Clase 2. Prácticas de Lectura Compartida, "Pensar Juntos" Sobre Los Mundos Sociales Representados en Los Textos
Clase 2. Prácticas de Lectura Compartida, "Pensar Juntos" Sobre Los Mundos Sociales Representados en Los Textos
Clase 2. Prácticas de Lectura Compartida, "Pensar Juntos" Sobre Los Mundos Sociales Representados en Los Textos
Introducción
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Presentación del proyecto de enseñanza
En la clase anterior, presentamos situaciones áulicas realizadas en las primeras dos clases de un
proyecto de enseñanza sobre diferentes explicaciones de la catástrofe demográfica de la población
originaria de América a partir de la conquista, desarrollado en un 7° grado de una escuela de la
Ciudad de Buenos Aires por el maestro Gonzalo Vázquez. Retomamos aquí su descripción.
En ellas se lee y se comenta un fragmento del libro La Conquista de América, el problema del otro,
de T. Todorov (2003), y se trabaja de manera sostenida en la lectura compartida del texto Los
vencidos, de Lucas Luchilo (clases 1 y 2).
Posteriormente, el maestro propone una lectura exhaustiva –que se realiza durante las clases 3 y 4–
de La propagación de las enfermedades. Se trata de un texto elaborado por el equipo de
investigación con el propósito de desplegar una trama explicativa más elaborada –a la cual nos
aproximamos en el estudio de la problemática histórica y que no encontramos en textos apropiados
para el nivel primario–. Luego de las siguientes referencias al conjunto de los textos y situaciones
realizadas en el aula, presentaremos La propagación de las enfermedades y lo caracterizaremos en
detalle.
- El comienzo del sufrimiento, seleccionado por el maestro, del libro de Luchilo citado en la
clase anterior: La Argentina antes de la Argentina, Altea (2002). Aquí el autor no aborda la
problemática eje del proyecto sino que despliega el contexto de la conquista desde el punto
de vista de los actores sociales involucrados. El texto resultó muy impactante para los y las
alumnas por la crudeza de la narración sobre las condiciones a las que estaban sometidos los
indígenas (clase 2).
- El impacto de la conquista –Ciencias Sociales 8, Puerto de Palos, 2001– que presenta una
perspectiva biologicista sobre las enfermedades como causa de la caída poblacional: las
denomina “causas biológicas” (clase 4).
- Finalmente, una selección de textos de la colección “La otra historia” –R. Boixados y M. A.
Palermo, Editorial El Quirquincho, 1997– centrada en los procesos de resistencia de distintos
pueblos originarios durante la conquista y la colonización (clase 7). La selección fue realizada
por el maestro para cerrar el proyecto haciendo foco en las rebeliones y resistencias, con la
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intención de contrarrestar y matizar la representación de los indígenas como “Los vencidos”
(Aisenberg, Lerner et. al., 2009).
En articulación con los textos leídos, el maestro propone una producción escrita sobre la temática
global del proyecto que se desarrolla a lo largo de varias clases (4, 5 y 6). La escritura se realiza en
pequeños grupos y se articula con relecturas e intervenciones diversas del maestro: intercambios en
su recorrida por los grupos, revisiones escritas entre clases y explicaciones para todo el grado sobre
la temática en función de los avances y problemas que releva en las producciones escritas.
(Aisenberg, Lerner et. al., 2009).
3
millones de indígenas.
Sin embargo, a pesar de que existe acuerdo entre muchos especialistas sobre la
relevancia de las enfermedades, no todos explican del mismo modo por qué
arrasaron con un número tan elevado de vidas y produjeron una brusca
disminución de la población nativa.
Por lo tanto, según estos historiadores, las enfermedades introducidas por los
españoles se convirtieron en terribles epidemias porque la mala alimentación,
las duras condiciones de trabajo y la pérdida del entusiasmo vital habían dejado
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a la población aborigen en un estado general muy deteriorado. Esto es lo que el
historiador Rafael Mellafe (1965) denomina complejo trabajo-dieta-epidemia
que demuestra una terrible efectividad: la catástrofe demográfica producida en
América por la llegada de los europeos es la mayor ocurrida jamás.
Bibliografía:
*La conquista de América fue un largo proceso que se desarrolló durante el siglo XVI y
parte del siglo XVII, de acuerdo con la periodización realizada por el historiador Sánchez
Albornoz, en su libro La población de América Latina. Desde los tiempos precolombinos
al año 2000, publicado en el año 1977.
¿Qué piensan sobre el texto? ¿Cómo caracterizarían el tema que desarrollan las
autoras? ¿Qué similitudes y diferencias encuentran entre este texto y Los vencidos
de Lucas Luchilo?
En La propagación de las enfermedades las autoras desarrollan una trama explicativa más elaborada
que la presentada por Luchilo en Los vencidos: vinculan explícitamente la propagación de las
enfermedades con las condiciones sociales, políticas y económicas generadas por la conquista,
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articulando así factores biológicos y sociales, tal como son presentados en diversas producciones
académicas citadas en el texto. Por otra parte, las autoras aluden a la existencia de diferentes
explicaciones –un rasgo relevante del conocimiento histórico–, en relación con lo cual citan a
diferentes historiadores e incluso a un testigo cercano a los hechos.
En las situaciones de aula analizadas en la primera clase del módulo, observamos el profundo
involucramiento intelectual y afectivo de las y los estudiantes en relación con el estudio de la
problemática. Notamos los avances en la construcción de explicaciones desde sus ideas iniciales
sobre las matanzas como causa principal de la catástrofe demográfica hacia el reconocimiento de
una diversidad de factores y, en particular, del peso de las enfermedades.
Los intercambios y las lecturas sostenidas promovieron reflexiones, preguntas y relaciones que dan
cuenta de una reconstrucción de la situación histórica “más allá” de la información que presenta el
texto de Luchilo. En el curso de la clase, las y los estudiantes comienzan a elaborar una trama
explicativa que va articulando algunos factores no vinculados de modo expreso en el texto leído.
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Esta trama no incluye relaciones entre las enfermedades y otros desencadenantes, relaciones que
tampoco se despliegan en el planteo del autor. Sin embargo, las y los alumnos se plantean
problemas y elaboran preguntas que dan cuenta de que la explicación meramente biológica de la
propagación de las enfermedades les resulta inconsistente.
Veamos qué ocurre en la lectura del nuevo texto que presenta diversas explicaciones sobre la
catástrofe demográfica y desarrolla articulaciones entre las enfermedades y otros factores.
En el aula…
El maestro presenta el texto señalando que este profundiza sobre el papel de las enfermedades
como factor del descenso de la población aborigen y agrega: “[…] sería bueno que ustedes
pudieran rastrear en el texto qué es lo que nos aporta a todo lo que venimos charlando”. Propone al
grupo leer en silencio. Cuando las y los alumnos van terminando, los invita a conversar sobre el
texto con sus compañeros cercanos.
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grupito, cuyos integrantes comentan el texto inmediatamente después de haberlo leído:
Oriana: ¿Ya está? Tenemos que hablar sobre el texto. Bueno, ¿qué les pareció el
texto?
Agustín: Que habla sobre cómo se murieron… cómo iba bajando la población
indígena…
Agustín: Claro, por las duras condiciones que soportaban, por los trabajos que les
hacían hacer, por las enfermedades…
Lola: No, es que algunos decían… que… se morían por lo biológico, o qué sé yo,
por las enfermedades.
Lola: Y era mentira, porque se murieron también por las condiciones de trabajo…
[...]
Oriana: Sí, según el texto lo más importante que causó fue las enfermedades.
Oriana: No, no solo por eso, pero fue lo más importante: es lo que dice acá.
Hasta aquí, pueden apreciarse algunas diferencias en lo que parecen entender los chicos y chicas
que participan en esta conversación: en tanto que Oriana insiste en subrayar lo que ya sabía –la
importancia de las enfermedades como factor aislado–, Agustín comienza a yuxtaponer (todavía sin
relacionarlas) las condiciones económicas y las enfermedades. Lola –quien señala que las
enfermedades no eran el único factor en juego, pero no explicita cómo se relaciona con los otros–
es sensible a la existencia en el texto de diferentes voces (“algunos decían…”), aunque todavía no
está claro si las considera como portadoras de diferentes explicaciones. El intercambio continúa así:
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Lola: No, en realidad, esas enfermedades… se morían por las enfermedades
porque no estaban en buenas condiciones: como que las enfermedades les
afectaban, pero más en ese estado.
Agustín: Psicológicamente.
Agustín: Lejos.
Lola: Decían que se murieron por enfermedades y que… pero decían que se
murieron por enfermedades biológicas, pero no nada más por eso. O sea, había
una persona acá que decía que no solo se murieron por las enfermedades [...] sino
porque las condiciones en que estaban les hacían recibir esas enfermedades peor
todavía, o sea: no los alimentaban bien...
Joaquín: Claro, los hacían trabajar mucho y las enfermedades, así, es como que…
Oriana: Claro, los llevaban más rápido a la muerte. Los explotaban, no les daban de
comer o trabajaban mucho ¡y encima estaban enfermos…!
Lola: Es distinto que [no se entiende] una enfermedad que a una persona que está
mal, así…
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Lola: Claro, o sea: no los alimentaban y, encima, por razones que tenían que ver
con lo psicológico, entonces esas enfermedades las recibían como… ya estaban
deteriorados.
Nota: El signo de interrogación (?) al final de algunos de los nombres indica que se estima que se
trata del alumno en cuestión.
No hay duda ya de que Lola ha reconstruido los aportes fundamentales del nuevo texto. En efecto,
ella distingue dos explicaciones: la de los que “decían que se murieron por enfermedades
biológicas” y la de “una persona acá que decía que no solo se murieron por las enfermedades [...]
sino porque las condiciones en que estaban les hacían recibir esas enfermedades peor todavía”. Al
distinguirlas y enunciarlas, pone en evidencia al mismo tiempo su comprensión del entramado de
factores que explica la propagación de las enfermedades. Sus compañeros, que aún no reconocen
que el texto presenta diferentes explicaciones, han realizado aproximaciones diferentes: aunque
Agustín recuerda más de una vez el componente biológico (“no tenían defensas”) y enuncia factores
yuxtaponiéndolos más que entrelazándolos, parece comprender las afirmaciones de Lola mejor que
Oriana, para quien las enfermedades siguen siendo un factor independiente. También Joaquín
enumera diferentes desencadenantes, en su relato vívido de la situación histórica (“no come,
trabaja todo el tiempo, lleva cosas pesadas”).
Marco: Sí…
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Lucía: También dice que, en parte, como hay en Centroamérica, había como
muchos territorios pantanosos que ayudaron a…
La primera lectura del texto ha permitido también a estos chicos aproximarse a comprender que las
enfermedades no son independientes de otros factores: las relacionan, por una parte, con aspectos
psicológicos –vinculados a su vez con las carencias sufridas, con la explotación– y, por otra parte,
con las condiciones del medio natural que habitaban los aborígenes. El papel de la interacción entre
pares se hace notar en este caso: es Lucía quien introduce estas interrelaciones –las ha
comprendido al leer por primera vez el texto– y Marco, que al comienzo se limitaba a enumerar
factores, parece comprenderlas y asumirlas apenas son enunciadas por su compañera. La sintonía
entre ellos vuelve a evidenciarse cuando, al final del fragmento citado, refutan la idea de que “la
epidemia vino de la nada” y argumentan al unísono apoyándose en la relación entre las
enfermedades y las condiciones de vida a las que estaban sometidos los aborígenes.
Si bien no hay indicios claros de que los integrantes de este grupo registren la existencia de distintas
explicaciones, cabe señalar que Marco, inmediatamente después de establecer una relación entre el
cansancio de los aborígenes y las enfermedades (“entonces se enfermaban más rápido”), introduce
la voz de un autor citado en el texto según el cual las epidemias no son solo un fenómeno natural.
Es un avance interesante: comienza a concebir diferentes maneras de pensar la cuestión.
Por último, citaremos a un grupo cuyas integrantes –Clara y Sibila– no encuentran ninguna
diferencia entre el texto que acaban de leer y el leído anteriormente. Este es el diálogo que se
produce cuando el maestro se acerca a ellas:
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Docente: ¿Qué fue lo que pensaron?
A2: Que pareció que hayan, eh, que hayan muerto por enfermedades, y creían que
los habían muerto porque los habían matado. Yo creo que las enfermedades
también fueron por no matarlos, pero no a propósito sino… [no se entiende].
A1: Que los indígenas no tenían defensas biológicas… [hay mucho bullicio]...
inmunológicas.
A2: Si las enfermedades que había en América, es como que los que vinieron a
América [trajeron] distintas enfermedades de España y no tenían anticuerpos.
Docente: Y de este texto, porque esto es más o menos lo que habíamos charlado
nosotros. De este texto con respecto a eso ¿encontraron algo más, algo que sume
a esta situación?
Clara y Sibila no avanzan respecto de lo ya aprendido a partir de la lectura del texto de Luchilo: se
centran en las enfermedades, considerándolas como factor aislado, y hacen referencia a algunas
discusiones de las clases anteriores (el peso relativo de las matanzas y la intencionalidad de los
conquistadores en la transmisión de enfermedades). A pesar de los intentos realizados por el
maestro –cuyas preguntas sugieren que ellas deberían haber encontrado en el texto algo nuevo con
respecto a lo que ya sabían acerca de las enfermedades–, ellas continúan atribuyendo la
propagación de las enfermedades únicamente a la ausencia de defensas biológicas.
Los intercambios citados constituyen una muestra evidente de la diversidad de interpretaciones que
aparecen en un grado cuando se lee un texto. En tanto que algunos estudiantes lograron reconstruir
los aspectos esenciales a los que se apuntaba al introducir el nuevo texto, otras/os detectaron
algunas novedades pero sin llegar a comprender la relación entre las enfermedades y las
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condiciones sociales en que vivían los aborígenes ni a intuir la existencia de distintas explicaciones, y
otros asimilaron completamente el texto nuevo a lo ya sabido, sin reconocer sus aportes.
Los diálogos registrados en las situaciones de intercambio en pequeños grupos permiten, por otro
lado, pensar que la inmersión previa en el tema permitió a los y las alumnas abordar un texto difícil,
que muchos de ellos y ellas pudieron captar algunas de las ideas centrales expresadas por las
autoras y aproximarse a la elaboración de una explicación más adecuada para dar cuenta de la
complejidad de la situación histórica estudiada. De todos modos, habrá que seguir trabajando para
lograr que circulen en la clase los conocimientos que algunos alumnos y alumnas pudieron elaborar
a partir de la primera interacción con el texto y con sus compañeros y compañeras.
Agustín: Por ejemplo, acá dice que además de las enfermedades, que no podían
combatirlas porque no tenían… eh, los anticuerpos, se morían por causas que…
Por ejemplo, los hacían trabajar… muy duramente, … no les daban bien de comer
y los obligaban a trabajar, y se morían también por cuestiones psicológicas…
Marco: Se suicidaban.
Agustín: Por guerras, se suicidaban y… después… sí, eso, más o menos, dice…
Lola: También hablamos de lo que estaba diciendo Agustín […] Después había una
persona que opinaba que era todo una cuestión de… como de… biológica, que…
bueno, ellos traían enfermedades y los demás se enfermaban porque… decían…
cómo era… eh, que ellos [los indígenas], los hacían trabajar y todo, estaban mal,
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ellos, y, más las enfermedades, tenían… no los alimentaban bien y los explotaban
muchísimo y, más las enfermedades… Era como que las recibían en un estado…
no el común, sino… estaban como deteriorados y esas enfermedades les hacían
peor, entonces se enfermaban más fácil y se morían más fácil también.
Maestro: A ver, un momento, esta idea que está diciendo Lola, ¿la escucharon
todos? ¿Que ellos recibían las enfermedades como en un estado deteriorado por
las condiciones de trabajo, por todo lo que estaban diciendo?
La intervención de Lola, retomada –y valorizada– por el maestro, será el punto de partida de nuevas
reflexiones que permitirán difundir en la clase la reconstrucción del entramado causal. Como ya lo
había hecho en su grupito, ella hace notar que en el texto se mencionan opiniones de personas
(posiciones de historiadores) y explicita relaciones entre enfermedades y condiciones de vida,
aproximándose a la consideración del carácter social de las enfermedades. Poco después, la
conversación avanza de este modo:
Lola: Se morían por las enfermedades por cómo ellos recibían las enfermedades.
Agustín: Lo más importante eran las enfermedades, pero también… era también
cómo las recibían, las enfermedades. […]
Oriana: Era diferente que un hombre lo reciba así re-sano y en cambio que lo
reciba en malas cond…, eh, que lo reciba trabajando muchas horas, eh,
desgastado, sin ganas de vivir, así… mal alimentado.
Agustín: Claro, Lola recién dijo, cuando estábamos charlando, Lola dio un ejemplo:
que si Oriana recibe una enfermedad la va a recibir diferente que un indígena que
está trabajando duramente en las minas y que no se alimenta bien y todo eso.
Agustín –que en el pequeño grupo parecía comprender a Lola, pero seguía yuxtaponiendo factores–
comienza a apropiarse de los argumentos de su compañera y reutiliza un ejemplo que ella había dado
antes para esclarecer la cuestión. A partir de los señalamientos de Lola y Agustín, Oriana se une a los
que señalan el origen social de la propagación de las enfermedades.
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La discusión sobre la interrelación entre factores continúa y algunos alumnos comienzan a tomar
conciencia de la existencia de diferentes explicaciones. Por ejemplo, Joaquín, después de enumerar
factores haciendo énfasis en las condiciones de trabajo, la escasa alimentación y la angustia
generada por todo esto, señala:
Joaquín: Sí, pero acá te dice por enfermedades… en el otro texto también te decía
que se morían mayormente por las enfermedades, pero lo que te quiere decir acá,
es justamente que no… no era por las enfermedades, o sea: que era por las
enfermedades, pero…
Lola: Dentro de las enfermedades también es como que se dividían: se morían por
las enfermedades o por cómo ellos recibían las enfermedades.
Aunque aún no la exprese claramente, Joaquín intuye la diferencia entre la explicación centrada en
lo biológico y la que incluye el carácter social de las enfermedades. Su señalamiento es el primero
referido a la cuestión: el maestro no ha hecho todavía ninguna pregunta acerca de la diferencia
entre explicaciones y ningún chico la ha mencionado en la puesta en común. La reflexión de Joaquín
se produce inmediatamente después de que el docente, con la intención de profundizar la
comprensión acerca del entramado multicausal, llama la atención de los chicos y chicas sobre el
fragmento del texto en el que se cita a Todorov –“en lo que habla el especialista”, dice Lucía para
identificar esa parte– y luego, lo relee. Se trata del fragmento que comienza: “También otros
autores explican que…”. Quizá esta mención de los historiadores, explícita en el texto y resaltada
por el maestro y por una compañera, haya contribuido a suscitar la reflexión de Joaquín. Además, él
opone lo sostenido en el texto que se está discutiendo (“acá te dice”, “lo que te quiere decir acá”) y
lo señalado en el leído anteriormente (“en el otro texto también te decía…”), oposición que será
profundizada poco después por Lola:
Lola: ¿Pero todo esto en el primer texto lo incluirían nada más en las
enfermedades? Viste que decía, por ejemplo, que muchos los mataron, otros… y
ahí decía, pero principalmente por las enfermedades.
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Docente: ¿Y vos qué preguntas? ¿Si todas estas cosas las incluiría…?
Lola: Todo esto… ¿Todo esto sería las enfermedades, en el primer párrafo… [se
corrige] …el primer texto? [Se refiere a Los vencidos]
Docente: Bueno, lo podemos pensar eso, ¿no? Podemos ver después cuál sería la
relación entre este texto, cómo lo explica, y cómo lo explica el otro texto.
Lola: Si no, es como que, como que mentían, porque decían “enfermedades” y… el
otro texto como que… y en realidad no era así. No sé cómo decirlo, pero… decían
las enfermedades porque era como lo que mejor quedaba… Era… como las
enfermedades ellos no lo hacían a propósito, bueno, estaban enfermos y los
contagiaban… Pero en realidad no eran las enfermedades.
Docente: A ver, quiero que volvamos a esto que está diciendo Lola, con esta
pregunta de si era a propósito, si los españoles tenían la intención de traer las
enfermedades, si tuvieron la culpa… ¿Qué les parece que este texto nos aclara
sobre esa situación?...
Marco: Que decía eso, que no fue un fenómeno natural lo de las epidemias, pero...
Las observaciones de Lola constituyen una verdadera interpelación al texto de Luchilo, a quien
parece atribuir la intención de ocultar la estrecha vinculación entre enfermedades y condiciones
sociales para disimular la responsabilidad de los conquistadores en la propagación de
enfermedades. Lola va más allá de lo señalado por Joaquín, ya que no solo marca la diferencia entre
lo que dicen los textos, sino que hipotetiza sobre las intenciones de uno de los autores (recordemos
que durante el intercambio en el pequeño grupo Lola ya había dicho: “Algunos decían que se
morían […] por las enfermedades. Y era mentira, porque se murieron también por las condiciones
de trabajo”). En ambos casos, la posibilidad de leer dos textos sucesivos y de compararlos parece
haber sido decisiva para posibilitar la reflexión sobre las diferentes explicaciones antes de que el
maestro la planteara.
Las interacciones con el docente y entre los niños y niñas posibilitan así, a lo largo de la puesta en
común, que sean cada vez más los estudiantes que reconstruyen el entramado de factores al que se
apunta, que este se constituya en objeto de reflexión para todas/os –aunque las interrelaciones
establecidas no sean siempre ajustadas a la situación histórica estudiada– y que algunas/os
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alumnas/os comiencen a reflexionar por iniciativa propia sobre la existencia de diferentes posturas.
Analizaremos, a continuación, lo que sucede cuando el maestro propone explícitamente esta
reflexión.
Marco: Que había menos número de los nacimientos, por las enfermedades, no sé,
¿no era eso?
Estos niños y niñas piensan que el maestro está reiterando la consigna de la clase anterior, dado que
no reconocen el nuevo nivel de análisis propuesto. Pareciera que la existencia de distintas
reconstrucciones de un proceso histórico no es consistente con sus marcos interpretativos,
específicamente, con sus representaciones sobre la historia. En su recorrida por los grupos, el
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docente constata que se encuentra frente a un problema generalizado. Retoma entonces el trabajo
colectivo que inicia leyendo y explicando los tres primeros párrafos del texto, y haciendo
acotaciones para remarcar la presencia de voces de diferentes especialistas:
Docente: Fíjense que ahí dice: “Sin embargo […], no todos explican del mismo
modo por qué [las enfermedades] arrasaron con un número tan elevado de vidas
y produjeron una brusca disminución de la población nativa.” Acá es donde quiero
que pongamos el acento hoy. Dice “no todos explican del mismo modo” cómo
esas enfermedades hicieron para terminar con la vida de tantos indígenas. […]
Entonces, …quiero que ustedes, al leer el texto, busquen cómo se explica esto,
porque hay distintas formas de explicarlo, ¿se entiende ahora un poco más hacia
dónde apunta la pregunta? [pausa] Fíjense, a partir de acá, en la lectura, si
encuentran diferencias entre la forma en que lo explican… sobre todo los que
hablan sobre esto, que son los historiadores, los especialistas, ¿sí?, ...cómo
explican este papel que jugaron las enfermedades. ¿Se entiende un poco más,
ahí, la consigna?
El maestro remarca así aspectos hasta ahora ignorados del texto que remiten al nivel de análisis que
busca instaurar.
¿Contribuyó esta intervención para que los alumnos y las alumnas avanzaran en la
diferenciación entre posturas?
Los datos que pudimos registrar durante la lectura que sigue a la especificación de la consigna son
heterogéneos. Algunos grupos continúan centrados en la reconstrucción del entramado de factores
que explican la propagación de las enfermedades. Otras/os avanzan en la conceptualización de las
diferentes posturas, como Irina y Marisol:
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Irina?: Para mí es como que acá dice, primero, que lo más importante fueron las
enfermedades. La cosa es que hay muchos historiadores y unos [¿dicen?] porque
no tenían barreras inmunes, otro también porque no tenían barreras inmunes y los
españoles los hacían trabajar tanto que ya no… por el esfuerzo del trabajo, porque
no comían y todo eso… Hay diferentes posturas sobre las enfermedades.
Marisol?: Sí, por eso, o sea, algunos piensan que es por una cosa y otros piensan
que es por otra. O sea: todos coinciden en que es por las enfermedades…
Irina?: Pero también tipo existen diferentes modos de explicar por qué las
enfermedades fueron lo central.
Recapitulando, ¿en qué avanzaron los y las alumnas? La relectura del texto ha permitido a todas/os
seguir aprendiendo: para algunas/os, ha sido una oportunidad de avanzar en la comprensión de las
relaciones entre las enfermedades y las condiciones sociales; para otras/os, fue una instancia que
permitió comenzar a diferenciar las explicaciones o de avanzar en su conceptualización.
Al circular en la clase interactuando con los grupitos, el maestro se da cuenta de que muchos
estudiantes siguen sin considerar el análisis de las diferentes posturas y decide centralizar la
discusión. Relee entonces un párrafo del texto en el que se enfatiza tanto la coincidencia como la
discrepancia entre las explicaciones e incita a comentarlo.
Interviene enseguida Marisol, señalando: “Además, es como que cada… historiador, se podría decir,
cada… investigador, no sé, tiene una idea diferente de cómo las enfermedades… Porque unos
dicen que también fueron las enfermedades, pero también estas enfermedades se propagaron
porque no podían comer,... trabajaban mucho… otros dicen que fue además porque no tenían
barreras biológicas…”. Se aproxima así al contenido de las dos explicaciones –en tanto que antes,
en su grupito, solo había marcado la existencia de diferencias y coincidencias (“algunos piensan que
es por una cosa y otros piensan que es por otra. O sea: todos coinciden en que es por las
enfermedades”)–.
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Más tarde, para contribuir a la reconstrucción de las explicaciones, Marco lee a sus compañeras/os
el fragmento del texto referido al complejo “trabajo-dieta-epidemia”, mencionando al historiador
que elabora este concepto. Y el docente retoma la cuestión:
Docente: Quiero que pensemos un poco esta idea que trae este historiador que se
llama Rafael Mellafe, que dice que era a causa de este complejo entre el trabajo,
dieta y epidemia. […] ¿Cómo podríamos pensar una explicación a partir de esto?
Marco: Trabajo, dieta… ¿que qué era eso?, ¿qué significaba? El trabajo, los hacían
trabajar mucho, los explotaban… estaban cansados.
Marco: Dieta, era porque no los alimentaban bien, mala alimentación que tenían, o
sea, no comían. Y epidemia…
Marco: Por todas las enfermedades que tenían y se contagiaban fácil porque eran
vulnerables.
Marisol: Es como lo que dice Agustín, es como que no era nada más uno… No era
nada más uno solo. Era como que el conjunto de todo… el mal trabajo, el no
comer y que ya se estaban propagando las enfermedades, hicieron que muriera
tanta gente […] Es como que eso hizo que fueran más, todo eso, no solo....
Irina: No es que las cosas estaban separadas. En realidad, era todo. Porque dice
“las enfermedades”, pero las enfermedades porque estaban en esas condiciones.
Agustín: Claro. No era tipo por un lado las enfermedades, por otro lado, era que no
comían bien y por otro lado era que trabajaban.
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Los niños y niñas comienzan aludiendo a cada uno de los términos por separado –trabajo, dieta,
epidemia– pero muy pronto los entrelazan. Se evidencia así, a lo largo del diálogo, que todas/os los
participantes están apropiándose de la idea de “complejo”: “el conjunto de todo eso les provocaba
a algunos la muerte” –dice Agustín–, Marisol e Irina adhieren a esta idea, la despliegan y la
enfatizan. En este caso, el esclarecimiento del entramado de factores naturales y sociales y el
reconocimiento de que este es un enfoque que corresponde a la posición de un historiador se
ponen de manifiesto simultáneamente. El avance en la comprensión del entramado de factores
parece ser una condición necesaria para que sea posible diferenciar esta explicación de la que apela
solo a factores biológicos.
Una vez que la explicación multicausal de la propagación de las enfermedades está difundida en la
clase, el maestro pregunta: “¿Les parece que en el texto también aparece otro tipo de explicación
que no tiene en cuenta estas cosas?”. Algunos chicos responden negativamente, como Marco que
afirma: “No, o sea: todos más o menos piensan cosas parecidas, como lo del trabajo, mala
alimentación, y el desgasto [sic] vital…”. Otros hacen un intento de establecer la diferencia, como
Amanda: “Claro, pero hay unos que dicen que las enfermedades es lo principal, pero hay otros que
piensan que el trabajo y la epidemia… es también lo más importante”. Es entonces cuando el
docente incorpora un nuevo texto:
Docente: Les quiero leer una explicación que aparece en un manual de Ciencias
Sociales para 8º año, que es de la Editorial Puerto de Palos. Les quiero leer esta
forma de explicar y quiero que veamos si se parece o no se parece a la forma de
explicar que ustedes estaban diciendo recién. Escuchen lo que dice (lee): “Entre
las causas del descenso poblacional se destacan las biológicas. Los europeos y
los esclavos africanos trajeron enfermedades desconocidas por los americanos,
como la gripe, la viruela, las paperas, la sífilis y el sarampión. La ausencia de
barreras inmunológicas provocó la muerte de decenas de miles de personas en el
lapso de unos pocos años […]”. A ver: esta explicación que yo acabo de leer
recién –y que ustedes… algunos dijeron ‘Ah, esto aparecía en el texto’–, ¿es la
misma forma de explicar que como explicaron recién ustedes cuando leían la
visión de Todorov, la visión de Mellafe…?
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Aunque al principio los chicos y chicas no parecen ver la diferencia, pronto se hace observable:
Irina: O sea, como que no tenían barreras inmunológicas y todo eso. Pero no está
diciendo que aparte era porque estaban cansados, porque... trabajaban mucho…
Irina: Nada más dice como que era porque no… no tenían defensas.
Irina: Que las enfermedades también se propagaron más porque, bueno, estaban
cansados, y… Él explica… sería como una parte, pero no todo.
Marco: Como que otros… piensan que se enfermaban más fácil… por las
condiciones en las que estaban, cansados, que no tenían ganas de vivir… que
estaban mal alimentados…
El docente recapitula “pasando en limpio” las dos explicaciones y cierra la discusión señalando:
Docente: Es distinto suponer que son solamente las cuestiones biológicas las que
determinaron ese gran descenso de la población a, como plantean Todorov y
Mellafe, otras condiciones que también generaron, digamos, que las
enfermedades pudieran expandirse tanto. Me parece interesante ver eso también
en el texto: que hay como diferentes visiones y diferentes posiciones entre la
gente que investiga y escribe sobre esto… y que de hecho hasta el día de hoy
todavía hay diferentes versiones, diferentes posiciones y siguen
contraponiéndose y debatiendo.
De este modo, queda subrayado el carácter polémico del tema en estudio que había sido planteado
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al comenzar la secuencia. En este momento seguramente los alumnos y alumnas pueden
comprender mucho mejor su sentido (Aisenberg, Lerner et. al., 2009).
Más específicamente, analizamos los modos en que las y los estudiantes avanzan, con distintos
ritmos y alcances, en la reconstrucción de un entramado causal complejo desplegado en el texto
para explicar la caída poblacional durante la conquista. También observamos que, progresivamente,
más alumnas/os se aproximan a reconstruir las diferentes explicaciones que distintos historiadores
sostienen acerca de este proceso.
Hemos visto que, desde un comienzo, algunos alumnos y alumnas comprenden las dos cuestiones
en juego, en tanto que otros –la mayoría– se centran en la primera de ellas y solo progresivamente
van aproximándose a reconstruir el conjunto del tema planteado (Aisenberg, Lerner et. al., 2009).
Esto se logra a través del intercambio con las/os compañeras/os, de las sucesivas relecturas del
texto y de la intervención sostenida del maestro, quien busca diferentes modos de acercar a las/os
estudiantes a reflexionar acerca de aspectos vinculados con la naturaleza del conocimiento histórico
–la coexistencia de explicaciones diferentes– muy poco frecuentes en tradiciones escolares basadas
en una visión objetivista de la historia.
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“Muchas veces perdura la idea de que los chicos tienen que leer solos ‘desde el
vamos’ para convertirse en lectores autónomos. Para nosotros, en cambio, la
autonomía en la lectura se construye progresivamente participando en prácticas
compartidas en las que el docente interviene intensamente acompañando y
ayudando a los chicos a leer y a aprender historia al mismo tiempo. Los textos de
sociales en general son complejos para los alumnos porque para comprenderlos
hace falta mucho conocimiento que los chicos no tienen. Por eso necesitan
mucho acompañamiento, mucho apoyo.” (Aisenberg, 2018)
En la primera clase señalamos que las prácticas en las que participan las y los estudiantes influyen
fuertemente en sus aprendizajes. Esto se debe a que la construcción de conocimiento social en la
escuela es un proceso al mismo tiempo individual y social: lo que cada alumna/o aprende depende
del trabajo intelectual que despliega en su participación en prácticas cuyas características “marcan”
su proceso constructivo (Aisenberg, 2017).
El trabajo colaborativo entre investigadoras/es y docentes nos ha permitido caracterizar este tipo de
práctica.
“Es una práctica en la cual el docente guía un trabajo colectivo cuya finalidad
–claramente explicitada a lxs alumnxs– es el estudio de una temática o
problemática histórica determinada. La práctica consiste en la reconstrucción
compartida de las situaciones históricas presentadas en uno o varios textos. Nos
referimos a una práctica social en el aula en la cual se van entrelazando
momentos de lectura propiamente dicha con momentos de intercambio
24
colectivo o en pequeños grupos y de explicaciones del docente para pensar
juntos en la situación histórica tomando aportes de los textos”. (Aisenberg,
Lerner et. al., 2020).
“Los alumnos piensan la situación histórica con ayuda del texto. Toman del texto
lo que les sirve para construir una representación, y también toman distancia
del texto” porque están centrados en reconstruir el mundo histórico al cual el
texto se refiere. “La lectura transporta a los alumnos a ese mundo ausente, que
es en lo que están pensando, es su objeto de conocimiento”. (Aisenberg, 2016).
Nota: La negrita es nuestra, la cursiva es de la autora.
Para finalizar señalamos que las prácticas de lectura compartida se desarrollaron en el marco de
condiciones didácticas que se mostraron fecundas en nuestros trabajos anteriores y que pueden
sintetizarse así:
● Sostener durante varias clases un intenso trabajo de lectura y discusión sobre diferentes
textos referidos al mismo tema, planteando consignas abiertas y globales y alentando a
consultar los textos con diferentes propósitos, de tal modo que las/os estudiantes puedan
involucrarse en el hecho histórico estudiado y conocer diferentes perspectivas acerca de él
(Lerner et. al., 1997; Lerner, 2001; Aisenberg, 2005; Torres, 2008; Aisenberg, Lerner,
Bavaresco, Benchimol, Larramendy y Olguín, 2009).
25
chicos y chicas aún no disponen y que son imprescindibles para interpretar el texto (Lerner,
2002; Aisenberg, Lerner et. al., 2020).
“Al asegurar estas condiciones, se hace posible que los alumnos realicen
aproximaciones sucesivas al tema estudiado: re-visitan los contenidos al releer un
mismo texto a partir de interrogantes diferentes, vuelven a reflexionar sobre ellos
a medida que van elaborando nuevos conocimientos en el curso de la discusión,
conocen otras caras de la cuestión al leer otros textos y pueden así establecer
nuevas relaciones… De este modo, la lectura y la discusión sostenidas de
diferentes textos permiten hacer observables para los alumnos aspectos del
tema que antes habían permanecido ocultos. Permiten también que circulen en
la clase conocimientos que al comienzo son elaborados sólo por algunos alumnos
y que, progresivamente, se van volviendo patrimonio de todos. En este sentido,
son condiciones que permiten atender a la diversidad”. (Lerner, Larramendy y
Benchimol, 2010).
Nota: La negrita es nuestra.
El Material de lectura de la clase (así como el indicado para la clase 1) les permitirá profundizar la
caracterización de las prácticas compartidas de lectura y construcción de representaciones
históricas.
Con el mismo propósito, las y los invitamos a escuchar un fragmento de una entrevista realizada por
Adriana Villa a Alina Larramendy para el programa radial Sintonía Educar (desde el minuto 13:15).
En el segmento indicado, la especialista caracteriza las prácticas que venimos analizando.
26
Enlace: https://youtu.be/XbHoT-WrGMs?t=795.
La propuesta de contenidos se centra en las formas de vida de los mbyá, uno de los grupos
guaraníes, en los siglos XVIII y XIX. Despliega aspectos de la vida cotidiana de este pueblo y de los
principios que rigen su organización social. Es decir, propone una mirada sobre mundos sociales del
pasado característica del primer ciclo. Por esta razón, para quienes trabajan o están interesados en
vincular los contenidos de este módulo con los inicios de la escolaridad primaria, sugerimos la
lectura del artículo “Aprender historia en prácticas de lectura compartida”, de Beatriz Aisenberg
(2015) citado en la bibliografía de referencia.
En este artículo la autora conceptualiza las prácticas de lectura compartida y presenta escenas del
trabajo en el aula desarrolladas en un 4° grado sobre la temática mencionada. Pensamos que su
lectura puede promover un acercamiento a prácticas de lectura más próximas a las características
del trabajo en el primer ciclo, así como los fragmentos de registros de clase pueden resultar
ilustrativos del tipo de reconstrucciones que realizan chicas y chicos más pequeños.
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Aisenberg, B. (2015). Aprender Historia en prácticas de lectura compartida. Capítulo 3. Martinho, M.
H. & Melo, M. do Céu de (Eds.): LiDEs – A literacia das disciplinas escolares: Desafios nas aulas de
História e Matemática. Coleção: Edições E-books. Edição: Centro de Investigação em Educação
(CIEd). Universidade do Minho, Portugal. Pág.55-83.
Actividad
A medida que avancen en la lectura, las y los invitamos a participar en el Foro de la Clase 2 para
compartir sus preguntas, dudas y comentarios o para intervenir a partir de los planteos de el/la
tutor/a.
Propuesta de escritura
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Material de lectura
● Aisenberg, B.; Lerner, D.; Azparren, M.; Conde, J. M.; Finocchietto, L.; Larramendy, A.;
Lewkowicz, M.; Murujosa, A. y Torres, M. (2020). Prácticas en el aula que favorecen la
construcción de conocimiento histórico. Capítulo 5 [págs. 93 a 97). En La resistencia indígena
a la conquista española como tema de enseñanza. Aportes desde una investigación
didáctica. Colección Cuadernos de Educadores del Instituto de Investigaciones en Ciencias
de la Educación. Editorial de la Facultad de Filosofía y Letras, Universidad de Buenos Aires.
Revista especializada, ISSN 2618-5377. Disponible en:
http://iice.institutos.filo.uba.ar/publicacion/
la-resistencia-ind%C3%ADgena-la-conquista-espa%C3%B1ola-como-tema-de-ense%C3%B1a
nza
Bibliografía de referencia
● Aisenberg, B. (2015). Aprender Historia en prácticas de lectura compartida. Capítulo 3.
Martinho, M. H. & Melo, M. do Céu de (Eds.): LiDEs – A literacia das disciplinas escolares:
Desafios nas aulas de História e Matemática. Coleção: Edições E-books. Edição: Centro de
Investigação em Educação (CIEd). Universidade do Minho, Portugal. Pág.55-83.
Disponible en: http://repositorium.sdum.uminho.pt/handle/1822/40287.
29
la Historia Nº 15 (249-261). Disponible en:
https://repositorium.sdum.uminho.pt/bitstream/1822/40287/1/ebookLiDEs.pdf
● Lerner, D. (2001). Leer y escribir en la escuela. Lo real, lo posible y lo necesario. México:
Fondo de Cultura Económica.
● Lerner, D. (2002). La autonomía del lector. Un análisis didáctico. En Lectura y Vida. Revista
Latinoamericana de lectura. Año 23, Nº 3.
● Lerner, D.; Larramendy, A. y Benchimol, K. (2012). Tensiones de la escritura en el contexto
escolar. Análisis desde una investigación sobre la enseñanza y el aprendizaje de contenidos
históricos. En Vázquez, A. Novo, M. C.; Jacob, I. y Pelliza, L. (comp.) Lectura, escritura y
aprendizaje disciplinar. Libro digital de las Jornadas Nacionales Cátedra UNESCO de Lectura y
Escritura. UNRC. Facultad de Ciencias Humanas. 2010. pp.41-86. Disponible en:
http://www.unrc.edu.ar/unrc/digtal/libro_jornadas_unesco_unrc_2010.pdf
Créditos
Autor/es: Alina Larramendy y Juan Manuel Conde
Larramendy, A. y Conde, J. M. (2023). Clase Nro. 2: Prácticas de lectura compartida, “pensar juntos”
sobre los mundos sociales representados en los textos. Lecturas y escrituras en Sociales. Buenos
Aires: Ministerio de Educación de la Nación.
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