Guia Final de Unidad 5°a
Guia Final de Unidad 5°a
Guia Final de Unidad 5°a
NOMBRE: PUNTAJE: /
FECHA: CURSO: 5°
OBJETIVO: Leer y comprender texto narrativos y artículos informativos, aplicando
estrategias de comprensión lectora, recordando lo aprendido durante la unidad.
GUÍA DE FINAL DE UNIDAD “¿PUEDEN LAS PALABRAS CAMBIAR EL MUNDO?”
TEXTO 1
Fundación Escuela Amor de Dios Cristina Pérez Hidalgo
Lenguaje y Literatura/ Lenguaje y comunicación Miriam Valenzuela Cortés
3. ¿Cuál es la idea principal del texto?, ¿crees que es posible llevarla a cabo?, ¿por
qué?
4. ¿Cuál de las cinco ideas aplicas o te gustaría aplicar en tu vida cotidiana?, ¿por
qué?
5. Escribe una sexta idea para reducir nuestra huella de carbono. Justifica tu
propuesta.
Fundación Escuela Amor de Dios Cristina Pérez Hidalgo
Lenguaje y Literatura/ Lenguaje y comunicación Miriam Valenzuela Cortés
TEXTO 2
Tony Ninguno
Andrés Montero
El árabe hablaba con Malaquías Garmendia, que se estiraba los bigotes porque no lo
comprendía. Yo me puse a su lado y me acurruqué entre sus brazos para que me permitiera
escuchar de qué hablaban. Al cabo de un rato logré entender que el desconocido quería venderle
algo a Malaquías.
—Parece que le quiere vender un libro.
Le dije esto despacito a don Malaquías, pero el árabe me debe haber escuchado porque me
apuntó con el dedo, como indicando que efectivamente eso era lo que había estado tratando de
decir.
El árabe sacó de pronto de su bolsón los libros que estaba ofreciendo y se los mostró a
Malaquías Garmendia. Eran dos libros grandes y viejos. Cuando Malaquías los abrió, sentí un
olor que también me pareció muy antiguo, de otra época y de otro lugar y de otras personas,
gente especial que había leído esos libros en otras épocas y en otros lugares distintos a los
nuestros, pero con certeza más fabulosos. Quise olfatear más de cerca los libros, pero Malaquías
los sostuvo en el aire, lejos de mí, mientras respondía que no tenía plata para comprar libros.
—Además que aquí nadie sabe leer —dijo encogiéndose de hombros, escupiendo al suelo—.
Somos cirqueros nomás.
Yo entonces miré los libros, que volaban entre las manos de Malaquías como si fuera yo misma
en los trapecios, y logré leer el título en mi mente y luego lo repetí en voz alta.
—Las mil y una noches —recité de corrido.
El árabe volvió a apuntarme, pero esta vez con toda la palma de su mano abierta y observando a
Malaquías con ojos irónicos o preguntones o desafiantes.
Malaquías me miró asombrado.
—Mi tía Magdalena me está enseñando —confesé innecesariamente.
Malaquías Garmendia hojeó los libros, como si quisiera darles una oportunidad.
Y ocurrió algo extraño. Extraño como el árabe y el niño y los libros. Extraño como todo ese día
que torcería para siempre los humildes caminos de nuestro circo: el árabe comenzó a hablar
español casi sin dificultades, como si lo hubiese envuelto una lengua de fuego invisible, y ante
nuestro asombro se puso a contar una historia.
La historia extraña de un rey y una princesa.
Su español era ahora tan claro, y su voz se volvió tan grave y amena que Malaquías no lo pudo o
no lo supo interrumpir para insistirle que los libros no interesaban y que tampoco había cómo
pagarlos. Así que escuchamos su relato completo sin decir nada.
Era la historia de un rey que mataba mujeres, y de una princesa que le contaba cuentos.
Aunque en el mismo momento en que comencé a escucharla supe que estaba frente a algo
definitivo, algo que cambiaría por completo la vida que hasta entonces había llevado, y aunque
durante mucho tiempo leí las historias de ese libro por puro placer y gozo, no las narraría hasta
nueve años después de la visita del árabe desconocido. Fue recién entonces cuando comenzaron
los años de éxito del Gran Circo Garmendia, del modo en que comienzan las cosas definitivas:
por pura casualidad.
Al menos eso creímos. Resultó que, durante un ensayo, nueve años después de la visita del
árabe, me caí del trapecio y me fracturé un brazo. Me dijeron que no podría actuar hasta que me
recuperara. Yo ya tenía diecisiete años y me aburría. Como no sabía en qué ocupar el tiempo, me
puse a leer el único libro que había en el circo y que yo ya conocía bastante bien.
No sé en qué momento decidí que me iba a aprender de memoria sus más de dos mil páginas. Lo
más probable es que no haya hecho tal cosa, la verdad es que ya no creo haber decidido nada
nunca. Pero por ese entonces yo todavía creía que mi vida era mi vida y que yo tenía poder sobre
ella y que cosas como caerse de un trapecio podían llamarse accidentes, y que intentos de
aprender de memoria dos mil páginas de historias podían llamarse decisiones. Pero lo cierto es
que lo hice, o al menos comencé a hacerlo.
Montero, A. (2017). Tony Ninguno. Santiago: La Pollera. (Fragmento).
Fundación Escuela Amor de Dios Cristina Pérez Hidalgo
Lenguaje y Literatura/ Lenguaje y comunicación Miriam Valenzuela Cortés
8. ¿Comprarías los libros del árabe? Considera lo que aprendiste durante la unidad
para responder.
10. ¿Cómo cambia la vida de la protagonista después de obtener los libros? Señala
las principales consecuencias.