Arancel Del Art. 32
Arancel Del Art. 32
Arancel Del Art. 32
La ley 27.170, además de actualizar el arancel de verificación de créditos de los arts. 32/200 LCQ,
estableció que el mismo debe ser abonado por todos los acreedores –a excepción de los laborales-
, sean estos tempestivos, incidentales o tardíos.
La reforma implica que aquellos acreedores que promuevan incidentes, sean estos de revisión o
de verificación tardía, también deben abonar el correspondiente arancel, sin distinguir si se trata
de un incidente de revisión por un acreedor que ya abonó el arancel en forma tempestiva.
Bien sabido es que el arancel tiene como finalidad paliar los efectos de la labor sindical mediante
una suerte de reintegro anticipado de gastos (“Felici Nicolás s/quiebra”. CNCom, Sala C, 13/09/02).
Y como indica la propia norma, dicha suma es afectada por el síndico a los gastos que le demande
el proceso de verificación y confección de los informes, tanto en la etapa tempestiva como al
momento de dictaminar en los términos del art. 56 LCQ en los incidentes de revisión y en los de
verificación tardía.
Cuando el legislador quiso establecer una excepción, lo hizo únicamente con los créditos de
naturaleza laboral y no con los incidentes de revisión, no correspondiendo distinguir donde el
legislador no lo hace.
Es por ello que resulta improcedente la falta de pago del arancel con la mera invocación de haber
abonado el mismo en la oportunidad de insinuar el crédito en forma tempestiva, como suelen
hacerlo muchos incidentistas.
Para el caso que el Juez rechace la intimación de pago del arancel, el síndico puede apelar dicha
resolución.
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En caso que el Juez deniegue el recurso de apelación interpuesto por la sindicatura por resultar
inferior el monto del arancel al necesario para la audibilidad de la apelación establecido en el Cpr.
242, último párrafo, el síndico puede interponer recurso de reposición contra dicha resolución.
Tal como establece el art. 32 LCQ, el destino del arancel es atender los gastos que demande el
proceso de verificación y confección de los informes, quedando el remanente como “suma a
cuenta de honorarios”.
De ello se desprende que la naturaleza del arancel es la misma que los honorarios, resultando
alimentarios y por ende excluidos del monto de inapelabilidad establecido por el art. 242 CPCCN,
siendo por ende aplicable la doctrina plenaria dictada in re “Alpargatas c.Quilquillen” según la cual
prevalece la regla del art. 244 ap. 2 CPCCN en cuanto dispone que “toda regulación de honorarios
será apelable” sobre el límite pecuniario de apelabilidad que establece el art. 242, pto. 3, ap. 2
CPCCN (CNCom en pleno, 13/12/99).
En consecuencia, el Juez debe revocar por contrario imperio la decisión recurrida, concediendo el
recurso de apelación interpuesto por la sindicatura.