Desinecias en Latín Casos 5
Desinecias en Latín Casos 5
Desinecias en Latín Casos 5
LAT I NA
SPQR
ORATIO SIMPLEX
robertotierno.wordpress.com
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G RA MÁ T IC A LA TI N A B Á S I C A D E L A O R A C I Ó N S I MP L E
E S TR UC TU RA S S IN TÁ C TIC A S , MO RF O LO G Í A V E RB A L Y N O M IN A L
I. La Oración Nominal
V. La Declinación Nominal
I. La Oración Nominal
I. 1. Definición
Una oración nominal es la oración que consta de un nombre al cual se le atribuye una
cualidad esencial (“ser”) o accidental (“estar”). En latín es el verbo sum (“soy”/”estoy”).
Del mismo modo en latín decimos “la chica es guapa” que “la chica está guapa”:
pulchra est puella.
Veamos unas cuantas oraciones nominales simples:
Tanto el nombre que resulta determinado (sujeto) como el que ejerce la determinación
(atributo) van en caso Nominativo (N): el atributo puede ser un sustantivo o un adjetivo, y
en este último caso habrá concordancia en género y número con el nombre:
Las terminaciones de nombres y adjetivos son muy variadas, dependiendo del género
gramatical (masculino, femenino y neutro) y del número (singular y plural). De momento,
basta con que vayas reconociendo algunas terminaciones del Nominativo.
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No importa el género gramatical del sujeto porque los verbos en forma personal no tienen
género. En latín los géneros de los sustantivos son tres: masculino, femenino o neutro:
La 3ª persona sg. y pl, son lo habitual en textos de carácter narrativo o expositivo cuando el
hablante queda al margen de las consideraciones. A veces incluso la 3ª persona puede
corresponder a un “yo” aportando objetividad a la comunicación, como hizo Julio César en
la Guerra de las Galias y la Guerra civil, refiriéndose a sí mismo como Caesar.
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El verbo copulativo en latín es sum, que como cualquier otro verbo debe concordar con el
sujeto en número (singular o plural) y persona (primera, segunda o tercera):
El atributo suele ser un adjetivo, que debe concordar en género (masculino, femenino o
neutro), número (singular o plural) y caso (nominativo) con el sujeto:
Comenzaremos por la conjugación del verbo sum en los tiempos verbales Presente,
Imperfecto, Pretérito Perfecto y Pluscuamperfecto del modo Indicativo:
II.1. Definición
Con el verbo sum hay otra construcción sintáctica posible sin atributo (construcción
copulativa). Se trata de la oración intransitiva, en la cual traduciremos la forma de sum en 3ª
persona sg. o pl. por el verbo español terciopersonal “hay”:
ESSE → “haber”
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En la oración intransitiva, además de sujeto y verbo hemos visto que pueden aparecer
complementos circunstanciales, por lo cual entendemos aquellos sintagmas que introducen
en la oración una circunstancia que precisa y concreta el proceso verbal. De momento, los
complementos circunstanciales que veremos son aquellos que consisten, bien en palabras
invariables como los adverbios, bien en sintagmas preposicionales (preposición + nombre):
hodie sol inter nubes lucet Hoy luce el sol entre las nubes
mane vir e lecto surgit De mañana el hombre se levanta del lecho
in foro orator bene dicit En el foro habla bien el orador
per vias servi transeunt Los esclavos transitan por las calles
inter montes lupi currunt Los lobos currunt entre los montes
II.4. El adverbio
Los adverbios son invariables, a diferencia de nombres, adjetivos o verbos. Esta categoría
gramatical de palabras invariables es de diversa procedencia, pero su uso es muy frecuente.
Empecemos por conocer algunos:
Entre ellos, aunque se trata de un modificador orecuional, hemos incluido la negación non,
que puede también negar sólo el verbo o cualquier otra palabra de la frase:
Una preposición es una palabra invariable, tanto en español como en latín (per : “por”), que
nunca puede ir aislada; siempre está acompañada de un sustantivo (per silvas : “por los
bosques”) o pronombre (per vos: “por vosotros”). A veces los nombres pueden ir
adjetivados ( per campos Elysios: “por los Campos Elisios”). Las terminaciones que
encontremos en los nombres regidos por la preposición son variables, pues dependen de la
declinación del sustantivo en los casos gramaticales latinos de Acusativo o Ablativo:
― ACUSATIVO: -am, -um, -em, … (singular) /-as, -os, -es, -us, -a (plural)
― ABLATIVO: -a, -o, -e, -i, u, -e (singular) / -is, -ibus (plural)
Las preposiciones más frecuentes son las que a continuación citamos, seguidas siempre del
nombre declinado en el caso que le corresponda:
Algunas preposiciones sólo pueden regir un caso, pero hay otras que pueden llevar el
nombre tanto en Acusativo como en Ablativo. Entonces el Ablativo indica el lugar en el
cual se ubica ese nombre, mientras que el Acusativo señala la dirección a la cual se traslada
alguien. Así ocurre con la preposición in, que cuando va en Ablativo expresa el “estado” y
con el Acusativo, la “dirección”:
III.1. Definición
El nombre que actúa sintácticamente como sujeto puede “trasladar su energía” a través del
verbo transitivo (trans + ire) hacia otro nombre que actúa como objeto directo y sufre la
consecuencia o el resultado de la acción o el proceso:
pastor super foco ligna reponit El pastor vuelve a echar leña al fuego
Romulus et Remus Romam condiderunt Rómulo y Remo fundaron Roma
Iuppiter ultimam horam tribuit Júpiter concede la última hora
Augustus orbem regit Augusto gobierna el mundo
Livia Augustum regit Livia gobierna a Augusto
mors amorem solvit La muerte disuelve el amor
copiae iter faciunt Las tropas hacen una marcha
milites occupaverunt collem Los soldados ocuparon la colina
Un verbo como bibit está indicando que el acto de beber está siendo protagonizado por
alguien de cuya identidad no conocemos nada, pero podemos suponer que será un
individuo animado con capacidad para la acción, ya real, como un animal o un ser humano,
ya mítico, como una divinidad, ya metafórico como una idea abstracta:
El orden de las palabras en la frase del español, siendo libre y permitiendo múltiples
posibilidades, sigue como orden más habitual el de Sujeto + Verbo + Compl. Directo:
Pero es más propio de la lengua latina que el verbo vaya al final de la frase. Por ello es
frecuente encontrar un orden de la frase Sujeto + Compl. Directo + Verbo:
No podemos, sin embargo decir que no sean posibles otros órdenes de elementos básicos
de la oración transitiva, como Verbo + Sujeto + Compl. Directo :
Todos los nombres latinos tienen que adoptar distintas terminaciones en función del caso,
o papel sintáctico que desempeñan en la oración. Asi que la sola mención de un nombre
latino en Nominativo (navis) o Acusativo (puerum) indica si estamos ante un sujeto
oracional o un objeto verbal, aunque todavía no haya intervenido el verbo:
navis (Una “nave” protagonizará una acción que no sabemos cuál es)
puerum (Un “niño” sufrirá la acción cuyo protagonista desconocemos)
Matiz este que no puede precisar el castellano. Cuando decimos “unos esclavos” no
sabemos si serán sujeto u objeto hasta que aparezcan las demás palabras de la frase:
En latín quedaría expreso, gracias al caso utilizado, la función de sujeto (servi) u objeto
(servos), pero no siempre es así. Al leer la palabra “iuvenes”, donde la forma del plural en
Nominativo coincide con la del Acusativo, no sabremos diferenciar, salvo que se utilice la
forma antigua de Acusativo pl. iuvenīs, donde la i es larga.
En latín, al igual que en español, el orden de los elementos de la frase no viene marcado
por la función sintáctica o categoría gramatical de las palabras. Igualmente correctas
resultan las oraciones “Mañana me iré a Zaragoza de viaje” como “Mañana me iré de viaje
a Zaragoza”, “De viaje a Zaragoza mañana me iré” o “A Zaragoza mañana me iré de viaje”.
Todas las combinaciones en el orden de los sintagmas tienen cabida en español. Se
establece con ello un orden de prioridad en la enumeración de los elementos que queda a
disposición del emisor del mensaje. En latín, del mismo modo podríamos decir:
Pero, ¿cuántos órdenes son posibles de los elementos en la frase? Si en una oración
aparecen los sintagmas vulpes (nominativo-suj.), uvas (acusativo-CD) y petit (verbo),
traduciremos, por ejemplo, “La zorra intenta coger unas uvas” o “La zorra unas uvas
intenta coger”. Pero podría ser invertido el orden de los tres sintagmas, siendo igualmente
correcto, y entonces focalizaríamos la atención en aquel que ocupe el lugar primero:
Al traducir una frase del latín al español, nos enfrentamos a un problema estilístico que hay
que resolver como a cada uno su “sentido de la lengua” mejor le dicte.
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IV. 1. Definición
La oración pasiva (Sujeto + Verbo pasivo + Agente) es una inversión sintáctica de los
términos básicos de una oración transitiva ( Nominativo, Verbo y Acusativo). El sujeto de
la oración no es en la oración pasiva quien ejerce la acción verbal, sino quien la sufre:
En una oración transitiva el elemento que cobra más relieve es el sujeto, pues no en vano
concuerda con el verbo en número y persona; pero no es así en la oración pasiva, pues en
ésta se destaca precisamente el elemento antagónico, que es en la voz activa el objeto de la
acción, quedando reducido el sujeto en la pasiva a un complemento de segundo orden:
En la oración transitiva quien cobra relieve es Horatius, el gran poeta venusino, mientras
que en la pasiva se destaca el objeto de la acción, que son los carmina, y por ello al ser aquí
sujeto debe concordar con la forma verbal pasiva en número y persona (3ª del pl).
El complemento agente, que en español viene siempre precedido por la preposición “por”
va en latín en caso ablativo si se trata de un objeto o cosa:
Si el agente es una persona o concepto que conlleve esa misma idea, entonces debe ir el
Ablativo precedido de la preposición A /AB (a ante consonante, ab ante vocal y “r”)
Por el momento, basta con conocer la construcción pasiva en 3ª persona del sg. y del pl.,
aunque hay que tener cuidado para no confundir el complemento agente que es a/ab +
Ablativo con un complemento circunstancial de separación o alejamiento:
Como ocurre en la oración transitiva, también en la pasiva el orden de los tres elementos
que la estructuran es libre. Todas las combinaciones son posibles, si bien la más habitual
quizá fuera la que tiene la secuencia “Sujeto paciente-Complemento Agente-Verbo pasivo”:
La diferencia entre uno u otro orden supone dar relieve a uno u otro elemento de la frase,
pues quien aparece en primer lugar queda más destacado (topicalización).
Pero la estructura de la oración pasiva no termina aquí, pues en el uso concreto de la lengua
es habitual que esté ausente el sujeto, el complemento agente o los dos.
Falta el complemento agente cuando está claro por el contexto, cuando no resulta
conocido o cuando por algún motivo no se quiere referir:
Las enseñas eran portadas por los soldados; eran vistas a lo lejos por los enemigos
Si el verbo es intransitivo la cosa cambia, pues ni habrá sujeto elíptico ni habrá sujeto de
ninguna clase; es como si hubiera que preservar el anonimato, lo cual en español hacemos
mediante el “se”. Cuando alguien dice “aquí no se oye”, la generalización recae sobre todos
los que en ese momento están intentando oír, sin precisar en ninguno. Si Julio César
escribía en su diario de guerra pugnatur, en lugar de pugnant, era porque en el primer caso
se quiere omitir incluso la referencia a un sujeto plural (3º del pl.):
pugnant pugnatur luchan se lucha (hay lucha por parte de alguien)
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También puede faltar, como decimos, el sujeto del verbo pasivo y haber complemento
agente, pero en ese caso debemos traducir la frase en construcción activa:
a nostris pugnatur los nuestros luchan (err.“por los nuestros es luchado” err.)
El verbo intransitivo “ir” tiene en latín forma pasiva en 3ª p. sg. (itur : “se va”), pero se
utiliza sin sujeto ni complemento agente, y lleva un complemento dircunstancial:
Por último, encontramos en la pasiva un uso muy frecuente en ciertos verbos denominados
D E PO N E N T E S , porque pierden (“deponen”) su carácter pasivo y, o bien son intransitivos,
o bien se construyen como un verbo transitivo con posible complemento directo o
complemento régimen. Tienen forma pasiva pero significado activo, por lo que nunca
tendrán complemento agente:
En estos ejemplos el verbo es intransitivo, por lo que no hay complemento directo, pero sí
aparece en frases como las siguientes:
Los verbos deponentes pueden también tener un complemento régimen en ablativo, como
fruitur /fruuntur (“disfruta”/”disfrutan”) o utitur /utuntur (“usa”/“usan”):
IV.4. La coordinación
Pero si acuden al peristilo un hijo y una hija del matrimonio, entonces lo normal es:
pater, mater , filius et filia in atrio sunt Padre, madre, hijo e hija están en el atrio
Como se ha visto, la reunión de elementos puede tener lugar dentro del complemento
directo o dentro de los circunstanciales, tambien entre formas verbales morfológicamente
equivalentes o entre adjetivos, y entre frases o proposiciones:
Por otro lado, si la negación se dice en latín mediante el monosílabo non, resulta contraida
con la conjunción en la palabra NEC / NEQVE, cuya segunda forma es sólo una variedad
fonética de la primera (seguida de vocal inicial de palabra):
En latín hay para la disyunción además de AVT, las conjunción VEL, la enclítica -VE, y si
hay también un ligero matiz condicional, entonces SIVE / SEV:
En la oración nominal tenemos a veces una estructura gramatical que tiene sus mismos
elementos (sujeto-atributo), sin que aparezca el verbo copulativo sum .En castellano
tenemos algunos refranes con esta secuencia nominal en la que está elidido el verbo est:
“perro ladrador, poco mordedor”, “año de nieves, año de bienes”.
En latín es muy usual este tipo de oración para la expresión de sentencias y frases con un
contenido que se supone profundo y claro al mismo tiempo que breve:
Variedades del procedimiento para reunir elementos del mismo nivel sintáctico son el
asíndeton (“ausencia de conjunción”) o yuxtaposición, que significa algo así como “ponerse
al lado”, como en las palabras de César “veni, vidi, vici” (llegué, vi, vencí) y el polisíndeton
(“muchos coordinantes”), cuando se repite la conjunción en cada uno de los elementos:
V. La Declinación Nominal
En latín los nombres tienen tres accidentes gramaticales: GÉNERO (masculino, femenino y
neutro), NÚMERO (singular y plural) y CASO (Nominativo, Vocativo, Acusativo, Genitivo,
Dativo y Ablativo). Lo cual implica que, si en español todo nombre tiene singular y plural,
en latín cada nombre tiene dieciséis formas:
Para que se entienda mejor, podemos comparar los nombres del castellano con una
moneda en la que hay cara (singular) y cruz (plural), mientras que toda palabra latina sería
como un dodecaedro, es decir, un poliedro de doce caras. Al igual que una moneda cuando
está sobre una mesa sólo muestra una cara, también el dodecaedro presenta una sola cara
boca arriba, quedando las demás para otras ocasiones.
No obstante, las formas nominales de una misma palabra también presentan algunas
coincidencias: Nominativo y Vocativo suelen ser iguales, tanto en singular como en plural,
y otras, como Dativo y Ablativo plural siempre tienen la misma forma. Sirva de ejemplo la
palabra “ley” / “leyes”:
Con respecto al español, por tanto, la diferencia está en ese último accidente, el CA S O , que
es muy importante y da carácter a toda la lengua latina. De tal manera que un nombre
como regem (“rey” en acusativo) no está diciendo sólo “rey”, sino que “rey” es, por
ejemplo, el complemento directo de un verbo que más adelante aparecerá. Nos permite así
saber la función sintáctica que la palabra realiza en la frase:
En los ejemplos citados tenemos tres palabras en nominativo (senator, toga y Pompeiani), que
funcionan de sujeto; dos en Acusativo (togam y gladiatores), que son CD en oraciones
transitivas; y una en Ablativo, que sigue a la preposición ab en función de complemento
agente.
Todo sería sencillo si a cada caso de un nombre le correspondiera una desinencia única
para el singular y otra para el plural, pero no es así, pues existen distintas tipologías o
modelos de palabra, a los cuales llamamos D E C LI N A CI O N E S .
Distinguimos en latín CINCO declinaciones, que se identifican en sus enunciados (las
palabras tal y como vienen en el diccionario) a partir del Nominativo y Genitivo singular:
Es muy importante entender los enunciados para saber a qué declinación pertenecen y qué
género tienen los sustantivos. La segunda palabra del enunciado va en Genitivo singular, y
es precisamente este caso el que nos permite distinguir la declinación del sustantivo:
3ª declinación: consul, mons, litus, nomen, amor, lex, flos, aetas, mater
1ª declinación -A , -AE
V. 3. Paradigmas
En la SEGUNDA DECLINACIÓN (populus, populi ; puer, pueri ; bellum, belli ) las palabras
que terminan en -e r son siempre de género masculino, pero las que acaban en -us,
aunque casi siempre son masculinos, tratándose de nombres de árboles como populus,
malus o prunus son femeninos, al igual que humus, que evoca igualmente la idea de
fertilidad. Incluso tres palabras acabadas en –us son de genero neutro: virus, volgus y
pelagus. Téngase además en cuenta que la palabra vir, viri es de género masculino.
Por lo que respecta a las acabadas en -um, son todas ellas siempre de género neutro, sobre
el que hay que saber que presenta siempre la misma forma en nominativo y acusativo, con
independencia de la declinación que se trate:
Cuando un sustantivo sea neutro, recordamos que nominativo y acusativo tienen la misma
forma, que en el plural siempre es una -a, como veíamos en la 2ª declinación.
Los nombres neutros terminan en -us (munus, muneris: función), en -e r (iter, itineris:
camino), en -t (caput, capitis: cabeza) o en -e n (agmen, agminis: ejército en columna)
Las palabras de la 5ª son muy pocas y todas de género femenino, con la salvedad de que
dies, diei (día) tiene dos géneros, masculino (“día”) y femenino (“plazo”, “fecha”), con
distinto matiz de significado. La palabra más importante es res, rei (f.): cosa.
Nominativo r es r es
Vocativo r es r es
Acusativo r em r es
Genitivo r es r erum
Dativo r ei r ebus
Ablativo re r ebus
Res, rei es el sustantivo más usual en la lengua latina, pero en castellano se suele traducir
por “situación”, “circunstancia”, “hecho”, o “asunto”. Puede estar unida a un adjetivo
dentro de los sintagmas res publica (Estado), res secundae (prosperidad), res adversae
(adversidad), res familiaris (patrimonio) o res gestae (historia):
Hemos visto nombres que iban en Nominativo porque funcionaban de sujeto o atributo,
nombres en Acusativo como complementos directos o precedidos de preposición, y
nombres en Ablativo como complemento circunstancial, con o sin preposición.
Otro caso del nombre es el Vocativo, que sirve para nombrar, llamar o invocar a alguien:
audivere, Lyce, di mea vota Han oído, Lico, los dioses mis votos
tu quoque, fili mi ! ¡Tú también, hijo mío! (filius; nom., fili; voc.)
El caso Dativo expresa la persona o cosa sobre la que recaen indirectamente las
consecuencias derivadas del proceso verbal (complemento indirecto), lo cual expresamos
en español mediante la preposición “para”:
Los adjetivos son una categoría gramatical que determina a un nombre y matiza, califica,
especifica o lo enfatiza. La relación entre nombre y adjetivo no se ve afectada en modo
alguno por la relación sintáctica de aquel con el núcleo del predicado u otros elementos de
la oración. Así, por ejemplo, el nombre “día”, recibe la adjetivación “hermoso” y resulta el
sintagma nominal compuesto de sustantivo y adjetivo “día hermoso” o “hermoso día”, con
la misma denotación, pero con distintas connotaciones. La función que tenga el sintagma
dentro de la frase será distinta en “hace un hermoso día” que en “contemplamos este
hermoso día” o “hermoso día hemos pasado”.
En español, el adjetivo concierta en género y número con el nombre: “agua clara /aguas
claras”, “dulce noches / dulces noches”, “viento fresco / vientos frescos”. En algunos
adjetivos hay dos formas, como en verde/verdes (singular/plural), pero en otros hay
cuatro, como en claro/clara/claros/claras (m. sg./f. sg./m. pl./f. pl.):
En latín la cosa se complica, porque cada sustantivo tiene doce formas (como doce caras
del dodecaedro): seis del singular y seis del plural en los casos Nominativo, Vocativo,
Acusativo, Genitivo, Dativo y Ablativo, que han de multiplicarse por los tres géneros
(masculino, femenino y neutro).
latín clarus clara clarum clare clara clarum clarum claram clarum
clari clarae clari claro clarae claro claro clara claro
clari clarae clara clari clarae clara claros claras clara clarorum
clararum clarorum claris claris claris claris claris claris
Aunque en cada adjetivo latino tenemos 36 formas gramaticales (seis casos, por tres
géneros por dos números), a efectos prácticos el número se reduce sensiblemente, como en
el adjetivo clarus, clara, clarum, que se queda en 13 formas diferentes: clarus clara
clarum clare claram clari clarae claro claros claras cl arorum clararum claris
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Los enunciados de los adjetivos acabados en -us, -a, -um y -er, -ra, -rum siguen la 1ª
declinación en el femenino y la 2ª en el masculino y el neutro. El adjetivo magnus, -a, -um
se declina como dominus, -i (masculino), stella, -ae (femenino) y consilium -ii (neutro).
Veamos la declinación completa de ambos tipos de adjetivos, que son iguales en todo salvo
en el Nominativo y Vocativo singular, que es en -VS / -E o en -ER /-ER.
Los ejemplificamos con magnus, magna, magnum (magnus, -a, -um) y pulcher, pulchra,
pulchrum (pulcher, -ra, -rum):
Los verbos son una clase de palabras que dentro de la frase cumplen un papel fundamental:
el eje en torno al cual giran los demás elementos. La forma verbal personal queda
íntimamente ligada con el sujeto, pues ambos han de tener los mismos número y persona.
Es decir, el sujeto concuerda con el verbo en número y persona .
Por otro lado, la condición sintáctica del verbo, que puede ser copulativo, transitivo,
intransitivo o pasivo marca la cualidad del complemento esencial o pleremático que
directamente lo determina. Puede ser este atributo, complemento directo, complemento
régimen o complemento agente:
De tal manera resultan cuatro tipos de oraciones básicas (voz activa/ voz pasiva) que son
las que encontraremos en los textos latinos.
Pero además de tener implicaciones sintácticas, el verbo por sí mismo presenta valiosa
información que concierne al tiempo y modo de la acción o proceso.
PERSONA 1ª / 2ª / 3ª
Por tanto, si analizamos correctamente una forma verbal, hemos de mencionar todos los
accidentes gramáticales en el siguiente orden: número, persona, tiempo, modo y voz:
Las formas nominales, como infinitivos y participios, tienen tiempo (presente, pasado y
futuro), y voz (activa o pasiva); los participios tienen género, número y caso, pues son a
todos los efectos adjetivos:
rexisse infinitivo de pasado activo
amaturus nominativo singular masculino de un participio futuro activo
Estas cinco conjugaciones se corresponde con un distinto enunciado que hay que saber
interpretar, de acuerdo a cinco paradigmas verbales:
La primera forma de cada conjugación indica la 1ª p. del sg. del presente de indicativo de la
voz activa y la segunda forma es la 2ª p.sg.:
amo habeo mitto audio capio amo tengo envío oigo tomo
amas habes mittis audis capis amas tienes envías oyes tomas
En tercer lugar tenemos el infinitivo, que termina en -are, -ere, -ire, con diferencias entre
la 2ª conjugación, -ēre, con e larga, que se pronuncia -ére y la 3º y 5ª, -ĕre, con e breve,
pronunciada ´-ere:
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amare habére míttere audire cápere amar tener enviar oír tomar
El cuarto lugar del enunciado está ocupado por la 1ª p. sg. del pretérito perfecto de la voz
activa, tiempo que se expresa en español con el perfecto simple y el pretérito perfecto:
amavi habui misi audivi cepi amé /he amado tuve / he tenido…
La última forma del enunciado es el supino, que sirve para formar el participio de pasado.
Cada verbo latino consta de uno, dos o tres lexemas diferentes, correspondiendo en los
enunciados a lo siguiente: las tres primeras palabras de un enunciado verbal constituyen el
TEMA DE PRESENTE, que servirá para formar el presente y el imperfecto de indicativo; la
cuarta palabra del enunciado es el TEMA DE PASADO, que lo veremos en el pretérito
perfecto y en el pluscuamperfecto; la última palabra del enunciado contiene el llamado
TEMA DE SUPINO.
Por lo que se refiere al final de una forma verbal, hablaremos en algunos casos de
terminaciones, como en el infinitivo:
- ARE (1ª conj.) - ĒRE (2ª conj.) -ĔRE (3ª conj.) -IRE (4ª conj)
Entendemos por “desinencias” los morfemas de final de palabra que indican la persona
que concierta con el sujeto en número y persona, siendo las siguientes:
1ª sg. -o -m -i -m -r
2ª sg. -s -s -isti -s -ris
3ª sg. -t -t -it -t -tur
1ª pl. -mvs -mvs -imvs -mvs -mur
2ª pl. -tis -tis -istis -tis -mini
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P RE S E N T E 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
I M PE R FE C 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
P RE T E RI T O Pº T E M A D E P E RF E CT O + desinencias
fec i
e. g. facio, facis, facere, fec i, factum fec isti
fec it
fec- fec imus
fec istis
fec erunt
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P LU S CU A M P º T E M A D E P E RF E CT O + desinencias
fec eram
facio, facis, facere, fec i, factum fec eras
fec erat
fec- + sufijo - ERA - fec eramus
fec eratis
fec erant
P RE S E N T E 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
I M PE R FE C 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
Son llamados verbos D E PO N E N T E S los que sólo tienen formas de la voz pasiva, pero
equivalen sintácticamente a formas activas, normalmente intransitivas, pudiendo llevar si
son transitivas un complemento directo, o incluso un complemento régimen:
Los enunciados tienen, por tanto, forma pasiva. La 4ª y 5ª conjugación comparten tiempos
y personas, salvo el infinitivo y la 2ª p. sg. del presente de indicativo (oriris-pateris).
2ª conjugación pollic eor pollic eris pollic eri pollicitus sum “prometer”
P RE S E N T E 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
I M PE R FE C 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
VI. 7. Imperativo
El modo imperativo sirve para dar una orden, sugerencia o advertencia a una persona (2ª
p. del sg.) o varias (2ª p. pl.). Aparece cuando cobra relieve la función impresiva del
lenguaje, lo cual es común a los nombres en caso vocativo:
I M PE RA T I V O 1ª 2ª 3ª 4ª – 5ª
Por otro lado, la prohibición u orden negativa no es con non + imperativo, sino con noli
(sg.) / nolite (pl.) + infinitivo: noli venire (“no vengas), nolite venire (“no vengáis”)
VII. Léxico gramatical
Los accidentes gramaticales de persona (1ª, 2ª y 3ª) y número (sg. y pl.) se encuentran en los
pronombres personales y también en las formas verbales personales. Cuando el pronombre
funciona de sujeto, se produce una concordancia de número y persona con la forma verbal.
Y esto vale tanto para el español como el latín:
Tu, Plance, tristitiam finire memento Tú, Planco, acuérdate de dar fin a la pena
di me tuentur Los dioses me protegen
in me tota ruit Venus Venus se precipita entera sobre mí
Vulcanus officinas visit Vulcano ha visitado las fraguas
vos, Tempe tollite laudibus Ensalzad vosotros el Tempe con alabanzas
Los pronombres personales designan a las personas que intervienen en la acción o proceso
verbal. Hay tres personas verbales, las llamadas primera, segunda y tercera, que indican
la relación que existe respecto al hablante: en la primera se trata del mismo que habla, sólo
(yo) o con alguien más (nosotros/nosotras); aquel a quien se refiere lo dicho, estando solo
(tú) o acompañado (nosotros/nosotras); y, con la tercera persona, expresamos la exclusión
del emisor y el receptor, resaltando el sujeto, ya en singular, ya en plural.
Pero además de número y persona, los pronombres personales latinos tienen el accidente
de caso, que indica la función sintáctica que desempeñan en la oración, del mismo modo
que hemos visto en los nombres (N.: Suj.; Ac.: CD/CC; G.: CN; D.: CI; Ab.: CC). Es
preciso conocer la declinación completa de los pronombres personales. En la 3ª p. hay una
sola forma para singular y plural, careciendo además de Nominativo:
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Los ADJETIVOS POSESIVOS tienen estas mismas raíces pronominales: meus, mea, meum;
tuus, tua, tuum; suus, sua, suum; noster, nostra, nostrum; y vester, vestra, vestrum .
este Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
D. ← huic → ← his →
ese Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
D. ← isti → ← istis →
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aquel Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
D. ← illi → ← illis →
él Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
N. V. is ea id ei / ii eae ea
D. ← ei → ← eis / iis →
el mismo Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
D. ← eidem → ← eisdem →
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él mismo Masc. sg. Fem. sg. Neut. sg. Masc. pl. Fem. pl. Neut. pl.
D. ← ipsi → ← ipsis →
La categoría gramatical de adjetivo ha sido estudiada en los tipos acabados en –us, -a, -um y
–er, -ra, -rum, correspondientes a los paradigmas magnus, magna, magnum y pulcher,
pulchra, pulchrum , que se declinan por la 1ª declinación en el femenino y por la 2ª en el
masculino y el neutro. Pero no son estos los únicos tipos de adjetivos, pues hay varios que
pertenecen a la 3ª declinación. Sus enunciados y paradigmas son los siguientes:
Los dos primeros tipos contienen en el enunciado sólo el Nominativo, diferenciando entre
masculino y femenino por un lado y neutro por otro. Los dos últimos tienen una forma
para Nominativo y otra para Genitivo:
-ior, -ius m.-f. sg. neut. sg. m.-f. pl. neut. pl.
-ns, -ntis m.-f. sg. neut. sg. m.-f. pl. neut. pl.
-x, -cis m.-f. sg. neut. sg. m.-f. pl. neut. pl.
a la vez verbo (pudiendo llevar complementos) y adjetivo (debe concordar con un nombre),
traduciéndose por gerundio u orac. de relativo. Si tomamos como referencia el verbo amo,
-as, -amare, amavi, amatum , el participio amans se traduce por “amando” o “que ama”;
en otras conjugaciones tenemos los participios habens, mittens, audiens y capiens :
-ns, -ntis m.-f. sg. neut. sg. m.-f. pl. neut. pl.
Antonius est tam doctus quam Marcus Antonio es tan sabio como Marco
Titus est minus habilis quam Aulus Tito es menos hábil que Marco
Aeneas est magis pius quam Achilles Eneas es más pío que Aquiles
(amans, amantis ), y sobre el segundo, que es como el participio del español (“amado”,
“dicho”, etc.) basta con decir que es un adjetivo del tipo bonus, -a, -um que incluye el
tema de supino (5ª palabra del enunciado) sin distinguir entre conjugaciones. Por ejemplo,
del verbo dico, -is, -ere, dixi, dictum (“decir”), resultan:
D U CO , - IS , - Ĕ RE , D U X I , D V CT V M : “conducir” “guiar”
prae-duco, praeducis, prae ducere, praeduxi, prae ductum: “conducir por delante”
tra-duco, traducis, tra ducere, traduxi, traductum : “hacer pasar al otro lado”
Hay que tener en cuenta también las posibles alteraciones fonéticas del prefijo al entrar en
contacto con la sílaba inicial del verbo simple:
eo, is, ire, ivi/ii, itum : “ir” (en verbos compuestos, perfecto -ii)
fero, fers, ferre, tuli, latum : “llevar” (verbo polirrizo: fer-, tul-, lat-)
nolo, non vis, nolle, nolui : “no querer” (non volo > nolo)
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La oración enunciativa con modalidad interrogativa puede estar señalada además de por la
entonación, por una partícula que nos hace presuponer una respuesta positiva (num) o
negativa (nonne) o muestra abiertamente sus dudas mediante la partícula enclítica -ne:
En latín no hay respuesta positiva semejante a nuestro “sí” (que procede de sic “así”), y
para contestar afirmativamente era preciso que reprodujeran en la respuesta el elemento de
la frase por el que se pregunta:
Pero la pregunta no tiene por qué ir referida a todo el enunciado (interrogativas totales),
sino que suele preguntarse por el lugar, el tiempo, el modo o la causa. Así vemos en las
siguientes oraciones, en las que señalamos en negrita el adverbio interrogativo:
Cuando los cardinales expresan el tiempo que dura algo o el espacio que recorremos, se
utiliza el caso ACUSATIVO, llamado de EXTENSIÓN en el ESPACIO y en el TIEMPO:
murum decem pedes altum fecit Hizo un muro de diez pies de altura
mille passus ab urbe processerant Habían avanzado mil pasos desde la ciudad
triginta dies consul imperavit El cónsul gobernó durante trienta días
Para expresar el día, mes o año en que ha tenido lugar o tendrá lugar un hecho, entonces se
usa el caso ablativo, en el llamado ABLATIVO TEMPORAL:
C A RD I N A L E S O R D I N A LE S