Trabajo Final Bioetica

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TRABAJO PRÁCTICO

FINAL DE BIOETICA:
Alumnas:

 Sosa Barrios María De Los Ángeles.


 Domínguez Aldana Denise.

Tema: “Relación Médico-Paciente”.

Carrera: Lic. En Instrumentación Quirúrgica.

Comisión: A.
INTRODUCCION:

Las habilidades de comunicación con el paciente forman parte de la práctica


sanitaria y contribuyen a los objetivos de salud y de humanización.

Desde la perspectiva personalista, se puede transformar la vida del paciente


desde los primeros momentos de intervención. Más allá de las palabras, el
paciente, necesita sentirse confortado y atendido.

El profesional transmite su información de manera verbal y no verbal. Se ha


descrito como cálido, amigable, firme y tranquilizador en las consultas, aquellas
en que existe una respuesta empática a las inquietudes cognitivas y
emocionales del paciente. La formación en habilidades de comunicación del
profesional de la salud resulta un deber ético y ello influye en la mejor y más
pronta recuperación de la salud del paciente.

La perspectiva personalista, abierta a lo trascendente, resulta especialmente


adecuada en el ámbito sanitario y en situaciones límite, en que la comunicación
debe hacerse desde la realidad compleja que vive el paciente.

Definición:

La relación médico- paciente resulta de la interacción que se establece entre el


médico y el paciente, con el fin de recuperar su salud, aliviar su padecimiento,
prevenir la enfermedad y las posibles complicaciones.

Objetivos de la relación Médico-Paciente:

 Reconocer la necesidad de una buena relación medico-paciente.


 Aprender a tratar en todo momento al paciente como persona,
mostrando el respeto debido a la autonomía del paciente.
 Entender la importancia de considerar la enfermedad dentro de la
situación vital de cada enfermo.
 Cuidar la integridad del cuerpo humano y sus valores estéticos.
 La importancia de brindar acompañamiento a la familia del paciente y su
entorno.
 Demostrar la capacidad del médico de superar barreras de
comunicación, de aprovechar las oportunidades empáticas, de
comprender más allá de las palabras.
 Que el paciente desarrolle una actitud de cooperación y confianza,
asumiendo a su vez, una responsabilidad.

Consentimiento informado en la relación Médico-Paciente:

Para que el consentimiento prestado por el sujeto sea genuino, la información


que se le brinda debe ser completa, adecuada, clara y precisa acerca del
diagnostico, el mejor tratamiento disponible, las alternativas terapéuticas, los
beneficios y riesgos esperados y el pronóstico.

El paciente, es una persona que, en condiciones normales, es capaz de


elecciones conscientes y libres. El respeto a su dignidad de persona exige que
sea él quien elija si acepta o rechaza la propuesta del médico.

Secreto profesional:

Entre los deberes éticos, básicos de los profesionales de la salud, se encuentra


el secreto profesional, el cual consiste en el deber de no descubrir a terceros
los hechos que aquellos han conocido en el ejercicio de su profesión.

En el marco de la relación médico-paciente es primordial el respeto del secreto


profesional, la confidencialidad y el libre consentimiento informado.

 El paciente cuenta con confianza una serie de aspectos en relación a su


enfermedad, algunas veces en forma espontánea y otras por el interrogatorio;
también es frecuente que dé a conocer situaciones, hechos y acciones que no
tienen relación con su padecimiento, pero que siente la necesidad de que el
médico las conozca, ya sea porque lo considera como confidente y consejero,
ya sea porque piensa que pueden tener relación con su enfermedad o bien
porque se siente aliviado al darlas a conocer.

¿Cuáles son los beneficios de este secreto?:

 Es un servicio al paciente, de quien protege su propia personalidad e


intimidad.
 Favorece la ordenada convivencia social.

“Un médico reservado es más médico.”

CONCLUSION:

Para lograr una eficiente relación entre el médico-paciente, es necesario un


lenguaje, claro y efectivo que facilite la confianza y la disposición al diálogo;
creando un ambiente propicio para la sanación en un clima de fe y esperanza,
alcanzando los mejores resultados en bien del paciente.

Tanto el paciente como el agente sanitario merecen ser respetados en su


dignidad de ser humano.

El paciente no es “un caso clínico”, no es “un órgano enfermo”, ni siquiera es


“un individuo anónimo” sobre el cual se trabaja, sino un ser humano,
circunstancialmente enfermo, “alguien” que se encuentra en una situación de
vida en la cual puede, eventualmente, encontrarse el agente sanitario en otro
momento de su vida.

En la actualidad es necesario, la formación integral del personal en el área de


la salud, respecto a la capacidad de ejercer una buena comunicación que
ayude la interacción de las personas, facilitando el buen ejercicio profesional de
la medicina en beneficio de los enfermos.

La actitud del agente sanitario debe ser de solidaridad con el sufrimiento del
paciente, lo cual exige amor, disponibilidad, respeto por su intimidad, atención,
comprensión, generosidad, benevolencia, paciencia, diálogo.

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