MES EN HONOR A LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE JESÚS. P. Massimiliano Maria Mesini CPPS

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MES DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE

DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO


Compuesto en Italiano por el padre
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 2

Desde la Iglesia del Salvador de Toledo –España-


ofrecemos el “Mes de la Preciosísima Sangre”
del P. Massimiliano Maria Mesini CPPS
y publicado en Rímini en 1884;
traducido por un presbítero
y publicado en Santiago de Chile en 1919,
con aprobación eclesiástica.
Esperemos que sirva para alimentar la piedad
de muchos devotos de la Preciosísima Sangre
y para que cada vez sean muchos más
los que amen esta devoción.

Toledo, 13 de junio de 2023


Fiesta de san Antonio de Padua
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
3 Rito Romano | 1962

ORACIONES PARA TODOS LOS DÍAS

En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu


Santo. Amén.

ORACIÓN INCIAL PARA TODOS LOS DIAS


¡Oh Sangre Preciosísima de vida eterna!, precio y
rescate de todo el universo, bebida y salud de nuestras
almas, que protegéis continuamente la causa de los
hombres ante el trono de la suprema misericordia, yo
os adoro profundamente y quisiera compensar, en
cuanto me fuese posible, las injurias y ultrajes que de
continuo estáis recibiendo de las creaturas humanas y
con especialidad de las que se atreven temerariamente a
blasfemar de Vos. ¡Oh! ¿Quién no bendecirá esa Sangre
de infinito valor? ¿Quién no se sentirá inflamado de
amor a Jesús que la ha derramado? ¿Qué sería de mí si
no hubiera sido rescatado con esa Sangre divina?
¿Quién la ha sacado de las venas de mi Señor Jesucristo
hasta la última gota? ¡Ah! Nadie podía ser sino el amor.
¡Oh amor inmenso, que nos ha dado este bálsamo tan
saludable! ¡Oh bálsamo inestimable, salido de la fuente
de un amor inmenso! Haced que todos los corazones y
todas las lenguas puedan alabaros, ensalzaros y daros
gracias ahora, por siempre y por toda la eternidad.
Amén.

Se lee lo propio de cada día.

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DIAS


¡Oh Corazón de mi amado Jesús, cargado con la
pesada Cruz de mis culpas, coronado con las espinas de
mis ingratitudes y llagado con la lanza de mis pecados!
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 4

¡Oh Jesús de mi vida! Cruz, espinas y lanza he sido


para vuestro Corazón con mis repetidas ofensas: éste es
el retorno con que, ingrato, he correspondido a las
dulces y amorosas lágrimas de Belén y a la extrema
pobreza en que por mi amor nacisteis; éste es el
agradecimiento y recompensa que han tenido vuestros
trabajos y vuestra Preciosísima Sangre derramada con
tanto amor por la salud de mi alma; esta es la paga de
aquella excesiva fineza que obrasteis en el Cenáculo,
cuando, abrasado en caridad y encendido en divinas
llamas, os quedasteis por mi amor sacramentado,
buscando amante la bajeza de mi pecho para recreo de
vuestra bondad. ¡Oh Jesús de toda mi alma! Parece que
hemos andado a competencia los dos, Vos con finezas,
yo con ingratitudes; Vos con un amor que no tiene
igual, y yo con un menosprecio que no tiene semejante;
Vos con tanto amor regalándome y dándome en el
Sacramento la dulzura de vuestro Corazón y yo
dándoos por la cara con la hiel de mis culpas. ¡Oh
Corazón de mi amado Jesús! ¡Oh Jesús de mi corazón,
piadosísimo en esperarme! Compadeceos de mi miseria
y perdonadme misericordioso cuanto ingrato os he
ofendido, concediéndome benigno que esas espinas con
que os veo punzado saquen lágrimas de mi corazón
contrito, con que llore mis repetidas ingratitudes, y por
esas vuestras amorosas y dulces llagas, llagad y herid
éste mi corazón con la dulce y ardiente flecha de
vuestro amor, para que os ame y sirva, para que os
alabe y bendiga, y después eternamente gozaros.
Amén.
℣. Señor, nos redimisteis con vuestra sangre.
℟. Y nos habéis hecho un Reino para nuestro Dios.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
5 Rito Romano | 1962

ORACIÓN
Dios omnipotente y eterno, que habéis constituido a
vuestro Hijo único Redentor del mundo y que quisisteis
ser aplacado con su Sangre; te rogamos nos concedas
que de tal modo veneremos el precio de nuestra
salvación, y por su virtud seamos preservados en la
tierra de los males de la presente vida, que nos
regocijemos después con fruto perpetuo en los cielos.
Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor, que contigo
vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 6

DÍA PRIMERO

CONSIDERACIÓN:
LA DEVOCIÓN A LA PRECIOSA SANGRE
I. Toda dignidad exige reverencia y honor; y mientras
más sublime es, tanto mayor obsequio se le debe.
Honramos a los Santos porque son amigos y cortesanos
de Dios. A la Virgen Santísima tributamos una
veneración más especial, porque es Madre de Dios.
Pero a la Preciosa Sangre debemos rendir el máximo
honor, porque está unida hipostáticamente a la
Divinidad, porque es Sangre de un Dios hecho hombre.
Almas creyentes, pongamos en práctica eso que nos
enseña la fe: encendámonos en el más tierno amor
hacia la Divina Sangre, y honrémosla con la más
afectuosa devoción.

II. A todo bienhechor se le debe amor y gratitud en


proporción de los beneficios que comparte. La Preciosa
Sangre es el verdadero precio de nuestra redención, ella
nos ha reconciliado con el Padre celestial, nos ha hecho
amigos e hijos suyos y nos ha conquistado una felicidad
sobrenatural, cual es el eterno goce de Dios mismo,
bien infinito. En una palabra, nos ha hecho tales
beneficios, que no se puede esperarlos mayores. Por
tanto todos debemos encendernos del amor más
ardiente, demostrar los más sinceros afectos de gratitud,
y profesar sumo reconocimiento a tan benéfica Sangre.

III. Es necesario que los indigentes estén siempre


allegados a la fuente de las gracias, y los enfermos al
depósito de las medicinas. La Sangre de Jesús, por ser
el precio infinito de nuestra redención, constituye la
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7 Rito Romano | 1962

fuente inextinguible de todos los bienes y el remedio de


todos los males. Siendo nosotros pecadores y viles
creaturas no podemos, ni merecer, ni hacer bien alguno
por nosotros mismos; por eso nos conviene correr
continuamente a saciar la sed en esta fuente de la
Preciosísima Sangre. Vamos pues, piadosos cristianos,
vamos a beber las aguas de todas las gracias, que
manan de las llagas del Salvador, por medio de una
tierna devoción a su Sangre, especialmente en el curso
de este mes a ella dedicado, empezándolo y
prosiguiéndolo hasta el fin con gran fervor y afectuosa
devoción.

EJEMPLO
En Beirut, ciudad de la Siria, habiendo llegado a manos
de algunos hebreos una imagen del Redentor, con rabia
diabólica renovaron éstos los insultos y tormentos que
un día sus padres hicieron sufrir a Jesús cuando vivía
en la tierra. Blasfemias, salivas, golpes, clavos, todo ello
emplearon para deshonrar esta santa imagen: y al fin
con una lanza le traspasaron el costado, el cual apenas
herido, comenzó a manar viva Sangre. Sin conmoverse
lo más mínimo ante tan gran prodigio, acercaron un
vaso a la herida, y una vez lleno de aquella Sangre, lo
llevaron a la Sinagoga; donde, entre improperios y
burlas, ungieron con él a toda clase de enfermos, los
cuales al instante sanaron. Caminaban expeditamente
los cojos, veían los ciegos, oían los sordos, hablaban los
mudos, y los moribundos mismos recobraban la salud
apenas eran ungidos con la milagrosa Sangre. Ante tan
portentoso número de curaciones instantáneas,
operadas bajo sus propios ojos, no pudiendo ya resistir
su obstinación, y arrepentidos todos se condujeron al
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 8

Obispo de Antioquía para pedirle el bautismo; y con


ellos mismos muchos otros hebreos abrazaron la fe de
Cristo (César Card. Baronio, Anales Eclesiásticos. Ant.
787, n. 23, etc. El Martirologio Romano conmemora
este prodigio el 9 de Noviembre). Procuremos también
nosotros la más tierna devoción a la misma Sangre
divina, y obtendremos de Jesús gracias espirituales, y
aún corporales, si nos sirven para la salvación del alma.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Rezar cinco Pater noster, Ave María y


Gloria a las cinco llagas de Jesús.

JACULATORIA: A vuestra Sangre rendir honor,


siempre deseo, caro Señor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Oh Sangre preciosísima de mi Jesús! Yo os adoro
como a Sangre de mi Dios, os doy gracias como a mi
perpetuo bienhechor, os alabo y bendigo como al precio
de mi redención, os amo como a fuente de los dones
celestiales, y quiero amaros y honraros por todo el resto
de mi vida. ¿Qué sería de mí, si me alejase de Vos, que
sois mi bien, mi vida, mi todo? Ciertamente me
perdería. Para evitar tan grande desventura quiero estar
siempre unido a Vos, y alimentar para con Vos, la más
tierna devoción. Amén.
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DÍA SEGUNDO

CONSIDERACIÓN:
JESÚS QUIERE SER HONRADO EN SU SANGRE
PRECIOSA
I.Como un capitán goza de reportar honra mostrando
las gloriosas heridas recibidas en la guerra, así Jesús
anhela ser honrado en su Sangre, con la cual ha
triunfado de sus enemigos y cumplido nuestra
redención. Por esto dijo a Santa Gertrudis que cuantas
veces uno fija la vista en el crucifijo, otras tantas es
mirado amorosamente por Dios (Luis Blosio). Por esto,
apareciéndose en la hostia consagrada, crucificado y
destilando Sangre, a la Beata Ángela de Foliño, le dijo
que en tal modo quería ser honrado (Vida de la Beata
Ángela de Foliño, 1870). Por esto a muchos Santos se
ha aparecido ensangrentado, y en muchas de sus
imágenes ha derramado prodigiosa Sangre.
Cumplamos entonces el deseo de nuestro amado Dios:
honrémosle en su Sangre Preciosa.

II. Después de la última cena, Jesús rogó a su Padre


que lo glorificara; ¿pero de qué modo esto deseaba? Por
medio de su Pasión, dice San Pablo («Vemos a Jesús
coronado de honor y gloria por su Pasión y muerte».
Hebreos II, 9). Y he ahí que fue escuchado su ruego.
Apenas clavado en la Cruz, aunque ella le servía de
trono, las espinas de corona, los clavos de cetro y la
Sangre de púrpura; sin embargo lo reconocieron por
Rey divino, el sol, con oscurecerse; la tierra, con
sacudirse; los muertos, resucitando; y los mismos
crucifixores, confesándolo por verdadero Hijo de Dios:
unámonos a ellos también nosotros, honrando a Jesús,
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
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pendiente de la Cruz, teñido en su Sangre, y le


rendiremos el honor que desea.

III. San Juan Evangelista, arrebatado al cielo, vio al


Cordero divino como muerto y a los Ángeles y Santos
alabarlo y bendecirlo, porque había muerto por nuestra
salvación y nos había redimido con su Sangre
(«Redemísti nos in Sánguine tuo». Apocalipsis V, 9). Si
en el Cielo no se sabe honrar a Jesús mejor que en su
Sangre, en la tierra ciertamente no podemos honrarlo
mejor que con una afectuosa devoción a la Preciosa
Sangre. Por tanto, ¡oh cristiano! Si quieres unir un día,
en el Cielo, tu voz a la de los bienaventurados para
alabar a la Sangre Preciosa, procura honrarla con el
más tierno afecto mientras vives en la tierra.

EJEMPLO
El 10 de Mayo de 1718, en la ciudad de Asti, mientras
un sacerdote celebraba Misa, se observó que la sagrada
hostia estaba quebrada en el medio, y la quebradura
teñida de viva Sangre. Avisado el Superior eclesiástico,
éste se condujo allá con los canónigos, y llamó también
médicos y cirujanos, y todos declararon que era sangre
la que manaba de la sagrada hostia. Hecha consagrar
otra hostia, fue consumado el sacrificio, y la teñida con
la prodigiosa Sangre encerrada con cinco sellos en
decente urna con cristal, fue expuesta a la veneración
del pueblo. En seguida, después de tres días de ayuno,
fue llevada por la ciudad en solemne procesión, en la
cual muchos anduvieron descalzos y muchísimos
derramaron lágrimas de compunción por sus pecados.
Finalmente, hecho un proceso en regla, la urna fue
cerrada con nuevos sellos y puesta en una custodia
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sobre el tabernáculo. Monseñor Felipe Artico de


Ceneda, Obispo de Asti, el 10 de Mayo de 1841, en
presencia de varias otras personas, rotos los sellos y
abierta la sagrada urna, halló, con gran consuelo y
admiración, que después de 123 años, la milagrosa
hostia se encontraba aún incorrupta y teñida de viva
Sangre. Habiéndola examinado médicos, cirujanos y
muchísimas otras personas, formó un proceso jurídico,
firmado por 100 testigos, de los más expectables
ciudadanos, y después de dejarla por algún tiempo
expuesta a la veneración pública, la encerró como antes
(P. Antonio Riccardi, Los Prodigios de la divina Eucaristía,
n. 4, Prodigio 18). Tal milagro demuestra no solamente
que bajo las sagradas especies, junto con la carne, está
la Sangre de Jesús, como nos lo enseña la fe; sino
también que Él quiere ser honrado en su Preciosa
Sangre; y por eso los fieles deben amar, con todo el
afecto de sus corazones, esta Sangre Divina.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Besad a menudo el crucifijo, diciendo:


«Quiero amaros con todo el corazón».

JACULATORIA: Viva la Sangre que derramó Jesús


herido por nuestro amor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Mi amado Jesús, ¿queréis que yo os honre por vuestra
Sangre? ¿Y de qué otra manera, yo, miserable criatura,
podría rendiros el debido honor, sino con esta Sangre
de valor infinito? ¡Oh, Sangre divina! A cada hora, a
cada instante quiero ofreceros a mi Dios, quiero
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 12

glorificarlo continuamente en vos, quiero teneros sobre


mis labios y dentro de mi corazón, para que mis
alabanzas y actos de amor, enriquecidos por vos, sean
aceptos y agradables al Criador y Salvador mío. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
13 Rito Romano | 1962

DÍA TERCERO

CONSIDERACIÓN:
MARÍA SANTÍSIMA ANHELA QUE SEA
HONRADA LA SANGRE DE JESÚS

I. El amor de las madres para con sus hijos es tan


grande, que más desean el bien para ellos que para sí
mismas. María más que cualquier madre ama a su
Jesús, y por tanto desea sumamente que todos le amen
en su Preciosa Sangre. Por lo que le dijo a Santa
Brígida: «Mi Hijo te ama mucho, por lo tanto ámalo
también tú, y conserva siempre en tu mente su
sangrienta Pasión, la cual como joya preciosa te adorne
continuamente el pecho» (Revelaciones, libro 1º, capítulo
7). Esas mismas palabras María dirige ahora a nosotros,
¿y no habremos de escucharla?

II. Para inflamar los corazones de amor hacia su Hijo,


María, representada en la sagrada Esposa, describe sus
amabilísimas facciones, diciendo que no solo es blanco,
sino también coloreado de un hermoso rojo. Es decir,
según San Agustín lo describe, no sólo como Dios
humanado en su seno, sino además clavado en la Cruz,
derramando Sangre por nosotros. Quiere por tanto, que
especialmente sea amado su Jesús pendiente de la Cruz
y ensangrentado. Almas amantes de María, honrad
pues a la Preciosa Sangre, ya que tanto ella lo desea de
vosotros.

III. Santa Matilde vio a Jesús que goteaba Sangre y a


María que postrada a sus pies lo adoraba. Aún más,
oyó que la Santísima Virgen la invitaba a hacer lo
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 14

mismo (Juan Justo Lanspergio O. Cart., Revelaciones de


Santa Matilde, libro 4º, cap. 1); y Santa Catalina de
Ricci vio que a sus religiosas la Virgen daba a besar las
llagas y a beber la Sangre de su Hijo (Fray Serafín
Razzi OP, Vida de la Santa, libro 2º, cap. 37). Con las
cuales visiones la divina Madre estimulaba a estas
Santas a amar a Jesús, que ha dado la Sangre por
nosotros, y a honrarlo en esta misma Sangre.
Apareciéndosele también a Santa Brígida, se lamentó
de que no se honrase como es debido un tesoro a ella
tan caro, cual es la Preciosa Sangre (Revelaciones, libro
6º, cap. 112). No hagamos, oh cristianos, que la Virgen
Santísima se lamente también de nosotros. Honremos,
pues, constantemente a la Sangre divina, y haremos
algo a ella muy grato, aún por ella ardientemente
querido.

EJEMPLO
A la Beata Juana María de Maillé TOSF se le apareció
la Santísima Virgen con el Niño en los brazos, y en la
mano un incensario, donde estaba la Preciosa Sangre, e
incensó a la Beata como para significarle que el oloroso
incienso que ha de ofrecerse a su divino Hijo, es
honrarlo en su Sangre, o sea, que debía ser devota de la
Preciosa Sangre. De hecho, luego se sintió la Beata
llena de amor hacia ésta, de manera que la tenía
siempre presente en su mente, y a menudo al meditar
las penas entre las cuales fue derramada, era arrebatada
en éxtasis. La Virgen para premiarla, presentándose al
marido de la Beata, lo libró de las manos de sus
enemigos, y estando ella gravemente enferma, también
apareciéndosele, la sanó. En otra ocasión en que se
hallaba enferma, mientras se celebraba la Misa en su
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habitación, al tiempo de la elevación, vio en la hostia al


Niño Jesús, derramando Sangre, y deseando ella beber
del sagrado cáliz, se halló la boca llena de aquella
Sangre divina. Después de haber sido favorecida a
menudo en vida, con la presencia de Jesús crucificado y
de su divina Madre, el miércoles, día dedicado a María,
el 28 de Marzo, fiesta de la Preciosa Sangre en Ferrara,
voló al Paraíso (Bolandistas, 28 de Marzo, Vida y proceso
de la beata. Pío IX aprobó su culto en 1871). ¡Qué
especiales favores reciben de Jesús y de María los
devotos de la Preciosa Sangre! Imitemos a esta beata en
la devoción a la Sangre de Jesús y seremos queridos de
Él y de su Madre Divina.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Decid siete Ave Marías a la Virgen, para


que nos obtenga el amor a la divina Sangre.

JACULATORIA: En nuestro pecho infunde, oh


Madre, un grande afecto a aquella Sangre.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Virgen Santísima, Madre de mi Jesús, vos deseáis que
yo honre a vuestro divino Hijo, y lo haga en su
Preciosa Sangre. Por eso lo disteis a luz al mundo a fin
de éste fuera redimido con su Sangre. Debemos por
tanto, bendecir y honrar continuamente a esta Sangre.
¡Ea! vos, que todo lo podéis, obtenednos esta gracia de
amor a Jesús y honrarlo en su Preciosa Sangre por todo
el resto de nuestra vida. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 16

DÍA CUARTO

CONSIDERACIÓN:
MARÍA SANTÍSIMA FUE LA PRIMERA
DEVOTA DE LA PRECIOSA SANGRE

I.Ocho días después de su nacimiento, Jesús quiso ser


circuncidado. La circuncisión se ejecutaba haciendo un
tajo en el cuerpecito del niño. La Santísima Madre,
toda compasión y dolor en tal circunstancia, viendo
padecer a su Hijo, primero que todos adoró la Sangre
derramada por el Niño, y en espíritu le ofreció a Dios
conociendo plenamente que era esa Sangre divina y
precio de la humana redención. ¡Oh Virgen Santa, vos
habéis dado al mundo a Jesús y con él la devoción a su
Sangre! Esta devoción, por tanto, será siempre el objeto
más querido de nuestro corazón.

II. El Calvario fue el lugar donde principalmente Jesús


derramó su Sangre por nosotros, y allí más que en parte
alguna, María se mostró amante de ella. No sólo, dice
San Bernardo, besó repetidas veces con tierno afecto la
cruz y la tierra en los lugares que veía salpicados con la
Preciosa Sangre, sino que recibido en su seno el Hijo
muerto, imprimió en sus sangrientas llagas los más
afectuosos besos, lavándolas con sus lágrimas (San
Bernardo, Lamentaciones de la Virgen María). ¡Tanto era
su afecto hacia la divina Sangre! Luego recogió la
Sangre manada de las Divinas Llagas y la guardó
consigo cual prenda querida, por todo lo restante de su
vida (César Card. Baronio Anales Eclesiásticos 34, n.
132); y a la hora de la muerte lo dio como el más
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preciado don, a su hijo adoptivo Juan (Revelaciones de


Santa Brígida, libro 6º, cap. 112). Quien desea, pues, ser
mirado por María como hijo querido, debe ser tierno
devoto de la Preciosa Sangre.

III. El amor a la Sangre divina no se extinguió en la


Santísima Virgen con la muerte y sepultura de Jesús,
sino que se mantuvo en ella siempre vivo durante todo
el tiempo que aún permaneció en la tierra. Todos los
afectos de su corazón y los pensamientos de su mente
eran enderezados a Jesús, manante en Sangre; de modo
que, dice el doctor San Alfonso: «La mente de María
estaba teñida en la Preciosa Sangre, y esta misma
coloreaba cada uno de sus pensamientos» (San Alfonso,
Glorias de María, parte 2. Huída a Egipto). Ella misma
lo reveló a Santa Brígida, diciéndole: «En cada una de
mis ocupaciones, tenía yo presente la memoria de la
sangrienta Pasión y muerte de mi Hijo, y mientras viví,
a menudo visitaba los lugares donde Él derramó su
Sangre» (San Alfonso, Glorias de María, parte 2. Huída a
Egipto). ¡Oh amor verdadero y grande de María, hacia
la Preciosa Sangre! Si queremos pues, cautivarnos de su
corazón, imitémosla en esta devoción.

EJEMPLO
La beata Verónica de Binasco, queriendo hacerse
monja empezó a aprender a leer, rogando a la Virgen
que la ayudara, la cual apareciéndosele un día le dijo:
«Quiero que aprendas bien estas tres letras. La primera
es blanca, es decir, no debes dejar entrar en tu corazón
afecto alguno que no sea por Jesús. La segunda es
negra, a saber, no debes escandalizarte ni murmurar
por los pecadores, sino rogar por sus almas, que
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 18

cuestan sangre a mi Hijo. La tercera roja, es decir, que


debes meditar siempre en su Pasión; pues esta enciende
el alma de amor divino y la enriquece con gracias
especiales». Oído lo cual entró Verónica de conversa en
el monasterio de Santa Marta en Milán, donde se
entregó de lleno a ejecutar cuanto le había enseñado
María, especialmente a meditar los dolores de Jesús.
Haciendo lo cual era arrobada en éxtasis y derramaba
copiosas lágrimas, que empapaban sus vestidos. Para
premiar tal devoción, la Virgen se le apareció varias
veces; y por largo tiempo los sábados la llevó consigo al
Cielo. A veces Jesús le dio por su mano la comunión, y
la hizo ver los siete principales derramamientos de su
Preciosa Sangre, y le dijo que hasta una lágrima
derramada por su Pasión le es muy agradable, y de
utilidad para quien la vierte. Habiendo tenido
anticipado el anuncio de su muerte, se voló al Cielo el
Viernes 13 de Enero de 1497 (Bolandistas, 13 de Enero,
Vida de la Beata, y Luis Torelli OSA, Siglos Agustinianos,
año 1497, n.12). Aprovechémonos, oh fieles, de la
lección que dio María a esta beata, siendo devotos de la
Preciosa Sangre, y participaremos también nosotros de
sus favores.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir

OBSEQUIO: Mientras oís la Santa Misa, pensad en la


Pasión y muerte de Jesús.

JACULATORIA: Yo quiero, oh Virgen, por vuestro


amor, a tanta Sangre rendir honor.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
19 Rito Romano | 1962

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Virgen mía querida, es justo que el hijo imite en bien a
la madre, y que yo siga vuestro ejemplo de amor hacia
la Preciosa Sangre. Vuestro corazón nutrió siempre la
más tierna devoción a ella, y vuestra alma ardió entera
por su amor. También yo, Madre mía divina, quiero
abrazar una devoción tan agradable a vos: quiero ser
siempre devoto de la Preciosísima Sangre. Una sola
chispa del fuego en que por ella ardáis os pido que me
deis, y seré vuestro fiel imitador en amar la Sangre de
vuestro divino Hijo. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 20

DÍA QUINTO

CONSIDERACIÓN:
MARÍA SANTÍSIMA, LLENA DE GRACIA POR
LA SANGRE DE JESÚS, NOS OBTIENE,
MEDIANTE ESTA MISMA, TAMBIÉN A
NOSOTROS GRACIAS
I. Por el Verbo eterno fueron creadas todas las cosas, y
por Él fue todo reconciliado. Jesús, con la efusión de su
Sangre, nos ha devuelto la divina amistad, y nos ha
constituido hijos del Padre celestial; por consiguiente
esa Sangre es para nosotros la fuente de todo bien. Por
tanto es la Preciosa Sangre fundamento y manantial de
todos nuestros méritos. A ella, pues debemos enderezar
nuestros afectos.
II. Si María Santísima fue concebida sin pecado
original y colmada de todas las gracias desde el primer
instante de su concepción, lo debió a los méritos de la
Sangre Preciosa. «María, dice la Santa Iglesia, por los
méritos de la pasión y muerte que Jesús habría de
sufrir, fue preservada de la culpa original, y llegó
inmaculada a la existencia, y llena de gracias sobre
todas las criaturas». (Bula dogmática de Pío IX, 8 de
Diciembre de 1854). Sí, oh Virgen Santísima, disteis a
Jesús cuerpo y sangre de un modo nuevo y admirable, y
de un modo también nuevo y admirable gozasteis
(«Redimida de un modo más sublime», ibídem) de los
frutos de su Sangre, llegando a la existencia adornada
de todas las más sublimes gracias. Por esto, Oh devotos
de María, muy justo es que demos gracias y honremos
siempre a la Preciosa Sangre, que tan grande ha hecho
a esta nuestra divina Madre.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
21 Rito Romano | 1962

III. La Santísima Virgen es la dispensadora de todas las


gracias, porque habiendo tenido en ella origen la
Preciosa Sangre, Jesús quiere que los beneficios de ésta
lleguen hasta nosotros por intercesión de ella. Por esto
nos la dio por Madre, no cuando subió al Cielo, sino
mientras derramaba su Sangre en la Cruz, «como si
hubiera dicho, escribe el doctor San Alfonso: “Nadie
puede participar de mi Sangre, sino por intermedio de
mi Madre. Mis llagas son las fuentes de las gracias,
pero éstas no llegarán a las almas, sino por medio de
María que es su canal”» (San Alfonso. Glorias de María,
parte 1, cap. 5, n. 1). Quien desee, por tanto, participar
de los tesoros de la Sangre divina, acérquese a María y
los tendrá en abundancia. A la devoción de María junte
la de la Preciosa Sangre, y las bendiciones celestiales
descenderán copiosamente sobre él.
EJEMPLO
Un día se apareció María a San Pablo de la Cruz,
vestida de negra túnica, teniendo sobre el pecho escritas
estas palabras en un blanco escudo en forma de
corazón: «la Pasión de Jesucristo», y le habló de esta
manera: «Hijo: si quieres hacer obra grata para mí
funda una congregación en la cual se use este vestido y
se haga continuo luto por la pasión y muerte de mi
querido Hijo». Ejecutó Pablo los deseos de la divina
Madre, instituyendo la Congregación de los
Pasionistas, a quienes agregó, a los tres acostumbrados,
un cuarto voto, de avivar en todos el recuerdo de la
Pasión. Ésta, para él, tan querida devoción trató de
infundir en los demás, predicando con tanta ternura
sobre los padecimientos de Jesús, que movía los más
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 22

obstinados corazones a compadecerse del Dios


crucificado. La Santísima Virgen, complacida de tal
obra, se le apareció muchas veces durante su vida, y en
punto de muerte, vino con su Hijo a tomar su alma
para llevársela al cielo. (Pablo José de la Inmaculada
Concepción, Vida del Santo). Si quieres, cristiano, que
María sea tu refugio y tu abogada, ama a la Preciosa
Sangre, lávate en ella, mediante una buena confesión,
resuélvete de veras a no pisotear más esta Sangre con el
pecado; y por los méritos de la misma, te obtendrá
María la gracia de la perseverancia y el paraíso.
Se medita y se pide lo que se desea conseguir.
OBSEQUIO: Haced una visita a María Santísima,
rogándole por la Sangre de su Hijo que os obtenga la
salvación de vuestra alma.

JACULATORIA: Por nosotros ofrece, oh Virgen


Madre, la Sangre de tu Hijo, ante Dios Padre.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Virgen Santísima, Madre del Verbo Divino, volved a
nosotros vuestros compasivos ojos, y a la vista de
nuestras miserias y necesidades, moveos a piedad de
nosotros. En vos tuvo origen la fuente de las gracias, la
Sangre Preciosa; mediante ella podéis, pues, ayudarnos.
Ofrecedla por nosotros al eterno Padre, y seguramente
nos alcanzaréis todo lo que necesitamos. Haced que un
río perenne de la Sangre de vuestro Hijo, se deslice
sobre nosotros, para que robustecidos con ella podamos
vivir santamente y morir en el abrazo del Señor. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
23 Rito Romano | 1962

DÍA SEXTO
CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS ES CONDIGNA
SATISFACCIÓN DEL PECADO

I. Grandes penitencias han hecho los santos. San Pablo,


primer ermitaño, vivió cerca de cien años en el desierto
(Breviario Romano, 15 de Enero), y San Simeón
Estilita se estuvo durante muchos sobre una columna
(Martirologio Romano, 5 de Enero); mortificándose
ambos con ayunos y cilicios. Otros se ejercitaron en
indecibles austeridades. De entre los mártires, quien ha
sido quemado, quien descuartizado, quien obligado a
beber plomo derretido, quien bárbaramente lapidado.
Ahora bien, todos estos padecimientos juntos, sin la
Sangre de Jesús, son insuficientes para satisfacer por
una sola culpa ¡Tan grave es! No os atreváis, pues,
cristiano, a cometer jamás el maldito pecado.

II. El pecado, como ofensa a Dios, requería una


satisfacción infinita, que el hombre miserable no podía
dar. Por tanto nuestra perdición hubiera sido
irremediable, si el misericordioso Señor no se hubiera
hecho hombre y expiado nuestras culpas con el mérito
de su Sangre Preciosa. Siendo ésta la Sangre del
hombre-Dios, tiene un valor infinito, y por consiguiente
es por sí sola bastante para obtener nuestro rescate.
¿Cuánto entonces no debemos amar esta Sangre divina?
¿Qué tierna devoción no debemos sentir hacia ella?

III. La vida animal está puesta en la sangre; y Dios


había decretado que el pecado se borrase con la sangre
de la víctima (Levítico XVII). Pero con la sangre de los
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 24

animales y aún la de todos los hombres, es imposible


cancelar las culpas, por ser ella de valor infinito; por
esto fue necesario que Jesús consumara nuestra
redención con la efusión de su Sangre. Demos, pues,
las gracias y amemos tiernamente la Preciosa Sangre,
que nos ha librado de nuestra irreparable perdición.

EJEMPLO
La beata Elena Valentini de Údine, tanto siendo casada
como siendo monja, meditó continuamente la Pasión
de Jesús; por cuyo amor dormía sobre la desnuda tierra;
se flagelaba cruelmente y los viernes se alimentaba con
solo una fruta y bebía hiel y vinagre. Jesús se le
aparecía clavado en la Cruz y ensangrentado, en la
sagrada Hostia, cuando ella oía Misa o comulgaba.
Para gozar aún mejor de los frutos de la Preciosa
Sangre, en 1450 fue a Roma en ocasión del Año Santo,
haciendo a pie centenares de millas, llevando 33
piedrecitas dentro de los zapatos, así de ida como de
vuelta. Conociendo que las mortificaciones, aunque
grandes, por sí solas no bastan para satisfacer por el
pecado, no quiso otra gracia del Papa Nicolás V, sino la
Indulgencia en artículo de muerte. Después de tres años
de penosas enfermedades, estando próxima a morir,
para confortarla, se le apareció María con Jesús
manando Sangre; y ella, habiéndose hecho aplicar la
dicha indulgencia y leer la Pasión, alzó la cabeza hacia
la cruz y expiró (Luis Torelli OESA, Siglos Agustinianos,
año 1458, n. 25, etc.). Amemos también nosotros
entrañablemente esta Sangre, único precio condigno de
nuestro rescate, y mediante ella, libres de la merecida
condenación, alcanzaremos la vida eterna, la felicidad
que nunca tendrá fin.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
25 Rito Romano | 1962

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Antes de empezar cualquiera acción,


diréis: «Eterno Padre, yo os ofrezco la Sangre
Preciosísima de Jesucristo en descargo de mis pecados
y por las necesidades de la Santa Iglesia». Y ganaréis
cada vez cien días de indulgencia.

JACULATORIA: La Sangre sea siempre alabada, que


de los Cielos abrió la entrada.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¿Qué habría sido de mí, querido Señor mío si no
hubieseis derramado vuestra sangre por mi salvación?
No pudiendo yo satisfacer por los pecados cometidos,
me habría irremisiblemente perdido, Sangre
Preciosísima de mi Jesús; vos sola habéis podido
satisfacer por mí a la Divina Justicia y vos sola sois, por
tanto, mi salvación. ¡Cuánto agradecimiento por ello os
debo! Quiero, pues, honraros y amaros siempre en esta
vida, para poderos honrar y amar eternamente también
en la otra. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 26

DÍA SÉPTIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS HA REDIMIDO DE
LA ESCLAVITUD DEL DEMONIO

I. El gigante Goliat, alto y robusto como dos veces un


hombre, revestido de bronce de pies a cabeza y armado
de punta en blanco, amenazaba a los hebreos que,
atemorizados, no sabían cómo librarse de él, cuando un
pastorcito de cabellos rubios, llamado David, se
adelantó contra él, con un bastón, cinco piedras, y
agitando su honda, con una de esas lo mató. Dice San
Agustín que en este hecho está figurada la victoria que
Jesús crucificado obtuvo sobre el gigante infernal
(Véase la lección del 2º nocturno, Oficio de la
Domínica 4ª después de Pentecostés); pues Jesús,
rubicundo de sangre, con el leño de la cruz y sus cinco
llagas venció al demonio y nos rescató de su esclavitud.
Por lo tanto cuando nos tiente, dice San Buenaventura,
pensemos en Jesús crucificado y lo venceremos («El
cristiano vence al diablo con el recuerdo de las Llagas
de Cristo y el leño de la Cruz», S. Buenaventura, en la
Circuncisión del Señor, Sermón 4º).

II. Pocos días antes de morir decía Jesús: «Ha llegado el


tiempo en que el demonio será echado del mundo»
(San Juan XII, 31); es decir, con mi muerte libraré al
hombre de la esclavitud. En efecto, apenas el Salvador
fue crucificado, dice San Jerónimo, el demonio
viéndose vencido, quería impedir que el muriese, y por
esto, hizo decir a los judíos: «Si eres hijo de Dios,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
27 Rito Romano | 1962

desciende de la cruz»; pero Jesús, despreciando tales


palabras, derramó hasta la última gota de su Sangre y
consumó nuestro rescate (San Jerónimo, sobre San
Mateo XXVII, 43, lib. 4). ¡Oh amor inmenso de Jesús
por nosotros! A tal consideración, ¿quién no se sentirá
arrastrado a amar a un Dios que para redimirnos ha
derramado toda su Sangre, clavado en un madero?

III. Vio San Juan gran número de bienaventurados que


seguían al Verbo, el cual llevaba su túnica salpicada en
Sangre; y que por ellos era vencido el opuesto ejército
infernal (Apocalipsis XII, 11). Igualmente nosotros,
para vencer las tentaciones, debemos unirnos con Jesús
ensangrentado; pues esa Sangre que nos ha redimido de
la esclavitud del demonio, nos dará la victoria contra
sus ataques.

EJEMPLO
En Santa María de la Esborra, en España, un sacerdote
mientras celebraba la Misa, fue tentado a dudar de la
presencia real de Jesucristo bajo las especies
sacramentales, cuando vio de improviso en el cáliz
consagrado, en vez de las especies de vino, aparecer
viva Sangre. Y ésta creció de tal manera en el cáliz, que
lo lleno todo y aun corrió por fuera, llegando a bañar el
corporal. Con tal milagro se desvaneció toda tentación
en el sacerdote. Sergio IV, entonces Papa, mandó
instruir sobre ello un proceso canónico, y declaró
prodigioso el suceso por una Bula especial, el año
segundo de su pontificado. En 1868 se veía aun
colorear de Sangre aquel corporal. ¡Cuántos sucumben
en las tentaciones por no valerse de la Preciosa Sangre!
Aprovechemos de ella al menos nosotros, invocándola
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 28

y recibiéndola a menudo en los sacramentos, y con tal


medio, en los más tremendos asaltos del infierno,
estaremos seguros de lograr la victoria.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Cuando seáis tentado, decid: «Jesús mío,


por vuestra Sangre, ayúdame».

JACULATORIA: Por esta Sangre del Redentor; Satán


no temo tu gran furor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Cuántos bienes me habéis aportado, Jesús mío, con la
efusión de vuestra Sangre! Por ella me librasteis de la
esclavitud del demonio y merecisteis para mí, la gracia
de no recaer en ella. ¿Cómo sucede entonces que yo
tantas veces me dejo vencer del enemigo infernal? Todo
por culpa mía, porque no me valgo de vuestra Sangre.
¡Con tanto costo Vos me habéis rescatado, y yo, por un
innoble desahogo de pasión me vendo al demonio!
¡Qué amargura aporto de esta manera a vuestro
Corazón! ¡Qué afrenta a vuestra Sangre! Ea, por esta
misma Sangre, perdonadme, pues para lo futuro quiero
siempre lavarme con ella, y siempre invocarla en los
peligros, a fin de vencer toda diabólica tentación.
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
29 Rito Romano | 1962

DÍA OCTAVO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS LIBRA DE LOS
DIVINOS FLAGELOS

I. Dios para librar a los hebreos del castigo con que iba
a afligir a los egipcios (en cuyo país aquellos se
hallaban), les ordenó que después de sacrificar un
cordero, señalasen con su sangre, las puertas de las
propias casa. En efecto, aquella noche, el Ángel del
Señor mató a todos los primogénitos de Egipto, sin
hacer daño alguno a los que habitaban las casas teñidas
con aquella sangre. Ahora bien, si los hebreos, dice el
Pontífice Pío IX, quedaron exentos del castigo común
por la sangre, figura de Jesús; ¿cuánto más esta valdrá
para salvar a sus devotos de los divinos flagelos? ¿Por
qué entonces lamentarnos de las desventuras?
Recurramos a la Preciosa Sangre, lavémonos con ella y
será para nosotros valiosísimo escudo contra los
flagelos divinos.

II. El profeta Ezequiel vio a seis ministros de la ira


divina hacer estragos entre los ciudadanos de Jerusalén,
perdonando sólo a aquellos cuya frente había sido
macada con una Cruz. Igualmente San Juan vio a los
ángeles que al castigar al mundo, sólo perdonaban a los
señalados que se habían lavado con la Sangre del
Cordero Divino. En ambas visiones están figurados los
amantes de la Preciosa Sangre, como privilegiados para
quedar exentos de los divinos castigos. Feliz también en
el tiempo, quien sea devoto de la Preciosa Sangre.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 30

III. Si el Señor justamente indignado contra nosotros


nos castiga por las faltas cometidas, como un medio
eficaz para aplacar su ira, ofrezcámosle la Preciosa
Sangre, encendámonos de sincera devoción a ella,
bañémonos en ella acercándonos con frecuencia a los
Sacramentos, y veremos en el hecho cómo es gran
verdad que la Divina Sangre de que estamos rociados,
desarma el brazo de Dios y nos libra de sus justos
flagelos.

EJEMPLO
Santa María Magdalena de Pazzi era tan amante del
crucifijo, que al sólo mirarlo era arrobada en éxtasis.
Viendo una vez que del crucifijo corría por tierra
mucha Sangre, exclamó: «Quisiera ser tierra para
absorberla». Un día de carnaval, mientras marchaba en
procesión junto con las religiosas para aplacar la divina
justicia, a fin de obtener que suspendiera los castigos
merecidos por tantos pecados que en dicho tiempo se
cometían, vio a Jesús cubierto de Sangre, con la cual
purificada se ofreció para padecer las mismas penas que
Él y de este modo aplacar la divina indignación. En
otra ocasión vio a Jesús coronado de espinas, que
quería sustraer a los hombres ingratos su divina gracia,
y ella, ofreciéndole igualmente el rostro de Él
ensangrentado, trató de aplacarlo. Jesús mismo le
ordenó que le ofreciera la Preciosa Sangre por los
pecadores y haciéndolo ella, desarmó a menudo la
Divina Justicia. Aquí tienes, oh, cristiano el remedio de
tus males; ama y ofrece por ti mismo la Preciosa
Sangre.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
31 Rito Romano | 1962

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Postrados a los pies de Jesús, rogadle


que, por su Sangre, os libre de los castigos merecidos
por el pecado.

JACULATORIA: Por vuestra Sangre, Cordero mío,


has de evitarme todo castigo.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Razón tenéis, ¡oh Señor!, para castigarnos con
repetidos flagelos, siendo tan grandes en número y
malicia los pecados que de continuo cometemos.
Empero, considerad lo que os ofrecemos, la Sangre de
vuestro Unigénito; su vista aplaque vuestra justicia,
desarme vuestro brazo y nos obtenga el perdón, puesto
que arrepentidos detestamos nuestras culpas y
proponemos su enmienda. Sangre de mi Jesús, a vos
me entrego todo, en vos confío, y rociado de vos
ciertamente, me libraré de los merecidos castigos.
Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 32

DÍA NOVENO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS LLENA AL ALMA DE
PACIENCIA

I. Apenas nace el hombre, cuando empieza a llorar; y


una lágrima pende de su pestaña cuando muere. Señal
evidente de que nuestra vida ha de ser acompañada
siempre de sinsabores y miserias. Y en verdad la vida es
tiempo de pruebas y no de placeres; pues aquí abajo
debemos merecer la felicidad, que para siempre nos
será dada en el Cielo. ¿Pero quién nos animará a
soportar los trabajos? ¿Quién nos consolará en las
aflicciones? Jesús crucificado. Pensemos siempre en su
sangrienta Pasión, y de esta manera seremos
confortados en las angustias y desventuras.

II. Estando temeroso de pasar un torrente el ejército


hebreo, Simón, su jefe, se arrojó primero al agua y con
su ejemplo todos los demás pasaron, despreciando
peligros y molestias (I Macabeos XVI, 6). Jesús, Dios
nuestro, no sólo nació en una gruta y vivió
fatigosamente en un taller; sino que además, entre
dolores atrocísimos, derramó su Sangre por nuestro
bien: ¿Y rehusaremos nosotros seguirlo en el padecer?
En verdad su ejemplo no puede menos que animarnos
al sufrimiento.

III. San Pedro de Verona, recluido en la cárcel por


infame calumnia, acongojado oraba ante el crucifijo, el
cual hablándole lo consoló con estas palabras: «Pedro,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
33 Rito Romano | 1962

¿qué mal he hecho yo para estar en la Cruz?» (Domingo


María Marchese OP, Diario Dominicano, Vida del Santo,
29 de abril). Igualmente recibiremos nosotros de Jesús
alivio en los trabajos y valor para padecer, si fijamos la
vista en el mismo crucificado. El pensar que sufrió
siendo inocente y que nosotros padecemos mucho
menos de lo que hemos merecido; el reflexionar que no
hemos vertido ni una sola gota de sangre por Él, que
toda la suya la derramó por nosotros, ciertamente ha de
confortarnos en sumo grado en nuestros padecimientos.

EJEMPLO
Un hombre, habiendo dejado el mundo, se hizo
religioso. Mas el demonio furioso de ver encerrado en
el claustro a quien en medio del siglo fácilmente habría
podido vencer, lo asaltó con vehementes tentaciones.
Representábale el maligno que le sería imposible llevar
una vida tan austera; y poniéndole ante la imaginación
las comodidades de la casa paterna, y el duro lecho y
pan negro del convento, trataba de persuadirlo a que
sin tantas austeridades podía salvarse fuera de la
religión. Combatido así por mil dudas, aquel fuese a
orar a los pies del crucifijo; y en lo mejor de la oración,
vio manar prodigiosa Sangre del sagrado costado, y
oyó una voz que le decía: «Mira esta Sangre derramada
por ti, acuérdate de ella en las austeridades y todo te
será fácil y suave» (San Buenaventura, Perfección de vida,
cap. 6). ¡Feliz él, que siguiendo tal consejo soportó los
rigores todos de la vida religiosa! Feliz también el que
lo imite, pues con este medio sufrirá en paz toda
tribulación.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.


MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 34

OBSEQUIO: En toda contrariedad repetid: «Hágase la


voluntad de Dios».

JACULATORIA: La vida mía ¡cuán penosa es! Dame


paciencia, Sangre preciosa

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Jesús mío, cuanto habéis sufrido por mí! ¡Entre cuán
fieros tormentos habéis derramado vuestra Sangre por
salvarme! ¡Y a mí me agrada tan poco el padecer! Y yo,
que tantas veces he merecido las penas del infierno,
¿me quejaré de las breves tribulaciones de este mundo?
¿Me lamentaré hasta de la más pequeña incomodidad?
Pero si a Vos no me asemejo en el padecer, ¿cómo
podré entrar con Vos en la gloria? ¡Ah! De hoy en
adelante quiero grabar en mi mente vuestra imagen,
toda bañada de Sangre, para sufrir, animado por ella,
toda tribulación. Sangre Preciosa, derramada entre las
más acerbas penas, de Vos espero las fuerzas para sufrir
con paciencia en esta vida a fin de poder gozar en la
otra. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
35 Rito Romano | 1962

DÍA DÉCIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SIRVE DE SALVACIÓN
A QUIEN SE VALE DE ELLA, Y DE
CONDENACIÓN A QUIEN LA DESPRECIA

I. Jesús derramó su Sangre para la salvación de todos;


sin embargo, el santo anciano Simeón predijo que ella
habría de servir de salud para muchos y de ruina para
otros; y que ello sucedería cuando el alma de la Madre
divina fuera traspasada por la espada del dolor (San
Lucas II, 34-35). En el Calvario María fue por ésta
atravesada, mientras Jesús derramaba su Sangre en la
Cruz. Por tanto, Jesús crucificado servirá de salvación a
quien quiera aprovecharse de la efusión de su Sangre, y
servirá de ruina a quien rehúse valerse de ella.

II. Un ladrón crucificado junto a Jesús, despreció


obstinadamente su Sangre, y se condenó. Judas
traicionó esta Sangre, y desesperado se quitó la vida
ahorcándose. Los judíos al pedir la muerte de Jesús,
gritaron: «Caiga su Sangre sobre nosotros y sobre
nuestros hijos» (San Mateo XXVII, 25); y he aquí que
pocos años más tarde, el mal que habían imprecado,
descendió sobre sus cabezas. Pues muchísimos de ellos
fueron muertos, otros hechos cautivos y Jerusalén
totalmente destruida, como el mismo Jesús lo había
anunciado (San Lucas XIX, 44). ¡Qué tremendos
castigos tiene Dios aparejados a los conculcadores de
su Sangre!

III. Si en el tiempo pasado hemos despreciado la


MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 36

Sangre de Jesús, haciéndonos sordos a las divinas


inspiraciones, viviendo obstinados en la culpa, y no
cooperando a las gracias que Dios nos ha dado; no
suceda así en lo futuro, para no atraer sobre nosotros la
más terrible venganza del Cielo. La voz de la Preciosa
Sangre sirve de misericordia a quien la escucha, pero de
condenación a quien la desprecia.

EJEMPLO
San Francisco de Borja, llamado al lecho de un
moribundo que pertinazmente rehusaba confesarse, con
el crucifijo en una mano y palabras de fuego en los
labios, hizo poderíos para hacerlo arrepentirse. Más
despreciando aquel impío las palabras de Francisco, el
crucifijo comenzó a gotear viva Sangre de sus llagas, y
con amorosos acentos, dijo: «Mira cuánto he padecido
y cuánta Sangre he derramado por ti: ¿por qué,
entonces, no te entregas? ¡Ah! Confiésate arrepentido,
que te perdono». Pero aún a vista de tan gran prodigio,
permaneció aquél siempre obstinado, y Jesús desclavo
una mano y llenándola de Sangre, la arrojó al rostro del
pérfido, diciéndole: «Si no la quieres para salvarte,
sírvate de condenación». El desgraciado, blasfemando,
murió presa de la más aterradora desesperación
(Colección de las Obras del Santo, y su vida, por su sobrino-
nieto, Francisco Borja). ¡Terrible ejemplo para quien
deprecia las divinas gracias que Jesús nos ha merecido
con la efusión de su Sangre!

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Haced el acto de contrición con el firme


propósito de valeros siempre de la Sangre Preciosa.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
37 Rito Romano | 1962

JACULATORIA: Haced que sea, caro Señor, la


Sangre vuestra mi salvación.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Qué locura, oh Señor, ha sido hasta ahora la mía de
resistir a vuestras gracias! ¡Me habéis ofrecido el perdón
y yo lo he rehusado; me habéis extendido vuestros
brazos para apretarme al seno, y yo os he vuelto las
espaldas y me he escapado; me habéis mostrado la
Sangre derramada para salvarme, y yo la he pisoteado
cometiendo nuevos pecados! ¡Desgraciado de mí, que
no merezco más perdón! Pero ¡ea! Por esta misma
Sangre, no me rechacéis, ahora que arrepentido me
vuelvo a Vos, Sangre Preciosa, con vuestra voz
omnipotente, perorad en favor mío; ya que en lo futuro
no sólo no quiero jamás pisotearos, sino vivir siempre
como vuestro verdadero amante. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 38

DÍA UNDÉCIMO

CONSIDERACIÓN:
PARA GOZAR DE LOS SALUDABLES FRUTOS
DE LA SANGRE DE JESÚS, SE REQUIERE
NUESTRA COOPERACIÓN

I. El árbol que no produce fruto, será arrancado y


echado al fuego: y el cristiano que no hace buenas
obras, será arrojado al infierno. Por esto dice San
Pedro: «vivid santamente, acordándoos que habéis sido
redimidos con la Sangre Preciosa»: porque no se puede
participar de la redención que esta Sangre nos ha dado,
sin nuestra cooperación. Si Dios nos ha creado sin
mérito nuestro, no quiere decir que sin méritos nos
salvemos.

II. Dios abrió un camino en el Mar Rojo (figura de la


Sangre de Jesús) para librar de sus enemigos a los
hebreos; pero fue necesario que estos anduvieran sobre
él, para obtener su salvación. Además, para que fueran
curados de las mordeduras de las serpientes venenosas
con que Dios los castigaba, no fue bastante que Moisés,
según el mandato divino, alzase la serpiente de bronce
(figura de Jesús alzado en la cruz), sino que hubo
necesidad de que fijaran la vista en ella. Así también
nosotros, para aprovechar de la salvación que nos ha
procurado la Preciosa Sangre, hemos de concurrir con
buenas obras.

III. Jesús, subiendo al Calvario, quiso ser ayudado del


Cireneo a llevar la cruz, para darnos a conocer, dice
San Alfonso, que no basta su Sangre sin nuestra
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
39 Rito Romano | 1962

cooperación. Él hizo cuanto era necesario para


satisfacer a la divina justicia, derramando su propia
Sangre; pero como no quiere salvarnos a la fuerza,
debemos cooperar también nosotros a nuestra
salvación. Los Santos en el Cielo no solo visten túnicas
lavadas en la Sangre de Jesús, sino que también en sus
manos llevan palmas, en señal de haber combatido
ellos también. Cooperemos, pues, a la Sangre divina, y
nos salvaremos.

EJEMPLO
La sierva de Dios, Clara de Bugni OSC, después de
mucho rezar por la salvación de las almas, presa de
gran fervor, empezó a decir: «En remisión de mis
pecados, ¡oh Jesús!, dame tu Sangre», y luego vio
delante una ampolleta con la Sangre Preciosa; y Jesús,
apareciéndosele, le mostró las llagas de donde había
brotado. Para participar de la Preciosa Sangre, se
acercaba a menudo a la comunión; pero un día, no
atreviéndose a comulgar por humildad, se le apareció
Jesús en la cruz y la animó a recibirlo sacramentado.
Habiendo vivido siempre devota de la Preciosa Sangre
y ejercitada en todas las buenas obras, murió asistida de
Jesús y de María, y a su muerte desapareció aquella
Sangre Preciosa. Imitemos a esta sierva de Dios en la
verdadera devoción a la Sangre de Jesús, que consiste
en amarlo y hacer el bien, y así nos salvaremos también
nosotros.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.


MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 40

OBSEQUIO: Al salir y entrar en casa, decid: «Sea


siempre bendecido y alabado Jesús, que con su Sangre
nos ha salvado».

JACULATORIA: Sangre Preciosa de mi Señor, yo


quiero amarte con sumo ardor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Oh Jesús mío! Habéis cumplido cuanto se requería
para mi salvación eterna, derramando vuestra Sangre
hasta la última gota; ¿y yo nada haré por salvarme?
¡Querría el paraíso, sin hacer buenas obras; la
recompensa, sin el trabajo; la corona, sin el combate, ni
la victoria! ¡Loco de mí! ¿Dónde estaría entonces la
justicia? Jesús mío, ya que tanto habéis padecido y
derramado tanta Sangre por mi salvación, quiero yo
también procurármela con mis buenas obras, ayudado
de la gracia que vuestra Sangre me ha obtenido. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
41 Rito Romano | 1962

DÍA DUODÉCIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SE APLICA AL ALMA
POR MEDIO DE LOS SACRAMENTOS

I. Entre mil necesidades espirituales, nace y vive el


hombre sobre la tierra: y el buen Jesús se ha
preocupado de proveernos de todo, instituyendo los
Sacramentos. El Bautismo borra el pecado original en
que nacemos; la Confirmación nos da fuerza para
combatir a nuestros enemigos espirituales; la
Comunión fortifica nuestra fragilidad; la Confesión nos
perdona los pecados; la Extremaunción nos socorre a la
hora de la muerte; el Sagrado Orden hace a los
sacerdotes, que son los mediadores entre Dios y el
hombre; y el Matrimonio aporta gracia para cumplir los
deberes de tal estado. ¡Oh, qué grandes bienes nos traen
los Sacramentos!

II. Si los Sacramentos tienen virtud para producir tanto


bien, lo deben a la Preciosa Sangre. Jesús, para
santificar a su pueblo, dice San Pablo, derramó toda su
Sangre, muriendo en la cruz. Esta santificación se nos
comunica mediante los Sacramentos. Por tanto, los
Sacramentos obran en nosotros en virtud de la Sangre
de Cristo, y sus frutos se aplican a nosotros por medio
de los Sacramentos.

III. Santa Teresa, después de acercarse un día a los


Sacramentos, oyó a Jesús, que decía: «He vertido la
Sangre con gran dolor, y tú gozas de ella con gran
placer». Realmente es así. Jesús derramó su Sangre en
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 42

medio de los más atroces dolores, y nosotros sin ningún


trabajo gozamos de sus frutos en los Sacramentos. ¡Ay
de quien no aproveche tan grande don: sólo será causa
de su perdición!

EJEMPLO
Habiendo tomado los moros la fortaleza de Mámora
(actual Mehdía, Marruecos), se apoderaron de muchas
sagradas imágenes, entre ellas una de Jesús Nazareno.
Dichas imágenes rescatadas por los Trinitarios, fueron
enviadas a diversos príncipes que las pidieron, siendo la
del Nazareno llevada a Madrid, donde dispensó
muchas gracias, entre ellas la conversión de un pecador
obstinado. Hallándose éste próximo a morir, rehusaba
los Sacramentos; mas apenas pasó por delante de su
casa la procesión con la bendita imagen, pidió confesor,
diciendo: «Se me ha aparecido Jesús Nazareno y me ha
dicho: “Hijo, ¿por qué no quieres lavarte en la Sangre
que derramé para tu bien?”». Por esto muy
compungido, se confesó. A nosotros también, oh fieles,
el Señor Nazareno nos muestra su Sangre y nos invita a
lavarnos con ella en los Sacramentos. Seamos, pues,
dóciles para corresponder a sus amorosas invitaciones,
acercándonos a menudo a los Sacramentos.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Haced el examen de conciencia y un


firme propósito de enmendaros de los vicios o defectos
en que soléis caer.

JACULATORIA: Con Sangre Tuya, caro Señor,


rellena y colma mi corazón.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
43 Rito Romano | 1962

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Piadosísimo Jesús mío, ¿qué mas podíais hacer por
salvarnos? Por mí habéis bajado del Cielo y os habéis
revestido de mi misma carne; por mí os habéis
sacrificado en la Cruz; y por mí habéis derramado hasta
la última gota vuestra Preciosísima Sangre. Como si
esto fuera poco, habéis querido instituir los
Sacramentos, mediante los cuales, por los méritos de
vuestra Sangre, se comunican a las almas las gracias
más especiales, para que puedan salvarse. ¡Y sin
embargo yo no me acerco, o lo hago con frialdad, a
estas fuentes de dones celestiales! ¡Qué grande ceguera
la mía! Pero ahora propongo firmemente reparar tan
grave error, recibiendo a menudo y con las debidas
disposiciones los Sacramentos; a fin de que enriquecido
con las gracias que me comunican, pueda felizmente
alcanzar mi eterna salvación. Mientras tanto, oh Sangre
Preciosísima, os rindo las más vivas gracias, y prometo
el más grato reconocimiento por los sumos bienes que,
vos mediante, se nos comunican al recibir los
Sacramentos. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 44

DÍA DECIMOTERCERO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS ENRIQUECE DE
GRACIAS EN EL BAUTISMO

I. Jesús quiso humillarse haciéndose bautizar por San


Juan; y hecho esto, «se rasgaron los cielos, el Espíritu
Santo descendió sobre él en figura de paloma y se oyó
una voz que decía: “Este es mi Hijo amado”» (San
Mateo III, 16-17). Tal sucede en el sacramento del
bautismo. Borrada la culpa original en el bautizado, se
le abre el paraíso, que por la misma se le había cerrado;
arrojado de aquella alma el demonio, desciende a ella el
Espíritu Santo; la cual adornada con su gracia, es
adoptada de Dios por hija. Alma mía ¿qué favores son
estos? ¿y tú no lo tomas en cuenta? ¿y no amarás la
Sangre de Jesús que te mereció tan grandes bienes?

II. Herido el Corazón de Jesús, vertió Sangre y Agua, y


entonces fue cuando aquella Sangre comunicó al Agua
el poder de obrar en el bautismo tan admirables efectos,
como nos lo asegura Santo Tomás (Romanos VI, 3-4).
¿No sabéis acaso, dice San Pablo, que quién se bautiza,
es bautizado en la muerte de Cristo? (Romanos VI, 3-
4). «Por la Sangre de Jesús, añaden san Buenaventura y
San Agustín, en el bautismo el alma es libertada de la
esclavitud del demonio y bañada con esa Sangre queda
limpia y cándida» («Somos sacados de la esclavitud del
diablo por su Sangre en el bautismo». San
Buenaventura, Los diez mandamientos, sermón II. «Con
aquella Sangre te harás cándida». San Agustín, De la
perseverancia. 4, Del cultivo del campo del Señor, cap.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
45 Rito Romano | 1962

4). En efecto, las gracias que se nos comunican en el


bautismo son fruto de la Preciosa Sangre. ¡Oh Sangre
divina, os tributo las más rendidas gracias por tamaños
favores! Si otra cosa no puedo hacer, al menos prometo
honraros siempre, hasta el último aliento de mi vida.

III. El sacerdote, poniendo sobre el bautizado un


blanco lienzo, dice: «Recibe esta cándida túnica; para
que conservándote limpio como ella, puedas en el
juicio divino, obtener la sentencia de eterno premio».
Pero, ¡oh dolor! Con el pecado hemos manchado la
hermosa estola de la inocencia, arrojando de nosotros
al Espíritu Santo y de hijos de Dios, nos hemos
convertido en esclavos de Satanás ¿Qué otra cosa
podemos esperar, sino terrible condenación? Ah, si
queremos librarnos de ella, lavémonos con nuestras
lágrimas y con la penitencia valorizada con los méritos
de la Sangre de Jesús, recuperemos la gracia de Dios y
de esta manera volveremos a adquirir la celestial
herencia, que habíamos perdido por el maldito pecado.

EJEMPLO
La beata Catalina de Raconigi, dominica, se abrazó a la
cruz desde pequeña, a fin de conservar la gracia
adquirida en el bautismo, poniendo toda su confianza
en la Sangre divina. Un día que estaba rezando ante la
imagen de San Pedro, mártir, este se le apareció con un
cáliz en la mano, y le dijo: «bebe, que está lleno de la
Preciosa Sangre», y apenas gustó de aquella Sangre, se
le apareció Jesús cargado con la cruz y la animó a
padecer. Tentada a no creer en la Presencia Real de
Jesús en el Santísimo Sacramento, rechazó la tentación
y mereció ver en el aire al Niño Jesús, que de sus cinco
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 46

llagas derramaba Sangre en un cáliz. Con el pasar de


los años, crecieron también las tentaciones, al extremo
de aparecérsele visiblemente el demonio e incitarla a la
desesperación asegurándole que estaba condenada, mas
ella lo venció diciendo: «Jesús mío, espero en Vos, que
me habéis rescatado con vuestra Sangre». Fue
calumniada, perseguida, atribulada, sufriéndolo todo
con constancia, hasta el punto de la muerte, y entonces
su alma del todo hermosa y adornada con la inocencia
bautismal se voló al cielo (Domingo María Marchese
OP, Diario dominicano. Vida de la Beata. 4 de
septiembre). Si hasta ahora hemos vivido tan
diversamente de esta beata, si el pecado nos ha hecho
perder los dones recibidos en el santo bautismo,
animados de confianza en la divina Sangre, lavémonos
con ella en el segundo bautismo, que es la confesión, y
la Sangre Preciosa nos volverá a dar la gracia
santificante y nos hará participantes de la gloria eterna
en su bienaventurado reino.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Apenas os levantéis y antes de acostaros,


pedid de rodillas la bendición a Jesús crucificado.

JACULATORIA: Tú me volviste el Cielo amigo:


Sangre Preciosa, yo te bendigo.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Misericordioso Jesús, mucho habéis padecido al
derramar vuestra Sangre, para aparejarme en ella el
medio con el cual por el santo bautismo, fuera borrada
en mi la culpa, embellecida el alma con la estola de la
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
47 Rito Romano | 1962

inocencia y ¡hecha heredera del Paraíso! Pero ¡Ay de


mí!, que por tantos pecados cometidos después he
perdido la inocencia y el paraíso. ¿No habrá tal vez
remedio alguno para mi desventura? ¡Oh Sangre
Preciosísima, cuánto agradecimiento os debo! ¡Todo lo
habéis remediado! Con la penitencia por vos
enriquecida, puedo yo volver a la gracia de Dios y
recuperar la herencia del Cielo. Sed por ello mil veces
bendecida, y en agradecimiento de tan gran beneficio,
os prometo sincero amor y fiel esclavitud hasta la
muerte. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 48

DÍA DECIMOCUARTO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SUMINISTRA FUERZA
ESPIRITUAL EN LA CONFIRMACIÓN

I. Estando los apóstoles entregados a la oración el día


de Pentecostés, oyeron de repente un gran ruido,
semejante a un trueno y huracán; y en medio de tal
torbellino, vieron resplandecer lenguas de fuego, las
cuales, posándose sobre sus cabezas, los llenaron del
Espíritu Santo. Este les comunicó tanta fortaleza, que
predicaron la fe a costa de tormentos y la muerte, y
tanta sabiduría que pudieron vencer a los enemigos de
la verdad y de la justicia. Lo mismo se verifica de un
modo invisible en el sacramento de la confirmación. En
el se recibe realmente al Espíritu Santo, que infunde la
gracia de confesar la fe y vencer las acechanzas de
nuestros enemigos espirituales (San Alfonso, Teología
moral. De la confirmación, num. 169). ¡Oh dones
verdaderamente inefables! Por esto debemos rendir
siempre honor y gloria a la Preciosa Sangre que nos los
ha reportado.

II. La preciosa Sangre nos ha obtenido el Espíritu Santo


con sus dones en la confirmación. Como que por ella
hemos sido reconciliados con Dios y por ella el Espíritu
de Dios se comunica a nosotros, como observa San
Juan Crisóstomo (San Juan VIII, 39; San Juan
Crisóstomo, Homilía I de pentecostés, u homilía 50 sobre
San Juan). En efecto, antes de que Jesús la derramase,
el Espíritu Santo no bajó a la tierra; lo que es señal
evidente de que su venida es fruto de la Sangre Preciosa
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
49 Rito Romano | 1962

(«Para que se supiera que este don del Espíritu Santo es


fruto de la pasión de Cristo». Cornelio A Lápide SJ,
Comentario sobre San Juan VIII, 39). Muy justo es,
entonces, que amemos a esta Sangre tan benéfica para
con nosotros.

III. ¿Qué caso hemos hecho hasta ahora de la gracia del


Espíritu Santo? ¡Gran Dios! Cuántas veces no hemos
tenido reparo en perderla para desahogar viles
pasiones; otras veces por miedo de ser despreciados,
nos hemos avergonzado hasta de mostrarnos católicos
y hemos consentido discursos contrarios a la religión y
a la virtud, u omitido hacer el bien. Ea, no seamos en
adelante tan ingratos para con la Preciosa Sangre, no
entristezcamos más al Espíritu Santo, que a tan caro
precio Jesús nos ha deparado.

EJEMPLO
Santa Margarita María de Alacoque, siendo jovencita,
al despojarse de sus atavíos, vio a Jesús herido y
ensangrentado, que le dijo: «Ingrata, mira como me has
puesto con tus vanidades». Lloró ella a tal vista y tales
palabras, pero ni aún así logró ella desasir su corazón
de aquellas fruslerías, ni vencer el respeto humano que
contra su voluntad hacia recibir visitas, y pagarlas, con
desmedro de su espíritu. Finalmente se decidió a
entregarse a Dios; y recibida la confirmación, con la
gracia en ella dada, venció los obstáculos que durante
dos años le había opuesto el mundo, y se hizo religiosa.
En tiempo de carnaval, se le apareció Jesús cubierto de
heridas, cargando con la cruz y manando Sangre que le
corría por todos lados, y adolorido le dijo: «¿No habrá
nadie que tenga piedad de mí y se compadezca de mi
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 50

dolor? He aquí el lamentable estado a que me reducen


en este tiempo los pecadores». Otra vez que se le
apareció la invitó a plantar en su corazón la cruz que
Él, destilando Sangre, llevaba sobre la espalda. Y ella
abrazándose de la cruz, sostuvo la áspera guerra que el
mundo, el demonio y la carne le hicieron hasta su
muerte. Después de la cual voló al Cielo, a recibir la
corona merecida por sus victorias (Mons. Jean-Joseph
Languet de Gergy, Vida de la Santa, traducida del
francés). Alma cristiana, imita a esta Santa, soportando
las cruces y venciendo el respeto humano y ganarás el
Cielo. No hay que desanimarse: Jesús que te ha dado
además de su Sangre, también el Espíritu Santo, no te
dejará sucumbir con tal que cooperes a su gracia.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Vencer todo respeto humano al practicar


el bien.

JACULATORIA: Por tanta Sangre, Rey de la gloria,


del mundo dame lograr victoria.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Es verdad, Jesús mío, que terribles enemigos me
combaten a fin de hacerme perder vuestra gracia; pero
también es verdad que son mayores los auxilios que me
habéis procurado por los méritos de vuestra Sangre.
Habéis llegado hasta a darme el Espíritu Santo en el
sacramento de la confirmación; comportado con el
cual, habría podido yo siempre triunfar de mis
enemigos, y sin embargo ¡Cuántas veces me he dejado
vencer de ellos, por no haberme aprovechado de la
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
51 Rito Romano | 1962

gracia que entonces me fue dada! ¿Qué desprecio no ha


sido este para vuestra Sangre, que me lo ha obtenido?
Confieso mi error ¡oh Jesús mío!, y en adelante
propongo valerme siempre de tan excelso don: resistiré
a mis enemigos espirituales con la ayuda de la gracia
que me ha dado el Espíritu Santo. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 52

DÍA DECIMOQUINTO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SE NOS DA DE BEBIDA
EN LA COMUNIÓN

I. Al mismo tiempo que los hombres trataban de


prender a Jesús para condenarlo a muerte, éste,
abrasado de amor, nos daba en la última cena su
Cuerpo y Sangre con la Eucaristía. Bien preveía que
algunos lo recibirían sacrílegamente, que otros
despreciarían y aún herirían la Hostia consagrada, y
otros negarían su Presencia real en ella; y sin embargo
no se abstuvo de quedarse en el Santísimo Sacramento
por amor nuestro. ¡Y tantos dejan pasar días enteros y
aun semanas, sin visitar a Jesús sacramentado! Alma
devota, al menos tú ven con frecuencia a hacer
compañía al amante Señor, que día y noche está
encerrado en el tabernáculo por nuestro amor.

II. La sierva de Dios, Dominga Narduci del Paraíso,


pequeña todavía, pedía la gracia de poder comulgar, y
Jesús para consolarla, le destiló en la lengua una gota
de su Sangre (Domingo María Marchese OP, Diario
Dominicano, Vida de la Sierva de Dios, 5 de agosto). A
nosotros, el amante Señor nos quiere dar no solamente
su Sangre en bebida, sino también su cuerpo en
comida, y nos invita, diciendo: «Venid, comed mi pan,
bebed el vino que os he preparado» (Proverbios IX, 5);
y sin embargo ¡cuán pocos se acercan a esta mesa
celestial! La mayor parte de los cristianos, por un vil
respeto humano, para evitar una pequeña molestia, o
por otra frívola causa, omiten comulgar; y muchos, por
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
53 Rito Romano | 1962

no dejar el pecado, dejan la comunión, y se contentan


con estar unidos al demonio y no a Dios, ¡que
execrable iniquidad!, ¡qué monstruosa ingratitud! Ea,
siquiera nosotros comulguemos a menudo,
contentemos a Jesús, que declara «hallar sus delicias en
estar con los hijos de los hombres» (Proverbios VIII,
31).

III. La planta que no es regada, se seca; y el alma que


no es alimentada por la Sangre Preciosa, se pierde (San
Juan VI, 54). Pues esta Sangre divina, recibida en la
comunión, borra los defectos que se cometen por
fragilidad, preserva de caer en culpas mortales, da la
victoria contra los enemigos espirituales («Mediante la
Sangre de Cristo bebida, se vencen los enemigos
espirituales… La Sangre de Cristo destruye el ardor de
la concupiscencia y de la ira». San Buenaventura, De la
Eucaristía, Sermón 30), y haciéndonos vivir santamente,
nos conduce al paraíso. Por tanto, si queremos
salvarnos con seguridad, debemos embriagarnos con la
Sangre Preciosa, recibiéndola a menudo, con pureza de
corazón; en la Santa Comunión.

EJEMPLO
Santa Liduvina, siendo hermosa, aunque pobre, fue
pedida para esposa por un hombre rico. Mas ella,
deseando pertenecer a Jesús y no a los hombres, rogó al
Señor que la librara de aquel paso; y lo obtuvo
mediante una enfermedad que la volvió pálida y
macilenta. Todavía más, apenas curada de esa, le
sobrevino otra enfermedad que la convirtió en una
asquerosa llaga de pies a cabeza. Exhortada por un
sacerdote a meditar en Jesús crucificado para animarla
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 54

a sufrir con paciencia, respondió que no podía hacerlo


por agudeza de sus dolores. Entonces llevóle aquél la
Santa Comunión, la cual, apenas recibida por la sierva
de Dios, le infundió tal afecto hacia la divina Pasión,
que desde entonces ella no supo hacer otra cosa que
meditarla con la más tierna compasión. Jesús para
encender todavía más tal devoción en ella, la llevó a ver
los Santos Lugares, donde Él derramó por nosotros su
Sangre Preciosa, la dio a besar sus divinas Llagas, y se
le apareció crucificado, derramando Sangre, en medio
de una partícula de luz. Su padre, al ver que salía una
gran claridad de la habitación donde ella estaba
enferma, entró, y atónito ante tal prodigio llamó a los
demás y mandó en busca del párroco; llegado el cual,
tomó aquella milagrosa partícula y la consumió.
Continuando aquella en el ejercicio de meditar la
Pasión de Jesús y comulgando a menudo, venció
muchas tentaciones, y sufrió con paciencia, durante
treinta y ocho años, su dolorosa enfermedad, y después
voló al cielo (Lorenzo Surio, Historia de los Santos, 14 de
Abril, Apendice). Imita, ánima mía, a esta santa,
recibiendo a menudo la Sangre de Jesús en la
comunión, y meditando con frecuencia como fue
derramada en la pasión, y con tan fácil medio saldrás
victoriosa de las tentaciones, obtendrás paciencia para
las tribulaciones de esta vida, y la eterna gloria en la
otra.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Recibid la Comunión lo más pronto que


podáis, en honor de la Preciosísima Sangre.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
55 Rito Romano | 1962

JACULATORIA: Sangre dulcísima del Redentor,


riega a menudo mi corazón.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Oh Jesús mío, qué incomprensible es vuestro amor
hacia mí! ¡No contento con haber derramado vuestra
Sangre para salvarme, me la habéis dejado también
como bebida en la Comunión! ¡Un Dios viene a unirse
a una miserable criatura, y a habitar en un alma que
tantas veces lo ha ultrajado! ¿Y cómo, Jesús mío, podré
yo quejarme de mi debilidad y de las fuerzas de mis
tentaciones, si Vos, que sois la omnipotencia y la fuerza
misma, estáis pronto a venir a mí cada vez que yo
quiera comulgar? ¡Oh Sangre Preciosísima, vida, sostén
y victoria mía!, quiero recibiros a menudo en mi
corazón; porque unido a Vos triunfaré ciertamente de
toda tentación, y me conservaré siempre en vuestra
gracia. Amén
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 56

DÍA DECIMOSEXTO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SE OFRECE PARA
NUESTRO BIEN EN LA SANTA MISA

I. Dios es nuestro Creador, y todo lo que tenemos es


don suyo; por esto le debemos sumo honor e infinitas
gracias. Además, habiéndolo ofendido, debemos
aplacarlo. Como miserables que somos, necesitamos
que continuamente nos provea de lo necesario. Pero
nosotros, vilísimas criaturas, somos incapaces de
honrar y agradecer a Dios como conviene, de satisfacer
a su justicia y de merecer de su bondad nuevos favores.
¿Quién, entonces, suplirá nuestra insuficiencia? Jesús
misericordiosamente lo ha suplido todo inmolándose
por nosotros en la Cruz y derramando en ella su
Preciosa Sangre. Con esta Sangre podemos rendir a
Dios lo que le debemos, e impetrar de Él lo que
necesitamos. ¿Y habrá alguien que no se abrase de
amor hacia esta Sangre?

II. Los mismos bienes que hemos recibido por el


sacrificio de la Cruz, los recibimos por el sacrificio del
Altar, siendo éste igual a aquél, aunque incruento. Pues
en la Santa Misa el mismo Jesús es la víctima y el
principal sacerdote, y Él, como nos lo asegura San
Lorenzo Justiniano, habla al Eterno Padre, le muestra
sus Llagas y le ofrece su Sangre por nosotros («El
mismo Redentor clama al Padre, mostrándole las
cicatrices de su cuerpo». San Lorenzo Justiniano,
Sermón de Eucaristía). «Y el Padre aplacado,
concediendo la gracia y el don de la penitencia,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
57 Rito Romano | 1962

perdona los pecados y los delitos, por graves que sean;


y sirve también para cualquier otra necesidad, y aún
para la remisión de la pena a los vivos y a los muertos»
(Concilio de Trento, Sesion 22, Del Sacrificio de la Misa,
cap. 2).

III. Si fue perfidia grande la de los judíos, que


insultaron a Jesús cuando herido y ensangrentado
estaba pendiente de la Cruz; mayor perfidia es la
nuestra, pues creyendo en Jesús, sin embargo oímos
con irreverencia la Santa Misa. ¡Jesús se sacrifica en
ella por nosotros; y nosotros, en vez de asistir a ella
recogidos y devotos, nos atrevemos a conversar, mirar a
todos lados y pensar en cosas inoportunas en aquel
momento! ¡Qué grande impiedad, digna del más severo
castigo! Si queremos participar de los beneficios de la
Sangre divina, oigamos la Misa con devoción.

EJEMPLO
Mientras un sacerdote que padecía de dudas acerca de
cómo la substancia del pan se convierte en el cuerpo y
la Sangre de Jesús, celebraba la Misa el día de Pascua
(28 de marzo de 1171) en Santa María en Vado de
Ferrara, durante la elevación de la Hostia, fue visto en
ella por todos los presentes un hermoso niño; y al
momento de romper el sacerdote las sagradas especies,
de la quebradura brotó viva Sangre que, saliendo con
ímpetu, fue a salpicar la bóveda de aquella capilla;
quedando todos poseídos de sacro terror, y movidos a
asistir a la Misa con reverencia (Benedicto XIV, De la
Beatificación y Canonización de los Santos, libro IV, parte
II, cap. último, Nº 7). Estimule un gran prodigio
también a nosotros a oír la Misa con devoción, a fin de
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 58

que sea para nosotros fuente de todo bien espiritual y


también corporal.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Oíd devotamente una Misa, en


descuento de vuestros pecados.

JACULATORIA: Por tu Sangre, Gran Señor, dame


gracias, dame amor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Muchas son las necesidades de alma y cuerpo, y
muchos los deberes que tengo para con mi Criador; y
vos, mi buen Jesús, todo lo habéis suplido, no solo
sacrificándoos por mí en la Cruz, sino ¡renovando cada
día aquel mismo sacrificio sobre nuestros altares! ¿Y yo
tan raras veces, y sin la debida devoción y reverencia,
asisto a la Santa Misa? Pero de esa manera, ¿cómo
rendiré a Dios el honor que merece y las gracias
debidas por los beneficios recibidos? ¿Cómo impetraré
de Él perdón de mis pecados y socorro en mis
necesidades? ¡Ah! De ahora en adelante, oh Señor,
quiero asistir a la Santa Misa, no como los judíos en el
Calvario, sino como el discípulo amado y la
Magdalena, a fin de gozar los frutos de vuestra Sangre
que el sacerdote ofrece sobre el altar. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
59 Rito Romano | 1962

DÍA DECIMOSÉPTIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS LAVA LOS PECADOS EN
LA CONFESIÓN

I. Previendo Jesús que el hombre se habría perdido,


cometiendo pecados después del Bautismo, instituyó el
Sacramento de la Confesión para lavárnoslos y
librarnos de la pena merecida. Pero ¿quién da a este
Sacramento la virtud de borrar las manchas que
empañan el alma? La Sangre de Jesús, responde Santo
Tomás (Suma Teológica, Parte III, cuestión 86, articulo
6). La Sangre de Jesús verdaderamente «nos lava de
todos los pecados, si nos confesamos», dice el apóstol
San Juan (I San Juan I, 7-9); y San Pablo agrega: «La
Preciosísima Sangre de Cristo limpia nuestras
conciencias de las obras pecaminosas» (Hebreos IX,
14). Por esto no nos dejemos vencer jamás de la
malhadada vergüenza; antes bien confesemos toda
culpa, por grave y vergonzosa que sea, a fin de que
quede borrada por medio de la Sangre Preciosa.

II. Jesús derramó toda su Sangre para destruir el


pecado y salvar al pecador, como que tiene sumo
horror contra la culpa e inmenso amor hacia el hombre.
Encendidos también nosotros de odio al pecado y de
amor a Jesús, debemos acercarnos al Sacramento de la
Penitencia, con arrepentimiento de haber ofendido a
Dios y propósito de no ultrajarlo más, si queremos ser
justificados por la Sangre Divina. Quien se confesara
sin dolor, o sin propósito de no volver a pecar, en vez
de justificarse, se haría reo de mayor pecado.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 60

III. Los antiguos reyes de Egipto mataban a sus


súbditos, para prepararse un baño con su sangre a fin
de librarse de la lepra (Pablo Señeri, El Cristiano
Instruido, Parte III r. 23, n. 21.). Por el contrario, Jesús
con Su Sangre Divina nos ha preparado un baño a
nosotros para limpiarnos de la lepra del pecado («Lavó
nuestros pecados con su Sangre», Apocalipsis I, 5).
Pues como nos enseña San Leonardo de Puerto
Mauricio, «Cuando el sacerdote alza el brazo para
absolvernos, derrama sobre nuestra cabeza la
Preciosísima Sangre» (Manual Sagrado, p. I, n. 18.),
mediante la cual borra en nosotros la culpa. Y el doctor
San Francisco de Sales, agrega: «Delante del Padre
espiritual imaginaos hallaros en el Calvario, a los pies
del Crucificado, cuya Sangre Preciosa destila de todas
partes, para lavar vuestras iniquidades: porque el mérito
de aquella Sangre inunda copiosamente a los penitentes
en derredor de los confesionarios» (Introducción a la vida
devota, Parte I, capítulo 19). ¡Y sin embargo hay tantos
que, en vez de lavarse en ella, viven semanas y meses
con el pecado en el alma! ¡Infelices! ¡Si la muerte les
sorprendiera en tal estado, se condenarían sin remedio!
No seamos nosotros tan insensatos; sino al contrario,
confesémonos a menudo y bien para no exponernos a
tamaño destino.

EJEMPLO
Era el año 1895. Un sacerdote llamado a confesar a un
enfermo en Roma, oyó que éste le decía: «Padre, sea
bendita para siempre la Sangre Preciosísima de Jesús:
ella ha sido siempre mi salvación. He tenido una cierta
devoción hacia ella desde mis tiernos años, y aunque
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
61 Rito Romano | 1962

siendo joven me inscribí en la masonería y luego


renegué de todo principio religioso; he mantenido
siempre esta querida devoción. En 1848 fui a la guerra
de Lombardía, y en la noche, estando fatigado de los
combates del día y a pesar de ser motejado por mis
compañeros, nunca me entregaba al reposo sin haber
tributado algún homenaje a la Sangre Preciosa; y esta
devoción me libró cien veces de la muerte. Como que
yo veía frecuentemente, a diestra y siniestra, caer
muertos mis compañeros, mientras yo permanecía
ileso. Y ahora esta devoción me ha compungido el
corazón, y por esto quiero hacer una buena confesión;
esta Sangre borrará de mi alma los enormes pecados
que la deforman». Y no solo se confesó, sino que
también recibió la Santa Comunión con admirable
devoción (Tal me fue narrado por un digno sacerdote,
al cual sucedió el hecho). ¡Oh saludable efecto y gracia
especial que la devoción a la Preciosísima Sangre obró
en tan gran pecador!

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Si estáis en pecado, confesaos


inmediatamente, o al menos haced un acto de
contrición con propósitos de confesaros lo más pronto
que podáis.

JACULATORIA: Por la divina Sangre Señor,


perdona, y a quienes te ofendieron, Tu gracia dona.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Amado Salvador mío, no solo habéis querido satisfacer
por mis pecados, derramando vuestra Sangre en los
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 62

tormentos, sino que con esta misma Sangre me habéis


aparejado un baño saludable, lavándome mediante el
Sacramento de la Confesión, quedo limpio de toda
culpa. ¿Qué habría sido de mí, si Vos no hubierais
instituido este Sacramento? De nada me habría servido
la Redención, consumada por Vos con vuestra muerte y
efusión de Sangre; pues, habiendo pecado yo después
del Bautismo, no habría tenido un medio tan eficaz
para purificarme de las faltas cometidas, y por tanto me
había perdido eternamente. ¡Oh Sangre Preciosísima,
baño saludable de nuestras almas!, en vos quiero a
menudo lavarme, confesándome con las debidas
disposiciones; a fin de que, teniendo el alma limpia de
pecado, pueda entrar al reino celestial, adonde no es
admitido el que está manchado de cualquiera culpa.
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
63 Rito Romano | 1962

DÍA DECIMOCTAVO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS SOCORRE A LOS
MORIBUNDOS EN LA EXTREMAUNCIÓN

I. Grandes son los dolores y angustias del hombre en su


última enfermedad, y a ello se agrega que el demonio,
lleno de ira, lo asalta horriblemente con las más
vigorosas tentaciones. ¡Pobre moribundo! ¿quién lo
socorrerá en tamaño peligro? La Sangre de Jesús
siempre ha hecho ganar victoria sobre el infierno («Lo
convencieron en virtud de la Sangre del Cordero»,
Apocalipsis XII, 11), y la misma Sangre, por medio del
óleo sagrado, dará al moribundo fuerza para triunfar en
aquella extrema lucha. Además, este Sacramento ayuda
a soportar los dolores de la enfermedad: y así el hombre
venciendo aquella postrera tribulación, con bañarse en
la Sangre de Jesús, podrá obtener el santo paraíso
(«Llegaron en una gran tribulación y lavaron sus estolas
en la Sangre del Cordero», Apocalipsis VII, 14).

II. Apenas muertos, debemos presentarnos al tribunal


divino para ser juzgados por aquel Dios ante cuyo
acatamiento ¡ni aún los cielos son puros! Ahora bien, el
Sacramento de la Extrema Unción borra las reliquias
de los pecados; y perdona, al menos en parte, la pena
temporal merecida por nuestras culpas (San Alfonso
María de Ligorio, Teología moral, De la Extrema
Unción, Nº 731). Aún más, perdona cualquiera otra
culpa olvidada al moribundo arrepentido (Tridentino,
sesión 14, De la Extrema Unción, cap. 11); a fin de que
su alma toda pura y hermosa comparezca al tribunal
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 64

divino. «Sin efusión de sangre, no hay remisión de


culpa», dice San Pablo (Hebreos IX, 22). Por
consiguiente, la virtud que tiene el óleo santo, se debe a
la Sangre del Cordero Inmaculado. ¡Oh gracias
singulares que mediante la Preciosa Sangre, recibimos
no sólo en la vida, sino también en la muerte!

III. La beata María de Oignies O. Cart., asistiendo a los


enfermos, cuando éstos recibían la Extrema Unción,
veía venir a Jesús rodeado de ángeles, que, echando a
los demonios, se acercaba a los moribundos, los
confortaba y los disponía para el gran paso (Surio, 23
de junio, Vida de la Beata, libro II, cap. III - IV). Si este
Sacramento aporta tanto bien, ¿por qué se esperan los
últimos momentos para recibirlos? ¡Ea! Apenas nuestra
enfermedad nos ponga en peligro de muerte,
recibámoslo al punto, para no privarnos más largo
tiempo de tan saludables efectos; tanto más cuanto que
a veces da también la salud del cuerpo, si ella conviene
a la salvación del alma.

EJEMPLO
La beata Ángela de Foliño dejaba por vergüenza de
confesar sus pecados. Pero después reparó tan grave
daño con una buena confesión general. Mientras
lloraba un día sus pecados, se le apareció Jesús en la
Cruz y le dijo que Él había satisfecho por nosotros y
que su Sangre es eficacísima medicina para sanar de
todo pecado, mediante una buena confesión; siendo,
por tanto, inexcusable quien de ella no se vale. Por esto
procuró la beata recibir con frecuencia los Sacramentos;
quedándose de muy buena gana sin comer, pero nunca
de comulgar. Habiendo sido devota y tierna amante de
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
65 Rito Romano | 1962

su Dios crucificado, a la muerte, después de recibir la


extrema unción, vio aparecérsele su querido Jesús, que
la lavó con su Sangre Preciosa; por lo cual llena de
alegría exclamó: «Mi alma ha sido lavada en la Sangre
de Jesús, que estaba tan colorada y caliente, como si
entonces hubiera salido de su santísimo cuerpo; y entre
tanto se me ha dicho: por ésta has quedado del todo
purificada». Por lo cual, toda pura y hermosa, aquella
alma se voló al Cielo (Vida de la Beata, escrita por un
religioso franciscano, Foligno, 1870). Ánima cristiana,
ama siempre, en el curso de la vida, a la Preciosa
Sangre, sé siempre devota de la misma, a fin de que,
purificada por ella en la Extrema Unción, también tú
puedas salir de esta vida, toda pura; y compareciendo
así ante el divino tribunal, podrás recibir la sentencia de
eterno premio.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Rezad tres Pater Noster, Ave María y


Gloria Patri a la Preciosa Sangre por los pobres
agonizantes.

JACULATORIA: Oh Dios, conforta con esa Sangre a


los pecadores agonizantes.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Sangre Preciosísima, no sólo durante el transcurso de la
vida, sino también en la muerte me dais gracias
especiales por medio de los Sacramentos. En aquel
postrero trance, serán grande los dolores de la
enfermedad, terribles los asaltos del infierno, riguroso el
juicio que habré de soportar apenas muera: y he aquí
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 66

como Vos, en el Sacramento de la extrema unción, me


dais gracia para sufrir las penas del cuerpo, y vencer a
los enemigos del alma, y borráis en mí aún las reliquias
de los pecados: ¿quién no os amará a la vista de tantos
beneficios? Sí, yo os quiero amar y amaros siempre en
todos los instantes de mi vida, hasta el último aliento.
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
67 Rito Romano | 1962

DÍA DECIMONOVENO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS HACE BENEFICIOS
POR MEDIO DE LOS SACERDOTES

I. Innumerable son los bienes que Dios nos dispensa


por medio de los sacerdotes. Este nos hace miembros
de la Santa Iglesia con el bautismo, nos instruye en la
divina ley con la predicación, nos absuelve de los
pecados en la confesión y nos santifica con la
administración de los demás sacramentos. Él es quien
ruega por nosotros con el rezo del oficio divino, y
ofrece por nosotros a Dios un sacrificio de valor infinito
con celebrar la Santa Misa. Después de habernos
procurado tantos bienes en la vida, no cesa de hacernos
beneficios en la muerte, sino que nos asiste hasta el
último aliento, acompaña nuestro cadáver al sepulcro y
ofrece por nuestra alma oblaciones y preces. Suma
gratitud debemos, por tanto a la Preciosa Sangre, pues
ella nos dio el sacerdocio, fecundo en tan grandes
bienes («Esta Sangre hacía los sacerdotes», San Juan
Crisóstomo, Homilía 46).

II. Para nuestra redención bastaba una sola gota de la


Sangre Preciosa, pero esta gota de Sangre, aún más,
toda la que Jesús derramó en la flagelación, coronación
de espinas y camino del Calvario, no bastaba para
instituir el sacerdocio del Nuevo Testamento; y fue
necesario que la derramase toda en la Cruz y allí
muriese. Puesto que si Jesús no hubiera consumado el
sacrificio de su vida, el sacerdote no habría podido
ofrecerlo como víctima sobre el Altar. ¡He ahí cuánto
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 68

cuesta a Jesús el sacerdocio instituido para nuestra


santificación! ¡Le cuesta el derramamiento de toda su
Sangre! Y por lo mismo debemos sumo reconocimiento
y amor al Señor crucificado, por una institución tan
benéfica y necesaria para nosotros.

III. El sacerdote consagrado por la Preciosa Sangre,


ofrece esta Sangre por nosotros en la Misa, nos la
dispensa en la Comunión, y nos hace gozar sus frutos
en los demás Sacramentos, por esto, quien honra o
desprecia al sacerdote, en él hace honor o agravio a la
Sangre Divina. San Antonio Abad, cuando se
encontraba a los sacerdotes, se postraba ante ellos;
Santa Catalina de Siena besaba la tierra por donde ellos
pasaban, y San Francisco de Asís decía que,
encontrándolos juntos, daría preferencia en honrar al
sacerdote sobre el ángel. Imitemos a estos Santos si no
queremos hacernos reos de ingratitud y desprecio para
con la Sangre Preciosa.

EJEMPLO
Mientras Santo Domingo celebraba Misa en Florencia,
fue visto, a semejanza de Jesús, con llagas en las
manos, corona de espinas en la cabeza, y la Santísima
Virgen a su lado. Al momento de la consagración, se
vio aparecer en el aire a Jesús crucificado, de cuyas
heridas destilaba viva Sangre que venía a caer sobre la
cabeza del sacerdote; para significar que el sacerdote
representa a Jesús, y nos comunica el fruto de su
Sangre en los sacramentos. Hallándose el Santo en
Roma, una mala mujer, visitada de un gentilhombre,
quiso que la acompañara a cenar. Ahora bien, mientras
cenaban, vio gotear de sus manos sangre sobre las
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
69 Rito Romano | 1962

viandas y habiéndole preguntado la causa, oyó por


respuesta que el cristiano no debe tomar alimento que
no esté teñido con la Sangre de Jesús. Luego, cambiado
el semblante, se le dejó ver coronado de espinas y
cubierto de llagas diciéndole: «¿Cuándo dejarás de
ofenderme? Mira cuánto he padecido por ti. Basta lo
que has pecado; muda de vida y ama a quien tanto te
ha amado». Toda compungida la pecadora fue a
confesarse con Santo Domingo, que la absolvió de
todos sus pecados, y con sus consejos la hizo llegar a un
alto grado de perfección ¡Oh saludables efectos del
sacerdocio católico! Aprovéchate, cristiano, de estos
saludables efectos, como a esta pecadora, y también tú
asegurarás tu eterna salvación.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Ofreced a Dios todas las acciones que


haréis en el curso del día, y por lo mismo procurad que
todas sean buenas, para que lo ofrecido le sea
agradable.

JACULATORIA: Quiero amar siempre, Jesús


querido, la Sangre Vuestra con gran cariño.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Eterno Dios, ¿qué sería de nosotros sin el sacerdote, sin
el mediador entre Vos y nosotros? ¿Quién nos
administraría los Sacramentos? ¿Quién ofrecería por
nosotros, sobre el altar, la Víctima divina? ¿Quién nos
absolvería de los pecados? ¡Ah! Sin el sacerdote, no
habría para nosotros esperanza de salvación. ¡Oh
Sangre Preciosísima! Vos nos habéis dado un
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 70

sacerdocio tan fecundo en bienes: por Vos, mediante


los sacerdotes, rendimos a Dios el honor que le
debemos, se nos perdonan las culpas y somos colmados
de todo bien. Os rendimos pues, las más vivas gracias
por tan gran beneficio, y os prometemos aprovecharnos
de él en todas nuestras necesidades espirituales. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
71 Rito Romano | 1962

DÍA VIGÉSIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS OBTIENE AUXILIOS
ESPECIALES EN EL SACRAMENTO DEL
MATRIMONIO

I. Jesús, rogado por su madre a que supliera la falta de


vino en un banquete nupcial, respondió que aún no
había llegado su hora; pero después, con un milagro,
mudó el agua en vino. Dice San Agustín que la hora
predicha era la de su Pasión (Dominica II después de la
octava de Epifanía, Sermón I). Jesús quiso por tanto,
significar que si entonces concedía una gracia temporal
a los esposos, proveyéndoles del milagroso vino, figura
de su Sangre; vendría más tarde el tiempo en que
elevaría el matrimonio a sacramento, y con la efusión
de su Sangre merecería para los esposos, una gracia
especial para cumplir sus deberes, como enseña el
concilio Tridentino («La gracia para santificar a los
cónyuges, Cristo nos la mereció con su Pasión».
Concilio de Trento, sesión 24. Decreto del Sacramento del
Matrimonio). Bendice, pues, y agradece, oh cristiano, a
la Preciosa Sangre, que tales auxilios particulares te ha
merecido y te concede, en el sacramento del
matrimonio.

II. El matrimonio es un gran sacramento, dice San


Pablo, figura de los desposorios de Jesús con la Iglesia
(Efesios V, 32); por esto, no con enamoramientos y
pecados hay que prepararse a él, sino con obras santas
y además hay que celebrarlo ante el Altar, con la
bendición del propio sacerdote; pues de lo contrario,
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 72

Dios no reconoce como verdaderos cónyuges a los


esposos. Jesús no puede separarse de la Iglesia a quien
ama tiernamente, y a Ella sola reconoce por suya; y
esta procura conquistarle devotos que lo sirvan con
fidelidad. Asimismo el esposo y la esposa estrechados
por vínculo indisoluble, deben amarse mutuamente,
llevar una vida honesta y edificante, y educar
santamente a sus hijos; como que con tal fin elevó Jesús
el matrimonio a sacramento. Quien se conduzca
diversamente, atraerá sobre su cabeza, no la gracia que
le ha merecido la Preciosa Sangre, sino la divina
maldición.

III. No solamente dice San Pablo; que el matrimonio es


sacramento, y que los casados deben vivir entre ellos en
paz, y procurar la salvación de sus hijos; sino que
agrega también: «Hijos, obedeced a vuestros padres en
el Señor; pues él ha dicho: Honra a tu padre y a tu
madre y serás bendito» (Efesios VI, 1-3). Esto deben,
por consiguiente hacer los hijos, si desean que todo
bien descienda sobre su cabeza. ¡Quiera Dios que todos
hagan lo que tuvo en su intención el Redentor al
instituir este sacramento y sean dignos de la
santificación que él mismo aporta por los méritos de la
Sangre Preciosa! Entonces ciertamente no se verían
tantos desconciertos y males en el mundo. Más hay
muchos en el mundo que a esto no atienden; de donde
proviene que tantas familias sean malditas de Dios
también en este mundo, y tantas almas vayan
condenadas al infierno.

EJEMPLO
Santa Brígida, a la edad de diez años, oyó el sermón de
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
73 Rito Romano | 1962

la Pasión, y la noche siguiente vio a Jesús crucificado y


ensangrentado, que con ella conversó de sus dolores;
los cuales de tal manera se grabaron en su mente, que
durante su vida meditó de continuo la divina Pasión.
Un día fue vista con la aguja en mano y el trabajo
abandonado sobre las rodillas, estarse inmóvil, fijos los
ojos en el Cielo, derritiéndose en lágrimas, mientras
una hermosa niña trabajaba en su lugar. Debiendo
contraer matrimonio, a él se preparó con largas
oraciones, y en el curso de su vida, pensó siempre en
Jesús derramando Sangre en la Cruz, según le había
referido la Virgen Santísima: «Este collar esté siempre
sobre tu pecho… el collar es la consideración de su
Pasión… de cómo estaba en la Cruz manando Sangre»
(Revelaciones de Santa Brígida, libro I, c. 7); y de esa
manera obtuvo gracias singulares para educar
santamente a los ocho hijos que tuvo y para encender el
divino amor en el corazón de su marido. Muerto el
cual, se dirigió a Roma y luego a Jerusalén a fin de
venerar los lugares donde el Salvador derramó su
Sangre. Entonces fue cuando Jesús le hizo revelaciones
especiales acerca de los detalles de su Pasión. Vuelta a
Roma, Jesús se le apareció de nuevo, y asegurándole
que se salvaría, le manifestó el día de su muerte, que
fue verdaderamente preciosa (Juan Croiset SJ, Ejercicios
de Piedad, Vida de los Santos, 8 de Octubre; y René
François Rohrbacher, Historia de la Iglesia, libro 80) Oh
cristianos, imitad a ésta en prepararos piadosamente a
la celebración del sacramento del matrimonio, sed
como Santa Brígida devotos de la Preciosa Sangre, y
como ella alcanzareis copiosas bendiciones para
vuestras familias.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 74

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Usad con modestia de vuestros sentidos,


especialmente de los ojos.

JACULATORIA: Sangre Preciosa, Tú nos bendices, y


viviremos siempre felices.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Ningún bien puede hacer el hombre sin Vos, ¡oh divino
Salvador!; y por esto Vos, mediante los méritos de
vuestra Sangre, en el sacramento del matrimonio, dais
a los esposos gracias especiales, para vivir santamente y
educar a sus propios hijos. Pero hoy día esta gracia es
despreciada de muchos que viven mal, y mal educan a
sus hijos, con grave ofensa vuestra y con grave daño a
la sociedad. ¡Oh Jesús mío!, no atendáis a su
indignidad, sino a la Sangre que derramasteis, para el
bien de la familia humana, y dad a esos miserables más
viva luz para conocer sus propios deberes, y gracia más
eficaz para cumplirlos; a fin de que santificadas las
familias por los méritos de vuestra Sangre, de ello
resulte gloria para Vos y bien a la sociedad. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
75 Rito Romano | 1962

DÍA VIGÉSIMOPRIMERO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS HACE VIVIR
CASTOS Y PUROS

I. El primer desconcierto que el hombre sintió en sí


después del pecado, fue la rebelión de los sentidos. Y
ella es todavía la causa de muchos males durante la
vida y de condenación después de la muerte.
Deshonras, miserias, discordias, homicidios, muertes
prematuras y además la impenitencia final, son los
terribles efectos de la deshonestidad (San Alfonso, Selva
de materias predicables, Parte I, c. 6, n. 1, 10). Para que
estemos distantes de vicio tan perjudicial, o librarnos de
él, si hemos caído; no hay medicina más eficaz que la
Sangre Inmaculada del Cordero divino («Si no fuera
ungida la antigua llaga con el ungüento de la Sangre de
Cristo». San Cipriano, Pasión de Cristo). Por eso
procuremos recibirlo a menudo en los Sacramentos.

II. Jesús derramó su primera Sangre en la circuncisión,


y quiso que fuera adorada por primera vez por María y
José, ambos vírgenes; como para demostrar que aquella
Sangre sería un medio eficaz para conservar en el
hombre la pureza. También en su pasión la derramó de
un modo especial para hacer germinar flores de
castidad, por lo cual la Sangre Preciosa es llamada vino
que engendra vírgenes («Vino germinánte vírgenes,
Zacarías IX, 17). y las vírgenes se llaman sus primicias
(Cornelio a Lápide, Sobre el Apocalipsis XIV, 4,
«Primicias de Dios y del Cordero»). Por tanto, dice San
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 76

Buenaventura, beber de la Sangre Preciosa es lo mismo


que tomar una medicina potentísima para conservarse
puro («Tienen la albura de la castidad con el riego de la
Sangre de Cristo», De la Eucaristía, sermón 31). Por esto
dice San Bernardo que el mantenerse puros tantos
cristianos, es efecto de la Sangre de Jesús, que reciben
en la comunión (Sobre la Cena, el Bautismo, etc.).
Acerquémonos a menudo y devotamente a la divina
mesa y obtendremos el mismo efecto.

III. Un jovencito acostumbrado a faltar contra la santa


modestia (habiéndole resultado vano cualquier otro
medio), consiguió enmendarse meditando la Pasión de
Jesús (Cirilo Perrone OCarm., Domínica IX después de
Pentecostés, Instrucción sobre la Oración mental). Pues que
al sentirse tentado, decía, fijando los ojos en el crucifijo:
«El inocente cuerpo de Jesús está cubierto de llagas y de
Sangre, ¿y yo me atreveré a darme impuros deleites?
No, Jesús mío, no lo haré jamás». Enseguida
estampando tiernísimos besos sobre las divinas llagas,
triunfaba de la criminal pasión. Si no podemos
embriagarnos con la Preciosa Sangre comulgando cada
día, al menos participemos de ella en espíritu,
meditando cotidianamente los dolores en medio de los
cuales Jesús la derramó («Meditar los beneficios de su
Pasión es haber espiritualmente su Sangre». San
Bernardo, Carta a los Hermanos de Mont-Dieu, 1. I, c. X,
n. 30), y con tal medio también nosotros venceremos
las tentaciones y viviremos puros.

EJEMPLO
Habiendo una doncella incautamente fijado sus ojos en
un jovencito, la imagen de éste de tal manera se grabó
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
77 Rito Romano | 1962

en su mente que no podía apartar de ella su


pensamiento ni un solo instante. Cien veces se
arrepintió de no haber tenido a raya sus sentidos; pero,
demasiado tarde. Vencida un día por la tentación,
queriendo ir hacia el objeto de sus amores, vio
aparecérsele a Jesús, el cual mostrándole sus llagas
chorreando Sangre, le dijo: «¿Acaso es más hermoso
que yo, aquel que vas a buscar? ¿Podrá tal vez amarte
más de lo que yo te amo? ¿Acaso por tu bien se habrá
reducido al estado en que me ves? ¿Por qué entonces lo
prefieres a mi?». Avergonzada la jovencita no respondió
sino con lágrimas; y cambiados los afectos, durante el
resto de su vida sólo amó a Jesús, que por su amor
derramó toda su Sangre (Card. Andrea Carlo Ferrari,
Instrucciones Catequística, Volumen I, parte III, capítulo
III). Procuremos también nosotros no dejar transcurrir
un día sin pensar en el amor con que Jesús dio su
Sangre por nosotros; y tal pensamiento, extinguiéndose
dentro de nuestro corazón todo afecto profano, lo hará
abrazarse de divino amor.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir

OBSEQUIO: Quemad libros, retratos y otros objetos


no tan buenos, y quitad toda ocasión de pecado por
amor de Jesús crucificado.

JACULATORIA: Sangre purísima del Salvador,


dadme de vírgenes, albo candor.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Postrado a vuestros pies, oh mi Dios crucificado, os
repito las palabras del apóstol San Pablo: «Infeliz de mi!
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 78

¿quién me librará de la mortal agonía en que me tienen


mis pasiones? ¿quién me socorrerá en la dura guerra
que me hace mi propio cuerpo?». A San Pablo se le
respondió: «La gracia divina por los méritos de Cristo»
(Romanos VII, 23, 24, 25 y II Corintios XII, 7, 8, 9).
Esta misma gracia debe ayudarme también a mí, oh
Jesús querido. Vuestra Sangre, oh Hijo de la Virgen, oh
Cordero inmaculado, caiga sobre mi y apague este
fuego infernal que me quiere devorar; inunde mi mente
y aleje de ella todo criminal consentimiento, llene mi
corazón, arrojando de él todo afecto mundano;
embriague mi alma y enciéndala de amor a la santa
pureza; rocíe mi cuerpo, concediéndole la castidad;
para que después de una vida toda pura y casta, tenga
la suerte de estar cerca de vos en el reino feliz. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
79 Rito Romano | 1962

DÍA VIGÉSIMOSEGUNDO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS HA DADO LA FE

I. No habiendo podido el demonio hacerse igual a Dios


en el Cielo, trató de tener culto divino en la tierra. Y los
hombres se sometieron a él de buena gana,
levantándole templos y altares, adorándolo en los
ídolos, y sacrificándole no sólo animales, sino también
niños y doncellas. ¡A tal exceso llegaron nuestros
antepasados, y en tal estado permaneceríamos aún
nosotros, si Jesús no nos hubiera dado la fe! Adorando
al demonio en la tierra, con él habríamos ido a penar al
Infierno. ¡Infelices de nosotros sin la fe! Sangre de
Jesús, sed mil veces bendita y alabado, por haberme
librado, con tu derramamiento, de tan mísero estado, y
en seguida, de mi eterna perdición. Por tanto es mi
estricta obligación amaros y alabaros por todo el curso
de mi vida.

II. El profeta Zacarías anunció la venida de un día tal


que no se distinguiría de la noche; pero en el cual, hacia
la tarde, aparecería la luz, y un torrente de agua,
difundiéndose desde Jerusalén sobre la tierra, haría que
los hombres creyeran en Dios. Este fue el día de la
muerte de Jesús, en el cual quedó obscurecido el sol
hasta la hora nona (San Efrén, sobre Zacarías XIV, 7); y
entonces fue cuando la Sangre Preciosa derramada en
Jerusalén, fecundando al mundo, hizo germinar la fe; y
extirpando la idolatría volvió a los hombres adoradores
del verdadero Dios. Si tenemos, entonces, la fe, si
nosotros, que estábamos lejos del verdadero Dios,
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 80

ahora estamos unidos a él; ello es en virtud de la Sangre


Preciosa, dice San Pablo («Vosotros, que estabais lejos,
habéis sido puestos cerca por la Sangre de Cristo».
Efesios II, 3). Bendigamos, pues, y rindamos siempre
honor a esta Sangre divina, que nos ha hecho partícipes
de tan excelso don.

III. ¿De qué nos sirve tener la fe, si vivimos peor que los
infieles? Habiendo hecho Jesús experimentar los efectos
de su beneficencia a los habitantes de ciertas ciudades,
al ver que éstos vivían mal, «Ay de vosotros, decía,
porque si yo hubiera hecho beneficios a otros pueblos,
éstos me habrían honrado; mientras que vosotros os
demostráis desconocidos e ingratos. Mas el día del
juicio final, seréis juzgados con mayor severidad» (San
Mateo XI 20, etc.). Con preferencia sobre tantos que
nacen entre incrédulos e infelices, Jesús nos ha hecho
nacer en el gremio de la verdadera fe: por eso, si no
somos buenos, nos espera un infierno más tremendo.
Resolvámonos, y empecemos a vivir como verdaderos
fieles del verdadero Dios.

EJEMPLO
En Constantinopla un judío hirió un crucifijo, y como
viera de la herida salir viva Sangre, lo arrojó a un pozo.
A la mañana siguiente, la gente que acudió a sacar
agua, la vio enrojecida; por lo cual el prefecto de la
ciudad, sospechando que hubiera adentro hombres
asesinados, ordenó vaciar el pozo. Mas con asombro
universal no se halló otra cosa sino aquella bendita
imagen, que todavía derramaba Sangre, El emperador,
a fin de conocer la verdad del suceso, prometió el
perdón del reo, con tal que éste por sí mismo se
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
81 Rito Romano | 1962

declarase. Primero su mujer y después el propio judío


confesaron sinceramente todo; aún más, compungidos
ante tal milagro, abrazaron la verdadera fe de Cristo.
Estando el pozo muy cerca de la iglesia de Santa Sofía,
fue incluido en ella, con la erección de una nueva
capilla, donde se colocó una cubierta de oro y en medio
de ella el prodigioso crucifijo (César Card. Baronio,
Anales Eclesiásticos, 446, n. 17, 18). Procuremos también
nosotros tener siempre al crucificado Señor en nuestro
corazón; rocíe su Sangre de continuo nuestra alma; y
de esta manera se mantendrá la fe siempre viva en
nosotros.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir

OBSEQUIO: Rezad los actos de fe, esperanza y


caridad.

JACULATORIA: Haz que te sea, Sangre divina, fiel


para siempre el alma mía.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Quién sabe cuántas almas creasteis juntamente con la
mía, oh sumo Dios! Y sin embargo, aunque tantas otras
destinasteis a nacer entre infieles, a mí, sin mérito
alguno mío, me hicisteis la bella gracia de nacer donde
reina la fe. ¿Y cómo he correspondido yo a tan excelso
favor? Con la más negra ingratitud, viviendo al
contrario de lo que enseña la fe, llevando una vida peor
aún que la de los infieles. ¡Que monstruosa ingratitud!
¡Hubiera yo haber muerto antes que llegar a tamaño
exceso! Oh Sangre Preciosa del Redentor, remediad vos
a tanto mal; aplacad la justa indignación del Padre
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 82

divino, a quien he irritado con mi disipada vida;


reconciliadme con él, y dadme compunción de corazón
para llorar mis faltas, y voluntad resuelta a cumplir en
todo los dictados de la fe, para no ser ya hijo ingrato
con un Dios que al darme la fe por los méritos de la
Preciosa Sangre, se hizo mi Padre. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
83 Rito Romano | 1962

DÍA VIGÉSIMOTERCERO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS FUNDÓ LA IGLESIA Y
LA SOSTIENE

I. Dios hizo dormir a Adán para sacarle una de sus


costillas, y habiendo formado con ella a la mujer,
semejante a aquél, se la dio por esposa. Igualmente,
dice San Agustín, «habiendo Jesús inclinado la cabeza,
murió en la Cruz, y de su costado abierto se formó una
esposa, la Iglesia, con aquella última efusión de su
Sangre (San Agustín. Ver la lección VII del oficio de la
Preciosísima Sangre). La verdadera Iglesia es, por
consiguiente, la que nació junto a la Cruz, en medio del
luto y del dolor, y es en todo semejante a su sacrificado
Esposo, de quien recibió en herencia persecuciones y
trabajos (San Gregorio, Sobre el I libro de los Reyes, cap. I;
Exposición lib. I). Pero así como Jesús resucitó glorioso
de la muerte, así también la Iglesia saldrá gloriosa de
las tribulaciones. El verla, por tanto, perseguida, no
debe desanimarnos, sino más bien aumentar en
nosotros el amor y respeto hacia ella, reconociéndola,
en tal manera, por la única y verdadera esposa del Dios
crucificado.

II. Excepto solo dos (Eleuterio y Dionisio), todos los


otros 29 Papas de los tres primeros siglos, juntamente
con millones de fieles, fueron bárbaramente muertos
por la fe; pero tanta sangre no fue bastante a ahogar la
Iglesia, que siempre se dilató y gloriosa sobrevivió. En
cada siglo, hasta el presente, nuevas persecuciones se
han sucedido para arruinarla; mas cuando se creía
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 84

destruida, más vigorosa se ha erguido. Todas las furias


del mundo y del Infierno no han logrado vencerla, ni la
vencerán jamás. Jesús, que la redimió con su Sangre,
dice San Bernardo, la sostendrá («Librará a su esposa,
el que la redimió con su sangre». Epístola a Conrado,
244), volviéndola siempre victoriosa hasta la
consumación de los siglos. Por esto nosotros, como
hijos de tan excelsa madre, debemos ofrecer sin cesar
esta Sangre, a fin de obtener la perseverancia de vivir
hasta la muerte en su materno seno.

III. Dice San Pablo que Jesús oró con voz eficaz por la
gloriosa resurrección de su cuerpo, y fue escuchado.
Esta voz eficaz fue la efusión de su Sangre; nos lo
asegura San Anselmo (Hebreos V, 7. (Ver la lección VI
del oficio de la Oración en el Huerto). Su cuerpo, por el
cual oró, no fue solo el real, sino también el místico, es
decir, la Iglesia; tal afirma San Buenaventura («La
Sangre corría por la tierra, para manifestar que oraba
por la Iglesia». Sobre San Lucas XXII, 44). «Esta, pues,
por los méritos de la Sangre Preciosa, ha sido siempre
gloriosa»; agrega el mismo doctor seráfico (Suplemento
sobre el Apocalipsis XII, 11). Demos, pues, siempre
gracias al Señor por habernos hecho nacer en el gremio
de la verdadera Iglesia, vuelta invencible en virtud de la
efusión de su Sangre divina; y no nos avergoncemos
jamás de aparecer como sus verdaderos hijos, antes
venzamos todo respeto humano en el cumplimiento de
nuestros deberes de cristianos y católicos.

EJEMPLO
El año 1290 un judío en París se apoderó de una hostia
consagrada y comenzó a herirla; y viendo salir Sangre
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
85 Rito Romano | 1962

de las heridas, la puso en un vaso de agua, que luego se


tiñó de Sangre. Habiéndola echado al fuego, de él salió
ilesa, quedando suspendida en el aire, y apareciendo en
ella un crucifijo. Ante tamaño prodigio, si bien el judío
quiso morir obstinado; en cambio su mujer e hijos
conocieron que la nuestra es la verdadera Iglesia, y
entraron en su seno, recibiendo el Bautismo. La
prodigiosa partícula fue llevada al tempo de San Juan
en Gréve; y la casa en que Jesús había sido tan
ultrajado, fue convertida en Capilla, para que allí fuera
siempre honrado (René François Rohrbacher, Historia
Universal de la Iglesia, libro 76). Honremos y bendigamos
también nosotros al Dios Humanado, mostrándonos
dignos hijos de la Iglesia, que él adquirió con su Sangre.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Visitad a Jesús Sacramentado, rogando


por las necesidades de la Santa Iglesia.

JACULATORIA: Viva la Sangre que ha defendido la


Santa Iglesia todos los siglos.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


¡Oh divino Esposo de mi Madre la Iglesia!, volved
sobre ella los misericordiosos ojos, mirad las
tribulaciones que la afligen, las persecuciones de que es
blanco, y libradla de las manos de sus enemigos, que
anhelan su exterminio. Recordad que ha sido formada
con Vuestra Sangre, que con Sangre la habéis
adquirido, y dadle cada vez mas espléndido triunfo.
Jesús mío, cuanto es cierto, según vuestra promesa, que
de en medio de las persecuciones la Iglesia se levantará
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 86

cada vez más bella y más gloriosa, otro tanto es incierta


mi fidelidad hacia ella. ¡Oh! Cuánto debo andar
temeroso de volverme hijo rebelde suyo, alejándome de
su seno, como lo he merecido ya por mis pecados! ¡Ah!,
no permitáis, amado salvador mío, que yo me separe de
vuestra Iglesia, os lo pido por la Sangre vuestra, y por
eso no me lo podéis negar. ¡Ea!, haced que yo viva
siempre como devoto hijo suyo, y como tal yo muera.
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
87 Rito Romano | 1962

DÍA VIGÉSIMOCUARTO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS AVIVA NUESTRA
ESPERANZA

I. El demonio al principio nos instiga a pecar con el


pretexto de que la misericordia divina es infinita, y
después del pecado nos empuja hacia la desesperación,
mostrándonos como imposible que Dios nos perdone
tan graves excesos. No nos dejemos vencer de tales
engaños, que son la ruina de muchos, antes bien
hagamos cuanto nos enseña San Juan: «Hijitos míos,
dice, no pequéis, y si ya habéis pecado, arrepentidos
volved a Dios; puesto que tenemos por abogado cerca
de Él a Jesús mismo, que ha dado su Sangre por
salvarnos» (I San Juan II, 1-2). Esta Sangre intercede
por nosotros. ¿Qué podemos temer entonces? Si nos
arrepentimos de corazón, es seguro el perdón.

II. Jesús nunca ha rechazado de sí al pecador


arrepentido, sino que siempre como padre piadoso, ha
abrazado al hijo pródigo. Más aún, cual amante pastor
ha venido del cielo a la tierra en busca de la oveja
descarriada, y ha derramado su Sangre por salvarla.
Llenos, pues, de confianza, postrémonos a sus pies a
llorar las culpas pasadas, aunque enormes e
innumerables, seguros de que no nos ha de negar el
perdón, quien no nos ha negado su Sangre.

III. «No pocas veces pone el demonio, aún en el


corazón de los justos, vanos temores y desconfianzas
acerca de su salvación eterna. Mas tales tentaciones
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 88

luego se vencerán reflexionando sobre lo que dice San


Pablo: “Justificados por la Sangre de Jesús, por la
misma seremos salvados de la ira divina”» (San
Buenaventura, Sobre San Lucas XXII, 44). ¿Cómo se
puede dudar, dice San Agustín, de que Jesús nos quiere
salvar, cuando para obtenernos el paraíso, ha muerto y
ha derramado su Sangre? («Seguridad nos dio Dios,
donde se derramó la Sangre del Señor». Comentario sobre
la Epístola Primera del Apóstol San Juan). ¡Ah! Confiados
prosigamos viviendo rectamente, que por los méritos de
la Sangre Preciosa seguramente nos salvaremos.

EJEMPLO
El beato Santiago Bianconi de Bevagna, habiendo
recibido de su madre dinero para que se mandara hacer
un traje, lo gastó, en cambio, en adquirir un hermoso
crucifijo; a cuyos pies pasaba largas horas, y los viernes
la noche entera, meditando sus penas. Enfurecido el
infierno, lo asaltó con terribles tentaciones, incitándolo
a desesperar de la propia salvación; pero él, rezando
ante su crucifijo, quedó victorioso. Como que la santa
imagen, manando prodigiosamente Sangre del costado,
lo roció todo, diciéndole: «Santiago, sea para ti esta
Sangre señal segura de salvación». Por lo cual aquél
vivió siempre amante de la Preciosa Sangre, y después
que murió, mientras se le hacían los funerales, se oyó
una voz que dijo: «No hay necesidad de sufragios,
porque está en el Cielo» (Domingo María Marchese
OP, Diario Dominicano, Vida del Beato, 22 de Agosto).
Alma tentada del demonio a desesperarte, imita al
beato Santiago en el amor a la Preciosa Sangre, y
cesará en ti todo vano temor acerca de tu eterna salud.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
89 Rito Romano | 1962

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Haced alguna obra de misericordia a


vuestro prójimo.

JACULATORIA: Dadme, Dios mío, al Cielo ir, la


Sangre vuestra a bendecir.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Dios mío, si vuelvo los ojos a mi vida pasada, la veo
toda sembrada de pecados; si miro al presente mí
conciencia, oh, qué reproches yo siento; si pienso en el
futuro, oh, qué temor de nuevas caídas experimento, en
razón de mi comprobada fragilidad: ¿qué esperanza
puedo entonces abrigar de mi eterna salvación? ¡Ah,
Sangre Preciosísima de mi Jesús, vos sois mi única
esperanza! Aunque son grandes mis pecados, mucho
más valéis Vos, que los habéis reparado por mí; si es
extrema mi debilidad, vuestra potencia es suma; si son
excesivas mis faltas, son de infinito valor vuestros
méritos. Por Vos, pues, seguro del perdón, lloro y
detesto mis pecados; y en Vos confiado, me propongo
empezar y seguir una buena vida; después de la cual,
mediante vuestros méritos, espero el premio eterno del
Cielo, que con vuestra efusión me habéis obtenido.
Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 90

DÍA VIGÉSIMOQUINTO

CONSIDERACIÓN:
AMOR DE JESÚS AL DAR SU SANGRE POR
NOSOTROS

I. Cogido de feroz tempestad el rey Jerjes, después de


haber hecho arrojar las demás cosas, dijo a los
numerosos príncipes que formaban su séquito: «Persas,
si me amáis, arrojaos vosotros mismos al mar para que
alivianada la nave, pueda yo sano y salvo llegar al
puerto», y todos al instante ejecutaron el deseo de Jerjes
(Liborio Siniscalchi SJ, Ejercicios de San Ignacio,
Meditación de las dos banderas). Grande acto de amor
fue este ciertamente, pero en comparación de lo que
hizo Jesús por nosotros es nada. Puesto que aquellos
eran súbditos que murieron por su rey, y si no se
hubieran por sí mismos ahogado, habrían perecido en
el naufragio; o si de éste hubieran escapado, habrían
sido el blanco de la ira de Jerjes. Jesús, si no hubiera
muerto, no habría sufrido daño alguno; y sin embargo,
siendo el Señor del universo, dejó la vida en un mar de
Sangre, por salvarnos a nosotros, vilísimas criaturas.
¡Oh amor verdaderamente sumo! ¿Y tú, corazón mío,
no amarás a quien tanto te ha amado? ¿No te
encenderás de devoción hacia la Preciosa Sangre,
derramada con tanto amor por tu causa?

II. Fijemos la mirada en Jesús crucificado: observemos


ese cuerpo dilacerado de la cabeza a los pies, esas llagas
tan profundas que dejan ver hasta los huesos, esa
Sangre que brota a torrentes de todos lados, y
reflexionemos que a tal extremo se ha reducido por
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
91 Rito Romano | 1962

nuestro amor. A nosotros, que somos los que hemos


pecado, nos correspondían esas penas y esos dolores, y
Él los ha cargado sobre sus hombros. ¿Puede darse
mayor amor que éste? ¿Y podrás, alma mía, quedar
insensible en presencia de tanto amor, sin derretirte de
afecto hacia Aquel que te ha redimido a costa de su
Sangre?

III. Santa Francisca Romana vio salir de las llagas del


Salvador una cadena de oro ardiendo juntamente con
un precioso líquido, y comprendió que ello significa el
amor de Jesús, pronto a encender de caridad todos los
corazones (Bernardo María Amico, Vida de la Santa,
libro IV, capítulo VII). Pues la vista de aquella Sangre,
dice San Juan Crisóstomo, no puede menos que
despertar sentimientos de amor («Con esta Sangre el
alma se enciende», Homilía 61 De la sagrada participación
de los misterios, al pueblo de Antioquía). Quien a tal
vista permanece indiferente, quiere decir que tiene un
corazón de piedra: si así no es el nuestro, hemos de
rendir amor a quien por nosotros ha derramado toda su
Sangre.

EJEMPLO
Santa Catalina de Génova, desde pequeñita, oraba
siempre delante de la imagen de Jesús depuesto de la
Cruz en el seno de su afligida Madre, y la
consideración de esas llagas y de la Preciosa Sangre que
de ellas manaba, la inflamó de tanto amor celestial, que
despreciando las cosas terrenas quería hacerse monja;
mas por su tierna edad, no fue admitida. Andando los
años, sus padres la colocaron en matrimonio, y en este
estado, por las grandes tribulaciones que hubo de sufrir,
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 92

contrajo no leve enfermedad. Como le aconsejasen que


abandonara su vida penitente a fin de recuperar la
salud, así lo hizo, pero en vez de alivio, experimentó
mayor molestia. Acudió enseguida a la presencia de un
sacerdote y para remedio de sus males pidió confesarse.
Haciendo lo cual, recibió de Dios tal conocimiento de
la malicia de la culpa, que entre un mar de llanto y
dolor, fue constreñida a exclamar: «Amor mío, no más
pecados». Vuelta a casa se le apareció Jesús chorreando
viva Sangre, y de tan indeleble manera, se grabó en su
alma, que de allí en adelante no pudo ella en otra cosa
pensar sino en Jesús bañado de Sangre; y cada objeto le
parecía regado con la Sangre Preciosa. Mediante esos
favores celestiales consiguió perfecta tranquilidad su
corazón, y tanto se inflamó de amor divino que el fuego
interior le translucía en el rostro. Tal amor, creciendo
en ella cada vez más, la condujo a un alto grado de
perfección. El año 1510, cayó enferma, fue arrebatada
en éxtasis y cantando con voz dulcísima las últimas
palabras de Jesús: «Señor, en tus manos encomiendo
mi alma» se voló al santo paraíso (René François
Rohrbacher, Historia Universal de la Iglesia, libro 83; y
Breviario Romano, apéndice 22 de Marzo) ¡Oh muerte
verdaderamente preciosa! ¡Oh cristiano, ama de veras
también tú a la Preciosísima Sangre, y también tú
tendrás la suerte de acabar tus días con una tan feliz
muerte!

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Decid siete Gloria Patri a la Preciosísima


Sangre de Jesucristo.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
93 Rito Romano | 1962

JACULATORIA: Sangre vertida con tanto amor, de


afecto inflama mi corazón.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Señor mío crucificado, ¿por qué estáis clavado en esa
Cruz? Por amor mío. ¿Por qué vuestro cuerpo está todo
dilacerado, traspasados con clavos los pies y las manos,
y perforada de espinas la cabeza? Por amor mío. Sí, por
amor mío os veo cubierto de Sangre de la cabeza a los
pies. ¿Y quién soy yo para que tanto me améis? Una
criatura vilísima, un ingrato que tanto os ha ofendido.
¡Y sin embargo Vos, sumo Dios, por mi os habéis
reducido a tal estado! ¡Oh amor incomprensible, amor
inmenso! ¿Y yo no me resuelvo aún a amaros? ¡Ah!
Conmuévete al fin, ingrato corazón mío, y ama a quién
te ha amado tanto: da todo tu amor a quién te ha dado
toda su Preciosísima Sangre. Sí, amaros quiero Jesús
mío, y amaros siempre en todo el resto de mi vida, para
tener la suerte de amaros eternamente en el cielo.
Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 94

DÍA VIGÉSIMOSEXTO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS ES FUENTE DE
MISERICORDIA

I. Conducida por los escribas y fariseos a la presencia


de Jesús una pecadora, a fin de que fuera condenada a
ser lapidada, éste les dijo: «Quien de entre vosotros sea
inocente, tire la primera piedra». En seguida con sus
divinos dedos, se puso a escribir sobre la tierra los
pecados de ellos; por lo cual, llenos éstos de confusión,
se marcharon (San Jerónimo, Diálogo contra Pelagio,
Libro II). Habiendo quedado sola, turbada y
compungida la pecadora, Jesús le dijo: «no temas que
yo te perdono, pero cuida de no volver a pecar» (San
Juan VIII). No sólo en este caso, sino frecuentemente,
el Dios humanado trataba con benignidad a los
pecadores, diciendo que él «no había venido a llamar a
los justos sino a los pecadores» (San Marcos II, 17)
¡Tanta era su bondad hacia ellos! Alma pecadora, corre
pues llena de confianza a los pies de tu Señor, y lo
hallarás que está pronto a lavarte con su Sangre.

II. «Mirad cuán grande, dice San Pablo, es la bondad del


Señor para con nosotros; que siendo sus enemigos, ha
muerto por nosotros y con su Sangre nos ha santificado
y vuelto a la gracia de su Padre celestial» (Romanos V,
9-10). Todavía más, Jesús no sólo ha dado la vida y la
Sangre por los pecadores, sino que estando clavado por
ellos en la Cruz, en el preciso momento en que
sorteaban su túnica, lo insultaban y blasfemaban, Él,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
95 Rito Romano | 1962

todo piedad y misericordia, pidió a su Padre perdón


para sus crucifixores. ¡Oh bondad, oh misericordia
verdaderamente suma! A tal reflexión no habrá nadie
por cierto, que pueda dudar del perdón, por más
cargado que esté de los más enormes e innumerables
delitos. Ven pues, oh pecador, a lavarte en la Sangre
que Jesús ha derramado por ti, y tu alma se tornará
cándida como la nieve, porque de tu corazón será
borrada toda culpa.

III. «Amaos unos a otros, ha dicho Jesús, como yo os he


amado» (San Juan XV, 12). Él nos ha amado a
nosotros, aunque pecadores y por tanto sus enemigos;
es necesario por consiguiente, que también nosotros
amemos a nuestros enemigos. «¿Y cómo podremos no
amar al ofensor, dice San Agustín, habiendo sido
ambos redimidos con la misma Sangre de Jesús?»
(Homilía 40, Sermón 211, Dominica V de Cuaresma, c.
V.) Recordemos que éste le dijo claro: «si no perdonáis,
no seréis perdonados» (San Mateo VI, 15). Por esto, si
queremos obtener de Dios el perdón de nuestras culpas,
que Jesús nos ha merecido con la efusión de su Sangre,
por amor de esta misma Sangre debemos perdonar y
amar a quien nos ha ofendido.

EJEMPLO
Santa Rita de Casia, unida en matrimonio a un hombre
absolutamente diverso de ella, tuvo que padecer
innumerables maltratos y aún golpes de aquel; pero la
vista del crucifijo la hizo sufrir todo con invicta
paciencia; hasta que mediante sus ruegos y
sufrimientos, Dios convirtió al marido. Habiendo sido
éste asesinado, aunque estaba por ello sumamente
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 96

apenada, perdonó por amor de Jesús crucificado a los


asesinos, y consiguió que sus hijos también los
perdonaran, mostrándoles el crucifijo. Muertos los
cuales ella, ofreciéndolos a Dios, se hizo religiosa
Agustina. Escuchando el sermón de Pasión de labios de
San Santiago de la Marca, se conmovió de tal manera,
que postrada a los pies del crucifijo, le pidió con
insistencia que la hiciese probar alguna de sus penas, y
fue escuchada. Pues una espina separada de la corona
del Redentor fue con ímpetu a clavarse en su frente,
dejándole en ella una llaga profunda y dolorosa, que la
atormentó toda la vida. Después de cuatro años de
cruel enfermedad (durante la cual, rogada a que tomase
un poco más de alimento, respondió: «Mi alma,
aplicada a las llagas de Jesús, se nutre con otro
alimento»), suavemente murió, y su alma fue vista
volar al paraíso (Lorenzo Tardi, Vida de la Santa)
¡Bienaventurado el que la imita, pues tendrá la misma
suerte!

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Por amor de Jesús crucificado, perdonad


cualquiera ofensa que se os haya hecho.

JACULATORIA: Por vuestra Sangre Señor, salvad los


pecadores, que tanto amáis.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Misericordioso Padre mío, he aquí a vuestros pies al
hijo pródigo, que arrepentido vuelve a Vos. Yo he
venido de Vos y Vos habéis venido en mi busca con
tantas inspiraciones que me habéis dispensado. Os he
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
97 Rito Romano | 1962

ofendido y me habéis ofrecido el perdón. He vuelto de


nuevo a ofenderos y de nuevo me habéis abierto los
brazos para estrecharme contra vuestro corazón. ¡Oh
bondad infinita! ¿Quién podrá resistir a tamaño amor
vuestro? Al fin me habéis vencido, oh divina
misericordia: he aquí a vuestros pies la oveja
descarriada resuelta a no apartarse jamás de Vos.
Lavadme, querido Padre mío, con Vuestra Sangre,
tantas manchas, y por los méritos de la misma, dadme
la gracia de amaros siempre y de no más ofenderos, ya
que también yo, por amor vuestro, perdono y amo a
quien me ha ofendido, siendo éste también un alma
redimida con vuestra Preciosa Sangre. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 98

DÍA VIGESIMOSÉPTIMO

CONSIDERACIÓN:
LA SANGRE DE JESÚS NOS ESTIMULA A
SALVAR NUESTRA ALMA

I. Mostrando Jesús a Santa Catalina de Siena, bajo


hermosísimo semblante, el alma de una pecadora
convertida, le dijo: «Mira qué bella es; por eso yo
trabajé tanto y derramé tanta Sangre por la salvación de
las almas» (Beato Raimundo de Capua OP, Vida de la
Santa. Parte II, c. IV, n. 5). De hecho Jesús por salvar
almas, anduvo predicando por ciudades y aldeas
durante tres años consecutivos. Y, ¡oh! cuánto sufrió
por lo extenso de los viajes, por no encontrar tantas
veces alojamiento o comida, y, por la ingratitud de los
mismos hombres, que lo injuriaban, ora lo querían
apedrear o arrojar desde una peña, ora de otros modos
lo perseguían (San Juan IV, 6, 31; VIII, 48-59; San
Lucas IV, 29). ¡Tanto se ha fatigado Jesús por la
salvación de las almas, y nosotros hasta ahora no
hemos hecho nada por salvar la nuestra! ¡Qué
vergüenza! Procuremos pues, de hoy en adelante, de
todas veras, salvar esta alma que ha costado a Jesús
tantos trabajos y además el derramamiento de toda su
Sangre.

II. Además sostuvo Jesús por la salvación de las almas


los más despiadados padecimientos. Se sometió a la
cruelísima flagelación de miles de fieros azotes, se dejó
perforar la cabeza con agudísimas espinas, y por último
quiso ser clavado en la cruz, derramando en ella hasta
la última gota de su Preciosa Sangre. ¡Oh cristiano! Si
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
99 Rito Romano | 1962

Jesús ha sufrido tanto por la salud de las almas, ¿cómo


es que tú en poco estimas la tuya, y por desahogar viles
pasiones la pierdes? ¿Por qué con tus escándalos
arruinas también las almas de los otros? ¡Ea, piensa que
de esa manera te haces reo de la Sangre de un Dios!
Llora pues el error cometido, y repara el mal hecho,
con la penitencia y el buen ejemplo, si no quieres traer
sobre ti los más terribles castigos divinos.

III. San Pablo nos exhorta a huir del vicio, porque


hemos sido rescatados por Jesús a alto precio («Habéis
sido comprados con gran precio». I Corintios VI, 20); y
San Pedro nos lo repite diciendo: «Vivid santamente,
pues no habéis sido redimidos con oro ni plata, sino
con la Sangre Preciosa» («Seréis santos, considerando
que habéis sido redimidos con la Preciosa Sangre», I
Carta I, 16, 18-19). Aprovechémonos, oh cristianos, del
saludable aviso de los santos Apóstoles, los cuales más
que un tierno padre, nos aman y desean nuestro bien.
Pensemos seriamente en el valer de nuestra alma, y
atendamos con la mayor diligencia a salvarla; pues ella
tiene un valor infinito, como que cuesta toda la Sangre
de un Dios.

EJEMPLO
Habiendo instituido San Francisco de Asís la Orden de
los Menores, quiso que en ella se llevase una vida
austera, especialmente los viernes, en memoria de la
divina Pasión. Vencido por tal rigor, uno de los
religiosos, le pidió licencia para volver al siglo; pero el
santo, animándolo a perseverar en la religión para bien
de su alma, le hizo ver que esas austeridades eran una
nonada en comparación con lo que Jesús padeció por
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 100

nosotros. Mas despreciando aquél tales avisos, huyó del


convento. Como San Francisco rezara por él, Jesús se
le apareció en la calle, goteando de sus llagas fresca y
roja Sangre, y le dijo: «mira cuánto he padecido por ti,
¿y tú nada queréis sufrir por tu salvación?». Todo
compungido el religioso, y deshaciéndose en lágrimas,
se volvió al santo que benignamente lo acogió,
exhortándolo a recordar siempre la gracia singular que
había recibido. Y en efecto teniendo aquél siempre
presente la extraordinaria visión, cuidó con toda
diligencia de la salvación de su alma (P. Angélico de
Vicenza, Vida de San Francisco de Asís). ¡Ea! Procuremos
también nosotros tener de continuo ante nuestros ojos a
Jesús que derrama su sangre por salvar las almas, y de
esa manera también nosotros cuidaremos con todo
empeño de la propia salvación.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Resolveos a nutrir siempre una tierna


devoción hacia la divina Sangre, especialmente
lavándoos en ella frecuentando los sacramentos.

JACULATORIA: Salvar yo quiero alma tan noble,


que Sangre cuesta a un Dios Hombre.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Amorosísimo Redentor, fijando mis ojos en vos,
clavado en ese duro madero, bien conozco cuanto os
cuesto. Aquellas acerbísimas penas, aquellas profundas
llagas, aquella Sangre de infinito valor, son el precio
que habéis pagado por el rescate de mi alma; ¿Y yo
tampoco cuido de ella? ¿y la doy al demonio por una
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
101 Rito Romano | 1962

nonada, por un desahogo de vil pasión, por un deleite


bestial? ¡Qué amargura, qué desprecio os aporto de esa
manera! ¡Sangre Preciosísima, vos sois el precio de mi
alma, y yo no la he estimado en nada, aún más, he
hecho cuanto he podido por perderla! ¡Ah! Si así me he
conducido hasta ahora, de hoy en adelante estoy
resuelto a trabajar con todo empeño por salvarla.
Sangre de Jesús, ya que vos la habéis redimido, dadme
también gracia eficaz para cuidar con la mayor
diligencia de su salvación. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 102

DÍA VIGÉSIMOCTAVO

CONSIDERACIÓN:
LOS DEVOTOS DE LA PRECIOSA SANGRE
SERÁN CONFORTADOS POR JESÚS A LA
HORA DE LA MUERTE

I. Terrible es la condición del moribundo. Él es


atormentado de acerbos dolores en el cuerpo y de
crueles angustias en el alma, sin que nadie en el mundo
le pueda aportar alivio alguno. Jesús crucificado no
abandona en tal estado a sus devotos sino que
compasivo los socorre. «¿Puede, él mismo dice,
olvidarse una madre de su hijo? Y aunque tal sucediese,
yo no me olvidaré de ti, teniéndote escrito en mis
manos con letras impresas por mi propia Sangre»,
añade San Alfonso (Isaías XLIX, 15-16. San Alfonso,
Práctica de amor a Jesús, c. III, n. 13). ¡Oh afortunado
moribundo devoto de la Sangre Preciosa! Estando en
las manos del Señor, las angustias de la muerte
ciertamente no te acosarán, como te lo asegura el
propio Espíritu Santo (Sabiduría III, 1). Si anhelas una
tal muerte, oh cristiano, sé amante de la Preciosa
Sangre.

II. Jesús agonizó en la Cruz, entre los más acerbos


desmayos derramando Sangre a cada momento, por los
clavos, que cada vez más le destrozaban las manos y
los pies, y por las espinas, que a cada movimiento de
cabeza le abrían nuevamente las heridas. Quiso Él
sufrir tan amarga agonía y derramar en ella tanta
Sangre, para obtenernos ayuda a nosotros en el trance
de la muerte. Por esto, con verdad podemos decir con
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
103 Rito Romano | 1962

el salmista: «Cuando me halle próximo a morir, no


temeré los males que me rodearán; pues tu sangrienta
Pasión, oh Señor, será mi sostén y mi consuelo en
aquel extremo trance» (Si caminare en medio de las
sombras de la muerte, tu vara y tu báculo me
consolarán». Salmo XXII. «Vara, es decir, la cruz de
Cristo; báculo, es decir, el misterio de la Cruz». San
Agustín, Sermón de Catecismo c. V, y Sermón 197 de
Domínica I después de Trinidad, c. II). Ante tal
consideración, ¿quién no se sentirá penetrado de amor
hacia un Dios que en medio de las más atroces penas,
perdió la vida por librarnos a nosotros de una
angustiosa agonía, y volvernos dulce la muerte? ¿Quién
no se sentirá impelido a ser devoto de la Preciosa
Sangre?

III. San Francisco Javier, muriendo abandonado de


todos sobre una playa, halló sumo consuelo en aquel a
quien tanto había amado, en el crucifijo, que apretaba
entre las manos (Giovanni Massei SJ, Vida del Santo).
San Carlos Borromeo, que durante su vida había
meditado a menudo las penas de Jesús en la pasión
viendo al morir una imagen de Éste, se sintió de tal
manera confortado, que fue obligado a exclamar: «¡Oh,
qué alivio me aporta tan querida vista!» (P. Giovanni
Petro Giussano, Vida del Santo). Convertida Santa
Jacinta Marescotti se entregó por entero al amor del
Crucificado, el cual le reveló la hora de su muerte; y
ella abrazando cariñosamente el crucifijo, plácidamente
expiró (Flaminio Annibali de Latera OFM, Vida de la
Santa). ¿Quién de nosotros no anhela auxilios
especiales de Jesús en el trance de la muerte?
Procurémonoslo, pues, siendo devotos de su Sangre
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 104

meditando a menudo las penas en medio de las cuales


fue derramada.

EJEMPLO
Elena de Massimi, niña de trece años, a menudo
prorrumpía en amargo llanto, al pensar en los dolores
de Jesús; se embriagaba en su Sangre, recibiendo los
santos sacramentos; y cuando le fue administrado el
viático, se vio junto a ella a Jesús, que con su Sangre
Divina roció toda el alma de ella; la cual fue vista por
San Felipe Neri, entre coro de ángeles volar al Cielo
(Pietro Giacomo Bacci CO, Vida de San Felipe Neri,
parte III, c. II., n. 9.). ¡He aquí la hermosa muerte de
quien ama la Sangre Preciosa!

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Rezad tres Pater Noster, Ave María y


Gloria Patri a Jesús Crucificado, rogándole que por su
Sangre os asista en vuestra agonía.

JACULATORIA: Por vuestra Sangre, al alma mía,


Jesús, concédele, dulce agonía.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Salvador mío crucificado, cuando yo menos piense, me
hallaré en el lecho de muerte, ¡quién sabe entre cuantos
dolores, entre cuántas tentaciones, entre cuántas
ansiedades y dudas sobre mi salvación eterna! ¿Quién
podrá entonces conformarme? No mis parientes, ni mis
amigos, ni cualquiera otra persona del mundo; solo
Vos, Redentor mío, podréis ayudarme en aquella
extrema hora. Y sin embargo, por amor de los hombres
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
105 Rito Romano | 1962

tantas veces os he ofendido a Vos. Perdóname, oh


Jesús, ya que en adelante quiero aborrecer al mundo
para servir y amar solo a Vos, Señor mío crucificado,
Quiero siempre haceros compañía al pie de la Cruz,
pensando con tierna compasión en las penas entre las
cuales en ella agonizasteis y derramasteis por mí
vuestra Sangre; y Vos, por esa Sangre Preciosa y por
esa vuestra dolorosa agonía, asistidme, confortadme,
salvadme a la hora de mi muerte. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 106

DÍA VIGÉSIMONOVENO

CONSIDERACIÓN:
LA DEVOCIÓN A LA SANGRE DE JESÚS
PRESERVA DEL PURGATORIO

I. Para evitar el Purgatorio es menester purificarse en


vida de toda mancha; y eso obra en nosotros la
devoción a la Preciosa Sangre. Pues, recibida esta en
los Sacramentos, nos borra todos los pecados; además,
si somos deudores ante la justicia divina de pena aún
no satisfecha por los pecados cometidos, por la misma
Sangre se nos perdona aquella, mediante las
Indulgencias. Por esto, lávate en la Sangre divina,
figurada en el agua con que Jesús purificó del polvo de
las ligerezas los pies de los Apóstoles (San
Buenaventura, Suplemento al sermón 28 de Eucaristía, n.
164), y tendrás parte en el Reino de Dios, y te librarás
del Purgatorio.

II. Nos enseña San Pablo que por la Sangre de Jesús,


mediante la fe, fueron perdonados los pecados
cometidos antes de la Redención. Por tanto los justos
anteriores a la Pasión del Salvador (instruidos por las
profecías), tuvieron fe en Él y su Sangre (Romanos III,
25. Martini, lugar citado). Ahora, dice Santo Tomás
que «cuando Jesús, después de muerto, bajó con su
alma al Purgatorio, libró de aquella penosa cárcel a los
que habían tenido fe y devoción para con su muerte. Lo
que también sucede al presente (Santo Tomás, Suma
Teológica, parte III, L, .55, a. 8). Por esto Zacarías dice
en sus profecías a Jesús: «Mediante tu Sangre, has
hecho salir a los tuyos que estaban prisioneros, del lago
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
107 Rito Romano | 1962

que no tiene agua”, es decir, del Purgatorio, como lo


explica San Buenaventura (Zacarías IX, 11. San
Buenaventura, Exposición de la Misa, c. IV, en el
memento de los muertos). Quien, por tanto, anhele una
suerte tan feliz, sea devoto de la Preciosa Sangre.

III. «La Iglesia, dice el seráfico doctor, por medio del


celebrante ruega por los difuntos “creyendo firmemente
que la Preciosa Sangre de Cristo sirve no sólo a los
vivos, sino también para librar de las penas a los
muertos”» (Íbidem). Ofrezcamos, pues, esta Sangre en
sufragio de ellos; con esta Sangre lavemos nuestras
almas con la más tierna devoción, y así nos libraremos
nosotros y libraremos a aquellos, del Purgatorio.

EJEMPLO
La sierva de Dios, Ana de Jesús, terciaria de la
Santísima Trinidad, rezaba siempre por su difunto
marido delante de una cera bendita que aquel
acostumbraba a llevar consigo, y en el cual estaba
estampado de un lado el Niño Jesús abrazado a la cruz,
y del otro, los instrumentos de la Pasión. Un día, en
medio del fervor de la oración, se le apareció el marido
de rodillas, con la mitad del cuerpo entre las llamas, y
con las manos juntas, en actitud de pedir misericordia.
Vio después brotar de la imagen del Santo Niño una
fuente de Sangre que cayendo sobre aquel fuego lo
apagaba (Alejandro de la Madre de Dios OSST, Crónica
de los trinitarios descalzos, p. III, libro IX, c. 12). Con lo
cual, el Señor le dio a conocer que su marido, por haber
sido devoto de la Pasión, en virtud de la Sangre
Preciosa, volvería pronto al Cielo. ¡Bienaventurados,
pues, los devotos de la Preciosa Sangre! quines también
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 108

después de la muerte, en el Purgatorio, experimentarán


los favorables efectos de tan saludable devoción.
Se medita y se pide lo que se desea conseguir.
OBSEQUIO: Meditando las siete efusiones de la
Sangre Preciosa, rezad treinta y tres Pater Noster por
las Ánimas del Purgatorio que en vida hayan sido más
devotas de las mismas; a fin de que no sólo con la
oración, sino también aplicándoles las Indulgencias
anexas, podáis aportarles copioso sufragio.

JACULATORIA: Por vuestra Sangre, Señor, las


puertas del Cielo abridme cuando yo muera.

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Jesús mío, ¡quién sabe cuántos años, tal vez cuántos
siglos he merecido el Purgatorio! ¿Cómo podré estar
tanto tiempo entre aquellas acerbísimas penas y en
medio de aquel ardentísimo fuego? ¡Oh Sangre
Preciosísima de mi Salvador, si vuestra devoción tanto
sirve para librar del Purgatorio, o al menos para
abreviar su duración, quiero dedicarme a ella por
entero! Deseo a menudo embriagarme de Vos en los
Sacramentos, ganar las Indulgencia fundadas en
Vuestro mérito y meditar las penas entre las cuales
fuisteis derramada. ¡Ea! Purificadme Vos de toda
mancha en esta vida, y abreviadme el Purgatorio.
Sangre Preciosísima, tened compasión de las almas que
allí están penando, ya que también por ellas habéis sido
derramada. Apagad, pues, esas llamas que las devoran,
y llevadlas pronto a bendeciros eternamente en el Cielo.
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
109 Rito Romano | 1962

DÍA TRIGÉSIMO

CONSIDERACIÓN:
LA DEVOCIÓN A LA SANGRE DE JESÚS
CONDUCE AL PARAÍSO

I. ¿Nos salvaremos o nos condenaremos? Este


pensamiento no pocas veces perturba el corazón del
cristiano. Para alejar de nosotros tal perturbación es
menester que sigamos el consejo de San Pablo:
«Hermanos míos, dice, tened confianza en la Sangre de
Jesús, en que por ella entraréis al reino de los
bienaventurados». Pongamos toda nuestra esperanza en
la Sangre Preciosa, seamos verdaderos devotos suyos, y
tendremos segura entrada al paraíso.

II. Toda gracia, como nos asegura San Alfonso, y la


misma perseverancia final, no se obtiene sino con la
oración; y para que ésta sea eficaz, dice el Beato Simón
de Casia, debe ir rociada de la Sangre Preciosa.
Además, «a fin de detestar el pecado, es medio
eficacísimo la meditación, especialmente la de la
Pasión, dice el ya citado doctor San Alfonso; pues “al
pensar, escribe Santo Tomás, que un Dios ha muerto
por amor a nosotros y que para redimirnos de la culpa
ha derramado su Sangre, no puede menos que
empujarnos a odiar aquella y amar a quien tanto nos ha
amado”». Por consiguiente, la devoción a la Preciosa
Sangre, haciéndonos dejar el pecado y perseverar en la
divina gracia, nos conducirá seguramente a la salud
eterna.

III. Al beato Enrique Susón se le apareció el alma de su


MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 110

madre, coronada de gloria celestial. Después de haber


ella meditado por treinta años continuamente la Pasión
de Jesús, un día mientras consideraba su deposición de
la Cruz, enfermó de puro dolor, y el Viernes Santo
murió mártir de compasión hacia su Señor. En efecto,
la devoción a la Preciosa Sangre es la vía segura que
conduce al Cielo. San Juan lo dice claro:
«Bienaventurados los que se lavan con la Sangre del
Cordero divino: las puertas del Paraíso les están
abiertas a fin de que libremente entren». Todos los que
están en el Paraíso, allí han llegado por haberse lavado
y purificado con la Sangre Preciosa. Nutramos también
nosotros una tierna devoción a la Preciosa Sangre,
amemos el precio de nuestra Redención, bañémonos en
ella, frecuentando los Sacramentos y meditando cada
día el amor con que Jesús entre duras penas la derramó;
y de esa manera seguramente llegaremos al puerto de la
eterna salvación.

EJEMPLO
Santa Teresa, siendo de niña muy buena y piadosa, con
la lectura de novelas y la conversación frecuente con
una jovencita que siempre le hablaba de amoríos y
vanidades, empezó a aficionarse a ellas. Pero mientras
un día estaba en entretenida conversación con una
persona a la cual tenía afecto, se le apareció Jesús,
como cuando fue azotado, chorreando Sangre de todos
lados; y ella, aunque quedó conmovida del todo ante
aquella vista, sin embargo, no supo arrancar de su
corazón aquel mundano afecto. Pero después
contemplando una imagen de Jesús, todo llagado y
ensangrentado, se sintió totalmente compungida; y
meditando de continuo la Pasión de Jesús, no sólo
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
111 Rito Romano | 1962

comenzó a vivir virtuosamente, sino que llegó a muy


sublimo estado de perfección. Jesús se le apareció
muchas veces, especialmente en la hostia consagrada,
ora, crucificado, ora coronado de espinas, ora manando
Sangre, ora, habiendo ella comulgado, le hizo sentir la
boca y la persona rociada de la Sangre Preciosa. Por lo
cual, el divino amor tanto penetró en ella que, Él
mismo, más bien que la enfermedad, la privó de la
vida; y su alma, saliendo del cuerpo bajo la forma de
una cándida paloma, junto con Jesús allí presente, voló
al Cielo. Y sin embargo, en una visión que tuvo, le fue
mostrado a Teresa un puesto preparado para ella en el
Infierno. ¿Cómo entonces se libró de él? Recibiendo a
menudo la Sangre Preciosa sacramentalmente en la
comunión y místicamente en la meditación. Durante
todo lo que nos queda de vida, honremos de esa
manera también nosotros a la Sangre de Jesús; y con tal
devoción viviremos santamente, y tendremos nosotros
también la suerte de pasar de este mundo al paraíso
para gozar eternamente de aquella incomprensible
felicidad que Jesús nos ha merecido con la efusión de
su Preciosísima Sangre.

Se medita y se pide lo que se desea conseguir.

OBSEQUIO: Pedid perdón a Jesús de las negligencias


cometidas en este mes, y en compensación ofreced el
corazón a quien os ha dado la Sangre.

JACULATORIA: Sangre Preciosa del Hombre Dios, a


ti consagro mi corazón.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 112

ORACIÓN PARA ESTE DÍA


Dios mío y Salvador mío querido, ¿tendré yo la suerte
feliz de ir al Paraíso a ver Vuestra hermosa Faz y a
gozar de Vos por toda la eternidad? ¡Ah! Con este fin
me habéis criado, y con este fin habéis derramado toda
Vuestra Sangre; pero yo me he vuelto indigno con
tantos pecados. ¡Ea! Jesús mío, suplid Vos mi
indignidad con Vuestra Sangre; por ella os ruego que
ablandéis el corazón, me hagáis llorar y detestar mis
culpas, me deis la perseverancia final, y me encendáis
todo de Vuestro santo amor. No, no quiero ir al
Infierno a blasfemar de Vos, sino que quiero ir al Cielo
a bendeciros. Ya que me habéis dado vuestra Sangre;
¡ea! No me neguéis el Paraíso. Sangre Preciosísima, vos
me habéis conquistado la gloria celestial; luego ella es
mía. Yo la quiero, y por eso prometo con vuestra ayuda
no más perderla con el maldito pecado. Quiero ser
vuestro tierno devoto y entrañable amante. Quiero
teneros siempre impresa en mi corazón y en mi mente,
para que de vos rociado obtenga libre entrada en el
bienaventurado reino; y así, después de haberos amado
y bendecido en la tierra, pueda amaros y bendeciros
eternamente en el Cielo. Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
113 Rito Romano | 1962

SIETE OFRECIMIENTOS
DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE
300 días de Indulgencia cada vez que se recen con un
corazón contrito; Plenaria al mes, con las condiciones de
rigor - Papa Pío VII, Rescripto del 22 de Septiembre de
1821.

1° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y Nuestro
Divino Redentor, por la propagación y exaltación de la
Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, única y
verdadera fuera de la cual no hay salvación, y por la
expansión de la Fe en todo el orbe.
En seguida se dirá un Gloria Patri, etc. y después la
siguiente jaculatoria:
Sea para siempre bendito y alabado Jesús, que con su
Sangre nos ha salvado.

2° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por la paz y concordia entre los príncipes y
reyes católicos, por la humillación de los enemigos de
la Santa Fe y por la felicidad del pueblo cristiano.
Un Gloria Patri, etc. - Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado.

3° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por que se reconozcan y arrepientan los
incrédulos, sean extirpadas todas las herejías y
convertidos los pecadores.
Un Gloria Patri, etc. - Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 114

4° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por todos mis parientes, amigos y enemigos,
por los pobres, enfermos y atribulados y por todos los
que Vos sabéis que debo pedir y Vos queréis que pida.
Un Gloria Patri, etc. - Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado.

5° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por todos los que hoy pasarán a la otra vida,
a fin de que los libréis de las penas del Infierno, y los
pongáis lo más pronto posible en posesión de vuestra
Gloria.
Un Gloria Patri, etc. - Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado.

6° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por todos aquellos que son devotos de este
gran tesoro de vuestra Sangre, por los que están unidos
conmigo para adorarla y honrarla, y finalmente por los
que trabajan en propagar esta devoción.
Un Gloria Patri, etc. - Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado.

7° Padre Eterno, os ofrezco los méritos de la Sangre


preciosísima de Jesús, vuestro amado Hijo y mi divino
Redentor, por todas mis necesidades espirituales y
temporales, en sufragio de las Ánimas benditas del
Purgatorio, y particularmente de las que han sido más
devotas del precio de nuestra Redención y de los
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
115 Rito Romano | 1962

dolores y penas de vuestra amada Madre María


Santísima.
Un Gloria Patri, etc. Sea para siempre bendito y
alabado Jesús, que con su Sangre nos ha salvado. Un
Pater Noster, Ave Maria y Gloria.

INVOCACIONES
A LA PRECIOSA SANGRE
Sangre Preciosa por mi amor vertida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre redentora, vida de mi vida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre derramada por las culpas mías,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre rubicunda, de estima infinita,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre, que llorando, mi Jesús vertía,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre, que en las lágrimas, hilo a hilo corrías,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que te viste de hombres abatida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que brotaron de agudas espinas,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que arrastrada fuiste y escupida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que vertieron manos atrevidas,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre del Costado en la cruel herida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre dulce y suave, humana y divina,
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 116

purifica mi alma de toda malicia.


Sangre con que aplacas tu justísima ira,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre consagrada en Hostia pacífica,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre sin doblez, sangre inocentísima,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre con que borras la escritura antigua,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre en cinco pórticos de mejor piscina,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre de mi amante, sangre amabilísima,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que te ofreces por quien más te pisa,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que nutrió la dulce María,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre siempre pronta a curar heridas,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre en que se funda la esperanza mía,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que recauda la oveja perdida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre liberal, sangre agradecida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre encendedora de almas tibias,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que haces fuerte al que en ti medita,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre santa, pura, amable y bendita,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre que estremece a la sierpe maldita,
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
117 Rito Romano | 1962

purifica mi alma de toda malicia.


Sangre de mi alma, sangre de mi vida,
purifica mi alma de toda malicia.
Sangre, tú me salvas, tú me lavas y me limpias,
purifica mi alma de toda malicia.

℣. Adorámoste, Preciosa Sangre, y bendecímoste.


℟. Porque en la Cruz santa redimiste al mundo.

ORACIÓN
Omnipotente y sempiterno Dios, que con la Sangre de
tu Hijo quisiste ser aplacado y que nosotros fuésemos
redimidos, rogámoste que nos concedas de tal suerte
hacer memoria del precio de nuestra salvación, que
podamos en esta vida conseguir el perdón y en la
eternidad, el premio de la gloria, por el mismo
Jesucristo Señor nuestro, tu Hijo, que contigo vive y
reina por los siglos de los siglos. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 118

LETANÍAS
DE LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE CRISTO
Con tu sangre has comprado para Dios,
hombres de toda tribu, lengua, pueblo y nación;
has hecho de ellos una dinastía sacerdotal,
que sirva a Dios y reine sobre la tierra.
Apocalipsis 5, 9-10

Kyrie, eleison Señor, ten piedad.


Christe, eleison Cristo, ten piedad.
Kyrie, eleison Señor, ten piedad.
Christe, audi nos Cristo, óyenos.
Christe, exaudi nos. Cristo, escúchanos.

Pater de caelis, Deus, Dios Padre celestial,


R/. Miserere nobis. R/. Ten misericordia de
Fili, Redemptor mundi, nosotros.
Deus, Dios, Hijo, Redentor del
Spiritus Sancte, Deus, mundo,
Sancta Trinitas, unus Dios, Espíritu Santo,
Deus, Trinidad Santa, un solo Dios,

1. Sanguis Christi, 1. Sangre de Cristo, Sangre


Unigeniti Patris del Unigénito del Padre
aeterni, Eterno
R/. Salva nos. R/. Sálvanos.
2. Sanguis Christi, Verbi 2. Sangre de Cristo, Sangre
Dei incarnati, del Verbo Encarnado
3. Sanguis Christi, Novi 3. Sangre de Cristo, de la
et Aeterni Testamenti, nueva y eterna Alianza.
4. Sanguis Christi, in 4. Sangre de Cristo,
agonia decurrens in corriendo por la tierra en la
terram, agonía
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
119 Rito Romano | 1962

5. Sanguis Christi, in 5. Sangre de Cristo, brotando


flagellatione profluens, en la flagelación
6. Sanguis Christi, in 6. Sangre de Cristo, emanado
coronatione spinarum en la coronación de espinas
emanans, 7. Sangre de Cristo,
7. Sanguis Christi, in derramada en la Cruz.
Cruce effusus, 8. Sangre de Cristo, el precio
8. Sanguis Christi, único de nuestra salvación
pretium nostrae salutis, 9. Sangre de Cristo, sin la
9. Sanguis Christi, sine cual no hay perdón
quo non fit remissio, 10. Sangre de Cristo en la
10. Sanguis Christi, in Eucaristía, bebida y baño
Eucharistia potus et de las almas
lavacrum animarum, 11. Sangre de Cristo, Fuente
11. Sanguis Christi, de Misericordia
flumen misericordiae, 12. Sangre de Cristo,
12. Sanguis Christi, vencedora de los demonios
victor daemonum, 13. Sangre de Cristo, fortaleza
13. Sanguis Christi, de los mártires
fortitudo martyrum, 14. Sangre de Cristo, fuerza
14. Sanguis Christi, de los confesores
virtus confessorum, 15. Sangre de Cristo, que
15. Sanguis Christi, engendra vírgenes
germinans virgines, 16. Sangre de Cristo,
16. Sanguis Christi, constancia de los tentados
robur periclitantium, 17. Sangre de Cristo, alivio
17. Sanguis Christi, de los enfermos
levamen laborantium, 18. Sangre de Cristo,
18. Sanguis Christi, in consuelo de los que lloran
fletu solatium, 19. Sangre de Cristo,
19. Sanguis Christi, esperanza de los que hacen
spes poenitentium penitencia
20. Sanguis Christi, 20. Sangre de Cristo, alivio
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 120

solamen morientium, de los moribundos


21. Sanguis Christi, pax 21. Sangre de Cristo, paz y
et dulcedo cordium, dulzura de los corazones
22. Sanguis Christi, 22. Sangre de Cristo, prenda
pignus vitae aeternae, de la Vida Eterna
23. Sanguis Christi, 23. Sangre de Cristo, que
animas liberans de lacu libera a las almas del
Purgatorii, Purgatorio
24. Sanguis Christi, 24. Sangre de Cristo,
omni gloria et honore dignísima de toda gloria y
dignissimus, honor

Agnus Dei, qui tollis Cordero de Dios, que quitas


peccata mundi, los pecados del mundo
R/. Parce nobis, R/. Perdónanos, Señor.
Domine. Cordero de Dios, que quitas
Agnus Dei, qui tollis los pecados del mundo
peccata mundi, R/. Escúchanos, Señor.
R/. Exaudi nos, Domine. Cordero de Dios, que quitas
Agnus Dei, qui tollis los pecados del mundo
peccata mundi, R/. Ten misericordia de
R/. Miserere nobis, nosotros.
Domine.

V/. Redimisti nos,


Domine, in sanguine V/. Señor, Tú nos redimiste
tuo. en tu Sangre.
R/. Et fecisti nos Deo
nostro regnum. R/. E hiciste de nosotros un
Reino para Dios y Padre
tuyo.
Oremus.
Omnipotens sempiterne Oremos.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
121 Rito Romano | 1962

Deus, qui unigenitum Omnipotente y Sempiterno


Filium tuum mundi Dios, que constituiste a tu
Redemptorem Unigénito Hijo Redentor del
constituisti, ac eius mundo y quisiste aplacarte
sanguine placari voluisti: con su Sangre; te suplicamos
concede, quaesumus, nos concedas que de tal modo
salutis nostrae pretium veneremos el precio de
ita venerari, atque a nuestra Redención, que por
praesentis vitae malis su virtud seamos preservados
eius virtute defendi in en la tierra de los males de la
terris, ut fructu vida presente, ¡para que
perpetuo laetemur in gocemos en el cielo de su
caelis. Per eundem fruto eterno! Por Jesucristo,
Christum Dominum Nuestro Señor.
nostrum. R/. Amen. R/. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 122

OH PRECIOSA SANGRE DE MI SEÑOR


Oración de San Gáspar de Búfalo
Oh, preciosa sangre de mi Señor,
que yo te ame y te alabe para siempre.
¡Oh, amor de mi Señor convertido en una llaga!
Cuán lejos estamos de la conformidad con tu vida.
Oh Sangre de Jesucristo, bálsamo de nuestras almas,
fuente de misericordia, deja que mi lengua,
impregnada por tu sangre
en la celebración diaria de la misa,
te bendiga ahora y siempre.
Oh, Señor, ¿quién no te amará?
¿Quién no arderá de agradecido afecto por ti?
Tus heridas, tu sangre, tus espinas, la cruz,
la sangre divina en particular,
derramada hasta la última gota,
¡con qué elocuente voz grita a mi pobre corazón!
Ya que agonizaste y moriste por mí para salvarme,
yo daré también mi vida, si será necesario,
para poder llegar a la bendita posesión del cielo.
Oh Jesús, que te has hecho redención para nosotros,
de tu costado abierto, arca de la salvación,
horno de la caridad,
salió sangre y agua, signo de los sacramentos
y de la ternura de tu amor,
¡Seas adorado y bendecido por siempre, oh Cristo,
que nos has amado y lavado en tu preciosísima sangre!
Amén.
IGLESIA DEL SALVADOR DE TOLEDO –ESPAÑA-
123 Rito Romano | 1962

ORACIÓN A LA PRECIOSA SANGRE DE JESÚS


San Alberto Magno
Yo te adoro, Oh Preciosa Sangre de Jesús, flor de la
creación, fruto de virginidad, instrumento inefable del
Espíritu Santo, y me regocijo al pensar que tú viniste de
la gota de la sangre virginal sobre la cual el amor eterno
imprimió su movimiento; Tu fuiste asumida por la
Palabra y deificada en Su persona.
Yo estoy embargado de emoción cuando pienso de tu
paso del corazón de la Santísima Virgen al corazón de la
Palabra, y, siendo vivificada por el aliento de la
Divinidad, volviéndote adorable porque te volviste la
sangre de Dios.
Yo te adoro dentro de las venas de Jesús, preservada en
su humanidad como el maná en la urna de oro, el
memorial de la Redención eterna que El cumplió
durante los días de su vida terrenal. Yo te adoro, Sangre
de la nueva y eterna alianza, fluyendo de las venas de
Jesús en Getsemaní, de la carne arrancada por los
latigazos en el Pretorioum, de sus manos y pies
perforados y de su costado abierto en Gólgota. Yo te
adoro en los Sacramentos, en la Eucaristía, donde yo sé
que estás sustancialmente presente...
Pongo toda mi confianza en Ti, Oh Sangre adorable,
nuestra Redención, nuestra regeneración. Cae, gota a
gota, en los corazones que se han alejado de Ti y
suavízalos de su dureza.
Oh adorable Sangre de Jesús, lava nuestras manchas,
sálvanos de la ira del ángel vengador. Irriga la Iglesia;
hazla fructífera con apóstoles y trabajadores de milagros,
enriquécela con almas que sean santas, puras y radiantes
con belleza divina. Amén.
MES DE LA PRECIOSÏSIMA SANGRE
P. Massimiliano María Mesini CPPS 124

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