Comprobaciones en Las Cajas de Cambios Automáticas

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Comprobaciones en las cajas de cambios Automáticas.

Prueba en carretera o dinámica.


Esta comprobación se realiza circulando con el vehículo de forma normalpor la carretera e intentando
apreciar posibles funcionamientos defectuosos que guíen al operario en el diagnóstico de las averías Antes
de comenzar la prueba, se recomienda comprobar el nivel del fluido hidráulico. Durante la prueba, se debe
observar lo siguiente:
– Si el vehículo circula a altas velocidades pero tiene escasa aceleración, puede deberse al resbalamiento del
acoplamiento de la rueda libre o a una falta de fluido hidráulico en el convertidor de par.
– Si se aprecian leves golpeteos en la caja de velocidades, es probable que procedan de los diferentes
embragues, cintas de freno o acoplamientos mediante ruedas libres. Se intentará sustituir el aceite para
minimizar estos golpeteos y se comprobará si existe alguna actualización de la gestión electrónica del
cambio que elimine esta avería.
– Si se escuchan golpeteos muy fuertes, probablemente será necesario efectuar el desmontaje de la caja de
cambios para proceder a una reparación general de la misma.

Comprobación con la palanca de cambios en posición.


Esta comprobación se utiliza para determinar la presión hidráulica en la inserción de la primera velocidad al
iniciar la marcha del vehículo y poder compararla con la indicada por el fabricante. El procedimiento de
comprobación se realiza de la siguiente forma:
1. Se conectan los manómetros de presión en los orificios indicados en el manual de reparación del
fabricante. Para poder conectar el manómetro, tendremos que aflojar los tornillos de registro que este
posee.
2. Se arrancar el motor en la posición «P» (parking).
3. Se desplaza la palanca selectora del cambio a la posición «1» de forma manual.
4. A continuación se lee la presión indicada en el manómetro en función del aumento de revoluciones.
5. Las lecturas obtenidas se comparan con los valores indicados por el fabricante en los distintos regímenes
de revoluciones.

Comprobación del fluido del sistema hidráulico.


Para el correcto funcionamiento de la caja de cambios automática es fundamental el nivel adecuado de su
fluido hidráulico:
– Un nivel bajo de fluido hidráulico en la caja de cambios automática propicia que la bomba hidráulica aspire
aire, lo que hace que se formen burbujas, convirtiendo al líquido en compresible. Esto genera presiones
bajas e irregulares que causan un mal funcionamiento de la caja de cambios y posibles daños permanentes.
– Un nivel de líquido excesivo puede causar un mal funcionamiento de la caja de cambios automática, ya
que los propios engranajes baten en exceso el fluido hidráulico y se crea así una espuma que produce las
mismas condiciones de presión que el bajo nivel de líquido, volviéndose compresible. Además también se
puede crear y una sobrepresión en la carcasa que podría desembocar en la rotura de algún retén o junta de
estanqueidad.
El análisis del estado del fluido hidráulico también es muy importante. Cuando dicho fluido huela a quemado
o esté sucio con partículas metálicas procedentes de la fricción de materiales, es necesario comprobar que
no está contaminado con otros fluidos como el líquido refrigerante del motor. En este caso se deberá
proceder a una revisión total del funcionamiento de la caja de cambios.
En cajas de cambios automáticas es muy recomendable utilizar siempre fluidos hidráulicos del tipo exacto
que recomiende el fabricante para asegurar de esta forma el funcionamiento óptimo del sistema.

Detección de fugas de fluido hidráulico.


Para detectar las posibles fugas de fluido del sistema hidráulico, se le añaden aditivos colorantes que
facilitarán la detección de estas fugas. Una vez añadidos, se deben recorrer entre 50 y 100 km con el
vehículo para realizar una correcta comprobación, ya que de esta forma se podrán detectar más fácilmente
las posibles fugas.
Comprobación del estado del fluido hidráulico.
Una avería bastante común es la aparición de restos de líquido refrigerante en el fluido de la caja de
cambios automática.
Este problema se suele deber a pérdidas en el intercambiador de temperatura que incorporan las cajas de
cambios automáticas para mantener su fluido hidráulico dentro de unas temperaturas óptimas de
funcionamiento, evitando que este se recaliente en exceso y pierda sus características.

El principal síntoma de este tipo de averías es la aparición de unos pequeños tirones durante la marcha del
vehículo. De no ser reparado este problema, la intensidad de los tirones aumentará hasta llegar a perder
capacidad de transmisión. La verificación de esta avería consiste en analizar los contaminantes en el fluido
hidráulico, buscando posibles restos de líquido refrigerante. Para ello, los fabricantes suministran un kit de
comprobación de impurezas que facilita esta verificación.
Estos kits contienen unas tiras de papel microporoso que se deben bañar con un líquido reactivo que, en
contacto con el fluido hidráulico, reacciona rápidamente. Si existe presencia de refrigerante en dicho líquido
hidráulico, la tira cambiará de color.

Comprobación de la presión de mando. La prueba de presión de mando es una comprobación muy


importante en el diagnóstico de las cajas de cambios automáticas. Este tipo de pruebas normalmente
orientan sobre la causa de la mayor parte de los problemas de estas cajas de cambios, y su realización es
básica para un diagnóstico de averías seguro.
Antes de comenzar la comprobación, se deben tener en cuenta las siguientes pautas:
– Es necesario la verificación del nivel correcto y el estado adecuado del fluido hidráulico del sistema.
– El fluido hidráulico debe estar a una temperatura de funcionamiento mínima de 65 °C y máxima de 94 °C.
Por encima o por debajo de estas temperaturas, se aconseja no realizar la prueba. Esta temperatura nos la
indicará la máquina de diagnosis.
El procedimiento para llevar a cabo la comprobación de la presión de mando se compone de los siguientes
pasos:
1. Conectar la máquina de diagnosis en el conector OBD para observar la velocidad del vehículo y la
temperatura del fluido hidráulico.
2. Subir el vehículo con el elevador, de tal forma que las ruedas motrices queden libres para que puedan
girar en el aire.
3. Conectar los manómetros de presión a los orificios de registro para realizar la comprobación.
4. Arrancar el motor de combustión. Si el fluido hidráulico no está a la temperatura mínima para la
comprobación, se deja que alcance como mínimo los 65 °C.
5. Colocar la palanca de cambios en la posición «D» y acelerar el motor hasta el régimen de cambio de
velocidades.
6. Anotar las presiones del manómetro en la inserción de las distintas velocidades. En los sistemas de
inyección actuales no se puede regular el régimen de revoluciones con la máquina de diagnosis, con lo cual
se procederá a realizar la prueba con el vehículo a ralentí elevado.
7. Comparar las presiones anotadas con las indicadas por el fabricante en el manual de reparación. Si el
vehículo dispone de un tipo de relación de cambios «confort», es aconsejable activar esta opción para que el
régimen de revoluciones en el cambio de marcha sea menor. Como medida de seguridad, conviene instalar
un extractor de humos en el tubo de escape, ya que la comprobación se realiza en un recinto cerrado, como
es el taller de reparación. De no disponerse de un extractor, se deberán abrir todas las ventanas para
incrementar la capacidad de ventilación del taller.

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