Sindrome Confusional Agudo

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL ECUADOR

POSGRADO – GERIATRÍA Y GERONTOLOGÍA


SINDROME CONFUSIONAL AGUDO
RESUMEN

Por: Suly Johanna Medina Minchala

Tutor: Dr. Patricio Buendía

El delirium, o síndrome confusional agudo (SCA), es un síndrome donde se muestra una alteración
en el nivel de conciencia y atención, asociada a la alteración de las funciones cognitivas (memoria,
orientación, percepción, razonamiento), pudiendo acompañarse de cambios emocionales (ansiedad,
agresividad, hipomanía), cambios autonómicos (diaforesis, frialdad) y conductuales, además
alteración del ciclo sueño/vigilia, todo ello de instauración más o menos aguda (horas o días),
progresiva y fluctuante a lo largo del día.
La importancia de este cuadro clínico es que las personas que lo presentan aumentan la
morbimortalidad, y por otro lado en su elevada incidencia dentro de pacientes hospitalizados. Por lo
general tiene causa orgánica, o como respuesta a descompensación de una enfermedad grave por lo
que el paciente esta cursando, con gran porcentaje en adultos mayores.

Existen factores predisponentes que aumentan la vulnerabilidad del adulto mayor, como la edad
avanzada, el sexo masculino, el bajo nivel educacional, los antecedentes de delirium previo,
diagnostico psicológicos y psiquiátricos previos, las enfermedades cerebrovasculares, la fragilidad, la
demencia subyacente, el deterioro funcional, las alteraciones visuales y auditivas, la morbilidad
médica asociada y su tratamiento.

Por otra parte, entre los factores precipitantes o desencadenantes del episodio figuran las
restricciones físicas, el cateterismo vesical, los ingresos en unidades de cuidados intensivos y
coronarios, la colocación de vías periféricas o centrales o el uso de fármacos (sedantes-hipnóticos,
benzodiacepinas de acción prolongada, barbitúricos, antidepresivos, opioides, antinflamatorios no
esteroideos, anticolinérgicos, anticonvulsivantes, bloqueantes de los receptores H2), así como la
presencia de enfermedades neurológicas agudas (ictus, síndrome neurológico infeccioso), de
afecciones intercurrentes, traumatismos, infecciones, malnutrición, desequilibrios hídricos y
electrolíticos. Se refieren también como factores precipitantes las alteraciones del ciclo sueño-vigilia
y las intervenciones quirúrgicas cardíacas, ortopédicas y abdominales.

Algunos estudios revelan que entre el 20 y el 40% de los pacientes adultos mayores ingresados
presentan síndrome confusional agudo en algún momento de su estancia hospitalaria. La incidencia
aproximada del delírium está en torno al 10-15%, y su prevalencia llega a estar entre el 10-40. Afecta
al 10-52% durante el postoperatorio (el 28-61% tras cirugía ortopédica y dentro de ésta, el 50% tras
cirugía de cadera). Se puede llegar a dar hasta en un 25% de las personas mayores de 70 años con
cirugía abdominal mayor. Se ha estimado que la mortalidad hospitalaria de pacientes con delírium
varía del 11 al 41%, y que su mortalidad al año es de un 38%.

Criterios diagnósticos del DSM IV de 2002:

1. Alteración de la conciencia con disminución para centrar, mantener o dirigir la atención


adecuadamente.
2. Cambio en las funciones cognitivas o alteración perceptiva.
3. La alteración se presenta en un corto período de tiempo (horas o días) y tiende a fluctuar
durante el día.
4. Demostración a través de la historia clínica, la exploración física y los exámenes
complementarios de una etiología orgánica. Por todo ello, el delírium debe ser entendido
como una enfermedad médica potencialmente tratable y, lo que es más importante,
prevenible.

A pesar de ser un trastorno muy común, aún se desconocen con exactitud los mecanismos
fisiopatológicos neuronales implicados. El envejecimiento normal implica una serie de cambios
estructurales y metabólicos cerebrales. Parece existir un menor flujo sanguíneo cerebral, hay una
reducción en el metabolismo del cerebro y el número de neuronas y la densidad de las conexiones
inter- neuronales disminuye con la edad en muchas áreas cerebrales.
En numerosos estudios se ha objetivado el descenso generalizado de la concentración en el cerebro
de los neurotransmisores acetilcolina, dopamina, serotonina y GABA (ácido gamma aminibutírico),
glu- tamato o triptófano (todavía se desconoce su papel). Las alteraciones de los neurotransmisores
relaciona- dos con el tálamo, la corteza prefrontal y los ganglios basales provocan síntomas de
delírium cuando se ven afectados. Estos cambios propios del envejecimiento hacen que el sujeto sea
más vulnerable al desarrollo de un delírium.
El delirio se clasifica según la actividad psicomotriz; es decir, el nivel de activación. En los pacientes
con delirio hiperactivo se aprecia un aumento de la actividad psicomotriz y la agitación es evidente;
puede diagnosticarse erróneamente como un estado de ansiedad. En el caso del delirio hipoactivo,
existe una disminución de la actividad psicomotriz y puede diagnosticarse como depresión o suele
pasar inadvertido. En el delirio mixto, la actividad psicomotriz muestra rasgos hiperactivos e
hipoactivos.
El manejo del delirium es multifactorial. Primero se deben tratar las causas que lo iniciaron y luego
se debe realizar un manejo no farmacológico y si es necesario un manejo farmacológico de la
agitación el manejo no farmacológico consiste en estrategias para calmar al paciente, se puede
modificar el ambiente para disminuir los estímulos, bajar la luz y el ruido, evitar el movimiento
innecesario de personal, así como favorecer la presencia de la familia y explicar los procedimientos
con un tono calmado.
Con respecto al manejo farmacológico, la evidencia actual de la agitación en pacientes con delirium,
muestra que los antipsicóticos atípicos (risperidona, quetiapina, olanzapina) y el haloperidol son
equivalentes en efectividad y superiores a Benzodiacepinas. Por lo tanto, los antipsicóticos de alta
potencia son considerados el tratamiento de elección para el manejo de la agitación en delirium dado
su bajo efecto anticolinérgico y mínimos riesgos de hipotensión y depresión respiratoria.
El Haloperidol en general, es usado de primera línea. El efecto de los antipsicóticos en reducir la
incidencia o severidad del delirium ha sido discreta, pero sin resultados clínicos significativos en
cuanto a estadía hospitalaria, complicaciones o mortalidad. Actualmente, se reservan para pacientes
con delirium hiperactivo, alucinaciones, riesgo de autoagresión, usando la mínima dosis necesaria, y
retirando lo antes posible. En el delirium hipoactivo, la evidencia existente es insuficiente para una
recomendación.

Bibliografía
Antelo, M. J. (2012). Síndrome confusional agudo. Cad Aten Primaria, 33-35. Obtenido de Síndrome
confusional agudo.

Benjamín Jiménez Flores, M. F. (2018). SINDROME CONFUSIONAL AGUDO. Revista Medica Sinergia, 2215-
4523.

HOSPITAL UNIVERSITARIO CENTRAL DE ASTURIAS OVIEDO. (s.f.). Obtenido de Síndrome Confusional Agudo
(Delirium) "Guía práctica de diagnóstico y tratamiento":
http://www.hca.es/huca/web/contenidos/websdepartam/pqe/GUIA%20SINDROME
%20CONFUSIONAL%20AGUDO.pdf

Manuel Antón Jiménez, A. G. (2006). Síndromes geriátricos. Delírium o síndrome confusional agudo. Madrid:
Sociedad Española de Geriatría y Gerontología .

R.Pujol, F. F.-T. (2005). Síndrome confusional agudo en pacientes ancianos ingresados por patología
médicaAcute confusional syndrome in elderly patients hospitalized due to medical condition. Revista
Clinica Española, 484-488.

También podría gustarte