Lectura Semana
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afirmación se sustenta en los 500 años en que se usó el cheque en esas
condiciones.
En resumen: el cheque es el título de crédito que permite solucionar, de
manera simultánea, dos problemas: el depósito de dinero, por razones de
seguridad y control, y poder utilizarlo en cualquier momento. Es, en el
derecho cambiario universal, el título de pago por excelencia.
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Figura 3.13. Montaje del cheque.
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lugar a una acción cambiaria en su contra ni en la del librador, sino que
genera una acción de incumplimiento en contra de sí mismo, pero en
virtud del contrato y no del título. Quien puede ejercitarla es el que
firmó el contrato, es decir, el librador; no el beneficiario.
La obligación cambiaria del pago no se localiza en el banco, sino en el
librador, pero su cumplimiento no se da, como en la letra o en el pagaré,
en el acto físico de entregar dinero, sino en el acto de previo depósito en
cuenta de los fondos suficientes para que el banco pueda cubrir el o los
cheques que se le presenten.
Lo que más puede exigir el beneficiario al banco es que cumpla con el
contrato que suscribió con el librador, pero no puede obligarlo a nada
desde el punto de vista cambiario y, en general, carece de acción en
contra del banco, en virtud del título; sólo podrá repercutir contra aquel
de quien tomó el título.90
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que se llegaría al extremo de encuadrar en una hipótesis legal, no diseñada
para esto, una figura novedosa; el intento sería ineficaz.
Como bien señalan Bauche, De Pina, González Bustamante y otros
doctrinarios importantes, el concepto jurídico de cheque es legalmente
independiente y autónomo, pues está dotado de rasgos propios y, por tanto, es
diferente de cualquier otra relación cambiaria o contractual.
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bancas de desarrollo y las bancas múltiples, están autorizadas para recibir
depósitos a la vista en condiciones de cuentas de cheques.
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obligaciones a que quedan sometidas las partes, el banco y el cuentahabiente,
respecto de la posibilidad de disponer, mediante cheques, del dinero
depositado.
De acuerdo con este autor, para librar un cheque, en la práctica mexicana,
debe existir un contrato entre banco y librador, pero no de cheques, pues no
existe, sino “de depósito bancario de dinero a la vista en cuenta de cheques”;
más concretamente, en nuestra opinión, en cuenta corriente de cheques.
No obstante, el maestro Bauche considera que no debería emplearse la
frase cuenta corriente de cheques sino sólo cuenta de cheques, debido a la
confusión que se puede provocar entre este contrato y el de cuenta corriente
que organiza la LGTOC (arts. 302 y ss.). En la práctica hemos escuchado que
son los comerciantes quienes prefieren utilizar cuenta corriente, para referirse
a la chequera en general. La LGTOC (art. 269) establece el principio de los
fondos revolventes (hacer libremente remesas, disponer total o parcialmente
de la suma depositada) como la forma prevista para liberar mediante cheques
las sumas depositadas.
Sin embargo, tanto Acosta Romero como Bauche Garciadiego citan la
opinión de Cervantes Ahumada, según la cual el contrato (de cheques, de
depósito de dinero a la vista en cuenta corriente o cualquier otro) no es ni
puede ser la esencia del cheque porque una persona puede librarlo incluso sin
haber firmado un contrato, siempre que cumpla con la condición legal (art.
175, 3er. párr., LGTOC) de que se entienda autorizada por el banco a fin de
liberar su dinero, para lo que la presunción idónea es, únicamente, que el
banco le haya proporcionado un esqueleto especial. Pero, además, tan no es
esencial un contrato para la existencia cambiaria del cheque —afirman
Cervantes Ahumada y Rafael de Pina— que al ser un título autónomo
(abstracto, en voz de Cervantes), para su validez es irrelevante que provenga
de, o que tenga sustento en, un contrato, porque es el único documento
necesario para ejercitar el derecho literal que en él se consigna (art. 5o.
LGTOC).
A pesar de la claridad del argumento, cabe precisar que si bien el cheque,
una vez emitido, es un título cambiario perfecto, en términos del art. 5o., para
que esto haya sucedido fue necesario que el banco y el cuentahabiente hayan
entablado una relación, y si bien es cierto, como señalan los tratadistas
citados, que esa relación no debe revestir una forma específica, por las
razones anteriores, no es menos cierto que, aludiendo otra vez a Acosta
Romero, en la práctica bancaria es el contrato de depósito de dinero a la vista
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en cuenta corriente, con cláusula especial sobre liberación de fondos
mediante cheques, que autentia contesttio es la forma que se utiliza en todos
los casos. Luego, se comprende que al mencionar la relación entre el banco y
su cliente, se está señalando, precisamente, a ese contrato, aunque en lo legal
sea suficiente que el banco le haya proporcionado al cliente un esqueleto a fin
de que éste se entienda autorizado para liberar fondos.
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Como cualquier título de crédito, el cheque debe cumplir con la formalidad
de su texto (núm. 2.23); de lo contrario, no surte como tal (art. 14, LGTOC).
Igual que todos los títulos, el cheque tiene requisitos indispensables, cuya
ausencia le quita eficacia; pero también contiene otros que no son
indispensables porque, en caso de omisión, la ley los presume. Sus requisitos
son los siguientes (art. 176, LGTOC):
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pagadero a la vista. Cualquier inserción en contrario se tendrá por no puesta”
(núm. 2.44).
A pesar de esta claridad, la ley no dice nada en cuanto a que el cheque no
contenga una fecha, la que sea. En caso de que aparezca la fecha real, el
cheque surte; en el supuesto de que se antedate (los comerciantes dicen se
posfeche), para el cómputo del término deberá partirse de la fecha inscrita en
el cheque;98 pero si carece de fecha, no surte efectos, circunstancia que en la
práctica es poco probable, pues el tenedor en todo caso puede inscribirla,
aunque entonces deberá probar fehacientemente que esa fecha fue la pactada,
ya que de lo contrario, una vez más, el cheque no surtirá.99
Sin embargo, si un cheque a cargo de un banco extranjero se emite en
México, de conformidad con el art. 13, fracc. IV, del Código Civil, el derecho
aplicable será el nacional, ya que a pesar de que el contrato que celebre un
banco extranjero con un cuentahabiente se rige por la ley del lugar en que se
realice el acto, la emisión del cheque, aun derivada del contrato, pero
realizada en México, deberá sujetarse a las formalidades de la ley
mexicana.100
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un cheque se expide a favor del establecimiento, su propietario está
legitimado para cobrarlo, pues sería contradictorio que quien libró el
cheque le reconozca legitimación al negocio citado para celebrar el acto
que originó el cheque y después pretenda desconocerlo a fin de evadir
las obligaciones que de éste derivan.102
c. Sólo en cuanto a las responsabilidades del banco, en el cheque no se
aplican las reglas que estudiamos en la letra (núm. 3.3) y en el pagaré
(núm. 3.12) en lo que se refiere a su emisión en moneda extranjera. En
efecto, a diferencia de aquellos dos, en el cheque debe hacerse un
depósito previo que está sujeto a las reglas del depósito de dinero que
organiza la LGTOC (arts. 267 y siguientes).
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Este requisito se refiere a la identificación del banco en que el librador ha
depositado su dinero y que, por tanto, es el que tiene la obligación no de
hacer, sino de realizar el pago; por ello, es a éste al que el beneficiario debe
acudir para cobrar.
La posibilidad de que un cheque no contenga el nombre del librado es
impensable, ya que son los bancos, como dijimos, los que imprimen y
proporcionan los talonarios. En ciertos casos, el banco autoriza a los clientes
que deben expedir con frecuencia cientos y a veces miles de cheques, que
sean ellos quienes los impriman. Si en la impresión, que sea hecha por el
banco o por el cliente, hay errores en la designación del banco, éstos quedan
subsanados si no afectan la identificación clara del banco; pero si esto no es
posible o si se designa más de uno, entonces el documento no surtirá como
cheque.106
Es necesario citar una tesis importante sostenida por la Corte acerca del
señalamiento del lugar de pago, en relación con la autonomía del cheque
como título de crédito: si un cheque se libra en calidad de pago de una
obligación contraída en un contrato, en el que se especifica que el librador
tiene un domicilio diferente al del banco donde el cheque debe pagarse, no es
razón para presumir que el pago debe hacerse en el domicilio que señala el
contrato, porque el cheque cumple con indicar el lugar y, por ser un título
autónomo, es independiente del contrato y de las cláusulas que lo pretendan
derogar.107
El requisito enunciado no es indispensable para la eficacia del cheque
porque su omisión está suplida por la ley. A falta de indicación del lugar de
pago se entenderá como tal el señalado junto al nombre del banco librado; en
su defecto, se entenderá pagadero en el domicilio de su principal
establecimiento (art. 177, LGTOC).
Como para brindar un mejor servicio los bancos cuentan con múltiples
sucursales, de la lectura objetiva de esta fracción se deduciría que si no se
estipula el lugar de pago, éste debe efectuarse en la matriz o en la oficina
central de zona, ya que éstos son los establecimientos principales de cada
región; pero la realidad es otra.
En la práctica, el cheque indica la ciudad de la sucursal en la que el
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cuentahabiente tiene su dinero, a fin de que sea en ésta o en cualquiera otra de
la misma ciudad donde se dirija el cobro en ventanilla y se computen dos de
los cuatro plazos de presentación que regula la LGTOC (art. 181, fraccs. I y II);
es decir, esta fracción está diseñada sólo en función de los cobros en
ventanilla, ya que cuando un cheque no se cobra en efectivo sino que se
deposita, el depósito se puede realizar en cualquier ciudad, gracias al servicio
de compensación que estudiaremos más adelante (núm. 3.24), aunque deberá
causar la comisión correspondiente al transporte del dinero de un lugar a otro,
a no ser que, como sucede con la mayoría de los bancos desde algunos años,
les ofrezcan a sus clientes el servicio de pagar sus cheques en cualquier
sucursal del país, pero del mismo banco, sin comisión.
Finalmente, téngase presente que si el beneficiario de un cheque ejercita
en México acción de regreso contra un endosante, el que se haya librado en el
extranjero no es obstáculo para su ejercicio, ni puede considerarse que los
tribunales mexicanos carezcan de competencia, porque si el documento
carece del dato de domicilio para el pago, conforme a lo previsto en los arts.
1104, 1105 y 1106 del Código de Comercio, el acreedor podrá elegir el lugar
del juicio, obviamente en aquel en donde esté el domicilio del deudor.108
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los libradores, éstos no pueden defenderse argumentando que el cheque debía
tener dos firmas y contenía sólo una, pues en todo caso quien suscribió es el
responsable del pago del cheque, de acuerdo con el art. 183 de la LGTOC.110
Finalmente, si el cheque contiene un endoso en blanco, con la firma del
beneficiario, el último tenedor está en su derecho de cobrarlo en la vía
judicial, sin que sea óbice que, después del endoso, exista una anotación en el
sentido de que una institución bancaria recibió el documento para su cobro;
otra en cuanto a que el título se devolvió por fondos insuficientes, y una más,
del mismo banco, en la que se asienta que, por devolución del documento, se
deja sin efecto la prevención de que el documento sólo puede ser cobrado por
la institución bancaria,111 simplemente, porque ese endosatario es el único
que podrá cobrar el cheque.
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(art. 192, LGTOC), pero si el banco paga un cheque visiblemente alterado
en la parte que indica el nombre del beneficiario, el perjudicado a cuyo
nombre se libró, no necesita promover el juicio de robo o extravío (art.
42, LGTOC), puesto que ya hay un nuevo responsable, el banco, al que se
le puede exigir el pago del daño ocasionado por el descuido o la
imprudencia de sus empleados.113
La firma que aparece en el cheque debe ser la que está registrada en el
banco como la del titular de la cuenta, y su texto no debe presentar
alteraciones evidentes (art. 194, LGTOC), pero si el representante de una
sociedad hace un depósito con las facultades registradas, que incluyen la
mancomunidad de firmas, significa que el banco aceptó esta limitación
(impedimento para retirar fondos con una sola firma) y, por tanto, si el
banco efectúa operaciones a cargo de la cuenta sólo con la firma del
representante, no cumplió con lo pactado y queda obligado ante la
sociedad.114
En caso de que se cargue la cuenta de cheques, pero no mediante la
emisión de un cheque, sino cuando un tercero dispone sobre ella, éste
debe aparecer autorizado por el titular en los registros especiales que
para ello lleve el banco (art. 57, LIC).
El pago sólo se efectuará si el cheque se cobra en los plazos legales de
presentación (art. 181, LGTOC). Si se cumplen estos plazos y el
beneficiario no se presenta e intenta cobrarlo, el banco está obligado a
pagar siempre que haya fondos suficientes en la cuenta (art. 186, LGTOC);
pero si no los hay, el beneficiario no podrá ejercer acción contra el
librador ni tendrá derecho a ser indemnizado.115
También debe pagar aunque después de la emisión del cheque
sobrevenga la muerte o la incapacidad del librador; una vez más,
siempre que haya fondos (art. 187, LGTOC). No obstante la claridad de
esta disposición, la Corte sostuvo, en tesis única, que la devolución de
los fondos de la cuenta de una persona fallecida sólo puede hacerse
mediante orden judicial.116
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de reparación por incumplimiento de contrato a la que el perjudicado puede
aspirar; su monto final dependerá de la prueba idónea de responsabilidad civil
desahogada en el juicio ordinario correspondiente.117
Por último, cuando el banco realice el pago en ventanilla (veremos que
esta forma de pago es sólo una de las cuatro que reconoce la práctica
bancaria), debe verificar la legitimidad del beneficiario en los términos de la
teoría general del título de crédito (núm. 2.29); para ello, en ese momento y
en el caso de esta forma de pago, asume las facultades y responsabilidades de
verificación (identificar al beneficiario, una serie de endosos no interrumpida,
etc.) que, en materia cambiaria, le corresponden al principal obligado (art. 39,
LGTOC), no obstante que, reiteramos, el banco no es obligado ni responsable,
sino el pivote de pago en la mecánica triangular del cheque.
En el incumplimiento, o en el cumplimiento deficiente de las obligaciones
distintas de las de pago en que el banco pueda incurrir, responderá frente al
librador de acuerdo con el convenio de depósito de dinero a la vista, en
cuenta corriente de cheques, que necesariamente celebró, y conforme al
derecho bancario general (arts. 103 y ss., LIC).
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después de su fecha, si se cobra en la misma ciudad en que se emitió.
Un mes si se cobra en una ciudad distinta de la que lo emitió, siempre
que ambas estén localizadas en territorio nacional. Extraña que el
legislador haya sido tan específico en la fracción anterior (15 días), y en
ésta y en las siguientes haya permitido la confusión que origina la
existencia de meses de 31, 30 y 28 días que, en la presentación de un
cheque, puede ser en extremo delicada. En la práctica, los bancos no
aplican la regla de un mes, sino la de 30 días calendario.
Tres meses si se cobra en México, pero se emitió en el extranjero.
Tres meses si se cobra en el extranjero, pero se emitió en México,
siempre que las leyes del país del pago no establezcan un plazo
diferente, caso en el que deberá presentarse en ese plazo.
Si no se presenta el cheque para cobrarlo en estos plazos, se suscitan
consecuencias múltiples; la más importante es la caducidad de la acción
cambiaria (art. 191, LGTOC). Sin embargo, existen algunos principios que
el estudiante debe considerar:
Si el librador prueba que durante el plazo en que el cheque debió
haberse presentado, él tenía en su cuenta fondos suficientes para
cubrirlo, el beneficiario perderá ipso jure probandis la acción cambiaria
directa (art. 191, fracc. III, LGTOC).
Una interpretación correcta del art. 191, fracc. III, de la LGTOC permite
concluir que la acción directa contra el librador y contra sus avalistas
caduca por a) la simple falta de presentación, o b) protesto del cheque,
pues para que la caducidad prospere también se debe probar, c) la
existencia de fondos suficientes en el banco durante el término de
presentación del cheque, y d) que dejó de pagarse al beneficiario por
causa ajena al librador.119
Sin embargo, si el cheque fue devuelto por fondos insuficientes, pero se
presentó al cobro después de los 15 días que siguieron a su expedición,
corresponde al librador probar en juicio tanto la existencia de fondos
durante el término de la presentación como que dejó de pagarse por
causas ajenas a él, de manera que si no acredita esos supuestos no
caduca la acción (art. 191, LGTOC).120
Por tanto, la acción cambiaria por falta de pago de un cheque puede
ejercitarse desde el momento en que no se pagó cuando se presentó al
banco; pero el cómputo del término de la prescripción corre sólo desde
que concluyan los plazos a que se refiere el art. 181 de la LGTOC.121
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De conformidad con un reciente precedente federal, la falta de
presentación oportuna del cheque no trae necesariamente como
consecuencia la improcedencia de la vía ejecutiva. A continuación se
transcribe una parte fundamental de dicho precedente:
[…] pues tal circunstancia no le quita el carácter de ejecutivo, sino que, en todo caso, la falta
de ese ejercicio daría lugar a la caducidad o a la prescripción de la acción, en términos de los
artículos 191 y 192 de la Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito, lo cual conduce
a estimar que la presentación oportuna del título de crédito para su pago, no es una causa
para declarar improcedente la vía ejecutiva mercantil, al no estar prevista en ninguno de los
dispositivos que la rigen.122
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personales de los causantes se regulan sólo por las disposiciones de esa
materia; por tanto, al ser medios de pago, si no se cubren de inmediato
se sigue en contra del librador/causante el procedimiento económico
coactivo establecido en el Código Fiscal, lo que descarta, primero, la
posibilidad de que deba ejercitarse la acción cambiaria para exigir la
indemnización de 20%, porque si el Código Fiscal admite los cheques
personales como medio de pago de créditos de ese tipo es porque son
títulos de pago a la vista, o sea, como si fuera dinero en efectivo y,
segundo, es irrelevante determinar si el cheque se presentó o no para su
cobro el mismo día en que se libró.126
a. En ventanilla. Para poder realizar este tipo de cobro, que a pesar de ser
la más antigua ya no es tan frecuente, el tenedor debe cobrar el cheque
en la ciudad que indique su texto (art. 180 de la LGTOC); de lo contrario,
la ventanilla no pagará, a no ser que se trate de un cliente de una cuenta
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o de una sucursal especiales por su monto, antigüedad o conocimiento
directo.
Es decir, un cheque puede cobrarse en una ciudad diferente de la de
su expedición, pero para hacerlo en ventanilla debe ser en la ciudad de
emisión, salvo algunos bancos que también ofrecen a sus clientes esa
posibilidad. Pero en el momento de cobrar el cheque, el empleado de
ventanilla pide al beneficiario que lo endose, lo que no implica un acto
como el que establece el art. lo. de la LGTOC: que produzca obligaciones,
porque no existe en la LGTOC ninguna norma que considere la
presentación y el cobro de un cheque ante un banco como una operación
de crédito.129
b. Por depósito en cuenta. Además de poder cobrarlo en ventanilla, hay
otra forma que, incluso, es la más usual en la mayoría de los medios
empresariales: el depósito en cuenta de cheques o de otro tipo, que el
beneficiario tenga abierta en cualquier banco. La empresa que
diariamente recibe decenas y en ocasiones cientos de cheques, desde
luego, no los cobra en ventanilla; los deposita en su cuenta (de cheques,
de inversión, etc.) para que su banco los cargue al banco contra el que se
libró cada uno.
Para que el cobro pueda realizarse, es necesario que el depositante
endose cada cheque al banco en el que tenga su cuenta, ya que, en virtud
de la legitimación (núm. 2.29) y de la incorporación (núm. 2.25), el
único que puede cobrar el título es el que, además de tenerlo en su
poder, sea su legítimo propietario, lo que el endoso permite actualizar de
manera idónea.
Por su parte, el banco depositario no cobra individualmente cada
cheque, sino que lo realiza por compensación en la cámara
correspondiente (núm. 3.24).
c. Por depósito para abono en cuenta. En el endoso de cheques que
depositen los clientes, la LGTOC estipula un privilegio de excepción en
favor de los bancos (art. 39, segunda parte), que consiste en la
exoneración del requisito del endoso, si el cheque se deposita para
abono en cuenta, cláusula que estudiaremos adelante (núm. 3.25).
Cuando una persona deposita en su cuenta un cheque y no lo endosa,
pero lo deposita para abono mediante una ficha en la que se identifican
los números y las características tanto de la cuenta como del cheque,
entonces el banco puede cobrarlo en compensación, sin necesidad del
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endoso ni de otros medios de legitimación.
Sin embargo, la leyenda al dorso de un cheque de que se entrega al
cobro para abono en cuenta, pero sin firma, no es suficiente para
legitimar al tenedor en juicio, ya que esa constancia no es otra cosa que
un sello que, por sí solo, no puede siquiera surtir el efecto de la
declaración a que alude el art. 39 de la LGTOC, pues se trata de una
mención cuyo contenido a nadie obliga, y de la que nadie es
responsable.130
d. Por depósito de remesa. El cobro de un cheque en una ciudad distinta de
la de su emisión sólo puede hacerse en ventanilla cuando un banco así lo
permita a sus clientes; en los demás casos únicamente podrá realizarse
mediante el depósito en cuenta a que aludimos dos párrafos antes. Esta
denominación (remesa o cheque foráneo) se aplica al cheque emitido en
una ciudad distinta de aquella en la que se deposita.
Como para cobrar en compensación, el banco depositario debe
efectuar más gastos de los que realiza cuando el cheque es de la misma
plaza, primero lo envía a la ciudad original y después aguarda a que el
banco librado conteste si tiene fondos. Generalmente, le cobra al cliente,
por concepto de comisión, un porcentaje que varía según el banco y la
importancia de la cuenta. Al depósito de remesas le son aplicables las
reglas del depósito en cuenta y del depósito para abono en cuenta del
inciso anterior.
Por último, en los actos de cobro existen otras cargas para el tenedor, que son
las siguientes:
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Estas dos prácticas bancarias que, desde luego, desatienden las
disposiciones de la LGTOC y de la LIC, son medidas adicionales de
precaución y se analizan más adelante (núm. 3.29).
Cuando en la cuenta no existan fondos suficientes para pagar la totalidad
de un cheque, y el banco ofrezca pagar hasta donde alcancen los fondos
disponibles, el beneficiario tiene derecho de aceptar o rechazar el pago
parcial (art. 189, LGTOC).
Nosotros no conocemos ningún caso en que el banco haya ofrecido
pagar en forma parcial, pues de acuerdo con el art. 184, 2o. párr., de la
LGTOC: “Cuando, sin justa causa, se niegue el librado a pagar un cheque,
teniendo fondos suficientes del librador, resarcirá a éste los daños y
perjuicios que con ello le ocasione.” La existencia de fondos “no
suficientes” lo exime del pago parcial. No obstante, si se presentara este
caso raro, el beneficiario debe dar al banco un recibo escrito y anotar la
quita en el cheque.
El protesto en el cheque (núm. 2.36), formalidad indispensable para no
perder la acción de regreso por caducidad, está sujeto a reglas especiales
mucho más ligeras que en los otros títulos de crédito (art. 190, LGTOC).
Así, a) en todo caso, su levantamiento es automático y no lo debe
realizar el interesado, sino el banco o la cámara de compensación, según
corresponda; en consecuencia, es gratuito; b) cuando el cheque se
presente en ventanilla y no haya fondos, la anotación que haga el
empleado de ventanilla surtirá efectos de protesto, y c) si se deposita en
cuenta, y en la compensación se rechaza por falta de fondos, la nota que
se realice en la cámara surtirá como protesto; luego d) la única
obligación activa y no pasiva que se impone al beneficiario, y sólo
cuando existan otros endosantes (art. 190, 5o. párr., LGTOC), es
notificarles el protesto de inmediato.
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momento, baste decir que la importancia bursátil de la acción societaria es tal
que la Primera Sección del Registro Nacional de Valores e Intermediarios es
la “Sección Valores”, destinada a registrar las acciones societarias.
En 1998 estaban registradas poco más de 150 sociedades, la tercera parte
de las cuales eran holdings controladoras; éstas, junto con las que no lo son,
engloban a miles de las mejores sociedades anónimas de este país.
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tanto en capital aportado como en dinero captado por ventas, es insuficiente y
entonces enfrenta la necesidad de allegarse más. Las preguntas son cómo y,
principalmente, de quién.
Entre las múltiples opciones que tiene una anónima para allegarse dinero
fresco, existen tres muy eficientes, porque están organizadas con detalle y de
manera plena por la ley y debido a que son muy conocidas en la práctica
mexicana; es decir, son verdaderas herramientas de trabajo. Entre ellas
mencionaremos las siguientes:
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El balance contable
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Ya que las tres formas de financiamiento (aumento de capital, crédito y
emisión de obligaciones) implican una deuda para la sociedad, es decir,
consiste en un dinero que la sociedad debe, cualquiera por la que se opte debe
registrarse en el lado derecho del balance: la primera en el capital, y las dos
siguientes en el pasivo. Con objeto de ilustrar esta circunstancia, y siguiendo
con la data del cuadro 4.1, en el cuadro 4.2 se muestra la ubicación de cada
registro asumiendo, en hipótesis de gabinete, que la sociedad optó por los tres
tipos de financiamiento de manera simultánea.
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optar por cualquiera de estos tres financiamientos; las de tamaño menor y las
menos organizadas en general sólo pueden recurrir al aumento de capital, al
préstamo privado y, de ser posible, al crédito bancario, en ese orden.
Algunas de estas diferencias son las siguientes:
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significaría que los socios originales de manera súbita adquirieran el
carácter de minoritarios en una asamblea y, por estar edificada en un
principio sólido de democracia (voto), vieran reducida su participación
en todos los sentidos.
f. Para obtener un crédito bancario es indispensable absorber costos
adicionales muy altos (apertura de crédito, investigación, etc.); pero,
además, deben proporcionarse garantías tangibles que en muchas
ocasiones no es fácil reunir, y también debe ofrecerse una reciprocidad,
que a veces resulta incompatible con la necesidad de pedir dinero
prestado. En el aumento de capital no deben ofrecerse garantías ni rentas
fijas, y la garantía de la emisión de obligaciones queda afectada por
plazos relativamente cortos.
g. En el caso del préstamo privado o extrabancario, el punto más
importante por ponderar es el rédito que el prestamista cobra y que, por
lo regular, es superior al bancario; además de que también deben
ofrecerse garantías idóneas.
h. En los créditos bancario y privado, tanto el acreedor como la garantía
están perfectamente identificados, porque también suele documentarse la
deuda con la firma de un pagaré simple; por tanto, puede ejercerse una
presión incisiva en caso de renegociación o de impago de la deuda. En la
deuda proveniente de la emisión de obligaciones, los acreedores están
desconcentrados y llevar a cabo acciones judiciales o renegociaciones
puede tomar tiempo.
i. Sin embargo, para las sociedades con garantías suficientes que desean
conseguir cualquier tipo de crédito resulta más fácil colocar una acción o
una obligación en la bolsa, porque su valor es necesariamente más bajo
que el total de la emisión, y su costo individual es accesible para el
público; por el contrario, obtener un crédito hipotecario, refaccionario o
de cualquier otro tipo por una cantidad importante puede dificultarse por
la falta de recursos y dinero que tengan los bancos en el momento de la
necesidad, porque a diferencia de los obligacionistas, el banco sería un
solo prestador.
j. En el caso de acciones u obligaciones, la decisión obedecerá al plazo
que la sociedad quiera permanecer obligada y a su deseo de garantizar la
emisión. En efecto, por una parte, la emisión de obligaciones es
pagadera siempre a un plazo relativamente corto, en tanto que la de
acciones se entiende permanente o cuando menos indefinida y, por otra,
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la emisión de obligaciones, en general, se garantiza con bienes reales y,
como dijimos, el aumento de capital sólo está garantizado con los planes
de expansión diseñados por consejeros con talento.
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