Enseñar A Leer Es Enseñar A Comprender. ¿Se Puede Enseñar La Comprensión Lectora Cuando Se Tienen Déficits en Esta Competencia Lingüística?
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All content following this page was uploaded by Sergio S Ramírez on 22 May 2018.
INTRODUCCIÓN
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La enseñanza de la lectura...
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Enseñar a leer es...
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RESULTADOS Y CONCLUSIONES
Gráfico 1: Distribución de la muestra por edad. Primaria
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Enseñar a leer es...
El planeta Áurea
Después de varios meses navegando por el espacio, los astronautas llegaron al pla-
neta Áurea. Aterrizaron por la zona sur y se encontraron con unos extraños habitantes
que tenían un solo brazo y tres piernas. Eran bajos y fuertes, y vestían una especie de
armadura metálica. Después de varios días observándolos, comprobaron que había
tres grupos sociales claramente diferenciados: los jefes, encargados de organizar y
dar las órdenes, los cazadores encargados de buscar la comida y los artesanos des-
tinados a la construcción de las viviendas y de los vestidos.
Su alimento principal lo constituía una especie de ratas gigantes de las que exis-
tían varios tipos: las ratas blancas, a las que capturaban por la noches; las negras, a
las que cazaban por el día y las marrones, a las que sólo cazaban en determinadas
fechas. Su forma de desplazarse dependía de la prisa que tuviesen. Cuando iban pa-
seando utilizaban sólo dos piernas, dejando la tercera ligeramente en el aire a escasos
centímetros del suelo. Si querían correr, apoyaban las tres piernas y con la del medio
se impulsaban, dando grandes saltos.
Una vez concluida la observación, los astronautas se fueron a la zona norte del
planeta y allí se encontraron con otros habitantes muy diferentes a los anteriores.
Estos eran altos y delgados y tenían sólo una pierna, aunque cuatro brazos. Eran muy
pacíficos y vegetarianos. Se dedicaban a disfrutar del sol y del aire libre. Socialmente
se dividían en dos grupos: los cultivadores de flores y los carpinteros encargados de
hacer las viviendas y muebles.
Su comida preferida eran las flores que diferenciaban por su forma. Por la mañana
comían las de grandes pétalos y por la tarde las de formas redondas.
Eran gente muy tranquila que no solían tener nunca prisa y que se pasaban mu-
cho tiempo conversando. Su principal entretenimiento era hacer bonitas figuras con
barro y flores. Con dos de sus brazos amasaban el barro, con otro brazo colocaban
las flores y el cuarto brazo lo dedicaban a espantar los insectos que no paraban de
acercarse a las flores.
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