El Patrimonio Familiar y Sucesoral
El Patrimonio Familiar y Sucesoral
El Patrimonio Familiar y Sucesoral
Heredan, en primer lugar, los hijos, a falta de éstos sus descendientes. Cuando
no existen hijos ni descendientes, los bienes sucesorales se reparten en partes
iguales entre los hermanos y los padres del fallecido. A falta de uno de los padres,
la herencia corresponde a los hermanos, o sus descendientes, y al padre
sobreviviente. En caso de no existir ninguno de los padres, la sucesión pasa por
completo a los hermanos del fallecido.
En caso de no haber padres ni hermanos del fallecido, la sucesión se distribuye
entre los ascendientes (abuelos) de las líneas materna y paterna, y a falta de
éstos a los de más ascendientes o colaterales, tomando en cuenta que el grado
más próximo excluye los más lejanos. Estas reglas se encuentran a partir del
artículo 731 del Código Civil.
A pesar de los derechos que la Ley les atribuye a ciertas personas sobre el
patrimonio sucesoral; existen algunas causas que cuando se presentan generan la
exclusión en la participación de dichos derechos, es el caso de la indignidad
sucesoral y la desheredación de hijos.
Al respecto, el artículo 727 del Código Civil, establece que: “Se
consideran
indignos de suceder, y como tales se excluyen de la sucesión: 1o. el que hubiere
sido sentenciado por haber asesinado o intentar asesinar a la persona de cuya
sucesión se trate; 2o. el que hubiere dirigido contra éste una acusación que se
hubiese considerado
Derechos del cónyuge superviviente
Aunque, en sentido amplio, el cónyuge es parte de la familia, en sentido estricto, la
familia está compuesta por personas unidas por vínculos sanguíneos o
por adopción.
Es por esta razón que el cónyuge del fallecido no entra a recoger los viene de la
sucesión, los cuales constituyen un patrimonio meramente familiar. Sin embargo,
ante la ausencia de parientes en grado hábil para suceder, el cónyuge
superviviente adquiere los derechos de la sucesión. Así lo ha dispuesto el artículo
767 del Código Civil al expresar: “Si el difunto no deja parientes en grado hábil de
suceder ni hijos naturales, los bienes constitutivos de su sucesión pertenecen al
cónyuge que sobreviva.”
Por último, si no existiera cónyuge superviviente, la sucesión recaerá en el Estado.
Vocación Sucesoral