(Novela) Madman Combo

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INTRODUCCIÓN

—¿Qué es esto? ¿Vitaminas?

—Cachorrito, eso es para que no te escapes. Está precargado.

Mongryong suspiró brevemente y volvió a mirarlo. Preguntó nuevamente que había en la capsula. Jeha
respondió con una expresión como diciendo no es nada.

—Es un GPS.

Si la tomo, podrán ubicarme en cualquier lugar. Es inútil. Estoy jodido.

—Un perro fiel que ladre solo para mí, que sacuda ese lindo culo solo para mí, ciegamente hasta que
lo tire a un lado. Si prometes ser mi perro, a tu hermana no le pasará nada. ¿Qué opinas?

—…OK. Lo acepto.”

Pero no imaginaba que él quería que fuera un “perro” de verdad.

—En primer lugar, ¡No soy un perro!”

No lo haré. Absolutamente no. Es cierto que fui tomado como rehén, pero no hay razón para ser
tratado de ese modo.

—Wow, eso es malditamente inhumano. ¡No le haría esto ni a los perros de la casa!”

—¿Hay alguna diferencia entre tú y un perro?”

—Que no hay nada diferente, vete a la mierda. ¡Soy mucho más grande que eso! ¡Y que sabes si eso
explotará¡¡Tal vez ni siquiera pueda tener sexo nunca más, si me reviento al cagar!”

Seok Jeha Vs. Lee Mongryong

¡Dos hombres que se enfrentan por primera vez!

PRÓLOGO
Hacía demasiado frío en la noche de invierno bajo cero. Un grupo de hombres vestidos de negro estaban
reunidos a un lado del muelle. Junto a ellos, había dos pequeñas grúas, donde colgaban a dos hombres boca
abajo con los brazos atados a la espalda.

El hombre de cabello rosado gritaba furiosamente que no tenía la culpa, y junto a él, un hombre con anteojos
y pulcramente vestido, suplicaba por ayuda con el rostro lleno de lágrimas y la nariz mocosa.
Jeha, que los miraba desde lejos, sacó un cigarrillo del bolsillo de su pantalón y lo mordió con la boca. Doosan,
de pie junto a él, rápidamente le ofreció fuego. Era un hombre con una gran cicatriz desde la sien hasta la
barbilla. Cuando las llamas temblaron con la brisa marina, sostuvo el fuego entre sus manos y lo llevó hasta
la punta de su cigarrillo.

Jeha, aspiró el humo y la punta del cigarrillo se encendió. Después, miró a Mongryong colgando de la grúa
mientras exhalaba un humo brumoso. Su cabello rosado como el algodón de azúcar estaba revuelto por la
brisa marina. Los ojos de Jeha parpadearon con ondas azul oscuro. Daba la impresión de que destruiría a
ambos hombres en cualquier momento.

Jeha caminó hacia la grúa con el cigarrillo encendido. Varios hombres lo siguieron. Mongryong le gritó
cuando lo vio acercarse, pero todavía seguía inexpresivo.

—¿Te arrepientes de lo que hiciste?

—¡Bájame, ahora que estoy siendo amable!

—Acaso no te lo había dicho antes. Te dije que, si te atrapaba meneando tu trasero a otros hombres,
te mataría.

Asustado después de escuchar sus palabras, Mongryong lo miró como si fuera el hombre más irrazonable
del mundo. Si bien era cierto que lo habían sorprendido en la habitación del hotel, lo había hecho para
ayudarlo, y realmente no pensó en tener una aventura. Aunque por supuesto, el tipo que tenía al lado era un
poco de su tipo.

—¿Acaso no me crees?

—Uh. No te creo.

¡Oh, Dios! De verdad. Mongryong masculló una maldición mientras estaba colgado boca abajo. A medida
que su sangre comenzaba a bajar gradualmente, su cara se comenzó a poner roja. Con ese frío, y con su
camisa y pantalones colgando, su cuerpo parecía estarse congelando y sus dientes frontales crujían. La
situación era la misma para el tipo que tenía al lado.

Los ojos de Jeha se movieron de Mongryong hacia el otro hombre.

—Dime que pasó.

Intuyendo que le había hablado a él, el hombre de gafas preguntó con una voz llorosa: ¿Yo? El hombre que
también conocía la notoriedad de Jeha hasta cierto punto, estaba a punto de cerrar la boca con fuerza porque
no quería molestarlo.

—Si, tu. ¿Cuál de los dos empezó el coqueteo primero? ¿Acaso tú empezaste, como dijo Lee
Mongryong?

El hombre sacudió la cabeza vigorosamente con una expresión decidida. Debido a eso, su cuerpo también
se estremeció.
—No. Lo siento mucho. Yo estaba tranquilo, pero este tipo, vino de repente y me agarró la entrepierna
Susurró en mi oído y me dijo que quería divertirse, de verdad. Nunca tuve esa intención. Hmmm,
¡créame por favor! ¡Juro que le estoy diciendo la verdad!

El hombre hablaba desesperadamente para que le perdonaran la vida. Mongryong le gritó que cerrara la
boca. La risa se extendió en la boca de Jeha, pero por el contrario, su mirada era más fría que un iceberg. Ja,
ja. Entonces si lo hiciste.

—Seok-ha! ¿Crees lo que este hijo de puta dijo? Eso no es cierto. ¡Lo planeé todo! ¡Te dije que te
ayudaría, estaba tratando de robarle el libro de contabilidad, demonios!

Ante eso, Jeha asintió. Bueno. Entonces, así son las cosas. Dejó caer el cigarrillo que sostenía al piso y lo
frotó con el zapato. Los hombres que estaban a su lado miraban hacia adelante, esperando sus órdenes.

—San-ah.

Cuando Jeha lo llamó, Doosan, el que tenía la cicatriz en la cara dijo: “Sí, hyung-nim”. Y se inclinó
profundamente.

—Lanza a ese bastardo al agua.

Doosan hizo un gesto hacia el hombre que conducía la grúa, después de un rato la polea que sostenía al
hombre con gafas comenzó a bajar y su cabeza se dirigió hacia el mar. El hombre gritó y rogó para que lo
salvaran y la cara de Mongryong mostró un gesto de alivio.

Entonces Jeha levantó la mano. La grúa también se detuvo.

—No, no me refería a ese bastardo.

Jeha movió su mano para señalar al aliviado Mongryong. La cara de Mongryong se distorsionó como una
hoja de papel arrugada.

—Me refiero a nuestro cachorrito.

Todo se quedó en silencio. Ja, Mongryong echó a reír. Aunque lo hizo, el hecho de que no creyera en él, lo
enojó mucho porque era injusto.

—Joder, ¡¿realmente vas a hacer esto?! ¿Cómo puedes hacerme esto? No puedo creer que le creas a él
y no a mí.

Ante eso, una esquina de la boca de Jeha se eleva una vez más. Sus ojos estaban listos para ser arrancados
en cualquier momento.

—Voy a decir algo.

Jeha hizo una pausa por un momento y Mongryong lo miró fijamente con los ojos muy abiertos. Incluso si
moría, él tenía que escuchar lo que tenía que decirle.
—Le creo a todo el mundo, menos a ti, Mong-Mong-ah.

A diferencia de la dulce voz que lo llamaba por su apodo, sus ojos todavía se veían fríos como el hielo.
Finalmente, la grúa comenzó a moverse de nuevo y el hombre que había sido bajado al mar comenzó a subir.
La cara del hombre era un desastre de lágrimas y secreciones nasales. Dio las gracias y luchó con fuerza para
inclinarse.

Al mismo tiempo, la grúa que colgaba a Mongryong comenzó a bajar gradualmente. El olor salado del mar
llegó hasta la punta de su nariz. Mongryong observó el agua de mar que se aproximaba, y luego se retorció
gritándole a Jeha que estaba enfrente.

—¡Si logro salir vivo de esta, te mataré Seok Jeha! ¡Maldición, voy a triturarte hasta los huesos!

Jeha sonrió con una cara indiferente al ver a Mongryong gritándole maldiciones. A medida que el agua del
mar se acercaba, el rostro de Mongryong se volvió cada vez más pálido.

Entonces Mongryong de repente le gritó que esperara un segundo. Lo hizo con mucha urgencia. Jeha miró
a Doosan y este levantó la mano para detener la grúa.

La punta de su cabello rosado tocó el agua del mar. Mongryong apretó sus labios temblorosos. Mientras lo
miraba, Jeha inclinó la cabeza.

—¿Qué? ¿Vas a decir tu última palabra?

—… .

—Si no tienes nada que decir, entonces cierra la boca.

—Te amo.

La expresión de Jeha cambió sutilmente en respuesta a la confesión inesperada. Mongryong suspiró y luego
cerró los ojos. Ya estaba decidido.

Una sonrisa desconocida apareció en el rostro de Jeha. Mira eso, que lindo cachorrito.

Doosan esperaba la señal de Jeha. Pensó que ahora estaría dispuesto a volver a levantarlo, pero unas palabras
inesperadas fluyeron de su boca.

—Como ya terminó de decir tus últimas palabras, prosigamos.

Mantuvo su boca cerrada. Doosan no lo podía creer, pero obedeció y finalmente le dio una señal a la grúa.
La grúa comenzó a moverse nuevamente, y Mongryong no abrió los ojos, como si hubiera renunciado a todo.
El hombre, que colgaba a su lado, lo miró con asombro.

Después de que Mongryong desapareciera por completo en el agua, Doosan miró su reloj. El segundero
hacía tictac. Miró hacia el mar donde había desaparecido Mongryong y la expresión de Jeha junto a él, luego
se acercó y le habló en voz baja.
—No cree que ya es suficiente, Hyung-nim. Además hace frío.

Jeha miraba al mar, donde había desaparecido Mongryong. Doosan giró la cabeza y lo llamó una vez más. —
Hyung-nim.

No era algo habitual, pero estaba seguro de que Jeha estaba haciendo algo de lo cual se arrepentiría después
por su terquedad.

Ni siquiera sabía lo que estaba pensando. Cuando Doosan estuvo a punto de rendirse, Jeha suspiró
brevemente y abrió la boca.

—Sácalo.

—Sí, Hyung-nim. Doosan caminó con urgencia hacia la grúa, envió una señal, y la polea se movió de nuevo.
En medio del silencio, solo se percibía el sonido de las olas y el ruido de la máquina girando.

Cuando notó que la cuerda estaba casi afuera, Doosan soltó un suspiro sin darse cuenta. Su mirada se volvió
rápidamente hacia Jeha.

El rostro de Jeha se endureció notablemente. Pudo ver que su mentón se endurecía como si apretara los
dientes con fuerza. No había nada en la cuerda que había salido del mar. Lee Mongryong quien había estado
suspendido allí, había desaparecido por completo. Se escuchaba un leve murmullo de los hombres que lo
rodeaban. ¿Acaso está muerto?

Doosan les abrió los ojos para callarlos e inmediatamente se acercó a Jeha.

—…Hyung-nim.

—… .

—Hyung-nim.

—Mierda.

El abrigo gris que llevaba cayó al suelo. Doosan se sorprendió. Sin siquiera pensarlo, Jeha saltó al mar bajo
el rompeolas. Las aguas negras se lo tragaron rápidamente con un chapoteo. Los agobiados subordinados
empezaron a moverse al unísono por órdenes de Doosan.

PRIMERA HISTORIA PARTE 1

No había muchos clientes en la tienda de ropa porque era temprano. Hyeyoung con su largo cabello
cuidadosamente recogido, sacó algunas camisas de hombre, las miró y luego se las mostró a Mongryong
que estaba junto a ella. Mongryong, que tenía el cabello rosado con rizos, en ocasiones fruncía el ceño
cuando no le gustaba la camisa que estaba eligiendo Hyeyoung.

—¿Tengo que hacer esto?


Esta vez, el empleado de la tienda trajo una camisa de un color diferente de la bodega. Era una camisa
marrón que parecía popó. Mongryong mostró su disgusto ante ese color. Hyeyoung la tomó, la puso sobre
el cuerpo de Mongryong y lo observó desde varios ángulos.

—Es un poco formal. ¿No te parece?

—El marrón es el color que más odio en el mundo. Parece popó.

—¿Qué piensas? ¿No te gusta?

Hyeyoung no estaba escuchándolo en absoluto. Mongryong apartó la camisa de su cuerpo y arrugó los
labios.

—Hermana, no quiero conocerlo.

Hyeyoung ignoró a Mongryong y le pidió al empleado que empacara la camisa. Mongryong estaba
preocupado por tener que usarla a pesar de que la odiaba, pero no le importaba.

Últimamente, ella parecía estar saliendo con alguien, y a veces pasaba la noche por fuera y finalmente le
dijo que tenía a alguien a quien presentarle. Cuando le preguntó quién era, su respuesta fue simplemente
que era una buena persona.

—¿Cuántos años dijiste que tenía?

—Treinta y seis.

Estás loca, ¿no? Mongryong negó con la cabeza y le dijo que era valiente.

—Es una buena persona. Cuando lo conozcas, también te gustará.

—¿No estarás saliendo con un psicópata otra vez?

—Ya te dije que no.

Mongryong miró a su hermana con el ceño fruncido. Fue cuando Mongryong tenía 20 años. Había un
hombre que salía con Hyeyoung, pero este se obsesionó con ella. Al final, Hyeyoung fue secuestrada por él
y encerrada. Desde entonces, Hyeyoung no había salido con nadie. Eso sucedió hace cinco años.

Hyeyoung se dirigió al mostrador y pagó por la ropa. Fue en el momento en que salieron de la tienda
después de que el empleado les entregó la ropa. El teléfono móvil que Mongryong llevaba en la chaqueta
sonó. Lo sacó y lo revisó. Era el presidente de una empresa de mensajería donde trabajaba y también un
amigo cercano. Aceptó la llamada rápidamente porque se había escapado del trabajo un rato.

—Uh, Hyung.

Kyungsoo le dijo que no pasara por la oficina hoy, sino que se fuera a casa. Dijo que su hija mayor estaba
de cumpleaños, por lo que cerraría temprano. Mongryong miró el reloj en su muñeca. Después de calcular
el tiempo, respondió que lo entendía.
Tan pronto como terminó de hablar, Hyeyoung, que sostenía la bolsa de compras en una mano,
tiernamente agarró el brazo de Mongryong. Él se encogió de hombros e intentó apartar su brazo, pero el
teléfono volvió a sonar. La cara de Mongryong, que revisaba al remitente, se veía muy diferente que antes.
Jeje, sonrió y contestó rápidamente.

Hyeyoung trató de preguntarle quien llamaba, pero lo adivinó al ver su rostro alegre. Era el Fiscal Seok
Junyoung.

—Soy yo, Fiscal.

El celular de Hyeyoung sonó dentro de su bolso. Desenredó su brazo de Mongryong y lo sacó para ver
quien llamaba. Al instante, sonrió de forma radiante y se llevó el teléfono al oído.

—Si, Yeong-min-ssi.

—Oh, ¿ahora? Su rostro brillante se fue endureciendo poco a poco. Mongryong quien conversaba a un
lado, percibió que algo extraño pasaba y la miró fijamente. Decidió terminar su llamada y le dijo a la otra
persona que llamaría de nuevo. Hyeyoung también colgó apresuradamente y miró a Mongryong. Le
temblaba la mirada. Mongryong la cuestionó con los ojos entrecerrados.

—¿Qué pasó?

—Creo que debo ir a la empresa urgentemente.

—¿Ahora?

Ella había dicho que era su día libre. Sin embargo, se preguntó si había sucedido algo muy urgente como
para tener que ir a trabajar. Ella apretó los labios varias veces con una cara nerviosa y luego miró a
Mongryong.

—Regresaré pronto. Vete a casa.

—Déjame llevarte.

—No, está bien. Tomaré un taxi.

De forma apresurada le entregó las bolsas de las compras y se dirigió hacia la parada de taxis. Después de
dar algunos pasos, se dio la vuelta y miró a Mongryong. Se veía como un ser de otro mundo rodeada con
el halo del sol de la tarde.

—Te llamaré. Vete rápido. Hizo un gesto hacia Mongryong y luego se volvió rápidamente para subir al
taxi que estaba estacionado en la parada. El taxi partió como si la hubiera estado esperando, y después de
darle una breve señal en la intersección, giró a la derecha y desapareció rápidamente.

Mongryong no apartó los ojos hasta que desapareció. Cuando ya no pudo verlo más, fue hacia su
motocicleta que estaba estacionada al costado de la carretera, tomó el casco y lo empujó sobre su cabeza.
Se sintió un poco extraño, pero trató de no preocuparse. Fue porque no era la primera vez que recibía una
llamada urgente de la empresa. Después de acomodar la camisa y los pantalones que Hyeyoung le había
comprado en el asiento trasero, se subió a la motocicleta, arrancó y giró el manubrio con dirección a su
casa.

***

Mongryong subió rugiendo la empinada ladera. Agitando la bolsa de compras en una mano de un lado al
otro y silbando a ratos. Había estacionado la motocicleta en la orilla del vecindario y se dirigía a su casa en
la cima de la colina.

Pasó la mitad de sus veintes allí, en lo que la gente llamaba pueblos lunares. A medida que se confirmaban
las remodelaciones, el número de casas vacías aumentaba, pero Mongryong y Hyeyoung todavía vivían en
la casa más alta. De camino a casa, la abuela de Sang-yoon, cuyo cabello era blanco, estaba sentada frente
a la puerta y cuando lo vio, lo saludó.

—¿A dónde vas?

La mente de la abuela de Sangyun estaba deteriorada, pero su condición estaba empeorando rápidamente
porque los miembros ocupados de su familia no la cuidaban adecuadamente, y en los últimos días había
más momentos en los que ella no estaba cuerda. Al verla, Mongryong se puso frente a ella y revisó su
bolsillo.

—Hace frío. ¿Por qué estás aquí, Señorita Flor?

—Salí porque mi madre me dijo que me fuera a dormir.

Mongryong se puso en cuclillas frente a la anciana y sacó la mano que tenía en el bolsillo. Luego empujó su
puño hacia adelante. Cuando le pidió a la anciana que extendiera la mano, ella puso su pequeña y arrugada
mano hacia adelante. Mongryong puso un caramelo en su palma. Era una menta.

—¡Ah! Son dulces, dulces

A la anciana le gustaba y se reía como una niña. La boca de Mongryong también estaba abierta de par en
par. La anciana le quitó el envoltorio rápidamente al dulce, se lo metió en la boca y sonrió. Mongryong se
puso de pie. —Hace frío, así que no te quedes aquí afuera, entra rápido y acuéstate . Después de
decirle eso a la anciana se dispuso a ir a su casa.

—Oppa, no te vayas.

Mongryong se volvió hacia la voz de la anciana que lo llamaba a sus espaldas. La anciana bajó la voz,
levantó su brazo lentamente y señaló hacia la casa de Mongryong en lo alto de la colina.

—Unos tipos malos entraron a tu casa, Oppa.


Mongryong se rió sin darle importancia y le preguntó qué tipo de personas eran. La anciana bajó el brazo
con el que señalaba y le respondió que eran hombres vestidos de negro.

En ese momento, la cara se Mongryong estaba extrañamente arruada. La tristeza y otras emociones se
cruzaron por su rostro. Se preguntó si la anciana estaba próxima a morir, y por eso había visto el ángel de
la muerte. Después de un pequeño suspiro, le dijo que entrara porque hacía frio y se apresuró a ir a su
casa.

Detrás de él, la anciana le dijo que no se fuera un par de veces más, pero Mongryong pensó que solo era
un invento suyo debido a la demencia que padecía.

Cuando se acercó a la casa, el celular que había puesto en la chaqueta retumbaba y vibraba. Cuando lo
sacó y lo revisó, se dio cuenta que era un número desconocido. Trató de ignorarlo porque pensó que era
spam, pero al final presionó el botón de llamada con un presentimiento desagradable. La voz urgente de
Hyeyoung surgió antes de que incluso pusiera el teléfono en su oído.

[¡¿Dónde estás Mongryong?! ¿Aún no has llegado a casa?]

—¿Por qué hablas desde este número?

[¿¡Dónde estás!?]

Mongryong dejó de caminar al escuchar esa voz furiosa. Contuvo la respiración y se concentró en el sonido
proveniente del otro lado del teléfono. Escuchó la voz de un hombre diciéndole que se apresurara.

—¿Qué pasa? ¿Con quién estas?

[¿Aun no estás en casa? No puedes ir, ¿OK? No vayas casa, tu hermana te enviará la dirección, así que
ven ahora mismo.]

—¿Qué está pasando?”

[No hables, ven ahora mismo. Ven al centro, ¡Sal a un lugar lleno de gente y ven al lugar donde te
indique tu hermana!]

Ella gritaba, aunque era alguien que nunca se había enojado. Parecía que tenía miedo en lugar de estar
enojada.

¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!

Mongryong que miraba hacia el suelo, levantó lentamente la cabeza. Se escuchó el sonido de algo lanzado
desde el interior de la casa. Era Wallaby, el perro blanco que se crió frente a su casa y que ahora tenía el
cuello roto.

—Mongryong. ¡Lee Mongryong! Gritaba Hyeyoung desde el otro lado de la línea. La curiosidad lo
invadió. Mongryong se movió lentamente al frente de la puerta, manteniendo el teléfono celular en su
oído. Voces de extraños se escuchaban a través de la puerta entreabierta.
Cuando empujó la magullada puerta azul, pudo ver a los hombres con trajes negros moviéndose
afanosamente. Era la primera vez que los veía. Esos hombres parecían venir del inframundo como había
dicho la abuela de Sangyun. Entre todos ellos, un hombre de gran tamaño movió la cabeza hacia donde él
estaba.

Mientras hablaba por teléfono con alguien, colgó y miró a Mongryong. El hombre tenía una larga cicatriz
desde la sien hasta la barbilla. Los demás hombres también dejaron de moverse y miraron hacia donde
estaba Mongryong.

[Mongryong. ¿Estás escuchando? ¡Lee Mongryong! ¡Oye!]

Mongryong apartó el teléfono de su oído y presionó el botón de finalización. El hombre inclinó la cabeza
hacia un lado y lo miró. Mongryong también aprovechó el momento para llamar su atención.

—¿Hola?

—¿Eres Lee Mongryong?

Su nombre salió de la boca de aquel hombre. Al menos ahora sabía que venían por él y no se habían
equivocado de casa. Mongryong se encogió de hombros con una expresión casual.

—No.

El hombre miró a Mongryong con un rostro inexpresivo y preguntó: —¿No? Mongryong asintió
débilmente.

—¿Sí?, no lo soy. Mongryong es mi amigo, solo vine a divertirme con él un rato. No creo que esté en
casa, así que volveré más tarde.

Dicho esto, sonrió y dijo adiós, se dio la vuelta e intentó cruzar el umbral, pero de repente alguien
apareció. Estuvo a punto de gritar.

El rostro aliviado de Mongryong de repente se arrugó. Era Sang-yoon quien parecía que acababa de
levantarse. Cuando supo por su abuela que Mongryong se iba a casa, corrió a verlo.

—¡Lee Mongryong!, ¡¿Qué estás haciendo?! ¿Eh?

Sangyun abrió mucho los ojos y miró a los hombres grandes agrupados detrás de Mongryong. Entonces,
Mongryong masculló una maldición y cerró los ojos. Al mismo tiempo, Sang-yoon alternaba su mirada
entre Mongryong y los hombres.

—Hey… Estás aquí. Cuánto tiempo sin verte. Entonces la próxima vez… .

Mongryong gesticuló con sus labios y le dijo algo a Sangyun. Este puso una cara de confusión como si no
pudiera comprenderlo.

—¿Eh? preguntó de nuevo. Mongryong le repitió lo mismo otra vez, pero Sang-yoon quien tenía fama de
no ser muy inteligente en el vecindario, no pudo notarlo fácilmente.
—¿Qué estás diciendo ahora? ¿Qué? ¿Vamos a comer tempura?

Preguntó Sang-yoon con una cara estúpida, y Mongryong gritó mientras afilaba los dientes.

—¡Corre! ¡Maldito bastardo!

***

¡Plaf! Cuando sintió que el agua helada lo salpicaba, Mongryong logró despertar. Los objetos negros eran
visibles en su visión borrosa. Intentó despertar abriendo y cerrando los ojos unas cuantas veces más.
Mientras le daba fuerza a sus ojos, la situación frente a él se hizo más clara.

—¿Estás despierto?

Ante esas palabras, Mongryong se rió haciendo un sonido ahogado. Cuando sonrió le palpitaba toda la
cara como si la tuviera partida en dos. Mientras trataba de huir, lo atraparon, lo golpearon y se desmayó,
pero cuando se despertó, se encontró sentado en un edificio vacío con las manos y los pies atados.

Ellos le preguntaron dónde estaba Lee Hyeyoung, y que si era en realidad su hermana. Les dijo que no lo
sabía y lo golpearon. Lo ataron y lo golpearon, pero no había nada que pudiera hacer, porque en verdad no
lo sabía. No supo cuántas veces se desmayó después de ser golpeado.

El hombre con la cicatriz en la cara que había visto por primera vez en su casa lo agarró por la barbilla y lo
levantó. Mongryong lo enfrentó sin evitar su mirada. En ese momento, el hombre de atrás dio un paso
adelante y dijo.

—Hyung, es estúpido mirarlo. Parece que no escucha nada. ¿No sería mejor simplemente matarlo?

Mongryong abrió mucho los ojos. Examinó alternadamente al hombre que tenía enfrente y al que estaba
detrás. En ese momento, otro tipo que tenía al lado también se apareció.

—Hyung-nim dijo que necesitaba a este bastardo para atrapar a Cho y a su perra.

Los ojos de Mongryong se abrieron más que antes. Quería saber si estaba enloqueciendo, así que miró a
las tres personas que tenía en frente alternadamente, pero no importaba como las observaba, las tres caras
se veían iguales. Sin mencionar el tamaño.

Si había alguna diferencia, era que uno tenía una cicatriz, el otro un tatuaje en el cuello y el último tenía la
cabeza deforme. Pero las caras eran realmente las mismas.

—…Que, mierda. ¿Son los tres cerditos?

Al escuchar eso, el hombre con el tatuaje en el cuello se acercó a Mongryong, con la cara enojada. —¿Qué
está murmurando este bastardo ahora? Luego levantó su pie derecho y lo pateó en el pecho.
—¿Parezco un cerdo, bastardo de mierda?

Paf. Mongryong, atado a una silla, rodó como una lata vacía en el suelo helado. Sintió mucho dolor en
todo su cuerpo.

—Ugh… .

Los pies del hombre le pisotearon el cuello. —Ugh. Su respiración se tensó y su cara se puso roja como si
fuera a estallar.

—Hijo de puta. Por tu culpa tenemos que estar sufriendo aquí. Como te atreves a insultarnos,
sabiendo donde estás. Estás muerto pero ni siquiera puedes mantener la boca cerrada. ¿eh?

—Detente. Dijo uno de los trillizos. Era el hombre que tenía una cicatriz en la cara. Las palabras del hombre
surtieron efecto, y el pie grande se apartó del cuello de Mongryong. Él parecía ser el mayor de los tres. Y
como si hubiera pisado la mierda de un perro, el hombre se limpió la sangre que tenía en la suela del
zapato en la espalda de Mongryong.

Mongryong jadeó, tratando de recuperar el aire. Cuando el hombre que tenía la cicatriz miró a los otros
dos, estos se apresuraron a levantar a Mongryong, que estaba espantosamente tirado en el suelo. Aunque
estaba sentado en la silla de nuevo, no podía sostener la cabeza que seguía resbalándose hacia un lado.

—Trae una silla.

Uno de los hombres tomó una silla junto a él, y la colocó frente a Mongryong, y el hombre con una cicatriz
en la cara se sentó allí. Sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo y le entregó uno a Mongryong. —
¿Quieres fumar uno?

Cuando Mongryong abrió ligeramente la boca, el hombre le dio un cigarrillo. El tipo que estaba al lado
puso fuego en la punta del cigarrillo. Entonces Mongryong succionó el aire profundamente y el cigarrillo
que tenía en la boca se cayó al suelo.

—¿Acaso no sabe fumar un bastardo que ha metido drogas en prisión?

Mongryong, solo miró al hombre con cara de cansancio. Pensó: —No es que no pueda fumar, es porque
me has pisado el cuello y ahora no puedo sostener un cigarrillo, hijo de puta. Pero pensó que era peor
si le respondía.

—Odiamos perder el tiempo. Dinos donde está tu hermana.

—…ya les dije que no sabía nada.

—Estabas hablando con tu hermana justo antes de que te atrapáramos. Por supuesto, era un
teléfono desechable, por lo que fue difícil rastrear la ubicación.

—Solo llamó para saludar.

—¿Y?
—Es cierto. Eso fue todo.

El hombre miró a Mongryong. Pero en lugar de asustarse, Mongryong lo miró fijamente. La mayoría de la
gente evitaba sus ojos o se derrumbaba frente a él, pero este chico no lo hacía. Desde la primera vez que lo
vio, nunca había evitado su mirada.

Además, ¿Cómo es que se había dejado engañar tan fácil? El bastardo solo sonrió y dijo que no era Lee
Mongryong, mintiendo descaradamente. Doosan casi fue engañado por su sonrisa.

Doosan se rió y golpeó las mejillas de Mongryong. Luego se levantó y lo miró.

—Deberías pensarlo mejor. El día que venga directamente la persona a la que sirvo, tu vida estará en
riesgo.

—Mi respuesta es la misma, realmente no sé dónde está mi hermana. Da lo mismo si me matas o no.

Mongryong apretó los dientes mientras hablaba, el hombre se rió como si fuera divertido vero así, luego
giró su cuerpo con frialdad. Los hombres que lo rodeaban lo siguieron. Primero salieron sus gemelos
idénticos y luego el resto de los hombres.

Mongryong bajó lentamente la cabeza en lugar de verlos desaparecer. Un tremendo dolor vino como si
todo su cuerpo estuviera destrozado. Cerró los ojos, respiró hondo y miró a su alrededor. Trató de sacar su
muñeca, pero no le fue fácil aflojar la apretada cuerda.

Miró a su alrededor y buscó algo para cortarla, pero no había nada, ni siquiera un pedazo de vidrio en el
suelo.

—…Joder, ¿Y ahora qué demonios voy a hacer?

Escupió un sinnúmero de palabrotas y se propuso escapar, pero no le vino a la mente alguna idea
particularmente buena. Movió su muñeca. No tenía nada puesto en su muñeca izquierda. Se preguntó
dónde había perdido la pulsera de cuentas que siempre usaba. Maldición. El gran monje le había dicho
que era para evitar la mala suerte. Y por supuesto, algo desafortunado le había sucedido.

Mientras luchaba con su mano, notó que un lado del respaldo de la silla de hierro se cayó. Supuso que la
silla se había roto al caerse. Tanteando con las yemas de los dedos, notó que la parte rota era
inesperadamente aguda.

Puso la cuerda en esa parte y la frotó. No parecía funcionar. Aún así, siguió moviendo la muñeca sin
detenerse. Ras, Ras, Ras, el extraño sonido de una cuerda rascando el hierro, era lo único que se
escuchaba en ese edificio abandonado.

Siguió insistiendo durante mucho tiempo, hasta que se sintió tan rígido y adolorido como si se le fuera a
caer el brazo, pero no podía dejar de moverse porque pensó que eso sería mejor que morir sin hacer nada.

***
Doosan estaba en la entrada de la habitación del hotel con las manos cruzadas. Su mirada se detuvo en la
cama. Allí, estaba Jeha, recibiendo un masaje acostado sobre su estómago, vistiendo solo pantalones y con
la parte superior del cuerpo desnuda. Su cuerpo bronceado era sólido a la vista y estaba completamente
libre de grasa.

La gentil mano de la mujer que lo estaba masajeando, descendía lentamente desde el hombro hasta su
costado.

Había un silencio pesado en la habitación. Jeha, que había enterrado completamente su rostro en la
almohada, giró su cabeza hacia Doosan. Aún tenía los ojos cerrados. Al principio no dijo nada, pero luego
de un rato, abrió la boca. Su voz sonaba profunda, como si acabara de despertarse.

—Solo mátalo. Ella se aparecerá en el funeral de su hermano.

—Antes de llegar a casa, Lee Hyeyoung lo sabía de antemano. Parece que hay un espía infiltrado. Si
se entera que su hermano está muerto, ella nunca aparecerá.

Parece incómodo al escuchar la palabra espía. Su hermosa frente se arrugó.

—Lo resolveré de alguna manera mañana. El bastardo es más venenoso de lo que pensaba… .

Mientras Doosan terminaba de hablar, Jeha abrió lentamente los ojos. A diferencia de la expresión
somnolienta que tenía antes, sus ojos brillaban. Su incomodidad también se reveló abiertamente. Doosan
se sintió nervioso por su expresión, y apretó los dientes. Con prisa, dobló la cintura a noventa grados. —Lo
siento, Hyung-nim.

—Venenoso… .

Jeha chasqueó la lengua. De alguna manera tenía que averiguar dónde estaban Cho Young-min y Lee
Hyeyoung. Cho Young-min era su cuñado y había escapado porque estaba viéndose a escondidas con Lee
Hyeyoung. La hermana de Jeha, que tenía fama de tener una personalidad sucia, naturalmente estaba
molesta.

Sin embargo, esa no era la única razón por la que estaba buscando a Cho Young-min. La razón principal
era que Cho sabía mucho sobre las circunstancias de la empresa. Era obvio que el grupo Ilsung sufriría un
gran golpe tremendo cuando esa información llegara al bando contrario o a la fiscalía.

Era por eso que el presidente Seok, su padre, estaba molesto. Él se había hecho cargo de un huérfano, lo
había casado con su hija y delegado un puesto importante en la compañía.

—¿Cuál era su nombre?

Como Doosan no entendió la pregunta de inmediato, Jeha agregó con voz apagada. —Quiero decir, ‘el
tipo venenoso del que hablas.’

—Si, se llama Lee Mongryong.


Jeha se echó a reír.

—Tiene un nombre impresionante.

—Nos ocuparemos de ello lo antes posible para que no se moleste.

—Se nota que es una tarea desagradable para ti.

—No se preocupe por eso.

—Fuera.

Doosan volvió a inclinar la espalda. Y cuando se dio la vuelta, Jeha lo llamó.

—Si, Hyung-nim.

—Sácala.

Doosan se dio cuenta inmediatamente que Jeha estaba hablando de la mujer. Ella expresó que no quería
irse, pero Doosan la obligó.

La mujer, de mala gana, se bajó de la cama con una mirada sombría. Cuando los dos cerraron la puerta y
desaparecieron, Jeha cerró lentamente los ojos. Los ojos de la bestia se hundieron de nuevo en la
oscuridad.

PRIMERA HISTORIA PARTE 2

Mongryong tenía las muñecas magulladas y miraba hacia las cuerdas ensangrentadas. La cuerda rota
estaba debajo de sus pies. Revisó su bolsillo, pero no pudo encontrar su teléfono celular. Metió la mano
dentro del bolsillo de su chaqueta y sacó una pequeña navaja que llevaba en la cintura.

La había guardado allí sin darse cuenta. Cortó con ella la cuerda que ataba sus pies.

Mientras se levantaba, su cuerpo temblaba. Después de estar atado en la misma posición durante dos días,
todos los músculos de su cuerpo gritaban. Se agarró el cuello y sacudió la cabeza vigorosamente. Tenía
que despertarse de alguna manera. Luego caminó hacia la ventana.

Al mirar por la ventana, pudo ver el ocaso ya que estaba oscureciendo. En la parte baja del edificio, vio a
dos hombres gigantes vigilando la entrada. Pensó que todos se habían ido, pero al parecer no era así.
Mongryong masculló una maldición, apoyándose oblicuamente contra la pared y contuvo la respiración.

Solo sus ojos se movieron con una mirada cansada. De alguna manera tenía que irse de ese lugar antes de
que regresaran. Normalmente podría enfrentarse a dos tipos grandes, pero solo si lo hacía con
moderación, pero ahora no estaba seguro de poder hacerlo.
Entonces, escuchó que llegaba un auto abajo. Mientras pensaba que hacer, se acercó a la ventana y miró en
esa dirección y vio que había varios autos estacionándose en el parqueadero.

—Maldición. Fue en ese momento en el que incluso sus más pequeñas esperanzas se rompieron. Con el
rostro desesperado, miró hacia el techo, que ya se había deteriorado por haber estado abandonado
durante mucho tiempo. Se preguntó si tendría alguna oportunidad de escapar. Tal vez podría con dos
tipos, pero ahora eran demasiados.

Volvió a guardar la navaja en su chaqueta y se dirigió hacia la puerta. En primer lugar, era urgente que
saliera de allí. Fue hacia la entrada, pero ya podía escuchar pasos que se acercaban al pie de la escalera. Era
frustrante.

Después de un momento de conflicto, Mongryong miró hacia arriba. Era un edificio, pero no sabía si el piso
superior estaba cerrado. Se dirigió hacia la azotea sigilosamente. Después de subir algunos pisos, apareció
un pasaje que conducía a la azotea.

La azotea ni siquiera tenía una puerta, pero estaba inesperadamente desierta. Echó un vistazo, pensando en
recoger algunas sierras o martillos que pudieran haber quedado atrás durante la construcción, pero no
encontró nada. Fue hacia la barandilla y miró. Era un edificio de cinco pisos. Abajo solo se veía un
automóvil negro, pero nadie lo vio.

Miró al edificio de al lado con cara de confusión. Después de todo, era un edificio similar. La empresa
constructora que lo había construido estaba en quiebra, pero los edificios estaban alineados a la misma
altura. Había una calle un poco lejos de allí. No vio pasar a ningún automóvil, pero divisó una montaña
justo al lado de la carretera. Quizá podría sobrevivir si corriera hacia la montaña. Claro, si es que podía salir
de allí.

Mongryong midió visualmente la longitud que separaba al edificio en el que estaba del otro. Podría morir
si lo intentaba. En realidad, no le importaba morir, pero podría quedar como un vegetal, y nada sería más
horrible que tener que usar un pañal para cagar el resto de su vida.

Aún así, decidió intentarlo al menos una vez. ¿O debería bajar por la entrada? Mientras pensaba en qué
hacer, la entrada de la azotea se volvió ruidosa y hombres vestidos con trajes negros la bloquearon.

Cuando los hombres se separaron en dos filas, una cara familiar apareció lentamente. Era el mayor de los
trillizos que había visto ayer. El tipo con una gran cicatriz en la cara. Le seguían dos hombres que parecían
ser sus hermanos menores. Sin importar cuán sangrientas fueran sus expresiones, estaban ansiosos por
separar la carne y los huesos a la vez.

Mongryong dio un paso hacia atrás. Su espalda tocó la barandilla del techo. Fingiendo estar relajado,
apoyó los brazos en la barandilla y los saludó como si se encontrara con un buen amigo. —Oye, ¿Qué
haces?

—Allí estaba tan mal ventilado que salí a tomar un poco de aire. Estaba a punto de entrar
nuevamente, pero llegaste.

Mongryong se rió hábilmente. Por el contrario, la cara de Doosan estaba llena de irritación. Doosan levantó
la mano y lo llamó con el dedo índice. Era como si estuviera llamando a un perro.
Mongryong sonrió y sacudió la cabeza de un lado al otro. —No, me gusta más estar aquí que adentro . Al
mismo tiempo, los ojos de Doosan se elevaron bruscamente. — Atrápenlo. Dos hombres corrieron hacia
Mongryong.

Mongryong inmediatamente puso la mano dentro de su chaqueta.

—Yo de ustedes no me acercaría. Ya no me importa nada.”

—Deténganse. Por orden de Doosan los hombres se detuvieron en el acto. Mongryong también se detuvo
al mismo tiempo. Todavía tenía la mano dentro de la chaqueta. Doosan movió los labios lentamente.

—¿Qué? ¿Tienes un arma?

Al final de sus palabras, la boca de Mongryong se elevó. Tocó algo dentro de su chaqueta. Los hombres
rápidamente bloquearon el frente de Doosan. Trataron de prevenir un posible disparo. Y con una expresión
seria, Mongryong sacó su mano por completo y las caras de los hombres se distorsionaron al mismo
tiempo.

Pero en lugar de una pistola, Mongryong levantó el dedo medio en alto.

—Maldito, te mataré hijo de puta.

—¡Bastardo, espera! Los hombres corrieron hacia Mongryong. Al mismo tiempo, él giró su cuerpo y corrió
hacia la barandilla. Tomó impulso y no detuvo los pies incluso cuando llegó al borde.

La expresión de Doosan se endureció. En ese momento, Mongryong se levantó de un salto, se subió a la


barandilla y se fue volando. Los tipos que lo seguían redujeron la velocidad justo en frente de la barandilla
y vieron como Mongryong volaba y caía rodando, sobre el techo del edificio de al lado.

Era una distancia bastante larga. Los subordinados se detuvieron frente a la barandilla y miraron a
Mongryong y a Doosan alternativamente con caras confundidas, pero Doosan gritó con una voz llena de
ira.

—¡Qué están haciendo, bastardos, vayan a buscarlo!

Ante sus gritos, los hombres se movieron al unísono. Mongryong se dio la vuelta y agitó su mano hacia
Doosan una vez y luego corrió hacia la entrada de la azotea. Doosan apretó los dientes y miró hacia el
lugar donde había desaparecido. Baek Ho, el trillizo más joven, que estaba a su lado, abrió la boca sin
previo aviso.

—Vaya. ¿Lo viste hyung? Ese bastardo solo… Oh, está loco.

El segundo trillizo, Magang, que estaba a su lado, miró a Doosan a los ojos. Ho se rascó la cabeza como
apenado. El teléfono móvil de Doosan sonó, como si lo estuviera esperando. Su rostro estaba manchado de
frustración. Sin preocuparse, levantó la cabeza mientras contestaba el teléfono. —Si, Hyung-nim.
***

Mongryong salió del edificio y comenzó a correr hacia la carretera. —¡Por allá! ¡Detente! Los tipos que lo
perseguían estaban armando un alboroto. Joder, ¿acaso se detendrían si fueran ustedes? Mongryong corrió
a muerte.

La persecución de los hombres comenzó en un terreno baldío y oscuro donde el sol se había puesto por
completo. Su aliento se deslizaba por su barbilla y su corazón se apretó como si fuera a estallar. La calle
estaba cerca. Junto a ella había una montaña. Como se crió en las montañas cuando era niño, no le parecía
difícil correr por ese lugar en medio de la noche.

Exprimió sus últimas fuerzas y movió las piernas. En el momento en que salió del terreno baldío y dio el
primer paso en la carretera, escuchó un chirrido y una luz brillante invadió su visión. No tuvo tiempo de
escapar, ¡Bang! Algo le dio un tremendo impacto y su cuerpo flotó en el aire.

¡Bang! Mientras caía al suelo, recibió un segundo golpe y Mongryong perdió la conciencia. Los hombres
que lo perseguían también se sorprendieron. Todos se inclinaron 90 grados hacia el auto.

Cuando se abrió la puerta del conductor, bajó un hombre alto y abrumador. Jeha estaba vestido con un
traje negro confeccionado a la medida y llevaba el cabello perfectamente peinado. Al bajarse, movió el
cuello de un lado al otro y masculló una maldición.

Doosan, que se apresuró a bajar, después de recibir una llamada de Jeha, caminó entre sus subordinados y
lo saludó de manera suave. Lo mismo hicieron Ho y Magang que venían detrás.

—Bienvenido, Hyung-nim.

Las voces de los hombres resonaron en la carretera vacía. Jeha hizo un gesto despectivo con la cara irritada
y caminó hacia la parte delantera de su automóvil, con la mano en el bolsillo del pantalón.

Su rostro estaba ligeramente distorsionado, al confirmar que el parachoques estaba averiado. Quería
mucho a su auto, no sabía quién demonios se había atrevido a tocarlo. La mirada de Jeha se desplazó
lentamente hacia un objeto negro que estaba tirado en el camino. Lo primero que le llamó la atención fue
el hermoso color del cabello. —Es de color rosa…

—¿Qué es eso? ¿Es un perro?

—No, hyung-nim. Es el hermano menor de Lee Hyeyoung del que te hablé en ese momento.

Su mirada todavía estaba clavada en el cabello rosado de Mongryong. Mirando su cabeza, no le parecía
diferente a la de un perro. Mongryong, que yacía en el suelo, estaba un poco consciente y movió
lentamente la cabeza, haciendo un gruñido.

—Luces.
Uno de los hombres iluminó con una linterna la cara de Mongryong. Ante los ojos de Jeha, apareció su
rostro ensangrentado y magullado. Había visto a Lee Hyeyoung en fotos varias veces, pero no se parecían
en nada. Mongryong, que estaba exhalando, movió lentamente los labios.

—… ¿Eres Dios?

Haa. La risa se extendió alrededor de su boca. Mongryong volvió a mover los labios.

—Mi…hermana… .

Esta vez ni siquiera podía oír su voz, como si le costara respirar. Solo sus labios se movían. Jeha, que no
pudo vencer su curiosidad, bajó aún más la cabeza y llevó su oído a la boca de Mongryong. Su dulce
aliento lo tocó.

—¡Ahhh! Jeha gritó brevemente y empujó a Mongryong.

—¡Hyung-nim!

Mientras los hombres contemplaban la escena, acudieron en masa a Jeha. Él se puso de pie, con una mano
alrededor de su oreja mordida. Estaba en shock y su cuerpo temblaba. Cuando levantó la mano que le
cubría la oreja, la sangre le fluyó por el cuello. Su mano también estaba ensangrentada.

Doosan le gritó a sus subordinados, pidiéndoles que trajeran un botiquín.

—¿Estas bien, Hyung-nim?

Doosan extendió la mano para revisarle la oreja y Jeha la apartó con fuerza. Sus ojos estaban furiosos. Su
rostro estaba distorsionado.

Doosan también se dio cuenta de que algo andaba mal. Desde hace un rato, no podía ver el cuerpo de
Mongryong en el suelo. Quedó perplejo. Mongryong no estaba en ninguna parte.

La mirada de Jeha se volvió hacia la montaña junto al camino. Se preguntó si su rostro furioso se iría
calmando gradualmente y luego se echó a reír. Pero eso no era una risa, estaba más cerca a la locura.

Doosan sintió un escalofrío por su columna vertebral y ordenó a sus hombres que atravesaran la montaña.

—Doosan.

—Si, Hyung-nim.

—Ríndete. No podrás encontrarlo de todos modos.

—No, Hyung-nim.

—No molestes a los chicos y retírate hoy.

—Todavía, no.
—Retírate.

Sin importar lo sombría que fuera la voz de Jeha, Doosan tembló rápidamente e inclinó la cabeza. Lo
siento, Hyung-nim. Ni siquiera podía levantar la cabeza ante el hecho de que había perdido al zorro
mientras estaba con la guardia baja. Después de decir que se detendría, continuó.

—Si encuentras a ese desgraciado, no tienes que traerlo. Mátalo en el acto. Si le cortas los brazos y
las piernas mejor.

Doosan se inclinó profundamente, con la cara desencajada, como si hubiera cometido un pecado
imperdonable. Jeha apretó los dientes y miró hacia la montaña donde Mongryong había desaparecido. La
sangre que fluía por su nuca comenzó a humedecerle el cuello de la camisa.

***

Un sedán negro se detuvo frente a una gran mansión. Cuando uno de los hombres que vigilaba la entrada
se dirigió al auto, abrió rápidamente la puerta trasera y Jeha se bajó. Todos los sirvientes que estaban
presentes le hicieron reverencia.

Jeha miró hacia la mansión, con el rostro inexpresivo. Observaba a todos los sirvientes muy ocupados
haciendo sus quehaceres. Hoy era el aniversario de la muerte de su abuelo y era la fecha en la que se
reunían todos los miembros de la familia.

Doosan, que había llegado desde lo alto de las escaleras, verificó la llegada de Jeha y bajó mientras se
arreglaba la ropa.

—Bienvenido, Hyung-nim.

—¿Por qué estás aquí?

—Lo esperé para acompañarlo.

La mirada de Doosan permaneció fija en la oreja derecha de Jeha por un momento. Era el lugar donde lo
había mordido Mongryong hace unos días. Fue atendido en un hospital, y dijeron que podrían quedarle
una cicatriz. Pensaba que era su culpa y sentía pena por ello. Doosan bajó la mirada, se puso a unos pasos
detrás de él y caminaron juntos hacia la casa.

—¿Qué has sabido?

—He enviado a los hombres a todos los lugares a donde pudo haber ido. Lo atraparemos tarde o
temprano.

—No hay necesidad de ir tan lejos. Si lo encuentras, mátalo de inmediato.


—Si, Hyung-nim.

—¿Y sobre Cho?

—Aun nada…Lo siento.

—OK. Sabía que no sería fácil atraparlo. ¿Te han llegado noticias de Japón?

—Recientemente revisé la lista de todas las personas que viajaron por barco, pero no estaban allí.
Supongo…que todavía están en Corea. Mis informantes dicen que Lee Hyeyoung no se iría sin su
hermano menor.

Jeha dejó de caminar. Doosan también se detuvo al mismo tiempo y miró su espalda.

—¿Dijiste que no tienen padres?

—Sí.

Bien. Jeha no dijo nada más y siguió su camino hacia la casa. Su hermana mayor, Seok Sarah, quien salía de
la entrada principal, lo miró como si estuviera disgustada.

—Llegas temprano. ¿No podías llegar antes y darle a tu padre un poco de apoyo?

Todos sabían que el Director Seok había estado de muy mal humor porque su yerno se había escapado con
una mujer. Incluso Sarah estaba frustrada porque no podía escaparse de la ira de su padre. Aunque era una
mujer, el presidente Seok no dudaría en matarla si le daba motivos. El segundo hijo, que se parecía más al
presidente Seok, fue eliminado.

—Lleva cuatro meses así.

Ante eso, Sarah abrió los ojos y lo miró detenidamente. Sus ojos brillaron al ver el vendaje en la oreja de
Jeha.

—¿Y tú oreja? ¿Qué te pasó?

—Me mordió un perro. Te recomiendo que no preguntes, hermana.

Sarah frunció los labios con una actitud fría. Sin embargo, escuchó pacientemente cuando Jeha comenzó a
quejarse por ser la culpable del mal humor del Director Seok, ya que no pudo vigilar a su esposo y evitar
que escapara.

—Suenas igual a todo el mundo. Quizás no se trate de un hijo de nuestro padre. ¿Pero nunca has
pensado en los sentimientos de tu hermana, que ha perdido a su esposo?

Jeha que pretendió no haberla escuchado, pasó junto a ella y se dispuso a entrar. Mientras Sarah se
encontraba en una gran fiesta en una villa, llena de modelos y gente joven, su esposo monitoreaba cada
uno de sus movimientos, empezando por su teléfono celular. Era algo comprensible que Cho hubiera
escapado con facilidad.
Sarah miró a su hermano menor y lo siguió.

Cuando Jeha entró, vio al Director Seok sentado en el sofá. Seok Junyoung estaba sentado a su lado. En
apariencia, Junyoung tenía rasgos muy parecidos a su padre, pero su personalidad era muy diferente.

La primera esposa del Director Seok dejó la casa después del divorcio y Junyoung se fue con ella. Después
de su segundo matrimonio, Jeha nació. Aproximadamente cinco años después, la madre de Junyoung
murió, y él regresó de nuevo a casa.

Al principio, Jeha se alegró mucho de tener a un hermano mayor y lo seguía a todas partes. Pero no pasó
mucho tiempo, para que el afecto del abuelo se centrara solo en Junyoung. Eran recuerdos que quería
olvidar.

[Hay un nieto más. Junyoung, toma a este tipo como rehén.]

Aunque era su hermano mayor, no tuvo más remedio que convertirse en su enemigo. Por fortuna o no,
Junyoung tomó un camino diferente al de Jeha. Pasó el examen de derecho y ahora se desempeñaba como
Fiscal. Era irónico que existiera un Fiscal en una familia de matones. Eso no le gustaba.

—Estás aquí, Seok Jeha.

—Sí, padre.

La mirada de Jeha se dirigió naturalmente hacia Junyoung. Cuando él lo miró, le sonrió alegremente con un
rostro agradable. Jeha todavía lo miraba disgustado con una expresión franca.

—Hace mucho tiempo que no te veía. Había olvidado tu cara.

La mirada de Junyoung fue a su oreja derecha y la alcanzó. Cuando le preguntó que le había pasado, Jeha
le dijo que no era nada importante. Luego se despidió y se fue directamente hacia el segundo piso. —Me
daré una ducha y bajaré de nuevo, dijo. Junyoung se rascó la nariz con lentitud, se quedó mirando la
espalda de Jeha y luego miró al presidente Seok.

—El todavía sigue siendo el mismo.

—Debes entenderlo. Estoy seguro de que se siente presionado por lo que ha pasado con Cho en
estos días.

—¿Hay algún contacto con él?

—¿Cómo puedo contactar al tipo que decidió huir por su cuenta? ¡Maldición! ¿Acogí a un huérfano,
lo alimenté, lo vestí, e incluso le di estudios para convertirlo en un hombre. ¿Y así es como me paga?
Es por eso que odio ayudar a la gente.

La voz del Director Seok estaba llena de ira. Al mismo tiempo, le dijo amablemente que se sentiría más
tranquilo si se hiciera cargo de la empresa.
Junyoung Sonrió sin ganas. Su padre nunca lo había obligado a nada. Sin embargo, se sentía incómodo con
la situación. Eso ocurría porque las personas de su familia lo veían como alguien sospechoso.

Afortunadamente, el Director Seok se había separado completamente de su hijo. Por eso nunca había
hecho nada parecido a un favor. Por supuesto, eso podía deberse a que el Director Seok tenía muchos
conocidos con mucho más poder que Junyoung, quien solo era un fiscal.

—Matrimonio. ¿Hay noticias?

Junyoung, que al principio no entendió la pregunta, observó la expresión de urgencia de su padre y soltó
un suspiro triste. Hace algún tiempo, había tenido una cita con alguien, pero la mujer realmente no le
gustó.

La mujer, cuyo padre era el director de un hospital era buena opción, pero Junyoung no quería casarse en
tales condiciones. Su madre había sufrido mucho con ese tipo de matrimonio, e incluso culpó a su padre
por su desdicha hasta el día de su muerte. Si lo pensaba bien, no era fácil sonreír mientras miraba al
Presidente Seok.

—Por favor, casa a Jeha primero. Yo aún no tengo idea que hacer.

—Lo dices porque él ya está comprometido.

Junyoung se rio amargamente por esas palabras. Escuchó sobre el matrimonio de Jeha por primera vez
hace unos meses. Él había dicho que su pareja era la única heredera de un conglomerado. A la dama
parecía haberle gustado Jeha. Después de verlo, se interesó en él de forma instantánea.

Estuvo de acuerdo con el matrimonio antes de incluso ver su rostro. Y después de verla, nada había
cambiado. En primer lugar, parecía que ni siquiera estaba interesado en el matrimonio.

Pero antes de que le presión matrimonial de su padre se volviera más severa, le prometió pensarlo, y en ese
momento su teléfono sonó. Era un número desconocido. Pidió permiso a su padre para responder la
llamada en privado y dijo que regresaría luego.

Después de aceptar la llamada, comenzó a subir al segundo piso.

—¿Cómo estás? No, aún no. Sí, no te preocupes demasiado, lo encontraré. Si, lo haré.

Cuando terminó la llamada, sintió que Jeha bajaba desde arriba mirándolo. Junyoung se rió mientras
guardaba su teléfono celular en su bolsillo. —¿Por qué me miras así? Jeha bajó las escaleras una por una.
Su apariencia era como una bestia que se agachaba antes de cazar y se acercaba lentamente.

—Solo te miro porque estás bloqueando mi camino.

Junyoung sonrió amargamente y se encogió de hombros con una actitud fría. Luego comenzó a bajar al
primer piso.

—¿Tienes acaso un amante fugitivo?


Junyoung preguntó sorprendido. —¿Qué?

—Lo digo porque tu expresión se ve exactamente así.

—… .

—¿No es así?

Jeha bajó las escaleras. Junyoung sacudió la cabeza. Se sintió ansioso, porque parecía que quería
devorárselo.

Mientras negaba con la cabeza, sacó su teléfono celular del bolsillo y encontró el nombre de Lee
Mongryong en la lista de llamadas. Presionó el botón, pero solo recibió un mensaje que decía que el
teléfono estaba apagado antes de si quiera entrar la señal.

Junyoung suspiró por un largo rato mientras cerraba los ojos.

—Qué diablos, este chico … En donde te has metido.

PRIMERA HISTORIA PARTE 3

¡Clac, Clac! Un hombre con una pistola descargada en la mano apretó el gatillo. Fingiendo disparar a la
pared, asintió con la cabeza como si estuviera satisfecho. —Buena, esta es buena. El hombre bajó el arma
y miró la pistola Taser que tenía al lado. Estaba contemplando cual comprar. Seunghyun, que estaba
mirando al hombre, le sonrió.

Entonces se abrió la puerta del lado de la entrada y apareció alguien. El rostro de Seunghyun se arrugó al
mirar al hombre que llevaba una capucha y una máscara negra. El hombre de la pistola, también estaba
alerta.

Después de que el hombre dijo que vendría después, Seunghyun le dijo que esperara un momento y luego
caminó hacia la entrada.

Había un vigilante en la entrada, así que no le preocupaba mucho quien era esa persona. Cuando el
extraño se acercó, se quitó la capucha. Seunghyun dejó de caminar y abrió muchos los ojos. Con solo mirar
el color de su cabello, inmediatamente reconoció quien era.

Sin esperar, el hombre incluso se quitó la máscara negra. Mongryong estaba parado allí con la cara llena de
rasguños y moretones. Seunghyun, preocupado, lamió su labio inferior, giró la cabeza y miró al hombre
que estaba frente a los estantes.

El hombre dejó la pistola en el estante y dijo que volvería después, evidentemente notaba que pasaba algo
extraño. Seunghyun sonrió amablemente y le dijo que lo sentía varias veces, y no dejó de despedirse hasta
que el hombre desapareció. Cuando se dio la vuelta, vio a Mongryong sentado en el sofá.

Seunghyun se sentó frente a él y lo miró a los ojos.

—¿Qué pasó ahora? ¿Por qué tienes la cara así? ¿Dónde peleaste?
Mongryong echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos como si le fuera difícil hablar. Estaban a principios
del invierno, y pensó que iba a morir congelado después de huir a las montañas con solo una chaqueta
delgada. Allí encontró una casa vacía, y se quedó dos días, pero antes de que muriera por causa de alguna
enfermedad, casi se muere de frío y de hambre.

Había escapado del fuego del infierno, pero aún no estaba muerto. Cuando se despertó y caminó como un
loco, encontró una pequeña tienda. El amable dueño de la tienda al ver el estado de Mongryong le
proporcionó comida. Entonces, encontró un auto que pasaba y vino a este lugar imprudentemente.

Seunghyun que era su amigo y alguna vez fue su amante, era de las pocas personas en las que podía
confiar. Mongryong, que estaba inclinando la cabeza por completo, levantó la cara. Pensó en el hombre
que había visto hace unas noches.

Al recordar la actitud del hombre, pensó que era el jefe. Era una persona lo suficientemente peligrosa como
para acabar con cualquiera. Le mordió la oreja para huir, pero si lo atrapaban, podría matarlo. A estas
alturas, debería estar desesperado por encontrarlo.

Pensó en contactar a Junyoung para pedirle ayuda, pero no quería molestarlo. Creyó que no era buena idea
involucrar a Junyoung porque él estaba relacionado con ellos.

Mongryong se cubrió la cara con las manos. No podía pensar en una buena idea.

En ese momento, el asiento de al lado del sofá en el que estaba sentado Mongryong se hundió. Levantó la
mano de su cara y giró la cabeza a un lado. Seunghyun tenía los ojos entrecerrados y su rostro estaba muy
cerca. Con su mano, tocó la cara de Mongryong. Cuando le tocó la herida, Mongryong se desmoronó.

—Vamos a curarte. Esto se ve mal.

Mongryong apartó la mano de Seunghyun, —duele, no lo hagas.

—No voy a ayudarte, si no me dices lo que está sucediendo.

—No necesitas saberlo, hombre.

Cuando Seunghyun se estaba preparando para limpiarle la herida, Mongryong giró su cuerpo hacia el otro
lado y cerró los ojos como si estuviera molesto. Había sido arrogante. Incluso si huía, algún día sería
atrapado. Sería atrapado tarde o temprano, la muerte era lo único que le esperaba. Si eso era así
entonces…

Mongryong se puso de pie como si hubiera decidido algo. Volvió la cabeza hacia los estantes. Había visto
la pistola eléctrica que el cliente estaba probando. Caminó hacia el estante, donde estaba la pistola, la miró
y la tomó.

Seunghyun, que lo estaba mirando, se levantó sorprendido.

—¿Qué estás haciendo?

Cuando presionó el botón, se encendió una llama azul. Cuando Seunghyun vino a su lado, le advirtió que
no la tocara porque era peligroso. Mongryong se echó a reír, mirando la llama azul.

—Jajaja.
Sonrió extrañamente con una cara distorsionada que incluso asustaba. Con una expresión preocupada,
Seunghyun le preguntó que le pasaba. Mongryong miró lentamente a Seunghyun mientras lo abrazaba y le
daba las gracias. Gracias a esto, había tenido una muy buena idea.

Seunghyun solo miró a Mongryong con una expresión de desconocimiento.

***

Un monje con una túnica gris se sentó en el suelo y tocó el largo rosario que tenía en la mano.

Frente a él, Junyoung miró a su alrededor con enojo. Habían pasado días desde que había podido
contactar a Mongryong. En Namwon, el monje que lo crió, no había podido dormir porque sentía que algo
siniestro había sucedido. Finalmente, él había decidido visitar a Mongryong y a Hyeyoung.

—Hyeyoung vino a Namwon el mes pasado. Dijo que había conocido a una buena persona y que ya
no vendría a menudo. A principios de la primavera, tenía planeado llevarse a Mongryong al
extranjero a vivir con ella. Estaba tan impresionado cuando vino a despedirse, pero no sabía lo que
estaba sucediendo.

Junyoung siguió buscando en la casa en ruinas y seguía pensando en ello. Cuando ocurrió la última
llamada, Mongryong le dijo que había ido con su hermana a una tienda de ropa. Dijo que iba a conocer al
novio de su hermana, y se quejó de la elección del color de la camisa. Esa fue la última vez que habló con
él.

Poco después de convertirse en fiscal, conoció a Mongryong. En ese momento, él era menor de edad y
también era el acusado. Se vio envuelto en un incidente violento con sus amigos y fue un accidente que la
otra persona resultara gravemente herida. Todos ellos eran niños adinerados, por lo que lograron
defenderse hábilmente hasta que finalmente, Mongryong, que llegó tarde, se inculpó voluntariamente y
entró en el reclusorio de menores.

El rostro del tipo que vio en la sala de interrogatorios sigue siendo inolvidable. Ni siquiera pensó en
enojarse o actuar resentido. Parecía haberse rendido. Lo hizo con una sonrisa. Se preguntaba si aquellos
con padres tienen toda la ventaja. Quienes son huérfanos como él, debían vivir así.

Incluso después de eso, no anuló su declaración. No fue hasta mucho después de su liberación que se
enteró de que a Mongryong le habían pagado para inculparse. En ese momento, Lee Hyeyoung tuvo que
someterse a una cirugía debido a un accidente de tráfico, pero no tenían dinero. Es por eso que todo el
dinero que consiguió lo destinó al pago de las facturas del hospital.

Después de ser liberado, Junyoung hizo una excusa para su rehabilitación y se llevó a Mongryong como
voluntario. Después de eso, ocurrieron otros incidentes, pero recientemente se estaba comportando
bastante bien. Y el último sábado, como siempre, había decidido ser voluntario con Junyoung.

Junyoung apretó los dientes con fuerza e intentó encontrar una razón. Decidió pasar por la compañía
donde trabajaba la hermana mayor de Mongryong. Le habían dicho que trabajaba como contadora en una
pequeña oficina y Junyoung no sabía exactamente donde quedaba.

Sacó el teléfono que había puesto en el bolsillo de su abrigo para pedirle a su secretaria que averiguara la
ubicación. Al presionar el botón, se detuvo antes de entrar a la puerta.
Incluso el monje se sorprendió al verlo, se levantó y se acercó a él. Junyoung se agachó y recogió algo del
suelo. Sus ojos temblaron un poco. Era un rosario que Mongryong siempre llevaba puesto en la muñeca
izquierda. Había dicho que el monje se lo había dado para evitar la mala suerte. También había rastros de
sangre en las cuentas.

—Fiscal, ¿Qué sucede?

Junyoung se lo guardó rápidamente en el bolsillo. Giró la cabeza con una mirada casual. Pensó que era un
error. Sus puños se cerraron inconscientemente. La ansiedad invadió todo su cuerpo.

***

El ascensor se detuvo en el estacionamiento subterráneo. Después de indicarle a Doosan que no lo siguiera, Jeha se
dirigió solo hacia el estacionamiento. Doosan intentó mantener los ojos en Jeha después de eso. Le dijo que no
hiciera nada inútil y que encontrara al perro rabioso que lo mordió y se escapó.

Por la tarde, los subordinados le dijeron que encontraron una tienda por la que había pasado. Cuando llegaron allí,
el chico no estaba, solo el dueño, que era su amigo. Creyeron que se había dado cuenta y por eso escapó. De todos
modos, ese bastardo era increíble.

A medida que avanzaba hacia su automóvil, el sensor del vehículo reaccionaba automáticamente y el automóvil se
enciende. Fue hacia allí y abrió la puerta del conductor.

Cuando se sentó en el asiento del conductor y encendió el motor, una luz se encendió en el panel de instrumentos
con un ruido sordo. Mientras doblaba el cuello de una lado al otro con el rostro cansado, vio su rostro reflejado en el
espejo. Sus ojos brillaron intensamente. En el momento en que tocó la manija de la puerta del conductor, un cuchillo
tocó su cuello primero.

Después de un rato, apareció un hombre, que vestía una sudadera con capucha negra profundamente presionada
contra la parte posterior de su cara. Mientras se quitaba lentamente la capucha, su cabello rosado ondulado se
derramó sobre su frente. Mientras trataba de mover un poco su cuerpo, el cuchillo estaba más cerca de su cuello.

Jeha apretó los dientes con fuerza y miró a Mongryong a través del espejo. La boca de Mongryong se elevó y susurró
como si su barbilla estuviera sobre su oído. Al sentir su respiración y Jeha frunció el ceño.

—Shhh. Será mejor que no armes un escándalo. Tengo un cuchillo.


Jeha se rió abiertamente de esas palabras. Sus ojos estaban más molestos que asuntados. Como si Mongryong
supiera lo que haría, le dijo que lo siguiera tranquilamente pero él no se movió.

Aunque se lo pidió nuevamente, Jeha solo lo miró y no dio ni un paso. Su apariencia inquebrantable alimentó su
sadismo. Con el cuchillo cerca, acercó sus labios a su oído.

El rostro, que no se movió incluso cuando el cuchillo lo tocó, se distorsionó una vez que sus labios lo tocaron. Había
una pequeña herida en el lugar donde fue mordido por él. Mongryong, que lo estaba mirando, saca la lengua y le
lame la oreja. Jeha trató de girar la cabeza, olvidando que tenía un cuchillo en el cuello. La cuchilla afilada se clavó
más en su cuello y una fina gota de sangre se deslizó hacia abajo.

—Oye, oye, no hagas eso. Tengo como pasatiempo comerme a los hombres, pero no me gusta
cortarles el cuello.
Mientras le susurraba esas palabras al oído, los ojos de Jeha brillaron alarmados. Mongryong se rió cuando atrapó
su mirada a través del espejo. Cuando le dijo que estaba emocionado al ver esa expresión, pensó que iba a sentirse
avergonzado, pero en su lugar escuchó el sonido de sus dientes rechinando.
Mongryong miró a través de su rostro y le dijo: —Lo siento.

Antes de poder preguntarle de qué estaba hablando, algo lo golpeó en la nuca al lado izquierdo. No tuvo tiempo de
comprobar que había sucedido. La electricidad lo atravesó con el sonido de un crujido. Jeha perdió la conciencia y se
cayó a un lado. Mientras Mongryong, lo miraba en silencio.

—Debiste haberme hecho caso cuando te lo pedí. ¿Por qué no me escuchaste? Solo quería
molestarte.
Extendió la mano y tocó el cuello de Jeha. No parecía que tuviera problemas para respirar. Incluso si tenía el cuello
roto, no había nada que pudiera hacer.

Observó su rostro dormido e inclinó la cabeza. Era raro. Sin importar cuánto lo mirara, su rostro le parecía un poco
familiar. —Diablos, ¿por qué?

PRIMERA HISTORIA PARTE 4

Cuando levantó los parpados cerrados, se vio a sí mismo. Jeha solo quería saber si estaba soñando. Estaba
acostado en una cama solo con la camisa y los pantalones que se había puesto en la mañana. Tenía los
brazos y las piernas atadas a cada esquina de la cama. Podía ver todo reflejado en el espejo que estaba en
el techo.

Cuando volvió a cerrar los ojos y los abrió nuevamente, el panorama no cambió. Frunció el ceño. Movió la
cabeza. Probablemente no era un hotel, pues todo parecía indicar que se encontraba en un motel barato.
Se acordó del maldito perro loco susurrándole, mientras le ponía el cuchillo en el cuello. Había perdido la
conciencia desde ese entonces.
Mirando la parte posterior de su cuello, estaba claro que le habían dado una descarga eléctrica. Maldito
niño. Debería haberlo matado el día que lo vio por primera vez . Si hubiera sido así, no tendría que pasar
por esto.

Movió los brazos y las piernas y comprobó que no era un sueño. Sintió algo raro sobre la boca. Se la
habían cubierto con cinta adhesiva. —Ja, joder.

Jeha dejó caer la espalda en la cama. Su estómago hervía. Era la primera vez que alguien había llegado tan
lejos, de otro modo hubiera estado más atento. Estúpidamente había pensado, que era suficiente con
atrapar al bastardo y deshacerse de él.

Después de unos momentos, escuchó el timbre de una puerta y un clic. Oía muchas palabras y el sonido de
pasos que se acercaban. De repente, el perro loco al que había estado maldiciendo hace un rato, apareció
delante de sus ojos. Con varias heridas en su rostro, miraba a Jeha en la cama, de abajo hacia arriba.

—¿Dormiste un poco?

Jeha simplemente lo miró y dijo con los ojos: —Oh, mira. No podía responderle porque tenía cinta
adhesiva en la boca.

—¡Oye! ¿Qué es lo que realmente vas a hacer?


El perro loco no estaba solo. Cuando Jeha giró lentamente la cabeza, vio a otro hombre en la habitación,
con una máscara extraña. Mientras lo miraba, el hombre se estremeció y dio un paso atrás. El hombre se
acomodó mejor la máscara para que no pudiera verle la cara.

Mongryong se tocó la punta de la nariz una vez y luego sacó agua de un pequeño refrigerador. El hombre
que lo acompañaba estaba de pie a cierta distancia, observó a Jeha detenidamente y luego se aproximó a
él. Tocó su reloj, luego le pasó la mano por la camisa, los pantalones y el cinturón, uno por uno, al terminar
se acercó a Mongryong, bajó la voz y le preguntó:

—¿Quién demonios es él? Había notado que usaba artículos de lujo de un vistazo. También, eso
significaba que Jeha era una persona peligrosa.

—Yo tampoco lo sé.

Mongryong le arrancó la tapa a la botella del agua. Jeha lo miró y sintió su visión borrosa. Al verlo,
Mongryong se la ofreció y le preguntó si quería un poco, pero él no aceptó.

Mongryong se tragó el agua. Después de tomarla toda, lanzó la botella a la basura. Luego comenzó a
desabotonarse la camisa lentamente desde la parte superior. —¡Concéntrate en el hombre que está a tu
lado! Rebotó ruidosamente.
—Prepárate, hagamos una buen video y salgamos de aquí.

—¿Video? Jeha no entendió la situación y miró a Mongryong. Mientras Mongryong sacudía la cabeza de
un lado al otro, su mano se concentraba en soltar los botones de su camisa. Justo antes de quedarse
atónito, Jeha recordó a Mongryong diciendo, que era su pasatiempo comerse a los hombres. Mongryong
se puso de rodillas sobre la cama con una mirada que no le agradó a Jeha.

Jeha arrugó lentamente la frente. De repente se daba cuenta de todo. Mongryong soltó una palabrota y
miró al hombre que lo acompañaba. —Grábalo bien. Que se vea su cara. —Ugh, Jeha luchaba por soltar
las cuerdas que ataban sus manos.

Mongryong chasqueó la lengua mientras lo miraba y se sentó con las piernas abiertas sobre su cintura.
Descansó los brazos sobre la cama, se inclinó y miró a Jeha desde arriba.

—¿Cómo te sientes?

Jeha lo miró con desprecio. Cuando Mongryong extendió la mano, le tocó el rostro. Jeha volvió la cabeza. A
Mongryong no le importó y retiró la cinta inmediatamente. El tipo que estaba a su lado, se había alistado
para tomar la foto con el teléfono celular.

Jeha, cuya boca estaba por fin libre, miró a Mongryong. Su voz estaba llena de maldad.

—Maldito.

—Encantado de verte de nuevo, guapo hyung. Soy Lee Mongryong. ¿Tienes un nombre?

—Cállate y suéltame.

—No creo que hayas entendido la situación. Piensa en lo que está debajo de mi culo.
Jeha lo miró con ojos muy agudos. Cuando Mongryong intentó tocar su rostro nuevamente, Jeha gritó —
¡Detente! y lo escupió. A Mongryong le picaba la nariz. Se limpió con la palma de la mano y lamió la saliva
con la lengua.

—Tu saliva es buena porque eres hermoso.

Luego extendió la mano y le tocó los genitales.

—Quítame las manos de encima.

—Creo que esto es mejor que tu saliva, quiero probarlo.

Su rostro estaba distorsionado y frío como una capa de hielo.

—¡Oye, bastardo!

Mongryong se echó a reír y volvió a ponerle la cinta adhesiva en la boca. Jeha sacudió su cuerpo.

El cuerpo de Mongryong también se movió. Su cara cambió a una expresión lasciva y se lamió los labios.
Mientras tanto, acariciaba las mejillas de Jeha, quien lo miraba fijamente a los ojos. La mano con la que
Mongryong le tocaba las mejillas era muy tierna.
—Quédate quieto. ¿Por qué sigues moviéndote, joder, realmente no lo has entendido?

Mongryong se echó a reír y le dijo al hombre que estaba a su lado que comenzara.

Mongryong terminó de desabrocharse la camisa. Esta se deslizó por su hombro y cayó al suelo. Cuando
sacó su brazo, reveló la parte superior de su cuerpo. A diferencia de su lindo rostro, su músculos estaban
marcados y tenía cicatrices en todo el cuerpo.

Mongryong extendió la mano y comenzó a quitarle la camisa a Jeha. La piel bronceada se reveló a través
de su camisa abierta. Sus músculos eran perfectos, como si hubieran sido esculpidos.

—¡Fiu - fiu! Mongryong silbó por lo bajo. Luego inclinó la parte superior de su cuerpo y mantuvo la misma
posición. En el momento en que puso los labios sobre el pecho de Jeha, sus cejas temblaron. El poder de
sus ojos fue capturado con la cámara.

A través del espejo que estaba en el techo, pudo ver a Mongryong semidesnudo sobre su cuerpo, sin
ningún filtro. Jeha lo miraba como si estuviera aturdido.

Mongryong le lamió el pecho con la lengua y le tocó los pezones. Cuando estos se pusieron erectos con
emoción, sintió como su parte baja se ponía dura. Su pene, con la fricción del hombre sentado en sus
caderas, aumentó gradualmente de tamaño. Cuando Mongryong frotaba sus nalgas y lo estimulaba aún
más, sus cejas oscuras se apretaban y luego volvían a relajarse.

Lo lamía y le metía la lengua en la mitad del pecho. Se sentó entre sus piernas y puso las manos sobre su
cinturón. Después de un tiempo, el cinturón se desabrochó con un clic. Pronto, le soltó la hebilla y le bajó la
cremallera.

Pudo ver su miembro hinchado a través de la cremallera abierta. Estaba a punto de estallar y maldijo por la
furia que sentía por ello. Mongryong lo tocó una y otra vez con suavidad. Jeha sacudía su cuerpo y
maldecía, pero no podía ser escuchado.
Cuando metió la mano dentro de sus calzoncillos, Jeha intentó levantar el cuello como si fuera un
submarino. Sus globos oculares estaban a punto de explotar y se sintió un chirrido proveniente de la cinta
que le cubría la boca.

Cuando le bajó los calzoncillos y sacó sus genitales, su miembro grande saltó y casi rebotó. Mongryong
frunció el ceño por un momento, al ver lo grande que era, y luego miró a su amigo. Le preguntó con los
ojos si estaba tomando bien las fotos y el tipo asintió con mucha tensión.

Se mojó los labios un par de veces con la lengua. Abrió la boca y tomó su pene. Por un momento, tuvo que
detenerse. El enorme pene no le cabía en la boca. Después de empujarlo hasta el fondo de su garganta,
comenzó a moverse varias veces hacia adelante y hacia atrás, solo se escuchaba su fuerte aliento.

Mongryong le tocaba los testículos con las manos y le presionaba el glande con la lengua. Su cuerpo se
estremecía de una manera diferente a la de antes. Con la cabeza inclinada, le lamió lentamente el pene
desde la base hasta la punta. Después de apretarle suavemente los testículos, se los soltaba y los
estimulaba nuevamente. El sonido de su respiración se hacía cada vez más áspero.

El líquido transparente fluyó poco a poco desde la punta del glande. Mongryong lo probó con la lengua, lo
puso dentro de su boca de nuevo y lo succionó hasta hundirlo en el fondo de su garganta. Mientras movía
la cabeza de un lado al otro en ese estado, Jeha sacudió la cintura.

Era diferente que antes. Esta vez no hacía un movimiento para escapar, era como si se estuviera
preparando para correrse.

Mas tarde, incluso sin que Mongryong se moviera, sus empujes continuaron. Fue un acto tan brutal que el
pene se le salió de la boca. De repente, Mongryong sintió un escalofrío en la espalda como si él, se hubiera
corrido en su ano y no en su boca.
En el momento en que intentó apartar el pene de su cavidad, este explotó y derramó mucho líquido
caliente.

El olor a flores de castaño se extendió en su boca. Mongryong babeó y siguió drenando su pene mientras
el semen se derramaba. El fuerte aroma todavía estaba allí.

De repente, el Mongryong de antes apareció de nuevo. Se enfrentó a Jeha con la misma actitud de
siempre. Los genitales se habían calmado debajo de sus caderas, como si hubiera muerto. Mongryong le
retiró lentamente la cinta de la boca. Jeha miró a Mongryong con un brillo en sus ojos enrojecidos. Si había
algo diferente esta vez, era su gran deseo de matar.

—¡Tu…Hijo de puta…!

Jeha, cuya boca estaba libre, escupió una palabrota. Su mandíbula apretada tembló. Su voz estaba llena de
sentimientos de ira y arrogancia.

Mongryong bajó la mirada hacia sus ojos y lo besó mientras le sostenía la barbilla. Jeha trató de cerrar la
boca con fuerza. Mongryong escupió el semen que había acumulado, dentro de la boca de Jeha, con un
beso profundo.

Mongryong lamió nuevamente el semen que se escurría por su boca. Aún no se había calmado, el fuerte
aliento de Jeha lo hacía latir con fuerza. Con voz somnolienta dijo:
—¿A que sabe? ¿Es la primera vez que pruebas el tuyo?

Jeha sacudió el cuerpo con ira y cerró la boca con fuerza. Líneas de sangre comenzaron a aparecer en sus
ojos. Mongryong volvió a ponerle la cinta adhesiva sin importarle su sufrimiento.

Inesperadamente, sus ojos se abrieron un poco y rápidamente se desmoronó. Mongryong volvió a mirar a
Jeha y le tocó la mejilla. Como felicitándolo por haberlo hecho bien.

—Ah, cuanto más te miro, más me gustas. Tu cara es totalmente de mi gusto.

Mongryong se bajó de la cama y recogió la camisa que había caído al suelo. Metió los brazos y cerró los
botones uno tras otro. Después de ponerse la chaqueta, se acercó a Jeha y le cerró cuidadosamente los
pantalones. Hizo lo mismo con la camisa. Al mirarlo a través del espejo del techo, Jeha se rió con asombro.
Sangyun, con la máscara junto a él, le entregó el teléfono celular a Mongryong. La foto había sido tomada
hace mucho tiempo. Mongryong se la mostró a Jeha.

—Te lo advierto, no me busques más, ni tampoco a mi hermana. OK, de lo contrario voy a difundir
esto. Te venderán hasta el día de tu muerte.

Mongryong puso su teléfono celular en la chaqueta. Después de decirle que se saliera al tipo de la máscara,
se detuvo antes de salir de la habitación. Cuando volvió a acercarse a Jeha, le miró la cara. Le preguntó: —
¿Tienes hermanos mayores? Mongryong murmuraba como si estuviera teniendo un diálogo interno. Es
extraño. Incluso si se parecen, son demasiado similares. Luego se echó a reír. No podía ser. Era ridículo
relacionar a un gánster con un fiscal. Sacudió la cabeza y luego siguió a Sangyun. Pensó que era mejor
escapar antes de que los subordinados del sujeto lo encontraran.
Con el sonido de pasos, la puerta se cerró y Jeha se sintió morir al mirarse en el espejo del techo. El hecho
de que se excitara y se corriera en su boca lo ponía más furioso que la posibilidad de haber sido golpeado
por él. El acto se había sentido doblemente vergonzoso, ya que había visto todo desde el techo.

En la boca, todavía sentía el sabor picante del semen que acababa de probar. Cerró los ojos con fuerza y
tragó bruscamente. Prometió que, si salía de allí, atraparía a ese perro loco y le arrancaría la piel mientras
aún estuviera vivo.

***

Ho echó un vistazo dentro del edificio y llamó a Magang.

—Magang hyung.

Doosan, el brazo derecho de Jeha, era el mayor, lo seguía Magang y luego Ho. Cuando nacieron los
trillizos, su padre los llamó, Baek Doosan, Baek Magang y Baek Ho.

Sin embargo, cuando el padre se enteró que el orden del nacimiento había sido mal informado, “Ho” fue
cambiado a “Ro” y el nombre de Baek Ho cuando niño, paso a ser Baek Ro. Debido eso, lo molestaron
mucho cuando era pequeño y lo primero que hizo cuando se convirtió en adulto, fue cambiarse el nombre.
También tuvo que hacerlo, porque Doosan y Magang lo obligaron.

En realidad, a Baek Ho también le gustaba su antiguo nombre. Sentía que tenía su esencia.

—Hyung, ¿No te parece extraño?

—¿Qué?

—El jefe. ¿Por qué estaba en el motel? ¿Doosan te ha contado algo?

—No.

—Hey, No seas así, dime. Ho golpeó a Magang y Magang le dijo que no lo hiciera. Doosan le había
enviado la dirección del motel a su teléfono celular, y por eso estaban allí. Por supuesto, Doosan no estaba
solo en el motel.
Tenían curiosidad por saber, por qué Jeha se encontraba allí en ese momento, pero Doosan no podía
contarles. Más bien, le habían ordenado que no hablara.

Ho tenía mucha curiosidad y puso los ojos en blanco, como con cara de moribundo.

—Sin importar cuánto lo piense, es muy extraño.

—Este niño. No seas inútil y haz bien tu trabajo. ¿Abrió la boca?

—No lo sé. Está en un almacén en Yangsu-ri. Lo interrogamos, pero no dijo nada.

—¿Dijiste que era su amigo?

Ho asintió con la cabeza.

—Así es. De todos modos, alguien informó que vieron al pequeño bastardo pasando por ahí hace
unos días. Pero dicen, que él no era solo su amigo

—¿Podrás atraparlo?

—No te preocupes. ¿Acaso no sabes quién soy? Estoy seguro de que regresará a ese lugar, porque es
muy amigo de ese bastardo. Luego lo atraparé y lo llevaré a rastras hasta donde el jefe.

—Como que a rastras. ¿No escuchaste al jefe? Tienes que deshacerte de él en silencio. No vayas a
hacer un escándalo.

—Ok, Ok. Lo haré como dices.

Ho asintió, diciendo que ya lo sabía. Magang sacó un cigarrillo del bolsillo y lo mordió, pero en ese
momento Doosan salió del interior. El cigarrillo que Magang había llevado a su boca, fue puesto
nuevamente en la caja y luego introducido en el bolsillo interior. La cara de Doosan no se veía bien.

—Prepara el auto.

—¿A dónde vas?

—A Yangsu-ri

—¿Quieres verlo tú mismo?


Doosan asintió con la cabeza. Magang sacudió los hombros, mientras se acercaba a Ho y este sacó la llave
del auto de su bolsillo. Los dos se dirigieron hacia el auto que estaba estacionado en la carretera.

- Fin de la Historia 1-

SEGUNDA HISTORIA PARTE 1

Mongryong bajó las escaleras y pasó a la clandestinidad. Se puso en el rincón más apartado, pero el
ambiente se sentía raro. Dejó de caminar por un momento y miró a su alrededor. Era extrañamente
diferente, a pesar de que todo se veía igual. Se dirigió a la oficina de Seunghyun, pero la puerta se abrió y
salió un empleado. Tenía un moretón en el rostro.
En el momento en que Mongryong lo vio, endureció el rostro. El empleado miró a su alrededor una vez
más y rápidamente se acercó a Mongryong. Había trabajado en la tienda de su amigo, durante
aproximadamente un año, pero a veces salía a beber unas copas con Mongryong.
—Hyung. No puedes venir aquí.
—¿Y Seunghyun?
El hombre miró a su alrededor una vez más con ojos ansiosos. Luego empujó la espalda de Mongryong. Le
instaba a que se marchara rápido. Mongryong se apartó, se dio la vuelta y miró al empleado.
—¿Qué estás haciendo? ¿Dónde está Seunghyun?
—No hables. Estaban furiosos. Vinieron a buscarte, pusieron la tienda patas arriba y se llevaron a
rastras a mi jefe.
La mirada de Mongryong se oscureció. Supo exactamente de lo que estaba hablando el empleado. Se
mordió el labio inferior y barrió el flequillo que cubría su frente.
—¿Cuándo pasó?
—Ayer por la mañana. Te estaban buscando, pero el jefe dijo que nunca te había visto. Luego él se
dio cuenta de que ellos sabían todo.
—¿No dijeron a donde lo llevaban?
—Eh…El empleado vaciló y mordió sus labios. Mongryong le preguntó por qué estaba hablando, y el
empleado le tocó la espalda.
—Les dije que te contaría todo cuando vinieras… El jefe nunca me dijo… .
En la cara del empleado se notaba el conflicto que sentía. Mongryong apretó los dientes con fuerza. Solo
tenían la intención de usar a Kim Seunghyun en su contra. Era una locura. Estaba claro que todavía creían
que estaba saliendo con Lee Mongryong.
Mongryong puso la mano sobre el hombro del empleado y la apretó. Los ojos del empleado temblaron.
—Dímelo. Iré y lo rescataré.

***
Seunghyun levantó la cabeza, con la cara ensangrentada. Tenía los parpados hinchados y la boca
reventada, lo cual era un desastre. Veía a unos hombres reunidos alrededor de una hoguera, hablando y
burlándose.
Miró a su alrededor. Dentro del almacén abandonado había un tambor, y en un rincón se acumulaba
mucha basura, también había carne en el piso, y no sabía de qué clase era.
Uno de los tipos grandes sacó un cuchillo y se lo pasó por debajo de las uñas, y después de confirmar que
Seunghyun estaba despierto, se rió a carcajadas. Después de un rato, se escuchó un auto afuera, y la horda
de hombres se reunió rápidamente alrededor de la entrada, alineada en dos filas.
Pudo escuchar el sonido de pasos. Tres hombres enormes entraron al almacén. Seunghyun se preguntaba
si estaba equivocado. Los tres tenían la misma cara. ¿Son trillizos? Tres hombres con la misma cara, que
culpan por algo a Mongryong y lo persiguen.
—Oh, comprendió que los había visto antes. Alguna vez había escuchado hablar de los trillizos Baek Sung.
No le sorprendía que fueran tan crueles y nadie se atreviera a tocarlos. Pero ¿Por qué razón estaba
Mongryong involucrado con ellos?
Caminaron hacia Seunghyun y la multitud restante se paró detrás de ellos. Seunghyun levantó la cabeza y
miró al hombre que estaba al frente. Era un hombre que tenía una cicatriz desde la sien hasta la barbilla.
Los ojos del hombre miraron directamente a Seunghyun y también observó su alrededor. Cuando vio la
carne y la sangre botada en el piso, se impresionó. —¿Qué es eso?
Uno de los tipos de atrás se adelantó con una cara confundida.
— Lo siento, Hyung. Los chicos comieron pollo hace unos días.
—Estos chicos están locos… .
Los demás hombres se agacharon como pidiendo perdón. Seunghyun, que había pensado que esa carne
era humana, soltó una carcajada. En ese momento, un hombre con anteojos, entre los tres trillizos, se
adelantó y estrelló el puño contra la cara de Seunghyun.
Con el sonido del golpe, la cara de Seunghyun se volvió hacia el otro lado. Era como si hubiera sido
golpeado por un tronco, no por un puño. Seunghyun se sentía mareado, pero sacudió la cabeza una vez
más, para despertarse.
—¿Qué? ¿Por qué te ríes?
Magang golpeó las mejillas de Seunghyun, lo suficiente para hacer ruido. Sus mejillas se pusieron rojas.
Cada vez que volteaba la cara hacia el otro lado, la cara de Seunghyun se ponía más rígida.
—Sonríe de nuevo, perra. ¿Eh? ¿No te vas a reír?
Su voz hizo un eco bajo, causando tensión en el almacén. Seunghyun no se acobardó, levantó la vista y lo
miró con odio. A Magang no le gustó, se quitó el reloj e intentó golpear a Seunghyun nuevamente, pero
Doosan levantó la mano para detenerlo.
—Detente. No tienes que quitarle el orgullo a un tipo rudo.
Magang observó a Doosan, luego suspiró brevemente, pateó el reloj que estaba tratando de quitarse,
luego se dio la vuelta y retrocedió. A diferencia de Magang que era de sangre caliente, Doosan era astuto y
tranquilo. Eran gemelos nacidos del mismo saco, pero solo sus caras eran iguales, sus personalidades eran
ligeramente diferentes. Pasaba lo mismo con Ho.
—Habla. ¿Dónde está Lee Mongryong?
“Les dije que no sé quién es.
—¿Incluso cuando pasó por tu tienda hace unos días?
—¿Crees que solo uno o dos clientes vienen a nuestra tienda?
Seunghyun hizo una mueca, como si realmente no supiera nada, y Doosan se frotó la frente con la cara
cansada. Quería estar lo más tranquilo posible, pero este tipo en realidad no estaba ayudando. Mientras se
preguntaba qué hacer con él, escuchó el sonido de una motocicleta desde atrás. —Nadie nunca viene
aquí, ¿Verdad?
En la entrada, apareció la figura que más esperaba. Mongryong entró, girando uno de esos bates de
beisbol, una y otra vez. Doosan se echó a reír cuando vio que la situación estaba mejorando. Seunghyun
puso una mirada desesperada, después de confirmar la aparición de Mongryong entre los hombres.
—Estas aquí. Aún eres leal. Pensé que te habías escapado, pero veo que te hace falta este bastardo.
—El sería un cadáver si no vengo.
—No tengo nada que decir. Deja eso y ven aquí. A menos que quieras acabar con esto rápido.
—No, antes de eso, parece haber algún malentendido.
Doosan levantó una ceja ante esa palabra. —¿Malentendido?
—Ya hablé con tu jefe antes. En la habitación del motel. Así que libera a mi amigo.
Al oír la palabra motel, Magang y Ho miraron a Doosan. Se morían por preguntar qué había pasado allí.
Doosan también se preguntaba lo mismo.
Cuando llegó a la habitación del motel, las extremidades de Jeha, estaban atadas a la cama. Pensó que no
se trataba de nada serio.
En los brazos y tobillos de Jeha, había marcas de rozaduras de cuerdas claramente visibles. Fue la primera
vez que ocurría tal desgracia. Pero no fue capaz de decir algo al respecto.
Doosan ni siquiera se atrevió a preguntar primero. De todos modos, había pensado que todo era un
malentendido. Quería saber con que chica loca lo había hecho, pero nunca pensó que se tratara de Lee
Mongryong.
Doosan miró a Mongryong sin decir una palabra.
—Tengo algo que puede ser fatal para tu guapo hyung.
—¿Qué es eso? Ho, que no podía superar la curiosidad, preguntó y como si Doosan lo estuviera
esperando, levantó la mano.
—No importa. Hoy no saldrás vivo de aquí.
—¿Qué puedo hacer? Le pedí a alguien que lo difundiera si yo no volvía.
—Está bien. Lo que hagas no me importa.
—Wow, ¿En serio? ¿Incluso si tu hyung está jadeando debajo de mí?
La frente de Doosan tembló ligeramente. Magang y Ho estaban impresionados y los otros hombres no
podían creerlo. Mongryong levantó el brazo con una expresión, como si realmente no quisiera hacer eso.
—Se que no me crees. Pero la polla de tu Hyung es pequeña. ¿Verdad?
Al mismo tiempo, los ojos de los hombres se volvieron hacia Doosan. Se preguntaban si eso era cierto.
Doosan endureció el rostro y tenía la cara al rojo vivo. Fuera cierto o no, no podía soportar que ese loco
siguiera diciendo blasfemias de su jefe.
Mongryong sacudió la cabeza y dijo:
—¿No es así? ¿Es un poco más pequeña que esto?
Doosan apretó los dientes y les indicó a sus hombres que lo atraparan y lo arrastraran hacia él. Los
hombres sacaron los cuchillos y lo rodearon, luego se acercaron a Mongryong.
—¡Corre!
Gritó Seunghyun, mientras se ponía de pie. Mongryong movió ligeramente la mano, con el bate de beisbol.
—Oh, podemos negociar.
—Te deseo vivo ahora. ¿Sabes? Y también me quedaré con el salvavidas.
—¿Tienes algo en el oído? ¿Por qué sigues repitiendo lo mismo? Ya hablé con tu jefe.
Mongryong le dijo que, si no le creía, hiciera una llamada telefónica, pero Doosan le dijo que se callara,
como si no tuviera más nada que escuchar. Sin embargo, su teléfono sonó en el almacén, como si estuviera
esperando en el momento, en el que iban a atacar los gigantes.
Doosan, quien confirmó quien lo llamaba, les gritó a todos que se detuvieran, y la multitud se detuvo en el
acto. A pocos pasos de distancia, se formó una situación, en la que no era divertido que Mongryong y los
gigantes se enfrentaran.
Mongryong movió los ojos, para ver el estado de Seunghyun en la parte posterior, y a Doosan que estaba
hablando por teléfono.
—Si, Hyung.

***
Al ver que había dicho Hyung, Mongryong inmediatamente pensó que se trataba del jefe guapo. Luego fijó
su mirada en Doosan y acomodó el bate de beisbol en su mano. Estaba planeando golpearlo primero. Al
mirar a Doosan alternadamente con la multitud, observó como la cara de Doosan mostraba cada vez más
su incomodidad.
—¿Es en serio?
Su mirada en forma de espada, atravesó a Mongryong.
—Si, entiendo. Lo llevaré ahora. Si. Si, Hyung.
Doosan colgó y guardó el teléfono en el bolsillo. No se veía muy convencido. Había mucho silencio en el
almacén. Luego miró a Mongryong y rompió el silencio abriendo la boca primero.
—Mi jefe quiere verte.
Mongryong se encogió. Se dio cuenta del tipo de compensación que tendría que pagar. Los hombres se
pusieron en guardia y se prepararon para lo que tenían que hacer.
—Si me sigues sin problemas, dejaré ir a tu amigo.
Mongryong miró a Doosan con sorpresa y luego vio a Seunghyun en la parte de atrás. Seunghyun le hizo
un gesto con la cabeza, como indicándole que no aceptara. Mongryong volvió a mirar a Doosan. Luego
arrojó el bate de beisbol a un lado, despreocupadamente.
—¡Mongryong!
Exclamó Seunghyun. Mongryong mostró que tenía las manos vacías y expresó su disposición a seguirlos.
Doosan hizo un gesto con la cabeza y dos de sus hombres fueron por Mongryong, luego retorcieron sus
brazos hacia atrás al atraparlo.
—Oh, demonios. ¡Duele! ¡Mi brazo! ¡Mi brazo!
Mongryong los miró con irritación y luego se volvió para gritarle a Doosan.
—Lo prometiste. Libera a mi amigo inmediatamente, si le tocas un pelo, tú y tu jefe sabrán lo que es
el infierno.
Doosan hizo un gesto de desprecio, como si hubiera escuchado una broma infantil.
[Tráelo aquí. Amarrado.]
Jeha de repente había cambiado de opinión. Pensaba en el motivo, pero no encontraba una respuesta. Al
resto de los hombres se les ordenó liberar a Seunghyun, quien estaba atado a la silla.
Doosan salió del almacén primero. Mongryong, que estaba siendo arrastrado por sus hombres, apretaba
los dientes. Seunghyun lo llamó muchas veces desde atrás, pero Mongryong nunca se dio la vuelta.

***

—Hermanito, ¿Realmente no sabes nada?


Ho acercó su rostro a Magang. Este se sorprendió y movió la cara hacia otro lado. —Deja eso, hombre.
Tenían la misma cara, pero aún no podía acostumbrarse a verla tan cerca.
—No, no sé nada.
—No, ¿No tienes curiosidad de saber por qué el jefe, de repente nos pide que se lo llevemos?
—No tengo curiosidad”.
Magang respondió sin rodeos y Ho torció los ojos. En el almacén, Mongryong obviamente había dicho algo
extraño. Al mirar la expresión de Doosan, pudo notar algo. Pero sabía que Jeha no tenía esas preferencias.
Lo había visto dormir con mujeres, pero nunca con un hombre. Y mucho menos con el loco que le mordió
la oreja.
—En realidad, el jefe es como ese tipo.
Magang volteó los ojos. —Hey, ten cuidado. Ho se rascó la nariz, pensativo. No importaba que tanto lo
pensara, no podía entender esa situación tan poco convincente. Su jefe no quería que lo mataran de
inmediato, pensaba encerrarlo en una bodega. Pero sorprendentemente, esa bodega, quedaba en el patio
delantero de su casa.

SEGUNDA HISTORIA PARTE 2

Mongryong, estaba sentado con las manos atadas hacia atrás, dentro del almacén. Lo habían arrastrado
con los ojos vendados y no sabía dónde se encontraba. No podía ver nada más, que un montón de basura,
unas palas y tijeras de jardín. También había ladrillos apilados.

Llevaba mucho tiempo esperando, y de repente la puerta se abrió y entró Jeha. Doosan lo seguía.

Mongryong miró al suelo. Sintió un chirrido y vio una sombra que se extendía en el piso. Cuando levantó la
cabeza ligeramente, vio unos zapatos oscuros y muy caros. Mientras seguía levantado la mirada, vio unas
piernas largas y el reloj que el hombre llevaba puesto.

Pero lo que vio cuando subió más arriba, fue un rostro como piedra, que lo miraba con frialdad.
Mongryong se echó a reír, empujando un extremo de su boca a la fuerza.

—Que gusto verte de nuevo.”

¡Zaz! El golpe fue aterrador. Mongryong se cayó al suelo. Las patadas no se detuvieron. ¡Zaz! ¡Zaz! La
fuerza de las patadas era impresionante. Mongryong trató de agacharse lo mejor posible, para esquivar los
golpes, pero no fue suficiente.

Después de un rato, se escuchó un chirrido. Mongryong temblaba en el suelo, mientras gemía. Pensando
que ya había terminado de patearlo, intentó abrir los ojos. Un brazo fuerte lo agarró por la parte posterior
de la cabeza, y tal como estaba, Mongryong fue sentado nuevamente en la silla. No, en lugar de
sentarse, fue obligado a hacerlo.

Jeha lo agarró por la espalda y levantó la cara de Mongryong. Tenía los labios partidos y los ojos
hinchados.

Mongryong abrió los ojos y sonrió de nuevo.

—…tu personalidad es realmente…horrible.

Un extremo de su boca se levantó con brutalidad. Mongryong estaba a punto de desmayarse.

—Tú…maldito bastardo… .

Jeha hizo contacto visual con Mongryong, e intentó decirle algo, pero cerró la boca con fuerza.

Mongryong sospechó de que se trataba. Tal vez quería saber dónde estaba lo que grabó ese día. Pero al
darse cuenta de que Doosan estaba allí, dijo otra cosa.

—Prefiero hacerte suplicar por tu muerte.


—Hmmm, en el momento en que el cuerpo de Mongryong fue liberado, este comenzó a caer, desde la
cabeza hacia el suelo. Tenía los ojos cerrados por la fuerza y su mente perdida. Jeha observaba su figura.
Doosan, que estaba a su lado, le hizo una pregunta.

—¿Qué piensa hacer?

Jeha sacó un pañuelo y se limpió la sangre de la mano. —OK.

Doosan lo observaba con sorpresa. Cuando hacia el trabajo, se movía como una máquina. Como una
persona sin emociones, hacía todo siempre del mismo modo. Es por ello que el Director Seok, le confió el
trabajo de buscar a Cho. Tal vez, su misión era deshacerse de ratas y pájaros sin familia.

Pero ahora sus acciones estaban motivadas por algo diferente. Doosan permaneció en silencio. Jeha salió
del almacén, luego de mirar fijamente hacia el suelo durante mucho tiempo. Después de echarle un vistazo,
al lugar donde estaba tirado Mongryong, Doosan siguió a Jeha.

****

Junyoung levantó sus lentes y puso una cara de incredulidad. El documento en su mano contenía
información sobre Hyeyoung, la hermana mayor de Mongryong. Y había un nombre más familiar. Era su
hermano menor, Cho Young-min.

—Entonces, secretaria, usted dice que estos dos… .

—Sí. Creo que es un asunto importante. Debido a eso, el grupo Ilsung, esta puesto patas arriba
ahora. Era como la mano derecha del Director Cho, pero no es lo mismo que tener una aventura con
el gerente de una empresa pequeña, por eso escaparon.

Junyoung movió los ojos y volvió a revisar los documentos. La hermana mayor de Mongryong, parecía
haber hecho lo que la secretaria decía. Ella parecía tener novio, y recordó que Mongryong estaba
preocupado al respecto.

—¿Cómo dijiste que se conocieron?

—No conozco los detalles, pero creo que vivieron juntos en un orfanato, allí se conocieron.

—Ah. Junyoung suspiró. El orfanato era un templo donde Mongryong y Hyeyoung, crecieron hasta
convertirse en adultos.

—¿No sabes dónde está ahora?

—Sí. Estaba frenético, porque lo están buscando, pero creo que ha logrado escapar. Cho dijo que
algunos de los activos que estaban a su nombre ya fueron liquidados.

La oficial Park, hablaba apresuradamente con Junyoung, porque no sabía que Cho era su familia.

Junyoung se mordió el labio inferior. Era su medio hermano, pero recordó el rostro de Sarah llorando
desconsoladamente, porque su esposo tenía una aventura amorosa. Tuvo que afilar los dientes para no
demostrar su sorpresa. La oponente en ese evento, era la hermana mayor de Mongryong. Era simplemente
asombroso.
—Wow, Junyoung suspiró por un largo tiempo. Empezó a organizar sus pensamientos. Entonces,
¿Mongryong se habría ido con Hyeyoung?
—Oh, ¿Lograste contactar al amigo que te mencioné antes?”

—Sí. El amigo, llamado Kim Seunghyun llamó mientras usted llegaba. No pudo contactarlo
inmediatamente porque se encontraba un poco mal, pero dijo que vendría aquí. Le pregunté por Lee
Mongryong, pero me dijo que se reuniría con el fiscal en persona. Parecía ser un amigo muy
precavido.

—Ya veo. Junyoung reflexionó. Era el único amigo que conocía, entre los amigos de Mongryong. Tuvo
problemas para encontrarlo porque no conocía su nombre completo. Su amigo le diría donde estaba Lee
Mongryong, por eso le había pedido a la secretaria que lo contactara.

Después de unos instantes, se escuchó un golpe y la puerta se abrió un poco. Apareció un joven con la cara
hinchada. Junyoung notó al instante, que se trataba de Kim Seunghyun, quien había dicho que pasaría por
la mañana. Y estaba seguro de que él sabía dónde estaba Mongryong.

***

Mongryong miró alrededor del almacén. Tenía la cara hinchada, por lo que no podía ver muy bien. Se
preguntaba, cuantas cachetadas le habían dado mientras dormía. Miró al interior del almacén una vez más,
con los ojos más abiertos. Estaba intentando buscar algo para poder escapar.

Las cajas estaban apiladas en un lado, pero no había indicios de que la cuerda que lo ataba pudiera
romperse. Había visto unas tijeras de jardín, hasta que llegaron a golpearlo. Pero lo único que veía ahora,
era un montón de ladrillos. Será que no podré salir de aquí, ¿Moriré así?

Murmuró, como si estuviera loco, y sintió mucho dolor porque sus labios estaban rotos.

En ese momento, la puerta se sacudió varias veces y una luz brillante entró en el almacén. Había una figura
conocida, parada en la puerta. Era el más joven de los trillizos. —¿Dijo que se llamaba Baek Ho?

Estuvieron a punto de matarlo a golpes, pero irónicamente le traían comida. Cuando pensó que le traía
arroz, se dio cuenta que solo era pan. Ho arrojó el pan, frente a Mongryong.

Mongryong lo observó con una cara conmovedora.

—…Oye, hyung. Tengo una petición.

—¿Quién es tu hyung?”

Mongryong sonrió alegremente y dijo: —Ah, ¿Por qué eres así?

Ho recordó las palabras de su segundo hermano, Magang. Este le había advertido que le entregara el pan a
Mongryong, sin hablar con él.

—¿Puedes soltarme?

—¿Estás loco?

—No, necesito las manos para comerme el pan.


—¿Por qué comiste bien por la mañana, sin soltarte?

—Estoy herido, no puedo arrastrarme y comerlo. Si me sueltas, no olvidaré tu bondad.

—¿Acaso necesito que me des las gracias?

—¿No me van a matar de todos modos? Esta podría ser mi última comida…Mi último deseo es
comer, como una persona normal. Así estaré feliz de encontrarme con mi padre y mi madre en el
cielo.

Ho miró a Mongryong, quien decía que sus padres habían muerto. Mongryong suspiraba con una
expresión de dolor incomparable.

—¿No dijiste que eras huérfano?

—¿Acaso los huérfanos no tienen padres? Cuando era más pequeño, vivíamos juntos. En realidad, mi
madre estuvo enferma desde el día que nací. Mentía todos los días…Así que todos mis amigos
pensaban que no tenía madre. Mi casa también era muy pobre…se burlaban de mí en la escuela…me
golpeaban…cuando mi padre llegaba…también me golpeaba…una y otra vez.

Mongryong le contaba sus recuerdos a Ho, como si de verdad hubieran ocurrido. Ho movía la cabeza con
incredulidad, pensando que no podía dejar que lo engañara. Mongryong lo miró a los ojos una vez más, y
puso la cara llorosa, con tristeza en su voz.

—Pero un día, regresé de la escuela y mi madre estaba sentada en el piso, como si fuera un milagro.
Qué lindo fue ver a mi madre mejorar, en lugar de estar acostada todo el día…simplemente corrí y la
abracé, y mi madre me acarició el cabello…Bien… ¡Cof, cof! …Hijo…Eres mi hijo…por eso…te digo… .

La voz de Mongryong era mordaz. Los ojos de Ho estaban un poco rojos. ¿Era mayor, tenía tos? ¿Qué pasó
después? Preguntó. Mongryong se rió amargamente y continuó hablando.

—Pero eso fue lo último. Murió ese día… Me cocinaba el arroz…Me cosía la ropa vieja…Yo ponía mi
cabeza sobre sus rodillas…Me cantaba una canción de cuna… Lo siento…Lo siento…Cuantas
veces…Lo dijo…Hmmm…Se que voy a morir…estoy sufriendo… ¡Ah!
Mongryong dejó de hablar y se sonó la nariz. Entonces, sacudió la cabeza y no pudo hablar más. Cuando lo
vio, Ho chasqueó la lengua. Se acordó de sus padres. Su madre se escapó y su padre volvió a casarse y
luego estuvo al cuidado de su madrastra. Entonces, pudo imaginarse su sufrimiento.

Ho se sonó la nariz, hasta que le dolió.

—Lo siento…sé que no te conozco…pero me acordé de mi madre.

—¿Por qué?

—Cuando era un niño, agarré a mi madre enferma y le pedí que diera a luz a otro hermano. Ni
siquiera sabía lo enferma que estaba … como un idiota… .

Ho parecía estar triste otra vez. La persona que habían tomado como rehén estaba atrapada y la situación
era incómoda. Se rascó la espalda, y luego salió a la puerta y miró. Afortunadamente, no había otra persona
cerca, además de él. Cuando regresó a su lugar, se acercó a la parte de atrás de Mongryong y se puso en
cuclillas.
—Comerás y luego te ataré de nuevo. ¿OK?

Mongryong asintió con la cabeza gacha. —Gracias, hyung. Su voz seguía siendo llorosa. Sin embargo, su
mirada se dirigió al ladrillo que estaba detrás de él.

***

Le entregó los documentos a Jeha en las manos. Era información sobre Mongryong. También había un
registro de chequeo de salud. Había tenido un “accidente” con él la última vez, así que Jeha le ordenó que
le extrajeran sangre y luego la examinaran. Afortunadamente, no parecía tener ninguna enfermedad.

Doosan se paró frente a él, listo para responderle en cualquier momento.

—Ni siquiera se sabe quiénes son sus padres.

—Si. Al parecer fue abandonado en Gwanghanru, en Nanwon, en un templo cercano. Cho estuvo
viviendo allí, por un tiempo también.

—¿Lee Hyeyoung es su verdadera hermana?

—Solo me dijeron, que los encontraron en el mismo lugar, ese día. Lee Mongryong fue puesto en
una canasta, porque era un bebé recién nacido, y Lee Hyeyoung, tenía señales de abuso en el
momento que los encontraron, y también mostraba signos de afasia. Habían pasado unos años,
desde que se había quedado sin habla, y decía que no podía recordar lo que le sucedió antes.

—¿Estás diciendo, que puede que no sean hermanos de sangre?

—No tengo pruebas, creo que debo investigar más. Pero si es por la apariencia, no encuentro
ninguna similitud entre ellos.

—Sería una ironía, si tienes razón. No son de la misma sangre, y, aun así, él está en un patio,
encerrado y lleno de problemas por su culpa.

Se rió con amargura, al recordar con ello, su relación con Junyoung.

La madre de Junyoung había muerto después de su divorcio con el director Seok. Poco después, hubo un
rumor de él que tenía una amante, pero eso no era cierto. A la gente le gustaba inventar rumores.

Incluso, cuando la esposa del director Seok, que gozaba de buena salud, murió repentinamente de una
enfermedad, se dijo por un tiempo que su madre había estado involucrada. Era por eso, que su abuelo,
quien ya había fallecido, odiaba mucho a su madre y a sus hijos. Acaso no fue claro, ¿Cuándo miró a su
madre antes de morir y le deseó que los partiera un rayo a todos, antes de su último aliento? No importaba
lo loco que sonara. Al mismo tiempo, solo Seok Junyoung observaba todo con tristeza.

Recordó lo que murmuró su boca en ese momento. —Yo también soy tu sangre, pero luego descubrió
por qué la odiaba tanto. Su madre le había dicho, que había crecido sola sin siquiera conocer a sus padres.
Y sin importar cuánto lo intentó, nunca logró ganarse el afecto del abuelo.

Los siguientes documentos, le llamaron mucho la atención. Allí estaban registrados los antecedentes
penales de Lee Mongryong. Estuvo varias veces en prisión, desde los 18 años. Las razones también eran
muy diversas. Violencia, drogas y… ¿Producción de bombas? Jeha, al ver ese dato, frunció el ceño. Se
preguntó qué razón habría tenido para hacer una bomba.

—¿Qué es esto?

Doosan dio un paso adelante, miró los papeles y comenzó a explicarle.

—Lee Mongryong estuvo trabajando en Gwangmunpa por un tiempo.

—¿Gwangmunpa?

—Sí. Trabajaba para Choi Gwangmun. El año pasado, él lo visitó en el casino.

Jeha trató de recordarlo. Hace aproximadamente un año, recordó que alguien lo había visitado por
cuestiones relacionadas a la construcción y aprobación de casinos. El nombre de la compañía parecía ser
similar también. Había sido un hombre de cuerpo pequeño y compacto con un ojo dañado.

—Algo salió mal, mientras trabajaba junto con su amigo en ese lugar. Lee Mongryong levantó la
mano para explicar lo que había pasado, pero su amigo se echó la culpa de todo y debido a eso, le
cortaron un dedo.

—¿Enserio?

—Creo que se trata del mismo tipo, que atrapamos hace unos días, en lugar de Lee Mongryong.

Doosan recordó el hecho, de que a Seunghyun le faltaba el dedo meñique.

—Creo que a Lee Mongryong le tocó afilar el cuchillo. Y luego escuché que lo molieron a golpes.

—¿Y entonces?

—Como venganza, detonó una bomba en el edificio de Gwangmunpa. Él construyó una bomba
casera.

Jeha se rió, como si estuviera enloqueciendo. —Ja, ja, ja, hijo de puta loco. Doosan continuó hablando.

—Creo que la explosión fue bastante grande. Era el día del picnic en Gwangmunpa, por lo tanto, no
había gente en el edificio. Me informaron que, como resultado del hecho, se inició una investigación
judicial y algunas personas claves, que trabajaban para Choi Gwangmun fueron atrapadas.

—Choi Gwangmun lo matará.

—Sí, al principio lo intentó, pero después de unos días, de repente, autorizó que dejaran en libertad
a Mongryong.

Jeha revisó los documentos nuevamente y luego miró a Doosan. Y como si estuviera preguntándose —¿Por
qué? Vaciló y luego le pidió a Doosan que le pasara el siguiente documento. Jeha lo observó y al descubrir
algo, hizo una mueca de sorpresa. Era una expresión de mucho asombro. Es…

—Es Seok Junyoung, ¿verdad?

—Escuché que Mongryong, le sirvió de mucha ayuda al Fiscal Seok.


Los ojos de Jeha brillaban, con una luz extraña. Hace unos días, Junyoung había estado hablando con
alguien en la casa. Parecía estar buscando a una persona. ¿Acaso se trataba de Lee Mongryong? Ja, que
divertido.
—En ese momento, el fiscal cometió varios golpes contra el clan Gwangmunpa. Se rumorea que Lee
Mongryong era un infiltrado. Por supuesto, no sé si eso es verdad. Investigaré más al respecto.

—No, está bien.

Su cara se veía intrigante. Era como si lo estuviera disfrutando.

Había estado pensando en cómo deshacerse de Lee Mongryong, pero nunca imaginó que él estaría
relacionado con Seok Junyoung. Y como era de esperarse, no era extraño que Junyoung hubiera pensado
que él era lo bastante bueno, como para ser utilizado de carnada, para atrapar a Choi Gwangmun.

En ese momento, se escuchó mucho ruido proveniente del exterior. —¿Qué pasa? Doosan se acercó a la
ventana para mirar que pasaba. Su rostro se endureció, cuando vio lo que sucedía. Jeha le preguntó que
estaba pasando, pero no pudo responderle.

—Tengo que salir, Hyung.

Doosan se veía abatido y Jeha se levantó y miró por la ventana. Su cara se arrugaba cada vez más, mientras
miraba hacia afuera. Todo el escándalo, se debía a que Lee Mongryong estaba corriendo como un loco en
el enorme jardín, y Ho lo perseguía. Pero desde la distancia, a primera vista, parecía que, en su lugar, lo
estuviera persiguiendo un oso.

—Creo que se escapó. Le diré a mis hombres que lo atrapen.

—No.

Doosan echó un rápido vistazo y miró la expresión de Jeha. Tenía una sonrisa traviesa en la boca.

—Jefe de departamento. Traiga mi arma.

Doosan se preguntó, si había escuchado mal. —¿Sí? Pero Jeha no volvió a repetirle sus palabras. La pistola
con la que solía cazar, estaba en la sala de estar, pero no entendía por qué tenía que traérsela ahora.

Entonces, vio a Lee Mongryong, corriendo afuera, y se dio cuenta de la razón detrás de su rara petición. —
Ah.
—Necesito cazar.

—¿Va a dispararle…?

—Para los perros locos, las armas son mucho mejores que los garrotes.

//N.T Afasia. Trastorno del lenguaje que se caracteriza por la incapacidad o la dificultad de comunicarse
mediante el habla, la escritura o la mímica y se debe a lesiones cerebrales. //

SEGUNDA HISTORIA PARTE 3


Mongryong corrió con todas sus fuerzas. Después de golpear a Ho con un ladrillo, salió corriendo, pero tan
pronto como salió, se arrepintió. Pensó que era simplemente un almacén, pero se trataba de una mansión
gigantesca. Cuando salió, lo que vio fue un jardín infinitamente grande.

Si no era un estadio de futbol, probablemente sería la mansión de ese hombre. No era un genio, pero no se
arrepentía de haber intentado sobrevivir. Además, lo más frustrante que vio Mongryong, fue una valla tan
alta, que le era imposible determinar si la podía cruzar, lo que lo desesperaba aún más.

¡Saca toda la fuerza que te queda y da el último salto! Con un sonido sordo, vio como el césped frente a
él, se hundía suavemente, como si se estuvieran abriendo huecos. Pensó que había visto mal, pero la
situación seguía sucediendo. En ese momento, escuchó también otro ruido atronador.

Mongryong corrió y miró hacia atrás. Se preguntaba si estaba alucinando, o de verdad se trataba de una
pistola. Volvió su mirada hacia arriba. En el segundo piso, vio a un hombre apuntándolo con un arma. —
¡Mierda! Es Seok Jeha.
—¡Ah, Diooooos!

Mongryong corrió aún más rápido. ¡Bang! De nuevo se oyó el estruendo, y una pierna de Mongryong se
dobló y se estrelló contra el césped. Anoche, había escuchado que llovía, por eso el césped estaba mojado.

Así las cosas, rodó su cara sobre la hierba varias veces. Sentía mucho dolor en la pierna derecha, como si se
estuviera quemando.

—¡Oh, no!

No le fue fácil intentar levantarse, para sobrevivir. Cuando miró sus piernas, la sangre le fluía por los pies.
Afortunadamente, no tenía ningún hueso roto, solo lo habían rozado con el disparo, pero le era imposible
correr así. Mongryong se rindió y simplemente se sentó, miró hacia el edificio y tomó aliento.

El arma con la que Jeha lo apuntaba, fue bajada. Aunque no era visible desde la distancia, Mongryong
juraba que podía verlo riéndose de él. Después de un rato, Ho lo encontró y le amarró las manos a la
espalda.

—¡Bastardo! ¡No te atrevas a huir!

Luego, cuando Ho vio la sangre que salía de las piernas de Mongryong, dejó de apretarle el cuello. Y
después de mirar hacia el segundo piso una vez más, atrapó a Mongryong con un movimiento bastante
brusco. Pero su voz no lo era.

—Vamos, levántate rápido. Si sigues jugando, el jefe podría dispararte de verdad esta vez. Pórtate
bien.

Mongryong se puso de pie, mirando el segundo piso. Finalmente, el teléfono de Ho sonó. Era Doosan
quien llamaba.

—Si, Hyung-nim.

Ho, que todavía estaba escuchando, miró a Mongryong. Pero este solo seguía mirando hacia abajo, con los
brazos cruzados. Era difícil imaginar, que él era el loco, al que le habían disparado hace un momento.
Ho colgó el teléfono y miró a Mongryong.

—El jefe quiere que te lleve adentro.

***

Mongryong bajó la mirada hacia su pierna, que estaba vendada. Le disparó, lo golpeó, y luego le ordenó a
un hombre que le curara la pierna. Si lo pensaba bien, no sería extraño que lo dejara podrirse. Tenía las
muñecas esposadas y colocadas hacia adelante.

En el sofá opuesto, Seok Jeha lo miraba con los brazos cruzados. Un cenicero hecho de cristal, estaba
colocado frente a él.

Jeha, que miraba a Mongryong, preguntó:

—¿Dónde está Lee Hyeyoung?

—Ya te dije que no lo sé.

Tan pronto como le respondió, Jeha levantó las cejas con rabia. Llamó a Doosan que estaba parado junto a
él, mientras seguía mirando a Mongryong. Doosan se inclinó y le dijo, —Si, Hyung.

—Solo mata a este bastardo.

Cuando Mongryong, que estaba recostado de espaldas en el sofá, lo escuchó, se enderezó y le dijo que
esperara. Jeha le preguntó a su vez, si iba a dejar algo así como un testamento y luego el gilipollas, se
atrevió a girar sus muñecas varias veces para ver si estaban bien atadas.

—Oye… ¿No deberías preguntar al menos tres veces?

—Si te pregunto tres veces, ¿Me dirás dónde está?

Mongryong sacudió la cabeza de un lado a otro. “No”. De repente, Jeha trató de lanzarle el cenicero, que
estaba en la mesa. —¡Este maldito bastardo, enserio!

Mongryong se asustó y rápidamente se echó hacia atrás. Realmente, tenía intenciones de hacerlo, pero
cuando miró su expresión, se dio cuenta que Mongryong se veía un poco afiebrado. Jeha bajó el cenicero,
apretó los dientes y luego lo dejó sobre la mesa. Su mirada seguía incrustada en Mongryong.

—Jefe Baek.

Doosan, que estaba a su lado, volvió a asentir con la cabeza. —Sí, Hyung-nim.

—Tengo algo que hacer con este bastardo, así que sal por un momento.

Doosan no preguntó nada. Su mirada se dirigió a las muñecas esposadas de Mongryong. Lo hizo porque
estaba preocupado de salir y que Jeha tuviera otro “accidente” como la última vez. El bastardo estaba
herido, así que pensó que seguramente no pasaría nada.

Doosan bajó hacia la entrada, después de mirar a Jeha. Su expresión no cambió hasta que cerró la puerta y
desapareció. Mongryong levantó la mirada hacia el techo y suspiró.

—Oye.
Las pupilas de Mongryong, que acariciaban el techo, bajaron y se dirigieron hacia Jeha. Entonces, miró su
oreja y vio que la herida estaba bastante curada. Aunque la cicatriz era ligeramente visible. Jeha, que lo
miraba atentamente, le dijo unas palabras.

—¿Dónde está ese teléfono celular?

Al escuchar esas palabras, Mongryong preguntó: —¿Qué? Jeha endureció su expresión. Recordó lo que
ocurrió ese día y sintió que la sangre se le iba a salir por los poros. Pensó que no sería tan malo, desgarrar y
matar al bastardo en ese momento, pero decidió soportarlo.

—El celular, con el que grabaste ese día.

Masticó las palabras una a una. —¡Ah! Mongryong hizo una mueca, como si fingiera no saber de qué le
estaba hablando.

— Dame tu número. Te enviaré una copia si eso quieres.

Mongryong respondió elocuentemente. Jeha, sonrió con frialdad, apretando el puño en el reposabrazos del
sofá. Mongryong apartó la vista y miró sus muñecas esposadas. Había estado esposado por mucho tiempo.

—Puedo matarte de inmediato.

—No creo que sea una buena idea.

—¿Por qué?

—Yo, puedo serte útil de muchas maneras.

—¿De muchas maneras?

— Con mi ayuda te será más fácil encontrar a mi hermana. Y como viste la última vez, lo hago
bastante bien con la boca. Por ejemplo, un oral o algo similar, no hay problema. Por supuesto, si
quieres sexo, también puedo hacerlo. No estaba seguro de que tuvieras un pasatiempo como ese.

—Haa. Una risa se dibujó en su rostro. Si era tan poco hombre, no tenía nada de malo que comenzara a
llorar y suplicar, pidiendo por su vida, en esta situación. Además, era solo un video, incluso si se difundía,
francamente no importaba. Algún día se detendría su difusión. Sin embargo, su actitud fue tan grosera, que
no pudo pasarla por alto.
—Debería haberle disparado a tu hocico, en lugar de a tus piernas.

—¿Quién era el que no podía dejar de jadear con este hocico?

Jeha cerró los labios y los apretó. Mongryong puso los ojos en blanco y bajó la mirada. Había una fuerte
tensión entre los dos. Después de que Jeha apretó la punta de sus temblorosos labios una vez más, él
contuvo el aliento.

Mongryong no dijo nada y solo lo miró directamente a los ojos.

Entonces, sonó el teléfono de Jeha. Él contestó de inmediato. —Uh, sí. Miró a Mongryong y sonrió de una
manera diferente. Cuando dijo que sí, colgó y le arrojó algo a Mongryong.
Un pequeño bulto cayó delante de él. Mongryong lo vio. Sus ojos estaban muy abiertos. Era la llave de las
esposas. Rápidamente, levantó la cabeza y enfrentó a Jeha. Una sonrisa brutal se extendía alrededor de su
boca.

—Pruébalo. Que tan útil eres.

—Sí.

—Todo depende de cómo lo hagas.

Mongryong lo miró fijamente. Tratando de sopesar sus palabras. Luego, con las manos esposadas, recogió
la llave. Cruzó la muñeca y empujó la llave en el agujero. Se escuchó un clic y se aflojaron las esposas.

Mongryong tragó saliva sin quitarse las esposas. ¿Me liberará así de fácil? Si lo miraba, la diferencia entre
ellos parecía ser bastante grande. No sabía cuántas habilidades de lucha tenía. Trató de resolver la situación
desenganchando cuidadosamente las esposas y colocándolas sobre la mesa.

—¿Qué estás haciendo? Pruébalo.

Jeha dijo con una cara perezosa y Mongryong se levantó lentamente. No tenía intención de rogar por su
vida, pero no quería perder la oportunidad de salvarse. Antes no pensaba de ese modo, pero últimamente
estaba muy feliz de vivir. Porque era divertido.

Caminó con la pierna lesionada, alrededor de la mesa. Jeha, sentado en el sofá, llenó un vaso vacío frente a
él con hielo y vertió licor. Luego lo tomó todo, en un solo trago. Levantó un extremo de la boca y sonrió.

—¿Qué tal si me ayudas? Mongryong se arrodilló frente a sus piernas.

¡Buff! Exhaló con fuerza y luego dirigió la mano hacia sus pantalones de fiesta. Sus manos temblaban
mientras le desabrochaba el cinturón. Todo estuvo en silencio hasta que se soltó la hebilla. ¡Chijip! El
sonido de la cremallera bajando era obsceno.

Mongryong lo tocó una y otra vez. No se atrevió a levantar la cabeza de forma descarada, como lo había
hecho la última vez. Sus genitales se le hincharon dentro de la ropa interior. Sobre su cabeza, el hielo del
vaso emitió un crujido.

Mongryong le sacó el pene del calzoncillo. Lo había sentido la última vez, pero no pensó que fuera tan
grande. Fue agradable verlo de nuevo, pero no se sentía tan cómodo esta vez. Sacó la lengua y la presionó
en la punta del glande. Giró la lengua y lo lamió, lentamente empezó a empujar el pene dentro de su boca.

Todavía no decía nada. Después de empujarlo a través de la garganta, movió la cabeza de atrás para
adelante. La boca que se abría le sabía amarga. En ese momento, Jeha se movió. Los genitales también se
salieron de su boca. Mongryong levantó la cabeza y miró a Jeha. El enorme pene estaba erecto frente a él.

Jeha agarró bruscamente a Mongryong por el cabello y lo empujó hacia la cabeza de su pene.

—¿Eso es todo lo que puedes hacer? Si no lo haces bien, me temo que no podré liberarte.

Mongryong levantó los ojos, mientras inclinaba la cabeza hacia atrás. El hinchado pene se posó sobre su
rostro. Imaginó que sabía lo que él quería. Realmente no estaba interesado en el sexo, lo que pretendía era
humillarlo.
Echó un vistazo, para tratar de hacer lo que le estaba pidiendo. No era la primera vez en la vida, que lo
obligaban a hacer lo que no quería.
Cuando Jeha lo miró y no hubo ninguna reacción, sonrió levemente. Después de soltarle el cabello a
Mongryong, sostuvo su pene erecto con la mano y se lo pasó por la boca

Mongryong abrió la boca mientras lo miraba fijamente. Sin embargo, Jeha decidió frotar lentamente su
pene contra sus mejillas.

—Hazlo bien, de lo contrario, haré que te arrepientas.

La boca de Mongryong se abrió espontáneamente, cuando Jeha le agarró con fuerza la barbilla. El pene
estaba profundamente incrustado en su garganta. Los genitales que habían sido empujados hasta el fondo,
le rozaban el paladar y le obstruían la respiración.

Asustado, Mongryong trató de zafarse de su agarre. Sin embargo, Jeha movió violentamente la cintura,
mientras le sostenía firmemente la cabeza.

La boca de Mongryong babeaba. No podía soportarlo, pero Jeha gruñó en voz alta.

—Oye, no uses los dientes. Si lo haces, te mataré.

Los ojos de Mongryong se pusieron rojos. Cuando la punta del glande se presionó contra la pared más
profunda de su garganta, su respiración se detuvo y las náuseas continuaron aumentando. Pero incluso así,
no se atrevió a vomitar. Si lo hacía, estaba seguro de que lo mataría. Seguía moviéndose de un lado a otro
sin dudar, mientras le sostenía la cabeza, pero en ese momento se escuchó un ruido proveniente de atrás.

Jeha detuvo su comportamiento violento. Los genitales se le pusieron flácidos en la boca. Liberado,
Mongryong comenzó a toser sin parar. En medio de eso, escuchó una voz que parecía darle la bienvenida a
alguien.

—¿Por qué estás aquí?

Mongryong jadeó, limpiándose la saliva de la boca con el dorso de la mano. Sus piernas temblorosas se
estremecieron, se levantó y se dio la vuelta. En ese instante, sus ojos se abrieron como platos. La persona
parada en la puerta también notó a Mongryong y parecía bastante sorprendida.

—Di hola, hyung. Ah, ¿Cómo te llamabas?

Junyoung endureció la expresión con una cara de consternación. —Lee Mongryong.

—Sí, Mongryong. ¿Ustedes dos se conocen? Si lo conoces hace mucho tiempo, deberías alegrarte.
¿Por qué pones esa cara?

Su boca hizo una mueca malvada. Mongryong parecía estar a punto de llorar y apretaba los dientes. La cara
de Junyoung estaba teñida de confusión.

***

Junyoung miraba la taza que tenía en frente. Mientras observaba el vapor humeante de la taza, lentamente
levantó la cabeza y se enfrentó a Jeha, quien estaba sentado con una cara relajada al otro lado. Su mirada
se volvió hacia la puerta de la sala de recepción. Había mandado allí a Mongryong, pero no sabía por qué.
Tan pronto como escuchó la historia de Seunghyun, salió corriendo de la oficina. En el momento en que
intentó contactar a Jeha, primero decidió hablar con Doosan. Este le pidió que volviera a casa. Junyoung
supo de inmediato, que todo estaba relacionado con Mongryong. El hecho de que él y Mongryong se
conocían, debió ser reportado a Jeha.

—¿Qué piensas?

Una voz profunda atravesó sus pensamientos. Quitó sus ojos de la puerta y miró hacia adelante. Jeha solo
ponía un dedo en la taza y luego lo metía en su boca. Pero sus ojos estaban fijos en Junyoung. Y como de
costumbre, no sabía lo que realmente estaba pensando.

—¿Cuánto tiempo lleva aquí?

—¿Qué?

—Mongryong.

—¿Eres su amigo íntimo?

—Lo llamaré y lo sabré, así que dímelo.

Junyoung tenía una mirada bastante rígida. Desde que había visto la cara hinchada de Mongryong, su
sangre hervía. ¿Por qué demonios tenía las piernas vendadas y cojeaba?

Apenas podía aguantarse para no golpear a Jeha y preguntarle, que demonios estaba haciendo. Así que era
natural que su expresión fuera dura, porque tenía que contenerse.

—No sabía que mi hermano tenía esos gustos. Incluso aunque mi padre te esté obligando a casarte,
no puedo ignorarlo… ¿Te gustan los hombres?

La expresión de Junyoung era de pura ironía.

—Creo que lo has malinterpretado todo.

—¿No?

—OK, no. Pero es un asunto importante. Así que no te preocupes.

Jeha se encogió de hombros y se rió cuando dijo que era un asunto importante.

—¿Mi madre y yo estamos incluidos entre esas personas importantes para ti?

—Por supuesto.

—Wow, Oh Dios. Estoy tan emocionado que voy a llorar.

A pesar del sarcasmo de Jeha, Junyoung no aflojó su fuerte expresión.

—Siempre ha sido así. ¿Qué tengo que hacer para que lo creas?

Jeha puso la taza en la mesa y sacó un cigarrillo de un estuche de cuero. Le prendió fuego con un
encendedor zippo plateado. Succionó la punta del cigarro para encenderlo más rápido y luego empezó a
fumarlo.
—Siento pena todos los días, por nuestras diferencias personales. Pero Mongryong no ha hecho
nada malo. No hay nada que te haya hecho. Así que no hay razón para que lo tengas retenido aquí,
en contra de su voluntad.

Jeha se enterró profundamente en el sofá, con el cigarrillo en la boca, en medio de los dedos. Cruzó las
piernas y presionó sus sienes con fuerza. No hay razón…de ningún modo. ¿No había hecho ya suficiente,
cuando le mordió la oreja?
—Primero, digamos que él es solo un rehén. Mientras atrapo a Lee Hyeyoung.

—Eso es ilegal.

—¿Ilegal? ¿Por qué?

—No tienes que entenderlo. No me importa lo que suceda con la compañía, no pienso dar un paso
atrás esta vez. Si es necesario, lo sacaré de aquí, incluso si tengo que utilizar mi poder.

—Ja. Jeha levantó una ceja. Le hizo la pregunta de nuevo. Masticando la punta del cigarrillo, miró a
Junyoung. Se veía furioso. A pesar de que siempre sonreía, esta vez mostraba su verdadera naturaleza.

¿Pero por qué se preocupaba tanto por ese tipo? Su cara se arrugaba cada vez más.

—Bueno, entonces. Puedes preguntarle a él mismo. Si quiere quedarse o irse.

Junyoung se rió a carcajadas.

—¿Crees que se quedará? ¿Después que lo pusiste así?

Junyoung dio por sentado, que lo seguiría sin dudarlo. Al ver su expresión de seguridad, se sintió un poco
abrumado. Jeha se encogió de hombros. —Eso ya lo veremos.

Junyoung suspiró brevemente y asintió, aceptando la oferta. Está bien, vamos a hacerlo. Conocía hace
mucho tiempo a Mongryong, y sabía cuál iba a ser su respuesta. Sin duda alguna, Mongryong diría que se
marcharía de ese lugar.

***

Mongryong estaba sentado en el sofá de la sala, con una cara distraída. Baek Ho, que estaba sentado al
frente, lo miraba fijamente, en lugar de jugar con su teléfono celular. Con los brazos extendidos hacia
adelante, Ho sacudió las manos frente a los ojos de Mongryong.

No hubo respuesta. Ni siquiera se movió un poco, cuando agitó las manos más de cerca. Acababa de tronar
los dedos justo em frente de sus ojos. — ¡Hombre, despierta! Solo entonces, Mongryong miró a Ho con
una cara un poco extraña. Luego, suspiró largamente.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Hyung.

—Acaso soy tu hyung, hijo de puta. Después que me pusiste la cara así, ¿Puedes decir que soy tu
hyung?”
Solo entonces, Mongryong notó la hinchazón en la frente de Ho. Luego le hizo una pregunta, con una
expresión de completa ignorancia.

—¿Por qué tienes la frente así?

—¿Huh? Wow, jaja, jajaja. Baek Ho sonrió, a pesar de sentirse furioso. Hace solo unas horas, Mongryong
se había escapado del almacén, luego de haberlo golpeado con un ladrillo. Pero cuando le miraba el
chichón que le había hecho, se veía tan atónito, que casi no podía hablar.

Además, cuando le había preguntado a su segundo hermano, Magang, este le había dicho que Mongryong
no tenía padres. No, no se sabe quiénes son sus padres, en primer lugar. Tan pronto como nació, fue
abandonado. Parecía que nunca había visto las caras de sus padres, pero era mucho más lamentable que
se atreviera a mentir sobre eso, sin siquiera pestañear.

—¿Esto? Me lo hizo un bastardo, cuando me lanzó un ladrillo.”

—¿Se parecía a mí?

—Por supuesto.

Mongryong miró a su alrededor, con una cara ligeramente sorprendida y se inclinó hacia adelante. Baek
Ho, se volvió para ver que estaba haciendo. A Mongryong no le importó, y en su lugar, bajó la voz y le hizo
otra pregunta.

—¿Lo saben otras personas? ¿Lo que pasó?

— “¿Qué? Preguntó. Mongryong sonrió una vez más y luego continuó.

—No lo sabrán si no les dices.

La cara de Baek Ho se volvió aterradora y torció las orejas de Mongryong con rudeza.

—Lo saben todos, excepto tú.

—¡Ah! Mongryong gritó mientras retorcía su cuerpo.

Después de apartar a la fuerza la mano de Baek Ho, se miraron fijamente. Luego Baek Ho intentó golpearlo
con el puño y Mongryong gritó bruscamente.

— ¡Pégame al frente, no atrás!

Le explicó que era porque estaba preocupado de sufrir una conmoción cerebral, después de haber sido
golpeado tantas veces.

—Wow, enserio. Eres un mentiroso.

Mongryong le suplicó con los labios. Se puso en posición defensiva y preguntó. Los gánsteres, ladrones,
estafadores, pandilleros y los traficantes están allí. Entonces volvió a mirar a Ho, con una cara realmente
curiosa.

—Pero sabes, hyung. La persona en la sala de recepción… ¿Es realmente hermano de Seok Jeha?

—Si, es su hermano mayor.


Oh, entonces era verdad. Mongryong hace una mueca de sorpresa y suspira de nuevo. Deliberadamente
había decidido no contarle nada de lo que estaba pasando, se arrepentía de haber llegado a ese punto
teniendo la posibilidad de pedirle ayuda.

Doosan salió cuando la puerta de la sala se abrió. Mongryong se paralizó de los nervios. Se preguntaba si
Junyoung saldría. Doosan le hizo un gesto breve y le indicó que entrara.

Mongryong miró a su alrededor una vez más y dijo: —¿Yo? Doosan hizo una expresión, que significaba, —
Cállate y date prisa. De mala gana se levantó y caminó hacia allí.

***

Mongryong solo movía los ojos para mirar a Junyoung y a Jeha, que estaban sentados el uno frente al otro.
Doosan lo había invitado a entrar, pero el ambiente era muy pesado. Era tan frío y sangriento, como si
estuviera parado en medio de un cambio siberiano. Las chispas destellaban en los ojos de ambos.

Mongryong no pudo soportar la atmósfera y abrió la boca primero.

—Hol… .

—Recoge tus cosas. Nos vamos a casa.

Junyoung cortó las palabras de Mongryong y se levantó para salir. Mongryong abrió ligeramente los ojos.
Junyoung parecía saber porque Mongryong, había sido llevado a ese lugar. Era un problema, lo habían
arrastrado como un perro. Cuando pensó en ello, se sintió molesto.

—Ya te vas. Pero si acabas de llegar… .

¿Escuchó Junyoung a Jeha? Este hizo una mueca. Los ojos de Jeha brillaron ligeramente, pero su
expresión era de calma. Junyoung se levantó y tomó su abrigo.

—Apúrate. Ve con él.

Al escuchar su sugerencia, Mongryong miró a Jeha, y luego se puso de pie. Ah, finalmente había sido
liberado, y no podía ocultar su expresión. Mientras trataba de contener la risa y la alegría que sentía, Jeha,
que no había dicho nada, abrió la boca lentamente.

—Adiós. Te mandaré saludos cuando venga tu hermana.

Ante esa advertencia, Mongryong endureció el rostro. Junyoung se quedó sin palabras.

—Esa es otra historia, ¿Verdad?

—¿Por qué? ¿Acaso dije que te entregaría a Lee Hyeyoung?

Sus ojos mostraban la intención, de no dejarla ir, si Lee Hyeyoung era atrapada. Revelaba su vida
abiertamente, pero Mongryong no podía detenerlo. Trataba de mantener la compostura, apretando los
dientes. Jeha le sonrió.

—Por supuesto, la elección es de Lee Mongryong, ¿Verdad?

—¡Seok Jeha!
—Lee Mongryong. Tu no has hecho nada. Pero tu hermana cometió un error. No puedo decir que
sea alguien inocente cuando se atrevió a coquetear con un hombre casado. Por eso mi pobre
hermana no para de beber. También tienes una hermana, ¿Así que puedes entender mis
sentimientos?

Mongryong miró a Junyoung. Este sacudió la cabeza con una mirada determinada. Le habían pedido que
no se involucrara. Mongryong pensó en Junyoung por un momento.

Si volvía así, debería estar bien, pero ¿Qué pasará con mi hermana? Si la atrapan, va a estar en
problemas. Era poco probable que le quitaran el ojo de encima. Entonces, era mejor quedarse y observar
la situación, para luego encontrar una manera de proteger a su hermana. ¿O es correcto creer y seguir a
Junyoung?
Pensamientos arrogantes se superpusieron y perturbaron su mente.

—Vamos. Mongryong.

Junyoung le habló nuevamente. Mongryong miró de reojo para luego levantarse. Luego observó fijamente
a Junyoung y lentamente giró la cabeza para ver a Jeha. Su cara seguía estando relajada. Pero dentro de
ella, escondía una espada. Esta era lo suficientemente destructiva y cruel como cortar cualquier cosa.
Mongryong cerró los ojos y luego los abrió, completamente decidido.

—Me quedaré aquí.

Una sonrisa sutil se dibujó en la boca de Jeha. Por el contrario, la cara de Junyoung se oscureció. De alguna
manera, trató de persuadir a Mongryong, pero este sonrió y asintió una vez más.

—Quiero quedarme. Me quedaré aquí.

SEGUNDA HISTORIA PARTE 4

Zas, Zas, como era invierno, la hierba que se había torcido, hacía un sonido cada vez que se movía. Pensó
que no parecía que fuera invierno, ya que la temperatura era más alta de lo habitual. Mongryong seguía los
pasaos de Junyoung, vistiendo solo pantalones cortos y una camiseta. Junyoung que caminaba pensativo,
se volvió.
—Entra.
—Quiero acompañarte a la salida.
—No hay necesidad. Te duelen las piernas.
Junyoung dijo con firmeza, mirando la pierna lesionada de Mongryong. Este solo miró su pierna una vez y
se rió torpemente, como si no fuera nada.
—Se que estás enojado…
—No estoy enojado.
—¿Entonces?
—Estoy preocupado.
Mongryong asintió, porque tenía las orejas rojas. Después de decirle que no se preocupara demasiado,
sonrió. Sin embargo, la expresión de Junyoung no mejoró. No sabía que Jeha convertiría a Lee Hyeyoung,
en un peón. Eso era más preocupante para él, que el hecho que Mongryong se quedaría.
—Entra ahora. A tu hermana… de alguna manera, la encontraré primero que ellos.
Mongryong sacudió la boca. La punta de la nariz le dolía y se la frotó con el dorso de la mano. Junyoung
estaba tan preocupado, como lo estaba él. Aún así, estaba avergonzado y quería esconderse, para no
mostrarle su cara de tristeza.
—Pero, ¿Es Seok Jeha, realmente tu hermano?
Tan pronto como Junyoung respondió que sí, Mongryong frunció el ceño. Los hermanos podían ser un
poco diferentes, pero, ¿Cómo podían ser tan diferentes? Era una combinación tan desastrosa como el
pastel y el kimchi.
—No lo sabía. Nunca me lo dijiste.
—Te lo dije antes. Que tenía un hermano menor… .
Entonces, recordó que le había dicho eso un par de veces. Mongryong murmuró con un gesto.
—Pero no pensé que sería un bastardo.
Junyoung se rió de sus palabras. Estaba muy preocupado, pero no sabía si se alegraba de que se viera bien
o si debería dejarlo y decirle que estaba ansioso. Veía a Mongryong con una mente un poco compleja, pero
Mongryong solo se mordió los labios, miró a Junyoung y habló.
—¿Puedo darte un abrazo?
—¿Por qué pones la cara así? Preguntó.
—Ha sido bueno verte, después de mucho tiempo… No sé cuando te volveré a ver… .
—Vendré. Para verte.
A Mongryong se le empañaron los ojos. —Aún así… luego se quedó mirándose los dedos de los pies.
Junyoung se rió, le levantó la cara y lo abrazó. Al principio, Mongryong tenía una cara ligeramente
sorprendida, pero luego se aferró a Junyoung y le apretó el cuello con fuerza. El calor se transmitió a todo
su cuerpo.
—Adiós.
—Espero que no digas adiós, como si nunca más te pudiera volver a ver.
Mongryong tomó aliento, con la frente sobre su hombro. Junyoung pasó la mano sobre la espalda de
Mongryong, varias veces. —No te preocupes, hombre. Vendré por ti. En ese momento, Mongryong
susurró algo suavemente, para solo ser escuchado por él.
—Terminal de Chuncheon, bodega 8.
Junyoung detuvo la mano que tocaba la espalda de Mongryong. Sus ojos se abrieron un poco.
—Mi hermana debió dejar algo allí.
Era la primera vez que lo escuchaba. Cuando trató de apartarse, Mongryong abrazó a Junyoung con más
fuerza. Junyoung dejó de moverse y escuchó el susurro atormentado de Mongryong.
—Me dijo que fuera allí si le pasaba algo. Pensé que era una broma.
Cuando le preguntó a Junyoung por qué no se iba de inmediato, dijo que sabía que Jeha, los estaba
mirando desde el segundo piso. Junyoung guardó silencio. Mongryong dudó por un momento y dijo de
nuevo.
—Si te pones en contacto con ella primero, dile que nunca vuelva. Estoy bien, así que nunca debe
permitir que la atrapen. Y debe…vivir bien.
Junyoung cerró la boca con fuerza. La voz de Mongryong se había quebrado. Cuando se apartó,
Mongryong se rió como si nada hubiera pasado. Su rostro era tan inocente como siempre. Junyoung
suspiró brevemente y lo miró a la cara.
—Mongryong.
—Vete. Hace frío.
Los ojos de Mongryong estaban rojos. Pensó que no era por el frío. Junyoung miró hacia el segundo piso.
Jeha seguía parado allí. Cuando intentó decir algo de nuevo, Mongryong levantó una mano y se despidió.
Inevitablemente, tuvo que renunciar y darse la vuelta.
—Me voy. Te veré pronto.
***
—Realmente no puedo verlo llorar.
Doosan miró por la ventana. Pudo ver a Mongryong abrazándose con Junyoung. Jeha tomó el vaso con
una mano y se lo llevo a la boca. Lo tragó. Pasó por su cuello. Al vaciar el vaso, se lamió los labios.
—¿Estará todo bien, hyung-nim?”
—¿Qué?
—No sabe a dónde ir. El día en que lo dejes de lado y haga algo loco como el incidente en
Gwangmunpa… .
Jeha vertió el licor restante en su boca.
—No te preocupes. Solo míralo. Es un tipo muy fuerte.
—Al fiscal también le gusta. ¿No es por eso que vino aquí?
Jeha miró a las dos personas que parecían tristes y sonrió.
—Sí. Parece que esa es la razón.
Doosan volvió a mirar hacia abajo. Junyoung se despidió y caminó hacia la puerta. En medio del jardín,
Mongryong, que se había quedado solo, no se movió hasta que Junyoung desapareció. Los ojos de Jeha
parecían encantados, como si hubiera encontrado algo muy interesante.

***

Mongryong miró la capsula en la palma de su mano. No sabía que era, pero parecía una píldora.
Lentamente, levantó la vista y miró alternadamente a Jeha y Doosan que estaban sentados al frente.
—¿Qué es esto? ¿Vitaminas?
—¿Estás loco? ¿Le darías vitamina a un rehén?
—Entonces, ¿Qué es?
—Es como un collar.
—¿Un collar?
—Me temo que estás huyendo. Está precargado.
Mongryong volvió a ver la capsula. Si la tomo, podrán ubicarme en cualquier lugar. Es inútil. Estoy
jodido.
—No estoy huyendo, me dijiste que me quedara.
—No puedo creerte.
Mongryong suspiró brevemente y volvió a mirarlo. Preguntó nuevamente que había en la capsula. Jeha
respondió con una expresión de no es nada.
—Es un GPS.
Mongryong miró la boca y miró a Jeha, con una cara deslumbrante. —No te preocupes, Doosan dijo a su
lado. El problema era que tenía que volver a comer. En la cara de Mongryong se mezcló la terquedad y la
irritación.
—Es una broma… ¿Verdad?
—Trágatela.
Mongryong arrojó la capsula sobre la mesa. Esta rodó sobre la mesa y cayó. Jeha estrechó los ojos, la miró
y luego volvió a mirar a Mongryong.
—No entiendes lo que estoy diciendo. No tienes derecho a elegir. Si quieres vivir, tienes que hacer lo
que te digo.
—¡Si, pero no esto!
Entonces él tembló como si le hubiera ocurrido algo inesperado. Preguntó cuidadosamente, si eso podría
explotar. La punta de sus labios se alzó de inmediato. Pero su respuesta no era definitiva. La mente de
Mongryong al verlo, se volvió más ansiosa.
—Explotar… ¿Enserio, eres tú?
—Trágatela y huye. Entonces lo entenderás.
—Wow, eres malditamente inhumano. ¡No le haría esto ni a los perros de la casa!
Lee Mong-ryong. Doosan masticó las tres letras del nombre de Mongryong, con una cara que parecía
querer tragárselo. Supongo que fue un poco ofensivo la forma en que le habló a su Hyung. Mongryong
hizo una expresión de No me importa y Doosan no pudo decir nada más, porque se lo impidieron.
—Hay algo diferente entre tú y un perro?
—Que no hay nada diferente, vete a la mierda. ¡Soy mucho más grande que eso! ¡Y que sabes si eso
explotará¡¡Tal vez ni siquiera pueda tener sexo nunca más, si me reviento al cagar!
Una ceja de Jeha se alzó suavemente. Era muy divertido imaginar eso. En realidad, no lo aparentaba, pero
cuando veía su sincera preocupación, quería entenderlo.
—Entonces podrás hacerlo con ese hermoso hocico. Tu hocico es como tu trasero, no veo ninguna
diferencia.
Mongryong preguntó de nuevo. —¡Oh, así que eso es!¡No! ¡No lo haré!¡Absolutamente no! ¡Es cierto
que me tomaron como rehén, pero no hay razón para que me traten así! , gritó Mongryong. Luego giró
la cabeza, hacia el otro lado del sofá.
Doosan, que los miraba a los dos, no pudo evitar dar su opinión.
—Lo podemos poner en tu antebrazo. ¿Qué te parece?”
Jeha recogió las cejas. —¿Existe algo como eso? Fue su expresión. Mongryong desliza la cabeza y
pregunta si ese tampoco explota. Cuando Doosan dijo eso, Mongryong, que había dicho que nunca lo
haría, se despertó, rápidamente cambió de rostro y respondió que estaba bien.
Se rió en silencio. Era divertido engañarlos. Y era lamentable. Incluso, si no podía sacar lo que había en su
estómago, podía cortar y sacar cualquier cosa de su antebrazo, así que creía que era una mejor
opción. Podía escuchar el sonido de enrollar su cabello hasta aquí.
—¿Cuándo será eso?
—Puedo conseguirlo en dos días.
—Dos días. Jeha miró a Mongryong. Si no quieres hacerlo, solo dime que me la trague. Creo que es
mucho mejor ponerlo en mi brazo, porque no quiero tomar pastillas.
Jeha asintió, diciendo que lo haría.
—Creo que todo ha terminado ahora, así que llévalo a trabajar.
—Sí. Bueno. Doosan inclinó la cabeza y le pidió a Mongryong que se acercara. Mongryong parecía
confundido y le preguntó como si estuviera hablándole con señas.
—¿Qué pasa?
—Entonces, ¿Crees que ibas solo a jugar y a comer aquí? No importa lo que hagas, pero tienes que
pagar por ello.
—¿No dijiste que era un rehén?
—¿Y eso significa que el rehén es un invitado? Bastardo.
Como Doosan continuó con su diatriba, Mongryong se levantó de mala gana. No esperaba un regalo, pero
no se sentía muy feliz, así que intentaría hacer su trabajo. Como había dicho, ni siquiera era un invitado, por
lo que tenía que hacerlo.
Le preguntó si le podía contar lo que estaba pasando, pero Doosan no respondió. —Bueno, si vas lo
sabrás.
***
Mongryong tenía una expresión de incredulidad. Llevaba botas largas de plástico, con extraños pantalones,
así que pensó que tendría que sacar mariscos en las rocas del mar. Pero esto… No pudo evitar arrugar la
nariz por el fuerte olor que sintió.
—Mmm – Mmm - Una vaca grande miró a Mongryong y abrió los ojos. Algas nubladas fueron arrojadas
desde la boca de la vaca. Mongryong miró hacia abajo y luego debajo de ella. Su cara estaba más
distorsionada que antes. —Esos bultos…
—Tienes que limpiar su mierda dos veces al día. Ellas comen mucho y son tranquilas. También debes
limpiar el comedero y el piso. Después puedes esparcir el aserrín, que está por allá.
Mongryong se rió entre dientes. El Señor Kim, propietario de una granja de reses, le contaba sobre otras
cosas a tener en cuenta, pero ni siquiera lo escuchaba. También le dijo que tuviera cuidado, de no quedar
atrapado a espaldas de la vaca. Podría ser peligroso, y el empleado que trabajó aquí la última vez cometió
un error y resultó gravemente herido.
Tenía una vejiga en la mano, de tanto usar la pala. Mongryong la miró.
—Muchacho, vamos.
—¿Qué?
Tan pronto como Mongryong, hizo una expresión estúpida, la mano fuerte del Señor Kim sacudió su
espalda. La cabeza de Mongryong se inclinó hacia adelante. Luego lanzó muchas maldiciones, —¡Ah,
joder! Tan pronto como lo escuchó, el Señor Kim volvió a golpearlo en la nuca, sin dudarlo.
—¿Qué dices? ¿Mierda? ¿Demonios? Este joven desgraciado es despreciable y vulgar. Acaso no tienes
madre, bastardo, hijo de puta.
Mongryong, que acababa de ser golpeado, levantó la mano y luego la voz.
—¡Oh, mierda, no tengo madre!
El granjero Kim, se detuvo un momento para decir: ¿No? Luego le volvió a preguntar, pero Mongryong no
le respondió y en su lugar, se puso a llorar con fuerza.
—De todas formas, esa es tu situación. Pon las cosas aquí en la tarde. ¿OK?
—Ja. Mongryong suspiró. Miró a su alrededor. Baek Ho lo había traído aquí. Cuando le preguntó que iba a
hacer, le dijo que solo iba a ayudar un poco. Nunca pensó que tendría que hacer trabajo agrícola. Otros
crían perros y gatos, pero se preguntaba si también era un pasatiempo criar vacas. Era algo muy noble.
—Como el presidente es una persona muy refinada para comer, le gusta que las críen con cuidado.
Sin estresarlas.
Oh, entonces no son mascotas. Si es el presidente, ¿Es el padre de Seok Jeha? Hoy en día, si vamos a
un centro comercial, podemos encontrar muchos tipos de carne de res, y comerlas allí mismo.
La pala entró y el olor empeoró. Si era así en invierno, no quería pensar en lo malo que iba a ser en verano ,
así que su apetito desapareció por sí solo. Desafortunadamente, el clima era frío, por lo que la mierda de
vaca era un poco difícil de limpiar.
La pierna lesionada palpitaba, mientras paleaba. Recogió el excremento y lo puso en una carreta.
Mongryong comenzó a llenar un vagón vacío, con el estiércol de vaca.

***
Mientras escuchaba la historia de Doosan, la expresión de Jeha se endureció. Para encontrar el paradero de
Cho y Lee Hyeyoung, él había enviado a un hombre a un lugar donde podrían estar, pero no habían vuelto
a saber de él. Tal vez habían ido a Japón o a China, así que envío gente también allí, pero aún no había
noticias.
—¿Y en Nanwon?
—Ya he enviado algunos hombres al templo, donde se crío Lee Hyeyoung.
—También tengo un infiltrado en la fiscalía. Una persona que trabaja allí.
—Sí. Comprendo.
Después de un rato, Ho pidió permiso para entrar con un, Toc. Se inclinó y saludó. Tenía una pequeña
bolsa de compras en la mano. Doosan la miró y luego a Ho, y le preguntó que estaba pasando.
—El fiscal me dijo que le entregara esto al Jefe.
—¿Qué es eso?
—Parece ser un teléfono móvil. Para Lee Mongryong.
Jeha levantó la ceja y miró la bolsa. Parecía ser nuevo. Cuando Junyoung fue, le preguntó a Mongryong si
le podía dar un celular, pero no pensó que lo haría. —No sabía cómo entregárselo directamente, pero
después de inspeccionarlo, le dije que se lo entregaría, así que lo traje.
[No seas descuidado, por favor.]
Junyoung había preguntado por Mongryong muchas veces, desde ese día. Era demasiado cariñoso, con un
pobre chico que acababa de conocer.
Lo había visto ayudar a personas con problemas, pero eso era solo por su interés en las personas
socialmente débiles, y nunca daba afecto o le hacía favores a los demás. No sabía lo que estaba haciendo
tras bambalinas, pero lo podía imaginar.
Así que también compartía las preocupaciones del Director Seok.
—De todos modos, tengo que traerlo por la tarde, así que creo que puedo entregárselo.
—¿Por qué en la tarde?
—Decidimos hacerle el implante del chip, en el brazo hoy.
—Ah, eso es lo que dije esa vez. Entonces yo también iré por él.
—¿Hyung?
—¿Qué? ¿Por qué no?
Doosan no supo que decir, porque Jeha respondió con mucha rapidez. Fue sorprendente, que enviara a
Mongryong a la granja. Quedaba en una parte de Ilsung, donde había cultivos y se criaban animales.
El granjero Kim, ha estado manejando la granja desde la muerte de su abuelo. Sin embargo, debido a su
peculiar personalidad, era un lugar donde las personas no duraban mucho, porque no lo podían soportar.
Jeha envió a Mongryong, a ese lugar, solo con el fin de alimentarlo. Pero cuando dijo, que quería verlo él
mismo, no pudo comprender por qué.
—También voy a ver, que tan bien elimina el estiércol de vaca.
Una inesperada sonrisa, se dibujó en su boca. Ho se rió a carcajadas. La personalidad del señor Kim era un
pesadilla, por lo que estaba encantado de que Mongryong estuviera pasando por problemas y lamentando
haberse quedado atrás. Doosan nunca entendió por qué los dos se veían tan felices.

SEGUNDA HISTORIA PARTE 5

Mongryong sacudió el arroz en el aire. El señor Kim, que estaba bebiendo soju en un vaso junto a él,
chasqueó la lengua y explotó.

—Come despacio. ¿Acaso un pariente tuyo murió de hambre?


—¡No tengo hambre, después de hacer esas porquerías!

Mongryong dijo, mientras masticaba los granos de arroz, y Kim se tragó una maldición para luego decir: —
¿Cuéntame sobre eso? ¡Ay! Mongryong infló ambas mejillas como una ardilla. —Mierda. Ni siquiera toco
al perro, cuando estoy comiendo.
—¡No me pegues! ¡Venga!

—Este niño grosero. Mira cómo le hablas a un adulto. Es una pena que no tengas madre, pero esto es
inaceptable.

Mongryong abrió los ojos una vez, y arrojó la cuchara que sostenía a la mesa, lo suficiente como para hacer
ruido. —Mierda. No voy a comer. No voy a comer.

—Si ya has comido lo suficiente, entonces déjalo ahí.

—¿Quién eres? ¿Eres nuevo?

En ese momento, una mujer de edad similar al Señor Kim, apareció con algo en una bandeja.

—Oh, déjalo, por favor. ¿Por qué golpeas a la gente, mientras comes? Aquí, hay sopa. Tengo más, así
que come despacio.

La mujer puso la sopa frente a Mongryong. Mientras Mongryong miraba la guarnición, con arroz en la
boca, la mujer le entregó la cuchara, que había lanzado en la mesa.

—Vamos, come.

—Déjalo. Parece que ya está lleno.

—Para. Cuando la mujer estrechó los ojos, Kim finalmente cerró la boca. La mujer animó a Mongryong a
comer una vez más, y Mongryong tomó arroz con la cuchara y se lo puso en la boca. La mujer estaba
ligeramente feliz y le trajo más guarniciones, mientras Kim, parecía disgustado al verla.

—No seas buena con él. No creo que dure ni una semana. Así que no le des tu apoyo.

—Ya sea que dure una semana o no, es extraño que me regañe por todo y me golpee. No soy un
santo. ¿No se estará aprovechando de mí?

—Ves mujer, ¿De qué lado estás ahora?

La Señora Kim, ignoró a su esposo una vez más y miró a Mongryong con una cara cálida.

—Oh, está bien. En estos días, los jóvenes tienen mucho carácter y no respetan las costumbres.

—Si Sungsik estuviera vivo, habría crecido muy bien.

¡Bang! El hombre puso los cubiertos sobre la mesa ruidosamente. La mujer estaba muy sorprendida y
dijo: — Huh, ¿Qué te pasa?

—¡Para! ¿Por qué sigues recordando a los muertos? ¡Es desafortunado!

Mongryong solo movió las pupilas y miró a los dos. Sintió que el arroz que se había comido, se le quedaba
atascado en el cuello. Recordó haber visto una foto de un niño, en una habitación pequeña, donde fue a
lavarse y a cambiarse de ropa.
—Entonces no quieres que diga que está muerto, ¿Verdad?

—Demonios. El hombre se levantó y le dio la espalda. Los tazones de arroz y de sopa, estaban tirados en el
piso. Mongryong lo miró y suspiró brevemente.

—Si no puedes aceptarlo, no podrás superarlo. ¡Si sigues engañándote, seguirá apareciendo en tus
sueños hasta que estés enfermo!

—¿Por qué haría eso? ¡El solo quiere ver a sus padres!

La mujer tenía los ojos rojos. El hombre no pudo soportarlo más y se dio la vuelta y salió de la habitación.
La mujer que se secaba las lágrimas con su delantal, trató de sonreírle a Mongryong.

—Lo siento, joven. Eso es exactamente lo que ese hombre hace, cuando está bebiendo.

Mongryong no pudo decirle nada, y la mujer se dispuso a recoger los tazones que estaban en el suelo. El
vacilante Mongryong se puso en cuclillas a su lado y la ayudó a levantarlos. En ese momento, la voz de Kim
se escuchó, afuera de la puerta. Sonaba bastante bien.

—Oh, ¿Quién es? ¿No es usted el Director Seok?

***

Ho miraba a Mongryong de arriba abajo. Cuando lo vio parado con la cara cansada y una sudadera que no
usaría ni muerto, sintió tanta pena, que olvidó que lo había golpeado en la frente.

Jeha estaba hablando con Kim. Mongryong estaba increíblemente sorprendido por su forma de hablar
despreocupada. Era como un loro. Los dos bastardos parecían llevarse bien. Luego le hizo una pregunta a
Ho, quien está fumando a su lado.

—¿Crees que son bastante cercanos?

Ho, asintió mientras fumaba.

—Jeha hyung, solía venir aquí a jugar, cuando era pequeño. Doosan me contó que era amigo del hijo
de los Kim.

Era difícil imaginar a Jeha, corriendo por el campo con el hijo de los Kim. Parecía que nunca hubiera tocado
la hierba, ya que vivía en la ciudad. Se preguntó si tal vez no eran amigos, sino que lo acosaba en secreto.

—Oh, ¿El hijo que murió?

—¿Y a ti que te importa?

—Entonces no me digas. Eres tan grosero y malvado.

—Su único hijo, fue a un retiro, cayó al agua y murió… No es raro que el señor Kim sea tan
malgeniado. Originalmente, no era así, supongo que su genio empeoró desde que su hijo murió.
Hace unos años, intentó suicidarse con veneno para ratas.

Mongryong asintió consternado. Así que eso pasó. Luego pensó en la esposa del Señor Kim, quien
previamente se había secado las lágrimas con un delantal. Si se pierde un hijo, ¿Estarán todos los padres
tan tristes? ¿La madre que lo abandonó, estaría llorando por él, en alguna parte? No, si así fuera, no
lo habría abandonado en primer lugar.
—¿Será tan terrible la sensación de perder un hijo? Ya sabes. Dicen que cuando los padres que
pierden a sus hijos mueren, su hedor se multiplica por diez.

—¿Sí? Es la primera vez que lo escucho. Por cierto, ¿Has sabido algo de mi hermana?

—No. Hemos enviado a muchos hombres a investigar, pero aún no sabemos dónde está. Entonces,
antes que nada, estamos atentos a la información que provenga de la fiscalía.

Ho cerró la boca con cara de sorpresa. Se giró para mirar a Mongryong. Este le había hecho una pregunta
tan casual, que no había dudado en responderle inconscientemente. —Ha, por este hijo de puta. Observó
a Mongryong y le dijo:

—Haz como si no hubieras escuchado nada.”

—¿Qué dijiste?”

Mongryong sonrió ampliamente. Ho suspiró y suspiró, mientras trataba de contener el aliento. —No sé por
qué cuando estoy con Lee Mongryong, soy tan descuidado y me suelto como un destornillador.

En ese momento, la cara de Jeha sonrió amablemente ante los ojos de Mongryong. Era su primer
intercambio visual. Esa sonrisa, hacía que se pareciera más a Seok Junyoung. Kim también parecía tratarlo
como un hijo, aunque solo era un visitante. Luego lo mira de cerca, y Jeha lo saluda, se da la vuelta y viene
hacia él.

El cigarrillo que Ho había estado fumando a toda prisa, estaba apagado ahora. Jeha, caminando hacia el
auto, miró de arriba abajo a Mongryong. Vio la ropa que llevaba puesta y se sintió abatido por la
impresión. Frunció el ceño y preguntó a Mongryong.

—¿Te lavaste?

—Solo me lavé el pelo.

Su cara estaba más que arrugada. Ho, que estaba escuchando desde el costado, también frunció el ceño y
se alejó a medio camino de Mongryong. Le dijo que apestaba desde el principio y no era solo por el olor
proveniente de la granja.
—Súbete atrás.

Dijo Jeha, mientras miraba a Mongryong. —Tengo que llevarte a la mansión, para implantarte el chip
en el brazo. Había pensado que era una broma, pero ahora se preguntaba que le iban a poner. En primer
lugar, Ho le había comentado que era un dispositivo que se usaba también en los perros de compañía.
Mongryong abrió la puerta trasera sin pensar. ¡Bang! Una patada voló. Mongryong perdió el equilibrio y
cayó al suelo. Cuando volvió la cabeza para ver lo que pasaba, Jeha metió la mano en el pantalón y lo miró.

—¡Por qué me pegas!

—Te dije que te subieras detrás de mí, cachorrito.


—Hah. Mongryong estaba consternado. Le dijo que se subiera en la parte de atrás, pero cuando trató de
subirse, lo pateó. Entonces, de repente, algo apareció en la vista de Mongryong. ¿Eh? su cara se
distorsionó. El maletero estaba medio abierto. ¿Van a llevarme allí?

—¿En ese lugar?”

—¿Por qué no? ¿Pretendes sentarte conmigo con ese cuerpo maloliente?

Mongryong suspiró, con una cara deprimida. Limpió las vacas todo el día, con sus piernas doloridas, y no
tenía energía para lidiar con eso. Miró a Jeha, con tristeza.
—Puedes simplemente viajar sobre un periódico. Si eso no te gusta, deberías enviar otro auto por mí
en primer lugar.

—¿Estás loco? Por qué desperdiciar dos autos, solo para venir a buscarte, pájaro loco.

—Ja, en serio.

—Hmm, Mongryong se levantó y se sacudió el mugre de la ropa. Si Jeha era o no un snob, no quería morir
en el maletero. Con esa condición, intentó abrir la puerta trasera.

—Oh, ¿Qué haces? ¿Quieres morir? O te vas en el maletero o te obligo a hacerlo.

Jeha agarró el brazo de Mongryong. Cuando Mongryong intentó apartar su brazo, sus piernas fueron
derribadas primero. Recibió una patada detrás de la rodilla. —¡Ay! Mongryong gritó y se sentó.

Jeha agarró el pelo de Mongryong y lo arrastró hasta el maletero. Cuando Ho dejó de intentar acercarse, se
rascó la cabeza. Era porque tenía miedo de que también lo arrastraran a él.

Mongryong sintió el dolor de su piel rasgada, mientras era arrastrado sin piedad. Estaba luchando contra él,
pero después de estar levantado todo el día, no podía mover su cuerpo a voluntad. Fue arrastrado como
estaba y arrojado al maletero.

—¡Mierda! ¡Realmente no es para tanto!

Mongryong trató de escapar con astucia, y al mismo tiempo Jeha le puso el pie en el tronco y lo pisoteó.
Mongryong gritó como si fuera a morir y Jeha cerró con fuerza la puerta del maletero.

¡Bang¡¡Bang¡, Jeha escuchó el sonido proveniente del maletero, y parecía también oír gritos, pero eso solo
hizo que se dibujara una sonrisa de satisfacción en su boca.

Ho tenía una cara tan triste. Jeha se volvió para mirarlo y se rió fervientemente. Ho, rápidamente ocultó su
expresión y tragó saliva.

—Vamos. A casa.

***

Mongryong se miró la cara frente al espejo del baño. Todavía tenía hematomas y la hinchazón. Después de
suspirar, salió tal y como estaba.
Se alojaba en un espacio muy pequeño, con un baño. Estaba en un anexo, un poco lejos de la mansión,
pero no parecía ser un lugar para invitados. Era evidente, por la cámara de seguridad que colgaba a un
lado del techo. La vio y agitó la mano. —Hola.

Simplemente, caminó hacia el sofá y se sentó. Levantó el brazo y se quedó quieto. El chip se había
implantado en su piel, en un abrir y cerrar de ojos. No hubo grandes cortes, ni nada por el estilo. No fue
doloroso, pero aún estaba rígido.

Frotó el lugar con la punta de los dedos. Le dijeron que no iba a explotar, pero sintió que se estaba
asfixiando, porque ellos pensaban que necesitaba ser monitoreado en todas partes. Después de mirarlo por
un rato, revisó su bolsillo y sacó algo. Era un celular. Cuando llegó a la casa y se bañó, y luego le insertaron
el chip, Seok Jeha se lo dio. Junyoung le había pedido que se lo entregara. Era un teléfono de última
generación.
Mongryong, que buscaba información en su teléfono, encontró algo y entrecerró los ojos. Al oírlo y mirarlo,
sacudió la cabeza y luego lo lanzó a un lado de la mesa.

Se acostó en el sofá. Puso la cabeza sobre el reposabrazos y miró hacia el techo blanco. Mientras movía los
ojos, nuevamente vio la cámara de seguridad ubicada en un extremo de la habitación. Creyó que alguien lo
estaba espiando a través de eso, así que se dio cuenta que estaba realmente atrapado.

Luego, uno de sus labios se alzó bruscamente, expresando lo que estaba pensando. Las manos que
Mongryong tenía en el pecho, comenzaron a descender.

***

Jeha, dejó de caminar en lugar de bajar al primer piso, con una cómoda taza de café en la mano. Cerca de
la entrada, pudo ver a Magang y a Ho, hablando con una cara seria. Por razones de seguridad, los guardias
vigilaban toda la casa, por eso ellos dos, no tenían motivos para quedarse. Les dijo, —Hola.

Cuando vieron a Jeha bajando, se separaron el uno del otro.

—Ya durmió, hyung.

—¿Qué? ¿Por qué se quedaron?

—Hyung, eso es… .

Ho intentó dar un paso adelante para hablar, pero Magang lo golpeó en el costado, diciéndole que no
debía. La expresión de Jeha, después de verlos, cambió. —¿Qué son, niños?

Magang miró a Ho y habló a regañadientes.

—El equipo de seguridad me ha contactado. ¿Qué debemos hacer si Lee Mongryong hace algo
extraño en la habitación? Entonces, envié a los hombres a supervisar, pero el bastardo no abrió la
puerta. Por eso, vine a pedirle permiso para romper la puerta, pero ahora… .

—¿Extraño? ¿Qué está haciendo?


Las pupilas de Magang se movieron inquietas. Estaba claro que no estaba solo enamorado de su
personalidad. Era un problema más serio de lo que pensaba. Las imágenes tomadas allí, también eran
transmitidas a la casa principal. No era extraño, ya que el Director Seok, no confiaba en su hijo Jeha.

Magang quería regresar a la noche en que conoció a Lee Mongryong por primera vez, y golpearlo hasta
matarlo. Simplemente, debió haberlo matado, para sentirse más cómodo en el futuro.

—Estoy preguntando que es extraño.

Con esa voz sangrienta, Magang se estremeció.

—Se trata de masturbación… .

Jeha arrugó la frente, cuando lo escuchó. —¿Qué? Magang parecía tener más que decir, pero no podía
hablar fácilmente.

—Eso es…no es solo masturbación…es… un poco…

Al mirar a Magang, Jeha hizo un gesto, como diciendo —Cállate. Sacó su celular. Había un programa que
estaba conectado, para poder ver todos los CCTV de la casa en tiempo real.

Después de presionar el botón, un número salió después de un tiempo. Quiso saber cuál era el número del
anexo y Magang le respondió que era el número 11. Cuando hizo clic en el número 11 de la lista, el video
se abrió inmediatamente. Los labios fuertemente cerrados de Jeha temblaron y se movieron. Mongryong
estaba recostado en el sofá y masturbándose con los pantalones y las bragas sobre las rodillas. El problema
era la ubicación de la mano.
Cuando los hombres se masturban, generalmente se frotan los genitales con las manos. Pudo ver sus
manos yendo y viniendo, agitándolas hasta su cintura. Luego, sacó la lengua hacia la cámara y lamió su
labio inferior. Jeha afiló sus dientes y sus ojos se volvieron salvajes.

—Maldita, zorra… .

Mongryong se sacó el dedo del ano y ahora agarraba su pene. Las manos parecían moverse hacia arriba y
hacia abajo rápidamente, como si estuviera a punto de correrse. Después de un rato, echó la cabeza hacia
atrás. Jeha cantó con una voz sombría.

—Magang.

—Sí, Hyung.

—Ve y abre la puerta y arrastra a ese bastardo hasta aquí.

TERCERA HISTORIA PARTE 1


Jeha amontonó otro cigarrillo que había fumado en el cenicero. Abrió el estuche de cuero, pero no
encontró más cigarrillos para fumar. Dejó de tratar de buscar otra caja. Junto a él, un vaso de soju, ya vacío,
estaba colocado sobre la mesa.

Se apoyó contra la pared, con los brazos cruzados y miró a Mongryong que estaba al frente.
Ordenó a los hombres que tumbaran la puerta y le trajeran a Lee Mongryong. Pero, aunque los hombres
llegaron, Mongryong descaradamente no dejó de masturbarse. En su lugar, miró a los hombres que
entraron y les preguntó si lo podían dejar terminar.

No había cámaras en la sala de recepción del segundo piso. Por eso, lo arrastraron hasta allí. Si lo mataba
frente al CCTV, habría evidencias. Jeha se frotó la sien, con la punta de los dedos. Pensó que había tenido
muchos dolores de cabeza recientemente. —Por supuesto, la causa es, probablemente el perro sentado
frente a mí.
—Oye.

Mongryong, que había estado evadiéndolo, lo miró. Abrió un poco los ojos. Jeha había cambiado su
peinado. Siempre tenía el cabello arreglado hacia atrás, pero también se veía muy bien con ese flequillo,
que le cubría la frente, ligeramente hasta las cejas. Mucho mejor. Parece más joven.

—¿Cuál es tu verdadero propósito?

—¿Qué?

—Tu razón para quedarte. ¿Cuál es tu verdadera intención?

—¿Estás senil? Me amenazaste. Dijiste que tomarías a mi hermana como rehén.

—¿Realmente te quedaste por eso?

—Entonces, ¿Crees que me quedé por ti?

Ante su juego de palabras, Jeha no pudo soportarlo más, tomó la copa de vino junto a él, y se volvió hacia
donde estaba Mongryong. Se la lanzó. Mongryong la evitó rápidamente y el vidrio se estrelló contra el
suelo haciéndose añicos. Mongryong miró el cristal roto y a Jeha con cara de sorpresa.

—¡Oye, casi me matas!

—Esa era mi intención, hijo de puta.

—¿Alguna vez te han dicho que tienes una personalidad extraña? ¡Ah! Ya detente. O me temo que
moriré.

—Solo tú.

—Por favor, ve al hospital. Tienes que controlar tu ira. ¿No dicen que es más fácil ahora, ya que la
medicina está más avanzada?

Jeha, estaba agarrando ahora una botella de licor. Mongryong se estremeció y rápidamente se acurrucó en
el sofá. Jeha apretó los dientes con fuerza y dejó la botella en la mesa. Caminó hacia el sofá y se sentó
frente a Lee Mongryong.

Mongryong, que ya estaba bajando su cuerpo, al confirmar que Jeha ya no tenía nada en las manos, se
recostó contra el sofá.

Jeha, que lo miraba, se levantó, se volvió hacia la mesa y se acercó a Mongryong.


Mongryong se sorprendió de nuevo y le dio la espalda. Jeha, al acercarse, se inclinó y puso una mano a un
lado de la cara de Mongryong y la sostuvo cerca. Después de beberse una botella, el olor a alcohol salía de
su boca. Su cuello también estaba rojo. —¿Estás borracho?

Mongryong lo miró con cara de nervios, pero Jeha abrió lentamente la boca.

—Habla honestamente. ¿Quién te envió? ¿Quién te dijo que elevaras mi presión arterial y la hicieras
estallar, hasta matarme? ¿O solo fuiste enviado aquí para distraerme?

Mongryong puso una cara de asombro.

—¿Qué? ¿Qué mierda dices? ¿Estás alucinando?

—Haa. Jeha sacudió la cabeza. Había conocido muchas personas, pero nunca a alguien como él. Podía
manejar a cualquiera, sin importar quien fuera.

Pero Lee Mongryong era como la harina. Un trozo de harina de trigo, que se volvía más pegajoso, cuanto
más lo golpeaba con el puño.

En ese momento, los ojos de Mongryong miraban, como el pelo de Jeha le cubría la frente. Mongryong
extendió la mano para tocarlo y Jeha levantó la cabeza.

—¿Qué estás haciendo?

—¿No lo sabes? Déjame tocar tu cabeza.

Jeha le golpeó la mano y lo miró como si lo fuera a matar. Entre la corta distancia que los separaba, los ojos
de ambos parpadearon. Mongryong volvió a acercarse, esta vez agarrándole la cara. El calor se extendió
por sus mejillas. Las cejas de Jeha se sacudieron.

—Aléjate.

—No. Mongryong susurró decidido. Su voz era dulce como la miel, pero sus ojos estaban más serios que
nunca.

—Primero me trataste como un perro. Y ahora ¿Por qué estás actuando así?

—Te dije que te alejaras.

—¿Todos se inclinan ante ti? ¿Crees que el mundo está bajo tus pies? ¿Pero sabes qué? Si no tuvieras
padres, ni nada como yo, ¿Crees que otros harían lo que tú quieres? No seas tan arrogante, cuando al
menos todavía tienes a uno de tus padres. No ignores a los demás. Yo no nací, como un perro,
porque quise.

Jeha torció la mano de Mongryong en su mejilla. Cuando Mongryong trató de liberarse, Jeha lo agarró con
fuerza por el cuello y lo tumbó en el sofá.

El cuerpo de Mongryong estaba desparramado en el sofá de cuero. Tosía y tosía mientras se tocaba el
cuello con una cara de dolor, y Jeha se subió encima de él sin dejarlo respirar.

—Te enseñaré como es que se debe tratar a los perros.


Al mismo tiempo que se subía a horcajadas sobre él, Jeha le levantó la camisa que llevaba puesta. La piel
desnuda fue revelada. Mongryong lo empujó para alejarlo. Pero Jeha, rápidamente le bajó los pantalones y
las bragas.

—¡Mierda! ¡No hagas eso!

Mongryong trató de luchar. Gritando y retorciendo su cuerpo, hasta que Jeha le apretó la pantorrilla herida.
En ese momento, Jeha pudo por fin, arrancarle completamente los pantalones y la ropa interior.

Mongryong, que tenía las piernas desnudas, respiró hondo. Jeha le abrió las piernas y se acomodó en el
medio. Mongryong se estremeció, cubriéndose los ojos con los brazos. Pero ya no había rebelión.

Ziz, el cierre sonó y Jeha se bajó los pantalones y la ropa interior, hasta los muslos.
Sus genitales ya se habían erigido, y estaban listos para penetrar cualquier lugar. En ese momento, pudo
ver a Mongryong con más tranquilidad. Intentó quitarle los brazos, que cubrían sus ojos. Quería ver esa
apariencia que lo emborrachaba.

Jeha le habló suavemente a Mongryong.

—Oye.

Pero no surtió efecto. En ese estado, se inclinó más hacia adelante. Frotó sus genitales contra los de
Mongryong. Se sintió extraño porque estaba tocando y frotando genitales masculinos, no lo senos de una
mujer.

Jeha llevó sus labios al oído de Mongryong. Cuando lo tocó con su dulce aliento, sintió como Mongryong
se endurecía. Su boca estaba ligeramente abierta.

—Tu actuación, fue muy buena.

La estática fluyó. No podía ver los ojos de Mongryong detrás de sus brazos, pero si como su boca se
levantaba lentamente. Jeha lo miraba desde arriba. Poco después, Mongryong apartó el brazo. Lo que
mostró no fue una figura temblorosa, diciendo que no.

Como él había pensado que realmente estaba actuando, se quedó callado un momento. Entonces, como la
zorra apasionada que era, empezó a jugar con más confianza.

Mongryong, quien se rió, arrastró una de sus manos y se la acercó a la cadera.

—¿Quieres ponerlo aquí dentro? Simplemente mete algo allí y gíralo suavemente. Si quieres pon el
dedo meñique, o puedes usar tu lengua.

Sus ojos se volvieron agudos como una daga.

—¿Quieres morir?

Mongryong movió su mano para acariciar suavemente el pene de Jeha y dijo:

—Mátame con esto después.

Jeha quedó perplejo. Mongryong bajó la vista y sonrió. Las pestañas largas se agitaron. Quería cortar la
mano con la que Mongryong tocaba sus genitales de inmediato, pero sus instintos fueron más fuertes.

Contrario a sus palabras, los genitales de Jeha se hincharon gradualmente, haciendo que se sintiera bien.
Mongryong extendió sus piernas a ambos lados y las puso contra su pecho. Gracias a esto, su parte inferior
quedó completamente expuesta. Mientras tanto, el pene de Jeha, golpeó la entrada de su ano.

Jeha lo miraba como si quisiera comérselo. Mongryong se humedeció el labio inferior con la lengua,
mientras la punta del glande le frotaba el ano.

El líquido cobrizo que fluía desde la punta del glande, dejó un leve rastro, humedeciendo la entrada. El
agujero se contrajo, listo para recibirlo.

—Ponlo adentro ya. Estoy listo.

Mongryong se chupó el labio inferior una vez más, para luego comenzar a animarlo rápidamente. Los ojos
de Jeha, llenos de ira, quedaron atrapados en medio de ese calor. Jeha apretó los dientes con fuerza. Trató
de introducir el pene bajando ligeramente sus caderas.

Estaba apretado y moderadamente suave, pero no todo salió tan bien como pensaba. Mongryong lo
miraba fijamente, a la expectativa de que el acto realmente sucediera, pero Jeha hizo una expresión
sangrienta y se espabiló.

Mongryong trató de agarrarlo por el cuello, pero fue un poco tarde. Jeha se levantó y se subió los
pantalones y la ropa interior que tenía en los muslos.

Miró a Mongryong con cara de tristeza y chasqueó la lengua. Después de terminar de arreglar su ropa, Jeha
miró a Mongryong como si quisiera matarlo. Su cara se veía asqueada, pero sus orejas estaban rojas. Estaba
muy excitado.

—Crees que estoy loco, para jugar con una perra como tú.

Su rostro estaba manchado de ira y de asco. Pero no sabía si era por Mongryong, o por él mismo. Luego se
dirigió a su habitación.

No estaba muy lejos de la sala de recepción.

¡Bang! Con el sonido de la puerta cerrándose, el silencio invadió al salón.


Mongryong se echó a reír, mientras miraba al vacío, sin pantalones. También tiene su lado lindo.

***

Mongryong estaba hablando con alguien, con un teléfono fijo en su oreja. Su voz sonaba decepcionada.

La persona con la que hablaba, era el fiscal, quien le dijo que había enviado a una persona a la caja de
almacenamiento de la terminal, que Mongryong le indicó, pero que no habían encontrado nada. El fiscal, le
preguntó varias veces si esa era la terminal correcta. —No soy un niño, te juro que no me he
equivocado.

—Demonios.

El fiscal le preguntó, si su vida en ese lugar era buena o no, y si no tenía dificultades. No le quería contar
todo lo que había sucedido, así que le dijo que estaba bien. Seok Junyoung, se despidió diciéndole que
pronto pasaría por allí, para ver su rostro.

Cuando terminó la llamada y salió de la casa, se encontró con Kim quien llevaba ropa de trabajo, y estaba
listo para empezar a trabajar.
El señor Kim miró a Mongryong y espetó.

—Este chico ¿Por qué tardó tanto esa llamada? Pagarás la factura del teléfono con tu salario. ¿Ok?

Sí, sí. Lo haré. Mongryong asintió, sin sinceridad. Aún así, la actitud de Kim no fue tan desagradable, como
el primer día.

Kim también pensaba que Mongryong, no era tan malo. El primer día, no le gustó, así que se molestó
bastante, pero después de unos días, no lo estaba haciendo mal. Aunque, todavía no le gustaba esa cabeza
rosa.
En ese momento, la esposa de Kim, salió del patio trasero con un colador, y Kim la llamó.

—Se de esos tintes que usas. Empaca uno para el almuerzo.

—¿Qué quieres teñir?

Kim señaló con la barbilla a Mongryong.

—Mira a este bastardo. Es como un paraíso de algodón de azúcar. Con esa cabeza color rosa. Uf,
cada vez que lo veo, siento que voy a morir.

Mongryong, que llevaba sus botas de trabajo, tarareó una canción y fingió no escucharlo.

—Si ladraste, no te escuché.

—Ah. Finge que no escucha lo que dice un adulto. Mira a ese bastardo.

Después de unos días, la molestia, se había vuelto algo familiar. Incluso susurraba una canción y usaba esas
botas incómodas para trabajar.

En ese momento, un perro amarillo atado a un lado del patio, sacudió la cola hacia Mongryong. Fue lindo
que lo saludara, aunque lo conocía hace unos pocos días, así que se hizo a un lado y le tocó la barbilla con
el dorso de la mano. Podía ver que su vientre estaba abultado. La esposa del Señor Kim, le dijo que tarde o
temprano tendría un cachorro.

—Pero, señor. ¿Cuál es su nombre?

Cuando Mongryong, le preguntó al señor Kim, como se llamaba el perro, él dijo: —Es Rover.

—Tantos buenos nombres que existen en el mundo y tenía que ser Rover. ¿Qué es Rover? En el
campo, cinco de cada diez perros, se llaman Rover.

—Hombre, ¿Y qué tiene de malo Rover?, Es mejor que Mongryong.

En ese punto, Mongryong se derrumbó. La señora Kim, que estaba escuchando, se rió y le preguntó al
señor Kim, por qué comparaba el nombre de una persona decente, con un perro. Luego tomó un suéter y
se lo entregó a Mongryong. —Hoy hace frio, así que tienes que ponértelo para trabajar.

Mongryong lo recogió y Kim miró al perro y murmuró.

“Incluso al Director Seok, le gustaban los perros cuando era niño.”

¿Será que estoy equivocado? Se preguntó, Mongryong. Una vez más, el señor Kim, hablaba de Seok Jeha,
solo al oírlo hablar sabía que no estaba equivocado.
—Cuando era joven, su perro era muy lindo y lo quería mucho.

Al escuchar las palabras de la Señora Kim, se impresionó un poco, pero finalmente sonrió.

—Ah, de ninguna manera. Tal vez solo le gustaba acosarlo. ¿No le quemaría la cola o lo patearía?
¿Cómo un psicópata?

En respuesta a eso, el señor Kim, carraspeó y puso una cara furiosa para que dejara de hablar. Cuando
Mongryong, se enfrentó a su rostro, el señor Kim suspiró por un largo tiempo y habló como un idiota.

—Cuando era joven, su corazón era tan tierno que lloraba mucho, incluso si no había razón…”

—¿Eh?

—En serio, bastardo. ¿No sabes nada?

Mientras tanto, tomó una pala que había puesto a un lado.

Todo se debía al antiguo presidente ya fallecido, le hizo algo terrible a Jeha cuando era joven y por eso
había cambiado.

En ese punto, los ojos de Mongryong brillaron con curiosidad.

—¿Qué es eso tan terrible que le hizo?

Kim lo miró y le dijo que se fuera a trabajar rápidamente. Esa era su forma de acabar con la conversación.

—Oye, tengo mucha curiosidad. ¿Por qué no me dices lo que pasó?

Miró a la señora Kim, para que le contara, pero ella solo sonrió y se despidió.

***

Doosan revisaba el documento de arriba abajo. Era el listado de llamadas, del teléfono móvil de
Mongryong. Habían pirateado el teléfono que Seok Junyoung le había dado, pero no había nada
especial. Siempre colgaba la llamada, tan pronto como la recibía.

—Creo que se dio cuenta.

Jeha lo miró y no respondió. Doosan dijo que usaría el teléfono de la granja, para monitorear lo que
hablaba allí, pero cuando lo oyó, Jeha dijo:

—Puedes levantar más sospechas, así que detente por ahora.

—¿Y qué pasa con la fiscalía?

—Recientemente, se confirmó que la persona que estaba infiltrada en la fiscalía, había sido
trasladada a Chuncheon por orden de Seok Junyoung.

Doosan le mostró una foto. En la foto, vio a un hombre entrando a la terminal, con un sombrero que le
tapaba el rostro. Y la siguiente, era la imagen del video del CCTV de la terminal. El hombre estaba delante
de una taquilla, de donde sacó algo. Era una pequeña bolsa de papel que llevaba en la mano.

—¿Qué es esto?
—Lo siento. Eso todavía no ha sido confirmado. Dicen que salió y desapareció sin dejar rastro,
después de dejar el auto en el área de descanso. Se confirmó que el auto era un señuelo.

Los ojos de Jeha, que miraban las fotos, brillaban intensamente. Lo más probable es que esté relacionado
con Lee Mongryong. Si es así, tiene que ver con el paradero de Lee Hyeyoung.
—Encuéntralo de alguna manera. Hazlo con prudencia.

—Si, hyung-nim.

—Puedes irte. Doosan salió, después de decir adiós. Jeha eligió, una de las imágenes que tenía enfrente.
En ella estaba Lee Mongryong. Estas fueron tomadas, en medio de su trabajo en la granja.

Habían pasado algunos días, desde que se había marchado a la granja. No podía verlo, así que no estaba
seguro, pero también era cierto que todavía le gustaba. Mongryong tiene una cara más feliz, que
cuando está conmigo.
[¿Quieres ponerlo aquí dentro? Simplemente mete algo allí y gíralo suavemente. Si quieres pon el
dedo meñique, o puedes usar tu lengua.]

—Maldito, hijo de puta. Después de que Jeha apretó los dientes, la foto de Mongryong se arrugó, como
un trozo de papel de seda. Era como si fuera una pesadilla.

TERCERA HISTORIA PARTE 2

Mongryong estaba sentado, con la cabeza en el suelo, como un saco de papas. Por el otro lado, Jeha y Kim
estaban hablando. Era como si fueran familiares.

Jeha, vino solo en el auto, sin arrastrar con él, a los trillizos Baek.

—Si, está bien. Vuelve después. Siento que he visto muchas caras en estos días. Me siento feliz.

Dijo Kim, con una amplia sonrisa.

No pudo ver la cara de Mongryong, siendo miserable. —Mírame así. Mongryong frunció el ceño y sonrió,
para que no pudiera ser escuchado.

Jeha, que bajó al patio, miró a Mongryong en lugar de irse.

—¿Qué estás haciendo? ¿No me sigues?

Mongryong pensó que había oído mal. —¿Yo? Preguntó.

Como Jeha lo miró fijamente, se hizo el que no comprendía, y Kim, que estaba a su lado, salió y le explicó
por qué.

—Tienes día libre, dos veces al mes, y eso es mañana. El director Seok dice que haya algo que debe
preguntarte, así que ve con él y vuelve a trabajar, mañana por la mañana.
Mongryong expresó muchas emociones. Miró hacia atrás de inmediato.

—¿Qué vas a preguntar?, hazlo ahora.

—No voy a hablar de eso aquí.

—No quiero ir, así que pregúntame ahora. Hazlo y no me molestes, joder.

Puck, entonces algo voló de regreso. Kim, que estaba a su lado, golpeó a Mongryong en la espalda. —
Señor. Mongryong envolvió su cabeza y miró a Kim.
—Este bastardo no respeta a nadie. ¿Es acaso el director Seok tu amigo? Al fin y al cabo, cada
palabra que sale de tu boca, es solo vulgaridad.

Soy igual a ti, no ves que tú no eres diferente. Pero no quiso contestarle, porque temió que lo golpeara
de nuevo.

—Espera, toma esto. La señora Kim, salió de la casa, con algo en la mano. Cuando se acercó a Mongryong,
se lo entregó. Mongryong abrió el sobre, y vio que era un a batata.

—Está al vapor, así que cómela lentamente. La cultivamos aquí, por eso es muy dulce.

La esposa de Kim miró a Mongryong y dijo dulcemente, que la había pasado mal hoy. Mongryong lo
lamentaba tanto, que se frotó la punta de la nariz. Se preguntaba, como se había casado una dama tan
angelical, con el señor Kim.

Mirando hacia atrás, vio que Jeha ya estaba caminando hacia el auto.

—Oh, no quiero ir, de verdad. Kim observó fijamente al indeciso Mongryong, y lo instó a que se marchara
rápidamente. Mongryong llevaba los hombros caídos, como si lo arrastraran al matadero.

***

Un sedán negro, corría por un estrecho sendero de la montaña. El camino es unidireccional, por lo que, si
un automóvil viene desde el lado opuesto, se encontrará en una situación, en la que no podrá entrar, ni
salir. Era tarde, así que afortunadamente, la vía estaba despejada. Mongryong y Jeha, no habían
intercambiado ni una palabra, desde que se fueron de la granja.

Mongryong buscó el sobre, que le había dado la esposa de Kim y sacó la batata. Todavía estaba caliente, ya
que se le había dado justo después de ser cocida al vapor. Colocó el sobre en el regazo y sostuvo la batata
con ambas manos.

Cuando trataba de pelarla, Jeha lo miró y habló.

—¿Vas a comer?

Mongryong asintió. —Sí.

—Entonces bájate y come. Eso apesta.

—Si, está bien. Mongryong abrió el sobre y puso dentro la batata, que intentaba comer. Después de eso,
ambos permanecieron callados. Jeha fue el primero, que rompió el silencio.
—Saca el teléfono celular que Seok Junyoung te dio.

Mongryong miró a Jeha y sacudió la cabeza, de lado a lado.

—No lo traje, lo dejé en la granja.

Jeha cerró la boca con fuerza y lo miró a los ojos. Como dijo Doosan, casi no usa el celular. Eso significaba
que Lee Mongryong, se había dado cuenta de algo.

—¿Por qué no?

—Ya sabes por qué lo hago. Ustedes ya lo tienen pirateado.

—¿Cómo lo sé? Mira esto. Cuando Jeha vio que tenía un chip en la mano, casi puso una cara de
desconcierto.

—¿Intentaron hackearme? Deben estar bromeando.

—Piensa lo que te dé la gana. De todos modos, sabes que no soy idiota.

Ante eso, Jeha se echó a reír. Podría haber sido suficiente, pero al ver a Mongryong contestarle, como si lo
hubiera estado esperando, era evidencia de que él, estaba al tanto de la situación hasta cierto punto.

—Entonces, ¿Usaste el teléfono de la granja? Contactaste al fiscal. Entonces, ¿Qué te dijo el fiscal? ¿Te
dio la próxima pauta de acción?

Mongryong giró la cabeza y miró a Jeha. Aunque llamó a Junyoung hace unos días, lo hizo el día que el
Señor y la Señora Kim, fueron a una ferretería a comprar cosas. Esto significaba, que Kim nunca lo había
visto hablando por el teléfono, excepto hoy. ¿Pusiste un CCTV en la granja? ¿O me estabas espiando?

Pensó en todo, pero luego escuchó, una pequeña risa.

—Deja de pensar tanto. Puedo escucharlo todo, hasta el sonido de una piedra, rondando por aquí.

—Ja, ja. Suena tan ridículo.

—¿Le dijiste a Junyoung que buscara lo que querías? ¿Te lo entregó?

Esta vez, Mongryong no pudo reírse.

—Pero Lee Mongryong, debo darte un consejo. No confíes demasiado en Seok Junyoung. Tiene la
sangre de nuestra familia, no puede evitar ser como es.

Mongryong le devolvió la mirada, sin darle ninguna respuesta. Aunque uso el teléfono de la granja ¿Qué
significa lo que le acaba de preguntar hace un momento? Me pregunto qué sabes. ¿Sabías eso antes
que Junyoung? Tal vez, dije algo sin saberlo. Que tanto sabes.
Todo tipo de pensamientos, se cruzaron y perturbaron su mente. La mano que sostiene el sobre con la
batata, ganó fuerza gradualmente. ¿Qué tengo que hacer? ¿Lo golpeo con la batata y huyo?

En ese momento. Como si lo esperara, sonó el teléfono celular de Jeha. Mongryong estaba tan sorprendido
que miró hacia allí. Jeha contestó.

—Soy yo.
Afinó el oído, pero no pudo escuchar nada, de lo que estaba hablando. Mongryong se inclinó un poco más.
Jeha volvió la mirada y empujó la cabeza de Mongryong hacia el otro lado. Mongryong gritó brevemente y
se cubrió el cuello.

—Ugh, joder. Duele.

Casi me rompe el cuello. Aun así, miró la expresión, en el perfil de Jeha.


Jeha, que estaba hablando por teléfono, enfrió los ojos y miró a Mongryong que estaba acostado en el
asiento trasero. Al mismo tiempo, sus ojos se encontraron, la sonrisa de un demonio se dibujó en su boca.

—Espera. Voy ahora.

Colgó el teléfono y lo puso en el tablero. Mongryong miró, al teléfono móvil y a Jeha al mismo
tiempo. ¿Qué quiso decir con “espera”? ¿No estarán esperándolo con una pala? ¿O un palo? ¿Un
cuchillo? Joder, tal vez no sea un consolador para la masturbación. Esa sería la mejor opción de las
cuatro.
En su imaginación, Lee Mongryong ya veía como lo golpeaban, una y otra vez, hasta morir. —¡Ugh! No.

—¡Oye, detente!

Mongryong gritó y el bastardo continuó conduciendo sin prestarle atención. Mongryong le mostró una
cara arrugada, que indicaba que necesitaba orinar urgentemente. Después, miró el rostro indiferente de
Jeha y parecía no querer detener el auto.

Mongryong lo agarró del brazo y retorció el cuerpo. —Vamos, por favor, no puedo aguantar.

Jeha golpeó la mano con la que Mongryong, lo agarraba. El coche, que circulaba lentamente por la
carretera de montaña, se detuvo.

Mongryong frunció el ceño ante la impresión y suplicó.

—Por favor, vendré rápido. ¿De acuerdo? Creo que la vejiga se me va a estallar. Ah. ya sabes lo que
quiero decir.

—No lo haré.

—¿Entonces no? ¿De verdad? ¿Tienes mucha prisa?

Jeha se volvió y miró a Mongryong. Este puso una cara desesperada.

—Por favor. Por desgracia, parece que no puedo aguantar.

Jeha, preocupado por un momento, abrió la puerta a regañadientes. Tan pronto como se abrió, Mongryong
se dispuso a bajar.

—Si me resbalo, se cómo caer.

—¿Eh?, ¿Vas a ir a la montaña?

Mongryong se obligó a brindarle una sonrisa, luego cerró la puerta y cruzó extrañamente el bosque.

Los ojos desconfiados de Jeha, se habían achicado. Era un mentiroso consumado, así que no podía saber
cuándo le decía la verdad.
***

Mongryong, que lucía mareado y se fue al bosque, cambió de expresión cuando el automóvil, ya no era
visible. Incluso, aunque fuera de día, no había razón, para que Seok Jeha, viniera a buscarlo.

No lo llevaba para preguntarle algo, se lo estaba llevando para matarlo. En pocas palabras, era como un
hombre muerto que era apedreado.

Mongryong miró el bosque. Solo vio oscuridad. Miró hacia el costado del auto nuevamente. Eso solo
representa mi muerte. La luz sale al final de la oscuridad, pero la muerte termina con ella. No había
nada de qué preocuparse. Se dio la vuelta y comenzó a correr por el bosque.

La última vez, creyó haber visto un pueblo detrás de este lugar. Solo necesitaba llegar allí.
Entonces, recordó el chip implantado en su brazo. Dejó de caminar y revisó su bolsillo. Buscó algo para
comer, pero todo lo que encontró fueron unos cuantos billetes.

—Mierda. No hay nada. Sin embargo, no sé qué suerte me traería comer papas fritas. Si ese fuera el
caso, mi culo ya estaría volando. Tenía que huir y sacar el chip.
Estaba nervioso, incluso en pleno invierno, le salía sudor por la espalda. Podía sentir a Seok Jeha
persiguiéndolo con un arma y disparándole. Primero corrió. No supo cuántas veces corrió, tropezó y se
arañó con la rama de un árbol, luego tropezó con un recodo de piedra y se rasguñó.

Su aliento, llenaba su barbilla. Cuando miró hacia atrás, ya no podía ver las luces del vehículo.

Miró hacia atrás otra vez. Era engorroso. Aparentemente había un pueblo, pero ¿Por qué no puedo
verlo? Mongryong exprimió su energía. Luego se detuvo porque pensó, que sus pulmones explotarían.
Cuando bajó la cabeza y respiró, finalmente pudo ver unas luces hacia el frente.

—Vida. Una sonrisa floreció en la boca de Mongryong. Finalmente era libre. En el momento en que dio un
paso para llegar allí, su cuerpo se inclinó hacia adelante. No tuvo tiempo para concentrarse. Tal como
estaba, comenzó a rodar sin freno. Trató de parar, pero no pudo hacerlo.

TERCERA HISTORIA PARTE 3

Jeha confirmó la hora. Miró hacia el bosque oscuro, donde desapareció Lee Mongryong. Había pasado un
tiempo, desde que se fue a orinar, pero no regresaba. Podía perderse en el bosque, porque estaba oscuro,
pero pensó que era algo completamente ridículo.

Si era así, la conclusión solo podía ser una. A la mierda, otra vez. Ya no estaba enojado. Estaba solo
arrepentido. En ese momento, debería haberle disparado a la cabeza, no a la pierna. Debería haberle
pasado el auto por encima, un par de veces más, el primer día que lo vi. Solo un suspiro de pesar, salió.
Sacó su teléfono celular y contactó a Doosan. Después de un tono, Doosan le contestó.
—Soy yo. Necesito la ubicación de Lee Mongryong.

No hubo palabras del otro lado. Doosan ya no le pregunta ¿Por qué?, de inmediato. Colgó después de que
dijo que lo haría.

Jeha volvió a comprobar la hora. —¿Hasta dónde has huido o ya has llegado al pueblo? Si lo encuentro
otra vez, ¿Debo empujarlo contra un auto?
Cuanto más me relaciono con él, peores cosas pasarán. Además, mi corazón se marea. Mi alma se
siente nublada. Entonces, creo debo matarlo para estar bien otra vez. Doosan lo contactó, en medio de
sus pensamientos.

[Hyung, soy yo.]

—Sí.

[En el GPS, se muestra su ubicación cerca del pueblo. Por cierto…]

Doosan no habló por un rato. —¿Y qué más? Jeha preguntó, y Doosan dudó por un momento.

[Se que es un precipicio, porque lo acabo de confirmar. Lee Mongryong está allí. No hay
movimiento.]

La frente de Jeha, estaba tan arrugada, como para verse bien. Doosan continuó con las siguientes palabras,
sin esperar.

[Tal vez ese chico, cayó por el precipicio.]

***

El sedán negro corría en una pendiente estrecha, como un rugido. Fue debajo de la montaña, cerca del
pueblo, donde Jeha llegó conduciendo.

Salió apresuradamente del auto, abrió el maletero y sacó la linterna. Al encender el interruptor, emitió una
luz brillante. Levantó la linterna y la luz brilló al frente. Una ceja se alzó bruscamente. —Creo que el lugar
que dijo Doosan es correcto, pero…

—Maldición. ¿Un precipicio?

No era un precipicio, solo era una colina empinada. ¿Por qué estabas corriendo por aquí? Jeha masculló
una maldición. No sabía si debería alegrarse o amargarse porque no había muerto.

Con la linterna, solo vio basura mientras avanzaba. Intentó buscar el lugar donde estaba Lee Mongryong,
iluminando con la linterna de un lado a otro. Entonces, pudo ver un objeto negro al frente.

Se apresuró al lugar. De cerca, pudo ver que era Lee Mongryong. Estaba estirado hasta el enrejado. Ni
siquiera necesitaba asegurarse de que estaba respirando. Estaba claro que no había muerto, cuando vio a
su pecho, subir y bajar. La linterna brillo en su rostro.

—Lee Mongryong, despierta. ¡Hey, Lee Mongryong!

No hubo movimiento. Miró de nuevo la colina con una linterna. No importaba cuanto la mirara, no era
suficiente para acabar con su vida. No sabía si estaba fracturado o tenía un hematoma.

Revisó al inconsciente Lee Mongryong y sacó su teléfono celular. Se puso en contacto con Doosan.
—Envía una ambulancia por aquí. Sí, en el lado izquierdo de la entrada del pueblo.

En caso de que no lo supiera, le sugirió que enviara también a un médico. Jeha volvió a revisar la cara de
Mongryong, con la linterna. Sus cejas se movían y sus ojos estaban cerrados.

Haa. Jeha suspiró con alivio, inconscientemente.


Desde el hospital le dijeron a Doosan que irían, pero en ese momento, vio que Mongryong se estaba
riendo. Parecía tener algo que decirle a Jeha. De repente recordó, que el día que lo conoció, le preguntó si
era Dios.
A pesar de eso, le había mordió la oreja. ¿Quién sabe qué mentira se inventará esta vez? Lo miró sin
decir nada, pero Mongryong parpadeó un segundo y luego hizo un ruido.

—… ¿Quién eres?

Jeha lo miró, para ver si estaba equivocado. —¿Qué?

—Um… ¿Quién eres?

Oh, no estaba equivocado. Entonces, ¿Esta vez, está actuando como un amnésico?”

No se sorprendió, así que ni siquiera se rió. Entonces, Mongryong, se rascó la cara por todas partes. No
sabía cuánto tiempo había estado ahí tirado, pero sus orejas estaban rojas y congeladas.

Jeha se espabiló por un momento y luego se levantó. Cubrió con su abrigo a Mongryong, que yacía en el
suelo. Mongryong todavía lo miraba y le preguntaba quién era.

—Basta. No voy a creerte esta vez.

Jeha dejó de mirarlo y comprobó la hora. La ambulancia tendría que venir rápidamente, para verificar su
condición, y trasladarlo al hospital, de lo contrario, lo mataría.

***

Cuatro personas hicieron diferentes expresiones al mismo tiempo. Jeha, Doosan y Magang, mostraban sus
sospechas, aunque con cierta incredulidad, mientras en la cara de Ho, se mezclaba la sorpresa y el
remordimiento.

El médico, con un estetoscopio alrededor del cuello, tosió.

No sabía si estaba allí para tratar a un paciente o para darle un biberón. Le preguntó varias cosas a
Mongryong, quien estaba en la camilla. Las respuestas de Mongryong siempre fueron las mismas.

Dijo que tenía 15 años, y recordaba donde vivía y donde estaba ahora. Mongryong, a su vez preguntó por
qué seguía haciéndole preguntas, con una cara de miedo. Aunque el médico le explicó, paso por paso, no
lo podía creer.

El doctor asintió, mientras miraba a Mongryong, y llamó a los tres hermanos Baek y a Jeha, a un lado. Se
llevó las gafas hasta la punta de la nariz.

—Es una especie de amnesia.


—Eh, ¿qué? Al no poder entenderlo de inmediato, preguntaron al unísono y el médico les explicó la causa
y los síntomas.

Dijo que muchos factores y estímulos causaron que su memoria se borrara por completo o que solo
recordara, la parte que quería recordar. También explicó los síntomas que tenía. Jeha tenía una mirada de
incredulidad.

—¿Hay razones médicas?

—Los resultados de la tomografía no muestran anormalidades, aparte de los moretones. El shock del
golpe, pudo haberle causado síntomas temporales.

—Entonces, ¿Cuánto tiempo estará así?

Magang preguntó, y el médico dijo que no podía garantizarle nada. Aunque dependía de la voluntad del
paciente, en este caso, la parte medioambiental también podría afectarle mucho. También dijo que lo
enviaría a un psiquiatra mañana por la mañana, porque su valoración psicológica, parecía ser excelente.

¿Amnesia? Haa. Miente. Una chispa se encendió en los ojos de Jeha. Doosan, quien vio su expresión, sacó
al médico de la habitación. Magang y Ho también se dieron cuenta y lo siguieron.

Jeha gritó y se burló. Puso una mano en un bolsillo de sus pantalones y se acercó a Mongryong y lo miró
hacia abajo.

Mongryong, que también lo miraba, se sentó en la cama, mientras Jeha se acercaba amenazadoramente.
Tenía una cara asustada.

Hey, tal vez disfruta actuar así. Se podría ganar un Oscar.


Jeha se sentó en la cama y miró a Mongryong con una expresión agresiva. Mongryong cerró la boca con
fuerza y dejó caer los ojos. Sus largas pestañas revoloteaban, mientras movía las manos para agarrar la
sábana.

Jeha alzó las cejas.

—Hola, Lee Mongryong.

Mongryong susurró una respuesta, con una voz temerosa y con la cabeza gacha.

—Levanta la cabeza.

Mongryong todavía, mantenía la cabeza inclinada. Jeha subió el tono de su voz. —Levanta la cabeza, dijo
de nuevo. En el momento que dijo eso, vio a Mongryong mordiéndose el labio inferior y aguantando el
miedo. Levantó la cabeza y sus ojos estaban muy abiertos. Se veía asustado.

Los ojos no pueden mentir. El chico ahora, estaba completamente asustado y temblando. Si es así, ¿En
serio? ¿No está actuando? No me lo puedo creer. Sería más correcto decir, que no tenía fe.
¿No te ha engañado ya, una o dos veces? Pero, ¿Qué es este sentimiento extraño? Es Lee Mongryong,
pero siento que nunca he visto a este Lee Mongryong.

Doosan, Magang y Ho entraron. Sus caras estaban perplejas. Se acercaron a la parte trasera de la cama y se
quedaron de pie.
—El doctor.

—Vendrá de nuevo, mañana por la mañana.

Cuando Mongryong miró hacia atrás, observó sus caras alternativamente. Entonces sus ojos se abrieron un
poco. ¿Qué? Hizo una cara como diciendo, Creo que no los he visto antes. Escaneó el rostro de cada uno
de ellos, y les preguntó si eran trillizos. Observaron que tenía mucha curiosidad, como si fuera de verdad un
niño.
Magang sacudió la cabeza.

—Wow, eso no se puede actuar… .

Ho también estuvo de acuerdo.

—¿Verdad? Hermano. No importa la edad… si actúa así, debe ser cierto.

—Shhh. Doosan disparó intensamente a sus dos hermanos, para ver si podían callarse. Su mirada volvió a
Jeha, que parecía confundido.

La duda y la desconfianza, todavía ocupaban la mitad de su rostro. Era natural que no creyera las cosas
fácilmente. Doosan también estaba demasiado incrédulo.

—¿Qué tengo que hacer? Hyung.

—¿Hacer?

—Primero, luego que le den de alta, lo encerraré hasta que recuerde… .

—Es inútil si no recuerda. Tendré que tirarlo a la basura.

Ho puso una cara triste, mientras observaba desde atrás. No importaba lo que fuera, les estaba diciendo
que se deshicieran de alguien solo porque era inútil. ¿No era demasiado cruel? Sin embargo, a
diferencia de sus palabras, pudo vislumbrar la frustración en su expresión.

—Los médicos dicen que no sería extraño, que sus recuerdos volvieran pronto.

Jeha apretó los dientes con fuerza. Mientras veía a Mongryong, mirándolo a sí mismo, seguía pensando en
ello. Pronto, mostró su cara más siniestra. Mongryong sacudió la boca y dijo.

—… siento mucho lo que dije.

Todos pusieron una pequeña cara de sorpresa. Había dicho lo siento. ¡Lo siento! Que expresión tan
irrazonable para este bastardo. ¿Qué te pasó en los últimos diez años, Mongryong?
Todos pensaron lo mismo, pero Mongryong preguntó primero, si tenía 25 años. Cuando Doosan le dijo que
si, Mongryong se lamió el labio inferior una vez y miró de cerca de Jeha. Tenía miedo, pero sus orejas
estaban un poco rojas.

—Entonces… Quizás… ¿Eres mi amante?

Oh, Dios mío. La cara de los hermanos Baek, se solidificó como un conjunto. Jeha, movió los ojos para
verificar sus emociones. Era un hospital, pero tenía ganas de tirar a Lee Mongryong por la ventana.
Pero luego, le preguntó con calma, por qué pensaba eso. Mongryong sonrió de oreja a oreja, como si le
hubieran confirmado que tenía razón.

—Antes, cuando abrí los ojos… vi que estabas muy preocupado. Me cubriste con tu abrigo… y… .

Mongryong dudó en si debía decir la última palabra o no. Luego, sus mejillas se pusieron rojas y sonrió sin
más.

—Tu cara… es mi tipo ideal.

Después, inclinó la cabeza y se puso rojo. Los tres hermanos Baek estaban asombrados. Solo Jeha lo miraba
fijamente.

TERCERA HISTORIA PARTE 4

Mientras escuchaba la historia de Baek Ho, Jeha fue subiendo gradualmente los ojos. Ho quería disculparse,
pero no pudo retomar la historia que había empezado. Jeha escupió fríamente cada una de sus palabras.

—¿Qué acabas de decir?

—Nada, lo siento, Hyung.

Jeha le lanzó una patada. Pam, se oyó un sonido sordo y Ho rodó por el suelo. Luego se levantó
rápidamente y asumió una postura inquieta, manteniendo una expresión casual. El golpe pudo haber sido
bastante impactante, pero no demostraba que hubiera sentido dolor.

—¿Esa es la forma en la que le hablas a tu jefe? ¡Eres un gánster novato!

Al escuchar la voz de Jeha, Ho sintió como si lo fuera a echar a patadas de la empresa. Mientras los otros
escuchaban, su mal humor aumentaba, pero había otra razón por la cual estaba tan molesto.

En el hospital, le habían hecho todos los estudios a Mongryong, y dijeron que estaba bien de salud.

Cuando llegaron a la casa, después que le dieron el alta, hablaron sobre el comportamiento de Lee
Mongryong, y Ho fue quien le sugirió a Jeha, que debería fingir ser su amante. Doosan y Magang no sabían
que hacer, porque no pudieron detener a su hermano menor.

—Perdón, Hyung… No estaba pensando. De todos modos, ¿No es cierto que Lee Mongryong ha
mentido muchas veces? Entonces, ahora que tiene los tornillos flojos, pensé que podría decirnos, en
qué lugar podría estar Lee Hyeyoung. Solo estaba pensando en atrapar a Cho rápidamente. Lo
siento.

Jeha analizó el asunto. Aún así, no podía estar más confundido. La idea no era mala. Lee Mongryong, que
actuaba como su enemigo, desde que estuvieron en el hospital, hasta que llegaron a la casa, parecía no
poder apartar los ojos de Jeha, y también le había revelado su enamoramiento.
El problema era que no habían tenido en cuenta, los sentimientos de una de las partes en cuestión. Jeha no
tiraba para ese lado. ¿Quieren que haga el ridículo? ¿Quieren ver un espectáculo de amor?

—Entonces así es cómo piensan. Al parecer, debo entrenarlos de nuevo.

Doosan de alguna manera trató de aliviar su ira, pero Jeha no ocultó su molesta apariencia.

—¿Tú también estás de acuerdo?

La flecha clavada en Ho, ahora había volado hacia Doosan. Magang comenzó a pensar, que debería
responderle de ante mano, porque sabía que el sería el siguiente.

—¿Por qué no me respondes? Te estoy preguntando qué piensas.

Doosan vaciló por un momento, pero asintió rápidamente.

—Sinceramente, tampoco creo que lo que piensa Baek Ho, sea una mala idea.

El rostro de Jeha, estaba muy distorsionado. Pero Doosan era un hombre que hablaba muy poco. Jeha tuvo
que admitir, que eso era un sinónimo de hombría.

—Creo que sería mucho más fácil que antes, ahora que piensa que tiene 15 años. A esa edad, los
hombres solo juegan, comen y duermen sin preocupación. Creo que no es mala idea, que intentemos
averiguar, dónde podría estar Lee Hyeyoung.

Jeha sacó un cigarrillo del estuche de cuero. Doosan rápidamente lo encendió en su boca. Después de
aspirar el humo profundamente, lo expulsó con lentitud. Un humo raro se dispersó en el aire. Ja, ser su
amante. Amante… Tendré que ser otro.
Jeha masticó el filtro del cigarrillo con los dientes delanteros. No lo estaba fumando, solo lo masticaba. Ho
y Magang lo notaron y comenzaron a rezar, porque sabían que habían hecho algo mal, pero Jeha los
despidió. —Salgan. Me duele más la cabeza, porque me están mirando.

Al mismo tiempo, los tres se inclinaron profundamente para despedirse y se dirigieron a la puerta. Cuando
abrieron la puerta, lo primero que vieron fue a Mongryong. Este les sonrió amablemente a los tres
hermanos Baek.

—Ah, ¿Aún no se han ido ustedes tres?

Los tres se miraron a la cara con sorpresa, pero solo sonrieron y le dijeron que ya se iban. Los tres pensaron
lo mismo, al mismo tiempo, cuando Mongryong se inclinó y se despidió.

Si esta no es una actuación real, este chico tiene doble personalidad. Porque de lo contrario, una
persona no puede ser tan desvergonzada.
Saludaron a Mongryong y salieron corriendo del salón. Después que desaparecieron, Mongryong lo miró
fijamente. Estaba sentado en el sofá, fumando un cigarrillo en una mano, y con una copa de vino en la otra,
mirando a lo lejos.

Mongryong se dirigió al lugar y encontró un armario al lado de una pared y se paró frente a él. En el
interior, había un montón de adornos caros que no eran de su interés. Mongryong miró cuidadosamente
su rostro reflejado en el cristal.
—¡Vaya, me sorprendí cuando lo vi en el hospital! Estaba tan asombrado, pero ahora me gusta mirar
mi cabello rosado. Admiro que el color es realmente bonito.

Jeha solo lo miró fijamente. Que gusto tan raro. ¿Ya tenía el pelo rosado cuando era joven?

—No viniste a verme. ¿Por qué solo entras y te ríes?

—No es eso, es que… necesito dormir en alguna parte… .

Dijo Mongryong. Jeha todavía seguía mirándolo.

Mongryong miró alrededor de la sala de recepción, con aburrimiento. Era un salón y estaba decorado
como un bar de lujo. La mirada volvió a alcanzar a Jeha, pero este todavía lo miraba estático, como si lo
estuviera presionando.

Mongryong se rascó la nariz.

Cuando llegó, le contaron una historia de lo que había pasado. Le dijeron, que se estaba quedado en su
casa por alguna razón, o, más precisamente, en una granja, un poco lejos de su casa. Recordó que, en su
infancia, le gustaban mucho los animales venenosos, por eso preguntó si era un veterinario, y le dijeron
que no. Solo se dedicaba a comer, dormir y ayudar en la granja.

De todos modos, podía vivir con muy poco y estaba feliz de seguir a Jeha. Sin embargo, Jeha solo había
sido frío con Mongryong, todo el tiempo. Al principio, pensó que era una buena persona, porque él lo
había salvado.

Mongryong le dio la vuelta al sofá y se sentó cerca de Jeha. La aguda mirada de Jeha, se movió junto con
Mongryong.

—Si no tengo donde dormir… Por favor, dame la dirección de la granja… para ir allí… .

—¿Realmente no lo recuerdas?

—¿Eh?

—No me acuerdo.

Le preguntó si no podía recordar, con una cara enfadada y los dientes apretados. Mongryong tembló.
Pensó que tenía que crear, recuerdos que no tenía. Solo quería ser su amante, pero no importaba como lo
mirara, parecía que ese no era el caso.

¿O será que no soy su amante y solo tuvimos una aventura? No, eso no podía ser. Lee Mongryong no
eres tan tonto. Entonces, ¿Por qué no me abraza?”
—Lo siento. No me acuerdo. … Lo siento mucho.

Jeha observó a Mongryong, quien inclinó la cabeza varias veces. A diferencia de la habitación del hospital,
se veía abrumado. Realmente no podía recordar, y de repente se preguntó si había hecho demasiado.
Suspiró brevemente y se dijo que no.

Mongryong solo parpadeó y no hizo nada más. El silencio iba y venía entre los dos. Incluso, el cigarrillo que
tenía es sus dedos se había esfumado y ahora solo quedaba el filtro. Lo tiró en el cenicero, llenó un vaso
con alcohol y se lo ofreció a Mongryong.
Mongryong negó con un gesto. —No bebo.

Jeha vació el vaso, y suspiró por largo tiempo. Luego se puso de pie. Mongryong miró la mano que le
ofrecía. Hizo una cara como preguntándole —¿Qué debo hacer? Jeha chasqueó la lengua.

Dijo que no sabe, ja, joder. Se consoló preguntándose que podía hacer, luego, lamentó no haberlo
matado. Su ego terminó por dividirse y finalmente llegó a una conclusión.
—Vamos.

Mongryong con una cara estúpida, le preguntó —¿En serio? Jeha levantó una ceja. Una sonrisa se dibujó
en su boca.

De acuerdo, no sabía si estaba actuando o no, pero le seguiría la corriente. Vamos a jugar.
—Tenemos que ir a dormir.”

Al ver una cara que Mongryong realmente no conocía, sus ojos se agitaron. Jeha ahora, se vio obligado a
reírse ampliamente, soltando una carcajada.

—¿No lo recuerdas? Dormimos juntos todas las noches.

Sin mostrar ninguna sorpresa, Mongryong se acercó a él. —Vamos, vamos a la cama.

***

Mongryong, se encogió de hombros, se puso la bata y salió del baño. Cuando salió, vio a Jeha sentado
contra la cabecera de la cama, con los ojos cerrados. Llevaba un camisón negro, y era lo suficientemente
sexy, como para llamar su atención.

¿Ya se durmió? Mongryong, caminó suavemente y se trasladó al sofá. Miró a su alrededor. No había
futones, ni almohadas adicionales. ¿Significa que dormiremos juntos en la cama?

Quizás es porque ambos somos adultos. Las orejas de Mongryong, se pusieron rojas, sin darse cuenta.
Dejó de buscar el futón y volvió a mirar al otro lado. Se veía guapo, a pesar de que tenía los ojos cerrados.
Su mentón moderadamente varonil, la frente recta y desde allí, la hermosa nariz que va hasta la punta de la
boca.

Además, las cejas son gruesas y altas. Cuando todavía era un niño, tuvo un amor no correspondido por dos
años, con un chico que vivía en la ciudad. Se parecía mucho a él. Pero Seok Jeha, estaba mucho mejor. Era
increíble que fuera tan buena persona y su amante.
Pero, ¿Por qué te veías tan aterrador antes? ¿No sería mejor, si nunca mostraras esa
expresión? Mientras Mongryong, pensaba y pensaba, Jeha abrió los ojos y lo miró lentamente.
—¿Por qué no vienes y te acuestas?

Mongryong puso una cara de sorpresa —¿En serio? Preguntó. Jeha señaló la cama con la barbilla. — Ven
aquí. —Ah. Mongryong se rascó la cabeza y se mordió el labio inferior. Era como si fuera a tener una
experiencia con una celebridad, de la noche a la mañana. Cuando se detuvo junto a la cama, Jeha le
extendió la mano y le dijo: —Ven.
—Está bien. Subiré.

Mongryong se subió a la cama. La textura suave de la sábana, estimuló sus pensamientos lujuriosos. Miró
alrededor de la habitación, porque se sentía un poco avergonzado. Los muebles acromáticos se veían
bien. Pero hubiera sido mejor, tener algo color rosa.

Mientras movía los ojos, se encontró con los de Jeha, que todavía lo miraba fijamente.

—Hey… ¿Te sientes mal?

—¿Por qué piensas eso?

—Creo que estás un poco incómodo… .

—Bueno. No me siento muy bien hoy… .

—Oh, ya veo. Mongryong asintió con la cabeza. ¿Es esa la razón por la que me siento mal? Estaba
preocupado, pero pensó que estaría cansado, así que dejó de preguntarle.

¿Dónde está mi Noona, Lee Hyeyoung? Hace un rato, le conté al menor de los trillizos, que ella vivía
conmigo. ¿Podré preguntarle sobre eso ahora?
—Oye… Por cierto, ¿No tienes la información de contacto de mi Noona?

Jeha miró a Mongryong con desconcierto. —¿Realmente no recuerdas nada? Le había hecho la misma
pregunta en el hospital, por eso supuso que su hermana, era muy importante para él. Estaba sorprendido,
porque no dejaba de buscarla. Ni siquiera sabe si es su verdadera hermana.

—Tu hermana está de viaje.

—¿Viaje?

—Bueno. Ella tiene un estilo de vida muy libre.

Es tan “libre” que se dedica a conquistar a los hombres. También a los casados. Decidió no hablarle de
eso. Se dará cuenta de todos modos. No, es posible que ya lo sepa, si está actuando.

Sin embargo, Mongryong puso una cara de admiración, como si dijera, —Mi hermana es exitosa, mi
hermana es genial. Al ver su expresión, Jeha chasqueó la lengua.
—Lo siento. Se que no te sientes bien y te estoy molestando… .

Pero, tal vez… Esta vez, haré lo mejor que pueda, por mucho tiempo, sin preguntarle nada. Ho le
había dado ese consejo. Debía hacerle preguntas al chico, pero de forma gradual.

¿De qué estás hablando? ¿Ahora te vas a poner a bordar? Sí, más bien, sé honesto. Susurró y
rezó. Esto es solo un show. Recibirás tu recompensa más tarde.

—¿Por qué no me dices nada?

Mongryong sonrió suavemente y sacudió la cabeza.

—No. Mejor duérmete.

Ya no quería preguntarle por qué. Hablará más tarde de todos modos. Eso espero.
—¿Solo quieres que duerma?

—¿Sí?

—¿Estás diciéndome que me vaya a dormir, aunque sabes que me siento mal?

No sabía a qué se refería Mongryong, así que movió los ojos. Si soy su amante, entonces ¿Cómo puedo
ayudarlo a relajarse? ¿Cómo? No conozco canciones de cuna. Además, ya es un adulto.
Entonces, ¿Qué? Quizás… ¿Un beso? Uh, está bien. Está realmente bien. Cuando lo pensó, sus labios se
cerraron, sin que se diera cuenta. No quería hacer el ridículo, por eso Jeha volvió a hablar.

—Bueno, hagamos lo mismo de siempre.

En respuesta, Mongryong se limpió la boca con el dorso de la mano, limpiándose la saliva de los labios.
Miró su figura como si no fuera real. ¿Te estas preparando para hacerme un oral ahora? Mongryong
movió los labios y dijo: —Cierra los ojos. En ese momento supo que no iba a hacerle un oral.

Al final, los labios de Mongryong se deslizaron sobre él. —¿Te gusta esto también? En ese momento, la
mano de Jeha, alcanzó y tocó el extremo del cinturón de la bata de baño, que llevaba puesta Mongryong.
Cuando lo jaló, la bata se abrió y el cuerpo desnudo de Mongryong, fue revelado hasta la mitad.

Mongryong, rápidamente trató de cubrirse, pero Jeha apartó sus manos, para evitarlo. Las orejas y el cuello
de Mongryong se pusieron rojas.

—Ah… ahí… Perdóname… Tengo algunos… .

—¿Realmente no te acuerdas? Cuando estabas deprimido, te subiste encima de mí y te masturbaste


con las manos.

Mongryong abrió mucho los ojos, cuando le habló de masturbación. Además, cuando le dijo que lo había
hecho frente a él, no entendió a que se refería.

—Eh, ¿Yo?

Jeha puso una cara llena de decepción. Como si estuviera herido, porque su amante, no podía recordarlo.

“Entonces… no puedes recordar nada…”

—No…no es…eso… .

Jeha suspiró brevemente. Asintió resignado y dijo.

—Está bien, si no lo recuerdas. Lo recordaré todo por ti.

Y sonrió tristemente hacia Mongryong.

Mongryong sintió, como si el corazón se le fuera a salir del pecho. Cool. Tengo mucho éxito. Tengo un
amante maravilloso. Todo lo malo que he vivido, fue para disfrutar este momento. Mongryong
sacudió el labio inferior, para aguantar las lágrimas que parecían, apunto de derramarse.

—Oye, no me acuerdo… Haré lo que me digas… .


Mongryong miró a su alrededor, a pesar de que sabía que no había nadie allí. —Está muy
iluminado… Dijo y Jeha usó el control remoto, para oscurecer la habitación. De repente, la atmósfera
cambió completamente.

En la suave luz, parecía que Mongryong estaba tenso y sin aliento. Su cuerpo no se movía fácilmente. Jeha
preguntó con un susurro.

—¿Debería esperar más? ¿Estás muy incómodo?

—¡No! ¡Lo haré! Con una expresión de terror, Mongryong se sentó con las piernas abiertas, sobre los
muslos de Jeha. Cuando lo hizo, sintió como si tocara su piel desnuda, ya que Jeha, también llevaba solo
una bata.

Jeha siguió con la cara impasible, y con los brazos cruzados, a pesar de la atrevida acción de Mongryong.

Mongryong no sabía que hacer, pero Jeha, extendió la mano hacia atrás y sacó un pequeño tubo de la
mesita que estaba al lado de la cama y se lo entregó. Mongryong lo tomó y luego miró hacia abajo.

—¿Qué es esto?

—Gel. Será mucho más fácil para ti, si lo aplicas en tus dedos.

Mongryong puso una cara, ligeramente conmovedora. No solo es guapo, también es un hombre muy
considerado.

***

Cuando abrió la tapa y presionó el tubo, el gel se esparció en su dedo haciendo un sonido. Pero, lo que
siguió después fue el problema. Le gustó que le hubiera dado el gel, pero solo se quedó mirándolo, sin
saber que hacer.

Jeha tenía un aspecto, un poco molesto. Cuando le preguntó si tenía que indicarle cada cosa, Mongryong
se disculpó y le dijo, que si le explicaba como se hacía, lo haría bien la próxima vez.

—Póntelo en el culo y frótalo suavemente, una y otra vez. Mongryong llevó la mano hacia atrás. Se
preguntaba si su expresión se estaba volviendo un poco rara. Le preguntó dónde debía ponerlo y luego lo
empujó hasta el final. Su boca se ensanchó.

—Ah, esto se siente raro.

—Ahora, sácalo y mételo de nuevo.

—… ¿Sí?

—Así.

—Um… ¿No podemos? Se siente… extraño.

—Date prisa.
Cuando Jeha hablaba, Mongryong asentía y decía que ya lo sabía. Una sonrisa apareció en el rostro de
Jeha.

Mongryong frotó y frotó, el interior de su ano, con su dedo. Su mente podía ser la de un joven de 15 años,
pero su cuerpo era mucho más honesto. Ante ese espectáculo, el cuerpo de Jeha también reaccionó, y no
solo por lo que estaba viendo. Sus muslos eran frotados secretamente, contra los muslos de
Mongryong. Mírate. Lo que haces ahí debajo, sigue siendo vulgar.

—¿Sigues sintiéndote raro?

Mongryong sacudió la cabeza, de lado a lado. —Ja, no.

—¿Y qué viene ahora?

—Uh, sí, lo sé.

—Uh, ah, ah, ah. Mongryong movió su espalda hacia adelante y hacia atrás, con las piernas abiertas. El
dedo que tenía enterrado en el ano, actuaba como un pene. Sin embargo, Jeha disfrutaba del espectáculo y
hasta le expresó un cumplido. La figura con la boca abierta, y los ojos cerrados, era solo Lee Mongryong.

Sus ojos estaban entrecerrados. Sintió que su miembro inferior, se estaba poniendo duro. Jeha se lamió el
labio inferior con la lengua. De cualquier modo, se sentía arrastrado por la pasión o por una montaña
profunda en la cual estaba cayendo.

—Ah, hyung, más, más.

—¿Haremos algo más?

Mongryong asintió levemente, ante la pregunta. Sus caderas aún se movían. En ese momento, era casi
imposible saber lo que haría Lee Mongryong.

—Dime, ¿Qué quieres hacer?

Mongryong seguía sacando su lengua roja, para evitar que sus labios se secaran. Parecía un acto tentador.
Luego extendió una mano para cubrir su mejilla. Inesperadamente, sus ojos se abrieron un poco. Pensó que
solo quería mirarle la cara, mientras tenían sexo.

Pero lo que salió de la boca de Mongryong, fue inesperado.

—Un beso.

—¿Qué? Cuando Jeha preguntó, con una cara estúpida, unos labios húmedos cayeron sobre los suyos.

Jeha miró a Mongryong. Sus labios se unieron por un momento, se separaron y luego se acercaron
nuevamente. A pesar del prolongado beso, Mongryong intentó que sacara su lengua sin descanso. Pero,
Jeha no abrió la boca. Después de que Mongryong, apartara los labios, lo miró fijamente.

—¿Lo…hice mal?

—No… estuvo bien.

Para ser sincero, muy pocas veces besaba a la gente. En el momento en que Mongryong lo besó, se
sorprendió tanto que estuvo a punto de golpearlo con el puño. Pero no quería cometer un error. En ese
punto, su plan de burlarse del chico iba muy adelantado, quería dar un paso más allá.
¿Qué es lo más cruel del mundo? ¿No es acaso, hacer sufrir a alguien por amor? ¿Qué pasaría si hago
que Lee Mongryong me ame, para luego abandonarlo? El solo pensar en eso, lo hacía sentir
emocionado. Vas a llorar, y me vas a suplicar, bastardo descarado.

—Estoy más interesado en esto.

Jeha levantó una esquina de su boca y estiró la mano hasta el trasero de Mongryong. Después de girar y
sostener ambas caderas con fuerza, Mongryong comenzó a gritar y a gemir de placer. Su cara se puso roja.

—Primero, voy a comerme esto.

Sus labios tocaron el pecho de Mongryong. Cuando abrió la boca, para comer la carne, Mongryong no
sabía qué hacer, mientras sostenía sus hombros con fuerza. Una de las manos de Jeha, bajó y agarró
suavemente el pene de Mongryong.

Mientras lo movía arriba y abajo, Mongryong sacudía su cuerpo. Temblaba y gemía. Luego, empujó el
pezón con la lengua y lo hizo rebotar hacia arriba.

—Uf.

Al ver la cara de Mongryong, Jeha levantó los ojos. Pensó ver un acto similar al de la última vez. Pero no vio
lo mismo. Temblaba, con una cara que parecía a punto de derramar lágrimas. Esa cara manchada de miedo
y emoción era, su cara favorita de Lee Mongryong.
—… acomoda, tu trasero.

Jeha susurró suavemente, lamiendo la oreja de Mongryong.

Cuando Mongryong levantó su trasero ligeramente, como un cachorrito obediente, Jeha agarró su pene y
lo colocó en la entrada de su ano.

Mongryong se sorprendió y se endureció aún más, cuando el miembro enorme tocó su ano. Jeha le dijo
que se relajara, acariciando suavemente su cintura.

—Si estás tan nervioso, será muy difícil para mí entrar. ¿Verdad? ¿Eh?

Su cuerpo rígido, se derritió ante esa voz amigable. Jeha le dijo a Mongryong que se abriera las nalgas, y
Mongryong lo hizo, poniendo sus brazos hacia atrás, para que el ano pudiera ser expuesto, lo más cerca
posible.

—Ahora, siéntate lentamente.

Como Jeha había eyaculado previamente, su glande estaba humedecido. Cuando tocó la entrada del ano,
Mongryong se mordió los dientes y parecía tenso.

—Date prisa.

Parecía que Jeha, estaba languideciendo de nuevo. Pero era Mongryong quien tenía mucha sed. Estaba
impaciente, porque tenía miedo de ser arrojado al patio, ya que había perdido la memoria
Agarró sus glúteos con ambas manos, los abrió lo más que pudo y bajó las rodillas.

—Ahhh, um... .
Mongryong mordió su labio inferior y trató de soportar sus gemidos, de alguna manera. Los genitales
fueron empujados hacia adentro, sin cesar. No sintió un dolor tan intenso como había pensado, pero la
sensación de un cuerpo extraño, era tan grande que sintió la hinchazón en su vientre.

—Ugh.

Jeha se mordió los dientes y miró el lugar en el que sus cuerpos se unieron. Ahora, su pene estaba
enterrado completamente en el culo de Mongryong. Apretó sus pezones fuertemente, y el ano se contrajo
masticando su miembro, con pasión.

—Ja, joder. Jeha no paraba de soltar maldiciones, sin darse cuenta. Había estado varias veces, en la parte
de atrás de una mujer, pero nunca había sentido nada como esto. Era como…

—… ah…ah… ¿Cómo haces eso?

No importaba como lo hacía, las caderas se movían hacia adelante y hacia atrás como un péndulo. No solo
se movían las caderas, sino también, la carne anal. Apretando y soltando, estimulándolo sin cesar. Jeha se
echó a reír. Esta perra apasionada.

—Hazlo tú mismo. Como siempre.

Dijo él, mientras se apoyaba contra la cabecera de la cama y lo miraba ansiosamente. Veamos qué tan
bueno eres esta vez… Sus cejas se alzaron, solo de un lado. Mongryong dudó por un momento y luego
agarró su muslo, con la mano con la que antes, sostenía su trasero.

Al principio, movía sus caderas hacia adelante y hacia atrás, como si montara a un caballo, y luego
flexionaba su cuerpo como si estuviera seduciendo a Jeha. Después, se sacudía cuando tocaba el área
dentro de su ano, y enterraba con más fuerza, las uñas en sus muslos. La presión también se aplicaba, a los
genitales de Jeha. —Mierda.

—Ja, ah, ah, ah, la velocidad con la que giraba la cintura se aceleró. Jeha también se lamió el labio inferior
con la lengua, sintiendo su calor. Quería poner a Lee Mongryong en su mente y resolver su pasión, pero
eso seguramente era lo que Mongryong quería. Y él no quería complacerlo.

—Ah, ah, mi amor, ah, eh.

Lee Mongryong movió su cintura, hasta que no pudo soportarlo más y echó su cabeza hacia atrás. Jeha
también movió las cejas, como si estuviera a punto de correrse.

Jeha parecía consternado. —¿Así sin más?

Por desgracia, todo estaba sucediendo rápido, y finalmente Mongryong arqueó la espalda, endureció su
cuerpo y tembló. El semen brotó del pene erecto, dejando una huella en su estómago. Al mismo tiempo
que Mongryong alcanzaba el clímax, el interior del ano se contrajo severamente, apretando fuertemente su
pene incrustado.

No pudo evitarlo, el esperma se derramó dentro de Mongryong. —Ah. Su cara estaba distorsionada. Ni
siquiera se había dado cuenta, del momento en el que estuvo a punto de correrse. Mongryong se
desplomó en sus brazos.
Sus pechos se superpusieron y pudieron sentir, el sonido de sus corazones, golpeando en sus cabezas. Jeha
seguía mirando el techo, con una expresión de incredulidad. ¿Entonces eyaculé sin usar las manos? ¿Solo
con este culo? Ja, ja.
Mongryong susurró algo, al oído de Jeha, suspirando profundamente.

—¿Lo…hice bien?

***

Jeha miraba fijamente, al tipo sentado frente a él, con una cara somnolienta. Desde la mañana, Doosan
estaba despierto, así que estaba nervioso. Lo contactó muchas veces, pero Jeha lo ignoró primero y luego,
regresó a casa temprano en la mañana.

La cabeza de Jeha se inclinó hacia un lado y parecía cansado. Lo habían hecho un par de veces más,
después de su primera vez, anoche. Lee Mongryong permanecía, desnudo en su cama.

Desearía que pudiera recordarlo todo, tan pronto como abriera los ojos. No, no. Él podría ser
bastante feliz. Es demasiado rápido, si realmente ha perdido la memoria. Para lastimarlo, tengo que
hacerlo con él, unas cuantas veces más.
—Hyung, ¿Dónde está tu educación? Llegando a mi casa tan temprano, un domingo en la mañana.

Jeha sacó un cigarrillo de la caja y se lo puso en la boca. Le prendió fuego, aspiró profundamente el humo
y luego lanzó un chorro durante mucho tiempo hacia Junyoung, que estaba sentado frente a él.

La cara rígida de Seok Junyoung, se veía borrosa.

—Ahora habla. No sabes lo cansado que estoy, con todo lo que hice ayer.

—¿Y Mongryong?”

—¿Acaso no sabes? Él trabaja en la granja.

—Sé que está aquí. Cuando llamé al Señor Kim, me dijo que se había tomado unos días libres,
porque estaba enfermo.

Estaba informado de cada paso que daba.

—¿Bueno? Entonces supongo que es cierto.

—Seok Jeha.

Junyoung lo miró con ojos fríos. Jeha sonrió tranquilamente y estrechó los ojos. —¿Y ahora por qué me
miras así?

—Se que está aquí. Si me dices donde está, iré a verlo cara a cara, para ver si está bien.

—¿Y por qué quieres verle la cara? ¿Acaso descubriste donde está Lee Hyeyoung?
¿Por qué pones esa cara tan dura Junyoung? Quiso preguntar. La expresión se vuelve sutil de inmediato.
Jeha miró a Junyoung y volvió a encender un cigarrillo. No le preguntó lo que había encontrado en la
taquilla de la terminal. No iba a decírselo de todos modos, por eso solo lo miraba, mientras fumaba.

—Está durmiendo ahora. También quedó muy cansado por lo de ayer.

Cuando dijo eso, puso una sonrisa desagradable en su rostro. Junyoung seguramente pensaría, que
Mongryong, simplemente estaba muy cansado de tanto trabajo. Nunca adivinaría, que habían estado
teniendo sexo.

—Haa. Junyoung decidió calmarse y dar un paso atrás. Mongryong estaba ahora dentro de la mansión, por
lo que no había necesidad de discutir. Así que no preguntó nada más.

Metió la mano en el abrigo y sacó algo. Lo puso sobre la mesa.

—Dáselo a Mongryong. Es importante para él. Dile que me llame, tan pronto como se despierte. Si
no me llama de aquí a la noche, pasaré de nuevo, mañana temprano. Te lo advierto.

Sus ojos estaban clavados en la mesa. Era una pulsera de cuentas. Creció en un templo, por lo que parecía
ser de Lee Mongryong. Jeha apagó el cigarrillo en el cenicero, y tomó la pulsera.

—Está bien, se lo diré.

Bueno, adiós. Jeha se dio la vuelta y regresó a su habitación. Sabía que Junyoung lo seguía mirando, pero
fingió no darse cuenta. Una extraña ansiedad floreció en la cara de Junyoung, mientras que en la boca de
Jeha, apareció una sonrisa misteriosa.

CUARTA HISTORIA PARTE 1

Cuando Jeha entró en la habitación, Mongryong estaba despierto y acostado boca abajo. Con la cara
enterrada en la almohada, miró a Jeha, con una cara somnolienta, y sonrió mientras agitaba los ojos. —
¿Dónde has estado?
—Ya estás despierto. Debes estar cansado, duerme un poco más.

Mongryong dijo que estaba bien, luego se levantó y se sentó. Su cabello rosado estaba desordenado. Se
dio la vuelta y abrió los brazos, ampliamente. Jeha lo miraba silencioso.

Recordó cuando abrió los ojos, por primera vez después del accidente, cuando lo vio en el hospital, antes
de traerlo a casa y luego de tener relaciones sexuales.

¿Qué estaba pasando? El ambiente estaba cambiando sutilmente. ¿Es porque siento, que se está
convirtiendo en el Lee Mongryong de 25 años?
Jeha se sentó en el sofá, puso la pulsera que tenía en la mano en la mesa y tomó el periódico, que encontró
a un lado. La mirada de Mongryong se dirigió a la pulsera. Jeha, se dio cuenta. ¿Lo habrá recordado?

Mongryong parecía un poco sorprendido, y después de un rato, bajó de la cama y llegó al lugar donde
estaba Jeha.
—¿Dónde encontraste esto? Pensé que la había perdido, porque no podía encontrarla.

Fue a la mesa, tomó la pulsera y se la puso en la muñeca izquierda. Jeha dobló el periódico y lo puso a un
lado, mirándolo.

—El monje me la regaló, cuando cumplí 18 años. Había mucha ira en mi corazón, y él dijo que esto
me ayudaría.

Su cara se endureció un poco. ¿18 años? A Mongryong le brillaron los ojos, abrió la boca y se veía alegre.

—¡Guauu! ¿Acabo de decir que tenía 18 años? ¡Oh, Dios mío! ¡Lo recordé! ¡Acabo de recordar que un
monje, me regaló esto en mi cumpleaños! ¡Creo que los recuerdos están volviendo ahora!

Sus ojos se abrieron, con su voz emocionada. Era sospechoso. No importaba cuanto lo admitiera, era
muy sospechoso. ¿Realmente había perdido la memoria?
Incluso, a través de esa mirada, Mongryong estaba tan emocionado, como alguien que hubiera encontrado
dinero con el que no contaba, en los bolsillos. Frunció el ceño ligeramente, y trató de recordar algo más. —
Ugh. Luego, suspiró suavemente, y supo que no iba a suceder pronto.
—Oh, no recuerdo nada más.

—Lo harás.

—¿Qué?

—No, nada.

Una risa torcida, se dibujó en su boca. Tal vez solo fue un recuerdo, que le vino a la mente. Créele,
¿Qué más puedes hacer?
No quería pensar que estaba actuando. No solo porque realmente, creía en Lee Mongryong, sino porque si
volvía a engañarlo, no podría perdonárselo a sí mismo, quedaría como un idiota.

Entonces, tienes que creer. Por tu salud mental, créele.


De repente, Mongryong endureció un poco el rostro y bajó la mirada. Levantó los ojos y movió la boca,
como intentando decir algo. Desde ayer, parecía tener algo que decir.

—Oye… hyung. Tengo una pregunta.

—Dime.

—Hyung… Por qué estás saliendo conmigo… incluso, aunque conoces mi historia… .

Su historia… Cuando era un niño, fue abandonado en Gwanghanru en Nanwon, fue criado en un templo
cercano y lo llamaron Mongryong. Fue encontrado con una niña, junto a él, presumiblemente su hermana,
había vivido en Seúl desde los 17 años y así sucesivamente. La historia que le había contado Doosan, fue
bastante útil. No sabía lo que le estaba diciendo.

—¿De qué tienes curiosidad?

—Ho me dijo, que estaba viviendo con mi hermana… .

—Así es.
—¿Entonces no tengo mamá?

—¿Qué? Jeha puso una cara estúpida. —¿Acabas de decir mamá? Mongryong respondió que estaba
nervioso, incluso después de preguntar y no paraba de morderse las uñas. Jeha le agarró la mano. —
Detente. Vas a desangrarte la mano.
Mongryong levantó lentamente la cabeza e hizo contacto visual con Jeha. Había decenas de miles de
emociones en su cara. La expectativa y la ansiedad, eran las más notables de ellas.

—O mi madre vive por separado… En la provincia… .

—No sé de qué estás hablando.

—¿Qué?

—Tú no tienes padres… ¿Quizás lo olvidaste también?

Oh, lo hizo. Una señal de decepción, apareció en la cara de Mongryong. Liberó su mano de la de Jeha. No
siguió insistiendo. Parecía que había algo que no podía decir, mientras lo observaba y soltaba su labio
inferior.

Vaya. Esta podría ser la nueva debilidad de Lee Mongryong. La boca de Jeha, dibujó una sonrisa cruel.
Extendió su mano grande, la puso sobre el muslo de Mongryong y lo tocó suavemente.

—Ok, ¿Puedes contármelo todo? ¿Eh?

Mongryong se mordió los labios, unas cuantas veces más y Jeha hizo contacto visual. La desesperación
comenzó a llenar sus ojos.

—En realidad, alguien vino a mi escuela. Me dijo que conocía a mi madre. Cuando termines… ve a la
panadería… Tu madre te esperará.

Esa era la primera vez que escuchaba esa historia. —¿Y fuiste allí? Preguntó. Mongryong asintió con la
cabeza.

—Pero no recuerdo nada después de eso. No importa cuánto lo intente… cuanto lo piense… lo he
pensado una y otra vez…pero no me acuerdo.

La voz de Mongryong tembló un poco. Se mordió los labios, más fuerte que antes. Luego miró a Jeha. Sus
ojos estaban ligeramente sorprendidos. Lo miró y aparto la vista. Después de un breve suspiro, Mongryong
terminó con su historia.

—De todos modos, si ella era mi madre. Entonces, ¿No estará allí todavía?

Jeha no sabía que decirle. Otros consuelan a los demás, cuando esto sucede. Sin embargo, todo lo que
había aprendido, mientras crecía en la familia Seok, era a pelear y a ganar.

Nunca expresaba sus sentimientos. Por ejemplo, su complejo de inferioridad por ser el hijo de su madre, o
el resentimiento que sentía, por la terrible discriminación de su abuelo.

Entonces, sus ojos se abrieron con sorpresa. Mongryong lo abrazó. El calor fue transmitido a todo su
cuerpo. Jeha se sacudió por la impresión, e intentó alejarlo. —¿Qué estás haciendo?

—Muchas gracias por escucharme.


Mongryong escuchó una pequeña sonrisa. Jeha trató de soltarse, del brazo que Mongryong tenía alrededor
de su cuello.

—Para. No me gusta dar abrazos.

Sin embargo, Mongryong aguantó y no lo soltó.

—Se que no te gusta. Solo haré esto por un segundo. Qué lindo es abrazar a alguien. Alivia la tensión
y genera confianza mutua.

Ante eso, Jeha mantuvo los labios cerrados. Mongryong lo abrazó durante mucho tiempo y no quería
despegarse de él.

Confianza. Era un tipo que no sabía lo que decía. El joven Lee Mongryong era mucho más maduro y
humano que su versión adulta. No parecía que estuviera loco como él.

***

Baek Ho, de pie en medio del jardín, aceptó el café que Mongryong le dio. Se quitó los guantes de cuero
negro, y lo sostuvo con la mano. —Esta caliente. Dio las gracias y se llevó el café a la boca.

Hombres apuestos, con trajes negros, estaban por toda la casa. Durante el día, el número de personas que
custodiaban la casa, se duplicaba.

Cuando Cho desapareció, las fuerzas que seguían al ex presidente, que había muerto, comenzaron a surgir.
No querían que Jeha, que no era hijo de la primera esposa, fuera el jefe del grupo.

El brazo derecho del presidente Seok, todavía respiraba, tan pronto como su jefe murió, mostró su
naturaleza, como si hubiera estado esperando . Eso solo significaba, que tenía una oferta llamativa.

Al lado del lago, un sabueso negro bien entrenado, estaba atado a un lado y se sentaba en silencio.

—¿El jefe, es bueno contigo?

Mongryong asintió con la cabeza. —Sí. Mientras tanto, él miraba el traje oscuro de Baek Ho, de arriba
abajo. Baek Ho, le preguntó por qué.

—Entonces, ¿A que se dedican Jeha, tú y tus hermanos?

¿Acaso no es evidente? Se preguntó Ho.


—Yo creo, que él es un empleado de oficina… Pero es extraño, que estemos caminando juntos, en la
casa del jefe un domingo… .

Usó la expresión —Caminar, mientras miraba a los chicos por todo el patio. Baek Ho, se rascó la nariz.
Bueno, una empresa es una empresa. Aunque sea una empresa, formada con pandillas.

—Debido a que los empleados, son muy cercanos, a menudo se reúnen. Nos vamos de picnic.

—Oh, ya veo. ¿Pero a donde fueron los otros dos?

Baek Doosan y Baek Magang. Mongryong le recordó. Ho le dijo que ya sabía. Mongryong se acercó al
sabueso y le acarició la cabeza. —Que guapo es este chico.
Cuando el sabueso, le reveló los dientes, Ho lo agarró por el cuello. Era extraño que no le tuviera miedo.

—Ten cuidado. Puede morderte.

—Yo fui mordido por un perro Jindo, que criaba en el templo, cuando era joven.

—¿Criaste un perro en el templo?

—Sí. Él fue criado como yo, el templo fue nuestro hogar.

—Ya veo.

—Cuando él veía a otras personas, sacudía su cola suavemente, pero cuando me veía a mí, ladraba
violentamente. Su cola era tan suave, que una vez tiré de ella y por eso me mordió la pierna.

Ho se veía así mismo, mientras recordaba. Porque sabía lo doloroso, que era ser mordido por un perro.

—No sabía cómo llegar a él. Solo necesitaba ser bueno, pero pensé que estaba enojado conmigo,
porque yo hacía muchas travesuras.

Ho asintió, diciendo que lo entendía.

—Lo sé. Me pasa lo mismo con Jeha hyung, jaja, él siempre me regaña. Siempre hago todo mal.

—Wow, no deberías aguantar tanto.

Ho se sentía bien, porque había conocido a alguien, que se preocupaba por sus sentimientos, y por eso
sonrió.

—¿Qué puedo hacer? Soy generoso, tengo que entenderlo.

—Me alegro. Por lo que veo, Ho es el más confiable y genial de los tres.

También le dijo, que debía ser un buen amante, pero Ho agitó la mano y se sintió avergonzado. Entonces
notaron, que alguien desde lejos, caminaba hacia ellos.

—Mongryong.

Mongryong se levantó, porque el hombre, lo había llamado por su nombre. Era Seok Junyoung, quien
había venido de visita, por la mañana.

***

En un almacén de contenedores vacío, un hombre estaba sentado, con las manos atadas detrás de la silla.
Su cara estaba, llena de cicatrices y su camisa estaba manchada de sangre. El hombre, era Yoon, una
persona que trabajaba para Seok Junyoung.

Bang. La puerta del almacén se cerró retumbando en el suelo, y solo se reveló una lampara incandescente
en el interior.

El hombre levantó la cabeza y los miró. Conocía a muchos de esos rostros, pero el hombre del medio, con
un cigarrillo y un abrigo negro en el hombro, era fácilmente reconocible
—Hola jefe Yoon. Mucho tiempo sin verlo.

Jeha sonrió, mientras mordía un cigarrillo. Sus ojos brillaron siniestros. Jeha miró la cara ensangrentada del
hombre y parecía triste.

—Te debe doler mucho la cara.

El jefe Yoon, suavizó sus labios.

—…Por favor, llame a Seok Junyoung.

—Junyoung hablará contigo más tarde, tengo una pregunta que hacerte.

—Hablaré contigo, cuando venga el fiscal Seok.

Zaz. La mano grande de Jeha golpeó la mejilla de Yoon. Su cabeza giró hacia el otro lado. Jeha miró la
sangre en su mano y frunció el ceño. Doosan, que estaba a su lado, sacó un pañuelo, lo tomó y le limpió la
sangre de las manos, con una cara muy seria.

El jefe Yoon volvió la cabeza y lo miró. Jeha, masticó varias veces la punta del cigarrillo y dijo en voz baja.

—Cuando una persona habla, la otra escucha hasta el final. Joder. No dejas de interrumpirme. ¿Eh?

Yoon cerró la boca con fuerza. Jeha miró a Yoon, con el cigarrillo entre los dedos. Yoon, que también lo
miraba, bajó la cabeza para no verle los ojos.

Jeha volvió a agarrarle la cabeza y lo miró fijamente. Los ojos del jefe Yoon temblaron. A diferencia de la
cara relajada, los ojos de Jeha brillaban con vivacidad. Fue un error, no haber escuchado a Seok Junyoung,
cuando le dijo que debía mantenerse alejado por un tiempo.

—Doosan. Una silla.

Doosan le hizo una seña a Magang, y este rápidamente tomo una silla junto a él y la puso detrás. Jeha, dejó
caer el cigarrillo que sostenía en el suelo y lo aplastó con el pie.

Doosan le quitó rápidamente el abrigo debajo del hombro. Mientras tanto, se sentó en la silla, cruzó sus
largas piernas y miró a Yoon.

—Esto es muy diferente a la oficina del fiscal, odio que me hablen con rodeos. Cuando te haga una
pregunta, quiero que me respondas inmediatamente. Eres libre de hacer tu elección. Pero piensa
bien lo que vas a decir, porque no tengo mucha paciencia. ¿OK?

Él respondió que sí, con una voz baja y Jeha dijo que estaba de acuerdo, aplaudiendo. Empezamos bien
jefe Yoon.
—Hace poco, ¿Fuiste a la Terminal de Chuncheon?

—…si.

—¿Por qué fuiste?

—¿Eh?

—Ja, joder.
Yoon sacudió los labios. Sus pupilas se movieron. Solo estaba adivinando lo que le harían ahora. Miró la
expresión de Jeha y luego empezó su discurso, lentamente.

—Ese día fui, porque tenía trabajo que hacer… .

—Jajaja. Se rió. Cuando vio a Doosan, le dijo que Yoon, era una persona muy divertida. Doosan ni siquiera
tuvo que responder. Cuando Jeha se levantó, pateó el pecho del hombre.

¡Plum!, junto con la silla, el hombre rodó por el suelo. —Ugh, el sonido de su dolor, se oyó dentro del
almacén vacío. Mientras Jeha, dijo fríamente, con su mano dentro del bolsillo del pantalón.

—Levántenlo.

Dos de los hombres, se acercaron e inmediatamente, levantaron al hombre caído. Tan pronto como estuvo
sentado de nuevo, lo volvió a patear. El hombre voló mucho más lejos esta vez. Como lo había pateado en
el pecho, el hombre comenzó a toser y los dos hombres, volvieron a levantarlo, como si esperaran a que
cayera de nuevo.

Cuando Jeha se acercó, el jefe Yoon, saltó y se inclinó. Jeha sonrió y lo agarró por la barbilla como si fuera a
rompérsela y lo miró directamente a los ojos. Puso su cara cerca de él y sonrió con maldad.

Debido al susto, Yoon casi se orina cuando lo vio.

—Entonces, dame una buena respuesta. No malgastes tu vida, ofendiéndome con tonterías.

Después de tocarle el rostro, sacó el pañuelo incrustado en el bolsillo izquierdo, de su traje y le limpió los
labios reventados a Yoon.

—Que molesto seria si la familia se entera.

La tez de Yoon, se oscureció cuando le escuchó decir, la palabra familia. Jeha se echó a reír, al dejar en
suspenso al jefe Yoon, cuando le dijo que le mostraría algo muy interesante.

—Trae eso.

Doosan, de pie junto a él, sacó el teléfono celular. Los temerosos ojos de Yoon, se movieron. Después de
un tiempo, un extraño gemido se filtró del teléfono. Jeha lo empujó frente a la nariz de Yoon.

Tan pronto como los ojos del Sr. Yoon lo vieron, se abrieron como platos. Era la escena de un hombre,
teniendo sexo con una mujer, en una habitación de un motel. Incluso, la cara había sido tomada con
precisión. El jefe Yoon, miró el video y a Jeha con una cara confundida. Su rostro se estaba volviendo cada
vez más especulativo.

Jeha lo miró y chasqueó la lengua. Una persona casada, estaba haciendo eso, demostrando, que cuando el
fiscal Seok Junyoung, seleccionaba a una persona, nunca veía su personalidad. Mientras tanto, se lo
entregó a Doosan.

—San-ah, envíale eso a la esposa del Sr. Yoon como regalo. ¿Sabes el número?

—Sí, entendido.

—Ah, en cualquier caso, también envíale una ambulancia. Pueda que se sorprenda porque es muy
bueno, ¿Verdad?
Doosan sacudió la cabeza. —Sí, Hyung. Furiosamente, su mano comenzó a moverse por el teléfono. El
rostro del jefe Yoon estaba pálido, y se veía casi azul. Murmuró algo, pero no dijo nada más.

Jeha chasqueó los dedos e hizo una expresión de: Ah, es cierto, también tiene dos hijas. Los niños en
estos días son tan rápidos, que entenderán a su papi, incluso si ven algo como esto.
Al mirar su sonrisa malvada, al Señor Yoon le tembló la barbilla.

—¡Espera! ¡Espera!

Jeha levantó la mano, para evitar que Doosan actuara. Luego susurró en voz baja. Su voz era amable y sus
ojos sangrientos.

—¿Por qué? ¿Estás listo para hablar ahora?

Yoon miró el teléfono en la mano de Doosan y luego el rostro de Jeha, y puso una cara como si fuera a
llorar. Después de luchar consigo mismo de forma breve, suspiró y puso cara de resignación.

—Esto…es cierto que fui a buscar algo allí, por petición del fiscal Seok... .

—¿Y?

—Alguien me lo robó.

Ja, Jeha preguntó: —¿Robo? El jefe Yoon le preguntó desesperadamente si no le creía, y gritó pidiéndole
que lo hiciera.

—Cuando llegué a Seúl, me detuve en el baño por un tiempo, y luego, algunas personas de repente
entraron… Realmente, no recuerdo nada después de eso. Desperté y me encontré en un campo,
fuera de Seúl. Es verdad. ¡Créeme!

Jeha parecía incrédulo y se echó a reír. Jaja, entonces su cara se enfrió de repente. El señor Yoon, decía
que le había dicho la verdad y le rogaba para que le creyera.
Solo había una persona que podía confirmar eso. De repente, sonó el teléfono de Doosan y luego de
verificar quien lo llamaba, contestó.

—Sí, soy yo.

Tan pronto como escuchó lo que decía, la otra persona, movió las cejas. —¿Eh? Luego miró a Jeha y dijo
que se lo diría, después colgó. Jeha le preguntó que estaba pasando, y Doosan hizo una expresión
preocupada por un momento y respondió.

—El fiscal Seok está en la casa. Ya se ha encontrado con Lee Mongryong.

***

—¿Amnesia?
Junyoung parecía incrédulo. Miró a Ho que estaba enfrente y a Mongryong, que estaba en la parte de
atrás. Mongryong, mientras lo miraba, parecía tener mucha curiosidad en su rostro. Estaba muy curioso, de
saber quién era él.

—Entonces, Señor Baek, usted dice que Mongryong se lastimó la cabeza, pero en serio ¿No puede
recordar nada en absoluto?

—De ningún modo. No puede recordar su pasado, desde los 15 años en adelante.

Junyoung observó a Mongryong nuevamente. Mongryong ahora, miraba por la ventana. Cuando lo había
visitado anteriormente, su cara estaba muy hinchada, por obvias razones. Aún así, estaba bien, no había
motivos para que perdiera la memoria.
Ho, le dijo en voz baja. —Ahora todo es más emocionante. Entonces, luego miró a su alrededor. Su
expresión, era exactamente como la de una niña, a la que le gustaba difundir rumores en el vecindario.
Junyoung esperó a que le dijera algo más. ¿Podría haber una situación más emocionante que esta?

—Este chico cree, que mi hyung es su amante?

Junyoung dijo: —¿Qué? Alzando, la voz.

Ho se rascó la nariz, que moqueaba al pensar, que pudo haber dicho algo inadecuado. Pensó, que no
debería haberlo dicho, pero ya era tarde. Doosan siempre lo regañaba, por hablar primero y pensar
después, pero siempre se confundía y cometía errores.

En ese momento, la cara de Mongryong, apoyada contra la ventana, que miraba hacia afuera, se iluminó, y
dijo con una sonrisa en su rostro. —¡Mira, Jeha hyung está aquí! Al mirar su expresión, Junyoung se
mordió el labio inferior. Tenía un terrible presentimiento, con lo que estaba sucediendo.

CUARTA HISTORIA PARTE 2

Las miradas de Jeha y Junyoung, se chocaron bruscamente en la mesa. Mongryong, que notó la tensa
situación, se acercó en silencio a Jeha y se sentó a su lado. Luego, miró con curiosidad a Junyoung.

—Mongryong.

Mongryong lo miró como si estuviera molesto —¿Sí? preguntó. Junyoung apretó el puño con fuerza. Ni
siquiera lo había reconocido, ni tampoco estaba emocionado de verlo. Pero lo más vergonzoso, era el
hecho de que considerara a Seok Jeha, como su amante.

—Mongryong voy a sacarte de aquí. Te llevaré al hospital.

—¿Quieres que recupere mis recuerdos?

—Ese no es buen ambiente para él. Acaso, ¿No lo sabes?


Sus cejas se alzaron bruscamente. Luego giró la cabeza para mirar a Mongryong. Este abrió los ojos, como
un cachorro mirando a su dueño y luego miró a Jeha.

Jeha se echó a reír, y como lo había hecho la última vez, le pidió a Junyoung, que pusiera a elegir a Lee
Mongryong. Si quería quedarse o irse.

Junyoung, esta vez no respondió con prontitud. Como era de esperarse, esta vez, Mongryong también dijo
que se quedaría, pero ahora, la situación era peor, porque no tenía como convencerlo, ya que había
perdido la memoria y consideraba a Jeha como su amante. Entonces, mantuvo la boca cerrada, hasta el
punto de que su barbilla se puso rígida y miró a Mongryong.

Jeha apoyó su espalda en el sofá, y movió su dedo, como preguntándole a Junyoung, si le ocurría algo, con
una cara relajada. Pronto, se puso de pie y miró un poco más de cerca de Junyoung.

—Bien. Entonces, déjame hacerte una sugerencia.

—¿Sugerencia?

—Lo diré directamente. ¿Tienes alguna cosa que tomaste? Desde el casillero de la terminal.

Los ojos de Junyoung, se abrieron un poco y luego frunció el ceño.

—Si me das eso. Dejaré en paz a Lee Mongryong.

—¿Qué piensas? ¿No te parece que es un buen trato? Preguntó Jeha. Junyoung analizaba la oferta. Tenía
curiosidad de saber lo que estaba pensando, pero no podía adivinarlo. Pero el problema era, que esa cosa
que Jeha quería, no estaba realmente en su poder. El jefe Yoon, le había dicho, que se lo habían robado.
—No lo tengo.

—Mentira.

—Yo, pensé que tú lo habías robado.

—¿Por qué?

—Porque si no lo hiciste tú, lo hizo alguien más.

Las dos personas se detuvieron al mismo tiempo. En ese momento, los rostros de su padre, el presidente
Seok y su hermana, Seok Sarah, les vinieron a la mente. Dos personas, que eran muy capaces de hacer algo
como eso. Se miraron y rápidamente hicieron cálculos en su mente.

Si era así, —¿Qué hacer? En ese momento, las dos personas rompieron el silencio, y Mongryong abrió la
boca. Agarró la punta de la camisa de Jeha y la sacudió ligeramente.

—Hyung. Tengo hambre, ¿Cuándo vamos a cenar?

—¿Esa cara es la de Jeha? Mongryong, inmediatamente le preguntó a Junyoung si iría con ellos. Junyoung
también estaba un poco avergonzado. Mongryong hizo un gesto de tranquilidad y se echó a reír.

—Entonces, ¡Vamos a comer los tres! Estuve buscando un restaurante antes, y encontré un lugar
asombroso.

Jeha dibujó en su rostro, muchas expresiones. Incluso, en los eventos familiares, evitaba comer con Seok
Junyoung, por eso pensó que la sola idea era ridícula.
—¿Estás loco?

Cuando escuchó sus palabras, Mongryong bajó los hombros, como un perro mojado bajo la lluvia. —Oh,
Ya veo. Junyoung, que estaba mirando la escena, le dijo a Mongryong.

—Ven a comer conmigo. Sin Jeha.

Al escucharlo, Jeha se puso furioso. —¿Qué? Cuando Junyoung lo vio, volvió a hablar con Mongryong.

—¿Dónde queda el restaurante al que quieres ir?

La cara de Mongryong se iluminó. Pero Jeha se burló de él, y le preguntó si realmente iba a irse así como
así. Mongryong miró a Junyoung con una cara de tristeza.

—Puedes llevarme a comer. Pero sería mejor, que podamos ir todos juntos.

—Ja, Jeha estalló en carcajadas. —¿Está loco? ¿Ir juntos? Ya dije que no lo haría. Después, se levantó y
miró a Mongryong con frialdad.

A pesar de ver tal mirada, Mongryong volvió la cabeza, fingiendo que no lo había visto . Después, le dijo a
Junyoung, que aceptaba su invitación. Por ese motivo, la cara de Jeha se arrugó aún más.

***

La carne chisporroteaba, sobre el asador. Junyoung recogió la carne con pinzas y la cortó, a un tamaño que
fuera fácil de comer. Cuando Mongryong, intentó tomar la carne con los palillos, sin que aún, hubiera
cambiado de color, Junyoung le sostuvo el brazo.

—Cómela, cuando esté más cocida.

Mongryong miró, el extremo del palillo, con una expresión de tristeza. Junyoung, se vio obligado a reír,
porque la carne original no podía comerse, cuando estaba cruda.

—Aunque hayas perdido la memoria, parece que no puedes cambiar tus hábitos alimenticios.
Cuando comes carne, generalmente sufres de malestar estomacal. Así que espera a que esté bien
cocida, para comerla.

Mongryong lo miró brevemente, con actitud amistosa. Pero después sintió, como una espina punzante, se
le clavaba a un costado, y por eso volvió la cabeza. Se sorprendió tanto, que casi se desmaya. Era porque
Jeha, que estaba sentado a su lado, los miraba con una expresión como diciendo —Estoy aquí sentado
con los brazos cruzados, mientras ustedes están coqueteando.

—Hyung, come un poco también.

—Estoy bien, come tu. Después que dijo eso, miró a su alrededor dentro de la tienda de carnes. El lugar
donde Mongryong los había llevado, era un restaurante abarrotado y tan loco, como una plaza de
mercado. Era difícil llamar a los empleados, que iban de aquí para allá, y solo había un manjar, como
servicio.

—¿De verdad estaban los tres remojando la cuchara y comiendo juntos? A Jeha, ni siquiera le gustaba.
—Pero, ¿Cómo es que me conoces?

Mongryong preguntó, y Junyoung miró la cara de Jeha y no le respondió. Junyoung, fue el primero, en
intentar explicarle las cosas, pero dejó de hacerlo, cuando se enteró que había perdido la memoria.

Además, el médico había dicho, que si su memoria volvía por la fuerza, podía ser contraproducente.
Cuando escuchó eso, también tuvo mucho cuidado de no hablar, más de la cuenta.

—Debe ser porque estoy saliendo con Jeha Hyung, jaja… ¿Por eso nos hicimos amigos?

Junyoung no respondió. Sin embargo, parecía que no estaba contento con la situación, por lo que levantó
un vaso de agua que tenía al lado y lo bebió. Una sonrisa indeseable, se dibujó en su boca, y fue bloqueada
por sus brazos. Incluso, en ese momento sentía que todo estaba mal. —Maldición, ¿Qué fue lo que le
vio?

Junyoung recogió carne, medianamente cocida y la colocó en el plato de Mongryong. Este la recibió y se la
comió. Y con los ojos bien abiertos, sonrió hacia Junyoung, dándole las gracias, mientras comía.

Jeha trató de controlar, el malestar que sentía. Esas dos personas desafortunadas, seguían haciendo cosas
juntas, lo que hacía que sus papilas gustativas, perdieran el gusto.

El empleado trajo dos cervezas, y Junyoung las distribuyó por igual en los tres vasos. Mongryong dijo: —
¡Guau! Es alcohol, alcohol. ¡Soy un adulto y estoy bebiendo ahora! Estaba sorprendido y Junyoung se
echó a reír, porque se veía muy lindo.

Entonces, sus ojos se encontraron con Jeha, quien lo miraba fijamente, y en su mente traviesa, surgió la
idea de ponerse a brindar por los tres. Jeha lo miró y levantó el vaso, lo bebió y dejó suspendido en el aire
al vaso de Junyoung, para no brindar con él.

Al verlo, Mongryong, levantó su vaso y lo chocó contra el de Junyoung, y luego se llevó un trago de
cerveza a la boca.

—Mongryong no vayas a beber mucho. No soportas el alcohol.

Mongryong, abrió mucho los ojos y dijo: —¿En serio? Después de tragar unos sorbos de cerveza, puso una
cara de felicidad.

—Es tan delicioso… pero no puedo beber mucho… No puedo creerlo.

El labio superior de Mongryong, tenía espuma de cerveza. Junyoung se la limpió con las manos. —Hey.
Mongryong, se frotó el labio de nuevo con el dorso de la mano y se rió, jeje. Jeha, que los miraba a los dos,
fijamente, vertió más alcohol en el vaso y lo bebió.

—No bebas demasiado. Tienes que ir a trabajar mañana.

—No deberías preocuparte tanto por mí.

Junyoung sacudió la cabeza, con un pequeño suspiro, ante el tono sarcástico de Jeha. Cuando Jeha, intentó
llenar el vaso nuevamente, Junyoung se lo impidió, atrapando la botella con rapidez. Al ver lo que había
hecho, Jeha solo lo miró, sin mover el vaso.

—Hagamos una tregua hoy. Yo también estoy cansado.

—Hablas como si yo te importara. Cualquiera diría que eres un buen hermano.


—Seamos claros, tú tampoco has sido un buen hermano para mí. Así que no sigas diciendo tonterías.

—Entonces, ¿Debo ir a hablar con mi padre mañana? Debo decirle que hay una pista importante para
encontrar a Cho, y que mi hermano me la robó. Y todo por un cachorrito.

—Jeha.

—Me gustaría contarle eso, porque siempre haces todo bien. Pero ya sé, que no tiene caso. Siempre
serás perdonado. Aunque yo he sido bueno muchas veces, nunca me ha tratado como a ti, es como
un estigma, pero imagino que eso es, porque tú eres diferente. ¿No es así?

No era su intención decir algo así, pero cuando Jeha intentó sacarle más provecho a su historia, miró hacia
un lado, donde estaba Mongryong. Entonces, de repente sus ojos se abrieron. Junyoung al ver, que se
comportaba extraño, también se sorprendió cuando siguió su mirada.

Era como si Mongryong estuviera bebiendo cerveza roja, porque su cara estaba completamente roja y su
botella de cerveza estaba vacía y rodaba en la mesa. Después de verter el último sorbo, finalmente le
empezó un ataque de hipo.

—Vamos, hip. Quiero más.

Jeha lo miró con cara sombría. No importaba si no era bueno para beber, ¿Cómo es posible que se
emborrache solo con una botella? Junyoung, que parecía estar familiarizado con eso, recogió el vaso y la
botella vacía frente a Mongryong.

—Mongryong, ya deja de beber.

Mongryong, se rió, asintió y revoloteó. Luego sacó dos hojas de papel, de la caja de servilletas. Jeha solo lo
miraba, porque quería saber lo que iba a hacer.

Colocó las dos hojas de papel en la palma de su mano y luego puso dos trozos de carne sobre ellas. Y
como si no fuera suficiente, agregó pimienta y ajo, de forma natural y las envolvió firmemente y se las puso
cerca de la boca.

Mirándolo, Junyoung señaló su frente. Oh, ese hábito salió de nuevo.

—Buen. Provecho.

—Ja, Jeha se echó a reír y lo miró. Mongryong abrió mucho los ojos y murmuró algo. Junyoung se estiró y
trató de quitarle eso de las manos, pero Mongryong se lo llevó rápidamente a la boca.

La cara de Jeha se tiñó de asombro. Junyoung se sorprendió y le dio la vuelta a la mesa, para acercarse a
Mongryong. Luego, pudo verlo, masticando las envolturas de papel en su boca. Un pequeño pedazo de
papel salió de su boca y se retorció.

Junyoung se quejó con Jeha, porque estaba mirando sin hacer nada. Su rostro estaba distorsionado, como
si fuera papel arrugado.

—Joder, ¿Quién hubiera esperado, que iba a envolver esas servilletas para comérselas? ¿Cuántas
veces ha hecho eso?

—Wow, con que así es. Junyoung trató de decir algo más, pero tuvo que irse a atrapar a Mongryong. Este
corría, porque estaba emocionado pensando, que estaba jugando a las escondidas.
Las personas en la tienda, miraban la escena, como si fuera divertida. Y Jeha, tuvo que tratar de reprimir el
deseo, de contactar a Doosan, para que le trajera el arma.

***

El agua que fluye, golpea los dientes frontales de Mongryong. Mientras intenta salir, Jeha lo agarra por
detrás y lo sumerge nuevamente en la cabina de la ducha. Mongryong, le ruega que lo deje salir, como un
ratón mojado.

—Cállate la boca.

Mongryong se abraza a sí mismo. Se había despertado después de beber. Su labio inferior se estaba
cansando de tanto temblar. Tan pronto como llegaron, Jeha condujo al baño, al borracho Mongryong, y le
roció agua fría encima.

Mientras Mongryong, corría alrededor de la mesa, después de comerse las servilletas, su ropa se enrolló y
se tropezó cuando aún estaba comiendo. Finalmente, Jeha, al ver que no podía detenerlo, lo golpeó en la
nuca y este se desmayó. Aunque Junyoung le dijo que no debería hacerlo, lo metió en el auto, pisó el
acelerador y regresaron a la casa.

Jeha cambia el agua, a agua tibia, porque parecía que el borracho, se había despertado hasta cierto punto.
A Mongryong, le gustaba abrir la boca con una cara perezosa, como cuando hacía travesuras. Ja, este
malcriado. Espero que lo recuerdes todo, cuando te despiertes.
Mongryong, de repente, trata de quitarse la parte superior de su ropa mojada. No pudo sacar los brazos,
mientras lo intentaba. Le pide a Jeha, que lo ayude y rápidamente, pudo sacar la cabeza y los brazos.

Se quita los pantalones y la ropa interior, y va a un lado, para recoger su cepillo de dientes. Se lo pone en la
boca y comienza a cepillarse. Luego, cuando se da cuenta que Jeha, lo está mirando, sonríe con los ojos
cerrados.

—Nunca más beberé.

Jeha suspira un poco, y trata de salir de la cabina, pero Mongryong lo sostiene del brazo. Como quiso saber
por qué, entonces Mongryong le pide, que le lave la espalda con la esponja de baño.

—Ja, este pequeño bastardo horrible. Al ver que Jeha no hacía nada, vuelve a insistirle, poniéndole la
esponja en la mano. Eso significaba, que quería que lo bañara rápidamente. Se forman gotas de agua, que
fluyen hacia abajo, en la elegante espalda de Mongryong.

—Solo una vez.

Dijo Mongryong, mientras sostiene el cepillo de dientes en la mano. Después de un largo suspiro, Jeha
empieza a frotar el cuerpo de Mongryong. Luego de un corto tiempo, le devuelve la esponja. —Listo, ya
está.

Mongryong se quita el cepillo de los dientes y se enjuaga la boca. Alza las cejas, y murmura que debería
hacerlo con más cuidado. Ante eso, Jeha le pregunta.

—¿Ya recordaste?
No importaba cuanto lo mirara, parecía que su antiguo ser, estaba volviendo gradualmente. Al principio,
era educado, y ahora, estaba cambiando, cada vez más. En respuesta a su pregunta, Mongryong le dice
algo absurdo.

—¿Ni siquiera puedes hacer esto por tu amante?

¿Amante? Joder, sí. Era su amante. Jeha se muerde los dientes con fuerza y dice: —¿Te molesta
algo? Mongryong sacude la cabeza rápidamente, porque está a punto de quitarse toda la piel, con la
esponja de baño.

—No, solo quiero hacerlo yo mismo.

Después de tomar la toalla, la frota en cada esquina de su cuerpo. Luego se da la vuelta, y se frota el
interior de la ingle, el abdomen y el pecho, mira a Jeha y le pregunta, si quiere bañarse junto con él.
Cuando ve su mirada, pone la toalla a un lado, se acerca a él y toca la hebilla de su pantalón.

—Detente.

A Mongryong no le importó, bajó la cremallera y sacó el pene. Él ya estaba erecto. Mongryong se sentó de
rodillas y le clavó la lengua. Suavemente, lamió la base del miembro con la lengua y lo miró a los ojos, con
la mirada en alto.

Estaba mirándolo con una cara fría, pero ya no le pedía que se detuviera. Mongryong abrió la boca y
acarició profundamente el pene. Las cejas de Jeha, estaban distorsionadas. —Ahh.

La cabeza se movía de un lado a otro, para estimularlo. No podía adaptarse correctamente, debido a su
gran tamaño. Después de que Mongryong sacó el pene de su boca, para ver cómo podía hacerlo mejor,
giró la cabeza y lo lamió con la lengua cuidadosamente, hasta la raíz.

Jeha, que solo estaba mirando, extendió la mano y barrió suavemente, el cabello de Mongryong. Luego, le
tocó la mejilla y le volvió a tocar el pelo. Mongryong se frotó las mejillas con las manos y movió la cabeza
de un lado a otro, con una cara, como si estuviera pidiendo elogios.

Jeha agarró el pelo de Mongryong y lo levantó. —Oh, frunce el ceño, ante la expresión de dolor de
Mongryong. Lo arrastró tal y como estaba, lo acomodó de espaldas contra la pared del baño, y le plantó la
mano en la entrepierna, para acariciar su área anal. Tal vez era por la espuma en los alrededores, que el
dedo entró en el ano, sin dificultad.

Mongryong se chupó el labio inferior y rápidamente soltó los botones de su camisa. La camisa se abrió y
aparecieron los músculos firmes y definidos. Mongryong, deslizó la camisa detrás de sus hombros, para
dejarlo desnudo.

Luego se abrazó a su cuello y dejó un beso profundo entre la oreja y la garganta. Su mano, todavía
empujaba, la pared interior entre sus nalgas, abriéndolas de par en par.

Mongryong movió su brazo y se llevó la mano al ano. Con una cara de súplica, mientras susurraba… —Un
poco más, Jeha movió su dedo un poco más profundo en el ano. Mongryong abrió la boca e hizo un
gemido.

—Si ahí… Ahí, frótalo… .


Jeha tragó saliva. Realmente no sabía lo que estaba haciendo. Tocaba los nervios de los humanos, solo
cuando quería matarlos, y ahora tocaba las líneas nerviosas de esa persona, de una manera diferente. Sintió
que le ardía la boca, así que sacó la lengua y la untó de saliva.

La mano de Mongryong, le pidió tocarlo un poco más, mientras todavía sostenía la mano de Jeha, en la
entrada del ano.

—Ah, ahora pon tu cosa adentro hyung, Uh, si lo haces rudo, creo que me correré… .

Su mano se detuvo. Sin embargo, Mongryong trató de ser estimulado, moviendo su trasero. Jeha enterró
sus labios en el cuello de Mongryong y sacó su dedo. Mongryong se dio la vuelta, para quedar de cara a la
pared.

Como si Mongryong estuviera esperando, puso una posición para facilitar la inserción, con el trasero recto.
La forma en que sus caderas se ponían rígidas y se elevaban, era muy bonita. Cuando Jeha le dijo que se
abriera, Mongryong se aprieta el trasero con ambas manos en la espalda y se abre para él.

Tenía hambre, porque su agujero se contraía, como pidiendo que lo llenara. Era divertido que no estuviera
excitándose con los genitales de una mujer, sino con el ano de un hombre . Aún así, Jeha no pudo detener
lo que estaba pasando.

Agarró su pene con fuerza y frotó la punta en la entrada del ano. Cuando golpea sus caderas, Mongryong
se frota la cara contra la pared del baño, y suelta un gemido. A medida que empujaba el pene, la carne del
ano se aferraba a el y trataba de tragárselo.

—Ja, de verdad, joder, mierda.

Jeha masculló muchas maldiciones. Cuando lo hizo por primera vez, pensó que había sido drogado con
algo, pero esta vez se dio cuenta, que el sentimiento era real. Incluso cuando el presidente Seok le dijo que
le entregaría la compañía, no parecía haber estado tan emocionado.

Cuando lo empujó hasta la raíz, sintió que el cuerpo de Mongryong se estremeció. Mientras lo frotaba
arriba y abajo con fortaleza, Mongryong gimió con un cosquilleo.

—Ah, ah, ah, eh.

—Tu voz es muy buena. Por eso tu gemido, es también bastante bueno. Emocionado, Jeha muerde la
nuca de Mongryong. Chupó su suavidad y dejó una marca, y luego mordió el lóbulo de su oreja. Y susurró
en secreto en su oído, —joder, ¿Te gusta?

Mongryong asintió. —Si, me gusta mucho, si, ah.

Jeha bajó lentamente la espalda y luego levantó brevemente las caderas. El baño se llenó con el sonido del
agua cayendo y de choques entre sí. Jeha extendió la mano hacia adelante, agarró el pene de Mongryong,
y lo empujó hacia atrás suavemente.

Mongryong retorció su cuerpo, rascando las paredes del baño. El tendón de sus genitales, era lo
suficientemente vívido, como para sentir la fluctuación en su interior. Mongryong soportó la sensación de
flujo y reflujo, con el placer de poner la cabeza en blanco.
Jeha no tuvo prisa. Lo exprimió suavemente, lo frotó hacia arriba y hacia abajo, en un enganche apretado y
ensanchó su interior, haciendo un círculo nuevamente. Gracias a eso, Mongryong quedó atrapado, y se
movió, tirando de sus caderas más atrás.

Luego giró la cabeza y miró a Jeha. Con la boca abierta, estaba gimiendo y rogando por un premio. La
rigidez del ano, se estaba volviendo más fuerte que antes, ya que Mongryong estaba excitado.

—Ja, maldito, hijo de puta.”

Jeha apretó la parte superior del cuerpo con fuerza, sosteniendo las caderas de Mongryong con sus manos.
Mientras movía la parte inferior del cuerpo en esa posición, con embestidas cortas y duras, la cabeza de
Mongryong se echó hacia atrás. Lo besó, una y otra vez a lo largo del cuello. Las marcas rojas desde los
hombros, hasta el cuello, eran visibles.

Luego, sin que se diera cuenta, volvió la cara de Mongryong y buscó sus labios. Parecía que los ojos de
Mongryong, estaban ligeramente agrandados. A medida que aumentaba la fuerza de sus caderas, la saliva
fluía de la boca de Mongryong, hacia la boca de Jeha.

Incluso, después de alcanzar el clímax, Mongryong no dejó de besar a Jeha. Luego de la primera vez, lo
hicieron un par de veces más. Y solo después, de quedar secos de tanto correrse, los dos salieron del baño.

CUARTA HISTORIA PARTE 3

En la parte posterior de la espalda cobriza, el dedo de Mongryong, descendió a lo largo de la columna


vertebral. Estaba acostado, durmiendo profundamente. Después de acariciarlo, le hace cosquillas con los
dedos y Jeha abre los ojos.

—¿Estás seduciéndome desde la mañana?

Mongryong se rió, con los ojos bien abiertos, ante la voz medio adormilada. Mientras, desliza su mano,
entre la parte inferior del cuerpo y la cama, agarra su pene y lo acaricia. El pene volvió a crecer
rápidamente.

—¿Realmente me estás seduciendo?

—Solo te estoy saludando. ¿Cómo estás?

Después de eso, entabló una conversación con el pene de Jeha, le dijo que era mucho más flexible que su
dueño y que sabía comunicarse mejor que él. Jeha se rió, aparentemente, estaba fuera de forma.

—¿Todavía estás ebrio?

—¿Cuándo me emborraché?
—Después que bebiste ayer y te comiste la servilleta, pero ya veo que no fuiste tú, seguramente fue
una cabra quien lo hizo.

Mongryong sonrió, con una cara tierna y dijo que lo sentía. Jeha extendió la mano y le tocó el cabello
rosado. Mongryong frotó sus mejillas contra la mano grande, como pidiéndole amor. La boca de Jeha, se
estaba levantando lentamente.

—Ni siquiera sé si es real.

—¿Qué?

—Alguien como tú.

—¿En serio? ¿Cómo era yo antes de perder la memoria?

—Bueno… .

Jeha está en silencio. Mongryong miró a Jeha, pensando que se había quedado dormido, pero se
sorprendió. Fue porque sus ojos, estaban hirviendo de ira. Mongryong frunció el ceño.

—¿Por qué pones la cara así?

—No lo sé. Cuando pienso en ti, hago esta expresión, sin darme cuenta.

Mongryong se echó a reír, —jajaja. Le preguntó si era tan atractivo, como para emitir un láser de sus ojos.
Jeha no dijo nada. Mongryong parecía un poco decepcionado.

—No me digas, que no te gustaba mucho antes de perder la memoria.

—Así es.

—¿Y ahora si te gusto?

—No. No me gustas. Quiero matarte.

Mongryong también pone una cara triste. Estaba molesto, y si ese era el caso, esperaba que los recuerdos
de Junyoung nunca volvieran. No podía reírse cuando se sentía tan resentido.

—Oh, pero ¿No es bueno tener una relación con el fiscal Seok?

—Uh, preferiría no tener ninguna relación con él.

De repente, cuando mencionó la historia de Seok Junyoung, se sintió más molesto. Al parecer, Seok
Junyoung había visitado su ciudad natal. Cuando llegó a su casa, llamó varias veces para ver cómo estaba.
Esa era la razón por la cual, tenía tanta curiosidad de ver a Lee Mongryong, cara a cara.

Pensó en tener sexo en el baño y enviarle el sonido a través del auricular a Seok Junyoung, pero se
arrepintió de hacer algo tan infantil. Mongryong ya no le preguntaba si se sentía ofendido.
El pene en la mano de Mongryong, se puso erecto y ahora estaba listo para la batalla. Mongryong le
preguntó si quería hacerlo y Jeha le dijo que lo podía pensar, si se acercaba un poco más.

No hace falta decir que Mongryong, extendió las piernas sobre el pecho. La mitad del camisón oscuro que
llevaba puesto se abrió, y el borde inferior se reveló claramente. Los genitales de Mongryong se habían
erigido a más de la mitad.

Mongryong tomó su pene y lo sacudió frente a su cara. Jeha frunció el ceño de inmediato.

—¿Qué estás haciendo?

—Solo una vez, ¿Puedes chupármelo?

Jeha lo miró consternado. Mongryong extendió la mano y se la pasó por el labio inferior. Se inclinó y lo
besó. Sus labios se abrieron naturalmente, y empujó su lengua adentro, tocando cada esquina de su boca.

Escuchó el sonido de su lengua enredarse, frotarse y pasar saliva. Lo besó por mucho tiempo. Cuando
Mongryong, apartó los labios, le rogó que se lo chupara de nuevo, con los ojos nublados. Jeha ya no se
negó.

Cuando Mongryong supo que había aceptado su petición, arqueó la espalda, se acomodó y sacó su pene
de la bata, para que lo hiciera de inmediato. Se tocó el pene de arriba hacia abajo y se mordió el labio,
como a la expectativa.

Jeha levantó ligeramente su cuerpo y se apoyó contra la cabecera de la cama. Mientras miraba el pene de
Mongryong, levantó los ojos y los entrecerró.

—Si vas y corres el rumor de que te lo chupé, te voy a matar.

Cuando terminó de hablar, Mongryong levantó el dedo índice para cubrirse los labios,

—Shhh, es un secreto.

Jeha, que dudó un poco, abrió la boca y tomó el pene de Mongryong, succionándolo y escupiéndolo de
nuevo. Era incómodo. Como Mongryong le había pedido que lo hiciera solo una vez, se resignó y chasqueó
la lengua.

—Hey, para, no puedes follarme la boca.

—Hyung, tú tienes una boca grande. Hazlo con rapidez. ¿Sí?

Mongryong sacudió su trasero, así que Jeha lo intentó de nuevo. El miembro se metió en la boca. Jeha lo
chupó hasta que se engrosó. Debido a que está muy duro, Mongryong siente placer y dolor al mismo
tiempo, por eso Jeha le muerde el glande ligeramente.

—No, me duele.
Quería morir. Jeha miraba a Mongryong, con una cara de irritación. Quieres muchas cosas, maldita sea.
Pero aun así, haré lo que me pidas. Todavía no estaba convencido. ¿Por qué he estado sosteniendo el
pene de este bastardo en la boca desde la mañana?

—Ahhh.

Mongryong se movió de un lado a otro y agarró la espalda de Jeha. Si alguien desconocido le hiciera eso,
probablemente, le habría destrozado las manos, pero al parecer era muy diferente con Lee Mongryong.

Chup, chup, genitales y membranas mucosas en la boca se frotan al azar, haciendo un sonido obsceno. En
ese momento, Jeha apretó el trasero de Mongryong con fuerza.

—Ahhh, la cintura de Mongryong se movió más rápido, y de repente, tembló y vomitó un semen pegajoso
en su boca.

Cuando Jeha hizo un gesto y trató de escupirlo, Mongryong, rápidamente lo besó. El esperma se hundió en
su garganta sin escupir. Un olor a pescado se extendió en su boca. Era la primera vez que probaba el
semen de otra persona.

Como Jeha frunció el ceño ante la impresión, Mongryong le dijo que había sido genial, y lo besó en las
mejillas, y lo besó muchas veces, sin descanso.

***

Ho, que estaba en la sala de seguridad, sacó dos mandarinas del bolsillo y le ofreció una a Magang. Era una
mandarina pequeña, como el puño de un niño. Como Magang le dijo que no quería, Ho se la guarda en el
bolsillo y se dispone a pelar la otra.

El CCTV que tenían al frente, iluminaba cada rincón de la casa. Ho, pela la mandarina, la parte en trozos
pequeños y los pone en su boca.

—Genial hermano. Prueba esto. Mi amigo me las envió desde la Isla Jeju, son increíbles.

Como ya Magang lo había rechazado, le pidió que la comiera él. No le quitaba los ojos al video del CCTV.
Ho, pone el resto de la mandarina en su boca y lucha por un momento, por sacar la otra de su bolsillo. Pero
pronto renunció. Magang lo miró y le preguntó, por qué no seguía comiendo.

—Le daré la otra a Mongryong más tarde.

Ante eso, Magang endureció el rostro.

—Tú, amigo. No seas bueno con él. Después que todo termine, seguramente tendremos que matarlo
y desaparecerlo como la rata que es.

—Ah, de ninguna manera.


—De ninguna manera. ¿No viste como tuvo que traerlo Jeha hyung ayer, porque estaba borracho? Él
piensa que es el amante del jefe, ja, pero eso ni siquiera es gracioso. Jeha Hyung, realmente lo odia,
pero veo que debe seguirle la corriente, por la causa. Si, en este momento no puede romper con él y
matarlo.

—¿En serio? ¿Por qué no lo sabía? ¿No se estaban acercando?

—Demonios, eres un estúpido. Por eso no puedes ser su brazo derecho, ja, por lo menos deberías
entender los sentimientos del jefe al que sirves, que estás pensando, deberías tener más intuición.

Miró a Magang, con una mezcla de admiración y respeto. Después de todo, aunque había nacido solo un
minuto antes que él, pensó que su hermano era un hombre genial. Magang hizo una expresión sangrienta
y dijo: —Tarde temprano, ese chico… Y finge estar luchando con las manos.

Mientras lo miraba, Ho se sintió confundido. Mongryong no parecía ser una mala persona, más bien estaba
preocupado por su hermana mayor. Secretamente, pensó en querer ayudarlo. Sacudió la cabeza
rápidamente. No, no puedo traicionar a mi hyung.

Entonces, sonó el teléfono celular de Magang. Era un junior de su ciudad natal. Un tipo con los ojos muy
abiertos, que trabajaba en la búsqueda de personas. Magang contestó el teléfono rápidamente, porque el
otro día, le había pedido que buscara a Cho y a Lee Hyeyoung.

De repente, al escuchar lo que decía, la voz de la otra persona, los ojos de Magang se abrieron
gradualmente. Cuando Ho quiso preguntarle que pasaba, se levantó y le pidió que llamara a Doosan.

—¿Por qué a nuestro hermano mayor?

—Alguien vio a Lee Hyeyoung en Busan. La tenemos vigilada, así que vamos a contarle al jefe sobre
esto.

Magang huyó de la sala de seguridad, con mucha emoción. Ho no sabía qué hacer, y miró la puerta por
donde había desaparecido su hermano.

¿Debo decirle a Mongryong? Pero no sabía por dónde empezar a hablar con un chico, que había perdido
la memoria. Después de soltar un largo suspiro, Ho siguió a Magang.

***

Estaba hablando por teléfono, pero su voz, no sonaba bien. Mientras volvía la mirada, pudo ver a
Mongryong tumbado en el sofá, mirando al techo. Después de colgar el teléfono, caminó hacia allí.

—Saldré por un momento por algo importante. Quédate aquí hasta que regrese.

Mongryong no dijo nada sobre eso, pero miró al techo y abrió la boca lentamente.

—Hyung, ¿Puedo contarte algo de cuando era más joven?


No sabía, por qué se le había dado por hablar de su infancia. Silenciosamente, Mongryong esperó para
decir las siguientes palabras.

—Ni siquiera tengo un padre o una madre… Aun así, siempre mantuve mi confianza intacta. Tenía
muchos amigos. Pero un día, el líder de mi clase perdió el dinero. Eso causó, que los honorarios de la
clase se aumentaran.

Parecía que iba a ser una larga historia. Jeha confirmó la hora. Podría permitirse 10 minutos. Mongryong
cruzó el sofá y se sentó.

—Pero sin importar cuanto busqué, no pude encontrar nada. Más tarde, la maestra escribió el
método para resolver el problema, y le pidió a los niños que escribieran los nombres de las personas
que creían, podrían haber tomado el dinero. Lo dejé vacío, porque nadie me vino a la mente en ese
momento.

Jeha, que escuchaba en silencio, sacó un cigarrillo y lo encendió. Cuando Mongryong lo vio, le pidió uno, y
Jeha le dio el que tenía en la boca. Luego sacó uno nuevo y lo mordió.

Mongryong recibió el cigarrillo que Jeha le había dado, se lo puso en los labios y aspiró el humo en sus
mejillas. Pronto, hizo un hooo- y expulsó el humo hacia el techo.

—Pero luego la maestra me llamó en voz baja… Al menos la mitad de los niños, habían escrito mi
nombre… Le dije que no lo había hecho… La maestra dijo que me perdonaría por ser honesto. Me
miró a los ojos y lo supe. No me creía. En ese momento, fue algo muy impactante para mi joven
corazón. Pensé que todos mis compañeros de clase eran amigables… Yo todavía pensaba que la
maestra era bonita, pero estaba equivocada, la muy estúpida.

Jeha se sentó, con el brazo sobre el reposabrazos del sofá y miró a Mongryong con curiosidad. Era la
primera vez, que le contaba una historia de cuando era niño. A excepción, de esa historia que le había
contado sobre su madre, el primer día que perdió la memoria.

—Curiosamente, el dinero apareció dentro de una bolsa. Alguien lo puso allí y lo olvidó. Nadie
reprendió a nadie al respecto. Y nadie se disculpó conmigo.

Jeha miraba a Mongryong, mientras fumaba el cigarrillo. Mongryong estaba recostado en el sofá
cómodamente, mientras sostenía un cigarrillo en una mano y contaba una historia que nunca fue cómoda.

—Tenía un amigo muy cercano. Vivía bien, y tenía mucho en común con los ricos, pero todavía
pensaba en él, como mi amigo. Entonces, en caso de que él hubiera dudado de mí, lo llamé por
separado. ¿Escribiste mi nombre? Él no respondió. Así que lo agarré y lo sacudí, y finalmente
dijo: Escribí tu nombre. Le pregunté por qué lo hizo y me dijo: Eres un huérfano, no tienes padres.

Ni siquiera sabía, que la punta del cigarrillo que Jeha le había dado, lo estaba mirando. Mongryong sonrió
tristemente en el medio. Era una emoción desconocida, que nunca había experimentado.

Jeha no sabía cómo consolarlo. Nunca se había consolado ni así mismo. Solo esperó, a que pasara el
tiempo, fumando. Mongryong se levantó, lentamente del asiento y se enfrentó a Jeha, que estaba sentado
enfrente. Sus ojos eran serios, como nunca antes y parecían tristes.
—Lo supe la primera vez. Ser pobre y sin padres, es muy jodido. He sido calificado por cometer
cualquier error. Es un juego que comenzó, como si fuera una pena desde que nací, y sin duda, eso
me ha puesto siempre en desventaja. Pero la gente que me aconseja que no viva así, es la que me
trata de ese modo. Míralo, él es así, pero no deberías vivir así. ¿No es eso gracioso?

Hubo silencio entre los dos. Mongryong se rió amargamente, pero apagó el cigarrillo. Jeha se sentó al otro
lado y observó su figura y sacudió los labios. No pudo decirle nada.

Entonces sonó su teléfono. Cuando lo contestó, miró a Mongryong y luego se levantó y se paró detrás de
él. Mongryong se rió de Jeha y volvió a tumbarse en el sofá.

CUARTA HISTORIA PARTE 4

Mongryong se detuvo en las escaleras, en lugar de intentar bajar al primer piso. En el fondo, Jeha y Doosan,
estaban hablando con una cara bastante seria. Se detuvo y los miró, pero Jeha giró lentamente la cabeza,
hacia el otro lado. Entonces, Mongryong sonrió con los ojos cerrados.

Doosan también lo miró, y se dio la vuelta, antes de que Mongryong pudiera saludarlo. Y después de
despedirse de Jeha, se marchó. Jeha, subió las escaleras para encontrarse con Mongryong.

—¿Por qué saliste?

—Estoy aburrido. Quiero salir y dar un paseo. Dijiste que tenías una emergencia, ¿Por qué aún no te
has ido?

—Huh. Estoy un poco retrasado.

Mongryong asintió levemente en respuesta a Jeha. Si, dijo, luego le pregunta si se había puesto en
contacto con su hermana mayor, Lee Hyeyoung. Jeha se encogió ligeramente de hombros. Como diciendo,
que no tenía nada que ver con eso o que no lo había hecho.

—Hyung, tengo una solicitud.

—¿Solicitud?

—¿Puedo ir al lugar en donde vivo?

Su cara se endureció.

—Si vas allí, quizás puedas recordar… .

Cuando no pudo completar las palabras, Mongryong se mordió el labio inferior y bajó la mirada.

—Hmm, veo que no puedo evitarlo.


—Incluso si voy, no creo que recuerde nada.

Doosan le había dicho, que el lugar donde vivía, ni siquiera podía considerarse una casa. Era un espacio,
con dos habitaciones, ubicado en Shandogne, un área de reurbanización casi deshabitado, porque muchas
familias ya se habían ido.

—¿Estás de acuerdo? Pero… … si quieres no voy. Sé que te molesta.

Jeha cerró la boca de nuevo. Mongryong se ríe y le pregunta si van a comer algo delicioso por la noche.

Jeha solo miró a Mongryong. Incluso la historia de su niñez, había sido bastante intrigante. Después de un
pequeño suspiro, habló de mala gana.

—Entonces, puedes ir. Pero Baek Ho, irá contigo.

Mongryong abrió mucho los ojos y puso una cara muy feliz, y le preguntó que si realmente estaba de
acuerdo. Jeha asintió y Mongryong le abrazó el cuello. Jeha miró hacia el primer piso, soltando los brazos
alrededor de su cuello. Afortunadamente, nadie había pasado por allí.

—No podemos hacer esto en todas partes.

—Entonces, ¿Podemos hacerlo en la habitación más tarde?

Cuando Mongryong le preguntó, con una cara desvergonzada, Jeha se echó a reír. Luego le pregunta, si le
gustaría ir a una cita el fin de semana, muy casualmente.

No hubo respuesta. Mongryong lo agarra del brazo y lo sacude suavemente, para que le diga algo.
Después de hacerlo un par de veces más, Jeha se da por vencido, y le responde que sí.

***

Junyoung estaba hablando con una secretaria, pero sonó su teléfono celular. Confirmó que era Yoon.
Recordó que le había dicho que no se sentía bien, y que se tomaría unos días. Le pidió a la secretaria que
esperara un momento y contestó el teléfono.

—Sí, soy yo.

[Fiscal, ¿Está ocupado ahora?]

Junyoung le dijo a la secretaria que tenía en frente, que volviera en 10 minutos, y la secretaria salió de la
oficina, diciendo que lo entendía. Después de confirmar que había salido, volvió a ponerse el celular en la
oreja.

—¿Cómo te sientes?

[Um, estoy bien. Solo me resbalé y me torcí la rodilla.]

—Uh, bueno. Debes tener cuidado.


[Fiscal, hablé con usted justo antes de ser secuestrado en la terminal. ¿Recuerda?]

—Sí, lo recuerdo.

Junyoung, le dio vueltas y vueltas, a un bolígrafo que tenía entre los dedos. Concentrado en la historia del
jefe Yoon. Porque por el tono de su voz, parecía haber descubierto algo.

[En ese momento, el CCTV frente al baño, estaba arruinado, así que no pude confirmarlo
correctamente. Pero enfrente de ese lugar había un camión.]

—¿Un camión?

[Sí, recordé que lo vi antes de entrar al baño. Cuando le pregunté al conductor, me dijo que el
camión tenía una caja negra y que grababa las 24 horas.]

—… .

[¿Me está escuchando?]

—Sí, continúe. Lo estoy escuchando.

[Cuando le di algo de dinero al hombre, pude mirar el video de ese día, en la hora indicada, y
descubrí algo sorprendente. Se lo acabó de enviar por correo electrónico. ¿Puede revisarlo?]

Por supuesto. Junyoung encendió la computadora portátil. Revisó el correo y encontró el archivo enviado
por el jefe Yoon. Cuando lo abrió, vio el archivo adjunto de video. Cuando presionó el botón de
reproducción, pudo ver la gente que pasaba frente al camión. No veía nada raso hasta el momento. Solo
eran personas que pasaban frente al camión y se subían a los autos.

[¿Lo está viendo ahora?]

—Así es.

Entonces los ojos de Junyoung se abrieron un poco. Movió el mouse y presionó el botón de parada. Dos
hombres, con sombreros bien encajados, usando máscaras y guantes negros, arrastraban una gran bolsa de
equipaje y se dirigían al auto frente al camión.

—Ahora veo a dos tipos, con una maleta. ¿Estás hablando de ellos?

[Sí, eso es correcto.]

No importaba cuanto los miraba, no los reconocía. No podía notar algún rasgo familiar. En ese momento,
el jefe Yoon, le pidió que mirara al hombre que llevaba puesta una chaqueta de color rojo por el auricular.
Junyoung miró al hombre cuidadosamente y comenzó a pensar. ¿Quién es?

[¿Alguien se ha reunido con el fiscal recientemente?]


El bolígrafo en su mano, rápidamente se detuvo. De repente, Junyoung habla en voz baja y le pregunta a
Yoon, si había pensado lo mismo que él del otro lado. Junyoung no podía creerlo. Agrandó los ojos y
también la imagen en el monitor.

Aunque las apariencias eran similares, no era algo concluyente. Se preguntaba si lo vería mejor, con la
pantalla reducida. Revisó el dedo del hombre. Debido a los guantes de cuero, la forma de la mano era
difícil de ver. Mientras miraba con el ceño fruncido, el señor Yoon, dijo unas palabras.

[También confirmé con el testimonio de los empleados, que no estuvo en su tienda durante todo el
día. También se registró en una tienda cercana dos días antes del incidente y compró una maleta
grande.]

Yoon estaba lleno de confianza en su voz. También se sentía orgulloso de compensar los errores que había
cometido en el pasado. Junyoung levanta la pantalla y vuelve a mirar al hombre. Estaba confundido. No
importaba que tanto lo mirara, no podía comprender lo que pasaba.

****

—¿Todavía estamos lejos? Uh, huh, descansemos un poco.

Ho, que caminaba unos pasos adelante, giró la cabeza y miró hacia atrás, y Mongryong comenzó a subir la
empinada ladera. Iba de camino a la casa donde solía vivir, con el permiso de Jeha para salir.

Mongryong se sorprendió en la entrada de Shandogne y preguntó, si realmente vivía en ese lugar.


Entonces le pregunta a Ho, por qué vive así, cuando su amante es tan rico. Ho dijo que no conocía los
detalles y que era muy grosero de su parte hablar de eso.

Después de caminar mucho tiempo, se toparon con una abuela de cabello blanco, que estaba sentada
frente a una puerta destartalada. Cuando trató de pasar por delante, la vieja bloqueó el paso de
Mongryong con su bastón. Mongryong abrió mucho los ojos y miró a la abuela. —¿Qué está haciendo?

—¿A dónde vas?

Mongryong la miró a los ojos.

—¿Me conoces?

—Eres mi Oppa, soy Flor. Dijiste que te ibas a casar conmigo.

—De ninguna manera. Soy homosexual.

—¿Eres un perro?

—No, soy gay.


—Sí, eres un perro.

—Vamos, ya sabes. Está loca. Cuando Ho se acercó, empujó los hombros de Mongryong y le pidió que
subiera rápidamente. Mongryong volvió a mirar a la vieja una vez más, sacudió la cabeza y siguió a Ho.

Subieron durante mucho tiempo y se detuvieron frente a una casa, en la punta de la colina. La puerta azul
estaba despegada y se sacudía, como si se estuviera a punto de caerse. Mongryong permaneció, un largo
rato frente a ella.

Ho abrió la puerta primero y entró. Mongryong, lo siguió después. No había nada que mirar a su
alrededor. Era un desastre, porque las cosas de la casa, estaban tiradas por todo el patio. —
Haa. Mongryong miraba todo, con cara de confusión.

—Esta casa… … ¿Por qué está así?

Ho se rascó la nariz. Ni siquiera podía decirle, que el día que vinieron a atraparlo, habían destruido todo. Se
dio la vuelta, mirando alrededor de la casa.

—¿Recuerdas algo aquí?

—Absolutamente nada.

Ho chasqueó la lengua, luciendo triste. Para él, era algo de suma importancia. Por otro lado, pensó por un
momento, que sería mejor que sus recuerdos no volvieran. Toda la vida de Mongryong, parecía ser un
desastre.

—¿Qué es eso?

—No lo sé. Estaba en la habitación. ¿Es una máquina de afeitar?

Ho se acercó y abrió mucho los ojos. No era una máquina de afeitar, sino una pistola eléctrica. Mongryong
trató de pasársela por la cara, como si estuviera afeitándose la barba.

—¿Qué?

—Eso no es una máquina de afeitar, estás loco. Mira cuidadosamente. Es un Taser, una pistola
eléctrica.

—¿Eh? Mongryong lo miró asombrado. Ho le pidió que la tomara y luego que presionara el botón inferior.
Una llama azul se encendió entre la hoja pequeña y el hierro, para generar electricidad.

Mongryong abrió mucho la boca y lucía sorprendido. Ho añadió, que era un artefacto muy peligroso. Le
pidió a Mongryong que lo probara y luego este presionó el interruptor como lo había hecho Ho.

De nuevo, una llama azul estalló. —¡Guau! Esto es increíble. Comenzó a brincar, y mientras la apagaba y la
encendía, gritaba sin cesar. Ho le pide que se detenga, pero Mongryong le pregunta.

—¿Puedes atrapar un oso con esto?


Ho sonrió. En lugar de atrapar a un oso, le dijo que si se atrevía a hacer eso, sería atrapado, comido o
asesinado por sus patas. Mongryong asiente. Luego simplemente mueve su dedo, como si hubiera tenido
una buena idea.

—¡Ya se cómo atrapar a un oso con esto!

—¿Cómo? Ho preguntó con una sonrisa. Mongryong también sonrió y dice: —Así.

Ho puso una cara de confusión. Entonces algo tocó su nuca. No tuvo tiempo de reaccionar.
Sorpresivamente una llama azul, lo atacó por la espalda. Ho, se estremeció y luego cayó al suelo.

Mongryong abrió mucho los ojos y miró a Ho, con una cara de sorpresa.

—¡Ho Hyung!

Ho se quedó muy quieto, como si estuviera dormido.

—Oh, Dios mío. ¡Qué alboroto!

Mongryong baja las cejas y pregunta con cara de disgusto. —¿Estás realmente aturdido? Ho permanece
en silencio. Solo entonces, la boca de Mongryong se eleva lentamente a ambos lados.

—Mira, atrapé a un oso.

Mongryong se levantó y salió al patio. Sentía calor, aunque era invierno. Después de estirarse lo más que
pudo hacia el cielo, miró a Ho tirado en el suelo e hizo una mueca de lástima.

—Hm, ¿Aunque eres un gánster, te dejaste engañar? Lo siento.

—Shhh. Después de chasquear la lengua, miró a su alrededor. No tenía sentido mirar dentro de la casa.
Buscó por todos lados, pero no había rastros de que Hyeyoung, hubiera estado allí. En ese momento,
cuando la puerta se abrió con fuerza, entró un hombre con una gorra y una máscara. Mongryong lo notó y
agitó la mano. —¿Oye, ya estás aquí?

El hombre se quitó la gorra y la máscara. Era Kim Seunghyun. Aunque tenía un moretón, sonrió con una
cara seria.

—¿Qué pasó?

—Primero, salgamos de aquí. Supongo que alguien sospechó y vino a la tienda.

—Mierda.

—Supongo que es la persona que trabaja para el fiscal. Porque lo hemos robado.

—Yo me encargaré del fiscal Seok.


Luego le pregunta a Seunghyun, si le trajo el encargo. Seunghyun sacó un sobre amarillo del interior de su
pecho. Se lo entregó a Mongryong y miró hacia afuera.

—Lo primero que debemos hacer, es poner eso a salvo.

Mongryong sacudió la cabeza.

—No puedo ir a ningún lado en este estado.

—¿Por qué?

Mongryong se miró el brazo, y luego miró a Seunghyun, que puso una cara de confusión.

—Me plantaron un chip para perros en el brazo. En el momento en que intenté escapar, me caí y
perdí la memoria por un tiempo, pero recordé de inmediato. No fue tan sorprendente.

Seunghyun se acercó. —¿Un chip? Luego se ve sorprendido y pregunta qué hacer. Mongryong le pidió que
buscara un cuchillo afilado y un botiquín de primeros auxilios dentro de la casa. Temiendo que los
atraparan, Seunghyun se dirigió rápidamente allí.

—¡Hey, demonios! Esto es una sorpresa. ¿Qué es esto?

—Es Ho hyung.”

—¿Ho?

Entonces Seunghyun lo recordó. Hizo una mueca. En ese momento, recordó cuando fue secuestrado por
los hermanos Baek. Al mirarlo a la cara, parecía más un oso que un tigre blanco.

Mientras tanto, Mongryong entró y se puso a su lado y le pidió a Seunghyun que le trajera una manta. —
Trae una almohada también. El clima está muy frio y su boca se puede congelar. Sin embargo, no
pudo evitar reírse, cuando lo vio tirado en el piso.

—Muchas gracias por todo. No es nada personal. Jeje.

Mongryong abrió el sobre. Metió la mano y sacó lo que estaba en el interior. Solo era un montón de
documentos. La cara de Mongryong al verlos, se endureció gradualmente.

Lo que sacó de allí, fue un contrato de venta de un apartamento. Lee Mongryong revisó un poco más, y
encontró una nota con la letra de Lee Hyeyoung.

[Si has visto esto, es porque ya no estamos juntos. No te preocupes por eso, viven bien.
Definitivamente, volveré por ti.]

Mongryong se mordió el labio inferior. Pensó que encontraría una pista para hallar su paradero, pero no
fue así. Era solo un contrato de venta de un apartamento y un derecho de registro. —Jaja. Gracias por
hacerme llorar, joder. Por qué eligió una casa tan grande. ¿Quién se va a encargar de la
limpieza? Luego sonrió, sin darse cuenta.
Buscó nuevamente, para ver si encontraba algo más, pero eso era todo. Suspiró, barriendo su cabello hacia
atrás.

Seunghyun vino desde adentro, trayendo el botiquín de primeros auxilios. Le preguntó si había encontrado
algo y Mongryong sonrió sin ganas y sacudió la cabeza de lado a lado.

En ese momento, sonó el celular de Ho. Parecía ser un mensaje de texto. Mongryong organizó los papeles
y se agachó con curiosidad. Sacó el teléfono celular del bolsillo de los pantalones de Ho. Afortunadamente,
no estaba bloqueado.

Revisó el texto que había llegado hace un momento. El remitente, era su hermano Magang. Los ojos de
Mongryong se abrían cada vez más.

[La encontramos. Regresa con el chico. Tan pronto como regreses, ve por Doosan y márchate, a esta
dirección.]

Debajo, había una dirección que comenzaba con Busan. Mongryong aprieta los dientes con fuerza y lo
mira. —¿La encontraron? ¿Qué?

Su mente se movió rápidamente. Recordó a Doosan y a Jeha, hablando seriamente en la mañana. Recordó
que habían hablado de Busan. ¿Será que allí, es donde está Hyeyoung? Revisó todos los demás
mensajes, pero no encontró más evidencia.

Mongryong puso el teléfono de Ho en su bolsillo y se acercó a Seunghyun, que estaba sentado en el suelo,
y luego le mostró el brazo donde tenía el chip.

—Empecemos con esto.

QUINTA HISTORIA PARTE 1

Jeha se sentó en un enorme sofá de cuero. Con una copa de vino en la mano, miró al frente, con una
mirada decidida. A su lado, Ho arrodillado como un pecador, se sentó en el suelo y no podía levantar la
cabeza correctamente. Doosan y Magang, se encontraban a ambos lados de Ho.

—Lo siento mucho. Hyung.

La cara de Jeha, que se llevó la copa de vino a la boca, lucía tan sangrienta como si le hubieran volcado
agua fría encima. El psicópata rosado le había pedido permiso para ir a su casa, y luego de atacar a Ho, se
escapó. En este caso, también había utilizado una pistola eléctrica.

Supuso que hasta cierto punto, sus recuerdos habían regresado, pero fue su error ser tan confiado como
para creerle. Quería regresar el tiempo, unas horas atrás para agarrar el cuello de Lee Mongryong y
retorcerlo.

—¿El bastardo se llevó el teléfono?


—Sí. Hyung-nim.

—Llámalo.

Doosan marcó el número de teléfono. Después de un tiempo, en lugar de cumplir con la expectativa de
que no contestara la llamada, la voz de Lee Mongryong, fluyó desde el otro lado.

[Sí, soy Lee Mongryong.]

Doosan se impresionó tanto que quedó sin palabras por un momento, porque no podía creer que después
de robar el teléfono, se atreviera también a hablar tan descaradamente. Rápidamente, le pasó el teléfono a
Jeha, este lo recibió y se lo puso en la oreja.

—Lee Mongryong.

Hubo silencio por un momento. Y pronto, comenzó a susurrar y a reír. La cara de Jeha se volvió tan
aterradora, como un ángel de la muerte.

[Mi amor, sé que no puedes evitar llamarme. Ya sé, que una vez que has probado el culo de un
hombre, es muy difícil dejarlo.]

—Tú, maldita perra… .

[Fue divertido, así que olvídate de todo. A cambio de eso, borraré el video que tomé en el motel. ¿Te
parece bien?]

—Crees que puedes huir fácilmente.

[¿Acaso es más difícil?]

—¿Seok Junyoung perdió tus documentos?

[Oh, eso. Realmente no confío en él. Además, tú mismo me lo dijiste. No confíes en la gente de la
familia Seok. Pero no había nada en el sobre. Por favor, si te encuentras con el fiscal, pídele disculpas
de mi parte. Saludos.]

—Voy a Busan ahora mismo.

[¿A qué?]

—Te veré de nuevo muy pronto. Por supuesto, si es que estás vivo hasta entonces.

[Wow, que miedo. Bueno, espero que lo hagas tú mismo. Estoy ocupado, así que voy a colgar. No
me molestes una y otra vez. ¿Acaso eres un ex novio gruñón? Eso es muy feo, ya sabes.]

Colgó el teléfono. Su paciencia también estaba al límite. La mano de Jeha que sostenía el teléfono,
temblaba. Apretó los dientes y miró al frente.
Doosan, que estaba a su lado, al verlo con una expresión tan desconocida, dijo: —¿Hyung-nim? Jeha
arrojó el teléfono. El celular se rompió en pedazos en el piso con un estruendoso sonido de ruptura. Luego
preguntó con voz helada.

—Lee Hyeyoung.

—Está en el hospital.

—Contáctame. Voy a ver a Lee Mongryong. No quiero que se divierta solo.

—Sí, hyung-nim.

—Y quiero que lo hagan cuidadosamente. Que no le toquen ni un dedo.

—¿Qué?

—Vamos, me encargaré yo mismo de eso.

Con un sonido brusco, la copa de vino en su mano se rompió. Ho, sentado en sus rodillas temblaba. Sus
manos se mancharon, rápidamente de sangre.

Magang retrocedió para buscar algo para limpiarlo. La sangre que goteaba de sus manos, comenzó a
empapar la blanca alfombra de rojo.

***

Mongryong colgó el teléfono y lo tiró. Decidió que ya no le era de utilidad tenerlo. El sedán conducido por
Mongryong, se dirigía a Busan a una velocidad aterradora. Seunghyun, sentado a su lado, le pregunta si
quiere comer una de las mandarinas que está en el auto.

—Oye, ¿Podemos robar este auto y conducirlo?

Era el automóvil que había traído Baek Ho, por lo que parecía ser una preocupación. Mongryong dijo que
no le importaba. Seunghyun que estaba en silencio, le preguntó algo, como si fuera un secreto.

—Por cierto, ¿De qué estabas hablando antes?

—¿De qué hablas?

—Lo que dijiste sobre el culo de un hombre.

—Eso no es asunto tuyo.

—Quizás con él… ¿Lo hiciste?

Mongryong miró a Seunghyun como si estuviera loco, y comenzó a murmurar.


—¿Y si lo hice qué? No es como si todavía fueras mi amante.

—Dicen que debes conocer bien a la gente. A la persona correcta. Si es así, encontrarás a alguien a
quien realmente le importes.

Mongryong sonrió y dijo: —Sí, y ese eres tú. Seunghyun se desmorona sobre su frente y masculla una
maldición. —Hmm, de todos modos no debiste hacerlo. Dicen que es una persona muy peligrosa.

—No te preocupes por eso, romperé con él de inmediato cuando llegue. No es bueno que estemos
juntos.

—Encontró a tu hermana Hyeyoung, y aunque ella te dijo que no fueras, sabe que lo harás, el muy
bastardo.

—Bien pensado. Ojalá no te corte el dedo que te queda.

—Conduce en línea recta. ¿Por qué te atraviesas en el carril?

Tengo prisa, pensó. De alguna manera, debía encontrar a Hyeyoung antes que esos tipos. No había
garantía de que Hyeyoung estuviera allí, pero Jeha fue quien lo mencionó primero. Me voy a Busan. Tenía
que haber algo allí.

Así que debía ir y echarle un vistazo. Aun así, se sintió muy emocionado cuando pensó en la voz de Seok
Jeha. Era extraño que sintiera una emoción tan febril.

—Ah, eso fue muy divertido.

—¿Qué? Preguntó Seunghyun y Mongryong sacudió la cabeza diciendo que no era nada. Si lo atrapaban,
tal vez tendría que arrepentirse por lo que había hecho. Sin embargo, la risa no desapareció de la boca de
Mongryong, cuando pensó en lo mucho que lo había disfrutado.

***

Era una posada en mal estado. La dirección que vio en el teléfono celular de Baek Ho era correcta, pero
Hyeyoung no estaba. Tal vez es un error. En ese momento Seunghyun, quien entró primero a la posada, se
dio la vuelta y salió de allí.

Cuando llegó a donde estaba Mongryong, lo agarró apresuradamente del brazo y lo arrastró adentro del
edificio que quedaba enfrente. Cuando Mongryong le pregunta por qué, saca la foto de Hyeyoung de su
bolsillo y se la pasa a Mongryong.

—No. No está aquí.

—¿Entonces dónde?

—Me dijo, que entrara y la esperara, pero me pareció extraño.


Mongryong preguntó qué era lo que le había parecido extraño. Seunghyun le dijo, que notó que el dueño
de la posada estaba tratando de retenerlo. Y que al mismo tiempo, no dejaba de mirar la entrada.

Ante eso, la expresión de Mongryong se endureció. Se estremeció al recordar la voz de Jeha diciéndole que
lo vería pronto. Entonces ya debe estar aquí.

En ese momento, dos sedanes negros, llegaron y se detuvieron frente a la posada.

Seunghyun y Mongryong no tenían a donde escapar. A toda prisa, se trasladaron a la parte superior del
edificio. Llegaron al tercer piso y miraron por la ventana.

Las puertas de los autos se abrieron, y varios tipos que parecían gánsteres bajaron y se dirigieron a la
posada. Después de un rato, salieron corriendo y comenzaron a dispersarse por todo el lugar, bajo la
dirección de un hombre.

Un enorme escorpión, estaba tatuado en el cuello del hombre. Los ojos de Seunghyun se abrieron como
platos. —Oh, Dios mío.

—Es Jarimpa.

—¿Jarim? ¿Qué es eso?

—Es la organización criminal más antigua de esta área.

Su cara palideció. Que se estuvieran moviendo era evidencia de que Ilsung ya había obrado. Lee Hyeyoung
probablemente ya estaría en sus manos.

—No funcionará. Tenemos que huir.

—¿Y qué pasará con mi hermana Hyeyoung?

—Oye, imbécil. Hyeyoung tiene muchos problemas ahora. No sabes lo crueles que son estos
bastardos. Si nos atrapan, moriremos.

Parecía que Seunghyun no estaba bromeando. Mongryong lo mira fijamente, pero de repente, levanta la
cabeza y mira hacia arriba. Los dos se pegaron a la pared al mismo tiempo, para evitar ser descubiertos.

—¿Nos vieron?

—No lo sé, joder.

—Mierda. Oh, por favor sálvanos, Padre celestial.

Mongryong pensó por un momento en tratar de calmarlo, mientras le rezaba a Buda, pero renunció. Si
seguía rezando, tal vez Buda lo ayudaría. Que hombre tan tonto.
En ese momento, pudo escuchar varias voces viniendo desde abajo. Vaya, realmente estaban
jodidos. Mongryong golpeó a Seunghyun, y le hizo un gesto para que subieran. Los dos se dirigieron
hacia arriba, con pasos sigilosos.

Llegaron al quinto piso, pero no había salida. Lo que vieron a grandes rasgos, fue un pequeño baño, para
dos personas, y Seunghyun se adelantó y entró al primer compartimento. Luego, espera a que entre
Mongryong, pero la puerta se cierra.

Los ojos de Seunghyun se abrieron, y trató de empujar la puerta. Pero la manija, estaba atrancada con algo.
Cuando miró por debajo, vio la silla de hierro inclinada hacia un lado que bloqueaba la puerta. Ah, este
hijo de puta.

No podía patear la puerta y hacer un escándalo, cuando no sabía si los tipos vendrían o no. Por eso agitó el
pomo de la puerta y gruñó para que le abriera. Pero Mongryong le susurra algo en voz baja.

—Voy a salir. Ellos deben tener a Hyeyoung.

—No lo hagas. Es una locura.

En ese momento, los pasos que parecían estar alejándose, se acercaron nuevamente. Seunghyun agarró la
puerta y la sacudió. Abre, por favor. Mongryong dudó un momento y luego abrió la boca.

—No creo que te lo haya dicho, pero eres el único tipo con el que realmente he salido. Lo digo en
serio.

Ante esas palabras, Seunghyun entrecerró los ojos.

—Por qué nunca dijiste nada, ¡Hijo de puta! Como puedes decir eso, cuando te acostaste con otros,
estando conmigo.

Mongryong sacudió la cabeza. —¿Realmente lo hice?

—Así que ábreme rápido. Si no quieres ser enterrado vivo.

—Nos vemos más tarde. Ya me voy.

—¡Oye!

Oyó pasos que se alejaban nuevamente. Bang. Escuchó como se cerraba la puerta del baño y el ruido que
se armó en el exterior. Al oír el sonido de gritos y golpes, supuso que los tipos habían aparecido.

Seunghyun continuó pateando la puerta del baño. No había mucho espacio, entre la silla y la pared, por lo
que no pudo abrirla con facilidad.

Bang, Apenas pudo escapar, después de patear la puerta hasta casi arrancarla, Luego, bajó a buscar a
Mongryong, pero ya se había ido.

***
Mongryong estaba sentado en un silla con las manos atadas a la espalda. Fue atrapado por los tipos que lo
encontraron en el edificio y lo trajeron a ese lugar. Movió las manos atadas de un lado a otro, pero no
pudo soltarse. A su lado, varios de esos hombres conversaban y bromeaban entre ellos.

—Si me liberan, les contaré una historia divertida.

—Cállate. ¡Bastardo! No te atrevas. Cualquier cosa que digas es inútil.

Uno de los tipos gruñó con los dientes expuestos. Mongryong cerró la boca con fuerza. Mierda, no va a
funcionar. Solo pudo mover los ojos. Escuchó lo que los tipos estaban hablando, y algunos mencionaron
que tenían que esperar a que alguien llegara.

Mongryong miró a su alrededor. No había indicios de que Hyeyoung estuviera allí.

—Oye, ¿No está aquí una mujer llamada Lee Hyeyoung?

El hombre más alto de todos ellos lo miró y dijo: —¿Quién? Mongryong masculló las tres palabras que
componían el nombre de Lee Hye-young.

Otro tipo en la parte de atrás grita, diciéndole al tipo que no le hable. Sin embargo, al hombre no le
importó, y siguió hablando con Mongryong.

—¿Y quién es esa perra? ¿Es tu amante?

Mongryong frunció el ceño.

—Eso no te importa. ¿La conoces, o no?

—Joder, este pequeño bastardo no respeta a sus mayores, es un patán!

El hombre se levantó y se acercó, y luego pateó a Mongryong en el pecho. Fue un golpe bastante potente.
Mongryong cayó. Comenzó a toser sin descanso como consecuencia del golpe que había recibido.

El hombre se acercó a donde estaba Mongryong y le puso el pie en la mejilla. Lo frotó como si se estuviera
limpiando sobre él.

—¿Tienes curiosidad?

—Ugh.

—Te lo diré, así que escucha con atención. La perra tuvo un accidente mientras intentaba huir. Fue
llevada al hospital junto con el bastardo que estaba con ella.

No pudo seguir gimiendo. Mongryong trató de levantar la cabeza con una cara de sorpresa. Antes de
poder lograrlo, el hombre se sentó de rodillas, agarrando la cabeza de Mongryong y levantándola. Las
pupilas de Mongryong temblaron con tensión.

—¿Qué acabas de decir?


Mientras intentaba procesarlo, el tipo lo miró a los ojos y se rió en su cara.

—¿Acaso tienes mierda en la cabeza? Ahora está en la unidad de cuidados intensivos, a punto de ser
desconectada del oxígeno, bastardo. ¿Ahora si me entiendes?

Mongryong sorprendido, se quedó sin palabras. Y cuando la risa burlona se filtró en sus oídos, se
enfureció.

—¡No mientas, maldito! ¡Piensas que le voy a creer a una basura como tú!

Los pies del hombre lo pisotearon de nuevo. Los ojos de Mongryong comenzaron a abrirse.

—De todos modos seguirás a esa perra pronto, así que no te molestes. Lo primero que haré será
arrancarte el corazón, quisiera hacerlo ahora mismo, pero ¿Sabes que hay un cliente que viene a
verte desde Seúl? Hasta entonces solo compórtate, ¿Eh? Así que deja de hacer ruido y no me
provoques.

El pie, que había estado presionando la cara de Mongryong fue retirado. Las mejillas de Mongryong
estaban rojas y comenzaron a hincharse rápidamente. Mongryong ya no preguntó más y puso la cara al
frente con la mirada en blanco. Estaba confundido. No podía entender la situación.

—…Noona, ¿Qué te pasó Lee Hyeyoung?

QUINTA HISTORIA PARTE 2

Frente al edificio, los hombres con trajes negros se alinearon en dos filas y se ubicaron en posición de
saludo. Dos sedanes negros llegaron, y alguien se bajó de uno de ellos. Doosan inmediatamente lo siguió y
le dio a Jeha un abrigo.

Jeha levantó la vista hacia el edificio una vez, luego bajó la mirada y observó fijamente a los hombres
alineados en la entrada. Incluso desde la distancia, se podría saber que era el jefe de una pandilla.

Cuando Jeha se dirigió hacia ellos, los hombres gritaron en coro, inclinando la cabeza a 90 grados al mismo
tiempo.

—¡Bienvenido, Hyung-nim!

Jeha arrugó la frente automáticamente. En ese momento, un hombre se adelantó y caminó hacia él. Era un
hombre delgado con gafas. Le explicó que el jefe, estaba en ese momento fuera del país, por lo que su
brazo derecho se encargaría de atenderlo.

—Le serviremos sin inconvenientes mientras esté aquí. Si necesita algo, solo díganos.

—Entraré inmediatamente. No necesito nada más, quiero ver la cara del tipo que atraparon para mí.

—Está en el sótano. ¿Le gustaría verlo ahora mismo?


—Sí.

Magang y Ho, a sus espaldas, se encogieron de hombros y se miraron. Pensaron que iba a ver primero a
Cho en el hospital, pero se sorprendieron mucho cuando dijo que vería a Lee Mongryong primero. Por
supuesto, dejar a un traidor intacto, no era parte del estilo de Jeha.

Siguiendo las instrucciones de su acompañante, Jeha se dirigió al sótano del edificio. Le pidió a los trillizos
que se quedaran en el primer piso, aunque intentaron ir con él. Doosan insistió en que él se encargaría de
todo, pero Jeha no lo permitió.

Cuando llegó al tercer nivel del sótano, entró y se encontró en algo así como una bodega. La puerta
parecía pesada.

Cuando uno de los hombres abrió la puerta, salió un desagradable olor a moho. El hombre lo guió y Jeha
entró. Los hombres que vigilaban el interior, se pusieron de pie y se inclinaron.

Jeha, que miró a su alrededor lentamente, encontró a Lee Mongryong, atado a una silla y sacudiendo la
cabeza. Uno de los hombres se adelantó, se acercó a Mongryong y le levantó la cara con las manos. Tenía
la mejilla hinchada y los labios partidos.

—¿Qué es esto? ¿Por qué su cara está así? Su rostro se endureció un poco. Mientras tanto, Mongryong lo
mira y sonríe.

—…Joder, Seok-ha, realmente estás aquí.

Jeha apartó al hombre de la cara de Mongryong.

—¿Por qué su cara está así?

El hombre más alto de todos se adelantó.

—No me obedeció, así que tuve que castigarlo.

—¿En serio? Al terminar sus palabras, Jeha se acercó al hombre. Levantó la pierna sin que nadie se diera
cuenta y le dio una patada en el abdomen. El hombre voló hacia la pared y se estrelló contra ella.

Jeha se acercó al lugar donde cayó el hombre y comenzó a patearlo sin piedad. Los otros tipos se alejaron
y se quedaron mirando con los brazos cruzados. Cuando Jeha intentó sacar un cuchillo, un hombre le gritó
que se detuviera, al parecer se trataba del brazo derecho del líder de Jarimpa.

Jeha giró su cuerpo respirando con dificultad. Parecía que la voz venía de alguna parte, pero no podía
verlo. El brazo derecho se acercó e inclinó rápidamente la cabeza.

—Le pedimos disculpas si algo le molestó.

Jeha se presionó la frente con la punta de los dedos. Luego miró al hombre, con una mirada penetrante.

—¿Acaso no les advertí que no le tocaran ni un pelo?

—Tal vez su requerimiento no fue entendido correctamente. Lo siento mucho. Seré cuidadoso en el
futuro.

Jeha suspiró brevemente, con los dientes apretados. Cogió una silla que estaba a su lado y la puso frente a
Mongryong. Luego se sentó allí, frente a él, y le dijo a los hombres que estaban detrás.
—Por favor, abandonen sus puestos por un segundo. Tengo muchas cosas que hablar con este chico
a solas.

—Sí, señor. El hombre, que se identificaba como el brazo derecho, le hizo una seña a sus hombres para
que salieran del lugar. Los hombres salieron de la bodega, llevando con ellos al primer piso, al hombre
caído. Cuando todos salieron, y la puerta se cerró, solo podía percibirse la estática que invadió el interior de
la bodega.

—Creo que fui claro cuando hablé contigo por teléfono, entonces ¿Por qué hiciste esto? De verdad
me hiere que te hayas convertido en un ex novio obsesionado.

Mongryong levantó la cabeza, con una voz que parecía estar mezclada con la burla. Y luego simplemente
lo miró sin decir nada. Normalmente, le hubiera dicho algo más, pero parecía estar en muy malas
condiciones. Era como si estuviera a punto de morir. Al verlo, Jeha abrió la boca.

—He pensado todo el camino hasta aquí. Qué hacer contigo. No sé si matarte de inmediato o dejarte
vivir como un lisiado.

—… .

—Pero es un desperdicio matarte, con ese hermoso culo que tienes. Es por eso que he estado
pensando en una manera de posponer tu muerte… .

Jeha ser rió amargamente al ver los furiosos ojos de Mongryong. Pensó que podría cambiar de opinión si lo
miraba directamente a la cara. Voy a llevar a este chico a la costa de Busan y lo arrojaré al mar, sin
arrepentimientos. Eso pensó, pero cuando lo vio… no supo que hacer.
Mongryong, que había estado escuchando en silencio, abrió lentamente su discurso.

—Solo preguntaré una cosa. Es sobre mi hermana, ¿Está realmente inconsciente?

Jeha arrugó la frente levemente. Al ver su cara seria, Mongryong lo comprendió.

—Así es.

—¿Tú lo hiciste?

—No exactamente. Ella intentó huir.

—¡Si ustedes no la estuvieran persiguiendo, ella no hubiera huido en primer lugar!

Mongryong gritó mientras lo miraba a la cara. La ira y el miedo invadieron sus ojos. Miedo a que
desapareciera su único familiar. Cuando sus ojos se abrieron, parecía incapaz de controlar sus emociones.
Jeha levantó la mano y le secó los ojos.

—Me gusta esta cara. Ahora pareces un poco normal.

—Sálvala.

—Lo haré.

Cuando Jeha dijo eso, Mongryong no pudo ocultar su alegría y lo miró con una expresión de incredulidad.
Lo atraparon, lo golpearon como si fueran a matarlo pronto, y ahora no entendía lo que estaba pasando . La
mano de Jeha seguía en la mejilla de Mongryong.
—Eres tan raro. Aunque sé que eres malo para mi cuerpo… Si no estás conmigo, no hago más que
recordarte. A pesar de que haces que me vuelva loco, no puedo dejarte ir de nuevo. Parece que soy
adicto a ti.

—Debes estar loco.

—Jajaja, el loco eres tú.

Jeha se rió. Mongryong lo miró lentamente y abrió la boca.

—Lo de salvar a mi hermana…es enserio… ¿Verdad?

—Sí. Pero, no es gratis.

—Haré cualquier cosa excepto morir.

—En esta situación, ¿No deberías estar preparado para morir?

—No, porque mi vida también es preciosa.

Jeha se rió. Realmente le gustaba eso. Luego bajó la mano que secaba las mejillas de Mongryong, y la
deslizó por sus muslos, como si estuviera midiendo algo.

—No es nada difícil. Solo quiero que prometas ser mi perro.

Mongryong preguntó con una cara bastante extraña. — ¿Qué?

—Quiero que seas un perro. Uno que solo me ladre a mí, que acuda ese lindo culo solo para mí y que
me sea ciegamente leal hasta que me aburra y lo tire. Entonces, yo me encargaré de ayudar a tu
hermana. ¿Qué te parece?

—Por qué… Mongryong lo miró con una expresión de incredulidad. Le preguntó si realmente necesitaba
ser su perro. Al fin y al cabo ya tenía muchos de ellos, como a los hermanos Baek. También vio bastantes
perros reales en la casa la última vez. Pero pensó, que tal vez su avaricia era interminable.

—…Bueno. Lo acepto.

Una sonrisa sutil se dibujó en la boca de Jeha. Mongryong pensó que salvar a Hyeyoung era lo principal.
Así que aceptó. Nunca imaginó, que se convertiría en un perro de verdad.

**

Mongryong miró por la ventana. Cosas que no sabía si eran lluvia o nieve pasaban volando ante sus ojos.
Se quedó quieto mirándolas sin dudarlo. Jeha y Mongryong se dirigían a Seúl en el mismo auto, sentados
uno al lado del otro en el asiento trasero.

Antes de irse, se detuvo en el hospital y vio a Lee Hyeyoung. Como fue ingresada en la unidad de cuidados
intensivos, había un horario fijo de visita. Tenía la cara hinchada y un vendaje envuelto alrededor de su
cabeza. Estaba acostada en la cama, durmiendo con un respirador de oxígeno, cuando la vio Mongryong se
derrumbó.

Le dijeron que debía quedarse en el hospital hasta que estuviera estable. Debido a la alta presión cerebral,
era muy difícil operarla en ese momento. La mejor opción era transferirla de inmediato a Seúl.
La tomó de la mano. Estaba cálida. Fue ella quien le compró ropa con esa misma mano, diciendo que le
presentaría a su novio el último día que la vio. Mongryong se muerde los dientes con fuerza. Las lágrimas
parecían querer derramarse. —Vendré a verte de nuevo, no te mueras, por favor, quédate despierta, le
dijo una y otra vez.

Cuando recordó ese momento, sus ojos se calentaron nuevamente. Se preguntaba si Seok Jeha que estaba
sentado a su lado, lo estaba mirando.

—¿Qué tanto miras afuera?

Jeha preguntó, mientras Mongryong seguía mirando hacia el vacío. Por supuesto, sabía que no estaba
viendo nada. Simplemente no quería mirarlo a la cara en ese momento.

—Nada.

—Parece que estuvieras siendo arrastrado al matadero.

—¿Entonces, quieres que baile? Mongryong seguía repitiendo las mismas palabras en su corazón. Prefería
que lo hubiera empujado en el maletero como antes, o que lo hubiera llevado en otro automóvil. Era muy
difícil viajar con él en el mismo auto y sentarse a su lado. Se estaba muriendo de la incomodidad.

Desde hace un tiempo, el olor de la colonia que usaba Jeha lo estaba envolviendo, haciéndolo pensar más
de la cuenta. Eso no estaba mal cuando los dos estaban desnudos, dando vueltas en la cama, pero ahora
sentía mucho calor.

—Cumple tu promesa.

En ese momento, Magang que estaba sentado en el asiento del conductor, mira por el espejo retrovisor.
Pensó que no solo parecía tener mucha confianza al hablar con Jeha, sino que la atmósfera alrededor de
ellos dos había cambiado drásticamente.

—No soy un mentiroso, no hago promesas sin fundamento.

—Será mejor que te hagas responsable de tus palabras. De lo contrario esta vez no me quedaré
quieto.

Jeha se rió en silencio. Era una amenaza muy linda de su parte. Sin embargo, sería un error pasar por alto la
personalidad de Lee Mongryong. No sabía lo que era capaz de hacer. Si no lo mataba intencionalmente, lo
haría aumentado su presión arterial todos los días.

¿ Qué voy a hacer con él? Un pequeño suspiro brota de la boca de Jeha. Se preguntaba si su decisión
había sido la correcta, pero en conclusión pensó… A pesar de todo, soy codicioso.

***

Mongryong miró alrededor de la casa con los ojos muy abiertos. Había pensado que regresarían a la
mansión, pero el sitio a donde lo llevó fue a un officetel, un lugar completamente diferente. No muy lejos
de la mansión y más cerca del centro de la ciudad.

Era como un palacio por donde lo mirara. Mientras observaba el interior con ojos sospechosos, Jeha se
quitó los zapatos, se puso las zapatillas y entró.
Y cuando Mongryong se paró en la entrada y no cruzó el límite, Jeha se volvió y lo miró.

—Qué haces, entra.

—¿No me ibas a llevar a la casa?

—Allí hay mucha gente yendo y viniendo, no creo que sea un lugar adecuado.

¿Qué demonios pasa por tu mente? Quería hacerle esa pregunta, pero Jeha hace un gesto y le señala que
esa es su habitación. Mongryong miró a Jeha con una expresión de confusión. ¿No sería mejor regresar a
la mansión para hacer el trabajo? Sin importar que ese trabajo fuera en la granja.
Sin pensarlo, se dirigió a la habitación que Jeha le indicó, y escuchó su voz desde atrás.

—Hay ropa sobre la mesa. Es un uniforme, úsalo.

¿Uniforme? ¿De qué está hablando? Tal vez estaba planeando convertirlo en empleado de alguna
tienda. Bueno, hagas lo que hagas, es mejor que esa granja de estiércol maloliente de
vacas. Mongryong abrió la puerta y entró.
La habitación era espaciosa y ordenada. Había una cama, una mesa, un cómodo sofá y una TV, también
había un baño privado con un vestidor adentro.

Los ojos de Mongryong se encontraron con dos cajas colocadas sobre la mesa y comenzó a revisarlas. A
esto se refería Seok Jeha, se acercó y abrió la tapa. Los ojos de Mongryong se abrieron como platos,
mucho más que cuando entró por primera vez a la casa.

Sacó lo que estaba adentro de la caja y lo revisó de cerca. ¿Qué? ¿Es un collar de perro? Se impresionó y
abrió la siguiente caja con una mente ansiosa. Tan pronto como levantó la tapa, en su cara apareció una
expresión mucho más asombrada esta vez.

Era una diadema con orejas rosadas. Debajo había una especie de bikini, y un abrigo con pelos rosados
ondulados. Lo que fue aún más impactante fue la larga cola en la parte inferior de unos calzones, que
parecían ser ropa interior.

Mierda, estoy asustado. ¿Qué es, esto? Mongryong no pudo conectarse con la realidad por un tiempo.
¿Qué es esto? Mientras los ojos le dolían, se abre la puerta entreabierta y entra Jeha. No se acerca a
Mongryong, y le pregunta desde lejos qué está haciendo.

Mongryong giró su cuerpo mientras sostenía esas cosas en las manos. Se las mostró a Jeha.

—¿Qué demonios es esto?

—Te dije que es tu uniforme.

—¿Qué?

—Te convertirás en mi perro.

Mongryong se rió con la boca abierta como si fuera un tonto. Fue tan sorprendente que incluso él, el
mundano Lee Mongryong, se quedó sin palabras.
—¿No te gusta el color? Te gusta el rosa. ¿Verdad?

—… .
—Ah, creo que hay un collar de perro también, ¿Ya lo viste?

Luego pasa al lado de Mongryong y se dirige a la mesa. Recogió algo de la caja. Era un collar con una
etiqueta dorada. Jeha lo miró con una cara de satisfacción.

—Pensé en grabarle el nombre “Pinto” pero creo que lo odias. Le puse “Mong-Mong” ¿Te gusta?

Mongryong sacudió la cabeza vigorosamente e intentó concentrarse.

—Espera un minuto, por favor. Parece haber un malentendido.

—¿Malentendido?

—Cuando dije que sería tu perro, pensé que trabajaría haciéndote recados, o en la granja como
antes. ¡Nunca imaginé que sería algo como esto! Tampoco odié estar contigo. Por cierto.

—¿No lo odiaste?

—Joder, ¿Es eso importante ahora? Ese no es el punto.

—No lo odiaste.

—¡Oye!

—Lo acabas de decir con tu propia boca.

Mongryong lo miró desesperado, mientras observaba la expresión obstinada de Jeha. Si, honestamente
no lo había odiado.
—Bueno, lo admito. Por cierto, eso es diferente de esto. No tengo intención de ser tratado como un
perro.

—¿No te arrepentirás si rompes tu promesa?

—¡No dije que me convertiría en un perro real en primer lugar!

—Definitivamente te pedí que fueras “Mi perro”. Así que estás equivocado.

—Haa, mierda. La expresión de frustración en la cara de Mongryong era fuerte. Tenía en las manos una
blusa escotada y el extraño abrigo de piel color rosa. No importaba cuanto lo pensara, no podía ser real. Al
ser un hombre, su orgullo masculino no le permitía hacer esto.

Apretó los dientes con fuerza y los dejó caer al suelo.

—Lo siento. No puedo hacerlo. No voy a cumplir esa promesa.

Mongryong intentó marcharse, pero Jeha se rió y preguntó en voz baja.

—Veo que no te importa lo que le suceda a tu hermana.

Al escuchar eso, Mongryong se dio la vuelta. Le temblaba la cara.

—Mierda, ¡Es tu culpa que esté así!

—Acaso es mi culpa que estuviera huyendo con ese hombre. Además de tratarse de un hombre
casado con un hijo.
Mongryong no tenía nada que decir al respecto. Jeha se acercó a él. Con una cara relajada, tocó las puntas
del ondulado cabello rosado de Mongryong. Cuando, Mongryong le golpea la mano y lo mira como si
quisiera matarlo, Jeha cruza los brazos y le dice con frialdad.

—No te obligaré. Lo hagas o no, es tu elección.”

—¡Hijo de puta! ¡Tenías planeado hacer esto desde el principio!”

—No pienses tan mal. ¿Acaso no lo sabes? Si cumples con tu palabra, recibirás tu recompensa. Pero
claro, nada puede compararse a lo que te dejó tu hermana, ¿Verdad?

Mongryong lo miró fijamente. Se dio cuenta que sabía lo que había en el documento. Incluso si trataba de
vender ese apartamento, la opción de poder pagar con eso los gastos de hospital de su hermana,
desaparecía como ceniza. No era suyo en primer lugar.

Jeha miró su reloj. Decidió, que no podía esperar mucho tiempo. Mongryong pensó en su oferta. En ese
instante, recordó la cara hinchada de Hyeyoung, en la unidad de cuidados intensivos. Apretó los dientes
una vez y luego se calmó.

—Tú, realmente te harás cargo de eso.

Jeha se rió. —Por supuesto.

—Si después cambias de opinión… te arrancaré esa hermosa lengua que tienes y voy a quemarla.

Jeha asentía con una sonrisa en el rostro debido a las amenazas de Mongryong. —Sí, es
perfecto. Mongryong apretó los puños y recogió su collar y la ropa de perro color rosa.
—Me voy a cambiar de ropa y tú te quedarás afuera.

Se dio la vuelta y sonrió. Salió a la sala de estar, se sentó en el sofá y miró hacia la habitación donde estaba
Mongryong.

No pudo parar de reír. Parecía una locura, ahora que lo pensaba con cabeza fría. Simplemente lo hizo con
la intención de atormentarlo, pero él lo había odiado más de lo que pensaba, cuando vio lo furioso que
estaba, lo disfrutó mucho más de lo esperado.

Después de un rato de pensar en eso, la puerta se abrió con fuerza y Lee Mongryong salió. Jeha tuvo que
contener la risa que estuvo a punto de estallar.

Las orejas rosadas que sobresalían de su cabeza, el abrigo de peluche color rosa, todo era perfecto incluso
el collar de perro… ¿Pero qué?

A medida que va descendiendo, su rostro va cambiando de forma extraña. Mongryong llevaba puesto el
bikini con la cola al revés. La cola, que debía descansar sobre sus caderas, se sacudía al frente. Al mirarlo,
Jeha puso una cara de disgusto.

—¿Qué hiciste?

—Ya me lo puse.

—¡Lo llevas puesto al revés!

Mongryong se encogió de hombros. Como diciendo, así es como se ve.


—¿No te gusta así? Me queda apretado, mierda, mi orgullo ha renacido. Es por eso que un hombre
debe tener una gran polla.

Mientras empujaba la parte inferior del cuerpo hacia adelante, la hizo rebotar y se rió alegremente.

Al mismo tiempo, Jeha lo miró furioso. Le dijo con una cara desagradable que se cambiara de inmediato,
pero Mongryong no lo escuchó. Luego de ignorarlo, se marchó directamente hacia la cocina.

Jeha se espabiló, se levantó de su asiento y lo persiguió.

//N. T// Officetel: En Corea del Sur, un officetel es un edificio de usos múltiples con unidades residenciales
y comerciales. Este es un tipo de estudio o apartamento tipo estudio. //

//N.T//Jeha pensó en colocarle “Pinto” a la etiqueta del collar, porque en coreano lo llama todo el
tiempo 핑크또라이는 “Pink Torai” Algo así como Psicópata o loco rosa. La palabra Torai es jerga
proveniente del japonés, no está en el diccionario coreano, y significa psicópata.

QUINTA HISTORIA PARTE 3

Mongryong se sentó en el sofá y lo miró. Estaba hablando con alguien desde hace rato. Revisó la hora
mirando el reloj de pared. Era bastante tarde pero parecía no querer irse.
Se levantó y fue a la cocina. No tenía hambre porque le costó mucho viajar desde Busan todo el día. Sin
embargo, era imposible para él quedarse quieto. Cuando abrió el refrigerador, revisó lo que había dentro y
lo encontró lleno de frutas y de cervezas.
Sacó una lata pequeña de cerveza y cerró el refrigerador. Entonces, a un lado, vio un tazón plateado de
acero inoxidable y sus ojos se abrieron. Al revisarlo se dio cuenta que era un tazón de comida para perros.
No tenía que preguntar, sabía para quien era.
Mongryong lo observó de pie en la sala de estar. Maldito pervertido, bastardo.
Jeha mira a Mongryong mientras habla por teléfono. Mongryong lo observa una vez más, toma cerveza y
se dirige a la sala. Se sentó en el sofá y continuó bebiendo.
Después de tomar unos sorbos, Mongryong comenzó a tocar la cola frente a sus bragas con la mano. El
toque se sentía bastante bien ya que no podía parar de tocar esa cosa lisa y esponjosa.
Cuando regresó a la habitación, encontró más cajas. Aunque solo pudo echar un vistazo, se dio cuenta que
había más de diez. El color y la forma eran similares. Parecía que no tenia que usar ese atuendo todos los
días, pero se sintió molesto. Cuando salió de allí, tuvo el impulso de agarrar las mejillas de Jeha y
arrancárselas.
Jeha colgó y se acercó a él.
—Por qué estás bebiendo alcohol. ¿Quiere volver a comer papel?
—No me molestes. Solo tomaré esta y me iré a la cama. Si estuvieras en mi posición, ¿Estarías
tranquilo ahora?
Sin embargo, siguió tocando la cola con la mano. Jeha preguntó, mirándolo.
—¿Por qué sigues tocando esa cola?
—Siento que mi corazón se tranquiliza un poco más cuando la toco.
Luego empujó la cola hacia abajo. —¿Te gustaría tocarla también? Las cejas de Jeha se arrugaron.
Mongryong trató de tomar cerveza otra vez. Jeha se hizo a un lado, se sentó y le quitó la cerveza. Luego se
la llevó a la boca y la bebió.
—¿Por qué te la tomas? Es mía.
—De qué estás hablando. Todo lo que hay en esta casa es mío. Por supuesto, eso también te incluye
a ti.
Él sonríe mientras habla.
Haa, que está diciendo este loco ahora. Mongryong miró hacia la cocina. Aún recordaba el tazón que
había visto antes. No podía ser cierto.
—Quizá. Hay un tazón plateado en la cocina… .
—¿Lo viste? Eso es tuyo.
Mongryong puso una cara extraña, y rápidamente se sintió desesperado, se recostó en el sofá y se estiró. Si
no hacía algo, a partir de mañana tendría que comer en ese tazón. En un tazón para perros.
—¿Y también tengo que comer comida de perro?
—¿Eso crees? No soy tan inhumano.
La cara de Mongryong se iluminó.
—¿Puedo comer con una cuchara?
—¿Alguna vez has visto a un perro comiendo con una cuchara?
—Joder, ¿Me estás tomando el pelo? Acaso no acabas de decir que no eres inhumano. Así que esto
es lo que quieres. Haa. Mongryong echó la cabeza hacia atrás y suspiró profundamente.
—Sé que me he comportado mal contigo. Pero, ¿No te parece que esta venganza es absurda?
—¿Por qué crees que es una venganza? Tú también lo vas a disfrutar. Dijiste que te había gustado
antes.
Mongryong cerró la boca con fuerza y luego se volvió hacia el otro lado. Gracias a esto, su culo quedó
expuesto. Como llevaba puestas las bragas al revés, la parte trasera solo cubría el espacio cercano a sus
caderas, y sus nalgas eran completamente visibles.
Jeha, que le devolvió la cerveza, entrecerró los ojos cuando lo vio. Mongryong intentó no mirarlo y giró la
cara hacia el otro lado. Entonces sintió que algo le tocaba las nalgas. Cuando volvió la cabeza, al ver que
Jeha se acercaba repentinamente, se sentó cerca de él y jugó con la cola en su cara.
—¿Qué estás haciendo?
Jeha se quitó la cola que le hacía cosquillas en las mejillas y giró el cuerpo para mirar a Mongryong. Este
frunció las cejas y esquivó su mirada.
—No tengo problemas con usar estar ropa. Pero, puedo como una persona normal, ¿Verdad?
Jeha le preguntó a qué se refería con eso. Entonces Mongryong movió rápidamente las piernas y se subió a
los muslos de Jeha.
Jeha levantó una ceja. —¿Qué? ¿Qué haces?
Esta vez, Mongryong le hizo cosquillas en la barbilla con la cola.
—No hagas esto, dime exactamente lo que quieres.
—¿Qué?
—¿Esto es lo que realmente quieres? ¿Qué use un disfraz de perro?
—Sí.
Mongryong arrastró sus dos manos y las puso sobre sus caderas desnudas. Sus ojos se estaban
estrechando. En ese estado, la parte superior de sus cuerpos estaban más adheridas y sus labios se
acercaron a su labio inferior.
Sacó la lengua y lamió alrededor de sus labios. Jeha seguía sin responderle hasta el momento. Mongryong
le agarró las mejillas con ambas manos y siguió acariciándole los labios con la lengua. Su manos, que no se
habían movido, apretaron su culo con fuerza. Luego sintió como el pene se hinchaba entre sus piernas.
Mongryong le rodeó el cuello con los brazos y lo miró.
—Seok Jeha, ¿Me dejarás comer con una cuchara?
Sus labios apretados se elevaron bruscamente. Mongryong movió las caderas de un lado a otro, frotándose
suavemente. Pero esta vez, llevó los labios a su oído.
Lamió el borde de su oreja, le mordió el lóbulo, lo lamió y luego le acarició la nuca con la lengua. El sonido
del aliento de Jeha se volvió un poco áspero. Las manos que aprietan sus nalgas también lo hacen con más
fuerza.
Mongryong enterró la cara en su nuca. Sus ojos negros se llenaron de calor. En ese momento, su cuerpo
fue levantado. Y después de un rato, sintió como su espalda tocaba la fría textura del vidrio de la mesa.
Jeha se había subido a la mesa junto con él.
Mongryong colocó sus piernas alrededor de su cintura. Y cuando Jeha trató de superponer sus labios por
primera vez, Mongryong los detuvo rápidamente con las palmas de sus manos. Sonrió juguetonamente
cuando vio como sus cejas se alzaban con ferocidad.
—Cuchara.
Jeha lo mira sin darle una respuesta, luego retira sus manos y baja lentamente los labios de nuevo . Esta vez
no se negó. Los labios se superpusieron, y después que se abrieron, empuja la lengua entre ellos y le
succiona la boca.
Mongryong bajó la mano, desabrochó su cinturón y le bajó la cremallera. Metió la mano dentro de los
pantalones y le tocó el pene, que ya estaba bastante hinchado. Jeha apartó los labios de nuevo.
Las orejas de Mongryong estaban rojas. La mirada, que observa a Jeha con la boca abierta es preciosa. Jeha
se bajó los pantalones y la ropa interior y liberó su pene. La cola era un verdadero fastidio. Las bragas de
Mongryong fueron bajadas y arrojadas a un lado.
De repente, los genitales de Mongryong también se elevaron. Ahora solo llevaba puesta una chaqueta que
le cubría el pecho y las orejas.
Como Jeha intentó insertar su pene de inmediato, Mongryong se movió hacia arriba y lo evitó. Su cara
estaba distorsionada.
—¿Qué estás haciendo?
—La cuchara, ¿Me dejarás usarla?
Jeha lo miró en silencio. Mongryong volvió a preguntarle si realmente lo haría, y Jeha superpuso su cuerpo
y colocó su pene en la entrada del ano. Presionó la parte superior de su cuerpo con fuerza, para que
Mongryong ya no pudiera moverse.
Mongryong se retorció, pero fue en vano. Soltó un pequeño grito y gimió cuando Jeha trató de empujar el
pene en su piel desnuda.
—Ugh, no lo hagas, duele. Suéltame, Ah.
—No puedo detenerme. Solo aguanta esta vez.
Mongryong gritó brevemente, cuando sintió los genitales que penetraban su agujero al empujar su cintura.
Como el glande era bastante grueso, no fue fácil insertarlo ya que su entrada estaba seca.
Jeha tocó le suavemente la cintura. Llevó los labios a su oreja, se la lamió y le chupó el lóbulo así como
había hecho Mongryong. Le puso la lengua en el oído y le susurró en secreto.
—Relájate. Ah, me temo, que estás demasiado apretado.
—Ugh. Entonces, ah, hazlo más lento, por favor, ah.
Jeha encontró los labios de Mongryong y los besó de nuevo. Le chupó el labio inferior, y lo acarició con la
lengua. Era la primera vez que besaba a alguien con tanto cuidado. No le gustaba mucho besar porque le
daba asco mezclar su saliva con otros.
—Beso, dame más.
Ante eso, Jeha se echó a reír. Mongryong empuja la parte posterior de su cabeza y superpone sus labios
nuevamente. Mezcló la lengua con la suya hábilmente en lugar de seguir insistiendo abajo. A medida que
el beso se profundiza, su cuerpo rígido se suaviza un poco.
Jeha empujó sus caderas y enterró su pene hasta la raíz. Mongryong se tocó el vientre con las manos. Era
agradable. Sintió una extraña sensación cuando sus órganos fueron empujados hacia arriba.
Jeha apartó los labios y miró a Mongryong, que jadeaba debajo de él. Aunque parecía que le dolía cuando
vio sus ojos un poco nublados, siguió empujando en su agujero. Con solo verle la cara, sintió como si ya
hubiera eyaculado unas doce veces.
Mongryong sacudió los labios. Parecía estar tratando de decirle algo. Jeha acercó su oreja. —
¿Qué? Mongryong soltó algunos gemidos mientras hablaba.
—…Ugh, cuchara.
Jaja, he perdido. Jeha lo miró con una cara estúpida, y se echó a reír sin darse cuenta.
***
Mongryong cayó sobre la mesa con el trasero levantado. Jeha le sostiene la cintura de ambos lados. Puck,
puck, el sonido de sus cuerpos chocando era obsceno. Mongryong abre la boca, frotando la mejilla contra
el cristal de la mesa.
En su ano, el pene se retorcía como un pistón. Jeha puso la mano al frente, acariciando los genitales de
Mongryong de un lado a otro, tocándole los testículos con la mano. Cada vez que lo hace, el ano se
contrae y los genitales se tensan.
—Ah.
En ese momento, ante sus ojos apareció la correa de Mongryong. Una esquina de sus labios se alzó. Tiró
del collar mientras lo penetraba. —Ugh, Mongryong gimió con fuerza.
Al erigir su cintura, el pecho de Jeha y la espalda de Mongryong se ajustan perfectamente. Con su aliento
caliente le roza la nuca. Cuando Mongryong intenta escapar, Jeha vuelve a tirar de la correa, manteniéndolo
cautivo. Luego susurra en su oído.

—Quédate quieto.
Cuando termina de hablar, empuja sus genitales hasta la base, y luego comienza a penetrarlo con
estocadas cortas. El sonido del choque de sus cuerpos se suaviza al compás de sus movimientos. Mientras
con una mano sujeta la correa con fuerza y con la otra fija la parte inferior de su cuerpo, su cintura se
mueve violentamente y Mongryong siente como su mente se pone en blanco al inundarse de placer.
Mongryong echa la cabeza hacia atrás y la apoya contra su hombro.
—Ahhh, hazlo lento, ah, ah.
—Ja, mierda. De verdad, esto, es increíble.
Mientras dice eso, Jeha pone los labios alrededor del cuello de Mongryong. Cuando la tierna carne es
mordida, Mongryong frunce el ceño ligeramente. Jeha presiona el área con la lengua, la succiona con los
labios y repite el proceso varias veces hasta crear marcas rojas.
El pene gradualmente pierde el control y se mueve violentamente dentro del ano. Luego encuentra su
punto exacto de placer, lo presiona y lo hace gemir con fuerza. Mongryong encoge los dedos de los pies y
le clava las uñas en los muslos. Su cuerpo se estremece.
Jeha de repente dejó de moverse. Mongryong arrugó la cara. Luego frotó su culo contra él y le hizo un
gesto, instándolo a continuar. Ja, ¿Acaso me está mirando? En ese momento, sus labios se acercan al oído
de Mongryong.
—Ladra.
—… ¿Qué?
—Por favor, hazlo, cariño, ladra.
Mongryong dejó de mover sus caderas. Sus ojos se entrecerraron. Jeha le pide que ladre una vez más en el
oído, y Mongryong inclina la cabeza hacia adelante y la gira bruscamente.
Pam, un ruido sordo se escucha cuando lo golpea con la cabeza. Ugh, Jeha se agarra la cara soltando un
gemido. Mongryong aprovecha el momento para separarse de él. Sus genitales ya están flácidos.
Cuando Mongryong se da la vuelta, Jeha se tapa la nariz y lo mira. Mongryong simplemente se encogió de
hombros, como si no hubiera hecho nada.
Jeha se quitó las manos de la cara. La sangre roja se derrama de su nariz. Al confirmarlo con el dorso de la
mano, Jeha estrecha los ojos salvajemente.
—Oye, hijo de puta.
—Lo siento. No te entendí, pensé que estabas preguntando algo.
Mientras tanto, Mongryong hace rechinar sus dientes y comienza a ladrar como un perro. Guau, Jeha barre
su flequillo con una cara acalorada. Su pene, que aún no ha eyaculado, se levanta entre sus piernas.
Mongryong lo mira, se baja de la mesa y se dirige a la habitación.
Jeha lo señala con el dedo y le dice que regrese con una voz hosca, pero Mongryong sacude la cabeza de
un lado a otro y se encierra en la habitación.
Jeha fue hacia allí e intentó abrir la puerta, pero estaba completamente cerrada. Después de un rato, no
pudo soportar la ira y trató de derribarla, pero finalmente tuvo que rendirse, porque aún tenía que atender
las protestas de su parte baja.

***
Magang y Ho se miraron el uno al otro. Cuando llegaron a la compañía, vieron a Jeha quien ya estaba
trabajando, pero su nariz estaba hinchada.
Doosan, parado al frente de él, le informaba sobre asuntos laborales con un cara casual, pero no podía
mantener apartados los ojos de su nariz. Jeha firmó un documento y habló.
—Compra un teléfono celular y tráelo. Me lo llevaré cuando regrese a casa.
—Sí señor.
Entonces notó que Doosan le quería decir algo. Jeha levantó la cabeza y lo miró. Le preguntó si tenía algo
que decir.
—… ¿Debería pedirle a la secretaria que le traiga un medicamento?
—Ya me encargué de eso.
—Está bien.
—¿Lee Hyeyoung?
—Parece que estuvo despierta por un momento al amanecer. Creo que será trasladada aquí dentro
de unos días.
—Infórmale a Lee Mongryong también.
Entonces se arrepintió rápidamente y dijo que lo haría él mismo. Doosan solo respondió que —
Sí. brevemente ante tal oferta. Tenía la nariz azulada y magullada, pero la atmósfera alrededor de él parecía
ser un poco diferente. Era como si fuera más amable.
Traer a Lee Mongryong, conseguirle una casa y alquilarla, era algo que su jefe jamás hubiera hecho
habitualmente.
—Ah, y hubo una llamada de la familia. Quieren que vaya a cenar con ellos esta noche.
—Diles que estaré allí a las 7 en punto.
—Sí.
Jeha miró a Doosan. Si ya había terminado debería salir. Parecía que Doosan tenía algo más que decirle,
pero en lugar de hacerlo, se despidió y salió de la oficina. Ho y Magang lo siguieron.
Jeha, que se quedó solo, tomó su teléfono celular y se miró la cara. Observó a su nariz azulada y magullada.
Se veía realmente terrible. Y lo peor, era que no había podido verle la cara a Lee Mongryong, ni siquiera en
la mañana.
Finalmente, tuvo que masturbase en el baño para calmar su deseo. Consiguió una casa para él, pagó las
facturas del hospital de su hermana, y aun así, se atrevió a golpearlo en la nariz.
Estaba muy preocupado de que Lee Mongryong permaneciera en la casa, pero estaba convencido de que
mientras su hermana estuviera en sus manos, no se atrevería a escapar. Pero en todo caso, pensó que
debería irse temprano hoy.
***
Mongryong se miró en el espejo. Una cola revoloteante se erigió frente a él. La forma estaba hecha
obviamente con alambres en el interior.
Después de enrollarla, el extremo de la cola se levantó y bajó nuevamente, después encogió los hombros y
suspiró. Estaba aburrido.
Salió de la habitación después de que Jeha se marchó por la mañana. Realmente no había pasado mucho
tiempo desde que comió algo y luego se quedó sin nada que hacer. Incluso pensó que sería más
conveniente deshacerse del estiércol de vaca que estar encerrado en ese lugar.
Seguía vistiendo esa ropa extraña, y la ominosa sensación de que se quedaría allí por mucho tiempo lo
seguía acosando. Caminó lentamente y se acostó en el sofá. Extendió la mano para tomar el control
remoto. Encendió la televisión y comenzó a cambiar los canales con una cara inexpresiva. Simplemente no
era divertido.
Apagó el televisor, volvió a acostarse y miró al techo. Arrastró la manta hacia arriba y se cubrió. Mientras
dormía se tocaba la cola bajo la manta. En ese estado, sus ojos se cerraron. En ese momento, escuchó el
débil sonido de la cerradura de la puerta abriéndose. Quería estar equivocado, pero pudo escuchar los
pasos. El sonido se detuvo muy pronto sobre su cabeza. Cuando abrió sus pesados párpados, Seok Jeha lo
estaba mirando. Deseó que fuera un sueño, pero su cara era demasiado clara como para serlo.
Mongryong frunció el ceño y se sentó en el sofá. La manta que envolvía su cuerpo se cayó. Los ojos de Jeha
observan su cuerpo. Como asegurándose de que estuviera apropiadamente vestido. De todos modos, no
era más que un pervertido.
Mongryong chasqueó la lengua y miró a Jeha. Su nariz estaba magullada. Pensó que había hecho lo
correcto cuando lo golpeó con la cabeza ayer. Pero parecía doloroso.
—Si tienes frío puedes encender la calefacción, para que no tengas que taparte con la manta.
—Incluso aunque muera de frío, no quieres que me ponga otra cosa.
—Si no te gusta, dímelo. Podemos ordenar que cambien el diseño.
Al escuchar eso, Mongryong puso una cara de incredulidad.
—¿Ordenaste que hicieran esto?
—Sí, por supuesto.
—¿A quién?
—A un famoso diseñador de ropa interior.
—Oh, Dios mío. Incluso te atreviste a buscar a un diseñador, estás loco.
Ante eso, Jeha se rió. El collar en el cuello de Mongryong brillaba. Jeha le entregó dos bolsas de compras
que llevaba en la mano, mientras lo miraba. Mongryong le preguntó qué traía en ellas.
—Ábrelas.
Mongryong las recibió, las puso sobre la mesa y miró adentro. Una de ellas contenía un teléfono móvil. Y la
otra, una lonchera. Eran cosas que solo se podían intercambiar entre amantes. Mientras pensaba eso, Jeha
le ofreció una tarjeta de crédito. La mirada de Mongryong fue hacia allí y se quedó perpleja.
—¿Qué es eso?
—Una tarjeta de crédito. Recíbela.
Mongryong lo miró a la cara sin ninguna expresión. Ese era el momento en que el romance, se convertía en
una aventura. Jeha se encogió de hombros como preguntándole cuál era el problema.
—Te lo dije. Si obedeces atentamente, serás recompensado por ello.
—Tengo una casa, me das una tarjeta y eres bueno conmigo. Debería portarme bien a partir de hoy.
Apretaré bien las nalgas y escucharé tus palabras.
Sus palabras contenían mucho sarcasmo. Jeha le respondió inmediatamente.
—Será mejor que ladres correctamente cuando te lo pida.
Mongryong lo miró a la cara y aceptó la tarjeta. Le preguntó si realmente podía usarla. Jeha asintió con la
cabeza. En la boca de Mongryong se dibujó una sonrisa malévola. Como diciéndole que se arrepentiría por
ello.

QUINTA HISTORIA PARTE 4

Sintió que la brisa fría del invierno le soplaba al oído. Después de que Jeha se marchó, salió de la casa. Se
puso de nuevo la ropa que llevaba cuando fue a Busan y puso el teléfono celular y la tarjeta que le dio Jeha
en su billetera.

Acaba de salir, pero no tiene un lugar a donde ir. Dudó con el celular en la mano. Pensó en contactar a
Seok Junyoung. Todavía se sentía incómodo debido a su engaño. Pero por extraño que parezca, pensó que
tal vez el fiscal no estaría ofendido.

Con ese pensamiento en mente, encendió su celular. La señal se perdió cuando marcó el número que
recordaba. La llamada fue rechazada. Acababa de colgar, pero en menos de un minuto, le devolvieron la
llamada. Era una linda voz.

[Hola.]

—Fiscal…Soy yo, Mongryong.

Después de un momento de silencio, él le preguntó dónde se encontraba.

—Estoy afuera. Parece que hace mucho tiempo no te escuchaba la voz.

[Sí.]

No le reprendió, ni le preguntó por qué lo había engañado.

Mongryong frunció los labios. Era mejor pedirle perdón cuando lo viera cara a cara más tarde. Dijo que
colgaría y que lo vería después, pero Seok Junyoung habló primero.

[Dijiste que la encontraste.]

—Sí.

[¿Está bien?]

—Está un poco herida. Pero no mucho… .


La voz de Mongryong se detuvo. Junyoung, que escuchaba en silencio, le preguntó si podrían verse
primero. Mongryong vaciló por un momento. Junyoung le dijo que lo esperara en un lugar cálido mientras
llegaba.

Finalmente, Mongryong asintió. En ese momento, una tienda apareció frente a sus ojos. Era un
concesionario de autos. La boca de Mongryong se levantó lentamente. Sus ojos negros centellearon.

Colgó el teléfono después de decirle a Junyoung que lo vería más tarde. Se paró en la puerta y miró dentro
de la tienda. Varios autos estaban en exhibición. Uno de ellos le llamó la atención. Le gustó la forma
elegante del sedán negro.

Abrió la puerta de la tienda y entró. A diferencia de la fría temperatura exterior, el calor era desbordante en
el interior. El árbol de navidad puesto a un lado del local era genial. Un empleado lo vio y se acercó para
hablar con Mongryong.

Miraba curiosamente a Mongryong mientras lo saludaba. Era como si mirara a alguien que venía a robarlo.
Mongryong se echó a reír.

El joven sonrió y le preguntó que deseaba. Mongryong señaló con su dedo el auto que estaba al lado.

—¿Cuánto cuesta?

La cara del empleado cambió extrañamente. Mongryong le preguntó de nuevo cuanto costaba.

—Unos 60 millones de wones, sin descuentos.

Mongryong asiente y saca su billetera. El hombre recogió las cejas. Mongryong sacó la tarjeta que Jeha le
dio de la billetera y se la entregó al hombre.

—Deme uno.

—¿Está seguro? El hombre le volvió a preguntar con una cara estúpida. Mongryong le dice que pase la
tarjeta y lo cobre. El hombre parecía confundido.

En ese momento, un empleado mayor corrió desde el interior y saludó a Mongryong.

—Oh, bienvenido. Oye, Kim que estás haciendo, ve a buscar un poco de té. Venga a calentarse. ¿Hace
frío afuera? Jajaja.

—Ah, sí, sí. Mongryong asintió bruscamente. El hombre mayor le explicó que tenía que revisar el contrato
y firmarlo, así que lo llevó a una oficina. Mongryong, que siguió al hombre, se sentó en una silla.

El hombre que se presentó como el gerente Park, extiende los papeles y comienza a elogiar los atributos
del auto y a ofrecerle beneficios adicionales.

Mongryong firmó un contrato y le dijo al empleado que lo descontara todo de su cuenta. El empleado se
dirige al mostrador, con una expresión como si se hubiera ganado la lotería. El hombre, quien se hacía
llamar el jefe, estaba loco por conocer a Mongryong.

En ese momento, el hombre que fue a la caja no regresó por mucho tiempo, y después de un rato, sonrió y
se acercó prudentemente. Mongryong le preguntó si ya había efectuado el cobro, pero el hombre dudó y
le respondió que había excedido el límite.
Mongryong frunció el ceño. La tez del hombre sentado frente a él cambió de una manera extraña.
Mongryong estaba aterrado. Parece que el límite de la tarjeta era de 60 millones de wones.

—Hmm, sí. Él asintió y dijo que compraría el automóvil más barato esta vez. Los dos empleados se
comunicaron curiosamente entre sí. Como si el tipo de cabello rosado sentado frente a ellos fuera un ser
extraño.

***

—¿Y Junyoung?

—Lo contacte y dijo que no podía venir porque algo sucedió de repente.

—Está resolviendo un caso importante. Es por eso que está tan ocupado todos los días.

Su madre, que estaba escuchando las palabras del Presidente Seok, les pidió que empezaran a comer.
Sarah estaba sentada junto a ella y sacaba arroz con los palillos.

—¿Cuándo será dado de alta mi esposo?

Ante eso, el presidente Seok chasqueó la lengua. Esposo, todavía lo seguía llamando así. Sarah, que estaba
comiendo, cerró la boca, como si no estuviera dispuesta a comer más.

—No importa lo que haya hecho, todavía es su esposo. La gente puede cometer errores.

—No digas tonterías. No te pongas de su lado. Estás de mi lado, y esta chica está loca.

Suspiró para no tener que escuchar a su madre.

—No te preocupes por Sarah, tenemos que preparar una boda. Solo faltan unos meses.

Su madre, que estaba sentada frente a él, lo mira con emoción. Como de costumbre, Jeha no dice ni una
palabra cuando está en la casa. Entonces Sarah, que estaba sentada al lado de su madre, intervino.

—Disculpa, pero hay rumores de que estás criando a un perro en estos días. Un perrito rosado.

Jeha levantó un vaso de agua a su lado, tomó un sorbo y miró a Sarah. Sus ojos eran feroces. Sarah gimió
sin darse cuenta. En otras palabras, con esa mirada le sugirió fuertemente que no tenía pensado dejarlo ir.

Jeha bajó la cuchara.

—He tenido suficiente. Me marcharé primero. Tengo una emergencia que atender.

—¿De qué perro está hablando?

Pregunto el presidente Seok. Jeha miró a Sarah, secándose la boca con una servilleta.

—Es solo un pasatiempo, así que no hay nada de qué preocuparse.

—Ten cuidado de no armar un escándalo antes de casarte. ¿Sabes a lo que me refiero?

Por supuesto que lo sabe. El presidente Seok también sospechaba que Jeha no estaba criando a un perro
real. Es por eso, que estaba moderadamente sorprendido.

—Me voy.
Jeha se puso de pie. Saluda a su familia y finalmente vuelve a mirar a Sarah. Tal vez ella no sabía de dónde
lo sacó, pero si no tenía cuidado podría perderlo en cualquier momento.

Sarah frunce los labios y agita la sopa con la cuchara. El secretario de su padre que estaba parado afuera de
la sala, lo saluda cuando sale. Él era el encargado de informarle al presidente sobre todos sus movimientos.

Miró al hombre casualmente y de repente sonó el teléfono en su bolsillo. Era Lee Mongryong. Era el primer
mensaje que recibía de su parte después de comprarle el teléfono celular. El mensaje no era largo. Solo era
una palabra.

[Tacaño.]

Una sonrisa se extendió en su boca sin darse cuenta.

***

Mongryong recibió la tarjeta al empleado de la tienda de ropa, y se sintió avergonzado. A su lado había un
abrigo de 290.000 wones. Puso la tarjeta entregada en su billetera y salió de la tienda.

En ese momento recordó la forma en que sonreía. —Maldito Seok-ha. Bastardo sin corazón. Parecía que
estaba actuando con generosidad al darle una tarjeta, pero esta solo tenía un límite de 300.000 wones. El
abrigo de 290.000 wones que finalmente había comprado, fue rembolsado de inmediato.

Seguramente se dio cuenta de que intentó comprar un automóvil de 60 millones de wones con ella, pero
no hay nadie tan loco. Sacó el teléfono celular y le envió un mensaje de texto a Seok Jeha, pero el teléfono
sonó como si estuviera en espera. —Maldición.

Presionó el botón de salida y se miró en la ventana de la tienda. Estaba pálido . ¿Cómo pudiste creer que
podrías comprar un abrigo de 290.000 wones? Después de pensar un momento, se dio cuenta de que ya
era hora de marcharse hacia el lugar donde estaba Junyoung.

Sintió que alguien ponía un brazo sobre su hombro. Era Junyoung quien apareció de repente después de
girar la cabeza. Él sonríe cuando ve a Mongryong.

—¿En qué estabas pensando aquí solo? Ni siquiera me escuchaste cuando te llamé.

Mongryong estaba de pie frente a Junyoung, soltando los brazos alrededor de sus hombros. A primera
vista la cara de Junyoung está llena de tristeza.

—¿Cuándo llegaste?

—¿Fuiste a comprar ropa?

Oh, supuso que había estado mirando hacia la tienda desde entonces. Mongryong se rascó la nariz. Estaba
avergonzado.

—No, es solo… .

Junyoung observa el jersey que lleva puesto Mongryong. Era para invierno, pero no parecía cálido.
Agarrando del brazo a Mongryong se dispuso a entrar a la tienda.

—Vamos, te compraré uno.


Cuando Mongryong le dijo que no había necesidad, Junyoung le respondió que le daría un regalo de
navidad por adelantado. Y después se rió tiernamente. Mongryong le repitió que no debía molestarse en
hacerlo. Sin embargo, Junyoung todavía seguía insistiendo.

Mongryong se mordió el labio inferior. Pensó que lo reprendería por lo que había pasado anteriormente,
pero le agradeció internamente a Junyoung por tratarlo tan casualmente.

Sin importar cuanto lo piense, Seok Junyoung es una muy buena persona. Es diferente a cualquiera.

***

Mongryong había estado insistiendo en contar la historia de Seok Jeha en lugar de comer carne. La
mayoría de esa historia se componía principalmente de palabrotas, por supuesto. Junyoung lo miró
perplejo, muy sutilmente. Lo que era aún peor, era que nunca había visto a Mongryong hablar de una
persona en específico, durante tanto tiempo.

—Y no quería decir nada como esto, pero fiscal, tu hermano… ¿Sabías que es un pervertido?

Junyoung casi escupe el arroz que se puso en la boca. La expresión de Mongryong era demasiado seria
para ser una broma, por lo que estaba más consternado.

—¿Perver…tido?

Mongryong miró a su alrededor una vez. Como si algún topo plantado por Seok Jeha pudiera estar en
alguna parte. Se inclinó hacia Junyoung, y le susurró al oído que Jeha era el rey de los pervertidos, y que
debería ser tratado por un psiquiatra. Junyoung miró a Mongryong con una expresión dubitativa, porque
no sabía si debía reírse o no.

—De verdad. No lo creo.

Junyoung se rió mucho de eso. No importaba como lo pensara, no podía imaginar lo que Mongryong le
había dicho hasta el momento. Para Junyoung, Jeha no era una persona que se caracterizara por molestar a
los demás selectivamente.

—Él no es un mal tipo.

—Pero puedo asegurarte que él es raro.

—¿Entonces te marcharás? De esa casa.

—Um… .

Mongryong no pudo responderle. No podía contarle a Junyoung cual era exactamente su situación. Solo le
dijo que era tratado como un rehén.

No podía decirle que Seok Jeha le dijo que se convirtiera en un perro a cambio de salvar a su hermana.
Entonces, el hecho de tener que usar ropa de perro en la casa, y aquello que tenía que hacer todas las
noches, no salió de su boca. Tal vez sonaría muy arrogante de su parte.

Mongryong negó con la cabeza en lugar de hablar, porque tenía la boca llena de carne.

—Si no estás contento con esa situación… te ayudaré a escapar.


Mongryong miró a Junyoung. Sus ojos se veían más serios que nunca. Creyó que era algo grave. Se sintió
triste. Le hizo sentir un poco extraño preocuparse por eso. Mongryong, que pensaba tranquilamente, le
preguntó quién era el mejor luchador entre ellos dos.

—Es Jeha, ¿Tal vez?

Mongryong parecía desesperado. No quería meter a Junyoung en problemas. Seok Jeha además de ser su
hermano, era un mafioso, y un hombre que estaba obsesionado con él.

—Está bien… No me quiero marchar de ese lugar.

—Lo digo en serio.

—Yo también hablo en serio. Odiaría tener que molestarte. Y no tengo intención de ser asesinado
por un disparo de Seok Jeha.

Junyoung, que escuchaba en silencio, le pregunta, como generalmente llama a Jeha.

—¿Mongryong? Preguntó y porque este se quedó en blanco por un momento.

—Solo tenía curiosidad. A mí siempre me llamas fiscal, ya sabes. Quizás a él lo llamas de manera
diferente.

—No lo hago.

—¿Qué?

—No lo llamo de una manera específica. En mi corazón, siempre lo he llamo bastardo.

Junyoung sonríe ante eso. Luego le pregunta si se sentía cómodo hablando con él. Mongryong le dijo que
era un poco diferente. Aunque lo ha conocido por mucho tiempo, quería saber si había un motivo por el
cual, siempre lo llamaba por el título de fiscal.

—Hasta ahora solo me has llamado fiscal. No dije nada porque… .

—¿Entonces cómo quieres que te llame? ¿Hyung?

—Eso estaría bien.

Entonces Mongryong comienza a decir ‘Junyoung hyung’ varias veces. Sintió que sus manos y pies se iban
a encoger un poco porque intentaba usar un título al que no estaba acostumbrado. Encogiéndose de
hombros, Junyoung le dijo con una expresión acongojada.

—No tienes que hacerlo.

—Lo intentaré.

—Llámame así la próxima vez.

—Está bien.

—De lo contrario, me voy a sentir traicionado y preocupado.

Wow, en serio. Mongryong le preguntó si realmente lo haría. Junyoung le sigue insistiendo que le cambie
su título. Parece que en ese aspecto de terquedad, es muy similar a Seok Jeha. Pero por supuesto, Seok
Junyoung era un ser humano mucho mejor.
Junyoung transfiere la carne de la parrilla al plato de Mongryong. Este la recoge y se la lleva a la boca y
sonríe. Junyoung lo mira con calidez.

****

Jeha estaba asomado en la terraza. Al mirar hacia abajo, vio que Lee Mongryong se bajaba de un auto. La
persona que lo acompañaba era bastante familiar. Era Seok Junyoung. Mongryong bajó primero y luego
Junyoung.

Las dos personas se quedaron hablando durante mucho tiempo frente al auto.

Al verlos, Jeha arrugó mucho la frente. Después se dio cuenta que la ropa que llevaba puesta Lee
Mongryong era diferente. Recordó que antes de marcharse, definitivamente llevaba puesto un jersey, pero
ahora vestía un abrigo gris.

Desde que Lee Mongryong aceptó la tarjeta, los mensajes que avisaban que había excedido el límite de
cupo, comenzaron a llegar sin parar. Pensó que debió haberse sentido muy feliz y desesperado con la
posibilidad de gastar dinero.

Definitivamente estaba loco. No sabe por qué se siente tan emocionado cuando ve saltar de alegría a Lee
Mongryong. Era lo mismo cuando estaba aburrido. No lo odia. No puede evitar pensar que es una locura.

Con ese pensamiento en mente, observa como Mongryong se quita la bufanda que lleva alrededor de su
cuello y trata de entregársela a Junyoung. Este parece decirle que está bien y extiende la mano y se la
vuelve a colocar.

La mano que acomoda la bufanda es meticulosa. A primera vista, parece que fueran amantes. Jeha
comienza a fruncir el ceño poco a poco.

—Esos dos están coqueteando.

Intentó entrar a la casa pero volvió a mirar. La mano de Junyoung se queda en el hombro de Mongryong
un tiempo antes de caer. No podía verles bien la cara, pero sintió que compartían una atmósfera amigable.

—Ja, chasqueó la lengua y entró a la sala de estar. Mientras está sentado en el sofá mirando un televisor
apagado, escucha el sonido de alguien abriendo la cerradura y después de un rato, se abre la puerta y lo
oye entrar a la casa.

Todavía no lo mira pero sigue atento a cada uno de sus movimientos. Mongryong entró y se encontró con
Jeha. Luego se dirige a su habitación sin saludarlo. Al mirarlo, Jeha frunce el ceño.

—Oye.

Mongryong dejó de caminar y se volvió. No dijo nada. Solo miró fijamente a Jeha con una expresión
distorsionada.

—¿Ni siquiera sabes que debes saludar cuando entras? Al parecer, no conoces ni la más mínima regla
de cortesía.
Entonces Mongryong inclinó la cabeza sin ninguna sinceridad y entró a la habitación. Jeha se levantó de su
asiento y se dirigió hacia allí. A través de la puerta entreabierta, pudo ver a Lee Mongryong quitándose el
abrigo. Luego abrió la puerta y se acercó a él.

—¿De dónde sacaste ese abrigo?

—Tal vez lo que quieres saber es como lo compré.

—¿Te lo dio Seok Junyoung?

Mongryong miró a Jeha con una cara ligeramente sorprendida. Su expresión estaba llena de dudas. Lo
primero que pensó fue que debió haberle plantado algún chip en el teléfono o en el cuerpo. Pero antes de
siquiera poder preguntarle como lo sabía, Jeha habló primero.

—¿Lo hiciste con Seok Junyoung?

Mongryong no entendió sus palabras de inmediato, y se quedó en blanco por un momento. Después de un
rato, supo lo que le había querido decir y miró a Jeha con una cara de incredulidad. Jeha volvió a hacerle la
misma pregunta, con una expresión malhumorada.

Al mirarlo, Mongryong se dio cuenta de que estaba hablando en serio. No quería tener ese tipo de
discusión emocional porque no era el momento. Hoy se sentía bien y quería quedarse dormido en ese
estado.

—Quise hacerlo pero no pude. No lo aceptó. Parece que al fiscal no le gusta aprovecharse de las
personas, porque él es muy diferente a ti. Así que no hicimos nada.

—Qué raro, eres bueno en eso. ¿Por qué no te desnudaste y lo sedujiste?

Mongryong aprieta los dientes con fuerza y lo mira. Jeha se echa a reír y le dice que se aparte de su vista.
Le ordena que deje de mirarlo y que se ponga la ropa de perro nuevamente. Luego agrega unas palabras
como si quisiera aclararle un punto.

—Te digo de antemano que a Seok Junyoung no le atraen los hombres. Así que no pierdas tu
tiempo.

Mongryong se rió de sus palabras.

—Me pasó lo mismo contigo. Pero mira ahora. ¿Acaso no estás loco por mí?

—No digas tonterías. Solo estoy jugando contigo por un tiempo. De todos modos, pienso
deshacerme de ti muy pronto.

—Sí, por favor. Tírame a la basura, ahora mismo, joder.

Entonces Mongryong le preguntó audazmente si lo haría hoy mismo para no tener que ponerse la ropa de
perro. Cuando Jeha no respondió, le dijo que se daría una ducha y que luego saldría. Estaba cansado de
discutir, así que quería terminar con eso pronto y acostarse a dormir.

Le hablaba en un tono comercial, sin ninguna emoción. Al verlo, la expresión de Jeha se oscureció
ligeramente. Trató de apretar los dientes y responderle airadamente a Mongryong, pero al final no dijo
nada.
Mongryong se quitó la ropa y se fue al baño. Jeha observó el lugar donde Mongryong desapareció y luego
volvió sus ojos hacia el abrigo que se acababa de quitar. Al lado estaba la bufanda que Seok Junyoung le
había colocado en el cuello.

Notó como se quitó la camiseta y los pantalones con brusquedad, mientras que al abrigo y a la bufanda los
había acomodado como si fueran un tesoro, eso lo hizo enfurecer. Se acercó al abrigo y lo recogió. Luego
salió de la habitación sosteniéndolo como si quisiera matar a alguien.

Cuando Mongryong salió de la ducha, se dio cuenta que su abrigo y su bufanda habían desaparecido.

SEXTA HISTORIA PARTE 1

—Se habla de que el presidente Yoon se reunirá con el representante Kim por
separado esta noche. Una estrecha afiliación parece haber dado como resultado que el
presidente Yoon le haya dado dinero al congresista Kim para adquirir el permiso para
construir un campo de golf. Tendrá que escuchar los detalles usted mismo.
Katok, Katok, Katok. Doosan dejó de hablar y miró el teléfono celular colocado en el
escritorio. Jeha le hizo un gesto para que continuara sin preocuparse.
—Así que debe pasar por el club en la noche.
Katok, Katok. Doosan deja de hablar de nuevo. Jeha levantó una ceja y revisa su teléfono
celular. Era Lee Mongryong.
[¿Dónde está el abrigo?]
[Trae mi abrigo ahora mismo, ladrón.]
[Trae el abrigo.]
[Mi abrigo.]
[Dame el abrigo. Maldito pervertido.]
Era solo la historia del abrigo de principio a fin. Ayer tomó su abrigo y su bufanda y se
marchó de la casa. Naturalmente, Lee Mongryong estaba molesto.
Incluso aunque esa no era la única ropa que tenía, no dejaba de molestarlo pidiéndole su
abrigo desde el día anterior. Entonces habría más por venir. Lo había tirado en la cajuela del
auto y decidió que nunca se lo devolvería. Llegó otro mensaje donde le hacía una nueva
promesa.
[Si no regresas, iré a tu compañía.]
Las cejas de Jeha se sacudieron. Terminó por apagar el celular. Doosan alterna su mirada
entre el teléfono celular y Jeha, y tose ruidosamente.
Al parecer, Jeha había olvidado que Doosan estaba hablando.
—Si ya le pagaron el soborno, estaría bien que le ofreciéramos algo más. Al parecer su
única debilidad no es el dinero.
—¿A qué te refieres?
—He escuchado rumores de que tiene un gusto diferente. Generalmente llama a
hombres jóvenes, no a mujeres, para hacer eso.
Doosan dijo eso y observó su expresión. Jeha no dijo nada. Pero Doosan habló sin dudarlo.
—Entonces, como dije, he pensado en unir a Lee Mongryong con el asambleísta Kim.
Después de que la conversación terminó, Jeha levantó los ojos y miró a Doosan. El día se
detuvo en sus ojos. Doosan estaba en problemas, lamentó el momento en que se atrevió a
decir eso. Parecía que tenía un calambre en el cuello mientras intentaba soportar su mirada
penetrante.
—¿Esa es tu idea, Jefe Baek?
—Sí.
—¿Por qué?
—Como sabe, es difícil que ese anciano haga mucho. Es más fácil que lo haga una vez
y deje de funcionar muy pronto. Usted sabe que Lee Mongryong es muy
experimentado. Además es lo suficientemente adulto y tiene una buena apariencia, así
que pensé que tal vez, no estaría mal que lo usáramos porque tenemos algunas
debilidades de nuestro lado.
Jeha puso el encendedor zippo plateado sobre la mesa y lo giró. Su mirada todavía estaba
abiertamente fijada en Doosan. A este no le quedó más remedio que tragar saliva. Jeha no
respondió. El silencio era asfixiante, pero al final Jeha asintió.
—Primero, déjame pensar en ello.
—Márchate. El tono era calmado. Doosan saludó, se dio la vuelta y salió de la oficina. Jeha
puso el encendedor plateado en su mano y miró el teléfono celular que había apagado
hace un rato. Poco a poco, emociones desconocidas fueron cayendo sobre sus ojos.

***
—¿Lee Mongryong?
Ho agarró el volante y miró a Doosan que estaba sentado atrás, a través del espejo del auto.
En el asiento trasero, Magang hablaba con Doosan.
—¿Ese niño lo hará?
—De todos modos, esos tipos son muy obvios. No tenemos otra opción si ya han
recibido dinero.
—Pero Jeha hyung… .
—¿Qué pasa con él?
La voz de Doosan era fría. Magang se quedó callado. Sin percatarse de ello, los rumores
entre los empleados habían aumentado en estos días. Hablaban de una persona loca de
cabello rosado que estaba siendo retenido como rehén.
Era un escándalo, pero como de costumbre, todo el mundo se enteraba de eso, menos los
que estaban implicados. Naturalmente, ese rumor ya tendría que haber llegado a los oídos
del presidente Seok.
Ho notó la tensión entre los dos y bajó lentamente el volumen de la radio. Era cierto que
Lee Mongryong había hecho algo tonto, pero se sentía un poco mal por él. Cuando
pensaba en la vida que había vivido, sus comportamientos realmente tenían sentido.
—Ustedes no tienen que preocuparse por eso. Es lo mismo para todos los demás.
Debemos tomar medidas extremas. Si seguimos difundiendo rumores y estos siguen
llegando a oídos del presidente, nuestro hyung estará en graves problemas. ¿Lo
entienden?
Si. Magang y Ho respondieron al mismo tiempo. El auto se acercaba a la compañía. Los ojos
de Ho se abrieron como platos, mientras intentaba entrar al estacionamiento subterráneo. Y
fue porque vio a un tipo que conocía bastante bien, parado en la entrada del edificio.
Incluso desde la distancia, pudo darse cuenta de quien era, solo con echarle un vistazo. Esa
cabeza rosada pertenecía claramente a Lee Mongryong.
—Hyung-nim, ese es Lee Mongryong.
Magang escucha las palabras de Ho y frunce el ceño. Doosan también lo ve. Luego le pide
que detenga el auto. Ho estaciona el auto hacia un lado, Magang y Doosan se bajan y se
dirigen hacia allí.
Ho no podía perderse ese espectáculo. Después de detener bruscamente el auto, los
persiguió. En la entrada estaban reunidos muchos empleados que iban y venían,
observando lo que pasaba.
—No, quiero entrar. Vine a ver a Seok Jeha.
Al notar su presencia, los jóvenes guardias saludan a Doosan. Cuando Mongryong volvió la
cabeza, se encontró con Doosan y sus hermanos. Al verlos sonrió.
—Hola, Ah, ahí está Ho hyung, ¿Cómo estás?
Ho estaba consternado. Todavía sentía como la garganta le palpitaba como un terremoto
por la descarga eléctrica que le había propinado. De todos modos, el chico parecía no tener
vergüenza.
Doosan, que estaba en silencio, dio un paso adelante.
—¿Qué pasa?
—Este tipo de aquí dice que quiere ver al Señor Seok.
Al escuchar eso, Mongryong dio un paso adelante.
—Es por tu culpa que estoy armando este escándalo. Definitivamente tenemos una
cita para encontrarnos. Si no me crees, ¿Por qué no le preguntas a Seok-ha? Por qué
no le preguntas, acaso crees que estás tratando con un sirviente, qué molesto eres.
Doosan miró a Mongryong, y notó que algo parecía sobresalir de su cabeza. Eran orejas
rosadas, Magang y Ho también fruncen el ceño cuando las ven. Era natural que no lo
dejaran entrar, porque estaba vestido de esa manera.
—Quítate eso de la cabeza.
Doosan dijo con una voz sangrienta. Mongryong se tocó las orejas y lo miró casualmente.
—¿Esto? Esto no es de mi preferencia. Esto es lo que le gusta a tu jefe. En realidad,
tengo ropa, pero ni siquiera puedo usarla. Si no me crees, pregúntale. O te lo puedo
mostrar más tarde.
Cuando dijo eso, se mordió el labio inferior. Doosan parecía asqueado, y miró al guardia. De
un vistazo, le hizo una seña para que se marchara de inmediato y en ese momento, se
escuchó mucho ruido en la entrada mientras alguien salía por allí. Era Seok Jeha.
Al parecer, el informe había llegado a la cima. Doosan cerró los ojos con fuerza. La gente se
dispersó mientras Seok Jeha caminaba hasta donde ellos se encontraban. Mongryong
también gira la cabeza y nota que algo raro está sucediendo. Luego, cuando ve a Seok Jeha,
lo saluda con la mano. —Hola, Seok-ha.
Doosan le pidió a Magang y a Ho que alejaran a la gente. Los dos se apresuraron y
dispersaron a las personas que estaban reunidas. Fue porque juzgó que no era buena idea
que la gente estuviera concentrada mirando lo que pasaba. Luego se acercó y se inclinó
ante Jeha.
—Lo siento, director. Me haré cargo de ello.
Mongryong pasó al lado de Doosan y caminó hacia Jeha. Doosan le dijo que se detuviera, lo
agarró del brazo y le estrechó la mano. En ese momento, los ojos de Doosan y Mongryong
se chocaron ferozmente en el aire.
Doosan aguzó la mirada. Las acciones de Mongryong eran excesivas. Incluso aunque los
rumores fueran ciertos, esto era inaceptable.
Jeha les dijo que se detuvieran y miró a Mongryong. Cuando vio la diadema que llevaba
puesta en la cabeza, frunció el ceño. —Ja, Lee Mongryong.
—¿Por qué actúas de ese modo cuando vienes a la compañía de otra persona?
—Devuélveme mi abrigo.
Jajaja. Jeha se echó a reír. Estaba tan aturdido de que hubiera venido solo para buscar el
abrigo que le había dado Junyoung. —¿De qué abrigo me hablas? Deberías ponerte la
ropa de perro que te compré. Estaba muy enojado. Se sentía muy ofendido por alguna
razón.
Jeha, que miraba a Mongryong, sacó la billetera de su bolsillo. Desde allí, tomó una tarjeta y
se la arrojó a Lee Mongryong. La tarjeta lo golpeó en el pecho y cayó al suelo.
—Esta es ilimitada, así que tómala y cómprate uno igual. Puedes comprar cien o mil,
hasta que quedes satisfecho. No sigas molestándome por eso.
Mongryong movió los ojos para ver la tarjeta que cayó al suelo. Entonces, Jeha le insistió de
nuevo.
—¿Por qué no la recoges? ¿Tienes vergüenza de hacerlo?
Mongryong se inclinó y la recogió. Jeha se rió con una expresión de satisfacción. Y en ese
momento se dio la vuelta para regresar a la empresa.
Mongryong se acercó rápidamente a Jeha con la tarjeta en la mano.
Ho fue quien gritó primero al verlo. No había nada que pudiera hacer . ¡Pam! Algo voló
hacia la parte posterior de la cabeza de Jeha incluso antes de que pudiera darse la vuelta,
para ver qué pasaba.
Jeha sacudió su cuerpo en estado de shock. Se puso la mano en la espalda con una
expresión de incredulidad. Algo lo había golpeado muy fuerte.
Giro nuevamente la cabeza, como si fuera a matar a alguien, pero Lee Mongryong sigue
golpeándolo con su mano derecha una y otra vez. Detrás de él, el hermano Baek, que
estaba parado como una estatua con la boca abierta, se sorprende.
La tarjeta que Mongryong acababa de tomar entre sus dedos fue arrojada hacia Jeha. Esta
se estrella contra su cuerpo y se cae al suelo.
Mongryong se rió en voz baja.
—Paga la cuenta del hospital. Puedes comer algo con lo que te quede.
Jeha apretó los puños y tembló. Cuando la ira se le subió a la cabeza, explotó.
—¡Tú…maldita perra…!
—¿Te sientes mal también? Cuando me tratas así, me siento sucio. ¿Harás lo mismo la
próxima vez? ¿Eh? Seok-ha, vamos.
—¡Ven aquí, maldito! Jeha corrió hacia Mongryong. Al mismo tiempo, parecía que la gente
estaba saliendo del edificio porque era la hora del almuerzo. Doosan y Magang se
apresuraron para detener a Jeha.
—Hyung-nim, debe ser paciente. No puede hacer esto ahora.
—¡No, no dejes que este maldito se vaya!
—Hyung-nim.
—Hey, hombre. Ho le dijo a Mongryong que se detuviera y se lo llevó a otro lugar.
Mongryong le estrechó la mano y se rió hasta más no poder y eso lo puso más nervioso.
—No me detengas, suéltame. Él debe aprender a ser una mejor persona.
—Ven acá, ¡Mierda! Si no lo haces, te matará.
—No te pongas de su lado, ese maldito no es más que un pervertido.
Ho agarró a Mongryong y se lo llevó a cuestas, con la boca hacia abajo, para alejarlo de allí.
Mongryong lo maldijo tratando de liberarse, pero Ho no lo escuchó. Una vez que lo subió al
auto, corrió. Tenía el terrible presentimiento de que si se quedaba, algo realmente grave
sucedería.
Simplemente lo metió al asiento del pasajero y encendió el auto. Antes de marcharse,
Mongryong incluso se atrevió a bajar la ventanilla para hacerle señas a Jeha con el dedo del
medio, mientras vertía sobre él todo tipo de maldiciones.
La cara de Ho se puso cada vez más blanca. Al partir, el rostro de Jeha daba tanto miedo
que pensó que nunca más querría volver a verlo.

***
Mongryong apiló varias cajas de pizza y se metió un pedazo en la boca. Ho lo miraba
encantado. Era como no hubiera comido desde ayer por la noche, pero Mongryong seguía
masticando la pizza casualmente.
—Vamos, come.
—Parece que tienes mucha hambre.
Ho se bebió la soda que estaba frente a él. Cuando recuerda la cara de Jeha que vio antes,
se le quita el apetito. En ese momento sonó su teléfono celular. Después de confirmar a la
persona que lo llama, respondió.
—Sí, Hyung-nim. No, estoy con él. Sí.
Luego miró a Mongryong. A él no le importó, y se llevó otro pedazo de pizza a la boca. Ho,
que colgó el teléfono, suspiró cuando la pantalla se apagó. Mongryong lo miró con una
cara curiosa.
—Era Magang-hyung.
—¿Por qué? ¿Qué pasó?
Tan pronto como escuchó eso, Ho miró a Mongryong con una cara como
diciéndole ¿Acaso eres estúpido? Era increíble que la persona que había causado todo ese
embrollo, se atreviera a preguntarle pacíficamente qué pasaba. Ho, que se quedó pensando
un momento, puso una cara seria.
—Mongryong-ah.
Mongryong que tenía la boca llena de pizza, asintió. —Estoy escuchando, dime.
—¿Cuál es tu relación con Jeha hyung?
Después de escuchar eso, Mongryong reflexionó. Pero no pudo pensar en una palabra que
pudiera definir exactamente lo que pasaba entre ellos dos. Lee Mongryong era un perro y
Seok Jeha un hijo de puta, ese era el tipo de relación jodida que tenían.
Pero sin importar cuanto lo piense, no lo sabe. Solo puso girar sus globos oculares como un
loco sin saber que decir, entonces Ho suspiró largamente y lo miró.
—Si te encuentras con hyung-nim, arrodíllate y reza. Esa es la manera en la que
puedes sobrevivir.
Mongryong masticó la pizza en su boca, se la tragó y luego bebió su soda. Ugh, luego cortó
otro pedazo, lo enganchó en un tenedor y se lo comió.
—Ho hyung, debes haberte dado cuenta que no he hecho nada malo. Fue Seok Jeha
quien me ofendió primero. Me robó mi abrigo.
—Seok Jeha. No puedes decir su nombre así. ¿Por qué llamas a Hyung-nim de esa
manera tan descuidada?
Ho abrió la boca como si estuviera aterrorizado. Pensó que tal vez era valiente, porque era
un ignorante, pero no sabía cuán ignorante era Lee Mongryong, o cuán valiente podía ser.
Es posible que ni siquiera supiera leer en coreano.
—Esto lo hago por ti. Escúchame. No sabes lo aterrador que es nuestro jefe.
—¿Aterrador?
—Así es.
Entonces miró a su alrededor una vez más. Le advirtió que no debía decir algo como esto.
—De hecho, Jeha Hyung fue atacado en un hotel hace unos años. En ese momento,
diez personas lo rodearon armados con cuchillos. Doosan, Magang y yo, llegamos
muy tarde… .
Ho recordó ese día, y dijo que todavía se sentía mareado. Mongryong asintió con los ojos
brillantes —¿Y qué más? Se preguntaba si alguien había muerto.
—Oh, ya era demasiado tarde, nos dimos cuenta incluso antes de abrir la puerta del
hotel.
—Siento decirte esto, pero ojalá hubiera muerto esa vez, así yo no tendría tantos
problemas.
—Shhh, maldito bastardo. Mongryong se hizo el tonto, porque Ho le abrió los ojos con
rabia.
—Escucha cuidadosamente. Entonces abrí la puerta y entré a la habitación. Eso fue, Oh
Dios mío… Nunca había visto una escena así en mi vida. Una docena de ellos estaban
tirados en el suelo completamente ensangrentados.
Mongryong levantó la mano y le pidió la palabra.
—Espera. Dijiste al principio que eran solo diez personas. ¿Por qué cambiaste el
número? ¿Acaso se multiplicaron?
—Oye, bastardo. Qué importa si eran diez o quince, cállate y escucha.
Mongryong ahora lo observa con una cara incierta. Ho estaba emocionado y continuó la
historia.
—Jeha hyung se para en el medio, lleno de sangre, sostiene un cuchillo con ambas
manos y nos mira. Wow, pensé que me había orinado en los pantalones de verdad.
Parecía un demonio.
—Oye, ¿No te suena eso como una mentira?
—Es verdad, hombre. Los tres fuimos testigos de eso.
—No mientas. ¿Acaso es Bruce Lee? Que puede pelear 10-1 y sobrevivir.
—Ja, este bastardo no me cree. Doosan hyung dice que Jeha hyung ni siquiera
parpadeó cuando tuvo que pelear contra 20.
Mongryong puso una cara de incredulidad. Pensó que sería mejor que le dijera que Jeha era
capaz de comerse 20 pasteles de arroz él solo.
—Puedo contarte otra historia si quieres.
—Oh, no. Solo estás diciendo tonterías. Me quieres lavar el cerebro. Ahora me vas a
decir que es capaz de cruzar el rio Han sobre hojas.
—De verdad que eres un bastardo.
—No digas cosas raras, mejor come pizza. Todavía queda mucha para comer.
Mongryong trató de comer pollo del plato que tenía al lado. Ho suspiró y lo miró resignado.
—Si, come. Tal vez Jeha hyung, no te matará. De todos modos, todavía le eres útil.
Cuando terminó de hablar, Mongryong entrecerró los ojos . ¿Por qué soy útil? Al
preguntarse eso, extendió la mano y agarró el brazo de Ho. Después de sacudirle el brazo
por un tiempo, Ho deseó tener el espíritu de Doosan.
Mongryong le dijo susurrando.
—¿No puede ser un secreto entre nosotros?”
—Ja, que secretos puede haber entre tu y yo, hombre. Siempre me has apuñalado por
la espalda porque soy el más joven.
—Ja, sabes por qué lo he hecho. Gracias a eso estoy vivo.
—Si, vive bien. Un millón de años si quieres.
—Por favor, dime. ¿Qué es?
—¿Qué es? Como te atreves a seguir preguntándome, bastardo.
Mongryong le sacudió el brazo de nuevo. Basta, déjalo. No va a decírmelo. Se preguntó
quién podría responderle a esa pregunta. Luego se comió el pollo restante. Incluso si tenía
que maldecir más tarde, pensó que sería mejor enfrentarse a lo que sea con el estómago
lleno.
SEXTA HISTORIA PARTE 2

Jeha que vestía solo una bata, estaba sentado en la habitación de un hotel bebiendo de un vaso. Se sentía
un poco raro después de beber algunos tragos de licor fuerte. A su lado permanecían el abrigo y la
bufanda de Lee Mongryong.
Cuando volvió a llenar el vaso, sintió ruido proveniente del baño y una mujer salió después de ducharse.
Era la primera vez que la veía. No recordaba su cara, así que asumió que era imposible que hubiera
dormido con él antes.
Mientras la mujer acomoda su cabello largo a un lado y se sienta junto a él, Jeha cruza las piernas y se sirve
un poco de licor de la botella.
Luego pone el vaso sobre la mesa y desenvuelve la bata de la mujer. Sus senos voluptuosos quedan
expuestos cuando la bata se abre. Jeha los aprieta fuertemente como si quisiera hacerlos estallar.
De la boca de la mujer sale un gemido y la bata se desliza detrás de su cuerpo.
La textura de la piel de ese cuerpo curvado, se siente completamente diferente a la suya. Jeha mira
lentamente el rostro sin maquillaje de la mujer con una cara inexpresiva. La mujer se sienta de rodillas en el
suelo y comienza a acariciar sus partes íntimas sobre la bata.
Después de desempacar su pene, se lo toca un par de veces con la mano y luego lo mete en su boca. La
mujer comienza a mover la cabeza de un lado a otro para estimular sus genitales, y apoya las manos en sus
muslos.
Jeha frunce el ceño. Toma el cabello de la mujer entre sus dedos y se queda mirándolo fijamente. Su
cabello rojo lucía muy bonito. Pero preferiría que fuera color rosa.
De repente se siente muy molesto. Su inspiración se desvanece.
Agarra a la mujer por el cabello y la aparta de su cuerpo. La mujer se siente avergonzada, al sentir como se
retiran los genitales que le llenaban la boca. Ella gruñe con sus labios brillantes y le pregunta por qué.
Jeha se levanta de su asiento. Cuando se dispone a dirigirse a la ducha para darse un baño, se detiene un
momento. No podía marcharse sin antes decirle fríamente a la mujer una palabra de despedida.
—Lárgate.
***
Mongryong se arrodilló en el sofá, mordiéndose las uñas mientras miraba la televisión. Verificó la hora en el
reloj de pared. Después del incidente ocurrido ese día, volvió a casa pero estaba muy preocupado.
No vengas. Por favor, no vengas hoy. Vete a tu casa y muérete, perra.
Esperó a que el tiempo pasara, mientras repetía esas palabras en su mente. La aguja del reloj marcaba la
media noche. Ah, no puedo soportarlo, mejor apago el televisor y me voy a dormir. Pero de repente
escucha un clic y una puerta que se abre.
Ah, maldita sea. Mongryong arrojó el control remoto y corrió hacia el dormitorio. Apagó la luz y se echó la
manta encima cubriéndose la cabeza, y luego se quedó en silencio como una rata. Escuchó unos pasos.
Alguien se acercaba.
Cerró los ojos con fuerza. Recordó la historia sangrienta que le había contado Ho. Ah, ¿En serio estás
bien? Sus remordimientos tardíos lo atacaron.
Alguien le quitó la manta de encima. A pesar de eso, fingió estar dormido con los ojos bien cerrados. Le
preocupaba que lo atacaran de esa manera. Quería levantarse y resistirse, pero el olor a alcohol y un aroma
familiar llegaron a su nariz.
Permaneció completamente callado. Pero en el momento en que trató de abrir los ojos, una textura suave y
húmeda cubre sus labios. Mongryong se sorprendió y abrió los ojos. Y en ese momento, la luz que entró a
través de la ventana abierta, le reveló quien era su oponente.
Sin lugar a dudas, era Seok Jeha.
Al abrir la boca, una lengua comienza a deslizarse hacia adentro y hacia afuera. Como la situación fue
inesperada, solo pudo dirigir su mirada hacia el techo. ¿Qué? ¿Qué está pasando?
La lengua de Jeha continuó cavando hacia adentro para encontrar la suya. Mongryong de repente saca la
lengua sin darse cuenta y no podía moverse mientras permanecía con los ojos bien abiertos.
Jeha siguió acariciando su lengua. Después, lamió sus encías y tocó cada rincón de su boca, como si
estuviera estimulándola.
Mongryong sin aliento, de alguna manera logró empujar sus hombros. Sus labios se apartaron y solo
entonces, su cara fue visible. Bajo una luz crepuscular, sus ojos negros reflejaban una luz inusual como de
costumbre.
Era tan extraño que era imposible saber si estaba borracho o no. Mongryong lo miró, mientras levantaba la
mirada.
La mano de Jeha le toca la mejilla. Su toque es increíblemente cálido. Luego tocó suavemente sus labios
con la punta de los dedos y sonrió. Su boca dibujó una sonrisa perfecta.
Sonrió un par de veces más y luego susurró al final.
—…Mong-Mong-ah… .
¡Plaf! En ese momento, un cuerpo pesado de deslizó y cayó sobre él. Dejó de respirar sin darse cuenta.
—¿Qué, qué pasa? Las largas pestañas de Mongryong parpadearon rápidamente y revolotearon como
mariposas. Intentó sacudirlo y decirle que estaba loco, pero al parecer nada funcionaba. Jeha, que todavía
miraba hacia abajo, vuelve a llamar a Mongryong con una voz somnolienta y amigable.
—…Lee Mongryong… .
Mongryong solo lo miró sin darle respuesta.
Jeha bajó la cara. Mongryong cerró los ojos y apretó los labios con fuerza. Sin embargo, inesperadamente,
Jeha pone su cara al lado de Mongryong. No podía creerlo.
Pudo sentir el aliento en su nuca. Obviamente Jeha era más grande que él, pero se sentía aún más
impresionante porque estaba a sus espaldas. Después de luchar un rato con su cuerpo, este se resbaló y se
acomodó a un lado. Sin embargo, un brazo y una pierna todavía colgaban sobre el cuerpo de Mongryong.
Cuando trató de escapar, Jeha tiró de su cuerpo hacia él, y lo abrazó. El aliento que Jeha exhala lo invade.
Movió sus ojos para ver si realmente dormía.
Las cejas oscuras, la nariz bellamente levantada y los labios obstinadamente cerrados formaban una
imagen desconocida. Su olor corporal, que había mezclado con su cuerpo varias veces, se filtraba mucho
más que el alcohol que exhalaba cada vez que respiraba, haciendo que su estado de ánimo se volviera
extraño.
Cuando Mongryong intenta liberar su cuerpo, Jeha grita y lo acerca más a él. Entonces, mira al techo con
una expresión absurda.
No sé por qué no hace nada. No tengo miedo cuando me amenaza, pero me aterroriza porque de
repente hace algo como esto. Su corazón parece latir más rápido por el miedo. Pero no sabía por qué, su
comportamiento le parecía tan lindo.
Santo cielo. Algo tenía que andar mal con su cabeza. Supuso que se estaba emborrachando con el olor a
alcohol. Su cuerpo y su mente estaban funcionando por separado. Pensó que sería mejor que se diera por
vencido y se echó a reír sin darse cuenta.

***
Su cabeza estaba hinchada, como si hubiera sido estampada en algo afilado. En ese momento, Jeha abrió
los ojos. Un techo blanco apareció frente a sus párpados abiertos. Miró a su alrededor y se tocó la frente
con la mano.
Era el apartamento, no la casa. Ni siquiera podía recordar cómo llegó allí, porque había perdido la memoria
en algún momento de la noche. La tragedia había estallado desde el instante en que comenzó a tomar
alcohol.
No pudo ver a Lee Mongryong. Se preguntó si lo había matado mientras estaba borracho. Pero entonces,
pensó que debería haber un cuerpo en el piso. Pero en el piso no había nadie.
Se bajó de la cama y salió. Se dirigió a la sala de estar. Se preguntaba si realmente lo había matado.
Entonces, escucha un murmullo debajo del sofá. Cuando se volvió hacia ese lugar y se acercó, lo encontró
durmiendo acurrucado en la alfombra debajo de él.
Una diadema mal colocada le colgaba de la cabeza, y tenía abierta la boca hasta la mitad, como si estuviera
sollozando. Mientras hablaba en sus sueños, sus largas pestañas revoloteaban y sus labios rojos temblaron
de nuevo. Estaba completamente dormido. Pero lo más patético era que no podía quitarle los ojos de
encima.
De repente, recordó el incidente de ayer. Cuando regresó a la empresa, y rememoró todo lo que había
sucedido, la sangre le hervía. Pensó que la mejor solución era poner a llenar la bañera para ahogarlo dentro
de ella, pero en ese momento, Mongryong se dio la vuelta inocentemente.
La manta que estaba envuelta alrededor de su cuerpo se abrió y Mongryong quedó expuesto en una
posición muy comprometedora. Su expresión también había cambiado extrañamente. Lee Mongryong
tenía puesta la ropa de perro color rosa. Todavía llevaba las bragas al revés, y la cola saltó desde su
entrepierna. Jeha lo miró y se lamió el labio inferior sin darse cuenta.
Y tal y como estaban las cosas, Mongryong se mete la mano dentro de las bragas y se toca el pene. Ahora
parecía estar frunciendo el ceño. ¿Qué está haciendo este loco? Mongryong comienza a murmurar de
nuevo. Jeha, que no puede superar la curiosidad, se inclina para poder escucharlo.
No sabía de qué demonios estaba hablando. Tuvo que poner sus oídos más cerca de su boca.
—… ¿Se te paró?
—¿Qué? Ante ese sonido, Jeha levantó la cabeza. Mongryong abre los ojos y se ríe a carcajadas. Santo
Dios. Jeha se puso de pie y comenzó a patear a Mongryong.
—Maldito, estás muerto.
Mongryong se escapó y corrió detrás del sofá. Jeha gritó como un bisonte enojado y le hizo señas con el
dedo. —Ven.
Mongryong sacudió la cabeza de inmediato. —No. Me vas a pegar.
Jeha saltó sobre el sofá. Mongryong gritó, evadió el sofá y corrió hacia la puerta principal. Apretó el botón
de bloqueo e intentó salir corriendo por la puerta, pero esta se encontraba bloqueada desde el exterior.
Los ojos de Mongryong se abrieron. La persona que bloqueaba la salida también estaba sorprendida.
Doosan puso una cara de no creer y miró el atuendo que llevaba puesto Mongryong con una expresión de
incredulidad. Cuando vio como Jeha lo perseguía, solo entonces se dio cuenta, de que no estaba
equivocado.
***

Doosan agarró el volante y miró a Jeha sentado en el asiento trasero a través del espejo retrovisor. Jeha
todavía miraba por la ventana y estaba en silencio. Doosan suspiró al recordar lo que había pasado. Lo que
vio en el apartamento fue increíble, no podía creerlo incluso aunque lo recordara nuevamente.
Se sorprendió bastante cuando se enteró en la mañana que Jeha había desaparecido del hotel. Pensó que
se había tomado una copa en ese lugar y se había quedado dormido. Cuando no lo encontró en la casa,
solo pudo pensar en Lee Mongryong.
Y como era de esperarse, Mongryong estaba exhibiendo su cuerpo, como de costumbre. No era razón para
haberse sorprendido tanto. Sin embargo, el espectáculo que había visto antes era bastante impactante.
Magang le contó que ayer había llamado a una mujer al hotel, pero que esta se había marchado solo
después de 30 minutos. Al parecer cuando salió, se veía bastante molesta y frustrada. Por eso no estuvo
completamente seguro de lo que había pasado, hasta que hoy pudo comprobar el por qué.
Nunca había cuestionado los gustos de su jefe. Pensó que con esa personalidad fría ni siquiera tenía un
corazón. Pero ese conjunto de bragas color rosa era realmente… Doosan sacudió la cabeza como si
quisiera nunca más volver a pensar en eso.
En ese momento, Jeha, que estaba mirando por la ventana, abrió la boca.
—Dijiste que Lee Hyeyoung sería trasladada mañana.
—Sí, Hyung-nim.
Después de asentir, Jeha se quedó en silencio de nuevo. Seguía pensando en algo con la mirada fija al
exterior de la ventana. Doosan se dio cuenta de eso, y por eso habló primero.
—Decidí reunirme con el senador Kim por la noche.
—Bien.
—Lo que dije la última vez… .
—Puedes llevar a Lee Mongryong.
¿Sí? Doosan miró hacia atrás con una cara de incredulidad. Jeha todavía seguía mirando por la ventana. En
el cruce, detuvo el auto obedeciendo la señal del semáforo. La gente comenzó a cruzar la calle con
velocidad.
—Hyung-nim, eso quiere decir que… .
—Debe ser útil de algún modo.
Doosan quedó perplejo. No podía creer que le hubiera dado su aprobación. Era inusual que Jeha fuera tan
paciente con alguien. Pero a la vez, parecía bastante preocupado. Al ver su expresión, no sabía si quería
matarlo o salvarlo. Tal vez, ni siquiera era consciente de su actitud.
—Es una locura, pero no soy tonto, así que puedo entender tus razones.
—…Sí.
Jeha se apoyó contra el asiento y cerró los ojos. A diferencia de su apariencia cansada, las pupilas de sus
ojos se movían como si estuviera confundido. Pero en contraste, su boca permanecía obstinadamente
cerrada.
Doosan lo miró e hizo una mueca de enojo. El auto arrancó pronto y Jeha permaneció en ese estado
catatónico, incluso hasta que llegó a la compañía.

***
Mongryong tomó su teléfono celular. Escribió un mensaje después de ingresar el número de Jeha y luego
lo borró nuevamente. Después de que Jeha se marchó con Doosan, no le había vuelto a hablar a
Mongryong. Qué frío. Tal vez estaba furioso porque lo había hecho caer en desgracia delante de sus
hombres. Estuvo pensando en qué escribirle durante mucho tiempo, pero se dio por vencido, tiró el
teléfono a un lado y se tumbó en el suelo.
[…Mongryong.]
Mongryong se levantó de su asiento. Maldición, que hombre tan loco. Había hecho algo muy extraño. Se
tocó la boca con la mano, chilló, extendió la mano y tomó su teléfono celular nuevamente. Empezó a
escribirle un mensaje.
Seok Jeha, lo siento, ven a comer conmigo algo delicioso por la noche . En ese momento, escuchó que
alguien tocaba la puerta, se levantó rápidamente y fue hacia allí. Cuando revisó quien era, el rostro de Ho
apareció en el monitor.
¿Qué? ¿Por qué Ho hyung viene tan temprano?
Presionó el botón para abrir la puerta y lo dejó entrar. Después de cambiarse de ropa, salió y lo encontró
esperándolo en la sala. Estaba concentrado mirando alrededor del apartamento. Parecía que era su primera
visita. Volvió sus ojos, cuando Mongryong salió de la habitación.
—Ho hyung, ¿Por qué vienes a esta hora?
Ho caminó en silencio hacia el sofá. Mongryong se sentó al frente y cruzó las piernas. Estaba preocupado
porque no conocía el motivo de su visita, pero Ho solo seguía mirando los alrededores de la casa. Hmm,
está fingiendo. Pudo darse cuenta porque Ho, se movía de una forma antinatural.
—¿Estás aquí para ver la casa?
—No. Es solo, que me parece muy bonita.
Contestó rápidamente. Luego se rascó el cuello. Era como si tuviera algo que decirle. Mongryong lo miró y
entrecerró los ojos. Le preguntó que tenía que decir y Ho suspiró un poco.
—Ve a cambiarte de ropa. Tenemos que ir a un lugar.
En ese momento, Mongryong se sintió severamente ansioso. Será que Seok Jeha por fin había explotado.
Entonces, quizá le había pedido a Ho que se deshiciera de su cuerpo en algún lugar como una montaña o
quizás en el mar.
—… ¿Vamos? ¿A dónde?
—Tenemos que ir al salón de belleza y a comprarte algo de ropa.
¿Eh? Mongryong puso una cara como si no entendiera nada. Era raro que pensaran matarlo después de
peinarlo y comprarle ropa nueva. Pensó que tal vez en esta época, los gánsters hacen las cosas de esta
manera. Qué amables.
Ho solo atina a sacar la lengua de su boca mientras intenta encontrar las palabras más adecuadas. Parecía
que era algo muy difícil de decir. Mongryong borró la alegría de su rostro y le preguntó qué estaba
pasando. Ho estornudó con fuerza y se lamió los labios como si le dolieran.
—Tienes que ir a un lugar por la noche.
—¿A dónde?
—Eh… debes encontrarte con alguien, pero no es algo difícil. Vas a tomarte una copa con esa
persona…escuchar sus historias… y hacer lo que te pida, así que… .
Mongryong miró a Ho con los ojos empapados. Rememoró lo que le había dicho. ¿Beber juntos, escuchar
historias y hacer lo que pida? Jaja. Sintió como si algo pesado lo hubiera golpeado y se queda callado.
Ho también mantiene la boca cerrada y se rasca la nariz. Le había contado más o menos lo que tenía que
hacer, pero no sabía cómo Mongryong lo había tomado. Al mirar su expresión, parecía que si lo había
entendido. Pero no pudo decirle que estaban traficando con su cuerpo como parte de un negocio.
—Hablas de entretenimiento… ¿Verdad?
Pensó que Mongryong se negaría, pero este solo le preguntó con una cara casual. Ho gimió, sin saber que
decir.
—No conozco los detalles. Doosan Hyung, debe llegar a tiempo y llevarte allí… .
El asambleísta Kim podría ser el padre de Mongryong. Ni siquiera podía decirle que tenía que beber y darle
su cuerpo a un hombre tan viejo.
Pero de acuerdo a Doosan, Mongryong era un tipo experimentado ya que comenzó a trabajar desde los 20
años. Entonces quizás no fuera algo tan difícil para él.
La expresión de Mongryong no cambió. No sería extraño que se pusiera a saltar como un loco, pero él solo
escuchó en silencio y abrió la boca después de un rato.
—¿Seok Jeha está de acuerdo con esto?
El vacilante Ho levantó la vista y asintió.
Mongryong se muerde el labio inferior. Jeha le había pedido que fuera su perro fiel antes de botarlo a la
basura, y de ese modo se ocuparía de su hermana. Tal vez esta era solo una extensión del contrato.
—¿El sexo está incluido en el entretenimiento?
Mongryong preguntó. Ho se encogió de hombros. No le dijo que sí, pero tampoco podía negarle que fuera
cierto.
Mongryong sacudió la cabeza. Se mordió las uñas ruidosamente. Recordaba como anoche, Seok Jeha le
hablaba dulcemente como si fuera un algodón de azúcar.
Sonrió con amargura. ¿Acaso que esperabas? Pero aunque le prometió que pagaría los gastos del
hospital, no pensaba que tuviera que hacer algo tan humillante. No, quizás esto era un error. Se
preguntaba por qué lo estaba tratando de esa manera, y pensó que tal vez ya se había aburrido de él.
Mongryong levantó lentamente la cabeza y asintió. Una sonrisa amarga se dibujó en su boca.

SEXTA HISTORIA PARTE 3

Un montón de colillas se apilaban en el cenicero. Jeha se recostó en el sofá y volvió a suspirar. Las personas
que estaban reunidas en la sala estaban enredadas las unas con otras. Estaban locos por poseer a una
mujer borracha.
Jeha aspiró profundamente el humo de los cigarrillos. La voz de alguien sonaba en su oído como si fuera
una alucinación.
[Primero me trataste como un cerdo. Y ahora actúas de esta manera. ¿Por qué?]
El hombre a su izquierda disfrutaba de la vida nocturna mientras mordía y chupaba lo senos de la mujer. La
cabeza de la mujer estaba inclinada hacia atrás y jadeaba. Al ver su apariencia, piensa en Lee Mongryong,
desnudo y acostado debajo de él. Y al final, sus sentimientos honestos surgieron a la vista.
[No seas tan arrogante, cuando al menos todavía tienes a tus padres. No ignores a los demás. Yo no
nací, como un perro, porque quise.]
Al recordar esas palabras, Jeha vierte licor en el vaso inmediatamente. La mujer sentada a su lado lo notó,
llenó el vaso y luego se superpuso lentamente. La mano que le acariciaba el muslo en secreto se posa en su
centro. Jeha miró a la mujer.
La mujer que cuelga de su cintura se frota contra él y lo mira con una mirada apagada.
Jeha tomó un cigarrillo, apartó a la mujer y se levantó. Todos estaban borrachos y ni siquiera se
preocupaban de quién salía.
Cuando abrió la puerta y salió, encontró a Doosan vigilando en la entrada. Jeha se volvió y caminó por el
largo corredor. Doosan lo siguió.
—¿Preparo el auto?
—¿Lee Mongryong?
—Al parecer Baek Ho acaba de entregárselo a los hombres de Kim.
Ante eso, Jeha dejó de caminar. Mirando su expresión, parecía incómodo por algo. En ese momento
Doosan también se detuvo.
—¿No lo llevaste directamente?
—Lo quería allí. Nosotros solo servimos de intermediarios.
Jeha se detiene en el pasillo y no puede dar un paso más. Cerró los ojos con el cigarrillo entre los dedos y
se presionó la frente con firmeza. Doosan lo miró y le preguntó si quería que lo llevara a la casa. Jeha cerró
los ojos y suspiró por mucho tiempo.
—Doosan.
—Sí, Hyung-nim.
—¿Cuánto vamos a perder si no completamos el negocio?
—¿Qué?
El rostro de Doosan parecía haber sido golpeado. Jeha se pasó la mano por la cara una vez como si
estuviera desesperado.
—Diablos, creo que su padre se va a enojar mucho.
Doosan no pudo hablar más. No le llevó mucho tiempo entender las palabras.
El dinero es dinero, pero el presidente Seok también lo esperaba. Pensaba que iba a ser pan comido. Sin
embargo, la cuestión de cómo debería actuar se determinó en la pregunta que le hizo a Jeha.
—¿Quiere que lo contacte… con Baek Ho?
Jeha asintió en silencio y tiró el cigarrillo que sostenía en el suelo. Lo frotó con la suela de los zapatos, se
dirigió hacia el final del pasillo y habló nuevamente.
—¿Bebiste?
—No.
Sus pasos se aceleraron.
—Entonces vamos. Recogeré a mi perro.
***

Mongryong, quien estaba pulcramente vestido con un pantalón formal gris y una camisa blanca, esperaba
a alguien sentado en el sofá. La mesa estaba llena de licores caros, bocadillos y bebidas.
Miró el reloj en su muñeca. Según Ho, tenía una cámara conectada, y debía colocarla en una buena
posición antes de establecer cualquier tipo de relación.
Había ido al salón de belleza con Ho, se arregló el cabello, se puso ropa nueva y salió de Seúl. Después de
llegar a un lugar en específico, fue transferido a otro automóvil y traído a este lugar.
Una vez que llegó, se arrepintió de haber aceptado. Cerámicas y muñecos de peluche colgaban por toda la
casa. Dos guardias gigantes en la entrada hicieron señas, llamando a Mongryong.
Mongryong frunció el ceño y les guiñó el ojo. El asco pasó por sus caras. Mongryong se echó a reír. No
sabía cómo era posible que un miembro del Congreso asistiera a este tipo de citas. En realidad pensaba,
que una persona de tanto renombre no tendría tiempo para esos asuntos.
Entonces sonó su teléfono celular. Se dio cuenta que era Seok Junyoung cuando confirmó la llamada. Los
ojos de Mongryong temblaron ligeramente. Presionó el botón de llamada, no sin antes dudar en
responder.
—Sí, Fiscal.
[Junyoung Hyung.]
Se sintió tenso ante esas palabras y dejó de reír. Como Junyoung le dijo que lo llamara de forma correcta
sin reírse, lo llamó ‘Junyoung hyung.’.
[¿Qué estás haciendo?] [¿Ya cenaste?]
—Sí…
[¿Estás solo?]
—Qué… sí.
[Me contaron que tu hermana será trasladada a Seúl mañana.]
“Oh, ¿Ya lo escuchaste?
[Sí. Mañana tengo tiempo, así que vayamos a verla juntos.]
—Okay.
Mongryong se quedó callado. Junyoung le pregunta si algo anda mal. No sabía por qué, pero cuando
escuchó la voz de Junyoung, se sintió repentinamente triste por su situación. Le dolía la punta de la nariz y
no pudo hablar por un rato.
—No pasa nada.
Su voz tembló ligeramente. En ese momento, sintió ruido viniendo de la entrada. Alguien entró cuando se
abrió la puerta. Mongryong bloqueó urgentemente el teléfono celular. Lamentó colgarle repentinamente,
pero estaba ocupado y tenía que dejarlo, así que presionó el botón para colgar.
Pero a pesar de eso, el teléfono vuelve a sonar. Tal vez Junyoung notó que se estaba comportando de
forma extraña. Decidió apagarlo. Se puso de pie mientras miraba como el teléfono se apagaba.
Al mirar a la entrada, observó a un hombre con cabello blanco que se acercaba. Era mucho más viejo de lo
que pensaba. Su cara estaba arrugada y parecía de mal humor. Ho le había dicho, que era un Senador.
Los ojos del asambleísta Kim barren a Mongryong de arriba abajo. Mongryong lo saluda a toda prisa. Hola.
El congresista Kim le sonrió con la boca abierta para demostrarle su buen humor.
—Oh, parece que el director Seok se esmeró mucho esta vez. Siéntate. ¿Por qué estás de pie?
Mongryong asintió y se sentó. Notó que los guardias todavía seguían allí. Su mirada se volvió hacia Kim
otra vez. Él sigue sonriendo y le hace un gesto para que se siente a su lado, en lugar de estar tan lejos.
Como Mongryong no se movió, el senador Kim se puso nervioso y le preguntó si quería tomarse una copa.
Mongryong dijo que no le gustaba beber, pero el hombre lo ignoró y llenó un vaso con alcohol.
El hombre llevaba un gran anillo de oro en su dedo, con una gema gigantesca como un huevo. Luego
comenzó a girar la gema del anillo. A medida que esta se mueve, un polvo blanco comienza a caer en el
vaso. Mongryong lo vio y sus ojos se abrieron como platos.
Quería emborracharlo. En ese momento, comenzaron a aparecer burbujas blancas en la bebida. El
asambleísta Kim se sirve lo mismo en otro vaso y mira a Mongryong. Este seguía sentado en frente.
—Ahora bébelo. Le hará bien a tu cuerpo. Lo preparé especialmente para ti.
El asambleísta Kim le entregó un vaso a Mongryong. Pero este, en lugar de beberlo, le echó un vistazo con
una mirada de sospecha.
—¿Qué es esto?
—Ya te lo dije, es algo que te ayudará a sentirte bien.
—Soy joven, así que no lo necesito. Me sobra inspiración.
Ante la palabra ‘inspiración’, la expresión del senador Kim es curiosa. Mongryong posa relajado con ambos
brazos en el sofá.
—Te recomiendo que te lo bebas.
El discurso de Kim fue amenazante. Mongryong levantó una ceja con una cara incómoda.
—Bébalo usted. Tal vez pueda conseguir una erección si se toma los dos vasos.
Una vena retorcida sobresale en la frente de Kim. Parecía que estaba furioso.
—Bastardo descarado. ¡¿Qué acabas de decir?!
Mongryong puso los brazos sobre el sofá y le preguntó con una cara seria.
—Tengo mucha curiosidad, ¿Es capaz de tener una erección? Si no va a poder aguantarlo, entonces
dígamelo con una anticipación. No me gusta perder el tiempo. Es muy agotador.
El asambleísta Kim se levantó de su asiento. —Este bastardo.
—No te enojes, eres un hombre mayor. No quiero que mueras en la habitación. Estoy preocupado
por tus nietos, así que entiéndeme.
Mongryong se puso de pie sin pensarlo dos veces. No había caso en continuar come esa farsa. Además,
qué le podría pasar si no lo hacía. En su lugar, preferiría ir a ver a Seok Jeha para maldecirlo y golpearlo.
El asambleísta Kim lo miró como reprochándole por su desobediencia.
—¡Siéntate!
—No. He cambiado de opinión. Me voy. Al verte, no puedo obtener inspiración. Pensé que te
parecerías a George Clooney o algo así, porque eras viejo, pero no, decidieron enviarme donde un
antepasado para servirle de entretenimiento. Acaso soy empleado de una funeraria, mierda.
La cara de bulldog del senador Kim tembló.
—Siéntate, bastardo.
—Ni hablar. Puede que sea un bastardo, pero no soy ciego, no me gustan los viejos.
Ante eso, el asambleísta Kim se estremeció y lo maldijo señalándolo con el dedo.
—¡Tú, bastardo! ¡Dónde aprendiste a ser tan descarado! ¿Cómo te atreves?
El asambleísta Kim estaba enojado porque no sabía de donde Seok Jeha había sacado a alguien tan
inadecuado. No podía creer que le dijeran que Mongryong era bueno, había visitado al hermoso Seok Jeha
y le había insistido en que la inspiración fuera la indicada.
En ese momento, el senador Kim mira detrás de Mongryong e hizo algunas señas.
Mongryong se dio cuenta e intentó mirar hacia atrás, pero fue en vano. Se quedó sin aliento. Uno de los
guardias se acercó desde la retaguardia y de repente lo tomó por el cuello y le agarró un brazo por detrás.
Trató de liberar el brazo, pero no tuvo tiempo de pensar cómo hacerlo porque lo había atrapado de
repente.
Luego, el otro lo obligó a inclinar la cabeza y le echó el licor en la boca abierta.
Mongryong luchó. De alguna manera, trató de evitar tragarse el alcohol. Sin embargo, el licor fluyó hacia su
garganta sin ningún obstáculo. Cuando se tragó todo, el guardia le soltó el cuello. Mongryong se quejó e
intentó vomitar, pero no pudo hacerlo.
—¡Oh, joder!
Se puso de pie, pero su visión estaba borrosa y su cuerpo tambaleaba. Sacudió la cabeza vigorosamente.
Por un momento, pudo ver lo que estaba en frente, y luego miró la alfombra en el piso y las botellas de
vino volaban en el aire. Quería caminar hacia adelante, pero su cuerpo no obedece.
Mongryong se tambaleó sin poder sostener su cuerpo. En ese momento, agarró una botella con la mano.
La sostuvo para sobrevivir.
La cara avergonzada del anciano, que es la del senador Kim, sube y baja como un topo. El resto de las caras
son iguales. Le parece que es bastante notable que la cara se alargue y se acorte.
De repente, estalló en carcajadas. Era tan divertido. No le importaba nada, solo seguía riéndose.
Mongryong se rió y estrechó la botella que tenía en la mano. Y luego saltó directamente hacia los topos
que rebotaban.
—Jajaja, topo, topo. Vamos a atrapar al topo.
Pronto pudo escuchar el sonido de ‘Ah, me duele’ y ‘Deja de golpearme’ que se escuchaba siempre en la
máquina de juegos.

***
Alrededor de tres ambulancias pasaron en la dirección opuesta, mientras Doosan conducía muy cerca de la
villa de Kim. Después de seguir el sendero un poco más adentro, se encontró con la finca del Senador.
Cuando detuvo el auto frente a la finca, encontró a Ho hablando con algunos hombres en el patio. Jeha y
Doosan se bajaron del auto después de estacionarlo. Ho los vio y corrió a toda prisa hacia ellos.
Miró hacia abajo y se inclinó 90 grados para saludar a Jeha.
—Estás aquí, Hyung-nim.
—¿Por qué estás este lugar tan abarrotado? ¿Pasó algo con el senador Kim?
Doosan preguntó primero. Ho no pudo responderle en absoluto, y tenía una cara llena de preocupación.
Jeha se encuentra con sus ojos y este se inquieta y aparta la mirada.
—Tal vez… ¿No las has visto?
—Qué.
—Las ambulancias… .
Doosan recordó las ambulancias que había pasado en el camino.
—¿Por qué vinieron?
—Lee Mongryong hizo algo… .
La cara de Doosan se endureció. Se quedó sin palabras. Ho lo miró como si fuera un pecador que no sabía
cómo pedirle perdón.
Le contó que cuando llegó, vio a Lee Mongryong bailando con una botella en la mano. Le había roto la
cabeza al Senador Kim y a sus guardias, uno tras otro como un loco. Era como si jugara a golpear al topo.
En el momento en que escuchó eso, Jeha apretó los dientes con fuerza. —Mierda.
—Estaba drogado…No es raro que se haya vuelto loco después de tomar alguna bebida… .
Cuando escuchó la palabra “drogado’, la expresión de Jeha se endureció.
—¿Qué?
—Así es, creo que el congresista Kim lo obligó a tomar alguna droga. Estaba más emocionado de lo
normal…tal vez pensó que debía drogarlo para poder dominarlo… entonces…finalmente… .
Cuando Ho vio la cara aterradora de Jeha, dejó de hablar. Al final, su voz casi se estrangula. Simplemente
no podía hablar más, porque al parecer no estaba enojado por lo que Lee Mongryong había hecho.
—¿Dónde está ahora?
Ho gimió y cerró sus ojos. Doosan que estaba a su lado, levantó la voz. —¡Responde!
Ho abrió los ojos y sacudió la cabeza de lado a lado.
—No lo sé.
El rostro de Jeha se distorsionó mucho más, que cuando se enteró que Mongryong había golpeado al
Senador Kim.
—Desapareció después de un momento de descuido. Envié a algunos hombres a buscarlo.
—¡Este bastardo! Jeha agarró a Ho por el cuello. Ho dejó de respirar. Un escalofrío atravesó su columna
vertebral. No sería raro que lo matara, con lo sangrientos que se veían sus ojos. Movió sus ojos hacia abajo
para evitar su mirada. —Lo siento, Hyung-nim. Merezco morir.
—Uh, además, el fiscal Seok dijo que vendría pronto…por él… .
—¿Quién viene?
Los ojos de Jeha temblaron, con emociones desconocidas.
—Cuando usted llamó, él lo hizo justo después… Luego me preguntó… yo…no quería decirle… pero
él se dio cuenta que algo andaba mal…Lo siento.
Ho ahora estaba casi llorando. Jeha se apartó y le soltó el cuello, porque estuvo a punto de matarlo. Luego,
se volvió y caminó hacia el auto. Cuando Doosan lo siguió, le dijo que se quedara, por si Mongryong
regresaba a ese lugar.
“Está muy oscuro. Hyung-nim quédese aquí. Yo iré por él.”
Al final, dijo que él se encargaría y sacó una linterna del auto. Con la linterna en la mano, comenzó a
caminar hacia arriba. Cuando Doosan intenta seguirlo, Jeha enojado le dice que no lo siga. No pudo
detenerlo al ver lo enojado que estaba.
Cuando Doosan regresó, pateó la rodilla de Ho.
—Este bastardo.
—Oh, ¿Por qué me pegas, hyung?
—No puedes hacer nada bien.
Ho le brindó una mirada de sincero arrepentimiento a Doosan, quien gruñó. Le dijo que no era su culpa
¿Quién hubiera imaginado que Lee Mongryong podría saltar como un loco?
La droga que tomó Mongryong parecía ser del tipo afrodisiaco. Doosan no pudo borrar su mirada de
ansiedad, cuando vio desaparecer a Jeha en la oscuridad.
***
Cuando ascendió a la cima de la ciudad, vio las luces destellando por todas partes. Sin embargo, no pudo
ver a Lee Mongryong. Solo un día antes, había querido vengarse por haberse peleado con él, y dio permiso
para que lo enviaran con el congresista Kim.
En ese momento, escucha un sonido cerca de la caseta debajo de la farola. Suena como un gemido de
dolor. Decidió seguir adelante. Trató de caminar lo más sigilosamente posible sobre la paja, para no hacer
ruido.
Iluminó el exterior de la caseta con la linterna y volvió a revisarla. No vio nada. Le dio la vuelta a la caseta y
encontró la entrada. Abrió la puerta y miró adentro. Estaba oscuro. A diferencia del exterior, el interior era
un poco menos frío. Se paró en la entrada y miró dentro, y de repente se detuvo.
Pudo ver una figura acurrucada en una esquina. Cerró la puerta y caminó rápidamente hacia allí. Al mirarle
la cara de cerca, se dio cuenta que era Lee Mongryong. Su corazón se desplomó.
Los ojos que miran fijamente la luz estaban abiertos, y el cuerpo tiembla, y no sabe qué hacer. Lo miró de
arriba abajo. Le era difícil exhalar.
Jeha se sentó de rodillas y miró su tez pálida. Le puso la linterna en la cara, pero Lee Mongryong solo la
mira distraído, como si estuviera soñando. A pesar de que le acaricia y le frota la mejilla, su mirada aún
permanece perdida.
—Lee Mongryong, mantente alerta.
En la boca de Mongryong se dibuja una leve sonrisa. Seguía tratando de mirar alrededor como si no
supiera donde estaba. Jeha sostuvo su rostro nuevamente y fijó su mirada en él mismo.
—¿Sabes quién soy? Despierta… Vamos a casa.
Mongryong mueve sus labios temblorosos y estira la mano para tocar a Jeha. El sonido de su respiración es
desigual.
—Yo… hace calor… mi cuerpo está caliente…creo que voy a morir…Ahhh… .
Al decir eso, comienza a acariciarlo por todas partes.
En el momento en que se dio cuenta de lo que había pasado, sus ojos se abrieron como platos. Qué
demonios hice. A Lee Mongryong…Qué le hice… .
En ese momento, todo tipo de escenarios terribles pasaron por su cabeza como una película. Pensó en lo
que hubiera pasado si Lee Mongryong al tomar la droga, no hubiera resistido adecuadamente. Sería
terrible, muy terrible. Trató de borrar esa imagen en su mente y llevarse a Mongryong. —Despierta.
Vamos a casa.
—Estoy un poco… quiero hacerlo… .
Mongryong lo mira. Jeha intentó levantarlo, pero su cuerpo estaba muy pesado. Estaba tratando de
cargarlo, pero Mongryong le agarra las mejillas y comienza a besarlo. Sacó la lengua y le lamió los labios, la
barbilla, las mejillas y el mentón.
—Estoy un poco… Abrázame… ¿Sí? Te deseo… .
Lo abrazó y se acostó. Jeha parecía también haberlo aceptado. Mongryong tendido en el suelo, mira hacia
arriba con los ojos llenos de calor. Su cara se veía relativamente clara, quizás debido a la luz de la calle.
Lo mira coquetamente mientras abre la boca. Bajó la mano y le agarró los genitales y le envió una señal
con los ojos, para indicarle qué hacer. Los ojos negros de Jeha se hundieron profundamente y se movieron
en su dirección.
Mongryong ahora mete la mano dentro de su ropa interior. A partir de ese momento, comienza a extraer
los genitales que ya están erectos. Jeha movió el cuello. Al sentir su caricia, se mordió los labios.
Le quitó los pantalones y la ropa interior a Mongryong con una mano de forma rápida. La ropa, que no
pudo desprenderse correctamente se quedó atrapada en una pierna de Mongryong, quién abrió las
piernas. Sin prepararlo, y sin forma de hacer nada, Jeha puso su pene en la entrada del ano y lo empujó.
Mongryong entierra los labios en su hombro y aguanta un gemido. Jeha no pudo insertar su pene en el
ano sin preparación y retrocedió.
El cuerpo se calentó y el corazón se impacientó. Trató de empujarlo con más fuerza, pero Mongryong abrió
la boca y soltó un gemido de dolor.
—Ah, duele… .
Jeha le besó el cuello y le chupó suavemente la oreja. Tocó su cuerpo metiendo la mano dentro de la
camisa. La mano que había puesto en su cintura, la movió hacia atrás, agarrando sus caderas con fuerza y
acariciando sus costados. El cuerpo rígido se vuelve un poco más blando. Trató de empujar su pene hacia
atrás, moviendo la cintura nuevamente.
—…Fiscal… .
El cuerpo de Jeha se congeló. Levantó la cabeza que tenía enterrada en el cuello de Mongryong. Sus ojos
todavía estaban perdidos, como si no fuera él mismo.
Detuvo toda la acción y lo miró fijamente. —¿A quién acabas…?
Mongryong lo miró lentamente a la cara, sin saber nada. Su mandíbula firmemente apretada, temblaba. Se
sentía terrible. Era sorprendente, porque incluso, se quedó sin palabras.
—Tú… ¿Qué dijiste?
No sabía quién era la persona que estaba al frente, pero pudo escuchar la pregunta. Mongryong se acerca
y acaricia su rostro. Jeha quería saber lo que iba a hacer, pero lo que salió de su boca fue sorprendente.
—Junyoung…hyung…Vean a…recogerme… .
Luego, comenzó a murmurar esas palabras una y otra vez. Jeha no lo podía creer. Sintió que un dolor
agudo se instalaba en su pecho. Allí, las emociones que nunca había experimentado en la vida, se
extendieron como la sangre.
Mongryong, que seguí hablando solo, comenzó a levantarse poco a poco. Sus ojos se tiñeron rápidamente
de lágrimas. Sin embargo, siguió llamando a Seok Junyoung.
La cara de Jeha estaba sorprendida y no podía apartar los ojos de sus rostro. Los genitales que no pudieron
ser insertados en el ano, ya estaban flácidos.
Su cara estaba manchada de consternación.
Emociones extrañas que lo quemaban como una bola de fuego, se dispararon en la boca de su estómago.

SEXTA HISTORIA PARTE 4

Mongryong abrió los ojos. Le dolía la cabeza. Observó el techo a lo alto. El candelabro que cuelga del techo
le parece familiar. Lo miró con los ojos bien abiertos. Trataba de recordar donde lo había visto.

Se dio la vuelta con asombro, cuando un aroma a piel muy familiar fluye por la punta de su nariz. Frunció el
ceño con sospecha. Giró la cabeza por completo para mirar los alrededores de la habitación. Y como era de
esperarse, se encontraba en la mansión de Jeha.

Este no es el apartamento, ¿Por qué me trajo aquí?

A diferencia de su mente, su cuerpo parecía no poder levantarse fácilmente. Trató de recordar. Lo último
que recuerda es que había estado en la villa del Senador Kim, fue llevado a ese lugar y había peleado
porque lo obligaron a beber alcohol.

Los recuerdos estaban parcialmente editados y en mal estado. Creo que tuve una pelea con el senador,
¿Por qué hice eso?
También recordó a Seok Junyoung por un momento. Pensó que también había venido a recogerlo.
Despertó pensando que no podía levantarse, pero obligó a su cuerpo a hacerlo. Bajó de la cama y se puso
las zapatillas, pero en ese momento su cuerpo se tambaleó. Apenas se sentó en la cama, se inclinó.

Después de estar sentado un buen rato, se puso de pie lentamente. Todas las articulaciones del cuerpo le
dolían.

No sabía lo que hacía. Simplemente se trasladó y caminó hacia el frente. No vio a nadie cuando llegó a la
sala de recepción y volvió a pasar por el pasillo. Jeha no estaba. Se dirigió a las escaleras y escuchó una
conversación escandalosa viniendo del fondo.

Los gritos también eran incómodos. Mongryong le dio la vuelta a la barandilla, bajó las escaleras una por
una y se dirigió hacia abajo. La situación en el primer piso le llamó la atención cuando caminó hasta la
mitad de las escaleras.

Sus ojos se abrieron sin darse cuenta. Junyoung estaba agarrándose la cara y gritando, y junto a él, Jeha
lucía inquieto.

¿Qué está pasando? Estaba en un apuro. Mongryong subió nuevamente por las escaleras. Su cuerpo
estaba temblando. Agarró la barandilla y gritó. Los ojos de las personas que estaban abajo se enfocaron en
él de inmediato.

Los ojos de Junyoung se abrieron cuando descubrió a Mongryong primero. Jeha se da la vuelta y lo mira, y
su cara se endurece. En el momento en que Junyoung trató de acercarse a Mongryong, Magang y Ho se lo
impidieron, poniéndose frente a él.

Junyoung les dirigió una mirada sangrienta.

—Apártense.

—Lo siento. No puede subir las escaleras.

Junyoung intentó empujarlos para pasar, pero Magang y Ho, le cerraron el camino. En ese momento, una
sonrisa aterradora se posó en su boca. Su boca estaba sonriendo, pero sus ojos no parecían agradables en
absoluto.

—No vayas a ponerte a llorar.

Ante eso, Junyoung se da la vuelta lentamente y mira a Jeha. Sus ojos temblaron de ira.

Le pareció extraño que Mongryong le colgara el teléfono, así que contactó a Ho. Al principio, estalló y
repitió amenazas una y otra vez, hasta que consiguió que le dijera que se encontraba en la villa del Senador
Kim.

Sintió que su sangre circulaba al revés. Pensó que estaba allí solo por su hermana, pero se molestó cuando
se dio cuenta que no era así.

—Para que te quede claro, pienso llevármelo.

—¿Con qué derecho?

—No hay razón para que lo traten así aquí. Si te niegas, pensaré en alguna manera. Ya sea que tome
medidas legales o pidiéndole a mi padre que lo haga, pero me lo llevaré a cualquier costo.

—Ja, haz lo que quieras.


Una esquina de sus labios vuelve a subir. Su voz sonaba malhumorada. Junyoung se dio la vuelta para mirar
a Mongryong.

Mongryong ya no podía bajar las escaleras, y estaba confundido por la situación que ocurría frente a él.

—Vamos, Mongryong. Ven conmigo.

Junyoung se acercó a Mongryong. Este observó la mano que se extendía hacia y luego miró a Jeha. Pensó
que algo había sucedido mientras estuvo perdido. Observó a Junyoung, que había aparecido de repente, y
Jeha quien lo miraba de una forma bastante extraña.

…Hijo de puta, espero que el láser que sale de tus ojos te deje ciego.
Mongryong que miró la mano de Junyoung y los ojos de Jeha alternativamente, sonrió. Un sudor frío le
empapó la frente. Tenía mucho que decir en medio de esa atmósfera impresionante, pero no se le ocurría
nada.

—Yo… .

—Mongryong, ven aquí abajo.

—¿A dónde vamos? ¿Qué está pasando?

Los ojos de las dos personas vuelven a chocar como un cuchillo. Simplemente se alistaban, como si fuera el
momento de matar a cualquiera. Mongryong suspiró brevemente. Oigan, eso no es…

—Yo…uh…tengo hambre… .

En ese momento, la estática fluía. Al mismo tiempo, los ojos de los demás hombres, incluidos los de
Junyoung y Jeha, se centraron en Mongryong. Este sonrió inocentemente.

No había comido nada desde que salió para la villa. Se sentía mal por haber bebido alcohol con el
estómago vacío, y sus jugos gástricos lo hacían sentir náuseas. Pensó que sería bueno si pudiera comer un
poco…

Al ver las expresiones de las otras personas, pensó que debería tranquilizar un poco el asunto.

En ese punto, la boca de Jeha se deslizó hacia arriba.

—Estoy bien, primero tengo que comer algo.

Después le dice a Junyoung que lo acompañe a comer y luego se vaya. Sugirió que los tres deberían comer
juntos. También era necesario que entablaran una buena conversación.

Cuando Junyoung escuchó eso, lo miró fijamente. No sabía a qué se refería.

Jeha sonría mientras mira a Mongryong. Puede que haya sido una sonrisa amistosa pero Mongryong sintió
un escalofrío.

—Lee Mongryong, bien pensado.

Mongryong tragó saliva. Maldición, ¿Por qué haces esto? Pensó que debería haberse ido con Junyoung
de inmediato, pero se arrepintió muy tarde.

***
Mongryong miró en silencio a la carne semi cruda. Normalmente no podía comerla porque no podía darse
el lujo de comer carne recién horneada, pero sentía que este no era el momento para comer eso.

Solo quería tomar sopa caliente. En ese momento, Junyoung llamó a alguien con entusiasmo. Una criada
que estaba cerca respondió a su llamada rápidamente.

—Oye, lo siento, ¿Puedes servirme un poco de sopa?

—Ah, ¿Sopa? La criada fue a buscarla de inmediato.

Jeha mira a Mongryong. Observa cómo se queda mirando al filete, con el cuchillo y el tenedor en las
manos. Inmediatamente le hizo señas a la criada con la mirada. Eso significaba que quería que se acercara a
Mongryong.

—Entonces, ¿Qué le parece si le sirvo sopa de mariscos?

Cuando la criada preguntó, Junyoung respondió en lugar de Mongryong.

—Si, pero sin camarones. Este chico es alérgico al camarón.

La criada se echó a reír y dijo: —Lo sé. Jeha masticó la carne y miró a Junyoung a los ojos.

—Lo conoces muy bien. ¿No crees que cualquiera pensaría que eres su amante?

Junyoung no respondió y cortó la carne y se la metió a la boca. Jeha preguntó de manera sarcástica.

—Solo es curiosidad, pero ¿Acaso sabes lo que le gusta a tu propio hermano?

Junyoung asintió.

—Sí. Prostituir a la gente.

Después de que Junyoung terminó de decir esas palabras, Mongryong se sacudió y se echó a reír sin
probar la sopa que tenía al lado. Solo pudo sostener la cuchara en la boca, apretándola con los dientes
para no reírse más.

Jeha miró directamente a Mongryong.

—¿Te parece divertido?

Mongryong no le respondió, en su lugar le habló a Junyoung con una cara juguetona.

—Hay otra cosa que le gusta. También tiene un fetiche por los disfraces, jaja.

Ante eso, Jeha se molestó. Le dijo que se callara, pero Mongryong no pudo parar de reírse. Mientras se
tomaba la sopa, sus hombros continuaron temblando.

—Oye, Lee Mongryong.

—Está bien. Ya no lo haré más.

—Después que comas te irás al apartamento. Ho te llevará.

Junyoung puso el tenedor y el cuchillo sobre la mesa. Se limpió la boca con una servilleta, bebió un sorbo
de agua y dijo que no era necesario.

—Ven conmigo. Puedes ir a tu casa o quedarte en la mía. Ya no tienes que permanecer en este lugar.
La cara de Mongryong se iluminó. Sin embargo, Jeha notó su incomodidad. Una sonrisa se dibujó en sus
labios. Con esa expresión le estaba diciendo que no se marcharía jamás.

La mirada de Jeha voló hacia Mongryong y se quedó fija en él. Su voz era fría y sus ojos agudos.

—¿Sabes lo que le sucede a los perros sin dueño? Será mejor que lo pienses sabiamente.

—No lo amenaces. Él no es un perro, se llama Mongryong.

—Sí, también eres una persona. Así que voy a tratarlo como tal. De ahora en adelante.

Jeha se rió de Junyoung. Este lo mira fijamente con desprecio. Mongryong los miró a los dos
alternativamente y habló sin pensar.

—Al verlos, parece que estuvieran peleándose por mí. Si alguien los ve, pensaría que tenemos un
triángulo amoroso.

Junyoung se rió amargamente, y Jeha no pudo reírse. En su lugar, parecía haberse convertido en un
tempano de hielo. Luego cambió de cara y suavizó su expresión como nunca antes.

—Puedes estar tranquilo hasta que tu hermana se someta a la cirugía. También te prometo que
nunca volveré a hacerte algo parecido a lo de ayer.

Tan pronto escuchó eso, Junyoung le dijo que era un cobarde, y que no tenía excusas por lo que había
hecho ayer. Mongryong, que observó la conversación que mantenían, puso una cara de alegría y les gritó
que le prestaran atención. Jeha asintió levemente, diciendo que podía hablar poniendo una cara casual.

Cuando lo miró a la cara, Mongryong parecía estar un poco divertido y febril.

—Seok Jeha, con relación a lo que acabas de decir… ¿Eso significa que te diste cuenta de lo terrible
que fue para mí lo que pasó ayer?

La cara de Jeha que parecía relajada, se endureció un poco de repente. A su mente vinieron las imágenes
de Mongryong sollozando y llamando a Junyoung. En ese momento, se dejó llevar por sus emociones
nuevamente. Trató de apretar los dientes y sonreír tanto como pudo.

—Bueno. Cometí un error. Lo admito.

—Por todo lo que me has hecho hasta el momento, pídeme perdón también.

—Ni lo esperes.

—No lo haré. Eres un ser humano despreciable.

Jeha aumentó la fuerza en las manos que sostenían el cuchillo y el tenedor. De alguna manera, trató de
mantener una apariencia casual. Mongryong lo mira y continúa hablando.

—¿Pero sabes qué?

—¿Qué?

—Para mi… estar contigo, o en la casa del congresista, es lo mismo.

Jeha ya no mantiene la compostura y se derrumba. Junyoung, que estaba sentado al frente, también tenía
una cara ligeramente sorprendida. Era inusual que Mongryong expresara sus sentimientos.
—Así que si lo lamentas tanto como yo…envíame a casa.

Jeha apretó su mandíbula, como si fuera a romper sus dientes. Su barbilla temblaba. Sus globos oculares
seguían ardiendo. La bola de fuego, que comenzó a quemarlo desde ayer, ahora se expande por todo su
cuerpo.

Jeha movió con lentitud los labios, que tenía fuertemente cerrados.

—No.

Mongryong se ríe y le dice que pensó que eso sería mejor a andar por ahí sin rumbo fijo.

Jeha desvió la mirada. Cortó la carne con una cara casual y la puso en su boca. Su mandíbula se movía
mecánicamente. No sabía ni siquiera lo que estaba masticando en ese momento. Y luego habló de nuevo
sin dejar de mirar a la mesa.

—Si quieres maldecirme, hazlo, no te quedes callado. ¿De acuerdo?

Mongryong se hinchó, como si el cabello se le estuviera cayendo.

—Jódete, hijo de puta.

***

Mongryong estaba revisando su motocicleta negra. Seunghyun se paró a su lado y lo miró.

Era la motocicleta en la que solía montar cuando trabajaba en la empresa de servicios rápidos, pero como
no tenía donde dejarla, se la trajo a Seunghyun para que se la cuidara por un tiempo.

La mirada de Seunghyun se volvió hacia Ho, quien se quedó muy lejos de ellos. Estaba inclinado sobre el
auto, con los brazos cruzados. Seunghyun movió los labios lentamente para que no pudiera leérselos.

—Te veo a menudo con él.

—No te preocupes por eso.

En ese momento, Seunghyun encontró el teléfono celular que sobresalía del abrigo de Mongryong y lo
sacó. Mientras Mongryong miraba su motocicleta, guardó su número de teléfono y se lo puso de nuevo en
el abrigo.

Luego sacó una cajetilla de cigarrillos del bolsillo, tomó uno y se lo puso en la boca. Lo encendió y aspiró el
humo, pero Mongryong se levantó, agarró el cigarrillo de Seunghyun y comenzó a chuparlo.

—Oye, ya estaba encendido.

—¿Cuánto tiempo la puedo dejar aquí?

—Así que piensas dejarla estacionada aquí. Me temo que deberás pagarme mucho. No te saldrá
barato.

Mongryong le arrojó la llave de su motocicleta a Seunghyun, y este la recibió.

—La recogeré pronto. Cuida de ella hasta entonces.


—Hasta pronto.

—Sí.

—¿Entonces te quedarás allí? ¿En Ilsung?

Mongryong asintió casualmente. Bueno, eso es todo. Mongryong aspira el humo hasta que sus mejillas se
inflan y luego lo expulsa.

Seunghyun, que mira fijamente a Mongryong, extiende la mano y le toca el cabello.

—Tienes que teñirlo de nuevo. Ya se te está saliendo el color.

Mongryong se miró en el espejo de la bicicleta y se dio cuenta que el color se había salido y las raíces
negras le sobresalían bastante. Al parecer no le gustó lo que vio y luego se sacó el cigarrillo medio gastado
de la boca y lo puso en los labios de Seunghyun.

Seunghyun frunció el ceño. Que sucio.

—Ok, ya me voy.

—¿Hyeyoung viene hoy?

—Sí. Me acaban de llamar desde Busan.

—¿Debería ir yo también?

—Después. Visítala cuando se mejore de la cirugía.

Seunghyun sonrió como si tuviera algo más que decir. Quizás Mongryong había cambiado un poco. Su cara
lucía un poco más delgada, desde la última vez que lo vio.

Mongryong, al notar la expresión preocupada de Seunghyun, lo golpea con un puño y sonríe.

—Bueno, me voy.

—Llámame si pasa algo. Ya guardé tu nuevo número.

—Bueno.

—Responde por favor.

—Está bien.

Mongryong levantó la mano una vez y luego se volvió hacia el lugar donde estaba estacionado el auto.

Seunghyun todavía miraba su espalda mientras fumaba. Le extrañó que los ojos de Ho lo miraran con tanta
sospecha. Se encogió de hombros y no apartó la vista hasta que el auto se fue.

***

Mongryong permaneció en silencio durante el viaje en el auto. Estaba mirando por la ventana y pensando
distraído. Mientras tanto, Ho agarró el volante, lo miró y le hizo una pregunta.

—¿Él es tu amigo?

Mongryong asintió con los ojos fijos fuera de la ventana. —Sí.


—¿Sólo un amigo?

—Salió conmigo antes.

—Ah, ya veo.

Mongryong alzó las cejas.

—¿Le vas a informar eso a Seok Jeha?

Ho sacudió la cabeza y le dijo que esa no era su intención. Solo tenía curiosidad.

La última vez, se había dado cuenta que Seunghyun miraba a Mongryong de una manera especial. Al ver su
expresión, era evidente que sus sentimientos por él, no eran solo los de un amigo.

—Pero no deberías dejar que lo descubra. No creo que le guste mucho.

—¿Por qué? ¿Acaso no soy solo su perro?

—Te equivocas… .

Ho reflexionó. Pensó en la relación que había entre ellos dos. Su hermano Magang le había dicho que le
parecía muy extraña la forma en la que Jeha Hyung trataba a Lee Mongryong. Sin mencionar que le había
alquilado un apartamento, en lugar de llevarlo a la casa. Era como si fuera su amante.

Cuando Doosan los llamó a él y a Magang por separado en la mañana, y les ordenó que no descuidaran a
Mongryong, se dieron cuenta que lo que pensaban no era un error.

—¿Pero no te has dado cuenta como me trata Seok Jeha? Es como si yo fuera su prisionero.

Dijo eso, pero Jeha no le había impedido que se fuera de la casa. Pero sin importar lo que pensara en ese
momento, tuvo que detenerlos para que no siguieran peleando por su culpa. Como Junyoung insistió en
llevárselo hasta el final, Mongryong, que no soportaba verlos discutir de esa manera, terminó diciéndole
que se quedaría.

Junyoung le dijo que iría al hospital después del trabajo, para poder verlo nuevamente.

—Jeha hyung se reunirá con el presidente y llegará un poco tarde. Y todo eso es tu culpa.

Mongryong le pidió que le explicara lo que quería decir con eso.

—Le rompiste la cabeza al senador Kim.

—Ah, Mongryong asintió con la cabeza despreocupadamente. Supuso que no fue a un topo al que le había
pegado. Pero en ese momento lo había sentido muy real.

A pesar de que el senador era un miembro de la Asamblea Nacional, no podía buscar venganza o tomar
retaliaciones en su contra tan fácilmente. Además, las escenas de lo que había sucedido se grabaron en el
reloj que Ho le había entregado, por lo que el Senador debía actuar con mucha más cautela.

—De todos modos, la compañía perdió mucho dinero. Y eso es porque hyung-nim cambió de
opinión de repente.

—¿Cambió de opinión?

—¿No te acuerdas?
—¿De qué?

—Después de que te envió a ese lugar, Jeha hyung cambió de opinión de inmediato. Por eso regresé
y encontré todo hecho un desastre. Más tarde, hyung llegó y le conté lo que había pasado.

Mongryong frunció el ceño. No recordaba nada en absoluto. La cara de Junyoung fue lo primero que le
vino a la mente en sus confusos recuerdos.

—Entonces… ¿Él estuvo allí?

—Realmente no puedes recordarlo. Cuando se enteró de todo, se puso completamente furioso.

—Ah.

—Fue él quien fue a buscarte y luego bajó contigo. ¿No te acuerdas de eso?

Mongryong se mordió el labio inferior. No sabía que lo había hecho. Entonces no fue Junyoung, sino
Jeha. Ho vio la cara confundida de Mongryong y chasqueó la lengua.

—Te trajo a casa y llamó al médico, pero al parecer no pudo dormir en toda la noche. Cuando subí a
verlo en la mañana, los cigarrillos estaban apilados en la sala como montañas.

Mongryong se sorprendió. Recordó la cara de Seok Jeha, cuando le dijo que no había diferencia entre estar
allí o en la villa del Senador Kim.

Era como si lo hubiera apuñalado con un punzón. Al ver su expresión se sintió extrañamente emocionado.
Después de eso, Jeha no volvió a hablarle, hasta que Ho lo llevó al apartamento.

Mongryong murmuró para sí mismo. —Todo es su culpa. ¿Quién cometió el error primero?

—Jeha hyung también dijo que vendría al hospital más tarde, pero me preocupa que no pueda venir.

—¿Por qué? ¿Cuál es el problema?

—Ya te lo dije. Fue llamado por el presidente. Lo más probable es que lo golpee hasta el cansancio, y
quizás por eso no venga.

—¿Y por qué?

—Nuestro presidente tiene una personalidad muy complicada. Aunque parezca que todo marcha
bien ahora porque Jeha hyung es un adulto, todavía lo sigue castigando severamente por sus
errores. Doosan hyung me dijo que el presidente un día lo golpeó con un palo de golf tan fuerte,
que tuvo que llevarlo a emergencias porque quedó inconsciente.

Mongryong lo miró consternado. Pensó que Seok Jeha se parecía mucho a su padre.

—Pero aún así, no tiene razones para golpearlo.

—Puede que ahora no tenga la misma fuerza que antes, pero Doosan hyung me dijo que el
presidente estaba muy enojado. Así que tal vez Jeha hyung no pueda venir hoy si no sale vivo de su
castigo.

En ese momento, Mongryong suspiró brevemente. La culpa obviamente había sido de Seok Jeha, pero se
preguntaba si también no había sido también responsable. No tuvo más opción que seguir mirando por la
ventana hasta que llegó al hospital con muy mal humor.
***

Un sedán negro ingresó al estacionamiento subterráneo del hospital. Después de apagar el motor, el
conductor se quedó sentado en su asiento durante mucho tiempo. Bajó el espejo retrovisor y se miró la
cara. Tenía los labios reventados y los ojos morados.

¡Tch!, chasqueó la lengua y levantó el espejo con nerviosismo. Con la edad, su fuerza física pudo haber
muerto, pero la personalidad del presidente Seok permanecía intacta. Sin embargo, se preguntó si le había
quedado algún hueso sano.

Confirmó la hora. Había pasado aproximadamente una hora desde que recibió la llamada de Ho, donde le
informó que la cirugía podría prolongarse. Se bajó del auto, cerró la puerta y caminó hacia el hospital.

Tomó el ascensor hasta la sala de espera cercana a la sala de cirugía. Cada vez que caminaba, sus pasos
retumbaban en el pasillo.

Antes de llegar a la sala de espera, un letrero en la pared le llamó la atención. Frente al nombre Lee
Hyeyoung, había una luz verde que indicaba que la cirugía estaba en desarrollo.

No había mucha gente en la sala de espera. Un hombre y una mujer que parecían ser familiares de alguien
estaban en la entrada hablando con caras serias. Pero sin importar cuanto lo buscara, no podía encontrar a
Lee Mongryong.

Cuando dobló la esquina, vio a alguien sentado contra la pared. Llevaba el abrigo que se había comprado
hace un tiempo.

Cansado de tanto esperar, Mongryong se había quedado dormido con la cabeza apoyada contra la pared.
Cuando lo vio, una sonrisa se dibujó en sus labios sin darse cuenta. Se sentó en silencio al otro lado del
pasillo.

Lee Mongryong duerme como si el resto del mundo no existiera para él. Su cara lucía más relajada que
nunca antes. Jamás le había visto esa expresión cuando abría los ojos.

Todavía no lo he visto. Mongryong frunció el ceño cuando sintió una brisa fría y se acurrucó un poco.
Jeha, que lo estaba mirando, se levantó lentamente. Se quitó el abrigo que llevaba puesto y se acercó. Le
cubrió el cuerpo con él. Mongryong frunce el ceño. Y luego se duerme otra vez.

Jeha ni siquiera pudo pensar en regresar a su asiento y se sentó a su lado. Sus rodillas se tocaron.

Mongryong sacudió el cuerpo y ansió buscar su calor. Su cabeza cae sobre su hombro.

Miró sus largas pestañas. El olor corporal que sintió muchas veces mientras tenían sexo penetra en su nariz.

Jeha se movió y le acomodó el cuello. El centro de su pecho, donde Mongryong puso la cabeza, le
palpitaba por los golpes que había recibido antes. Suspiró inaudiblemente.

No podía cambiar de postura porque no quería despertarlo. Se quedó allí sentado hasta que la enfermera
vino a buscar al acompañante de Lee Hyeyoung.

SÉPTIMA HISTORIA PARTE 1


—El acompañante de Lee Hyeyoung.

Mongryong abrió los ojos. Pudo ver a la enfermera en su campo de visión. Ella le preguntó: —¿Está
cansado? y él sacudió la cabeza para negarse y se despertó.

Cuando estuvo a punto de ponerse de pie, se dio cuenta que su mano derecha no estaba sola. Esta se
superponía con la mano de alguien. Las manos estaban calientes. También estaba cubierto con un abrigo
que nunca había visto antes.

Giró la cabeza y casi se desmaya de la impresión sin darse cuenta. Esto se debe a que Jeha estaba sentado
con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados. Estaba sosteniendo su mano dentro del abrigo. Trató
de liberarla de su agarre, pero él la estrechaba fuertemente mientras dormía.

—Después de la cirugía, la trasladaremos a una habitación. Necesito que venga conmigo, para que
escuche el reporte del médico.

Mongryong le sonrió y asintió. —Sí, lo haré.

La enfermera se marchó. Luego, miró a Seok Jeha de nuevo. Todavía tenía los ojos cerrados. —¿Cuándo
viniste? El lado izquierdo de su boca estaba roto y tenía los ojos hinchados, llenos de moretones.
Parecía haber sido golpeado por su padre, como dijo Ho. Chasqueó la lengua y con cuidado intentó liberar
su mano. Se levantó, tomó el abrigo y lo cubrió con él.

Como no quería verlo, le cubrió toda la cara, pero al pensar que no podría respirar, le bajó un poco el
abrigo. Entonces, casi se puso a gritar. Eso fue porque Seok Jeha los estaba mirando con los ojos abiertos.

—Ugh.

—… ¿Por qué estás sorprendido? ¿Acaso soy un fantasma?

Preguntó en voz baja. Preferiría pensar que en realidad fuera un fantasma, pero Seok Jeha lucía cansado y
se tocaba la cara. Cuando la mano se aproxima a la parte herida, frunce el ceño. La cara de Mongryong
también se distorsiona.

—¿Cuándo llegaste?

—Mientras dormías, como si el resto del mundo no existiera.

—Vete a casa, ¿Por qué estás aquí?

Ante el tono frío de Mongryong, Jeha lo miró en silencio. Tal vez todavía estaba enojado. Tomó el abrigo
y se levantó.

— Vamos, la enfermera dijo que el médico estaba esperando.

—Tú no tienes que ir. Yo soy el acompañante.

—¿Lo olvidaste? Yo soy el que paga las cuentas.

Mongryong bajó la cabeza en tono de súplica. —Es cierto. Parecía que quería decirle algo más. Pero se
quedó mirándolo por un momento y se volvió para ir a ver al médico.
Luego se detuvo con los ojos bien abiertos. Junyoung acababa de llegar y caminaba hacia ellos. Jeha
también lo vio mientras avanzaba por el pasillo. De inmediato, su cara se endurece.

Jeha confirmó la hora. Él todavía debería estar trabajando, pero al parecer se escapó a mitad de la jornada.
Junyoung mira a Mongryong con una cara de felicidad, pero cuando sus ojos encuentran a Jeha de pie
junto a él, endurece el rostro.

—¿Por qué viniste a esta hora?

—Ya terminé con mi agenda de hoy, por eso vine. No creo que hayas podido comer bien, así que
salgamos a comer juntos.

—Ah. Mongryong sonríe débilmente. Junyoung cambió su mirada de Mongryong a Jeha. Este le devuelve
la mirada con una expresión de repudio.

—Tú también puedes venir con nosotros.

Pero antes de que Jeha abriera la boca, Mongryong dice rápidamente que él le había dicho que tenía que
irse a su casa. Jeha lo mira con los ojos entrecerrados. —¿Cuándo dije eso? Pero Mongryong lo ignora y
dice que tiene que irse a ver al médico.

Junyoung camina junto a Mongryong, quien le pide que vaya con él. Jeha miró sus espaldas alejándose por
el pasillo, durante mucho tiempo.

***

Mongryong miró a Jeha, que estaba sentado al frente. El médico le había dicho que la operación había sido
un éxito, pero que tenía que observar su progreso. Además, por el momento, todavía estaba en riesgo. Lo
sabía más o menos, pero cuando lo escuchó, su corazón se volvió más inquieto.

Estaba preocupado, pero Junyoung lo llevó al restaurante frente al hospital. Ordenó comida, pero fue
contactado urgentemente por su secretario, por lo que tuvo que regresar a la oficina. Gracias a eso,
Mongryong y Jeha estaban sentados, comiendo solos.

Era incómodo. El mesero les sirvió torpemente, dos tazones de sopa.

A los dos les sirvieron Naejangtang. Se estuvo preguntando, si con esa cara alguna vez había comido algo
como eso, pero tal vez no estaba equivocado, pues Jeha batía la cuchara en la sopa, con una cara llena de
curiosidad.

—¿No vas a comer?

Cuando Mongryong le pregunta, Jeha lo mira. Seok Junyoung y él habían ordenado ese plato, por lo que
Jeha también pidió lo mismo.

De un vistazo pidió lo mismo, pero cuando vio los trozos que estaban dentro de la sopa, perdió el apetito.
Algunos bultos extraños parecían las partes de un trapeador.

—Me la voy a comer.

Pero en lugar de probarla, comenzó a batirla nuevamente con la cuchara. Mongryong frunció el ceño.

—Si no la quieres, ordenaré otra cosa.


—Me la voy a comer.

—Solo estás diciendo que te la vas a comer. Pero si no la quieres, dámela.

Jeha lo miró como diciéndole, ¿Quieres esto? Y luego Mongryong empujó el plato vacío que tenía a su
lado. Jeha sacó las tripas. Después de sacarlas, Mongryong las tomó y las mezcló en su tazón.

Su plato estaba lleno de intestinos. Le agregó un poco de condimentos picados y los mezcló. El caldo
inmaculado se volvió azul. Sacó un bocado con una cuchara y se lo puso en la boca para comerlo.

Jeha solo lo miró. La sopa aún estaba intacta. Ni siquiera había tocado el arroz con los palillos.

Mongryong tenía una cara ansiosa.

—Si no vas a comértelo, dámelo.

—¿Puedes comerte todo esto?

Mongryong asintió y arrastró la tetera que tenía enfrente. También tomó el arroz restante, lo vertió en el
caldo y lo mezcló completamente con la cuchara. Jeha lo mira y sonríe.

—Comes mucho.

—Tengo que comer para tener energía.

—Entonces come algo más.

—De acuerdo, comeré algo más. Pero no me gusta hacerlo frente a una persona sin apetito.

Ante eso, Jeha se rió de nuevo. Mongryong lo miró, sacó algo de su bolsillo y lo tiró a la mesa. Era una
pomada, en un empaque más pequeño que un dedo meñique.

Jeha la miró fijamente.

—¿Qué es eso?

—Es obvio. Es una pomada.

—¿Para qué?

—Aplícala sobre tus heridas. De todas las cosas que me he aplicado, esto es lo más efectivo. Cura
rápidamente.

Jeha se quedó con la mirada en blanco por un momento y luego sonrió.

—¿La compraste para mí?

—No la compré. Estaba en mi bolsillo. De todos modos, fuiste castigado por mi culpa.

—Solo necesitaba saberlo.

—Pero no lo siento. Todo lo que pasó fue tu culpa.

—Ok. Yo soy el culpable. No tienes que disculparte, pero tal vez puedas aplicarme el medicamento.

—¿Estás loco? Por qué tengo que hacerlo yo. Tus dedos están bien. Aplícatela tú mismo.

—De todas formas. Gracias por preocuparte.


Jeha se rió sin energía. Mongryong miró hacia abajo. Sospechó que debía decir que todo era su culpa. Eso
lo hizo temblar de nuevo.

Pero la expresión de Jeha era extraña desde el principio. No pensó que era porque simplemente no quería
comer. Sus ojos estaban rojos y su color no era bueno. Tal vez su padre lo había golpeado más de la
cuenta.

Cuando pensó en eso, dejó caer la cuchara. Tenía que saber la verdad.

—¿Por qué no comes?

—Simplemente no sabe bien.

—Entonces, ¿Por qué sigues aquí? Vete a casa.

Ante eso, Jeha frunce el ceño y se toca la frente con la yema de los dedos.

—Me duele la cabeza. Tócame para ver si tengo fiebre.

—Hazlo tú mismo.

—No tiene sentido si lo hago yo mismo. No seas desconsiderado, ¿Eh?

Mongryong chasqueó la lengua y le pidió que se acercara con una cara molesta. Jeha se inclinó hacia
adelante. Los ojos de Mongryong se abrieron un poco más mientras le acariciaba la frente con el dedo.
Estaba muy caliente.

No era una ilusión, pudo darse cuenta de que tenía fiebre al tocarle la frente con toda la mano.

Para estar más seguro, le tocó las mejillas. En ese momento Jeha giró ligeramente la cabeza hacia un lado.
Al instante, los labios tocan su palma, en lugar de las mejillas.

Mientras le besaba la palma, Mongryong se asustó y apartó la mano. Sus orejas se pusieron rojas.

—Ah, mierda.

—¿Por qué me tocas la cara así?, te ves sexy.

Mongryong lo miró con repugnancia. La mejilla que acababa de tocar también estaba caliente. Era evidente
que estaba enfermo.

—Después de comer, ve al médico. Tienes fiebre.

—Entonces era eso, de algún modo sentí que la cabeza se me rompería.

—Entonces, no debiste venir. Vete a casa.

Ante su actitud contundente, Jeha chasqueó la lengua. Pensó que se sentía enfermo porque el presidente
Seok lo había golpeado.

—Debes conducir el auto más tarde.

—Puedes llamar a tus hombres.

—Bien, entonces. Conduciré solo. Si tengo un accidente, quedará en tu conciencia.


Al escuchar eso, las esquinas de la boca de Mongryong se elevaron. Era una cara para decirle ¿Estás
loco? Pero Jeha lo ignoró. Cuando Mongryong estuvo a punto de decir algo más, recordó que él era quien
pagaba los gastos de hospitalización y la cirugía de su hermana.

—¿Todavía estás molesto porque te envié al congresista Kim?

Al escucharlo, Mongryong aprieta los dientes.

—¿Tú que crees?

—No sé, dime.

Como lo ignora, Jeha le pregunta de nuevo, y Mongryong cierra la boca sin decir nada. Jeha, que todavía lo
miraba, se frota los labios un par de veces y habla.

—… ¿Seguirías enojado si te dijera que lo siento?

Mongryong se quedó pasmado. Miró a Jeha con sospecha. Luego lo ignora y vuelve a comer. Jeha dijo de
nuevo.

—Si te digo que lo siento, ¿Te enfadarías?

—No.”

—Te pediré disculpas.

Está loco. ¿Por qué se disculparía?


—Detente.

—Lo haré ahora, así que escucha con atención.

—Cállate. No quiero escucharlo.

—Lo haré.

—Oh, joder, no lo hagas.

—Si no quieres que te pida disculpas, ¿Quieres que te hable de otra cosa? De amor o algo así.

Cuando lo escuchó, quedó tan pasmado que los granos de arroz se deslizaron de su boca. Soltó la cuchara
y lo miró con una cara de sorpresa. —¿Qué?

—¿Quieres salir conmigo?

Mongryong toma la taza de agua a su lado, en lugar de mirar el arroz. Tomó un trago y se limpió la boca
con el dorso de la mano. Estaba tratando de decir algo, pero tenía tanta vergüenza, que las palabras no le
salían fácilmente.

—¿Sabes que es salir con alguien?

—¿Es cuando el sexo se vuelve legal?

Mongryong no pudo ocultar su expresión de asombro. ¿De qué está hablando este loco? Entonces,
¿Todo lo hicimos, fue sexo ilegal?
—Vas a ir al hospital de inmediato. Creo que el golpe también te afectó la cabeza.
—Pero te gusta el sexo. Si quieres puedo hacértelo hasta que se rompa tu agujero.

—¡Ah, vete a la mierda!

Al verlo ofuscado, Jeha se rió con orgullo.

—Haces que se me ponga dura todos los días.

Mongryong miró el interior del restaurante. Afortunadamente, no había gente. Acababa de escuchar a Jeha
pidiéndole que saliera con él, en un restaurante de sopas frente al hospital. Ja, este bastardo es frío. Hay
muchas otras maneras de intimidar a las personas.
Mongryong respondió con resignación.

—No, no saldré contigo. Me niego rotundamente. ¿OK?

—¿Por qué?

En ese punto, Mongryong lo miró consternado. —Jaja, y me preguntas por qué. O no lo sabes, o eres un
verdadero psicópata.
Miró la expresión de Jeha que parecía preguntarle ¿Por qué? Hablemos. —¿De qué estás hablando?

Mongryong revisó sus bolsillos, puso un billete de 10 mil wones en la mesa y se levantó. Sintió que iba a
vomitar el arroz que se acababa de comer. Se dio la vuelta y salió del restaurante.

Escuchó a Seok Jeha siguiéndolo a sus espaldas, así que aceleró los pasos para regresar al hospital.

SÉPTIMA HISTORIA PARTE 2

Mongryong miró en silencio, la cara de Jeha quien estaba acostado en la cama. A pesar de que dijo que estaba
enfermo, lo recogió, lo llevó en el auto y lo trajo al apartamento, pero tan pronto como lo hizo, se acostó en la cama
y no parecía que fuera a levantarse pronto.

Dijo que se sentía mal, por lo que le recetaron medicamentos y recibió una inyección en el hospital.

Mongryong se levantó de la cama, fue a la sala y se acostó en el sofá. Trató de cerrar los ojos por un tiempo, pero no
pudo dormir.

Se puso de pie y se fue al baño. Se quitó la ropa. Pensó en tomar una ducha para luego regresar al hospital, donde
estaba Lee Hyeyoung.

Abrió el grifo y humedeció su cabeza y su cuerpo, pero en ese momento escuchó el sonido de la puerta, abriéndose.
Jeha entró al baño, después de observarlo un rato fuera de la cabina.

Pero después, no solo entró al baño, sino que también abrió la puerta de la cabina de la ducha. Al mirar su desnudez,
Mongryong puso una cara de fastidio, apretó el champú y lo frotó contra su cabeza.
Se frota el cabello y abre el grifo de la ducha para enjuagarse, pero Jeha entra a la cabina. Mongryong lo ignora y
enjuaga la espuma restante. Pero en ese momento, Jeha se aferra a su espalda y coloca los labios sobre sus hombros.

Con un brazo envuelto alrededor de su cintura, le acaricia los hombros con los labios y los chupa al mismo tiempo.
Las marcas rojas comienzan a aparecer en sus hombros rápidamente. Pero a pesar de eso, Mongryong lo siguió
ignorando, tomó la esponja de baño y se frotó con ella.

Las burbujas se deslizan por su cuerpo. En ese momento, Jeha frotó con fuerza su pene contra las caderas de
Mongryong y este se mordió el labio inferior y se volvió.

Los dos quedaron frente a frente.

—¿Qué estás haciendo?

—Sexo.
Mongryong lo miró con una cara extraña. Tenía una fiebre de 39.4 grados cuando lo examinaron en el hospital. Pero
después de tomar un antipirético, al parecer se había recuperado. Se veía más saludable que antes, sin embargo, era
imposible que tuvieran sexo en esa situación.

—Vete a dormir.

—Rechazaste mi confesión, y ahora tampoco quieres tener sexo.


Al final de su discurso, Mongryong lo fulminó con la mirada.

—¿Y por qué debería hacerlo?

—Se suponía que eras mi perro. Me obedecerías y sacudirías ese trasero solo para mí.

—¿Estás demente? Dijiste con tu propia boca, que no me tratarías más como un perro frente a
Junyoung hyung.

—Cambié de opinión. Cumpliría mi promesa si hubieras aceptado mi confesión, pero ahora creo
que es mejor seguir tratándote así.

—Wow, de verdad que eres un bastardo.

Ante eso, Jeha se echó a reír. Lo sentí desde la última vez, cuando lo maldigo, se ríe. Que fetiche. Me
pregunto cómo me enrollé con este pervertido. Debería haberlo sabido desde el momento en
que me obligó a usar esa ropa rara. —Haa.
Jeha acercó la parte inferior de su cuerpo, superponiendo su pene con el de Mongryong. Los sostuvo juntos y los
frotó de un lado a otro. Mongryong se mordió el labio inferior. Es cierto, soy débil ante la lujuria, porque
soy un hombre.
Gracias a la espuma del jabón, los genitales de ambos, fueron frotados sin dificultad. El pene de Mongryong era de
tamaño normal, pero el de Jeha era tan grande que los tendones lucían prominentes. Eso lo hizo sentir febril de
alguna manera.

En ese momento, Jeha fijó el extremo de su glande y lo frotó contra el de Mongryong.

—¿Vas a besarme? Le pregunta.


Mongryong entrecerró los ojos y lo miró fijamente. Jeha se inclinó, buscando besar sus labios, pero Mongryong
volvió la cabeza.

—Solo tengamos sexo. Tienes un resfriado.

Simplemente, ya no quiere besarme. Cuando Jeha se dio cuenta de eso, giró la cabeza y lo besó a la fuerza.
Mongryong cerró la boca, por lo que Jeha, tuvo que empujarle el pulgar adentro, para abrírsela.

Mongryong frunció el ceño y le apretó el dedo con los dientes.

—Más tarde morderé tu polla tan fuerte como ahora. ¿De acuerdo?

Él sonríe fríamente. —Ah, La boca de Mongryong se abre, y el dedo se mete dentro de ella. Luego presiona la
lengua firmemente con el dedo y toca la membrana mucosa dentro de la boca.

Esta vez, Mongryong intentó morderlo con los dientes, pero Jeha saca su dedo primero y al mismo tiempo gira la
cabeza hacia un lado y le cubre los labios.

Jeha empujó la lengua y buscó la lengua de Mongryong como una serpiente que busca comida. Siguió atrapando su
lengua con urgencia y la frotó obscenamente. Los hombros de Mongryong temblaron.

Jeha retiró la mano que había rozado sus genitales y la extendió detrás del trasero de Mongryong.

Apretó las nalgas con fuerza como si fuera un budín, luego las soltó y las recorrió con la punta de los dedos. Después
de encontrar el agujero con el dedo medio y frotar la entrada, Mongryong se muerde el labio inferior y comienza a
empujar sus caderas.

Jeha apartó los labios y le golpeó el trasero. Mongryong abrió los ojos bruscamente y lo miró a la cara.

—No aprietes todavía. Debes hacerlo, cuando mi pene esté adentro.

—¿Realmente lo vas a hacer?

—Sí. Lo haré.
Los ojos de Mongryong temblaron por un momento. Luego, tan pronto como se dio por vencido, suspiró y relajó su
cuerpo endurecido.

—Está bien, hazlo.

—Todavía es muy pronto para rendirte.


Mongryong se rió de sus palabras.

—De todos modos, el sexo no significa nada para mí. Puedes tener el cuerpo, pero yo no tengo
más nada que darte. Solo debes darme el dinero que me prometiste. Debes cumplir tu promesa
de proteger a mi hermana. Entonces, puedes usar mi cuerpo como quieras.
El rostro de Jeha se endureció. Apretó los dientes y miró a Mongryong. En otras palabras, eso significaba que le daría
su cuerpo, pero no su corazón.

Mongryong se inclina y se para contra la pared. Separa las piernas, y se pone en posición para que pueda penetrarlo
rápidamente.

Pero en lugar de mirar la espalda de Mongryong, Jeha tomó la mano izquierda en la pared y la entrelazó con la suya.
Cuando Mongryong intentó mirar hacia atrás, él le envolvió la cintura con la otra mano y volvió a poner los labios
sobre sus hombros.

Mongryong gimió y le pidió que lo penetrara rápido, pero Jeha le lamió los hombros con la lengua y le respondió
lentamente.

—Debes dejar que te lama y te acaricie como yo quiera. Si decidiste darme tu cuerpo, mantén la
boca cerrada. Eres muy ruidoso.
Mongryong dejó de quejarse y lo dejó hacer como quiso. Eso significaba que literalmente, no le importaba lo que
hiciera con su cuerpo.

Jeha le puso un dedo entre las nalgas.

Debido a la espuma, el dedo entró más fácil de lo que pensaba. A medida que el agujero es penetrado y empujado,
la carne interna se aferra y se suaviza.

La boca de Mongryong se abrió automáticamente. En el momento en que trató de gemir, Jeha pudo verlo
mordiéndose los labios con fuerza.

Jeha empujó su dedo hasta el fondo y entró a tientas. Las pestañas de Mongryong revolotean.

Mientras tanto, lo chupó el área desde el cuello hasta el hombro concienzudamente. El sentir que el ano se está
apretando, es una prueba de que lo está disfrutando aunque no lo reconozca.

Jeha le habló al oído.

—¿Dónde está ese lugar? El que dijiste que te frotara aquella vez… .

—Nunca dije, ah, no.

—Aquí. Jeha presiona el interior con la punta de los dedos. Luego tocó la parte que sobresalía y Mongryong
sacudió el cuerpo. A diferencia de antes, le aprieta el dedo, como si quisiera masticarlo. Dejó de respirar por un
momento y sintió que la fuerza que le apretaba la mano.

Mongryong intentó soltarse, pero Jeha lo agarró con más fuerza y presionó el área nuevamente. A diferencia de
antes, solo lo frota, pero cuando no lo toca correctamente, la impaciencia aparece en la cara de Mongryong.

De todos modos, su cuerpo es realmente honesto.


Jeha volvió a tomar sus labios. Después de morder y chupar el lóbulo de la oreja, lentamente le lamió la oreja desde
la parte inferior y empujó la lengua directamente hacia el orificio.

Sin embargo, la expresión rígida de la cara, se relaja un poco, cundo lo presiona con el dedo.

—Um… .
Jeha le sacó la lengua de la oreja y le susurró al oído nuevamente.

—Tu agujero y el hueco de tu oreja, todos tus huecos son deliciosos… .

—Cállate, date prisa, no.

—¿Cómo crees que me siento cuando veo tu cara así?


Luego, giró el dedo y le dio una vuelta en el interior. Al frotar el área nuevamente, Mongryong se estremece. Cuando
tocó esa parte una vez más, empuja la cabeza hacia atrás y saca la lengua. Jeha le lame la lengua roja y los labios, y al
mismo tiempo, mueve su dedo para hacerlo arder.

Luego le vuelve a morder los hombros, frotándolos suavemente con los dedos. Mongryong no pudo soportarlo más
y comenzó a gemir con las manos contra la pared.

—Ah, sí.
Estaba muy cerca del alcanzar el clímax. Mongryong bajó la mano, se agarró el pene y lo acarició de un lado a otro.
Jeha puso su pene en la entrada, con el dedo aún dentro del ano.

—La mano, sácala, ah, sácala, mételo, hazlo.

—No. Voy a ponerlos juntos, hmm.


Jeha empujó el pene con el dedo en el agujero. Mongryong abrió la boca y dejó de respirar. Su mandíbula tembló.

Con el dedo en su lugar, el pene se siente más grande que lo normal, por lo que le duele como si tuviera el ano roto.

Extiende la mano para agarrar su brazo y sostenerlo contra él, pero Jeha lo frota desde el interior con la punta del
dedo.

Cuando Mongryong se estremece y levanta la mano en el aire y no puede hacer nada, Jeha empuja su pene dentro
como un péndulo, enterrándose un poco más.

Esta vez, Mongryong extendió las manos y le rozó el costado con las uñas. Era una locura que pudiera sentir placer y
dolor al mismo tiempo. Parecía que estuviera a punto de llorar.

—Ah, duele, um, ah.

—Ja, me voy a correr. Jeha soltó un gemido. El ano se abrió al máximo, revelando un susurro. Incluso tuvo la
ilusión de que la miel fluía de allí.

En ese momento, quería que la boca se pegara a su mano. Incluso sintió la necesidad de que le insertara los genitales
y los dedos en la boca, como lo que le estaba haciendo allí abajo. Lo miró por un momento.

—Joder, Seok-ha. Ahhh.


Jeha dejó de moverse e instintivamente le da la espalda. Su boca se levantó. Luego le sacó el dedo y el pene al
mismo tiempo.

Mongryong lo miró con la cara avergonzada, como un niño al que le quitaron los dulces de la boca. El agujero se fue
encogiendo poco a poco.

Jeha se encogió de hombros con una cara triste.

—Oh. Creo que mi fiebre está aumentando de nuevo. Necesito descansar.


Luego, sin preocuparse por nada más, se da la vuelta y sale de la ducha.

—¿Eh? Mongryong lo miró consternado. Después de un rato, la puerta del baño se abrió.
En el baño, que había estado lleno de gritos y gemidos obscenos hace un momento, ahora solo se escucha el sonido
del agua cayendo. Mongryong con una cara perpleja, mira su pene erecto.

Su pene estaba tan hinchado, que le dolía.


Miró la puerta por donde había salido Jeha, con mucha rabia. Quería gritarlo, maldecirlo y reprocharle por dejarlo así,
pero su orgullo no se lo permitió.

***

Mongryong cambió el canal con el control remoto mientras estaba sentado en una esquina del sofá. Jeha se tumbó
al otro lado y lo miró. El día anterior, Mongryong había salido del baño con una cara de impaciencia, y desde ese
momento no se había levantado del sofá ni había dejado de acosar al televisor.

Una sonrisa se dibujó en la boca de Jeha.

—No te enfades con el televisor. Pídeme que lo haga. Lo haré enseguida.

—Cállate.

—¿Herí tu orgullo por no hacerlo?


Mongryong se rió de sus palabras. Por supuesto que no. No tenía intenciones de hacerlo en primer lugar, pero si le
molestó que lo dejara en ese estado. Luego lo mira y le dice con orgullo.

—Realmente no. Dijiste que querías salir conmigo, pero te rechacé. Acaso, ¿Te dolió? ¿Por eso te
vengaste de mí?

—¿Todavía no lo sabes? En ese momento, tenía una fiebre de 40 grados. Me pregunto si mi


cabeza estaba cuerda. Ahora que estoy en mis cinco sentidos, puedo decirte qué cometí un error,
así que si vas por ahí diciendo lo que te dije cuando estaba enfermo, te mataré.

—Jaja, ya sé que eres tímido.

—Seamos claros. No es que sea tímido, es que me da vergüenza.


Los ojos de ambos se chocaron en el aire y chispearon. Entonces el teléfono de Jeha sonó. Él se acerca, lo levanta y
contesta la llamada.

—Soy yo. Sí. ¿Hoy?


Jeha verifica la hora en el reloj de pared y luego mira a Mongryong. La voz que se escuchaba a través del auricular no
era la de una mujer.

Después de que Jeha colgó el teléfono, se levantó del sofá. Parecía cansado, estiró la espalda y miró a Mongryong.
Este solo cambió de canal sin prestarle atención.

—¿Vas a salir?
Jeha preguntó primero. Mongryong todavía mira la pantalla del televisor.

—Saldré en una hora, a ver a mi hermana.

—Yo también voy a salir, así que ven conmigo. Te llevaré al hospital.
Cuando terminó de hablar, Mongryong volvió la cabeza y lo miró. Parecía ansioso hace un momento y ahora volvía a
ser normal de nuevo. Decídete ya, por favor. ¿Eres un bastardo o no?

Al mirarlo, Jeha se encoge de hombros y le habla despreocupadamente.

—Podría llegar tarde hoy.


—¿Vas a encontrarte con un amigo?

—Sí, algo así.

Entonces sí, ¿Y qué más? De todos modos es muy extraño. Además, acaba de decir que estaba enfermo,
pero ahora parece que tiene energía para ir a encontrarse con sus amigos. Mongryong miró a Jeha
con una cara llena de curiosidad.

—¿Qué haces cuando te encuentras con tus amigos?


Sin importar cuanto lo vea, no se lo puede imaginar. No pensó que fuera un tipo agradable con el cual encontrarse
para pasar un buen rato. Era obvio para cualquiera, y debería ser más obvio para los amigos de Jeha.

—Hago cosas normales. A veces juego.

—¿En un bar con una mujer?

—A veces sí y a veces no.

—¿Acaricias a las mujeres mientras bebes? ¿Les haces lo mismo que a mí?

—No.

—Por qué?

—No haría eso con una chica de bar.

—Entonces soy peor que una chica de bar para ti. Ya sé que solo te sirvo para follar.

¿Por qué la historia va por ese camino? Jeha levantó los ojos y miró a Mongryong. Le preguntó qué quería
decir con eso, pero él le respondió que nada y apagó el televisor.

—Solo pregunté porque tenía curiosidad. Ayer ni siquiera pudiste terminar lo que empezaste.

—Solo quería molestarte.

—¿Por qué?

—Porque quería, ¿Debo tener una razón?

—En el restaurante, me dijiste que querías salir conmigo.

—Cuando uno sale con alguien, puede molestarlo. Y para ser claro contigo, no fue una locura.

¿De dónde sacaste la idea de que podías molestar a la persona con la que estás saliendo? Haber,
dímelo. Psicópata, loco, maníaco, bastardo, hijo de puta, degenerado, cabrón.
—Deja de maldecirme en tu mente.

—… .

—De todos modos, te recomiendo que llegues a casa antes que yo. Quiero que estés
completamente vestido.
En ese punto, Mongryong suspiró profundamente. Cuando no responde, Jeha vuelve a preguntarle si lo ha
entendido. Mongryong asintió sin pensar. —Sí, ya veo.
—No te vayas a otro lado, solo porque sabes que voy a llegar tarde, no seas imprudente. Si haces
algo raro te mataré.

—Y por qué no, ¿Qué te importa si me acuesto con otros hombres?

—¿Serías feliz si alguien orina en el inodoro que solo tu usas? ¿Te gustaría? Es asqueroso.
Cuando escuchó la palabra inodoro, Mongryong miró el televisor y apretó los dientes. En el restaurante frente al
hospital, había estado actuando de manera extraña porque tenía fiebre. Pero ahora volvía a ser el mismo bastardo de
siempre.

Mongryong se puso de pie y Jeha le preguntó a dónde iba.

—A fumar.

—Fuma aquí.

—Solo un ignorante fumaría dentro de una casa en estos días. Saldré a fumar.
Luego caminó hacia la puerta principal. Jeha entrecerró los ojos mientras miraba su espalda.

SEPTIMA HISTORIA PARTE 3

Jeha se bañó y eligió una camisa negra. Se arregló el cabello con cera, se puso un reloj en la muñeca
izquierda y oyó que se abría la puerta.

Cuando salió a la sala, confirmó que era Lee Mongryong. Parecía que le había llevado bastante tiempo
fumar.

—¿Por qué tardaste tanto?

—No tenía cigarrillos, así que fui a una tienda de conveniencia.

Luego, en lugar de intentar entrar en la habitación, se quedó mirándolo. Observó de arriba abajo la figura
de Jeha y se acercó a él paso a paso. Jeha levantó una ceja cuando lo vio acercándose.

Mongryong extendió la mano y le tocó el cuello de la camisa.

—Por cierto, te ves muy sexy.

La esquina de uno de sus labios estaba torcida. —¿Qué pasa?

Mongryong le tocó un botón de la camisa con la yema de los dedos y bajó. Luego deslizó su mano hacia
un lado y lo acarició suavemente.

Jeha lo observó con una mirada llena de incertidumbre.

—No lo hagas.
—En realidad quería hacerlo antes…um…tu…me excitas.

Ante eso, Jeha se echó a reír. Mongryong estiró los brazos, se los puso en el cuello y levantó la mirada con
una expresión de ternura.

Se quedó mirando sus ojos y labios heridos que todavía estaban hinchados. Jeha frunció el ceño.

—¿Por qué haces esto de repente?

—Sólo una vez… ¿Podemos hacerlo?

—¿Qué?

Mongryong se acerca y frota la parte inferior de su cuerpo contra él. Llevó sus labios a su oreja y le habló
con dulzura. Su dulce aliento se envolvió alrededor de su cuello.

—Házmelo una vez más. Esta vez te escucharé. No me comportaré como antes. ¿Sí?

Mueve los labios con un tono de voz ronca, plantando besos en las mejillas y la boca de Jeha. Luego saca
su lengua roja y le lame los labios, haciendo contacto visual nuevamente. Las pupilas negras y brillantes, se
miraron entre sí.

Jeha inclinó suavemente su cuello.

—¿En serio lo deseas?

Mongryong asintió con la cabeza. Luego tira de su mano y la coloca en la parte delantera de sus
pantalones. Los genitales que comenzaron a erigirse fueron tocados. Suavemente movió la cintura, y frotó
su pene contra las manos de Jeha.

—¿Puedes chupármela?

Jeha levanta una ceja.

—De hecho, ya lo hiciste cuando perdí la memoria. Fuiste realmente bueno en ese momento. Si lo
haces otra vez, haré todo lo que me pidas. ¿Sí?

Maldito bastardo. Lo hizo recordar que se la había chupado cuando perdió la memoria. Mientas se
pregunta si debe matarlo por eso, Mongryong pone la cara más triste del mundo y saca la lengua,
haciendo un puchero.

—Vamos, ¿Sí?

Sigue suplicando con ternura. Jeha se humedece los labios con la lengua como si su garganta estuviera
ardiendo.

—Bien, entonces. Haré lo que quieras. En cambio, no vayas a hacer ningún ruido hasta el final. ¿De
acuerdo?

Mongryong asintió rápidamente. —Sí.

Jeha bajó la mano y desabrochó los pantalones de Mongryong. Cuando se los bajó junto con la ropa
interior, el pene comenzó a hincharse. Luego se arrodilla y lo toma en su boca, Mongryong lo agarra por
los hombros.
—Espera, ¿No estás sonando tu teléfono?

—¿Teléfono?

—Sí, el teléfono. ¿Me pareció oír que te llamaban en este momento?

Jeha no había escuchado nada. Le dijo a Mongryong que lo ignorara, pero este le pidió que lo buscara.
Jeha chasqueó la lengua, giró el cuerpo y revisó el teléfono que había dejado a un lado.

No había ninguna llamada perdida. Regresó al lado de Mongryong y le dijo que estaba equivocado.

Mongryong le dijo: —Tócame el pene con la mano y después te lo pones en la boca . Jeha se puso de
rodillas e hizo lo que le pidió.

—Ahhh.

Mongryong comenzó a gemir. Mueve la cintura hacia adelante y hacia atrás, le agarra la cabeza a Jeha y
empuja más profundamente.

Jeha le chupó el pene y movió la cabeza de un lado a otro. Lo sacó de su boca nuevamente y lo lamió
desde el glande hasta la raíz, con la punta de la lengua.

Mongryong metió la mano entre los pelos arreglados con cera. Jeha le pone la mano detrás, agarrándole el
culo con fuerza y chupándole el pene nuevamente.

Mongryong gime y le pide un poco más. Cuando Jeha escuchó esa voz, su pene comenzó a hincharse.
Cada vez que se mueve de un lado a otro, se genera un sonido pegajoso y obsceno. El pene no es muy
grande, pero a diferencia de la última vez, su boca se siente rígida y pesada.

Luego se detuvo por un momento. Miró a Mongryong con los ojos entrecerrados. Este solo baja la mirada
y sonríe. Luego mueve ligeramente la cintura.

—Cariño, date prisa, ¿Sí?

Jeha frunció el ceño y sacó el pene de su boca. Luego abrió la boca y la cerró. Es extraño.

En respuesta, Mongryong retrocedió lentamente, levantando su ropa interior y pantalones.

Jeha se limpia la boca con el dorso de la mano y escupe en el suelo. Su expresión se tornó violenta. La
velocidad con la que retrocedió Mongryong también aumentó.

—¿Quemelcidte?

Jeha estaba sorprendido incluso mientras hablaba. Contrariamente a su intención, la pronunciación no fue
la correcta. No solo su lengua estaba dormida, sino también toda la boca. Eso es exactamente lo que se
siente cuando estás bajo anestesia donde el dentista. Pero esta vez, era peor que eso.

Jeha abrió los ojos y miró a Mongryong. Se acercó amenazadoramente, pero sin darse cuenta, la saliva
comienza a fluir de su boca y le cae hasta la barbilla. Se detuvo con una cara avergonzada y se limpió . ¡Un
presentimiento terrible pasó por su cabeza! Le ardieron los ojos.
De repente, Mongryong que había huido hacia la puerta principal, sacó algo de su bolsillo. Lo que tenía en
la mano era un agente retardador de tipo gel. Era una droga que literalmente anestesia los genitales y
retarda la eyaculación.
—¡Temaltadré!

—¡Temaltadré! Mongryong imitaba las palabras de la misma manera, y le hacía gestos con los hombros.
Dejó el anestésico en el suelo, se puso los zapatos, abrió la puerta y escapó.

Jeha, que lo estaba persiguiendo, miró la puerta con una cara llena de vergüenza y enojo. Movió la boca
nuevamente, pero todavía la sentía dormida. En ese momento, la puerta se abre y Mongryong asoma la
cabeza.

—Me olvidé de algo.

Luego saca el dedo del medio del bolsillo y lo sacude delante de sus ojos.

La cara de Jeha ahora luce fría y espeluznante.

Mongryong se rió sin dudarlo, luego cerró la puerta y desapareció. Los puños de Jeha temblaron. La saliva
seguía fluyendo de lado a lado.

Con una cara de enojo, miró fijamente la puerta por donde había salido Mongryong y masculló una
maldición.

—Mierda… .

***

El auto se detuvo en el sótano del club. Cuando se bajó, los hombres de traje saltaron y los saludaron
bruscamente.

Este club hacía parte de las operaciones de Jeha. Era un edificio de 8 pisos, que incluía un casino en el
sótano, que se creó para permitir que solo el 1% de los ocupantes del nivel superior ingresaran y salieran a
través de la administración de membresías. A pesar de esto, en el club, se llevaban a cabo actividades
ilegales.

Llegó al quinto piso en el ascensor. En ese lugar, solo entraban los VIP más poderosos. Dos guardias en la
entrada del pasillo lo saludan.

El resto de los empleados pidieron permiso para ir a trabajar y llevaron a Doosan a lo largo del corredor.
Jeha se aflojó el apretado nudo de la corbata y movió la cabeza de una lado a otro, para relajar los
músculos.

Mientras caminaba, llegó al frente de una habitación. Cuando Doosan llamó tres veces, alguien abrió la
puerta desde adentro.

Pudo ver a alguien sentado en el sofá a través de la puerta abierta.

Jeha entró. El viejo en el sofá levantó la mano de buen humor.

—Hola, Director Seok.

Era el Senador Kim, con un vendaje enrollado en la cabeza. Dentro de la habitación, había un hombre que
parecía ser su secretario y el otro era el guardaespaldas de Kim.

Jeha los miró y se inclinó lentamente hacia el sofá para saludarlo.

—Perdón por haberte hecho esperar. Si me lo hubieras dicho de antemano, habría llegado primero.
El Senador Kim le estrechó la mano diciéndole que no importaba. Luego echó un vistazo al secretario y al
guardia de pie a su lado. Jeha también le pidió a Doosan que saliera.

Los tres salieron de la habitación al mismo tiempo, y Jeha se sentó en el sofá frente al senador Kim.

—Lamenté mucho lo que pasó el otro día. Le pido perdón. Nunca esperé que sucediera eso.

Qué error. Podría haberlo matado. El Senador Kim sonrió generosamente y le pidió tomar la botella y
tomarse una copa. Cuando Jeha colocó un vaso al frente, lo llenó con un licor marrón.

Gira su cuerpo ligeramente hacia un lado y suspira. Como su estómago estaba vacío, no quería beber. Esta
vez, llenó el vaso del senador, pero él no bebió, sino que lo miró a la cara y abrió la boca.

—He recibido un buen regalo tuyo. Es algo que le gusta mucho a mi esposa. Ella es fanática del arte.

Se trataba de un cuadro caro que había enviado a la oficina del Senador Kim. Era el jefe del parlamento, un
miembro prominente del partido gobernante, y como había sido golpeado, pensó que ofrecerle ese detalle
era lo más natural.

—Me alegra que le haya gustado.

—Bueno. A ella le gustó… pero eso no es de mi gusto… .

Ante eso, Jeha apartó la mirada del cristal y se enfrentó al Senador Kim. Este sonrió y se tocó el anillo
gigante que tenía en el dedo.

Sus ojos se hunden profundamente. En ese momento, recordó lo que vio en el video que fue tomado en la
cabaña. Era evidente que sacó la droga de allí. Escondió su expresión de asco lo más que pudo.

El Senador Kim empapa sus gruesos labios con su lengua y sonríe.

—Como estoy viejo, mi gusto no puede satisfacerse con una foto.

—Qué quiere decir con eso.

El Senador Kim se echó a reír. Jeha sabía lo que le estaba pidiendo.

—Sigo pensando de manera extraña, en ese tipo que vi en la villa aquella vez.

Jeha sonrió. Sin embargo, apretó los puños involuntariamente.

—Ya le conté lo que pasó con él cuando lo visité en el hospital el otro día.

—Vaya, vaya. ¿Me estás tratando como un anciano con demencia?

—Lo siento.

—No puedo encontrarlo porque se escapó. ¿No fue lo que me dijiste esa vez?

Jeha apretó los dientes. Recordó que cuando visitó al Senador Kim en el hospital, este le preguntó por el
paradero de Lee Mongryong. ¨Pensó que estaba enojado en ese momento, pero ahora se dio cuenta de
que no fue así.

Como Jeha no dijo nada más, el Senador Kim continuó.

—Entonces te pido lo siguiente. Quiero que lo encuentres.


Jeha no respondió fácilmente. El Senador Kim tocó el vaso frente a él y se tomó la mitad antes de dejarlo.

—Sinceramente, estoy en contra de que se construya un campo de golf en ese terreno. No importa
cuánto dinero se posea. Los hombres son más que dinero y poder, ¿No es así?

—Sí.

—Me gustó el hecho de que el Director Seok fuera un hombre. Así que, en primer lugar, traté de
apoyarte, pero las cosas no salieron como se planearon.

El Senador Kim chasqueó la lengua con lástima. Mientras hacía eso, le sugiere que lo haga cambiar de
opinión tanto como quiera.

Cuando escuchó eso, ¿Por qué se le vino a la mente la cara llorosa de Mongryong en la caseta, llamando a
Junyoung?

Jeha le dirigió una mirada vacilante.

—Te conseguiré otro chico si quieres. Alguien con un aspecto similar.

—Es acaso muy difícil.

—Lo siento. Pero parece que será imposible.

Una luz de decepción se reflejó en la cara de Kim. Luego comenzó a insistirle nuevamente y le preguntó si
no podía encontrarlo. Jeha se disculpó otra vez.

Sin embargo, Jeha conocía de su terquedad. El Senador Kim no se rendiría fácilmente. En sus ojos podía ver
que estaba invadido por el deseo.

Jeha suelta sus manos juntas y aprieta los puños debajo de la mesa.

***

Mongryong llegó a tiempo para la visita. Tan pronto como entró, se sentó al lado de la cama de Hyeyoung.
Su cara estaba hinchada, con un vendaje en la cabeza. Le dijeron que la trasladarían a una habitación
privada mañana o pasado mañana.

Al ser una unidad de cuidado intensivos, todas las personas que la rodeaban estaban gravemente
enfermas. El cuerpo de una mujer, que parecía ser la compañera de Hyeyoung, estaba tendido al otro lado,
y un hombre y una mujer mayores, estaban parados junto al cuerpo llorando. Parecía que eran sus padres.

Mongryong miró la escena, volvió la cabeza y buscó la música de la cantante favorita de Hyeyoung en su
teléfono celular. Después de conectar el auricular, se los puso en el oído. Cuando presionó el botón de
reproducción, el sonido de la música fluyó.

Mantiene los ojos fijos en la cabeza vendada. Su cabello largo había sido rapado durante la cirugía.

— Cuando despiertes…te compraré una linda peluca.

Luego sostuvo su mano. Estaba caliente. Le dio las gracias a Dios porque aún estaba viva. ¿Qué voy a
decirte cuando despiertes? Tengo que contarte sobre ese hombre. El director Cho.
Ho le contó que él había sido dado de alta. Sin embargo, nunca había venido a visitarla. Al parecer regresó
con su esposa. Al recordar eso sintió mucha amargura.

—Por qué te tuvo que gustar… .

—Un chico malo. Mongryong murmura como si fuera un diálogo interno, ¿Por qué recordó la cara de
Seok Jeha, cuando dijo chico malo? Frunció el ceño. Maldición, los chicos malos son los mejores.
Recordó la cara que vio justo antes de escapar. Tal vez fue a encontrarse con sus amigos babeando. El solo
pensar en eso lo hizo reír. —Cof, cof. Mongryong cambió su expresión y miró a Hyeyoung con tristeza.

—Perdón por reírme. En realidad, me ocurrió algo muy gracioso antes… .

Hyeyoung todavía no despertaba. Mongryong suspiró un poco y puso su mejilla en la cama. Miró la mano
que sostenía y comenzó a hablar.

—Mañana es nochebuena. Levántate rápido…date prisa…y cómprame un pastel… .

Mongryong cerró los ojos con fuerza. Luego se los frotó varias veces, para no llorar.

Estaba tan solo, era difícil verla así, tener que dejarla allí, sin que pueda ir a ninguna parte, si no despertaba,
entonces realmente… no tendría a nadie.

Ni siquiera pudo decir las palabras que amenazaban con salir de su garganta, así que sostuvo su mano con
más fuerza.

***

Doosan bajó el volumen de la radio. A través del espejo retrovisor, miró la tez de Jeha, que estaba sentado
en el asiento trasero. Sus ojos estaban cerrados y ni siquiera se movía.

No parecía sentirse bien, desde que terminó su conversación con el Senador Kim. Al mirarlo con cuidado,
vio como sus labios se movían lenta y tercamente.

—Doosan.

—Sí, hyung-nim.

—Asigna más hombres para vigilar a Lee Mongryong. Kim es un hombre peligroso, que puede
moverse sin previo aviso y sin gastar mucha energía.

—¿Es para vigilarlo? ¿O para protegerlo?

Jeha se queda callado un rato. No cree que sus párpados y labios bien cerrados, se abran fácilmente.
Doosan viró el volante a la derecha. Iba en dirección al apartamento.

Jeha suspira brevemente con los ojos cerrados.

—Digamos que es para las dos cosas.

—Sí, entiendo.

—Y también, entrégale una copia al Senador Kim del video que se grabó en su villa.
Doosan se sorprendió y abrió los ojos. Aunque fue filmado para ser usado ante una emergencia, eso
significaba que no seguiría fingiendo con Kim.

—¿Cree que es lo correcto?

—Si no quiere rendirse, tengo que hacerlo.

Jeha masculló furiosamente. La primera decisión fue tomada. Inesperadamente todo parecía encajar bien.

Cerró los ojos. A través del espejo retrovisor, pudo ver la cara de Doosan sentado en el asiento del
conductor. La cara de Doosan no tiene expresión. Jeha la miró y movió los labios lentamente.

—Por cierto, Sah-ah. ¿No tienes curiosidad?

Doosan confirmó que lo había escuchado, solo moviendo los ojos.

—¿Qué quiere decir?

—Me pregunto si quieres conocer la razón por la cual, hago todas esas cosas por Lee Mongryong.

Doosan no responde con prontitud. Es un hombre que puede notar las cosas más rápido que nadie. Tenía
curiosidad de saber, porque Doosan nunca le dijo nada al respecto. Se preguntaba cuál sería su respuesta y
volvió a hacerle la misma pregunta.

Doosan respondió sin dudar esta vez.

—No tengo curiosidad.

—¿Por qué?

—Porque aunque tenga curiosidad, nada cambiará.

—¿Qué quieres decir?

Doosan dudó por un momento y después siguió hablando.

—Él piensa que Lee Hyeyoung está muerta. Y tampoco sabe que tenemos a su hermano. Pero tal vez
se pueda enterar muy pronto.

Jeha asintió con la cabeza, indicando que su afirmación era correcta.

La información incorrecta fue entregada al Presidente Seok. Obviamente, fue un plan de Jeha y Doosan lo
ayudó. Eso fue posible, porque plantaron a una persona de confianza junto al presidente Seok. Pero no
siempre iba a ser un secreto. No sería extraño en que se enterara muy pronto de que todo fue un engaño.

Jeha le pidió que siguiera hablando.

—También debe mantener las buenas relaciones con el Senador Kim. Park solo está buscando la
oportunidad para ampliar su negocio, pero si se entera que la relación se ha roto de alguna manera,
hará que todo sea aún más difícil. Y… .

—¿Y?

“Este es el tema más importante, hyung-nim… ¿No se va a casar el año que viene?

Jeha levantó una ceja cuando recordó su matrimonio.


—¿Y eso que importa?

—Ese es un tema que me preocupa mucho.

—Y qué es lo que te preocupa.

Doosan dudó en decirlo. Jeha lo instó a hablar. La mano de Doosan, que sostenía el volante, aumentó su
fuerza.

—Es mejor que termine con esa relación, antes de que salga lastimado.

—… .

—Lo siento, Hyung-nim. Pero es el mejor consejo que puedo darle.

Vio la cara de Doosan reflejada en el espejo retrovisor, y lo miró fijamente. Doosan giró la cabeza, evitando
esa mirada. Su frente sudaba y se sintió nervioso porque creyó que había hablado más de la cuenta.

Jeha, que intentó fulminar a Doosan a través del espejo retrovisor, suspiró suavemente. Apartó la vista de la
ventana. Se sintió como si lo hubieran pillado robando de alguna manera. Luego cerró la boca, con una
expresión de frialdad.

Las calles estaban llenas de personas enamoradas teniendo citas. Todos se reían y conversaban como si
fueran felices. Los árboles del camino brillaban con un color otoñal.

Jeha no volvió a abrir la boca hasta que llegó al apartamento.

SÉPTIMA HISTORIA PARTE 4

La puerta del auto se abrió y Jeha se bajó. Le dijo a Doosan que entrara y se dio la vuelta, pero Doosan lo
llamó a sus espaldas, —hyung-nim.

Jeha miró hacia atrás.

Doosan abre el asiento del copiloto, saca algo y cierra la puerta. Las cejas de Jeha se estrecharon cuando
vio lo que sacó del auto. Era una caja pequeña. La observó detenidamente y luego miró a Doosan.

Doosan sostuvo la caja con ambas manos.

—No es nada. Mañana, ah, ya son más de las 12:00, así que hoy ya es nochebuena. Por eso le compré
esto.

Jeha entrecerró los ojos. Doosan le entrega la caja mientras lo mira, —acéptela, Hyung-nim.

—Qué demonios, estás actuando muy extraño hoy.

Jeha la aceptó. Luego sonrió y le dio las gracias. Doosan se inclinó para despedirse. Jeha asintió con la cara
cansada, le dijo que fuera con cuidado y se volvió.
Doosan se inclinó de nuevo. Su cara estaba llena de ansiedad al ver la expresión de Jeha. Subió al auto,
después de confirmar que estuviera a salvo dentro del apartamento.

***

La puerta del ascensor se abrió en el piso 11. Caminó por el largo corredor y se paró frente a la puerta
1106. Vaciló por un momento.

Saca la tarjeta de su bolsillo, la pone sobre la cerradura y la puerta se abre. Sacó la aldaba. La luz no se
filtraba por la puerta que se abría.

El interior de la casa estaba oscuro como el ébano. Parado frente a la puerta, notó que la criada que
limpiaba durante el día ya se había ido. Sin embargo, las zapatillas deportivas de Mongryong no son
visibles.

Sintió que algo podría salir de la oscuridad de repente. Suspiró un poco y cerró la puerta. Pensó que
debería irse hoy a casa a dormir.

Cuando estuvo a punto de colocar el pastel sobre la mesa, se dio la vuelta y se paralizó. A pocos pasos de
distancia, Lee Mongryong lo miraba fijamente, con una cara llena de vergüenza. Era una expresión a la cual
Jeha, no sabía cómo responder.

Mongryong movió sus ojos negros de un lado a otro. Entonces sus ojos se abrieron un poco cuando vio la
caja de pastel en su mano. Parpadeó lentamente, sin quitarle los ojos de encima.

Sus ojos también se fijaron en el pecho de Mongryong. Él estaba sosteniendo una bolsa blanca con algo
adentro. La cola del taiyaki sobresale de la bolsa.

Jeha se detuvo, sin tratar de caminar hacia él. Las palabras que Doosan le dijo en el auto no le permitían
dar ni un paso. Había un flujo de aire incómodo entre los dos.

Levantó una mano hasta la altura del hombro y la agitó para saber que estaba pensando Mongryong.

—…Seok-ha, Feliz Navidad.

—Haa, después de su inesperado saludo, Jeha levantó los ojos y lo miró. De repente recordó lo que
sucedió durante el día. Le dolía la lengua incluso antes de llegar al club. Tenía que seguir usando el pañuelo
para limpiarse la boca.

Mongryong se apresuró y agitó el taiyaki en su mano. —¿Te gustaría que comiéramos juntos?

Jeha, quien estaba mirando su desvergüenza, se sorprendió y finalmente se rió. Al mismo tiempo,
Mongryong también sonrió.

Los dos se rieron cara a cara por primera vez.

Mongryong se movió lentamente y miró hacia la parte inferior.

Parece que la fiesta de Navidad está en pleno apogeo en alguna parte. Afuera se escucha a una familia
cantando un villancico.
***

Mongryong observó el pastel colocado sobre la mesa y el taiyaki que se había enfriado. Luego encontró
dos petardos colgando al costado de la caja del pastel y puso una cara de alegría. Los tomó rápidamente
sin dudarlo.

Jeha, que había sacado dos copas y una botella de vino de la cocina, se detuvo por un momento y lo miró
fijamente.

—¿Qué vas a hacer?

—Te mostraré algo divertido.

De repente, Mongryong abre la boca y se mete un petardo adentro. El humo comenzó a salir de su boca al
bloquearse el sonido. Mongryong se ríe, — jaja.

La frente de Jeha estaba distorsionada.

—Chico loco.

Cuando Mongryong tomó el otro petardo, como si fuera a hacer lo mismo, Jeha se acerca rápidamente y se
lo quita.

—No hagas nada raro.

—¿No hiciste esto cuando eras más joven? Yo lo hice muchas veces.

Jeha no podía creerlo. No entendía como una persona podía ponerse petardos en la boca. De todos
modos, no es que fuera una persona tan normal.

Mongryong se sacó los restos del petardo de la boca y observó fijamente el vino que Jeha había traído.

—¿Es eso licor?

Jeha colocó una copa frente a Mongryong y otra frente a él. Había estado tomando bastante en el club,
pero le pareció que sería una lástima comerse el pastel solo.

—¿No estás bebiendo mucho?

Mongryong preguntó con un tono de preocupación. Cuando se acercó a él, sintió un fuerte olor a alcohol.
Le dijo que sin importar que estuviera con sus amigos, debía ser cuidadoso porque aún estaba tomando
medicamentos.

Jeha lo miró con sorpresa. Recordó lo que él le había hecho durante el día. En ese momento, no le importó
que estuviera enfermo y con fiebre, además parecía que le daba vergüenza admitir que se había vengado
de él porque estaba muy molesto.

Jeha destapó la botella con un sacacorchos. Llenó la mitad de la copa y se la ofreció a Mongryong. Era un
líquido suave y burbujeante de color melocotón.

Mongryong mira la copa, la levanta y toma un sorbo. Y de repente, abrió los ojos con excitación, puso los
labios en círculo y dijo: —Oh.
—¡Delicioso!

Jeha se rió. Se lo ofreció porque era un vino espumoso, pero parecía que era también de su gusto. Después
de probarlo una vez, Mongryong comienza a beber rápidamente. Al verlo emocionado, Jeha levanta una
ceja. ¿No está tomando demasiado?

—Bebe con moderación. Si te emborrachas, te voy a tirar por la ventana.

—Wow, es que es realmente bueno. Sabe a champaña.

—¿Quién te dio champaña?

—Un viejo amante.

—¿Cuántos amantes has tenido?

Cuando le pregunta sin pensar, Mongryong comienza a contar con los dedos, uno por uno. Incluso le pide
a Jeha, que le preste sus dedos para contar con ellos, los que le hacían falta.

Un tendón se levantó en la frente de Jeha. Su expresión no era buena. Si no quería que le rompiera el dedo,
era mejor que dejara de contar.

—¿Por qué rompiste con ellos?

Mongryong reflexionó. Hubo muchas razones por las cuales terminaba sus relaciones, pero recordó lo que
le ocurrió la primera vez.

—Soy un poco… es como una obsesión…no he tenido nunca una relación larga.

Jeha lo miró consternado. ¿Obsesión? Lee Mongryong está obsesionado con… Mierda, con solo
imaginarlo, su estado de ánimo decayó rápidamente. Apretó los dientes con fuerza.

—Me portaba mal con las personas cuando sentía que iban a dejarme. Estaba asustado. Así que
todas mis primeras experiencias con el amor fueron un fracaso. Después de eso, me comportaba con
indiferencia para no ser odiado… ¿Puedes creer que de todos modos me odiaron?

Jeha hace una expresión divertida. —Qué historia tan extraña.

—En conclusión, no soy bueno para formar una relación. ¿Será que nadie puede comprenderme?

Luego murmura para él mismo. —Así que no voy a hacerlo, nunca más aceptaré salir con alguien. Es
agotador.
Sus mejillas siempre se sonrojan cuando bebe alcohol. También dice cosas que normalmente no
diría. Sus orejas y garganta están coloradas. Jeha pensó que se comería una servilleta igual que la última
vez, así que rápidamente quitó todo lo que estaba sobre la mesa.

Mongryong se frota los ojos con el dorso de la mano. Su cara lucía adormilada gracias al alcohol. Luego
levanta el tenedor, pone pastel en su boca, espera hasta que la crema se derrita y se lo come. Oh, es
delicioso. Sonríe un poco y luego comienza a comer de nuevo. Era interesante verlo en ese estado de
felicidad.

Le agradeció mentalmente a Doosan por haberle dado el pastel.

—¿Y tú?
Mongryong le preguntó mientras comía pastel, y Jeha lo miró como si le dijera con la mirada ‘¿Qué?’

—¿Has salido con muchas personas?

—No.

—¿Con cuántas?

—Con nadie.

Mongryong parecía consternado. Luego asintió, recordando sus acciones pasadas. De alguna manera, no
podía imaginarse que alguien pudiera enamorarse de él, si los trataba como a la mierda. Además era un
psicópata.

—¿Le has gustado a alguien?

Jeha no pudo responder a esa pregunta. Su expresión se vuelve más oscura. Al verlo, Mongryong se da
cuenta de que ha dado en el clavo. ‘¿Entonces, sí?’ Jeha bebió un poco.

—Cuéntame. Yo también te lo dije.

—Creo que sí.

—Oh, entonces, ¿Fue un amor no correspondido?

—Sí.

—Wow, ¿Era mayor que tú?

—Sí.

—Oh, ¿Y por qué no salieron?

—Esa persona murió.

—Uh, ah… lo siento.

Jeha se rió amargamente. Lucía realmente triste. Mongryong sacudió el pastel con el tenedor y se lo metió
en la boca, sin poder decirle nada. Sintió mucho, el haberle hecho esa pregunta.

Luego se puso de pie con la copa de vino en la mano. Rodeó la mesa y se sentó cerca de él. Jeha levantó
una ceja y lo miró fijamente.

—Ve a sentarte por allá.

Mongryong sacudió el brazo con la copa de vino y le dijo que no lo haría. Jeha parecía perplejo.

—Estás loco? ¿Qué estás haciendo?

—¿Te gustaría tomar una copa y tener sexo con este chico solitario?

Jeha miró en silencio al risueño Mongryong. Cuánto más lo mira, más se confunde al no saber cuál es su
verdadera personalidad. Así que con codicia, sigue queriendo saber más de él… pero también siente miedo.

El cabello, que está mucho más largo que cuando lo conoció, ahora le cubre la frente y las cejas. Jeha
levanta la mano e intenta tocar su cabeza. Mongryong se aparta bruscamente. Pensó que lo iba a golpear.
[Sigo pensando de manera extraña, en ese tipo que vi en la villa aquella vez.]

Jeha bajó la mano y envolvió las mejillas de Mongryong.

[Es mejor que termine con esa relación, antes de que salga lastimado.]

Le acarició los labios con la punta de los dedos. Mongryong, que no soportaba la incomodidad, trató de
girar la cabeza, entonces Jeha se acercó, le sostuvo la cara con ambas manos y lo besó en los labios.

En ese momento, sintió como Mongryong dejó de respirar. Luego, lo escucha quejarse de que huele a
alcohol. Jeha susurra suavemente sobre sus labios, tocándolos ligeramente.

—Por otro hombre… .

Mongryong se preguntó, qué era lo que quería decirle ya que no podía escucharlo bien.

—Por otro hombre…no estés triste… .

Al escucharlo, tragó saliva. Parpadeó rápidamente, y sus oídos y nuca se pusieron más rojos. Esto es
extraño. El sexo se siente bastante bien.

—Estás diciendo cosas extrañas.

—Lo dije claramente.

—Quieres decir, que nunca me harás algo así otra vez, ¿Verdad?

—Nunca más lo haré.

—¿Lo dices en serio?

—Sí.

Mongryong, que solo había estado evitando su mirada, finalmente levantó la cabeza y lo miró a los ojos. Y
de repente su expresión, que antes lucía apagada, se volvió infinitamente suave, ya fuera por el alcohol o
por algo más.

Había visto esos ojos antes. Fue en ese momento, cuando perdió la memoria y había pensado que tenía 15
años. Al mirarlo varias veces, comprobó que tenía una expresión similar en la cara. Pudo recordar su cara
emocionada de esa vez. Era como si de verdad creyera que estaban saliendo.
—… ¿Hablabas en serio cuando me dijiste que querías salir conmigo en el restaurante?

—…Sí.

Mongryong frunció el ceño.

—¿Y por qué me dijiste que no después?

—Mentí porque estaba avergonzado.

—Si estás mintiendo solo porque estoy bebiendo, te vas a arrepentir.

Jeha se rió ante sus palabras. Luego asintió lentamente cuando Mongryong le instó a responder. —Está
bien, lo juro.
Mongryong comenzó a murmurar, como si estuviera solo. —No importa cuánto lo piense…
—Creo que va a ser difícil que salgamos. ¿No podemos quedarnos así como estamos ahora? Solo
teniendo sexo. Como si fuéramos amigos con derechos.

Jeha cerró la boca con fuerza. Ni siquiera pudo decirle que no.

Mongryong asintió con una cara orgullosa diciendo que había tomado una decisión decente. Si, en
realidad, su decisión era la más correcta. Era lo más inteligente, teniendo en cuenta que si su padre los
descubría, Mongryong podría desaparecer sin dejar rastro.

Como Jeha se queda en silencio, Mongryong toma un pedazo de pastel con el tenedor. La crema fresca se
esparce en sus labios. Saca la lengua, la lame y se limpia el resto con el dorso de la mano. Pero aún así,
todavía le queda un rastro de crema a un lado de la boca.

Jeha se acercó y volvió a besarle los labios. Después de lamerle la crema, le muerde los labios ligeramente,
los chupa por completo y luego se los vuelve a acariciar con la lengua.

Mongryong le dice que le hace cosquillas y él sonríe. Jeha se muda de sus labios a su barbilla, besando
también sus mejillas. Cuando sus torsos se pusieron en contacto, su centro colapsó y Mongryong cayó
tumbado en el sofá.

Jeha se subió al sofá. Sus cuerpos se ajustan perfectamente en ese lugar, a pesar de todo su peso. Jeha
acomoda sus brazos a cada lado de Mongryong y lo mira desde arriba.

Mongryong lentamente abre los ojos, con una cara somnolienta.

Jeha extendió el brazo hacia la mesa y enterró los dedos en el pastel. Y luego, llevó sus dedos rellenos de
crema fresca hacia la boca de Mongryong. Sus labios se pusieron rojos inmediatamente, y comenzó a
lamérselos y a mordérselos.

—Te daré de comer.

Mongryong saca la lengua, aplaude y luego abre la boca. Jeha le empuja un dedo adentro. La crema dulce
y suave se derrite en su boca.

Mongryong comienza a mover su lengua con constancia, lamiéndole y chupándole los dedos. Luego,
extiende las piernas a ambos lados y levanta las rodillas. Jeha se coloca en medio de sus muslos para unir
con él, la parte inferior de su cuerpo.

Los genitales, que comenzaron a hincharse, se tocaron mutuamente. En ese estado, luego de ser
presionados y frotados con fuerza, los dos amantes rugieron y comenzaron a luchar con sus ropas.

***

Se da la vuelta. Lo que ve cuando levantó los pesados párpados fue las sobras del pastel de ayer, el taiyaki,
botellas y copas vacías. Después de frotar sus ojos, los miró de nuevo.

Está tratando de mover su cuerpo, pero sus caderas no cooperan. Siente un cuerpo extraño en su interior.
El brazo de alguien también está alrededor de su cintura. Un dulce aliento viene de atrás de su cuello.
Cuando volvió la cabeza, quedó estupefacto.
Recordó las cosas que hizo anoche, como si fuera una película. Cerró los ojos con fuerza y masculló una
maldición, —demonios.

Levanta el brazo que lo sostiene y trata de liberarse, pero sus brazos son agarrados nuevamente y tirados
hacia atrás. El pene en el ano se hace más profundo. Mongryong soltó un pequeño gemido. Su frente se
arrugó cuando sintió como el glande llegaba al interior de su estómago.

—Si estás despierto, suéltame.

No hay respuesta. Le gustaría echar la cabeza hacia atrás y golpearle la nariz como la última vez.
—… Ah, tengo hambre.

No sabe cuántas veces tuvieron sexo ayer. Recuerda como ambos se emborrachan, se ríen sin control y
luego vuelven a tener relaciones sexuales. Finalmente, después de agotada toda la resistencia, se quedaron
dormidos.

Jeha no lo había tomado agresivamente como las otras veces. La relación entre los dos había cambiado un
poco, debido a que el sexo fue más amable.

Mientras Mongryong pensaba eso, de repente extendió sus brazos hacia adelante. El taiyaki que estaba
sobre la mesa estaba casi al alcance de su mano.

Un poco más, un poco más.


El taiyaki ya estaba muy cerca. Como un gato cazando a un pez, lo agarró rápidamente y se lo metió en la
boca.

—Huh, dijo sonriendo y mordiendo el pastel en forma de pescado que ya estaba duro. Pensó que aún valía
la pena comerlo. Intentó darle una mordida otra vez, pero aparece una mano grande y se lo quita.

Mongryong intenta recuperar el taiyaki que ha desaparecido de su mano.

Muac, junto con ese sonido, los labios tocaron los hombros y la nuca varias veces más, antes de apartarse.
Jeha lo envolvió con los brazos para mantenerlo cerca. Puede sentir su amplio pecho en su espalda. Es
cálido. Pero ahora el hambre es lo primero.

—¿Piensas matarme de hambre?

Jeha todavía no le da respuesta. Mongryong estiró los brazos y acarició su rostro. Le da unos toques en las
mejillas. Luego movió la mano hacia un lado y le pellizcó la oreja. Ah, puede escuchar el grito viniendo
desde atrás.

Cuando le dice que debe soltarlo o dejarlo comer, Jeha susurra con la cara en el cuello de Mongryong.

—Vamos a comer.

—¿Qué vamos a comer?

—Esto, lo que estabas comiendo ahora.

Los dos se quedaron sin palabras al mismo tiempo. Mongryong no lo podía creer, así que extendió su
mano hacia atrás y comenzó a buscar. Jeha intenta encontrar el taiyaki que tomó, pero en ese momento el
miembro que estaba enterrado profundamente en el trasero de Mongryong se salió.
Mongryong jadeó. Jeha levantó su cuerpo. Dobla su cuello a la izquierda y a la derecha y quita la manta
que cubría su cuerpo. Ambos están desnudos.

Solo entonces, Mongryong se levantó. Cuando se baja del sofá y se pone de pie, algo se derrama de su
trasero. No fue solo un leve deslizamiento, realmente todo comenzó a escurrirse. Soltó un juramento sin
darse cuenta.

Con urgencia, tomó un poco del papel higiénico que estaba al frente para bloquear la entrada del ano.
Todas las eyaculaciones que lo habían llenado en la noche, comenzaron a fluir como si hubieran esperado a
que se pusiera de pie.

Le preguntó a Jeha por qué había hecho algo tan desconsiderado y luego se dirigió al baño. Jeha se rió por
lo bajo.

***

Jeha se bañó y se puso la ropa. Luego buscó el número de teléfono de un restaurante por internet. Pidió
dos porciones de comida a domicilio y cuando pasaron 30 minutos, el pedido llegó.

La envoltura de plástico que cubría las costillas asadas fue quitada. Luego la revolvió con una cuchara y
dispersó la carne. —Está bien para ser un domicilio, dijo Mongryong. Jeha sacó la carne de su tazón y la
puso en el de Mongryong.

Mongryong lo mira y Jeha le dice unas palabras.

—No hables.

—No es eso, ¿Por qué nunca comes carne?

—No me gusta mucho.

—¿Por qué?

—Esta seca y no me gusta su sabor.

Ante eso, Mongryong frunció el ceño. Jeha sonríe mientras le ofrece un bocado.

Mongryong mastica la carne que Jeha le puso en la boca. Entonces, de repente su cara se arruga. Se quejó
de que no sabía si había pedido una costilla o una sopa de goma.

—Es realmente horrible.

“Escúpela. No te la comas. Salgamos y comamos algo más.

Mongryong siguió poniendo una cara de asco, pero sin escupir. Era un desperdicio. Jeha, quien lo vio, le
dijo nuevamente que la escupiera. Mongryong respondió con una sonrisa traviesa en su boca.

—Déjame escupirla en tu mano.

Jeha extendió la mano sin dudar. —¿Estás bien? Escúpela.

Mongryong miró la mano con una cara deslumbrante. Luego masticó la carne en su boca y la tragó.

—Por qué haces eso, me das miedo. No puedo creer que hayas cambiado de un día para otro.
—Si me obedeces, me comportaré mejor que esto.

—¿Por ejemplo?

Jeha reflexiona. —Bueno, por ejemplo… .

—¿Me darás una tarjeta?

Bingo. Mongryong preguntó al final. Con una tarjeta con un cupo de 300.000 wones, fue a un
concesionario de autos y recordó su desgracia. Jeha sonrió como si supiera todo lo que Mongryong estaba
pensando.

—Te daré una tarjeta de transporte si quieres.

—Cierra la boca, bastardo.

Entonces Mongryong le pregunta que le pasará si no lo escucha. Cuando termina de hablar, la esquina de
uno de los labios de Jeha se eleva bruscamente. No dijo nada, pero su expresión lo decía todo.

Hazlo de nuevo. Te mostraré lo que haré.


Mongryong frunció los labios. Como si le estuviera pidiendo algo.

—¿Vas a salir hoy?

Jeha preguntó y Mongryong asintió. —Huh.

—¿A dónde?

—Tengo que ir al hospital y también debo pasar por la inmobiliaria.

—¿Por qué a la inmobiliaria?

—Es para un asunto. Ya sabes.

Recordó el apartamento que Hyeyoung le había dejado. Planeaba venderlo y recaudar efectivo. No podía
pagar las cuentas del hospital con el dinero que había ahorrado. No sabía cuánto tiempo estaría Hyeyoung
en el hospital y cuánto dinero necesitaría para pagar las cuentas hospitalarias en el futuro.

Jeha miró de cerca la expresión de Mongryong.

—Estás pensando en vender el apartamento.

De todos modos, no podía mentirle. Mongryong asintió con la boca llena de arroz. No tenía caso mentirle
porque lo descubriría de todos modos.

—Entiendo. Eso es lo que Lee Hyeyoung te dejó.

—No era el dinero de mi hermana. Probablemente se lo regaló el director Cho.

—¿Entonces por eso no quieres recibirlo?

—No. Lo aceptaré. En primer lugar, tenemos que pagar los gastos del hospital, y no tengo muchas
opciones para recaudar dinero.

—¿Acaso no te dije que yo pagaría?


—Aunque estoy molesto porque mi hermana resultó herida… Honestamente, no creo que debas
hacer eso… Estuvo mal que mi hermana se escapara con un hombre casado. Ella ya sabía con quien
se estaba metiendo… Además, él también debería sentirse avergonzado por lo que hizo. Y para
colmo tiene hijos pequeños.

Ante eso, se detuvo y miró a Mongryong. Él le dijo que todavía tenía intención de ayudarlo por el
momento. Para algo tenía que servirle el dinero.

Jeha no dijo nada, pero se sentía mareado.

[Este es el tema más importante, hyung-nim… ¿No se va a casar el año que viene?]

Las palabras de Doosan seguían flotando en su mente. Era la verdad. El matrimonio se había decidido
desde antes. Era un matrimonio que aceptó sin siquiera mirar a su prometida a la cara. Pensó que eso no le
importaría a nadie de todos modos.

No tenía sentido en ese momento, pero ahora era diferente. Debería decirle a Lee Mongryong.

—No lo hagas.

Su corazón se detiene en medio de su pecho y le provoca un pequeño mareo. Jeha puso la cara en blanco
por un tiempo. Mongryong le dice que no debería hacerlo una vez más.

Jeha cerró la boca con fuerza. Batió la sopa con la cuchara, pero no podía tragarla. Dejó la cuchara y miró a
Mongryong. Pensó que sería mejor decírselo.

—Lee Mongryong, yo… .

La boca de Jeha estaba abierta, pero en ese momento sonó el teléfono. Mongryong le pidió que esperara
un momento y luego salió corriendo hacia la sala. Jeha dejó la cuchara y parecía consternado.

Mongryong levantó su teléfono celular que estaba sobre la mesa. Era del hospital. Presionó el botón de
llamada y se lo llevó al oído. —¿Hola?

[Lo llamamos del hospital. ¿Es usted el familiar de Lee Hyeyoung?]

—Si, soy yo.

[Lee Hyeyoung ha despertado y me ha pedido contactarlo. ¿Puede pasar por aquí ahora?]

La cara de Mongryong lucía radiante. —¿De verdad? Cogió su teléfono y corrió hacia la puerta. Jeha tenía
una cara ligeramente oscura mientras lo miraba.

—¿Qué pasa? ¿Quién te llamó?

—Mi hermana despertó.

Jeha le dijo que estaba realmente sorprendido. Mongryong volvió a reír alegremente. No era el momento
de contarle eso, luego él le dijo que comería más tarde y que debía salir.

Jeha se levantó y dejó la cuchara en la mesa. Si es así, él debía llevarlo.

***
Cuando llegó al hospital y se bajó del auto, Seok Junyoung estaba caminando hacia allí. Se preguntó cómo
lo supo, porque no lo había contactado primero.

Solo entonces, Mongryong se enteró que Seok Junyoung le había pedido al personal del hospital que le
avisaran si la paciente despertaba. La frente de Jeha estaba arrugada levemente. —¿Quién se cree que es?

—¿Por qué vinieron los dos juntos? ¿No te fuiste a casa?

Junyoung preguntó y Mongryong le dijo que estaba con él ayer. Al escuchar la palabra ‘con’, Junyoung
alternó su mirada entre Jeha y Mongryong sutilmente.

—¿Vas a entrar?

En ese extremo, los ojos de Jeha se estaban levantando. — ¿Por qué no? ¿Acaso no puedo?

—Él se irá pronto.

Mongryong agregó, antes de que Jeha incluso abriera la boca. Jeha masticó la piel sensible dentro de su
boca. Entonces Junyoung dijo: —¿Vamos?, y eso le hizo aumentar su furia.

Jeha los mira con una cara absurda, mientras caminan hacia el hospital. ¿Qué? Malditos.

***

—Tu cara… por qué…está tan delgada… .

Los ojos de Mongryong se pusieron rojos. El sonido era pequeño y la pronunciación no era clara, pero
definitivamente era la voz de Lee Hyeyoung.

Cuando miró sus ojos ansiosos, parecía que las lágrimas que había estado conteniendo se derramarían. No
quería mostrarle su llanto tan pronto como abriera los ojos. Así que solo apretó los dientes y sonrió.

Junyoung, que estaba a su lado, agarra y luego suelta los hombros de Mongryong. Le dijo que hablara con
ella y luego salió de la habitación.

Mientras camina por el pasillo hacia la sala de descanso, ve a Jeha tomando una bebida de la máquina
expendedora. Caminó hacia donde él se encontraba.

—Elige una para mí también.

Jeha tomó la bebida energizante que acababa de recoger sin ninguna respuesta y la dejó al otro lado.
Luego se sienta en el sillón.

Vaya, que amable. Junyoung se rió y sacó su billetera. Metió dos billetes en la máquina y seleccionó dos
latas de la misma bebida. Luego se tomó un sorbo, fue a su lado y se sentó. Puso la lata de la que no bebió
a un lado. Ambos se quedaron quietos, sin tocar sus bebidas.

Jeha mantenía los ojos fijos en la televisión sin prestarle atención a Junyoung.

—¿Por qué viniste? Debiste esperar en el auto.


Ante sus palabras, una fría sonrisa se dibuja en la boca de Jeha. Cada vez que los veía juntos, el momento
en que Lee Mongryong estaba drogado y llama a Junyoung sigue apareciendo en su mente. Sentía como
su estómago se hinchaba. Sabía lo que significaba ese sentimiento. Lo sabía, pero no quería admitirlo.

—Haz de cuenta que no estoy aquí.

Junyoung suspiró con una actitud rígida y miró en la misma dirección que Jeha. El drama matutino estaba
en pleno apogeo.

Jeha no lo está viendo. Simplemente no quería ver su cara ahora. Junyoung movió sus labios mientras
fijaba su mirada en la pantalla.

—¿Le mentiste a papá?

Jeha cerró la boca con fuerza. Junyoung revisa su expresión y le pregunta.

—¿Qué vas a hacer ahora?

—Qué.

—Ya no tienes motivos para retener a Mongryong y a Hyeyoung. No puedes aferrarte a él.

—No es algo que te importe. Ese no es tu trabajo.

—¿Cómo así que no me importa?

Jeha se puso de pie con la bebida en la mano. Caminó hasta el final del pasillo. Junyoung se le unió y se
movió a sus espaldas. Cuando Jeha llegó a la ventana ubicada al final del pasillo, Junyoung volvió a hablar.

—Solo te hice una pregunta.

Jeha se dio la vuelta. Apoyado contra la ventana, le respondió a Junyoung con una mano metida en el
bolsillo y con la bebida en la otra.

—Probablemente no parezca, pero quizás solo te estoy preguntando.

—Hyung, ‘Probablemente no, pero quizás’ ¿Sabes que cuando se unen esas palabras, la pregunta se
vuelve muy jodida de entender?

—No me des la espalda. Te estoy preguntando en serio.

—Sobre qué.

—Mongryong… ¿Piensas en él de forma diferente ahora?

Jeha apretó con fuerza la mano que tenía dentro del bolsillo. —Jaja, sonrió y chasqueó la lengua en su
boca. Como si ya no lo supiera, se dio cuenta nuevamente que Seok Junyoung era muy inteligente. Así es,
la expresión de Junyoung al hacer la pregunta es como si…
—Tu pregunta es horrible, pero lo que dijiste es cierto. ¿Quieres saber si tengo una aventura con tu
amante?

—No hagas eso.

—Mierda, no me digas lo que tengo que hacer.


—Es un favor, por favor, no le hagas eso. No lo lastimes.

Jeha ahora cierra la boca y se queda mirando a Junyoung. La emoción que acababa de comenzar es
pisoteada y arrancada tan pronto como brota. La misma situación se repitió hace 15 años. Ahora sus
hombros subían y bajaban para controlar su ira.

—No quiero escuchar eso viniendo de ti, hyung.

—Él es un buen chico.

En ese punto, los ojos de Jeha se enfriaron.

—¿Acaso es tan pobre que tienes que estar pendiente de él todos los días? ¿Lee Mongryong es tu
vecino pobre? ¿Te ha pedido que hagas eso por él? ¿Te pidió tu lástima? Tienes un problema con tu
actitud. Siempre ves a la gente de esa manera. Incluso cuando mi abuelo estaba vivo. Siempre decías
lo siento, no hagas eso. Eres perfecto. ¿Pero sabes qué? Te odié más que al anciano. Odiaba ver a un
niño tan abominable.

Jeha aprieta los dientes con fuerza tratando de contenerse y lo mira con ferocidad.

Por el contrario, los ojos de Junyoung lo miraron con dolor. Ni siquiera podía imaginar las heridas que su
abuelo le causó cuando era niño. Siempre lo lamentó, así que intentó hacer siempre lo mejor. Pero cuanto
más lo hacía, la distancia entre los dos aumentaba. Junyoung que pensó por un momento, dijo de nuevo.

—… Incluso si te gusta Mongryong en este momento… No puedes hacer nada. Eso lo sabes mejor
que yo.

—Lo lograré de alguna manera, así que no te preocupes.

—Entonces, aparte de todo eso, ¿Cómo vas a casarte?

Cuando Jeha se detuvo, Junyoung le pidió que lo mirara a la cara.

—Mongryong está muy interesado en ti. Puedo verlo. Por eso te lo estoy pidiendo. Aléjate de él
antes de que la relación entre ustedes se vuelva más profunda. No permitas que alguien más se
entere de eso.

—Maldita sea, no quiero escucharte más.

Jeha cruzó el pasillo justo después de Junyoung. Él suspiró un poco y luego lo siguió. Debía encontrar la
manera de decírselo de forma distinta, parecía que sus palabras lo estaban lastimando por el momento.

Sin embargo, Jeha, que caminaba por el pasillo se detiene abruptamente frente a la sala de espera.
Lentamente giró hacia donde las personas esperaban. Junyoung, que lo siguió, dejó de caminar a tres o
cuatro pasos de distancia. También volvió sus ojos hacia el mismo lado.

Mongryong está de pie en la sala y mira la televisión. Estaba viendo el drama que observaron antes. Era
muy divertido verlo con la boca abierta.

Jeha lo miró y quedó consternado, mientras la heroína del drama derramaba lágrimas y describía las
maldades que le habían hecho.

[Bastardo. ¿Cómo fuiste capaz de hacerme esto? ¿Eh? ¿Cómo pudiste engañarme mientras estabas
casado?¡Hijo de puta!]
Tuvo ganas de sentarse y echarse a llorar. Una ceja se le alzó bruscamente. Mongryong chasquea la lengua
y gira la cabeza para encontrarse con Jeha y Junyoung.

Mientras Jeha permanecía de pie con la cara hacia arriba, Junyoung le entregó la bebida que tenía en la
mano a Mongryong. Este la recogió y le dio las gracias.

Jeha agarró la bebida que tenía en la mano y miró a Junyoung. Ya era tarde.

—¿Y Hyeyoung?

—Mi hermana se durmió de nuevo. La enfermera dijo que me avisaría cuando despierte.

—Entonces, ¿A dónde quieres ir a comer?

—¿No podemos ir a ese lugar?

Mongryong señaló la televisión. Dijo que solo estaba tratando de ser divertido. El hombre se arrodilla y le
pide perdón, pero la mujer se levanta y golpea al hombre con el bolso. Lo trató de bastardo.

—¿Solo va a hacerle eso? Debería dispararle a la cabeza con una pistola.

Al escuchar a Mongryong maldecir, Jeha endureció su rostro. Junyoung tosió y se frotó la frente. Luego
miró hacia los lados. ‘¿Te gustaría que dijera algo como eso?’ le dijo con la mirada a Jeha.

Jeha tenía una cara compleja y se toma un trago de la bebida que tiene en la mano como si tuviera la boca
seca. Luego de llevárselo a la boca, la apartó de nuevo. Esta situación era incómoda. Solo intenta marcharse
a comer, pero en ese momento, aparece la mujer con la que se casará el hombre y golpea a la heroína.

Mierda, la cosa empeoraba.


Mongryong frunció el ceño con arrogancia y no podía creer que ese fuera el final. Mientras maldecía, Jeha
no podía quitarle los ojos de encima. Junyoung mira la expresión de Jeha y le pregunta a Mongryong.

—¿Qué harías Mongryong? En esa situación.

Mongryong respondió rápidamente a su pregunta.

—Nunca me voy a casar.

—No, quiero decir, si fueras la heroína.

Mongryong dijo: ‘Oh, sí’ y luego frunce el ceño nuevamente. Jeha miró la expresión moviendo los ojos con
la bebida en la boca.

Mongryong puso los ojos en blanco, como si estuviera preocupado, si fuera yo…¿qué haría?

—Si estoy en la posición esa mujer, no rompería con él.

Junyoung le dijo que estaba realmente sorprendido. Una sonrisa se dibujó en la boca de Jeha mientras se
ponía la bebida en la boca. Mongryong asintió con la cabeza.

—No rompería con él solo para hacer lo correcto.

—¿Eso no te lastimaría?

—De todos modos, no puedes separarte de lo que ya tienes.


—¿Y luego?

—¿Tendría sexo con todos las personas cercanas al protagonista masculino?

La frente de Jeha estaba arrugada y la cara de Junyoung lucía consternada. ¿Qué? Mongryong respondió
con una cara seria.

—Hermano, hermana o lo que sea, dormiría con todos ellos. ¿No crees que se sorprendería cuando
se entere más tarde? Tal vez es mi plan sea quedarme con él para hacerlo pagar. Huh.

La lata de bebida en la mano de Jeha estaba arrugada como una hoja de papel. Su cara lucía muy oscura y
parecía que hablaba en serio.

Junyoung suspiró y sacudió la cabeza. Luego le dijo que fueran a comer. Mongryong aceptó, pero Jeha no
podía mover los pies fácilmente. Se quedó allí por un momento con una cara llena de sorpresa.

OCTAVA HISTORIA PARTE 1

Mongryong miró a su alrededor dentro del estacionamiento subterráneo. Había muchos carros. Habían
tenido una sencilla comida con Junyoung y luego vinieron a la empresa.

Jeha primero le dijo que se fueran a casa, que debía decirle algo. Sin embargo, surgió una urgencia, así que
fueron a la empresa por un tiempo y le pidió que lo esperara en el estacionamiento. Su expresión era un
poco seria, por eso no pudo negarse.

Mientras esperaba, revisó su bolsillo y sacó su teléfono celular.

Abrió el internet y buscó información variada. Después de leer un webtoon, envió un mensaje saludando a
sus amigos, y luego su teléfono comenzó a sonar. Era un número desconocido.

Al atender la llamada, escuchó un fuerte grito.

[¡Oye, bastardo! Pensé que estabas muerto, pero al parecer no es así.]

Mongryong relaja su frente arrugada.

—¿Quién habla?

[¿Quién eres hombre? ¿Has olvidado mi voz también?]

Mongryong estaba escuchando en silencio con la boca abierta de par en par.

—¿Señor Kim?

[Pensé que solo te tomarías cuatro días libres porque estabas enfermo, pero esto es demasiado. ¿Por
qué no puedo contactarte al número que usabas antes?]

—Ocurrió algo. Has estado bien, ¿Verdad? ¿Tienes mucho trabajo? Ho me dijo que conseguiste un
nuevo empleado.
[¿Y para qué me preguntas? Escapó de aquí en menos de tres días.]

Mongryong le dijo que se lo había imaginado.

—Sí, deberías portarte mejor con la gente.

[¡Siempre me porto bien, hombre!]

—Sí, como no. Siempre gritas muy fuerte, por eso la gente sale corriendo.

[Oye, bastardo]

—¿Llamaste para maldecirme?

—No hagas eso. La voz de una mujer se escucha desde un costado. Parecía ser la esposa de Kim. Cuando
ella le pidió que se calmara, el Señor Kim le dijo con una voz irritada que no debería interrumpirlo.

—Tía, ¿Estás ahí?, ¿Cómo estás? Te extraño.

[Ja, te extraño. Como dice eso un bastardo que no ha venido ni una vez.]

—He estado muy ocupado. Ya sabes quién tiene la culpa.

[¿Quién es el culpable?]

—Ya sabes, este tipo raro.

[No creo que alguien sea más raro que tú.]

—Oye, hablo en serio. Si vas a insultarme, mejor cuelga.

Llámame. No, por qué le voy a decir eso. Solo has estado diciéndole cosas inútiles. Escuchó a dos
personas acurrucadas hablando al mismo tiempo por el teléfono celular. Después de su pequeña discusión,
al parecer el Señor Kim vuelve a tomar el teléfono.

[Se acerca el Año Nuevo Lunar, ¿Qué vas a hacer ese día?]

—Qué más puedo hacer, me quedaré en casa. ¿Por qué?

[Si tienes tiempo, ven a comer sopa y pastel de arroz, hombre.]

—Ah. Mongryong se quedó en silencio. Kim le dijo que no tenía que venir si estaba ocupado. En ese
momento, escucha una voz que dice: —No creo que nadie quiera venir a verte. ¿Por qué mi esposa
tiene que decir eso? Mongryong se echó a reír.
—Iré, si no tengo más nada que hacer.

[Bueno, está bien.]

—Hace frío, cuídate mucho.

No hubo respuesta del otro lado. —¿Hola? Aún está en silencio. Después de verificar, se da cuenta de que
ya ha finalizado la llamada. Increíble, esta gente solo dice lo que quiere, y después cuelga.

Sin embargo, le gustó escuchar la voz del Señor Kim después de mucho tiempo.
Casi gritó cuando levantó la vista, después de reírse y poner su teléfono en el bolsillo. Y fue porque frente
al auto, estaban parados varios hombres vestidos de negro. Su cuerpo tembló sin darse cuenta.

—Wow, demonios. Qué sorpresa.

Hay un anciano parado en el medio, con tres hombres vestidos de negros a su lado. Su mirada se centró en
Mongryong que estaba dentro del auto.

En particular, los ojos del anciano, parecían estar listos para acabar con él. Mongryong se olvidó de la
vergüenza y se recostó contra el asiento.

Su cara casual era fingida, por eso bajó la mano y comenzó a buscar algo debajo del asiento. Sabía que en
alguna parte había un cuchillo, pero no pudo encontrarlo.

De todos modos, si tenía que pelear 20 contra 1, necesitaría un cuchillo.

Cuando lo pensó, se rió estúpidamente mientras su mano se topaba con algo al costado del asiento. Los
ojos de Mongryong se abrieron un poco.

Uno de los tipos que estaba al lado del anciano se acerca al lugar donde estaba Mongryong.

Dobló su dedo y golpeó la ventana. Toc, Toc. A primera vista, no pudo identificar si era un miembro de la
organización o alguien del bando contrario. El tipo lo miraba con mucha arrogancia.

—¿Qué pasa?

—Salga. Necesitamos hablar con usted.

Todo se veía realmente mal. Mongryong levantó las cejas ante la actitud arrogante del hombre.

Estaba a unos pocos de distancia, por eso le pregunta de qué quiere hablar. El hombre una vez más le pide
que se baje con una cara aterradora y después miró al anciano.

Mongryong cerró la ventana. Luego puso algo detrás de su cintura, abrió la puerta, se bajó del auto y
caminó hacia ellos.

La expresión del anciano y la de los hombres que estaban a su lado no eran de satisfacción. Mongryong
sonrió amablemente hacia ellos.

—¿Por qué quiere hablar conmigo?

—Es extraño que esté sentado en ese auto.

—¿Qué tiene de malo que esté sentado en mi auto?

La expresión del viejo cambia sutilmente.

—Qué … ¿Dijiste que era tu auto?

—Sí.

—Tú, ¿Sabes qué tipo de auto es ese?

—Lo sé. Es muy caro.


Un tendón se eleva sobre la frente del anciano. Mongryong le preguntó qué le sucedía, de forma muy
casual.

El anciano miró en silencio a Mongryong y le hizo una seña con el dedo al hombre que tenía al lado. Era un
hombre que usaba anteojos y que parecía tan apretado que no le cabría ni una aguja. Bajó la cabeza y puso
la oreja a un lado de la cara del viejo.

Abre la boca como diciendo, sí, ya veo, y luego mira al otro hombre que estaba a su lado.

—Atrápenlo.

En ese momento, un hombre enorme avanza.

Mongryong dio un paso atrás y levantó ambas manos a la altura de los hombros.

—No hagas eso. Realmente odio que los hombres feos toquen mi cuerpo.

—Ven aquí, hijo de perra.

—Te lo advierto. Tal vez no lo parezca, pero soy muy salvaje.

—Perro que ladra no muerde.

—Estoy siendo honesto, Ugh.

Cuando el hombre se acercó para atraparlo, Mongryong escapó rápidamente. El hombre comienza a
perseguirlo. Mongryong parecía intentar escapar en el auto, pero de repente se dio la vuelta y le lanzó una
patada.

El hombre atrapa el pie que voló hacia él, como si fuera aburrido. Al mismo tiempo, Mongryong levanta el
otro pie en el aire y lo golpea en la cara. ¡Zaz! La cara del hombre se volvió con el sonido.

Mongryong logra escaparse del sujeto, quien se tambaleó y cayó de rodillas. Tan pronto como Mongryong
aterriza en el suelo, corre hacia él. Y sin esperar a que se levante, comienza a golpearlo en la cara con sus
rodillas ¡Zaz! ¡Zaz!

¡Pam! Con ese sonido, el hombre cayó en el suelo. Luego se agarró la cara y comenzó a gemir. Mongryong
le preguntó que si estaba bien.

—Oye, ¿Por qué no escuchas a la gente? Lo siento.

El anciano lo miraba con los ojos entrecerrados. Los dos hombres que estaban a su lado, ya se estaban
preparando para pelear.

‘Mierda. Los dos son enormes.’


Mongryong saltó sobre el capó del auto y se quedó parado. Cuando los dos hombres intentan perseguirlo,
los esperó y sacó algo de la parte de atrás de su cintura. Los hombres se detienen. La cara del anciano
también estaba endurecida.

Era una pistola.

Mongryong apuntó hacia el viejo. Pudo ver la boca del anciano alzándose.

—Vaya, eres muy recursivo.


—Te advertí que no me tocaras.

—¿Sabes cómo disparar eso?

—¿Quieres que lo intente? Si tienes mala suerte, tal vez podría darte en la cabeza.

La actitud pausada de Mongryong mantiene en vilo a los ojos del anciano. En ese momento, uno de los
hombres trató de escabullirse para protegerlo, pero Mongryong amenazó con dispararle también.

—Será mejor que no te muevas. Podría atravesarlos a los dos con un solo disparo.

Lo dijo, pero la mano que sostiene la pistola está sudando. ¿Cómo se dispara esto? Esta no es una pistola
de gas. Solo jala el gatillo. Fue todo en lo que pensó.
Espero que Seok Jeha aparezca pronto y termine con esta situación. Tal vez debería llamar a la
policía.
En ese momento, decenas de hombres con trajes descienden desde las escaleras internas del
edificio. ¿Qué? La hora del almuerzo debe haber pasado, pero ¿Ya salieron del trabajo? Me gusta la
compañía de gánsters. Es un trabajo rápido.
¿Qué? Pero por qué vienen aquí y no salen del edificio. Supongo que notaron que algo extraño
estaba sucediendo con estos tipos. Vengan rápido. Vengan rápido y sálvenme. Seok Jeha también
estaba entre ellos.

La cara de Jeha lucía pálida. Mongryong le hizo señas con la mano y le dijo que se acercara rápidamente.
En ese momento Jeha se aproxima con urgencia y mira a Mongryong como si quisiera matarlo.

—¡Tú, baja el arma!

Luego se inclinó profundamente ante el anciano.

—Bienvenido, Presidente.

Cuando Mongryong escuchó eso, casi deja caer el arma. Docenas de hombres parados atrás se acercaron y
dijeron en coro, —Señor Presidente. Los trillizos Baek también estaban entre ellos.

Mongryong imitó el saludo. Pero notó que no pudo inclinarse lo suficientemente rápido, pues estaba de
pie con una pistola en una posición muy descuidada.

Mongryong volvió a guardar la pistola en el auto. La mirada del anciano todavía estaba fija en él. Luego se
sacudió e inclinó la cabeza.

—…Hola.

—Al parecer ya no luzco sospechoso.

—Lo siento. Debería habérselo dicho de antemano.

—¿Qué debiste decirme?

—Hola.

El presidente Seok parecía consternado. Mongryong se vio obligado a sonreír y agregó unas palabras.

—No es de extrañar… que me pareciera conocido.


Las chispas surgen de los ojos del presidente Seok. Mongryong se echó a reír, luego cerró la boca e inclinó
la cabeza. Se sintió casi estrangulado por la sangrienta mirada del anciano.

¡Zaz! En ese momento se escuchó un ruido. Mongryong se sorprendió y levantó la cabeza. La cabeza de
Jeha que estaba a un lado, volvía a su lugar. Su mejilla derecha estaba roja y lucía adolorida.

Una mano se estampa nuevamente en su cara. El golpe fue más fuerte esta vez y Jeha tropezó ligeramente.
Pronto corrigió su postura e inclinó la cabeza.

—Lo siento.

—Bastardo. Como si no tuvieras nada que hacer, como te atreves a recoger a un perro callejero.

—¡Tch! Luego chasquea la lengua y mira a Mongryong. Él lo mira con la cara avergonzada. Los hombres
que están detrás de Jeha no levantaron la cabeza a pesar de que sabían que no había razón para que lo
golpeara.

—Tú. En el futuro, sería mejor que no te aparezcas frente a mis ojos. Si te veo de nuevo, te destruiré.

Mongryong cerró la boca con fuerza. Había cometido un error, así que no tenía nada que decir. Pensó en
pedirle disculpas, pero no creyó que las aceptara al ver su expresión.

El presidente Seok vuelve a chasquear la lengua y se dirige hacia su auto. Los hombres que vinieron con él
también lo siguieron.

Mongryong inclinó la cabeza hacia él.

—Adiós, padre.

Tuk. Los pasos del presidente Seok se detuvieron. Se dio la vuelta y le preguntó qué acababa de decir.
Mongryong no pudo ocultar su vergüenza. ¿No debió despedirse?

—¿Por qué me llamas padre?

El presidente Seok que no se movió ni siquiera ante una pistola, parecía muy enojado ahora.

—No…eso no…Es el padre de Seok Jeha… es que yo… .

Se detuvo ante de terminar su discurso. El viejo lucía tan furioso como Seok-ha. Era una familia con fuertes
genes de ira. —¿Entonces debo llamarlo papá?

Pudo ver la apretada mandíbula del presidente Seok. Mongryong cerró la boca, inclinó la cabeza y se
disculpó.

El anciano se da la vuelta y regresa a su auto. Mongryong se mordió el labio inferior. Cuando levantó la
cabeza, las mejillas enrojecidas de Jeha llegaron a sus ojos. De alguna manera eso lo hizo sentir
desdichado.

***

El sedán de Jeha corrió por la carretera. Los copos de nieve comenzaron a caer desde el profundo cielo
oscuro.
Mongryong echó un vistazo al perfil del hombre que conducía. Tenía la mejilla derecha hinchada y su boca
reventada.

Al estirar la mano para tocarlo, Jeha lo rechaza con violencia. Mongryong frunció el ceño ante el dolor que
sintió en el dorso de la mano.

—… ¿Estás loco?

—… .

—Realmente no sabía que era tu padre. Su cara me pareció conocida… y la personalidad también era
similar… se parecen mucho.

—Cállate.

—Te juro que no lo hice a propósito.

Jeha solo miró hacia adelante. En las cámaras de seguridad, se filmó la escena donde Lee Mongryong le
apuntaba con un arma al presidente Seok y en la compañía se armó un escándalo. Cuando corrió y miró el
video, la inesperada escena se desarrolló ante sus ojos.

Pensó en ocultarlo lo más que pudo. Pensó que tenía que ocultarlo a toda costa. Ni siquiera en sus sueños
se imaginó que lo descubrirían de una manera tan absurda.

En ese momento, la investigación sobre quién era Lee Mongryong, estaría en pleno apogeo. Obviamente,
todo el mundo se iba a enterar que él era el hermano de Lee Hyeyoung. Jeha se mordió los labios. Tenía
que encontrar una manera de protegerlo.

Luego en el coche, Tuk, Tuk, comenzó a escucharse un golpeteo. También una voz. Y muy pronto
comienzan a oírse las maldiciones.

Al mirar a un lado, Mongryong pone una oración budista en su teléfono celular. Luego mira a Jeha y sonríe
con una expresión de tristeza.

—Es bueno para que mantengas la calma.

Jeha suspiró un poco.

—Apaga eso. Soy cristiano.

Mongryong parecía muy sorprendido. ‘¿Cristiano? Al parecer, no tenemos nada en común.’ Dijo
mentalmente, mientras apagaba los cánticos budistas.

—Entonces, ¿Qué tipo de música quieres escuchar? ¿Te gustaría que encendiera la radio para cambiar
tu estado de ánimo?

Sin decir nada, Jeha simplemente apretó el volante, y siguió conduciendo.

—¿O quieres que cante? Yo sé cantar un poco.

—… .

—Seok-ha, lo siento mucho.

—… .
—No puedo creer que haya gente que golpee a su hijo delante de tantas personas.

—… .

—La próxima vez defiéndete. Debes demostrarle a tu padre que eres fuerte y tal vez no lo vuelva a
hacer.

La frente de Jeha se arrugó. Finalmente, detuvo el auto en el cruce, y miró a Mongryong. Él evade su
mirada y mira por la ventana.

—… Parece que va a nevar mucho.

Jeha suspira un poco y vuelve a mirar por la ventana. Los copos de nieve eran bastante gruesos. Estos
comienzan a caer contra la ventana del auto para luego derretirse rápidamente.

La nieve no se acumulaba correctamente porque el clima era más caluroso de lo normal. Los copos de
nieve que desparecen sin dejar rastro son similares a la relación de Lee Mongryong conmigo, es por
eso que me siento amargado.
La señal del semáforo ha cambiado, pero el auto no se movió. Mongryong miró a Jeha.

—Vámonos. La señal ha cambiado.

—Lee Mongryong.

—Vámonos.

—Me voy a casar.

Su mandíbula apretada parecía más rígida que cuando vio a su padre en el estacionamiento. Jeha pisó el
acelerador. El auto volvió a correr por la carretera.

—Lo sé.

Jeha estuvo a punto de pisar los frenos. Luego miró a Mongryong con una cara sorprendida. Mongryong
vuelve a mirar por la ventana.

—¿Lo sabías?

—En realidad, te escuché hablando con el fiscal en el hospital hace un rato.

Jeha aplica más fuerza a la mano que sostiene el volante. Su cabeza era un embrollo. Debería haberse
detenido frente al semáforo hace un momento, pero simplemente siguió de largo. Jeha movió lentamente
sus labios cerrados.

—¿Y qué has pensado?

—No me importa.

Le dijo que no le importaba con una cara casual. En el momento en que escuchó eso, Jeha apretó los
dientes con más fuerza.

—Y… ¿No has pensado en nosotros?

—Si una pareja sexual se casa, no tiene caso ponerse a llorar.


Cuando Lee Mongryong le pidió ser su pareja sexual anoche de forma tan desafortunada, se había sentido
resentido por no poder responderle correctamente. Jeha tenía la cara un poco vacía.

—Qué bueno ser tan cool.

Ahora, la voz con la que Mongryong había dicho que lo sabía, cambió sutilmente y dijo con tranquilidad.

—No tengo intención de cruzar la línea que dibujaste. Nunca pensé en tener una relación profunda
contigo. En su lugar, por favor… arregla todo antes del matrimonio.

Le pidió que arreglara todo. Tan pronto como escuchó eso, sintió como el dolor en su pecho se extendía.
Cuando no hubo respuesta de parte de Jeha, Mongryong se rió alegremente, mientras lo miraba.

—Hagámoslo bien hasta entonces. Sigamos siendo parejas sexuales, o lo que sea.

Después del final de su discurso, Mongryong aparta su mirada nuevamente. Los copos de nieve estaban
cayendo con más fuerza. La nieve blanca caía sobre las cabezas de la gente ocupada.

Jeha suspiró un poco menos de lo que miró a Mongryong, y luego giró la cabeza. Un tendón azul brotó en
la mano que sostenía el volante, y la bola en su cuello se movió sin descanso.

¿De verdad estás bien? ¿Estaría realmente bien que todo terminara así? ¿Estás cansado de mí? O tal
vez… ¿Hay otro hombre en tu mente?
Las palabras que quería decir y preguntar, se quedaron atrapadas en su garganta. Eran las únicas palabras
que no podría borrar después de decirlas.

El silencio pasó y Mongryong volvió a abrir la boca esta vez.

—De todos modos, muchas gracias.

—… .

—Yo estaba un poco preocupado… eso significa que pensaste en mí por primera vez.

Jeha dejó de respirar. El aire en el auto era pesado, por lo que sintió como si estuviera muriéndose de
asfixia. Las bolas de fuego caliente seguían moviéndose, al interior de su cuerpo.

***

Mongryong estaba de pie junto a la ventana de la sala que estaba un poco iluminada, mirando hacia
afuera. Su cara estaba humedecida porque acababa de salir del baño.

Observaba como la nieve caía frente a la ventana. Cuando la noche llegó y la temperatura bajó, todo el
paisaje rápidamente se vistió de blanco.

De repente eso le hizo recordar las épocas de invierno que pasó en el templo. En la sala de ondol, los niños
solían reunirse para comer batatas calientes.

Se quedó pensando en eso por un rato, pero en ese momento Jeha salió del baño. Él se estaba secando el
cabello con una toalla después de bañarse y llevaba una bata puesta.

Cuando termina de secarse, Jeha tira la toalla a un lado y se acerca a Mongryong.

—¿Por qué estás aquí parado?


—Está nevando mucho. Mañana tengo que salir temprano para ir al hospital a visitar a mi hermana.

—Yo te llevaré.

“De acuerdo. Pero el metro es mucho mejor en un día como este. ¿Te gustaría que lo montáramos
juntos?

—Creo que me quedaría atrapado en el metro y moriría.

Es cierto. Mongryong vuelve a mirar por la ventana. En Seúl hay muchos edificios, y la nieve se acumula
bastante, así que se ríe mientras le dice que todo se ve bastante bien.

‘Odio que le guste mirar la nieve que cae. Siempre he odiado que sus ojos negros se concentren en
algo que no sea yo.’
Jeha agarró la cabeza de Mongryong y la giró. Se adueñó de sus labios sin darle tiempo de preguntar la
razón. Mongryong se apoyó contra la ventana mientras él lo empujaba hacia atrás. Al abrir un poco la boca
para facilitarle el beso, Jeha empujó su lengua adentro.

Las dos lenguas húmedas se frotaron. Luego puso la mano dentro de la camisa de Mongryong. Después de
acariciar la suave textura de su piel, colocó la mano detrás de sus pantalones y agarró su apretado trasero.

Mongryong le empujó el hombro. Los labios que se frotaban se apartaron. Respiró hondo y miró a Jeha.

—¿Quieres hacerlo?

—Sí.

—Entonces vamos al dormitorio. Cualquiera puede vernos desde aquí.

—No pueden vernos.

Mongryong lo miró con una cara ligeramente sorprendida. —¿De verdad?

—No nos pueden ver desde afuera. Así que hagámoslo aquí.

Mongryong intenta decir algo otra vez, pero permanece en la misma posición frente a la ventana de cristal.
La figura de Jeha y la suya se reflejan al mismo tiempo.

Jeha le quitó la camisa. Esta cayó al suelo para revelar su cuerpo desnudo. En esa posición, unió su cuerpo
estrechamente a su espalda y le besó la nuca.

Cuando Mongryong intenta mirar hacia atrás, Jeha le mete la mano en los pantalones y le aprieta las
caderas.

Mongryong se lame los labios mientras se mira reflejado en la ventana de cristal. Jeha saca la lengua y le
lame la nuca. Luego se acercó al lóbulo de su oreja y lo mordió un poco.

Mongryong se empapó los labios con la lengua, luego extendió la mano hacia atrás y le acarició el cuerpo.
Jeha le sostuvo la mano con la otra y entrelazó sus dedos.

Al liberar el lóbulo de la oreja que aprisionaba con su boca, notó que estaba enrojecido.

Luego bajó hacia su cuello nuevamente y le chupó los hombros. El sonido de su aliento se vuelve un poco
áspero. Cuando Jeha abrió la boca y mordió su carne, Mongryong soltó un gemido, —ah.
—… Duele.

Jeha le chupó fuertemente el área donde rápidamente comenzaron a formarse marcas rojas. Sin detenerse
allí, la lame, la chupa y la muerde de nuevo, de una manera más dolorosa que antes.

Mongryong le dice que le duele otra vez, pero él parece no escucharlo.

Jeha levanta ligeramente la cabeza que tenía enterrada en el cuello. A través de la ventana, se encuentra
con los ojos de Mongryong. Mira fijamente sus ojos lujuriosos. Pero este ya no repite que le duele, sino que
solo cierra los ojos inundado de placer.

Jeha le miró la cara. Lo siente un poco alejado. Tiene la sensación de que sus sentimientos están siendo
completamente ignorados.

Parece que tiene la culpa… sobre un tema del que no puede hacer nada de todos modos.

Pero aunque lo sabe, su codicia sigue aumentando. Lee Mongryong sigue manteniendo una distancia
adecuada, pero en cambio, él se siente resentido y desea poseerlo por completo. Y al mismo tiempo, teme
que pueda salir lastimado.

Era correcto que se diera por vencido, pero su cuerpo no obedece a su cabeza.

Sus emociones se enredan de una manera compleja, haciendo que se deje dominar por ellas.

Jeha apartó los labios y empujó a Mongryong hacia la ventana. Se abre la bata y el pene que ya estaba
erecto, rebota hacia arriba.

Luego le baja los pantalones y la ropa interior, y le frota el pene con fuerza. Su mente, al igual que el
exterior que veía por la ventana, se tiñó de blanco.

***

Mongryong suspiró mientras miraba los autos alineados al frente. Se inclinó hacia la ventana y miró a
Doosan que estaba sentando en el asiento del conductor, luego se sentó en su puesto, y volvió a mirar a
Jeha que estaba leyendo el periódico.

Le dijo que iba a tomar el metro en lugar de viajar en el auto, pero había estado nevando durante unos días
y además ya era hora de que fuera a trabajar, pero el camino estaba bloqueado. Miró por la ventana y
suspiró un poco.

—Quiero salir. Detén el auto.

—Puedes bajarte en la estación del metro si quieres.

—¿Después de sufrir todo eso?

Mongryong tuvo la mala experiencia de viajar en el metro hace unos días y estuvo a punto de morir como
le había dicho Jeha. Sería bueno tener una motocicleta en este momento. Tengo que ir a ver a
Seunghyun.
Cuando el automóvil sigue sin signos de moverse, le pide a Doosan que se detenga en cualquier estación
cercana. Doosan echó un rápido vistazo por el espejo retrovisor. Jeha sigue mirando el periódico.

—Solo detente.

—Espera. Vamos a llevarte.

—Soy su cuidador, por eso estoy muy preocupado por algo. No sabes lo que es eso. ¿Acaso podrías
ayudar a tu hermana mayor a darse un baño?

Jeha dobla el periódico, lo coloca a un lado y gira la cabeza hacia ese lado. La mirada terca en su rostro es
poderosa.

No era suficiente con hablar con ella todas las noches, así que tan pronto como se despertaba por la
mañana, volvían a hablar. —¿Estás bien? ¿Comiste bien? Después le decía que iría rápido e
intercambiaban historias por un tiempo. No sabía que tanto tenían que decirse, si la veía y hablaba con ella
a diario.

—Mi hermana es un poco nerviosa. No puede dormir sola en un lugar extraño.

Se contuvo de preguntarle si esa era la razón por la que se había escapado con un hombre casado. En su
lugar, Jeha le preguntó lo que estaba en su mente.

—Quieres decir… ¿Quieres decir que has dormido con ella?

—¿Y qué tiene de malo? Somos hermanos.

—¿Estás loco?

—¿Por qué?

—¿Crees que eso es normal?

—¿Y por qué no?

—Ah. Una risa se dibujó en la boca de Jeha. Puede que los dos no sean hermanos. No, aunque fuera su
hermana real, tiene sentido decir que los hombres y las mujeres no deben dormir juntos.

—Jefe Baek, ¿Qué opinas al respecto?

La bola de fuego finalmente cayó en el lugar equivocado. —¿Qué quiere que le diga? Preguntó Doosan
mientras sostenía el volante.

—¿Qué opinas de eso? Quiero decir, de que Lee Mongryong duerma casualmente con su hermana
mayor.

Doosan vaciló un poco y respondió.

—Particularmente en este caso… tal vez no sea un problema.

Santo cielo. Jeha le disparó a Doosan en la espalda con una mirada amarga. Doosan era confiable y rápido
para entender, pero a veces no era flexible. Si hubiera sido con otro hombre, habría dicho que Mongryong
estaba equivocado en esa situación.

Doosan trató de cambiar apresuradamente lo que había dicho.


—No, hyung-nim. No es lo que piensa.

—Cállate la boca.

Doosan mantuvo la boca cerrada y miró al frente mientras Jeha maldecía. Mongryong, sentado a su lado
apartó la vista de la ventanilla del auto y se rió de él.

Su rostro distorsionado lucía aterrador. Y el auto, que estuvo parado por mucho tiempo, comenzó a
moverse poco a poco.

OCTAVA HISTORIA PARTE 2

Mongryong se sentó junto a Hyeyoung y le tocó la mano.

Jeha dejó a Mongryong frente al hospital y se marchó. Le dijo que no era bueno que ella los vieran juntos.
De todos modos, pensaba que también era culpable de la lesión de Hyeyoung.

Después de que la enfermera dijo que tenía que salir un rato, esta salió de la habitación. Cuando Hyeyoung
vio que la puerta estaba cerrada, le habló a Mongryong.

—Ya sabes, Mongryong. Tengo una pregunta… .

Él miró a su hermana mayor. Más o menos adivinaba lo que le iba a decir. Fue sorprendente que se
despertara y nunca le preguntara. Mongryong asintió y dijo:

—Quieres saber… ¿Dónde está él?

Mongryong cerró la boca. Ya sabía que Hyeyoung y él, habían conocido a Cho en el templo cuando eran
más jóvenes. Mongryong no lo recordaba porque era muy pequeño, pero Hyeyoung solía seguirlo todo el
tiempo. Incluso confiaba en él como si fuera un hermano, pero después de unos meses él fue trasladado a
otro lugar.

—Él volvió con su familia.

Tan pronto como las palabras salieron de la boca de Mongryong, los ojos de Hyeyoung se volvieron un
poco borrosos, y pronto una sombra se proyectó en su rostro. Al verla tan triste, Mongryong se sintió muy
mal.

—Olvídalo. Él está casado.

Hyeyoung sonríe como si lo supiera. Su sonrisa era tan grande que Mongryong se preocupó un poco por
eso. Desearía poder darle una excusa. Pero Hyeyoung solo se concentró en mirar las sábanas y no dijo
nada.

—Volvió con su esposa. Supongo que ella lo perdonó y aceptó sus disculpas. Entonces hermana… no
pienses más en él.

Hyeyoung comenzó a murmurar. Finalmente todo había acabado. La tristeza vino a su voz. Mongryong
soltó un largo suspiro.
—Limpia tu mente y trata de mejorarte.

—… .

—Noona.

Hyeyoung que tenía la boca apretada, asintió y sonrió levemente de nuevo. Luego le preguntó por las
facturas del hospital. Cuando la escucha se sorprende al ver a su hermana preocupándose por los gastos de
hospital. Más que preocuparse por sanar su corazón roto, tenía que empezar a preocuparse por el dinero,
así era la vida real.

—La enfermera dijo… ya el joven pagó… ¿Te ha ayudado el fiscal Seok?

Mongryong dudó en contarle sobre Jeha, así que rápidamente dijo que sí.

—Lo hice yo mismo. No te preocupes por eso.

Hyeyoung se rió sin dudarlo. A pesar de que estaba sonriendo, parece que solo disimulaba su tristeza.

—Mi Mongryong es tan grande ahora. Ahora siento que eres un verdadero adulto.

Aunque siempre has sido más maduro que yo. Lo dice y sonríe de nuevo. En realidad siempre había sido
mucho más audaz que ella. Al ver la cara de Hyeyoung, Mongryong evade su mirada.

Había pensado en recriminarle por haber hecho algo tan tonto cuando la encontrara. Pero ahora que la
veía, no pudo decirle nada, pues ella parecía estar a punto de llorar.

Era difícil ver su cara de esa manera, por eso se puso de pie diciendo que tenía que tomar agua. Cuando
intentó salir, la puerta se abrió y apareció alguien.

La mujer del abrigo de visón, llevaba algunos accesorios elegantes, junto a un hombre que parecía ser su
secretario. Cuando se levantó de la silla, miró a Mongryong y a Hyeyoung, que estaba sentada en la cama.
Ella hizo una mueca despectiva y habló.

—Ja, ¿De verdad?, ¿Estás viva?

Mongryong frunció el ceño. Hyeyoung también parecía sorprendida. Las manos blancas y sin sangre que
apretaban las sábanas temblaban. Mongryong la miró más de cerca. Era a todas luces, una persona
desconocida para ellos. Por eso le hizo la pregunta más lógica.

—¿Quién es usted?

—¿Quién crees que soy?

Sarah entró en la habitación. Sus pasos sonaron en el suelo, representando los latidos de un corazón.

Mongryong se adelantó y la detuvo. Cuando se enfrentan, su voluptuosa boca se eleva. Sus agudos ojos se
fijaron en el cabello de Mongryong.

—¿Eres tú? Ah, eres el cachorrito que Jeha está criando en estos días.

Sus ojos miran a Mongryong de pies a cabeza esta vez. Y luego chasqueó la lengua. En sus ojos, el
desagrado era evidente.

—Mírate. Seok Jeha debe estar loco. ¿De dónde te ha sacado?


Luego mira al hombre que está parado detrás, y le pregunta si opina lo mismo. El hombre solo sonríe
tirando ligeramente de su boca. Parece que está de acuerdo.

Mongryong suspiró un poco y estuvo a punto de decirle que se detuviera.

—Oye, ¿Puedes apartarte del camino? Tu hermana y yo tenemos algo de qué hablar.

Sarah dio un paso adelante y empujó el pecho de Mongryong con la punta de los dedos. Los ojos de
Mongryong enloquecieron. Hyeyoung desde atrás gritaba preguntando qué era lo que estaba sucediendo.

Sarah miró a Hyeyoung y a Mongryong alternativamente, y rió como si se burlara de ellos. Una vez más,
empuja a Mongryong con la punta de los dedos, pero esta vez, él le agarró la mano y se la dobló a un lado.

Ella gritó como si estuviera llorando y el hombre que estaba atrás se adelantó. Mongryong le giró la mano
y lo miró a él.

—Señor, no se acerque. Voy a tirar a esta perra a la basura.

El hombre lo mira consternado.

—Ah, ¡Oye! ¡No puedes hacer eso! ¡Suéltame, maldito loco!

—No puedo dejarte ir, perra loca.

Al escuchar la palabra loca, los ojos de Sarah se agrandaron. Se sintió afiebrada de repente y su nuca se
puso roja. El hombre se acercó y sostuvo los hombros de Mongryong con firmeza.

—Suéltela.

—¡Mongryong! ¡Detente!

Mongryong mira a Hyeyoung, luego ve al hombre parado junto a él y lentamente movió su mirada hacia
Sarah al frente. Ella todavía seguía gritándole que la dejara ir.

—¡Maldito, me las pagarás!

En el momento en que Mongryong soltó su mano, Sarah estiró el brazo y lo agarró por el cabello. Los que
estaban en la habitación, no pudieron ocultar su vergüenza al ver esa escena.

—¡Ah, te mataré!

—¡Oh, mierda!

Mongryong también extendió la mano, agarró el cabello de Sarah y comenzó a tirar de él. Sarah gritó como
si estuviera a punto de morir. El secretario intentó separarlos, pero ellos dos permanecieron enredados,
como dos perros que luchaban en la arena.

Hyeyoung tuvo que llamar a la enfermera presionando el botón de emergencia con una cara perpleja.

***

En una habitación cerrada a un lado de un restaurante japonés, un hombre con cabello gris estaba sentado
frente a Jeha, mientras bebían. El hombre era un político de apellido Ahn y aunque a primera vista causaba
buena impresión, sus ojos estaban llenos de ambición.
Mientras bebían, los dos conversaban, hasta que la puerta se abrió y Doosan puso algo sobre la mesa. Era
una caja envuelta en tela dorada y fue colocada justo al lado de Jeha.

El Senador Ahn miró la caja con el vaso en la boca. Después de recibir la caja, Jeha la empujó
cuidadosamente hacia él. El Senador levantó una de sus cejas y lo miró.

—¿Qué es esto?

—No es la gran cosa, pero por favor acéptelo.

Ahn dijo que ya no era miembro del congreso y lo rechazó.

—Este hombre. ¿En qué clase de mundo vivimos en estos días? Esto es un gran problema.

Jeha vuelve a empujar la caja hacia él.

—Esto no significa nada.

—¿Qué?

—Escuché que sus nietos nacieron hace unos días.

Al escuchar la palabra nieto, la boca de Ahn se enfría.

—Mi nuera dio a luz gemelos.

—Sí, sé que es tarde, pero felicidades. Por eso le entrego esto, así que no se preocupe por nada.

El conflicto surgió en la cara del Senador Ahn, pero no duró mucho tiempo. Como era un regalo en ese
sentido, quitó la tela para ver que había adentro. Era una caja marrón muy normal. Cuando levanta la tapa,
los ojos de Ahn se abren sin poder ocultar su sorpresa. Su risa se desvaneció. Era un sapo dorado del
tamaño de un puño adulto.

—Ugh, como es posible. Darme algo como esto.

—Le pondré el resto en el auto.

Al escuchar la palabra ‘resto’, los ojos del Senador Ahn se abrieron un poco más que antes. No podía creer
que hubiera más de esas cosas.

—No creo que dos sean demasiados. Le preparé otros más para los nietos que nazcan en el futuro.

—No, eso sería raro, jaja.

—También les adjunté una pintura.

—¿Una pintura?

—Fue difícil encontrarla, así que espero que esté satisfecho con eso.

Jeha le hizo un gesto con la cabeza a Doosan. Este se inclinó hasta la mitad, abrió la puerta y salió de la
habitación. Fue para llevar el resto al auto. El senador Ahn no pudo evitar reírse.

—Uh, de hecho. No sé si puedo aceptar esto.

—Sucedió lo mismo con la construcción del complejo, y hubiera sido difícil sin la ayuda de un
legislador construir un campo de golf.
—¿Dónde está mi virtud? Todos ustedes son tan generosos.

—No. De nada.

—Me vi obligado a hacerlo porque no pude poner de mi lado al Senador Kim, pero al final lo logré…
también estoy satisfecho por eso. Creo que puedo morir ahora sin hacer mucho ruido.

—Tomaré medidas para asegurarnos de no tener tropiezos en el futuro.

—Ese anciano estaba haciendo todo lo posible por poner en nuestra contra al grupo ambientalista,
pero afortunadamente pude detenerlo.

—Lo siento.

—Ignóralo. No es más que un anciano degenerado. Sería mejor que no pretendiera ser un santo. Es
tan obsceno, así que no estoy seguro de lo que está pensando.

—Salúdeme al Señor Kim. Creo que lo ofendí el otro día.

—¿El otro día?

—Sí, ocurrió un incidente.

Él sonrió y dijo que Ahn que lo entendería. Jeha llenó su vaso. El licor amarillento parpadeaba en el vaso.

Afortunadamente o no, el Senador Kim no le volvió a preguntar por el paradero de Mongryong. No sabía si
las amenazas coercitivas funcionaron o si había otras personas involucradas.

El lado del presidente Seok también estaba inquieto. En el camino, se sintió preocupado y contactó a Lee
Mongryong, pero él no le respondió. No tuvo ánimos para decirle a Ho que fuera a verlo.

Intentó esconder la inquietud de su corazón y se bebió todo el contenido del vaso de inmediato.

***

Sus ojos se movieron de derecha a izquierda. Esto se debe a que Lee Mongryong y Seok Sarah, que
estaban sentados en el sofá de su sala, se miraban el uno al otro.

Jeha suspiró un poco. Le ordenó a Ho que fuera al hospital, pero después de mucho tiempo de no recibir
información de su parte, él lo llamó avergonzado. Le contó que Lee Mongryong y Seok Sarah se habían
agarrado a golpes.

La gente del hospital corría como loca, e incluso Ho que había llegado un poco tarde, se apresuró a
separarlos, pero todo fue en vano. Sabía que tenía que hacer algo para solucionar el problema, por eso no
tuvo más opción que traerlos a casa. Fue bastante sorprendente que Sarah lo siguiera sin oponerse.

—¿De dónde sacaste a este perro callejero? ¿Salvaste a Lee Hyeyoung? ¿Le ocultaste la verdad a
nuestro padre? Debes estar completamente loco.

—¿Por qué fuiste al hospital?

—¿Qué por qué fui? ¡Está viva y no voy a fingir que no lo sé!
Jeha tenía una cara molesta y movió sus ojos hasta Mongryong. Tenía marcas rojas en su cuello y mejillas.
Parece haber sido arañado por Sarah. No podía golpearla por su condición de mujer, por eso pensó que
debía ser paciente.

—Jefe Baek. Por favor lleve a mi hermana a su casa.

—Si sigues con tus mentiras, le diré todo a mi padre.

Los ojos de Jeha se volvieron feroces. Sarah se asustó un poco, pero eso no significaba que iba a rendirse.

—Mi padre probablemente ya lo sabe.

—No lo sabe. Él cree que está muerta. No puedes engañarlo para siempre, pero por el momento, es
mejor que no lo sepa.

—¿Por qué estás tan segura?

—Le pregunté al secretario Kim. Honestamente, espero que tampoco llegue a los oídos de Cho. Pero,
¿Qué importa que se enteren? De todos modos, ella morirá.

Mongryong miró a Sarah con una cara de sorpresa. ¿Entonces todos creen que mi hermana está
muerta? ¿Cómo así que va a morir de todos modos? ¿La van a matar después?
Sarah, que sintió su mirada inquisitiva, le dijo con frialdad.

—¿Qué? ¿No te gusta que hablemos de tu hermana?

—Entonces, ¿Eso significa que no la vas a dejar en paz?

—¿No eres un chucho muy estúpido? Te daré un plazo de una semana. Lárguense a un lugar más
tranquilo. Donde nadie pueda encontrarlos. De lo contrario, tú y tu hermana morirán como las ratas
que son.

—Cállate.

Sarah se rió ante la voz enojada de Jeha.

—¿Por qué? ¿No es eso lo que acostumbramos a hacer?

Jeha aprieta los dientes y la mira con furia. Cuando Sarah se encogió de hombros, Mongryong intervino.

—Oye, tú. Te lo advierto, ni siquiera lo pienses. Si le hacen algo a mi hermana, no se los perdonaré.

—Oh, mira quién lo dice. ¿Acaso no tienes sentido de la realidad? ¿Qué crees que puedes hacernos?

En la boca de Mongryong se dibuja una sonrisa divertida.

—Si crees que no puedo hacerles nada, intenta lastimarla. Si algo le pasa, haré que tú, Seok Jeha e
incluso tu padre, paguen por todo.

Mongryong la miraba a los ojos fijamente hasta hacerla tambalear. Luego se volvió y al mirar a Jeha, se
sintió morir. Él también la miraba como si quisiera matarla. Jeha le hizo una advertencia con una mirada
sangrienta. Sarah los miró a los dos y se estremeció con una expresión divertida.

—Mírate, parece que también quieres matarme, ¿No crees que los dos son un estorbo?
—Cállate.

—¿Por qué andas con un tipo como este? No es una mujer, y además, siempre he pensado que no
tienes corazón. Entonces, ¿Qué sentido tiene?

—Te dije que te calles.

Mientras Jeha le insiste que se calle con frialdad, Sarah se muerde los labios. Parecía cansada y giró la
cabeza para alejarse.

Jeha miró a Mongryong esta vez. Todavía seguía pensativo. Se apartó de esa mirada y llamó a Doosan que
estaba de pie junto a la entrada.

—Llama al secretario Yoon.

Sarah trató de decir algo más, pero Jeha entró a su habitación con una expresión de frialdad.

—Vamos, Señora.

—Haa. Sarah se echó a reír y miró hacia el lugar donde Jeha desapareció. En ese momento, Mongryong se
acercó a ella, le dijo que tuviera cuidado haciendo gestos con su boca y luego siguió a Jeha.

Sarah se enoja y trata de atrapar otra vez la cabeza de Mongryong, pero Doosan la saca de la sala y la
calma.

***

Cuando la puerta se abrió, Mongryong lo siguió. Jeha que vertió vino en un vaso que estaba en la mesa,
dijo fríamente sin prestarle mucha atención.

—Todos los días tienes un accidente. Mi padre ayer, mi hermana hoy. ¿Con quién te vas a pelear
mañana?

—Tu hermana fue quien me agarró el cabello primero.

—Pudiste haberlo evitado.

—Entonces debí dejar que se metiera con mi hermana, ¿Me estás diciendo que debí quedarme
mirando mientras la agredía?

¡Pam! Un gran puño golpeó la mesa. Jeha miró a Mongryong con furia.

—¡Hermana, hermana, hermana, joder! ¡No puedes vivir sin tu hermana!

—Es la única familia que me queda.

—Pareces muy confiado de que sea tu verdadera hermana.

Ante su tono sarcástico, la expresión de Mongryong se endurece. Jeha sostuvo la copa en su mano y se
volvió hacia él.

—Si es tu hermana, entonces ¿Por qué te hiciste pruebas genéticas para verificarlo?

Los ojos de Mongryong se abrieron en un instante y sus labios se tensaron. Las puntas de sus dedos
temblaron ligeramente.
—¿Puedes decírmelo? ¿Si te digo cuando lo hiciste, lo recordarías?

—¡Como te atreves a investigar los antecedentes de otra persona a sus espaldas!

Mongryong, que perdió su paciencia, gritó con rabia. Su cara se puso roja como si hubiera corrido una
maratón.

Jeha se apoya contra la ventana y se toma un trago. Después de tomar unos sorbos, volvió a colocar el
vaso sobre la mesa. Cuando observa la mirada del enfurecido Mongryong, se siente sucio.

No hace mucho, Doosan le había contado una historia. Le dijo que hace unos años, una empresa privada le
había hecho una prueba genética a Mongryong. La compañía desapareció y los resultados eran
desconocidos, pero Lee Mongryong debería saberlo. El resultado de sus exámenes.

—¿Entonces? ¿Es realmente tu hermana?

—Sí.

Al ver que Mongryong respondía con confianza, Jeha sonrió amargamente.

—Me pregunto si me estás diciendo la verdad.

—No importan lo que digan los demás… mi hermana tiene razón.

—Pero resulta, que no se parecen en nada.

—Deja de hablar, maldito loco.

—Quizás… ¿Me gustas?

—No seas tonto.

—Sí, es mejor que sigas siendo mi perro. De lo contrario, mataré a esa chica primero.

Toc, Toc. Después de escuchar el golpe, Doosan entró. Cuando notó el aire frío en la habitación, se detuvo
inmediatamente y caminó hasta donde estaba Jeha. Miró a Mongryong y luego le susurró algo al oído de
su jefe.

Mongryong los miró a los dos, luego cerró la puerta y se fue.

OCTAVA HISTORIA PARTE 3

El señor Kim observó a Mongryong con una cara patética. Lo mira mientras saca un bocado de arroz con
una cuchara y lo empuja en su boca. Era divertido verlo porque parecía una ardilla mordiendo una bellota.

—¿Dónde has estado encerrado? No paras de comer y comer, como si hubieras pasado mucha
hambre.

Mongryong mastica y traga el arroz en su boca y luego toma agua de un vaso que tiene a su lado.
—No he podido comer bien debido a todas las cosas locas que han pasado.

—¿Cosas locas? Huh ¿Hay cosas más locas que tú?

Mongryong intentó no comer más y miró al Señor Kim.

—Granuja, ¿Cómo te atreves a abrirle los ojos a un adulto? Que grosero eres.

Cuando el Señor Kim levanta su cuchara y trata de golpearle la frente, Mongryong le dice: —Ni siquiera
toco a mi perro cuando como.

—Para. ¿Por qué me molestas siempre que estoy comiendo?

La esposa de Kim entró con una olla grande. La puso en el centro de la mesa. Dentro de la olla, había una
suave y blanda sopa blanca llamada Jeonbokjuk. Kim la miró y chasqueó la lengua.

—Dios mío, qué desperdicio. Para alimentar a un bastardo como este no debiste matar a las gallinas,
maldición.

—Oh, por favor.

La esposa del Señor Kim que miró a su esposo con los ojos entrecerrados, rasgó una pata de pollo y la
puso en un plato. Además de eso, vertió un poco de Jeonbokjuk en una taza y le ofreció todo a
Mongryong. Luego al mirar su cara de cerca, parecía preocupada.

—Nunca había visto tu cara tan delgada.

Mongryong se rió ligeramente. Había mucha ternura en sus palabras. Si tuviera una madre, se preguntaba
si sería como ella. Quizás lo hizo porque sabía que no lo era.

—¿El Director Seok sabe que estás aquí?

Mongryong asintió ante la pregunta de Kim. Una vez que salió de la casa, no tenía un lugar a donde
regresar, así que comenzó a caminar a ciegas.

Luego, encontró a Ho en el patio haciendo ejercicio y le pidió que lo trajera a la granja. Él se molestó un
poco, pero a pesar de eso le agradeció que lo hubiera traído.

El Señor Kim se sorprendió ante su repentina visita. Mongryong le dijo que había venido porque ya lo
habían invitado a comer, y que solo había llegado un poco antes.

Cuando Mongryong intentaba darle un mordisco a la pierna de pollo, se encontró con los ojos del Señor
Kim, quien lo miraba fijamente.

—¿Qué?

—Desvergonzado. Comes primero que un adulto y ni siquiera das las gracias.

—Come bien. Ya está.

—Este hijo de perra, ya sé que no tienes padres. Tal vez por eso no sabes hacerlo bien.”

—Oye, sé cómo hacerlo. Simplemente me duele la boca.

Y es cierto que no tenía ni mamá, ni papá de todos modos. Mongryong levantó casualmente una pata de
pollo y la mordió, y el Señor Kim chasqueó la lengua.
—Maldito niño. Cuando vengas en el año nuevo lunar, solo te daré Jeonbokjuk, no te dejaré comer
pollo.

Mongryong se comió el pollo, ignorando al Señor Kim. También se tragó dos bolas de arroz llenas de
carne. Mientras lo miraba comer, Kim chasqueaba la lengua y seguía fastidiándolo para que tomara agua
aunque no quisiera.

La esposa de Kim se rió silenciosamente de su marido. Cuando Mongryong llegó, notó que él lo había
estado esperando en secreto. Y ahora, después de que regresó, se preocupaba de que se alimentara
correctamente.

Katok. El teléfono celular que puso en el suelo, sonó. Mongryong se limpió bruscamente las manos con
una servilleta y revisó el mensaje. Era de Seunghyun. El texto decía: ¿Dónde estás? Después de
responderle, tomó otra pata de pollo.

Su boca se movía mientras comía, pero su mente seguía invadida con pensamientos problemáticos. Tenía
que trasladar a su hermana a otro hospital lo antes posible. No había garantía de que la hermana de Seok
Jeha nunca regresara.

Ella tenía el cuerpo debilitado debido a la cirugía, pero no quería que se sintiera estresada. Lo correcto sería
ir al templo de los monjes en Nanwon, o ir a cualquier lugar tan pronto como estuviera mejor.

A cualquier lugar, donde Seok Jeha no pueda encontrarme.

Ante ese pensamiento, Mongryong hizo una pausa. ¿Por qué pensaste que Seok Jeha te seguiría si
huías? Fue una idea tan patética, que se echó a reír, aunque no era para nada divertida.

N.T// Jeonbokjuk: es una variedad de juk (죽) o gachas coreanas hechas con abulón y arroz blanco. El
abulón se considera un ingrediente de alta calidad en la cocina coreana y a menudo se ofrecía como regalo
al rey de Corea. //

N.T// El señor Kim está molesto con Mongryong porque: En la mesa coreana existe cierto protocolo en
donde la persona de mayor edad es la que encabeza la mesa, se sienta y comienza a comer primero. Antes
de empezar cada comida se debe agradecer por los alimentos con un 잘먹겠습니다 (Chal mokesubnida)
que significa «Comeré bien».//

***

Mongryong miró la ropa que sostenía en la mano. Era tarde en la noche, así que cuando escuchó al Señor
Kim decirle que se fuera a la cama, al principio se negó con un gesto despectivo. Pero como el día estaba
frío, no pudo evitar quedarse porque había tomado caldo caliente y eso hizo que su cuerpo se relajara y
sus párpados se cerraran.

Estaba a punto de entrar en la habitación pensando en regresar al hospital temprano por la mañana. Y en
ese momento, la esposa del Señor Kim se le acercó y le entregó algo de ropa para cambiarse.

—No estoy segura de que te quede bien. Si sientes frío, puedes subir la temperatura de la
calefacción.
—Sí, está bien.

—Dime si necesitas algo.

—Sí.

Ella asintió y sonrió. Le dijo que descansara y luego se dio la vuelta.

—Buenas noches.

Cuando se detuvo, se volvió. Mongryong se siente avergonzado y mira hacia abajo. Ella sonríe más que
nunca. Le dijo que iba a dormir muy bien y luego se volvió hacia el dormitorio.

Después de que Mongryong entró en la habitación y se cambió de ropa, se tumbó en la cama. La


habitación en la que había estado unos días atrás, seguía igual.

Aunque no tenía dueño, se sentía como la habitación de alguien. Era fácil notarlo ya que la pareja limpiaba
la habitación todos los días, porque no querían admitir que ya no tenían un hijo.

El piso era cálido, sin importar cuanto tiempo estuviera encendida la calefacción. Cuando volvió la cabeza a
un lado, la imagen en el escritorio apareció ante sus ojos. Era el hijo del señor Kim, el dueño de esa
habitación.

En la foto tenía unos 15 años, pero parecía ser un buen chico con esos anteojos que llevaba puestos. La
brillante sonrisa era bastante impresionante. Incluso de un vistazo, se notaba que había crecido lleno de
amor. Según Ho, era un chico muy estudioso y su personalidad era intachable, por lo que el Señor Kim, se
sintió destrozado cuando murió.

Era sabido que la esposa de Kim era una mujer con el cuerpo muy débil, por lo que no pudo tener más
hijos. Por eso se preguntaba si su cónyuge se sentiría abrumado por la desaparición de un hijo tan especial.
Mongryong suspiró inconscientemente y movió su mirada hacia arriba.

Sobre el escritorio, vio varios álbumes pequeño. El dueño de la habitación parecía haberlos usado. De
repente, se levantó y se acercó al escritorio. Miró hacia abajo por un momento y le pidió permiso al joven
que aparecía en el portarretrato.

—¿Puedo verlos?

El personaje principal de la foto seguía sonriendo. Mongryong asintió con la cabeza. Ok, está bien.

Extendió su mano hacia arriba y sacó el primero. Al parecer era un álbum del tamaño de su palma, donde
solo cabía una foto por hoja. Cuando pasó la primera página, vio la foto de un cachorro. En la siguiente,
encontró una flor silvestre común.

—¿Qué es esto?

No había fotos de personas, solo de animales y de flores. —Tu hobby era realmente interesante. Cerró el
álbum sin verlo completo. Tac. Fue cuando Mongryong intentó tomar el siguiente álbum con las yemas de
sus dedos.

Algo había salido del lugar de donde sacó el álbum. Lo agarró con la punta de los dedos. Era un sobre
pequeño. ¿Qué es esto, una carta de amor? No había nada escrito en el sobre y estaba un poco
descolorido.
Mongryong volvió a mirar al portarretrato como pidiendo permiso de nuevo. El dueño de la habitación
parecía no estar muy de acuerdo esta vez. Fingiendo no haberlo visto, Mongryong se encogió de hombros
y abrió el sobre. El papel cuidadosamente doblado en el interior, fue sacado y abierto.

La letra era recta y ordenada. La carta ni siquiera incluía un saludo a nadie. Mongryong comenzó a leer las
palabras escritas en el papel. Era una confesión, donde simplemente estaba escita la frase: Te amo y la
palabra: sinceramente.

Mongryong se echó a reír y miró al chico en el portarretrato.

—Eras un chico muy cobarde.

Mongryong sonrió y volvió a fijar la mirada en la carta. La fecha fue de más de una década y estaban
escritas las iniciales de la persona que escribió la carta.

S. La mirada de Mongryong permaneció fija sobre esa letra durante mucho tiempo. Su expresión risueña,
se congeló lentamente. Luego volvió su atención hacia el hombre del portarretrato de nuevo.

***

El hacha subió y bajó, golpeando a un tronco. En un momento, cortó la madera agrietada a la mitad.
Mongryong apartó el tronco partido. Se quitó la camiseta que llevaba puesta porque hacía calor, y la tiró a
un lado.

Cada vez que exhalaba, inhalaba con fuerza. Su frente estaba llena de sudor. Junto a él, el señor Kim estaba
apilando la leña cortada.

—Vamos, vamos. Incluso una babosa, será más rápida que tú, muchacho.

Mongryong acomodó otro tronco y levantó el hacha para cortarlo. En el desayuno había comido pollo
también. Fue un error levantarse temprano en la mañana y preguntarles inadvertidamente en qué podía
ayudarlos.

Era como si ya no pudiera sentir el brazo, porque había cortado leña sin parar. El hacha subió y de nuevo,
con un sonido característico, el borde del hacha quedó atascado en el tronco.

—Prefiero mejor limpiar el estiércol de vaca, Wow, ¿Por qué esto no se rompe? ¡Es como si fuera una
roca!

—Johnny se encargará de limpiar el estiércol. Deja de quejarte y hazlo rápido.

Recientemente, Kim había contratado a un trabajador extranjero porque le era muy difícil conseguir
empleados para su granja. El chico no sabía hablar bien en coreano, pero dijo que le gustaba el trabajo más
de lo que pensaba. Y aunque no pudiera entablar una conversación como cualquiera, era muy eficiente.

—Así es como debes acomodar la leña, sujétala, debes golpearla fuerte, ¡No seas inútil! ¡¿Por qué no
la cortas?! ¡Vamos!
—¡Tch! Cuando vio que el tronco no se partía, el Señor Kim chasqueó la lengua. Había una pequeña
habitación al lado de la granja, y el Señor Kim a veces iba allí y se reunía con su esposa. Era la leña que se
utilizaba en ese lugar, lo que Mongryong estaba cortando.

Katok. El teléfono móvil en su bolsillo sonó y Mongryong arrojó el hacha a un lado. Luego muerde el
extremo del guante con los dientes frontales y se lo quita para sacar el teléfono con las manos desnudas.

Lo revisó, y era Hyeyoung. Le había enviado un mensaje de texto por la mañana avisándole que iría al
hospital antes del almuerzo. La dejó encargada con una cuidadora y al parecer estaba bien.

Como iba a ir de todos modos, no respondió y volvió a poner el celular en su bolsillo.

Se puso los guantes y agarró el hacha nuevamente, y recordó la carta que había visto en la noche. Esa S,
probablemente no era de la persona que estaba pensando.

Sí, no lo es. El contenido de la carta era muy directo y conmovedor, ¿Por qué podría pensar en esa
persona?
Seok Jeha, tampoco lo había contactado desde ayer. Pensó que tal vez ya se había aburrido de él, después
de que amenazó a su padre con un arma y se agarró por el cabello con su hermana.

—Mierda, ya le dije que lo sentía.

Mientras Mongryong se quejaba, el Señor Kim lo miraba fijamente.

—¡No hay nada de qué decepcionarse!

El borde del hacha afilada cae sobre el tronco y se atasca. Esta vez, la cosa se puso peor, ya que ni había
partido la leña, ni podía sacar el hacha.

Mongryong puso el pie sobre el tronco, e intentó sacar el hacha atascada.

—Oye, ten cuidado.

El señor Kim se levantó de su asiento y se acercó. Mongryong jaló el hacha que estaba tratando de sacar
del tronco y la puso en el suelo. No fue muy prolijo, pero el tronco se agrietó, se partió por la mitad y dos
trozos de leña emergieron.

Mongryong parecía deprimido.

—Debería intentarlo hasta el final. Sé que debo mejorar mi temperamento, pero no sé cómo hacerlo.

Mongryong miró al tronco partido, con una mirada de traición.

—Debes cambiar tu actitud primero. Si siempre revoloteas como un chico en llamas antes de hacer
algo, ¿Hay alguna manera de que las cosas vayan bien, muchacho?

El agotado Mongryong tomó el hacha sin decir una palabra y luego trató de desenterrar el tronco
nuevamente. Kim, que todavía estaba mirándolo, chasqueó la lengua.

—Todo es tu culpa. Si sigues argumentando que no tienes padres y que no tienes dinero, todo
seguirá igual. Si cambias tu actitud, la gente te verá de otra manera.

—… .
—Por eso, muchacho. Vive con moderación. Nada cambiará si sigues con ese temperamento.

Mongryong miró en silencio al señor Kim que hablaba como si fuera un idiota. ¿Por qué me dice eso el
señor Kim? Cuando se hizo esa pregunta, no sabía si estaba hablando de él o reflejándose a sí mismo.
Kim tomó un trozo de leña y se lo arrojó a Mongryong.

—¡Este bastardo, deberías darme las gracias!

Mongryong huye rápidamente, recoge la leña y la apila a un lado. Le dice que deje de hacer eso y le
pregunta por qué lo golpea. Nada cambiará si sigues con ese temperamento.

Un sedán negro se detuvo frente a la casa, mientras los dos corrían en el patio trasero.

****

Mongryong, que estaba sentado en el asiento del pasajero, miró hacia el conductor. Cuando vio al auto
negro, su corazón se sintió un poco feliz. No sabía por qué había pensado que era Seok Jeha, pero por un
breve momento, pudo sentir una sensación de traición.

Era difícil estar solo con Doosan, por lo que un aire de incomodidad fluye dentro del automóvil.

En las rodillas de Mongryong, estaba acomodada una bolsa de compras. La esposa de Kim le envolvió
muchas guarniciones. Ella nunca se olvidó de decirle que no debería pasar hambre. Mientras seguía
preocupándose por él, se sintió un poco extraño.

Kim le preguntó si vendría para el Año Nuevo Lunar, pero Mongryong no pudo responderle. Cuando lo vio,
le dijo sin rodeos que lo ayudaría con la leña, pero fue porque primero pensó que tal vez no podría volver.

Después de pensar en esto y aquello, volvió a mirar a Doosan. Él miraba hacia adelante como si no quisiera
hablar.

—¿A dónde vas a llevarme?

—Ya te lo dije. Te llevaré al hospital donde está tu hermana.

Oh, lo hizo.
—¿Y Seok Jeha?

Doosan suspira brevemente.

—Lee Mongryong.

—Qué.

—No me importa como llamas a Hyung-nim cuando están solos. No me importa lo que hagan. Pero
es inaceptable que lo llames de ese modo en mi presencia.

Mongryong puso una cara de consternación.

—Oye, ¿Acaso le dije Hong Gil Dong? Él es Seok Jeha, Seok Jeha, Seok Jeha, entonces, ¿Cómo debo
llamarlo?

Bum. El auto se detuvo. El cuerpo de Mongryong se sacudió hacia adelante. Doosan giró el volante con
fuerza y lentamente giró la cabeza hacia él. Se contuvo apretando los dientes.
Es por esa razón que intentó enviar a alguien más a buscarlo, pero Jeha se opuso. Como los dos estaban
amenazados, no sabían qué tipo de accidente podrían tener, por lo que Doosan debía ir por él
personalmente.

Pero ese bastardo psicópata había estado insultando a su jefe. Así que no pudo soportarlo.

—Tienes talento para ofender a la gente.

—¿Sabes que tu jefe me dijo que lo llamara Seok Jeha, y luego me pidió que tuviéramos relaciones
sexuales?

—Haa.

Doosan se quedó perplejo. Mongryong lo miró.

—¿Acaso tu jefe te pediría lo mismo?

Doosan sacó fuerzas de donde no tenía para agarrar el volante de nuevo. Tenía que aguantar. ¿No es este
tipo la persona que le gusta de todos modos?
—No, está bien.

Mongryong se encogió de hombros y miró por la ventana.

Doosan puso su paciencia al máximo y respiró hondo. No debería dejar que lo tratara de esa manera. Se
despertó de su estupor y encendió el auto de inmediato. En todo el camino hasta el hospital, Lee
Mongryong mantuvo la boca cerrada.

***

—Debido a la noticia de que el representante Kim nos dio la espalda, parece que algunos ejecutivos
se reunieron y hablaron por separado. Escuché que también estaba Park.

—Lo que dices son solo especulaciones.

Doosan miró cuidadosamente la tez de Jeha. Dudó un momento en decir algo, pero al final se decidió.

—Parece que tuvo una reunión por separado con el Fiscal Seok.

—Ah. Jeha se rió como diciendo que lo sabía. El Director Park era uno de los subordinados de su abuelo
fallecido. Por lo tanto, siempre había sido un obstáculo para él. Cuando su abuelo murió y Junyoung se
retiró de la estructura de sucesión, se convirtió en una cometa caída, pero todo el mundo sabía que estaba
cazando cualquier oportunidad para lograr sus objetivos.

—Por favor, continúa.

—Se habla mucho de lo que sucedió la última vez en el estacionamiento de la compañía. Entonces,
tal parece que la historia de Lee Mongryong también se dio a conocer.

Jeha cerró la boca cuando escuchó las tres letras del nombre de Lee Mong-ryong.

—Se dice que la Señora Sarah ha hecho todo lo posible por ocultarlo, pero creo que el presidente ya
lo sabe. Lo que sucede entre ustedes dos.
—¿Entonces?

—Creo que lo mejor sería que usted apresurara su matrimonio. Si es que tiene la intención de
hacerlo de todos modos. Si es así, el presidente no preguntará más. Tampoco Park tendrá nada que
decir.

Doosan no habló más. Pensó que era presuntuoso siquiera mencionar la historia del matrimonio. Así que
siguió en silencio, pero la situación ahora es grave. Tenía que decir algo por el bien de Jeha.

[Por favor, arregla todo antes del matrimonio.]

Jeha se apoyó en el sofá y se cruzó de brazos. Cerró los ojos con fuerza. Después de la pelea de ayer,
escuchó que Lee Mongryong salió y se fue a la granja de Kim. No sabía por qué había ido allí y no se fue a
casa, pero eso era preferible, a que se marchara a un lugar desconocido.

Por la mañana, le ordenó a Doosan que fuera por él. Ni siquiera intentó buscarlo directamente porque no
le había gustado la actitud de Lee Mongryong ayer. Pero el hecho de que pudiera dormir con otra persona,
lo molestaba más que recordar que le había apuntado con un arma a su padre y que se había agarrado del
cabello con su hermana, Seok Sarah.

Puede que no sean verdaderos hermanos, entonces ¿Por qué son tan cariñosos? No era nada
convincente. Dicen que crecieron confiando el uno en el otro sin padres, pero ¿Cómo pueden hacer
eso? Cuando lo piensa, vuelve a molestarse.

[… Por favor, arregla todo.]

Un profundo suspiro fluyó a través de sus labios fuertemente cerrados. Doosan no pudo ocultar su
nerviosismo mientras lo observaba.

OCTAVA HISTORIA PARTE 4

—Ven a comer.

Hyeyoung se sentó en la cama. Vio a Mongryong durmiendo en la habitación del hospital durante unos
días y no parecía estar feliz. Finalmente, Mongryong tiró de la silla y se sentó al lado de la cama. En la
televisión, un drama estaba en emisión.

—Descansa sin preocupaciones. Yo comeré solo.

—Vete a casa hoy. No me siento cómoda contigo aquí.

Mongryong no respondió.

Hyeyoung extendió la mano y con ella, toca el cabello largo de Mongryong.

—Tengo que cortarme el pelo. Me ha crecido bastante.


—No tenía eso en mente.

Cuando apartó la mano, miró a Mongryong. Hace unos días, la esposa de Cho vino y la amenazó, e incluso
Mongryong quedó atrapado en esa discusión. Sintió que había sido tratado así por su culpa.

—Acabo de llamar al gran monje. Él vendrá mañana.

—¿Y eso por qué?

—Ja. Ella se rió débilmente. Luego tocó la sábana blanca que le cubría las rodillas con la punta de los
dedos. Parecía tener algo que decirle.

Mongryong la miró fijamente. Sus dedos blancos dejaron de moverse de repente. Al mismo tiempo, su voz
le habló con dulzura.

—Mongryong… .

Mongryong levantó la cabeza y la miró. Hyeyoung alzó las comisuras de su boca y sonrió. Era como si fuera
a renunciar a todo, e incluso parecía tranquila. Su corazón se había sacudido por nada.

—¿Qué estás tratando de hacer?

—Bueno…yo… .

—¿…?

—Voy a regresar a Nanwon… .

Con una cara de incredulidad, Mongryong la miró a los ojos. También había pensado ir a Nanwon después
de que Hyeyoung se mejorara. Podría haber sido una situación en la que le hubiera gustado comunicarse
entre sí, pero mirando la expresión de Hyeyoung, parecía que todo estaba decidido.

—Voy a convertirme en monje…ya te lo había dicho… .

Su suposición era correcta. Le había dicho que estaría bien apartarse del mundo y convertirse en monje, y
solía decírselo como una broma.

—Así que eso significa… no voy a vivir en ese lugar… .

—Como sabes yo… hay muchas cosas que me faltan… entonces siempre he sido una carga para ti…
No podía decírtelo antes…siempre te hago daño… .

Mongryong estaba consternado.

—¿Estás loca?

—Es lo que quiero.

Mongryong sacudió la cabeza como si tratara de negarlo.

—¿Convertirte? ¿Estás loca?

—Lo siento… .

—¿Es por ese hombre? Él es el problema, ¿Por qué vas a hacer eso por ese tipo?

—No, no es así.
—No, entonces qué es. ¿Te hace falta? ¿Te vas a morir sin él? ¿Por qué estás haciendo algo tan idiota
por él? ¿Crees que se sorprenderá si te ve así?

Ella le dijo que no se enojara, sosteniéndole la mano.

—Estoy cansada. Ya no quiero ser herida… Esperando a alguien… Ahora estoy cansada de todo eso.

—No pidas nada. Así no te lastimarán. No les des tu corazón. ¡Puedes disfrutarlo con moderación!
¡Por qué no! ¡Por qué no todos pueden hacerlo como tontos!

—Lo sé…fue demasiado difícil para mí… .

—¿Es por eso que elegiste afeitarte el cabello y convertirte en monje? No, no tienes que afeitarte el
pelo. Ya renunciaste a todo.

Estaba tan sorprendido que las palabras que ni siquiera había pensado aparecieron.

—Lo siento… .

—Es una locura, de verdad. ¡Deja de decir que lo sientes!

Los ojos de Hyeyoung se llenaron de lágrimas mientras miraba a Mongryong, cuyo rostro se puso dolorido.

Mongryong se enojó con un rostro asombroso, y luego, rápidamente cambió su expresión.

Hyeyoung siempre salía herida cada vez que conocía a alguien y no podía soportarlo. Incluso después de
darles su corazón, ella siempre fue traicionada, y lo único que le dejaban era el dolor.

—Estás loca. Es realmente una locura. Como puedes… .

Hyeyoung bajó la cabeza y miró las yemas de sus dedos. Era una expresión de resignación. Se preocupaba
de que estuviera herida, por lo que siempre trataba de estar con ella. Así que iba al hospital con frecuencia
y eso era agotador.

Preferiría que fuera feliz. ¿Debería aplaudirla por haberse dado por vencida? Mongryong no pudo hablar
más, puso una cara confundida y solo suspiró.

Finalmente, no pudo soportarlo más y se puso de pie. Le dijo que saldría a fumarse un cigarrillo y luego
salió de la habitación. Su cabeza estaba ardiendo por completo.

***

Mongryong se sentó en un banco frente al hospital y miró hacia cielo nocturno. Mientras miraba hacia el
cielo infinito, Junyoung llegó, avisando con el sonido de sus pasos.

—¿Estás mirando las estrellas?

Mongryong abrió mucho los ojos. Fue porque no tuvo palabras que decir.

Corrigió su postura y se sentó. Junyoung se paró frente a él y lo miró.

—¿Por qué estás aquí afuera cuando hace mucho frío?

—Salí a tomar un poco de aire porque me sentía asfixiado. Pero, ¿Qué haces aquí?
—Vine a visitar un rato. ¿Ya cenaste?

—Todavía no.

Junyoung verificó la hora. Eran las 9:00. Le preguntó que había estado haciendo en lugar de comer y
Mongryong le dijo que estaba a punto de hacerlo.

—¿Y cómo está Hyeyoung?

—Creo que está mucho mejor.

La voz de Mongryong diciendo que ella está mejor era de alguna manera débil. Junyoung inclinó
ligeramente la cabeza. Fue porque era fiscal, y su intuición era buena, y en general sus especulaciones eran
indudablemente ciertas.

—¿Qué te pasó?

Mongryong se rascó el cuello. Algo había sucedido, pero fue completamente inesperado, así que no sabía
cómo explicarlo. Mientras se rascaba el cuello con nerviosismo, Junyoung le agarró la mano y lo detuvo.

—No hagas eso. Te lastimarás.

—Ah. Mientras Mongryong mira su mano, Junyoung la suelta y le sonríe levemente.

—Vamos a comer algo primero. Todavía tenemos tiempo para cenar.

Como Mongryong no le respondió. Junyoung le hizo una seña para que se levantara. Seguramente no
había querido comer, por eso se sentó en el banco y se quedó despierto toda la noche. Junyoung ya había
cenado, pero solo lo mencionó como una excusa.

Date prisa. Tengo hambre.


Cuando escuchó eso, Mongryong se levantó de mala gana. Sus pasos hacia el restaurante eran muy
pesados.

***

—Está muy loca. No está cuerda.

Mongryong no cocinó el caldo, simplemente batió el Seolleongtang con una cuchara. Estaban en la
cafetería al frente del hospital porque no querían ir lejos, pero aunque era tarde, había bastante gente.

Mongryong, quien ordenó Seolleongtang, no había comido nada, y aunque estaba insaciable, seguía
quejándose de la ridícula decisión que había tomado Hyeyoung.

—Parece que Hyeyoung está teniendo muchos problemas mentales.

Mongryong dejó de actuar y miró a Junyoung. Él se encogió de hombros mientras pretendía batir la sopa
con la cuchara.

—¿Lo entiendes, fiscal?

—Hyung.
—Si, hyung. ¿Hyung entiendes a mi Noona?

—No del todo, pero un poco.

Mongryong suspiró y luego se deprimió. Tal vez porque es otra persona, puede decirlo tan fácilmente. Puso
al lado la cuchara con la que estaba removiendo el agua caliente. El hambre ya se le había pasado hace
mucho tiempo. Sin importar cuánto lo pensara, seguía estando molesto.

—Lo que me molesta es que quiera convertirse solo porque un hombre la engañó.

—Por el momento, deja que haga lo que quiera. Sé que tú eres fuerte ... pero Hyeyoung no va a
sanar sus heridas tan rápido.

—Entonces, ¿Qué hay de mí?

Junyoung lo miró como si no lo entendiera. Luego, cuando pensó que Mongryong se equivocaba, se dio
cuenta tarde de lo que en realidad le quería decir. Tal vez estaba preocupado de que lo dejaran solo
porque no tenía a su hermana.

—El hecho de que Hyeyoung se convierta en monje no significa que no siga siendo tu hermana.”

Mongryong no tiene respuesta esta vez. Cierra la boca mientras mira la carne que flota en el caldo.
Junyoung extendió la mano y agarró la cuchara. Abrió el envoltorio de la bola de arroz y la puso en el
seolleongtang. Luego volvió a colocar la cuchara en la mano de Mongryong.

—Come primero.

Mongryong suspiró tan fuerte que sus hombros temblaron. Después de un rato, abrió la boca y comenzó
su discurso.

—No la entiendo.

Junyoung preguntó, —¿Qué?

—¿Acaso se alimenta de amor? Él no es el único hombre, ella puede conocer a otras personas. No
entiendo qué tiene de especial ese maldito Cho. De todos modos, ya le dije que él y su esposa están
juntos nuevamente comiendo y viviendo bien.

—Esa experiencia fue tan dura y agotadora para ella que quizás, lo considere un refugio por un
tiempo.

—Su expresión era seria.

¿Acaso iba a reírse? Preguntó Junyoung. Mongryong entrecerró los ojos.


—¿Por qué te sigues riendo? Fiscal, ¿Te reirías así si tu hermano hiciera eso?

Junyoung respondió despreocupado.

—No creo que Jeha se vaya a afeitar la cabeza. Tal vez usaría la cabeza de otra persona.

—¿Estás bromeando?

—¿Acaso Mongryong está discutiendo conmigo?

—Ya veo. Como no es tu trabajo…solo te ríes… .


—Hombre. Es un gusto verte después de tantos días. Enfadarse no cambia lo que ya se ha decidido.
Come rápido. Cuando tienes hambre, te vuelves más sensible.”

Mongryong levantó la cuchara con una cara temblorosa.

Sin embargo, Junyoung solo bebe agua en lugar de comer. De alguna manera, hoy, su expresión tampoco
era buena. Fue un poco gracioso antes, pero había muchas sombras en su rostro.

Lo tenía al frente, pero ni siquiera podía preguntarle lo que le pasaba. Mongryong tomó el arroz y lo puso
en su boca. Ahora que lo pienso, todavía no me he puesto en contacto con Seok Jeha.

Es mejor. Así no tendré nada de qué arrepentirme.


Pensó que no estaría mal terminar con él de esa manera, y le dio fuerza a la mano que sostenía la cuchara.

NOVENA HISTORIA PARTE 1

Mientras se dirigía hacia la entrada del hospital, hablaba con Junyoung y al mismo tiempo, unas personas
que conocía muy bien, estaban saliendo justo de ese lugar. Mongryong dejó de caminar y Junyoung siguió
avanzando como si nada.

Eran Jeha y Doosan. Jeha, que estaba hablando con Doosan con una expresión bastante oscura, se dio la
vuelta de repente. Al principio, ve a Mongryong, luego a Junyoung a su lado, después mira a Mongryong y
luego nuevamente a Junyoung. Era como si su mirada estuviera atascada en un bucle interminable.
Junyoung se acercó y le habló sin preocuparse por eso.

—¿Qué estás haciendo aquí?

—Vine a ver a Lee Hyeyoung.

Mientras habla con Junyoung, Jeha mira a Mongryong. Al escuchar la palabra Hyeyoung Mongryong
también levanta la mirada.

—¿Por qué a mi hermana?

Ante el tono hostil, Jeha lo miró sin darle ninguna respuesta. Era una mirada desagradable. Doosan, que
estaba junto a él, dio un paso adelante y detuvo la guerra mental entre los dos hombres.

—La vamos a trasladar a otro hospital. Ya hablamos con ella.

Los ojos de Mongryong se ensancharon como un candelero. Junyoung, que estaba a su lado, también se
sorprendió.
—¿Qué acabas de decir?

Jeha respondió con frialdad.

—Tienes los oídos tapados? Acaba de decir que la vamos a trasladar a otro hospital.

—Pero, ¿Por qué?

—Porque su condición ha mejorado mucho y además no es recomendable que permanezca en este


lugar.

Con su expresión, Mongryong deja en claro que no está de acuerdo. Al mirarlo, era evidente que si no le
decía cuál era el motivo de ese traslado, él estallaría. Era mejor hablarle honestamente.

—Te lo diré, porque parece que quieres que te lo explique. Escucha cuidadosamente. Si se quedan
más tiempo aquí, tú y tu hermana correrán peligro. Eso significa que podrían ser encontrados
muertos a la mañana siguiente sin que nadie se dé cuenta.

—¿Qué?

—¿Entiendes ahora?

Mongryong lo miró consternado. En ese estado, miró a Doosan en lugar de apuntar a Jeha. Doosan asintió
levemente. No podía creerlo, así que esta vez mira a Junyoung. Él también suspira un poco como si fuera
algo que esperaba y evita su mirada.

—Bueno, entonces, ¿A dónde la van a trasladar?”

—Ya tengo todo arreglado.

—Debiste decírmelo antes para prepararme.

—No hay necesidad de prepararse. La trasladaremos justo al amanecer. Yo también iré contigo, así
que te llevaré en el auto para que empaques.

—¿Al amanecer? ¿Por qué debemos huir tan rápido?

Si no quieres, puedes quedarte aquí solo, quiso decirle Jeha, pero fingió no escucharlo y caminó hacia el
auto. Ho, que estaba en el asiento del conductor, salió corriendo y se arregló la ropa. Mongryong siguió a
Jeha y le preguntó nuevamente.

—¿Por qué tienes tanta prisa? ¿Tu padre ya lo sabe? ¿Ordenó que nos mataran a mi hermana y a mí?

Tuk, los pasos de Jeha se detuvieron. Luego se dio la vuelta y miró a Mongryong con tristeza.
—Realmente no lo sabes.

—Qué.

—El presidente Seok lo supo desde el principio. Simplemente, no estaba interesado en eso en primer
lugar. Pero ahora al parecer alguien ha hecho que se despierte su interés. Es por esos cuervos que
hay debajo. ¿Lo entiendes? Así que no es porque no lo supiera, sino por su falta de interés.

Ho, que estaba parado frente al auto, abrió la puerta trasera, y fue en el momento en que Jeha estuvo a
punto de entrar al auto, que Mongryong habló.
—Mi hermana también dijo que nunca volverá a ver a Cho ... Incluso aunque no le dijeras que se
fuera, estaba pensando en hacerlo de todos modos.

—Bueno. Creo que va a tener que hacerlo un poco antes. ¿Eso es todo? Vamos.

Jeha lo insta a que siga adelante. Mongryong mira a Junyoung como si no supiera que hacer. El rostro de
Junyoung estaba lleno de emociones desconocidas. Era claro que el Presidente Seok había comenzado a
moverse al ver la prisa de Jeha. No sabía si eso podía ser lo mejor dada la situación actual. Pero confiaba en
que no se atreviera a lastimar a Mongryong.

—¿Qué hay de Hyeyoung?

—Le puse un guardia. Es un tipo confiable.

Junyoung sonrió levemente mientras miraba a Mongryong.

—Ya vete. Ve a buscar tu equipaje y ponte en contacto. Vendré por aquí al amanecer.

Mongryong lo mira preocupado. Y como si fuera desagradable para él verlos intercambiar esas miradas,
Jeha se acerca a Mongryong, le empuja la espalda y lo mete en el auto. Cuando Junyoung intenta decirle
algo más, Jeha cierra la puerta de un golpe.

El auto arranca de inmediato. Junyoung confirma la hora. Con una cara de confusión, se queda quieto
mirando al auto alejándose y luego regresa al hospital.

***

En el auto solo se respiraba un ambiente de frialdad. Doosan y de Ho, que estaban sentados en los asientos
delanteros, parecía que ni siquiera se atrevían a respirar, y en el asiento trasero, solo se podía escuchar un
pequeño suspiro de Mongryong.

Jeha se sentó junto a él, pero cuando entró al auto, se apoyó en el asiento de cuero, cruzó los brazos y no
dijo una palabra. Sus labios y párpados obstinadamente cerrados demostraban su mal humor.

Mongryong lo miró e inmediatamente volvió su mirada hacia la ventana. Y luego, por alguna razón, llamó a
Ho, que estaba sentado al frente.

—Ho hyung. ¿No vamos hacia el apartamento?

—¿No lo ves? Estamos de camino a la casa de hyung-nim.

—¿Por qué? ¿No es mejor ir a casa?

Ho puso los ojos en blanco por un momento, sin saber a qué casa se refería. Y justo cuando estaba a punto
de preguntar qué casa era, Mongryong tocó a Jeha.

—Deja de fingir que estás durmiendo, ¿Por qué no abres los ojos?

Los párpados de Jeha se levantaron. Había notado que estaba molesto desde antes, así que intentó no
hablarle, pero no pudo soportarlo más, porque tenía mucha curiosidad.

—¿Por qué me estás llevando a tu casa?


—¿De verdad tienes lo oídos tapados? Te lo expliqué claramente antes.

—Entonces déjame por aquí. Iré al hospital al amanecer.

Jeha cerró la boca con fuerza. Después de escuchar las palabras de Doosan, se encontraba en un estado
donde quería aclarar su mente hasta cierto punto. Así que ni siquiera se había puesto en contacto con él
durante unos días, y para colmos, ahora estaba a punto de marcharse con Lee Hyeyoung.

Cuando lo encontró al lado de Seok Junyoung, se sintió lo suficientemente mal, como para distorsionar sus
intestinos. Y al pensar que Lee Mongryong podría hacer con otros hombres, lo que hacía con él en la cama,
su sangre comenzó a circular al revés.

Jeha afiló los dientes.

—Cállate y sígueme. No te comportes como un niño. Si sigues haciendo preguntas estúpidas te


meteré en el maletero.

Mongryong arqueó una ceja. Y cuando estaba a punto de decirle algo más, Jeha cerró los ojos con fuerza,
como si no quisiera continuar con la conversación. Mongryong miró hacia arriba con una cara ridícula y se
rió sin ganas.

***

En la mansión de Jeha, a la cual regresó después de unos días, había aumentado el número de
subordinados. Comenzando con los dos enormes guardias que vigilaban la entrada, la cantidad de
empleados que circulaban en el interior era astronómica. Era un número tan grande que parecía una
exageración.

Después de que Mongryong terminó de hablar con Hyeyoung por teléfono, entró a la sala del primer piso y
encontró a Ho en el sofá, mirando su celular. No sabía a donde se habían ido Jeha y Doosan.

—Ho hyung.

—No me llames así, ahora me aterra cada vez que lo haces.

—Por favor, explícame lo que pasó.

Ho levantó la cabeza mientras sostenía el teléfono en la mano y miró a Mongryong. —¿Qué?

—Quiero decir, dime por qué de repente van a trasladar a mi hermana a otro hospital…Algo parece
haber sucedido… ¿De verdad, su padre ya lo sabe?

—No lo sé, hombre. Solo haz lo que Hyung-nim te diga. Ve allí y vive como una rata muerta.
Escóndete bien.

—¿Qué he hecho mal como para tener que esconderme como un pecador?

Ante esas palabras, Ho lo miró con ironía. Hablaba como si de verdad no supiera lo que había hecho.

Se habían difundido rumores de que Mongryong había apuntado con un arma al presidente Seok en el
estacionamiento de la compañía. Ese rumor había llegado incluso hasta la organización contraria y todo el
mundo se burlaba de Jeha, porque se decía que había captado a un tipo muy extraño.
En esa brecha, las personas del lado de la madre biológica de Junyoung, incluido el Director Park, se
mostraron ansiosas por derribar las cualidades de Jeha. La mayor razón era que el antiguo presidente ya
fallecido, nunca lo había aprobado y tampoco lo había admitido como su sucesor.

—De todos modos, haz lo que te diga hyung-nim. Después de su boda, todo estará más tranquilo,
así que permanece escondido hasta entonces.

Ante la palabra boda, los ojos de Mongryong se abrieron como platos. Ho miró su expresión y luego se
encogió de hombros. Mongryong cerró la boca y miró fijamente la mesa.

Sabía que Jeha se iba a casar, pero no sabía qué lo iba a hacer tan pronto. ¿Y de qué te sorprendes? ¿No
le dijiste que era conveniente mantener esta relación hasta entonces y que arreglara todo antes del
matrimonio?
Mientras pensaba en esas cosas, Ho se puso de pie. Cuando Mongryong volvió la cabeza, Doosan y Jeha
estaban bajando del segundo piso. Doosan bajó a la sala y se acercó a ellos.

—Ve, hyung-nim quiere hablar contigo.

Como Mongryong no movió su trasero, Doosan puso los ojos en blanco. —Date prisa. Ante eso,
Mongryong se incorporó como una vaca arrastrada al matadero y luego avanzó lentamente hacia Jeha.

***

El lugar a donde Jeha llevó a Mongryong, fue a un anexo ubicado en la parte trasera del edificio principal.
En el primer piso del anexo, había todo tipo de equipos de ejercicio. Desde fuera, pensó que ese lugar era
un auditorio, pero no lo era.

Lo siguió hasta el sótano. Era un lugar agradable y bien cuidado en donde no se sentía olor a moho ni nada
parecido.

Al llegar al sótano, se encontraron con una pesada puerta de hierro. Cuando Jeha presionó la contraseña, la
puerta se abrió automáticamente. Y desde el momento en que entró, Mongryong no pudo cerrar la boca.
Los tableros de blancos con modelos humanos que estaban alineados a los lados le dieron una idea de la
identidad del lugar.

Mientras miraba las placas objetivo con una cara exultante, Jeha se acercó y sacó algo de un lugar que
parecía ser una gran caja fuerte. Era un bolso negro estilo 007. Jeha lo sostuvo y caminó hacia él.

Eso lo hizo sentir mal, porque pensó que Jeha estaba tratando de darle dinero como compensación por la
separación. Pero luego cambió de opinión, y pensó que eso era mejor a simplemente terminar con su
relación sin ninguna retribución.

Jeha trajo el bolso y lo puso sobre una mesa. En el momento en que abre la corredera del bolso, los ojos de
Mongryong se agrandan. Era una pistola.

—¿Sabes disparar?
—Qué, esto no es dinero. Cuando Mongryong se queda mirando el interior de la bolsa, Jeha le pregunta
nuevamente si sabe cómo disparar un arma. Yo sé cómo disparar, dijo y esta vez asintió con brusquedad.

—Dispara, entonces.

—¿Eh?

—Dijiste que sabes disparar.

Cuando Jeha puso un cargador en el arma, Mongryong la aceptó de mala gana. Jeha señaló un objetivo
lejano con la mano. —Solo dispara hacia allá. Mongryong puso el dedo en el gatillo y apuntó al objetivo.

Ante una postura tan descuidada, Jeha resopló sin darse cuenta. Mirando su postura, era evidente que
nunca había usado un arma, y mucho menos una pistola. Su expresión era buena, pero supuso que la había
visto en alguna parte.

Se sorprendió al pensar que se hubiera atrevido a amenazar con un arma al presidente Seok en ese
momento, sin tener ninguna habilidad. Y cuando estaba pensando que tuvo mucha suerte de no morir
porque no sabía usar un arma, Taang- Se escuchó un sonido atronador y Mongryong fue empujado hacia
atrás.

La pistola que sostenía en la mano también rodó por el suelo. Mientras observaba a Mongryong, quien
miraba hacia atrás con un rostro contemplativo, Jeha puso una cara de asombro.

—Vaya, joder. Que ruido... ¿Siempre suena tan fuerte?

—Entonces, ¿Cómo pensaste que sonaría el arma?

Mongryong parpadeó lentamente. Se miró la palma de la mano con la cuál había disparado hace un
momento. Estaba hormigueando. Jeha chasqueó lengua, recogió la pistola y la puso en la caja fuerte.

Mongryong miró en silencio la caja fuerte abierta. Incluso de un vistazo, pudo darse cuenta de que había
bastantes bolsos. ¿Todos tienen armas adentro? No puede ser, ¿desde cuándo Corea ha sido tan
permisiva con la posesión de armas?
Una vez más, Jeha sacó otra bolso y lo abrió. Era un poco más pequeño que el anterior. Luego sacó un
arma y se la entregó a Mongryong. Esta era mucho más ligera y se adaptaba perfectamente a su mano.

Mongryong se incorporó y se posicionó nuevamente frente al objetivo. Mientras apuntaba con el arma,
Jeha se puso detrás de él y lo abrazó.

—¿Ves eso? Concéntrate en ese punto. Ahora ponte recto. Oye, no sigas tirando de tu cuerpo hacia
atrás. Eso te hará difícil controlar el retroceso.

Una voz suave envolvía sus oídos. Su mano tocó su cintura. Mongryong cerró la boca con fuerza. Su
corazón comenzó a latir sin control. El olor corporal de Seok Jeha, que había sentido innumerables veces
mientras mezclaban sus cuerpos, le hizo cosquillas en la punta de la nariz.

—¿No puedes concentrarte?

Ante una voz ligeramente fría, Mongryong tembló. Se mordió el labio inferior y miró al objetivo que estaba
frente a él. Jeha mantiene la postura y lo insta a disparar. —Dispara.
Mongryong aprieta el gatillo en la posición en la que estaba. Taang, el proyectil hizo un sonido atronador y
apareció un pequeño agujero en una esquina del objetivo. El aliento que había contenido finalmente fue
liberado. Jeha se rió sigilosamente desde atrás.

—No eres tan malo como pensaba. Inténtalo de nuevo.

Mongryong no intentó reposicionarse, sino que se dio la vuelta. Dejó la pistola a un lado, lo miró fijamente
y le hizo una pregunta.

—¿Tienes algo para taparme los oídos?

—No, nada de eso. ¿Te gustaría disparar con tapones en los oídos en la práctica?

Mongryong entrecerró los ojos. Intenta apartarse, pero Jeha se pone detrás de su espalda nuevamente y lo
posiciona frente al objetivo. Solo dispara. Mongryong puso una cara bastante molesta.

—¡¿Por qué tengo que aprender a hacer esto si no voy a utilizar un arma en la vida real?!

—Deberías pensar que podrías ir a ese lugar y morir sin siquiera poder protegerte. Entonces, no sigas
hablando y agarra el arma.

—De todos modos, si muero o no, ¿Eso que tiene que ver contigo?

—Santo Dios. Si mueres en las manos de otra persona y no en las mías, me sentiré jodidamente mal.
Así que no me hagas repetir lo mismo. Sujeta el arma.

Como a Mongryong no le agradó su respuesta y le dijo que preferiría morir, Jeha entrecerró los ojos e
inclinó la cabeza. —Date prisa.

Mongryong suspiró, agarró el arma y se reposicionó. Taang – Taang. Parecía que ahora tenía más
confianza que antes. Siguió disparando, pero las balas no daban en el blanco.

—Aunque dispare con el dedo del pie, creo que lo haría mejor que tú.

—Cállate. No puedo hacerlo bien porque sigues hablando detrás de mí.

—No pongas excusas. Si te equivocas, piensa antes de disparar.

Mongryong deja de moverse y gira ligeramente la cabeza para mirarlo. Jeha alzó los ojos con fiereza con
los brazos cruzados. — ¿Por qué me miras así?

Mongryong se mordió el labio inferior, luego levantó la pistola y apuntó al objetivo. Bang – Bang. Disparó
dos tiros seguidos y ambos dieron a la cabeza. La boca de Mongryong se ensanchó. Se da la vuelta y mira a
Jeha, quien parecía no poder creerlo.

—Eso fue bastante bueno.

—Imaginé que era tu cabeza. Por eso di en el blanco.

Luego, mientras sostiene el arma, apunta hacia él. Aún quedaban algunas balas. Jeha le mostró una
expresión mezquina en lugar de abrir los brazos.

Mongryong levantó el hocico del arma ligeramente hacia arriba y lo sopló con su boca. Y como lo había
visto en una película, estuvo a punto de ponerse la pistola en los pantalones después de soplarla.
Jeha, que estaba mirando lo que estaba haciendo, dio un gran paso. Mongryong estaba molesto porque
iba a detenerlo, así que dio un paso atrás con la esperanza de poder hacer el gesto, pero Jeha llegó
primero.

Mientras se acercaba, él estiró el brazo, echó hacia atrás la cabeza de Mongryong y lo besó en los labios.
Mongryong abrió mucho los ojos y apartó la mandíbula. La cara de Jeha cayó sobre él con tensión.
Mongryong endureció su expresión, tomó el arma que sostenía a un lado y le apuntó en la sien.

—Detente.

—Dispara.

Sin dar muestras de estar aterrado, Jeha enterró su rostro en la nuca de Mongryong. Sus labios húmedos
muerden la tierna piel de la nuca y luego lame el área con su lengua.

Mongryong suspiró, —ah, y luego dejó caer su brazo. Jeha tomó la pistola que él sostenía y la arrojó a un
lado, pero Mongryong lo empujó.

—No, ah, no me chupes así, ah

Mongryong trató de apartar la mandíbula que mordía tenazmente su nuca. Era lo suficientemente tenaz
como para hacerlo creer que podría arrancarle la garganta si seguía chupándolo de esa manera, y al no
poder apartarlo comienza a jadear de terror.

Jeha extendió la mano hacia atrás, agarró el trasero de Mongryong y lo retorció. Sin detener sus labios, le
sigue chupando la nuca.

Mongryong, quien hasta el momento, se había limitado a apartarlo, también se calentó. Y como si ya no
pudiera dar marchas atrás extendió la mano y desabrochó el cinturón del pantalón de Jeha. Le bajó la
cremallera, metió la mano adentro y comenzó a acariciar su miembro.

El pene, que comenzó a hincharse con firmeza, se abrió paso ante el impulso. Y mientras lo acariciaba
suavemente, Jeha apartó los labios de su cuello y lo miró. Sus ojos estaban llenos de calor y ardían como si
estuvieran a punto de estallar.

Mongryong movió lentamente los labios.

—Vas a casarte pronto.

—Sí.

—Felicidades.

—Gracias.

Espero que no. Mongryong se sorprendió y detuvo su mano. Al notar su expresión, Jeha lo miró con una
cara de desconcierto.

Mongryong negó con la cabeza de lado a lado. Supuso que como había disparado muchas veces antes,
ahora estaba un poco descontrolado. Rápidamente borró el pensamiento que se le vino a la mente hace un
momento y luego eligió lo que iba a decir de nuevo.

—¿Te gustaría tener sexo conmigo para celebrar que no volveremos a vernos? ¿Durante toda la
noche?
La oscuridad cayó sobre el rostro de Jeha. Mongryong sonrió alegremente y le mordió ligeramente los
labios. —Bésame. Abrió sus labios apretados y movió su lengua.

Después de un rato, sus lenguas comenzaron a frotarse. Un sonido lujurioso y obsceno llenó el campo de
tiro. Mongryong le agarró del brazo y lo guió hasta el sofá. Dejó su chaqueta en el sofá y se arrodilló en el
suelo.

En esa posición, le bajó los pantalones y la ropa interior. Los dedos de Jeha se deslizaron suavemente por
su cabello. El pene se tambaleó y rebotó por fuera de sus calzoncillos. Mongryong sacó la lengua y le lamió
el glande. Las manos que vagaban por su cabeza aumentaron su poder. Al seguir lamiendo y frotando el
pilar erguido, su mandíbula se puso rígida.

Mongryong levanta los ojos y mira a Jeha. Cuando él lo mira, la expresión que puso al intercambiar miradas
con Seok Junyoung hace unas horas, pasó por su cabeza de repente. Y en ese instante, sintió como si un
volcán hiciera erupción en su interior. Como no pudo soportar esa sensación, hizo que Mongryong abriera
la boca y empujó su pene adentro.

Al llegar demasiado profundo, Mongryong hizo una mueca de desagrado, pero eso a él no le importó. En
su lugar, le agarró la cabeza, empujó el pene más profundamente en su boca y movió la cintura.

Mongryong resopló y trató de empujar los muslos de Jeha. Sus ojos empezaron a enrojecerse. Las lágrimas
se formaron y al final, no pudo soportarlo más y sacó el pene de su boca.

Luego miró hacia arriba ferozmente con los ojos muy abiertos. La expresión de Jeha era tan fría que era
difícil pensar, que él era la persona que había estado recibiendo sexo oral hace un instante. Jeha movió
lentamente los labios mientras lo miraba fijamente.

—No puedo soportar estar molesto por lo de antes.

—¿A qué te refieres?

—Cuando te imagino haciéndole esto a otros hombres.

Mientras Mongryong lo miraba consternado, Jeha extendió la mano y le tocó el cuello. ¿Debería matarte?
¿Sería mejor así? Extraños pensamientos pasaron por su cabeza.
Pero en lugar de eso, levantó la mano, envolvió su mejilla y lo miró cara a cara. Odiaba que otros hombres
pudieran verse reflejados en esos ojos. Luego movió la lengua dentro de su propia boca y saboreó la
dulzura que Lee Mongryong le había dejado detrás.

…Mierda. Es muy difícil dejar esto de lado.


—Cuando te vayas no hagas nada malo, solo espera en silencio.

Mongryong lo miró como si no comprendiera sus palabras. Jeha se subió los pantalones y le agarró el
brazo para levantarlo.

—Tendremos sexo en la cama como debe ser. No me gusta hacerlo en este lugar.

NOVENA HISTORIA PARTE 2


Mongryong arqueó la espalda. Agarró la sábana y se retorció. La cabeza de Jeha subía y bajaba entre sus
piernas. La membrana mucosa húmeda de su boca se frotaba sobre sus genitales y de repente tuvo la
sensación de que iba a eyacular muy pronto.

Dobló los dedos de los pies y le dijo que se detuviera, pero en su lugar, él lo hizo girar el cuerpo y cayó
boca abajo sobre la cama. En el momento en que volvió la cabeza hacia atrás para preguntarle qué estaba
haciendo, Jeha abrió la boca y la puso sobre su ano.

Mientras Mongryong rebotaba hacia adelante, Jeha le agarró la pelvis y lo acomodó frente a él.

—¿Qué estás haciendo?

—¿Por qué finges ser tan inocente? ¿De verdad no sabes lo que voy a hacer?

—Te pregunto porque no estoy seguro. La última vez dijiste que lo odiabas.

Cuando Mongryong le pidió que le hiciera un oral anteriormente, él solo se limitó a abrir los ojos y a
mirarlo con ira. Dar un oral era algo que nunca había hecho en la vida. Además, estaba enojado porque
pensaba que él le estaba pidiendo que le lamiera el trasero, porque no había sido lo suficientemente
bueno.

—Si te digo que voy a hacerlo, acéptalo con gratitud. Antes de que cambie de opinión.

Mongryong, que lo estaba mirando, se relajó y apretó la mejilla contra la sábana. Con las piernas
arrodilladas, levantó ligeramente las nalgas. —Ahhh. Mientras exhalaba, la mano de Jeha le agarró el
trasero de nuevo.

Debido a que ahora estaba en una postura más abierta que antes, el interior de su ano quedó totalmente
expuesto. Jeha sacó la lengua y la introdujo en su entrada. Luego extiende una mano hacia adelante, busca
el pene de Mongryong y lo mueve de arriba a abajo, mientras continua frotando el ano con la lengua y
chupándolo. Mongryong tembló levemente, dejando escapar un líquido por el glande.

Luego frotó su frente contra la sábana y dobló los dedos de los pies. La lengua que se mueve como si
estuviera viva, toca y frota el interior de su ano. Se sentía extraño porque aunque otros chicos fingieron
hacerle lo mismo, nunca nadie lo había dejado tan expuesto.

Cuando soltó un gruñido, Jeha levantó la boca. El aliento que Mongryong había contenido en vano, se
liberó y estalló de repente. Entonces, Jeha se ubicó detrás, agarró su pene y lo acomodó en la abertura anal
que había sido humedecida con su saliva.

Mientras le frotaba el pene de arriba a abajo, parecía estar alistándose para penetrarlo. Después de hacer
coincidir la punta del glande, presionarlo un par de veces y empujarlo hacia adentro, Mongryong gruñó
con los dientes.

Aunque lo había preparado para la inserción, todavía parecía abrumador. Jeha se lamió el labio inferior, y
luego empujó sus caderas mientras le sostenía la cintura.

Mongryong gritó cuando el pene de repente entró. No pude soportarlo más porque se había contenido
mucho. En el momento en que lo penetró, el interior de su ano se contrajo con fuerza.
—Oh, Ugh. Más despacio… .

Jeha, que ignora sus súplicas, le agarró la pelvis, echó la cintura hacia atrás y luego la empujó con
brusquedad. Cuando Mongryong levantó la cabeza y trató de mirar hacia atrás, él repitió la misma acción.
Cada vez que lo penetraba, la parte superior del cuerpo de Mongryong se sacudía sin control.

—Oh, duele, joder. Ugh.

Ignorando esas palabras, Jeha continuó penetrándolo al mismo ritmo. El sonido de las carnes chocándose
se escuchaba en el dormitorio. Mientras tiraba de su brazo, su torso se sacudía. Y sin tener un lugar en el
que apoyarse, la parte superior del cuerpo de Mongryong se balanceaba en el aire sin ningún motivo.

—Ah, ah, espera, ah, ah, ah.

Puck, Puck.
—Wow, joder.

—Oye, más lento, ah, ah, ah.

A medida que la velocidad aumentaba gradualmente, el sudor comenzaba a rezumar en la espalda de


Mongryong. El placer se duplica tanto como el dolor. Después de un rato, inclinó la cabeza hacia atrás y
abrió la boca, y en lugar de decirle que se detuviera, gimió.

Jeha levantó completamente a Mongryong en esa posición. Mientras tanto, su cintura no se detuvo.
Mongryong se sentía desfallecer con el poder de sus embestidas.

Jeha extendió un brazo, envolvió su estómago y tiró de la parte superior de su cuerpo. La espalda de
Mongryong le tocó el pecho con fuerza. Mientras sus caderas se movían rápidamente en esa posición,
Mongryong se mordía el labio inferior y contenía la sensación de eyaculación.

—Ja, ah, ah.

—Bésame.

Mongryong volvió la cabeza a un lado, temiendo que sus palabras pudieran ser ignoradas. Y entonces, Jeha
superpuso sus labios como si lo hubiera estado esperando. La saliva fluyó firmemente entre los labios que
no estaban en pleno contacto.

Mientras las lenguas se frotaban, el pene entraba y salía rápidamente del ano. Debido a la aproximación del
clímax de Mongryong, su agarre se volvió severo, pero Jeha no detuvo sus movimientos. Tenía la firme
intención de atormentar a Lee Mongryong hasta que la luz del sol saliera de nuevo.

***

Sus párpados cerrados se levantaron. Lo primero que vio después de despertar fue un techo blanco y una
enorme lámpara de araña.

Mongryong cerró los ojos lentamente y luego los abrió repetidamente. Su cuerpo no se movió con
facilidad. Todo su cuerpo estaba adolorido y rígido como si lo hubieran golpeado con una barra de hierro.
Al girar levemente la cabeza y mirar el reloj a un lado, se dio cuenta que eran las 6 en punto.
Aunque se despertó hace un rato, sus párpados se hunden espantosamente. Giró la cabeza hacia la
izquierda y vio la cara de Jeha durmiendo a un lado. Hace casi dos horas, movía la cintura como un loco y
todavía no pensaba levantarse.

Mongryong logró ponerse de pie. Ugh, y casi grito sin darse cuenta. Desde la espalda hasta su cadera, el
dolor punzante que sintió era ridículo.

—Agh, joder.

Mongryong miró a Jeha dormido. Bajó de la cama, diciendo todo tipo de juramentos contra ese que
dormía, a pesar de haberlo penetrado como un arpón toda la noche. En el momento en que se baja para ir
al baño, algo suena desde abajo.

No podía creer que el semen con el que Seok Jeha lo había llenado ayer cayera al suelo. No pudo retenerlo
y estaba bajando por sus piernas.

Mongryong maldice y camina erráticamente para tomar una caja de pañuelos que estaba en la cabecera de
la cama. Mientras sacaba varias hojas, de repente se enojó y le lanzó al dormido Jeha, la caja de pañuelos
que sostenía.

La caja lo golpeó exactamente en la cabeza, rodó hacia el otro lado y cayó debajo de la cama. Jeha retuerce
la frente, y luego lentamente abre los ojos. Mongryong se sorprende y se limpia con el pañuelo entre las
piernas.

—¿Qué estás haciendo tan temprano en la mañana?

Mongryong se quejó con una voz ronca, que no entendía lo que decía.

—¿Dormiste lo suficiente?

—Joder, ayer me desmayé, pero ya estoy bien.

—Debes estar cansado.

—¿Cansado? ¿Parezco cansado? Es extraño que no esté muerto después de todo lo que me hiciste.

—Fuiste tú quien insistió en que continuara después.

Mongryong, que estaba intentando decir algo más, de repente cerró la boca. Era cierto. Estaba enfermo y
loco en ese momento, así que le rogó que continuara y probaron muchas posiciones diferentes. Era la
primera vez que tenía sexo con tanta pasión en la vida.

En realidad, se había comportado de ese modo, porque pensó que ayer podría ser la última vez que tendría
sexo con Seok Jeha. Así que quería permanecer de alguna manera en su memoria. Incluso aunque no
pudiera recordar su nombre más adelante, tal vez pudiera recordar muy bien el increíble sexo que habían
compartido.

Después de que Mongryong se limpió, se volvió para ir al baño. Entonces, se escuchó la voz de Jeha
viniendo desde atrás.

—Lávate y sal. Hagámoslo de nuevo antes de irte.

Mongryong se dio la vuelta y le arrojó en la cara el pañuelo lleno de semen con el que acababa de
limpiarse.
—¡Jódete, estás loco!

Jeha arrugó la frente, y Mongryong se dio la vuelta y caminó hacia el baño. Jeha recogió el pañuelo y se
echó a reír mientras miraba su espalda.

***

Ho se sentó junto al somnoliento Mongryong y lo miró. Era una suerte que no estuviera babeando. Su
cabeza seguía inclinándose hacia un lado y finalmente, se golpeó contra la ventana y luego la levantó.

Mongryong miró a su alrededor, abrió la boca ampliamente y bostezó.

—¿Qué hiciste ayer que estás tan cansado?

Mongryong se frotó los párpados pesados y lo miró. Como el semáforo acababa de cambiar, el auto se
detiene.

—¿Qué hice?

—Lo digo porque parece que todavía tienes sueño.

Mongryong se golpeó la cintura con el puño como para indicarle lo que había pasado.

—Eso ya lo sabes.”

—¿Lo entiendes, Ho? Cuando lo miró, Mongryong sonrió mientras lo golpeaba. Con esa actitud le
indicaba que había preguntado algo muy obvio. Ho lo miró consternado. Supuso que era cierto lo que las
doncellas decían entre ellas. Que la habitación estaba llena de un olor a semen.

—¿Acaso no escuchaste lo que te dije ayer?

—Qué. ¿A qué te refieres?

—Me refiero al matrimonio de Hyung-nim.

Mongryong dijo: —¡Ah!, e hizo un gesto como si fuera algo insignificante, pero dejó de hablar por un
tiempo. Luego se encogió de hombros y le preguntó por qué le recordaba eso.

—De todos modos, me iré al campo con mi hermana. No te preocupes demasiado, ya que mi relación
con Seok Jeha terminará hoy.

Ho se preguntó si hablaba en serio, con una expresión de incredulidad.

—¿Estás preocupado?

—Preocupado de qué.

—¿Estás preocupado de que pueda salir lastimado?

—Niño, no digas tonterías.

Y como si Mongryong entendiera los verdaderos sentimientos de Ho, juguetonamente curvó su puño y
tocó su antebrazo. Ho frunció el ceño y le gritó que no lo hiciera.
—Sé que te gusto Ho Hyung, incluso aunque me digas eso. Si no estuviera con Seok Jeha, te
aceptaría. Es decir, lo siento.

Al escuchar eso, Ho apretó el puño y lo lanzó hacia Mongryong. Pero él rápidamente se inclinó hacia la
ventana y lo evitó.

—Hijo de puta, ven aquí. Como te atreves a decir eso. Eso sonó asquerosamente real.

—Oh, estoy bromeando, estoy bromeando. Ho hyung no es de mi tipo. ¿Por qué te tomas las
bromas en serio, eh?

Cuando Ho intentó golpearlo de nuevo, Mongryong rápidamente lo evitó. El auto llegó al hospital mientras
los dos seguían discutiendo.

***

Mientras la enfermera ayudaba a Hyeyoung a vestirse, Mongryong hablaba con Junyoung frente a la
habitación del hospital. Junyoung miró de cerca el rostro de Mongryong y giró sus ojos hacia su cuello. Su
rostro sonriente se endurece. Mongryong se cubrió esa área con una mano temblorosa.

—¿Qué, qué pasa?

—En tu cuello… .

Él suspira por lo bajo mientras intenta decirle algo. Y luego señaló hacia el espejo que estaba junto a la sala
de descanso. Mongryong caminó hasta allí, miró su cuello en el espejo y abrió mucho los ojos. Una marca
roja del tamaño de una moneda era claramente visible. También había marcas de dientes.

Una maldición brotó de sus labios. Cuando se revisó, no se atrevió a mirar a través del espejo a Junyoung,
que estaba de pie detrás de él.

Mientras mira a su alrededor, Junyoung toma algo frente al escritorio de la enfermera y regresa a su lado.
Luego se coloca justo en frente de él y le muestra lo que tiene en la mano. Era una venda.

Mongryong le dijo, con una cara encantadora, que se la pusiera el cuello. A él no le importaba demasiado,
pero no le parecía de buena educación negarse a ponérsela, así que se bajó la camiseta para revelar su
cuello.

Junyoung tomó la banda y la sujetó al cuello de Mongryong, pero en ese preciso instante se escuchó un
sonido de pasos viniendo desde atrás. Tan pronto como la mano tocó el cuello y la venda estuvo
completamente unida, alguien tiró del cuerpo de Mongryong.

Los ojos de Junyoung se agrandaron. Desde atrás, Jeha estaba mirándolo fijamente mientras agarraba a
Mongryong por la espalda.

Mongryong se volvió y retiró la mano que lo agarraba. Pensó que había escuchado que Jeha no podía
venir, así que no sabía por qué estaba allí.

—¿Qué estás haciendo?


La mirada de Jeha se mueve silenciosamente y toca la venda que Junyoung le acababa de poner. Extendió
la mano y se la quitó en un instante. —¡Ups! Mongryong trató de detenerlo, pero Jeha fue más rápido y
pronto la venda quedó completamente arrugada en su mano.

—Estoy siendo muy devoto a ti, pero tú eres un infiel.

Ante esas palabras, tanto Mongryong como Junyoung quedaron petrificados.

—Devuélveme la venda.

Jeha abrió el puño que había cerrado. La venda estaba arrugada y sin ningún uso.

—¿Y ahora qué vas a hacer? Ya está arruinada.

Cuando Mongryong levantó los ojos para enfrentarlo, Junyoung lo miró para que no lo hiciera. Jeha los
observó intercambiando miradas, y luego agarró a Mongryong por la espalda de nuevo.

En esa misma posición, lo arrastró hacia el ascensor. Mongryong gritó que lo dejara ir, pero a él ni siquiera
le importó. Junyoung, que no entendía su actitud, lo siguió y le pidió lo mismo, pero también lo ignoró.

NOVENA HISTORIA PARTE 3

Junyoung estaba sentado en un banco frente al hospital y miraba hacia donde ellos estaban. Al otro lado,
Doosan y Ho esperaban frente al automóvil. Jeha había estado mirando fijamente a Mongryong con los
brazos cruzados, desde que lo sacó del hospital como un perro.

—¿Qué te dije ayer?

Mongryong se encogió de hombros sin pensar. —No lo sé. El rostro de Jeha se distorsionó rápidamente.
Con el dedo índice, le tocó la frente de Mongryong. —Será mejor que lo recuerdes. O te obligaré a
recordarlo.

Mongryong golpeó su mano y abrió la boca.

—Para.

—Te dije que te callaras.

—¿Sabes lo ridículo que te ves ahora mismo? ¿No eres tú el que parece que estuviera teniendo una
aventura con su amante infiel?

—Te dije que no se lo dijeras a nadie.

—¿Acaso Junyoung hyung es nadie?


Los ojos de Jeha brillaron ferozmente ante esas palabras. Al ver que se mordía los dientes, pensó que si le
respondía algo más, solo pasarían cosas muy malas, por lo que Mongryong mantuvo la boca cerrada. Tal
vez esa fuera la última vez, pero no quería despedirse de esa manera.

—Pero qué haces aquí. Dijiste que no podías venir porque tenías que trabajar.

—Pensé que debería verte la cara, antes de irte. También vine a despedirme.

Ante eso, cerró la boca de nuevo y se miró los dedos de los pies. Habían mezclado sus cuerpos anoche,
pero ahora no creía que volverían a tener ese tipo de relación, así que se sintió un poco triste.

—Tu hermana irá en una ambulancia. Tú puedes irte con Ho.”

—Lo sé. Doosan hyung ya me explicó todo.

—Bien. Espero que hagas lo que te dijo.

Pensó que en ese momento, él le iba a decir algo más, pero no abrió la boca. Y después de mirarlo
fijamente, se dio la vuelta y se dirigió hacia donde estaba Doosan. Mongryong levantó la cabeza y lo miró
desde la distancia. Junyoung, que estaba sentado en el banco, se levantó y se acercó a Jeha.

***

—Dime qué está pasando.

El rostro de Jeha estaba lleno de irritación. Después de despedirse de Lee Mongryong, Junyoung vino y le
pidió hablar un rato. Había muchas personas viéndolos, así que le sugirió que se trasladaran a otro lugar y
finalmente, decidieron ir a la azotea del hospital.

Cuando la puerta de hierro de la azotea se cierra y solo quedan los dos, Junyoung mira hacia abajo. El auto
en el que iba Mongryong ya había arrancado y no era visible.

Jeha le miró el rostro. No le había dicho exactamente a donde iba Lee Mong-ryong. No tenía intención de
decírselo. En realidad, desconfiaba de Seok Junyoung, pero la razón principal era porque estaba de mal
humor. Analizándolo bien, era un sentimiento verdaderamente infantil.

—¿A dónde se dirige Mongryong?

—Eso no te importa.

—Tengo que saber si no es seguro.

—No necesitas preocuparte. No seas presuntuoso, no eres el guardián de Lee Mongryong.

Junyoung se frota la cara y pide un cigarrillo. Jeha arqueó las cejas. Nunca lo había visto fumar en la vida,
así que no sabía por qué había empezado a hacerlo. Como no le dio nada, Junyoung pensó en algo por un
tiempo, luego comenzó a hablar lentamente del tema principal.

—El Director Park vino a verme. ¿Lo sabes?

Jeha sonrió. Al final, de eso se trataba todo.


—¿Por qué? ¿Ahora estás dispuesto a asumir la Dirección de la empresa?

—No. No sé si me crees, pero me negué.

—¿Por qué?

—Me gusta mi trabajo ahora. Nunca sumergiré mis pies en esas aguas negras hasta que muera.

Y como si hubiera dicho algo muy vulgar, Jeha miró a Junyoung con desagrado. Sin embargo, era molesto
saber que viviría por sí mismo y se comportaría limpiamente por el resto de su vida.

Se muerde la lengua y se pregunta si debe maldecirlo, pero Junyoung pone la mano en su brazo. Después
de un rato, un sobre amarillo salió de su mano. Y pronto, se lo entrega a Jeha.

—¿Qué es esto?

—Una oportunidad para darle la vuelta al juego.

Jeha miró alternativamente el sobre y el rostro de Junyoung. Era su hermano, pero a veces realmente lo
desconocía. Junyoung lo sacude frente a él, al ver que no lo recibe. Si no lo recibía, ¿se arrepentiría?

—¿Qué hay ahí?

—Hay algo aquí que le dará a Park un golpe crítico. Es algo peligroso, incluso para mi padre.

Jeha levanta una ceja. Mirando la expresión de Junyoung, se da cuenta que es sincero. Mientras lucha por
recibirlo o no, Junyoung intenta que lo sostenga en su mano. Jeha se agitó.

—Si estás pensando en ponerme una trampa, detente.

—¿Y yo que ganaría con eso? ¿Destruir nuestra relación?

Los ojos de Jeha se inclinan levemente ante la humilde broma. ¿Estás demente?

Junyoung sonrió y le tiró el sobre en los brazos. Jeha lo sostuvo.

—¿Por qué me das esto?

—Se que te parezco extraño por elegir un trabajo decente, y por siempre decir la verdad. En realidad
no tengo oscuras intenciones. Solo estoy pagando mi deuda.

Jeha pone una expresión de desconcierto cuando escucha la palabra ‘deuda’. ¿De qué deuda está
hablando Seok Junyoung? Luego, de repente, recuerda a Lee Mongryong y llega a una conclusión. Joder,
¿acaso se acostaron?
—¿A qué deuda te refieres?

El impulso de masticar cada letra fue feroz.

—Tú siempre has creído que es mi culpa.

—¿Qué?

Junyoung vaciló, incapaz de responder fácilmente, y movió lentamente los labios.

—Lo que le ocurrió a Sungsik.


Jeha quedó petrificado. Estaba sin palabras. Tan pronto como escuchó ese nombre, sintió que algo lo había
golpeado.

Era un nombre que ahora le resultaba desconocido porque no lo había escuchado hace mucho tiempo.

—Sé que me culpas por eso. Ni siquiera me di cuenta de tus sentimientos, si no te hubiera
perseguido cuando fuiste al retiro…tal vez él no habría muerto de esa manera. ¿Verdad?

Se siente extraño al escuchar esa historia que había tratado de enterrar en lo más profundo de su corazón,
a través de la boca de Junyoung. Pero él no dejó de hablar mientras miraba el rostro de Jeha que
lentamente se estaba volviendo azul.

—Así que utiliza esto, por favor. Ya sea en contra de mi padre o del Director Park.

Después de quedarse en silencio, con una expresión de asombro, Jeha comenzó a hablar.

—Haa. Eso es ridículo. Entonces, ¿piensas apuñalar por la espalda a mi padre solo para ayudarme?
¿Me estás pidiendo que te crea?

—En tu corazón tienes la respuesta a ese interrogante. Tal vez no lo hayas notado, pero no le tengo
mucho aprecio a mi padre. Él le hizo muchas cosas malas a mi madre antes de morir. Sabes que es
cierto con solo mirar lo que él le está haciendo a tu madre en este momento. Así que no tienes que
sentirte culpable conmigo. Usa eso como quieras.”

—¿Estás loco?

—Con esto, creo que queda saldada mi deuda. Ya no seguiré sintiendo pena por ti. Así que tú
también… Ojalá pudieras quitarme esa carga del corazón.

Cuando Junyoung dejó de hablar, Jeha lo miraba mientras apretaba los dientes, y luego, volvió la mirada
hacia el exterior de la azotea. El sol se estaba poniendo y el cielo del oeste ardía en rojo. Su cabeza
palpitaba como si estuviera ardiendo de la misma manera.

****

Mongryong miró hacia el cielo crepuscular. El sol está todo rojo. Ho, sentado en el asiento del conductor, lo
miró.

—¿Estás confundido?

Mongryong se ríe mucho de esas palabras.

Los paisajes familiares pasan uno a uno. No sabía cuándo podría volver después que se marchara al campo.
Seok Jeha parecía tener algo que decirle justo antes de su separación, pero no dijo nada. ¿Qué estabas
tratando de decirme?
... ¿Vas a cancelar tu matrimonio?
Mientras pensaba en ello, se rió sin ganas. Incluso si lo pensaba, era ridículo. No iba a suceder.
Había pensado en olvidarse de todo después disfrutar con moderación de esa relación, pero supuso que le
había entregado su corazón más de lo que pensaba. Un viento claro sigue soplando en un rincón de su
pecho. Era la última vez, así que debió besarlo una vez más. Tuvo un arrepentimiento tardío.

El coche corría sin descanso mientras recordaba todos los momentos que habían pasado juntos. No quitó
los ojos de la ventanilla del coche para guardar en su mente el paisaje que tal vez nunca podría volver a
ver.

***

Doosan entró después de tocar la puerta. Cuando se acercó, dejé los documentos de pago en su escritorio.
Jeha los desdobló. Era un plan para asegurar fondos para la construcción de un Casino.

—Parece que se habló de que Park quería posponer la construcción.

—¿Por qué?

—Si el Director solidifica su posición con este incidente, entonces, ¿no sería Park el más perjudicado?

—Se lo diré a mi padre. Permanece atento a su situación, reúnete con los directores por separado o
vigílalos con frecuencia.

—Si, entiendo.

Y luego, Jeha hizo una pregunta mientras leía los papeles que estaba mirando.

—¿Y Lee Mongryong?

—Ya debería haber llegado.

—¿Tienes otra información acerca de los movimientos de mi padre o del Director Park?

—Aún no.

—Coloca a varios hombres confiables en el hogar de ancianos para que vigilen el lugar las 24 horas
del día. Lo mismo con Lee Mongryong. Con su forma de ser, no se sabe cuándo pueda tener otro
accidente, así que vigílalo de cerca.

—Si, entiendo.

Cuando Doosan dijo que lo sabía, pero no se volvió, Jeha levantó la cabeza y lo miró. Su rostro estaba lleno
de dudas, como si no se atreviera a preguntarle algo.

—¿Tienes algo más que decir?

—Se que… no es asunto mío.

—¿A qué te refieres?

—Hablo de Lee Mongryong ... ¿Qué va a hacer con él?

Los ojos de Jeha se elevaron.

—¿Desde cuándo estás interesado en lo que le pase a Lee Mongryong?


—Es solo curiosidad, no hay otro significado.

—Sí, más te vale. No me hagas dudar de ti.

Doosan parecía avergonzado por esas palabras. Esto se debe a que la forma de hablar de Jeha de alguna
manera parecía celosa.

—Hyung-nim, yo no soy así… .

Jeha se rió. Pero en sus ojos, todavía se observaba la sospecha.

—Lo sé. Solo estoy bromeando. Pero no sigas preguntando. Estoy a punto de cambiar de opinión.

Doosan lo miró con una expresión de injusticia. Era asombroso cómo el mundano Seok Jeha podía cambiar
de ese modo gracias a ese tipo. Era una mirada que expresaba que realmente no lo perdonaría si cometía
un error. Entonces, de repente se sintió ansioso.

Además, le había pedido que reservara una cita para almorzar con la hija del presidente Kim, y eso lo había
sorprendido extrañamente. No sería extraño que una pareja comprometida almorzara junta, pero es que le
daba la leve impresión que esa reunión no era solo para comer.

Renunció a preguntarle de nuevo sobre ese asunto. Sin importar lo que eligiera, lo correcto era obedecerlo.
Mientras Doosan suspiraba como para tranquilizarse, Jeha firma el documento de pago que estaba
mirando, lo cierra y se lo entrega.

—Sigue adelante con el proyecto.

Luego se puso de pie y recogió su abrigo. Doosan le preguntó a donde iba con una cara de desconcierto.
Esto se debe a que no tenía anotada ninguna cita en su agenda.

—Voy a ver al presidente. Tengo que observar con mis propios ojos lo que está sucediendo.

NOVENA HISTORIA PARTE 4

Mongryong miró alrededor de la casa. El bien organizado officetel estaba equipado con muebles y
electrodomésticos. Y a un lado, Ho estaba ocupado vigilando la casa.

—La casa es muy buena. Debe costar mucho conseguir una como esta en la provincia.

—Si. Se ve muy bien.

—Creo que Hyung-nim estaba particularmente preocupado por eso. Dale las gracias más tarde.

—Me voy a quedar aquí por un tiempo de todos modos, pero qué… .

Mongryong caminó hacia el refrigerador. Cuando abrió la enorme puerta del frigorífico, notó que estaba
lleno de comida. Parecía que no tenía que ir al supermercado.

—No tienes que preocuparte por nada. Hyung-nim quiere que en lo posible, no salgas y te quedes
en casa.
—Es como una vida de confinamiento total. Tengo que estar así para siempre.

Huh. Ho gruñó ante sus palabras. Según lo que habían investigado, se decía que además del presidente
Seok, el grupo de oposición tenía sus ojos puestos en Mongryong. Se decía que Jeha nunca había tenido a
nadie cerca de él, por lo que todos estaban ansiosos por atrapar a su punto débil.

Mientras Ho pensaba en eso, se preguntaba: ¿Cuánto medirá Mongryong?

Ho se encogió de hombros, diciendo que no lo sabía, luego fue al sofá y se sentó. Hay una gran televisión
enfrente. Mientras mira alrededor de la casa, suena el teléfono celular de Mongryong.

Él confirma la llamada y la responde rápidamente.

—Sí, hyung.

Ho volvió la cabeza hacia él. Al escucharlo decir hyung, se dio cuenta que era alguien que conocía. Si es
así, ¿está hablando con el fiscal Seok?
—Sí, llegamos bien. No, oh, aquí está la dirección. Espera.

Mientras Mongryong intentaba encontrar la dirección, Ho se le acercó, le quitó el teléfono y presionó el


botón de finalización. Mongryong se sorprendió, abrió los ojos y lo miró.

—¿Por qué hiciste eso?

—No. No debes decirle a nadie la dirección.

—Pero es Junyoung hyung.

—No puedes decírsela a nadie, ni siquiera al fiscal Seok. Esas son las órdenes de Hyung-nim.

—Vaya, esto es realmente genial. ¡Osea que esto es una prisión!

—Es porque no lo sabes. Pero la persona más peligrosa en este momento, es, en cierto modo, el
fiscal Seok. ¿Lo sabías?

—¿Eh? Mongryong se sorprendió y le preguntó qué significaba eso. Pero Ho no intentó explicarle más.

Era cierto que los aliados del ex presidente cuyo sucesor legítimo era el fiscal, estaban tratando de ejercer
presión, por lo que no era nada bueno que Mongryong estuviera cerca de él. Además, era algo que Lee
Mongryong no tenía que saber. Quizás, si se enteraba, intentaría hablar con Jeha y le preguntaría si
realmente era cierto y él solo se enojaría.

Por eso, era mejor que Lee Mongryong permaneciera así. Ignorante de todo. Porque tal vez, podría pedirle
a Jeha que cediera su puesto. Por fuera, parecía que Junyoung le gustaba mucho más.

Ho se estremeció repitiendo en su mente que no era posible en absoluto y volvió en sí.

—Dame el teléfono.

—Está confiscado. Una nueva llamada llegará en algunos minutos. Es absolutamente seguro que la
deben estar escuchando y rastreando.

—Vaya, entonces no estoy exagerando. Esto es confinamiento, confinamiento.


Al escuchar al resentido Mongryong, Ho lo miró con una expresión algo comprensiva. Todo estaba mal.
Debido a su hermana, quedó enredado en ese embrollo hasta llegar a ese lugar.

Asintió un par de veces, como si entendiera lo suficiente, y guardó el teléfono celular confiscado en el
bolsillo de su chaqueta. Entonces, como si lo estuviera esperando, entra una llamada de repente.

Al ver quien era la persona que llamaba, se levanta de un salto del asiento, junta ambas manos y la recibe
rápidamente. Con solo mirar su figura, pudo darse cuenta quien era la persona que estaba del otro lado.

Él no podía verlo de todos modos, pero aún así lo hacía levantar de su puesto. Mongryong lo mira
patéticamente, pero Ho gira la cabeza hacia él y se acerca.

Y luego, le entregó su teléfono a Mongryong.

—Toma, es hyung-nim.

Mongryong lo aceptó. Como no tenían nada que decirse, la otra persona guarda silencio. Mongryong abrió
primero la boca.

—Qué.

[Tenía curiosidad de saber si llegaste bien.]

—Muy bien. Está es una completa prisión. Gracias, muchas gracias.

[Al escuchar tu sarcasmo, parece que te gustó bastante.]

—Me gusta tanto que creo que prefiero que me echen a la basura, ya ¿puedes parar? Estoy muy
cansado.

[Debes tener precaución mientras se soluciona el problema. Por el momento, incluso si es molesto,
sigue mis órdenes.]

Mongryong asintió como si fuera realmente molesto. Sí señor. Ho abrió los ojos cuando respondió con
sequedad. Pensó que no era correcto que le mostrara esa actitud a su jefe.

[También te daré un teléfono nuevo. Solo para recibir llamadas.]

Mongryong arrugó las cejas.

[¿Me estás escuchando?]

—¿Puedo colgar?

[Sí.]

Mongryong echó la cabeza hacia atrás como si estuviera cansado de sostener el teléfono en su oído. Las
luces que estaban sobre la mesa le llamaron la atención. Eran como las que aparecían en revistas.

Tenían la forma un poco similar a las que vio en el officetel de Jeha. Y de repente, recordó las semanas que
vivieron juntos. Seok Jeha y ... ¿Cómo sería...?

[¿Por qué no respondes?]

Quizás...
[Lee Mongryong.]

No podría verlo nunca más.


[Mong-Mong-ah.]

Mongryong, que se asustó por su tono de ternura, se quitó el teléfono de la oreja y lo miró. Sus orejas y su
nuca se enrojecieron rápidamente. ¿Acaso está loco?

Y simplemente puso la boca en el auricular, le gritó que dejara de hacer ese sonido y luego presionó el
botón de finalización.

***

Doosan miró a Jeha que estaba sentado en el asiento trasero. Parecía que estaba hablando con Lee Mong-
ryong, porque gritó lo suficientemente fuerte como para salirse del teléfono y luego colgó.

Eso era obvio, pero lo peor era que Jeha acababa de decir algo. ¿Mong-Mong-ah? ¿Es ese su apodo? Oh,
Dios mío. Como fue capaz de hablar con una voz tan tierna con esa cara. Doosan se repitió que no
podía creerlo por un momento, y luego negó con la cabeza para borrar esa expresión.

—Este bastardo cuelga cuando está hablando con la gente… .

También escuchó el sonido de sus dientes rechinando. Y cuando Doosan notó que habían llegado a su
destino, detuvo el automóvil frente a la puerta principal. Dos hombres custodiaban la entrada y parada en
ese lugar, estaba Sarah.

El Director Cho estaba también junto a ella, con una mirada orgullosa ajustando el cuello de su abrigo. Él
había sido el punto de partida de todo el problema.

Doosan salió del auto y abrió la puerta trasera. Y cuando Sarah vio a Jeha, abrió la boca y lo saludó.

—Llegaste temprano.

—Huh. El Director Cho también saludó a Jeha cuando pasó a su lado.

—Bienvenido.

Él asintió malhumorado. Cualquiera que lo viera, pensaría que era alguien sumamente tímido. Pero con ese
desvergonzado rostro, se había atrevido a traicionar a su esposa y a su poderosa familia, y aunque lo había
hecho, siempre mantuvo la misma expresión cada vez que venía.

Los dos guardias de la entrada abrieron la puerta y los tres entraron. Tan pronto como se cerró la pesada
puerta de hierro, Sarah se detuvo.

—Tengo algo que hablar con Jeha, así que tú entra primero.

El Director Cho asintió con la cabeza, luego pisó los escalones de piedra y subió. Sarah bloqueó
ligeramente su saludo de despedida. Luego mira hacia atrás y confirma que Cho ha entrado en la casa.
Cuando Jeha le preguntó qué tramaba, Sarah se cruzó de brazos e puso los ojos en blanco. Su bolso de
mano brillaba en la parte trasera del jardín.

—Entonces, ¿te llevaste a esa gente?

—No sé a qué te refieres.

Sin cambiar su expresión irónica, miró al mentiroso Jeha y se echó a reír.

—Pensé que solo era un juego, pero ¿debo suponer que no es así?

—¿Te refieres al Señor Cho?

Ante eso, Sarah abre los ojos furiosa y lo apuñala con la mirada.

Cho también se había enterado de que Lee Hyeyoung estaba viva. Hasta ahora no había expresado sus
sentimientos, pero Sarah estaba segura de que él estaba tan feliz que si pudiera, se pondría a bailar.
Cuando pensó en ello, su ira aumentó, como si su sangre estuviera fluyendo al revés. No porque amara
mucho a Cho, sino porque su orgullo estaba siendo pisoteado.

Jeha miró el rostro inexpresivo de Sarah. No había emoción en esos ojos. Su mirada suavizó un poco su
feroz impulso.

—¿Acaso no conoces la personalidad de nuestro padre? Los encontrará de alguna manera y tratará
de deshacerse de ellos, así que veamos quien ríe al último.

—¿Acaso no eres tú quien quiere deshacerte de ellos? No deberías incluir a nuestro padre.

—No puedo negarlo. Así que te recomiendo que tengas mucho cuidado. ¿Acaso no sabes lo que le
pasa a los perros que pierden a sus dueños?

Después de su aterradora amenaza, se volvió y se dirigió hacia arriba. Jeha se quedó estático mirando
fijamente su espalda.

***

Con el presidente Seok en el centro, Sarah y Cho estaban a la izquierda, y Jeha en el lado opuesto. El
presidente Seok probó el aroma después de recoger el té del ama de llaves. Luego dijo brevemente —
Bien, y puso la taza de té en su boca.
—¿Dónde está mamá?

Cuando Sarah preguntó, el presidente Seok se sacó la taza de té de la boca. La expresión agradable que
hizo cuando probó el sabor del té hace un momento desapareció por completo y sus ojos afilados
brillaron. Con la edad, se pensaría que esa expresión podría suavizarse, pero el presidente Seok era la
excepción.

—No lo sé. Dijo que asistiría a una actividad de voluntariado y ha estado ausente unos días.

Después de decir eso, chasqueó su lengua con una cara desagradable. Sarah rió amargamente. Hace
mucho tiempo que la relación del presidente Seok con su madre era inexistente. Pero últimamente había
empeorado radicalmente. Nadie sabía la razón, pero se sospechaba que era por las múltiples infidelidades
del Presidente Seok.
Incluso cuando Cho se escapó, él estuvo más enojado por el sentimiento de traición de que lo hubiera
hecho todo a escondidas que por el hecho de que su yerno hubiera sido infiel.

Sarah puso los ojos en blanco y los miró a los dos. Desde el momento en que volvieron a encontrarse, la
expresión había sido la misma de siempre. Pero obviamente, una línea nerviosa invisible, estaba
estrechamente conectada entre los dos.

El presidente Seok dejó la taza de té sobre la mesa y miró a Sarah y a Cho.

—Estoy de buen humor porque los dos están muy cerca.

Ante eso, Sarah aplaudió y sonrió.

—Oh, papá. Eso solo fue algo pasajero, ahora estamos muy bien. ¿No es así, cariño?

Cuando Sarah le preguntó a Cho si estaba de acuerdo de forma descarada, él se sintió avergonzado.

Cuando Sarah le preguntó si no estaba haciendo esto con un rostro desvergonzado, Cho se sintió
avergonzado. Sarah parecía tener una expresión endurecida por un tiempo, pero luego sonrió casualmente.

Cho era la única persona inquieta en este lugar. Se podía ver como las puntas de sus orejas se ponían rojas.
Era increíble que hubiera tenido las agallas de ser infiel e incluso atreverse a huir.

El presidente Seok dijo que estaba de acuerdo, y esta vez movió su mirada hacia el lado opuesto.

—¿Y él?

Aunque obviamente sabía de lo que estaba hablando, Jeha miró al presidente Seok sin abrir la boca.

—Me refiero a ese tipo. Ese perro callejero. ¿Qué hiciste con él?

—No tienes que preocuparte por eso.

—¿Lo dices en serio?

—Si.

—No es necesario que lo verifiques.

—Esta vez confiaré en ti. Espero que todo haya quedado perfectamente organizado.

—Así es.

Sarah miró la escena como si fuera un absurdo. El presidente Seok, que ya no preguntaba, también estaba
desconcertado. Probablemente ya lo sabía todo, pero Jeha se pregunta por qué fingía no saberlo. Era su
padre, pero no conocía su forma de pensar.

Pero él ni siquiera le prestó atención, ignorando la mirada de Sarah.

—Por cierto, Sarah, necesito que lo ayudes a prepararse para la boda.

Sarah se sorprendió y abrió mucho los ojos. Pensó que la había llamado por otra razón, pero todo era por
el matrimonio. Al ver que la expresión de Jeha no cambiaba, parecía que ese hecho no lo afectaba.

—Su madre está ocupada, pero tú eres su hermana, así que ayúdalo a prepararse.

—Si, padre.
—¿Te gustaría comer en la casa del presidente Kim antes de la boda?

Jeha asintió. —Si. Está bien.

El presidente Seok apoyó la espalda en el sofá con una cara contenta. Parecía como si estuviera cerrando
los ojos, y luego movió un solo ojo hacia un lado, mirando la tez de Jeha. Su expresión facial no había
cambiado desde el momento en que ingresó a la casa. Como siempre.

Trató de ver sus intenciones pero no mostró ningún signo. Por lo que supo, le informaron que el tipo que
se suponía que era Lee Mong-ryong fue llevado a la provincia. Eso fue un movimiento bastante súbito.

No sabía si realmente era para arreglar las cosas o si era por algo completamente diferente, pero el
presidente Seok decidió fingir no saberlo. Esto se debía a que si se lo preguntaba directamente, tal vez Jeha
actuaría a la defensiva. De todos modos, sabía que había una relación entre ellos, así que era suficiente con
atrapar a ese sujeto.

***

Jeha se apoyó en el asiento trasero y cerró los ojos. Su rostro lucía cansado. El coche pasaba por un
callejón.

Doosan miró la expresión de Jeha con el espejo retrovisor. Era común que normalmente no le hiciera
preguntas primero, pero pensó que tenía que preguntarle de alguna manera hoy.

—¿Está durmiendo, hyung-nim?

Su boca se mantuvo cerrada. No, no estaba durmiendo. Doosan preguntó con cierta vacilación.

—¿No va a encontrarse con Kim Joo-eun en dos días?”

—Sí.

—Solo tengo curiosidad, ¿usted tiene otros planes?”

Se refería al matrimonio. Jeha no responde. Sin importar cuánto espere, parece que lo que pensaba era
cierto. El silencio de Jeha se lo confirmó. La mandíbula de Doosan se puso rígida.

No sabía si tenía la intención de elegir a Lee Mongryong, pero lo que estaba claro era la terrible sensación
de que pronto ocurriría algo en contra de los intereses del presidente Seok.

—El presidente no se quedará quieto.

—Lo sé.

—¿Hay alguna otra manera?

—No.

Un sudor frío brota de la espalda de Doosan al escuchar esa voz profunda. Si eso sucedía, si Seok Jeha
anulaba el matrimonio y elegía a Lee Mongryong…Doosan apretó el volante con fuerza. Lo que iba a
pasar en el futuro era tan grave que ni siquiera podía imaginarlo.

—¿Y Ho?
—Se quedará allá unos días.

—¿Y la seguridad?

—He asignado hombres en el hospital y en la oficina para que vigilen. El teléfono móvil que le
entregué a Lee Mongryong también es interceptado las 24 horas del día. El CCTV en la entrada del
officetel y el CCTV en el hospital también están conectados a nuestro sistema para que podamos
monitorearlos.

—Buen trabajo.

—Es mi deber.

Jeha volvió un poco la cabeza y miró por la ventana. El auto negro salió del complejo habitacional y entró a
la calle principal. Aunque era tarde, había muchos autos yendo y viniendo.

En la acera, los amantes caminaban uno al lado del otro tomados de la mano. Desde que nació, nunca
había hecho eso con nadie. De repente, pensó que hacer eso con Lee Mongryong no estaría mal. Por
primera vez en la vida, envidiaba tener una vida normal.

***

Mongryong se acostó en su cama y miró al techo. Tenía que dormir, pero no podía hacerlo. No sabía
cuántos días habían pasado ya. Ayer tuvo insomnio toda la noche y se quedó dormido como un pollo
enfermo durante el día.

Seok Jeha lo llamó el primer día, pero después no tuvo más noticias de él. Le dijeron que usara su teléfono
celular solo para recibir llamadas, pero no recibió ninguna llamada telefónica durante todo el día.

La razón por la que no podía dormirse fácilmente era porque la casa no le resultaba familiar y su mente
estaba alterada, pero el bastardo que no se cansaba de roncar en el sofá, también jugaba un papel muy
importante.

Saltó de la cama y se sentó. Bajó y caminó hacia el sofá. Allí Ho, estaba acostado como un anciano, y
mientras dormía con la boca abierta su nariz estaba gruñendo. La cama era ancha, pero prefirió no dormir
con él y acostarse en el sofá. Y la razón para eso, también era sencilla.

[No quiero morir siendo golpeado por hyung-nim.]

A medida que se acerca, los ronquidos suenan más fuertes.

Mientras se paraba y tocaba a Ho, los ronquidos cesaron. Después de un rato, este vuelve a inclinarse y
exhala. —Oh, Dios. Mongryong tenía una cara molesta. Si no fuera su hyung, desearía poder patearlo con
los pies.

Pensó que tenía que acostarse con las orejas tapadas, pero en ese momento vio algo que sobresalía del
bolsillo de Ho. Era el teléfono celular que le había sido confiscado antes. Y por si acaso, lo sacó.

Pulsó el botón de encendido. Se encendió la luz y apareció una pantalla familiar. Las llamadas perdidas
comenzaron a aparecer. Había llamadas de Junyoung y de su amigo, Seunghyun. Ellos habían acordado
que Mongryong pasaría por su motocicleta, y por eso había sentido curiosidad porque no tenía noticias de
él.

Mongryong, que estaba revisando su teléfono móvil, transcribió solo los contactos importantes y luego
presionó el botón de apagado. Fue porque pensó que no ganaría nada si hablaba por teléfono o enviaba
mensajes de texto.

—No te involucres en problemas, quédate tranquilo y luego múdate a Namwon cuando todo se
arregle. Hasta entonces, con la intención de ser un poco paciente, metió el teléfono en el bolsillo de Ho.
Luego miró alrededor de la casa una vez más. Había estado atrapado allí durante unos días y su cabeza
estaba girando.

Sin importarle nada, puso la mano en la cara del dormido Ho.

—Ho hyung, ¿estás durmiendo? ¿Estás bien dormido?

Como si respondiera, Ho exhala y le dice: —Jrrrr...Zzzz La boca de Mongryong se elevó. Sigilosamente


recogió su chaqueta. Y luego se dirigió hacia la puerta.

Pero de repente, escucha un grito —¡Oye! Mongryong se sorprendió y se detuvo. Lentamente volvió la
cabeza.

—Jaja, ¿no estás dormido?

Pero estaba quieto. Pudo escuchar un murmullo, pero Ho seguía estando igual. Parecía que hablaba
dormido.

—Oh, carajo. Estoy asombrado. Habla en sueños como si fuera real.

Mongryong se tocó el pecho sorprendido y recogió las zapatillas que había colocado en la puerta principal.
Luego agarró la manija de la puerta y la empujó lentamente hacia afuera. Se encendió la luz del sensor en
el largo pasillo. El lugar estaba silencioso como si estuviera desolado.

En ese estado, caminó silenciosamente por el pasillo. El sensor se iluminaba cada vez que daba un paso.
Apretó el botón frente al ascensor y esperó. Finalmente subió al ascensor y apretó el botón que lo
conduciría al sótano.

Por si acaso, eligió el estacionamiento, en lugar de la entrada. Bajó y la puerta se abrió en el sótano. No
veía a nadie por allí. El estacionamiento estaba tranquilo y silencioso.

Tragó en seco. El sonido de sus pasos era audiblemente fuerte. Cuando salió del estacionamiento y alcanzó
el exterior, soplaba un viento frío. Debido a que estaba junto a la carretera, a menudo pasaban
automóviles.

Los peatones borrachos se reúnen de tres en tres y caminan. Mongryong, que los estaba mirando, se
abrochó el cuello de la chaqueta y comenzó a caminar.

****

Jeha puso hielo en un vaso y luego se sirvió un licor color ámbar. Agarró el vaso y lo agitó un par de veces
y después caminó lentamente hacia la ventana.
En la mesa junto a la ventana, estaba el documento que le había dado Junyoung. Al mirarlo, se proyecta
una sombra sobre su rostro. Si usaba eso como le sugirió Junyoung, perjudicaría no solo a Park, sino
también a su padre, el presidente Seok. Sabía que debía usarlo solo como último recurso.

Dejó el vaso sobre la mesa y tomó el documento. Se agachó, lo puso en la caja fuerte que estaba frente a él
y luego se incorporó.

Volvió a mirar por la ventana. Hace solo unos días, Lee Mongryong había estado en ese mismo sitio y
parecía un niño mientras miraba caer la nieve fuera de la ventana. Pero ahora ya no estaba Lee Mongryong
y se había quedado solo.

No lo había contactado desde hace unos días. Tenía mucho trabajo por hacer, pero no fue solo por esa
razón. Cuanto más escuchaba su voz, más se lamentaba por haber desaprovechado el tiempo que pasó
junto a él. Tuvo que contener el impulso de salir corriendo a buscarlo varias veces.

De camino a casa, se dio la vuelta y vino al apartamento sin darse cuenta. No sabía por qué, pero era lo que
quería. Junto a la ventana notó que estaba la pulsera que Lee Mongryong siempre llevaba puesta.

Jeha se llevó el vaso a la boca. Se tomó un trago. Cogió la pulsera con la otra mano, la miró fijamente y se
la puso en la punta de la nariz. Junto con el olor a madera, el aroma corporal de Lee Mongryong se emitía
sutilmente. Supuso que se la había quitado porque sentía que estaba pecando cada vez que tenían sexo,
pero al final la había olvidado allí.

Con la pulsera en la mano, se aproximó al sofá. Recogió el abrigo que se había quitado y puso la pulsera en
el bolsillo. Estaba pensando en devolvérsela cuando lo volviera a ver. Levantó nuevamente el vaso y se lo
llevó a la boca. Tenía la sensación de que no podría quedarse dormido fácilmente esa noche.

***

Los dedos de Mongryong movieron el palo redondo hacia arriba y hacia abajo. Tak, cuando presionó el
botón rojo con su mano derecha, las tenazas de hierro giraron hacia abajo. Luego toma con ellas el osito
de peluche amarillo y lo levanta.

Mongryong tocó la máquina con la punta de los dedos. Bien. Lo estás haciendo muy bien. Jaja. ¡Lo he
logrado! Pero en ese momento el muñeco se cae.

Mongryong golpea su frente contra la máquina y maldice.

Rebuscó en su bolsillo y sacó su billetera. Al parecer, ese había sido el último billete de mil wones que le
quedaba. Después de pensar un rato en cambiar un billete de 10.000 wones, lo guardó y pateó la máquina
bajo sus pies una vez. Y no se olvidó de maldecir diciendo —eres una estafadora.

Cuando abrió la puerta y salió, hacía más frío que antes. Los únicos lugares que estaban abiertos eran las
tiendas de conveniencia y los bares. Metió las manos en los bolsillos de la chaqueta y caminó por la calle.

Y mientras caminaba, de repente se detuvo. Cuando fingió mirar su rostro reflejado en la ventana de una
tienda cerrada, miró hacia atrás con recelo. Dos hombres de traje negro estaban hablando frente a una
tienda de juguetes.
¿Qué? ¿Quiénes son esos? Parece que estaban allí antes.
Así que antes de seguir caminando no les apartó la mirada. Inclinó un poco la cabeza y luego dio un paso
adelante. Pudo sentir que lo estaban siguiendo. Puso la mano en el bolsillo. No encontró nada que pudiera
utilizar como un arma.

Dejó de caminar. Los pasos que sintió detrás de su espalda también se detuvieron. Mongryong respiró
profundamente dos veces. Su corazón estaba emocionado. Tenía que escapar. Maldición. Simplemente
aceleró sus pasos. —Eh, escuchó un sonido de sorpresa desde la parte de atrás, y luego el sonido de pasos.

Mongryong corrió y masculló una maldición. Movió los ojos con urgencia, buscando un lugar por donde
escapar. El lugar correcto estaba a la vista. Pero en ese momento, un auto grande y negro dobló la esquina
y le bloqueó el paso.

Era la ruta de escape en la que había estado pensando. En ese instante, la puerta del coche se abrió y
salieron varios hombres.

—¡Qué, demonios!

Mongryong se dio la vuelta instantáneamente. Detrás de él, los dos hombres que había visto antes
exhalaron y se tensaron. Y mientras corrían, llevaban puestas sus gafas de sol.

Los hombres se acomodan las gafas sobre la nariz. Mongryong miró de un lado a otro, alerta. Y mientras
buscaba algo con la mirada, recogió una bolsa de basura que encontró apilada a un lado.

—¡Lee Mongryong!

Uno de los hombres pronunció su nombre, y Mongryong balanceó la bolsa de desperdicios de comida y se
las lanzó. El hombre trató de atraparla pero esta finalmente estalló, y la comida salpicó los rostros y la ropa
de los hombres.

Mientras gritaban y lo maldecían, las pocas personas que pasaban comenzaron a mirarlos desde la
distancia.

Los hombres de ambos lados acortaron la distancia mientras Mongryong tiraba bolsas de basura como un
loco y se rebelaba. Entonces, desesperado, saltó hacia la calle principal donde circulaban los autos.

Uno de los hombres se sintió avergonzado e intentó atraparlo, pero antes de llegar a su cuello, Mongryong
fue más rápido. Paang- se sintió el sonido de una bocina y un enorme tráiler pasó justo en frente de él.

Mongryong desapareció de su vista y el rostro del hombre se volvió especulativo. El resto de los hombres
también se sintieron avergonzados. Cuando el tráiler desapareció, pudieron ver a Lee Mongryong
mirándolos desde el otro lado.

El hombre que lo llamó primero por el nombre se quitó las gafas y soltó una maldición. Mongryong negó
con la cabeza de lado a lado y levantó el dedo del medio hacia él.

—¡Atrápenlo!”

Al mismo tiempo que gritaba la orden, Mongryong rápidamente se subió a un taxi. Y mientras los hombres
cruzaban la calle, el taxi partió sin que lo pudieran detener y Mongryong desapareció lentamente frente a
ellos. Al verlo escaparse, solo la desolación y la desesperación permaneció en sus rostros.
DÉCIMA HISTORIA PARTE 1

—Apesta, oh, qué es este olor.

—Lo siento. Es que toqué algo.

Mongryong rebuscó en su bolsillo. Sin importar cuánto buscó, no encontró nada para limpiarse las manos,
así que le pidió al taxista que le regalara unas toallitas húmedas. Cuando el taxista se las entregó, se limpió
con brusquedad los restos de basura en las manos.

Miró hacia atrás y vio que los hombres ya no los perseguían. —Oh, qué sorpresa. ¿Qué fue eso?

Mientras recordaba lo ocurrido hace un rato, el taxista le preguntó a dónde se dirigía. Mongryong no pudo
entenderlo de inmediato, ¿qué? Y entonces tuvo que preguntarle de nuevo.

—¿A dónde va?”

—¡Ah! Recordó que tenía prisa, así que le dijo que siguiera adelante, pero no le dijo a dónde. Pensó en
regresar a la casa nueva, pero no conocía la dirección. —Oh, como se llamaba, palacio algo.

—Ah, dilo rápido. No tengo tiempo que perder.

—En un conjunto de…Officetels… .

—¿Officetels? ¿Cuál de todos?

—Queda en la calle principal… .

—Pero hay varios de esos en la calle principal.

Demonios. Trató de recordar el nombre y la ubicación del apartamento, pero no pudo. Pensó que lo
recordaría si regresaba por el mismo camino, pero decidió darse por vencido porque pensó que iban a
matarlo.

—Si no lo recuerdas, te dejaré donde te recogí.

—No, eso no. Espere un segundo. Espere un minuto.

Pero el coche se detuvo en el semáforo. Maldito taxista, miró hacia atrás por el espejo retrovisor y notó que
estaba en toda la cebra.

—Oiga hijo de puta. ¿Por qué detuvo el coche tan cerca?


Mongryong miró hacia atrás sin darse cuenta. —Haa, su respiración se detuvo. Era el auto que había visto
antes.

—Oh, mierda.

Mongryong murmuró para sí mismo y trató de esconder su cabeza tanto como le fue posible bajando su
cuerpo. Luego, el taxista miró hacia atrás.

—¿No puedes simplemente bajarte?

—De qué está hablando, la luz está en rojo.

—No, creo que puedes bajarte. ¡Mira, está parpadeando!

Tuk-tuk, alguien golpea la ventanilla del conductor. Esa era la señal de que Mongryong estaba en graves
problemas. Era uno de los hombres que había visto antes.

Como el taxista intentó bajar la ventanilla, Mongryong le gritó que arrancara, y al mismo tiempo, se abrió la
puerta del asiento trasero. Él había estado mirando solo al frente, así que no notó al tipo que se acercaba
desde el costado.

Mongryong abrió la puerta y pateó a la persona que intentaba atraparlo, y trató de gritar para que el taxi se
pusiera en marcha, pero el hombre ya le estaba dando un montón de dinero al conductor.

El hombre que abrió la puerta del asiento trasero le agarró la pierna y aunque se resistió, lo sacó del
auto. Pam. Su cuerpo cayó al suelo de asfalto y su trasero dolió como si le hubieran dado una paliza.

Al mismo tiempo, Mongryong gira su cuerpo y libera su pie del agarre del hombre. En esa posición,
rápidamente levantó su cuerpo. Había algunos autos estacionados en la parte de atrás, pero no podía ver
quiénes estaban dentro.

La señal cambió y el taxi se puso en marcha, pero nadie en el auto de atrás asomó la cabeza. Mongryong
hizo una aproximación de la cantidad de hombres que lo rodeaban con los ojos. Afortunadamente, no
llevaban armas ni garrotes.

—Lee Mongryong. No estamos aquí para hacerte daño. Así que síguenos en silencio. No hagas un
escándalo.

Mongryong retrocede lentamente y se propone escapar de nuevo, pero siente que hay alguien a sus
espaldas. Mierda. ¿Estaban atrás?

Intenta girar su cuerpo, pero una mano grande se posa en su hombro. Estaba pensando en golpearlo con
los codos, pero un olor familiar rozó su nariz. Mongryong volvió la cabeza con un rostro deslumbrante.

La línea de una mandíbula queda atrapada en su campo de visión. Sus ojos se abrieron por sí mismos por
la sorpresa. —¿Eh? Los hombres que estaban al frente de Mongryong, se inclinaron al mismo tiempo con
los rostros asombrados. —Hyung-nim.
—¿Hyung-nim? Mongryong frunció el ceño y volvió a mirar a los hombres. Jeha movió los labios.

—Váyanse. Haré esto por mi cuenta.

***

Mongryong se sentó en el sofá de la habitación del hotel y mordió una hamburguesa. Jeha, sentado frente
a él, lo miró fijamente. Mongryong, cuya boca estaba atorada, de repente se tocó el pecho y bebió su soda.

—No me mires así. No lo sabía.

—Tú… tienes la habilidad de desobedecer a la gente… .

—No lo habría hecho, si hubiera sabido que eran tus hombres.

—No. Sé que lo harías. Porque tú… .

Jeha deja de hablar. Mongryong pregunta con una expresión curiosa. —¿por qué?

—Porque te gusta hacerme enfadar.

—Pff. Mongryong casi escupió la hamburguesa en su boca. Era divertido escucharlo. Con una sonrisa de
alegría en los labios, volvió a darle un mordisco a la hamburguesa.

—¿Te gusta?

—Um. De hecho, tenía hambre. Gasté toda mi energía mientras huía.

Mientras comía, Jeha lo fulminó con la mirada. Nunca pensó que pondría más hombres a vigilarlo porque
Ho estaba con él. Siempre hacía lo mismo. Era mejor que ellos le hubieran dicho que Seok Jeha los había
enviado.

Dicho esto, no sabía que Seok Jeha vendría. Pensó que nunca más volverían a verse.

Jeha lo miraba con indiferencia, pero no dijo nada más.

Mongryong se tragó el bocado de hamburguesa que tenía en la boca y bebió su soda. Después de eructar,
se limpió la boca con una servilleta.

—¿Pero crees que está bien que vengas aquí?


—¿Por qué dices eso?

—¿Qué se supone que debo decir si vienes aquí a pesar de que me impediste usar mi teléfono celular
en caso de que me estén escuchando a escondidas?

—Eso me tiene sin cuidado. Nadie puede rastrear mi teléfono.

—¿Y si alguien te está siguiendo?

—¿Acaso crees que soy como tú? Revisé todo antes de salir.

Jeha se encogió de hombros mientras hablaba. En realidad era una mentira. Mientras estaba en el officetel,
recibió una llamada. Le dijeron que Mongryong había salido de la casa. Él les había dicho que lo
contactaran de inmediato si algo pasaba, por lo que lo subordinados se comunicaron con él a pesar de que
era muy tarde.

Estoy preocupado y quiero verlo. Las emociones que estallaron como una ráfaga de agua se
descontrolaron en su interior. Al final, ni siquiera le informó a Doosan, e hizo que otro de sus hombres
tomara el volante.

La forma en la procedía era anormal. Esto era algo que nunca haría. Había más razones para no ir, que
razones para ir, pero pensó era capaz de soportarlo todo, porque quería ver su cara.

No sabía si Lee Mongryong sabía lo que estaba sintiendo en ese momento, pero al parecer a él solo le
interesaba comer hamburguesas. Jeha recogió unos cubos de hielo con una pinza y los vertió en un vaso. Y
luego, se sirvió un trago fuerte.

Mongryong se llevó el último trozo a la boca y ordenó descuidadamente el lugar donde había comido.
Recogió la basura, la tiró a una caneca, y luego se paró al frente de Jeha. Al ver que estaba bebiendo de
nuevo, parecía que no tenía intenciones de volver a su casa.

—¿No vas a regresar a tu casa?

—Um. Dormiré aquí y volveré mañana.

—Oh, ya veo. Mongryong recogió la chaqueta que se había quitado. Jeha levantó la cabeza y lo miró.
Como él no tenía nada más que decirle, se puso la chaqueta dispuesto a marcharse.

—Entonces, que pases una buena noche. Vuelve con cuidado mañana.

¿Debo decirle algo más? Mientras Mongryong meditaba un rato, Jeha puso el vaso sobre la mesa y se
incorporó. Mientras Mongryong buscaba algo dentro de su chaqueta, él se acercó y se detuvo justo delante
de su nariz.

Mongryong levanta los ojos para ver qué está pasando, pero Jeha envuelve su cabeza con su mano y tira
de ella. En un instante, los labios se superponen y se frotan. Cuando Mongryong abre la boca, Jeha empuja
su lengua un poco más adentro.
Moviendo la cabeza de un lado a otro, le dio un beso profundo.

Una respiración entrecortada, fluye a través de los labios que se apartan. Mongryong parecía frustrado. —
Jaja, Jeha sonríe juguetonamente. Pero inmediatamente, frunce el ceño.

—Oye, ¿A qué hueles? Es como el olor de las alcantarillas… .

—¡Ah! Entonces Mongryong olisqueó su chaqueta. Supuso que al lanzar la basura, esta estalló y salpicó su
ropa.

Mientras sonreía y se burlaba de su suerte, el rostro de Jeha se arrugaba cada vez más.

Jeha se limpió labios con los que lo había besado hace un momento, con el dorso de la mano y masculló
una pequeña maldición. Mongryong entrecerró los ojos y se quejó del olor.

—Báñate primero.

—Entonces iré a casa a lavarme.

—No me hagas enfadar y báñate aquí. Hueles terrible.

Mongryong volvió a poner la nariz en su brazo y se olió. Frunció el ceño sin darse cuenta. No se había dado
cuenta porque estaba huyendo a toda prisa, pero el olor era terrible.

Jeha se acercó y lo empujó hacia el baño. Aunque pensó que todo había acabado, comprendió que era un
estúpido por creerlo. Por eso se vio obligado a dejarse llevar por la situación.

—Ordenaré que te preparen algo más, así que báñate primero.

****

Después de ducharse y ponerse una bata, Mongryong salió del baño y se detuvo. Fue porque al salir, se
encontró con la enorme figura de Ho agachada en la entrada.

Mongryong se acercó a él. La cara de Jeha le indicaba que Ho todavía estaba siendo regañado.

—Ho… ¡Ho hyung…! Se que te sorprendí…porque me fui sin decirte nada. Jaja.

La atmósfera era sepulcral. Mongryong puso los ojos en blanco y comenzó a buscar la ropa que se había
quitado antes, pero no pudo encontrarla. Jeha le preguntó por qué la estaba buscando, y Mongryong le
respondió que debería irse a casa porque ya se había bañado.

—Hoy dormirás aquí. Baek Ho, ya puedes irte.


—¿Qué? Mongryong abrió mucho los ojos y lo miró. Ho se incorporó, dio un paso atrás y salió de la
habitación. Mongryong se sintió incómodo cuando vio su apariencia deprimida.

—Ho hyung…uh…lo siento.

Sin darle respuesta, Ho cierra la puerta y desaparece sin mirar atrás. Mongryong sabía la razón. Era obvio
que Ho estaba en problemas, porque él se había escapado, para deambular por las calles sin motivo
alguno. Pero mientras pensaba en lo arrepentido que estaba, una mano toca la parte superior de su bata.

—No quiero imaginarlo. ¿Te gustaría mostrármelo todo?

Mientras le abría la bata, Jeha le hablaba casualmente, pero con una voz muy profunda.

Mongryong entrecerró los ojos y dio un paso atrás. Su discurso era frío, pero sus acciones eran tan
amistosas como siempre. Ante su estado de ánimo vacilante, Mongryong mira a su alrededor y comienza a
buscar su ropa de nuevo. Jeha, que lo mira, le pregunta por qué la sigue buscando.

—Tengo que ir a casa.

Le dijo que durmiera allí, pero ahora le dice que tiene que volver a casa como si se le hubiera olvidado. Se
sintió estúpido por haberse preocupado. No tenía caso que hubiera venido corriendo a verlo.

—¿A qué casa te refieres?

—¿Eh? A la casa que tú buscaste. Cuando lo miró perplejo, Jeha se volvió fingiendo no saberlo y comenzó
a empujar su espalda hacia el sofá.

—Duerme conmigo hoy.

Mongryong apartó su mano. Los ojos de Jeha se elevan.

—¿Por qué?

—¿Qué?

—¿Por qué tengo que dormir aquí?

—¿Cuál es la razón por la que no puedas hacerlo?

Mongryong pensó en ello. No había una razón para no dormir con él, pero se casaría pronto de todos
modos, así que pensó que no debería hacerlo. Aunque se consideraba una persona a la que nunca le había
importado la moralidad, de alguna manera esa situación lo molestaba.

—Ya lo sabes…tú vas a casarte… .

—Eso no te importaba antes.

—Lo harás pronto, así que sí me preocupa.


—No te preocupes por eso. Todavía no lo he hecho.

Mongryong pensó en lo que él quería decir. ¿Se ha retrasado el matrimonio? Entonces, ¿por eso viniste
a buscarme? ¿Quieres que nos divirtamos hasta entonces?

—Sinceramente, no sabía si volvería a verte.

—¿Por qué?

—Solo lo pensé. Entonces…para ser más honesto, es un poco sorprendente que hayas venido aquí.
Pensé que nuestra relación había terminado.

Jeha tenía un aspecto un poco deprimido y misterioso. Pensó que le había expresado sus sentimientos el
día antes de la ruptura, pero estaba claro que Lee Mongryong nunca se había tomado en serio esa relación.

No esperaba que saltara de felicidad cuando lo viera, pero se ofendió al recibir tal tratamiento. A diferencia
de él, Lee Mongryong pudo haber pensado en divertirse un rato y luego abandonarlo.

Al no poder controlar la sensación de vértigo que lo invadió, sostuvo el brazo de Mongryong. Y al ver que
su expresión estaba empeorando, Mongryong le hizo una pregunta con una cara ligeramente perpleja.

—Solo tengo curiosidad, ¿viniste a verme porque me extrañabas?

Mientras Jeha lo miraba con la boca cerrada, Mongryong repite la misma pregunta.

—¿Me extrañaste?

Solo dices lo que te da la gana sin consideración, no eres más que un psicópata rosa.

—¿No?

—Piensa lo que quieras.

Mongryong hizo una mueca estúpida con la boca ligeramente abierta. Jeha, que parecía tranquilo, le suelta
el brazo y camina hacia el sofá.

Mongryong miró hacia atrás y se acercó lentamente a él. Mientras se sienta en el sofá de enfrente, se frota
la cara como si estuviera cansado.

—Ordené que lavaran tu ropa. Les pedí que te compraran ropa nueva, pero se demorará un poco
porque ya es tarde. Quería enviarte a casa de inmediato, pero como no tienes ropa para ponerte, por
eso te pedí que te quedaras.

En ese punto, volvió la mirada hacia la bata blanca que llevaba Mongryong.

—¿Te importaría irte solo con eso?

—¿Estás loco?
—¿Y qué tiene de malo? No creo que sea tan extraño.

Mongryong no parecía preocupado. Jeha afiló los dientes. Luego cerró la boca, cuando lo vio
contemplando la idea de marcharse. Parecía que realmente no le importaba salir en bata. Lee Mongryong
todavía era un bastardo.

Ambos guardaron silencio. Jeha se dedicó a beber alcohol y Mongryong lo miró sin ningún propósito.
Entonces, su camisa le llamó la atención. Era inusual que fuera tan distraído. ¿Has salido de casa a toda
prisa?

—Hmm. Después de comprobar la hora primero, Mongryong levantó los brazos y se estiró. Como había
corrido antes, se sentía un poco cansado. Se preguntó si debería irse o no.

—¿Entonces no viniste porque me extrañabas?

Jeha solo lo miró mientras sostenía el vaso, sin decirle nada. No tenía necesidad de venir. El deseo de su
corazón había desaparecido. Así que nunca se lo diría.

—Por favor respóndeme.

—Te dije que pensaras lo que quisieras.

Después de hablar, vuelve a llenar el vaso. Los fuertes músculos de su brazo se retorcieron bajo la camisa
ligeramente enrollada. Los tendones de sus dedos despertaban lujuria. Después de no haberlo hecho por
un tiempo, su trasero se contrajo como si lo deseara. Mongryong levantó la mirada y la fijó en el rostro de
Jeha, que parecía muy enojado.

—Seok Jeha.

—Qué.

—Si viniste porque me extrañabas…entonces, quiero que me la chupes.

Jeha, que sostenía el vaso, abrió los ojos con una expresión de asombro.

—Si lo haces, dormiré contigo.

Mientras Jeha lo miraba fijamente, Mongryong fingía hurgar en su oreja. —Está bien, no tienes que
hacerlo, dijo y se levantó. —Bueno, me voy.

Entonces, realmente se dirigió hacia la entrada. Jeha se levantó de un salto y luego dio un paso adelante.

Mongryong se volvió al escuchar el sonido de sus pies. El rostro que se acercó a él se veía furioso.

Como pensó que iba a golpearlo, trató de alejarse, pero de repente, Jeha lo detiene. Y aunque Mongryong
no era un hombre de baja estatura, Jeha simplemente lo agarra y gira su cuerpo como si fuera liviano y lo
coloca sobre sus hombros.
Mongryong gritó de miedo.

—¡Oye! ¡Déjame!

—Cállate.

—¡Oh! ¡Sé que fue un error! ¡Bájame! ¡No me tires por la ventana! ¡Ahhh!

—Cállate.

—¡No me tires! ¡Por favor!

Paf. Mongryong cayó sobre la cama. Su cuerpo rebotó un par de veces. Mientras trataba de levantarse,
Jeha rápidamente se le subió encima, y sostuvo sus hombros para que no pudiera moverse.

—¿Qué pasa?

—Me pediste que lo hiciera.

—¿Lo harás? Preguntó Mongryong con una cara perpleja. Solo lo había dicho en broma, ya que quería
molestarlo, al verlo sentado con esa cara desagradable.

—Si me lo pides, tengo que hacerlo.

Mongryong se sintió en conflicto. Le había pedido que le hiciera como una broma, pero ahora se
preguntaba si era lo correcto. En ese punto, se sintió arrepentido de nuevo pero presintió que tampoco
quería que se detuviera.

La mirada de Jeha toca sus labios, su barbilla y su cuello al mismo tiempo. Tragó en seco. Mongryong se
lamió el labio inferior, mientras agarraba su bata y comenzaba a abrirla.

—No me negaré, porque dijiste que lo harías.

Jeha sonrió. Era normal que Lee Mongryong se comportara de esa manera.

—Voy a ver que tan bien lo haces.

—Haré lo suficiente para que no salgas de aquí hasta mañana.

Mongryong aflojó su frente y movió su cuerpo hacia arriba. Mientras separaba sus piernas, la bata se
deslizó, revelando su cuerpo desnudo. Los ojos de Jeha brillaron de lujuria. El pene, que apenas comenzaba
a erigirse, estaba sobre su pierna.

—Pruébalo.

Una esquina de sus labios se levantó. Jeha bajó la cabeza y besó su pecho. Mongryong se humedeció los
labios y miró hacia el techo.
Chup, chup, el extraño sonido de la carne frotándose con los labios, llenó la habitación del hotel. Sus
labios bajaron gradualmente. Fueron desde el ombligo, hasta la parte inferior de su abdomen y luego
tocaron su pene, que había comenzado a hincharse.

—Ah.

Mongryong suspiró y se impulsó con los dedos de los pies. Jeha se sacó el pene de la boca y lo miró. Sus
orejas estaban rojas y jadeaba mirando hacia el techo.

—Lee Mongryong.

Al escuchar su voz, Lee Mongryong, volvió la mirada hacia abajo. Sus ojos estaban nublados y emitían una
extraña sensación.

—Mírame.

Mongryong comprendió lo que le dijo y asintió. Jeha volvió a meter el pene en su boca, mientras él lo
miraba fijamente.

El pene, que había entrado y salido de la boca de Jeha varias veces, brillaba con saliva. Chup, chup, la carne
se frotaba contra la mucosa de su boca y emitía un sonido lujurioso. Mongryong sintió que pronto iba a
correrse. Pero de repente, Jeha saca el pene de su boca y lame el pilar. Luego baja y frota sus testículos con
la punta de la lengua.

—En la boca…Ah.

Pero incluso, ante su tono atrevido, Jeha sigue estimulándolo en el mismo lugar. Como Mongryong no
pudo soportarlo, le agarró el cabello con los dedos.

—Date prisa…Ugh… .

Los testículos entraron en la boca y Mongryong gimió. Las manos de Jeha, que mantenían sus piernas
abiertas estaban tan calientes, como si ardieran. Y de repente, agarró sus piernas con fuerza y las abrió
mucho más.

—Ugh… .

Al ver su expresión, Mongryong no pudo soportar la avalancha de sensaciones que lo invadieron y se


corrió. Jeha se tragó todo el semen que brotó de su pene de inmediato.

DÉCIMA HISTORIA PARTE 2


Cuando Mongryong se despertó, era un poco más de las 7. No vio a Jeha por ninguna parte. Un gemido se
le escapó mientras se levantaba. Pensó que todo su cuerpo se había derretido y convertido en helado por
lo mucho que él lo había mordido y chupado cuidadosamente toda la noche.

Cuando volvió la cabeza, encontró una nota en la mesita junto a la cama. Su expresión al recogerla fue
extraña.

[Sucedió algo, por eso tuve que irme primero. Ordené comida para ti, así que cómela. El problema se
resolverá a las 11 en punto. No te metas en problemas, espera en silencio.]

Que espere. ¿Que siga esperando? También hice eso la última vez. ¿Estás pensando en regresar?
Miró a su alrededor, pero no había señales de estuviera allí. Se siente triste por nada. Yaciendo en la cama,
recordó la historia de amor de anoche.

A pesar de no haber descansado en toda la noche, su pene se pone duro rápidamente. Metió la mano
dentro de su bata. Recordó la forma en que la boca de Jeha lo había chupado innumerables veces. En la
mano, su pene aumentó de tamaño. Lo frotó de arriba a abajo. El sonido de su respiración se volvió más
áspero.

—…Ah… .

Su espalda se sacudió sin darse cuenta. En medio de su excitación, recuerda el sonido de la respiración de
Jeha. Incluso su beso largo y profundo. El movimiento de su mano se aceleró gradualmente. El grado en
que su espalda temblaba también era cada vez más acelerado.

***

El presidente Seok abrió el periódico de la mañana y se llevó un cigarro a la boca. Junto a él estaba su
secretario Kim. Cuando el presidente Seok le dio la vuelta al periódico, se quejó de que no sabía por qué el
país era un desastre.

—¿Entonces? Jeha vendrá.

—Sí, ya debería haber llegado.

El presidente Seok dobló el periódico que sostenía y lo colocó como si lo tirara a un lado. Mientras sostenía
un puro grueso, exhalaba humo.

—Maldición.

—¿Qué tengo que hacer?

—Espera por ahora. Debemos tomar medidas enérgicas para que el Director Park no se entere de
eso.

—Sí, presidente.
—¡Tch! Aunque se lo advertí. ¿Acaso no sabe que está cavando su propia tumba al atreverse a ir allí?
De todos modos, no me gusta nada lo que está haciendo en estos días. Parece que tuviera la
intención de hacer todo lo que no ha hecho en la vida antes del matrimonio.

El secretario Kim se rió levemente para no ofender al presidente.

—Tan pronto como termine la boda, inicia el proceso de sucesión. Jeha trabajó duro por eso
también. Si sus responsabilidades de liderazgo se vuelven pesadas, ya no se sentirá inútil. Lo conozco
bien. Porque él es mi hijo.

El secretario Kim abrió la boca con cuidado mientras hacía una expresión estúpida.

—Qué haremos si algo ocurre, presidente.

No pudo conectar las palabras. Al hacerle esa pregunta, el secretario abrió la posibilidad de que el
presidente comenzara a dudar. A juzgar por algunas situaciones, tal vez no fuera…

—Si el Director Seok…toma la decisión de no casarse… .

El secretario Kim dejó de hablar. La expresión del presidente Seok rápidamente se volvió fría. No lucía
como el padre preocupado por su hijo de hace un momento. La expresión fue lo suficientemente terrible
como si su intención fuera matar a cualquier persona que pasara frente a él. El secretario Kim negó con la
cabeza de inmediato.

—Lo siento.

El presidente Seok estaba mordiendo la punta del puro como si fuera a comérselo, luego lo sacó de su
boca y suspiró brevemente.

—Entiendo. No tienes que pensar demasiado en eso.

—… .

—Confío en que todo saldrá bien.

—Bien.

—Lo conozco mejor que nadie. Nunca ha estado en contra de mi voluntad y nunca me engañaría.
¿Por qué lo haría por un tipo como ese? ¿Crees que abandonaría a Ilsung por ese bastardo? Ja, el
solo hecho de pensarlo es gracioso.

—Lo siento, presidente. Cometí un error al preocuparme por eso.

El presidente Seok agitó la mano diciendo que no se disculpara por eso. El secretario Kim mantuvo la boca
cerrada. Sin embargo, ni siquiera podía borrar sus preocupaciones al ver la expresión del presidente Seok,
quien parecía estar furioso.

En el pasado, pensó que no le importaba cuál de los dos hijos heredara la presidencia de Ilsung, pero
cuando se hizo cargo del trabajo, no había nadie que pudiera superar a Jeha.

Fue una lástima que se alejara de la imagen de una empresa de mafiosos y tomara la forma de un negocio
que parecía un poco más rentable.

—Pero debes actuar si algo sucede.


El secretario Kim, que estaba recopilando documentos, dejó de trabajar. Los ojos del presidente Seok
brillaron inquietantemente como una espada.

—Si… .

Los ojos del presidente hablaban con claridad. —Mátalo. Acaba con él.

El secretario Kim pensó por un momento e inmediatamente bajó la cabeza. —Sí, presidente.

El humo del cigarro llenó la habitación. Y en medio del humo, los ojos del presidente Seok expresaban
emociones complejas de muchas maneras.

****

Ho puso una cara de incredulidad mientras veía a Mongryong comiéndose un haejangguk. Sabía que había
desayunado en el hotel, pero en el camino le pidió que pasara por ese restaurante, luego puso dos
cucharadas de arroz en la sopa y ahora estaba comiendo como un loco.

—Por favor, come un poco también, hyung.

—Realmente eres jodidamente bueno para comer, hombre.

Mongryong se rió mientras se tragaba la sopa que tenía en la boca.

—Ah, ¿por qué dices eso? ¿Todavía estás enojado? Te dije que lo lamentaba. Solo estaba tratando de
tomar aire un rato.

Mongryong le dijo que no se enojara con él y le pidió perdón de forma rápida. Mientras fruncía el ceño, Ho
pensaba que estaba harto de eso. Si se hubiera escapado, Jeha lo habría matado de un disparo en la
cabeza o cortándole el cuello.

—No vuelvas a hacer eso. Hyung-nim me mataría.

—¿De qué hyung hablas? ¿Quién te va a matar?

—¿De quién crees que estoy hablando?

Mongryong se ríe y agrega otra cucharada de arroz. Ho hizo una mueca ridícula.

—¿No desayunaste en la habitación del hotel?

—Comí, pero esa comida…uh, no me gustó mucho. Prefiero comer algo de mi gusto.

Al parecer, todavía no tenía consideración con Seok Jeha.

—Al verte comiendo así, cualquiera pensaría que estás embarazado.

Al escuchar sus palabras, Mongryong hace una pausa y pone los ojos en blanco. Luego comienza a contar
con sus dedos. Ho lo miró de forma absurda. Era inevitable, al verlo comprobar la posibilidad de un
embarazo.

—Debes estar loco.

—Si estoy embarazado, entonces ¿me convertiré en el cuñado de Ho hyung?


Ho hace una mueca. Cuando le dice que se detenga, Mongryong se ríe como si fuera divertido burlarse de
él.

—¿A qué horas se fue tu hyung-nim?

—No lo sé. Oh, esto está muy caliente. No estaba allí cuando me desperté.

—Ya veo. Ho asintió. Magang, su segundo hermano, le dijo que la situación no era buena en ese
momento. Puede ser por eso que Jeha tuvo que irse rápidamente.

Por supuesto, gran parte de la culpa de eso la tenía ese tipo sentado frente a él, que está comiendo sopa
vorazmente. Cuando lo piensa, se siente un poco mal.

—No te quedes mirando, come. Yo te serviré.

—¿Eres capaz de comerte todo eso?

—No lo sé. Mongryong toma otra cucharada grande y se la lleva a la boca. Ciertamente, su expresión se
había vuelto más brillante después de que Jeha vino. Hasta ayer, había estado sentado como una estatua.

—¿Qué vas a hacer hoy?

—No tengo nada que hacer todavía ... ¿por qué? ¿Me seguirás?

—Debo hacerlo. Porque estoy ansioso.

—¿Soy una molestia?

—Joder, cualquier niño de primaria lo entendería.

—¿Entonces quieres que sea como un perro?

—Un perro no me escucha como tú, bastardo.

—Oh, de veras lo siento. No volveré a hacer lo mismo que ayer.

—Prefiero confiar en Park Yong-moon, en lugar de confiar en ti.

—¿Quién es Park Yong-moon?

—Santo Dios. Un maldito estafador. Ese tipo se escapó con mi dinero.

Ante eso, Mongryong sonrió abiertamente, tomó la carne del haejangguk y se la puso en la boca. Saca
el kkakdugi rojo con una cuchara, se lo mete en la boca y se lo come con gusto.

Luego, su mirada se dirigió al calendario que estaba en una pared. Dentro de poco sería Año Nuevo.
Recordó las palabras del señor Kim cuando le dijo que fuera a comer sopa de arroz. Metió la mano en el
bolsillo y miró a Ho.

Cuando Mongryong lo miró, Ho le preguntó qué quería.

—¿Puedes prestarme el teléfono, hyung?

—¿Para qué?

—En realidad, creo que debería contactar al Señor Kim. Él me invitó a comer en su casa el día de Año
Nuevo.
—Si no vas, yo le informaré.

—No me gusta quedar mal con la gente.

—¿No te da vergüenza decir eso?

—Oh, por favor. Préstamelo.

Cuando se pone nervioso, se le olvida que después debe pagar el precio.

—Por favor, solo quiero decirle que no podré ir. ¿No crees que es de mala educación no avisarle?

Mongryong suspiró como si se hubiera resignado. Pero comenzó a quejarse de que tal vez le habría pedido
a Seok Jeha que se le prestara ayer si hubiera sabido que él se negaría. Y como si no quisiera escuchar sus
reproches, Ho sacó el teléfono de su bolsillo y se lo entregó a Mongryong. Este lo recogió rápidamente
cuando su tez se volvió sombría.

—Si buscas Señor Kim, te saldrá su contacto.

Cuando Mongryong escribió el nombre de Junyoung, enseguida apareció como Seok Junyoung. Le sonrió a
Ho y le envió un mensaje a Junyoung diciéndole que había llegado bien, y que no debía preocuparse.
Luego, también le envió un mensaje al Señor Kim diciéndole que no podría ir al día de Año Nuevo.

Ho, que estaba mirando al frente, extendió la mano.

—¿Qué es lo que sigues enviando? Devuélvemelo, hombre.

Mongryong borró apresuradamente el historial del mensaje que le había enviado a Junyoung.

—Es por un error tipográfico. Espera. Solo necesito enviar esto.

—¿Por qué eres tan lento? Dámelo rápido.

A pesar de su temperamento, Mongryong le devolvió el teléfono a Ho. Y él recibió el historial de mensajes


enviados. Cuando confirmó que se lo había enviado al Señor Kim, se rascó la nariz. Después de un tiempo,
llegó un mensaje del Señor Kim. Su respuesta fue que fuera a visitarlo cuando tuviera tiempo.

—El Señor Kim dice que lo visites después.

—La verdad no entiendo por qué le caigo bien. Debo gustarle mucho.

—Hombre, no es por eso que le gustas. Tal vez sea porque te pareces a su hijo muerto.

Ante esas palabras, Mongryong arrugó las cejas. Recordó al dueño de la habitación donde se estuvo
quedando un tiempo. El hijo que murió cuando era niño en un retiro o algo así. Había una foto en el
escritorio, pero no pensó que se pareciera a él.

—Ah, no es cierto. Probablemente no es así. ¿Por qué dices que me parezco a él? Yo luzco mucho
mejor.

—¿Acaso estás enfermo principito? Y estos no son mis pensamientos, sino los pensamientos de
hyung-nim.

—¿Hyung-nim? ¿Hablas de Seok Jeha?


—Huh. Doosan parece haber estado bebiendo y hablando de algo similar con él. Magang hyung dijo
eso.

¡Ah! Era cierto que eran cercanos en su infancia.


—Ya te lo había dicho. Eran muy cercanos. Entonces, durante un tiempo después de la muerte de su
hijo, cerró la boca como si estuviera mudo y no habló. Piénsalo, ¿qué crees que sintió hyung-nim?

Mongryong entrecerró los ojos. De repente le vino a la mente la letra que leyó en la carta de amor que
encontró en esa habitación, y sus estómago se sintió extraño. Empezó a pensar que la S escrita al final de la
carta, tal vez era la S que él conocía.

N.T Haejangguk: (en coreano significa “un caldo para expulsar la resaca”, a veces es denominada como
sulguk: 술국)

Kkakdugi: es una variedad de kimchi en la gastronomía de Corea.

***

Jeha entró en el restaurante. Siguiendo la guía del camarero, abrió la puerta de la sala VIP y vio a una mujer
bien vestida sentada.

La mujer de traje, con su cabello largo elegantemente rizado, parecía fría, pero cuando vio que Jeha había
llegado, cerró los ojos y sonrió.

Jeha le entregó su abrigo al camarero.

—Ordené la comida. ¿Estás de acuerdo?

Preguntó la mujer y Jeha asintió. Cuando el camarero terminó de despedirse, solo quedaron dos personas
en la habitación. La mujer se cruzó de brazos y miró a Jeha de arriba abajo.

—No te he visto desde hace unos meses y cada vez te ves mejor.

—Han pasado 2 meses.

Ante eso, la ceja de la mujer se elevó. Hizo una expresión ridícula. Han pasado exactamente cinco meses,
pero al parecer, él ni siquiera recuerda la fecha en que ella se fue.

La mujer era Park Nakyung, la hija del Director Park, quien ha construido una confrontación con Jeha, pero
a diferencia de su padre, ella y él han mantenido una buena relación desde la infancia.

Para ser precisos, ella lo adoraba. Entonces, cuando salió a la luz la historia de su matrimonio con la hija del
presidente Kim, abrazó a su padre y lloró en voz alta. El director Park le dijo eso. El problema era el corazón
del presidente Seok. La principal razón fue que él no podía aceptar a la hija del director ejecutivo Park, que
era su subordinado, como su nuera.

—Sigues siendo insensible.

—Lo siento. En estos días no llevo registro del tiempo.


—Ya veo. Parece que solo tienes tiempo para preocuparte en ir a una cita con tu lindo cachorrito.

Ante las palabras que mezclaban sarcasmo y sinceridad, una ceja de Jeha se arrugó. El cachorrito al que se
refería Nakyung parecía ser Lee Mong-ryong. Había rumores por todas partes, así que pensó que sería más
fácil encontrar a alguien que no lo supiera.

—¿Sarah está muy preocupada?

Apuesto a que sí. Una esquina de la boca de Jeha se elevó bruscamente. Ella debe estar preocupada de
que su esposo se escape de nuevo, ya que él es un hombre que no se preocupaba tanto por su hermana
como por sus uñas. Jeha lo sabía mejor que nadie. Todos en esa familia eran así.

—¿Pero por qué me pediste que viniera aquí?

—Nada especial. Ha pasado mucho tiempo desde que vi tu cara.

—Mentiroso.

—Parece obvio.

—¿Cuál es el propósito?

—¿El propósito? No es demasiado.

Nakyung se reclinó en su silla. Era una mujer hermosa de rasgos claros, pero sus ojos se parecían mucho a
los de su padre.

—Si es por las acciones que tengo, te lo diré de antemano, ni siquiera lo sueñes.

El rostro de Jeha no cambió. Por el contrario, una suave risa salió de su boca.

—De todos modos, mi propuesta es asombrosa.

—No creo que lo sea, ya que imagino lo que quieres hacer con esas acciones.

Jeha asintió nuevamente con una cara casual. El cuchillo estaba dirigido a su padre, pero ¿quién estaría
dispuesto a clavárselo en la espalda? Sin embargo, a veces el poder y la riqueza eran más fuertes que los
lazos de sangre.

—Quiero decir, voy a hacerte una oferta.

Ella sacudió la cabeza. La intención de detenerlo de antemano era clara.

—No, no voy a escucharte.

—¿Aunque sea una oferta muy atractiva?

—Detente.

—La posición de tu padre.

—Para.

—Te lo voy a dar.

Sus ojos se abren y luego se encogen de nuevo a su tamaño original. Con un largo suspiro, negó con la
cabeza como si fuera algo ridículo. Murmuró para sí misma que él estaba loco.
—¿No te gusta la idea? De todos modos, es solo cuestión de tiempo antes de que tu padre pierda su
posición.

—¿Estás amenazándome? Puedo ir a ver a mi padre y contarle lo que acabas de decirme ahora
mismo.

Jeha se rió lentamente de esas palabras. Esta vez se apoyó en la silla y se cruzó de brazos. Le pareció que
tenía una oportunidad de convencerla. Pero en ese momento, ella lo miró asombrada.

—¿Me estás animando a clavar un cuchillo en la espalda de mi padre?

—No te hagas la tonta y actúa como tú.

—¿Cómo yo?

—Solo piensa en tus intereses. ¿Acaso crees que tu padre estará ahí para siempre? No, incluso si se
retira, no heredarás su posición. Tú lo sabes bien.

Las puntas de los labios apretados de Nakyung se movieron con fuerza. Sabía bien que la oportunidad
nunca le llegaría teniendo tres hermanos. Pero ese deseo siempre acechaba en su corazón. Era el ego de
que podía hacerlo mejor que la mayoría de los hombres. Mientras pensaba en silencio, se tocó los labios y
suspiró brevemente.

—Si entro en Ilsung, ¿no intervendrían los demás accionistas?

—No te preocupes, lo haré por mi cuenta.

—Tú mismo… ¿En serio?

—Por supuesto. Jeha se rió amablemente. El rostro de Nakyung, que se había endurecido, se relajó un
poco. Ella le respondió que debería pensar en ello, pero ya se estaba dibujando una imagen diferente en su
cabeza.

DÉCIMA HISTORIA PARTE 3

Hyeyoung estaba sentada en la cama de la habitación del hospital leyendo un libro, pero alguien abrió la
puerta. La mujer con el uniforme de enfermera no era la persona que estaba a cargo de ella hasta ayer.

Hyeyoung, que estaba mirando el libro, la observó. Su rostro se endureció como si estuviera un poco
nerviosa ante la visita de una extraña. La enfermera sacó el humidificador y se movió suavemente.

—… ¿A dónde fue la persona encargada de esta habitación?

—Ah, hoy tiene algo que hacer en casa, así que pidió permiso.

—¡Ah! Okay. Hyeyoung se retractó de sus dudas y volvió su mirada hacia el libro. La enfermera abrió la
cortina y miró hacia afuera.
—Oh, hace un bonito día después de mucho tiempo. El clima no está demasiado frío.

Hyeyoung apartó la mirada del libro y miró hacia la ventana. La mujer alzó más la cortina y sonrió feliz.

—¿Te gustaría salir a tomar aire fresco?

Hyeyoung parecía preocupada. Esto se debe a que le advirtieron que no saliera de la habitación. Además,
ayer sintió dolor en sus tobillos cuándo se levantó de la cama y sus piernas se doblaron.

Le dijo a la enfermera que no podía moverse sin una silla de ruedas. Pero ella le respondió que se
encargaría de empujarla. Al ver que Hyeyoung no rechazaba su ofrecimiento, la enfermera sonrió feliz y le
dijo que podrían salir cuándo a ella le apeteciera.

Hyeyoung vuelve a mirar por la ventana. Pensó que tal vez, estaba preocupada por nada.

—¿De verdad puedo salir?

—Qué frustrante debe ser para una joven estar encerrada en una habitación de hospital todo el
tiempo. Te ayudaré a empujar la silla de ruedas, así que puedes hacerlo.

Hyeyoung vaciló y asintió diciendo que lo haría. También dijo, que Mongryong vendría en un rato, así que
estaba bien salir antes de que él llegara.

La enfermera trajo la silla de ruedas. Hyeyoung se bajó con cuidado de la cama con su ayuda y se subió a la
silla.

Entonces, la enfermera le cubrió las piernas con una manta gruesa y le ayudó a ponerse un abrigo sobre la
ropa de hospital. Luego empujó la silla de ruedas hacia la puerta.

Cuando abrió la puerta, los dos hombres que custodiaban al frente miraron hacia adentro para ver que
estaba pasando. Hyeyoung les preguntó si podía salir a tomar un poco de aire fresco.

Los hombres intercambiaron miradas. Luego miraron alternativamente a Hyeyoung y a la enfermera que
estaba detrás de ella, y cuando vieron su carnet de identificación asintieron.

—Pero no vayan muy lejos.

La enfermera sonrió alegremente.

—Solo daremos una vuelta y regresaremos. Tardaremos unos 20 minutos.

Hyeyoung salió de la habitación. La silla de ruedas se movió lentamente por el pasillo. Y durante todo el
trayecto, Hyeyoung conversó con su enfermera.

Al verlas, los dos guardias parecían tranquilos, y se quedaron parados en la misma postura de siempre
frente a la habitación.

***

Mongryong paseaba frente a una floristería. Ho estaba junto a él. En ese momento, el celular que llevaba
en el bolsillo sonó. Mongryong confirmó el número. Era Seok Jeha. Se llevó el teléfono a la oreja, mientras
miraba las flores.

—¿Hola?
[Soy yo.]

—Lo sé.

[Este niño.]

Mongryong se burló y se rió. Con un gesto hacia el empleado de la floristería, señaló un ramo de fresias
amarillas. Cuando le dijeron que costaba 15.000 wones, sacó su billetera del bolsillo y le entregó 20.000
wones.

[¿Saliste?]

—Sí. Voy de camino a ver a mi hermana.

Miró su reloj. No fue hasta ese momento que recordó que su hermana siempre lo regañaba porque ya no
iba a visitarla al hospital a menudo, por eso le pidió que no la olvidara y la visitara de nuevo.

[¿En dónde estás?]

—En la floristería.

[¿Floristería?]

La voz de Jeha sonó muy disgustaba cuando dijo la palabra floristería. Se escuchó un sonido sarcástico en
el teléfono.

[Lee Mongryong y flores. Te queda muy bien.]

Mongryong preguntó, como si lo que escuchó fuera algo inesperado. ¿De Verdad?

[Bueno. Te quedan bien las cosas locas como las flores. Deberías ponerte una en la cabeza. Lucirías
perfecto.]

—¿Estás celoso?

[Claro que no. Deja de correr como una cucaracha sin motivo, pasa por el hospital y luego vete a
casa. ¿Entendiste?]

Por analogía, era una cucaracha. Tenía razón, estaba celoso. Mongryong tomó la fresia, se la puso en la
punta de la nariz y la olió.

[¿Me estás escuchando?]

—Estaba oliendo las flores.

Era sarcástico cada vez que se sentía atrapado. Mongryong se rió de sus palabras. El clima estaba
despejado y el cielo lucía brillante, y por ende, hoy se sentía bien. Tengo que caminar por las calles con
alguien que me guste en un día como este…
Luego miró a Ho, que lo acompañaba. Él estaba olfateando un arbusto con la nariz a un lado del jardín.

[Pasa por el hospital y entra inmediatamente.]

—Está bien.
[No cometas errores.]

—Entiendo.

Entonces, solo se escuchó su respiración por un momento. Mongryong también guardó silencio. Su mirada
se quedó fija en el lirio blanco que estaba a un lado. Pensó que iría bien con Seok Jeha.

[… Cuelga.]

Mongryong respondió un latido más tarde.

—… bueno.

Colgó el teléfono sin decirle más nada. Luego miró el celular apagado por un momento. Desde hace rato se
estaba mordiendo los labios sin motivo, en caso de que se arrepintiera de decir algo.

Se metió el celular en el bolsillo y llamó a Ho, que estaba distraído mirando las flores del jardín.

—Hyung, vámonos.

Ho levantó la mirada y asintió, recogiendo una maceta. En ella había flores pequeñas y modestas que no
coincidían con su personalidad. Mongryong le pregunta si la va a comprar con cara de desconcierto. Ho
respondió.

—Me gusta el aroma.

Mongryong se rió. De todos modos, secretamente él era como una niña.

Saldré después de pagarla. Al salir de la floristería, caminaron con las flores en las manos. Después de
caminar un rato, vieron al hospital. Ho, de pie junto a él, levanta la maceta y le pregunta, cómo le dijo el
empleado que se llamaba la flor.

Mongryong inclinó la cabeza. —Dijo algo, pero no lo recuerdo.

Ho lamentó haberse ido sin preguntar. Y de repente, aparta la mirada de la maceta al ver que algo raro
estaba sucediendo al frente y luego abre los ojos de par en par.

—¡Oye, oye! ¡Tú!

Mongryong instintivamente giró la cabeza hacia el mismo lado. Su rostro pronto se volvió pálido. Esto se
debe a que dos hombres arrastraron a Lee Hyeyoung en una silla de ruedas y la colocaron dentro de una
camioneta negra.

—Mierda. Mongryong arrojó las flores al suelo y corrió por la autopista de inmediato. Kiip- Un auto en
marcha se detuvo justo frente a él. Sin preocuparse por eso, saltó sobre el separador central con la mano.
En ese momento, la camioneta arrancó.

Corrió tras ella con todas sus fuerzas. Pudo ver el rostro de Hyeyoung mirándolo desde la ventana. Corrió
hasta el punto de vomitar, pero no pudo alcanzar el auto.

La camioneta giró en una esquina y desapareció. Y finalmente colapsó.

Jadeó para tomar oxígeno. Sus pulmones estaban a punto de estallar. Mientras tanto, no dejó de mirar en
la dirección en la que había desaparecido el auto.
Ho, que lo seguía, comenzó a llamar a alguien apresuradamente.

***

Jeha caminaba presuroso junto a los hermanos Doosan y Magang. Mongryong estaba sentado en una silla
frente a la habitación del hospital con una expresión desesperada, y cuando lo vio, se levantó de su asiento.

Jeha se detiene primero y Mongryong avanza hacia él, con los puños abiertamente levantados. Doosan,
que estaba a su lado, dio un paso adelante y trató de apartar a Mongryong, pero Jeha levantó la mano para
detenerlo.

—¿Qué estaban haciendo tus hombres? ¿Por qué no hicieron nada cuando vinieron a llevársela del
hospital?

Doosan le advirtió que midiera sus palabras, pero Mongryong no se detuvo.

—Soy un estúpido por haber creído en ti. Maldición, mejor me hubiera ido a otro lado. ¡No debería
haberte escuchado!

Jeha agarró por los hombros a un Mongryong medio inconsciente. —Cálmate. Mongryong golpeó su
mano ferozmente, y al ver su comportamiento agresivo, las cejas de Doosan se agitaron.

—Si le hubieras prestado a mi hermana aunque fuera la mitad de la atención que le das a mi cuerpo,
esto no habría sucedido.”

Doosan, que se estaba conteniendo, le pidió que cerrara la boca. A Mongryong no le importó, y siguió
maldiciéndolo con el cuello sonrojado de la ira.

—¿Por qué me voy a callar? ¡¿Acaso me equivoco?! ¿Por qué la trajiste aquí en primer lugar? Dijiste
que nadie lo sabría. Por eso te pedí que no intervinieras. ¡Solo quiero que me dejes en paz! ¡Cuando
me involucro contigo, siempre sucede algo desafortunado! ¡Ha sido así desde el principio! Otra
vez… .

Mongryong no pudo soportar la ira y estaba enérgico. Jeha lo agarró por los hombros de nuevo. —Por
favor, cálmate. Poco a poco, sus hombros, que no paraban de temblar, se fueron relajando. Pero su rostro
estaba lleno de veneno.

Jeha exhaló un suspiro discreto ante esa apariencia.

—La encontraré. Te lo prometo.

Mongryong apretó los dientes con firmeza. Sus puños cerrados temblaron. Como era de esperar, había
perdido a su hermana frente a sus ojos. La mano de Jeha que sostiene sus hombros lo relaja. Hacía calor. El
lugar estaba demasiado caliente. Eso lo hacía sentir mucho temor.

Sigue pensando si la situación habría llegado a esos extremos si no hubiera estado en una relación con
Jeha. Cerró los ojos con fuerza y dio un paso atrás. La mano de Jeha en su hombro también cayó.

Se dio la vuelta y caminó al otro lado del pasillo. En este momento, no quería enfrentarse a Seok Jeha.
Sintió el sonido de sus pasos viniendo desde atrás. Abrió la puerta al final del pasillo y bajó las escaleras.

—¡Lee Mongryong!
La voz de Seok Jeha vino desde arriba.

Mongryong no dejó de caminar. El sonido de pasos que lo seguían se hizo aún más rápido. Estaba cerca. Se
escuchó corriendo escaleras abajo y agarró el brazo de Mongryong. El rostro de Jeha, que lo había estado
sosteniendo, se endurece. Los ojos de Mongryong están rojos.

—¿Estás llorando?

—No. Estoy molesto.

—¿A dónde vas?

—No necesitas saberlo.

—He dado la orden de buscar y rastrear el vehículo.

—¿Entonces?

—Entonces espera.

Mongryong que tenía la cabeza inclinada ligeramente, levanta la mirada y lo mira fijamente. Sus ojos
parecían que derramarían lágrimas en cualquier momento. Mongryong aprieta los dientes una vez y luego
los suelta.

—De todos modos, esto lo hizo tu padre. ¿Quién no lo sabe?

—¿Y qué? Si voy a verlo y le pregunto por tú hermana, ¿crees que me la entregará?

—No. No estoy diciendo eso. No debería importarte porque lo haré a mi manera.

—Lee Mongryong.

Mongryong apartó su brazo. Cuando Jeha volvió a agarrarlo, él luchó e intentó escapar.

—Maldición. ¡Déjame, déjame ir! ¡Mataré a ese hijo de puta! ¡Te odio! ¡A tu padre y tu hermana, y a
ese maldito hombre infiel también! ¡Déjame en paz! ¡No me toques!

Jeha abrazó a Mongryong con fuerza para darle consuelo. Poco a poco, el movimiento de lucha en sus
brazos disminuyó. Incluso los sonidos ásperos de su respiración se estabilizan lentamente.

—Está bien. La rescataré, lo haré…por favor…quédate tranquilo… .

Jeha calmó a Mongryong palmeando su espalda y su cabeza. Luego de escucharlo suspirar varias veces, lo
empujó un poco para ver si se había calmado.

Sus ojos estaban rojos y parecía que estaba a punto de estallar en lágrimas. Jeha levantó la mano y se la
puso en la mejilla.

—Ahora… ¿Estás calmado? ¿Vas a escucharme?

Mongryong solo mira con la boca cerrada. Jeha bajó la mano y le tocó la nuca, empujó su cabeza hacia
adelante y la atrajo hacia él. Sus labios se frotaron en un instante.

En el momento en que Mongryong intenta alejarse con el ceño fruncido, siente una sensación de pesadez
en la muñeca derecha al escuchar un sonido de clic.
Los labios se apartan y se revela la fría expresión de Jeha. Mongryong arqueó una ceja. Se miró la muñeca.
Su mano derecha estaba esposada.

DÉCIMA HISTORIA PARTE 4

Solo maldiciones y palabrotas se escuchaban dentro del automóvil. Doosan miró hacia allí y luego a Jeha. Él
estaba terminando de fumarse un cigarrillo.

Se había puesto en contacto con el grupo de Seúl y les ordenó que rastrearan la ubicación de Lee
Hyeyoung, y cuando regresó, encontró a Lee Mongryong encerrado en el auto y esposado de una mano. El
auto rugía con la explosión de su maldita personalidad.

—¿Está bien dejarlo así?

—No hay otra manera. No está en sus cabales y puede cometer una locura.

¡Bang! Se escuchó el sonido de algo rompiéndose fuera del auto. Jeha lo miró, ferozmente impresionado.
Luego tuvo que detener a Doosan cuando este se levantó e intentó ir allí.

—Solo déjalo. Mejorará cuando se canse de luchar.

Doosan se sentó con un breve suspiro. Jeha mordió el cigarrillo en su boca. El extremo del cigarrillo ardió
en rojo y escupió humo blanco. Se puso el cigarrillo entre los dedos e hizo una mueca descuidada.

—Lee Hyeyoung.

—Creo que el presidente fue quien se la llevó.

Jeha tragó en seco. Era mucho más cómodo tratar con Park. Al ver el movimiento del presidente Seok, era
obvio que se había dado cuenta de algo. O tal vez Park Nakyung lo había traicionado. Entrecerró las cejas y
masculló una pequeña maldición.

—¿En dónde está?

—Parece que la están llevando a la Villa de Yeonpyeong.

Jeha se frotó las cejas mientras sostenía el cigarrillo entre los dedos. Después de escuchar algunos golpes
más, el interior del auto parecía estar en silencio. Miró hacia allí una vez más y luego volvió la cabeza.
Doosan, que lo estaba mirando, abrió la boca primero.
—Creo que lo mejor es que se entreviste con el presidente primero. ¿No sería mejor comunicarle
adecuadamente sus intenciones sobre el matrimonio, y sobre su reunión con Nakyung, hyung-nim?
De todos modos, ya lo sabe todo.

Jeha no dijo nada y mantuvo la boca cerrada. El oponente era demasiado grande como para golpearlo con
las manos desnudas. Se le vinieron a la mente los papeles que le entregó Junyoung. Esperaba no tener que
utilizarlos.

Se escucha un golpeteo de nuevo. —Haa. Jeha suspiró.

—¿Debería traer una pistola de tranquilizantes?

Doosan preguntó con una cara seria, y Jeha estalló en carcajadas. Doosan dijo de inmediato: —Lo siento.
Hyung-nim. Pero Jeha le indicó que se detuviera.

Tan pronto como Doosan regresó a su auto, Jeha se puso de pie y caminó hacia el suyo. Cuando abrió la
puerta, Mongryong volvió la cabeza y lo miró con cara de enojo.

Su mano estaba esposada y su cuerpo estaba extendido sobre la silla. Si abría la puerta, era obvio que
intentaría huir, pero supuso que ya se había rendido. Su muñeca estaba rojiza debido a sus intentos
frenéticos de liberarse.

—Suéltame.

—Si te suelto, ¿escaparás de nuevo?

—¡Tengo que ir a buscar a mi hermana!

—Te dije que la encontraría.

—¡No seas ridículo! ¡Cómo puedo confiar en ti! Me dijiste que era seguro venir aquí, ¡Maldición! Al
final todo resultó siendo un desastre.

—Habla con moderación. Si no hubieras vagado como una perra loca por la ciudad, no te habrían
descubierto tan rápido.

Mongryong no pudo refutarlo más. Le había dicho que se escondiera, pero en su lugar ¿no es cierto que
anduvo como una perra loca? Le avergonzaba culparlo como si fuera un niño, pero eso no significaba que
no fuera responsable de esa situación en absoluto.

Después de pedirle nuevamente que le suelte la mano, Jeha rebusca en su bolsillo. Los ojos de Mongryong
brillaron y Jeha se encogió de hombros con las manos vacías extendidas.

—Lo siento. No tengo la llave. Debo haberla olvidado. Solo aguántate por hoy.

El rostro feroz de Mongryong se hunde como un perro desesperado.

—Solo quiero descansar.

Jeha dejó de intentar cerrar la puerta del coche y lo miró. Mongryong frunció el ceño y se envolvió el
vientre con una mano.

—Creo que me voy a hacer en los pantalones.


De repente, una sonrisa burlona apareció en la boca de Jeha. Cuando Mongryong le preguntó por qué se
reía, respondió que no era nada.

—Ya lo hiciste una vez antes. Así, es, y te escapaste. Rodaste por la montaña y fingiste estar
amnésico. Haa, con solo pensar en eso, siento que pasa un escalofrío por mi columna vertebral.

Luego miró a Mongryong. ¿No debería dejarte ir entonces? Pero si lo hiciera, no habría venido aquí.

—¿Es divertido reírte de mí?

—Huh. Tu actuación fue realmente…parecía real. Especialmente cuando me contaste esa historia
sobre tu madre…Mmm…de verdad… .

Jeha se detuvo mientras intentaba hablar y miró a Mongryong. Su expresión estaba extrañamente
distorsionada.

—Solo lo pregunto porque lo acabo de recordar…en ese momento, ¿qué fue lo qué pasó?

—No sé de qué estás hablando.

—Dijiste que tu madre vino por ti. Cuando tenías 15 años.

Mongryong se rió salvajemente. Cuando le preguntó si en verdad le había creído eso, Jeha lo miró perplejo.

Entonces, por primera vez, sintió compasión por Mongryong. Al recordar el pasado, su corazón dolió y su
mente se volvió más confusa. Tal vez todo lo que habían hecho era una mentira. Se sintió un poco
incómodo.

Mongryong le gritó que quería orinar y le pidió que lo dejara ir, ¡Bang!, pero él lo ignoró y cerró la puerta
con resentimiento.

***

Mongryong estaba sentado en el asiento del pasajero. Su mano derecha estaba esposada y colgada de la
parte superior de la puerta.

Jeha se apresuró a prepararse para la partida. Mongryong miró su rostro una vez y luego a su muñeca. Tak,
Tak. Tiró de su mano, pero la muñeca se pone roja y las esposas no se aflojan.
—Deja de hacer eso. A menos que quieras romperte la muñeca.

—Esto es realmente demasiado. Puedes soltarme ahora.

—Sé lo que vas a hacer. Quédate tranquilo hasta que lleguemos a Seúl. Te soltaré cuando estemos
allá.

Toc, Toc. Doosan toca la ventana y Jeha la baja.


—Hyung-nim, ya me voy.

—Bien. Pasaré por el officetel y luego tomaré la autopista, tú dirígete hacia Yangpyeong.

Sí. Doosan saludó con una mirada profunda a Mongryong que estaba sentado en el asiento del pasajero.
No, era más correcto decir que lo estaba mirando fijamente. Mongryong captó su mirada.
Jeha subió la ventanilla y Doosan se alejó unos pasos del coche. Después de que Mongryong lo miró, se
volvió hacia Jeha.

—Dijo que iba a encontrar a mi hermana.

—Sí, eso hará.

—¿Estás seguro de que tu padre se la llevó?

—Sí.

Mongryong dijo que sabía que así era y afiló los dientes. El coche empezó a moverse lentamente. Había
muchas nubes oscuras en el cielo y algo se estaba derramando. Deseó que no nevara.

El coche salió de la ciudad y entró en la carretera. Los autos de salida estaban alineados y marchaban
lentamente, tal vez porque era fin de semana. Ni Jeha ni Mongryong pudieron ocultar su incomodidad. La
mirada de Jeha siguió moviéndose a tono con el reloj.

Mongryong, que estaba observando su expresión, preguntó, ocultando su mente ansiosa.

—¿Mi hermana está bien?

—Sí.

—Si le sucede algo ... me vengaré de toda la familia de Seok.

Jeha sonrió. No dudaba de eso.

—No creas que es una broma. Sé cómo hacerlo.

—Eso lo sé mejor que nadie.

Jeha tocó a Mongryong. Cuando él trató de golpear su mano, Jeha le acarició la cabeza. Ante su gentil
caricia, Mongryong arrugó la frente.

—Deberías dormir un poco. Falta mucho para que lleguemos.

—Sabes, he tenido curiosidad desde la última vez… .

—¿De qué?

—¿Por qué tu padre se llevó a mi hermana?

Jeha miró a Mongryong en silencio. Parecía sinceramente curioso.

—Si fue por esa persona, el maldito Cho…te lo expliqué la última vez. A mi hermana ya no le
importa esa persona. Ella dijo que se iría al lugar donde se encuentra el gran monje y viviría como
una rata muerta. Lo mismo haré yo.

—… .

—Díselo a tu papá. De verdad. Puedo prometerlo.

—No es tan simple.

—Tu padre es tan estrecho de mente.


—Siempre ha sido así, pero su personalidad ha venido empeorando a medida que envejece.

—Tú te pareces a tu padre. Muchísimo.

Ante eso, Jeha levantó la esquina de sus labios y sonrió. Mongryong siguió moviéndose porque su brazo
estaba incómodo. Al verlo, Jeha revisó sus bolsillos para buscar la llave, pero no la encontró. Eso fue porque
recordó que había puesto la llave que le dio Doosan en su billetera.

Su celular suena mientras trata de encontrar su billetera.

Al observar el teléfono, Mongryong notó que en la pantalla decía Nakyung. Ese era el nombre. Jeha
presiona el botón de llamada e inmediatamente se lleva el teléfono a la oreja. Desde el otro lado, se
escuchó una voz de mujer.

Mientras fingía estar mirando por la ventana, Mongryong observó a Jeha, para ver si estaba molesto.

—Recibí tu regalo.

El tono de la voz de Jeha se volvió más frío. Mongryong aparta la mirada del paisaje y vuelve a mirarlo.
Cerró la boca y se concentró en la voz de la mujer. ¿Qué está pasando?

Jeha vomitó un breve suspiro con la boca cerrada.

—No tienes necesidad de hacer eso. Voy a colgar.

Jeha termina la llamada. Mongryong miró alternativamente al teléfono y a Jeha. Parece que escuchó a la
mujer diciendo que lo sentía. ¿De qué diablos se arrepentía?

Sin importar lo mucho que pensó, Mongryong no pudo entender lo que eso significaba.

—¿Qué pasó?

—No, nada.

—Siempre me ocultas todo.

—Porque hablar de eso no hace ninguna diferencia. Solo ten paciencia.

—¿Eh? En ese momento, Mongryong giró el cuerpo hacia el otro lado. Un automóvil que salía de la
carretera se volvió rápidamente hacia la autopista. Jeha se contactó de inmediato con Doosan. Después de
aceptar su llamada, Jeha le dijo que debía marcharse primero porque su automóvil estaba bloqueado por
otros.

El vehículo que salía del peaje circulaba por la carretera nacional. La carretera estaba inesperadamente
tranquila. El paisaje lucía desierto sin una gota de pasto, y había poca gente en el campo porque no había
mucho trabajo en invierno.

—Sí quieres ir al baño, dímelo. Me detendré.

—Está bien.

—Pídemelo.

—No, no lo haré. Lo haré en mis pantalones o lo tomaré con la mano y me lo comeré de nuevo, para
que nunca más te importe.
—No te preocupes por eso.

Jeha extendió la mano y le acarició la cabeza una vez. Mongryong abrió los ojos bruscamente y se quedó
mirándolo. Al ver esa mirada, se sintió mejor. El rostro lloroso de Mongryong, que vio desde las escaleras
de la salida de emergencia, hizo que su corazón latiera.

Recordó la noche en la que fue con el congresista Kim. En ese momento, estaba drogado y llamaba a Seok
Junyoung. Al rememorar ese instante, sus dientes comienzan a rechinar.

—Te gustaría estacionarte por ahí y echar un polvo rápido?

—Si ese fuera el caso, ¿entonces tengo que soltarte?

—¡Ah! Espera un minuto. Sacó la billetera de su bolsillo trasero. Después de decirle que esperara, miró a
su alrededor para encontrar un lugar donde estacionarse. Debido a que tenía que rodear la montaña por
una carretera de dos carriles, no había un lugar seguro donde detenerse.

—¿Vas a soltarme?

—No. Solo estoy buscando un lugar para pasar el rato.

Mongryong frunció el ceño y miró hacia afuera. En la pendiente, fuera de la barandilla, había como un
acantilado profundo. Parecía que abajo había un lago, pero el agua estaba congelada por la última nevada.

Mientras los miraba, escuché una voz que decía que le gustaría estar allí.

Mongryong miró hacia adelante y dos grandes camiones pasaron frente a ellos. Ni Mongryong ni Jeha
pensaron que era algo extraño. Eran solo dos autos que pasaban.

Pero el camión aceleró. Mongryong dijo que era peligroso que corriera así en un camino tan estrecho.

La expresión de Jeha, que sonrió un poco, estaba sutilmente distorsionada. De alguna manera, su espalda
se erizó. Cuando el camión pasó frente a ellos, de repente cruzó hacia su carril. El rostro de Jeha se
endureció cada vez más. Mongryong también se sorprendió.

Jeha instintivamente viró el volante. Se volvió hacia el lago para evitar el choque con el otro camión que
venía detrás de ellos.

Kiik: Se escuchó el sonido de los neumáticos rechinando en el asfalto, y el vehículo que no pudo detenerse
atravesó la barandilla y voló hacia el lago.

***

El vehículo simplemente voló y rodó colina abajo. Los dos estaban hechos un lío al interior del automóvil.
Este se volcó una vez con un ruido sordo y luego se detuvo en seco. Se detuvo en alguna parte. Cuando
pudieron reaccionar, se dieron cuenta de que estaban estacionados sobre el hielo. Al mirar hacia afuera,
vieron todo blanco.

—Ugh ... .
Al girar la cabeza, pudo ver a Mongryong aturdido con los ojos cerrados. Jeha masculló una maldición. —
Lee Mongryong. Mongryong. Cuando extendió la mano y le sacudió el brazo, Mongryong frunció el ceño
y levantó los ojos cerrados. La sangre caía de sus muñecas esposadas.

—Ja, maldición. Qué es esto… .

—Primero salgamos del auto. Espera un segundo… .

Jeha miró a su alrededor. Agarró la billetera que se cayó de un lado. Su rostro se endurece cuando abre su
billetera y la revisa. Era imposible saber si la llave se había caído de la billetera mientras el automóvil estaba
en marcha.

Se desabrocha el cinturón de seguridad y comienza a buscar la llave, pero luego escucha un pequeño
crujido y luego un espeluznante sonido de algo rompiéndose. Mongryong lo miró al escuchar el sonido.

—Qué… ¿Qué está pasando?

Jeha hizo una expresión casual.

—Sería mejor no saberlo.

Mongryong miró por la ventana. El paisaje estaba cubierto de nieve blanca, pero estaba seguro de que
habían caído sobre el hielo.

El auto estaba sobre el hielo.

Recordó el lago que había visto antes del accidente.

Pensó que moriría si caía en ese lugar, y su pesadilla se hizo realidad. Afortunadamente, todavía no había
muerto. Por eso debería decir que se alegraba. Pero ¿y si no hay llave? De nuevo, escucho un crujido y
luego otro y otro.

—Jeha. Seok Jeha ... ahora… ¿Se está rompiendo el hielo

Jeha desabrochó el cinturón de Mongryong, y de repente el coche hizo un estruendo y la parte delantera
bajó un poco. Mongryong gritó y gritó sin darse cuenta. Miró a Jeha con el rostro de un color azul
profundo. Pero Jeha seguía poniendo una cara casual.

—Oye, el auto ahora ... ¡El auto…!

—Lo sé.

Jeha miró dentro del auto y buscó a su alrededor para encontrar las llaves. Se agachó en el piso y miró por
toda el área, pero no era tan fácil encontrar una llave tan pequeña. Trató de conducir y salir de allí, pero el
auto ni siquiera arrancaba.

El sonido del hielo al romperse era espeluznante. Cric, cric.

—¡Mierda! Por qué tenías que esposar mi mano así, joder!

—Estoy desesperado, así que cállate.

Jeha volvió a revisar en su bolsillo y buscó al interior del vehículo. Al no encontrar la llave, intentó salir del
auto para averiguar si había algo en el maletero para cortar las esposas, pero Mongryong le agarra con
urgencia del brazo.
Jeha miró la mano. Y Mongryong le preguntó con cara de terror.

—¿Me vas a dejar?

Jeha se rió con una cara ridícula.

—Iré a buscar algo para cortar las esposas en el baúl. Espera aquí.

Mongryong le soltó el brazo a regañadientes. La expresión compleja en su rostro era poderosa. Tan pronto
como Jeha abrió la puerta para tranquilizar a Mongryong, el auto comenzó a hundirse.

Mongryong gritó avergonzado, —Ahhh, Ahhh. Y Jeha cerró la puerta apresuradamente. Abrir el auto en
ese estado solo aceleraría la velocidad de hundimiento. A pesar de que podía salir de allí, no iba a dejar
solo a Lee Mongryong.

Puck, Puck, Mongryong intentó tirar de su muñeca para liberarse, pero las esposas no cedieron. Poco a
poco, el agua empezó a llenar en el coche.

—Maldición. Jeha fue al asiento del pasajero e intentó soltar las esposas de Mongryong. Sin embargo, no
había forma de aflojarla por la fuerza con las manos desnudas.

Había agua en el piso del vehículo. Mongryong la miró con una expresión de ansiedad. El sonido del agua
entrando hizo que su cabello se erizara.

La respiración de Jeha era áspera. El sudor le goteaba desde la frente hasta la barbilla. Mongryong, que
estaba luchando, de repente se quedó estático. Jeha sostuvo el rostro del aterrorizado Mongryong y lo
miró.

—No voy a dejarte morir. Así que mantente alerta.

Los ojos de Mongryong temblaron. Su mandíbula apretada se sacude poco a poco. Jeha regresó al fondo
del auto y abrió la guantera para encontrar algo para quitarle las esposas, pero no encontró nada.

Trató de mantener la calma tanto como pudo, pero se desesperó al sentir que el agua le había llegado
hasta las rodillas. El auto estaba inundándose más rápido.

Apenas logró contener la respiración. Fue por el recuerdo de haber sido secuestrado cuando era niño. No,
para ser precisos, su abuelo fallecido lo cambió por Seok Junyoung, quien había sido tomado como rehén.

Debido a eso, su madre se desmayó y fue llevada al hospital, y su padre, el presidente Seok, se enfrentó por
primera vez a su padre.

El secuestrador, que huía con su hijo como rehén, se internó en el agua como último recurso de escape.
Afortunadamente, los subordinados que lo siguieron lo rescataron del agua, pero fue un impacto
demasiado grande como para sobreponerse de ello a una edad tan temprana.

—Mierda. Jeha maldice y tira de las esposas. Pero como era de esperarse, ni siquiera se movieron. Con una
expresión confusa, mira el agua que sube y luego ve a Lee Mong-ryong nuevamente.

Sin embargo, la expresión de Lee Mongryong era algo extraña. Estaba temblando, pero a pesar de que
estaba helado como el hielo desde hace un tiempo, ahora lo miraba con un rostro increíblemente tranquilo.

—Seok Jeha.
Su voz se quiebra. Jeha solo lo miró con la boca cerrado.

—Antes de que se llene más de agua…debes salir.

El rostro de Jeha se endurece. Pensó que estaba equivocado. Hace un momento, Mongryong no se cansaba
de maldecirlo. Entonces, tomando un respiro, él fijó sus ojos con fuerza en Jeha.

—Sal de aquí, rápido.

Contrario a su expresión firme, su voz tembló levemente. Y luego, se encogió de hombros y siguió
instándolo a salir.

—Sabes que no podemos salir juntos de aquí. Así que debes irte.

Jeha lo miró con una gran sonrisa. —¿Estás loco?

—Ya sea que salgas y llames al 119, o a tus hombres. Eso sería mejor que seguir buscando una llave
invisible.

Jeha recordó el paisaje que había visto antes de llegar a ese punto. La provincia más cercana estaba a una
gran distancia y el teléfono que podría usar para llamar al 119 estaba empapado de agua y perdido. Incluso
si lograba llamar, no había garantía de que encontrara con vida a Lee Mongryong para entonces.

Al mirar la cara de Mongryong, se dio cuenta de que estaba tratando de salvarle la vida.

—No digas tonterías y vamos a liberarte la mano.

Jeha agarra su mano esposada y Mongryong lo golpea con su mano libre. Jeha lo miró.

—¿Qué estás haciendo?

—Solo sal de aquí. Si no quieres morir.

Al ver la expresión de Mongryong, pudo ver que era sincero. Jeha lo miró con una cara ridícula. Pero como
si el auto estuviera esperando ese momento, en ese momento fue succionado hacia abajo. Mongryong
contuvo la respiración con la cara pálida. El auto se estaba hundiendo más rápido que antes. — Oh,
demonios.
—¡Oye! bájate.

—No digas estupideces.

—Bájate, maldito loco.

Pero Jeha no lo hizo. Golpeó y tiró de las esposas hasta romper sus puños, pero aún así no se movieron. Su
puño estaba roto y su sangre goteaba.

Mongryong trató de empujarlo.

—Ya. Vete. ¡Por favor, bájate!

Jeha le aparta la mano. —¡Quédate quieto! Pero Mongryong sigue insistiendo.

—Si te quedas aquí, ambos moriremos. ¡Te vas a morir, idiota!


El agua les llegó hasta el pecho. Mongryong miró por la ventana con cara de terror. El agua fría del lago
invernal entraba constantemente por las rendijas de las puertas y ventanas.

Jeha mojó sus labios ardientes con saliva. Sus ojos se iluminaron momentáneamente. Extendió la mano
hacia el asiento trasero y sacó algo de la silla. Era un cuchillo de filo negro.

El rostro de Mongryong al verlo se endureció como una capa de hielo. Jeha miró a Mongryong mientras lo
sostenía en su mano.

—Vamos a cortarla.

Mongryong se sorprende y lo mira con los ojos y la boca abierta. — ¿Que acabas de decir...?

—De todos modos, te quedará una mano.

—¡Mierda! ¡¿Por qué dices eso ahora?!

Mongryong miró a su alrededor mientras maldecía. El paisaje fuera de la ventana ya no era visible. El
paisaje alrededor del lago desapareció, y lo que vio por la ventana era que estaba dentro del lago.

Su mente estaba nublada, así que no podía ver correctamente, y era mucho más profundo de lo que
pensaba. Dijeron que era temporada de sequía y pensó que el lago no era tan profundo, pero al parecer no
era cierto. La respiración de Mongryong se acelera.

—Mierda… .

El agua fría empapó todo su cuerpo. Hacía tanto frío como si sus huesos fueran a quebrarse. Sus labios
temblaron dulcemente. No sabía si era por el miedo o por el frío, pero sus lágrimas parecían seguir
saliendo.

Jeha le acarició la mejilla con ternura.

—Ahora solo debes pensar en vivir.

Mongryong vaciló por un momento. El agua ahora le llegaba hasta la barbilla. Bajó la cabeza y apenas
pudo contener su respiración. El auto seguía hundiéndose.

Incluso ahora, no era demasiado tarde. Cuando el agua inundara completamente el interior y la presión del
agua interna y externa fuera la misma, la puerta podría abrirse más fácilmente de lo esperado. Si salía en
ese estado, podría vivir.

Sin embargo, al mirar la cara de Jeha, se dio cuenta de que se estaba preparando para no salir con vida de
allí. No sabía que si se quedaba, ambos realmente morirían. Mongryong movió sus labios lentamente.

—…bueno.

—Córtala. Se mordió su labio inferior tembloroso dulcemente con los dientes. Jeha asintió con la cabeza
como si estuviera decidido. Mongryong cerró los ojos y volvió la cabeza. Eso significaba que aceptaba que
le cortara la mano.

Jeha sujetó el brazo de Mongryong y aplicó poder a la mano que sostenía el cuchillo, pero de repente el
coche traqueteó y algo se escuchó al frente. Mongryong abrió sus ojos. Jeha miró hacia adelante para ver
de dónde provenía ese sonido.
—Parece que hay alguien allí.

En el momento en que Mongryong le preguntó de qué estaba hablando, el agua inundó el auto
completamente y se introdujo en su boca. Trató de inhalar con la cabeza en el techo tanto como pudo,
pero no pudo superar al agua que corría.

En ese momento, pudo ver un objeto que se movía débilmente delante del vehículo, pero como el auto
estaba inundado se movió un poco hacia adelante.

El interior del vehículo estaba completamente bloqueado. Mongryong contuvo la respiración y miró hacia
adelante. El coche avanzó poco a poco. No, en su lugar, parecía haber sido arrastrado por algo.

Debido a su visión nublada, le era difícil entender la situación. A Mongryong le resultó doloroso contener la
respiración y se golpeó el pecho con el puño. Jeha apretó su mano como si quisiera tranquilizarlo.

Después de un rato, la última vista del lago se revela poco a poco desde la ventana. El auto siguió
avanzando y el agua que había estado adentro comenzó a drenarse poco a poco.

—¡Uf!

Tan pronto como el agua superior se drenó, Mongryong levantó la cabeza y expulsó el aliento que había
contenido. Jeha exhaló apresuradamente.

El agua se drenaba a un ritmo más acelerado que cuando se estaba inundando el auto. Jeha bajó el cuchillo
que sostenía. Después de haber estado en el umbral del inframundo, la energía de todo su cuerpo se
escapó rápidamente.

Apoyando su espalda en la silla, respiró hondo. Al mirar por el parabrisas, notó que era un vehículo de
auxilio el que estaba sacando al auto del agua. Había una ambulancia y oficiales con trajes negros parados
al lado.

Había bastantes caras que Jeha conocía. Cuando el automóvil fue sacado completamente del agua, dos
hombres corrieron y abrieron la puerta del conductor.

Jeha se tambaleó y salió del auto. Respiró hondo y enderezó su postura. Sus piernas temblaban. Miró hacia
adelante, barriendo su rostro húmedo con sus manos.

La puerta trasera de un sedán negro se abrió y el presidente Seok se bajó con un bastón en la mano. Su
rostro era muy casual, pero la atmósfera que emanaba era tan terrible como para dar miedo.

Los hombres se dividieron e hicieron un camino para él. Y entonces, avanzó hacia Jeha sosteniendo un
bastón. Mongryong quien aún estaba dentro del auto, no podía apartar los ojos de la escena.

Al mirar todo el equipo que estaba preparado, se dio cuenta de que el accidente no fue una coincidencia.
Jeha pudo haber muerto. Si hubiera girado el volante en reversa o si lo hubieran sacado un poco más tarde
del agua.

Una sensación de miedo le llegó tardíamente y su cabello se erizó. Nunca pensó que un padre podría ser
tan cruel. Incluso sintió compasión por Seok Jeha, quien había sido criado por esa persona.

Entonces, otros hombres se acercaron y abrieron la puerta. Cuando Mongryong los miró, ellos usaron un
cortador de metal para cortar las esposas.
Sus manos fueron liberadas, y finalmente fue sacado del auto. Al salir, se tropezó y cayó al suelo. No tenía
fuerza en las piernas. El agua goteaba de su cabeza y su cara.

Echó un vistazo a su alrededor y luego miró al frente. El presidente Seok salió del auto y lo miró sin decir
una palabra.

En ese momento, el bastón del presidente Seok se elevó hacia el cielo. El garrote bajó a un ritmo rápido, sin
que nadie pudiera hacer nada, y golpeó a Jeha sin ningún motivo.

Al ver esa escena, Mongryong se levantó para tratar de ayudarlo, pero de repente, sintió un dolor fuerte
detrás del cuello. Y de inmediato, cayó de rodillas y perdió la conciencia.

UNDÉCIMA HISTORIA PARTE 1

Mongryong abrió los ojos. Miró a su alrededor. Estaba en una habitación que era gris por todas partes. No
fue hasta que se despertó un poco que se dio cuenta de que el piso era de acero, no de cemento.

Giró su cabeza. Jeha yacía a su lado. Su cara estaba hecha un desastre. Antes de llegar a ese lugar, vio al
presidente Seok golpearlo con un bastón sin que nadie pudiera evitarlo. Tropezó hacia él. Se sentó de
rodillas y sacudió suavemente su mandíbula.

—…Jeha…Seok Jeha.

Sin embargo, Jeha ni siquiera se movió. La garganta le dolía como si estuviera desgastada. Su cuerpo que
no estaba seco seguía brillando. Miró a su alrededor de nuevo. Luego revió el espacio donde estaba
ubicada una pared hecha de vidrio.

Del otro lado, había un mostrador de información, con una pantalla en la parte de atrás, una mesa, sillas y
un micrófono al frente.

Parecía una sala de interrogatorios.

—Jeha. Seok Jeha.

Mientras sacudía su cuerpo de nuevo, —Ah, con un breve gemido, Jeha levantó los párpados. Negó un
poco con la cabeza como si fuera a despertarse. Sus cejas se fruncen como si le doliera mucho la cabeza. Y
luego, trató de levantarse del suelo.

Mongryong lo ayuda para evitar que se desplome.

Jeha vuelve a mirar a su alrededor y su rostro se oscurece de repente. Sabía dónde estaba. Mongryong
notó su expresión y le preguntó dónde diablos se encontraban.

En ese momento, la puerta que estaba delante de la pared de cristal se abrió y entraron varias personas.
Había un total de cuatro, incluido el presidente Seok, su secretario adjunto y dos guardias.
Jeha se puso de pie y miró hacia allí. El secretario puso el micrófono frente al presidente Seok. El anciano
parecía un presentador experto, como si hubiera anunciado las noticias de la noche durante décadas. Era
una expresión que transmitía noticias desafortunadas.

[Eso fue muy estúpido de tu parte.]

La voz que entraba por el micrófono se escuchó clarísima en el interior. Mongryong encontró un altavoz en
el techo. Mientras miraba hacia abajo, de repente encontré un cuchillo en el suelo. En el instante en que lo
vio, sintió que algo siniestro se aproximaba.

Los labios magullados y desgarrados de Jeha se movieron lentamente.

—… ¿De verdad tenías que hacer esto?

[¿No sería mejor que escucharas cuando te lo advertí? No deberías haberle dicho a Nakyung una
locura como esa.]

Jeha aprieta los dientes con fuerza. Al final, Park Nakyung había decidido ponerse del lado del presidente
Seok. El presidente se rió alegremente. Se preguntaba si alguien se pondría alguna vez de su lado, pero al
parecer todo el mundo se dejaba dominar por el poder.

Su mirada ahora se dirige a Mongryong, qué está a su lado y se clava en él como un punzón.

[Bueno ahí lo tienes, tu querido Lee Mongryong. Dijiste que no volverías a verlo de nuevo, pero
volviste a hacerlo.]

Mongryong se paró junto a Jeha y miró al presidente Seok. Cuando él le hizo una seña al secretario que
estaba a su lado, este sacó un control remoto más pequeño que su palma y presionó un botón.

Después de un tiempo, un video apareció en la pantalla gigante ubicada detrás del presidente Seok. Los
ojos de Mongryong se abrieron de forma increíble.

Su hermana estaba atrapada en una habitación pequeña y miraba a la cámara con una mirada ansiosa.
Mongryong se acercó y se paró frente a la ventana. Golpeó el cristal, pero este no se movió.

Sin importar cuánto mirara a su alrededor, ni siquiera podía encontrar la puerta de salida. No sabía cómo
diablos había sido encerrado en ese lugar.

Lo miró a toda prisa, pero no parecía encontrar algo que pudiera servirle de algo. Volviendo su mirada al
frente, observó con ojos asesinos al presidente Seok.

—Maldito viejo verde. Te lo advierto, deja ir a mi hermana.

[Planeo dejarla ir pronto.]

El presidente Seok hizo otro gesto de nuevo y la pantalla cambió. Mongryong casi gritó. El contenedor
colgaba de una grúa y apenas flotaba en el agua. Era una vista increíble. Tenía la respiración ahogada y sus
dedos temblaban. El presidente Seok se rió cuando vio la expresión de Mongryong.

[Parece que ahora puedes entender la situación.]

Mongryong apretó los dientes y golpeó la ventana. Ni siquiera se movió.

—Es inútil. Es vidrio a prueba de balas.


La voz de Jeha vino desde atrás. Mongryong se mordió los dientes con fuerza y volvió la cabeza para verlo.
Pero no pudo contenerse y habló de forma maliciosa: —¿Te gustaría hacer algo al respecto en lugar de
dejarla morir así? Jeha solo miró al presidente Seok y no dijo nada.
[Depende de ti que tu hermana y mi hijo sean liberados.]

Mongryong gira la cabeza para ver al presidente Seok de nuevo. El anciano estaba apoyado en su silla y lo
miraba con un rostro relajado.

[Si ese tipo no hubiera ido a buscarte, yo tampoco estaría aquí haciendo esto. Es una pena.]

—¡Ya le dije que no nos volveríamos a ver! ¡Seok Jeha y yo terminamos de todos modos! ¡Él se va a
casar con alguien! ¡Nunca más volveremos a vernos!

Las cejas del presidente Seok se levantaron rígidamente.

[Él anuló ese matrimonio.]

Los ojos de Mongryong se agrandaron. El rostro del presidente Seok lucía aterrador.

Curiosamente, Jeha había anulado su matrimonio. Como persuadió a la hija del presidente Kim, planeaba
mantener el asunto en secreto hasta que lograra expulsar a Park de la empresa.

[Increíble que dejará todo de lado solo por un perro callejero.]

Mongryong volvió la cabeza y miró a Jeha. Cuando le preguntó si eso era cierto, él no respondió. Pero al
mirar su expresión, comprendió que todo era verdad. Era increíble. ¿Era por eso que me decías que
esperara? ¿Por qué no me lo dijiste? Por qué….
—Yo… .

Mongryong negó con la cabeza. Y luego, intentó hablar de nuevo.

—Yo…nunca te pedí que hicieras eso.

[Bien. Es bueno saberlo. Todo es culpa de mi hijo. Ni siquiera ibas en serio con él. ¿No es así?]

Mongryong estaba tan perplejo que no pudo responder. Giró la cabeza y lo miró de nuevo. Estaba más
ansioso y loco al ver que Seok Jeha no decía nada. Él solo dejó de mirar al presidente Seok y se quedó
paralizado con un rostro tranquilo. Mongryong giró lentamente la cabeza para mirar al presidente Seok
nuevamente.

—¿Qué es lo que quieres?

[Bien. ¿Tengo que explicártelo? Creo que el Director Seok ya lo sabe.]

Mongryong volvió a mirar a Jeha. Su mirada ahora estaba clavada en el cuchillo que estaba en el piso, en
lugar del presidente Seok. Mongryong siguió su mirada y miró al presidente con tristeza.

[Todo esto es culpa de Seok Jeha. Así que ocúpate de él con tus propias manos. Si lo haces, tu
hermana y tú podrán sobrevivir.]

Mongryong expresó su consternación. Si no estaba equivocado, el presidente Seok le estaba diciendo que
apuñalara a su hijo con ese cuchillo.
—Tú… ¿Estás loco?

[Mi hijo cometió un error, así que debe ser castigado. ¿No es así, Director Seok?]

Mongryong miró a Jeha con cara de asombro. Él parecía estar resignado. Ahora sabía por qué se había
sorprendido cuando abrió los ojos. Sabía desde el principio para qué se usaba esa habitación.

Mongryong aprieta los dientes con fuerza y vuelve a golpear la pared de cristal. El presidente Seok
comprobó tranquilamente su reloj de pulsera.

[Te daré cinco minutos.]

Jeha no pudo contenerse, y se apresuró a decir algo aterrador.

—Agarra el cuchillo.

—¡Estás loco!

—Agárralo, vamos.

—Demonios, si sabías que esto iba a pasar, ¿por qué viniste a verme?

—Te dejaré en paz de ahora en adelante. Pero date prisa.

Cuando Mongryong apretó los dientes y lo miró, Jeha volvió a abrir la boca.

—Si no lo haces, Lee Hyeyoung morirá. Y tú también morirás. Si no me apuñalas, mi padre no te


perdonará. Entonces, hazlo, toma el cuchillo.

Mongryong logró mover los labios. El área alrededor de sus ojos se puso roja. Recordó lo que sucedió hace
unas horas, Jeha se había quedado en el agua con la intención de morir con él por su culpa. —Entonces
como…como voy a… .
—…no… .

—Lee Mongryong.

Mientras Mongryong se muerde los dientes con fuerza y parece estar clavado en el piso, Jeha lo llama por
su nombre en un tono amistoso. Mongryong levantó la cabeza y lo miró.

—Date prisa.

La voz susurrante del presidente Seok se escuchó a través del altavoz. Era una voz que parecía cansada de
ver un juego aburrido.

[Quedan 2 minutos. Ahora, ¿qué vas a hacer?]

—Kyaak- ¡Mongryong! Se escuchó un grito. Mongryong se sorprendió y se dio la vuelta. El contenedor


donde estaba atrapada Lee Hyeyoung que se podía ver en la pantalla descendía lentamente al agua. La
imagen cambió y apareció Lee Hyeyoung. Horrorizada, ella golpeaba el recipiente que la contenía con las
manos desnudas.

[Oh. Parece que está llamando a su hermano menor. Ahora solo queda un minuto.]
Los ojos de Mongryong estaban cada vez más rojos, y caminó hacia el presidente Seok a grandes zancadas
sin apartar su mirada de la pantalla. Luego golpeó la pared de vidrio con el puño como si quisiera
romperla. La pared de cristal tembló, pero no se movió.

—Maldito viejo asqueroso. Definitivamente te haré una visita. Nunca te dejaré en paz.

Mongryong lo maldijo y retrocedió. Luego, recogió el cuchillo que estaba en el suelo. Jeha cerró los ojos
con fuerza. Mongryong apretó la mano que sostenía el cuchillo. Su respiración se hizo más agitada. El
sonido de los gritos de Hyeyoung se escucharon con más fuerza en su cabeza.

Y de repente, se dio la vuelta y clavó la punta del cuchillo en el estómago de Jeha. Pensó que iba a llorar,
pero apenas pudo soportarlo. Solo había entrado alrededor de un tercio del cuchillo. Mongryong ya no
pudo seguir empujándolo, pero Jeha sostiene su mano. Sin saber qué iba a hacer, él simplemente aplicó
más fuerza.

Mongryong trató de retirar el cuchillo, pero la hoja que ya había penetrado en la carne fue succionada
como si estuviera en su lugar. Jeha gimió y dio un paso atrás. Cuando abrió los ojos cerrados, parecía
cansado de soportar el dolor.

Mongryong miró a Jeha consternado. La sangre se derramaba sobre su camisa blanca con el cuchillo
clavado en el estómago.

—… Seok Jeha.

Como fue apuñalado por el cuchillo, no podía respirar. Todo estaba blanco y caliente frente a sus ojos
como si estuviera en llamas. Pero Seok Jeha no gritó, ni siquiera en esa situación. Trata de acercarse a él
para hacer algo, pero Jeha da un paso atrás.

—…No vengas.

Sus palabras duelen como si su estómago se estuviera quemando. Su visión estaba borrosa. Las lágrimas
que corren por sus mejillas están calientes. Jeha mantiene los ojos fijos en Mongryong como si quisiera
decirle algo.

—Ya está hecho…date prisa.

Y de repente, Jeha se desplomó. En el momento en que trata de levantarse de nuevo para ayudarlo, siente
que la electricidad fluye desde la planta de sus pies. Instintivamente, se vuelve hacia el presidente Seok.
Pero en ese instante, su cuerpo se desvanece.

Las imágenes más allá de la ventana se ven borrosas. Ya ni siquiera podía escuchar los gritos de Hyeyoung.
La voz del presidente Seok atravesó su conciencia de manera distante.

[Este es tu destino. Acéptalo.]

Y después de escuchar unos pasos que se alejan, perdió la conciencia.

****

—¿Sabes que te están buscando?


Ante las palabras de su amigo, Mongryong hizo una mueca como si no lo comprendiera. Revisó el reloj de
pared. Faltaban 10 minutos para comenzar la clase.

Cubrió el libro que estaba mirando y se puso de pie.

Le preguntó quién lo buscaba, pero su amigo ladeó la cabeza y no pudo responder. —Una señora ... pero
no dijo nada más.
—¿Señora?”

Salió del aula y bajó las escaleras. Varios de los estudiantes que estaban subiendo las escaleras se volvieron
hacia Mongryong. Al ver que se reían de mala gana, les chasqueó la lengua.

Riendo amargamente, salió del edificio de la escuela y cruzó el patio de recreo. Un chico que jugaba fútbol
saltó desde lejos y puso su brazo sobre el hombro de Mongryong.

—¿Eh! A dónde vas?

—Cállate, gilipollas.

—Puede que sea tu madre. ¿Entonces también tienes una?

Mongryong apartó su brazo. Cuando el chico lo maldijo, él le pateó el trasero con el pie. El chico se cayó al
suelo pero rápidamente se levantó y se sacudió la ropa. Siempre pasaba lo mismo.

—Eso dolió. Bastardo.

Fingió no escucharlo y aceleró sus pasos. El chico lo siguió. Pero de repente, Mongryong dejó de caminar
por un momento. Alguien estaba de pie, en la puerta de la escuela. Era una mujer joven que llevaba puesto
un vestido largo.

No tenía la edad de su hermana Hyeyoung, pero de todos era una mujer joven. Al verla, se detuvo y la miró
fijamente. —¿Quién es…?

—¿Quién es ella?

El chico que lo siguió preguntó con curiosidad. Mongryong no pudo responderle fácilmente. Era la primera
vez que la veía. La cálida brisa primaveral le hizo cosquillas en la nariz. De alguna manera, su corazón latía
con fuerza. No le era fácil caminar en ese estado.

—¿Quién es esa mujer?

—Yo tampoco lo sé.

Con esa breve respuesta, le dijo al chico que no lo siguiera más porque le molestaba, luego le dio un
empujón y se dirigió hacia la puerta. A medida que se acercaba, los latidos de su corazón seguían
acelerándose.

Seguramente. No. Oh, de ninguna manera.


La mujer de cabello largo giró delicadamente la cabeza hacia él. Mongryong apretó los puños. Tal vez, solo
había venido a preguntarle algo. Sí, eso deber ser.
Cuanto más se acerca, más late su corazón como loco. Tal vez fue porque estaba demasiado tenso, pero
sentía que un sudor frío recorría su espalda. El rostro de la mujer comienza a aparecer con mayor claridad a
medida que se acerca.

No pudo seguir caminando y se detuvo en el acto. Los pétalos de las flores de cerezo que colgaban frente
a la puerta principal comenzaron a revolotear. La mujer se rió torpemente mientras miraba a Mongryong.
Era una mujer que lucía más hermosa rodeada de flores.

En ese momento, sus lágrimas comenzaron a derramarse.

****

Cuando Mongryong abrió los ojos, se encontró con el rostro de Hyeyoung. Y junto a ella, el gran monje
que lo crió, estaba sentado con rostro ansioso. Mongryong parpadeó lentamente. ¿Acaso estoy soñando?

—¿Estás bien, Mongryong? ¿Me escuchas?

Movió los ojos y miró dentro de la habitación. El techo familiar captó sus ojos. Los libros viejos y el
escritorio antiguo que vio a un lado todavía estaban allí. Si lo que recuerda es correcto, esta debe ser la
habitación del gran monje. Pero, por qué estoy aquí... .

—Oye, por qué no reaccionas. ¿Aún tienes fiebre?

El gran monje, que miraba ansiosamente a los ojos de Mongryong, extendió la mano y le tocó la frente.
Pero Mongryong apartó su mano. Su mente mareada se hunde por un momento. Solo entonces
comprendió la situación. Luego, saltó de su sitio, se sentó y gritó.

—¿Estás bien?

Hyeyoung y el monje se sobresaltaron y se volvieron. Mongryong revisó minuciosamente a Hyeyoung para


comprobar que de verdad estuviera bien.

—Estabas atrapada en un contenedor. ¡Entonces cómo...!

Pero en ese momento, la mente de Mongryong se queda en blanco y grita: ¡Seok Jeha!

—¡Seok Jeha! ¿Por qué estoy aquí? ¿Y Jeha? Yo estaba con él.

Hyeyoung no puede hablar con claridad. Desde el momento en que Mongryong llevó a ese hombre al
hospital no le gustó. A primera vista, era evidente que no era una persona común. Más tarde se sorprendió
cuando descubrió que él era el cuñado de Cho. Esto se debe a que él era una de las personas a las que Cho
más le temía.

—El fiscal Seok te trajo aquí.

Sospechaba que fuera cierto que el fiscal Seok fue quien lo trajo. Porque no pudo encontrar a Junyoung en
ninguno de sus últimos recuerdos. Pero eso no era lo importante ahora.

—¿Y Jeha?
Hyeyoung mira detenidamente al perplejo monje. Le había explicado a grandes rasgos la situación en la
que se encontraban, pero no pudo contarle los detalles. Por eso vaciló un momento y respondió.

—Me dijo que te dijera que está bien, cuando te despertaras. Eso es todo.

Ni siquiera pudo decirle que tampoco debería volver a buscarlo, ni andar cerca de él. No quería decirle eso
a alguien que parecía estar molesto.

Mongryong se rió sin ganas al escuchar eso. Eso no fue un sueño. Pensó que sería mejor si hubiera sido un
sueño.

Bajó la mirada a su mano. La sensación de apuñalar a Seok Jeha con el cuchillo aún permanecía en ella.
Todavía recordaba la sangre que se derramaba. La cara que le dijo que no se acercara con dolor, era tan
vívida como si la tuviera frente a sus ojos.

Una masa caliente emerge de su pecho. ¿Él está realmente bien?

Como si comprendiera sus sentimientos, Hyeyoung tomó la mano de Mongryong. Él levantó la cabeza y la
miró. Estaba preocupado por lo que había pasado, pero estaba muy feliz de ver a su hermana con vida.

¿Pero por qué le dolía tanto un lado de su pecho?

La bola de fuego caliente ahora se extendió desde la cara hasta sus ojos. Lágrimas ardientes cayeron sobre
sus mejillas sin darse cuenta. Mongryong se sintió avergonzado y rápidamente se limpió las lágrimas con la
manga de la camisa. Hyeyoung abrazó gentilmente a su hermano menor y lo acarició con la mano.

—…está bien.

Mongryong apretó los dientes con fuerza y no respondió nada. Su corazón latía como si lo estuvieran
apuñalando con un cuchillo. Y aunque Hyeyoung le acariciaba la espalda y le decía que todo estaba bien,
sus lágrimas no se detuvieron fácilmente.

UNDÉCIMA HISTORIA PARTE 2

—¿Estás bien, hyung-nim?

El rostro de Doosan estaba lleno de preocupación. Y eso fue porque Jeha se levantó y se sentó en la cama.
Se desnudó la parte superior del cuerpo y se envolvió el abdomen con una venda blanca. Un poco de
sangre se filtra en el vendaje. Frunció levemente el ceño y su mandíbula se apretó como si le doliera
mucho.

—Llamaré al Dr. Yun.

—Estoy bien.

—El presidente Seok dijo que lo llamara cuando se despertara.


Jeha se levantó de la cama. Sentía tanto dolor que no era suficiente con tomar medicamentos. Mientras
caminaba hacia un lado para ponerse una bata, se miró en el espejo. Su cara estaba completamente
arruinada. Como no pudo soportar esa visión, inmediatamente volvió la mirada.

—¿Quiere contactarse con él ahora que está despierto?

—No.

Jeha afiló los dientes. Era su padre, pero esto había sido más que asombroso. Sin embargo, era un acto
correcto según los estándares del presidente Seok. Utilizar el mismo método con el que castigaba a las
personas que traicionaban a la organización sobre su propio hijo.

Se puso la bata y se dirigió hacia la sala de estar. Doosan lo siguió.

—Lo siento. Deberíamos haberle servido mejor. Deberíamos haberlo seguido incluso aunque usted
se negara.

—El anciano estaba determinado a atraparme, ¿qué podrían hacer ustedes para detenerlo?

—Lo siento.

Jeha le hizo una seña para que se detuviera. Ya habían hecho suficiente. Si sus subordinados hubieran
estado allí, el presidente Seok podría haber utilizado la fuerza contra ellos. No sabía que tanto le había
dicho Park Nakyung, pero las cosas ya estaban mal.

Fue su error no poder analizar correctamente la mente de Lee Mongryong.

Sintió ganas de morderse los labios, así que sacó un cigarrillo de la mesa y lo encendió. Doosan se contuvo
de expresarle las palabras del médico que le había recomendado que dejara de fumar por el momento.

Se apoyó en el sofá y chupó profundamente el cigarrillo. La nicotina que contenía se sentía un poco
pesada. A medida que exhala el humo, este se eleva espeso.

Doosan estaba ansioso por recibir alguna seña de Jeha. Pero él no le ordenó que saliera incluso cuando
terminó de fumar. Pensó que sería mejor que el presidente Seok se pusiera en contacto directamente con
él. Y cuando intenta salir de la habitación, la voz de Jeha lo detiene.

—¿Qué pasó con él?

Doosan que comprendió de inmediato, dudó un momento y respondió.

—Fue a Namwon.

Jeha no preguntó más. Frotó el cigarrillo que sostenía en un cenicero y tomó otro más. Esa última escena
donde Mongryong estaba temblando mientras lo miraba y sostenía un cuchillo tenía un claro propósito.

Porque Lee Mongryong era ahora la debilidad de Seok Jeha.

—Al final, todo acabó así.

Jeha cerró los ojos, apoyándose en el sofá con cara de cansancio. Doosan se marchó silenciosamente. La
quietud llegó a la sala. Suspiros y risas vanas se entrelazaron entre sus labios.

... Maldición. Todo terminó.


¿Debería haber usado la salvaguarda que Junyoung me dio por adelantado ? Sin embargo, lo mismo
que ocurrió con Kim Sung-sik hace 10 años pasó con Lee Mong-ryong, y la elección siempre la tomó él
mismo. No era necesario culpar a nadie, ya que todos los resultados fueron suyos.

El rostro del chico que vio por última vez sigue flotando en su visión. Una esquina de su pecho se endurece.
Y a pesar de sentir como la colilla del cigarrillo lo quema, Jeha ni siquiera pudo moverse de su sitio.

***

Mongryong yace en el suelo y mira hacia el techo. En esa posición, cierra lentamente los ojos y luego los
abre de nuevo. Cada vez que los cierra, piensa en la cara de Seok Jeha y cree que está loco. La última visión
de su rostro es tan vívida como si estuviera aún frente a él. Entonces, extiende la mano y la cierra en un
puño.

—Vete. Sus globos oculares comienzan a arder. Al sentir que está a punto de llorar, se cubre los ojos con
las manos.

Cuando escucha el sonido de la puerta abriéndose, Hyeyoung entra. Al parecer trae algo en una bandeja.
Mongryong vuelve la cabeza y se levanta a regañadientes de su puesto. Hyeyoung deja la bandeja en el
suelo. Tuk.

—¿Qué pasa si no desayuno y quiero seguir acostado?

Mongryong se apoya contra la pared y se sienta. Sus labios están secos y apretados, y sus ojos muy rojos.
Con solo verlo, da la impresión de estar enfermo.

Hyeyoung empuja la bandeja hacia él.

—Come un poco aunque no quieras. Si sigues así, te vas a enfermar. Date prisa.

Mongryong simplemente mira la comida pero no se mueve. Cuando Hyeyoung lo llama por su nombre, él
levanta la cabeza y hace contacto visual con ella.

—Déjala ahí. Me la comeré más tarde.

La voz parecía adormilada, porque no salía correctamente. Su rostro estaba más apagado que cuando llegó
a Nanwon hace unos días. Hyeyoung lo insta a comer rápidamente, mientras se sienta, ignorando su estado
de ánimo trastornado.

—Cuando te vea comer, me iré.

Mongryong se acuesta sin dudarlo. Hyeyoung suspira al verlo tirar de la manta hasta arriba y cubrirse como
si estuviera molesto. Ella le baja la manta y trata de obligarlo a comer, pero en ese momento, se escucha la
voz de un niño afuera de la puerta.

—Noona, alguien vino.

También se escucha débilmente la voz de un hombre diciendo ‘gracias’. En el momento en que Hyeyoung
mira hacia atrás, Mongryong se levanta y se sienta primero. Los ojos, que miran hacia la puerta, tiemblan.
Hyeyoung no pudo ocultar su expresión perturbada mientras observaba a Mongryong.
Ella intenta ponerse de pie, pero Mongryong se levanta primero y luego salta. Fue un movimiento tan ágil,
que era increíble que lo hiciera una persona que llevaba días acostado sin comer.

—¿Eh, afuera? Puede escuchar la voz de Mongryong. Y como si Hyeyoung lo esperara, suspiró y luego se
puso de pie.

****

El revestimiento amarillo del suelo estaba gastado y roto. Tenía una cinta transparente encima. Mongryong
mueve su mirada hacia arriba por un momento.

No sabía que vendría. Al mirar la expresión de Hyeyoung, notó que había recibido una llamada por
adelantado. Ella se ofreció a traer el auto y desapareció en algún lugar.

Junyoung sonríe torpemente cuando sus ojos se encuentran. Mongryong, que había saltado emocionado
hace un momento, ahora se sentía decepcionado. ¿Acaso pensé que era Jeha?

—No sabía que vendrías, fiscal.

— Hyung.

Cuando lo escuchó, sonrió con burla, al recordar que él soñaba que lo llamara Hyung. Junyoung también se
rió. Su sonrisa era similar a la de Seok Jeha. Ellos se parecían mucho físicamente. Pero sus personalidades
eran diferentes.

—Estás muy delgado.

—Ellos me dijeron que tú me trajiste aquí… .

—…no me enteré de nada, hasta que todo ocurrió. Lo siento mucho.

Junyoung se disculpó sinceramente. Fue su error conformarse con las medidas que se habían tomado.
Nunca pensó que el presidente Seok llegaría tan lejos. Cuando escuchó la historia y corrió a ayudarlo,
Mongryong ya se había desmayado.

También fue Junyoung quien persuadió al presidente Seok, quien todavía se preguntaba si debía
eliminarlo, para que lo enviara a Namwon. Le recordó su promesa. Le dijo que si tocaba a Lee Mongryong,
se arrepentiría después.

Afortunadamente, el presidente Seok aceptó la propuesta de Junyoung. Sin embargo, debido a su


personalidad, sabía que nunca dejaría en paz a Lee Mongryong. Si no lograba lo que se proponía, al final
siempre acababa todo de raíz. Era una persona muy desagradable.

—¿Estás bien?

Mirando su apariencia decaída, no parecía que estuviera bien. Mongryong asintió con una cara
avergonzada. —Sí. Más o menos.

Junyoung mira alrededor de la habitación. Encontró una foto en su escritorio. El cabello negro de la imagen
no le era familiar. Recordó cuando conoció a Lee Mongryong y lo investigó durante mucho tiempo.

—¿Por qué viniste aquí?


—Hablé con Hyeyoung antes de venir, y ella me dijo que no te sentías bien. Así que vine a
comprobarlo con mis propios ojos.

Mongryong murmuró que su hermana mayor había dicho cosas inútiles. Junyoung se sintió incómodo ante
su molesta apariencia. Entonces, evita seguir hablando sobre el tema, abre su bolso y saca algo.

Mongryong que había estado evitando su mirada, lo miró. Después de un rato, aparecieron dos libros en su
mano. Y después, se los entregó a Mongryong. Eran libros de historietas. Mongryong lo miró con una cara
ligeramente confundida.

—¿No estás sorprendido?

Los ojos de Mongryong se estaban volviendo más delgados. Era su caricatura favorita. Se habían publicado
más de 50 volúmenes, pero justo antes de su finalización, el autor detuvo la serialización hace varios años
por motivos personales. Gracias a eso, siempre se sintió incómodo, como si le estuvieran cepillando el
trasero.

Pero esta vez, se completó como un libro sin serialización. Junyoung le pide que lo vea con un rostro
orgulloso. Sin embargo, el rostro de Mongryong lucía extraño. Era como si estuviera avergonzado.

—¿Qué? Siempre decías que esta era tu historia favorita. Incluso amenazaste al escritor para que lo
completara, y ahora ¿estás triste?

—No es eso… .

—¿Entonces qué?

—Ya lo leí. En la sala de historietas.

Las cejas de Junyoung se endurecen. Cuando Mongryong le dijo que ya lo había leído hace mucho tiempo
con una cara astuta, Junyoung tembló y chasqueó la lengua. Se había alegrado de verlo en la librería, y por
eso se lo había comprado.

Los ojos de los dos quedaron atrapados en el cómic casi al mismo tiempo. Junyoung tenía una cara triste, y
Mongryong se rió un poco porque estaba agradecido y al mismo tiempo arrepentido por herir las
intenciones de Junyoung. De hecho, tal vez quiso transmitirle su consuelo a través del libro. Eso era bueno.

—Sin embargo…gracias.

—¿Te estás burlando de mí?

—Fue gracioso verte la cara.

—Tal vez sea porque eres muy bueno mintiendo.

[¿Hay algo de verdad en lo que me dijiste?]

La voz de Jeha flota en sus oídos. Tan pronto como su expresión se oscurece, Junyoung le pregunta si está
enojado por lo que acaba de decir. Mongryong sonrió y negó con la cabeza. No, estoy bien.

—Parece que fue ayer cuando te vi por primera vez, ¿Cuándo creciste tanto?

—En ese entonces no era tan joven. Tenía aproximadamente la misma altura que ahora.

—De alguna manera, parece que has crecido mucho…Es un poco triste… .
Junyoung sonríe amargamente. Mongryong quería decirle que siempre ha sido alto, pero Junyoung repite
sus palabras.

—La gente dice que las heridas endurecen a las personas… pero yo pienso diferente. Creo que el
amor, no el dolor, es lo que hace que una persona sea fuerte.

Mongryong cierra la boca ante la palabra amor. No había hablado mientras miraba el comic que Junyoung
le había regalado. Junyoung habló de nuevo.

—Es por eso que nuestro Mongryong ha crecido mucho.

Habló con un tono de arrepentimiento y singularidad. Al principio, estaba preocupado por la situación en la
que él vivía. Luego resultó que tenía el deseo de atesorarlo, así que lo hizo bien. Eso pensó, pero al ver que
él estaba con Jeha, se sintió confundido. Tal vez el que había perdido todo no era Jeha, sino él mismo.

Mientras seguía sonriendo amargamente, Mongryong lo miró desconcertado. Junyoung ocultó su pesar y
dio a conocer noticias por las que Mongryong podría sentir curiosidad.

—¿Quieres saber cómo está Jeha?

Cuando se le pregunta directamente, Mongryong contiene la respiración. Incluso el escuchar el nombre de


Seok Jeha hace que su pecho se hunda. Sus dedos estaban entumecidos. La sensación de apuñalarlo con
un cuchillo era tan vívida como si lo hubiera acabado de hacer.

Cuando cerró la boca y no dijo nada, Junyoung asintió, como diciendo que sabía que lo haría.

—Era la mejor opción para él.

Mongryong no pudo refutar. Indudablemente era la mejor opción. De lo contrario, Hyeyoung podría haber
muerto. Si Lee Hyeyoung moría y no apuñalaba a Seok Jeha, habría sido un resultado terrible.

—Tómalo con calma.

No te culpes. No tienes nada que lamentar.


Mongryong levantó la mirada y miró a Junyoung. Honestamente cuando Lee Hyeyoung fue secuestrada, se
sintió resentido. Así fue, pero ahora solo lo sentía. Lo siento…Lo siento de nuevo…no sé qué hacer.

Al mirar a Mongryong, Junyoung sonrió sin ganas.

—¿Qué quieres que le diga a Jeha si pregunta por ti?

—… .

—¿Le digo que estás bien? O… .

Junyoung hace una pausa y pregunta. ‘¿Le digo la verdad?’ No sabía cuál era la verdad, pero la odiaba.
Mongryong baja la cabeza y le dice que no le diga nada.

—Simplemente dile que no lo sabes. O que estoy muerto.

Junyoung se ríe y le dice que no diga algo tan absurdo. Su mirada vagaba de un lado a otro.

¿Alguna vez en la vida podré volver a ver a Seok Jeha? ¿Seguiré pensando en él cuando vea a
Junyoung? No, no puedo ir a verlo ahora. Su mente estaba a punto de complicarse.
En ese momento, se proyecta una sombra en la puerta. Y la voz de Hyeyoung pregunta si puede entrar.

UNDÉCIMA HISTORIA PARTE 3

—Deja de quejarte.

Hyeyoung sacó la ropa de la lavadora. Era la ropa de los niños que se alojaban en el templo. La puso en
una canasta. Además, Mongryong la ayudó, aunque tenía que reprenderlo constantemente. Durante mucho
tiempo, vivió como si hubiera renunciado a vivir, pero después de que Seok Junyoung se fue, gradualmente
estaba volviendo a su antigua forma de ser.

—¿Así que realmente te conviertes en monje?

—Te lo dije la última vez.

Hyeyoung se rió. Parecía de buen humor. Mongryong puso la ropa lavada en una canasta, haciendo que su
rostro se viera incrédulo. Esperaba que fuera una broma, pero no lo fue. A pesar de que sabía que no tenía
caso, criticó a Hyeyoung diciéndole que estaba loca.

—Espero que no te arrepientas más tarde. ¿Cómo puedes despertarte tan temprano con tanto sueño
que hace?

—Al principio, como dijiste, estaba muy asustada…Pero ahora que estoy aquí…me siento muy
cómoda y tranquila. Mongryong. Ahora sé que aquí es donde debería estar.

Hyeyoung extendió la mano y cubrió las mejillas de Mongryong. Él la miró en silencio. Sus ojos estaban
llenos de resentimiento y pesar. Como dijo Hyeyoung, su expresión se veía como nunca antes. Entonces no
pudo soportarlo más.

Mongryong levantó la cesta de la ropa sucia y se dio la vuelta. Entró en la habitación. Era invierno, así que si
la dejaba afuera, tardaría unos dos días en secarse. Así que la colgó en la habitación.

Cuando los niños pequeños encontraron a Mongryong, rugieron y le jugaron una broma. Mongryong se
molestó y los gritó.

—Váyanse, no me siento bien en este momento.

Los niños imitaron las palabras y los gestos de Mongryong. Cuando él los amenazó con golpearlos, se
asustaron y huyeron. Mongryong apretó sus puños. Después de lavar la ropa y colgarla, se detuvo cuando
vio una imagen a un lado de la estantería.

Era una foto de cuando él y Hyeyoung eran jóvenes. Ella sostenía sus manos con fuerza entre los otros
niños. Como si nunca las fuera a soltar. Ver esa foto lo hizo sentir más raro. Sintió que le dolían los ojos sin
ninguna razón, así que suspiró por un largo tiempo, se alejó de la foto y comenzó a colgar la ropa lavada
con brusquedad.

En ese momento, sintió a alguien viniendo por detrás.


—Oye. Tienes que sacudirla antes de colgarla. Si la cuelgas como está se arrugará.

Era el monje jefe. Fingiendo no haberlo escuchado, Mongryong sacudió bruscamente la ropa y la
colgó. Pam. Inmediatamente, las castañas volaron sobre su cabeza. Mongryong se frotó la cabeza golpeada
e hizo una mueca.

—Parece que tienes mal genio.

Mongryong hace un puchero y luego vuelve a sacudir la ropa. Lo hizo mejor que antes. El monje que lo
estaba mirando le dice que está bien, y comienza a ayudarlo.

—No importa lo arrugada que esté la ropa, si la sacudes y la cuidas, se alisará. Lo mismo ocurre con
las personas.

—Si es un consejo, detente. ¿Quieres que me convierta en monje?

—Incluso aunque no quieras, seguiré intentándolo. Si no puedo vencer tu temperamento, los


creyentes no estarán felices.

Luego le miró los calcetines y se rió.

—Parece que fue ayer cuando tanto tú como Hyeyoung tenían los pies pequeños ... Has crecido
mucho.

—… .

—Oye. No te enojes tanto. En algún momento pensé que Hyeyoung podría convertirse en monje.

Mongryong suspiró y se dispuso a colgar la ropa sin decir una palabra. Entonces comenzó a murmurar que
era una locura. El monje esperó a que terminara de hablar sin apresurarlo. Después de dudar varias veces,
Mongryong dejó de hablar.

—Ahora soy como un cometa caído. No tengo a nadie.

Pero después de hablar, inmediatamente borró su expresión oscura y siguió colgando la ropa con
indiferencia. Y como si el monje conociera sus sentimientos, le acarició la cabeza.

—No haga eso.

—Es porque eres lindo.

—¿Cuantos años cree que tengo?

—La edad no importa para un padre, un hijo es un hijo.

Mongryong se calla la boca ante las palabras, padre e hijo. Cuando era más joven, y el monje le habló de
eso, le preguntó si realmente eran padre e hijo. Pero a medida que pasaban los años, se dio cuenta que era
inútil seguir hablando de eso. Sabía que había personas que podían convertirse en una familia aunque no
estuvieran mezclados por sangre.

Dejó sus pensamientos a un lado y colgó la ropa que faltaba. Se extendió sin arrugas. Espero que mi vida
sea así en el futuro.
****
Mongryong parecía avergonzado. Su cabello había crecido bastante y fue al centro a teñirlo, pero no trajo
su billetera. Cuando buscó en su bolsillo, todo lo que encontró fueron 700 wones.

Pensó que no tenía mucha suerte y trató de regresar, pero mientras lo hacía, cambió de opinión y decidió ir
a la ciudad y caminar.

Era una ciudad pequeña, pero tenía todo lo que se necesitaba. Vagó un rato mirando un volante frente a la
tienda de teléfonos móviles. Pensó en regresar al otro día y comprar uno.

La mayoría de las tiendas estaban cerradas. Como estaba en el campo, comenzó a quejarse de que cerraran
tan temprano. Un grupo de estudiantes de secundaria con uniformes escolares se reunieron al frente.
Mirando sus uniformes, Mongryong se dio cuenta que pertenecían a la misma escuela a la que él había
asistido. Verlos con el uniforme puesto y sosteniendo un cigarrillo fue todo un espectáculo.

—Joder, cuando yo estaba en la escuela, fumaba a escondidas. Las cosas son terribles en estos días.

Al pasar al lado de ellos, un estudiante rechifla. Cuando Mongryong se dio la vuelta, la multitud se paró
junto a él, golpeando una pared. Mongryong arqueó una ceja. ¿Qué situación es esta?

—El color del cabello de ese Hyung es increíble. Es color rosa.

—Qué loco, es totalmente gay.

Mongryong parecía consternado. ¿Es este joven un chamán? Lo supo de un vistazo . Cuando pensaron
que Mongryong estaba asustado porque no hubo respuesta, el más alto de ellos dio un paso adelante. Con
un metro ochenta, era mucho más alto que Mongryong.

—Hyung. Queremos ir a una sala de karaoke, pero ahora mismo no tenemos dinero. ¿Podrías
prestarnos un poco?

Mongryong lo miró y se rió.

—Si te lo presto ... ¿Me lo devolverás?

—Sí, te lo devolveré.

—¿Cómo? Ni siquiera sé tu nombre.

—Oh, no necesitas saberlo.

Mongryong fingió buscar en su bolsillo. Sus ojos brillaron. Entonces, sacó la mano vacía del bolsillo. Y puso
una cara muy triste.

—¿Pero qué vas a hacer, si tu hyung dejó su billetera?

Las palabras de Mongryong fueron aterradoras y los chicos se paralizaron en el acto. Se escuchó a las
chicas que estaban a su lado sonreír.

—Oye, no hagas eso y déjalo en paz. Eres muy guapo.

—Oppa ~ No hagas eso, solo pasa el rato con nosotras. Pagaremos el karaoke.

—Oye, deja eso así. Ven acá. ¿Cómo estás? No tengo novio.
Mientras hablan, se ríen y dicen que les gusta. Mongryong miró a las chicas que sonreían en grupo y les
lanzó unas palabras.

—Largo de aquí, perras locas.

Las caras de las chicas se arrugaron. Uno de los estudiantes tiró bruscamente del cuello de la camisa de
Mongryong cuando lo escuchó insultando a su novia. Mongryong miró su mano.

—Joder, ¿qué estás haciendo? ¿Te estás burlando de nosotros?

Como si Mongryong hubiera renunciado a todo, inclinó los hombros y dijo.

—No tengo dinero. Revísame. Dejé la billetera.

—¿Y si encuentro algo? Si lo hago, ¿me lo puedo quedar?

—Haz lo que quieras, estúpido. Revisa por todas partes. Hazlo ya. Busca rápido.

Mongryong levantó ambas manos, instándolo a que lo hiciera. Los rostros de los chicos estaban
ligeramente distorsionados. Al notar que tenía una oportunidad, el grandulón se acerca y revisa los bolsillos
de Mongryong.

El chico metió la mano en el bolsillo, pero todo lo que encontró fue un pañuelo de seda y 700 wones.
Cuando Mongryong le pidió que le entregara el pañuelo, el estudiante lo tiró al suelo.

—¿Qué es esto? Eres realmente un mendigo.

—Te dije que no tenía dinero.

—Stup. Oh, que mala suerte, joder. Uno de los chicos escupió en el suelo y se acercó a Mongryong.

—Si no hay dinero, debes tener toda la razón. ¿Podrías darnos otra cosa?

—¿No piensas dejarme en paz?

—Eres gracioso y creo que me enamoré. Como no tienes dinero, puedes pagar con otra cosa. Hoy
estoy de muy mal humor. Entonces, si no tienes dinero, dame tu cuerpo. ¿Sí?

El estudiante tocó la frente de Mongryong con su dedo. Mongryong lo miró con cara de enojo.

—Detente. ¿No sabes que odio que me toquen?

—¿Qué pasa si no te gusta? ¡Qué vas a hacer, idiota!

Cuando Mongryong agarra el dedo del chico y lo tuerce, estalla un grito —Ahhh. Dobló la pierna sin que
nadie se diera cuenta, agarró al chico de enfrente y le pateó el abdomen con las rodillas. En un instante, el
chico se agarró el estómago, cayó al suelo y gimió.

Los chicos que estaban al lado viendo lo que sucedía, de repente se miraron entre sí avergonzados.

—Mierda. Váyanse de aquí. Dejen de joder a la gente de mal humor.

—¡Toma esto, idiota! Uno de los chicos que estaba parado, corrió apresuradamente hacia Mongryong y le
lanzó un puñetazo. Mongryong lo evitó y pasó por encima de su pierna. Los estudiantes rodearon a
Mongryong mientras las niñas regresaban.
Vio una botella que estaba tirada en el suelo y que se chocó con su pie. Mongryong la recogió y la aplastó
en su cabeza. Las expresiones faciales de los estudiantes se endurecieron al mismo tiempo. El líquido
derramado de la botella mojó su cara. Mongryong lamió la botella rota con la lengua y se rió en ese
momento.

—Vengan, bastardos de mierda.

Al verlo, los chicos rápidamente se aterrorizaron.

***

El dueño del puesto de comida le sirvió los bocadillos. Luego, coloca una botella de soju junto a una botella
de sidra. Mongryong mira el reflejo de su rostro en una cuchara. Tenía un hematoma azul en la frente.
Después de hacer una mueca dolorosa, rebuscó en sus bolsillos.

Sacó varios billetes de 1,000 y 10,000 wones. Los obtuvo de ellos. Aunque no tuvo que amenazarlos, al
parecer no eran tan malos como aparentaban, porque le entregaron el dinero más rápido de lo que
pensaba. Después de contarlo, calculó el precio de los bocadillos y el alcohol. Parecía ser suficiente.

—Bastardos. Tienen dinero y se atreven a molestar a la gente.

Giró la cabeza y le pidió un vaso al dueño del stand. El dueño, que era bastante mayor, le dio uno.
Entonces, agarró el soju que tenía al lado, llenó el vaso como si solo fuera ligeramente visible desde el
fondo, y lo completó con sidra.

Se comió los bocadillos y sorbió su bebida.

—¿Por qué un chico tan guapo y soltero bebe solo? Come un poco de esto.

El jefe de buen corazón le sirvió un plato de fideos adicional. Después de que Mongryong le dio las gracias,
lo tomó y se lo comió mientras lo soplaba. Sin darse cuenta, su mirada se dirige hacia su muñeca. Le llamó
la atención que no llevaba puesto su rosario.

Siempre que tenía sexo, se sentía culpable, así que lo dejaba por fuera de la habitación, entonces supuso
que lo había olvidado en el officetel. —Maldición. Entonces pensó que si se compraba uno nuevo sería
suficiente, y continuó bebiendo sidra. Su cara rápidamente se puso roja porque tenía poca tolerancia al
alcohol.

Una vez que comenzaba a beber, no podía parar. Se sirvió más soju y lo volvió a revolver con sidra. Era
extraño que su estado de ánimo decayera mientras aumentaba su embriaguez. Sus ojos temblaron. Era
como si sintiera que Seok Jeha aparecería en algún lugar como antes.

Bajó la mirada hacia sus manos. El día que se tiñeron de rojo con sangre era tan vívido como si estuviera
ocurriendo actualmente frente a sus ojos. Esa cara que le sonrió tristemente hizo que le doliera el pecho. Su
corazón latía constantemente. Era tan pesado como una piedra y le era difícil respirar.

—Mierda. Ni siquiera te dije adiós.


Vertió soju nuevamente en el vaso. Lo tragó de inmediato. Ya fuera amargo o dulce, no sentía su sabor. Su
garganta le ardía como si estuviera caliente, y de repente su estado de ánimo se calmó. Estaba muy
confundido.

La gente siempre se emborracha por lo mismo. Pero en su caso, la embriaguez aumenta, pero su mente
sigue lúcida. Estaba bebiendo para vaciar su cabeza por un tiempo, para olvidar, pero sigue pensando en
Seok Jeha y eso lo está volviendo loco.

Ahora, aunque mastique una botella en lugar de un pañuelo de papel, no habrá nadie que lo condene. Se
sintió triste por ese pensamiento. Se sirvió el licor restante, se lo metió a la boca, sacó varios billetes
arrugados de su bolsillo y calculó el precio del licor.

En ese estado, caminó por la calle después de salir del stand. Sus ojos daban vueltas y se sentía
terriblemente mal. Pensó que tenía que levantarse e irse a casa. Si no se iba pronto, Hyeyoung estaría muy
preocupada.

Como no tenía teléfono, sintió un consuelo inesperado. Si tuviera uno, tal vez Hyeyoung lo habría llamado
una docena de veces.

Teléfono…llamada…
Mongryong dejó de caminar frente a un teléfono público. Revisó sus bolsillos. Sacó varios monedas.
Mirándolas, entró en la cabina telefónica. Se apoyó en la cabina y descolgó el auricular.

No recordaba cuando fue la última vez que usó un teléfono público. Con eso en mente, introdujo una
moneda y puso el auricular en su oído. Después de un rato, escuchó un pitido. Y pulsó los once números
que le vinieron a la mente.

La señal entra. Después de un tiempo, una mujer contesta. Su corazón se aceleró. Estaba sin palabras. Y
entonces, abrió la boca con fuerza.

—¿No es ese el celular de Seok Jeha?

[No. Ha marcado mal.]

—Oh, lo siento.

Terminó la llamada en el acto. Luego suspiró de alivio. Se pasó la mano por la cara. Una risa vana seguía
saliendo de sus labios. En el momento en que la mujer contestó la llamada, su estado de ánimo decayó,
como si fuera arrastrado por el suelo. ¿No fui yo quien le dijo que se casara y viviera bien? Lo hice,
entonces por qué.
Mongryong volvió a presionar el botón. La señal entró y esta vez un hombre contestó al teléfono. Con solo
escuchar esa voz supo que no era Seok Jeha. Oh, carajo. No puedo recordarlo. Pulsó varios números
similares sin cesar. Como resultado, hubo un lugar al que llamó dos veces. Se quedó sosteniendo el
teléfono sin señal por un rato.

Buscó más monedas en su bolsillo, pero ya se habían agotado. Entonces, murmuró para sí mismo al frente
de un teléfono que no podía marcar.

—… Contéstame, Seok Jeha.


El teléfono seguía emitiendo un pitido. En ese estado, golpeó su frente contra la cabina.

— Ah, realmente quiero verte.

—… Te extraño, Jeha.

***

Jeha recibió el teléfono después de que la doncella contestó la llamada. Luego, se dio la vuelta y miró por
la ventana. El clima seguía tan gris como antes y las gotas de lluvia comenzaron a caer una a una. Apretó el
teléfono que estaba en su mano.

Se había sentido incómodo, porque el teléfono había sonado a mitad de la noche. Cuando revisa el código
de área, se da cuenta que la llamada viene del lado de Nanwon, lugar donde está Lee Mongryong. Y por
eso, le ordenó a una criada que contestara el teléfono. Después de que esta dijo que había marcado mal, se
cortó la llamada.

La criada cuelga y le dice que era un hombre que parecía estar borracho. Su corazón se volvió un lío. No
podía apartar los ojos de la lluvia torrencial. ¿Era Lee Mongryong? Un dolor desconocido surge desde el
costado donde fue apuñalado. Y luego, se extiende por todo su cuerpo.

[No vuelvas a encontrarte con él. Si lo haces, el que saldrá lastimado será él, no tú.]

La advertencia del presidente Seok le vino a la mente. Si no obedecía, Lee Mongryong correría peligro.
Aunque fue él quien recibió la puñalada, fue Lee Mongryong quien resultó herido. No puede olvidar esa
expresión de su rostro atormentado. Si sigue pensando en ello, teme que sus lágrimas se derramarán.

Se queda mirando en silencio su sombrío reflejo en la ventana. Lucía horrible. Su cara y su cuerpo todavía
estaban destrozados. Sabía dónde estaba, pero tal vez no hacía nada porque tenía miedo de no poder
correr después de un mes como antes.

En el momento en que el automóvil se hundió bajo el lago, recordó su eterna pesadilla de ser secuestrado
y casi asesinado. Sin embargo, le tenía mucho más temor a que Lee Mongryong pudiera salir lastimado. En
ese momento, quería salvarlo de cualquier manera, hasta el punto en que pensó en cortarle la muñeca. Así
es pero…
Haa. Jeha cerró los ojos como si no quisiera ver más su rostro reflejado en la ventana. Cálmate.
¿No podré escuchar tu voz nunca más?
Se lamenta tardíamente de no haber contestado. Rompe el teléfono que ya no suena y después lo aprieta
con fuerza.

****

Mongryong se quitó los zapatos y regresó al salón del templo. Luego, se acuesta frente a la estatua de
Buda. El olor a esencia se introdujo en su nariz. Es un olor que le ha aburrido desde que era niño.

Se acostó y miró hacia el techo. Cuando era más joven, odiaba vivir en el templo. Odiaba todas las estatuas,
esculturas y pinturas de Buda que se colocaban aquí y allá. Más aún en los días en que venía mucha gente.
No podría ser bueno que las mirara con disgusto.
Quería dejar el templo, así que se escapó de la casa decenas de veces. Pero al final de cuentas, era al único
lugar al que podía regresar. Y siempre volvía de la misma manera, herido y desgarrado.

Mongryong se acercó y se sentó frente a Buda para mirarlo fijamente. Y luego, enarcó una ceja mientras
observaba la estatua que siempre tenía una sonrisa amistosa.

—¿Qué es lo que te divierte tanto?

La voz de Mongryong resonó en el salón. Entonces, se puso de pie y se enfrentó a Buda. De repente, se
sintió resentido. Aunque un poco tarde, intentó levantarse y trabajar duro, pero el resultado no fue bueno,
así que no se sentía feliz por nada. Su cuello se puso rojo de la ira y alzó la voz.

—Dime. ¿Me estás haciendo esto a propósito?

Siguió hablando mientras la estatua sonreía.

—No, quieres que ría, beba y hable. Se supone que después del sufrimiento, llega el placer,
¿Entonces? ¿No es así? Joder, pero incluso si tenía que pasarla mal, esto es demasiado.
Honestamente, si Buda tuviera que sufrir tanto como yo, probablemente ya estaría aburrido. Quiero
decir, yo no puedo soportarlo aunque siga sonriendo. ¿Me odias? No, ¿entonces por qué me haces
esto a mí? ¡Dime! ¿Eh? ¡Dime! ¡Oh, mierda!

Mongryong no pudo soportarlo más y pateó la estatua de Buda. Al mismo tiempo, una vara de bambú se
adhiere a la parte superior de su cabeza. —Agh, Mongryong envolvió su cabeza y miró hacia atrás. El
monje jefe estaba de pie con una vara de bambú y lo miraba con severidad.

—De verdad que eres impertinente.

Al echar un vistazo a su alrededor, pudo ver a Hyeyoung y a las personas de la congregación que lo
miraban con expresiones avergonzadas. Mongryong inclinó la espalda hacia el monje jefe. Pero quizás,
debido al alcohol, no pudo sostener la postura y se tambaleó hacia un lado.

—Lo siento. Lo siento mucho.

Hyeyoung se quitó los zapatos y entró al salón y sostuvo a Mongryong. Ella miró con pesar al monje
diciendo que lo sentía y le dijo a Mongryong que se levantara.

Mongryong le pidió a Hyeyoung que lo soltara y caminó hacia la entrada. Después de dar un paso, se
detuvo. Hyeyoung y el monje corrieron asustados, pero se sorprendieron al verlo de cerca. Estaba dormido.

El monje se tocó la frente asombrado. Hyeyoung agitó a Mongryong para despertarlo, pero él no se movió.

UNDÉCIMA HISTORIA PARTE 4

La luz del sol entró en la habitación. Thump, thump, thump, thump, thump, thump, su cama estaba
ruidosa. Mongryong abrió los ojos a la fuerza. Sus párpados estaban hinchados y le dolía la cabeza como si
se le fuera a partir.
La luz del sol brillaba por toda la habitación. Los niños corrían junto a la cama de Mongryong y jugaban a
atrapar la pelota. Envolvió su cabeza con las manos y se sentó.

Los niños hacían mucho ruido, así que se acercó a ellos, los gritó y espantó y luego miró dentro de la
habitación. El reloj de pared marcaba la 1:00.

—Oh, enserio.

De repente recordó lo que había pasado anoche. Se tomó unos tragos en un puesto, regresó al templo e
hizo una escena vergonzosa. Se agarró la frente y se culpó a sí mismo por ser un loco.

¿Entonces se levantó y abrió la puerta? Escuchó una voz que decía esa. Era Hyeyoung. Cuando
Mongryong levantó la cabeza, sus ojos se agrandaron como una lámpara de flores. Esto se debe a que
llevaba puesto un traje y un sombrero gris que generalmente usaban los monjes.

Mongryong no podía apartar los ojos de su apariencia con la boca abierta. Hyeyoung tocó su cabeza como
si estuviera avergonzada.

—Es un poco incómodo. Lo sé.

Como Mongryong no pudo hablar, Hyeyoung entró y cerró la puerta. Se sentó en el suelo y le preguntó si
se sentía bien. Mongryong todavía estaba consternado.

—¿Te parece tan extraño?

Mongryong ocultó su triste sensación y abrió la boca con fuerza.

—Es muy extraño. Y gracioso.

—Y eso que aún no hemos realizado el proceso formal. ¿Es peor de lo que pensabas?

Hyeyoung sonrió alegremente. Fue la expresión más brillante que había visto en su rostro recientemente.
Mongryong no podía conectar sus ojos porque se sentía adolorido.

Cuando vio su rostro relajado, incluso pensó que era lo mejor para ella.

Mongryong suspiró durante mucho tiempo para calmar su ruidoso interior, pero Hyeyoung le agarró la
mano con suavidad. Entonces él miró su mano y cerró la boca.

—¿Por qué bebiste tanto alcohol ayer?

Mongryong no respondió. Ayer hizo una llamada telefónica y finalmente volvió al puesto de comida. Le
pidió al dueño que le cambiara el billete de 10.000 wones por monedas.

Regresó a la cabina telefónica y siguió llamando hasta que se quedó sin dinero. Una mujer que atendió su
llamada equivocada por cuarta vez le juró que llamaría a la policía con todo tipo de palabrotas.

Mongryong se agarró la cabeza en agonía ante el recuerdo que le había venido a la mente.

—¿El monje jefe está muy enojado?

—Puede que tengas que pagar 3000 veces más tarde como castigo.

—Si lo hago, vomitaré todo el salón.


Hyeyoung le dio más fuerza a la mano con la que lo tocaba y miró su rostro. Los ojos de Mongryong se
movieron de un lado a otro.

—Debes olvidar…a esa persona.

Su mirada estaba fija en medio de la manta. Mongryong mantuvo su boca cerrada.

—Puede ser difícil…pero debes olvidarlo. ¿Si?

La voz de Hyeyoung sonaba tranquila. Como Mongryong no le respondió, Hyeyoung lo llamó por su
nombre de nuevo, con una voz gentil. Mongryong asintió un poco.

Hyeyoung se acercó en silencio y lo abrazó. Le acarició la cabeza y frotó suavemente sus hombros y
espalda. Pero Mongryong negó con los ojos lentamente.

Todo el mundo le decía que lo olvidara. Que no tenía derecho de volver a verlo. Pero su corazón late por él
todos los días, y por eso le molesta que todos le digan que lo olvide.

Mientras pensaba de esa manera, sintió pasos viniendo de afuera.

La puerta se abrió y apareció el monje jefe. Parecía que estaba muy enojado. Mongryong exhaló un largo
suspiro y se puso de pie.

****

Cada vez que la vara de bambú emitía un sonido, Mongryong levantaba el estómago en el acto. Al
principio pensó que lo haría tres mil veces, pero solo eran mil.

Había bebido demasiado alcohol y le dolían las piernas porque tenía el estómago vacío, y aunque trató de
resistirse a su castigo, era obvio que lo regañarían mucho si hacía trampa.

—Ciento ochenta y dos.

Tak, Mongryong se arrodilló, puso la frente en el suelo y las palmas en el cielo.


[Si no quieres que te pida disculpas, ¿Quieres que te hable de otra cosa? De amor o algo así.]

—Ciento ochenta y tres.

[No te acuestes con otros hombres.]

—Ciento ochenta y cuatro.

[No voy a dejarte morir. Así que mantente alerta.]

Joder. ¿Por qué sigues apareciendo frente a mí? Mongryong no se mueve con la frente fija en el suelo
del salón del templo. Desde atrás, podía escuchar a Hyeyoung llamándolo en voz baja.

Mongryong apretó los puños. Como todavía no se mueve, esta vez resuena el grito del monje como un
trueno.

—¡Lee Mongryong!
Mongryong saltó de su puesto al escuchar el sonido. Tanto el monje como Hyeyoung se sorprendieron y
abrieron los ojos como platos. Mongryong respiró lo suficientemente fuerte como para excitar su corazón y
les gritó a los dos.

—¡No puedo seguir soportándolo! ¡Creo que regresaré a arreglar este problema! Ya sea que todo
llegue a su final o no, ¡Solo así me sentiré aliviado!

—Tú, este chico… .

—Así que no se preocupen por mí.

Aunque parecía asustado después de hablar, Mongryong salió del salón. Se puso los zapatos y corrió por el
patio sin que nadie pudiera detenerlo.

Hyeyoung intenta seguirlo, pero el monje la llama. Ella sacudió la cabeza lentamente. —Solo déjalo ir.
Entonces, no pudo contener sus lágrimas, mientras observaba como Mongryong se alejaba del templo.

****

El presidente Seok miró a Park con una expresión desagradable. Se difundió la noticia de que Park
planteaba como orden del día en la reunión de accionistas, una propuesta de cese de actividades del
Director Seok. Su evidencia era firme, ya que lo acusaba de intentar apartarlo de su cargo para poner a su
hija en su lugar.

El presidente Seok lo miró fijamente a los ojos, con un cigarro en la boca.

—Lo siento mucho por el presidente. Aunque usted sabía que esas eran las intenciones del Director
Seok, no me dijo ni una palabra.

—¿Por qué tenía que decírtelo?

—He trabajado en Ilsung durante 30 años.

—Y por eso te di un puesto. Es normal que suceda eso ya que eres demasiado codicioso. Sin importar
cuánto pienses en Junyoung para el cargo, él no tiene interés en el negocio. Si has venido aquí,
compórtate como es debido y deja de lamentarte.

—Sin embargo, esa actitud del Director definitivamente no es algo que deba pasarse por alto. No sé
cuándo intentará apuñalarme por la espalda de nuevo.

—Entonces, ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Viniste aquí a amenazarme?

Cuando los ojos del presidente Seok brillaron con frialdad, el Director Park se agachó e inmediatamente
cambió su actitud diciendo que no.

Al parecer, el presidente Seok solo era estricto con uno de los hermanos, pero después de observarlo
durante mucho tiempo descubrió que estaba equivocado. Quizás era porque se parecía mucho a él, pero
era notorio que apreciaba mucho más a Jeha que a su hijo mayor, Junyoung.

—Solo estoy ansioso. Si el presidente me asegura mi comodidad… .

—¿Comodidad? ¿Estás hablando en serio?

—Espero que el matrimonio entre mi hija y el director Seok se lleve a cabo.


¿Eh? El presidente Seok se rió sin ganas. Honestamente se sorprendió, cuando Park Nakyung se acercó a él
y le contó todos los hechos. Pero ahora conocía la razón. Puede que solo fuera un presentimiento, pero lo
más seguro es que este fuera su objetivo.

—¿Quiere ser su esposa? ¿A pesar de que sabe que Jeha y tú no son amigos?

—¿Acaso no lo sabe el presidente? ¿Ella ha estado interesada en él desde antes. Es por eso que
estuve de acuerdo de inmediato.

—Hmm. El presidente Seok cerró la boca mientras sostenía el cigarro. En cierto modo, pensaba que era
mejor para Jeha, tener a Park de su lado, que ser su enemigo. Eso significaba que no lo consideraba inferior
a él.

Pensó que estaría bien que se casara con la hija de Park, si con eso podía terminar con los rumores de la
anulación de su matrimonio.

—Se lo diré a Jeha.

Una sonrisa apareció en la boca de Park. —Gracias, presidente. Luego, endureció su expresión y dijo: —
Por cierto. Presidente.
Cuando el presidente Seok le preguntó qué pasaba, Park sonrió torpemente y abrió la boca.

—Es sobre el cachorro que estaba criando el Director. Escuché…escuché que el presidente se encargó
de eso… por lo que pasó.

—Pareces preocupado.

—Me preocupa un poco que mi hija tenga problemas con un chico en lugar de una chica. Jaja, no me
malinterprete.

—Si estás tan preocupado, encárgate de eso tú mismo. De hecho, lo mantuve vivo ... pero no me
molestaría que desapareciera.

—Jaja, ¿en serio? Entonces me encargaré personalmente. Es mejor que usted esté tranquilo.

El presidente Seok mordió un puro y sonrió con frialdad. La razón por la que no pudo deshacerse de él fue
la solicitud de Junyoung, pero también lo hizo por Jeha.

Tenía que hacer todo lo que pudiera, para alejar a ese sujeto de Jeha. Tuvo que soltarlo a pesar de haberlo
atrapado, porque era obvio que Jeha se volvería loco si supiera que había muerto. Por eso le perdonó la
vida.

Esa era exactamente la razón, pero después de todo, todavía se sentía incómodo por dejarlo ir.

Pensó que no estaría mal tomar prestada la mano del Director Gerente Park en lugar de usar la suya.

***

Cuando Doosan llegó a la mansión después de salir, encontró a Jeha acostado en el sofá de su habitación
del segundo piso. Aunque era de mañana, la habitación estaba tan oscura como la noche. Al ver las
botellas de licor rodando en el piso, parecía que Jeha estaba dormido después de beber toda la noche.
Doosan puso algo sobre la mesa.

Ante el ruido inesperado, Jeha solo pudo girar la cabeza. Su rostro lucía molesto, como si con eso se
hubiera despertado. Entonces, él preguntó qué hora era, y cuando Doosan le respondió, se levantó
lentamente de la cama.

—Esto estaba en el abrigo que usted llevaba puesto, Hyung-nim.

Jeha desvió su mirada hacia lo que Doosan había puesto sobre la mesa hace un momento. Era una pulsera
de oración. Están fue regalada a Mongryong por el monje del templo donde nació y se crió. Las cuentas
marrones, estaban desgastadas y descoloridas debido a que él las había usado durante mucho tiempo.
Trató de devolvérsela el último día que lo vio, pero no tuvo oportunidad de hacerlo.

Mientras miraba la pulsera en silencio, Doosan, que vaciló un momento, abrió la boca.

—Parece que el Sr. Park pasó por la casa principal ayer por la noche.

—Bueno.

—Se habló sobre el matrimonio entre Park Nakyung y usted, hyung-nim.

—Bueno.

No se produjo ningún cambio en su expresión facial. Su mirada estaba fija en la pulsera que estaba
colocada sobre la mesa. Mirándolo, Doosan preguntó con mucho cuidado.

—… ¿Está bien, hyung-nim?

Jeha no responde esta vez. En su lugar, extiende la mano y sostiene la pulsera. La pone en su palma y la
mira por un rato.

La interesada en casarse con él, no era otra que la mismísima hija del Director Park. Era algo inaudito.
Incluso se atrevió a decir que se casaría con él porque lo había traicionado. Conocía lo que ella sentía por él
desde antes, pero aún así, era increíble.

Sin embargo, él lo entendía. Ese sentimiento de desear tener algo de esa manera. Con eso en mente, Jeha
abrió la boca.

—Doosan.

—Sí, hyung-nim.

—¿Conoces la ubicación del templo donde se aloja Lee Mongryong?

—¡Ah! Doosan no respondió y se quedó sin habla durante un rato. Una energía ansiosa se deslizó
levemente por su columna vertebral.

El presidente Seok había convocado a los tres hermanos Baek para advertirles que si eso se volvía a repetir,
les volaría el cuello a los tres al mismo tiempo. Y eso fue solo hace dos días.

—¿Qué piensa hacer con esa información?

—No. Nada.
Doosan no sabía qué decir, así que se tocó los labios. Si él deseaba conocer la ubicación del templo, podía
encontrar la información rápidamente. También aparecía en los documentos que le fueron entregados en la
investigación de antecedentes de Mongryong. Sin embargo, el que le haya preguntado directamente,
parecía tener un significado completamente distinto.

Jeha mira a Doosan y le pregunta.

—¿Qué pasa?

—Director. No, hyung-nim.

—Dilo.

—Si mi suposición es correcta ... No debería ir.

Doosan tragó en seco mientras decía eso. Después de que Jeha fuera castigado por el presidente Seok, los
rumores se extendieron tanto en la empresa como en las organizaciones opuestas. La situación era más
escandalosa porque se rumoraba que estaba viéndose con un hombre, pero dado que el presidente Seok
hizo que lo apuñalaran con un cuchillo a la vista de todos, seguramente ahora el rumor se convertiría en
una burla.

—¿Ya lo ha olvidado? Lee Mongryong eligió a Lee Hyeyoung. ¿Acaso no lo probó cuando lo apuñaló,
hyung-nim?

Jeha, que mantenía la boca cerrada, finalmente estalló en una sonrisa baja y amarga. Si.

Doosan no sabía qué hacer, al escuchar la risa triste de Jeha. En primer lugar, nunca debió permitir que
ellos se conocieran y en su lugar, debió deshacerse de ese chico de inmediato. Quería volver al pasado para
matarlo en el acto.

—Lo siento.

Jeha le ordenó que se marchara con un gesto de la mano, luego se volvió y se dirigió hacia el baño. Quería
que se fuera.

Sin embargo, Doosan no pudo retirarse. Fue porque la expresión de Jeha, era demasiado para él. Como
siempre le había mostrado una apariencia fuerte, no sabía que hacer para darle consuelo.

Después de estar allí parado por un largo tiempo, dio un paso hacia atrás y salió de la habitación.

****

—¿Qué tienes en la mano?

Preguntó Magang en la sala de recepción del primer piso, y Ho levantó una bolsa negra.

—Oh, esto. Es del año nuevo lunar, hace unos días. Mongryong dijo que iría a comer en la casa del
Señor Kim, pero como no pudo ir, él le envía esto.

—¿Trajiste eso de nuevo?

—Entonces, si un adulto te da algo, ¿lo tiras?


Ho gruñó y dejó la bolsa sobre la mesa. Y cuando preguntó a donde había ido su hermano Doosan,
Magang expresó su molestia.

—No lo sé. Subió las escaleras cuando regresó y parecía que estaba de mal humor.

Ho se sentó en el sofá y suspiró. Magang miró hacia arriba. Bajó la voz tanto como pudo, pero su rostro
tenía una expresión desagradable.

—No sabes lo horrible que ha sido el ambiente en estos días. Los hombres del presidente se burlan
de nosotros. Porque se rumorea que Hyung-nim estaba detrás de un chico.

—¿Se atreven a burlarse de hyung-nim?

—Así es. No sabía que hyung-nim haría algo así. ¿Cómo podría interesarse en un bastardo como Lee
Mongryong?

—Aunque no lo hayas notado…él tiene algo lindo que atrae a la gente.

Aterrado ante las palabras que acababa de escuchar, Magang agarró el cenicero que estaba sobre la mesa
y miró fijamente a Ho.

—¡Bastardo! ¡Tú!

Ho, que entendió el significado de sus palabras, se sorprendió y le respondió asustado.

—¿Estás loco?

En ese momento, sintieron pasos viniendo desde atrás. Doosan había regresado.

—Bastardos. ¿Por qué no bajan la voz? Hablan y ríen sin parar. ¿Están festejando algo? ¿No pueden
leer la atmósfera?

—Perdón, solo estábamos hablando. Susurró Magang y luego miró a Ho. —Todo es tu culpa.

Doosan se sentó en el sofá, mientras los dos se culpaban mutuamente con la mirada.

—¿Cómo está hyung-nim?

—Estará bien. Ya dejen de hacer alboroto.

—Oh, nuestro presidente es demasiado. Es su hijo, ¿Cómo pudo hacerle eso?

—Porque el presidente no sabía que hyung-nim había cancelado su matrimonio para quedarse con
Lee Mongryong…tal vez abusó de la fuerza a propósito.

—Pero aún así fue demasiado.

Aunque Magang y Ho asienten, Doosan guarda silencio. En el momento en que les ordena que hagan
silencio con rudeza, escucha pasos que bajan por las escaleras. Doosan miró hacia allí y se puso de
pie. ¡Hyung-nim!

Magang y Ho también volvieron la cabeza y se levantaron al mismo tiempo sorprendidos. Jeha estaba
bajando las escaleras. Sus corazones latían con fuerza, porque temían que los hubiera escuchado hablando,
pero Jeha solo se acercó con un abrigo en la mano.
—Doosan, tomaré prestado tu auto.”

Doosan se quedó perplejo y sacó la llave del auto de su bolsillo. Jeha se la arrebató y se dirigió a la entrada.
Doosan intentó seguirlo.

—Hyung-nim!

—No me sigas.

—¿A dónde diablos se dirige tan temprano?

Jeha abrió la puerta y salió antes de que Doosan terminara de hablar. Magang y Ho intentan seguirlo
rápidamente, pero Doosan los detiene. Su rostro luce oscuro y confuso. Parecía no poder creerlo, pero
pronto se resignó y suspiró.

—¿Qué pasa? ¿Por qué no podemos ir con hyung-nim?

—Él quiere…ir solo.

—Pero hyung-nim todavía no se ha recuperado…

—Regresará pronto. No te preocupes por eso.

Doosan pensó por un momento, y luego sacó su teléfono y llamó a alguien. Entonces informó que hyung-
nim había salido y que debían cubrirlo para que nadie se diera cuenta. Magang y Ho, que estaban
escuchando, intercambiaron miradas. Era obvio que algo había sucedido.

****

Seunghyun detuvo el auto frente a su tienda. Estaba en el camino de regreso del proveedor, para revisar la
mercancía y recibirla. Pero en lugar de entrar al edificio, se dio la vuelta y dobló la esquina.

Entonces, se dispuso a revisar la motocicleta de Mongryong, que estaba en la parte trasera del edificio. Él le
había dicho que vendría a buscarla, pero ni siquiera lo volvió a contactar. Honestamente, no sabía si estaba
vivo o muerto. Después de soltar un breve suspiro, regresó al edificio.

Subió las escaleras y se dirigió al sótano. El pasillo vacío estaba oscuro, aunque era de día. Había dos
oficinas sin identificación al lado, pero no podía verlas con claridad.

Cuando intenta colocar la tarjeta en la cerradura de la puerta, de repente, algo afilado le toca el costado. —
Ugh. Su respiración se detuvo y comenzó a sudar. Y en el momento en que giró sus globos oculares para
comprobar quien estaba detrás, sus ojos se abrieron como platos.

—¡Oh, mierda! ¡Me sorprendiste!

Se dio la vuelta. Mongryong se ríe mientras sostiene unos palillos de madera en la mano.

—Bastardo, tramposo.

Tú te asustas con cualquier cosa. Seunghyun estaba aturdido y a la vez feliz, así que no sabía qué hacer. Se
repente, no pudo comunicarse con él y estaba muy preocupado porque varios tipos extraños habían
venido a la tienda varias veces.
Aunque él no fuera un tipo que pudiera ir a cualquier parte y morir fácilmente, estaba muy feliz de ver su
rostro con vida. Seunghyun abrazó a Mongryong.

—Oye, hijo de puta, pensé que estabas muerto.

—Estoy muerto. En realidad, soy un fantasma.

Seunghyun se apartó de Mongryong y le tocó el pecho. Las cosquillas lo hicieron reír. En realidad, parecía
que volvía a sonreír después de mucho tiempo.

Seunghyun miró de arriba abajo el atuendo de Mongryong. Era bueno verlo de nuevo, pero se preguntó
por qué llevaba ese atuendo. Le parecía que esa ropa gris la había visto en muchas partes. ¿No es esa la
ropa que usan los monjes? Es muy similar.
—¿Has estado en el templo?

—Sí. Hyeyoung dijo que quería convertirse en monje, pero yo no puedo hacerlo. Y como no tengo el
temperamento adecuado, me escapé.

Seunghyun se sorprendió al escuchar que Hyeyoung se había convertido en monje y le preguntó si


realmente era cierto. Mongryong asintió y cambió al tema principal.

—Lo que quiero decirte es…por favor, ayúdame.

—¿Ayudarte? ¿A qué?

—Tengo que vengarme de ese maldito anciano.

—¿Maldito anciano? ¿Quién?

—Sí. Debo castigar a ese malvado anciano grotesco.

Seunghyun puso los ojos en blanco. Sin importar cuánto lo pensó, nadie le vino a la mente de inmediato.
¿Es alguien que conozco o alguien nuevo para mí?

—¿Qué piensas hacer?

—Joderlo.

Seunghyun preguntó un poco confundido. —¿Joderlo? Mongryong levantó solo una esquina de su boca y
sus ojos brillaron.

—Sí. Joderlo. Lo que me hizo fue malditamente terrible, y debe pagar por ello.

DUODÉCIMA HISTORIA PARTE 1

Jeha se detuvo en la entrada del templo. Tuvo que viajar durante mucho tiempo por un camino montañoso
lejos de la ciudad, para llegar a ese lugar. Aparcó el auto a un lado y se quedó sentado pensando que
hacer. Entonces, decidió salir del automóvil sólo cuando el sol estaba a punto de ponerse.
Caminó siguiendo las señales. Y mientras subía por el camino de bambú, se encontró con el templo en
poco tiempo.

Era un templo más pequeño de lo que pensaba. Cada vez que pasaba al lado de una persona en el camino,
estuvo a punto de chocarse. Sin embargo, no pudo ver a Lee Mongryong por ninguna parte. Entonces,
intentó comunicarse con el número que tenía guardado en el celular, pero nadie respondió, por lo que no
pudo comprobar que estuviera llamando al número equivocado.

De pie en la entrada del templo, vaciló, incapaz de entrar, pero una persona vestida de monje pasó a su
lado y se quedó mirándolo. Después de descubrir a la persona que lo miraba, los ojos de Jeha se abrieron
un poco. Era Lee Hyeyoung, la hermana de Lee Mongryong.

Hyeyoung, que llevaba puesto un traje de monje y un sombrero de piel gris, se quedó mirándolo con una
cara de sorpresa. Jeha fue el primero en saludarla con torpeza. Ella se acercó con cuidado.

—Usted… ¿Qué hace aquí?

—Vine porque tengo algo que entregarle a Lee Mongryong.

Jeha sacó algo de su bolsillo. Abrió la palma de su mano y se acercó a Hyeyoung. Era la pulsera de cuentas.
Hyeyoung que observó lo que traía en la mano, hizo un gesto de confusión.

—Mongryong no está aquí ahora.

Jeha se sorprendió por lo que ella dijo y preguntó: —¿No está aquí?

—Algo pasó... ayer…y se marchó del templo. No hemos podido contactarlo desde entonces.

—¡Ah! El rostro de Jeha estaba ligeramente distorsionado.

“¿Quieres decir que se fue caminando?

Se preguntaba si lo habían secuestrado, y por eso se sentía ansioso. Y como para quitarle la ansiedad, ella
asintió.

—Sí.

—¿No sabes a donde pudo haber ido?

—No. Así que en realidad…no fue allí…a donde yo pensaba.

—… .

—Pero al ver que usted está aquí… no creo que lo haya hecho.

El rostro de Hyeyoung lucía preocupado. Entonces Jeha reflexionó. Si ella dice que te fuiste ayer, ya era
hora de que hubieras regresado. Si no viniste a mí, significa que buscaste a otra persona.
¿Con quién estás? ¿Quizás estás con Seok Junyoung?
Su mente ansiosa y la ira ardiente le quemaban el cuerpo al mismo tiempo. Fuera lo que fuera, no se sentía
bien. Entonces, intentó reprimir esa sensación de ira y asintió un par de veces. Bueno, entonces regresaré
después.

Jeha estaba tratando de marcharse, pero Hyeyoung lo llama con cuidado.


—Seok Jeha-ssi.

—¿…?

—¿Le gustaría entrar a tomar una taza de té? Tengo algo que decirle.

Jeha, que vaciló por un momento, asintió. Hyeyoung se volvió y caminó hacia el templo. Él la siguió en
silencio.

El templo estaba tranquilo y silencioso. Mientras subían, descubrió que había bastantes personas en el
lugar. Y de repente, el viento sopló, y el paisaje colgado bajo los aleros del templo comenzó a temblar con
un fuerte zumbido.

***

Le sirvieron una taza de té sobre un plato pequeño. Encima de la taza había pétalos secos. Era un
crisantemo que no se veía en invierno. Este presumía de su hermosa figura y flotaba en medio de la taza de
té.

Jeha miró en silencio los pétalos que flotaban en la taza. Hyeyoung le preguntó si se le ofrecía otra cosa.
Jeha negó con la cabeza. No. Está bien. Luego miró alrededor de la habitación.

En el costado lateral, había fotos de Mongryong y Hyeyoung. En ellas Mongryong parecía tener unos
quince años y tenía el pelo negro. La risa que se reflejaba en sus ojos cuando era más joven era igual a la
de ahora.

Hyeyoung notó hacia donde se dirigía la mirada de Jeha y abrió la boca primero.

—Cuando éramos más jóvenes, Mongryong se quedaba conmigo en esta habitación.

Jeha apartó la mirada de la foto y miró a Lee Hyeyoung. Tenía una pálida sonrisa en los labios como si
recordara el pasado.

—Porque yo siempre estaba muy asustada. ¿Como debería decirlo? ¿Debo decir que maduré más
lento que otras personas? ¿O era por mi incapacidad? En realidad yo era diferente a la gente común,
porque tuve que aprender a hablar de nuevo. Así que Mongryong siempre se quedaba a mi lado
para acompañarme. Por lo general, los hombres y las mujeres usan habitaciones separadas en este
lugar, pero yo no pude hacerlo, así que el monje jefe nos asignó esta habitación solo para nosotros.

La expresión de Jeha se endureció sutilmente ante esas palabras. Miró a Hyeyoung con una mirada
desagradable. No importa qué tan unidos fueran los hermanos, no era conveniente compartir una
habitación después de los 12 años.

—Ya veo.

—¿Le parece raro?

—Es que aunque los hermanos suelan ser muy unidos…no es común que duerman juntos.

—Para Mongryong, yo era más un objeto al que debía proteger que una hermana. Su modo de amar
es extraordinario.
—Y como su cariño por ti es inusual, por eso se mete en problemas. Por tu culpa.

Hyeyoung se sorprendió por las palabras de Jeha y luego sonrió levemente. Adivinó aproximadamente
cuáles eran los sentimientos que él estaba sintiendo. Y luego, asintió, admitiendo que no estaba
equivocado.

—De ahora en adelante, no quiero que eso vuelva a pasar. Elegí quedarme a vivir en este lugar…
para mantenerme alejada de Mongryong.

—Bien pensado.

—Entonces, por eso le quiero decir algo.

—¿... ?

—Quiero que Seok Jeha-ssi también… se aleje de Mongryong.

Una ceja de Jeha se arqueó rígidamente. Hyeyoung agarra la taza y se la lleva a la boca. Luego toma un
sorbo y la coloca de nuevo en la mesa.

—Es por Mongryong…espero que él pueda vivir una vida diferente de ahora en adelante. Y para
hacer eso… no creo que deba volver a encontrarse con Seok Jeha-ssi.

Jeha se sintió ofendido. Al escucharla, tuvo que contener su ira.

—No estoy aquí para volver con él. Solo vine a porque tenía algo que devolverle.

Fue una excusa difícil de inventar, para alguien como él. Sin embargo, Hyeyoung sonrió levemente y asintió
con la cabeza diciendo como si lo hubiera comprendido. Sus largas pestañas le daban sombra a sus ojos.
Ni su nariz, ni sus labios, no tenía ningún rasgo que fuera similar a Mongryong. Sintió lo mismo cuando
miró las fotos de cuando eran más jóvenes. Y de repente, tuvo la curiosidad de preguntarle.

—Disculpa que te pregunte de esta manera…pero ¿Eres la verdadera hermana de Lee Mongryong?

Hyeyoung miró a Jeha.

—Es porque no te pareces mucho a él.

—Mongryong… se parece mucho a su madre.

—Lee Mongryong me dijo una vez que su madre vino a verlo antes… ¿Sabes algo al respecto?

Los ojos de Hyeyoung se agrandaron, aunque hasta ahora se había mantenido en calma. Cuando Jeha le
preguntó si sabía algo, ella se mordió los labios. Y en lugar de responderle, le pregunta si Mongryong
estuvo hablando de eso.

—No lo sé todo. No sé si fue por su pérdida de memoria, pero de todos modos me lo contó. Se
supone que su madre vino a verlo. Pero al parecer no recuerda que sucedió después de eso, y por
eso te pregunto si lo sabes. Cuando le hice esa pregunta después, me dijo que todo había sido una
mentira.

Hyeyoung, que se quedó pensando por un momento, estiró la mano hacia la taza de té. Esta vez, apagó su
sed bebiendo un poco más de té, como si tuviera la garganta quemada. Su mano temblaba levemente
mientras sostenía la taza.
—Ella vino.

—¿Era su madre?

—Sí. Desafortunadamente.

Hyeyoung se rió con tristeza cuando dijo eso. Parecía estar recordando lo que había pasado ese día.
Entonces, volvió la cabeza y miró la imagen que estaba a un lado. Era una foto que había sido tomada el
día de la graduación de la escuela secundaria. Mongryong sonreía alegremente, pero parecía triste por
alguna razón.

Ella dudó un momento y luego comenzó a contarle una historia complicada.

—Cuando Mongryong tenía 15 años, ella vino a verlo al frente de la escuela. Y le pidió que lo
mantuviera en secreto. Yo solo lo supe más tarde.

—¿Por qué?

—No lo sé. Bueno, esa mujer lo sabrá.

—¿Te refieres a su madre?

—Si. Vino a mi casa cuando yo tenía 5 años. Estaba feliz de tener una madre. Pero ese fue el
comienzo de nuestra desgracia. Siempre que papá no estaba, ella me pegaba. Me pellizcaba en
lugares donde nadie pudiera notarlo, y de vez en cuando me obligaba a pasar hambre. Como papá
pasaba mucho tiempo en el campo, no podía cuidar de mí. Luego, mi padre murió en un accidente.
Unos meses después, esa mujer quedó en embarazo, y al año siguiente dio a luz.

—Era… ¿Lee Mongryong?

Hyeyoung asintió. —Si.

—No sé si era hijo de mi padre o de otra persona… en realidad no estoy segura de eso.
Evidentemente, a partir de ese momento, la violencia se agravó. Fueron muchos días en los que nos
dejó solos, y como resultado, yo me hice cargo de Mongryong. Yo tenía nueve años en ese
momento, y mi mente y mi cuerpo comenzaron a deteriorarse debido al abuso acumulado. Ni
siquiera podría cubrir los golpes con maquillaje, los días en que tartamudeaba y me golpeaban
brutalmente. Salí corriendo un par de veces con el fin de sobrevivir, pero finalmente regresaba. En
ese momento, Mongryong… no tenía nadie que pudiera alimentarlo.

Los ojos de Hyeyoung se enrojecieron, recordando su pasado. Mientras hablaba de su asombrosa situación,
se rió dolorosamente. Luego se mordió el labio inferior una vez y sacó a luz los recuerdos que no quería
traer de vuelta. El rostro de Jeha se estaba poniendo cada vez más duro mientras la escuchaba.

—Un día, ella me dijo que iba a salir. Ese día el festival estaba en pleno apogeo en Gwanghallu.
Entonces, ella me dio algo para dormir con la comida… y después, simplemente desapareció. Ese día
nos entregaron a la policía, pero les dije que no sabía nada. En caso de que tuviera que regresar…a
ese infierno…Tenía miedo de morir…así que mentí. Dije que no recordaba nada… tuve que vivir
así… .

—Lee Mongryong… ¿Sabe todo eso?


—No, no lo sabía. Hasta que llegó su madre biológica. Un día, ella vino a verlo al frente de la escuela
y dijo que quería hablar con él. Le preguntó si quería vivir con ella…y le dijo que necesitaba dinero.
Entonces, el dinero de las recolectas del templo… Mongryong lo robó y se lo dio. El templo se puso
patas arriba. Más tarde, ella fue atrapada… el Director y yo fuimos a verla… y era ella… pero yo
esperaba que no lo fuera… esa mujer…lo obligó a hacerlo.

—Lee Mongryong ... ¿Lo sabe?

—Yo le mentí. Le dije que no era su madre…solo una estafadora. Pero me di cuenta de que él lo
sabía todo. Todavía no sé cómo supo la verdad. No sé qué tan fuerte es la sangre. Durante unos días,
él no habló ni comió, como si fuera a morir pronto… Y poco a poco comenzó a cambiar. Mentía…
salía con malos amigos…y por eso se marchó del templo antes de terminar la secundaria. Si se
quedaba aquí, tal vez ella podría regresar por él… podría venir y obligarlo a hacer algo así de
nuevo… Estaba tan asustado…”

—… .

—Y yo me he dado cuenta… que también le he hecho cosas terribles. Pagó las facturas del
hospital…dijo que había golpeado a alguien… después de todo, yo no soy diferente a ella.

Jeha cerró la boca con fuerza. Fue difícil refutar su afirmación, porque le había acabado de decir lo mismo.
Entonces, Hyeyoung se limpió las lágrimas con el dorso de la mano y se arrodilló.

—Por eso se lo suplico. Quiero que Mongryong viva como una persona común y corriente. Y aunque
él sea diferente, desearía que pudiera vivir así. Entonces… por favor, no regrese. Las heridas que le
causé a su familia son realmente…lo siento mucho. Si quiere voy a ver a su hermana para suplicarle,
estoy dispuesta a recibir cualquier castigo de su parte. Viviré pagando por mis pecados por el resto
de mi vida. Así que deje ir a Mongryong. Incluso si él va a verlo… finja que no lo conoce…rechácelo
primero. Por favor.

Ella inclinó cortésmente la cabeza. Las lágrimas que había derramado cayeron al suelo. Jeha no pudo
decirle nada. No podía prometerle que lo haría, ni podía afirmar que no podría hacerlo.

DUODÉCIMA HISTORIA PARTE 2

Era una mansión que no coincidía con el paisaje del campo. En ese momento, se abrió la puerta de la
mansión y el secretario Kim, salió primero desde el interior para ayudar al presidente Seok. Y fue solo
después de mirar muchas veces alrededor que el presidente Seok lo siguió.

Una mujer de veintitantos años estaba detrás del presidente. Con una extraña mirada, la mujer sonrió y le
preguntó al presidente cuándo volverían a verse. Ella no era una mujer famosa, pero aparecía en televisión
ocasionalmente.

—Creo que vendré a menudo, porque te extraño. Jaja.


El presidente Seok soltó una sonrisa muy varonil. Los hombres que se habían alejado un poco para darles
privacidad, se acercaron al vehículo. Cuando el secretario Kim abrió la puerta trasera del auto, el presidente
Seok se subió al automóvil. Y la mujer, no dejó de agitar la mano para despedirse hasta que el auto
desapareció.

El presidente Seok miró la figura de la mujer a través del espejo retrovisor y sonrió ampliamente. El
secretario Kim lo alienta.

—Se ve muy contento. Presidente.

—Bueno. Nadie conoce mis verdaderos sentimientos, por eso es justo que goce de este tipo de
placeres. ¿Verdad?

El secretario Kim simplemente sonríe en respuesta.

—¿Qué noticias tienes de mi familia?

—Creo que su esposa se reunió ayer con Ahn Park, el Director General, para hablar de un asunto en
específico.

—¿Y Jeha?

—No ha sucedido nada nuevo con él. Lo mismo ocurre con la empresa.

—Ya veo.

El presidente Seok comenzó a murmurar que él era un chico estúpido en un tono de reproche.

—Él debe sentirse muy traicionado. Porque el chico prefirió elegir a Lee Hyeyoung en lugar de él sin
dudarlo. ¿No cree que le falta astucia al Director Seok en esa área?

Ante eso, el presidente Seok sonrió y dijo que Jeha se parecía mucho a él. Mientras tanto, el auto corría
por la carretera. Y de repente, uno de los autos que transportaba a los guardias quedó bloqueado en la
parte trasera.

El presidente Seok se recostó en el asiento y cerró los ojos. Estaba cansado porque había estado hablando
con esa joven durante toda la noche. Y en el momento en que trató de quedarse dormido después de
lanzarle una indirecta al secretario Kim, al preguntarle si había alguna manera de controlar los signos de su
vejez.

De repente, sintió que el auto se detenía lentamente. El presidente Seok abrió los ojos para preguntar qué
estaba pasando. Y finalmente, sonó el teléfono del secretario Kim. Fue la llamada de uno de los
guardaespaldas que vigilaba el frente. El hombre informó, que un árbol enorme se había caído y bloqueaba
el camino. El hombre también dijo que personas que parecían residentes del área se estaban ocupando de
limpiar el asunto.

—¿Regresamos?

—¿Tienes algo urgente que hacer? Espera un poco.

—Bueno.
En ese momento, apareció un hombre caminando al frente del auto, con las manos llenas de bolsas de
palomitas de maíz. El secretario Kim lo miró. Usaba un sombrero de montañismo, se cubría la nariz con una
toalla y sostenía las bolsas de frituras.

El hombre llama a la puerta del vehículo que tiene al frente y cuando se abre la ventana parece que habla
con el conductor. Entonces, 2000 wones salieron por la rendija de la ventana, y el hombre ingresó una
bolsa de frituras al auto. El hombre caminaba entre las filas de autos ofreciendo su producto de uno a uno.

Cuando el hombre se acerca a ellos, un guardia en la parte trasera intenta bloquearlo. Pero el hombre hace
caso omiso, sigue su camino y golpea la ventanilla del auto. Y aunque el secretario Kim finge no verlo, el
tipo vuelve a tocar la ventana.

Los guardias que están al frente descienden del auto y se acercan. Entonces el hombre toma una de las
bolsas de palomitas de maíz y la pone contra la ventana. Al ver esa marca en la ventana, el Secretario Kim
arruga las cejas. Baja ligeramente la venta y mira al hombre.

—Oye, bastardo. ¿Qué estás haciendo?

El hombre empujó la bolsa por la ventana.

—Jefe. Cómpreme una.

Cuando el secretario Kim lo aparta y trata de cerrar la ventana, el hombre empuja la bolsa de palomitas por
el hueco. Debido a la bolsa, la ventana no podía cerrarse y quedó medio abierta. Y de repente, a través del
hueco, el hombre mete algo en un instante.

Un pequeño objeto ovalado cayó sobre los pantalones del secretario Kim. Los guardias que se acercaban
por detrás apartaron bruscamente el brazo del hombre. —¡¿Qué estás haciendo?!

En el momento en que el secretario Kim recogió el objeto que había caído adentro arrugó la cara, y
entonces, un sonido de choque y un poco de humo salió del objeto sin interrupción. El humo era pesado y
punzante, y sentía como si le pinchara los ojos y la nariz. Entonces, el confundido secretario Kim miró hacia
atrás y gritó.

—Ah, tenga cuidado, presidente.

El secretario Kim abrió la puerta y salió. Entonces, escuchó la voz del hombre que vendía palomitas de maíz,
maldiciendo y pidiendo que lo dejaran ir. ¡Brrrum, Brrrum! Y en ese momento, escuchó el sonido de una
moto que se acercaba. El humo que se esparció en poco tiempo salía del vehículo.

La gente salió de los vehículos alineados en la parte delantera y trasera. Y de pronto, se escuchó un
zumbido. El humo se les filtraba por los ojos y la nariz. El secretario Kim se tapó la nariz con el dorso del
brazo y gritó.

—¡Protejan al Presidente, bastardos!

El secretario Kim reaccionó y salió corriendo hacia el asiento trasero donde estaba el presidente Seok, pero
ya no había nadie. Mientras el humo desaparecía gradualmente, se escuchaba el sonido de gritos por todas
partes.
Para cuando escuchó una voz preguntando si debía llamar a la policía, su visión se aclaró y el presidente
Seok apareció ante sus ojos. Pero antes de que pudiera dejar escapar un suspiro de alivio al comprobar que
estaba bien, su cara se distorsionó.

Y esto fue porque un hombre, que llevaba una capucha y una máscara que le cubría la mitad del rostro,
estaba detrás del presidente Seok y lo apuntaba con un arma en la cabeza. El presidente Seok afilaba sus
dientes con la mirada fija al frente.

Cuando el hombre se quitó la capucha, su cabello rosa ondulado se desparramó. El rostro del secretario
Kim se llenó de ira, después de reconocer quién era. Las personas curiosas que habían salido al escuchar los
gritos, regresaron a sus autos después de ver la pistola.

Mongryong llevó sus labios a la oreja del presidente Seok y lo saludó en voz baja.

—Hola, ¿Cómo estás maldito anciano? Qué bueno verte de nuevo.

Los labios del presidente Seok temblaron de ira cuando reconoció su voz.

—Bastardo. ¡Tú…!

—Dije que vendría por ti. ¿Lo olvidaste?

—Voy a… ¡Debería haberte matado esa vez…!

—Así es, deberías haberme matado. ¿Acaso estás arrepentido ahora?

—¡Mongryong! Sus cejas se arrugaron al mirar hacia el lugar donde lo habían llamado por su nombre. La
razón fue porque Seunghyun había sido retenido por los guardaespaldas, y un cuchillo apuntaba a su
cuello. Mongryong chasqueó la lengua y le susurró al oído al presidente.

—Si no quieres morir, diles que lo suelten rápidamente.

Una sonrisa sospechosa apareció en la boca del presidente Seok.

—Secretario. Mate a ese bastardo.

El secretario Kim estaba confundido y no pudo responder a la orden del presidente Seok. Entonces, un
tendón brotó de la frente del presidente. —¡No me escuchaste, mátalo!

Aunque los hombres no obedecieron de inmediato a la orden, Seunghyun se impresionó mucho y le pidió
a Mongryong que hiciera algo.

—No estoy de acuerdo con eso.

Ante las palabras de Mongryong, Seunghyun quedó perplejo. Este chico, qué es lo que estás diciendo
ahora. La aguda mirada de Mongryong se volvió hacia el secretario Kim. Y en ese momento recordó la cara
repugnante que vio justo antes de desmayarse.

—Oye. Aparta ese cuchillo de su cuello mientras aún tengo paciencia. O la cabeza de este maldito
anciano volará frente a ti.

—No escuches lo que diga este bastardo. Mátalo ahora.

Entonces te arrepentirás. Mongryong llamó al secretario Kim y agitó levemente su arma.


—Si reconoces de quién es esta pistola, te sugiero que te detengas.

El secretario Kim arrugó la frente, luego reconoció el arma y miró al presidente Seok con cara de vergüenza.
El presidente Seok dejó de gritarle que disparara. No podía ser posible.

—¿Ahora lo entiendes? Esta es la pistola Seok Jeha. Él me la dio. Pero si te disparo con esta pistola y
hago un agujero en la cabeza de esos chicos ... ¿Qué pasará con tu hijo?

El presidente Seok movió los ojos y comprobó el arma. E inmediatamente su rostro se llenó de ira. Fue su
regalo a Seok Jeha en su vigésimo cumpleaños.

—Incluso si la policía no puede obrar de inmediato, Seok Jeha morirá con un arrepentimiento de por
vida. Y todo por esta pistola que llevo en la mano. Sería como si él hubiera matado a su padre.

El presidente Seok tembló y sus dientes rechinaron como si fueran a romperse. Era posible que cualquiera
sospechara de él. Entonces, Mongryong susurra en voz baja al oído del presidente Seok con un rostro
relajado.

—Ahora, anciano decrépito. ¿Puedes decirle algo a tus hombres? Diles que liberen a mi amigo.

El presidente Seok mantuvo la boca cerrada hasta el final. El sonido de una sirena se escuchó viniendo de
alguna parte. Parecía que alguien había llamado a la policía. Podían escucharse varias patrullas
acercándose.

Entonces, Mongryong toma la pistola y dispara al vehículo que está en la parte trasera. Tang. El automóvil
se inclinó hacia un lado cuando apareció un agujero en la llanta. Luego, coloca de nuevo el cañón cerca de
la cabeza del presidente Seok.

—No pongas a prueba mi paciencia. Voy a contar hasta tres.

Pero justo antes de llegar al tres, el secretario Kim miró a sus hombres. —Libérenlo. El cuchillo se
desprendió del cuello de Seunghyun. Y sin darle oportunidad a Seunghyun de soltar un suspiro de alivio,
Mongryong empuja al presidente Seok a través de la puerta trasera del auto.

Mientras el presidente Seok intenta luchar para escaparse, Mongryong lo golpea con el arma en la nuca. La
cara del secretario Kim se puso blanca. Y cuando intenta dar un paso, Mongryong nuevamente apunta con
el arma al presidente Seok.

—Si te mueves, le volaré la cabeza al presidente Seok.

Mientras tanto, Seunghyun se sube al asiento del conductor y enciende el motor. Y Mongryong dispara a
los coches que los rodean. Tang, Tang, cuando dispara le hace agujeros a las llantas. El sonido de las
sirenas ahora se escuchaba más de cerca. A lo lejos, se podían observar un grupo de patrullas de policía
corriendo hacia la escena.

Entonces Mongryong, se sentó en el asiento trasero y cerró la puerta. El coche hizo un giro en U
apresuradamente y arrancó a toda prisa. Y finalmente, las patrullas de policía llegaron al lugar de los
hechos. El secretario Kim los señaló y apretó el puño.

Seunghyun, quien pisó el acelerador, miró hacia atrás a través del espejo retrovisor. Y se dio cuenta que las
patrullas de policía habían comenzado a perseguirlos. Por su expresión, era evidente que estaban en
problemas.
—Oh, mierda. El camino está bloqueado.

—Haz lo que planeamos. No podemos seguir huyendo en este auto.

—¿Voy al área de descanso?

Primero tenían que cambiar de vehículo. No era seguro que continuaran en ese auto porque ya la policía
los estaba persiguiendo. Lo más probable, era que el auto estuviera equipado con algo parecido a un
rastreador. Además, había un área de descanso cerca, donde habían pactado reunirse con otra persona.

—¿Cuánto falta para llegar?

—Ya casi llegamos. Pero, ¿estás seguro de lo que estás haciendo? Esto podría convertirte en enemigo
de Seok Jeha de por vida.

—Eso no importa. Vamos.

El auto salió de la carretera a gran velocidad. Cuando Mongryong miró hacia atrás se dio cuenta que las
patrullas ya no estaban persiguiéndolos. Probablemente, intentarían contactarlos por radio. Debían salir de
ese auto primero, antes de que las moscas revolotearan más cerca.

***

El rostro de Jeha estaba completamente endurecido cuando se puso de pie. No podía creerlo, ni siquiera
después de escuchar las palabras del secretario Kim. Lo mismo ocurría con Doosan y Magang, que estaban
a su lado.

—Entonces…Secretario Kim, eso significa…que Lee Mongryong…A mi padre… .

La historia era tan asombrosa que ni siquiera pudo continuarla hasta el final.

—Abandonó el vehículo en el camino. La persecución parece ser lenta porque despojó al presidente
de su ropa y sus pertenencias. Lo siento, pero quisiera que me ayudara a atraparlo.

Jeha, de pie y con una cara de consternación, se echó a reír. Después de que esa risa se convirtió en una
especie de frenesí, se rió tanto que sus hombros temblaron. El secretario Kim estaba atónito.

Sin importar cuánto odiara a su padre, no debería reírse porque lo habían secuestrado. Entonces, Jeha se
sentó como si nada, sin poder contener su risa. Doosan y Magang también se sorprendieron al verlo.

—Necesito su ayuda.

—¿Qué tipo de ayuda necesita?

—Necesito saber lo que ese tipo es capaz de hacer.

—Por su personalidad, no creo que lo vaya a matar. Si esperamos a ver que sucede, podremos
descubrir lo que quiere, así que no se preocupe demasiado.
El secretario Kim lo miró desconfiado. Cuando le preguntó si estaba hablando en serio, Jeha se encogió de
hombros y mostró una actitud relajada. El secretario Kim pensó que lo mejor era salir de esa oficina, en
lugar de intentar matarlo, pero Jeha lo llamó.

—Ah, secretario Kim.

El secretario Kim tenía prisa, pero no pudo evitar darse la vuelta.

—En cualquier momento la fiscalía llegará a la casa. Debería prepararse para eso primero.

El secretario Kim parecía enojado por lo que estaba diciendo. Entonces, Jeha le respondió, que lo que decía
era cierto y que debería preparar su mente de antemano, y luego se dio la vuelta.

El secretario Kim salió de la oficina en lugar de responderle. Doosan, que estaba mirando la escena,
preguntó con un rostro ansioso.

—¿Estarás bien, hyung-nim?

Jeha borró su expresión relajada, se tocó la frente con la mano y soltó un gemido. No podía estar bien. Su
rostro gradualmente se fue endureciendo.

—¿Qué hay del lado de Park?

—He entregado todos los documentos. En unos días también se pondrán en contacto con el Director
Park. También recibí un acuerdo para realizar la investigación lo más antes posible
independientemente de su desempeño.

Jeha se quedó sin palabras. Doosan observó su expresión. Le había entregado los documentos a la fiscalía
en la mañana. Eso era suficiente para probar las circunstancias en las que el Director Park y sus ayudantes
malversaron dineros públicos y mediaron para ofrecer servicios de prostitución a funcionarios de alto
rango. No sabía cómo esa información había llegado a sus manos, pero probablemente era algo muy
complicado para él, porque debido a sus acciones, su padre sería investigado. Además, Lee Mongryong se
había metido en problemas de nuevo, por lo que todo sería en vano.

—¿Qué debo hacer?

—¿Fue Kim Seunghyun? Revisa todos los lugares a los que pudo haber ido. Tenemos que investigar a
todas las personas que podrían ayudarlo, y de ese modo, lo encontraremos primero. Antes de que en
verdad, haga algo irremediable.

—Sí, hyung-nim.

Maldito niño. ¿Secuestró a mi padre después de que logró escapar de sus garras? Ja, ja, Jeha puso una
cara de incredulidad, pero muy pronto se echó a reír.

Pensé que tendría que vivir sin volver a verte para siempre, pero, ¿debo decir que me alegra
encontrarte de nuevo en estas circunstancias, o este el proceso de preparación para una despedida
definitiva? Era imposible para Jeha, ocultar la confusión en su mente.
***
Sus párpados están abiertos. Parpadeó varias veces porque pensó que era un sueño. El presidente Seok
gimió al ver su figura reflejada en el espejo de un techo viejo.

Trató de mover su cuerpo, pero no pudo. Y finalmente se dio cuenta de que sus brazos y piernas estaban
atados a cada extremo de la cama. En algún lugar, escuchó un timbre. Y mientras gemía de nuevo, escuchó
el sonido de una silla al arrastrarse y de pasos que acercaban. Después de un rato, un joven extraño lo miró
a la cara.

Era Seunghyun. Él agitó la mano frente a los ojos del presidente Seok, mirando su rostro de un lado a otro.

—¿Reaccionaste?

—Um, um, el presidente Seok trató de decir lo que estaba diciendo, pero una cinta lo bloqueaba y sus
palabras no pudieron filtrarse. Seunghyun le dijo que esperara un rato y se dio la vuelta, entonces, escuchó
el sonido de la puerta abriéndose y luego pasos nuevamente.

El presidente Seok movió la cabeza y miró dentro de la habitación. Parecía un motel, pero era un lugar viejo
y destartalado. Mirando a su alrededor, esta vez vio una cara bastante familiar.

Mongryong apareció con un trozo de papel blanco en la mano. Las cejas del presidente Seok se arquearon
terriblemente.

—Hola, ¿estás bien viejo?

—Um, um, um. Mongryong le arrancó la cinta bruscamente. La carne alrededor de la boca del presidente
Seok se estira como masa y luego se pega al lugar. Su piel se puso roja rápidamente. Tan pronto como la
cinta cayó, el presidente Seok lo gritó enfurecido.

—¡Oye maldito hijo de puta! ¡Juro que te mataré bastardo! ¡Me las pagarás! ¡Como te atreves! ¡Eup!

Mongryong volvió a cubrirle la boca con la cinta adhesiva.

—Oh, mierda, eres jodidamente ruidoso.

—Eup, eup, eup.

Mongryong asintió.

—Lo sé, está bien. Para. Oye, ¿por qué esos tipos no han llegado?

Seunghyun confirmó la hora. Y cuando dijo que todo estaba listo, Mongryong volvió a mirar al presidente
Seok. El pedazo de papel que sostenía se abrió frente a los ojos del anciano. El presidente Seok movió los
ojos para revisarlo.

Era un contrato. El oficio, que parecía haber sido redactado en una computadora, tenía varias disposiciones.
El contenido principal era que no volvería a molestar a Lee Mongryong y a las personas que lo rodeaban.
Mongryong soltó el brazo del presidente Seok y le hizo sostener el bolígrafo junto a él.

Cuando trató de obligarlo a firmar, el presidente Seok arrojó el bolígrafo. Mongryong chasqueó la lengua,
luego tomó la mano del presidente Seok con fuerza y se la llevó a la boca. Los ojos del presidente Seok se
abrieron como platos mientras él le mordía el dedo con los dientes frontales.
—Uf, el gemido del presidente Seok aumentó. Trató de balancear el brazo, pero no fue fácil porque ya se
había quedado sin energía. Después de un rato, su dedo comenzó a sangrar y Mongryong tomó su mano y
la puso sobre el papel.

Mongryong se llevó el pulgar ensangrentado a la boca y lo chupó. Seunghyun, que estaba mirando desde
un lado, puso una cara de cansancio y la expresión del presidente Seok se tornó perpleja.

Mientras agitaba sus extremidades atadas y luchaba, Mongryong se sacó el dedo de la boca y escupió a un
lado. El dedo que le había mordido hace un momento estaba frente a los ojos del presidente Seok.

—Mira. Ya el sangrado se detuvo.

Luego, volvió a atarle el brazo a la esquina de la cama con una cuerda. El presidente Seok miró a
Mongryong con los ojos inyectados en sangre. Mongryong chasqueó la lengua y le aconsejó que no lo
mirara de esa manera.

—Estaba pensando en quién se parecía Seok Jeha, y tal parece que es idéntico a su padre. Después
de unos 30 años, será como el presidente.

Después de que todas sus extremidades estuvieron atadas, Mongryong se puso de pie. Entonces, observó
la cara del presidente Seok con cuidado y se lamió el labio inferior.

—Que desperdicio. Si no fueras el padre de Seok Jeha, ¡estoy seguro de que...!

Luego niega con la cabeza. Seok Jeha le dijo que lo mataría si dormía con otra persona. No puede hacer
que suceda algo como eso. Sería terrible. Sin importar lo loco que esté, no podía hacerlo. Con padre e
hijo. Uh, eso no está bien.
Mientras observaba a Mongryong murmurando, una energía ansiosa se elevó en el rostro del presidente
Seok.

Y Como para multiplicar esa ansiedad, se escuchó un golpeteo. —Adelante. La puerta se abrió y escuchó
que alguien entraba.

El presidente Seok levantó la cabeza y miró hacia la entrada, y en ese momento estuvo a punto de gritar. Y
eso fue porque en la habitación, acababa de entrar un hombre de gran estatura, y ahora se estaba
quitando la bata que tenía puesta.

El hombre, llevaba mucho maquillaje en la cara y vestía ropa interior de mujer. El rostro del presidente Seok
ahora estaba aterrado. El hombre se tapó la boca para adaptar la voz a su tamaño y sonrió. Su voz se
quebró como si estuviera ronco.

—Oh, este tipo es de mi gusto.

Mongryong golpeó al hombre en el hombro. —No lo hagas demasiado fuerte. Suavemente.


¿Entiendes?
—Oh, ser suave, es mi especialidad. Jo, jo, jo.

El presidente Seok no pudo el escalofrío que le recorrió la espalda. Le habían disparado, apuñalado y
estuvieron a punto de matarlo decenas de veces, pero nunca había sentido tanto miedo como ahora.
El presidente Seok negó con la cabeza con maldad. Mongryong se fue a un lado y le preguntó —¿Qué? El
presidente Seok intenta decirle algo con los ojos y la boca. Y cuando Mongryong le quitó la cinta, el
presidente Seok gritó.

—¡¿Qué es lo que quieres?!

—Si te lo digo, ¿me lo darás?

—Habla.

Mongryong respondió sin pensarlo dos veces.

—Quiero a Seok Jeha.

Las cejas del presidente Seok se arrugaron al escuchar esas palabras. Notó que sus cejas temblaban y sus
labios se torcían. Mongryong miró a través del presidente Seok como si comprendiera su desprecio y le
tapó la boca con la cinta adhesiva.

El presidente Seok gritó algo tardíamente, pero a Mongryong no le importó.

—Ves. De todos modos, ni siquiera querías escucharlo, así que vete a la mierda maldito anciano.

Y mientras el presidente Seok lo miraba como si quisiera matarlo, Mongryong sonrió.

—Este es tu destino, viejo. Acéptalo.

Mongryong hizo una seña para que comenzaran, e inmediatamente el hombre grande sacó el látigo que
llevaba entre las caderas. Sosteniéndolo en la boca, comenzó a meterse en la cama. Seunghyun encendió la
cámara para filmar el video.

Y cuando estuvo a punto de salir de la habitación, Mongryong se volvió hacia el presidente Seok y le dijo.

—No te preocupes demasiado, viejo. Protegeré tu parte trasera, por la relación que tuve con tu hijo.

—Entonces diviértete. Sin embargo, Mongryong se detiene al llegar frente a la puerta. Y entonces, gira
lentamente la cabeza. Chasquea la lengua y de repente se ríe de forma inquietante.

—No. Ahora que lo pienso, sería mejor que te follen. No puedo perdonarte por lo que hiciste.

Mongryong mira al hombre y le hace una seña. El color del rostro del hombre cambió. Los ojos del
presidente Seok temblaron violentamente. Desesperado, comienza a sacudir sus extremidades. Y de
repente, el grandullón estaba alcanzando el broche de los pantalones del presidente Seok.

Entonces, Mongryong abrió la puerta y salió de la habitación del motel.

****

El Sr. Kim encendió una linterna y revisó el lugar de un lado a otro, luego retrocede y se tropieza. Cuando
recoge la linterna que se le había caído y la enciende de nuevo, Mongryong se pone de pie con una cara
sonriente sosteniendo algo con ambas manos.

—Ahhh, me asustaste. Maldita sea, bastardo.

—Parece que hubieras visto un fantasma. ¿Por qué estás tan sorprendido?
Después de colocar lo que tenía en las manos en el piso, Mongryong levantó al señor Kim, quien cayó al
suelo. Entonces, el señor Kim le golpeó la espalda con la palma de la mano.

—Hijo de puta, ¿acaso no debo sorprenderme? Siempre andas yendo y viniendo, nunca dices nada y
luego apareces de repente, ¡Eres jodidamente molesto!

—¡Ay! Me duele. Deja de golpearme.

Mongryong le apartó la mano y dio un paso atrás. Y luego, miró a Kim con una cara amable con el fin de
que se calmara un poco.

—Dijiste que vendrías a comer tteokguk en año nuevo, pero no hubo noticias tuyas…y ahora
apareces como una plaga en medio de la noche.

—Por eso vine. ¿Todavía tienes un poco de tteokguk?

—No, hijo de puta.

Mientras Mongryong hacía pucheros, el Sr. Kim refunfuñó y se dirigió hacia la casa. Y como Mongryong no
lo siguió, él miró hacia atrás y le gritó.

—¿No quieres comer otra cosa? Vamos entra.

Mongryong sonrió levemente y caminó detrás de él. La esposa de Kim, que salió del almacén, encontró a
Mongryong y su rostro se iluminó como una flor.

—Oh, estás aquí. Ya me había olvidado de tu cara.

—¿Como estas, tía?

—Bien, vamos. Oh, Dios mío. ¿Por qué tu cara está tan delgada? ¿No comiste bien? Cada vez que la
veía, se reía tímidamente porque a ella le preocupaba que estuviera delgado.

El Sr. Kim le dijo que fuera por un poco de comida, y la esposa del Sr. Kim le pidió que esperara y se dirigió
rápidamente a la cocina.

—No, estoy bien. Tengo que irme pronto. Porque mi amigo está esperándome afuera.

La esposa de Kim, que estaba yendo a la cocina, miró hacia atrás con pesar.

—¿No te vas a quedar a dormir?

—No. Debo marcharme a la provincia. Solo pasé antes de irme. También quería saludar.

El Sr. Kim no pudo ocultar su pesar al escuchar que no iba a comer, así que le preguntó a qué vino. Su
esposa lo miró para que no hiciera eso, y luego le dijo a Mongryong que entrara un rato y se bebiera una
taza de té.

Entonces, el vacilante Mongryong no tuvo otra opción más que asentir.

N.T //El tteokguk, también llamado byeongtang, es un plato coreano tradicional que se toma durante la
celebración del año nuevo coreano. Se compone de un caldo (guk) en el que se ponen varios pasteles de
arroz (tteok) cortados finamente. Suele añadirse más ingredientes al plato: huevo duro cortado fino, carne
marinada, mandu o algas secas. Para prepararlo, se cuece falda de ternera varias horas, colándose el caldo
para aclararlo. Los pasteles de arroz largo se cortan finamente en diagonal y se cuecen en este caldo.
La tradición de tomarlo en la celebración del año nuevo, Seollal, se debe a la creencia de que da buena
suerte al consumidor para el año entrante además de otorgarle un año de vida adicional.//

DUODÉCIMA HISTORIA PARTE 3

El señor Kim, que estaba sentado en el suelo, lo miró con una cara de sorpresa. Y eso fue porque
Mongryong, trajo una bolsa de compras con ropa para él y su esposa.

Al principio la esposa del Señor Kim, le preguntó por qué les había comprado algo como eso, pero
después, no pudo ocultar la risa que se filtró por su boca. El señor Kim parecía perplejo. ¿Cómo es que la
ropa es toda rosa?

—Bastardo…tú…¿Acaso compraste ropa de ese color a propósito?

—Claro, a medida que las personas envejecen, tienen que vestirse de manera más colorida. Mira, qué
bonito es este color.

—Entonces póntelo tú, bastardo. Tal parece que cada vez que compras ropa, siempre eliges la que
sea del mismo color de tu cabeza.

—Uh, Huh. ¿Y qué? A mí me gusta.

La esposa del señor Kim examinó la ropa como si le gustara. Dijo que sería bueno usarla cuando saliera en
primavera. Kim no quitó los ojos de su camiseta, aunque hizo una mueca diciendo que se verían iguales
cuando salieran juntos.

Cuando la esposa del señor Kim se excusó un momento para ir a buscar un poco de té, Mongryong la vio
entrar en la habitación donde antes se alojaba.

La habitación, que ahora estaba sin dueño, era el lugar donde residía el pasado de Seok Jeha, que él no
conocía. Al final, nunca pudo preguntarle algo al respecto, pero eso ya no hacía ninguna
diferencia. ¿Después de todo, no es una relación que terminará pronto?

En ese momento, la esposa del Sr. Kim llegó con el té y una pequeña bolsa en una mano. Y luego, se la
entregó a Mongryong.

Cuando Mongryong la mira con cara de desconcierto, ella le pregunta si le gustaría abrirla. Al abrir la bolsa,
él encontró un suéter adentro.

Era el suéter que ella siempre le prestaba y que nunca se ponía.


Ella siempre le había insistido a Mongryong que se pusiera ropa abrigada, y por eso se lo trajo. Mongryong
abrió la bolsa y lo sacó. El suéter color marfil apareció ante sus ojos. No podía apartar los ojos de él
mientras arrugaba la nariz para contener las lágrimas.

—No sé si te gusta el color.

—Este chico odia eso. Solo míralo. A él lo que le gustan son los colores que usan los chamanes.

—No es cierto.

Y como Mongryong respondió bruscamente, el Señor Kim se echó a reír cuando le preguntó si esperaba
encontrar un suéter rosa.

—Gracias, me gusta.

Los tres, pasaron el tiempo riendo y hablando. Entonces, Mongryong miró el reloj de pared. Quería
quedarse un rato más, pero ya habían pasado más de 30 minutos.

Seunghyun lo estaba esperando. Y como había hecho algo tan grande, probablemente su línea de estiércol
estaría ardiendo. Por eso, tuvo que levantarse de su asiento y despedirse. Entonces, cuando dice que debe
marcharse, surge una mirada de pesar en el rostro del señor Kim.

La señora Kim extendió la mano y le acarició el brazo. Le dijo que podía pasar por allí cuando quisiera a
comer algo delicioso.

El Sr. Kim solo tosió con una cara contundente desde un lado.

—Detente y déjalo ir. Este chico también tiene sus ocupaciones.

Entonces, la esposa del señor Kim fingió sonreír para ocultar su tristeza.

—Es una pena. Pero, ya vete. Tu amigo te está esperando.

Y cuando sintió ganas de llorar, Mongryong se mordió el labio inferior sin darse cuenta. Luego, tomó el
suéter con ambas manos y dijo: —Gracias, lo usaré bien. Entonces, la esposa del señor Kim asintió y le
hizo señas para que se fuera.

Mongryong se levantó y salió de la casa. Luego se puso los zapatos y se despidió diciendo que vendría
después, y mientras caminaba por el patio hacia el auto, el señor Kim lo siguió. Cuando el señor Kim le pide
que se detenga, saca un sobre blanco y lo introduce en el bolsillo de la chaqueta de Lee Mongryong.

Y después, se da la vuelta y se dirige a la casa sin siquiera esperar una respuesta. Al sacar el sobre de su
bolsillo, Mongryong mira al señor Kim con cara de incredulidad.

—¿Qué es esto?

—Es una indemnización por despido, chico.


Era un sobre bastante grueso. Cuando Mongryong, que está confundido, intenta devolverlo, el señor Kim
corre hacia la casa como si huyera.

—Oiga, no lo necesito.

Mongryong persiguió al Sr. Kim con el sobre en la mano. El Sr. Kim fingió tener prisa, y le hizo un gesto con
la mano, indicándole que no le dijera nada.

—Ya vete. Eso es para que no pases hambre. No dejes que te derroten.

Al escucharlo, Mongryong se detuvo en el acto. De repente, su garganta estaba obstruida. Ya no pudo


decir nada. Después de hacerle una seña para que se fuera rápidamente, el Sr. Kim entró en la casa sin
mirar atrás.

Mongryong no pudo dar un solo paso, hasta que su figura desapareció. Le dolían los ojos y su garganta se
movía una y otra vez. Se guardó el sobre en el bolsillo, se dio la vuelta y caminó hacia el auto de
Seunghyun.

Al subir al auto, Seunghyun lo miró. Y cuando él le preguntó porque llegaba tan tarde, Mongryong solo le
dijo que arrancara el auto.

—¿A dónde vas?

—A donde me sugeriste la última vez.

—¿No vas a ir a Nanwon?

—No.

—¿Tampoco vas a ir a ver a Seok Jeha?

—Huh.

Seunghyun, que vaciló por un momento, asintió y puso en marcha el auto. Y cuando bromeó y le preguntó
si quería que fuera con él, Mongryong lo cortó diciéndole que de ninguna manera.

Seunghyun se enfureció y le dijo que era un gilipollas. Le reprochó que solo lo utilizaba para su
conveniencia. Al escuchar sus quejas, Mongryong se rió en silencio. Y el automóvil que los transportaba,
comenzó a circular por una pendiente estrecha.

***

Algo voló a un lado del rostro de Jeha, golpeó la pared y se rompió. Era un cenicero de cristal que se hizo
añicos.
Jeha miró al frente sin levantar una ceja. Allí, el presidente Seok estaba acostado en su cama con una venda
alrededor de la cabeza. Junto a él, el secretario Kim estaba de pie con el rostro compungido.

—¡Lárgate! ¡¿Acaso tienes algo que hacer aquí?!

—Debes estar bien si estás tan enojado.

Al ver a Jeha hablando mecánicamente, el presidente Seok trató de levantarse de la cama pero el secretario
Kim lo detuvo.

—Por favor, tranquilícese presidente. Es perjudicial para su salud.

Entonces, el presidente Seok le gritó que se fuera de inmediato. Después de ser humillado por Lee
Mongryong, sufrió un gran shock mental, pero lo peor había ocurrido en la mañana, cuando la fiscalía
visitó la propiedad solicitando su incautación y registro.

—¡Cómo fuiste capaz de hacerme esto! ¡Así no fue como te crié!

Jeha lo miró con expresión despreocupada.

—Lo planeé con mucho cuidado. Como digno hijo de mi padre.

—¿Hiciste eso por ese maldito bastardo? ¿Abandonaste a tu padre por ese hijo de puta? ¡Traicionaste
a Ilsung, y todo para salvar a ese perro callejero! ¡¿Acaso no te importa cómo me humilló?

Jeha suspiró al ver al presidente Seok maldiciendo. Pero a diferencia de su rosto aburrido, sus ojos
reflejaban su ira. Incluso su voz mostraba su frialdad.

—Así que te recomiendo que actúes con mucho cuidado.

—¿Qué?

—Si no lo hubieras tocado, no habría hecho esto.

El presidente Seok se aturdió y se quedó sin palabras. ¿Estás diciendo que realmente hiciste todo esto
por ese bastardo? Mi hijo. Mi Seok Jeha.

—De ahora en adelante, tomaré el mando. Lo que elijas, depende de ti, pero es mejor que tengas
cuidado.

—Tú… tú… .

—Si quieres conservar incluso el lugar en donde estás ahora.

La sangre desapareció del rostro del presidente Seok, quien siempre había estado trabajando en su tiempo
libre. La piel de su cara, invadida de ira y conmoción, tembló. Entonces, Jeha lo saludó con una profunda
reverencia, se dio la vuelta y salió de la habitación.
El secretario Kim, quien estaba atento al estado de ánimo del presidente Seok, inmediatamente escapó de
la habitación y siguió a Seok Jeha.

—Por favor, comprenda que esto se debe a que el presidente no se siente cómodo con la situación
actual. Aún no asimila la realidad.

Él luchaba por mantenerse al día con Jeha. Sin razón, había venido a verlo hace unos días, y ahora lo
buscaba de manera constante. Tal vez, intentaba beneficiarse de algún modo, debido a su lealtad con el
presidente Seok.

—¿Qué dijo el doctor?

—Eh… .

El secretario Kim tropezó, incapaz de conectar sus pensamientos. Jeha lo miró con amargura y él abrió la
boca de mala gana. Le informó que el médico dictaminó que las laceraciones en la zona anal no eran un
problema. Había una razón diferente para que permaneciera acostado.

—Está deprimido… .

Jeha se rió con una expresión ridícula. Pero luego de sonreír, su rostro se endureció notablemente. Eso fue
porque recordó lo que le había hecho Lee Mongryong cuando lo secuestró. Ese día lo ató en un motel y lo
insultó.

—Ese bastardo… ¿podría ser que él directamente lo hizo?

No, era imposible. Sin importar lo loco que fuera. Pero aunque murmuró para sí mismo que no era posible,
no pudo borrar por completo la ansiedad en su rostro.

****

Magang y Ho se sentaron juntos a mirar sus teléfonos celulares. Estaban ansiosos por admirar la sesión de
fotos en traje de baño de una actriz popular.

Mientras observan, comienzan a discutir sobre quien merece tener una relación con ella, y en ese instante
sienten que algo los golpea en la cabeza. Ambos se vuelven al mismo tiempo conteniendo la respiración. Y
al levantar la mirada, se encuentran con los ojos de Doosan.

Los subordinados a su lado también estaban ansiosos de que su feroz impulso provocara un incendio.

—Oh, ¿ya regresaste?

Después de que Doosan le ordenó al resto de sus hombres que salieran, se acercó a Magang y a Ho.

—¡Estos hijos de puta! ¿No pueden captar la atmósfera? Todo está hecho un desastre, ¿pero ustedes
solo se quedan ahí sentados haciendo estupideces?
Los dos se miraron como echándose la culpa mutuamente. Había ido a ver al presidente Seok con Jeha,
pero algo debió haber sucedido allí, porque no se veía bien. Entonces Magang preguntó primero.

—¿Está bien el presidente?

Doosan suspiró. Al parecer no era suficiente con ser humillado por otro tipo, sino que también su propio
hijo lo traicionó, así que incluso el mismísimo presidente Seok no podía estar bien. No dudaba en seguir las
ordenes de Jeha, pero le preocupaba que esto pudiera causar una división al interior de la organización.

—No lo sé. Solo dijeron que tenía depresión.

Ho no pudo evitar reírse al escuchar la palabra depresión, y Doosan lo amenazó con la mirada. ¿De
verdad?

—¿Por qué te ríes?

—Por nada, tranquilo hyung, es mi culpa, lo siento. No, no es que, como Mongryong puso así al
presidente, creo que él es increíble, así que… .

A medida que su voz se arrastra, dice todo lo que tiene que decir. Ho y otros subordinados, estaban
resentidos contra el presidente por el hecho de haber castigado a Jeha sin razón.

Doosan miró a Ho con ira, y entonces él rápidamente se inclinó y puso una expresión de
arrepentimiento. —Lo siento, hyung.

—¿Qué saben sobre el paradero de Kim Seunghyun?

Magang, que estaba mirando desde un lado, respondió rápidamente.

—Al parecer cerró la tienda y se escondió para despistarnos. Asignaremos más hombre a la
búsqueda y lo encontraremos lo antes posible.

—Sin importar los medios que usen deben encontrarlo rápido.

—Sí.

—¿Y que dijeron los hombres que fueron a Nanwon?

—Al parecer no pudieron encontrar ni la sombra de Lee Mongryong. Honestamente, era imposible
que apareciera después de lo que pasó. No, pero ¿qué demonios fue lo que hizo? ¿Qué pudo haber
hecho para causarle depresión al presidente?

Ho preguntó con una cara muy curiosa, y Doosan volteó los ojos. Aunque Ho era su hermano menor, se
preguntaba si no era demasiado puro y carente de sentido en ese momento.

Entonces, cuando intentó gritarlo para reprenderlo, Toc, Toc, la puerta se abrió después de escucharse
unos golpes y uno de los subordinados entró. El hombre llevaba un sobre en la mano. Al ver a Doosan, se
lo entregó.
—Esto parece algo urgente, hyung.

Cuando Doosan recibió el sobre y lo revisó, notó que el nombre de Seok Jeha estaba escrito en él. Pero no
había ningún remitente.

—¿Quién lo envió?

—El remitente es desconocido. Interrogué al repartidor, pero dijo que se lo entregaron en la terminal
de autobuses.

—¿Terminal de autobuses? ¿Dónde?

—Terminal de autobuses de Gangnam Express.

—Hmm. Doosan entrecerró los ojos. Pensativo, le dio vueltas al sobre en su mano. Al parecer, en lugar de
seguir buscando, había tomado medidas para encontrarse con Jeha.

****

Con un cuchillo, Jeha cortó la abertura del sobre de una vez. Luego, metió la mano adentro. Y lo que sacó
fue una pequeña bolsa que contenía una fotografía. Al revisar la foto Jeha puso una cara de incredulidad.

En la imagen estaba el presidente Seok. Sobre su cuerpo desnudo, estaba un hombre enorme, vestido con
ropa interior roja, el cual tomaba su pene con la boca.

Su predicción había sido correcta. Lo bueno era que no lo había hecho Lee Mongryong, sino otro hombre.
Sin darse cuenta, exhaló un suspiro de alivio. Si hubiera sido Lee Mongryong, lo habría ahorcado con sus
propias manos antes de que el presidente Seok lo atrapara y lo matara.

Después de mirar la foto otra vez con cara de asombro, volvió a meter la mano en el sobre. En el interior,
también encontró una pequeña memoria USB. En ese punto, se dio cuenta exactamente quién había
enviado eso.

Cuando abrió el sobre, encontró un papel que contenía un contrato. Era una copia. Había una clausula
donde se especificaba que nunca volvería a lastimar a las personas alrededor de Lee Mongryong, pero
inusualmente, la última disposición era la siguiente.

[El presidente Seok nunca volverá a involucrarse en el trabajo de su hijo Seok Jeha. Ni tampoco lo
golpeará de nuevo. Si viola este contrato, estará sujeto a cualquier sanción.]

—Ja, ¿qué es esto? Doosan, que estaba a unos pasos de distancia, lo miró cuando puso una expresión
atónita y absurda.

—¿Qué pasa, hyung-nim?

—Comprueba de dónde se envió esto.


—Ya interrogamos al repartidor, y dijo que no sabía nada, solo que ese sobre se lo entregaron en la
terminal de autobuses.

—Revisa todos los CCTV alrededor de la terminal.

—¿Es de Lee Mongryong?

Cuando Jeha le dio la vuelta al contrato, encontró una nota en él. Era una letra que realmente no encajaba
con su estilo. Era muy recta y ordenada.

[Esto es un regalo. Úsalo cuando tu papá te moleste. Que tengas una buena vida, Seok Jeha ♥]

Después de poner una cara perpleja, dejó de sonreír. Parecía que no tenía mucho que decirle. ¿Buena
vida? Era increíble que esas fueran sus palabras de despedida.

Pero lo que más lo sorprendió fue la marca de corazón junto a su nombre. No sabía como tomar eso, así
que se quedó mirando el papel. ¿Por qué te escapas y solo me dejas ese corazón? ¡Eres un bastardo,
de verdad!

Al ocurrírsele un pensamiento incómodo, arrugó la nota que tenía en la mano. Doosan notó que su
expresión facial no era buena, ya que apretaba los dientes con fuerza.

—Revisaré todos los CCTV de los alrededores y lo encontraré.

—Envía a alguien para que vigile a Seok Junyoung. Y también, vigila a cualquier persona que pueda
conocerlo.

—Sí.

“Encuéntralo de alguna manera y tráelo aquí. Si se rebela, dispárale con una pistola de
tranquilizantes.”

Doosan inclinó la cabeza. —Sí, hyung-nim.

DUODÉCIMA HISTORIA PARTE 4

Mongryong miró cada rincón de la habitación. Afortunadamente pudo conseguir una habitación sin
dificultad. Evidentemente, la ayuda de Seunghyun fue excelente en muchos sentidos. Lo presentó en un
nuevo trabajo y alquiló una casa a nombre de otra persona, por lo que todo transcurrió sin problemas.

—Es perfecta para vivir solo.


—Puedo vivir contigo si quieres.

Debido a que Seunghyun habló medio en broma, Mongryong se rió y tocó la parte delantera de la camisa
de Seunghyun.

—¿Puedes manejarme?

Seunghyun, que había estado pensando en ello, apartó su mano de un golpe. No hace mucho pensó que
sería posible comenzar de nuevo con Mongryong, pero después de verlo haciéndole eso al presidente
Seok, ese sentimiento desapareció.

—No, claro que no. Me niego rotundamente.

Mongryong le preguntó por qué ya no lo amaba con una cara llena de pesar. Cuando el dueño de la casa
que los acompañaba, los miró a los dos comportándose de forma extraña, Seunghyun lo empujó por el
hombro y le pidió que se detuviera.

—Ah, está bien.

Y como si de repente lo hubiera recordado, Seunghyun rebuscó en su bolsillo y sacó algo. Era la tarjeta de
presentación de alguien.

—Esto es del hyung del que te estuve hablando antes. Quiero acompañarte, pero si dices que no
quieres… .

—Tranquilo. Puedo ir solo.

—Ya le hablé sobre ti, así que puedes visitarlo.

Mongryong hizo una expresión de agradecimiento y abrazó el cuello de Seunghyun con fuerza. Seunghyun
lo empujó para que no lo hiciera, pero él lo sostuvo y le dio una palmada en la espalda.

—Si tienes problemas, llámame de inmediato.

—Todo bien hombre. Siento haberte causado problemas.

—Iba a trasladar la tienda de todos modos. Así que todo está bien.

—Sin embargo. Lo siento, por todo.

—No. Cuando me cortaron el dedo, incluso hiciste una bomba para vengarme. Comparado con eso,
yo no he hecho nada.

La expresión del casero que escucha la conversación entre los dos se oscurece. En su cara reflejaba su
desconfianza. Se preguntó por un momento si debería ir a la inmobiliaria a cancelar el contrato.

—No puedo sentirme aliviado de dejarte atrás.


—Entonces, vivamos juntos.

—Ya basta. Voy a tener que empujarte para que te vayas.

Mongryong se rió alegremente. Entonces, Seunghyun le susurró en voz baja en el oído.

—¿No te has abstenido lo suficiente? Parece que hubieras cambiado de forma de ser. ¿Me dejarás ir?

Ante la broma de Seunghyun, Mongryong lo empujó y se rió. Entonces, miró dentro de la casa, y luego
suspiró y sonrió al mismo tiempo.

Primero que todo, se mudó a un lugar donde nadie lo conocía y consiguió una casa, y Seunghyun le
consiguió una entrevista de trabajo, pero tenía miedo y estaba desesperado y preocupado por comenzar
una nueva vida sin su hermana Hyeyoung,

Entonces Seunghyun, que estaba mirando de cerca su expresión, le hizo una pregunta.

—¿Terminaste tu relación con el Director Seok?

Mongryong miró a Seunghyun. Luego se rió torpemente y asintió. Seunghyun le respondió de la misma
manera. —Bien hecho.

Tal vez era solo su impresión, pero de alguna manera Mongryong parecía un poco diferente que antes. El
tipo que anteriormente era más loco que un rayo, ahora ha perdido su vitalidad e incluso parece aburrido.

Seunghyun pensó que la causa era Seok Jeha. Aunque aparenta siempre estar bien, Mongryong está muy
herido en su relación con las demás personas, por lo que nunca se ha permitido dar su corazón fácilmente.

Pero la razón por la que Mongryong lo arriesgó todo y le hizo eso al presidente Seok fue principalmente
porque estaba resentido por tener que separarse de Seok Jeha, más que cualquier otra cosa.

En la habitación, la luz del sol entraba a través de la ventana. Y Mongryong dijo que no solo estaba bien,
sino que estaba realmente bien. Pero mientras hablaba con optimismo, un momento de soledad pasó por
su rostro.

****

Cuando se abrió la puerta del almacén, apareció Jeha. Dos hombres manchados de sangre flotaban en el
aire como trozos de carne. Jeha se acercó a ellos y miró hacia abajo con una mirada de desprecio.

—¿Dónde está eso?

Doosan le entregó una bolsa de polvo blanco a Jeha. Él la abrió y la colocó en la punta de sus dedos, luego
la probó con la punta de su lengua. Sus cejas se arrugan cuidadosamente, al comprobar que eran drogas.
Entonces, le devolvió la bolsa a Doosan y se puso en cuclillas frente a los hombres elevados. Los hombres
derramaron lágrimas y moquearon con caras de asombro, mientras gritaban pidiendo perdón.

—¡Hyung-nim! No lo volveré hacer. Perdóname. Por favor sálvame, hyung.

—Se los advertí antes. Les dije que si los atrapaba con drogas, los mataría, así que ya saben lo que les
va a pasar.

—Lo siento. Por favor perdóneme. No lo volveré a hacer, hyung.

El hombre lloró y suplicó que lo ayudaran. Jeha chasqueó la lengua y se levantó. Y mientras los miraba,
echó la cabeza hacia atrás, pensó un momento y abrió la boca.

—Está bien, te daré una oportunidad. ¿Quieres morir ahogado en el mar o irás a un centro de
rehabilitación para deshacerte de tu hábito de consumir drogas?

Doosan, que estaba a su lado, lo miró con cara de sorpresa. Si hubiera sido el mismo Jeha del pasado,
obviamente los habría arrojado al agua para que se convirtieran en comida para peces. Consumir drogas
estaba estrictamente prohibido en la organización. Era así, pero entonces por qué…

Jeha le entregó otra bolsa de drogas a Doosan.

—Deshazte de eso. Y asegúrate que estos hombres se curen.”

Jeha se dio la vuelta. Y Doosan, le entregó la bolsa con drogas a Magang y lo siguió.

Tan pronto como Jeha salió del almacén, tuvo la sensación de que la primavera se acercaba. A un lado del
camino, una magnolia blanca empezaba a florecer.

Cada vez que soplaba el viento, la flor bailaba con alegría. Jeha la miró y luego siguió adelante.

—¿Qué debo hacer?

—Encuentra el proveedor. Adviértele que si vuelve a darles drogas a mis hombres, iré a verlo y le
volaré la cabeza personalmente.

—Si, hyung-nim.

—¿Y sobre la empresa?

—Tiene una cita para almorzar.

Jeha se detuvo. —¿La tengo? Cuando le preguntó, Doosan le respondió si había olvidado su cita para
almorzar con el fiscal Seok. Al escucharlo, Jeha no pudo ocultar su irritación.

—¿No puedo cancelarla?


Doosan se rió sin responder. Faltaban unos 30 minutos hasta la hora de la cita, así que no tenía sentido
cancelarla.

Además, todo el problema se resolvió cuando Seok Junyoung levantó las sospechas sobre el despilfarro de
dineros públicos de Kim y su entretenimiento sexual. Desde ese momento, había desaparecido un escollo,
por lo que no bastaba con darle las gracias.

Pero obviamente, eso no significaba que Junyoung tuviera la intención de ser un bueno con su hermano
menor.

****

Mongryong entró en el ruidoso club. Un tipo llamado Park Geon-woo también iba con él. Los dos
comenzaron a trabajar juntos recientemente, y se la llevaban bastante bien porque tienen la misma edad y
personalidad.

Al entrar en el club, las mujeres les hacían señas aquí y allá. Mongryong les sonrió y subió al segundo piso.

Los dos entraron al baño al mismo tiempo, y después de un rato, Geon-woo salió primero y miró a su
alrededor. Cuando confirmó que no había nadie presente, envió una señal al interior, y en seguida
Mongryong salió vestido con un uniforme de camarero. Llevaba una bandeja en una mano y una botella de
alcohol en la otra.

Mongryong le dio la vuelta a la esquina y caminó hacia la habitación que quedaba al final del segundo
piso. Y Geon-woo lo siguió.

—¿En dónde es?

—En la última habitación.

Mongryong dejó de caminar. El cuerpo de Geon-woo chocó ligeramente contra su espalda. Intentó
preguntarle por qué se detenía, pero en ese momento, pudo ver a cuatro guardias grandes parados al
frente de la última habitación.

Los hombres los observan, un poco sospechosos. Entonces, Mongryong se da la vuelta apresuradamente.
Mira a Geon-woo y lo mira impresionado.

—Oye, maldición. No me dijiste que había cuatro guardias.

Geon-woo parecía avergonzado.

—Chun-se hyung definitivamente dijo que solo había uno.

—¿No tiene algún infiltrado?

—¿Qué vamos a hacer?


—¿Deberíamos volver?

Mongryong, que había estado pensando por un momento, miró a los guardias una vez y luego miró hacia
el primer piso. Después de calcular algo, tragó en seco una vez.

—Entraré primero. ¿Puedes pensar en algo que distraiga a esos tipos?

Geon-woo miró a los guardias con una cara tensa y luego miró a Mongryong nuevamente.

—¿Estarás bien?

—De todos modos, es todo o nada. Si nos retiramos ahora, ¿se quedará quieto el maldito presidente
Kim? Ayer dijo que se gastó el dinero, luego le dio la vuelta a la oficina. En primer lugar, lo haré por
mi cuenta, así que prepárate para escapar cuando salga.

Geon-woo tragó en seco y asintió. Mongryong respiró hondo y caminó frente a la habitación con una
bandeja de licor. Los guardias lo interceptaron de inmediato, luego lo miraron de arriba abajo y
preguntaron qué estaba buscando.

—El jefe me dijo que lo ofreciera como un servicio.

Mongryong le mostró la botella. Era un licor bastante caro. Los guardias intercambian miradas y uno de
ellos se ausenta un momento. Mongryong sonrió alegremente. Su boca ardía por la tensión.

Después de un rato, salió el guardia que entró a la habitación. Y luego le hizo un gesto a Mongryong
indicándole que podía entrar. Entonces, entró en la habitación. Al interior, el humo del cigarrillo era
brumoso y cuatro hombres estaban reunidos conversando.

Cuando Mongryong entra, ellos dejan de hablar. Todos parecían estar bebiendo, pero no para divertirse. El
hecho de que los cuatro estuvieran ahí reunidos sin llamar a una mujer, significaba que estaban hablando
de asuntos muy importantes.

Mientras Mongryong preparaba un vaso para servir la bebida, uno de los hombres lo miró y le habló.

—Nunca te he visto por aquí.

Mongryong inclinó la cabeza mientras señalaba su etiqueta con el nombre de Kim Eun-woo.

—Soy nuevo. Es un placer servirle.

El hombre se rió al escuchar el franco saludo y le dio dinero diciendo que le gustaba. Mongryong sonrió
alegremente, y les dijo que le avisaran si necesitaban algo más, luego volvió a inclinar la espalda y se
volvió.

Y cuando iba rumbo a la entrada, —¡Oh! En ese momento tuvo que darse la vuelta. Los cuatro hombres lo
miraron al mismo tiempo.
—Supongo que lo he visto antes ... usted es Park Sung-Hyun, director general de Taesung
Construction ... ¿Es correcto?

El rostro del hombre se endureció tan pronto como Mongryong dijo quién era.

—¿Me conoces?

Ante las aterradoras palabras, Mongryong aplaude y se ríe, jajaja. Los hombres hicieron expresiones
confusas y de repente él se sacó del bolsillo una cámara más pequeña que la palma de su mano. Entonces,
les toma una foto, sin darles oportunidad de reaccionar. —Miren aquí, sonrían.

—¡Oye, hijo de puta! Uno de los hombres se levantó con urgencia y corrió hacia Mongryong. La puerta se
abrió y los guardias parecían sorprendidos. En ese momento, solo había dos guardias, porque al parecer
Geon-woo los había atraído de alguna manera.

Mongryong guardó la cámara en su bolsillo y corrió hacia la entrada.

Uno de los guardias extendió la mano y lo agarró por el cuello. Entonces Mongryong se quitó el chaleco
apresuradamente y logró zafárselo de su cuerpo. El guardia confundido estiró el otro brazo. Lo mismo
hicieron los otros guardias. Pero en el momento en que intentaron agarrarlo de nuevo, Mongryong llega a
la barandilla y sale volando desde el segundo piso. Solo saltó.

Su cuerpo cayó sobre una mesa en la planta baja con un estruendo y luego rodó de la mesa al suelo. Los
hombres y las mujeres que estaban bebiendo se asustaron y salieron corriendo.

Mongryong gimió de dolor y levantó su cuerpo de inmediato. Pudo ver a los enormes guardias corriendo
escaleras abajo. Sus piernas estaban adoloridas y no podía moverlas correctamente. ¡Mierda! Trató de
caminar de alguna manera, mascullando maldiciones, pero en ese momento todas las luces del club se
apagaron.

Lo mismo ocurrió con la música. Se escuchaban gritos por todas partes, y personas maldiciendo,
ordenando que se encendieran las luces. El interior del club era un desastre. En ese momento, alguien
agarró el brazo de Mongryong. Pensó que eran los hombres que lo estaban persiguiendo, pero la voz de
Geon-woo resonó en sus oídos.

—Soy yo, hombre. Vamos a salir de aquí. Yo armé todo esto.

El sonido de palabrotas y las luces de teléfonos móviles se mezclaron por todas partes. Entonces,
Mongryong deambuló entre multitud y salió con Geon-woo.

****

Jeha agitó la sopa con una cuchara. Junyoung lo citó para comer y se encontraron en un restaurante de
sopas. Mientras Junyoung ponía cosas en la sopa, él lo miraba con cara de irritación.

—¿Qué pasa? ¿No tiene buen sabor?


—Debería haberlo sabido desde el momento en que me dijiste que me invitarías a comer. Rayos.

—Pensé que te gustaba la sopa.

Jeha pensó en algo y arrugó las cejas. Anteriormente, había visto obligado a seguir a Seok Junyoung y a
Mongryong varias veces porque no soportaba que comieran juntos. Le pareció que se estaba burlando de
ese hecho, y de alguna manera eso hizo que su enojo se disparara.

—¿Cómo está papá?

Jeha miró a Junyoung con una expresión ridícula, restándole importancia a sus palabras. Él había apuñalado
por la espalda a su padre, pero fue Junyoung quien le pasó el cuchillo. Lo hizo, y sin embargo le
preguntaba cómo estaba de una manera tan casual. De todos modos no era necesario que expresara su
amor familiar.

—Si tienes tanta curiosidad, deberías visitarlo.

Junyoung se ríe con un tono ligeramente agresivo.

—¿Eso crees?

Jeha levantó la mirada y lo miró.

—Sobre lo que te pedí antes. ¿Has pensado en eso?

Jeha dejó la cuchara tal y como estaba y miró a Junyoung con los brazos cruzados. Previamente, él le había
pedido que le entregara los detalles de los fondos que fueron entregados al Senador Kim, pero Jeha le
respondió que eso era absolutamente imposible porque de todos modos el senador Kim era como su
propio cliente. Y en ese momento, Jeha pensó que de alguna manera, debió haber previsto que esa era su
intención desde el momento en que lo invitó a comer.

—Creo que mi respuesta sigue siendo la misma. No te desgastes en cosas inútiles. Porque no tengo
suficiente corazón para ayudarte.

Junyoung se rió lentamente de esas palabras. Tampoco le gustó esa expresión en su rostro. Entonces
Junyoung le hizo una pregunta mientras lo miraba fijamente.

—Oh, sí. ¿Te ha contactado?

—¿Quién?

—Ya lo sabes.

Jeha vuelve a soltar la cuchara. Entonces suspiró y masculló una pequeña maldición.

—¿Es divertido hacerme enojar?


A Junyoung no le importó su molestia, tomó algo de sopa y dijo: —Entonces no lo hizo. Jeha analizó su
expresión. Si Lee Mongryong contactara a alguien, probablemente no lo contactaría a él, sino a Seok
Junyoung. No, tal vez estuvieran en contacto ahora mismo.

—No pongas esa cara tan terrible solo debes preguntar lo que quieres saber.

Jeha apretó los dientes con fuerza. Siente la boca amarga al contener su ira. El solo hecho de pensar en la
posibilidad de que Junyoung lo hubiera ayudado a esconderse, lo hace sentir muy deprimido.

—¿Quieres que te diga dónde está?

Jeha se rió al escuchar sus palabras. Él había enviado mucha gente a buscarlo por todas partes, pero no
pudo encontrar ningún indicio de su paradero, era como si se hubiera perdido como una rata. Había
enviado gente al templo donde vivía Lee Hyeyoung, pero obtuvo los mismos resultados. Tampoco había
señales de que hubiera registrado una nueva dirección en alguna parte.

Lo buscó por todos lados, comenzando desde el CCTV de la terminal de autobuses, pero todo fue en vano.
En pocas palabras, se había evaporado.

—¿Y cómo vas a hacer eso?

—Tengo mis métodos.

—No digas tonterías y cuéntame lo que sabes.

—Recientemente encontré una pista. Estuve a cargo de un caso de reembolso de una empresa de
construcción y una oficina de detectives estaba involucrada.

Jeha se interesó inmediatamente al escuchar la palabra oficina de detectives. Sabía que Lee Mongryong
había trabajado en algo similar anteriormente.

—No hay nada que no puedas hacer si tu jefe te pide dinero.

—¿Entonces? ¿Acaso pidió que encontraran a Lee Mongryong?

—No. Según mi contacto, el jefe tiene un empleado que actúa como miembro…

Jeha enfocó sus nervios en los labios de Junyoung. Pero él solo se detuvo un momento y comenzó a darle
golpecitos a la mesa con la mano.

—¿Por qué no hablas? ¡Eso molesta a la gente!

Junyoung sonríe levemente al escuchar la voz desesperada de Jeha. Y luego dijo lentamente.

—Dijo que su cabello era rosado.

Jeha puso una cara perpleja. ¿Qué? ¿Es esa la única razón? No es como si él fuera la única persona con
el cabello rosa en el mundo.
—¿Cómo puedes estar tan seguro de que es Lee Mongryong?

—No, no se llama Lee Mongryong. ¿Puedes creer que mi amigo dijo que se llamaba Lee Taesung?

—¿Lee Taesung?

—Sí. Pero se veía tan similar. Entonces fui a comprobarlo yo mismo, por si te lo estás preguntando,
pero cuando llegué ya había desaparecido.

—¿Cuál es la razón por la que me entregas una información tan imprecisa?

—Porque creo que puede servirte de algo, ¿acaso no estás desesperado?

Jeha apretó el puño debajo de la mesa como si estuviera conteniéndose. Se preguntó si su cara estaba
sonrojada porque estaba hinchado de la ira. Quizás Lee Mongryong se había ido a otro lugar para tener
una mejor vida e incluso era posible que ya hubiera conseguido un nuevo amante.

Junyoung, que miró de cerca su expresión agregó otras palabras. —Yo también quiero verlo.

Las cejas de Jeha se elevan bruscamente. Pero aunque sus palabras fueran molestas, no podía ignorar la
información que le había dado. Junyoung puso sal en la sopa con un rostro relajado.

—Si no te gusta, no te la comas.

Jeha movió los ojos de un lado a otro. No había manera de que Junyoung le hubiera mentido. Entonces,
era necesario que verificara su información hasta cierto punto.

Junyoung sonrió y asintió con la cabeza después de sazonar su sopa, pero Jeha ni siquiera pudo levantar su
cuchara. Su mente ya se había dirigido a otro lugar.

***

—Si, señora. Uf, ¿eso hizo? Oh, Dios mío.

Un hombre calvo de mediana edad, estaba sentado en una silla y hablaba con alguien mientras apoyaba las
piernas sobre su escritorio. Mientras se limpiaba las uñas con un cuchillo, el hombre se burlaba hábilmente
de la otra persona.

Él era Park Chun-se. Era el presidente de la oficina de detectives. Ellos se encargaban principalmente de
encontrar gente o investigar asuntos relacionados con amantes, y en esa industria era una persona
bastante reconocida.

Cuando Chun-se, que todavía sigue hablando por teléfono, mira hacia el sofá, Mongryong lo observa con
una cara desagradable. Y cuando le pregunta ‘¿Por qué?’ haciendo gestos con la boca, Mongryong finge
cortarse el cuello con la mano. Eso significaba que no iba a hacerlo.
Chun-se, que se preocupó por un momento, rápidamente evitó su mirada. Entonces se rió abiertamente y
se estremeció, preguntándole a la otra persona, si lo que decía era posible.

Al mismo tiempo, Mongryong suspiró como si el suelo fuera a desaparecer, y pateó la mesa que estaba
frente a él.

—Sí, señora. Entonces pronto le daré buenas noticias. Sí, sí. Por favor, ya puede colgar.

Después de colgar, Chun-se se levantó de inmediato y caminó hacia el sofá.

—Taesung, oh, mi bebé.

Mongryong levantó la cabeza y lo miró como si fuera a matarlo.

—Suenas como si fueras un gatito. Ya te dejé en claro que me tomaría un descanso la semana que
viene.

Chun-se se rió con una sonrisa de suficiencia revelando sus dientes de oro amarillo, luego se sentó frente a
Mongryong y mordió un cigarrillo.

—Vamos. Yo quiero que te tomes un descanso. Pero, ya sabes que la señora Kim es una persona muy
importante. Al parecer su amiga sospecha que su marido tiene una aventura, pero él lo niega.

—Dale ese caso a los otros chicos. Yo no puedo hacerlo. ¡La última vez que sufrí ese accidente me
dolían tanto las piernas que pensé que moriría!

Mientras Mongryong intentaba ponerse de pie, Chun-se le agarró las piernas y tiró de él.

—¡Oye, escucha hasta el final y luego puedes marcharte!

Mongryong apartó su mano.

—Ah, déjame ir. Joder, deberías tratarme mejor. Ni siquiera a los esclavos se les trata de esa manera.

Chun-se se alteró ante esas palabras.

—¡Oye, bastardo! ¡No digas tonterías! ¡Eres mi esclavo! ¡¿Cuándo he pensado en ti como mi familia?

Mongryong se rió de esas palabras.

—Suenas como un mariquita.

Como Mongryong no cayó ante su provocación, Chun-se suspiró y dijo: —Ahhh. y entonces sacó un sobre
que tenía guardado en el bolsillo. Después de eso, saca un paquete de 50.00 wones y trata de contarlo,
pero Mongryong se levanta de su puesto y se lo arrebata. —¡Oye, eso es mío. Pero Mongryong saca la
mitad del dinero. Chun-se estaba atónito.

—Hey, hombre. ¡No hagas eso!


Mongryong puso el fajo de billetes en su bolsillo y puso una cara casual.

—Es para mis vacaciones.

—¿Qué?

—Hoy conseguiré una imagen de evidencia definitiva, así que es mejor que le pidas más dinero a la
señora Kim.

Chun-se calmó su impulso, y luego volvió a ser el mismo cachorrito de antes. Mongryong palmeó el
interior del bolsillo donde llevaba el dinero. —Entonces, esta es mi recompensa. Luego de decir eso, sale
de la oficina.

Chun-sé negó con la cabeza. Entonces comenzó a refunfuñar que había contratado a un cachorro de león
mientras marcaba un número de teléfono para contactar a la señora Kim, con quien había hablado antes.
La señal entra y la otra persona le contesta el teléfono.

—Ah, ¿Señora Kim? Soy yo. Park Chun-se.

—Sí, sí, sí. Jaja. Chun-sé se rió a carcajadas, pero en ese momento escuchó un golpeteo desde afuera.
Pensó que era Mongryong, quien acababa de irse, pero la puerta se abrió y entró un hombre desconocido.

La cara del hombre era un desastre. Después de eso, entran dos hombres grandes. Chun-se estaba muy
impresionado. Después de un rato, colgó el teléfono, diciéndole a la otra persona que volvería a llamar.
Miró a los dos hombres que tenían expresiones extrañas. Los dos se veían iguales. —¿Son gemelos?

—¿Qué necesitan, chicos?

—¿Eres Park Chun-se?

Chun-se sacó una navaja del fondo de su escritorio y los miró de forma desafiante.

—¿De dónde vienen bastardos?

—Eso no importa, ¿dónde está Lee Mongryong?

Al escuchar el nombre Lee Mongryong, una ceja de Chun-se se elevó bruscamente. ¿No es ese el
verdadero nombre de Taesung? Iba a intentar despistarlos, diciendo que no sabía de quién estaban
hablando, pero en ese momento se escuchó el sonido de pasos viniendo desde afuera.

Después de un rato, otro hombre entró por la puerta. Los dos chicos que entraron primero abrieron un
camino para él a ambos lados. Los ojos de Chun-se se agrandaron más que antes. Era un hombre que se
parecía a los dos que estaban frente a él, la única diferencia era que este, tenía una enorme cicatriz en la
cara.
DUODÉCIMA HISTORIA PARTE 5

Mongryong se sentó en el techo del edificio y miró hacia el otro lado con un telescopio. Era un conjunto de
cinco pisos, y en el cuarto piso quedaba la casa de la amante, según el cliente. Recibió una llamada de
Geon-woo hace aproximadamente una hora, después de que los dos se despidieron en el restaurante. Al
parecer vendría a acompañarlo en un rato.

Después de un tiempo, y como lo esperaba, un automóvil negro y un tanto sospechoso, entró en el


estacionamiento del conjunto cerrado. Mongryong sacó la cámara y presionó el zoom para tomarle una
foto al automóvil del hombre.

Luego pasaron unos 10 minutos. La casa donde vivía la mujer se iluminó. Lucky. La ventana se veía
claramente. En el momento en que Mongryong apunta con la cámara y tira del zoom hacia la casa, aparece
una mano cierra la cortina.

Mongryong apartó la cámara de su cara y arrugó la frente.

—Qué, carajo. ¿Se habrán dado cuenta?

Las sombras revolotean dentro de la cortina. Mongryong esperó a que la cortina volviera a levantarse, pero
una vez cerrada volvió a abrirse. Inclinó la cabeza hacia atrás y suspiró. Fue un error asegurar que hoy
tomaría una buena foto. ¿Qué tipo de pareja infiel tendría un romance con todas las ventanas abiertas?

Mongryong miró una vez la azotea del edificio y luego miró hacia la ventana. Después de recuperar el
ánimo, metió la cámara en la bolsa que había traído y se puso de pie. Y en ese momento, su teléfono sonó.
Era el teléfono genérico que le había proporcionado Chun-se.

—Hola.

[… ¿Todavía estás allí?]

— Sí, deja de vigilarme.

[Solo estoy preocupado por ti, hombre.]

Mongryong caminó hacia la entrada y bajó las escaleras. ¿Por qué demonios Chun-se está tan parlanchín
hoy? El hombre no se callaba. Y como estaba ocupado le dijo que lo llamaría más tarde y colgó.

Cuando un hombre está envejeciendo, se incrementan sus hormonas femeninas. Pero hoy su voz sonaba
un poco extraña. ¿Será que le molestó que le quitara más dinero? De todos modos, solo tomé un poco
más.
Entonces de repente pensó en el Señor Kim. ¿No es el mejor ejemplo de alguien que le gusta regañar y
condenar a los demás? Sin embargo, a veces piensa en él y extraña sus regaños. También quiere comer la
comida que hace su esposa.

Y cuando piensa en el señor Kim, naturalmente recuerda a Seok Jeha como si fuera una bonificación. En ese
instante, se detuvo a un paso de la entrada del edificio. Se miró los dedos de los pies por un momento, y
luego levantó la cabeza y suspiró.
—Bueno, ¿y qué si lo recuerdas?

—Whoo-No tuvo más remedio que poner una cara de resignación y seguir caminando. Afortunadamente,
cuando llegó al quinto piso encontró la puerta de la azotea abierta. Sacó una cuerda de su bolso y la ató
firmemente al fondo de un gran cubo instalado en la azotea.

Después de atarla, puso el extremo de la cuerda alrededor de su cintura. Sacó la cámara de su bolso y
tomó una foto para que se pudiera ver la cuerda. Y luego, se la envió a Chun-se.

[Pago de riesgos laborales por separado.]

Después de enviar un mensaje, se preguntó por qué estaba haciendo eso. El sol se puso y llegó la
oscuridad. No había muchas tiendas alrededor, por lo que había menos gente pasando por allí. Mongryong
agarró la cuerda y se subió a la barandilla. Con la cámara en el cuello, sostuvo la cuerda y bajó un escalón a
la vez.

—Ah, esto es aterrador.

Lentamente, bajó del quinto piso y llegó a la ventana del cuarto piso. Abrió el lente de la cámara que
llevaba colgada en el cuello y humedeció sus labios secos con saliva. Se acercó al costado de la ventana,
dobló la mano y tocó la ventana.

No había indicios de que alguien estuviera adentro.

—Abra, por favor. ¿Acaso no escucha que estoy tocando?

Toc, Toc. Tocó más fuerte que antes. Pero por dentro, el lugar estaba muy tranquilo. No los vio salir, y por
eso intentó tocar nuevamente para ver si se habían ido, pero en ese momento una sombra negra aparece
en la ventana.

Mongryong trató de ocultarse rápidamente al costado de la ventana. Y de repente, se levanta la cortina y


del interior sale una luz brillante. Entonces, se abrió primero la ventana interior, y después, notó que
alguien intentaba abrir la ventana exterior también.

Mongryong respiró hondo y se alistó para tomar una foto. Al escuchar que la ventana estaba abriéndose,
abrió las piernas y se sentó en el marco de la ventana.

—Ahora, sonríe, sonríe… ¿Eh?

Un hombre enorme aparece y sonríe cuando lo ve. Una energía peligrosa emanaba del hombre vestido de
negro. Mongryong ocultó la cámara rápidamente y puso una cara de sorpresa. Ese no era el hombre que
tenía que investigar. Entonces, levantó la mirada hacia la parte superior del edificio y sonrió.

—Lo siento. Iba a darle una sorpresa a mi amante…Yo…Me equivoqué de casa, jajaja.

Agarró la cuerda e intentó volver a subir, pero el hombre abrió lentamente los labios.

—¿Eres Lee Mongryong?

Mongryong se encoge de hombros y sonríe.

—No. Te equivocaste de persona.


—Entonces si me disculpa, voy a subir. Pero en ese momento, el hombre extiende su brazo e intenta
arrebatarle la cámara. Mongryong le mordió la mano con los dientes. Entonces, el hombre grita y suelta la
cámara.

Luego intenta trepar por la cuerda, pero de repente aparece otro hombre que agarra su cuerpo y tira de él
hacia adentro. Fue arrastrado hacia adentro en un instante.

—Uf, Mongryong luchó, pero no fue suficiente. El hombre sacó un cuchillo de filo negro y cortó la cuerda.
Entonces Mongryong rodó por el suelo.

Y en el momento en que se puso de pie, algo lo golpeó por detrás. No tuvo tiempo de rebelarse. Todo su
cuerpo se estremeció y perdió la conciencia de inmediato.

***

Cuando abrió los ojos, lo que vio fue pura oscuridad. Parecía que tenía los ojos cubiertos con algo. Era
obvio que estaba acostado en alguna parte, pero sus extremidades estaban atadas. Mongryong tiró de su
brazo, pero no fue suficiente.

Se oyeron pasos y luego el chirrido de verter algo en un vaso. Mongryong movió la cabeza de un lado a
otro. Realmente no podía entender lo que estaba pasando, confiando solo en el sonido.

—Perdón. ¿Hay alguien ahí?

Glu, Glu. Escuchó a alguien tragar y luego el sonido de poner algo sobre la mesa. Después de un rato, oyó
que alguien tocaba la puerta, escuchó voces hablando en secreto, y luego el sonido de la puerta
cerrándose. Mongryong se humedeció los labios ardientes con la lengua.

—Oye.

El sitio donde está acostado se hunde a un lado. Pensó que era bastante mullido, ¿acaso estoy sobre una
cama? Es increíble que pongan a un rehén sobre una cama. Al girar la cabeza, el resultado fue errático. Y
de repente, sintió una mano sobre su estómago. ¿Será tráfico de órganos?

—Hey, tú. Debo decirte algo de antemano, he sufrido mucho en la vida y mis entrañas deben estar
hechas un desastre. No sacarás nada bueno de mi estómago, así que prefiero pagarte un rescate. Eso
sería mucho más rentable para ti.

Pero en ese momento, sintió como la mano se movía desde su estómago hacia su pecho. Mongryong tragó
en seco. E incluso pensó en lo peor ¿Será posible que he vivido toda esta mierda solo para que me
roben mis órganos?
Luego movió su nariz. Era un olor corporal que le mareaba la cabeza. En ese instante pudo escuchar el
sonido del hielo chocando de nuevo. Entonces, volvió la cabeza hacia ese sonido.

—Te lo advierto, es mejor que no me toques. Mi amante, es un fiscal. ¡En el instante en que me
toques, estarás jodido! ¿Entiendes?
La mano que estaba sobre su pecho se detuvo momentáneamente y luego, la temperatura corporal
descendió. Mongryong se centró solo en el sonido. Se escucharon pasos alejándose, luego escucha como
la puerta se abre y se cierra de nuevo. Al mismo tiempo, el silencio invade el lugar.

Con un suspiro, trató de aflojar la cuerda de sus extremidades.

***

Jeha salió de la habitación con un rostro enojado. Doosan echó un vistazo a la habitación y luego se situó
detrás de él.

—Envié la lista de obras de arte entregadas al Senador Kim a la oficina del fiscal Seok.

Jeha miró al frente mientras sorbía el licor en su mano. Él le había ayudado a encontrar a Lee Mongryong,
por lo que no era un desperdicio entregarle esa información a Seok Junyoung. Pero lo que había dicho
Mongryong hace un rato fue verdaderamente irritante. Sin importar cuánto luchara por salvar su vida,
¿tenía que decir que un fiscal era su amante? —Haa.

—¿Qué piensa hacer con Lee Mongryong?

—Matarlo.

—¿Qué?

Jeha no quiso explicarlo. Si, prefiero matarlo. Será un dolor de cabeza para toda mi vida. Pero Doosan
preguntó de nuevo con expresión desesperada.

—Seguramente… ¿lo que quiere es conservarlo…?

Jeha se detiene y lo mira con un rostro terriblemente endurecido. Y mientras se lleva el vaso a la boca, una
esquina de sus labios se eleva con malicia. Doosan, que notó esa expresión, le preguntó si lo que decía era
cierto.

—Siempre y cuando no se meta en problemas, no estaría mal.

Doosan pensó por un momento, pero no respondió. Al escuchar las palabras de Jeha, parecía que no
estaba equivocado. Podría haber visitado el lugar donde trabajaba, pero como huía como un fantasma,
tuvo que atraerlo con un cebo. No sabía que sería tan fácil.

Le entristeció ver que sus extremidades estaban atadas a la cama como si fuera una presa, pero teniendo
en cuenta el trauma que le había causado Lee Mongryong, las acciones de Jeha no carecían de sentido.

—Deja mi agenda vacía hasta el fin de semana. Ya sabes, me quedaré aquí por un tiempo.

Doosan le hizo una reverencia. —Si, hyung-nim. Jeha regresó a su habitación con una leve sonrisa en los
labios. Doosan negó con la cabeza con un breve suspiro después de que su figura desaparece por
completo.

No sabía cómo su jefe se había enamorado accidentalmente de Mongryong, pero debido a eso, ahora él
tenía muchas más ganas de trabajar que antes, así que no podía decir que fuera algo negativo. Y de todos
modos, todo lo que tenía que hacer era fingir que no lo sabía.
***

Jeha se paró junto a la cama y miró a Mongryong. Y él movió la cabeza al escuchar ruido.

—¿Estás ahí?

—… .

—He reflexionado mientras estoy acostado, y creo que debe haber una razón para que me tengas
aquí amarrado. Entonces, dime. ¿Cuál es la razón? ¿Qué quieres de mí?

Jeha miró fijamente a Mongryong. Las palabras que acababa de pronunciar fueron lamentables. Así que
rechinó los dientes y extendió la mano para tocar su labios con brusquedad. Pero en ese momento,
Mongryong abrió la boca como si lo estuviera esperando. ¿Eh?

Jeha frunció el ceño y le metió los dedos adentro, entonces, él comienza a chupárselos moviendo la lengua,
como si le estuviera haciendo sexo oral. Eso solo hizo que su pene se endureciera. Pero a diferencia de su
miembro, su corazón se enfrió.

De repente el sadismo surge en su interior. A medida que empuja sus dedos profundamente en su
garganta, él babea por la boca.

—Ugh, Agh.

Gimió como si fuera doloroso, pero sacudió la cintura y tembló. Tiene la capacidad de volver loca a la gente
con su apariencia. Y en el momento en que su respiración se vuelve áspera, Jeha no pudo controlar su ira y
apretó el cuello de Mongryong con una mano.

Apenas pudo aguantarse para no estrangularlo rechinando los dientes. ¿Acaso esto no significa que está
dispuesto a abrirle las piernas a cualquier bastardo como si fuera una perra?
Así que esto significa que solo yo fui fiel. Este tipo ni siquiera fue capaz de abstenerse. Podría ser
mejor matarlo de verdad. Si no lo hago, acabará con mi vida .
Y en el momento en que tuvo la intención de aumentar la fuerza de su mano, los labios de Mongryong se
movieron lentamente.

—Seok Jeha. ¿Alguna vez piensas tener un pasatiempo decente?

Jeha levantó la mano y arqueó una ceja. —Ja, una risa ridícula se escapó de su boca. Entonces, volvió a
extender la mano y le quitó la venda de los ojos, y Mongryong lo miró y sonrió como si lo hubiera
esperado. Jeha aprieta los dientes y lo mira fijamente.

—¿Este es tu nuevo pasatiempo pervertido? ¿Por qué molestas y amarras a la gente? Suéltame
rápido.

—… ¿Cómo supiste que era yo?

—¿Acaso soy un idiota? El olor de tu piel se siente en toda la habitación.

Como Jeha no cambió su expresión, Mongryong lo instó a soltarle los brazos.

—No.

—¿Por qué?
—Esto tampoco está mal. Quería cortarte las extremidades y encerrarte en la habitación, pero como
sabía que lo odiarías me contuve.”

—¿Crees que me gustaría eso?

—De todas formas. No quiero soltarte.

Mongryong, que lo miraba en silencio, abrió su discurso haciendo rodar la lengua varias veces en la boca.

—Ha pasado un tiempo desde que te vi y me alegra que estés bien… y quiero abrazarte una vez.

Jeha siguió en silencio.

—Así que por favor, suéltame.

Jeha pensó por un momento, luego sacó un cuchillo que tenía debajo de la cama. Mongryong se
impresionó mucho al verlo. Tenía un cuchillo debajo de la cama. Era ridículo pensar que sacaría unas tijeras.

De mala gana, Jeha cortó la cuerda. ¿Por qué necesitas un cuchillo? Con solo mirarlo de esa manera,
cualquier fantasma huiría al verte.
Mongryong tomó el cuchillo y cortó el resto de las cuerdas que ataban su brazo y sus piernas. Después de
soltarlo todo, hizo girar el cuchillo con la mano, lo levantó y lo arrojó contra la pared.

Bang- con el sonido, el cuchillo se incrustó en la pared. Fue un regalo del presidente Seok. Jeha chasqueó
la lengua con una cara desagradable. —¡Tch! Es un cuchillo costoso.

Mongryong sonrió. Estiró los brazos y tiró de su cuello. Cuando se acostó de espaldas, también lo hizo
rodar. Jeha puso su mano a un lado de la cabeza de Mongryong y lo miró a la cara.

—Aunque estés con otro hombre…no te dejaré ir.

—Te ves estúpido. No seas celoso.

Mongryong sonrió y empujó sus hombros, e instantáneamente se puso encima de él. Jeha arqueó una ceja.

Mongryong le levantó la camisa. La cicatriz era clara a un costado. No pudo apartar los ojos de allí durante
mucho tiempo. Jeha extendió la mano e hizo que la mirada de Mongryong coincidiera con la suya.

—¿Qué estás pensando?

—Yo…lo siento mucho.

—Está bien porque no estoy muerto.

—En el sentido de una disculpa… ¿Puedo besarte?

Jeha sonríe ampliamente. Y como si Mongryong lo hubiera estado esperando, inclinó la parte superior de
su cuerpo y se adueñó de sus labios. La lengua de Jeha se introdujo entre sus labios abiertos. Mongryong
bajó la mano y tocó el área de su herida. Luego, apartó los labios y le lamió el mentón y las mejillas y la
lengua.

El pene que tenía debajo, reaccionó y se endureció en el acto. Y mientras frotaba suavemente sus nalgas de
un lado a otro para estimularlo, sus ojos se tiñeron de lujuria.

***
Cuando Mongryong trató de salir de la cama, Jeha extendió la mano y le envolvió la cintura. Y mientras tira
de él hacia su cuerpo, le da la vuelta. Cuando quedaron cada a cara, Mongryong abrió sus ojos cerrados.

Al mirarlo a la cara, Jeha sonríe. Su rostro lucía muy diferente después de unos meses. Jeha cerró los ojos y
suavizó sus labios.

—…vamos a dormir un poco más.

Era bueno escuchar de nuevo su voz adormilada. Mongryong estiró su cuello y puso la boca sobre sus
labios. Entonces Jeha abre los ojos impresionado por su extraño comportamiento. Mongryong bajó su
cuerpo, y se hundió completamente hasta el fondo.

Las sábanas blancas fueron levantadas. Después de eso, los ojos de Jeha se distorsionaron ligeramente. Un
pequeño gemido se escapó entre sus dientes. Entonces Mongryong saca la lengua y le lame el pene.

Después de morder, lamer y frotar el glande con la punta de la lengua, vuelve a meterlo todo en su boca y
comienza a mover la cabeza hacia adelante y hacia atrás. Jeha extendió la mano y acarició las orejas y el
cuello de Mongryong, luego enterró los dedos en su cabello y tiró de él.

Al sentir dolor, Mongryong frunció el ceño. Sacó el pene de su boca y se arrastró hacia adelante con las
piernas abiertas para posicionarse sobre él.

Al levantarse, la sábana se desliza revelando su cuerpo desnudo. Las marcas rojas eran claras en todo su
cuerpo. Raras veces podía ver ese espectáculo. En esa posición, lo miró de abajo hacia arriba, poniendo
ambos brazos sobre sus hombros.

—Estás excitado desde temprano.

—Hagámoslo una vez más.

Jeha sonrió al escucharlo. Entonces, Mongryong estiró la mano hacia atrás, agarró su pene hinchado,
levantó las nalgas y puso el glande en la entrada de su ano. A medida que se iba acomodando en esa
posición, el pene entra sin dificultad, gracias a que se había abierto anoche.

Y cuando se enterró hasta la raíz, Mongryong gimió a través de sus labios. Sus ojos se volvían feroces poco
a poco. El semen que no pudo evacuarse anoche salió de su interior. Jeha se aferró a sus muslos con fuerza.
Y en esa posición, Mongryong movió su cintura hacia adelante y hacia atrás, para estimularlo.

—…Ugh.

Cuando el pene rozó su pared interior, los dedos de sus pies se encogieron. Su cuerpo se estremeció como
si no pudiera soportarlo. Y mientras se mueve rápidamente, Mongryong frunce el ceño. En medio de sus
piernas abiertas, Jeha se estaba endureciendo de nuevo.

—No puedo evitarlo porque se siente muy bien.

Después de decir eso, retira completamente su miembro y luego lo empuja hacia adentro. Mongryong
inclina la cabeza hacia abajo y contiene la respiración. El placer se extiende por todo su cuerpo cuando Jeha
toca con precisión su lugar favorito.

Se aferra a su antebrazo y se pregunta si pueden tomárselo con calma, pero en ese momento siente un
ruido desde afuera.
Sus cabezas se volvieron hacia la puerta al mismo tiempo.

—¿Quién es?

En ese momento, Jeha comprobó la hora en el reloj que estaba junto a la cama. —Demonios. Le dije al
jefe Baek que viniera por mí a las 9 en punto. Ante esas palabras, Mongryong arqueó una ceja. —¿Qué?

La emoción se enfría. Mientras Mongryong alza su cuerpo, el pene se desliza hacia afuera. Al sentir que
algo extraño ocurría, frunció el ceño, luego extendió la mano y sacó un pañuelo de arriba.

—Bueno, ya puedes irte.

—Eso no importa, sigamos.

—Eres tan descarado. ¿Quieres seguir con alguien ahí afuera?

—¿Realmente eso importa?

Mongryong se rió ante esas palabras. Puede que sí, pero cuando dijo que eso no era posible porque le
daba vergüenza, esta vez Jeha se burló. Era ridículo que eso saliera de la boca de un tipo, que había estado
moviendo su cintura sobre él hasta hace un momento.

—¿Cuándo se irá Baek hyung?

—No tardará mucho tiempo. Unos 20 minutos. No salgas, quédate aquí.

Le dijo Jeha, mientras se colocaba la camisa que se había quitado antes de acostarse. Mongryong asintió
con la cabeza, de la misma manera como lo había hecho mientras sostenían relaciones sexuales hace un
momento. Y Jeha no pudo evitar humedecerse los labios al verlo.

***

La mirada de Doosan, que estaba hablando con Jeha en la sala de estar, se movió hacia la parte posterior
de su cabeza. Trató de apartar los ojos rápidamente, pero Jeha lo notó de inmediato. Y cuando giró la
cabeza, su expresión se volvió feroz.

Esto se debe a Mongryong, quien salió de la habitación y se dirigía a la cocina. Él incluso hizo un gesto con
la mano por un momento para saludar a Doosan. Y solo llevaba puesta una camisa y unos calzoncillos
debajo.

Además, sus muslos estaban moteados con manchas rojas. Incómodo con la situación, Jeha le entregó a
Doosan los documentos que estaba revisando y le dio la orden para proceder a conformidad.

Doosan asintió. —Sí, Hyung-nim. Él tenía la intención de salir rápidamente de ese lugar, así que agarró los
documentos y se puso de pie.

Después de que Doosan se despidió, Jeha entró en la cocina. Mongryong, quien abrió el refrigerador y
estaba revisando su interior. Comenzó a quejarse que no había nada que comer y que iba a morir de
hambre, pero mientras parloteaba, su cuerpo fue girado rápidamente.

Jeha lo agarró por los hombros y lo miró a los ojos. Su expresión era feroz.
—Te dije que no salieras.

—Me estoy muriendo de hambre, no podía esperar.

Jeha lo mira detenidamente. Aún así, no debiste salir. Probablemente fue porque lo mordió, lo chupó y
rodaron en la cama toda la noche. Lo que habían hecho se notaba en sus labios, su apariencia y su color en
general. Era muy evidente, y por eso fue incómodo que saliera de la habitación de esa manera.

Pero como si Mongryong pudiera leer sus pensamientos, le empujó el pecho con los dedos.

—El hecho de que desees mi cuerpo, no significa que todos los demás lo hagan. Así que no tienes
que comportarte de esa manera.

—Déjame ir ahora. A menos que tengas la intención de matarme de hambre. Ante eso, Jeha suspiró y
soltó sus hombros. Al observarlo mejor, notó que la cara de Lee Mongryong lucía un poco pálida. Y no era
algo descabellado. Ayer lo tomó inmediatamente y le hizo el amor toda la noche sin alimentarlo.

Mongryong volvió a abrir el frigorífico e intentó sacar el helado del congelador. Estaba intacto y era
desconocida la fecha en la que fue comprado.

—¿Eso es lo que vas a comer tan temprano?

—Tengo que comer algo, de lo contrario mi estómago y mi espalda se unirán por completo. Si sigo
muriéndome de hambre, sería capaz incluso de comerte.

Jeha devuelve el helado al congelador, agarra a Mongryong y lo sienta frente a la mesa. Mientras
Mongryong lo mira desconcertado, él le pide que espere sentado mientras lo atiende. Mongryong se
preguntó si había oído mal.

—¿Qué sabes hacer?

—Arroz.

—¿Enserio sabes cómo prepararlo?

—Soy un experto preparando arroz frito.

Al escucharlo, Mongryong abre la boca con sorpresa. Cuando Jeha le pregunta ‘¿Qué?’ él bromea y le dice
si planea matarlo con la comida. Jeha le dijo que esperara un rato y abrió la puerta del refrigerador.

Entonces abrió la gaveta del fondo, sacó las verduras y se dio la vuelta, mientras Mongryong lo miraba con
los brazos cruzados sobre la mesa. Al verlo, pensó que Jeha normalmente lucía genial, pero el observarlo
cocinando con una camisa enrollada hasta sus antebrazos, hace que su pene comience a levantarse de
nuevo.

—Jeha-ya.

Cuando Jeha se dio la vuelta, Mongryong lo llamó con la mano. Entonces Jeha caminó hacia él como si
fuera un perro obediente. Y cuando le preguntó qué quería, Mongryong estiró la pierna y le toco el pene
con loa punta de los dedos del pie. Las cejas de Jeha se elevan.

—¿Por qué haces eso?

—El arroz está listo. Quiero comer algo más.


—¿Otra cosa?

—Huh. Lo que comí antes.

Después de decir eso, se lame su labio inferior. Al reconocer el motivo de sus acciones, Jeha sonríe. De
todos modos, es inevitable. Mongryong le pide que se acerque mientras estira los brazos hacia él y Jeha se
inclina levemente. Entonces, él envuelve la espalda de Jeha con las piernas y lo besa.

Jeha lo levanta con sus brazos. En esa posición, se dirige hasta la mesa y lo pone encima. Entonces,
Mongryong aparta los labios y le pregunta con una cara curiosa.

—¿Por qué no vamos a la habitación?

La mano de Jeha excava dentro de su camisa tocando su piel desnuda. Y de repente, se dibuja una sonrisa
en los labios de Jeha.

—¿Para qué vamos a ir allá? Puedes comer todo lo que quieras aquí mismo.

Mientras habla, vuelve a poner sus labios sobre Mongryong. Y al igual que anoche, le muerde los labios con
cuidado y le lame la lengua. Mongryong cierra los ojos ante su acción y un pequeño gemido se escapa de
su boca.

Jeha extiende la mano y toca su mejilla. Y mientras levanta ligeramente la cabeza para hacer contacto
visual, Mongryong lo mira a los ojos con un rostro relajado y perezoso.

—Felicidades por tu regreso.

Mongryong se ríe al escuchar esas palabras. Pero después, Jeha también le advirtió de forma muy sincera,
lo que le pasaría si se atrevía a escaparse una vez más. Entonces, Mongryong asiente diciendo que ya lo
sabe.

Los labios de Jeha se deslizan por su cuello. Mongryong se ríe, diciendo que le hace cosquillas. Los labios
que le chupan la piel están calientes. Pero de repente, se apartan de nuevo. Al sentir que se aleja,
Mongryong frunce el ceño como si fuera un niño.

—¿Por qué te detienes?

—Porque no creo que te haya dicho esto.

—¿Qué?

Jeha sonrió levemente.

—Te amo.

En ese momento, los ojos de Mongryong crecen un poco y luego vuelven a su estado original. Luego mira
a Jeha con una expresión astuta como diciéndole ‘¿Por qué dices algo así de repente?’. Ante eso, la
expresión de Jeha se endurece un poco. No podía creer que esa fuera su respuesta después de confesarle
sus sentimientos.

Al verlo, Mongryong sonríe suavemente, le agarra la cabeza y tira de él. Sus labios se superponen y luego
se apartan rápidamente. Y como si fuera a contarle un secreto, Mongryong acerca sus labios a su oreja.

—Yo también te amo.


Y con esa dulce voz haciéndole cosquillas en el oído, la sonrisa reapareció en el rostro de Jeha.

< Fin.>

EPÍLOGO

Jeha rescató a Mongryong del agua. Cuando llegó al muelle, sus hombres sostuvieron a Lee Mongryong. Y
a continuación, lo ayudaron a subir a tierra firme. Entonces, Jeha se acercó y miró a Lee Mongryong tirado
en el suelo, y su expresión se endureció.

Su rostro estaba pálido. Aunque le dio palmaditas en las mejillas, aún seguía inconsciente. Al ver que no
despierta, su corazón se acelera. Entonces, pone las manos sobre el pecho de Lee Mongryong, lo presiona
sin descanso, pero su conciencia no regresa.

Inclinando un poco su cabeza hacia atrás, le abre la boca. Y en el momento en que pone sus labios sobre
los de él, para darle respiración artificial, una lengua se introduce en su boca. Al sentir su invasión, la frente
de Jeha se arruga.

Mientras Jeha trata de apartarse de su boca, Mongryong le abraza el cuello con ambos brazos, gira la
cabeza y se adueña profundamente de sus labios. Los rostros de los subordinados que se habían reunido a
su alrededor quedaron atónitos. Y de repente, comenzaron a escucharse murmullos ante la escena
desconocida que rápidamente se desarrollaba ante sus ojos.

Entonces Doosan endureció su rostro y le gritó a sus hombres.

—¡Vuelvan la cabeza, bastardos!


Los subordinados se volvieron todos al mismo tiempo. Jeha agarró los brazos que Mongryong puso
alrededor de su cuello y los apartó. Pero cuando intenta separar sus labios, Lee Mongryong lo muerde con
sus dientes frontales y no lo suelta.

Cuando Jeha logró apartarlo a la fuerza, la sangre brotó de sus labios. Mongryong abrió los ojos y lo miró.
Y Jeha apretó los dientes con ira y lo observó fijamente.

—¡Bastardo…!

Mongryong levantó la parte superior de su cuerpo. Estaba completamente mojado y el agua goteaba de su
cabeza desordenada, como si un ratón rosado hubiera estado a punto de ahogarse. Siempre que exhala,
emana vapor blanco de su boca. Un tanto resignado, se limpia la sangre de los labios con el dorso de la
mano y habla con calma.

—¿Por qué me lanzaste al agua? Te dije que no había hecho nada.

—Ja, joder.

—¡Casi muero por tu culpa!

—Realmente iba a dejarte morir.

—¿Hablas en serio?

Jeha se puso de pie mientras miraba al sarcástico Mongryong. Sus piernas se doblan ligeramente. Su
corazón apenas se calmó, pero no podía evitar el temblor en sus dedos. El solo pensar que pudo haber
muerto casi lo deja sin aliento.

Cuando se sumergió en el agua y no pudo verlo, sintió que se moría. Fue él quien lo ordenó, pero todo
había sido una broma. Confundido, Jeha se da la vuelta y camina hacia el auto. Un vapor blanco sale de su
cuerpo debido a la baja temperatura. Al verlo, los hombres trajeron una manta, se la entregaron y se arropó
con ella.

Mongryong miró fijamente su espalda. Y en ese instante, sintió que alguien se puso de pie a su lado. Al
levantar la mirada, se encontró con Doosan. Él solo lo miró con una expresión patética y cortés, y después
chasqueó la lengua.

Mongryong se levantó del suelo. Sus piernas también temblaron. Y mientras caminaba hacia el auto, aceptó
la manta que le ofreció uno de los subordinados.

Ante esa escena, Doosan negó con la cabeza. Después de estar en silencio por un tiempo, su ira estalló. ¿A
quién debería culpar? Incluso después de pelear de esa manera, siempre volvían a estar juntos. Solo los
subordinados que se descuidaban y cometían un error, eran los que sufrían por nada.

La manta que tomó Mongryong estaba envuelta alrededor de sus hombros. Al verlo, Jeha se detuvo con los
ojos iracundos. Sin embargo, lo cubrió con la manta firmemente.

Hace un momento se había acostado fingiendo que estaba desmayado, pero no fue ira lo que vio en el
rostro de Jeha. En algún momento pensó que estaba enojado, pero inesperadamente, estaba pálido. Ni
siquiera había puesto esa expresión cuando fue apuñalado en el costado por Mongryong el invierno
pasado.
—¿Acaso estás loco?

—No.

—Entonces, ¿Estás sorprendido?

—… .

—Lo siento.

—Esa es una cara muy triste.

Mongryong sonrió, se levantó la camisa y sacó algo de su cintura. Jeha arqueó una ceja. Era un libro de
contabilidad negro un poco más grande que la palma de su mano.

Hubo un fiscal que vino a hacerle una inspección hace unos días, y ese era el libro mayor con detalles de las
transacciones que lo amenazarían. Lee Mongryong lo robó de la competencia.

Jeha lo ve y luego mira a Mongryong. Su expresión era un poco más feroz que antes. El solo pensar que se
había metido en una habitación de hotel con un tipo que nunca había visto para robar eso, lo deja
perplejo. Cuando intenta quitárselo, Mongryong lo esconde rápidamente a sus espaldas.

Jeha puso los ojos en blanco.

—Dámelo.

—Lo vas a romper.

—¿Acaso te pedí que hicieras eso?

Su voz gruñona se eleva. Mongryong se dio cuenta que eran muy pocas las veces, que lo miraba sin estar
enojado.

Jeha se acercó a él y lo arropó bruscamente con su manta. Y luego, apartó su mirada de inmediato. Era
cierto que estaba enojado, pero también era cierto que le preocupaba que se resfriara cuando vio como su
barbilla traqueteaba.

—Hace frío. Primero súbete al auto.

Al oír sus palabras, Mongryong giró sus ojos una vez. —¿En el baúl? Jeha volvió la mirada sorprendido. —
¿Qué?

—… está bien. Iré.

Jeha le agarró la nuca porque intentaba ir allí sin fuerza. —Ugh. Sin darle oportunidad de rebelarse, lo puso
en el asiento trasero. Doosan que estaba observando la situación desde la distancia, envía una señal. Y los
subordinados comenzaron a moverse en sus propios vehículos.

Cuando Jeha se subió el auto se encendió y la calefacción se puso en marcha automáticamente. Luego, vio
como Doosan se acercaba para conducir el auto. Pero de repente, Mongryong le toca la mandíbula. Y
mientras gira la cabeza, él trata de superponer sus labios. Jeha le empuja la frente.

—Aléjate. No estoy de humor en este momento.


Ante esas palabras, Mongryong se ríe mientras se acerca. Cuando Jeha le grita que deje de reírse,
Mongryong intenta superponer sus labios nuevamente. Pero esta vez, Jeha no lo aparta. Entonces
Mongryong saca la lengua, lame sus labios y los chupa ligeramente. Un aliento caliente fluye a través de
sus labios.

Jeha susurró débilmente.

—Eres el mejor para hacer enojar a la gente.

—Tu fuiste quien me colgó al revés.

—No sabía que habías hecho eso.

¡Paz! Mongryong levantó ambas manos a la altura de los hombros. Eso significaba un alto al fuego. Jeha se
echó a reír como si fuera ridículo, ya que nadie le estaba apuntando. Si las cosas hubiera sido como antes
seguirían peleando, pero ahora, él había encontrado un truco para detener la confrontación.

Para poder abrazarlo, Jeha se cubrió con la mitad de la manta que había estado cubriendo a Mongryong. Él
tembló como si todavía sintiera frío. Después de un rato, Doosan se acercó al automóvil y abrió la puerta
del conductor. Entonces echó un vistazo a los dos hombres que estaban entrelazados como si hicieran el
amor, y luego suspiró para no poder escucharlos.

Como siempre, había encendido el auto muy pronto.

HISTORIA EXTRA 1.1

Mongryong detuvo la motocicleta frente al edificio. Después de mirar las dos enormes bolsas de compras
que llevaba en la parte trasera de la motocicleta, echó un vistazo a la estructura. Estaba frente a su
empresa.

Tan pronto como Jeha salió a trabajar, lo llamaron de un centro comercial. Cuando fue y recibió los
productos, pensó que se habían equivocado, o que era una coincidencia o algo planeado. Y cuando
preguntó cuál era el contenido de las bolsas, le dijeron que era ropa. Lo primero que pensó fue como pudo
tener tiempo para salir a comprarle ropa, si siempre estaba ocupado.

Entonces se quitó el casco y se bajó de la motocicleta. Cuando intentó entrar al edificio con las bolsas, un
oficial de seguridad le bloqueó el paso.

Él le muestra las bolsas y le dice qué viene a hacer, y el guardia llama con su radio a alguna parte. La mirada
del hombre se quedó en el rostro de Mongryong por un tiempo. Su actitud, que al principio era fría,
cambió un poco después de que terminara de hablar por radio.
Entonces, lo guió hacia el ascensor con una sonrisa en el rostro. Era evidente que era el ascensor exclusivo
para ejecutivos, porque estaba marcado con una etiqueta.

Mongryong tropezó.

—Oye, solo necesito entregar esto.

—El Director ordenó que subiera y se lo entregara usted mismo.

Al escuchar la palabra ‘usted mismo’, frunció el ceño. Cuando el empleado de la tienda departamental le
entregó la ropa, tuvo una sensación de duda. Al notar que Mongryong no se movía, el guardia extendió la
mano y le pidió que siguiera.

Cuando Mongryong subió de mala gana al ascensor, el empleado presionó el botón en el piso 15. Contó
los números con los ojos, y al cabo rato la luz del piso 15 se enciende y se abre la puerta. Siguiendo la guía
del empleado, varias personas que caminaban por el pasillo, notaron la presencia de Mongryong y lo
miraron.

No era descabellado que lo reconocieran, porque ese día había estado frenético. Cuando se detuvo frente a
la puerta izquierda y llamó, una empleada muy bien vestida salió de la oficina. Al notar que había llegado la
persona que estaba esperando el director, la mujer sonrió y guió a Mongryong hacia adentro.

La puerta del interior se abrió de nuevo, y en ese momento pudo ver la espalda de alguien hablando por
teléfono mientras miraba por la ventana. Era Seok Jeha. Al sentir que alguien había llegado, miró hacia
atrás y finalizó la llamada diciendo que volvería a llamar pronto.

—No necesito esto.

Cuando Jeha miró a la secretaria, esta se despidió, salió y cerró la puerta. Mongryong miró el interior de la
oficina mientras sostenía las bolsas en una mano. Al mirar las pinturas antiguas colgadas en las paredes y
los jarrones llenos de flores, pensó que el lugar no coincidía en absoluto con la personalidad de Seok Jeha.
Pensó que en su lugar, se iba a encontrar con un hacha o similar.

Mientras piensa, Jeha le da la vuelta al escritorio y se acerca.

—Ven, siéntate.

Mongryong se puso frente a él y le entregó las bolsas.

—Vine a traer esto.

Jeha las tomó y las dejó a un lado de la mesa. Y luego, señaló de nuevo al sofá.

—Tengo algo que contarte, así que siéntate un rato y después puedes marcharte.

Mongryong miró su reloj y parecía disgustado. Pero Jeha le insistió que se sentara de nuevo, y entonces
tuvo que poner su trasero sobre el sofá a regañadientes.

—Puedes hablar de eso por teléfono.

Después de verificar que Mongryong está sentado, se sienta frente a él. Su expresión era de disgusto.

—¿Es tan difícil para ti darme un poco de tiempo?

—Tengo mucho trabajo que hacer por la tarde, pero creo que me estás reteniendo.
—De todos modos tendrás el día libre hoy, así que no te preocupes por eso.

Mongryong frunció el ceño al escuchar sus mentiras. En ese momento, tuvo una premonición inquietante.
Pero antes de que pudiera preguntarle a qué se refería, sonó su teléfono. Cuando verificó quien llamaba, se
dio cuenta que era su jefe.

Entonces miró a Jeha quien estaba sentado en una posición relajada y luego presionó el botón de llamada.
Su jefe habla. Mongryong se tocó la frente con la mano. Después de un momento, cuando se corta la
llamada, una amplia sonrisa se dibuja en la boca de Jeha.

—Ves. Gracias a mí, tienes el día libre hoy, ¿verdad?

—Haa. Mongryong inclinó la cabeza y suspiró. Esa era la segunda vez que pasaba eso en esa semana. Lo
mismo había ocurrido la semana pasada. Era obvio que Seok Jeha usaba sus trucos. Era por eso que la voz
de su jefe temblaba ligeramente.

Le dijo que estaba bien que se tomara un descanso hoy, pero su voz parecía decirle que no debería volver a
trabajar y que debería renunciar en su lugar.

—No vuelvas a hacer eso, Jeha.

Mongryong le habló con seriedad. Jeha arqueó las cejas y le preguntó: —¿Por qué no?

—Yo también tengo que sobrevivir.

—No sabía que eso te preocupaba desde que me conociste.

Mongryong recogió su teléfono celular y se puso de pie. Ya le dolía la boca de tanto decírselo. Así que
pensó que era mejor salir de allí y terminar el resto de la tarde en el trabajo. Pero Jeha lo detuvo.

—Si ya te vas, llévate esto contigo.

Cuando Mongryong se volvió, Jeha le entregó las bolsas. Al mirarlas con desprecio, Jeha le pide que las
reciba.

—¿Qué?

—Ábrelas. Voy a pasar por ti frente al apartamento por la tarde, así que espero que estés listo y te
pongas eso.

Cuando dijo que debía estar listo, Mongryong suavizó su expresión. Entonces recibió las bolsas y las miró.

—¿Es ropa de perro?

Jeha se ríe de esas palabras. Ahora que lo piensa, ha pasado un tiempo desde que se puso esa ropa. Y
cuando le preguntó si podría ponérsela esta noche después de mucho tiempo, Mongryong se acercó y le
respondió que debería ponérsela él mismo.

—Vamos a tener una cita, así que quiero que luzcas muy lindo hoy.

Al escuchar la palabra ‘cita’, los ojos de Mongryong se abrieron un poco.

—¿De qué estás hablando?


—¿Por qué estás tan sorprendido? Decidí que deberíamos tener una cita, así que es natural que
quiera que te veas bien.

—¿Qué acostumbras a hacer cuando sales con alguien?

Jeha rodó los ojos hacia un lado. Era la primera vez que salía con alguien, así que no sabía exactamente qué
hacer. Cuando le preguntó a Doosan, él le dijo que en una cita se podía salir a comer, ver una película,
tomar algo y dar un paseo en el auto. Sin embargo, al notar que Mongryong lo miraba un poco escéptico,
le hizo una pregunta.

—¿Has tenido una cita con alguien?

Mongryong dijo —Ah, y parecía un poco sorprendido, pero luego cerró la boca con fuerza. No se atrevió a
preguntarle, si podría considerarse tener una cita, ir a comer pasteles de arroz encerrado en un motel todo
el día. Y por eso, cuando vio su expresión, pensó que Jeha lo estrangularía si le dijera eso ahora. Sin
ninguna duda, lo primero que él haría sería preguntarle con cuál de sus amantes del pasado lo había
hecho.

—Entonces nos vemos luego. Iré por ti a la 1 en punto.

Mongryong asintió de mala gana. No podía imaginarse teniendo una cita con Seok Jeha, pero eso no
significaba que lo odiara. Cuando abrió la puerta y salió, los ojos de las secretarias se posaron en él de
inmediato. Las puntas de sus orejas se erizaron sin ninguna razón, y por eso, aceleró sus pasos para salir de
allí inmediatamente.

HISTORIA EXTRA 1.2

Al salir del apartamento después de cambiarse de ropa, Mongryong no tuvo más remedio que detenerse.
Sus ojos dudaban de lo que veían. Sin levantarse del asiento del conductor, notó que Jeha también se veía
de la misma manera. Al mismo tiempo, los dos se miraron con expresiones llenas de incredulidad.

Cuando Mongryong dio un paso atrás e intentó entrar de nuevo, Jeha se quitó las gafas de sol y lo llamó
con el dedo. Aunque Mongryong no parecía estar muy dispuesto, al final decide acercarse a él.

Con un suspiro, mira la ropa que lleva puesta Jeha y luego observa la suya. Maldición. Jeha parece tener la
misma idea. Lo mataré. Ho, maldito bastardo.

Fue un error pedirle a Ho que les eligiera la ropa. Confió en él porque le gusta comprar ropa. Pero en
realidad, la ropa en sí no era un problema. Pero cualquiera que los viera, notaría el hecho de que era
un look de pareja.

Sin embargo, la ropa tenía un diseño básico. Y eso era algo muy bueno, porque así no se notaba tanto.

—Iré a cambiarme de ropa.

Mongryong se da la vuelta, pero Jeha lo agarra del brazo.


—No. Hice una reserva en un restaurante y ya es tarde. Vamos.

Mongryong lo miró preocupado.

—Pero…

—La ropa es solo similar, y eso a nadie le importa. Vamos.

Jeha lo agarró del brazo y Mongryong lo siguió de mala gana. Los dos subieron al auto al mismo tiempo y,
después de un rato, Mongryong no para de mirar a Jeha de arriba abajo, mientras está sentado en el
asiento del conductor.

—¿Por qué me miras así?

Ante las palabras de Jeha, Mongryong sonrió suavemente.

—Como llevas ropa informal, te ves diferente.

—¿Y eso es bueno?

—Te ves joven.

—Suenas como si dijeras que algunas veces parezco un viejo.

—Honestamente, hace rato no te ves así.

Ante eso, Jeha levantó una ceja bruscamente. Pero Mongryong sigue sonriendo. De alguna manera a Jeha,
no le gusta su expresión.

—No sabía que te gustara que me viera más joven.

—No es de mi gusto, pero no está mal.

—Si eso es lo que quieres, dímelo. Estaré más que feliz de llamarte Hyung cuando tengamos
relaciones sexuales.

Ante esas palabras, Mongryong frunce el ceño, vuelve la cabeza y finge vomitar. Como el verano apenas
estaba empezando, la ropa de la gente que observa por la ventana es más ligera. Jeha sonríe y sube el
volumen de la música.

La mirada de Mongryong se transfiere nuevamente hacia Jeha. Cuando ve sus músculos firmes expuestos
debajo de las mangas cortas de su camisa, la saliva se acumula en su boca. Cada vez que gira el volante,
sus músculos se retuercen al mismo tiempo. Emocionado, traga en seco y rápidamente vuelve su mirada
hacia el otro lado.

Pero en ese momento, siente como un toque cálido se desliza sobre su mano izquierda. Entonces baja la
mirada y ve como la mano de Jeha se acerca y se entrelaza con la suya.

—Esto se hace en las citas, ¿verdad?

Al escuchar esas palabras, Mongryong finge toser y mira por la ventana. A pesar de que es el mismo paisaje
que ve todos los días, el ambiente luce un poco diferente. Entonces, aprieta la mano que tiene entrelazada
con la de Jeha para sostenerla con más fuerza. Y de repente, su corazón comienza a latir más de prisa.
Apenado, no puede apartar su mirada de la ventana mientras se muerde los labios.
HISTORIA EXTRA 1.3

Después de un almuerzo tardío, los dos deambularon por las calles. Dondequiera que iban, llamaban la
atención de la gente. Pero Mongryong pensó que todo se debía a la ropa que llevaban puesta. Fueron
incontables las veces que las mujeres se acercaron y les preguntaron si tenían tiempo, pero antes de que
Mongryong pueda responderles, Jeha las rechaza de inmediato.

Después de caminar un rato, ambos se sentaron en un banco del parque. Y como habían caminado en un
día caluroso, el sudor se derramaba desde sus cuellos. Entonces, Jeha fue a un lugar cercano y le trajo un
helado. Y Mongryong comenzó a lamer su helado sentado en el banco.

Mientras Jeha lo miraba, notó que su lengua se movía de una manera muy extraña. Y cuando le preguntó
por qué estaba comiendo de esa manera, él le respondió que era una técnica que usaba para conquistar a
los hombres. Sorprendido por su audacia, Jeha lo golpeó de repente en la parte posterior de la cabeza.

Puf, al inclinar su cabeza por la fuerza del golpe, su boca y su nariz quedaron cubiertas de helado. Entonces
Jeha sonrió y le dijo: ‘Eres sexy’ y Mongryong entrecerró los ojos.

Cuando Jeha sacó un pañuelo de su bolsillo y se lo entregó, Mongryong lo tomó y se limpió la boca y la
nariz. Al notar que no había limpiado correctamente una mancha en su mejilla, le dijo que se acercara y le
limpió los restos de helado con el pulgar.

Aprovechando el momento, Mongryong manchó con helado la mejilla de Jeha. Entonces, él se sorprendió y
se pasó la mano por la mejilla. Después de echarle un vistazo al helado pegajoso, Jeha lo miró.

Mongryong mira a su alrededor, y al comprobar que no había gente, tira de la mano de Jeha y lame los
restos de helado con su lengua. Jeha entrecerró los ojos.

—De todos modos, siempre puedo encontrar la manera de volverte loco.

Susurró Mongryong en secreto, limpiándole la mejilla con el pañuelo.

—¿Acaso solo piensas en sexo cuando tienes una cita?

Jeha se sobresaltó. Honestamente, de vez en cuando se dejaba llevar por las estrategias de seducción de
Lee Mongryong, pero ese no era el propósito del día. Una vez terminada la cita según el cronograma
establecido, podrían ocuparse de eso más tarde.

Decidido, empujó la cabeza de Mongryong con la punta de sus dedos para alejarlo. Luego, desde algún
lugar cercano, se escuchó un silbido. Los dos levantaron la mirada al mismo tiempo. Un grupo de hombres
adultos que pasaban por el lugar, los miraron y se rieron entre ellos. En medio de su conversación y
abucheos, escucharon a alguien llamándolos mariquitas.

Pero cuando Jeha los miró enfurecido, los hombres se espantaron y salieron huyendo. Y mientras veía
como los hombres se alejaban asustados, le hizo una pregunta a Mongryong
—Lee Mongryong, ¿tienes un cuchillo?

—Dispárales con tu pistola.

—¿Y dónde está mi arma?

—¿Te atreverías a lanzar un cuchillo desde aquí?

—No hay problema, así que si tienes uno, dámelo.

Mientras los dos estaban conversando, un hombre extraño se acercó a ellos. Parecía que había sacado a un
perro grande a pasear. En el parque había muchos asientos vacíos, pero extrañamente el tipo decidió
sentarse al lado de ellos.

Jeha lo mira con desagrado, pero el hombre se inclina levemente hacia Mongryong y le susurra en secreto.

—¿Ustedes dos andan juntos?

Mongryong entrecerró los ojos, —¿Acaso no es obvio? Cuando le pregunta, el hombre se toca la punta de
la nariz y sonríe ampliamente.

—Si les parece, ¿no les gustaría divertirse conmigo? Ustedes dos son totalmente de mi gusto… .

Al escuchar esas palabras, Jeha estiró su brazo para atacar al hombre, pero Mongryong lo detuvo
rápidamente y lo obligó a ponerse de pie. Jeha se levantó de mala gana del banco. El hombre, que casi fue
atrapado, abre los ojos y mira hacia arriba.

El hombre traga en seco mientras observa el rostro severamente distorsionado. Y como Jeha intentó
atacarlo de nuevo, Mongryong lo agarró rápidamente.

—Maldito hijo de puta.

Mongryong le pide que se calme. Mirándolo a la cara, le dijo que no era para tanto.

—¿Acaso a ti no te importa?

—¿Qué?

—A pesar de que nos pidió que hiciéramos un trío, solo te quedaste mirándolo, ¿verdad?

—¿Qué? Mongryong miró absurdamente a Jeha quien lo cuestionaba con un tono desagradable. Se
sorprendió al ver que su expresión fuera tan febril. Se preguntó si eso sería particularmente molesto para
él, pero su actitud fue lo que más lo enfureció.

—¿Has hecho un trío alguna vez?

Ante su sorpresiva pregunta, Mongryong solo pudo exclamar —¿Eh? Parecía un tonto. Sin embargo, al no
poder responder a su pregunta, vio como Jeha apretaba los dientes con fuerza. Al verlo enfurecido, se ríe
en silencio. Maldición. Que miedo.

—Pues yo…

Su voz tembló, miró hacia otro y fingió mirar la hora. Jeha sostuvo el mentón de Mongryong y lo obligó a
mirarlo a la cara. Sus ojos parecían cuchillos afilados. Cuando Mongryong trata de liberarse, gruñe y por fin
se decide a hablar.
Como no pudo mentirle, sonrió débilmente. ‘Solo lo hice una vez en el pasado’. Y en el momento en que
lo dice, sus ojos se elevan. Jeha le soltó la barbilla.

—Tu vida era muy lujuriosa.

—Solo fue una vez. Estaba muy borracho.

Pero cuando dijo que no importaba si había sido una o diez veces, Mongryong le preguntó asombrado si
iba a reprocharle lo que había hecho en el pasado.

—Entonces, ¿te gustó?

—¡No lo recuerdo bien!

Jeha miró al parpadeante Mongryong. Mirando su expresión, parecía ser verdad. Su estómago hervía por
nada.

—No sabía que tuvieras tal afición. Puedes pedírmelo. Te dejaré hacerlo si quieres.

Mongryong, que se había estado conteniendo, estuvo tentado a pedirle que se callara. ¿Qué demonios
acaba de decir Jeha? El enérgico Mongryong miró a su alrededor una vez. Y después de asegurarse de
que no hubiera gente yendo y viniendo por el parque, le pregunta seriamente a Jeha, si está en condiciones
de hacerle reproches.

—No iba a decirte esto, pero tú tampoco fuiste sincero conmigo.

Ante eso, Jeha entrecerró los ojos. Esta vez, Mongryong gritó con un mayor impulso.

—¡Me refiero a tu primer amor! ¡Era el hijo del Sr. Kim!

Jeha asintió perplejo. —Sí, eso es cierto. Ante esa actitud, Mongryong puso una expresión de
consternación.

—¿Es cierto? ¿Pero por qué no me lo dijiste?

—Ni siquiera me preguntaste.

—No importa, debiste habérmelo dicho. Veo que se gustaban lo suficiente como para que
intercambiaran cartas con tanto fervor.

—Oye. Creo que entendiste algo mal. No era como si estuviéramos enamorados, era solo un amor no
correspondido. Además, yo era muy joven en ese momento.

¿Y entonces, qué significaba esa carta? En ese momento, el rostro de Mongryong se endurece. Tenía que
ser algo recíproco. Era imposible que escribiera una carta con tanta desesperación si era un amor no
correspondido. Eso significaba que estaba enamorado. De repente, ese hecho lo hizo sentir molesto.

—¿Estuviste pensando en eso? Si me hubieras preguntado, te habría respondido.

—No. Fuiste tú quien empezó. Te hubiera respondido antes si me hubieras preguntado si había
hecho un trío alguna vez.

—¿Crees que las dos cosas son iguales?

—¿Y qué si lo creo?


Al final de cuentas, lo único que quería saber era la verdad, así que lo cuestiona de nuevo. Jeha levanta
suavemente una esquina de su boca. Y cuando le pregunta si está celoso, él se sorprende y dice que no.

Las orejas de Mongryong se pusieron rojas. En todo el tiempo que lo había conocido, descubrió que solo
se ponía así por dos cosas. Entonces, o estaba emocionado o estaba mintiendo.

—Si tienes más preguntas, puedes hacerlas.

Mongryong dijo —Está bien, pero luego levantó la mano rápidamente. —No. Es mejor que esto quede
claro.

—¿Te gusto porque me parezco a él?

Jeha no entendió de inmediato y dijo: —¿A Quién?

—Pues… yo y él… .

Jeha lo comprende tardíamente y pone una expresión de incredulidad. Parecido. ¿De dónde sacó eso?

—¿Crees que te pareces a él?

—¿No es así?

—No. De ninguna manera.

Al ver a Mongryong con cara de sospecha, Jeha elige las palabras que va a decir y sonríe.

—¿Pensaste que era cierto? Quizás… ¿Pensaste que me gustabas solo porque te parecías a Kim
Sungsik?

Mongryong no responde.

—Vaya. Eso pensaste.

Ho le había dicho eso alguna vez. Seok Jeha se lo había contado a Doosan. Dijeron que se parecían. Pero
sin importar cuánto miró la foto del hijo del Señor Kim, no encontró ningún rasgo similar entre ellos, pero
escuchar tal declaración lo hizo sentir extraño. Fingió ignorarlo, pero supuso que solo estaba manteniendo
esas palabras en secreto.

Entonces, desistió de preguntarle a Doosan la razón por la que había dicho eso. De alguna manera, sintió
que se estaba volviendo cada vez más intenso. Jeha se ríe cuando ve su rostro con una expresión tan
pensativa.

—¿Estás realmente celoso?

—¿No?

—Así que si lo estás.

—Ya te dije que no.

Jeha sonríe ante la mirada que dice que no con desprecio. De todos modos es muy lindo. Y por eso,
extiende la mano y acaricia su cabeza. Cuando Mongryong le golpea la mano, él le pellizca un poco la
mejilla.

—Oye, no hagas eso.


—En realidad, deseo follarte sobre el césped ahora mismo. Así que no sigas negándolo. Antes de que
me vuelva realmente loco.

—¡Realmente no!

—Maldición. Cuando estás furioso te ves más encantador.

Ante sus últimas palabras, Mongryong queda perplejo. Jeha le pide que siga caminando y se adelanta un
poco. Pero a pesar de que Mongryong le grita que es injusto y que no es cierto, él pretende no escucharlo.

Jeha, que camina unos pasos adelante, sonríe tanto que sus hombros se sacuden por detrás. Y Mongryong,
impotente, afila los dientes y aprieta los puños con fuerza.

HISTORIA EXTRA 1.4

La expresión de Jeha no era buena, mientras estaban sentados en los asientos traseros y miraban la
película. Le pidió a Doosan que reservara una película caliente que valiera la pena ver con Lee Mongryong,
pero desde el principio hubo una escena donde una persona apuñalaba a otra. Estaba claro que su
subordinado no entendía el significado de la palabra ‘caliente’.

—Jefe Baek… maldito bastardo… .

Pero le gustara la película o no, Mongryong seguía comiendo sus palomitas de maíz. En ese momento, la
sangre salpicó la pantalla y la pareja sentada al frente gritó, y siguieron comiendo palomitas de maíz
mientras se abrazaban.

Cuando giró lentamente la cabeza, notó tardíamente la expresión amarga de Jeha. Al verlo,
inmediatamente llevó la boca a su oreja y le preguntó: —¿Qué te pasa? y luego , él volvió la mirada con un
rostro endurecido.

Entonces Mongryong le puso palomitas de maíz en la boca. Jeha movió la mandíbula y las masticó. Sabían
a caramelo. Las palomitas de maíz tampoco eran de su gusto.

—Deja de arrugar la cara y come.

—Esta no era la película que quería ver.

Era una voz mezclada con irritación. Sin embargo, siguió moviendo su boca para comer las palomitas de
maíz. La imagen que no se adaptaba a su edad era bastante linda. Entonces Mongryong le pide que lo mire
a los ojos. Cuando Jeha vuelve la cabeza, él lo besa en los labios de inmediato.

Los ojos de Jeha se abren como platos. Mongryong sonríe y lo vuelve a besar. Una de las parejas que
estaban al frente miraron hacia atrás en un sentido extraño, pero a ellos no les importó.
Mongryong extendió una mano y la entrelazó con la mano de Jeha. Y después de hacerlo, vuelve su mirada
inmediatamente hacia la pantalla. Una sonrisa apareció en los labios de Jeha, quien hasta ese momento,
había mostrado una expresión desagradable.

****

Cuando terminaron de ver la película ya había anochecido. Como almorzaron tarde, estaba planeado que
cenarían tarde. Y mientras vagaban por las calles, se preguntaban qué cenarían.

A medida que el día oscurecía, Jeha tomaba su mano y le ponía el brazo alrededor de su hombro como si
fuera en broma, teniendo cuidado de evitar las miradas de la gente.

Y mientras caminan, suena el teléfono celular de Mongryong. Cuando identifica el nombre de la persona
que lo está llamando, sus ojos se abren un poco, luego presiona el botón de llamada y se lleva el teléfono
al oído.

—Hyung.

Las cejas de Jeha se elevan. Sabía que era Seok Junyoung cuando lo vio llamándolo cariñosamente ‘Hyung’.
Entonces, se escabulle a un lado y trata de escuchar la conversación, pero Mongryong rápidamente se aleja.
En ese momento, su sarcasmo llegó a un punto límite.

—Oh, ¿Ahora? ¿Vendrás aquí? Estamos por Daehak-ro.

Pero Jeha se acerca y le arrebata el teléfono. Después de presionar el botón de finalización, lo apaga para
que no reciba más llamadas. Cuando Mongryong intenta recuperarlo, Jeha se lo guarda rápidamente en el
bolsillo.

—¿Qué?

—¿Lo has olvidado? Estamos en una cita.

Ante esas palabras, Mongryong hace una mueca y dice: —Oh. Sin embargo, se adelanta unos pasos,
quejándose de que ese no era motivo para que apagara su teléfono. Jeha lo siguió.

—Si no lo hubiera apagado, habrías invitado a Seok Junyoung aquí.

—De todos modos, él nos ayudó para que estuviéramos juntos.

—Aunque Seok Junyoung no me hubiera ayudado, te habría encontrado.

¡Rayos! Fingiendo estar molesto, Mongryong, que había estado caminando adelante, de repente se
detiene. El cuerpo de Jeha choca contra la espalda de Mongryong. Su rostro, que antes estaba ansioso, se
arrugó inmediatamente.

Esto se debe a que Junyoung se estaba acercando a ellos agitando la mano con la que sostenía su teléfono
móvil. Mongryong mira a Jeha a los ojos, con una sonrisa fingida. Junyoung, que por fin llegó a su destino,
se paró frente a ellos.

—Hyung, ¿Qué estás haciendo aquí?


—Vine a encontrarme con un conocido y luego los vi de camino a casa. No pude fingir que no los
había visto.

—Oh, ya veo.

Jeha, que solo se quedó mirándolos, no dijo nada. Solo hizo como si no lo hubiera visto. Junyoung sonrió
con amargura. Aunque no fuera cierto, dijo que solo iba a saludarlos porque estaba ocupado, pero como
Mongryong no había cenado, él le pidió que cenaran juntos.

—¿Seguro?

Junyoung responde con frialdad.

Las chispas se elevan de los ojos de Jeha. En su rostro se leía su intención de querer golpearlo a pesar de
que era su hermano. Entonces Junyoung pregunta qué quieren comer después de que intentara rechazarlo.

Mongryong vaciló y los miró a los dos. Y luego, le hizo una pregunta a Jeha, esperando a que mostrara un
poco de generosidad.

—Vamos a comer juntos. ¿Estás de acuerdo?

La boca de Jeha tembló.

—Mierda. No lo estoy.

—Ya lo escuchaste, jajaja. Está bien. Vamos, apresúrate.

****

//N.T: La zona de Daehangno, también escrita como Daehak-ro y Daehakro, es conocida como la calle
de la juventud universitaria, ya que allí se ubicaba originalmente la Universidad Nacional de Seúl. Desde los
años 80, muchos teatros comenzaron a trasladarse a Daehangno, y este lugar comenzó a desarrollarse
como un centro cultural. Pronto se abrieron también cafés con música en vivo, salas de cine, cafés comunes
y pubs, y la zona creció para convertirse en todo un distrito de entretenimiento.//

HISTORIA EXTRA 1.5

Mongryong sumergió las menudencias asadas en la salsa y se las metió a la boca. Jeha y Junyoung estaban
sentados frente a él. Le había hecho señas a Jeha para que se acercara y se sentara a su lado, pero él fingió
no escucharlo.
Al parecer odiaba que Junyoung se sentara frente a Mongryong en lugar de él, pero odiaba mucho más
que se sentara a su lado, y por eso ambos eligieron sentarse frente a Mongryong.

Mongryong suspiró un poco. ¿Ahora quién está celoso?

—¿Qué piensas? ¿Es delicioso?

Preguntó Junyoung, mientras le llenaba el vaso con cerveza. Mongryong asintió. Y mientras hacía eso,
volvió a mirar la cara enojada de Jeha. Al ver su molesta expresión, su corazón se conmovió.

—¿Qué hicieron ustedes dos hoy?

—Vimos una película y caminamos por las calles.

—¿Qué película?

Mongryong le dijo el título. Y añadió que no sabía cuál era la trama, porque solo vio escenas de asesinatos
de principio a fin. Era incluso más difícil encontrar a algún personaje que hubiera quedado con las
extremidades completas. Junyoung sonrió antes esas palabras.

—La próxima vez, iré contigo.

—Sí. Responde Mongryong sin pensar y entonces Jeha le patea los pies por debajo de la mesa. —
Ugh, cuando Mongryong frunce el ceño y aparta el pie, esta vez mira a Jeha como si quisiera matarlo.

Entonces, le advierte con la mirada que no lo haga y sigue comiendo sus menudencias.

—Está bien. No lo haré, Jeha, así que deja de mirarme así.

—Creo que he terminado de comer, pero quiero más. Pidamos algo más.

—¿No crees que ya es demasiado?

—Solo me he comido dos platos. La cara de Junyoung luce un poco triste. Mongryong fingió no escuchar
y solo se dedicó a masticar su carne. Pero como sentía que estaba interfiriendo entre ellos dos, Junyoung
miró a Mongryong un poco acongojado.

—Mongryong, ¿quieres que me vaya?

Mongryong se rió y miró a Jeha una vez, y luego a Junyoung. —No. Sigue comiendo. Entonces, Junyoung
sonrió, miró a Jeha y dijo: —Lo ves. Y cuando Jeha trató de pisar los pies de Mongryong debajo de la
mesa de nuevo, él se dio cuenta antes y los apartó rápidamente.

Pero esta vez, Jeha le dio una patada en la espinilla, y Mongryong gritó con fuerza. Junyoung sonrió y miró
la atmósfera de ellos dos. Parecía que estaban disfrutando de ese momento en lugar de prestarle atención
a él.

Junyoung, quien los miró feliz, trata de llenar el vaso de Jeha con alcohol, pero él ignora el vaso como si no
quisiera recibirlo. Entonces, Mongryong saca su vaso. Junyoung negó con la cabeza. —Tú no puedes
beber alcohol. Mongryong, quien sostenía el vaso, parecía triste.

—Solo beberé un trago.

—Mejor come algo más.


—¿El cabello de Seok Jeha?

Junyoung se rió de esas palabras. Mongryong sonrió ampliamente. Jeha los miró a ambos con desagrado.

Entonces Junyoung llena el vaso de Mongryong y este rápidamente se bebe el alcohol antes de que Jeha
pueda evitarlo.

También hacía calor, así que sintió que desearía comprarse una cerveza bien fría. Mientras Jeha frunce la
nariz, sus cejas también se distorsionan. Entonces, le hace gestos con la boca y le dice: ‘Si sigues
bebiendo, te mataré’. Y como Mongryong pudo entender claramente lo que dijo, ocultó rápidamente su
expresión de felicidad.

En ese momento, se escucha un tono de llamada y Junyoung saca su teléfono celular del interior de su
chaqueta. Después de comprobar quien lo llamaba, se levantó de su asiento y caminó hacia la entrada del
restaurante, diciendo que vendría después de un rato.

Mientras Jeha mira como se aleja, Mongryong agarra la cerveza de Junyoung y se la bebe. Jeha intenta
detenerlo, pero ya es tarde. Una mirada punzante como la punta de una flecha se clava en la cabeza de
Mongryong, pero él finge no darse cuenta.

—Oye.

Al escuchar su rugido, Mongryong levantó la cabeza, y se encontró con una mirada completamente
distorsionada. Mongryong no pudo evitar sonreír de nuevo mientras lo miraba. ¿Acaso está tan feliz por
estar con Seok Junyoung o es por culpa del alcohol? A Jeha no le gustaba del todo lo que estaba
viendo.

—¿Qué?

Uh. ¿Te estás burlando de mí?


—Quieres morir, ¿verdad?

Mongryong negó con la cabeza con sarcasmo. —No.

—Entonces, ¿por qué sigues sonriendo?

También frente a Seok Junyoung.

—Es porque disfruto cuando los tres bebemos y comemos juntos.

Al final de sus palabras, un tendón se elevó en la frente de Jeha. Cuando dijo ‘los tres juntos’, recordó que
durante el día, Lee Mongryong le había dicho que había hecho un trío en el pasado, por lo que su estado
de ánimo se derrumbó hasta el fondo. Pero como si ignorara lo que él estaba sintiendo, Mongryong siguió
comiendo. Su cara y sus mejillas se pusieron rojas.

—Con suerte, los tres podremos hacer un trío en el futuro.

Ante sus palabras, Mongryong negó levemente con la cabeza. Su emoción se eleva por causa de la bebida.
En ese momento, un hombre que estaba sentado detrás de Jeha se levantó y sus pantalones se le quedaron
atascados entre las caderas. Y cuando Mongryong lo vio, no pudo evitar soltar una carcajada.

En ese instante, el rostro de Jeha se arruga como una hoja de papel.


—¿Por qué te ríes? ¿Crees que está bien pensar en ello? ¿Quieres morir?

Mongryong no pudo soportar la risa que se filtraba por su boca y se la tapó con el dorso de la mano.

—Oh. No es eso. Jaja.

Jeha se levanta de su asiento con una cara llena de frialdad, luego le da la vuelta a la mesa y llega al sitio
donde está sentado Mongryong. Cuando Mongryong lo mira sin comprender lo que pasa y vuelve a
sonreír, Jeha se acerca.

—¿Qué? ¿Quieres tomar mi mano como antes? Ambos están cerca, pero en lugar de tomarle la mano,
Jeha agarra a Mongryong por la espalda y tira de él. —Ugh. El cuerpo de Mongryong queda atrapado en
sus brazos. Él intenta liberarse, pero solo puede sacudir su cuerpo. Entonces, Jeha camina hacia la entrada
mientras lo sostiene con fuerza.

—¡Oye! ¡Suéltame! ¿Por qué haces esto?

El interior del restaurante rápidamente se volvió ruidoso llamando la atención de la gente que los rodeaba.
Algunos empleados se acercan sabiendo que están teniendo una pelea, pero Jeha saca su billetera, arroja
algunos cheques en el mostrador y sale de la tienda. Mongryong luchó, pero fue en vano. Y cuando
Junyoung regresó después de estar hablando por teléfono en el baño, encontró sus asientos vacíos y se dio
cuenta que los dos ya se habían marchado.

HISTORIA EXTRA 1.6

Doosan confirmó la hora mientras estaba frente a la puerta. Había recibido el informe de que Jeha volvería
pronto a casa. Él le había pedido que averiguara un poco sobre las citas y que le recopilara información
para preparar una para él y Mongryong, pero no sabía si le había gustado.

Estaba muy nervioso y por eso comenzó a arreglarse la corbata de inmediato, sin ninguna razón. En ese
momento, un vehículo negro llega desde lejos. Era Seok Jeha. El automóvil que se acercaba a la puerta
principal se detuvo, y se abrió la puerta del asiento del conductor.

El rostro reflejado en la farola, era tan oscuro como el de un ángel de la muerte, y por eso Doosan dio un
paso atrás sin darse cuenta. Un sudor frío fluía por detrás de su espalda. ¿Por qué está así? ¿Qué salió
mal?
Con ese pensamiento, miró hacia el asiento del pasajero, pero la puerta no se abrió. Lee Mongryong no se
bajó del auto.

Incluso si asoma un poco más y revisa de nuevo, no puede verlo. Jeha cierra la puerta violentamente y pasa
junto a Doosan para entrar a la casa. Los dos guardias que custodiaban la entrada se inclinaron
profundamente para saludarlo. —Bienvenido, Hyung-nim.
Doosan parece confundido y mira hacia el auto, y en ese momento escucha un ruido proveniente del
maletero. El rostro de Doosan se endureció. Era evidente que había escuchado algo desde el interior del
maletero. E incluso sin abrirlo, pudo saber que era Lee Mongryong.

***

¡Kurung-bang! Caen relámpagos y llueve a cántaros. La gente decía que estaba lloviendo para resolver la
sequía, pero Doosan solo miraba el paisaje con un rostro bastante oscuro. Esto se debía a que Jeha estaba
sentado en la sala de recepción en el segundo piso, y ya se había fumado una tira de cigarrillos y bebido
varios vasos de alcohol.

—Hyung-nim.

—Habla.

—¿Lo traigo?

—Déjalo ahí. De todos modos no se mojará.

—Sí. Doosan no habló más al respecto. Así es. Por supuesto, la lluvia no se filtrará en el maletero. Sin
embargo, como la relación entre los dos era así, lo notó sin querer.

No hace mucho, los dos habían peleado hasta dejar la mansión volcada patas arriba. Cada vez que se
peleaban, no quedaban muebles ni vajillas ilesos. Esta era la tercera vez que los dos salían y cuando
regresaba, traía a Lee Mongryong en el maletero.

Llegó a preguntarse si los dos estaban progresando, porque incluso Jeha hizo un plan de citas, pero al ver a
Lee Mongryong metido en el baúl como un paquete, al parecer no era cierto.

¡Kurung-bang! La tormenta estaba empeorando. Y como si la lluvia fuera más espesa, esta golpeaba la
ventana con fuerza. Jeha terminó su cigarrillo, lo frotó en un cenicero y volvió lentamente la cabeza hacia
Doosan.

—Debería haberlo matado entonces.

Doosan no preguntó cuándo fue ese entonces. Su jefe parecía estar ansioso, porque aunque tenían una
relación con él, no podía matarlo. Y eso es porque siempre que lo ve, se arrepiente de intentar matarlo.

Jeha había sido capaz de traicionar a su propio padre, el presidente Seok y a sus colaboradores, para tener
a Lee Mongryong a su lado. Por esa razón, quería decirle que no dijera algo en lo que ni siquiera había
pensado, pero mantuvo la boca cerrada porque sabía que era él, no Lee Mongryong, quien quedaría
atrapado en ese baúl.

—¿No le parece que la personalidad de Lee Mongryong es un poco inusual? Perdóneme si lo ofendo
esta vez.

—Lo he pensado algunas veces.

Doosan dudó. Le preocupaba si debía decir lo que estaba pensando o no. Pero Jeha le preguntó lo que
pensaba, por lo que compartió su opinión al respecto.
—Escuché que el entorno desfavorable en la niñez, tiene mucho que ver con la formación de la
personalidad. Lo he visto en algún lugar antes, y se dice que esa conducta se puede corregir con
tratamiento médico.

—¿Tratamiento?

—Quiero decir, con asesoramiento o medicación.

A Jeha no le gustó como sonaron las palabras asesoramiento y medicación. Escuchó que algunos de los
miembros de la organización a menudo caían en drogas y usaban el mismo método para ellos.

—¿Eso realmente funcionaría?

—¿No sería bueno que Hyung-nim lo persuadiera?

Bueno. Para empezar, él no era una persona que pudiera escuchar un consejo. Jeha gimió con una cara
llena de preocupación. El sonido de la lluvia se hizo cada vez más fuerte. Era un diluvio. Después de mirar
por la ventana durante mucho tiempo, suspiró y le hizo una seña a Doosan.

Doosan pronto lo entendió e hizo una llamada telefónica a alguna parte. Fue una orden de liberación.

—Si Hyung-nim me lo ordena, averiguaré en el hospital.

Jeha no respondió si estaba dispuesto a hacerlo. Entonces, se frota los labios con las yemas de los dedos y
piensa en el tratamiento, pero en ese momento se escucha un ruido atronador viniendo de afuera. Estaba
claro que el perro rabioso atrapado en el maletero había sido liberado.

Después de un rato, la puerta se abre de golpe y Lee Mongryong entra de una manera enérgica
completamente empapado y revelando sus dientes. Magang, que lo siguió, parecía bastante avergonzado.
Esto se debe a que Lee Mongryong lo persiguió bajo la lluvia.

—No mojes el suelo y cámbiate de ropa.

Ante las palabras de Jeha, Lee Mongryong de repente se quita los zapatos. Jeha se pregunta si está
pensando en cambiarse de ropa allí mismo, antes de que los ojos de los tres, capten sus intenciones al
mismo tiempo.

Jeha movió la cabeza para evitarlo, pero el zapato que voló junto a su oreja rompió la botella y la tumbó al
suelo. Los ojos de Jeha se alzaron con fiereza.

—¡Oye, hijo de puta!

Mongryong se ríe ampliamente y se quita el otro zapato, entonces Doosan se acerca para tratar de
detenerlo, pero Mongryong escapa como una gacela y salta hacia el otro lado.

Luego corre al otro lado de la sala y se quita la camisa. Al verlo, el rostro de Jeha inmediatamente se enfría.
Doosan lo nota y trata de atraparlo nuevamente, pero no puede detenerlo. A través de la abertura de su
camisa se puede vislumbrar, la suave piel de su torso humedecida con el agua de lluvia.

—Te lo advertí. Si me tratas como un perro, me comportaré como un perro.

—Al menos ponte ropa mientras hablas.

—¡Tu fuiste quien me dijo que me cambiara de ropa porque estaba mojando el piso!
—Lee Mongryong.

—Así que me voy a quitar toda la ropa y voy a correr como un loco. Será muy divertido.

Tuk, la paciencia de Jeha también llegó al límite. Entonces, se levanta de su asiento y camina hacia
Mongryong. Este se escapa y corre hacia la entrada del salón. Magang le bloquea el paso, pero él salta y le
golpea la cara con la cabeza, luego abre la puerta y huye.

Jeha queda paralizado por sus acciones. Doosan también dejó de actuar al mismo tiempo que Magang,
quien sangraba por un golpe en la nariz. Entonces, una voz más fría que un campo de hielo en pleno
invierno cae sobre sus cabezas.

—Maldición. Vayan a buscar una pistola de tranquilizantes.

HISTORIA EXTRA 1.7

Mongryong abrió los ojos y miró hacia el techo mientras algo se balanceaba sobre él. Un cuerpo se movía
de arriba abajo. Sentía el trasero caliente, como si se hubiera quemado. No sabía cuándo tiempo había
pasado.

Recuerda haber corrido por el patio y ser atrapado por Seok Jeha, quien luego lo llevó al baño para
bañarlo. Fue un gran pedirle que lo dejara dormir después del baño. Ahora parecía que se estaba volviendo
loco mientras empujaba sus caderas al azar sin descanso.

Un líquido transparente se estaba formando en la punta de su glande. No sabía si era semen u otra cosa.
Extendió la mano hacia abajo. Y encontró un anillo de silicona que rodeaba la base de sus genitales. Le era
muy difícil eyacular tranquilamente porque Seok Jeha se lo había puesto.

Cuando trata de quitárselo, Jeha gruñe, diciendo que no lo toque. Sus piernas temblaban impotentes,
colocadas a horcajadas sobre sus hombros.

—Ah, ya, Ugh, detente… .

Se había quedado sin voz de tanto gemir y maldecir.

—Ahhh, exprimiré todas las gotas restantes, hasta dejarte seco. Entonces, no podrás pensar en otra
cosa.

Un escalofrío recorrió su columna vertebral. Realmente pensó que le iba a exprimir todo su semen.
Mongryong lo agarró por el brazo. Cuando levantó la mirada con una cara patética para pedirle que se
detuviera, Jeha bajó la cara y le besó los labios.

Le chupa y le lame los labios para que se hinchen, y mueve las caderas violentamente. Luego hace una
pausa por un momento, como si quisiera ver los resultados de sus hechos. Mongryong gimió a través de
sus labios, luego levantó su trasero y comenzó a moverse sin darse cuenta.
Aunque le había dicho que se detuviera hace un momento, ahora estaba a punto de correrse y por eso se
sintió más frustrado. Entonces, sacudió sus nalgas como si estuviera muy excitado, mientras el vello oscuro
de Jeha se frotaba contra ellas. Jeha, que dejó de moverse, finalmente mueve su espalda bruscamente en
respuesta a esa acción.

Y en ese preciso momento, Mongryong lo empujó hacia atrás y lo hizo caer de espaldas. Rápidamente
trepó sobre su cuerpo, abrió las piernas, agarró el pene y se lo metió en el ano. Su agujero, que ya estaba
abierto, se tragó el pene sin dificultad.

Mongryong mueve su cintura hacia adelante y hacia atrás rítmicamente, inclinando la parte superior de su
cuerpo hacia el frente. Y mientras besa los labios de Jeha, sacude su cintura. Las pupilas de Jeha se
oscurecen.

Mongryong baja los labios, se acomoda sobre su mandíbula y luego le hinca los dientes. Las cejas oscuras
de Jeha se arquean inmediatamente. Después de apartar sus labios, las marcas de los dientes eran claras en
su mentón.

En la cara de Mongryong se dibuja una amplia sonrisa. Y luego, arquea la espalda y coloca los brazos por
detrás para moverse sin descanso. Jeha, que ahora está completamente extasiado, se da la vuelta y se sube
sobre él.

Sus movimientos se aceleran violentamente. Mongryong arquea su espalda y se inclina. Y mientras los dos
hombres se aparean como bestias, el sol sale por la ventana después de la lluvia.

HISTORIA EXTRA 1.8

Los ojos de Doosan de repente se agrandan y luego vuelven a su lugar. Fue debido a las marcas de dientes
claramente estampadas en el mentón de Jeha. Incluso si trataba de fingir que no las veía, era difícil
procesar su mirada, ya que esa imagen entraba en sus ojos cada vez que se encontraba con su cara. Era
obvio saber quién lo había mordido. Pero a Jeha, en realidad eso no parecía importarle.

—Has sabido algo de mi padre.

—Recientemente me informaron que no tuvo acceso a la reunión de la junta directiva. Eso es todo lo
que ha sucedido, de todas maneras seguiré investigando por el momento.

—Sin embargo, debes estar alerta. Si fue capaz de ordenar que apuñalaran a su propio hijo en el
vientre, no me extrañaría que me apuñalara también por la espalda.

—Si. Doosan inclinó la cabeza. El director ejecutivo Park estaba bajo arresto y la gente del presidente Seok
fue también intervenida en la línea de investigación. Y como sus conexiones estaban cortadas, era
improbable que actuara de la misma manera que antes por el momento.

—Ah, sí. El hospital.


Doosan buscó en su agenda y sacó una tarjeta de visita.

—Es un médico muy famoso. También ha aparecido en la televisión.

—¿Es un hombre?

—No. Hice como usted me lo ordenó.

Desde el principio le advirtió que no buscara a ningún médico varón. Doosan sabía que eso se debía a Lee
Mongryong. Jeha era tan celoso, que le preocupaba incluso que estuviera frente a los ojos de un doctor.
Por esa razón, era natural verlos a los dos enredados como perros peleando todo el tiempo.

—¿No tendría que hablar primero con Lee Mongryong?

—Ya lo hice.

—¿Ya lo hizo?

—Lo hice anoche.

Lo hizo cuando estaban teniendo sexo. Cuando le comentó sobre ir al hospital, Lee Mongryong asintió sin
saber de qué le estaba hablando. Probablemente, incluso si le hubiera pedido que murieran juntos en ese
momento, él habría estado dispuesto. Ayer había actuado como un verdadero loco, y por eso no podía
dejarlo pasar. Además, tuvo que agotarlo para que se diera por vencido.

Cuando piensa en eso, el calor vuelve a la parte inferior de su cuerpo. Le dolieron los labios cuando recordó
su imagen jadeando, mientras estaba sentado de espaldas moviendo su cintura. Entonces, se frotó los
labios con las yemas de los dedos, rememorando todo lo que habían hecho anoche.

***

Frente a la tienda de Seunghyun, Mongryong estaba hablando con él mientras mordía una golosina.
También había venido a reparar su motocicleta. Cuando él le pregunta por Lee Hyeyoung, le responde que
si quiere ir a visitarla con él, pero en ese momento, un auto negro se estaciona al frente de la tienda.

Al verlo, Seunghyun le toca el brazo y lo señala. —Ha llegado tu amante.

Cuando se abre la ventana del auto, Seok Jeha, que llevaba puestas gafas de sol, gira la cabeza hacia ellos.
Seunghyun trató de evitar su mirada, ya que parecía que había chispas que salían disparadas de esas gafas.
Entonces, empujó rápidamente la espalda de Mongryong. —¡Oye! Date prisa.

—Bueno, nos vemos más tarde.

—Te llamare. Adiós.

Mongryong, quien todavía seguía mordiendo su golosina, se acercó al auto y abrió la puerta del asiento del
pasajero. Cuando entra, siente la brisa fresca del aire acondicionado. Luego saca la cabeza por la ventanilla
abierta del auto y trata de despedirse de Seunghyun, pero la ventana de repente se cierra. Mongryong se
asusta y saca la cabeza.

Al darse la vuelta, notó que Jeha ya había encendido el auto.

—Casi me matas.

—No estás muerto.


—¿Ni siquiera puedes saludarme?

—Te veo todo el tiempo, ¿por qué tengo que saludarte?

De manera sarcástica, Mongryong bajó ligeramente la cabeza y le preguntó. — ¿Estás celoso? Jeha se ríe
de él. —¿No es ridículo decir la palabra celos contra ese tipo? Los celos son algo que solo sienten
personas como tú.

—Pero no lo veas a menudo. Es molesto.

Era evidente que estaba celoso. Mongryong metió un dedo al costado de Jeha. Cuando Jeha arquea las
cejas y le pregunta qué está haciendo, Mongryong sonrió.

—Solo te tengo a ti ahora.

—Eso es raro. ¿No se supone que soy el único ahora y también en el futuro?

—No te obsesiones. Das miedo.

—Agarra a cualquiera que pase y pregúntale. ¿Si tienes miedo o yo tengo miedo?

Cuando Mongryong le pregunta de qué está hablando, el automóvil pasa por la intersección y se estaciona
frente a un edificio bordeado de hospitales. Mongryong lo miró sorprendido. Recordó que ayer le había
dicho que irían al hospital.

—Realmente me trajiste al hospital.

—Ayer dijiste que estaba dispuesto a venir.

Lo primero que pensó era que irían al urólogo. Anoche le puso en el pene un anillo para retrasar su
eyaculación, ¿era por eso?, ¿quería que lo operaran? Entonces, de repente pensó que sería bueno que su
pene fuera un poco más grande y que pudiera correrse muchas veces.

Mongryong le preguntó con los ojos brillantes.

—¿Puedo hacerme un aumento?

Y mientras dice eso, comienza a acariciar su pene encima de sus pantalones.—Esto está bien así, pero si
quieres hacerlo, no me molestaría. Jeha se quitó las gafas y frunció el ceño. —¿No vas a apartar tu
mano? En respuesta, Mongryong se emocionó, se lamió el labio inferior y comenzó a balancear su cintura.

—¿A dónde quieres llegar? Ayer ni siquiera pudiste aguantarlo.

Luego, tiró de la mano de Jeha y se la puso en los pantalones. —Tócame al mismo tiempo. Jeha lo
golpea. Mongryong se quejó, —Agh.

—Eres muy tímido.

—Acabamos de llegar.

—¿Por qué estamos aquí?

—Te lo dije ayer. Vamos al hospital.

—Pero, ¿por qué?


Jeha lo miró lentamente de la cabeza a los pies. Se lo había dicho ayer, pero era obvio que no lo había
escuchado bien porque estaba muy excitado. Era probable que se pusiera furioso si hablaban de eso ahora.

Jeha dejó de hablar cuando Mongryong inclinó la cabeza en un sentido extraño.

—Antes que nada, baja. Te lo diré allá adentro.

Jeha se bajó primero. Mongryong suspiró brevemente y luego soltó el cinturón de seguridad. Miró hacia el
hospital, pero en lo único que pudo pensar era que irían a visitar al urólogo.

Tal vez estaba tratando de castrarlo para que no pudiera acostarse con nadie más. ¿O quizás me colocarás
un cinturón de castidad para que no pueda abrirlo? Oh, Dios mío. En el momento en que lo pensó, un
escalofrío recorrió su columna vertebral.

HISTORIA EXTRA 1.9

Mongryong, con el rostro enrojecido, siguió a Jeha hasta la entrada del hospital. Al ver que se resistía a
entrar, Jeha lo agarra por el hombro y lo arrastra de regreso al hospital. Los ojos de las personas que
pasaban se enfocaron en ellos.

—Cállate y sígueme.

Le gritó a Mongryong mientras este tiraba de su brazo.

—¡No dijiste que era un hospital psiquiátrico!

—Lo hice.

—¿Cuándo?

—Ayer.

—¿Ayer? ¿Cuándo?

—Cuando eyaculaste por tercera vez.

—¡Ah! Mongryong exclamó sorprendido. Un joven que estaba afuera, estaba asombrado por la
conversación que ellos sostenían mientras regresaban al hospital. Pero Mongryong rápidamente se dio la
vuelta poniendo los ojos en blanco. Pero a Jeha no le importa y lo vuelve a empujar.

—Entra, date prisa.

—No.

—¿En serio no vas a entrar?

—¿Por qué me tratas como un psicópata? Pensé que ibas a sugerirme algún tipo de cirugía de
aumento, y por eso te seguí.

Oh, por favor. Deja de hablar de cirugías de aumento.


—Lo haré más tarde si quieres. Así que entra.

—Soy normal. No tengo que hacer algo como esto.

—La mayoría de la gente que viene aquí es normal. Quiero decir, no es un lugar para gente
realmente loca. Hay muchas personas que están bajo estrés y tienen problemas cardíacos. Ya te traje,
así que solo escúchame. Piensa en ello como si estuvieras haciendo una prueba psicológica.

—¿Qué ganaré con venir aquí?

Jeha tenía un rostro cansado. Fue un error pensar que Lee Mongryong aceptaría fácilmente. Pensó que iba
a entrar bruscamente y hacerse el examen, pero inesperadamente se negaba a hacerlo. ¿Tienes miedo de
que todas tus cicatrices se expongan? Era evidente que lo había, teniendo en cuenta que su propia
madre lo había engañado.

—Estarás más cómodo de lo que estás ahora.

—Pero yo me siento cómodo.

—Hay mucho más que eso.

—¿Entonces cuál es el punto?

Dijeron que si recibía tratamiento, tu maldita cabeza podría curarse. Entonces si cambias de algún modo,
dejarás de hacer tantas locuras. Creo que así dejaría de tener ganas de estrangularte con mis propias
manos varias veces al día. Así que por favor, escúchame. Jeha se tragó su discurso y en su lugar agarró el
hombro de Mongryong.

—Practicas el budismo. Entonces, esto también podría beneficiarte. La gente cambia. Esto es similar
a la religión. Es una oportunidad de mejorar sin mucho esfuerzo. Así que hagámoslo primero.

Mongryong parpadeó lentamente. ¿Qué diablos quieres saber?

—¿Es solo eso?

Jeha asintió lentamente. —Bueno. Mongryong mira la expresión de Jeha y de repente entrecierra los ojos.

—Entonces, podemos hacernos la prueba juntos.

Jeha enfrentó una propuesta inesperada. —¿Qué?

—Si es algo tan bueno, hagámoslo juntos. Podemos administrar nuestros sentimientos juntos.

Jeha cierra la boca con fuerza. Su expresión relajada desaparece mostrando mucha desaprobación.
Mongryong puso la mano en su hombro un par de veces y tiró de él hacia adentro. —Vamos. Para
obtener una cita.

Como Jeha dejó de moverse, Mongryong se dio la vuelta.

—¿Por qué no me sigues?

—No voy a hacerlo.

—¡No quiero estar solo!


—Significa que no tengo que hacerlo. Solo van a aceptarte a ti, porque la reserva se hizo a tu
nombre.

—No. Entonces no iré. Quiero ir a casa.

Mongryong se levanta y Jeha aprieta los dientes. La enfermera que estaba en la recepción le pregunta si es
Lee Mongryong. Cuando le pidió que fuera al consultorio de la doctora, él asintió y dijo que iría pronto. Sin
embargo, Mongryong ni siquiera se mueve.

La quietud fluye entre los dos. Jeha fue el primero en rendirse. Con un pequeño suspiro, asintió.

—Está bien. Vamos a hacer la prueba juntos. ¿Eso es todo?

Solo entonces Mongryong levanta la cabeza. —¿Eh? Jeha envolvió los hombros de Mongryong y lo empujó
hacia el interior del consultorio. —Entonces, entremos.

HISTORIA EXTRA 1.10

Un auto negro corría por una pendiente estrecha. Después de recibir asesoramiento en el hospital durante
un tiempo y completar un cuestionario, el señor Kim se comunicó con él. Como el Chobok empezaba al día
siguiente, el señor Kim lo invitó a comer pollo a su casa.

Y como Jeha no estaba renuente, Mongryong le respondió que iría.

—Te dejaré frente a la casa, así que solo irás tu. Pasaré a buscarte después. Puedes venir mañana.

Mongryong se quedó pensando en la forma de actuar de Jeha. Se había dado cuenta antes, pero cada vez
que Jeha iba a la casa del Señor Kim, nunca entraba. Solo saludaba frente a la casa. Aunque era una casa
que había visitado frecuentemente cuando era niño.

—Quiero hacerte una pregunta.

—¿Qué?

—¿Cómo murió esa persona?

Al escuchar sus palabras, Jeha lo mira. Mongryong se rascó la nariz como si estuviera avergonzado.
Recordó que le habían contado la historia de que se había ahogado después de ir a un retiro. Pero cuando
vio la actitud de Jeha, parecía que había algo que no le habían contado.

—Solo tengo curiosidad.

Jeha cierra la boca. Mongryong volvió su mirada hacia la ventana cuando vio su expresión. Como era un
camino de montaña, estaba desolado y oscuro. Las ramas a la luz de la luna reflejaban formas extrañas. Las
palabras que parecía nunca iban a salir de su boca, fluyeron cuidadosamente.

—Se ahogó después de ir a un retiro de la iglesia. Lo encontraron de rodillas.


Mongryong giró la cabeza con asombro.

—Debe haber sido un infarto. Pero todos dijeron que lo encontraron muy tarde porque estaban
lejos. Le administraron primeros auxilios después… pero al final, no pudo sobrevivir… .

—Ah… . Mongryong se queda sin palabras. Jeha continuó con su historia.

—Él fue a ese retiro porque yo se lo pedí. Necesitaba una excusa para estar con él. Porque iba a
confesarme ese día. Finalmente, cancelé la cita pero él fue allí. Estaba pensando en llevarle la carta.
La carta que viste ese día.

¡Ah! Así que no pudo transmitirle sus sentimientos a la persona en cuestión.


—¿Pero por qué no pudiste ir? Al retiro escolar.

—Hubo una reunión familiar que no estaba programada ese día. Fue asombroso. Me refiero que
precisamente fue ese día. Me rebelé porque no me dejaron ir al retiro, pero mi padre me golpeó y
me obligó a ir con ellos, y más tarde descubrí que Seok Junyoung lo había planeado todo. Pensó que
si yo iba al retiro tendría un accidente con Kim Sungsik. Él conocía todos mis sentimientos.

—… .

—Me escapé en la mitad de la reunión y fui a la iglesia. Cuando esperaba allí, escuché lo que todos
estaban diciendo. Que Kim Sungsik había sido llevado al hospital. Otros dijeron que ya estaba
muerto.

La voz de Jeha se vuelve baja. Su mirada estaba paralizada hacia adelante. Mongryong ni siquiera podía
mencionar las palabras que se atascaron en su boca.

—He estado pensando en eso durante años. Quizás todo fue mi culpa. Tal vez solo fue una
coincidencia que Seok Junyoung hiciera eso. ¿Sabía algo? ¿Fue culpa de mi padre? Tuve muchos
pensamientos diferentes.

—Eso… es imposible.

—Bueno. Los médicos dijeron que su corazón originalmente no estaba bien. Tal vez solo necesitaba a
alguien a quien culpar. Quizás quería aliviar mi culpa. Siempre pensé que si hubiéramos ido juntos,
no lo habría dejado morir de esa manera.

Mongryong se mordió los labios mientras escuchaba la tranquila confesión de sus sentimientos. Cuando le
preguntó si estaba bien, Jeha asintió. —Estoy bien. Pero al mismo tiempo, su mente divagaba hacia otro
lugar.

Mongryong coloca su mano sobre el dorso de la mano de Jeha. Cuando Jeha se da la vuelta, él le pregunta.

—¿Te gustaría tener sexo?

Jeha abrió los ojos un poco más y luego frunció el ceño. Se preguntaba si había escuchado mal su
pregunta, pero Mongryong le repite lo mismo. —¿Quieres tener sexo?

—¿Ahora?
Mongryong asintió. Jeha estaba muy sorprendido. Su estado de ánimo deprimido de hace un momento,
despareció rápidamente. Cuando le preguntó si estaba loco, él le dijo que no había motivos para no
hacerlo.

La última vez, los ojos de los dos de repente se encontraron en el auto y tuvieron relaciones sexuales, pero
como ambos son altos y no son del tipo de tener un sexo tranquilo, no supo cuántas veces Mongryong
chocó su cabeza contra el techo del auto.

—Podemos hacerlo cuando lleguemos a casa.

—Quiero hacerlo ahora.

—¿Por qué?

Mongryong le dice que le provocó cuando lo vio haciendo una expresión desconocida.

—De repente me enfada. Prefiero sentirme vivo. Tu primer amor está muerto, y no debes recordarlo
para siempre.

—Fue un amor no correspondido.

—Lo que sea.

Era lo mismo. Como nunca se llevó a cabo, era más doloroso. Cuando piensa en ello, su enfado aumenta.
Le molestaba pensar que Seok Jeha seguiría viviendo con otra persona en su mente. Ya sea por afecto o
por culpa. Lo que sea.

—¿Lo harás o no?

—No podemos hacerlo aquí porque es muy estrecho.

—Hagámoslo afuera.

Jeha detuvo completamente el auto esta vez y miró a Mongryong. Cuando le preguntó si hablaba en serio,
él le respondió que no era una locura hacerlo afuera porque hacía un buen día y no pasaban autos por la
carretera.

—Haré que sea más caliente que ayer.

Jeha se derritió con esas palabras. Era bastante estimulante cuando Lee Mongryong lo atacaba
activamente. Entonces echó un vistazo fuera de la ventana. Era cierto que no había nadie, y que Mongryong
seguía comportándose como siempre. De todos modos, si recibía tratamiento en el hospital, dejaría de
hacer cosas tan osadas, así que no estaría mal dejarse llevar por él solo una vez.

—No seas imprudente.

Mongryong se lame el labio inferior y luego sale del coche. Jeha salió del auto dejando la luz del interior
encendida y el motor apagado. Los dos se pararon al frente del coche. Mongryong extendió la mano
primero y le desabrochó los pantalones.

Ris. La cremallera bajó haciendo su sonido característico y metió la mano adentro.


Y contrariamente a lo que Jeha estaba diciendo, su pene ya estaba medio levantado. Lo frotó con la mano y
le llevó los labios a la boca. Entonces, abrió la boca, enredó su lengua y le lamió los dientes. Jeha estira su
mano hacia atrás y aprieta las nalgas de Mongryong.

Sus lenguas estaban enredadas mientras le frotaba la parte inferior del cuerpo. Dos trozos de carne se
frotaron en la boca. Después de un rato, los labios se separaron y los dos tomaron una respiración rápida.

Entonces, Mongryong puso de rodillas frente a él. Cuando le bajó los calzoncillos, el pene se balanceó hacia
arriba. Después de mirarlo, saca la lengua y lame el pilar suavemente. Lo lamió y lo chupó ligeramente y
luego abrió la boca empujando el pene hasta su garganta.

Mientras la membrana mucosa húmeda le cubría el pene, Jeha exhalaba un aliento caliente. Barriendo el
cabello del Mongryong, movía lentamente su cintura. Siempre que la saliva fluye por la boca y el glande
perfora la parte más interna de su garganta, la sensación de asfixia aumenta, pero Mongryong soporta la
inserción sin sacar ni un centímetro.

Tan pronto como extrae el pene, se encuentra con su mirada perezosa. Jeha agarró el brazo de
Mongryong, lo levantó y lo hizo acostarse sobre el capó. La parte superior del cuerpo de Mongryong tocó
el capó y lo puso de espaldas.

Le bajó los pantalones y la ropa interior y los dejó hasta la mitad de sus muslos. Mongryong libera un
húmedo gemido entre dientes mientras Jeha le abre las nalgas y presiona firmemente los dedos alrededor
de su ano para aflojarlo.

La parte superior de su cuerpo se aplastó contra el vehículo, mientras mantenía las piernas extendidas con
las caderas levantadas. El impaciente Jeha frotó entre sus nalgas mientras se sujetaba el pene. Hace un
momento, Lee Mongryong se lo había chupado y llenado de saliva, por lo que ahora el pene tenía un color
rojo oscuro brillante mientras se filtraba el líquido preseminal por la punta del glande.

Cuando le abre las nalgas, el ano se hace completamente visible. Se siente un poco diferente esta vez.
Mongryong sacude el trasero cuando la punta del glande se acomoda en su entrada. Una sonrisa
juguetona se dibuja en la boca de Jeha.

Entonces, Jeha lo sostuvo en su lugar y empujó su pene lentamente hacia adentro, mientras Mongryong
rascaba el capó con las uñas.

—Ugh … .

—Ahhh.

Después de confirmar con sus ojos que todo había entrado hasta la raíz, se sintió sediento como si su
garganta estuviera en llamas. Entonces, enrolló la camisa de Mongryong para que su espalda fuer
claramente visible. Era bastante estimulante ver a Mongryong jadeando desnudo sobre el capó negro.

Solo se podía escuchar el sonido de los insectos del césped mientras los alrededores estaban en silencio.
Estaban teniendo sexo al aire libre. Y mientras lo pensaba, creía que era algo asombroso.

—Oh, date prisa.

Cuando no hubo movimiento a pesar de que su pene estaba insertado, Mongryong giró ligeramente la
cabeza y miró hacia arriba.
—Muévete tú.

Mongryong gira los ojos una vez, y luego empieza a mover su trasero hacia adelante y hacia atrás. El
interior del ano, que está tan caliente y húmedo como su boca, se adhiere a él. —Ja, Jeha se lamió el labio
inferior y miró a Mongryong moviendo su trasero. —Mierda. No puedo soportarlo.

En ese instante, agarra la cintura de Mongryong con ambas manos y la aprieta con brusquedad, ante ese
movimiento brusco, Mongryong choca su frente contra el capó y se queda sin aliento, —Ahhh. Mientras
empuja su miembro hasta la raíz, extiende la mano y le frota el pene, y Mongryong jadea sin control.

En su interior, los tendones le arañaron la pared interna. Parecía una locura. En ese momento, unos pájaros
que estaban posados al costado de un árbol se fueron volando. Jeha lo agarró por la cintura y lo penetró
como un loco.

—Ah, sí, sí,

—Ja, joder … Ahhh… .

Las mejillas de Mongryong se frotaron al azar contra el capó. Mongryong extendió un brazo hacia atrás y le
acarició la parte inferior del muslo. Al mismo tiempo, le envía un gesto pidiéndole más. Jeha le agarró el
brazo y lo sostuvo en su lugar, tirando de su cintura hacia atrás lo más que puede para empujarla hacia
arriba con fuerza.

Mongryong abre la boca buscando oxígeno. Sentía su cuerpo temblar. Y en ese instante, su semen se
precipita hacia los faros del vehículo.

Cuando Jeha repite la misma acción sin preocuparse por eso, Mongryong ni siquiera puede tomar aire para
respirar correctamente.

Pero de repente, los ojos de Jeha se abren como platos. Cuando deja de moverse, Mongryong toma aire.

Jeha jura entre dientes con la mirada apuntando hacia abajo. —Maldición.

—… Lee Mongryong … No te muevas.

Mongryong se colgó del capó y solo movió la boca.

—… no puedo moverme, no tengo fuerzas… .

—No… No… solo un momento. Quédate ahí un minuto.

Jeha miró hacia abajo. Como si fuera una aparición, una serpiente estaba atascada a un costado del capó.
Estaba exactamente a un lado del trasero de Lee Mongryong. Con la cabeza levantada, lo estaba mirando
con un sonido retumbante.

—… Mierda.

Jeha se apartó lentamente. El pene que estaba insertado también salió. Mongryong se pregunta, por qué
sintió algo extraño cuando Jeha le dijo que no se moviera como si estuviera buscando una manera de
apartarse. Entonces, intentó levantar la parte superior de su cuerpo.

En ese preciso instante, la cabeza de la serpiente voló hacia el trasero de Mongryong. Y sus gritos
resonaron en las montañas.
//N.T: Sambok es el término que engloba los tres días -Chobok, Jungbok y Malbok- que se encuentran
entre el sexto y séptimo mes lunar, considerados como los más calurosos del año. Chobok es el tercer día.//

HISTORIA EXTRA 1.11

Ho miró hacia arriba. Hace un momento, Doosan y el médico habían subido juntos, pero sin importar
cuánto tiempo lo haya esperado, todavía no sale de allí. Los dos regresaron a casa anoche, con marcas
rojas de picaduras de mosquitos en la cara, los antebrazos y donde quiera que la piel fuera visible.

Además, Mongryong parecía tener dificultades para caminar por alguna razón. Cuando preguntó
ansiosamente por qué, no pudo seguir preguntando porque Jeha lo miró como si fuera a matarlo.

Debido a eso, el médico los visitó desde temprano. No estaba seguro de la razón, pero estaba claro que
algo les había pasado. Magang se acercó a él y juntos miraron hacia arriba.

—No hay un día en que haya tranquilidad en esta casa desde que Lee Mongryong llegó.

—Hyung, ¿No sabes nada de lo que pasó?

—¿De qué?

—¿Por qué vinieron así al amanecer?

—No lo sé.

—Hyung-nim no es estúpido… pero eso no significa que no se haya dejado llevar, Huh.

—¿Por qué diablos fueron a la montaña?

—Demonios, no lo sé.

—¿Sería para tener sexo?

De ninguna manera. Entonces Ho sonrió y dijo: —No seas tonto.

—¿Estás loco? Qué tipo de idiota iría a la montaña solo para tener sexo.

—Piensa en el bastardo de Lee Mongryong. ¿Te parece imposible?

Ho dejó de reír y pensó por un momento, luego asintió y estuvo de acuerdo. Las acciones y palabras que
Mongryong ha hecho hasta ahora eran como las escenas de una película. Él hacía posible las cosas que
difícilmente podrías llevar a cabo en tu mente. Así es. Fueron a tener sexo.

Magang junto a él, gruñó con cara de irritación.

—Haa. Como desearía que terminaran. Joder, ¿A dónde debo ir para conseguir algo para separarlos?
¿Debo buscar un amuleto?
—Oye, no hagas eso. La cara de Hyung-nim luce más amable en estos días. Está menos enojado y
más generoso.

Magang, que lo estaba escuchando, afiló los dientes. Gruñó, diciendo que era tan generoso que parecía
que le faltaba un tornillo. Extrañaba al chico malo que solía ser. Hace unos días, llamó a Doosan y le dijo
que patrocinara una guardería cercana. También le preguntó qué opinaba sobre crear una fundación de
becas. Los matones de la mafia patrocinando a la gente. Era algo de lo que hasta un perro se reiría.

—Sin importar cuánto lo piense, creo que lo mejor es que terminen esa relación.

—Ten cuidado de que eso llegue a oídos de Hyung-nim.

—No hagas juegos de palabras, idiota.

—Déjalos en paz. Que sean felices. No hay nada en lo que Lee Mongryong nos perjudique
directamente. Más bien su presencia ha sido algo bueno para nosotros. ¿Lo entiendes? Hyung-nim se
siente mejor, entonces ¿no has pensado que tal vez divida en partes el negocio?

Magang pone los ojos en blanco. La palabra ‘negocio’ atrae su mente.

—Además los tres estamos solteros, por lo que podríamos comenzar a construir una relación con
alguien. Me he dado cuenta de eso. Como están las cosas, podemos formar una relación, casarnos y
tener a nuestros propios hijos.

—Bastardo.

Ho se rió y le dio una palmada. Mientras hablaba, le preguntó si quería que le presentara a una mujer.
Como parecía que le agradaba la idea, Magang asintió. En ese momento, escucharon voces viniendo del
segundo piso y observaron como el médico y Doosan bajaban por las escaleras.

HISTORIA EXTRA 1.12

Jeha caminó hacia el dormitorio. Allí, Mongryong estaba acostado en la cama con el trasero medio
destapado. No podía vestirse porque el médico acababa de salir después de examinarlo y aplicarle un
medicamento.

De camino a la casa del Señor Kim, ambos se volvieron locos por un momento, detuvieron el auto y
tuvieron relaciones sexuales. Estaba tan loco, que ni siquiera pensó que una serpiente pudiera arrastrarse
por el capó de su auto.

Mientras Jeha intentaba patearla, la serpiente susurró y rápidamente mordió el trasero de Lee Mongryong.
Entonces, tuvo que sacarle los dientes de las nalgas y lo llevó a urgencias a toda prisa.
Afortunadamente, no era una víbora. Sin embargo, el médico que notó la condición en la que estaban se
quedó un momento sin palabras. Sus ropas estaban desordenadas, y tenían picaduras de mosquitos tanto
en la cara, como en el cuello y los brazos. Además, uno de ellos fue mordido por una serpiente.

¿En donde diablos se metió esta gente para que les pasara esto? Estaba seriamente preocupado de si
debía informar a la policía.

Dejando atrás esa mirada sospechosa, trajo a Mongryong de regreso a casa. Como no estaba seguro de
nada, llamó a su médico por la mañana y escuchó la misma respuesta de su parte. No había ningún
problema. Y entonces, él les preguntó que les había pasado, y ellos se quedaron completamente mudos.

Ni siquiera podían decir con sus propias bocas que estaban follando en la montaña.

Incluso después de que el médico se fue, Mongryong parecía estar muy enojado. Él dijo que Jeha había
permitido que lo mordiera una serpiente. Cuando Jeha se acerca, Mongryong lo mira con el ceño fruncido.

—Vete. No hablaré contigo por un tiempo.

Jeha puso rígido su rostro con una mirada fría.

—No lo hice a propósito. Además te dije que no te movieras.

—No dijiste que había una serpiente, ¿verdad?

—Si te lo hubiera dicho, habrías saltado.

—De todos modos me mordió.

—Fuiste tu quien sugirió que tuviéramos sexo allí en primer lugar.

—Eso no importa. Si fueras como yo, habrías apartado la serpiente con la mano. Antes de que me
mordiera. Pero preferiste sacrificar mi trasero en lugar de que te mordiera una mano.

Jeha se sentó en la cama y miró el culo de Mongryong. Las marcas de dientes en la nalga eran claras pero
no había hinchazón, y como no era venenosa era suficiente con aplicarle pomada. Cuando intenta llevar su
mano allí, Mongryong estira su brazo hacia atrás y lo golpea.

—No lo toques. Mierda.

—No te enojes. Fue solo un mordisco.

—Me siento realmente mal.

—Aguantas bien otras cosas, ¿por qué estás tan triste?

Ante esas palabras, Mongryong le arrojó la almohada que tenía al lado. ¡Nunca eres serio! Jeha lo agarró, lo
volvió a colocar en su lugar y se acostó junto a él. Y luego, apartó el cabello de su frente. Solo es una
caricia, pero la ternura se desborda de sus ojos.

—Supongo que a la serpiente también le gustó tu trasero. Tiene ojos para ver.

Incluso su voz era dulce. Mongryong suavizó un poco su corazón enojado. Sus párpados se bajaron
gradualmente por la mano somnolienta. Por la noche, se había enfurecido tanto que comenzó a maldecir
en el hospital y en la casa, para luego quedarse dormido. La mano que barría su cabeza ahora estaba
masajeando sus hombros y su cuello.
—Duérmete ya. Cuando te levantes la buscaremos para vengarnos.

—… la voy a atrapar, la herviré y me la comeré.

—Eso también está bien.

—… Ajumma lo hace… su Samgyetang es delicioso… .

Cuando llamó al señor Kim y le dijo que era probable que lo hubiera mordido una serpiente, él maldijo y le
gritó que debería ser otra cosa. Sin embargo, le preguntó: ¿en dónde te mordió, estás bien, fuiste al
hospital? Estaba muy preocupado.
Después de posponer la cita del fin de semana, le pidió a Jeha que lo acompañara. Y él felizmente le dijo
que lo haría.

Los párpados de Mongryong ahora estaban completamente cerrados. Un dulce aliento fluye por sus labios
ligeramente abiertos.

Jeha yace cara a cara con una sonrisa en la boca. No podía apartar los ojos de su rostro mientras sostenía
las manos de Mongryong.

La cálida luz del sol brillaba a través de la ventana de la habitación.

HISTORIA EXTRA 1.13

Cuando se despertó, era poco más después del almuerzo. Mongryong se levantó con un rostro contento.
Se puso los pantalones que le llegaban hasta las caderas y miró a su alrededor.

No había visto a Jeha desde que se quedó dormido. Fue al baño, salió de la habitación y revisó la sala, pero
no pudo encontrarlo. Cuando bajó al primer piso, vio a uno de sus subordinados. Cuando le preguntó si
había visto a Jeha, el hombre le respondió que estaba en el anexo. No se olvidó de decirle que ya estaría
haciendo ejercicio.

Le dio las gracias y caminó hacia el final del pasillo. Atravesó el pasaje de conexión y se dirigió hacia el
anexo. Cuando abrió la puerta del primer piso, vio a Jeha corriendo en la cinta de ejercicios. Llevaba puesta
una sudadera y tenía una toalla alrededor del cuello.

Se acercó a él lentamente. Jeha, que sintió ruido, solo movió la cabeza y miró hacia atrás.

—Oh, ¿te acabas de levantar?

—… ¿Haces ejercicio?

—Sí. Creo que mi cuerpo está un poco flojo.

—De acuerdo. Tu cuerpo debe estar flojo. Ya que no pudiste deshacerte de una serpiente, y
permitiste que mordiera el trasero de tu novio.
Jeha se ríe ante su tono sarcástico. Le pregunta cuánto tiempo más va a seguir con el tema de la serpiente,
pero en lugar de responderle, Mongryong estira los brazos hacia arriba y se relaja. Luego estira sus
muñecas y extremidades, se sube a la cinta y presiona el botón de inicio. Entonces, comienza a caminar
lentamente cuando la banda negra empieza a moverse. Jeha lo mira y le pregunta qué está haciendo.

—Yo también haré ejercicio.

—Dijiste que estabas enfermo, ¿ya estás mejor?

—Mejoré cuando me desperté.

Pi, Pi, aumentó la velocidad. Se colocó en posición y comenzó a correr lentamente. A medida que
aumentaba la velocidad e igualaba el ritmo de carrera de Jeha, este lo miró con sospecha.

—¿Correrás conmigo?

—¿Quieres apostar? ¿Quién corre más tiempo?

Ante esas palabras, una burla pasó por la boca de Jeha por un momento. No iba a perder con Mongryong.
Entonces le dijo que aceptaba su apuesta y que iba a actuar conforme a su deseo de ganar.

—Ya he corrido durante 30 minutos.

—Pero yo estoy enfermo.

Jeha se ríe de nuevo de sus palabras. —Bueno. Entonces, Mongryong le dice que no se arrepienta después,
al ver que estaba completamente dispuesto a hacerlo.

—Si gano, te lo pondré en el culo sin condiciones.

Jeha se ríe de esas palabras y dice. —Si yo gano, lo pondré en tu boca toda la noche, solo espera y
verás.

—Lo haré hasta que tu paladar esté completamente roto.

Mongryong se encogió de hombros y le pidió que hiciera lo que quisiera. La sonrisa de triunfo ya persiste
en la boca de Jeha. Tak Tak, Tak Tak, el sonido de sus pasos y sus respiraciones aceleradas hicieron eco en
la habitación vacía.

HISTORIA EXTRA 1.14

Jeha miró fijamente a la ardiente anguila con una cara aterradora. No había comido nada porque
precisamente ese día él había decidido comer anguila. Mongryong que estaba frente a él, sonrió, agarró un
trozo de anguila y la colocó en su cuenco de arroz.

—Debes comer mucho. Seok Jeha.


Jeha se quedó mirándolo fijamente. Su ira estaba a punto de estallar.

—Tú, cómete eso.

Mongryong se ríe a carcajadas cuando ve su expresión asombrada y sus dientes apretados. Era muy
emocionante verlo así, como si estuviera a punto de morir. Inesperadamente, quien duró más tiempo en la
cinta fue Mongryong.

Los dos corrieron aproximadamente unas dos horas. Pero finalmente, Jeha se resbaló y cayó primero de la
cinta. Se había resbalado por el sudor, pero Mongryong le dijo que se había bajado primero y que por lo
tanto, debía admitir su victoria.

—Oh, estoy emocionado. ¿Quieres que use condones? ¿Puedo rociarte un retardante? Quiero ponerlo
dentro de ti toda la noche.

—Ya sea que rocíes o apliques pegamento, hazlo tú mismo.

Al oír la palabra pegamento, Mongryong hizo brillar sus ojos. Jeha puso los ojos en blanco cuando él hizo
una broma poco interesante, sobre lo que pasaría si tuviese que vivir para siempre adherido a él.

Al mismo tiempo, se lleva a la boca a regañadientes la anguila que le había servido Mongryong.
Honestamente, lo que comía no tenía cara de anguila, sino que parecía caca masticada. Mongryong sonrió,
tomó un trozo de anguila y la puso en el cuenco de arroz.

—Debo comer mucho.

Después de eso, su actitud se suavizó un poco y le pidió que se comiera su parte también. Mongryong
asintió, envolvió un trozo de anguila y se lo llevó a la boca.

—Corriste mejor de lo que pensaba.

—Los que vienen de abajo como yo no tienen más remedio que aprender a correr. ¿Y sabes por
qué? Porque tenemos muchas cosas de las que debemos huir.

Ante eso, Jeha levantó una esquina de su boca y se rió. De alguna manera, las palabras de Mongryong no
estaban equivocadas. ¿Acaso no has escapado de mis propias manos varias veces?

—En cambio, es raro que los chicos como tú que solo viven como jefes suden. Porque tus
subordinados hacen todo por ti. ¿No es así?

Mongryong arma un envoltorio lo más grande que puede y se lo entrega a Jeha. Entonces le dice, que si le
parece demasiado grande, debe cortarlo por la mitad y devolverle el resto. —Ahora, cómetelo. Jeha
frunció el ceño levemente, tomó el envoltorio y se lo llevó a la boca. Después de mover la mandíbula para
masticar, lleva la anguila restante al cuenco de Mongryong.

—¿Te gustaría beber una cerveza?

—No. Ni siquiera lo sueñes. Si bebes de nuevo, realmente te sellaré la boca.

—Ok. Te lo advierto. Para Jeha era muy difícil hacerse cargo de él en ese estado. Pero cuando vio su
rostro persistente, sintió un leve escalofrío en la espalda. No estaba seguro de la razón, pero ver la obvia
afición de Lee Mongryong le preocupó.
Como a menudo hace cosas extrañas, no tenía idea de lo que estaba pensando. Su ansiedad no hizo más
que crecer, al recordar que hoy debía dormir con él en el apartamento.

HISTORIA EXTRA 1.15

La cara de Jeha se puso blanca como un papel. Fue bueno venir al apartamento después de cenar. Pero
ahora estaba preocupado de que Lee Mongryong le pidiera su trasero. Sin embargo, tan pronto como
llegaron al apartamento, no pudo cerrar la boca al ver lo que Mongryong le mostró.

—Seguramente… ¿No?

—¿Por qué no?

—Prefiero largarme de aquí.

—No. ¿No te gusta esto?

Lee Mong-ryong sacudió la ropa rosa para perros que tenía en la mano. Jeha apretó los dientes y masculló
en silencio. Debió haberlo sabido desde el momento en que Lee Mongryong pidió comer anguila en el
restaurante.

—No.

—Dijiste que harías lo que te pidiera.

—Pídeme algo más.

—No te niegues, úsalo.

—Ya te dije que no.

—Por favor úsalo, por favor.

Mongryong junta las manos y baja las cejas. La cara de Jeha se volvió más oscura cuando notó que estaba
intentando actuar de manera linda pero sin ninguna gracia. Sin importar como fuera, era absurdo que lo
obligara a ponerse eso.

Lee Mongryong trató de convencerlo de alguna manera, pero sus intentos no funcionaron.

—Te gustaría que lo usáramos juntos. ¿Cómo pareja?

—No.

Entonces caminó hacia Jeha que estaba en el sofá y se sentó sobre sus piernas. Cuando Jeha trata de
apartarlo, se coloca frente a él, y le abraza el cuello con fuerza.

—Solo una vez, ¿sí?

—Pervertido.
—Ah, por favor. Si usas esto, no creo que tenga deseos de hacer nada.

—Cállate.

—De verdad. ¿Mañana iremos al hospital? Si me dices que me someta a un tratamiento, lo haré.
También tomaré medicamentos.

Jeha se detuvo ante eso. Apartó el brazo envuelto alrededor de su cuello e hizo contacto visual. En el rostro
de Mongryong se leía su sinceridad, y sus deseos de que se pusiera eso. Suspiró y levantó la mirada.

—¿Realmente aceptarás tomar medicamentos?

—Por supuesto. Asintió Mongryong. Jeha parecía resignado. Mañana regresarían al hospital y le
preocupaba mucho la reacción de Lee Mongryong si le decían que debía recibir tratamiento.

Prefería que estuviera dispuesto a hacerlo. Si esto era una oportunidad, debía aprovecharla. Asintió a
regañadientes. —Bueno. La usaré. —Una amplia sonrisa se extiende por la boca de Mongryong quien
había estado un poco acongojado hasta el momento. Jeha le lanzó una advertencia mientras lo señalaba
con el dedo.

—Sin embargo, esta será la única vez que lo haré.

—Bueno.

Cuando Jeha se rindió por completo al escuchar que lo entendía, Mongryong se bajó de su regazo muy
emocionado. Luego agarró su mano y lo guió al dormitorio. Era como una vaca arrastrándose al matadero.

La diadema de orejas rosas que sostenía Mongryong temblaba en sus manos.

Y después de entrar a la habitación, Jeha se colocó la diadema. Fue realmente un espectáculo porque las
orejas rosadas no concordaban con su cara fría. Mongryong trató con todas sus fuerzas de contener la risa,
pero no pudo evitarlo.

Como era un conjunto que requería estar desnudo, rápidamente le quitó la camisa. A medida que se abrían
los botones, se revelaban sus músculos fuertes. Le acarició la piel con la palma de la mano y luego le quitó
completamente la camisa.

Mientras deja que la camisa caiga en el suelo e intenta colocarle el collar, Jeha da un paso atrás y frunce el
ceño.

—No. Solo usaré la diadema.

Mongryong hizo un puchero. Jeha vuelve a negarse. Como no parecía poder convencerlo, al final
Mongryong se dio por vencido diciendo que lo sabía. Luego sacó su teléfono de su bolsillo trasero. Cuando
Jeha se preguntó que estaba haciendo, encendió la cámara.

—¿Qué estás haciendo?

—Te tomaré una foto de verificación.

—Te mataré.

—¿No?

—No.
Mongryong suspira y murmura, bajando los hombros. —Y eso que acepté recibir tratamiento. — Jeha,
que estaba preocupado, le arrebató el collar que sostenía en las manos y se lo puso alrededor del cuello. —
¿De acuerdo? Pero odio las fotos.

Mongryong apenas puede contener su risa, entonces tira de su brazo y lo guía hacia la cama. Entonces, lo
hace recostarse boca arriba y le estira ambos brazos hacia arriba. Tomó una cuerda y trató de atarlo a
ambos lados de la cama, pero Jeha se levanta de un salto.

Mongryong se sienta sobre él y empuja su pecho.

—No te levantes.

—¿Qué estás haciendo?

—Este tipo de cosas me excitan.

—¿No estás satisfecho con lo que hiciste ayer en el bosque?

—Todo se arruinó cuando me mordió esa serpiente.

Jeha ahora estaba casi desesperado. Sin embargo, pensó que era bueno que no lo hubiera obligado a
ponerse la ropa interior con cola.

Pero contrario a sus expectativas, después de atarle las manos, se acostó tranquilamente a su lado. Luego
lo rodeó con sus brazos y piernas y cerró los ojos. Jeha se volvió y lo miró fijamente.

—¿Qué estás haciendo?

—No creo que sea malo que nos quedemos así.

Jeha arrugó las cejas. Lo había amarrado toscamente, así que pensó que le sería fácil liberarse. Le dijo que
lo soltara si iba a dormirse, pero Mongryong ya había cerrado los ojos. La voz que le dice ‘espera un poco y
luego te soltaré’, estaba llena de sueño.

—Ja, si como no. — Jeha movió sus brazos. Su brazo derecho se liberó primero del nudo. Y después de
soltar el brazo izquierdo, lo apoyó debajo de la cabeza de Mongryong.

Mongryong se hunde en sus brazos mientras duerme. Su cabello rosado le hizo cosquillas en la barbilla.
Pensó que era como un cachorro, así que sonrió sin darse cuenta. Era un hermoso cachorrito.

Se quitó las orejas rosas que llevaba en la cabeza y las puso sobre la cabeza de Mongryong. Después de
todo, pensó que a él le quedaban mejor.

Supuso que estaba cansado después de correr una maratón en la cinta. Admiró silenciosamente su cara
dormida. Tenía picaduras de mosquitos por todas partes. Como dormía con los labios entre abiertos se veía
bastante adorable.

Al tocar su mejilla con las yemas de sus dedos, arrugó la frente. Sonrió levemente y lo abrazó con fuerza.
Entonces, superpuso sus piernas, se mantuvo en esa posición y se quedó dormido sin darse cuenta.
HISTORIA EXTRA 1.16

Mongryong se rascó la cabeza. Junto a él, Jeha estaba sentado con una expresión de incredulidad. Una
doctora de unos cuarenta y cinco años con impecables gafas de montura plateada y un bolígrafo entre los
dedos, hablaba con una voz tan alegre como su triste expresión.
Debería ser agotador tratar con personas con mentes extrañas, pero ella no mostraba ningún signo de
estar abrumada.
—¿Entonces no necesita tomar medicamentos? ¿Eso es lo que quiere decir?
Cuando Jeha pregunta, ella sonríe ampliamente.
—Sí. En el caso de Lee Mongryong, la prueba mostró que su nivel de estrés es muy bajo y su
autoestima alta. Tiene un fuerte ego, pero no creo que sea un problema.
Mongryong asintió. —Así es. Ves, ¿qué te dije? Estoy bien.
—No creo que sea así.
Ante la sospechosa afirmación de Jeha, la doctora levanta las gafas que se le han resbalado hasta la punta
de la nariz. Más bien… . El final de sus palabras es confuso y parecía preocupada por un momento mientras
revisaba los documentos. Su mirada se eleva lentamente y se concentra en Jeha.
—Seok Jeha tiene un alto nivel de estrés. ¿Por qué?
Quizás es por este chico que está sentado a mi lado. Jeha apretó los dientes y miró al sonriente
Mongryong. Él le sonreía alegremente como si no pudiera contenerse.
Estaba un poco arrepentido de haber aceptado ponerse la diadema y el collar de perro como excusa para
que aceptara tomar la medicación. La doctora volvió a mirar los resultados de las pruebas y dijo que tenía
un ligero trastorno de control de ira. Ante eso, Mongryong se sorprendió y dijo: —¡Tiene razón!
Jeha apretó el puño debajo del escritorio. A Mongryong no le importó y se quejó como una esposa que
maldice a su marido.
—¡Cada vez que se enfurece me mete en el maletero! ¡También me disparó con un arma la última
vez!
Ante eso la boca de la doctora se abre de la impresión. —Oh, Dios mío. ¿De verdad? — Volvió su cabeza y
le preguntó si realmente hacía eso mientras miraba a Mongryong. Jeha la miraba con furia y ella se
sorprendió al verlo apretar los dientes. Ahora le preocupaba si debía reportar el caso a la policía y no el
tratamiento.
—¿No está mal la prueba?
—Puedo hacerla de nuevo si quieres, pero la primera prueba que hice es la más precisa.
Jeha cerró la boca con fuerza. Eso no podía ser verdad. Él siempre andaba haciendo locuras, pero al parecer
eso era normal. En su lugar, su nivel de estrés era bajo y su ego muy fuerte. ¿Y eso qué? Mientras su ira
aumenta, la doctora le habla.
—Seok Jeha, creo que lo mejor para usted es que reciba asesoría mientras toma medicamentos.
¡Bang! Jeha se puso de pie cuando golpeó el escritorio. Tanto Mongryong como la doctora los miraron con
caras de sorpresa. Mongryong movió su boca hacia la doctora. ‘Lo ve. Qué le dije. Es porque no puede
controlar su ira.’ La doctora gime con tristeza expresando su convencimiento.
Jeha le dio la espalda a Mongryong y luego salió de la oficina. Y en ese momento, la doctora escribió en el
cuadro de abajo, ‘Debe ser tratado con medicación.’
HISTORIA EXTRA 1.17

Cuando salió del hospital, el sol se estaba poniendo. Se sentó en un banco en un parque cercano y
Mongryong fue a hacer algo en otra parte.

Sacó un cigarrillo del bolsillo y trató de encenderlo, pero un niño que pasaba se quedó mirándolo y frunció
el ceño. Y entonces le gritó a su madre que un tío estaba fumando.

Una mujer que parece ser su madre lo mira con el ceño fruncido y desaparece de su vista como si huyera
con el niño. Jeha los miró con desdén.

Por fin pudo contactarse con Doosan para informarle sobre el trabajo. Tan pronto como recibió el informe,
le preguntó con una voz enojada.

—Jefe Baek. ¿De verdad conocías bien el hospital?

[¿Perdón?]

—El hospital a donde llevé a Lee Mongryong.

[Sí. Tiene muy buenas referencias según los rumores… ¿Por qué lo pregunta?]

—Sin importar cuánto lo piense, esa doctora me parece una charlatana. No, definitivamente es una
charlatana.

Se escuchó la voz avergonzada de Doosan desde el otro lado. Le repitió varias veces que había comprobado
cuidadosamente las referencias del hospital. Jeha le dice que lo entiende, le dice que hablará con él más
tarde y cuelga.

Y de repente Lee Mongryong, que había desaparecido hace un momento, se asoma desde lejos. Sostenía
algo con ambas manos. De cerca, pudo notar que eran latas de soda. Como el clima era caluroso, pensó que
las había comprado en una tienda cercana. Toma una, abre la tapa y se la entrega a Jeha. Él la acepta después
de echarle un vistazo.

Luego se sienta junto a Jeha. Estaba anocheciendo, así que sintió que viviría después de que el sol se hubiera
puesto. Se sentía mejor bajo la sombra del árbol. Soplaba una brisa fresca. El sol al final de la montaña estaba
desapareciendo, reluciendo como sangre roja.

—¿Tienes que regresar a la empresa?

—No. Voy a tomarme un descanso hoy.

—Ayer también te tomaste un día libre. ¿No te despedirán si dejas tu puesto a menudo?
—¿Quién se atrevería a quitarme mi puesto?

Hubo una omisión audaz. Mongryong se rió. Luego de beber el último trago, tiró la lata al cubo de basura
de hierro que estaba al lado. Acertó con facilidad. Y luego alzó las manos como si hubiera metido un gol.

Jeha lo miró. Ahora que lo piensa, en los últimos días veía a Lee Mongryong sonriendo con mayor frecuencia.
¿Era así antes? Mientras piensa detenidamente, Mongryong le pellizca el trasero.

Pero antes de que Jeha pudiera decirle algo, él inclinó su cabeza hacia su hombro.

—Aléjate. Hueles a sudor.

Ante esas palabras, Mongryong se ríe. Jeha bebió la bebida que le dio Mongryong. Puede sentir una
sensación de frescor en la boca.

—Pensé que estaría bien tener una relación normal contigo antes.

—¿Lo hiciste?

Trató de sonar casual preguntando si ese era el caso, pero al final no pudo evitar que una sonrisa se dibujara
en su boca. Él había pensado lo mismo. No se molestó en decir que fue hace solo unos meses.

—Realmente no sabía que lo lograría.

—¿Tener un novio que deja que te muerda una serpiente y te obliga a usar un collar?

—Debería agregar que me llevó a un hospital psiquiátrico.

Después de un momento de silencio, los dos rieron al mismo con un sonido atronador. Jeha despeinó
suavemente la cabeza de Mongryong, quien se apoyaba en él con el brazo en su espalda. Su mano se sentía
suave. Mongryong apoya la cabeza en el hombro de Jeha.

—Es genial. Poder sentarse aquí y ver la puesta de sol. Esto no está mal.

Pronto cambia de postura, ocupa el muslo de Jeha y se tumba cuan largo es en el banco. Mientras sus piernas
sobresalen del banco, se inclina y mira a Jeha.

—Oh, que bueno.

—Levántate. Te volverás a dormir.

—Últimamente he estado durmiendo mucho.

—Cualquiera podría pensar que estás embarazado.

—Ojalá pudiera ser posible.

—No digas cosas terribles.


—¿Por qué no?

—Alguien que se parezca a ti y a mi… ¿Podrías manejarlo?

La quietud fluye de nuevo y, al mismo tiempo, su rostro se arruga. Cuando Jeha le dice que piense en eso,
Mongryong le responde que no sería tan malo si solo se parece a él. Jeha se bebió el resto de la bebida que
le dio Mongryong y tiró la lata a la basura.

Mongryong, que estaba mirando al cielo, comienza a hablar después de un rato.

—Jeha, yo no dormía bien antes.

—¿Por qué?

—Siempre estaba ansioso y me sentía perseguido por algo. Supongo que siempre fue así.

Jeha escuchó en silencio la historia de Mongryong. Mientras cepillaba su cabello, se reveló su frente recta y
hermosa. Si no fuera porque estaban a la vista de todos, lo habría besado.

—Pero tal vez sea porque me siento a gusto estos días, que me quedo dormido sin pensar en nada.

—¿Te sientes cómodo?

Mongryong asintió levemente. —Sí. — Jeha pensó que era un gran problema. De todos modos, la situación
en la se encontraban distaba mucho de ser cómoda.

A pesar de que el Presidente Seok tenía el corazón roto, también tenía los ojos bien abiertos, e incluso si no
hacía nada, había muchos obstáculos entre los dos. Pero estaba cómodo. Pensó que no sabía nada de él.

Mongryong extendió la mano y tocó suavemente la barbilla de Jeha, como si supiera cómo se sentía.

—Nunca pensé en la vida que fuera algo bueno haber nacido ... aún lo siento estos días. Sin embargo,
estoy contento de haber sobrevivido.

Jeha se rió de eso.

—Eso es un alivio.

—Gracias a ti.

—Entonces, ¿no deberíamos mejorar un poco?

—Bueno. Lo haré bien de ahora en adelante.

—Supongo que alguien te inyectó en secreto en el hospital antes. Lee Mongryong se volvió bueno.
Sus palabras conmovieron el corazón de Mong-ryong y se echó a reír. Jeha miró la puesta de sol. Nunca
pensó en la vida que el color del sol al ocaso era hermoso, pero ahora lo era.

Tuvo el presentimiento de que continuaría haciéndolo. Por alguien que siempre se metía en problemas todos
los días.

La calidez que tocaba su barbilla se aparta. Pensó que escuchó a Mongryong llamarlo tardíamente: ‘Jeha, yo
también te amo.’

Jeha inclinó la cabeza con sorpresa. Cuando vio a Mongryong, notó que estaba quieto, como si lo hubiera
dicho con los ojos cerrados.

—... ¿Qué dijiste?

Si está durmiendo o fingiendo estar durmiendo, no lo sabe. Arruga la frente y grita su nombre, pero no hay
respuesta. Mirando su cara, solo puede ver una sonrisa. Supuso que Lee Mongryong solo estaba conteniendo
su risa.

Pero cuando le dijo: ‘Yo también’, la boca de Mongryong, que había estado cerrada en línea recta, se deslizó
hacia arriba. Y el cielo de colores brillantes se posó lentamente sobre sus cabezas.

HISTORIA PARALELA 2. AÚN ASÍ SON... . PARTE 1

Mong-ryong agarró una pala y comenzó a recoger estiércol de vaca. Era una pésima idea palear mientras
sentía ese horrible olor a mierda en pleno verano, pero el señor Kim no se cansaba de regañarlo con las
muletas a un lado.

—Oye, ni siquiera limpiaste. ¡No, allí no, al lado!

Mientras juraba, Mongryong recogió el estiércol con la pala y lo amontonó en el carro. Tuvo una semana
de vacaciones de verano, pero terminó quedándose solo porque Seok Jeha se fue a Japón. Doosan y
Magang lo acompañaron, así que pensó que lo llevarían también, pero nunca le pidieron que fuera con
ellos.

De alguna manera se sintió triste, pero luego le informaron a través de Ho, que no lo había llevado porque
estaba preocupado por su seguridad. En ese lugar había personas que estaban tras la vida de Jeha, y era
posible que provocara un altercado entre bandos, solo por estar allí sin ninguna razón.

Entonces, decidió visitar un día a Namwon y al día siguiente pasó por la casa del señor Kim. Cuando lo
llamó para saludarlo, no pudo pasar de largo, al escuchar al señor Kim murmurar que una vaca le había
dado una patada en el lomo y eso había causado que se rompiera una pierna, así que le faltaban manos
para que lo ayudaran en la granja.
—Y ahora me está regañando, por favor, ah, demonios. Tengo mierda en los globos oculares. ¡Oh,
Dios mío!

Mongryong dejó la pala que sostenía atascada en una pila de estiércol, se quitó los guantes y se limpió el
ojo con el dorso de la mano. Después de algunos frotamientos, puso su nariz en el dorso de su mano y
olió, y su cara se distorsionó. Por un tiempo, no podría deshacerse del olor a caca de su cuerpo, y pensó
que le encantaría que Seok Jeha lo oliera cuando regresara y tuviera sexo con él.

—Mira, hazlo así. La mierda te salpica porque no lo haces bien.

—¿Le doy una patada a la vaca?

—¡¿Qué?, bastardo!

Entonces le dijo que limpiara el estiércol rápidamente pero Mongryong simplemente pateó el carro. —No
lo haré, puedes contratar a otros o hacerlo tú mismo.

—Traté de ayudarle de buen corazón, pero no deja de tratarme como un perro.

—¿Y crees que el dinero es gratis, amigo?

—¿Dinero? ¿Qué dinero?

—Vaya, veo que olvidaste que te di una indemnización por despido. ¡Eso fue más que suficiente!

Mong-ryong recordó que pasó por su casa el año pasado justo antes de huir al campo después de
vengarse del presidente Seok. En ese momento, Kim le dio un sobre grueso, diciendo que era una
indemnización por despido y se lo metió en el bolsillo. Después de recibirlo, se emocionó tanto que
lloró. —Oh, Dios mío, entonces es eso.

—Vaya, eso es realmente muy desagradable. ¿Quién te lo pidió?

—De todos modos lo recibiste, amigo.

—Oh, eres tan tacaño. Te lo devolveré.

—¿Qué demonios acabas de decir? No hagas eso. Solo límpialo rápido. No puedo limpiarlo yo mismo
porque me duelen las piernas.

Kim agarra sus muletas y camina hacia la casa a trompicones. Mongryong miró hacia atrás. Aunque quería
irse de inmediato, se sintió incómodo al ver al señor Kim cojeando. Además, la persona que solía trabajar
allí, estaría de vacaciones hasta mañana.

Cuando le preguntó por qué le había dado vacaciones, le dijo que si discriminaba a los extranjeros, no
podría contratarlos. Mongryong refunfuñó: —No sé por qué una persona que valora tanto a la gente
me hace esto solo a mí.

Con un profundo suspiro, volvió a coger los guantes, sacó la pala que había quedado atascada en el
montón de estiércol y empezó a recoger la mierda del suelo. La vaca de un lado bramó, y cuando empacó
una pila de estiércol, Mongryong dijo algo sin darse cuenta.

—¡Ah, mierda! ¡Que sucio y despreciable es ese viejo!


HISTORIA PARALELA 2. AÚN ASÍ SON... . PARTE 2

Mongryong entró a la casa después de bañarse afuera y descubrió que había mucha comida sobre la mesa.
La esposa del señor Kim, que se fue temprano en la mañana para ir a la casa de sus padres, al enterarse de
que Mongryong había llegado, se apresuró a ir de compras y regresó a casa incluso antes del atardecer.

Cuando vio a Mongryong trabajando, se sorprendió y le preguntó al señor Kim si la persona que había
contratado, no había venido. Cuando Mongryong le preguntó a qué se refería, ella le dijo que habían
decidido contratar a un jornalero por unos días, porque el empleado estaba de vacaciones. El señor Kim,
que estaba escuchando, se sintió avergonzado.

—Bueno, llámalo. Si está aquí. Podemos invitarlo a comer.

—¡Vaya! —. Mong-ryong miró a Kim con una expresión de desconcierto en su rostro. —¿Entonces tenías
a alguien aquí para trabajar, pero aun así me obligaste a hacerlo? —. El señor Kim le respondió que no
sabía de qué diablos estaba hablando, y Mongryong lo miró a la cara, pero él evitó sus ojos.

—Oye, realmente no debiste hacer eso.

—Te di dinero, hombre.

—¡Eso no es una excusa!

Entonces le dijo que lo olvidara y que mejor comiera. Después de que los labios de Mongryong se
torcieron, colgó la toalla que había usado para secarse el cabello en el tendedero, y volvió a la normalidad.
Su boca estaba muy abierta cuando llegó vio el banquete por sí mismo. Comenzando con un Samgyetang
con abulón, en la mesa había costillas estofadas, japchae, entre muchas otras cosas.

—Vaya, ¿qué estamos conmemorando hoy?

—Este bastardo cree que si hay mucha comida, definitivamente es un ritual.

—Es porque en los rituales suele haber mucha comida.

—Si no tienes padres, como sabes de rituales. ¿Has estado alguna vez en uno, hombre?

—Maldición, no. Pero estoy seguro de que lo estaré… .

Kim puso el vino de arroz boca abajo, lo mezcló y giró el abridor. Tomó un cuenco y le dio uno a
Mongryong y le habla como si se lo hubiera arrojado.

—Entonces, si muero después, podrás celebrar un servicio conmemorativo.

—¿Estás loco? No me interesa hacer eso. ¿Por qué habría de hacerlo? ¡Ni siquiera somos familia!

—De todos modos, no está mal hablar de eso. ¿Quién te dijo que tenías que ser familia para hacerlo?
A veces la gente visita las tumbas y beben alcohol o lo rocían sobre ellas.
—Está bien, ya sé que no existe una ley para hacerlo, además tampoco sabemos quién va a morir
primero.

Al decir esas palabras, el rostro del señor Kim se oscureció. —Sí, tienes razón. — Y luego, intenta verter
alcohol en su vaso. Cuando vio esa expresión, Mongryong sintió un pinchazo en su corazón. Tomó la
botella de licor y llenó el vaso del señor Kim, pensando que había hablado de más, enfrente de una
persona que había perdido a su hijo.

—Lo siento. Lo que acabo de decir estuvo mal.

El señor Kim arrugó la frente.

—¿Cómo puede este bastardo no tener un término medio? Después de fastidiar a la gente se
disculpa.

—Está bien, aunque no soy un monje, te serviré un trago en tu tumba. Eso servirá para que te libres
de las malas energías.

—Oh, incluso si me convierto en un fantasma, creo que mi presión arterial explotará por tu culpa.

Los dos, que hablaron al mismo tiempo, estallaron en carcajadas. El señor Kim le dijo que dejara de beber
alcohol, pero al mismo tiempo le sirvió un trago. Y Mongryong le dijo que no podía beber porque tenía
que irse. Pero luego de pensarlo un rato, decidió aceptar porque Jeha no estaba. Así que no importaba si se
bebía unos tragos.

La esposa del señor Kim, que había ido a la cocina, regresó cuando Mongryong estaba bebiendo de su
vaso. Al verla, Mongryong se levantó, se puso los zapatos y recibió la bandeja que ella sostenía. Mientras se
sentaba, ella le entregó un cuenco a Mongryong y al señor Kim, y les dijo que el arroz estaba retrasado.

Luego, con un cucharón, le sirvió la sopa y el abulón en un tazón grande, cortó las patas de pollo y se las
dio primero a Mongryong. Al ver la escena, el señor Kim chasquea la lengua y dice: —Sírveme la comida.
—. Y tan pronto como terminó de hablar, Mongryong avergonzado, tomó su pata de pollo y la colocó en el
cuenco de arroz del señor Kim.

Los ojos del señor Kim se abrieron cuando lo vio.

—¿Qué estás haciendo?

—Come primero. Para que tus piernas sanen rápidamente.

—Debe estar loco. Estás haciendo lo que nunca has hecho antes.

Kim volvió a poner la pata de pollo en el cuenco de Mongryong. Entonces, le pidió que se la comiera,
porque era muy saludable ya que era un pollo local alimentado con azufre. Mongryong quería devolvérsela,
pero la esposa del señor Kim sonrió y le dijo que se la comiera rápido.

—Gracias por la comida. —. Mongryong inclina la cabeza, levanta la pierna de pollo y sus ojos se abren
ligeramente. Fue porque notó que el ginseng en el cuenco estaba muy diluido. El ginseng era algo muy
especial.

—¿Por qué soy el único que tiene ginseng?

—Oh, lo notaste.
—Es ginseng silvestre, bastardo.

—Oh, ginseng silvestre. Silvestre ... ¿Qué?

Cuando Mongryong la miró con una expresión de incredulidad, el señor Kim se quejó diciendo que debía
ponerle una campañilla a su esposa. Y le preguntó: —¿Sabes cómo distinguir el ginseng normal del
ginseng silvestre? La esposa de Kim sonrió y le respondió.

—Un amigo tuyo me dio esta raíz de ginseng, y dijo que la encontró en las montañas. Es ginseng
totalmente natural.

Mongryong miró alternativamente las caras de la señora Kim y el señor Kim con una expresión de
asombro. —¿No es caro si es silvestre?

—Dámelo si no te lo vas a comer, amigo. Me lo comeré yo mismo.

Cuando fingió quitárselo con los palillos, Mongryong rápidamente lo levantó con la mano y se lo llevó a la
boca. —Gracias por la comida. — El señor Kim se rió al verlo. —Lo hiciste de todas maneras. Maldito
seas.

—Bebe la sopa también. Tienes que comer bien para soportar el calor del verano.

—Si. —. Mong-ryong se rió y mordió la pata de pollo. Como era un pollo local, la carne se arrancaba
suavemente, a pesar de haber estado mucho tiempo en la sopa. Al señor Kim también le sirvieron un
cuenco de sopa y comenzó a beberlo.

—Oh, Dios.

—¿Qué te parece? ¿Es delicioso?

Preguntó la esposa del señor Kim. Mongryong sonrió y levantó sus dos pulgares. Entonces, ella sonrió
alegremente, y le dio a Mongryong el resto de su abulón.

—Oye, deberías ocuparte de tu marido.

—A ti no te gusta el abulón.

—¿Quieres el mío?

—No gracias, hombre. Come todo lo que quieras.

—Eres un quisquilloso.

Cuando Mongryong sonrió, el señor Kim frunció los labios con una cara de desaprobación. En ese
momento, Mongryong se levanta de la mesa como si hubiera recordado algo y se pone los zapatos.
Cuando el señor Kim le preguntó a dónde iba, él le dijo que esperara un momento y corrió hacia su auto.

—Oye, estás loco. Puedes hacer eso después de comer… .

Cuando el señor Kim chasqueó la lengua al ver a Mongryong corriendo hacia su auto, su esposa lo toca
para que se detenga.

—¿Por qué eres tan malo? Si sigues tratándolo mal, después no va a querer volver.

—Si dice que no quiere venir, no me importa, ¿eh? ¿Crees que me voy a arrepentir por eso?
La esposa del señor Kim abrió mucho los ojos ante su comentario.

—¿Entonces para qué le dijiste que viniera?

Como el señor Kim no tuvo nada que decir, se quedó mirando las montañas distantes. Mongryong, que
regresaba del auto en ese momento, corría con algo en la mano. Era una bolsa de compras, pero cuando
Kim la vio, tuvo un terrible presentimiento.

Mongryong, que se comportaba como de costumbre, se quitó los zapatos, se acercó y le entregó la bolsa a
la esposa del señor Kim.

—Tome.

La esposa del señor Kim aceptó la bolsa con una mirada perpleja y miró lo que había adentro. Su rostro
pronto se iluminó como una flor mientras sacaba el contenido. Era una camiseta rosa. El rostro de Kim se
distorsionó ligeramente cuando la vio.

—Oh, Dios mío. Mira esto, cariño. El color es tan hermoso.

—… .

La esposa de Kim sonrió y abrió la camiseta. A ella originalmente no le gustaba mucho el color rosa, pero
en los últimos tiempos, sus gustos habían cambiado. Probablemente fue desde el invierno pasado, cuando
Mongryong le regaló por primera vez ropa de color rosa.

—Es tan bonita, ¿verdad?

El señor Kim no respondió y se limitó a mirarla con el ceño fruncido. Mongryong miró al señor Kim y le
preguntó sin pensar.

—¿No te gusta?

—Bastardo. Lo haces a propósito. Siempre compras ropa del mismo color de tu cabeza. ¿Cómo
puedes siempre…?

—Escuché que tendrían una reunión de pareja la semana que viene. Sería bueno que la usaran juntos
entonces.

—¡Me lo pondría si fuera como tú, hombre!

La esposa del señor Kim interviene al escuchar su comentario.

—Tú, deberías ser sincero. Desde el año pasado hasta esta primavera, usaste la ropa que él te regaló
todo el tiempo hasta que le salieron agujeros… .

Con cara de vergüenza, el señor Kim se enoja y dice: —¿Cuándo hice eso?

—Bueno, entonces no deberías decir nada…Durante los primeros días la guardaste en el armario sin
usarla y después que la sacaste, te la pusiste todos los días. ¿Entonces por qué te quejas de la ropa?

Y al parecer, cuando le salieron agujeros, prefirió doblarla y guardarla en el armario en lugar de botarla. Era
la primera vez que Mongryong escuchaba esa historia. Lo había visto usarla varias veces, pero no sabía
cuánto tiempo lo había hecho. Sonrió deliberadamente porque eso lo hizo sentir muy emocionado.

—No te rías, hombre.


—No, es que eres increíble, eres muy gracioso. ¿Por qué eres tan gruñón? ¿Eres tsundere o qué?

—¿Qué, qué?

—Esa palabra existe.

—Eso es una maldición, ¿verdad?

—No, no lo es. De todos modos, usen la ropa en pareja el fin de semana.

— Siempre estoy muy ocupado, ¿Por qué voy a salir a una cita?

— Si estás realmente ocupado, deberías trabajar.

—Oh, está bien. Prefiero dejar que el empleado lo haga.

— Ve a comer algo delicioso y ten una cita. Honestamente, si mi esposa luciera tan bien como la
tuya, la habría llevado a pasear para presumir en el vecindario. No solo la mantendría oliendo
estiércol de vaca.

Ante eso, la esposa del señor Kim se rió y le dio las gracias. El señor Kim los miró cortésmente y
comenzaron a reírse juntos. Notó que desde hace un tiempo, su esposa sonreía cada vez más. Se
preguntaba si era gracias a la influencia de Mongryong. Lo mismo le estaba sucediendo a él.

Después de comer, el señor Kim le pidió a Mongryong que no se fuera porque ya era muy tarde. Y aunque
el señor Kim estuvo tentado a dejarlo ir, siguió persuadiéndolo hasta que por fin Mongryong aceptó
quedarse.

Y cuando el señor Kim se emborrachó, interpretó canciones desconocidas y Mongryong batió las cucharas
a su ritmo. La esposa del señor Kim les tomó fotos con su celular, y se quedaron celebrando hasta muy
tarde.

HISTORIA PARALELA 2. AÚN ASÍ SON... . PARTE 3

Mongryong ayudó en la granja durante dos días y luego, regresó a casa. Todo su cuerpo estaba adolorido,
pero extrañamente se sentía feliz. Cuando estaba a punto de marcharse, el señor Kim le entregó un sobre,
diciéndole que él era parte de su equipo, y cuando Mongryong revisó el contenido, se dio cuenta que en el
interior había mucho dinero.

Justo antes de irse, tiró el sobre en secreto al lado del sofá, y de camino a casa, recibió una llamada
telefónica del señor Kim, quien estaba furioso y le pedía que volviera. Mongryong ni siquiera fingió
escucharlo, pero cuando el señor Kim le preguntó cuando regresaría a visitarlo de nuevo, se sintió
extraño. No estaba familiarizado con ese sentimiento, pero no le parecía mal, que otra persona esperara
por su regreso además de su hermana.
Después de lavarse todo su cuerpo, en el baño adjunto a la sala de estar, se secó el cabello con una toalla y
caminó hacia la cocina. Con una toalla grande envuelta en la cintura, abrió el refrigerador y sacó una
botella agua mineral.

Con la botella en la mano, se acercó al sofá, estiró las piernas hasta la mesa, abrió la tapa de la botella y se
la llevó a la boca. Miró a su alrededor para encontrar el control remoto del televisor, pero en ese momento,
su teléfono celular sonó brevemente.

Al revisarlo, vio que era Seunghyun. Le había enviado un video, y cuando revisó el contenido, descubrió
que era porno gay.

—Bastardo. Por qué me envías algo como esto… Oh, Gracias.

Como Seok Jeha estaba ocupado, no había podido tener sexo durante más de una semana y sentía que su
semen se estaba acumulando y pudriéndose por dentro. Como de todos modos, no iba a poder verlo por
unos días, decidió ocuparse de eso, mientras miraba el video.

Cuando presionó el botón de reproducción, observó a dos hombres jadeando sobre una cama. El pasivo
gemía, pidiendo un empujón más profundo, y el hombre grande a sus espaldas le agarró la cintura y
empujó tan fuerte hasta el punto de hacerlo doblar su cuerpo por la mitad. Mongryong comenzó a
excitarse lentamente, aunque solo estaba mirando.

Entonces, se quitó la toalla, sostuvo su pene y lo frotó de arriba abajo para que empezara a excitarse.
Cuando subió el volumen de su teléfono celular, los gemidos resonaron en la habitación. De todos modos,
toda la gente estaba en el primer piso de la casa, y casi no tenían tiempo de subir al segundo, así que
pensó que no tenía nada de qué preocuparse. Cuando su pene se endureció un poco, se preguntó si debía
exprimir un poco de gel y aplicarlo en sus manos, pero en ese momento su teléfono sonó.

Dios, ¿quién estará llamando en este momento tan crucial? Cuando revisó quien lo llamaba, notó que
era el número de teléfono de Seok Jeha, quien había partido para Japón hace unos días. Sin pensarlo
mucho, apretó el botón de recepción y se llevó el teléfono al oído.

—Oh, eres tú hyung.

[Deja de fanfarronear...]

Mongryong resopló y se rió mientras sostenía su pene. Jeha no lo contactaba en absoluto durante el día,
pero siempre lo llamaba a esa misma hora.

[¿Qué estás haciendo?]

Mongryong se quedó sin habla por un momento. No podía decirle la verdad porque lo había amenazado
con romperle los dedos si se masturbaba una vez más. ¿Por qué harías eso si tienes confianza?

—Yo ... um ... estaba viendo la televisión.

[Parece que estás desocupado.]

Mongryong se centró en la voz de Jeha en el teléfono. Se lamió el labio inferior al escuchar que su voz
sonaba más suave y húmeda de lo habitual.

—¿Bebiste?
[Un poco.]

—De alguna manera tu voz suena un poco diferente.

[¿Eso crees?]

—Sí, suena diferente.

Trató de decirle que su voz era su favorita, pero se contuvo. Hace unos días que no lo veía y lo extrañaba
mucho. Al pensar en él, un líquido claro empezó a salir de su pene. Movió las manos un poco más rápido y
su cintura se sacudió. Mantuvo la boca cerrada y se contuvo, cuando estuvo a punto de gemir. Jeha, que
estaba escuchando desde el otro lado, le preguntó por qué estaba tan callado.

—Ja. No, no es nada. Di cualquier cosa.

[¿Qué?]

—No te detengas, di algo, más ... por favor.

[¿Por qué?]

—Es que ... .

Mongryong cerró los ojos con fuerza y exhaló un breve suspiro. Estiró la lengua y giró el cuerpo mientras
se chupaba los labios y abría las piernas en el sofá. Un gemido bajo emanó hacia el auricular en su oído.

—Rápido ... Jeha ... ¿Sí?

[Bastardo… .]

—…Ahhh… .

[Si no quieres morir, quítate las manos de encima.]

Sí, si no quieres morir ... ¿Eh? —. Mongryong abrió los ojos y miró hacia el techo. Lo había notado desde
antes, pero en ese momento pudo sentir la voz de Jeha desde algún lugar cercano. De repente sintió un
escalofrío a sus espaldas. Casi gritó cuando saltó de su asiento. Porque en ese momento, Jeha estaba
saliendo del dormitorio.

—¡Ahhh! ¡¿Qué haces?! ¿Por qué sales de allí?

Había una expresión de desaprobación en el rostro de Jeha. Se sintió mal por no haber comprobado si
había alguien en la casa, pero lo que más le molestó fue… .

—No pudiste soportarlo. Parece que estás muy impaciente.

—Oh, me sorprendiste.

—Solo pasé a verte por un minuto porque mi horario se retrasó, y lo que te encuentro haciendo
es ... .

—Jajaja ... .

—Un espectáculo ... .


—Oh, no. Maldición. —. Mongryong se sintió resentido con Ho, quien estaba en el primer piso.
Obviamente él sabía que Seok Jeha había regresado, pero no le había dicho ni una palabra de eso. Si le
hubiera dicho algo, no habría tenido que enfrentar una situación tan vergonzosa. Al ver la expresión fría de
Jeha, levantó la barbilla con firmeza y le hizo una pregunta.

—Oye, no estaba con otro chico, estaba hablando contigo por teléfono, entonces ¡¿Cuál es el
problema?! ¡¿Por qué te molestas?!

—Si hubieras hablado con otro en mi lugar, tal vez hubieras hecho lo mismo con esa persona.

—¿Por qué llegas a esos extremos?

—Porque así es como lo veo.

Mongryong recogió la toalla que había tirado a un lado y se la volvió a poner alrededor de la cintura. Jeha,
que estaba mirando su figura, comenzó a desatar su corbata. Mientras mueve sus dedos y comienza a
desabrochar los botones de su camisa, Mongryong que estaba tratando de cambiarse de ropa, lo mira
fijamente.

—¿Qué haces?

—¿Acaso no quieres hacerlo?

Mongryong sonríe con la toalla envuelta alrededor de su cintura. Cuando Jeha lo llamó con el dedo, se
acercó y se arrodilló frente a él y puso su mano en sus pantalones. Entonces, movió sus manos
afanosamente, desabrochó su cinturón, le bajó la cremallera y los calzoncillos con la mano.

Y antes de que se diera cuenta, los genitales hinchados de Jeha se desbordaron. Desde que salió de la
habitación y vio a Lee Mongryong jadeando por sus propias manos, Jeha ya estaba en el cielo. Mongryong
le acarició el pene suavemente con la mano y lamió la base con la lengua.

Y como no pudo metérselo en la boca, Jeha le agarró la barbilla y se lo acomodó él mismo. Mongryong
abrió los ojos y lo fulminó con la mirada, pero a él no le importó, y siguió moviendo la cintura hacia
adelante y hacia atrás mientras excavaba la membrana mucosa de su boca.

Y cuando Jeha se impulsa hasta el fondo de su garganta, Mongryong intenta apartarse empujando sus
muslos. Pero en lugar de detenerse, Jeha siguió empujando su miembro hasta la parte más profunda de su
garganta, haciendo que Mongryong sintiera náuseas. Al verlo, Jeha le suelta la cabeza y comienza a mover
la cintura sin piedad.

Los ojos de Mongryong se enrojecieron. Como no podía tragar su saliva correctamente esta se deslizaba de
su boca. Pensó en arrancarle el pene de un mordisco, pero como lo tenía atascado en su interior, no podía
mover la mandíbula.

Jeha apretó los dientes y sacó su pene de improviso, mientras Mongryong comenzaba a toser. Entonces,
Mongryong se limpió la saliva con el dorso de la mano, levantó la cabeza, miró el pene e intentó morderlo.
Al notar sus intenciones, Jeha levantó las comisuras de su boca y sonrió ferozmente.

—Eso es para que sepas lo que te pasará si vuelves a masturbarte cuando yo no esté.
Mongryong cerró la boca mientras trataba de preguntarle la razón por la cuál no podía masturbarse. Pero
en su lugar, cerró los ojos y sonrió alegremente diciendo que se portaría bien, mientras abría la boca y le
mostraba la lengua.

—Ahora te lo chuparé bien. Vuelve a ponerlo en mi boca.

Sus ojos brillaban. Sus colmillos también. Jeha supo de inmediato que su psicópata rosa, que había estado
tranquilo por un tiempo, estaba a punto de salir a la superficie. Se dio cuenta que tenía intenciones de
morderlo, así que cuando levantó las manos a la altura de los hombros en señal de rendición, Mongryong
hizo un puchero y se puso de pie.

Como había renunciado con facilidad, al parecer ya no sentía ganas de pelear. Mientras Mongryong movía
su mandíbula hormigueante, Jeha se sentó en el sofá, extendió la mano y le pidió que se acercara.
Atendiendo su llamado, Mongryong caminó hacia él y se sentó con las piernas abiertas sobre sus muslos.

—Solo te estoy pidiendo que te sientes a mi lado.

—Me gusta más aquí. Puedo ver tu cara con claridad.

—¿Por qué? ¿Vas a morderme los labios?

—Quien sabe. Tal vez te corte la lengua.

Al ver sus dientes castañeando, Jeha enarcó suavemente una ceja.

Mongryong barrió el flequillo desordenado de Jeha con las manos, sosteniéndole ambas mejillas y
cubriéndole los labios. Jeha abrió tanto la boca que metió la lengua en la boca de Mongryong. Como si
quisiera comérselo. Entonces, extendió las manos hacia su espalda y sostuvo firmemente sus nalgas. Un
gemido se filtró a través de los labios entrelazados.

En esa posición, se bajó los pantalones y los calzoncillos y sacó su pene firmemente erecto. Mongryong,
que estaba lamiéndole la barbilla y las orejas, levantó el trasero, y Jeha agarró su pene tratando de
insertarlo firmemente contra la entrada. El miembro, que estaba entrando poco a poco, de repente
desapareció en su interior hasta sus raíces, entonces Mongryong se mordió el labio inferior y miró a Jeha
gentilmente.

—Ah, joder. Qué lindo es hacerlo después de mucho tiempo, maldita sea.

Jeha toca el pezón de Mongryong con la lengua y lo frota. Mongryong se mueve, frotando las caderas de
un lado a otro con un gemido superficial.

—Um, ¿A qué horas te vas a ir mañana?

—Ah, A las 7:00 am.

—Ugh, ¿Cuándo regresarás?

—Ahhh, en una semana.

Mierda. Este viaje será más largo. ¿Soy una viuda o qué? —. Mongryong frunció el ceño
inconscientemente. Mientras movía su espalda y mantenía una conversación rutinaria al mismo tiempo que
era penetrado, el pene se frotó contra su pared interior y comenzó a sentir mucho placer.
Entonces, apoyó la frente en su hombro y movió la cintura, pero Jeha agarró su trasero con fuerza y lo
levantó. Y mientras sacaba el glande para penetrarlo de nuevo, Mongryong se estremeció y gimió.

—Oh, Ahhh.

—Ah, Lee Mongryong, mírame a la cara.

Mongryong apartó la frente de su hombro y miró a Jeha. Sus ojos negros eran tan profundos y ardientes
como si lo estuvieran succionando. Jeha besó sus labios profundamente.

Sus lenguas se enredaron entre sus labios abiertos. La habitación se llenó con el sonido de la carne de dos
personas chocando entre sí y gemidos lujuriosos.

HISTORIA PARALELA 2. AÚN ASÍ SON... . PARTE 4

Mientras Mongryong giraba su cuerpo, frunce el ceño ante la incomodidad que siente en manos y pies.
Entonces, abre lentamente los ojos cerrados y mira hacia el techo. —Qué diablos. ¿Estoy teniendo una
pesadilla? —. Trata de levantarse, pero sus brazos y piernas no se mueven correctamente.
El sonido del hierro hizo que sus delgados ojos se abrieran de par en par. Cuando mira hacia abajo,
descubre que solo hay una tela delgada cubriendo su parte inferior y no hay nadie en la habitación. No
podía decir que alguien lo había secuestrado durante la noche, porque se encontraba en la habitación de
Seok Jeha, donde dormía todas las noches.

Tiró de sus brazos esposados a ambos lados de la cama para hacer ruido, pero estos no se movieron.
Trataba de averiguar qué estaba pasando, pero en ese momento, Jeha entró cuando se abrió la puerta. Al
mirar su rostro sonriente, se dio cuenta quién era el culpable de lo que le estaba sucediendo.

—¡Oye, Seok Jeha! ¿Qué es esto?

Jeha caminó lentamente hacia la cama, apreciando la escena. Pero Jeha no estaba solo. Una mujer de
aspecto horriblemente frío, vestida con un traje negro y de unos 40 años, lo seguía.

¿Qué demonios? ¿Es el ángel de la muerte? ¿Acaso Seok Jeha, tiene la intención de
castrarme? —. Pudo sentir que un escalofrío le recorría la espalda cuando Jeha sacó algo de su bolsillo. Era
un artículo de plástico del tamaño de un dedo, pero Mongryong supo de inmediato lo que era.

Era un pequeño vibrador utilizado como dispositivo de masturbación. Jeha lo sacó y miró a su alrededor. La
ominosa premonición que tuvo Mongryong no estaba errada. Cuando Jeha lo encendió, sacó gel de algún
lado, lo aplicó en el dispositivo y apartó la tela que cubría las piernas de Mongryong.

—¡Mierda! ¿Qué estás haciendo? ¡Oye! ¿Qué estás haciendo?

Mientras Jeha empuja el vibrador entre sus piernas sin responder, Mongryong gime. Su ano lo aceptó
fácilmente, después de haber soportado una noche llena de sexo. Pero a pesar de que trató de resistirse,
no pudo mover sus extremidades. A medida que el vibrador se movía en el ano y lo estimulaba, el pene de
Mongryong comenzó a estremecerse y a tener una erección.

Jeha lo observó con una expresión de desaprobación.

—Mírate. Eres travieso.

—¿Estás loco? Estás loco, ¿verdad? ¿Estás loco? ¿No es así?

—Estoy cuerdo y muy bien.

Dicho eso, le dice unas palabras a la mujer que está junto a la cama. —Adelante. Pero no toques su parte
inferior. —. Entonces, la mujer bajó la cabeza con un rostro que parecía que no le cabía ni una gota de
sangre. —Sí señor. —.

La mujer abrió una caja pequeña. Se puso una especie de guantes quirúrgicos, sacó algo parecido al
vibrador que Mongryong tenía incrustado en el trasero y encendió el interruptor con la cara inexpresiva. Al
escuchar un Jiing, el rostro de Mongryong se distorsionó.

—¡Ajumma! Espere un minuto, ¿Qué está haciendo?

Cuando la mujer puso el vibrador alrededor del pezón de Mongryong y lo estimuló, Mongryong sacudió la
cintura. Un líquido transparente fluyó del pene, que de repente se levantó debido al estímulo que estaba
sintiendo arriba y abajo. Mongryong miró a la mujer y le rogó que se detuviera, pero ella, llevó a cabo su
trabajo en silencio, con la cara más fría del mundo.

La mirada poco realista de la mujer era más aterradora que el hecho de que lo estuviera
excitando. — Mierda, tal vez sea un robot. —. Mongryong miró a Jeha quien estaba parado frente a sus
pies.

—Joder, ¡Seok Jeha! ¡Uf, realmente vas a hacer esto! ¿Es porque no confías en mí?

—No, ahora confío en ti.

—Oh, ¿Y entonces?

—Pero no puedo confiar en tu trasero. Es por eso que te estoy impidiendo pensar en otra cosa
mientras estoy lejos.

—Hijo de puta, si haces esto, ¡Me las pagarás!

Jeha fingió no escucharlo, y le dijo a la mujer que lo excitara hasta que estuviera seco, para que no pudiera
pensar en nada más. —¿Eso significa que no terminará con una sola vez? —. Mongryong Comenzó a
maldecirlo, llamándolo bastardo, loco y psicópata, pero Jeha se acercó a la cama y lo besó ligeramente en
los labios.

Mongryong trató de morderlo después de revelar sus dientes, pero no pudo atraparlo. Jeha se cepilló el
cabello suavemente y salió de la habitación, diciendo: —Te llamaré por la noche. —. Y cuando
Mongryong le gritó a la mujer que se detuviera, ella intensificó la vibración sin darse cuenta.

Y de repente, en lugar de un líquido transparente comenzó a salir semen. Sorprendido, gritó y maldijo
hacia la puerta por donde había desaparecido Jeha, pero este no regresó. Ese día fue semi-forzado a
eyacular diez veces, y, como dijo Jeha, tuvo cuidado de no masturbarse hasta que él regresara, hasta el
punto de que ni si quiera se atrevía a tocar su pene mientras orinaba.

Jeha parecía muy satisfecho por lo que había hecho después de su regreso, pero Mongryong rechinó los
dientes con la determinación de hacerlo pagar por esa humillación algún día.

<Fin>

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