Dimensión Social y Cultural Del Ser Humano
Dimensión Social y Cultural Del Ser Humano
Dimensión Social y Cultural Del Ser Humano
La cultura
En 1871, el antropólogo E. B. Taylor define la cultura como «un conjunto complejo que incluye
conocimientos, creencias, arte, moral, derecho, costumbres y otras capacidades o hábitos
ad- quiridos por el ser humano como miembro de una sociedad».
Sin embargo, no todos los antropólogos aceptaron esta definición relativamente moderna.
Tanto es así, que hasta no hace mucho se consideraba cultura al conjunto de actividades que los
ciudadanos de la alta sociedad realizaban en su tiempo de ocio
(Ópera, ballet o visita a museos, por ejemplo). De todas formas, los antropólogos culturales han
dejado claro que el término debe incluir el «conjunto complejo» de elementos que menciona
Taylor, además del folclore popular propio de una región, la moda casual o actividades como ir
a un concierto.
Al mundo cerrado propio del animal se contrapone el mundo abierto del ser humano. El hombre
no tiene instintos que resuelvan espontáneamente situaciones propias de su hábitat, pero
tampoco le condicionan. Prueba de ello es que el ser humano se ha esparcido por los cinco
continentes y ha colonizado todo tipo de ecosistemas naturales, además de inventar
nuevos modos de vida.
La pequeña parte instintiva que conservamos y podría ayudarnos se pierde para siempre en los
nuevos modos de vida que el ser humano inventa. La aversión que siente hacia los reptiles
alguien que vive en una gran ciudad y no ha visto una serpiente en su vida es,
posiblemente, una respuesta instintiva a un peligro. No obstante, el peligro más probable
para esa misma persona quizás sea ser víctima de un atraco, aunque no podemos detectar
por instinto a un atracador antes de ser agredidos.
Si ya no tenemos respuestas instintivas adecuadas para nuestro mundo actual, eso significa
que debemos inventar estrategias para superar nuestros problemas. Si no lo hiciéramos
así, mori ríamos desvalidos. De hecho, esto es lo que le ocurre a un recién nacido si nadie
lo cuida. Sin apenas instintos, tampoco tenemos cultura ni capacidad para adquirirla. Es
como si naciésemos prematuramente, y así es.
.
Proceso de socialización
El ser humano, como ya sabemos, nace como una criatura desprotegida e inacabada. Sólo
por medio de la cultura puede llegar a poner en acto todas sus capacidades. A través de
nuestras capacidades, cualquiera de nosotros puede realizar actividades exclusivamente
humanas como, por ejemplo, contraer matrimonio o disfrutar de una película. Sin embargo,
para poder hacer todo esto, el requisito previo es disponer de pensamiento y lenguaje.
En este sentido, la naturaleza nos ha dotado de un cerebro predispuesto para pensar y
hablar. Eso sí, sólo pensaremos y hablaremos realmente si la cultura de la que formamos parte
estimula en nosotros esas capacidades durante la infancia. No obstante, superar esta etapa
no significa que el ser humano esté completo. El proceso de socialización continúa durante toda
la vida: la neotenia lo hace posible. El hombre no deja de absorber cultura y realizar aprendizajes
que modificarán su forma de entender el mundo (conocimiento) e, incluso, de actuar en él
(conducta).
Otro punto a tener en cuenta es el papel que desempeña la sociedad, pues sólo somos
humanos si vivimos dentro de una comunidad que nos entrena para serlo.
Características
DIMENSIÓN SOCIAL
Individuo y sociedad
La cultura moldea a los individuos mediante unas pautas obligatorias que deben seguir.
Estas pautas, como ya sabemos, no son inamovibles, aunque la contraposición entre el
patrón impuesto y el cambio que un determinado individuo o grupo de individuos pretende
generar dará lugar a una lucha. Entonces, ¿somos realmente libres si existen unas normas
culturales predeterminadas?
Según Sigmund Freud, fundador del psicoanálisis, todos deseamos ser libres y hacer lo que nos
viene en gana. Sin embargo, sería imposible vivir absolutamente libres y contemporáneamente
en sociedad si no existiera ninguna imposición cultural que frenara nuestras apetencias.
Entre nuestros deseos o Eros (lo primitivo y espontáneo) y la sociedad (cultura o represión) se
establece un antagonismo que obliga a que la sociedad sólo pueda avanzar mediante la
represión de Eros. Por su parte, nuestros deseos se desvían a otro tipo de actividades que
no amenazan la convivencia en sociedad y así creamos la cultura. De esta manera, la
civilización consiste en renunciar a satisfacer todas nuestras necesidades instintivas. A
cambio, podemos reconducir nuestros deseos insatisfechos hacia los medios que la cultura
pone a nuestro alcance, como el cine, la música, los deportes, etcétera.
Dimensión Histórica