Crisis Febril
Crisis Febril
Crisis Febril
1)Concepto
La convulsión febril es una crisis convulsiva que ocurre coincidiendo con la fiebre, en niños menores de 5 años, sin datos de
infección intracraneal.
La convulsión febril es una crisis convulsiva que ocurre coincidiendo con la fiebre, en niños menores de 5 años, sin datos de
infección intracraneal.
La Liga Internacional Contra la Epilepsia define la convulsión febril como: “una convulsión que ocurre en la infancia después
de 1 mes de edad asociada con enfermedad febril no causada por una infección del Sistema Nervioso Central, sin
convulsiones neonatales previas o convulsión no provocada, y que no cumple criterios para englobarla en otra causa de
convulsión sintomática”(1).
Las convulsiones que se producen con la fiebre en niños que han sufrido previamente una convulsión no febril, se excluyen de
esta definición.
2) Epidemiologia
• La CF es el trastorno convulsivo infantil más frecuente, ya que afecta del 2 al 5% de los menores de 6 años.
• La mayoría de las crisis febriles ocurren entre los 6 meses y los 3 años de edad, con un pico de incidencia a los 18 meses.
• La mitad de las convulsiones se presentan por primera vez entre 12 y 30 meses, el 20 -25% de los casos en el primer año de
vida, y solo en el 6-15% después de los 4 años.
• Es excepcional su inicio después de los 6 años(2,3). Los niños presentan una ligera mayor predisposición a sufrir
convulsiones febriles que las niñas, con una relación estimada hombre-mujer 1,6/1(1,2).
Desde <https://www.pediatriaintegral.es/publicacion-2015-11/convulsion-febril/>
3)Etiología
Las CF son un fenómeno dependiente de la edad, probablemente relacionado con u na predisposición genética individual y
con una vulnerabilidad especial del sistema nervioso en desarrollo a los efectos de la fiebre. Además de la edad, los factores
de riesgo más comúnmente identificados son: fiebre alta, infección viral, vacunación reciente y antecedentes familiares de
convulsiones febriles.
Factores genéticos
El riesgo de presentar una convulsión febril es un 20% mayor cuando existe un hermano afecto, y alrededor del
30% si ambos padres y un hermano la padecieron (1
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Fiebre
Las CF son más frecuentes en el primer día de fiebre: alrededor del 20% ocurren en la 1ª hora del proceso febril y
más de la mitad de la 1ª a las 24 horas del inicio. Los antipiréticos no parecen reducir el riesgo de CF, lo que
sugiere que, en sí misma, la fiebre no es la causa (4).
Las convulsiones pueden ocurrir antes del comienzo de la fiebre o con fiebre suave, pero habitualmente suelen
ocurrir cuando la temperatura está por encima de 38,5ºC. Sigue sin estar claro, que el factor desencadenante más
importante es el incremento brusco de la temperatura y no la temperatura máxima que se alcance (2, 5). La fiebre
puede aumentar la temperatura cerebral como resultado de la producción de mediadores inflamatorios
proconvulsionantes, como la interleukina 1beta, pero todavía no está claro cómo pueden inducir las convulsiones.
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Edad
Aunque las CF solo se padecen en un periodo de la vida en el que el cerebro es inmaduro, no se pueden atribuir
solamente a este factor.
Infecciones
Las CF se asocian con más frecuencia a infecciones virales que a bacterianas (6). Las infecciones virales que
cursan con fiebre más alta, como el virus del herpes humano 6 (HHV-6) y la influenza, parecen representar el
mayor riesgo
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4) Clínica
La mayoría de las CF son simples, duran menos de 15 minutos, no recidivan en el mismo proceso de fiebre, ni tienen
alteraciones neurológicas posteriores. Menos de un tercio de las CF son complejas.
El 70-75% de las CF son simples (CFS). Son generalizadas, duran menos de 15 minutos, no recidivan en 24 horas y no se
acompañan de anomalías neurológicas posteriores. Pueden presentarse como tónico -clónicas (80%), tónicas (15%) o
atónicas. Como la mayoría de las convulsiones febriles simples duran menos de 5 minutos, hay autores que proponen 10
minutos como punto de corte más adecuado para distinguir entre convulsión febril simple y compleja
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Las convulsiones febriles complejas, atípicas o complicadas (CFC) son menos frecuentes. No cumplen los criterios de las
CFS: son focales y/o duran más de 15 minutos y/o recurren en 24 horas y/o presentan signos neurológicos en el periodo post -
ictal. Se consideran también como complejas, las que se presentan en niños con anomalías neurológicas previas. El 10% del
total de las CF son prolongadas y solo el 5% son focales.
El estatus epiléptico febril, un subgrupo dentro de las convulsiones febriles complejas, con una duración mayor de 30
minutos, ocurre en aproximadamente el 5% de los casos
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5)Diagnostico
El diagnóstico es clínico. Los estudios complementarios, cuando son necesarios, se dirigen a buscar la etiología de la fiebre. La
punción lumbar está indicada cuando haya signos o síntomas sugerentes de infección intracraneal. El EEG no se realizará ante una
CFS y los estudios de neuroimagen tienen indicaciones precisas.
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Punción lumbar
La meningitis puede debutar con convulsiones en un 25% de los casos; sin embargo, la probabilidad de que un niño con fiebre y
convulsión pueda tener meningitis es pequeña. Desde la introducción de las vacunas de H.influenzae tipo b y S. pneumoniae, la
incidencia de meningitis bacteriana se ha reducido considerablemente. Según una reciente revisión sistemática, el riesgo de
meningitis bacteriana era del 0,2% en niños que presentaban una aparente convulsión febril simple y del 0,6% en niños con una
convulsión febril compleja(9).
Las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para la realización de punción lumbar (PL) en una convulsión febril
son(10):
• Cuando haya signos meníngeos o síntomas u otras características clínicas que sugieran una posible meningitis o infección
intracraneal (nivel evidencia B).
• En niños entre los 6 y 12 meses, si el estado de vacunación para Haemophilus influenzae tipo b, o Streptococcus pneumoniae no
se conoce o está incompleto.
• Cuando el paciente está tomando antibióticos, porque puede enmascarar los signos y síntomas de la meningitis.
La punción lumbar también debe considerarse en los casos de CF que se producen en el segundo día de la enfermedad o en los
casos de estatus epiléptico, en los que se recomienda la administración precoz de antibióticos parenterales y realizar la PL cuando
sea posible(10).
En el caso de convulsiones complejas, focales, recurrentes o con alteraciones de conciencia o déficit neurológico post-ictal
prolongados, la indicación de PL es más rigurosa, aunque discutible en el caso de que haya un foco claro de la fiebre y no haya
signos de afectación meníngea o encefálica(10).
EEG
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El EEG no está indicado en la evaluación de un niño neurológicamente sano con una CF simple (nivel de evidencia B)(10).En una
convulsión prolongada o focal, se recomienda realizar un EEG y seguimiento neurológico, debido al riesgo más elevado de
desarrollar epilepsia futura que presentan estos pacientes. Una convulsión corta y generalizada que se repite dos veces en 24
horas es, por definición, una convulsión compleja, pero tampoco sería necesario realizar un EEG, salvo que el examen neurológico
estuviese alterado.
El EEG no permite predecir qué niños tienen más riesgo de sufrir nuevas crisis. Las alteraciones epileptiformes en el EEG son
relativamente frecuentes en los niños con convulsiones febriles benignas. El EEG tiene una baja sensibilidad en niños por debajo de
los 3 años de edad, tras una convulsión no provocada(11).
Neuroimagen
Las pruebas de neuroimagen no están indicadas de forma rutinaria tras una convulsión febril simple(10).
Se debe valorar RM o TAC en niños con macrocefalia o con examen neurológico anormal, sobre todo, si existen signos de focalidad
o cuando hay signos o síntomas de hipertensión intracraneal(2). También, se puede considerar en los casos de CFC recurrentes,
que se asocian a hallazgos neurológicos, incluyendo: macrocefalia, retraso del desarrollo psicomotor significativo o alteraciones
neurológicas persistentes(12).
Exámenes complementarios
No están indicados de rutina en las convulsiones febriles simples. Se pueden realizar, en caso de ser necesario, para filiar el origen
de la fiebre y en función de la situación clínica del paciente(2,10). La determinación de la glucosa se debe hacer en los casos en que
el estado postcrítico sea prolongado
6)Tratamiento
Tratamiento inmediato de la CF tiene un doble objetivo: controlar la crisis y su causa, e informar a los padres.
Los objetivos del tratamiento son: evitar que el niño en plena crisis sufra daños, yugular la crisis que se prolonga y tratar el
agente causal de la fiebre cuando proceda.
Los padres deben conocer los pasos a seguir, como la colocación del niño, y estar pendientes del tiempo de duración e,
incluso, en el caso de CF recurrentes, tener el tratamiento en casa.
La mayoría de las crisis duran menos de 2 minutos y han cedido de forma espontánea en el momento en que el niño se
evalúa. En estos casos, el tratamiento con benzodiacepinas no es necesario. En el caso de presenciar la crisis, siempre hay
que asegurarse de mantener la vía aérea permeable y vigilar que mantenga una buena función cardiorrespiratoria y
hemodinámica. Colocar en posición de seguridad, en decúbito lateral, no forzar la apertura de la boca y observar el tipo y
duración de la convulsión. Si hubiera indicación, sería el momento de obtener una muestra sanguínea.
Si la convulsión no ha finalizado y su duración es mayor de 5 minutos, se recomienda tratamiento intravenoso con diazepam
(0,3 mg/kg en un rango de 2 mg/min; máx. dosis 5 mg en <5 años; 10 mg en ≥5 años) o lorazepam (0,05–0,1 mg/kg en 1–2
min; máx. dosis 4 mg)(11,15).
Cuando no se puede conseguir un acceso intravenoso, resulta casi igual de seguro y eficaz utilizar diazepam en solución
rectal a 0,5 mg/kg (dosis máxima 5 mg en <5 años; 10 mg en ≥5 años), o lorazepam rectal (0,1 mg/kg; máx. dosis 4 mg). El
midazolam bucal, en mucosa yugal (0,3-0,5 mg/kg, máximo 10 mg) o 0,2 mg/kg intranasal es una alternativa eficaz.
No se recomiendan los supositorios de diazepam por su absorción lenta e irregular. Una vez controlada la crisis, el tratamien to
de la fiebre con los antitérmicos habituales puede ayudar a que el niño se encuentre mejor.
Es especialmente importante, realizar un manejo adecuado y precoz del estatus epiléptico febril (convulsión >30 minutos), que
se produce en el 5% de las convulsiones febriles, puede asociarse a hipoxia cerebral y constituye un factor de riesgo para
convulsiones prolongadas futuras
7) Prevención
El tratamiento con antipiréticos no previene las crisis. La prevención secundaria con antiepilépticos no está indicada. En la s
CFC, se recomienda en casos muy seleccionados.
No hay evidencia de que el uso crónico de antiepilépticos se asocie a un menor riesgo de convulsiones afebriles o de
epilepsia posterior. Los estudios epidemiológicos han demostrado que la inmensa mayoría de los niños tienen un pronóstico
benigno a corto y largo plazo, que la tendencia de las crisis es a desaparecer con la edad y es conocido el alto riesgo de
efectos adversos de los antiepilépticos, por lo que no se aconseja su uso para prevenir las convulsiones febriles
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Resumen
Las convulsiones febriles (CF) son crisis que se presentan en niños menores de 5 años coincidiendo con fiebre en ausencia de
infección del Sistema Nervioso Central o desequilibrio electrolítico. Es el trastorno convulsivo más frecuente de la infancia ,
afectando al 2-5% de los niños. En su etiología, existe una fuerte predisposición genética asociada a otros factores
ambientales.
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Las CF son benignas, su diagnóstico es clínico y se clasifican en simples y complejas. Raramente hay que hacer más
exámenes complementarios que los que estén indicados en el estudio del proceso febril. Solo uno de cada tres niños tendrá un
nuevo episodio. El riesgo de recurrencia es mayor en los menores de 12 meses y cuando la temperatura durante la convulsión
es menor de 38º. El riesgo de epilepsia tras padecer CF no difiere mucho del de la población general.
Los antitérmicos no previenen las CF. El tratamiento profiláctico continuado o intermitente con antiepilépticos no disminuye el
riesgo de epilepsia posterior y, aunque es eficaz para reducir las recurrencias, su toxicidad supera los pocos riesgos de las CF.
Generalmente, no es necesaria la derivación a Neuropediatría. Es función del pediatra de Atención Primaria, tranquilizar y
proporcionar información actualizada a los padres.
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