10 Unidad X
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DEFINICIÓN
ARTICULO 1666.- Definición. Hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada
fiduciante, transmite o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona
denominada fiduciario, quien se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada beneficiario,
que se designa en el contrato, y a transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al
fideicomisario.
En esencia, el contrato de fideicomiso es un convenio por el cual una persona transmite a otra
la propiedad de ciertos bienes o activos, obligando el que los recibe a administrarlos bien y
fielmente por cierto tiempo, al cabo del cual debe entregarlos a la persona indicada en el
contrato que puede ser un tercero o el primer transmitente.
La ley 26 .994 derogó la ley 24 .441 y trasladó la regulación del fideicomiso al Código Civil y
Comercial, que en los artículos 1666 y siguientes fijó el actual régimen de este contrato,
disponiendo que hay contrato de fideicomiso cuando una parte, llamada fiduciante , transmite
o se compromete a transmitir la propiedad de bienes a otra persona denominada fiduciario,
quien se obliga a ejercerla en beneficio de otra llamada beneficiario, que se designa en el
contrato, ya transmitirla al cumplimiento de un plazo o condición al fideicomisario.
FUNCIÓN ECONÓMICA
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CARACTERES
b) Es un contrato oneroso ( art. 967 ), ya que el beneficio que procura a una de las partes no
le es concedido sino por una prestación que ella ha hecho o se obliga a hacer a la otra.
c) Es un contrato formal , aunque de una formalidad ad probationem ( art. 969 ), pues si bien
puede documentarse por instrumento público o privado, requiere de inscripción en el Registro
Público y un determinado contenido y plazo que la ley indica. Además, para su constitución,
puede requerir escritura pública u otras formas determinadas, según la naturaleza de los
bienes fideicomitidos.
¿Qué ocurre si no se cumple con la formalidad de instrumento público, en los casos en que ella
es exigida? El contrato valdrá como promesa de otorgar el instrumento público ( art. 1669 ,
2ª parte).
Finalmente, cabe señalar que es posible incorporar bienes que requieran de su formalización a
través de instrumento público, luego de celebrado el contrato. En este caso, es suficiente con
el cumplimiento, en esa oportunidad, de las formalidades necesarias para su transferencia,
debiendo transcribir en el acto respectivo el contrato de fideicomiso ( art. 1669 , 3ª parte).
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De conformidad con lo que dispone el artículo 1667, el contrato de fideicomiso debe contener
los siguientes elementos:
a) Individualización de los bienes objeto del contrato . En caso de no ser posible tal
determinación a la fecha de la celebración del contrato, constará la descripción de los
requisitos y características que deben reunir los bienes o activos objeto del contrato. La
exigencia de la individualización significa que las cosas fungibles no pueden ser objeto de este
contrato, salvo que determinadas cosas fungibles estén físicamente individualizadas, como,
por ejemplo, las monedas de oro que se encuentran en una caja fuerte. También pueden serlo
los derechos intelectuales. Dispone el artículo 1670, en particular, que podrán ser objeto del
fideicomiso todos los bienes que se encuentran en el comercio, incluso universalidades, pero
no pueden serlo las herencias futuras.
b) Determinación del modo en que otros bienes podrán ser incorporados al fideicomiso . Por
ejemplo, los frutos naturales o civiles que producen los bienes fideicomitidos.
c) Plazo o condición a que se sujeta la propiedad fiduciaria . Sin embargo, de conformidad con
lo determinado por el artículo 1668, el plazo nunca podrá durar más de años desde la
celebración del contrato, a menos que el beneficiario fuere un incapaz o de capacidad
restringida, en cuyo caso podrá durar hasta su muerte o hasta el cese de su incapacidad.
En cuanto a la condición a la que alude el artículo 1668, párrafo tercero, ella puede ser
resolutoria o suspensiva (por ej., El fideicomiso durará mientras el fiduciario viva en Buenos
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Aires o comenzará una vez que se coseche la soja actualmente sembrada en el inmueble
fideicomitido). Pero, además, abarca la hipótesis de que el contrato imponga algunas
limitaciones a los derechos del fiduciario, siempre que no desvirtúen la naturaleza de la
institución. Así, el contrato puede establecer que el fiduciario no pueda disponer o gravar los
bienes fideicomitidos sin consentimiento del fiduciante ( art. 1688 ).
e) Destino de los bienes a la finalización del fideicomiso ( art. 1667 , inc. e]) con indicación del
o de los fideicomisarios a quien deben transmitir los bienes o activos al concluir el fideicomiso
o la manera de determinarlo conforme con el artículo 1672 (véase nro. 1372.d).
f) Derechos y obligaciones del fiduciario y modo de sustituirlo, si cesa ( art. 1667 , inc.
f]). Esta disposición tiene más bien el sentido de un consejo que de un requisito, pues si el
contrato nada dijera sobre tales derechos y obligaciones y sobre el modo de sustitución, no
se afecta la validez del contrato, puesto que ellos están ya dispuestos en la ley ( artículos
1674 a 1679).
FORMA.
ARTICULO 1669.- Forma. El contrato, que debe inscribirse en el Registro Público que
corresponda, puede celebrarse por instrumento público o privado, excepto cuando se refiere
a bienes cuya transmisión debe ser celebrada por instrumento público. En este caso, cuando
no se cumple dicha formalidad, el contrato vale como promesa de otorgarlo. Si la
incorporación de esta clase de bienes es posterior a la celebración del contrato, es suficiente
con el cumplimiento, en esa oportunidad, de las formalidades necesarias para su
transferencia, debiéndose transcribir en el acto respectivo el contrato de fideicomiso.
Es el que se adquiere con razón de un fideicomiso constituido por contrato o por testamento
y esta sometivo a durar solamente hasta la extinción del fideicomiso, para el efecto de
entregar la cosa a quien corresponda según el contrato, el testamento o la ley.
ARTICULO 1704.- Facultades. El titular del dominio fiduciario tiene las facultades del dueño
perfecto, en tanto los actos jurídicos que realiza se ajusten al fin del fideicomiso y a las
disposiciones contractuales pactadas.
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fines del fideicomiso y a las disposiciones contractuales pactadas, y que el tercer adquirente
carezca de buena fe y título oneroso.
Si el plazo fijado es superior a los años treinta, deberá tenerse por concluido el fideicomiso a
los treinta años ( art. 1668 ). Si la extinción del fideicomiso está sometida al cumplimiento de
cierta condición, deberá tenerse por cumplida cuando se cumplan los treinta años desde el
momento de la constitución del fideicomiso, excepto que antes de ese tiempo, se determine
indudablemente que el acontecimiento no sucederá, en cuyo caso entendemos que la
imposibilidad de cumplimiento de la condición hará extinguir el contrato.
Respecto de los bienes fideicomitidos, aun en caso de revocación por el fiduciente, los
contratos de locación que los afecten seguirán vigentes hasta la conclusión del término
pactado. Pero, además, para que tenga efectos respecto de terceros, la revocación deberá
inscribirse en el registro respectivo. La revocación —como bien dice la norma— es ineficaz en
los fideicomisos financieros una vez que la titulización o securitización haya entrado en su faz
de oferta pública. La facultad reservada de revocar el fideicomiso —extremo que supone una
limitación en la transmisión de los bienes— debe entenderse de interpretación restrictiva.
c) Cualquier otra causal prevista en el contrato. Por lo tanto, deben ser supuestos especiales
previstos por las partes de modo expreso.
El artículo 1698 dispone que, producida la extinción del fideicomiso, el fiduciario está
obligado a entregar los bienes fideicomitidos al fideicomisario oa sus sucesores, a otorgar los
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Efectos
ARTICULO 1706.- Readquisición del dominio perfecto. Producida la extinción del fideicomiso,
el fiduciario de una cosa queda inmediatamente constituido en poseedor a nombre del dueño
perfecto. Si la cosa es registrable y el modo suficiente consiste en la inscripción constitutiva,
se requiere inscribir la readquisición; si la inscripción no es constitutiva, se requiere a efecto
de su oponibilidad.
SUJETOS.
puede ser beneficiario, pero en tal caso, deberá evitar cualquier conflicto de intereses y
obrar privilegiando los de los restantes sujetos intervinientes en el contrato antes que el
propio ( art. 1673 , párr. final), siendo de aplicación analógica el artículo 159, in fine .
Los beneficiarios pueden ser una o varias personas humanas o jurídicas; inclusive, pueden ser
personas que no existan en el momento de celebrarse el contrato, siempre que consten los
datos que hagan su individualización futura ( art. 1671 ). Este último caso es una hipótesis
excepcional que, sin embargo, puede darse cuenta. Así ocurre, por ejemplo, si el fideicomiso
se instituye para generar un premio que se deberá entregar todos los años al alumno que
obtuvo el mejor promedio de su promoción en determinada carrera en determinada
institución.
Pueden ser beneficiarios el fiduciante, el fiduciario o el fideicomisario ( art. 1671 , párr. 1º).
Puede darse el supuesto de que existan varios beneficiarios, en cuyo caso todos se benefician
por igual, salvo disposición en contrario al constituirse el fideicomiso; Asimismo, para el caso
de que el primer designado no acepta o renuncie al beneficio, se puede establecer el derecho
de acrecer de los demás o designarse beneficiarios sustitutos ( art. 1671 , párr. 2º).
Como principio, el derecho al beneficio puede transmitirse por actos entre vivos o de última
voluntad, salvo que el fiduciante haya dispuesto lo contrario en el contrato. Si el fallecimiento
extingue el derecho del beneficiario designado, se aplican las pautas anteriores ( art. 1671 ,
párr. 4º).
los gastos de un menor hasta llegar a la mayoría de edad y que, cumplida esta, se entregue el
pleno dominio de los bienes a una tercera persona.
Como expresa la norma, el fideicomisario puede ser inclusive el propio fiduciante. Ejemplo:
una persona que posee un cuantioso patrimonio y que se encuentra enfermo o fatigado de
atender sus negocios, da en fideicomiso a una persona de su confianza determinados bienes
para que los administre y le entregue sus rentas y, al final del plazo convenido, le devuelva el
pleno dominio. Incluso, si se omite la designación de fideicomisario, resulta razonable admitir
que sea el propio fiduciante, pues el artículo 1672, párrafo tercero, establece que el
fiduciante es el fideicomisario cuando ninguno de los designados acepta, o todos renuncian o
no llegaren a existir.
En cambio, no resulta posible que el fiduciario sea, a su vez, fideicomisario ( art. 1672 , párr.
1º, in fine ).
DERECHOS Y OBLIGACIONES.
El artículo 1674 indica —como pauta de actuación— que el fiduciario debe cumplir las
obligaciones impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia del buen
hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada en él. Y añade que en
caso de designarse a más de un fiduciario para que actúen simultáneamente, sea en forma
conjunta o indistinta, su responsabilidad es solidaria por el cumplimiento de las obligaciones
resultantes del fideicomiso .
De allí que el artículo 1676 sentencie que el fiduciario no puede ser dispensado de la culpa ni
del dolo en que pueden incurrir él o sus dependientes, ni de la prohibición de adquirir para sí
los bienes fideicomitidos.
Son así obligaciones propias, el actuar con lealtad, como buen hombre de negocios, dar
preferencia a los intereses que administra antes que los propios, administrar activamente los
bienes y activos fideicomitidos en la forma establecida y —consecuencia de su deber de
conservar y custodiar material y jurídicamente los bienes: efectuar las mejoras y
reparaciones necesarias a tales bienes, contratar seguros, pagar los tributos que los graven,
etcétera.
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Decimos activamente, pues su administración debe estar encaminada a producir frutos según
la utilización regular de los bienes, sin disponer de ellos, pero produciendo el mayor
rendimiento, imponiendo algunas legislaciones la diversidad de inversiones para evitar los
riesgos derivados de la concentración en una sola actividad económica.
Es obligación inexcusable y típica del fiduciario mantener la identidad de los bienes del
encargo separada de su patrimonio. Así, no pueden incluirse en su contabilidad como propios,
ni considerarlos en su activo.
Sin embargo, podrá gravar y aun disponer los bienes y activos fideicomitidos cuando lo
requieran los fines del fideicomiso ( art. 1688 , párr. 1º), y deberá ejercer todas las acciones
que correspondan para la defensa de dichos bienes, tanto contra terceros como contra el
fiduciante, el beneficiario o el fideicomisario ( art. 1689 , párr. 1º).
Como es natural, debe transferir los bienes de acuerdo con lo convenido o al concluir el
contrato, al beneficiario, al fiduciante o al fideicomisario.
Además, el fiduciario está obligado a contratar un seguro contra la responsabilidad civil que
cubra los daños causados por las cosas objeto del fideicomiso. Ello, sin perjuicio de su propia
responsabilidad ( art. 1685 , párr. 2º).
Finalmente, el fiduciario tiene el deber de rendir cuentas ( arts. 860 a 864) de todas las
gestiones realizadas y debe mantener informados a los interesados sobre el movimiento
operativo de su administración, de todos los bienes y activos en su poder. El Código
expresamente indica que la rendición de cuentas puede ser solicitada por el beneficiario, por
el fiduciante o por el fideicomisario, en su caso, conforme a la ley ya las previsiones
contractuales , pero aun cuando nada se previera en el contrato, deben ser rendidas con una
periodicidad no mayor a un año. En ningún caso el contrato de fideicomiso podrá dispensar al
fiduciario de la obligación de rendir cuentas ( arts. 1675 y 1676).
RESPONSABILIDADES.
El artículo 1674 indica —como pauta de actuación— que el fiduciario debe cumplir las
obligaciones impuestas por la ley y por el contrato con la prudencia y diligencia del buen
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hombre de negocios que actúa sobre la base de la confianza depositada en él. Y añade que en
caso de designarse a más de un fiduciario para que actúen simultáneamente, sea en forma
conjunta o indistinta, su responsabilidad es solidaria por el cumplimiento de las obligaciones
resultantes del fideicomiso .
De allí que el artículo 1676 sentencie que el fiduciario no puede ser dispensado de la culpa ni
del dolo en que pueden incurrir él o sus dependientes, ni de la prohibición de adquirir para sí
los bienes fideicomitidos.
Además, el fiduciario está obligado a contratar un seguro contra la responsabilidad civil que
cubra los daños causados por las cosas objeto del fideicomiso. Ello, sin perjuicio de su propia
responsabilidad ( art. 1685 , párr. 2º).
Rendición de cuentas
ARTICULO 1675.- Rendición de cuentas. La rendición de cuentas puede ser solicitada por el
beneficiario, por el fiduciante o por el fideicomisario, en su caso, conforme a la ley y a las
previsiones contractuales; deben ser rendidas con una periodicidad no mayor a un año.
Cese
Producida una causa de cesación del fiduciario, será reemplazado por el sustituto acuerdo
designado en el contrato o de con el procedimiento previsto por el mismo acuerdo, tal como
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regula el artículo 1679. Si no lo hay o no acepta, el juez debe designar como fiduciario a una
de las entidades autorizadas de acuerdo con lo previsto en el artículo 1690 (entidad
financiera o sociedad especialmente autorizada por la Comisión Nacional de Valores para
actuar como fiduciario).
En los restantes casos de cesación regulados en los incisos b), c) yd) del artículo 1678 (véase
nro. 1377), cualquier interesado puede solicitar al juez la comprobación del acaecimiento de la
causal y la indicación del sustituto o el procedimiento para su designación, conforme con el
contrato o la ley, por el procedimiento más breve previsto por la ley procesal local
(procedimiento sumarísimo). En todos los supuestos del artículo 1678, el juez puede, a pedido
del fiduciante, del beneficiario, del fideicomisario o de un acreedor del patrimonio separado,
designar un fiduciario judicial provisorio o dictar medidas de protección del patrimonio si hay
peligro en la demora ( art 1679 , párr. 3º).
Si la designación del nuevo fiduciario se realiza con intervención judicial, debe ser oído el
fiduciante ( art. 1679 , párr. 4º), a quien se le correrá traslado por tres días hábiles
judiciales (conf. Art. 498 , Cód. Proc. Civ. . y Com.).
Los bienes fideicomitidos deben ser transmitidos al nuevo fiduciario. Si son registrables, es
forma suficiente del título el instrumento judicial, notarial o privado autenticado, en los que
conste la designación del nuevo fiduciario. La toma de razón también puede ser rogada por el
nuevo fiduciario ( art. 1679 , párr. 5º). En este caso, entendemos que la toma de razón se hará
por vía de oficio librado por el juez interviniente o testimonio otorgado por el mismo.
ACEPTACIÓN.
Ahora bien, si no media esa aceptación, el fiduciario podrá requerirla acto auténtico fijando a
tal fin mediante un plazo prudencial. No producida la aceptación, debe solicitar al juez que la
requiera sin otra sustanciación, fijando el modo de notificación al interesado que resulte más
adecuado ( art. 1681 , párrs. 3º y 4º).
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FRAUDE.
EFECTOS.
Este patrimonio fiduciario está integrado por los bienes y activos objeto del contrato ( art.
1682 ), por los frutos naturales o civiles de los bienes fideicomitidos y por los bienes que
adquiera con esos frutos o productos o por subrogación real de todos esos bienes ( art. .
1684 , párr. 2º), produciendo efectos frente a terceros desde el momento del contrato o
desde que se cumplan los recaudos propios de la naturaleza de los bienes que integran tal
patrimonio (p. Ej., Inscripción del inmueble en el respectivo Registro de la Propiedad, etc.).
En primer lugar, el fiduciario tiene todos los derechos propios del dominio pleno, inclusive la
facultad de gravar y enajenar los bienes fideicomitidos cuando lo requieran los fines del
fideicomiso , sin necesidad de contar con el consentimiento del fiduciante, del beneficiario o
del fideicomisario ( art 1688 , párr. 1º).
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Si bien la norma requiere que tales facultades deben ejercerse cuando lo requieran los fines
del fideicomiso, esta reserva solo alude a las relaciones entre el fiduciante y el fiduciario o el
beneficiario o fideicomisario, pues el tercero, a quien se enajena un bien de los fideicomitidos
, ignora si la venta tiene por objeto facilitar el cumplimiento de la finalidad del fideicomiso o
si la venta hubiera podido evitarse. Será así una cuestión de criterio o de prudencia; pero no
es posible que ese tercero de buena fe, que ha pagado el precio, se vea eventualmente privado
de los bienes legítimamente adquiridos, debido a una causa o razón que él no pudo
razonablemente prever.
Entonces, el acto de disposición realizado por el fiduciario cuando no lo requieran los fines del
fideicomiso , solo puede tener como efecto su remoción a pedido del fiduciante, del
beneficiario o del fideicomisario ( art. 1678 , inc. A]), sin perjuicio de la siguiente acción de
daños y perjuicios.
No está de más señalar que el contrato puede prever limitaciones a las facultades de
disponer o gravar los bienes fideicomitidos (incluyéndose la posibilidad de prohibir la
enajenación). Tales limitaciones deben ser inscriptas en los registros correspondientes a
cosas registrables ( art. 1688 , párr. 2º).
El párrafo siguiente añade que esas limitaciones no son oponibles a terceros interesados de
buena fe, supuesto que resulta difícil de imaginar, pues si la limitación está inscripta
registralmente, el tercero interesado no puede alegar buena fe.
En segundo lugar, el fiduciario está legitimado para ejercer todas las acciones que
correspondan para la defensa de los bienes fideicomitidos, contra terceros, el fiduciante, el
beneficiario o el fideicomisario ( art. 1689 , párr. 1º). Ello implica que podrá ejercer todas las
acciones que correspondan al dominio pleno, inclusive la reivindicatoria, y puede ejercerlas no
solo contra terceros, sino también contra el mismo beneficiario, el fideicomisario o contra el
fiduciante.
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De ello surge que el dinero fideicomitido está excluido de la posible ejecución individual o
colectiva incoada por los acreedores personales del fiduciante o fiduciario. Sin embargo, dado
que el dinero es cosa mueble fungible, se produce una confusión patrimonial inescindible con
el patrimonio del propio fiduciario desde el momento mismo de la tradición del dinero. Es
cierto que los bienes objeto del contrato deben ser individualizados ( art. 1667 , inc. A]) para
poder determinar exactamente el patrimonio fiduciario y mantenerlo separado de los bienes,
sujeto a riesgos y afectaciones independientes de las que pueden correr los bienes de quien
debe ejecutar el encargo.
Pero la individualización o la especificidad del objeto del fideicomiso en el supuesto del dinero
se diluye inmediatamente después de su recepción, pues la confusión patrimonial con otros
fondos del fiduciario es inevitable. Como consecuencia, los acreedores del fiduciario podrían
embargar y ejecutar sus cuentas bancarias, ya que en la actualidad no existen "cuentas
fiduciarias" - trust accountso cuentas de registro, en derecho anglosajón— para depósito de
dinero dado en fideicomiso. Por lo tanto, el fiduciante, el beneficiario y el fideicomisario
depende en exceso del buen obrar del fiduciario, quien debería, eventualmente, advertir y
acreditar que el dinero embargado no le pertenece en dominio pleno sino fiduciario, y en ese
caso será imperativo el levantamiento del embargo y no corresponderá el pago a sus propios
acreedores con esos fondos.
Los acreedores del beneficiario y del fideicomisario pueden subrogarse en los derechos de su
deudor.
PROPIEDAD FIDUCIARIA.
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ARTICULO 1682.- Propiedad fiduciaria. Sobre los bienes fideicomitidos se constituye una
propiedad fiduciaria, regida por las disposiciones de este Capítulo y por las que correspondan
a la naturaleza de los bienes.
Por otra parte el artículo 15 de la ley citada precedentemente establece que “los bienes
fideicomitidos quedarán exentos de la acción singular o colectiva de los acreedores
del fiduciario” y el artículo 16 que “los bienes del fiduciario no responderán por las
obligaciones asumidas para la ejecución del fideicomiso, las que sólo serán satisfechas
con los bienes fideicomitidos”. En consecuencia, en el supuesto de insuficiencia del
patrimonio fideicomitido se estará a lo estipulado contractualmente o, de no existir
previsiones en tal sentido, se aplicarán las disposiciones legales contenidas en los
artículos 23 y 24 de la LF (asamblea de tenedores de títulos de deuda).
REGISTRACIÓN.
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bienes, debiéndose dejar constancia de ello en el título para la adquisición y en los registros
pertinentes.
SEPARACIÓN PATRIMONIAL.
ARTICULO 1686.- Acción por acreedores. Los bienes fideicomitidos quedan exentos de la
acción singular o colectiva de los acreedores del fiduciario. Tampoco pueden agredir los
bienes fideicomitidos los acreedores del fiduciante, quedando a salvo las acciones por fraude
y de ineficacia concursal. Los acreedores del beneficiario y del fideicomisario pueden
subrogarse en los derechos de su deudor.
LIQUIDACIÓN.
ARTICULO 1687.- Deudas. Liquidación. Los bienes del fiduciario no responden por las
obligaciones contraídas en la ejecución del fideicomiso, las que sólo son satisfechas con los
bienes fideicomitidos. Tampoco responden por esas obligaciones el fiduciante, el beneficiario
ni el fideicomisario, excepto compromiso expreso de éstos. Lo dispuesto en este artículo no
impide la responsabilidad del fiduciario por aplicación de los principios generales, si así
corresponde. La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender a esas obligaciones,
no da lugar a la declaración de su quiebra. En tal supuesto y a falta de otros recursos
provistos por el fiduciante o el beneficiario según previsiones contractuales, procede su
liquidación, la que está a cargo del juez competente, quien debe fijar el procedimiento sobre
la base de las normas previstas para concursos y quiebras, en lo que sea pertinente.
2. Fideicomisos Especiales
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La jurisprudencia ha descrito un acuerdo como una especie dentro del género del fideicomiso,
determinado por las características del fiduciario es: a) una entidad financiera, ob) una
sociedad especialmente autorizada por la Comisión Nacional de Valores; y los beneficiarios
hijo: 1) los titulares de certificados de participación, o 2) titulares de títulos
representativos.
CONTENIDO.
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Así se expresa el artículo 1693 al disponer que, sin perjuicio de la posibilidad de emisión de
títulos valores atípicos, en los términos del artículo 1820, los certificados de
participación son emitidos por el fiduciario. Los títulos representativos de
deuda garantizados por los bienes fideicomitidos pueden ser emitidos por el fiduciario o por
terceros.
Los certificados deben ser emitidos sobre la base de un prospecto en el que consten las
condiciones de la emisión, las enunciaciones necesarias para identificar el fideicomiso al que
pertenecen y la descripción de los derechos que confieren ( art. 1693 , párr. 3º, 2ª parte ).
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La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender a las obligaciones del fideicomiso
en general, no da lugar a la declaración de su quiebra. En tal supuesto ya falta de otros
recursos provistos por el fiduciante o el beneficiario según previsiones
contractuales, procede su liquidación , la que está a cargo del juez competente, quien debe
fijar el procedimiento sobre la base de las normas previstas para concursos y quiebras, en lo
que sea pertinente ( art. 1687 , párr. 3º).
Si el fideicomiso se constituye con fines de garantía, el fiduciario puede aplicar las sumas de
dinero que ingresen al patrimonio, incluso por cobro judicial o extrajudicial de los créditos o
derechos fideicomitidos, al pago de los créditos garantizados. Respecto de otros bienes, para
ser aplicados a la garantía el fiduciario, puede disponer de ellos según lo dispuesto en el
contrato y, en defecto de convención, en forma privada o judicial, asegurando un mecanismo
que procure obtener el mayor valor posible de los bienes ( art. 1680 ).
La ley ha tratado de fijar pautas que eviten un daño injustificado al fiduciante (conf. Art.
1710 , inc. A]) o un abuso de derecho ( art. 10 ) por parte del fiduciario en perjuicio de aquel.
Del articulo 1680 podemos expresar que este tipo de fideicomiso tiene como presupuesto la
existencia de una relación jurídica obligacional y tiene por fin respaldar el cumplimiento de
esa obligación o deuda contraída con un tercero, garantizando su cumplimiento. El deudor
(fiduciante) entrega bienes o activos al fiduciario (que puede ser o no el acreedor), para que
éste —en caso de incumplimiento de la obligación garantizada— abone con sus rentas o
enajene tales bienes o activos y pague al tercero garantizado ( un banco o entidad financiera)
con el importe de la venta, generalmente reintegrando al fiduciante el saldo, si lo hubiera.
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Surgen así dos supuestos claramente diferenciados en el fideicomiso de garantía, según que
el fiduciario sea o no también el beneficiario (compondrá ambos supuestos cuando sea a la vez
el acreedor de la obligación garantizada).
En el caso de que la persona del beneficiario y del fiduciario no coincida, ninguna formulación
adicional cabe respecto de las consideraciones que efectuamos respecto del fideicomiso
ordinario.
Asimismo entendemos que debe considerarse incompatible con el objeto del fideicomiso en
garantía la facultad de revocación del fideicomiso que tiene el fiduciante, prevista en el
artículo 1697, inciso b). Es que no resulta posible que el fiduciante revoque el fideicomiso
cuando el beneficiario es al mismo tiempo el fiduciario y las obligaciones derivadas del
fideicomiso quedan definidas desde la celebración del contrato, incluida la aceptación del
fiduciario en su función de beneficiario.
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ARTICULO 1700.- Nulidad. Es nulo el fideicomiso constituido con el fin de que el fiduciario
esté obligado a mantener o administrar el patrimonio fideicomitido para ser transmitido
únicamente a su muerte a otro fiduciario de existencia actual o futura.
FINALIDAD.