Heinz Kohut

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Heinz Kohut (1913 – 1981) fue un importante psicoanalista que aportó importantes

ideas al psicoanálisis, las más remarcables siento el estudio del self, del narcisismo y la
empatía.
Kohut nació el 1913 en Viena y durante su infancia estuvo bajo el cuidado de su
madre sobreprotectora, mientras su padre pasó unos años colaborando en el frente oriental
en la Primera Guerra Mundial.
Estudió medicina en la Universidad de Viena, y posteriormente se comienza a
interesar por el psicoanálisis, pero debido a la persecución nazi, debió emigrar a Estados
Unidos y pausar sus estudios. Al llegar a EE. UU., Kohut decide continuar con su
formación de médico y hace residencias en psiquiatría y neurología. Al trabajar en estos
nuevos campos, retoma su interés por el psicoanálisis y comienza a trabajar como profesor
de psiquiatría y publicando artículos en revistas de psicoanálisis, el más remarcable siendo
un artículo acerca de la importancia de la empatía.
Sin embargo, es en sus últimos años donde comienza a desarrollar su más famosa
teoría. En 1971 publicó su libro “El análisis del yo: un análisis sistemático del tratamiento
de los trastornos narcisistas de la personalidad”, donde ahonda y extiende el concepto de
narcisismo. Más tarde, en 1977 publica “La restauración del yo”, donde se centra más en el
concepto del self.
Durante sus últimos años, Kohut sufrió de unos problemas serios de salud y falleció
en 1981.
There's the moon asking to stay
Long enough for the clouds to fly me away
Well it's my time coming, i'm not afraid to die
My fading voice sings of love,
But she cries to the clicking of time
Of time

Wait in the fire...

And she weeps on my arm


Walking to the bright lights in sorrow
Oh drink a bit of wine we both might go tomorrow
Oh my love
And the rain is falling and i believe
My time has come
It reminds me of the pain
I might leave
Leave behind
Educacion inclusiva acerca de la comunidad y la búsqueda de etiquetas, como se siente mas
comoda.
Reconocimiento como parte de la comunidad LGTBIQA+ 

El proceso de autorreconocimiento y aceptación de la propia orientación sexual


(particularmente cuando ésta varía de la heterosexual instalada hegemónicamente) es un
proceso altamente personal y subjetivo que comienza a partir de la autorreflexión y la
exploración de la propia identidad. Este proceso no sigue una fórmula universal, puesto que
puede variar bastante de persona en persona, tanto en aspectos como la dificultad que
implica como en aspectos de qué tan lineal sea cada proceso, o el hecho de que no sea
lineal en absoluto. Para muchas personas que se reconocen dentro de la comunidad
LGTBIQA+, este es un proceso de autodescubrimiento constante y lo exploran durante la
duración de la totalidad de su vida.
La entrevistada expresa tener conocimiento y cierta certeza de su orientación sexual
desde una temprana edad.

“Sí, si yo [tuve clara mi orientación sexual] desde los doce”

El proceso de búsqueda de etiquetas es una parte culminante para muchas personas


que se reconocen como parte de la comunidad LGTBIQA+, pues les permite encontrar el
término que les describe más pertinentemente, (o, alternativamente, decidir que ninguna
etiqueta les describe realmente), como también conectar con personas que se reconocen con
la misma etiqueta en base a experiencias compartidas. La entrevistada indica que en un
principio utilizó el término bisexual para describirse, pero no es hasta más adelante que se
reconocería como lesbiana. La búsqueda de etiquetas es un ámbito característico de
autorreconocimiento, y puede ser un proceso muy fluctuante, como la misma entrevistada
lo menciona.

“No lo voy a estereotipar, pero muchos yo creo que han pasado por eso de que
primero decimos que somos bi, yo decía que era bi hasta que en realidad me di
cuenta de que no, porque pololeé con un niño y fue como… […] Y fue como no
amigo en realidad, no soy… (risas)”

También describe el acercamiento que tuvo respecto a su orientación sexual durante


los comienzos de este proceso. Lo expresa caracterizado por su necesidad de esconderla,
sin embargo, era consciente de ella y la reconocía. La necesidad de esconder la orientación
sexual es una preocupación que la mayoría de las veces está directamente relacionada con
el miedo al rechazo, o a la ridiculización, principalmente de las personas más cercanas.

 “[Mi orientación sexual] no era algo que tuviera que negar porque yo en realidad
nunca sentí que fuera algo malo, pero si algo que esconder. Estuve con… con mi
polola ahora llevo un año y tres meses, y… recién en diciembre empecé a ser
libremente, eh… por ejemplo en la calle no andábamos de la mano.”

Para la entrevistada, la validación y el conocimiento de sus familiares con respecto a


su orientación sexual juega un papel importante en su proceso de autorreconocimiento.
Describe un miedo a que su mamá reaccione de forma negativa debido a conductas
homofóbicas que expresó en algún momento.
“Y mm… y ahí contándole mis cosas y todo el tema, eh se dio el tema de que mi
mamá no sabía que yo era lesbiana. […] Y que yo muchas veces tuve el miedo de
decirlo porque yo pensaba que mi mamá era homofóbica. Sí, porque por
comentarios que había hecho hace algún tiempo… mm me acuerdo cuando era más
chica como que veía a gays y decía así como “no pases nunca más por esta calle
porque había dos hombres dándose un beso” y yo así…”

Describe el cuidado y precaución que debe considerar al momento de expresarse


afectivamente con su pareja en público debido al riesgo de que un familiar la vea.

“Ahora sí [andamos de la mano]. [Antes no], por el miedo de que me puede ver mi
tío, que es colectivero.”

Esta declaración, paralelamente a la necesidad de esconder su orientación sexual,


también refleja transparentemente la desventaja en la que se encuentran las personas que se
encuentran en relaciones que no sean heterosexuales en ámbitos tan aparentemente simples
como tomarse de la mano.

Por otra parte, la relación que menciona la entrevistada acerca de su proceso de


autorreconocimiento y su proceso terapéutico refleja una consolidación de su confianza y
determinación respecto a su orientación sexual. Expresa el surgimiento de una necesidad de
expresarse como activista en cuestiones de visibilización de la comunidad LGTBIQA+ y la
lucha contra el machismo y la homofobia.

“Yo creo que… [el proceso terapéutico] puede que haya influido [en asumir mi
orientación sexual] pero… eh más que todo en la determinación. No en la
aceptación, yo de aceptarme sí me acepté, pero… fue… más la determinación de
poder decir… está bien, soy parte y quiero luchar o por lo menos visibilizar un
poco más, eh de, de lo que soy parte, porque… es una lucha que abarca tantas
cosas como desde el machismo a la homofobia.”

El aporte que realiza la terapia a su autorreconocimiento es remarcable, sin


embargo, es igual o más remarcable el hecho de que la aceptación de su orientación sexual
la realiza sin la ayuda de terapia, sino que alcanza esta autoaceptación bajo sus propios
términos; la terapia tomando un papel de mera reafirmación. Muestra una característica de
resistencia ante las constantes manifestaciones de la heteronorma provenientes de diferentes
contextos, ya sean las propias relaciones familiares mediante comentarios homofóbicos o la
patologización realizada por psiquiatras. Es posible reconocer una relación entre el soporte
y la base que otorga la red de apoyo que expresa tener disponible.

El acceso a una red de apoyo es un factor crucial en cómo se aborda el proceso de


autorreconocimiento, y permitirá un desarrollo y base óptima que permitirá a la persona
explorar en niveles más seguros su propia identidad y su orientación sexual. La entrevistada
indica tener acceso a una red de apoyo en su vida como amigos y su propia madre, luego de
explicitarle su orientación sexual.

 “No [fue muy abrumadora la llegada a la ciudad] porque tenía a la (nombre),


tenía a la (nombre) y… y me sentía segura”
“[…] por ejemplo, mi mamá tiene la misma edad del psiquiatra. Y ahora ella es
toda una “mamá queer”.”

Aquí acuña el término “mamá queer” para describir el apoyo que recibió de su parte
luego de que ella tuviera conocimiento de la orientación sexual de su hija y posteriormente
conocer a su pareja. 

La entrevistada realiza también una comparación entre el acercamiento respecto a su


propia orientación sexual y la de su pareja. Ella expresa su identidad y orientación sexual
más abierta y participativamente, mientras que su pareja abarca la suya de manera más
reservada. Esta temática caracteriza lo variado que es el espectro de cómo se expresan y
cómo viven sus procesos las diferentes personas que se reconocen como parte de la
comunidad LGTBIQA+ ante una sociedad heteronormada.

“Me encanta, no me incomoda, siento que por ejemplo… a diferencia de por


ejemplo de mi polola, ella es como más piola, más reservada en ese aspecto, como
que no le gusta… por ejemplo ¡ah soy gay!, (risas) no ella no, yo sí, yo sí, soy
lesbiana y me encanta así que que se me note, que me digan que se me nota y yo…
bacán, regio”

Por otra parte, el sentimiento de pertenencia que describe la entrevistada respecto a


la comunidad LGTBIQA+ y la necesidad de involucración respecto a un grupo o colectivo
activista es abarcado por la entrevistada. Muestra un interés respecto al activismo tanto
feminista como del movimiento LGTBIQA+.

“Sí me encanta, me encanta [el movimiento LGTBIQA+], yo… de hecho si pudiera


ser parte de alguna… de algún grupo, así de algún colectivo como en pro de los
derechos LGBTI, me encantaría, me encantaría, siento que me represento mucho y
me gusta así como los grupos activistas, me gustan. [Como activista] en general,
además yo soy feminista. Y me gustaría estar en alguno de los dos, pero creo que
me identifico más con el LGBT. LGBTQI+”

“Es que es lo mismo al final con la sigla, ósea puede ser una, una sigla quizá una
minoría, pero al final nos juntan a todos los que se sienten identificado como parte.
Y es toda una comunidad po’ osea no es menor”

         Menciona también la participación en su primera marcha LGTBIQA+ como un


momento empoderante y revelador. 

“Y yo andaba re contenta porque era mi primera marcha, más encima era mi


primer año como… es que yo al principio lo vi casi como todo gay (…) ya y la cosa
es que era la primera marcha, yo contenta, feliz, gritando, así como… ¿cómo era el
grito? era… cada vez somos más un movimiento homosexual, íbamos con una
bandera…era muy bacán, estaba la doble de Miley Cyrus y nos sacamos una foto
dándonos un beso”

Como parte importante de su proceso de integración a la comunidad y proceso de


autorreconocimiento, también se describe en profundidad el descubrimiento de clubes
nocturnos LGTBIQA+. Lo define como el ambiente cola, donde expresa haber sentido
pertenencia, y donde logra expresarse en su totalidad sin riesgo de ser juzgada. En
comparación al ambiente donde se encontraba en su ciudad anterior, esto le permitió
conocer gente nueva perteneciente a la comunidad LGTBIQA+ y experimentar
abiertamente.

“O iba… es que casi siempre hacíamos como la previa en… la Buenos Aires y nos
íbamos al Arcángel, pero ahí como que conocí gente y ya... y ya llegó un momento
en que todo mi ambiente era de ahí po’, lo había sacado de ahí”

“Y cuando llegué acá fue como que conocí el ambiente cola y ¡ahhh! me encantó,
me destapé eh…sentí la diferencia de estar en una disco hetero por ejemplo en
donde los hombres te miran como una carnada así como minas grati’ (…) en una
disco hetero como que uno está preocupa’ de cómo bailar, de como verse regia, de
verse impecable, las minas con unos tacos, faldita corta, siempre muy eh… punta
en blanco, en cambio en… una disco gay tu literalmente podi’ ir desde lo más
cómodo hasta lo más elegante que podi’ ir y nadie te va a decir na’, osea si hay…,
puedes estar bailando una mina con taco’, vestido y al lado una con zapatilla y
jeans”

Un punto interesante que ofrece el anterior extracto es la comparación que realiza la


entrevistada entre “discos hétero” y “discos gays”: realiza una descripción del
comportamiento de acoso y cosificación dirigido de hombres hacia mujeres que observaba,
como también de las expectativas de cómo presentarse. En comparación, en las discos gays
las expectativas y presión que sintió respecto a su presentación personal no estaban
presentes, como también la diferencia en el comportamiento de acoso y cosificación.

“Yo le decía a mis amigas y ellas decían, no yo no voy a esas discos porque
me van a acosar, y yo así como en la disco hetero te acosan más, de hecho yo fui
con el pensamiento a arcangel de que se me iban a tirar minas y yo así ojalá… y
no, osea nadie te pesca, asi como (…) Es como… como muy consentido, siento que
si alguna mina se te va a acercar a coquetear o algo es porque se estuvieron
mirando, quizá o que le diste un pie a… Pero no se te va, ni se te tiran, ni a los
minos, ni a las minas a nadie… nadie es presa de nadie como en las disco de
hetero”

Menciona también la estereotipación de las discos gay a ser propensas a acoso y la


desmiente, mediante lo que (se podría debatir), es una estereotipación redundante con las
discos hetero.

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