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UNIVERSIDAD CATÓLICA DE TRUJILLO

BENEDICTO XVI

FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA DE CIENCIAS EN LA EDUCACIÓN

CARRERA PROFESIONAL DE EDUCACIÓN INICIAL

Alumnas:

2023
Liderazgo educativo en el siglo
XXI, desde la perspectiva del
emprendimiento sostenible

RESUMEN

Este artículo presenta la importancia del liderazgo educativo a partir de algunos elementos
claves que repercuten en el comportamiento de un líder, desde la perspectiva de la
sostenibilidad, debido a que lo educativo adquiere un sentido formativo y ético, lo que
conlleva a que se convierta en la persona con condiciones específicas frente al sentido de la
educación cuando orienta a la comunidad educativa, como los estudiantes, docentes, padres de
familia y personas que manejan procesos educativos, a la búsqueda de mejorar la calidad, el
clima y la cultura organizacional en crecimiento personal, representada en la formación
integral de las instituciones.
INTRODUCCIÓN

«La innovación es lo que distingue al líder de los seguidores».

Steve Jobs

Pensar en liderazgo se asocia con personas que han cambiado la historia y que han dejado un legado.
Estas, generalmente, han mostrado cualidades extraordinarias como seres humanos con experiencias
valiosas y de
gran influencia a nivel mundial.

Covey (1998), plantea el concepto de liderazgo centrado en principios, el cual tiene que ver con la
transformación interna del ser humano, que lo llevará a influenciar a otros a largo plazo. Al
complementar el término de liderazgo con lo educativo, adquiere un sentido formativo y de
proyección en las insti- tuciones escolares. Por tanto, el líder educativo se convierte en la persona que con
condiciones específicas, frente al sentido de la educación, orienta a la comunidad educativa, como estu-
diantes, docentes, padres de familia y personas que manejan procesos educativos, en la búsqueda de
mejorar la calidad educativa, el clima y la cultura organizacional en crecimiento personal, representada
en la formación integral de las instituciones.
El objetivo de este artículo de reflexión es responder a la importancia del liderazgo
educativo a partir de algunos elementos claves que repercuten en el comportamiento de un
líder. Se pretende responder a las características que este último debe tener en el ámbito
educativo y las implicaciones que tiene con la calidad en la educación.

Es importante responder a la importancia del líder, como un ser humano ético que se de-
sempeña en una organización educativa, en cualquier nivel de formación.

Se plantea una representación gráfica de los elementos que constituyen la argumenta- ción
acerca del perfil del líder en el contexto educativo. En principio es indispensable contex-
tualizar el tema de liderazgo con relación a la gestión educativa a nivel estratégico. Luego se
desarrollan los aspectos relacionados tanto con las cualidades y características de los líderes,
como con las competencias que representan los comportamientos de los mismos en el
ámbito educativo.

Al final se plantea la importancia de la calidad educativa, en coherencia con la


responsabilidad de un líder educativo, y, en consecuencia, se hace referencia al escenario
que representa la organización educativa, en cuanto al con el clima organizacional y la
influencia de los líderes en el sistema educativo.
SIGNIFICADO DEL LIDERAZGO EDUCATIVO
CON VISIÓN SOSTENIBLE

El liderazgo educativo se establece con la dinámica de la acción formativa de las personas


fundamentada en ideales filosóficos, y, por consiguiente, en la formación integral. En cuanto a lo
estratégico y técnico con esencia sostenible frente a la comprensión, interven- ción y trasformación
de la cultura, lo ambiental y lo social. Así, se permite la proyección del ser, hacia el sentido de la
educación humana, la cual se refleja en todas sus dimensiones y escenarios los cuales garantizan
mejorar la calidad de vida, en lo profesional y personal, sustentado sobre la ética y en la valoración
de los recursos de las generaciones futuras. Es así como Hargreaves & Dean Fink (2003), citados por
Rodríguez, (2009), al fundamentarel desarrollo humano integral manifiestan:

Lejos de la obsesión por la eficacia competitiva de algunas reformas corrien- tes, los cambios
que necesitamos para el aprendizaje profundo y duradero de nuestros estudiantes requieren
procesos sostenibles, democráticos y justos. Han de inspirarse en ciertos principios como
amplitud, profundidad, continuidad, diversidad, justicia, disponibilidad de recursos y
conservación de la memoria. Merecen ser proyectados sobre diversas esferas de influencia
recíproca entre la escuela y la comunidad, el sistema educativo en su conjunto y los movi-
mientos sociales… El liderazgo y la mejora educativa sostenibles preservan y desarrollan el
aprendizaje profundo de todo aquello que se difunde y que consigue perdurar en el tiempo, de
modo que no cause perjuicio alguno y que propicie de hecho un beneficio positivo para las
personas que se encuentran a nuestro alrededor, ahora y en el futuro.

REPENSAR LA EDUCACIÓN EN EL SIGLO XXI

La sociedad cambia y se transforma, el crecimiento económico, científico y tecnológico se


convierten en indicadores que invitan a repensar la educación del siglo XXI.

Tedesco (s.f.), en la «XXV Semana Monográfica de la Educación», plantea:

La construcción de una sociedad justa es un tema central en la definición del futuro… Estamos ante
la necesidad de moralizar la especie humana, tarea que excede las posibilidades de la educación
escolar, pero que permite colocar la acción de la escuela en el marco de un proceso más amplio.

La educación del siglo XXI se encuentra en una encrucijada; por un lado, se busca ganar egresados
para incorporarse en forma efectiva al mundo del trabajo, y, por el otro, formar ciudadanos
disciplinados para responder a las nuevas relaciones que impone la sociedad del conocimiento y a las
competencias que demanda la economía global (Touraine, 2005). Por tanto, se requiere responder al
sentido de la educación en cuanto al qué, al para qué, al por qué, al cómo y al hacia dónde. Estos
interrogantes definen una propuesta innovadora, que es consecuente con las necesidades del
contexto. Es necesario preparar a los jóvenes más que para la vida, para el vivir el mundo, para
interpretarlo, para pensar, para soñar, para actuar de manera íntegra, para vivir felices, para
encontrase a sí mismos y al otro, para compartir con el otro, para disfrutar las cosas pequeñas de la
vida, para amar la naturaleza, para crear, para innovar, para cambiar, para transformar, para intuir,
para recrear, para…

Desde esta perspectiva, hay que pensar en nuevas alternativas de formación, por tanto, el liderazgo
educativo exige cualidades y características que hacen posible una sociedad más humana, donde los
actores del proceso educativo generen una dinámica de proyección y, de valores y de principios
éticos que se enmarquen en el desarrollo de la persona, y cuyo proyecto de vida lo lleve a
interrogarse sobre el papel que desempeñará en la sociedad. Entonces, ¿cuál debe ser el perfil de un
líder educativo con visión estratégica?

La aproximación a responder exige definir algunos elementos que convergen en la problemática,


para así plantear elementos del liderazgo educativo en forma argumentativa como análisis y
reflexión permanente del tema.

A continuación, se ilustra la estructura del artículo y sus relaciones en cuanto a sustentar con
argumentos, de forma sistemática, los elementos que convergen para definir el perfil de un líder
educativo con visión sostenible de futuro, sentido de lo pedagógico, innovación y desarrollo
humano; este último se establece a partir de los diferentes tipos de liderazgo (Figura 1). Es necesario
aclarar que el desarrollo del tema de liderazgo educativo responde a la educación formal e informal,
teniendo en cuenta todos los niveles de formación: preescolar, primaria, básica secundaria, media
vocacional y educación superior, que incluye pregrados y posgrados.

Figura 1. Aspectos que definen el liderazgo educativo.


PERSPECTIVA DEL EMPRENDIMIENTO SOSTENIBLE

En principio, es necesario centrase en el concepto de sostenibilidad, para entender la relación con el


liderazgo educativo y res- ponder al contexto de la educación del siglo XXI. El fundador del Instituto
de Observación Mundial, Lester Brown, fue la primera persona en definir el término sostenibilidad
como una sociedad sostenible que es capaz de satisfacer sus necesidades sin tener que disminuir las
oportunidades de las generaciones futuras para satisfacer las suyas. En el ámbito de desa- rrollo
colectivo fue tomado por Collins y Porras, (2002); Erikson y Lorentzen, (2004); Batstone, (2003);
Hawkwn, Lovins Lovins, 1999. En la Comisión Brunthlant (WCED, 1987) del comité del medio
ambiente y desarrollo lo confirman.

En cuanto a lo educativo, se infiere su relación con la transformación y el cambio en el sistema, es


decir, cómo el valor educativo se empodera del contexto y sus necesidades, lo que indica que los
proyectos deben conllevar a crear y mejorar el sistema educativo frente a los avances de la
tecnología, y el desarrollo de la cultura, dando respuesta a lo ambiental y lo económico; lo anterior
incide en la impe- rante necesidad de cerrar la brecha entre la educación y la realidad. En últimas,
preservar la cultura de la persona en cuanto a su desa- rrollo personal y social, hace que esta sea más
competitiva y soñadora, lo que indica que desde la perspectiva de la estrategia plantea retos
concretos, a través de objetivos y metas claras.

Ahora bien, el liderazgo educativo pro- mueve el emprendimiento sostenible no solo para crear
empresas, sino para promover y persuadir el cambio frente a los mapas mentales de las personas. El
líder educativo trasforma la realidad del entorno de manera creativa e innovadora, donde la
autonomía desempeña un papel preponderante de ma- durez intelectual y personal cuando lideran los
proyectos con visión ética, proactiva, orientada a logros y al desarrollo de productos con visión
diferenciadora. Así, se contempla la solución de problemas desde el marco estratégico del
pensamiento, lo que genera impacto en los ámbitos sociales, económicos y ambientales.

El enfoque sistémico permite identificar los problemas sociales como la corrupción, la violencia, la
violencia de género, la injustica, la falta de oportunidad, entre otros; y la pobreza, que exige un gran
cambio social; sin embargo, una institución sostenible dirigida por un líder educativo, desde la
perspectiva de la sostenibilidad, debe tener, claridad sobre el sentido ético de la formación. Los
principios y valores resultan ser mediadores del proceso educativo a los proyectos en acción.
En consecuencia, el liderazgo educativo posee como referente filosófico: la ética como base de la
sostenibilidad, desde el sentido de la responsabilidad que tiene el líder como ser social frente a la
vida, al entorno, a la natura- leza, al cuidado de sí mismo. El comportamiento sobre las relaciones
con la naturaleza, en otras palabras, tomando posición y jugando al sí me importa. Por ello, la actitud
del sentido de lo humano con voluntad y con la madurez de la toma de decisiones propias,
inteligentes, que proyectan la conciencia, con relación a la cultura.

Se puede afirmar que el emprendimiento sostenible está directamente relacionado con las prácticas
empresariales. Pero resulta más imperativo interpelar que el liderazgo edu- cativo, desde la
percepción del emprendimien- to sostenible, esté relacionado con la ética como reto transformador.
Desde la perspectiva de totalidad, el líder educativo-emprendedor sustenta sus acciones en la ética,
los principios y valores, no se trata de que se hagan pro- yectos, sino proyectar la responsabilidad
con integridad, pensamiento emprendedor, significativo, con valor agregado, donde la estrategia
debe generar impacto positivo al responder a los problemas que necesitan ser solucionados por un
emprendedor sostenible en el mundo actual

ÁMBITO DE LO EDUCATIVO

Sentido de la gestión educativa

Se define la gestión educativa como un proceso orientado al fortalecimiento de los proyectos


educativos de las instituciones, que ayuda a mantener la autonomía institucional, en el marco de las
políticas públicas, y que enriquece los procesos pedagógicos con el fin de respon- der a las
necesidades educativas locales y regionales. Esta definición enmarca aspectos fundamentales:
responsabilidad de las per- sonas, quiénes interactúan para alcanzar los objetivos propuestos; los
proyectos sugieren desarrollo y mejoramiento continuo; los procesos pedagógicos muestran intencio-
nalidad frente a la calidad educativa. Por tanto, cuando se gestiona lo educativo debe haber claridad
del sentido de la educación como proceso de formación que busca desarrollar la capacidad
intelectual, moral y afectiva de las personas, sustentada en la cultura de un contexto social, que
demanda la sociedad de la información en la educación para el siglo XXI. Es así como Vargas, G. et
al., (2010) aseveran que «todo emerge en lo denominado hoy ´sociedad de la información´ ante la
cual la educación asume un papel estratégico y las organizaciones educativas necesitan ser
conducidas con un liderazgo eficaz».

Repensar la educación para el siglo XXI obliga a buscar la relación entre lo educativo y lo
organizacional como una gestión integrada y sistémica, con visión de futuro, lo que conlleva a
pensar en las capacidades de quién debe liderar esos procesos educativos.

El Ministerio de Educación de la Nación en Chile, a través de la Unesco (s.f.), plantea un modelo de


gestión estratégica educativa centrada en: esencia de lo pedagógico, habilidades para tratar con lo
complejo, trabajo en equipo, apertura al aprendizaje y a la innovación, asesoramiento y orientación
profesional, culturas organizacionales cohesio- nadas con el futuro.

La gestión estratégica conlleva no solo una responsabilidad de líder frente a la filosofía institucional
y alos objetivos estratégicos establecidos desde el Proyecto Educativo Institucional (PEI), sino a una
serie de condiciones como es el conocimiento sobre lo educativo, las políticas y reformas, la gestión
de los proce- sos que requieren liderazgo, orientación y estrategia para que la práctica educativa sea
efectiva frente a todas las posibilidades que el hecho educativo implica

Figura 2. Siete prácticas que favorecen la gestión educativa.


EL LÍDER EN EL ÁMBITO EDUCATIVO

La escuela, desde su concepción, siempre ha tenido una persona que dirige la institución y que recibe
el nombre de rector o director, sin embargo, la evolución del concepto de escuela o institución
educativa ha cambiado a organización educativa. Desde esta perspec- tiva, es necesario analizar
quién es la persona que dirige este tipo de instituciones escolares, qué hace, cómo se relaciona y se
comporta con los demás.

En esencia, un líder educativo es quien es capaz de influir en estudiantes, docentes, administrativos,


en general, en la comunidad educativa, en la cual pueden estar los grupos de interés, entre ellos los
padres de familia de una organización académica, con el pro- pósito de lograr objetivos de la
institución fundamentados en su filosofía y poder generar valor diferenciador en su programas de
for- mación que oferta. Resulta, interesante tomar la posición de Pautt, (2011), quien plantea la
diferencia entre liderazgo y dirección. Se esboza que la relación entre estos dos conceptos resulta
difusa, porque de acuerdo con Bennis (1998), citado por Portuondo (2004), hace alusión a que los
directivos se centran en la gestión administrativa y los líderes están enfocados en los cambios, así
concluye que el directivo administra y el líder innova. Esta descripción ayuda a plantear que las
organizaciones escolares requieren los dos, sin embargo, un directivo necesita las cualidades de un
líder para poder orientar una institución escolar.

Mintzberg (2001), citado por Pautt (2011), añade que el directivo es quien ejerce la acción de dirigir,
administrar y controlar. Pero el líder innova, investiga e inspira confianza (Kotter, 1999). Al parecer
se podría afirmar que el ámbito educativo necesita líderes que posibiliten la construcción social, y
por ende, se constituya en un orientador que haga que los sueños del conocimiento se vuelvan
realidad. Pero para que este análisis tenga sentido, vamos a recurrir a la matriz líder-directivo de
Pautt (2011)

Figura 3. Matriz líder-directivo


Son cualidades los aspectos que aparecen señalados en el primer cuadrante; están determinadas por
la forma de ser de la persona, en este caso, son cualidades positivas. Un líder educativo que expresa
pasión por lo que hace evidencia sentido y significado de sus acciones, es decir, sabe lo que hace. El
cuadrante 1 y el cuadrante 4 presentan algunas competencias que tienen que ver con el saber hacer, y
cómo es el trabajo en equipo; y estas se relacionan con las cualidades, por ejemplo, el compromiso y
el entusiasmo.

En el cuadrante 2 se expresa el sentido de principios como la honestidad y la ética, aclarando que


esta última, es un valor que determina los deberes y derechos de las per- sonas. Un líder educativo
no puede sacrificar su esencia como ser ético por cumplir tareas administrativas.

Pautt, (2011), asevera que lo que se dirige, no se lidera, como los procesos de control, las
obligaciones y derechos que deben cumplir las organizaciones, ubicados en el cuadrante 3. Estas, son
acciones que mediante indicadores de calidad se pueden analizar y revisar sus resultados, por parte
de la dirección. En una institución que desarrolla formación se dan estos procesos administrativos,
pero lo importante es cómo se dan; en este caso en relación con las cualidades del líder que aparecen
en el cuadrante 1 surgen cuestionamientos como hay confianza y compromiso para llevarse a cabo.

En el cuadrante 4 aparecen las com- petencias, sin embargo, los valores organi- zacionales forman
parte de la filosofía institucional, que deben ser respetados y proyectados por el líder educativo y
debe crear acciones para fortalecerlos en la comunidad educativa como parte de la formación
integral. Los procesos de cambio son estrategias que resultan de las competencias definidas. La
solución de problemas es el resultado de una acción, como competencia tiene que ver con la
capacidad de resolver problemas. La planeación estratégica se denota más bien como la capacidad de
desarrollar el pensamiento estratégico.

LAS COMPETENCIAS DE UN LÍDER EDUCATIVO

La globalización exige cambios y transforma- ciones por los requerimientos de la sociedad actual,
pues debido a esto se crea incer- tidumbre en varios temas, como valores, problemas económicos,
situaciones complejas de migración, conflictos políticos y religiosos, avances y cambios
tecnológicos; razones imperantes para que el líder educativo evi- dencie competencias, no solo con
visión disciplinar sino con visión interdisciplinaria, multidisciplinaria y transdisciplinaria. En otras
palabras, valiosas y efectivas competencias personales, profesionales y técnicas que respondan a los
cambios del mundo actual, las cuales son determinantes para afrontar los retos mundiales,
especialmente frente a la capacidad en el manejo de relaciones y negociaciones con el otro, sin dejar
de lado las dimensiones humanas donde prime lo ético frente a los profesional.

Concepto de competencias
El concepto de competencias aparece en las últimas décadas como una estrategia dinámica
relacionada con el desempeño de las personas y que son necesarias para competir en un mundo
globalizado.Se entiende por competencia la capacidad que tiene la persona en el ser, saber y saber
hacer en situaciones reales, ante una tarea nueva, para resolver problemas, tomar deci- siones y
elaborar proyectos, desde una visión emprendedora y gerencial (Sierra 2013).

A continuación (Tabla 1) se observan diversos conceptos determinados por sus componentes, que
definen el contexto, com- portamientos y desempeños.

Tabla 1. Conceptos sobre competencias.

Autor - Entidad/año Definición


Posee competencia profesional quien dispone de los
Bunk conocimientos, destrezas y actitudes necesarias para ejercer su
(1994) propia actividad laboral, resuelve los problemas de forma
autónoma y creativa, y está capacitado para actuar en su entorno
laboral y en la organización del trabajo.
Las competencias son una compleja estructura de atributos
Gonczi & necesarios para el desempeño de situaciones específicas, que
Athanasou combinan aspectos como actitudes, valores, conocimientos y
(1996) habilidades con las actividades por desempeñar.
Las competencias son repertorios de comportamientos que
Levy-Leboyer (2000, p. algunas personas dominan mejor que otras, lo que las hace
10) eficaces en una situación determinada.
En el mundo del trabajo, la competencia se concibe como una
estrategia que se apoya fundamentalmente en el análisis de
tareas, a partir de la cual se busca determinar las etapas puntuales
Díaz Barriga en las que se debe formar a un técnico medio en la adquisición
(2005, p. 13-14) de las habilidades y destrezas que le permitan un desempeño
eficiente en su labor. Los términos aptitudes y habilidades se
encuentran de alguna forma relacionados con el de
competencias, si bien el primero da cuenta de diversas
disposiciones de cada individuo, el segundo remite a la pericia
que ha desarrollado a partir de tales disposiciones.
Una competencia es una capacidad productiva de un individuo
CONOCER, México que se define y mide en términos de desempeño en un
determinado contexto laboral.
La competencia laboral es la construcción de aprendizajes
POLFORM/OIT
significativos y útiles para el desempeño productivo en una
situación real de trabajo.
La competencia, como acción, se asume de dos maneras: una parte conceptual que define su
significado, es decir, cuando la persona competente interioriza el conocimiento y puede evidenciar el
saber; este proceso res- ponde a la competencia semántica del tema por tratar, y la otra parte,
corresponde a la pragmática, que se reconoce cómo poner en práctica el conocimiento que se posee,
que se ha adquirido, o sea, se evidencia en el cómo utilizar el saber; responde ante qué casos o si-
tuaciones se puede aplicar. En consecuencia, cuando se ha llegado al nivel de conceptua- lización, de
interiorización de esos saberes, se pueden aplicar en situaciones que exija o requiera el contexto real
(Sierra, 2003).

En el ámbito educativo, el liderazgo no es solo una competencia que se puede denotar para quien
dirige la institución educativa, sino para quienes toman decisiones de los pro- cesos educativos,
ejercida por el rector, los directores, los coordinadores y especialmente los docentes.

Ahora bien, en el mundo globalizado hay acciones como el desarrollo del pensamiento estratégico, la
que se denomina competencia estratégica, cuyo comportamiento se visualiza en la persona que tiene
un ojo en el horizonte y otro en tierra; evidencia que debe haber recorrido el camino para saber guiar
y orientar procesos académicos. En consecuencia, el líder educativo es estratégico en la medida que
se quiera aplicar la política de más autonomía de gestión institucional y pedagógica en las
instituciones educativas, (Uribe, 2007). También, plantea que las buenas prácticas en gestión, como
es evidenciar la acreditación y la evaluación institucional y su valor diferencial a nivel educativo,
revela el nivel de competencias alcanzado por los directivos.

Ahora bien, el liderazgo del docente se expresa en lo pedagógico o centrado en el aprendizaje


(Bernal & Ibarrola, 2015); quiere decir que se evidencia en la creación de estrategias pedagógicas
que permiten la innovación y creatividad, o cuando el docente plantea que mejora continuamente su
práctica docente, que evoluciona y se transforma pedagógicamente, respondiendo al contexto y su
evolución.

En la educación del siglo XXI se afirma que las competencias docentes deben estar dirigidas a las
competencias de la sociedad del conocimiento (Bautista et al., 2006), debido a la flexibilidad de los
procesos educativos que actualmente surgen de requerimientos del contexto. Desde esta perspectiva,
la comu- nicación es un elemento de mediación del aprendizaje y de la enseñanza, lo cual ofrece
soportes innovadores como los entornos vir- tuales de aprendizaje, que permiten crear herramientas
que favorecen el aprendizaje colaborativo de forma dinámica y creativa.

El uso de las nuevas herramientas tecno- lógicas en la educación es una habilidad que todo docente
debe poseer. Nuestros estudiantes son nativos digitales y el uso de las TIC forma parte de su mundo
real. Ya no se conforman con solo teoría, buscan recrear y vivenciar lo aprendido en entornos de
apren- dizajes virtuales que los saquen del aula de clase y que los lleven a un aprendizaje más
significativo.

Con el paso del tiempo, y con el amplio desarrollo tecnológico y la inclusión de nuevas herramientas
tecnológicas en la educación, el rol del docente ha cambiado enormemente durante la última década.
Esto ha generado una dinámica donde los docentes han tenido que asumir cambios en sus modelos
de en- señanza. Se ha dejado atrás la enseñanza tradicional y se ha pasado a métodos más
interactivos, donde el rol del docente ya no se limita únicamente a transmitir conocimiento o
información. Ahora, el trabajo del docente es el de crear ambientes de aprendizaje autónomos, donde
los estudiantes puedan aprender por sí mismos. La práctica docente, de acuerdo con De Lella, citado
por García- Cabrero, Cabrero, Loredo y Carranza (2008),
«se concibe como la acción que el profesor desarrolla en el aula, especialmente referida al
proceso de enseñanza, y se distingue de la práctica institucional global y la práctica social del
docente». En este sentido, se puede destacar que la competencia pedagógica del docente
implica aspectos fundamentales en el arte de enseñar y dialogar con el estudiante mediado por
el saber, y el cómo facilita y apoya al estudiante en alcanzar un nivel de desempeño importante
en sus competencias profesionales.

En fin, el concepto de competencias pedagógicas ha sido estudiado desde diversos escenarios, como
el ámbito de lo educativo, lo psicosociocultural, lo administrativo y empresarial, por lo cual se ha
fundamentado en diversas concepciones como es el enfoque sistémico y constructivista, que
fundamentalmente aduce a las capacidades del docente en su práctica como un facilitador que
promueve la formaciónintegral, no solo de saberes disciplinares, sino de los principios y valores de
las personas buscando desarrollar todas sus potencialidades como ser humano, como manifiesta el
equipo de la Asociación de Colegios Jesuitas de Colombia (ACODESI) (2003), en la formación
integral y sus dimensiones en su planteamiento didáctico.

Finalmente, para argumentar la validez de un líder-directivo se presentan competencias gerenciales,


tácticas y operativas que debe tener un líder educativo (Tabla 2). Gerenciales, en decisiones
estratégicas que conlleven objetivos y metas; tácticas, en conocimientos técnicos, prácticos y
operativos relacionados con procesos permanentes, que generalmente, se dan en relaciones con otros

Tabla 2. Competencias del líder educativo.

Competenci Definició
as n
estratégicas
Es la capacidad para desarrollar un espíritu de cooperación,
Liderazgo cumplimiento y compromiso con su grupo de influencia, guiando
y orientando a sus colaboradores hacia el logro de los resultados
centrado en
propuestos, bajo un ambiente de respeto y de sentido de lo humano,
principios
con exigencia personal y profesional, inspirado en los principios y
valores de la organización.
Es la capacidad para idear y poner en marcha soluciones nuevas y
diferentes ante los problemas o situaciones planteadas por su
Emprendimiento entorno, buscando activamente oportunidades de proyectos que
generen impacto organizacional dentro de un marco de innovación,
creatividad y diferenciación y autonomía pedagógica y académica.
Es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados de
Inteligencia ánimos propios y ajenos, promoviendo crecimiento emocional e
intelectual, mediante la creación de estrategias para promover el
emocional
crecimiento emocional de los colaboradores académicos y
administrativos en el desarrollo intelectual, social y cultural.

Es la capacidad de conocer, resolver y satisfacer, con un alto


estándar de calidad, las necesidades y expectativas presentes y
Orientació
futuras de los estudiantes y grupos de interés, como el Ministerio de
n al
Educación Nacional y estamentos de registro calificado y
cliente
acreditación, Consejo Nacional de Acreditación (CNA), como
también las acreditaciones internacionales
Es la capacidad de encaminar todos los actos al logro de lo
esperado, actuando con calidad, oportunidad y sentido
Orientació
estratégico. Tendencia a lograr resultados, fijando metas
na
desafiantes por encima de los estándares, mejorando y manteniendo
resultados
altos niveles de rendimiento en el marco de las estrategias de la
organización educativa.
Competencias
Definició
tácticas
n
Es la capacidad de vincular la misión y visión de largo plazo de la
organización al trabajo diario; va desde la simple comprensión de
Gerenciamiento
la estrategia, hasta un sofisticado entendimiento de cómo el
estratégico
entorno influye en los planes estratégicos y cómo estos, a su vez,
determinan las distintas alternativas de formación y académicas.
Es la capacidad para concretar acuerdos y alianzas que generen
valor, solucionen problemas, conflictos o diferencias, creando
Negociación ambientes propicios de colaboración y logrando compromisos
y duraderos de ganancia mutua, que fortalecen las relaciones de la
relaciones comunidad educativa, mediante convenios y alianzas con diversos
sectores empresariales, de investigación, universidades nacionales e
internacionales y entidades globales.
Competencias
Definició
operativas
n
Capacidad para construir relaciones de respeto, colaboración,
cooperación y crecimiento con otras personas para conseguir
Trabajo en resultados comunes y compartidos dentro de un equipo de
equipo trabajo, valorando las diferencias, reconociendo las competencias
de cada uno y logrando sinergia en los resultados.
Capacidad de orientar las actividades diarias en la dirección
Gerenciamiento determinada por los resultados de los procesos y el mejoramiento
táctico constante de la calidad de su trabajo y de sus competencias. Implica
establecer prioridades, fijar objetivos, hacerle seguimiento al
cumplimiento de estos y manejar el cambio.
Capacidad de construir y mantener relaciones respetuosas,
Relaciones
armónicas y efectivas, basadas en la confianza, para el logro de
interpersonales
proyectos que generan desarrollo personal y organizacional de la
institución educativa.
Capacidad de asumir procesos de autodesarrollo que implica
Empoderamient prepararse adecuadamente y evidenciar un desempeño sostenible que
o le permita asumir nuevos retos y responsabilidades en la
organización educativa.
Es la capacidad de revisar, analizar, ajustar los procesos con el fin de
Orientación al aprender de la experiencia y definir acciones de mejoramiento
mejoramiento permanente. También incluye la capacidad de capitalizar la
experiencia de otros y la propia como el Know how, que permite
continuo enriquecer el capital intelectual de los colaboradores de la
organización educativa.
LIDERAZGO EN ORGANIZACIONES EDUCATIVAS

Para sustentar este aspecto, se recurre a la importancia de la cultura organizacional en instituciones


educativas.

En las últimas décadas se ha renovado este concepto, de control y de seguimiento de las personas,
por las organizaciones como culturas, con un sistema de significados comunes entre las personas que
la componen (Robbins, 1999; Davis, 1993; Delgado, 1990; Schein, 1988), lo cual hace que el clima
de la organización educativa se sienta más humano; hace que las personas asuman con tranquilidad
su cultura, en otras palabras, configuran su cultura, los valores y su forma de pensar, contribuye a
enriquecer la cultura misma de la organización.

Las organizaciones educativas son ejemplo de cultura porque se expresa en su filosofía y en la


formación integral, tiene que ver con costumbres y creencias, explícitas en el Proyecto Educativo
Institucional (PEI). Se observa en el manual de convivencia, en el manual de imagen, en los eventos
institucionales, se distingue por los símbolos y signos que muestra la institución en su razón de ser,
su misión y su visión.

Schein (1988), manifiesta que la cultura organizacional hace referencia a los valores, necesidades,
expectativas, creencias, políticas, normas aceptadas y aplicadas por la comuni- dad. En este caso, la
organización educativa que representa su cultura institucional que se proyecta desde su fundación.

Covey (1998), en el libro sobre liderazgo centrado en principios, presenta el paradigma denominado
PCL, que en relación con la cultura institucional de las organizaciones educativas, señala los
elementos que hacen posible que la cultura permee todos los procesos de la organización donde la
calidad se proyecte y evidencie los comportamientos, con visión humanista, en la formación de
líderes en el mundo global en que vivimos

Figura 4 . Paradigma PCL. Liderazgo centrado en principios.


Los cuatro niveles señalan una organiza- ción eficiente con calidad, porque desarrolla a la persona, valora
las relaciones interpersona- les, evidencia las competencias gerenciales, por consiguiente, resalta la
productividad orga- nizacional. Se amplía el valor del líder, porque posee un alto nivel y energía, y visión
proactiva, puesto que el liderazgo de las organizaciones educativas está íntimamente ligada con los
procesos y los responsables académicos que las ejecutan. Los niveles tienen relación directa con los
principios claves que se potencializan en las personas de la organización, porque cada colaborador brinda
sus principios como ventaja competitiva de la organización, lo que la hace estable y diferenciadora. Como
se observa, así las personas forman parte de la cultura orga- nizacional de calidad (Covey, 19
CONCLUSIONES

Las organizaciones educativas tienen un sistema central de valores compartidos que construyen la
estrategia, el sistema y su estructura sobre bases sólidas sustentadas en su filosofía institucional. Sin
embargo, son las personas quienes la hacen posible con su liderazgo, que otorga poder y autoridad, y
genera más innovación, iniciativa y compromiso. La ética no se ve como concepto sino como valor
compartido cuando se aprende y se vive éticamente, es decir, es ser ético con principios y valores que
constituyen la cultura organizacional.
En síntesis, el liderazgo educativo se construye en la relación de todos los elementos expresados hasta
ahora y en la interacción del sentido pedagógico con la innovación y la creatividad de sus líderes y la
cohesión entre la visión de futuro de la organización, teniendo en cuenta el desarrollo humano de las
personas que la componen.
Se puede concluir que el liderazgo educativo tiene que ver con las personas y sus comportamientos frente a
sus cualidades, características y competencias de los líderes a nivel individual, lo cual se proyecta en toda
la organización educativa. En consecuencia, las competencias directivas refuerzan el liderazgo educativo
representado en los líderes, y que por ende, promueven la calidad educativa y la eficiencia en sus procesos.
La sostenibilidad es fuente del desarrollo educativo, en cuanto a los factores que influyen en la formación,
como es lo social, económico y ambiental, mediado por la ética, con relación a los principios y valores. El
liderazgo educativo en el sentido de lo humano, trasciende a lo profesional y genera cultura de la
innovación y la creatividad.
Los niveles tienen relación directa con los principios claves que se potencializan en las personas de la
organización, porque cada colaborador brinda sus principios como ventaja competitiva de la organización,
lo que la hace estable y diferenciadora. Como se observa, así las personas forman parte de la cultura
organizacional de calidad (Covey, 1998).
«Cuanto más usamos y desarrollamos nuestras aptitudes actuales, más aptitudes se
nos conceden y mayor es nuestra capacidad».
«El liderazgo personal es el proceso que consiste en mantener la perspectiva y los
valores ante uno mismo y llevar una vida acorde con ellos».
Stephen Covey

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