Alimentación para Personas Mayores
Alimentación para Personas Mayores
Alimentación para Personas Mayores
Todos los grupos de alimentos: cereales, leguminosas y verduras harinosas, frutas y vegetales,
proteínas y grasas saludables.
Incluir vegetales de color verde y acompañar las comidas de frescos de frutas naturales como
mora, cas, limón, naranja. Los frescos elaborados con frutas ácidas pueden ser mejor aceptados si
se preparan hervidas con arroz o mezclados con el agua de la linaza hervida y colada.
Preparar carnes suaves, cortadas en trocitos o molidas, con salsa o como parte de otros platillos
(pastas, arroces, picadillos, estofados, sopas). Si a la persona por motivos diversos se le dificulta
consumirlas, debe de licuarlas y agregarla a los otros platillos.
La fibra: Es muy importante si hay una evacuación de la materia fecal menos eficiente debido a
que los movimientos del intestino son más lentos.
Alimentos fuentes de vitamina C: Las funciones del sistema inmune disminuyen con la edad,
resultando en menor capacidad para combatir las infecciones, provocando un aumento de sus
necesidades nutricionales.
¿Cuáles alimentos debemos evitar en la dieta de un adulto mayor?
Se debe evitar que consuma alimentos altos en azúcares y carbohidratos simples, alimentos
grasosos o irritantes.
Se puede producir una menor cantidad de lactasa, lo que origina intolerancia a la leche y los
lácteos.
Recomendaciones de Micronutrientes
Recomendaciones de Vitaminas
Una ingesta adecuada de vitaminas es uno de los pilares fundamentales en una alimentación
saludable. Existen estudios epidemiológicos que demuestran la importancia de la ingesta de
vitaminas antioxidantes como vitamina E, vitamina C y beta caroteno en la prevención de
enfermedades cardiovasculares, cáncer y cataratas.
o Vitamina D
La vitamina D es un nutriente esencial en la regulación de los niveles de calcio y fósforo
sérico.
En los adultos mayores es importante asegurar una ingesta adecuada de vitamina debido a
que las causas de deficiencia pueden ser varias. Muchas veces tienen una mínima
exposición a la luz solar, pueden presentar una menor síntesis de vitamina D por la luz
solar, y es frecuente que exista una disminución en la absorción y/o en la hidroxilación de la
vitamina.
Por lo anterior se considera que el adulto mayor es un grupo vulnerable a las deficiencias de
vitamina D. De acuerdo a la información disponible se ha establecido que una ingesta
dietética de 10 a 15 ug/día en los adultos mayores es adecuada en la prevención de la
osteoporosis y en la regulación de la homeostasis del calcio y fósforo.
o Vitamina A
La vitamina A en forma de 11 cis-retinol participa en la transmisión del estímulo luminoso
que da lugar a la visión.
o Vitamina E
La vitamina E es un potente antioxidante, en consecuencia, protege a los lípidos
(fosfolípidos de las membranas y lipoproteínas) del ataque causado por los radicales libres.
En altas dosis podría tener un rol en hacer más lento el desarrollo de la enfermedad de
Alzheimer. Su deficiencia se ha implicado en la génesis de procesos como cataratas,
Alzheimer o Parkinson y a la regulación de procesos inmunes, aunque un déficit no es muy
marcado en adultos mayores incluso con ingesta calórica disminuida se requiere de
suplementos farmacológicos que deben ser indicados por un médico.
o Vitamina C
Es también un potente antioxidante, que por ser hidrosoluble ejerce este rol en un medio
acuoso. Se ha demostrado en estudios de laboratorio que la vitamina C plasmática evita la
oxidación de las liproteínas LDL y que el ácido ascórbico potencia la acción del tocoferol en
la prevención de lesiones ateroscleróticas.
Existen evidencias epidemiológicas que muestran una asociación inversa entre la ingesta
de vitamina C y enfermedades cardiovasculares. Estos antecedentes se podrían explicar
por su rol antioxidante y por estar involucrada en el metabolismo del colesterol, síntesis de
prostaciclinas y en la mantención del tejido epitelial. Por otra parte, algunos estudios
muestran que niveles sanguíneos altos de vitamina C, se asocian a una menor prevalencia
de catarata senil, lo que también se podría explicar por su rol antioxidante. Las
recomendaciones de vitamina C para el adulto mayor es de 60 mg/día, lo cual constituye
una ingesta adecuada.
o Ácido Fólico
El Ácido fólico tiene gran importancia en el mantenimiento del organismo, especialmente en
la función cognitiva, esta también involucrada en patogénesis y/o manejo de la depresión y
trastornos neuropsiquiátricos del adulto mayor.
La presencia de anemia macrocítica y los niveles de folato sérico se han utilizado como
indicadores de deficiencia de folato y los que han permitido establecer la ingesta
recomendada de este nutriente. Recientemente, ha surgido un nuevo indicador de estado
nutricional de folato, el cual está siendo ampliamente usado y que es el nivel de homo
cisteína. Se sugiere como ingesta adecuada de ácido fólico 400 ug/día.
Recomendaciones de Minerales
o Calcio
La salud ósea de los adultos mayores está en gran parte condicionada por lo que pase en la
etapa de la niñez, adolescencia, y de adulto joven. El envejecimiento se acompaña de una
pérdida progresiva de minerales y de sustancia ósea, que lleva a un aumento de riesgo de
fractura.
En el caso del calcio, como en otros minerales los niveles plasmáticos no proporcionan una
buena indicación del estado nutricional. La densidad ósea mide mejor del estado mineral de
los huesos, pero debido a la gran variabilidad en ingesta entre personas con densidad
normal, no es posible establecer un valor crítico de ingesta para definir recomendaciones.
o Magnesio
El magnesio participa en procesos bioquímicos y fisiológicos que afectan al metabolismo
energético y la transmisión nerviosa. Alrededor del 60% del magnesio corporal se encuentra
en el hueso. Actualmente no existe información sobre la absorción de magnesio en las
personas mayores, aunque no hay razones para creer que la absorción esté seriamente
deteriorada. Las recomendaciones del ministerio de salud son 224mg para varones y 190
mg/día para mujeres.
o Hierro
La absorción de hierro está influida por las necesidades corporales, las reservas del
organismo, el pH gástrico y los alimentos ingeridos. En un adulto sano, de edad avanzada,
con reservas apropiadas de hierro se necesita una ingesta adecuada, para reemplazar las
pérdidas obligatorias de hierro.
o Zinc
El zinc es necesario para la función de múltiples sistemas enzimáticos, relacionados con
síntesis proteica y de ácidos nucleicos. Por lo tanto, es esencial para el crecimiento y
reparación celular. El zinc desempeña un papel clave en funciones del organismo.
Importante para los adultos mayores, por ejemplo, en la cicatrización de las heridas, la
agudeza gustativa y la función inmunitaria. La biodisponibilidad del zinc es un factor de gran
importancia para establecer recomendaciones de ingesta.
o Agua
El agua es el constituyente más abundante del cuerpo humano, alrededor del 60% del peso
corporal en los adultos jóvenes y desciende hasta aproximadamente el 50% en los adultos
de edad avanzada. Puesto que el cuerpo no puede almacenar agua, este líquido debe
consumirse diariamente.
El recambio normal diario de agua corporal se estima en un 4% del peso corporal, lo cual
sugiere que la ingesta debe ser semejante. La cantidad de agua que se debe calcular para
el adulto mayor es de 1000ml por cada 1000 calorías.
Considerando que las personas mayores son las vulnerables a la deshidratación como
resultado de la menor función renal, es preciso reforzar la recomendación de incrementar la
ingesta de líquidos entre 1500 a 1800 ml/día, a menos que este contraindicado en cuadros
renales o cardiacos.