Rehabilitación Sísmica de Edificios Mediante La Adición de Muros de Concreto Reforzado

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Sociedad Mexicana de Ingeniería Estructural

REHABILITACIÓN SÍSMICA DE EDIFICIOS MEDIANTE LA ADICIÓN DE MUROS DE


CONCRETO REFORZADO

Bernardo Moctezuma Gómez1 y Sergio M. Alcocer Martínez de Castro2

RESUMEN

Con el objetivo de estudiar el comportamiento de marcos de concreto rehabilitados con muros de concreto
reforzado, se elaboró una base de datos con 98 especímenes. Se utilizó la base de datos para comparar lo
observado en los experimentos con las especificaciones de la Guía Técnica para la Rehabilitación Sísmica de
la Infraestructura Física Educativa de México, elaborada por el Instituto de Ingeniería de la UNAM para el
Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa, concluyendo que los lineamientos establecidos en la
Guía se encuentran del lado de la seguridad. Asimismo, se estudió la aplicación de la adición de muros de
concreto reforzado en la rehabilitación sísmica de edificios después del sismo del 19 de septiembre de 2017.

ABSTRACT

A database with a total of 98 specimens was assembled to study the behavior of RC frames rehabilitated with
concrete walls. The database was used to compare the requirements of the new Technical Guideline for the
Seismic Rehabilitation of School Infrastructure of Mexico, prepared by the Institute of Engineering of UNAM,
concluding that the requirements are conservative. Additionally, the use of concrete walls to retrofit existing
buildings in Mexico City after the earthquake of 2017 was studied.

INTRODUCCIÓN

La rehabilitación sísmica mediante la adición de muros de concreto reforzado es una de las técnicas más
empleadas. Particularmente en México, la adición de muros permite reforzar estructuras existentes con
deficiencias de rigidez y resistencia lateral, así como edificios con problemas de torsión e irregularidades del
tipo losa plana y planta baja flexible. A raíz del sismo del 19 de septiembre de 2017 los edificios existentes que
no tuvieron un desempeño adecuado iniciaron un proceso de reforzamiento. La infraestructura escolar también
sufrió daños tanto en elementos estructurales como en elementos no estructurales. Ante la amplia variedad de
la aplicación de las distintas técnicas de rehabilitación y la necesidad de establecer criterios confiables de
análisis, diseño, construcción y supervisión en la rehabilitación de edificios escolares se elaboró la Guía técnica
para la rehabilitación sísmica de la infraestructura física educativa de México por parte del Instituto de
Ingeniería de la UNAM para el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa.

EXPERIMENTACIÓN EN MARCOS DE CONCRETO RREFORZADOS CON MUROS DE


CONCRETO REFORZADO

ANTECEDENTES

La investigación del comportamiento de la adición de los muros de concreto reforzado para rehabilitar
sísmicamente edificios existentes de concreto se ha enfocado particularmente a la adición de muros diafragma
que abarcan toda la crujía del marco. Sin embargo, también se han realizado experimentos en especímenes
reforzados con muros con aberturas, muros excéntricos y muros patín.

1
Becario, Instituto de Ingeniería, UNAM, Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México;
[email protected]
2
Investigador, Instituto de Ingeniería, UNAM, Ciudad Universitaria, 04510, Ciudad de México

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XXII Congreso Nacional de Ingeniería Estructural Aguascalientes, Aguascalientes 2020

Las investigaciones se han concentrado en el estudio del efecto de un detallado deficiente en marcos de concreto
diseñados con reglamentos obsoletos en el comportamiento final del marco reforzado. En experimentos previos
se ha observado que la falla del traslape del refuerzo longitudinal a nivel de piso en las columnas limitan la
resistencia del marco reforzado (Gaynor 1988; Canbay et al., 2003; Strepelias et al., 2014). En el experimento
realizado por Jiménez (1989) se evitó este mecanismo de falla mediante el encamisado con concreto reforzado
de las columnas. En los experimentos realizados por Sonuvar et al. (2004) se reforzó la zona del traslape con
un encamisado con placas metálicas o con la adición de un elemento de borde en ambos extremos del muro
diafragma. En estos experimentos, antes de llevar a cabo el reforzamiento de los especímenes, los marcos
originales se ensayaron hasta alcanzar un daño moderado. Con la adición de los muros diafragma se logró
aumentar significativamente la resistencia y rigidez del marco original a pesar de no haber realizado ningún
tipo de reparación. Canbay et al. (2003) también rehabilitaron satisfactoriamente un marco con daño moderado
de dos niveles y tres crujías colocando muros diafragma únicamente en la crujía central sin reparar el marco
original. En otros experimentos realizados por Chrysostomou et al. (2012) y Strepelias et al. (2014) una vez
colados los muros diafragma, el traslape de las columnas adyacentes se rehabilitó mediante un encamisado a
tres caras (incluyendo parte del muro diafragma) con fibras de carbono.

La conexión del muro diafragma a partir de anclas adheridas con resina epóxica en el marco es el método más
frecuente encontrado en la literatura, sin embargo, también se han estudiado otras técnicas. En las pruebas
realizadas por Hayashi et al. (1980) los especímenes con un anclaje mecánico tuvieron un mejor
comportamiento ante cargas laterales que el espécimen con llaves de cortante en la unión. Aoyama et al. (1984)
observaron que la conexión a partir de anclas adheridas con resina epóxica tuvo un mejor comportamiento que
el uso de un anclaje mecánico. En los experimentos realizados por Altin et al. (1992), en algunos especímenes
la conexión se realizó a partir de soldar el refuerzo del muro con el refuerzo original del marco. En estas pruebas
también se observó que la colocación de refuerzo diagonal adicional al refuerzo vertical y horizontal del muro
o la colocación de una mayor cuantía de refuerzo en los cuatro bordes no presentó una diferencia significativa
con respecto a un arreglo regular del refuerzo vertical y horizontal con una cantidad de refuerzo (en términos
del peso total) similar. Dentro de los especímenes se incluyó un muro diafragma sin anclaje en el marco original
logrando aumentar la rigidez y resistencia del marco, sin embargo, el comportamiento ante cargas laterales fue
deficiente con una degradación de la resistencia y rigidez significativa. Papatheocharis et al. (2019) estudiaron
distintas configuraciones de la conexión. El encamisado de las columnas y el uso de anclas largas mejoró
significativamente el comportamiento del marco reforzado. Por otro lado, unir el muro a las columnas con
anclas mejoró la resistencia, sin embargo, se observó una disminución en la ductilidad. También se observó la
falla por cortante de las columnas adyacentes al muro indicando que en caso de que las columnas no cuenten
con un detallado adecuado, se debe evaluar la necesidad de reforzarlas.

En cuanto a los materiales utilizados en la adición de muros de concreto Higashi et al. (1980) reforzaron
satisfactoriamente marcos de concreto con muros diafragma conformados por paneles prefabricados anclados
mediante un anclaje mecánico únicamente a la viga y la cimentación. Frosch (1999) estudió la conexión de
paneles prefabricados de concreto a través de juntas dentadas. Teymur et al. (2014) estudiaron la adición de
muros con un bajo espesor y reforzados con malla de alambre electrosoldado construidos con concreto lanzado
separados de las columnas.

Gaynor (1988) estudió el efecto de las aberturas en forma de ventana y en forma de puerta en muros diafragma.
A partir de los resultados se concluyó que se debe confinar el refuerzo vertical alrededor de las aberturas para
evitar una falla por pandeo. Durante las pruebas se observó la ausencia de un comportamiento monolítico ya
que la columna se deformó por flexión de manera independiente al muro a pesar de que la conexión muro-
columna tuvo un comportamiento adecuado. Dentro de las pruebas realizadas por Anil y Altin (2007) se incluyó
un marco reforzado con un muro diafragma con una abertura en forma de ventana. A partir del aplastamiento
de los segmentos de muro adyacentes a la abertura, las columnas trabajaron como columnas cortas y fallaron
por cortante.

Jiménez (1989) estudió el comportamiento de un marco rehabilitado mediante la adición de un muro excéntrico
y el encamisado con concreto reforzado de las columnas. El refuerzo horizontal del muro se ancló en el
encamisado promoviendo un comportamiento monolítico mientras que la unión del muro con la viga superior
se realizó a partir de barras corrugadas con un doblez a 90 grados adheridas con resina epóxica en la viga. Se

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obtuvo una mayor resistencia, rigidez y disipación de energía con la adición del muro excéntrico y el
encamisado de las columnas que con la adición de un muro diafragma.

Kara y Altin (2006) estudiaron el comportamiento de muros diafragma parciales, es decir, segmentos de muros
que no abarcan toda la crujía. Se observó que para tener una rigidez lateral mayor se debe conectar el segmento
de muro a la columna adyacente, la cimentación y la viga superior en lugar de colocar el segmento de muro al
centro de la crujía conectado únicamente a la cimentación y a la viga. La baja ductilidad del marco original
limitó la resistencia de los marcos reforzados indicando que para mejorar el comportamiento de los muros
diafragma parciales es necesario reforzar las columnas y las vigas del marco original.

BASE DE DATOS DE EXPERIMENTOS

Con el objetivo de evaluar el comportamiento ante cargas laterales de marcos de concreto reforzado
rehabilitados mediante la adición de muros de concreto reforzado, se elaboró una base de datos conteniendo la
información de experimentos de distintos países incluyendo Japón, Turquía, Estados Unidos y Grecia.
Asimismo, se utilizó la base de datos para evaluar las especificaciones de diseño establecidas en la Guía técnica
para la rehabilitación sísmica de la infraestructura física educativa de México, aquí llamada simplemente Guía.
Dentro de la base de datos se incluyeron un total de 98 especímenes los cuales se clasificaron de acuerdo con
su configuración en (ver figura 1): marco sin reforzamiento (SM), muro monolítico (MM), muro diafragma
completo (DC), muro excéntrico (ME), un solo muro patín (1MP), dos muros patín cada uno adosado a una
columna (2MP), un segmento de muro aislado al centro de la crujía (AC), muro diafragma con abertura en
forma de ventana (AV) y muro diafragma con abertura en forma de puerta (AP). 80.6% de los especímenes se
diseñaron con una escala 1:3. La mayor parte de los modelos estudiados son de un nivel y una crujía (53.1%) o
de dos niveles y una crujía (31.6%).

Figura 1 Clasificación de los especímenes


En cuanto a los requisitos geométricos establecidos en la Guía, la profundidad mínima del ancla dentro de la
resina epóxica de 7db va de acuerdo con lo observado en los experimentos. En la mayor parte de los especímenes
la separación longitudinal de centro a centro de cada ancla fue mayor al límite superior establecido en la Guía
de 300 mm indicando que éste valor es conservador y se encuentra del lado de la seguridad. Esta diferencia se
puede deber a que los especímenes no siempre se diseñaron de acuerdo con criterios o especificaciones de
diseño.

En la figura 2 se muestra la relación entre la rigidez inicial del marco reforzado y el marco sin reforzamiento, y
la relación entre la resistencia lateral del marco sin reforzamiento y el marco reforzado en marcos reforzados
con muros diafragma parciales con segmentos de muros con distintas dimensiones. Se puede observar que la
adición de muros, en general, tiene un efecto más notorio en el aumento de la rigidez lateral del marco original
que en la resistencia lateral. Con los muros parciales se aumentó hasta 28 veces la rigidez inicial y hasta 7.5
veces la resistencia del marco original. Los especímenes TE 3 y TE 2, reforzados con un muro construido con
concreto lanzado con un espesor bajo y reforzado con una malla de alambre soldado, aunque aumentaron
significativamente la rigidez, el efecto en la resistencia no fue tan significativo como otros especímenes, sin
embargo, constructivamente pueden ser una alternativa más sencilla y menos costosa. El mayor aumento de la

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rigidez con respecto a la resistencia era de esperarse en tanto que aquélla crece con el cubo de la longitud del
muro y ésta linealmente.

Figura 2 Aumento de la rigidez inicial y la resistencia lateral del marco original debido a la adición de
muros diafragma parciales

En la figura 3 se muestran las veces que se aumentó la resistencia del marco original con la adición de los muros
diafragma completos. Al comparar los resultados de los especímenes de distintos experimentos con los
especímenes en los que se encamisaron las columnas adyacentes (especímenes PA 6 y PA 7), se corrobora lo
observado en los experimentos de Papatheocharis et al. (2019). El encamisado de las columnas adyacentes
aumenta significativamente la resistencia de marcos reforzados con muros diafragma. En los especímenes con
anclas adheridas con resina epóxica se logró a aumentar hasta alrededor de 12 veces la resistencia lateral del
marco original.

Figura 3 Aumento de la resistencia lateral del marco original debido a la adición de muros diafragma
parciales

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En la figura 4 se muestra la relación de la resistencia experimental del muro diafragma y el muro monolítico
cuando se incluyó un muro monolítico dentro del programa experimental. Como se observa, aunque la adición
de los muros diafragma puede llegar a alcanzar resistencias similares a un muro monolítico, el tipo de conexión
y su configuración son determinantes en el comportamiento ante cargas laterales del espécimen. Particularmente
cuando se utilizaron anclas adheridas con resina en todo el perímetro del marco, la resistencia del espécimen
fue entre 0.70 y 0.87 veces la resistencia del muro monolítico.

En los especímenes AL 8 y AL 12, la conexión se realizó con anclas adheridas con resina epóxica en las vigas
y la cimentación y el refuerzo horizontal del muro se soldó en el refuerzo original de las columnas. Ambos
especímenes tuvieron una resistencia similar a la resistencia del muro monolítico. En general, los especímenes
con un anclaje mecánico tuvieron una resistencia menor que los especímenes con anclas adheridas con resina
epóxica. En el espécimen HI 9 se utilizaron paneles prefabricados de concreto, sin embargo, no se utilizó
mortero expansivo para rellenar la unión entre los paneles y el marco original. Claramente este espécimen no
tuvo un comportamiento monolítico ya que únicamente presentó 0.28 veces la resistencia del muro monolítico.
El uso de llaves de cortante y adhesivo en la interfaz presentó únicamente 0.54 veces la resistencia del muro
monolítico, valor similar al que se presentó cuando se colocó un muro diafragma sin anclaje en el marco
original.

Analizando los especímenes con anclas adheridas con resina epóxica, los especímenes AO 6 y AO 8 que fallaron
por cortante su resistencia fue 0.85 y 0.87 veces la resistencia del muro monolítico. En cuanto a la resistencia
por flexión, la resistencia de los especímenes AL 8 y AL 12 fue 1.0 y 0.98 veces la resistencia del muro
monolítico, respectivamente. En estos especímenes el refuerzo horizontal del muro se soldó directamente sobre
el refuerzo de la columna.

Figura 4 Resistencia del muro diafragma / resistencia del muro monolítico

Se calculó la resistencia a fuerza cortante y a flexión de 13 especímenes reforzados con muros diafragma
completos conectados con el marco con anclas adheridas con resina epóxica. Las dimensiones, el detallado del
refuerzo, las propiedades mecánicas de los materiales y los valores experimentales de resistencia se obtuvieron
de los artículos consultados. La resistencia a cortante se calculó como la suma de la resistencia de ambas
columnas y la resistencia del alma del muro a partir de los requisitos de las NTC-Concreto (2017). En general,
el mecanismo de falla se predijo adecuadamente. En los especímenes que fallaron por cortante (cinco
especímenes) la resistencia a cortante experimental fue entre 0.56 y 1.44 veces la resistencia calculada. En la
Guía, para el cálculo de la resistencia a cortante de los elementos estructurales se utilizó un factor de resistencia
0.6. Únicamente un espécimen presentó una resistencia menor que la calculada utilizando este factor. La baja
resistencia del modelo se puede deber a que no se colocaron anclas en las columnas ni se aumentó la rugosidad
de la superficie de concreto viejo en contacto con el muro diafragma. La resistencia a flexión de los especímenes
se calculó suponiendo una sección I monolítica a partir de las especificaciones de las NTC-Concreto (2017)

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suponiendo que las columnas adyacentes actuaron como patines. En los especímenes que fallaron por flexión,
la resistencia experimental fue entre 0.98 y 1.28 veces la resistencia calculada. En la Guía se especifica un factor
de resistencia de 0.7 para elementos a flexocompresión si la falla es de tensión y de 0.6 si la falla es de
compresión. Aunque hace falta un análisis más detallado con métodos más refinados, en un primer acercamiento
estos valores indican que los factores utilizados en la Guía para cortante y flexocompresión se encuentran del
lado de la seguridad.

ADICIÓN DE MUROS DE CONCRETO REFORZADO EN EDIFICIOS REHABILITADOS


DESPUÉS DEL SISMO DE 2017

La adición de muros de concreto reforzado fue una de las técnicas más utilizadas para rehabilitar edificios
después del sismo del 19 septiembre de 2017 en la Ciudad de México. El 46% de los edificios rehabilitados
incluyó la adición de muros de concreto. En la mayor parte de los muros se utilizó concreto clase 1 con una
resistencia especificada a la compresión de 25 o 30 MPa. Cuando se utilizó resina epóxica para unir elementos
nuevos con elementos viejos, la profundidad de anclaje en la estructura original fue entre 100 y 150 mm. En
algunos edificios no se especificó la profundidad de anclaje en los planos estructurales. En 16% de los edificios
se colocó adhesivo en la interfaz entre el concreto nuevo y el concreto viejo. En las visitas a obra fue común
observar estribos con dobleces a 90 grados cuando se colocó refuerzo transversal en los elementos de borde de
los muros. Una desventaja de esta técnica es el incremento de las acciones internas debido a la adición de los
muros. Debido a que la cimentación original no contempla este incremento de acciones (fuerza cortante y
momento flexionante), es necesario evaluar la necesidad de reforzar la cimentación existente. El incremento de
carga es menor cuando los muros de concreto sustituyen a los muros existentes de mampostería. En 27% de los
edificios estudiados no se realizaron estudios de suelos y únicamente en 28% se realizó algún trabajo de
rehabilitación en la cimentación existente. Esto indica que no siempre se llevó a cabo un estudio detallado del
efecto de la adición de los muros de concreto en la cimentación. Se observó una amplia variabilidad en la
aplicación de esta técnica. Para el estudio de los nuevos muros se clasificaron en muros patín, muros
concéntricos, muros excéntricos, muros diafragma e incrementos de espesor (encamisados) de los muros
existentes.

MUROS PATÍN

Los muros patín consisten en segmentos cortos de muro adosados a las columnas para incrementar su resistencia
a cortante. En 26% de los edificios rehabilitados con muros de concreto se utilizó esta configuración. Es
importante revisar que las vigas entre las caras de los muros patín tengan un comportamiento dúctil controlado
por flexión. En edificios con losa plana también se debe revisar la resistencia de la losa. La conexión con la
columna se realizó a partir de anclas adheridas con resina epóxica. En algunos casos, el refuerzo horizontal del
muro se ancló directamente a la columna con resina epóxica o en el encamisado de concreto de la columna. La
conexión con el sistema de piso se realizó con anclas adheridas con resina epóxica o se ranuró la losa para
permitir el paso del refuerzo y la colocación del concreto. Fue común observar el diseño de elementos de
refuerzo en el borde, particularmente en el extremo libre del segmento de muro.

MUROS CONCÉNTRICOS

Los muros concéntricos consisten en muros cuyo eje longitudinal es colineal con el eje del marco y el acero de
refuerzo vertical es continuo. Esta configuración se utilizó en 46% de los edificios rehabilitados con muros de
concreto estudiados, siendo la configuración más utilizada. Para unir el nuevo muro con el sistema de piso se
realizó una ranura en la losa o parte de la viga sin dañar el refuerzo original con un espesor igual o mayor que
el espesor del muro (ver figura 5a). Las ranuras facilitan el colado y la compactación del concreto del muro
inferior y permiten dar continuidad al refuerzo vertical. En un edificio se perforó la losa para permitir el paso
del refuerzo vertical del muro a través de agujeros (ver figura 5b). En cuatro edificios únicamente se retiró el
concreto del sistema de piso en la zona adyacente a las columnas (ver figura 5c). De esta manera el refuerzo
vertical del muro en los bordes se colocó de forma continua y el refuerzo vertical en el centro del muro se ancló
en la losa en barrenos rellenados con resina epóxica.

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a) b) c)
Figura 5 Unión con sistema de piso: a) ranura continua, b) agujeros para permitir el paso del refuerzo
vertical y c) ranura en la zona adyacente a las columnas y refuerzo vertical anclado en barrenos con
resina epóxica en el centro del muro

En caso de unir el nuevo muro con las columnas adyacentes, estas trabajarán como elementos de refuerzo en el
borde del nuevo muro y se debe revisar que resistan las fuerzas de tensión y compresión debida a la interacción
marco-muro. En caso de que no tengan una resistencia suficiente, se deben reforzar. Cuando los muros se
colocaron adyacentes a una columna, las columnas se reforzaron en 42% de los casos . En los edificios en los
que se encamisaron las columnas adyacentes con concreto reforzado, el refuerzo horizontal del muro se ancló
en el encamisado de concreto y en la columna original (ver figura 6a) o únicamente en el encamisado (ver figura
6b). Cuando las columnas se encamisaron con placas metálicas, la conexión se realizó a partir de anclas soldadas
en las placas (figura 6c). En los edificios en los que no se realizó ningún reforzamiento a las columnas existentes,
la conexión se realizó a partir de anclas adheridas con resina epóxica (ver figura 6d). En un edificio el refuerzo
horizontal del muro se ancló directamente en el refuerzo original de la columna (figura 6e).

a) b)

c) d) e)

Figura 6 Unión con columnas: a) refuerzo anclado en el encamisado de la columna y la columna


original, b) refuerzo anclado en el encamisado, c) anclas soldadas en encamisado, d) anclas adheridas
con resina epóxica y e) refuerzo anclado dentro de la columna original

En cuanto al arreglo del refuerzo del muro, se colocaron dos capas de refuerzo con la misma separación en
ambas direcciones. En un edificio, el refuerzo vertical y horizontal del muro se diseñó en un arreglo tresbolillo
(ver figura 7a). En cuatro edificios se colocó una mayor cuantía de refuerzo horizontal en los bordes superior e
inferior del muro adyacentes a la vigas y a la cimentación (ver figura 7b). En la literatura se ha estudiado esta

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configuración en muros diafragma (Altin et al., 1992), sin embargo, en los experimentos no se observó una
diferencia significativa en comparación con un arreglo regular del refuerzo.

a) b)
Figura 7 Casos particulares del arreglo del muro: a) refuerzo vertical y horizontal en tresbolillo y b)
mayor cuantía de refuerzo en los bordes horizontales del muro

MUROS EXCÉNTRICOS

Los muros excéntricos son muros que se colocan adyacentes a la viga. En edificios separados o aislados de
edificios colindantes se colocaron muros excéntricos en el exterior de la estructura facilitando la construcción
del muro. Está configuración únicamente se utilizó en 5% de los edificios rehabilitados con muros de concreto.
La conexión con el sistema de piso se realizó a partir de anclas con un doblez a 90 grados adheridas con resina
epóxica en el sistema de piso (ver figura 8).

Figura 8. Unión de muro excéntrico con el sistema de piso

MUROS DIAFRAGMA

Los muros diafragma abarcan toda la crujía del marco pero su refuerzo vertical no es continuo. En 21% de los
edificios rehabilitados con muros de concreto se utilizó esta configuración. Para lograr que el comportamiento
de un muro diafragma sea similar al comportamiento de un muro de cortante se debe garantizar una adecuada
transmisión de fuerzas en la unión entre el muro diafragma y la estructura original. Es de particular relevancia
revisar que no queden huecos u oquedades en la parte superior del muro en la conexión con el sistema de piso.
En 55% de los edificios rehabilitados con muros diafragma de concreto la conexión entre el muro y el marco se
realizó a partir de anclas adheridas con resina epóxica en el marco original. En otros edificios se optó por anclar
el refuerzo del muro en barrenos ahogados con resina epóxica en el perímetro del marco evitando así la
colocación de anclas. Se debe revisar que esta configuración sea constructivamente posible ya que es necesario
doblar el refuerzo del muro para colocarlo en los barrenos. En dos edificios, para facilitar la colocación del
refuerzo del muro en los barrenos, se diseñaron traslapes del refuerzo en el alma del muro (ver figura 9). Esta
solución no es permitida en edificios nuevos por la imposibilidad de que el refuerzo horizontal pueda desarrollar
su esfuerzo especificado de fluencia. En dos casos se retiró el recubrimiento del marco original para anclar el
refuerzo del muro en el refuerzo de la estructura original. En 35% de los edificios rehabilitados con muros

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diafragma de concreto las columnas adyacentes se rehabilitaron. Aunque los muros diafragma logran
incrementar significativamente tanto la rigidez como la resistencia se ha observado que en marcos no dúctiles
encamisar las columnas adyacentes promueve un aumento mayor de la resistencia (Papatheocharis et al., 2019).
Cuando se encamisaron las columnas, el refuerzo del muro se ancló en el encamisado de concreto y en la
columna original o únicamente en el encamisado. Únicamente en un edificio se utilizaron llaves de cortante y
anclas en la unión con el sistema de piso. Este edificio también fue el único en el que se observó el uso de
refuerzo diagonal en el alma del muro adicional al refuerzo vertical y horizontal (ver figura 10). Esta
configuración también fue estudiada por Altin et al. (1992) y tampoco se observó una mejora significativa en
el comportamiento del espécimen en comparación con muros con refuerzo horizontal y vertical únicamente.

Figura 9 Traslape del refuerzo vertical y horizontal en el alma del muro

Figura 10 Refuerzo diagonal adicional al refuerzo vertical y horizontal del muro

INCREMENTOS DE ESPESOR (ENCAMISADOS) DE LOS MUROS EXISTENTES

En edificios con muros de concreto reforzado como parte de la estructura original, cuando el daño no fue severo,
se aprovecharon estos muros aumentando su espesor. La unión entre los dos concretos se logró mediante la
colocación de barras corrugadas en cuadrícula adheridas con resina epóxica (ver figura 11). Esta configuración
se utilizó en 9% de los edificios rehabilitados con muros de concreto. De acuerdo con el espesor del muro, en
algunos casos las barras en la unión se remataron con un doblez a 90 grados. También se aprovecharon los
muros existentes de mampostería para colocar sobre ellos los nuevos muros de concreto. En algunos casos
ambos elementos se unieron con anclas de manera similar a los encamisados de muros de concreto (ver figura
12).

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Figura 11 Unión entre muro existente de concreto y muro nuevo de concreto

Figura 12 Unión entre muro de mampostería existente y muro nuevo de concreto

CONCLUSIONES

El uso de muros de concreto reforzado para rehabilitar sísmicamente edificios existentes de concreto permite
aumentar significativamente la rigidez y la resistencia lateral de la estructura. La investigación experimental
sobre esta técnica se ha enfocado particularmente a la adición de muros diafragma completos. A partir de la
elaboración de una base de datos de experimentos realizados en marcos de concreto reforzado rehabilitados con
muros de concreto reforzado, se estudiaron las especificaciones establecidas en la Guía técnica para la
rehabilitación sísmica de la infraestructura física educativa de México. Además, se estudió la adición de muros
de concreto reforzado para rehabilitar edificios después del sismo del 17 de septiembre de 2017 en la Ciudad
de México. A partir de lo estudiado se concluyó lo siguiente:

● Los requisitos geométricos establecidos en la Guía se encuentran del lado de la seguridad.


● Aunque el comportamiento de los muros diafragma de concreto reforzado estudiado en laboratorio no
siempre ha sido similar al de un muro monolítico, el uso de los factores de resistencia requeridos en la
Guía conduce a resistencias iguales o superiores a las experimentales de muros diafragma conectados
al marco con anclas adheridas con resina epóxica.
● En 27% de los edificios estudiados no se realizaron estudios de suelos y únicamente en 28% se realizó
algún trabajo de rehabilitación en la cimentación existente. Se debe hacer mayor énfasis en el estudio
del efecto de la cimentación debido a la adición de los muros de concreto.
● Los muros concéntricos (muros cuyo es colineal con el eje del marco y su refuerzo vertical es continuo)
fueron la configuración más utilizada. Los muros excéntricos aunque presentan ventajas constructivas
fueron una de las configuraciones menos empleadas debido a la dificultad de colocar muros exteriores
en los edificios de la Ciudad de México.
● Únicamente en un tercio de los edificios rehabilitados con muros diafragma se reforzaron las columnas.
Para aumentar la resistencia de los marcos reforzados encamisar las columnas mejoraría su
comportamiento ante cargas laterales significativamente.

Este trabajo es un avance de los esfuerzos por establecer reglas más robustas y claras para el análisis, diseño,
detallado, construcción y supervisión de edificios de concreto y mampostería rehabilitados. Como parte de las

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actividades futuras, se profundizará en el estudio de los casos de la base de datos, así como de los edificios
rehabilitados en la Ciudad de México.

AGRADECIMIENTOS

Los autores agradecen el apoyo financiero del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, mediante el proyecto
FORDECyT No. 297246 “Desarrollo de capacidades nacionales para aumentar la resiliencia sísmica de
edificios de concreto y mampostería con un enfoque de diseño por desempeño”. Los autores también agradecen
la colaboración del Dr. David Murià y los estudiantes Jorge Luis Abarca, Renato Berrón, Germán Bogoya,
Víctor Cruz, Jorge Hernández, Diana Ramírez, Yaneivy Martínez, Gianella Valencia y Rubén Bautista.

REFERENCIAS

Altin S., Ersoy U., Tankut T. (1992), “Hysteretic Response of Reinforced‐Concrete Infilled Frames”,
Journal of Structural Engineering, Vol. 118 No. 8, pp. 2133-2150.

Anil. O. y Altin. S. (2007), “An experimental study on reinforced concrete partially infilled frames”,
Engineering Structures, Vol. 29 No. 3, pp. 449-460.

Aoyama H., Kato D., Katsumata H., Hosokawa Y. (1984), “Strength and Behaviour of Postcast Shear Walls
for Strengthening of Existing Reinforced Concrete Buildings”, 8th World Conf. on Earthquake Engineering,
Vol 1, pp 485-492, San Francisco, California.

Canbay E., Ersoy U., y Ozcebe G. (2003), “Contribution of Reinforced Concrete Infills to Seismic Behavior
of Structural Systems”, ACI Structural Journal, Vol. 100 No. 5, pp. 637-643.

Chrysostomou C. Z., Kyriakides N., Kotronis P., Poljanšek M., Taucer F., Roussis P., y Kosmopoulos A.
(2012), “Seismic retrofitting of rc frames with rc infilling”, 15th World Conf. on Earthquake Engineering,
Lisboa, Portugal.

Frosch R. J. (1999), “Panel Connections for Precast Concrete Infill Walls”, ACI Structural Journal, Vol. 4
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