La Aplicación Del Hidrogeno Como Una Energía Limpia y Alternativa
La Aplicación Del Hidrogeno Como Una Energía Limpia y Alternativa
La Aplicación Del Hidrogeno Como Una Energía Limpia y Alternativa
GRADO:606
TURNO: vespertino
3. Aceto génesis: las bacterias consumen los productos de la fermentación y generan ácido
acético, dióxido de carbono e hidrógeno.
4. Metalogénesis: Los organismos metanogénicos consumen el acetato, el hidrógeno y algo
de dióxido de carbono para producir metano.
Bacterias Metano génicas Hidrógenofílicas: son aquellas que utilizan el hidrógeno (H2) para
reducir el anhídrido carbónico (CO2) y así producir metano La energía es la forma de
producir trabajo a partir de la materia, ya sean forma de movimiento, de luz, calor, etc., por
eso es fundamental población. Se la requiere para activar todo tipo de maquinaria o
herramienta, y aunque no se incorpora materialmente a los bienes o servicios producidos,
influye en los costos de producción. La satisfacción de las necesidades humanas depende
cada vez más de la producción de energía. Hoy es inimaginable que muchos vivan sin
iluminación, calefacción, refrigeración, cocción de alimentos, transporte, comunicación.
El mundo está sufriendo una crisis energética por la escasez de materiales a partir de los
cuales se está produciendo energía en la actualidad, los altos costos de su producción y el
gran aumento en su consumo. Científicos, movimientos sociales y ecologistas proponen un
modelo energético alternativo a los imperantes en la actualidad, basado en un desarrollo
sustentable. Este modelo se basa en el uso de fuentes de energía renovables, pues las
fuentes fósiles que actualmente se explotan, terminarán agotándose. Según los pronósticos
actuales en el transcurso de este siglo XXI, aumentará el uso de fuentes limpias, se
abandonarán los procesos de combustión convencionales y la fisión nuclear y se fomentará
el consumo que evite, en la medida de lo posible, la construcción de grandes
infraestructuras de generación y distribución de energía eléctrica. Como el consumo se
basará también en la explotación extensiva de las fuentes de energía, se apoyará la
disminución de la demanda energética mejorando el rendimiento de los dispositivos
eléctricos (electrodomésticos, lámparas, etc.), produciendo energía no convencional o
limpia; y se explorará el uso de recursos renovables que, además, no produzcan agentes
contaminantes que perjudiquen la salud del medio ambiente y social.
La energía que consumimos puede clasificarse, según la forma en que se obtiene en
renovable o no renovable (convencional). La convencional o no renovable proviene de
fuentes que se agotan, como el uranio, el gas de yacimientos, el carbón y el petróleo.
Energías renovables como la del sol, la eólica, la producida por las mareas la geotérmica,
proveniente del interior de la Tierra, no se agotan. A partir de ellas se es posible desarrollar
aplicaciones de gran eficiencia que sin embargo están aún en ciernes.
En 1971, los japoneses Akira Fujishima y Kenichi Honda desarrollaron un método rentable
para separar el hidrógeno del agua mediante la utilización de la luz solar. El hidrógeno así
obtenido funciona como un carburante con las siguientes características: bajo potencial de
efecto invernadero, es mucho más barato que los combustibles fósiles, sus residuos son
oxígeno y vapor de agua y es prácticamente inagotable. Aunque existen algunos pronósticos
de que la producción de energía con base en el hidrógeno podría agrandar el agujero en la
capa de ozono y contribuir a la contaminación atmosférica, los países desarrollados han
invertido muchos recursos en investigaciones sobre él, al grado de que Islandia pretende
sustentar toda su economía en hidrógeno. Durante el 2004, los científicos australianos
Janusz Nowotny y Chris Sorrell presentaron en Sidney un verdadero avance al utilizar
cerámicas de óxido de titanio capaces de captar la radiación solar y procesar el agua para
obtener hidrógeno. Se espera que hacia el 2012 Australia se convierta en una potencia
exportadora del carburante hidrógeno, dado que se encuentra en el corazón del mercado
de la energía de la zona del Asia-Pacífico.
El hidrógeno es un elemento muy energético. Las naves espaciales lo utilizan para alimentar
sus cohetes. Y, además, cuando lo quemamos y obtenemos su energía, reacciona con el
oxígeno del aire y el resultado es únicamente agua. Tenemos gran cantidad de hidrógeno a
nuestro alrededor; es el elemento químico más sencillo y abundante del Universo. Incluso
en la superficie terrestre es el tercero más abundante, pero, desgraciadamente, no en
forma gaseosa, que es como se puede usar en varias aplicaciones. Únicamente se presenta
combinado con otros elementos, y se puede obtener entonces del agua (H2O) y de
compuestos orgánicos, especialmente de los hidrocarburos. Hay cuatro formas básicas de
obtener hidrógeno. Por un lado, tenemos los procesos termoquímicos. Es decir, se calientan
hidrocarburos hidrogenados y se obtiene hidrógeno de forma química. También puede
extraerse de la biomasa. Por otro lado, si se atraviesa una corriente eléctrica por una masa
de agua provocamos su electrólisis, un proceso en el que se separan sus componentes:
hidrógeno y oxígeno. También puede separarse el hidrógeno del agua mediante procesos
foto electroquímicos, al iluminar sustancias semiconductoras sumergidas en ella.
Finalmente, la fotosíntesis natural que realizan algunas bacterias y algas verdes, también
puede aprovecharse para obtener hidrógeno.
Una vez producido por alguno de los métodos que nombramos, el hidrógeno debe ser
transportado y almacenado. En estado gaseoso, puede comprimirse y, en distancias cortas,
puede ser transportado por tuberías. También puede usarse como líquido enfriado y
llevarse en camiones. Y aunque el hidrógeno en estado sólido aún no tiene muchos usos,
también puede almacenarse y transportarse con facilidad.