INVESTIGACION Autismo
INVESTIGACION Autismo
INVESTIGACION Autismo
2DO PARCIAL DE
PSICOLOGÍA EDUCACIONAL
Consignas:
1- Definir los problemas de aprendizaje.
El autismo representa una disfunción de uno o más sistemas cerebrales, aún no bien
identificados y en la mayoría de los casos obedece a encefalopatía estática (daño
Si bien es cierto que el autismo refleja encefalopatía estática, esto no significa que
sus manifestaciones clínicas no cambian con la maduración y que sean ajenas a las
intervenciones terapéuticas. Al contrario, mientras más temprano sea el diagnóstico
y más tempranas, enérgicas y organizadas las estrategias de tratamiento, mejor será
el pronóstico final.
Los niños nacen ya con algunas habilidades. Les gusta mirar las caras imitar
presentan cierta sincronía motora y un santo que resulta informativo de lo que les
ocurre. Se dice que los niños pequeños son comunicativos antes que intencionales y
son sociales por naturaleza. Los niños antes de los 9 meses ya pueden seguir la
mirada de su madre.
En estas edades tan precoces ya hay unos signos tempranos de autismo. Los más
tempranos son el pobre contacto ocular, es un contacto visual reducido, La sonrisa
es escasa, responden a su nombre, no hay un seguimiento visual y con frecuencia
son niños muy tranquilos.
A partir de 5 años:
Para los niños/as con Autismo las rutinas son actividades que permiten obtener
información del mundo que les rodea y responder con seguridad a las demandas del
entorno. Como señalaría Sonia Martínez Sanchís, profesora Titular del
Departamento de Psicobiología de la Universidad de València (UV), Psicoterapeuta
y Máster en Neuropsicología Infantil, «las rutinas son, para las personas con
Autismo, puntos de anclaje a la realidad”.
“La exposición repetida a actividades libres o tareas de la vida diaria ofrece a los
más pequeños aprendizajes funcionales que les aportan experiencias significativas,
además de favorecer su desarrollo psicomotor, intelectual y social. Para ello, el
ambiente tiene que ser motivador y familiar favoreciendo el aprendizaje, como
puede ser el colegio o el hogar.”
Los niños/as con Autismo necesitan exactamente lo mismo que el resto de niños/as.
Esto es algo obvio pero que en ocasiones se olvida, es por ello que las rutinas y
tareas en el hogar deben ser las mismas que para el resto de niños/as. Todos los
niños/as desayunan, comen o cenan, todos los niños/as se duchan, juegan y van de
paseo… Todos los niños/as necesitan orden y estructura en su vida práctica, pero
para los niños/as con Autismo esto puede suponer el paso entre comprender lo que
se espera de él y por tanto poder participar o vivir en un ambiente hostil y
amenazante.
¿Podrá valerse por sí solo cuando sea adulto? ¿Podrá hacer una carrera
universitaria? ¿En qué trabajará? ¿Podrá formar una familia? Estas son solo algunas
de las preguntas más frecuentes que se plantean. Todas versan sobre el mismo
asunto: la preocupación sobre cómo será la vida del niño a medida que vaya
creciendo y el grado de autonomía que podrá alcanzar.
Sin embargo, cada caso es diferente por lo que las personas con autismo que no
presenten graves problemas cognitivos y no tengan asociada ninguna otra
patología, tienen grandes probabilidades de mantener una vida adulta relativamente
normal y autónoma, con un trabajo estable y una familia.
Como ya sabemos, hablar de niños con autismo es hablar de niños que tienen
trastornos en el desarrollo de la interacción, comunicación social y aprendizaje:
Niños que progresan en su propio tiempo, no alcanzando a veces los mismos niveles
que la mayoría de las personas en los aprendizajes y habilidades, y que necesitan de
los apoyos físicos y humanos para lograr un mejor aprendizaje y estar más
conectados con el mundo exterior.
Sin embargo, poder ponerse en el lugar del otro para desde allí intentar entenderse,
realizar un trabajo cooperativo, aprender a escuchar y ser tenido en cuenta, no
solamente redunda en el bienestar de los niños con necesidades educativas
especiales, sino que la posibilidad de aprender, participar, comunicarse e interactuar
en un marco educativo que tenga en cuenta las diferencias permite transformar el
reto al que nos enfrenta la sociedad respecto de brindar igualdad de posibilidades,
sin discriminación.
Para los maestros, encontrar entre sus niños a alumnos con autismo supone un reto
personal y profesional, y al mismo tiempo, puede suponer para los demás
compañeros una oportunidad de enriquecerse y convivir con una persona diferente,
de la que aprender y con la que entender la diversidad con que se encontrarán en el
futuro en sus relaciones personales y sociales.
Las acciones enfocadas a los alumnos con autismo deben estar bien organizadas y
estructuradas, ser sencillas y estar orientadas a lo práctico y funcional. Conviene
contar con materiales que de manera visual muestren al niño las tareas a realizar.
Los dibujos, fotos y carteles hacen comprender a a los alumnos con autismo las
acciones y rutinas diarias, y también sirven como refuerzo motivacional,
recordatorio y anticipatorio.
Las personas con TEA necesitan apoyos para desarrollar sus habilidades de estudio,
y ser competentes en el aprendizaje de los contenidos escolares. Sus dificultades
Para Cintia Fritz, mamá de Lautaro (4), que tiene autismo, el camino es “arduo,
pero posible”. “Habíamos hecho un trabajo previo a la escolarización, buscando
antes a su integradora”. El año pasado contactó a once colegios privados
integradores en su zona, sin éxito. Y buscó la vacante en la escuela pública, “con