Liderazgo Educativo en El Siglo XXI
Liderazgo Educativo en El Siglo XXI
Liderazgo Educativo en El Siglo XXI
emprendimiento sostenible
Para Steve Jobs; pensar en liderazgo se asocia con personas que han cambiado la
historia y que han dejado un legado. Estas, generalmente, han mostrado cualidades
extraordinarias como seres humanos con experiencias valiosas y de gran influencia a
nivel mundial. En el mismo orden, Covey (1998), plantea el concepto de liderazgo
centrado en principios, el cual tiene que ver con la transformación interna del ser
humano, que lo llevará a influenciar a otros a largo plazo. Al complementar el término
de liderazgo con lo educativo, adquiere un sentido formativo y de proyección en las
instituciones escolares. Por tanto, el líder educativo se convierte en la persona que,
con condiciones específicas, frente al sentido de la educación, orienta a la comunidad
educativa, como estudiantes, docentes, padres de familia y personas que manejan
procesos educativos, en la búsqueda de mejorar la calidad educativa, el clima y la
cultura organizacional en crecimiento personal, representada en la formación integral
de las instituciones.
La evidencia empírica muestra que escuelas que suelen enfrentar un entorno similar en
términos de su: complejidad, dinamismo y hostilidad, no siempre obtienen los mismos
resultados de logro en sus estudiantes. Escuelas equivalentes en su constitución jurídica,
en sus atribuciones y grados de libertad para gestionar, que trabajan en un entorno similar,
con estudiantes similares, y grupos familiares equivalentes, pueden tener resultados
significativamente diferentes. ¿Qué explica esas diferencias significativas? ¿Será el azar?
Probablemente no, cuando esas diferencias se tornan sustentables a través del tiempo.
La educación del siglo XXI se encuentra en una encrucijada; por un lado, se busca ganar
egresados para incorporarse en forma efectiva al mundo del trabajo, y, por el otro, formar
ciudadanos disciplinados para responder a las nuevas relaciones que impone la sociedad
del conocimiento y a las competencias que demanda la economía global (Touraine, 2005).
Por tanto, se requiere responder al sentido de la educación en cuanto al qué, al para qué,
al por qué, al cómo y al hacia dónde.
Desde esta perspectiva, hay que pensar en nuevas alternativas de formación, por tanto, el
liderazgo educativo exige cualidades y características que hacen posible una sociedad
más humana, donde los actores del proceso educativo generen una dinámica de
proyección y, de valores y de principios éticos que se enmarquen en el desarrollo de la
persona, y cuyo proyecto de vida lo lleve a interrogarse sobre el papel que desempeñará
en la sociedad.
Repensar la educación para el siglo XXI obliga a buscar la relación entre lo educativo y
lo organizacional como una gestión integrada y sistémica, con visión de futuro, lo que
conlleva a pensar en las capacidades de quién debe liderar esos procesos educativos.
La escuela, desde su concepción, siempre ha tenido una persona que dirige la institución
y que recibe el nombre de rector o director, sin embargo, la evolución del concepto de
escuela o institución educativa ha cambiado a organización educativa. Desde esta
perspectiva, es necesario analizar quién es la persona que dirige este tipo de instituciones
escolares, qué hace, cómo se relaciona y se comporta con los demás.