Grupo 14
Grupo 14
Grupo 14
Grupo “14”
los actos que se cometieron fueron tipificados como genocidio, ya que las
matanzas fueron ejecutadas por miembros del Ejército y de las patrullas de Auto
defensa Civil al mando del General Efraín Ríos Mont, el caso fue sometido a la
corte el 5 de agosto del 2014 de conformidad con los artículos 51 y 61 de la
Convención Americana, este caso fue tan emblemático ya que se refiere a la
presunta ejecución de una masacre en la aldea chichupac, que data el 8 de enero
del 1982, ocurrieron ejecuciones extrajudiciales, torturas, desapariciones forzadas,
violaciones sexuales, omisiones de auxilio , detenciones ilegales, desplazamiento
forzados en perjuicio de los indígenas maya achí, esto según da inicio por una
política de Estado con fundamento a la “doctrina de seguridad nacional” y el
concepto de “enemigo interno” destinada a la eliminación de la supuesta base
social de grupos insurgentes de la época.
COMPETENCIA.
La Corte Interamericana es competente, en los términos del artículo 62.3 de la
Convención Americana, para conocer el presente caso, debido a que Guatemala
es Estado Parte de la Convención Americana desde el 25 de mayo de 1978 y
reconoció la competencia contenciosa de la Corte el 9 de marzo de 1987.
EXCEPCIONES PRELIMINARES.
El Estado presentó en su escrito de contestación las siguientes excepciones
preliminares: A) falta de competencia ratione temporis; B) falta de competencia
ratione materiae; C) falta de agotamiento de recursos internos, y D) “carencia de la
facultad para presentar otra reclamación en contra del Estado de Guatemala por
los mismos hechos”.
Las 32 presuntas víctimas de esta masacre fueron los señores: Víctor Juárez
Pangán Clemente Juárez lxpancoc; Cruz Sic Cuxum; Pedro Sic Jerónimo;
Gregorio Garniga Valey; Timoteo Sic Cujá; Roberto Galiego Chen; Antonio
Alvarado González; Alfonso Cruz Juárez; Domingo Cahuec Sic; Santiago Alvarado
Xitumul; Agustín Juárez lxpancoc; Teodoro González Xitumul; Eulogio Morales
Alvarado; Luciano González; Apolinario Juárez Pérez; Alberto Juárez Pérez;
Evaristo Depaz Siana; Pedro Tum; Emigdio Siana lxtecoc; Pedro Galiego López;
Demetrio Chen Alvarado; Pedro Galiego Mendoza; Camilo Juárez Valey; Julián
Garniga; Benito Juárez lxpancoc; Francisco Depaz; Maximiliano Sis Valey; Vicente
Sic Osorio; Patrocinio Chen Galiego; Félix Alvarado Xitumul, y Demetrio Cahuec.
Sin embargo, aún en el año 1999 algunas personas sostenían que la población
sobreviviente seguía viviendo con miedo y recibiendo amenazas, y que los
responsables de la masacre seguían “robando y violando a las mujeres de las
comunidades”. Al día de hoy varias personas sostienen que no han podido volver
a sus tierras y reencontrarse con su comunidad y su cultura debido al miedo, la
violencia, el sufrimiento y la persecución que vivieron en las comunidades, la
pérdida de todas sus pertenencias y el hecho de que no tienen donde vivir, por lo
que se han visto forzadas a continuar en el desplazamiento. Además, dado que
los militares les robaron los documentos que acreditaban la posesión de sus
tierras, o estos fueron destruidos cuando los militares quemaron sus casas,
algunos vecinos señalan que no han podido recuperar sus tierras porque otras
personas viven en ellas y sus propietarios originales no pueden reclamarlos sin
documentos y ante la ausencia de ayuda del Estado.
En el año 2006 y una vez que fue solicitado por la señora Juana García De Paz, la
EAFG realizó trabajos de excavación y exhumación en un terreno ubicado en la
aldea Guachipilín del municipio de Rabinal. En el año 2008 y mediante el informe
final del peritaje antropológico forense realizado por la EAFG, se concluyó que de
una fosa fueron exhumadas cuatro osamentas y que los restos correspondían a
Hugo García De Paz, Manuel de Jesús Alarcón Morente, Edmundo Alarcón
Morente y Agapito Alvarado De Paz. Asimismo, dicho informe indicó que tres de
las cuatro osamentas “tenían los brazos hacia atrás y las muñecas juntas como si
hubieran estado atadas”, y que “al momento de la inhumación los cuerpos no
fueron colocados sino arrojados”. Además, a partir de las lesiones traumáticas
observadas en los restos óseos que correspondían a Agapito Alvarado De Paz, se
concluyó que “la causa de la muerte es compatible con degollamiento”. Según fue
informado por los representantes y no controvertido, las cuatro osamentas fueron
entregadas a sus familiares y sepultadas por estos. Al día de hoy se desconoce el
paradero del señor Adrián García Manuel.
Derechos Violados
violación de los derechos a la libertad personal, integridad personal, vida y al
reconocimiento de la personalidad jurídica, reconocidos en los artículos 7, 5.1 y
5.2, 4.1 y 3 de la Convención Americana, en relación con el artículo 1.1 del mismo
instrumento y en relación con lo dispuesto en el artículo I. a) de la Convención
Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas, en perjuicio de las 22
víctimas de desaparición forzada que se identifican en el Anexo I de esta
Sentencia, en los términos de los párrafos 131 a 160 de la misma.
REPARACIONES:
El Estado debe realizar o continuar, de manera sistemática, rigurosa y con los
recursos humanos y económicos adecuados, las acciones necesarias tanto para
determinar el paradero de los miembros de la aldea de Chichupac y comunidades
vecinas desaparecidos forzadamente, así como localizar, exhumar e identificar a
las personas fallecidas.
El Estado debe fortalecer los organismos existentes o los que vaya a crear con el
fin de erradicar la discriminación racial y étnica.
El Estado debe pagar las cantidades: a) USD $55.000,00 (cincuenta y cinco mil
dólares de los Estados Unidos de América) a cada una de las víctimas de
desaparición forzada, señaladas en los párrafos 155 y 156 y en el Anexo I de esta
Sentencia, por concepto de daños materiales e inmateriales; b) USD $5.000,00
(cinco mil dólares de los Estados Unidos de América) a cada una de las víctimas
de desplazamiento forzado, señaladas en el Anexo II de esta Sentencia, por
concepto de daño inmaterial, y c) USD $30.000,00 (treinta mil dólares de los
Estados Unidos de América) a favor de las madres, padres, hijas e hijos,
cónyuges, y compañeros y compañeras permanentes, y USD $10.000,00 (diez mil
dólares de los Estados Unidos de América) a favor de las hermanas y hermanos,
de las víctimas de desaparición forzada, por concepto de daño inmaterial, en
relación con las violaciones a sus derechos a la integridad personal y a la familia.
Los nombres de dichas personas se encuentran señaladas en el Anexo I de esta
Sentencia. Y Teniendo en cuenta todo lo anterior, la Corte fija, en equidad, la
cantidad de USD $50,000 (cincuenta mil dólares de los Estados Unidos de
América) por los gastos incurridos en la tramitación del proceso ante el sistema
interamericano de derechos humanos. Dicho monto deberá ser entregado dentro
del plazo de un año contado a partir de la notificación del presente Fallo, a la
Asociación Bufete Jurídico Popular, por concepto de indemnizaciones por daño
material e inmaterial, y por el reintegro de costas y gastos, en los términos de los
referidos párrafos y de los párrafos 324 a 328, y 331 a 340 de este Fallo.
CONCLUSIONES
La Corte IDH ubicó los hechos del caso en el contexto del conflicto armado interno
ocurrido en Guatemala entre los años 1962 y 1996 durante el que se aplicó la
llamada "doctrina de la seguridad nacional" que consideraba al pueblo maya como
"enemigo interno".
RECOMENDACIONES
Es necesaria la creación de medidas qué faciliten los procesos cuando exista una
clara vulneración de los Derechos Humanos para que los procesos no tarden años
en resolverse ya que la vulneración de Derechos Humanos deben ser prioridad
para el Estado.