El Madrigal
El Madrigal
El Madrigal
El madrigal es uno de los tipos de composición que tuvieron especial auge en el renacimiento
durante el siglo XVI. Este tomó el nombre de otro tipo de obra que había surgido en el siglo XIV,
llamada también madrigal, que no era un tipo de pieza musical sino un estilo de poesía, pero
que no guarda relación directa con este. Es caracterizado por ser música profana polifónica de
entre 2 a 6 voces, con letras mayormente en italiano y con gran contenido poético y popular.
Aunque fueron en un principio música hecha en Italia, los compositores eran flamencos, y
tomaron gran parte de su inspiración de la chanson francesa. El madrigal fue el producto de la
convergencia de varias líneas de desarrollo artístico: la literatura francesa, la música flamenca y
la influencia italiana en la que se desarrolló dichas uniones; haciendo que no sea de extrañar el
hecho de que el madrigal se expandiera por toda Europa.
En el siglo XV, los géneros precursores del madrigal fueron la fróttola, especie de canción
popular en ritmo vulgar; el strambotto, la villotta, la villanilla, la canzona, los cantos
carnavalescos y las laudes espirituales, todos de carácter popular y de sencilla polifonía.
Los primeros madrigales italianos poseían una forma compuesta de estrofas, siendo estas
generalmente dos o tres. A su vez, estas solían estar comprendidas por tres versos y un
estribillo. El contenido melódico del estribillo era similar cada vez que este aparecía en la
composición, por el contrario, los versos variaban melódicamente del estribillo, dando así una
estructura diversa y novedosa para la época. Sin embargo, la forma del madrigal era flexible y
no estaba sujeta a una estructura rígida, más bien se trató de un campo en el que los
compositores se tomaron la libertad de experimentar con la forma, las técnicas de composición
y las texturas, creando así un amplio conjunto clasificado bajo este nombre.
Para la segunda mitad del siglo XVI, el estilo de los madrigalistas flamencos se refinó aún más,
lo que atrajo a un gran número de compositores italianos, aumentando así el número de
madrigales compuestos para la época. Un poco más tarde, en 1588, el madrigal tuvo un auge
en Inglaterra, hecho que coincidió con la producción de las grandes obras teatrales de William
Shakespeare. Y también en Alemania, cuya escena musical se encontraba dominada por dos
compositores flamencos, Heinrich Isaac y Orlando di Lasso, quienes gracias a sus propias
composiciones de madrigales dieron pie para que compositores de generaciones posteriores
como Ludwig Senfl y Hans Leo Hassler iniciaran el lied alemán.
Los compositores de estas últimas épocas del auge del madrigal hicieron uso extendido del
recurso musical llamado “madrigalismo”, un esbozo de la música programática, en el que se
buscaba expresar por medio de los sonidos lo que el texto estaba diciendo. Siendo por ejemplo
la muerte o la oscuridad representadas por notas largas, graves y lentas, mientras que por otro
lado, las estrellas o la risa, eran representadas por notas agudas, de sucesión rápida. Cabe
destacar una de las contribuciones hechas por el compositor tardío italiano Claudio
Monteverdi, quien incorporó el bajo continuo al madrigal.
Características del madrigal
La mayoría fueron escritos para voz, sin embargo, compositores tardíos lo acompañaban con
líneas instrumentales simples o bajo continuo.
Tenía una forma A B A C, en la que se repetía un estribillo que alternaba con distintos versos.
La mayoría de los madrigales fueron escritos solo para voz, pero hay una porción de ellos que
incluyó instrumentos que la acompañaban, generalmente imitando el movimiento melódico de
esta. Asimismo, es importante destacar que no solamente era polifónico, sino que también era
contrapuntístico, es decir, que las voces tenían melodías independientes que se acompañaban
entre sí.
El tema favorito para el texto de los madrigales era el amor, en la música era esencial permitir
que el texto se entendiera fácilmente, y por otra parte, resaltar todas las cualidades
emocionales expresadas por las palabras, destacando cualquier elemento dramático que
pueda haber en ellas.
Entre los compositores más importantes de madrigales podemos encontrar nombres muy
destacados del renacimiento y principios del barroco como Philippe Verdelot, Adrian Willaert,
Orlando di Lasso, Andrea Gabrielli, Carlo Gesualdo, Giovanni Perluigi da Palestrina, William
Byrd y Claudio Monteverdi.