Modulo 4
Modulo 4
Profesor: Alumno:
Victor Vargas
Gabriel Guevara
12/05/2023
1.1. Nociones de Sistemas de Informacion Geográfica.
Lo primero que debemos considerar, es que en las ultimas 5 décadas, los Sistemas de
Informacion Geográfica han evolucionado desde un concepto de ciencia. La magnífica
evolución de los sistemas SIG, paso de ser una simple herramienta rudimentaria a
convertirse en una poderosa plataforma para comprender y planificar la superficie del
mundo donde vivimos. Los comienzos del SIG, fue en los años 60, la misma época
donde emergían las computadoras y los primeros conceptos de geografía cuantitativa y
computacional. Los primeros trabajos del SIG incluyeron importantes investigaciones
de la comunidad académica, más tarde el centro Nacional para Informacion Geográfica
y Análisis, dirigido por Michael Goodchid, formalizaron la investigación en temáticas
de ciencias de información geográficas como es el análisis espacial. Esto sentó las bases
del SIG.
Para dar una definición correcta y precisa de que es un SIG, básicamente un Sistema
de Informacion Geográfica permite realizar las siguientes operaciones:
Datos: Los datos son la materia prima necesaria para el trabajo en un Sistema de
Informacion Geográfica, y los que contienen la información geográfica vital
para la propia existencia de los SIG.
Métodos: Son un conjunto de formulaciones y metodologías a aplicar sobre los
datos.
Software: Es necesario una aplicación informática que pueda trabajar con los
datos e implemente los métodos anteriores.
Hardware: El equipo necesario para ejecutar el software.
Personas: Las operaciones son las encargadas de diseñar y utilizar el software
siendo este el motor de sistemas SIG.
Lo primero que tenemos que considerar para dar una definición a este punto, es definir
que son los datos dentro de los Sistemas de Informacion Geográfica.
Datos:
Los datos son necesarios para hacer que el resto de componentes de un SIG cobren
sentido y puedan ejercer su papel en el sistema. La información geográfica, la verdadera
razón de ser los SIG, reside en los datos, y es por ello que el conocimiento exhaustivo
de los datos y su naturaleza resulta obligado para una buena comprensión los propios
SIG. Son muchas las facetas de los datos que deben estudiarse, y todas ellas con una
gran importancia. Por un lado, es necesario conocer las características fundamentales
del dato geográfico que utilizamos en un SIG, es decir, su forma y sus propiedades. De
ellas dependen, por ejemplo, los procesos que podremos o no realizar con los datos, y en
general todo cuanto podemos esperar de ellos. Prescindiendo del hecho de que se trata
de un dato geográfico, es relevante conocer cómo los datos se gestionan y almacenan en
un entorno digital, aspectos de corte puramente informático que desarrolla la disciplina
de la gestión de bases de datos. Cuando las ideas fundamentales al respecto se aplican al
caso particular de los datos geográficos, surgen conceptos que resultan básicos para un
buen uso de un SIG, y que además van siendo cada vez más relevantes a medida que los
volúmenes de datos de que se dispone van aumentando. Al igual que aumenta el
volumen de datos, lo hacen los orígenes de estos y las formas en que la información
geográfica puede recogerse. Un aspecto clave para una utilización correcta de un SIG es
saber integrar datos de distinta procedencia, para lo cual es vital entender cómo esta
afecta a las propias características de dichos datos.
Ahora bien sabiendo, que son y para que se usan los datos y todos los factores que
implican la obtención de datos, podemos definir y hablar sobre la base de datos:
Las bases de datos son un elemento fundamental en el entorno informático hoy en día
y tienen aplicación en la práctica totalidad de campos. Concebidas con un propósito
general, son de utilidad para toda disciplina o área de aplicación en la que exista una
necesidad de gestionar datos, tanto más cuanto más voluminosos sean estos. En nuestro
ámbito particular de los SIG, los datos son cada día más voluminosos, debido no solo a
una mayor cantidad de información, sino también a una mayor precisión en esta, la cual
implica un mayor volumen de datos. Además, presentan otra serie de características
(uso múltiple, necesidad de acceso eficiente para análisis, necesidad de indexación,
etc.), haciendo todas ellas que sea recomendable el uso de bases de datos y tecnologías
específicas para su manejo.
Con la base de datos podemos analizar algo de manera sistemática y determinar las
ventajas de una base de datos frente a una gestión no organizada de los datos. Las
ventajas de utilizar un almacenamiento estructurado se aprecian en diversos puntos, ya
que afectan no solo a los datos sino también al propio uso que se hace de estos. Algunas
ventajas que afectan directamente a los datos son las siguientes:
Una vez se toma la decisión de emplear una base de datos, el siguiente paso es el
diseño y creación de esta. El diseño implica la definición de la estructura que va a tener
la base de datos, que se deberá realizar teniendo en cuenta principalmente el tipo de
datos que van a almacenarse y el modelo de base de datos elegido. El diseño debe
adecuarse al uso previsto de la base de datos, de tal modo que acomode los datos de la
mejor forma posible para cumplir los objetivos enunciados anteriormente en este mismo
capítulo. Para ello debe conocerse la naturaleza de los datos que van a almacenarse, así
como la de los algoritmos y procesos que van a emplearse sobre ellos. Posteriormente al
diseño, debe procederse a la implementación de la base de datos, esto es, a la creación
propiamente dicha, incorporando los datos según los esquemas escogidos en la fase de
diseño. Por último, y una vez creada la base de datos, debe procurarse un
mantenimiento para que esté continuamente en condiciones de ser utilizada.
La primera fase en el diseño de una base de datos implica un análisis de los datos que
se van a recoger. Como resultado de ese análisis debe surgir un modelo conceptual que
exprese la estructura de la información, siendo dicha estructura susceptible de ser
empleada como esquema base para la base de datos en cuestión. El modelo conceptual
ha de definir básicamente los tipos de datos a tratar y las relaciones existentes entre
ellos, elementos que serán luego expresados en términos del modelo de base de datos
elegido (relacional, orientado a objetos, etc.) una vez se pase a la fase de diseño físico.
El doctor John Snow, cartografió la incidencia de los casos de cólera en un mapa del
distrito. Considerado por muchos como el ejemplo más temprano del método
geográfico, permitió a Snow localizar con precisión un pozo de agua con la
representación con puntos de localización de las personas afectadas de cólera y con las
creces, identifico los pozos de aguas de los que bebían los enfermos.
Un SIG es una integración organizada de hardware, software y datos geográficos,
diseñado para capturar, almacenar, manipular, analizar y desplegar en todas sus formas,
la información geográficamente referenciada con el fin de solucionar dificultades
complejas relacionadas con los procesos de planificación y gestión. Igualmente, se
definen por los especialistas como un modelo de una parte de la realidad referido a un
sistema de coordenadas terrestres, construido para satisfacer necesidades concretas de
información. En un sentido más estricto, es cualquier sistema de información capaz de
integrar, almacenar, editar, analizar, compartir y mostrar la información
geográficamente referenciada. En un sentido más genérico los SIG son herramientas que
permiten a los usuarios crear consultas interactivas, analizar la información espacial,
editar datos, mapas y presentar los resultados de todas estas operaciones.
El SIG funciona como una base de datos con información geográfica (datos
alfanuméricos), que se encuentra asociada por un identificador común con los objetos
gráficos de un mapa digital. De esta forma señalando un objeto, se conoce sus atributos
e, inversamente, preguntando por un registro de la base de dato, se puede saber su
localización en la cartografía.
Georreferenciados.
Atributos.
Análisis de requisitos:
Esto es vital para crear un modelo conceptual y para el diseño posterior de la base de
datos.
Del mismo modo que podemos acceder a otros tipos de información a través de
Internet o de una red local, también podemos emplear esta para acceder a información
geográfica y trabajar con ella dentro de un SIG. En el contexto actual, no puede
dependerse en un SIG únicamente de datos locales en forma de archivos en el mismo
ordenador en el que se trabaja, sino que es necesario poder operar con datos remotos.
Las redes son la vía para la difusión de todo tipo de información, entre ella la
información geográfica. Los datos espaciales pueden ofrecerse a través de una red de la
misma manera que se ofrecen otro tipo de datos como imágenes o texto en una página
Web. Para que en este proceso se maximicen las posibilidades que esos datos ofrecen,
es necesario disponer de tecnologías adaptadas basadas en las tecnologías
fundamentales de las redes, pero particularizadas al tipo de datos concreto que se
maneja y los posibles usos que pueden darse. Estas tecnologías son variadas y, como
cabe esperar, han evolucionado paralelamente a otras basadas en la Web, añadiendo
progresivamente elementos tales como una mayor interactividad o flexibilidad Web.
Una evolución similar han seguido las aplicaciones de la Web relacionadas con la
información geográfica, habiendo ganado día tras día en riqueza hasta el estado actual
donde pueden llegar a ofrecer casi tantas funcionalidades como un SIG de escritorio.
Los mapas estáticos que constituían los primeros elementos con componente geográfica
en la Web han evolucionado hasta verdaderas aplicaciones que pueden convertir un
navegador Web en una plataforma SIG completa. En su avance, las tecnologías Web
van tomando elementos que ya conocemos de los SIG de escritorio, con objeto de
trasladar toda su potencia al entorno de Internet, y uniéndola así con las capacidades que
la red tiene como espacio común de actividad y conocimiento. Aunque el objetivo final
sea trasladar los SIG de escritorio a la red, las tecnologías necesarias distan bastante de
las tecnologías SIG en sentido clásico, de la misma forma que, aun trabajando con un
tipo de datos similar, un procesador de textos se diferencia mucho de un navegador
Web. Fundamentalmente, estas tecnologías Web han de responder a dos necesidades
principales: servir un elemento a través de la red y tomar este para emplearlo. Es decir,
tomar y recibir el elemento que es objeto de interés.
Cuando consultamos una página Web existen tres elementos fundamentales que entran
en juego: la propia red que hace de nexo entre sus elementos, nuestro ordenador que es
el que realiza la petición de consulta, y la máquina donde se encuentra almacenada esa
página que queremos consultar. Conocemos como servidor al elemento encargado de
servir algún tipo de contenido. En el ámbito SIG, se trata fundamentalmente (aunque no
con carácter exclusivo) de datos geográficos, que constituyen el principal producto que
se distribuye a través de la red dentro de nuestro campo.
Entenderemos en este contexto como tecnologías Web SIG a todos aquellos elementos
que permiten la representación de cartografía como un contenido más de una página
Web. Esto es lo que se engloba bajo la denominación genérica de Web Mapping.
Trasladar las ideas de los SIG de escritorio a la Web no es sencillo, por cuanto el
entorno en el que nos movemos es muy distinto en uno y otro caso. La Web tiene sus
propias limitaciones e inconvenientes, que en muchos casos no existen en el caso de una
aplicación de escritorio, y este hecho presenta dificultades complejas de salvar,
obligando a desarrollar soluciones alternativas.
Una limitación básica es la impuesta por el propio navegador como marco de trabajo.
Las propias ventajas que este aporta son también responsables de ciertas limitaciones,
ya que en el desarrollo de una aplicación SIG Web no se tiene la misma libertad que al
desarrollar una aplicación de escritorio. Este no es un problema exclusivo del Web
Mapping, sino en general de todas las aplicaciones Web, que, pese a los avances que
han tenido lugar en este sentido y la rápido evolución de las tecnologías Web, siguen sin
poder ofrecer exactamente las mismas funcionalidades en lo que a interfaces respecta.
A lo anterior debemos sumar el hecho de que las tecnologías Web en general son
recientes y en cierto modo inmaduras, y aunque se emplea gran cantidad de medios y
esfuerzo en el ámbito Web debido a su vital importancia en la actualidad, una buena
parte de los elementos tecnológicos sobre los que se fundamenta el Web Mapping actual
no están todavía completamente desarrollados y necesitan aún evolucionar.
A lo largo de la historia de los SIG, han ido surgiendo nuevas tecnologías como
consecuencia de los cambios que se han producido en los dispositivos sobre los que las
aplicaciones de manejo de información geográfica pueden ejecutarse. La aparición de
nuevo hardware es seguida de cerca por los desarrolladores de software, que adaptan sus
aplicaciones para aprovechar las nuevas características de esos dispositivos.
Esto, además de impulsar el avance de las aplicaciones SIG al permitirles mayor
potencia de proceso o mayores capacidades, en ocasiones trae consigo la aparición de
ramas completamente nuevas cuando la tecnología de los dispositivos da un salto
cualitativo de grandes proporciones. En el veloz avance que el hardware sufre
constantemente, uno de los cambios más radicales de los últimos tiempos es la cada vez
mayor potencia y disponibilidad de elementos portátiles. Esto ha propiciado la aparición
del denominado SIG móvil, así como una serie de tecnologías y herramientas
relacionadas que van dando forma a un sector muy distinto de lo que el SIG clásico
representa, pero con una innegable vinculación con este.
Hoy en día son muchos los dispositivos que podemos emplear para disponer de una
herramienta móvil con capacidad de proceso. Sin ir más lejos, un ordenador portátil con
una conexión inalámbrica a Internet (empleando telefonía móvil de tercera generación)
nos serviría para replicar en campo el entorno de trabajo de un SIG de escritorio,
poniendo a nuestra disposición todas las capacidades de este. Esta solución, no obstante,
es poco práctica, ya que, si bien es cierto que podemos mover un ordenador portátil con
relativa facilidad, este no es un dispositivo pensado para moverse mientras se encuentra
en funcionamiento, con lo que más bien tendríamos un SIG portátil en lugar de un SIG
móvil. Hay otros tipos de hardware mucho más adecuados para este cometido, como
pueden ser los siguientes:
Unidades GPS.
Teléfonos Móviles.
Tabletas.
Por su parte, los teléfonos móviles son los dispositivos versátiles por excelencia y su
penetración es muy superior a la de cualquier otro. Las unidades GPS más básicas se
limitan a mostrar la localización, disponiendo de funcionalidades reducidas. Las más
completas, no obstante, incorporan capacidades más cercanas a las de una tableta o
smartphone, con posibilidad de ejecutar aplicaciones complejas tales como un SIG
adaptado. El interés de la tecnología GPS está, sin embargo, en considerarla como una
tecnología adicional que enriquece a algunos de los dispositivos anteriores. Así, tanto
teléfonos móviles como las tabletas (o incluso otros dispositivos como cámaras
fotográficas) pueden incorporar receptores GPS y disponen por tanto de información
acerca de su posición. Asimismo, la conexión remota a Internet, que a día de hoy
presenta un avanzado estado de desarrollo, abre la puerta a muchas de las capacidades
más potentes y novedosas del SIG actual.
Ahora bien, sabiendo que estos sistemas tienen la finalidad de prestar un servicio
eficaz para transmitir información, además debemos considerar factores llamados
“condiciones ambientales”, ya que es bien sabido que en el entorno de la minería, en
muchas ocasiones, (para no generalizar), muchas veces se presentan condiciones
atmosféricas que dañarían o afectaría a cualquier sistemas eléctrico o relacionado con
las telecomunicaciones, por esta razón, la infraestructura que se requiere para hacer
posible la comunicación debe considerar los factores antes mencionados.
Es precisamente por este último factor, el que determina la diferencia entre los
sistemas de comunicación convencionales que son utilizados por el común de la
industria y los sistemas que se demandan en la industria minera. Esto también ha sido el
elemento que ha impulsado la generación de tecnologías, equipos y sistemas capaces de
operar eficientemente en condiciones geográficas o climáticas más adversas.