valor congénito, mientras que el ser políticamente de
derechas o de izquierdas es un valor cultural. Los valores culturales, como cualquier otro
contenido cultural, están en el cerebro de un individuo. Sobre los valores del grupo sólo se
pueden hacer afirmaciones de tipo estadístico. A la inversa, el individuo recibe sus valores de
los demás miembros del grupo al que pertenece o en el que vive.
Entre los valores congénitos y los culturales puede haber conflicto.
[…] Obviamente los diversos grupos étnicos y religiosos hacen con frecuencia valoraciones
contrapuestas. Entre los argelinos arabizados se considera que las mujeres deben cubrirse la cara
con un velo, pero no los hombres; los tuareg, sin embargo, hacen exactamente la valoración
opuesta: son los hombres, no las mujeres, quienes deben cubrirse la cara con el velo. En
Alemania hasta hace poco los protestantes transportaban el estiércol por las calles el día del
Corpus Christi, fiesta de los católicos, mientras que éstos hacían lo propio el Viernes Santo,
fiesta de los protestantes. Los muslimes consideran día sagrado y festivo el viernes; los judíos,
el sábado; los cristianos, el domingo.
La información valorativa se transmite a través de muchos canales, y es contagiosa. Los ideales
y prejuicios se contagian fácilmente. Es fácil hacerse pacifista entre los pacifistas, antisemita
entre los antisemitas, fumador entre los fumadores, holgazán entre los holgazanes, etcétera.»
MOSTERÍN, J., Filosofía de la cultura. Madrid, Alianza Editorial, 1993

Responde a las siguientes cuestiones:


1. ¿Por qué crees que los valores culturales varían de una sociedad a otra? Escribe una breve
reseña donde incluyas algún ejemplo que ilustre tu opinión.
2. Con la ayuda del diccionario, escribe una definición de «valor cultural» y de «valor
congénito».

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3. Completa tus definiciones con una lista de ejemplos. Después, compara tus respuestas con las
de tu compañero.
4. ¿Hay valores comunes a todos los hombres? Abre un debate en grupo.

A. ETNOCENTRISMO
El etnocentrismo es una actitud ante la diferencia cultural que consiste en creer que la
propia cultura es la única adecuada e, incluso, superior a cualquier otra. Esta fue siempre la
postura que asumieron las culturas imperialistas al invadir otros pueblos. De hecho, bajo esta
visión las poblaciones autóctonas se consideran bárbaras o salvajes, cuando no infantilizadas o
con un desarrollo mental inferior al de la propia cultura.
La consecuencia de esta actitud es identificar el desarrollo cultural exclusivamente con
la propia cultura. Así pues, todo lo que es ajeno se tilda de irracional y primitivo. Por lo tanto, el
modelo a seguir es el propio y los demás deben adoptarlo para poder civilizarse.
Desde este punto de vista, los hombres primitivos contemporáneos serían una copia en
vivo de los hombres de la Edad de Piedra. Entender así las sociedades arcaicas, aquellas cuyo
tipo de organización social y técnico es más sencillo que el nuestro, supone pensar que éstas
viven en la Prehistoria como cromañones. Esto es imposible, ya que desde hace 40.000 años el
proceso de humanización empezó para todos y cada cultura lo interpretó a su manera.
Por otra parte, evolución no es sinónimo de tecnología, aspecto que sin lugar a dudas se ha
desarrollado más en nuestra cultura. Así pues, es indispensable tener en cuenta también otros
factores a la hora de compararnos. Baste con pensar que en nuestra sociedad el número de
infartos o de enfermedades provocadas por el estrés y la ansiedad es mucho más elevado que en
otras sociedades arcaicas.
Otro de los problemas que plantea el etnocentrismo reside en que normalmente está ligado a
todo tipo de actitudes violentas, como son el racismo, la xenofobia o la aporofobia. Estas
actitudes fomentan no sólo la exclusión de aquellos que están al margen de la cultura
dominante, sino que incluso pueden desembocar en auténticos genocidios.
El rechazo hacia los más débiles y desamparados, que no tienen recursos o voz para
defender la dignidad de su cultura, es una manifestación de este fenómeno. Por el mismo
motivo, los inmigrantes o refugiados tienen que sufrir su condición, las acusaciones de ser una
amenaza para la seguridad y la cultura del Estado, además de ser vistos como causa del paro o la
precariedad laboral en el país que les acoge. En realidad, el problema no es sólo cultural: bajo él
se esconde actualmente un problema económico.

B. RELATIVISMO
El relativismo surge con el objetivo de superar los prejuicios etnocéntricos. Para ello,
sostiene que cualquier manifestación cultural es fuente de ideas y valores que son fruto de su
historia particular.
Así pues, según esta visión, sólo podemos entender un determinado rasgo cultural
dentro de la cultura que lo ha provocado. A ello se suma el hecho de que no existe una forma de
entender el mundo que prime sobre las demás: todas las culturas de la Tierra son igual de dignas
e importantes.
Esta actitud de respeto hacia todas las culturas del planeta supuso, sin lugar a dudas, un
claro avance al fomentar, entre otras, la tolerancia. Sin embargo, surge un nuevo problema, pues
esta actitud no es crítica ante las distintas culturas. Por un lado, se considera que no debe
cambiarse lo que es tradicional. Por otro, no se fomenta el diálogo intercultural. El resultado es
un estancamiento, en lugar de una evolución.
Si sostenemos que cualquier costumbre o tradición, por el hecho de ser parte de una
cultura, es respetable, entonces justificamos comportamientos que van contra la dignidad
humana. El machismo, por ejemplo, puede existir en una determinada cultura durante siglos,
pero no por ello debemos aceptarlo.

 Racismo. Rechazo hostil a grupos étnicos considerados inferiores. Puede conducir al


etnocidio, es decir, a la supresión de dichas etnias.
 Xenofobia. Odio hacia los extranjeros.

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 Aporofobia. Desprecio al pobre, es decir, a la persona que carece de recursos.
 Genocidio. Exterminio o eliminación sistemática de un grupo social por motivo de
etnia, raza, religión, nacionalidad o político.

C) PLURALISMO CULTURAL
A este punto, resulta evidente que en el mundo en que vivimos es cada vez más
necesaria una actitud coherente hacia el creciente multiculturalismo. Así, frente al
etnocentrismo y el relativismo cultural, el pluralismo cultural defiende la interculturalidad
como actitud de diálogo y respeto a las diversas culturas que coexisten en un mismo espacio
geográfico dentro del marco de los derechos humanos.
El pluralismo cultural propone, pues, un modelo diferente donde todas las culturas se
encuentran en condiciones de igualdad. Además, la convivencia armónica entre ellas es un rasgo
cultural de gran importancia que se debe cultivar entre todos los miembros de la sociedad. Si se
sigue este modelo, se reconocería a todas las culturas la posibilidad de ser diferentes entre sí
pero iguales en cuanto a dignidad y derechos. En cuanto a valores éticos como la libertad, la
justicia o los derechos humanos, son sin lugar a dudas valores universales más allá de cada
cultura particular.
En conclusión, el pluralismo cultural es el modelo más adecuado a seguir hoy en día. Si
nos limitamos a heredar los prejuicios etnocéntricos del pasado, nos condenaremos a un futuro
lleno de problemas sociales donde la falta de sensibilidad ante los derechos humanos nos
conducirá irremediablemente a una deshumanización.
- Multiculturalismo. Fenómeno que surge entre distintas culturas que conviven en un
mismo espacio geográfico. Se trata de una situación que existe en la realidad.
- Interculturalidad. Actitud de diálogo entre todas las culturas en el respeto de los
Derechos Humanos. Se opone tanto al etnocentrismo como al relativismo cultural.

Responde a las siguientes cuestiones:


1.- ¿Crees que el relativismo cultural es un planteamiento adecuado ante las peculiaridades
propias de cada cultura, que es incorrecto o que es un planteamiento insuficiente?
2.- Compara tu respuesta con la de tu compañero, y si existen diferencias, justificad a qué se
deben.
3.- Clasifica las siguientes afirmaciones considerando su grado de etnocentrismo y razona por
qué son muy, poco o nada etnocéntricas.
a) El tercer mundo tiene mucho que enseñar a las sociedades ricas y superficiales.
b) Mueren tres personas y un portugués en un accidente de tráfico.
c) Los negros tienen un gran corazón; el problema es que los blancos los tratan mal.
d) La ministra de exteriores es homosexual, pero hace bien su trabajo.
e) Me gusta conocer cómo es una persona. Eso es lo primero, todo lo demás son detalles que
vienen después.
4.- Busca ejemplos en periódicos, revistas, medios de comunicación o en tu vida diaria donde
se observe una actitud etnocéntrica, y otros donde no.

Texto: “Diversidad y pluralismo cultural”


«Artículo 2. De la diversidad cultural al pluralismo cultural.
En nuestras sociedades cada vez más diversificadas, resulta indispensable garantizar una
interacción armoniosa y una voluntad de convivir de personas y grupos con identidades
culturales a un tiempo plurales, variadas y dinámicas. Las políticas que favorecen la inclusión y
la participación de todos los ciudadanos garantizan la cohesión social, la vitalidad de la sociedad
civil y la paz. Definido de esta manera, el pluralismo cultural constituye la respuesta política al
hecho de la diversidad cultural. Inseparable de un contexto democrático, el pluralismo cultural
es propicio a los intercambios culturales y al desarrollo de las capacidades creadoras que
alimentan la vida pública.»
Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural.

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1. Explica qué alternativa propone el texto para solucionar los conflictos que genera el
multiculturalismo y los motivos que da para defenderla.
2. Buscad ejemplos históricos para ilustrar el conflicto de culturas

CULTURA E INDIVIDUO

Hasta ahora se ha profundizado en el concepto de cultura y en cómo ésta se transmite. A


continuación, se reflexionará sobre el lugar que ocupa la cultura en relación con el individuo. En
otras palabras, se abordará el problema de hasta qué punto la cultura incide en las pautas de
comportamiento y en la forma de ser del hombre en una determinada sociedad.

CULTURA Y PERSONALIDAD

Como ya sabemos, a lo largo del proceso de socialización un ser humano precisa vivir
en sociedad para poder ser tal. Desde una perspectiva biológica, el niño necesita del estímulo de
otros seres humanos para que su capacidad cerebral aumente progresivamente y así se creen
redes neuronales que posibiliten el desarrollo del lenguaje y del pensamiento. Desde una
perspectiva emocional y afectiva, el individuo aprenderá a canalizar y entender sus sentimientos
para disfrutar de ellos sólo si sabe cómo se gestionan dentro de su cultura. Sin embargo, durante
la socialización se produce un proceso en dos direcciones opuestas.
1.- La cultura nos hace iguales. Al imponer a todo un grupo social una misma cultura
se iguala a todos sus miembros. Así pues, el individuo no elige la forma concreta de ser humano
entre todas las culturas que existen, sino que es la cultura donde nace la que le obliga a formar
parte de ella.
- Un niño asimila la forma de entender el mundo y desenvolverse en él según su cultura pero, al
no ser adulto, no puede juzgarla críticamente. Por tanto, los valores, usos y costumbres de su
sociedad son los únicos correctos, los únicos que conoce y los únicos que debe aprender.
No obstante, mediante estos patrones culturales, el niño tiene asegurada una estabilidad
psicológica y emocional, pues de ellos derivan las reglas que rigen una sociedad y lo que se
espera de cada miembro.
2.- La cultura nos permite ser diferentes. Los roles que marca el grupo social al que
pertenecemos nunca se cumplen al pie de la letra, pues cada individuo los interpreta a su manera
de acuerdo con un punto de vista personal. Esto obedece a que la propia cultura nos proporciona
la capacidad de pensar sobre las reglas sociales y criticarlas. Este hecho resulta paradójico, pues
al poner en tela de juicio la cultura que nos ha hecho humanos, estamos cuestionando al mismo
tiempo lo que nos constituye y nos hace ser tal como somos.
En conclusión, la cultura nos hace iguales y a la vez distintos. El ser humano puede pensar y
criticar su propia cultura porque el proceso de socialización le ha dotado de una identidad
cultural que le permite realizar operaciones mentales complejas. Sin embargo, esa identidad
cultural es colectiva, dado que se trata de una creación del grupo social que cada individuo
emplea sólo por formar parte de él. ¿Significa eso que pensamos lo que nuestro grupo social
piensa? Lo sorprendente es que, aunque tengamos una identidad cultural colectiva, no nos
disolvemos en ella.
Este hecho explica que no todos aceptamos igual los valores que la tradición impone y,
frente a los juicios y actitudes de los demás, se van formulando los propios hasta configurar una
conciencia individual. Aquellos que tienen una personalidad más acusada tendrán más
desencuentros con los patrones que su cultura impone, pero también son los que fuerzan a esa
cultura a replantearse a sí misma, permitiendo que cambie y mejore.
En resumidas cuentas, cada persona posee unos rasgos básicos comunes a todos los individuos
que forman parte de su mismo grupo, pero también diferencias particulares que dependen de su
personalidad. Si establecemos un paralelismo con el lenguaje, los hablantes de una misma
lengua emplean las mismas reglas lingüísticas, pero cada uno tiene una forma peculiar de hablar
que depende de cómo aplica dichas reglas.

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LA CONFORMACIÓN DE LA PERSONALIDAD INDIVIDUAL:

En general, se suele entender por “personalidad” el elemento estable de la conducta de un


individuo, su manera de ser habitual que le diferencia de los demás. La personalidad va
surgiendo poco a poco, a medida que nos vamos socializando (Un recién nacido carece de
personalidad). Los factores que influyen en el desarrollo de la personalidad son tres:

1. la herencia (física y psicológica);


2. el medio (geográfico y cultural); y
3. la experiencia (colectiva e individual)

En la personalidad se pueden distinguir dos subestructuras distintas:

1. El temperamento: es el conjunto de las potencialidades innatas, constituye la base


natural de la personalidad. Es hereditario y difícilmente modificable. No somos
responsables de nuestro temperamento, pues nosotros no lo hemos elegido.
2. El carácter: es el conjunto de hábitos adquirido, constituye la base cultural de la
personalidad. Es adquirido y puede ser modificado. En cierto grado, somos
responsables directos de nuestro carácter.

De alguna manera, cada sociedad intenta socializar a sus miembros para que se acerquen lo
más posible a un tipo de “personalidad básica”. Los sociólogos llaman “personalidad básica” al
conjunto de rasgos ideales que se presume que son característicos de una cultura determinada, y
con arreglo a los cuales, cada sociedad intenta socializar a sus miembros. Entre los rasgos
principales que tiene la “personalidad básica” de nuestra cultura podemos citar los siguientes:

1. desde el punto de vista social: ser amable y solidario, simpático y optimista


2. desde el punto de vista profesional: ser responsable y eficiente, práctico y competitivo...

 Persona. Proviene del griego prósôpon, que significa «máscara». La persona es cada
ser humano particular y concreto, frente al individuo, un concepto vacío y abstracto.
 Individuo. Procedente del latín individuus, «indivisible». Por tanto, el individuo es la
última parte divisible de la sociedad, una entidad genérica y no diferenciada.

INDIVIDUO Y SOCIEDAD

Como hemos mencionado anteriormente, la cultura moldea a los individuos mediante


unas pautas obligatorias que deben seguir. Estas pautas, como ya sabemos, no son inamovibles
aunque la contraposición entre el patrón impuesto y el cambio que un determinado individuo o
grupo de individuos pretende generar dará lugar a una lucha. Entonces, ¿somos realmente libres
si existen unas normas culturales predeterminadas?
Según Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, todos deseamos ser libres y hacer lo
que nos viene en gana. Sin embargo, sería imposible vivir absolutamente libres y
contemporáneamente en sociedad si no existiera ninguna imposición cultural que frenara
nuestras apetencias. Entre nuestros deseos o Eros (lo primitivo y espontáneo) y la sociedad
(cultura o represión) se establece un antagonismo que obliga a que la sociedad sólo pueda
avanzar mediante la represión de Eros. Por su parte, nuestros deseos se desvían a otro tipo de
actividades que no amenazan la convivencia en sociedad y así creamos la cultura. De esta
manera, la civilización consiste en renunciar a satisfacer todas nuestras necesidades instintivas.
A cambio, podemos reconducir nuestros deseos insatisfechos hacia los medios que la cultura
pone a nuestro alcance, como el cine, la música, los deportes, etcétera.

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En conclusión, para Freud es imposible una sociedad donde prevalezcan los instintos
sobre la cultura. A pesar de que el individuo aspira a satisfacer sus pulsiones, la sociedad lo
impide mediante mecanismos represivos. Estos mecanismos represivos surgen porque las
demandas individuales no armonizan de antemano con los ideales de autoconservación
colectiva.
En el siglo XX, frente a la teoría de Freud, Marcuse presenta una visión diferente. Para
este filósofo es nuestra civilización concreta la que es represora, dado que la felicidad está
subordinada a usos sociales como tener un trabajo que ocupa casi toda la jornada, una vida
sexual siempre dentro de una pareja monógama y un sistema establecido en el que se imponen
las leyes y el orden. Por su parte, los individuos sienten que no pueden influir en el curso de los
acontecimientos al estar sujetos, precisamente, a esos usos sociales. Para Marcuse, si
cambiamos esta situación, podemos aspirar a una cultura que no se base en la represión sino en
la búsqueda de la felicidad.

Textos: “La cultura y el instinto de agresión”


« A mi juicio, el destino de la especie humana será decidido por la circunstancia de si—
y hasta qué punto—el desarrollo cultural logrará hacer frente a las perturbaciones de la vida
colectiva emanadas del instinto de agresión y de autodestrucción. En este sentido, la época
actual quizá merezca nuestro particular interés. Nuestros contemporáneos han llegado a tal
extremo en el dominio de las fuerzas elementales, que con su ayuda le sería fácil exterminarse
mutuamente hasta el último hombre. Bien lo saben, y de ahí buena parte de su presente
agitación, de su infelicidad y su angustia.»
FREUD, S., El malestar en la cultura. Madrid, Biblioteca Nueva, 1968

1. ¿Crees que si la cultura no fuese represora todos mostraríamos nuestros impulsos agresivos y
egoístas? Expresa tu opinión por escrito.
2. ¿Qué respuesta da a esta cuestión Freud? Señálalo en el texto.
3. Para Freud, ¿la cultura es algo bueno, positivo y necesario, o no?
4. Para ti, ¿la cultura puede no ser represiva?

«La idea de una civilización no represiva será discutida no como una especulación
abstracta y utópica. […] Los mismos logros de la civilización represiva parecen crear las
precondiciones necesarias para la abolición gradual de la represión. Para elucidar estos aspectos,
debemos tratar de reinterpretar a Freud en términos de su propio contenido socio-histórico.»
MARCUSE, H., Eros y civilización. Barcelona, Ariel, 2003

1. Marcuse vuelve a hacerse las mismas preguntas que Freud.


¿Podrá evitar la tesis de «si la cultura no fuese represora todos mostraríamos nuestros impulsos
agresivos y egoístas»?
2. ¿Qué respuesta se da a esta cuestión en el texto?
3. Para Marcuse, ¿la cultura es algo bueno, positivo y necesario, o no?
4. De seguir así, ¿crees que habrá un Tercera Guerra Mundial, o no? Dividid la clase en dos
grupos: primero un grupo sostendrá su opinión con un argumento, después el otro grupo la
rebatirá con otro.

Más tarde Habermas, representante de la actual Academia de Frankfurt, mantiene que


nuestra supervivencia es cultural, aunque en principio parezca ser sólo biológica. Nuestra
propia naturaleza nos obliga a asegurar nuestra existencia como especie en el seno de las
culturas.
El ser humano ha de socializarse para convertirse en tal, y esa socialización se produce
en tres ámbitos: el trabajo, el lenguaje y la política. Habermas sitúa al trabajo, al lenguaje y al

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poder político como medios de socialización que tienen su origen en los intereses del
conocimiento (técnico, práctico y crítico) y desempeñan la función de asegurar la existencia
humana.
En realidad, todo conocimiento está dirigido por un interés determinado. La ciencia,
por ejemplo, pese a su apariencia imparcial, sólo investiga algo que sea rentable y garantice
beneficios. A la política y al trabajo les puede suceder otro tanto; por eso Habermas defiende
una situación en la que los intereses de todos estén al mismo nivel y todos los individuos
cuenten para decidir cómo les gustaría que fuese su sociedad.
En nuestras complejas sociedades modernas esto no es lo habitual. El individuo no se
implica en las decisiones de su comunidad y no siente que su punto de vista cuente demasiado,
lo que supone sentirse desligado de su grupo social y, por tanto, infeliz. Si algo muestran estos
tres autores es la importancia de sentirnos parte de la cultura que fundamenta nuestra sociedad.
Pero, como explica Marcuse, nunca podremos vivir tranquilos en una sociedad represora que
coarte la libertad de las personas, imponiendo los mismos criterios a todos, y que impida a cada
uno tener expectativas propias.
Esto significa que el individuo está ligado indisolublemente a su cultura y a su sociedad.
La forma de estructurar la dinámica de una sociedad, la política, es crucial para todos los
individuos que pertenecen a ella, aunque crean que es un asunto que no les interesa. De hecho,
son los intereses de los individuos los que hacen que la política y la cultura de una sociedad
puedan cambiar, para mejorar o para empeorar. A lo largo de la historia, esta relación se ha ido
desarrollando de muchas maneras distintas. En Occidente, por ejemplo, se pasó de defender sólo
los derechos individuales de cada persona a entender que existían grupos marginales que no se
podían defender por sí mismos, y a los que debería dárseles voz para hacerlo, o que existen
asuntos que son de interés para todos, como las tradiciones, las lenguas o la naturaleza.
Sin embargo, estos logros forman parte de una cultura con una manera determinada de
entender el mundo: sólo es posible cambiar las reglas cuando el grupo social está de acuerdo.
No obstante, no todas las sociedades son igual de flexibles. Algunas imponen normas férreas
que deben cumplirse siempre sin posibilidad de variación alguna, por lo que la libertad de los
individuos es mínima. Resulta fácil, entonces, que un individuo sea incapaz de asumir todos los
frenos que la sociedad le impone, y pase a convertirse en alguien que se desvía de la norma y al
que se estigmatiza. Esta rigidez y estricta aplicación de las normas es también un freno para la
propia evolución de la sociedad, que puede estancarse y conservar intacta una cultura que ya no
se adapta al grupo social que, sin embargo, sí cambia, al igual que todos los organismos vivos.

ACTIVIDADES Responde a las siguientes cuestiones:

1.- Reflexiona acerca de lo paradójico de la afirmación «la cultura nos hace diferentes e iguales
a la vez». Puedes partir de dos columnas, una donde se explique por qué la cultura nos hace
iguales y otra donde se explique por qué nos hace diferentes.
2.- ¿Qué le aporta la sociedad al individuo?
3.- ¿Al individuo le compensa o no vivir en sociedad?
4.- Analiza el contenido de las siguientes afirmaciones:
- Yo te tolero, admito que entiendas las cosas así, pero tú en tu casa y yo en la mía.

- Los inmigrantes que viven en nuestro país deben aceptar todas nuestras formas de vida

- Es normal que surjan barios aislados de gitanos, porque son gente con una forma de
vida propia; no veo nada negativo en ello

- ¡Cómo van a tener trabajo los inmigrantes si no lo tenemos nosotros!

- ¡Es imposible entenderse con los payos!

- Si en su país no están bien es culpa suya, ¿Qué podemos hacer nosotros?

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5.- ¿Es lo mismo cultura que educación? ¿En qué se parecen y en qué se diferencian? Razona tu
respuesta.

6.-Texto de Aristóteles, Política I, 1.


«La polis es la comunidad, procedente de varias aldeas, perfecta, ya que posee, para decirlo de
una vez, la conclusión de la autosuficiencia total, y que tiene su origen en la urgencia del vivir,
pero subsiste para el vivir bien. Así que toda polis existe por naturaleza, del mismo modo que
las comunidades originarias. Ella es la finalidad de aquéllas, y la naturaleza es finalidad. Lo que
cada ser es, después de cumplirse el desarrollo, eso decimos que es su naturaleza, así de un
hombre, de un caballo o de una casa. Además, la causa final y la perfección es lo mejor. Y la
autosuficiencia es la perfección. Por lo tanto, está claro que la polis es una de las cosas naturales
y que el hombre es por naturaleza un animal político.
La razón de que el hombre sea un ser social, más que cualquier abeja y que otro animal gregario
es clara. La naturaleza, pues, como decimos, no hace nada en vano. Sólo el hombre, entre los
animales, posee la palabra. La voz es una indicación del dolor y del placer; por eso la tienen
también los otros animales. En cambio, la palabra existe para manifestar lo conveniente y lo
dañino así como lo justo y lo injusto. Y esto es lo propio de los humanos frente a los demás
animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, y las
demás apreciaciones. La participación comunitaria, en éstas, funda la casa familiar y la polis.»
Cuestiones:
1. ¿Cuál es la principal característica de la polis?
2. ¿Qué tipo de planteamiento filosófico defiende Aristóteles?
3. Según el autor, ¿cuál es la razón de que el ser humano sea un “animal político”?
4. ¿En qué consiste ese ser político del hombre?
5. ¿Qué papel desempeña el lenguaje en la constitución de la sociedad, según Aristóteles?

7.- ¿Es lo mismo subcultura que contracultura? Señala las diferencias e indica como calificarías
a los siguientes grupos, de subcultura, contracultura o de ninguna de las dos cosas:
-Grupo de inmigrantes que viven en un centro de acogida.
-Grupo de skin heads
-Comunidad judía de Madrid
-Grupo de acción ecologista
-Poblado gitano en las afueras de una gran ciudad.
-Casa regional de Aragón en Valencia
-Grupos de Boixos Nois, de Ultra Sur, Biris…
-Asociación filatélica de Murcia.

8.-Cuando se dice de una persona que es muy culta ¿en qué sentido se está utilizando el
término? ¿y cuando se dice “también somos cultura”?

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