620 - 22 Contrato de Deposito
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TÍTULO VII. DERECHO DE LAS OBLIGACIONES Y LOS CONTRATOS MERCANTILES 693
E) Contrato de depósito
Por lo que a sus antecedentes históricos se refiere, Cervantes Ahumada!%? nos
dice que el contrato de depósito era ya conocido desde edades antiguas, y así refie-
re que fue reglamentado en el Código de Hammurabi (20 siglos antes de Cristo),
pasando después por Grecia hasta la época actual.
a) Concepto
Al no existir un concepto de depósito ni en el Código de Comercio ni en nin-
guna de las leyes mercantiles especiales, debemos referirnos al otorgado por el Có-
digo Civil Federal, que en su artículo 2516 establece que el depósito es un contrato
por el cual el depositario se obliga hacia el depositante a recibir una cosa mueble
o inmueble, que aquél le confía, y a guardarla para restituirla cuando la pida el
depositante.
Evidentemente, el contrato de depósito se constituye con el objeto de que el
depositario custodie el bien materia del depósito, mismo que deberá restituir al de-
positante cuando le sea solicitado por éste.
Para establecer la calidad de mercantil del depósito, el artículo 332 del Código
de Comercio señala que se estima mercantil el depósito si las cosas depositadas son
objeto de comercio, o si se hace a consecuencia de una operación mercantil.
Resaltando el doble aspecto (subjetivo y objetivo) que en los distintos contra-
tos sigue el Código de Comercio para su calificación de mercantil, Dávalos Mejía!”
señala; “nótese la doble cumplimentación de la regla que siempre persigue nuestro
legislador; cubrir tanto las posibilidades objetivas como subjetivas del negocio”.
Además, el depósito será mercantil, cuando de conformidad con el artículo 75,
fracción XVII, se realice por causa de comercio, o bien de conformidad con la frac-
ción XVIII: cuando se lleve a cabo en almacenes generales; en relación con opera-
ciones realizadas sobre certificados de depósito y bonos de prenda.
León Bolaffio!”! señala que el contrato de depósito es aquél en el que el depo-
sitario recibe del depositante cosas muebles, en consignación, con la obligación de
custodiarlas para restituirlas cuando y en el momento en que sea requerido.
Para Sánchez Calero!”? el depósito, como contrato por el cual una persona que
recibe una cosa mueble se obliga a custodiarla y a devolverla cuando le sea recla-
mada, puede tener la calificación de mercantil cuando el depositario se dedique profe-
sionalmente a tal actividad, así como también en el supuesto de que un empresario
o comerciante se constituya en depositario de objetos destinados al comercio.
169
CFR. CERVANTES AHUMADA, Raúl, Títulos y Operaciones de Crédito, op. cít., p. 231.
170 DÁVALOS MEJÍA, Carlos Felipe, op. cif., p. 745
171 Cfr. BOLAFFIO, León, op. cíf., p. 236.
172
Cfr. SÁNCHEZ CALERO, Fernando, op. cif., p. 508.
094 TRATADO DE DERECHO MERCANTIL
173 Él Código de Comercio regula al depósito mercantil en general; La Ley General de Títulos y
Operaciones de Crédito se refiere al depósito bancario de dinero, de títulos y el que se lleva a cabo en
almacenes generales que realizan por un lado los bancos, así como al certificado de depósito propio de
los almacenes generales; la Ley de Instituciones de Crédito complementa las disposiciones en materia
de depósito bancario que como operación pasiva realizan cotidianamente las instituciones, y la Ley Ge-
neral de Organizaciones y Actividades Auxiliares de Crédito se refiere también al depósito que se realiza
ante los almacenes generales de depósito. No obstante en el presente capítulo solamente nos ocupamos
del depósito mercantil en general, ya que el depósito bancario y el que se realiza ante almacenes gene-
rales es tratado en el Título Tercero relativo a los Contratos de Crédito, capítulos VIII y 1X, respectiva-
mente, del presente libro,
174 VAZQUEZ DEL MERCADO, Óscar, op. cit., p. 135.
TíruLO VIL. DERECHO DE LAS OBLIGACIONES Y LOS CONTRATOS MERCANTILES 695
Sobre éste particular Sánchez Calcro!*? señala que la actitud del depositario
no es simplemente pasiva, sino que ha de custodiar la cosa de forma que no se
deteriore, ya que responde por Jos daños que sufra la misma por su culpa y que tal
responsabilidad comprende no solo los daños que se produzcan por su malicia o
dolo y su negligencia sino que se extiende al caso en el cual derivando los daños del
vicio, o de la naturaleza de la cosa, el depositario no hizo lo necesario para evitarlos
y remediarlos dando aviso al depositante.
Además, de la conservación del depósito responderá el depositario por los me-
noscabos y daños que las cosas depositadas sufrieren por su malicia o negligencia.
F) Contrato de edición
El contrato de edición presupone la existencia del derecho del autor, en donde
distinguimos el reconocimiento y protección que la ley establece en el aspecto mo-
ral, que se traduce en que su obra se mantenga inalterada y no sea usurpada, así
como su derecho de explotación exclusiva.
172 Ibidem.
189 — Cfr, BOLAFFIO, León, op. cif., p. 240.
181 RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ, Joaquín, Curso de Derecho Mercantil, op. cit., p. 48.
182 Cfr. SÁNCHEZ CALERO, Fernando, op. cit., p. 509.