CLACSO - Repensar Conectividad Capítulo México

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Repensar la conectividad para tejer otra comunicación: pueblos indígenas y

tecnologías en México

Carlos F. Baca Feldman, Daniela Parra Hinojosa y Erick Huerta Velázquez

Introducción

La penetración de los servicios de telecomunicaciones ha aumentado cuantitativamente en


las tres últimas décadas. Con ello, las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC)
incursionan en la vida cotidiana de gran parte de las personas que habitamos el Mundo. Sin
embargo, aunque las estadísticas nos muestran un porcentaje cada vez más amplio de
territorios con cobertura de estos servicios, lo cierto es que existen todavía miles de
millones de personas que no pueden acceder integralmente a las posibilidades que brinda el
Internet y las telecomunicaciones para comunicarnos en tiempo real y con geografías
distantes a las nuestras. Las personas con menos ingresos económicos y/o que habitan
comunidades rurales son quienes mayormente representan a la población desconectada. Los
pueblos y comunidades indígenas forman parte de la población mayormente excluida del
acceso a los servicios de telecomunicaciones, convirtiéndose en una más de las distintas
desigualdades estructurales a las que se enfrentan.

En México, las comunidades indígenas también presentan los menores índices de


acceso a Internet y servicios de telecomunicaciones. Esto, lejos de ser un problema, ha
representado una oportunidad para la creación de redes digitales autónomas con contenidos
propios. Desde hace décadas, los pueblos indígenas han comprendido que la tecnología no
es neutra. Ésta contiene una carga de visiones del mundo y relaciones de poder que la
impulsan para fomentar el intercambio y mercantilización capitalista. Sin embargo, más
allá de conformarse con la incursión de tecnologías que no les son propias y que pueden
atraer más problemas que beneficios, las comunidades han desarrollado, con base en sus
propios modos de vida, diversas experiencias de apropiación y uso de las TIC y otras
herramientas de la comunicación.
A lo largo de varios años de acompañamiento a procesos de comunicación y
telecomunicaciones comunitarias e indígenas, así como del desarrollo de proyectos de
investigación aplicada, desde Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C.
(REDES A.C.) y el Centro de Investigación en Tecnologías y Saberes Comunitarios
(CITSAC), hemos detectado que las soluciones que las propias comunidades dan a sus
problemas tecnológicos son las únicas que han demostrado ser efectivas y sostenibles.
Consideramos que toda innovación en tecnologías de la comunicación debe estar anclada
en este principio.

A partir de su “desconexión”, distintas comunidades indígenas y rurales de México


están discutiendo y reflexionando la manera en la que quieren conectarse o no a la gran red
bajo sus propios lineamientos. Analizan de qué forma la conectividad permitiría construir
estrategias para potencializar los procesos de comunicación en sus territorios, el acceso a
información pertinente, así como la producción y difusión de contenidos propios. A esto se
le suman procesos de incidencia política que han ido transformando el panorama de la
conectividad al impulsar políticas públicas incluyentes, así como un sistema legal y
normativo que se acerque cada vez más a generar un entorno habilitante para el ejercicio
pleno de los derechos a la comunicación, información y libertad de expresión.

Este texto reúne una serie de planteamientos que pueden ser clave para repensar la
conectividad en México y América Latina. En primer lugar, analizamos el contexto
nacional de acceso a servicios de telecomunicaciones en zonas no atendidas. En segundo
lugar, revisamos los avances y retos que se han tenido en materia normativa y de diseño de
políticas públicas que aseguren el derecho a la comunicación de los pueblos indígenas.
Nombraremos las condiciones que miramos necesarias para avanzar hacia una política
pública de conectividad que pueda dar cobertura al territorio nacional respetando la
autonomía de las comunidades. Posteriormente, revisaremos brevemente el legado histórico
de uso y apropiación de las TIC como parte de las luchas por la autodeterminación de los
pueblos desde un modo propio de mirar la comunicación y cómo estos han buscado generar
las capacidades técnicas, sociales y económicas para la creación, modificación, adaptación,
mantenimiento y operación de proyectos de radiodifusión y telecomunicaciones.
Experiencias como la telefonía celular comunitaria, las redes inalámbricas, Intranets
comunitarias y desarrollo de Software Libre en distintas comunidades de Oaxaca, Chiapas,
Michoacán, Puebla, Guerrero y Nayarit, entre otros, revelan que las tecnologías pueden ser
herramientas aliadas para la preservación de la vida comunitaria. Mediante la exploración
de pedagogías y metodologías propias, las comunidades y organizaciones han diseñado
programas de formación, estrategias de comunicación y proyectos de uso de las TIC que se
insertan en los valores y principios comunitarios a partir de un proceso participativo y
constantemente reflexivo1.

Dichos procesos dejan en claro que la conectividad no es un fin en sí mismo, y que las
tecnologías no pueden entenderse como neutrales, a través de cuyo acceso y uso se podrán
generar automáticamente mecanismos de bienestar para las comunidades “no conectadas”.
Así, es necesario poner en el centro de la discusión la capacidad de las comunidades para
decidir el para qué de la tecnología y qué contenidos son relevantes y pertinentes a crear y
compartir. De este modo, se puede responder a necesidades reales, fortalecer la diversidad
cultural y lingüística y sumar a los procesos de defensa del territorio y la vida desde el
caminar hacia la autonomía tecnológica.

Panorama de la conectividad en México

En América Latina, una parte importante de la población aún no cuenta con acceso a
Internet y servicios de telecomunicaciones, especialmente en zonas rurales. En el Informe
de Asequibilidad 2017 de la Alliance for Affordable Internet (A4AI)2, se señala que sólo el
49% de las personas que habitan América Latina están conectadas a Internet y existe
únicamente un 35% de penetración de banda ancha móvil. El estudio también analiza los
ingresos promedio por país y el costo de los servicios de telecomunicaciones. Los
resultados muestran que únicamente seis de los 14 países analizados tienen un Internet
asequible, pues el consumo de 1 GB de datos equivale a un 3.7% para una persona con
ingresos medios, porcentaje que se incrementa considerablemente entre la población más

1
Parra, D. & Baca, C. (2020). ¿Y si repensamos las tecnologías para la comunicación? Propuestas
metodológicas para diseñar e implementar proyectos de comunicación comunitaria. México: REDES
A.C./CITSAC/Rhizomatica/Ford Foundation/APC/Asdi. Disponible en: http://bit.ly/32ob6Vd
2
A4AI. (2017). Informe de Asequibilidad de 2017. Alliance for Affordable Internet. Disponible en:
https://a4ai.org/affordability-report/report/2017-resumen-ejecutivo/
pobre para quienes acceder a esta cantidad de datos puede representar el 10 o hasta el 20%
de sus ingresos mensuales.

México también tiene grandes retos en materia de conectividad. De acuerdo con la


Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los
Hogares 2019 del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI), de los 126.63
millones de habitantes, sólo 80.6 millones son personas usuarias de Internet, es decir,
70.1%3 de la población4. Esto quiere decir que alrededor del 30% aún no tiene acceso a esta
red de redes ni a banda ancha. Las disparidades se hacen más notorias si vemos que, en las
ciudades, el 76.6% de la población es usuaria de Internet, mientras que, en las zonas
rurales, es de 47.7%. En estados como Oaxaca, Guerrero o Chiapas, en donde se concentra
la mayor cantidad de población indígena del país, el acceso a Internet es apenas 25%5.

Si se toman en cuenta los hogares con acceso a Internet, vemos que existen 20.1
millones de hogares con conexión a este servicio, es decir 56.4% del total nacional 6. Sin
embargo, a nivel rural, este porcentaje se reduce dramáticamente: solamente 3% de los
hogares cuenta con los servicios fijos triple play, es decir, telefonía alámbrica, acceso a
Internet y televisión restringida 7. El 11% cuenta con dos servicios y 35% solo con un
servicio; el 51% de hogares restantes no tiene servicios fijos de telecomunicaciones8.

El Anuario Estadístico publicado por el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) 9,


menciona que, para diciembre de 2018, el 83% de las personas que residían en zonas
urbanas contaba con servicios móviles. En contraste, sólo 61% de la población que vive en
zonas rurales contaba con este tipo de servicios 10. Respecto a la cobertura agregada del
servicio móvil (con tecnologías 2G, 3G y 4G), las zonas rurales con menos de 10 mil
3
El universo poblacional tomado en cuenta considera personas de 6 años o más.
4
INEGI (2019). “Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los
Hogares 2019”. Instituto Nacional de Geografía y Estadística. Disponible en:
https://www.inegi.org.mx/programas/dutih/2018/
5
Ídem.
6
Ídem. Según datos de la UIT en el documento “Measuring the Information Society Report 2017 - Volume
1”, el porcentaje de hogares es de 47 por ciento. Disponible en:
https://www.itu.int/en/ITU-D/Statistics/Pages/publications/mis2017.aspx
7
IFT (2019). “Anuario Estadístico IFT 2019”. Instituto Federal de Telecomunicaciones. Disponible en:
http://www.ift.org.mx/estadisticas/anuario-estadistico-2019
8
Ídem.
9
Ídem.
10
Ídem. Los datos son referentes a personas de seis años o más.
habitantes son las más afectadas. De las 192,247 localidades que hay en el país, el 24.83%
no cuenta con ningún tipo de cobertura, lo cual suma un total de 47,740 localidades. De
estas, sólo una es mayor a 10 mil habitantes 11, evidenciando la disparidad entre zonas
urbanas y rurales.

La falta de conectividad en zonas rurales y apartadas tiende a identificarse como una


falla de mercado, dado que atender a estas poblaciones resulta poco rentable y muy costoso
para la mayoría de los operadores o agentes de la industria global. La infraestructura que
despliegan las grandes empresas está comúnmente diseñada para aprovechar las economías
de escala de mercados masivos, los cuales existen en las urbes densamente pobladas. Sin
embargo, este modelo no está diseñado para poblaciones pequeñas, remotas y con bajo
nivel de ingreso per cápita. Dado el elevado costo del espectro y despliegue de
infraestructuras de red y el bajo ingreso promedio por usuario, estos territorios representan
mercados muy poco atractivos para las grandes empresas de telecomunicaciones.

Como respuesta, gobiernos y organismos internacionales han delineado entre sus


objetivos la reducción de la llamada “brecha digital”. Las estrategias se han enfocado en
ampliar la cobertura hacia los territorios donde viven las personas que todavía no cuentan
con el acceso a los “beneficios” de la Sociedad de la Información a través de las grandes
empresas de telecomunicaciones o mediante el desarrollo de proyectos estatales. Sin
embargo, esta estrategia, implementada a nivel mundial, no ha sido exitosa. Como muestra
encontramos que la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) en su informe
Measuring digital development (2019) señala que el 93% de la población mundial habita en
zonas con cobertura de servicios de telecomunicaciones, pero únicamente un 53% accede a
estos servicios12.

Por tanto, para incrementar cuantitativa y cualitativamente el acceso a servicios de


telecomunicaciones, las políticas públicas de conectividad deben considerar las barreras
que van más allá de la cobertura13. Por un lado, la falta de asequibilidad de los servicios,
11
Promtel (2019). “Análisis de Cobertura del Servicio Móvil”. Gobierno de México. Disponible en:
https://www.gob.mx/promtel/articulos/analisis-de-cobertura-sel-servicio-movil?idiom=es
12
UIT (2019). Measuring digital development. Unión Internacional de Telecomunicaciones. Disponible en:
https://www.itu.int/en/mediacentre/Pages/2019-PR19.aspx
13
Baca, C., Belli, L., Huerta, E., & Velasco, K. (2018). Redes Comunitarias en América Latina: Desafíos,
Regulaciones y Soluciones. ISOC/FVG Direito Rio/REDES A.C. Disponible en: https://bit.ly/399HtKG
como veíamos, la población con menos ingresos económicos en América Latina puede
llegar a tener que destinar hasta el 20% de sus ingresos mensuales para la obtención de 1
GB de datos (A4AI, 2017). También es necesario prestar atención a las capacidades de uso
y de los dispositivos de acceso, ya que, según la UIT, en el 2019 más de la mitad de las
personas, en 40 de los 84 países analizados en su informe, no tiene los conocimientos
básicos para realizar tareas simples en una computadora. Otro elemento fundamental tiene
que ver con las barreras derivadas de las desigualdades de género, pues en este mismo
informe, la UIT señala que existe la población masculina tiene una ventaja de 10% en el
acceso en comparación con las mujeres. Por último, pero no menos importante, existe
también una disparidad que corresponde a la carencia de pertinencia en los contenidos y
aplicaciones, en gran medida lo que encontramos en la Web responde a información
globalizada y no a los intereses locales de la población.

En este orden de ideas, el pensar el acceso a servicios de telecomunicaciones bajo la


lógica de mercado, lleva a los gobiernos a diseñar políticas públicas que fomentan la
concentración de los servicios en muy pocas grandes empresas, quienes acaparan la
infraestructura, servicios y aplicaciones, incrementando las desigualdades sociales,
políticas, económicas y culturales14.

Al respecto, el Estado mexicano no ha logrado generar un entorno habilitante que


permita que las mismas comunidades, ubicadas en zonas rurales y apartadas, en pleno
ejercicio de su autonomía, puedan desplegar sus proyectos de comunicación y conectividad
rural e indígena. Continúa siendo necesario fomentar el surgimiento de nuevas iniciativas y
proyectos comunitarios de innovación tecnológica, además de regular a los agentes que se
desenvuelven en la economía global y fomentar el florecimiento de operadores locales que
puedan atender a usuarios en las localidades y regiones del país. Asimismo, se requieren
crear mecanismos para el aprovechamiento eficiente del espectro radioeléctrico en las
zonas no atendidas, tanto en la planeación como en la asignación de este, en tanto bien de
uso común.

14
ISOC. (2019). Internet Society Global Internet Report. Consolidation in the Internet Economy. Internet
Society. Disponible en: https://future.internetsociety.org/2019/
La lucha legal por el Derecho a la Comunicación en México

En el año 2013, durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se inició un proceso de reforma a
la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión (LFTR) en el que, comunicadoras y
comunicadores indígenas, exigieron que se incluyera, por primera vez, un régimen especial
para sus concesiones. El Artículo 54 de la LFTR, en su Fracción VII, plasma este
reconocimiento, obligando a la autoridad a asegurar la disponibilidad del espectro para la
operación de los medios indígenas. Dicha inclusión abrió la puerta a un régimen jurídico
que permitía avanzar en el cumplimiento de los Acuerdos de San Andrés sobre Derechos y
Cultura Indígena en materia de comunicación, los cuales fueron incorporados en el Artículo
2° de la Constitución en el año 2000. Estos establecen la obligación de todos los órdenes de
gobierno de generar condiciones para que los pueblos indígenas puedan adquirir,
administrar y operar sus propios medios de comunicación.15

Otro paso histórico se dio en 2015, cuando el Instituto Federal de Telecomunicaciones


(IFT), órgano regulador constituido durante la reforma, determinó en el Programa Anual de
Uso y Aprovechamiento de Bandas de Frecuencia un segmento de 5+5 Mhz en la banda de
850 para uso social. Con ello se otorgó la primera concesión de espectro en banda GSM
para uso social indígena a Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias AC (TIC A.C.)16,
una cooperativa conformada por 16 comunidades operadoras de redes de telefonía celular
en la región de Oaxaca. Por primera vez en México y el mundo, y como resultado de una
lucha histórica de los pueblos por el ejercicio de sus derechos, el espectro para telefonía
celular fue asignado de manera directa a concesionarios comunitarios e indígenas17.

Sin embargo, aunque la nueva ley amplió su objeto y lo relacionó a los derechos
fundamentales en materia de libertad de expresión y comunicación, la estructura
institucional y jurídica heredada, ha mantenido una tendencia construida durante años que
continúa privilegiando a las grandes empresas. Esto ha implicado numerosos retos para la

15
Huerta E. (2015). Bases para el Desarrollo Regulatorio de la Comunicación Indígena en México. REDES
A.C: Ciudad de México. Disponible en https://bit.ly/3b3hXa4
16
Ver más en: https://www.tic-ac.org/
17
Parra, D. (2016). “Primera concesión de telecomunicaciones para uso social indígena en México”.
Observacom. Disponible en: https://www.observacom.org/primera-concesion-de-telecomunicaciones-para-
uso-social-indigena-en-mexico/
ampliación del acceso a los servicios de telecomunicaciones, pero, sobre todo, para la
apropiación y sostenibilidad de los proyectos de comunicación y medios indígenas.

Uno de los primeros retos fue materializar los cambios establecidos en la nueva ley en
los lineamientos para el otorgamiento de concesiones. Debía resolverse cómo entregar una
concesión a una comunidad a la que no se le podría exigir la conformación de una
asociación civil u otra figura jurídica. Gracias al esfuerzo de las y los comunicadores que
participaron en la consulta y trabajos previos de los congresos nacionales de comunicación
indígena, los lineamientos reconocieron la personalidad jurídica de las comunidades
indígenas y su derecho a ser titulares de una concesión con base en sus propias formas de
organización y sistemas normativos18, lo cual sentó un precedente en materia de derechos
indígenas.

Otro de los retos ha sido adaptarse a los cambios tecnológicos. El concesionario social
indígena que actualmente opera en 2G, se ha encontrado con la necesidad de prestar
servicios 4G. Sin embargo, las frecuencias que le habían sido asignadas no alcanzaban para
ello, pues las portadoras requieren 5+5 MHz contiguos y la asignación sólo disponía 4+4.
La mayoría de las frecuencias para LTE están asignadas a usos comerciales, por lo que una
asignación implicaría compartir espectro entre concesionarios de uso comercial y uso
social.

La actual reglamentación para uso compartido con atribución a título secundario (sin
protección para interferencias), fue concebida en función de las necesidades de actores
como la Fórmula Uno o empresas mineras19 y no para la cobertura en zonas rurales. Por lo
tanto, TIC A.C., está solicitando al IFT que designe frecuencias LTE para uso social, de
modo que pueda evolucionar a servicios de este tipo. En preparación para su evolución a
4G y fortalecer la salida de transporte que actualmente a través de enlaces de uso libre con
los que sufre de interferencias, en noviembre de 2020 obtuvo del IFT 10 GHZ para enlaces

18
Lineamientos generales para el otorgamiento de las concesiones a que se refiere el título cuarto de la Ley
Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión publicada en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 24
de julio de 2015.
19
Véase el Acuerdo mediante el cual el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones emite los
lineamientos para el otorgamiento de la Constancia de Autorización, para el uso y aprovechamiento de
bandas de frecuencias del espectro radioeléctrico para uso secundario publicado el 23 de abril de 2018 en el
DOF.
de alta capacidad, que permitirá soportar las necesidades de transmisión que requiere una
red de esta naturaleza20.

Si bien el gobierno en turno se ha propuesto conectar a las y los mexicanos mediante el


programa “Internet para Todos” a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE),
quien cuenta con una concesión social, todavía no se cuenta una propuesta clara en la que
los operadores indígenas puedan ser aliados en este proyecto para un verdadero beneficio
de las poblaciones no atendidas. Existe un riesgo latente en repetir la vieja y fallida fórmula
de conectar a través del pago de servicios a alto costo a empresas que después abandonan a
las comunidades.

Sin duda, la reforma en materia de telecomunicaciones ha facilitado la incorporación


de nuevos actores como los concesionarios sociales y comunitarios. No obstante, falta
mucho para llegar a una plena implementación de modelos distintos a los de los operadores
tradicionales21. Aún persisten trabas y obligaciones legales, administrativas y económicas
que dificultan que distintas comunidades realicen su trámite de concesión, además de que
hay numerosas radios que no buscan dicho reconocimiento del Estado, operando de manera
legítima con el respaldo de sus autoridades y asambleas. Una cobertura plena para todas las
y los mexicanos, requiere de un entorno habilitante en el cual se eliminen las barreras que
impiden a las iniciativas comunitarias crecer y sostenerse.

Repensar las políticas públicas de conectividad

Cada vez se hace más evidente el impulso de los organismos internacionales por generar
políticas públicas que promuevan el acceso a servicios de telecomunicaciones en todo el
planeta. Gobiernos y empresas diseñan grandes proyectos que establecen los mecanismos
de conectividad motivados, en gran medida, por el crecimiento económico que genera el

20
Lucas, N. (2020). “Telecomunicaciones Indígenas Comunitarias gana espectro que será pilar de su red 4G”.
El Economista. Disponible en: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Telecomunicaciones-Indigenas-
Comunitarias-gana-espectro-que-sera-pilar-de-su-red-4G-20201130-0047.html
21
En 7 años, se han otorgado 17 concesiones de uso social indígena. Véase IFT. (2020). “El IFT otorga
concesiones sociales indígenas para dar servicio a comunidades en más de 300 localidades”. Disponible en:
http://www.ift.org.mx/comunicacion-y-medios/comunicados-ift/es/el-ift-otorga-concesiones-sociales-
indigenas-para-dar-servicio-comunidades-en-mas-de-300-localidades
acceso a servicios de telecomunicaciones. El Banco Mundial señala que el PIB de un país
crecerá en un 3.9% en la medida en que existe un aumento del 10% en la penetración de
banda ancha en su territorio22.

Como lo mencionamos, la estrategia que se ha seguido desde el Estado y el mercado,


se enfoca en ampliar la cobertura. Por lo tanto, las políticas públicas de conectividad
priorizan la contratación de servicios o la dotación de recursos económicos a las grandes
empresas para la ampliación de su cobertura y llegar a zonas apartadas. Ello brinda un
paquete de servicios homogéneo dirigido, sobre todo, a personas con ingresos económicos
medios y que viven en contextos urbanos y algunos rurales.

Estas experiencias han carecido de éxito debido a la falta de mantenimiento de los


equipos, precios no asequibles, nula vinculación con las necesidades sentidas de las
comunidades a las que atienden, entre otros factores. Ejemplo de ello son los telecentros
comunitarios que se impulsaron como política pública en la década de los noventas y
principios del siglo XXI en toda América Latina y que, a los pocos años, terminaron
abandonados o subutilizados. Este fracaso se debió en gran medida al carente anclaje de
estos espacios con las comunidades a las que se atendía23.

En el caso de México, como lo señala José Manuel Ramos 24, los Centros Comunitarios
de Aprendizaje (CCA) desarrollados en durante la presidencia de Vicente Fox (2000-2006),
promovieron programas educativos de emprendimiento empresarial dentro de los
telecentros, haciendo una promesa implícita a los usuarios de alcanzar una mejor vida
profesional y económica con el simple hecho de aprender las herramientas informáticas
básicas. La realidad fue que estas promesas no eran pertinentes a las comunidades
indígenas y rurales en las que se encontraban los telecentros. Aunado a lo anterior, la falta
de mantenimiento, una infraestructura costosa y la localización centralizada de los espacios,
llevaron a la falta de participación de la población y el fracaso de esta estrategia.

22
Banco Mundial. (2016). World Development Report 2016: Digital Dividends. Washington, DC: World
Bank. Disponible en: http://pubdocs.worldbank.org/en/391452529895999/WDR16-BP-Exploring-the-
Relationship-between-Broadband-and-Economic-Growth-Minges.pdf
23
Medellín, S. (2006). Uso de Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) para el desarrollo local:
apropiación comunitaria de telecentros. México: CDI. Disponible en: https://bit.ly/2HZhgph
24
Ramos, J. (2010). “Multiculturalismo, pueblos indios y TIC: Cobertura de los telecentros gubernamentales
en las regiones indígenas de México”. En Gamboa, A. & Durán, P. (Eds.). Comunicación, medios y crisis
económica. Puebla: BUAP.
Las distintas políticas de conectividad operadas en nuestro país como e-México,
México Conectado, Fondo de Cobertura Social, Habilidades Digitales, entre otras, han
sido implementadas bajo la premisa de que instalar infraestructura y capacitar a las
personas usuarias son los únicos elementos necesarios para lograr la conectividad,
olvidando que lo central es la sostenibilidad. Desde nuestra perspectiva y con el aprendizaje
de una historia de fracasos, si una comunidad no sostiene y mantiene su propia red,
personal especializado ubicado en una ciudad no lo hará. Una infraestructura que no
funciona, o lo hace eventualmente, es como si no existiera.

Como respuesta a esta situación, las comunidades y grupos organizados han buscado
dar solución a sus necesidades de comunicación por medio de proyectos propios y con
formas organizativas pertinentes a las dimensiones políticas, económicas y culturales de sus
territorios. El resultado es un crisol de experiencias y procesos en los que las personas están
directamente involucradas en todas las fases del proceso de elección y uso de las TIC. Por
ello, en la Caja de Herramientas de Mejores Prácticas y Recomendaciones de Política,
Módulo 3 TIC para Pueblos y Comunidades Indígenas25, se ratifica que las únicas
soluciones que han mostrado ser exitosas en conectividad para zonas apartadas y pueblos
indígenas son aquellas que en la última milla son operadas, mantenidas y administradas por
las propias comunidades.

Tradicionalmente, las políticas públicas se conciben como un conjunto de objetivos,


decisiones y acciones que lleva a cabo un gobierno para atender necesidades, problemáticas
o aspiraciones tanto de la población, como del propio gobierno26. Estas acciones son
ejecutadas a través de programas y proyectos a los que se les asignan recursos para su
puesta en marcha. Desde nuestra perspectiva, una política pública se entiende y ejecuta más
allá del gobierno. Es una estrategia que puede ser implementada por la sociedad
organizada, la industria y todo actor que considere que puede beneficiarse de ésta.

En este sentido, la creación, ejecución y monitoreo de una política pública, es un


proceso en el que han de participar todas las partes interesadas, de modo que exista claridad
25
Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) (2011). Caja de herramientas de mejores prácticas y
recomendaciones de política, Módulo 3 TIC para pueblos y comunidades indígenas. Disponible en:
https://www.itu.int/en/ITU-D/Digital-Inclusion/IndigenousPeoples/Pages/M%C3%B3dulo-3.aspx
26
Véase por ejemplo Fernández y Schejman (2012). Planificación de Políticas, Programas y Proyectos
Sociales. Buenos Aires: CIPPEC / UNICEF.
sobre los objetivos a alcanzar y las acciones tendientes a ello, para que cada participante, en
el ámbito de su trabajo y funciones, diseñe sus programas y proyectos 27. Se trata de un
modelo participativo en el que se busca el aprovechamiento de la infraestructura
desplegada, promoviendo la creación de contenidos y aplicaciones e impulsando el uso de
las TIC en beneficio de la población28.

Una política pública integral se enmarca en los objetivos, sueños y planes de vida de
las comunidades y pueblos indígenas. De acuerdo con la experiencia adquirida en los
últimos años, ello requiere considerar los siguientes elementos: a) el reconocimiento a los
pequeños operadores, su licenciamiento y acceso al espectro; b) acceder a información
sobre la red troncal e infraestructura esencial en cada territorio; c) acceder a recursos
financieros; d) un plan de investigación, formación y creación de capacidades; e) una
estrategia de creación de contenidos y aplicaciones que pueda nutrir el uso de dicha
infraestructura. Cada uno de estos elementos ya está siendo impulsado desde distintas
experiencias y territorios, desafiando la forma en la que tradicionalmente se ha pensado la
conectividad.

Comunicación indígena y autonomía tecnológica

La utilización y apropiación de las tecnologías de la comunicación por parte de los pueblos


indígenas no es un proceso nuevo; estas han acompañado las luchas por la
autodeterminación de las comunidades desde hace varias décadas. Algunas de las más
destacadas están relacionadas tanto con el campo de las radios comunitarias, como del cine
y video indígena. En México, por ejemplo, ha sido muy importante el papel que ha jugado
el Sistema de Radiodifusoras Indigenistas y los, ya casi extintos, Centros de Video
Indígena. Si bien ambos procesos se impulsaron desde el Estado, fueron y son apropiados

27
Las comunidades y las organizaciones cuentan con un gran conocimiento sobre sus problemas y posibles
soluciones, así como una amplia capacidad de acción, que pocas veces es considerado por quienes diseñan
política pública. Véase Cattel (et al). (2015) Participatory Policy Making: A Toolkit for Social Change.
Berkeley, California: TAPP Goldman School of Public Policy / UC Berkeley.
28
Los gobiernos estatales y locales también juegan un papel importante en la implementación de una política
pública de conectividad con estas características. Un ejemplo es el Plan Hiperconvergente de Conectividad
del gobierno del estado de Chihuahua que, con el acompañamiento de REDES A.C., lleva consigo el diseño
participativo de una política pública. Ver más en: https://politica-digital.gob.mx/redes_ac/
por comunicadoras y comunicadores indígenas como espacios de formación y capacitación
para poder desarrollar sus propias experiencias de comunicación29.

Sin duda, uno de los referentes más importantes han sido las comunidades zapatistas de
Chiapas que, desde 1994, han desarrollado un sistema de comunicación que incluye
procesos de creación de contenidos propios en video, radios comunitarias, producción
literaria, artes gráficas y escénicas, encuentros artísticos, el uso de los pasamontañas como
una estrategia de comunicación, la creación de sitios web propios, etc. Pero también han
utilizado estratégicamente los vínculos con determinados medios de comunicación masiva
para denunciar y difundir sus posturas30. La comunicación en el movimiento zapatista ha
sido herramienta intrínseca en sus luchas y ha resonado de tal manera que muchas otras
comunidades comenzaron a ver estas estrategias de comunicación como elementos
articuladores para la búsqueda de sus propios planes de vida. Como lo señala John
Holloway:

El teatro, la poesía y el humor [nosotros diríamos que en general las experiencias de comunicación
indígena] han sido un elemento clave en el impacto de los zapatistas y otros movimientos: no como
instrumentos del movimiento, sino como elemento central del movimiento mismo (cursivas
añadidas)31.

Sin embargo, la expansión de experiencias de comunicación mediadas por las


tecnologías por parte de los Pueblos Indígenas en el país no sólo responde a este
movimiento. Las radios comunitarias han sido y son el medio que más ha crecido
cuantitativa y cualitativamente en toda América Latina. Aunque no podemos tener un
número concreto de emisoras indígenas en México, debido a que muchas de ellas nacen y
se mantienen alejadas de los límites de las concesiones estatales, sí es evidente su
crecimiento sobre todo en algunos estados del país como Oaxaca, Chiapas, Michoacán,
Guerrero, Yucatán o el Estado de México32.

29
Castells, A. (2016). “Cuestionando al ‘maya permitido’: medios, dominación e imaginarios nacionales en la
península de Yucatán” y Ramos, J. (2016). “Radio, cultura e identidad: 10 tesis sobre la radio indigenista
mexicana”. En Magallanes, C. & Ramos, J. (Eds.), Miradas propias: pueblos indígenas, comunicación y
medios en la sociedad global. Puebla: Universidad Iberoamericana Puebla y CIESPAL.
30
Magallanes-Blanco, C. (2008). The use of video for political consciousness-raising in Mexico. Nueva York:
The Edwin Mellen Press.
31
Holloway, J. (2011). Agrietar el capitalismo. Buenos Aires: Herramienta. p. 113.
32
Cultural Survival. (2018). Situación de la radiodifusión indígena en México. Disponible en:
https://bit.ly/3moXLW1
Esta tecnología ha sido probablemente la más utilizada por las comunidades debido a
sus características, como el hecho de que sea oral, la facilidad de su recepción mediante el
oído, la asequibilidad de los equipos de producción y de recepción, además de las distintas
formas de resonancia a través de las cuales las radios existentes motivan a otras
comunidades a generar las suyas.

Aunque la radio ha sido la tecnología más utilizada, lo cierto es que las comunidades se
han apropiado de muchas otras tecnologías para hacer resonar sus luchas. La creación de
producciones audiovisuales es una estrategia de comunicación de gran anclaje entre los
pueblos indígenas, con una gama muy amplia que puede incluir desde la generación de
videocartas con la niñez de las comunidades hasta documentales o largometrajes de ficción.
De la misma manera, la proyección de video y cine en las comunidades, ya sea a través de
festivales o cineclubes, ha cobrado mucha fuerza. Ello sin olvidar la utilización de muchas
tecnologías que no están vinculadas a la electrónica y que están ligadas a la creación
artística como los murales, el teatro, la danza, la pintura o la literatura.

Un ejemplo que puede explicar la manera en que las tecnologías son apropiadas por las
comunidades en contextos históricos y territorios particulares, es Guelatao de Juárez,
Oaxaca. El 21 de marzo de 1990, tras la petición encabezada por el antropólogo zapoteco
Jaime Martínez Luna y otras personas involucradas en la defensa de los bosques en la
región, salió al aire la emisora La Voz de la Sierra Juárez del entonces Instituto Nacional
Indigenista (INI), ahora Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI). A pesar de la
popularidad con la que nació y que sigue gozando en amplias zonas de esta región, a los
pocos años de su creación, un grupo de colaboradores decidió crear sus propios medios.

Consideraban que era necesario dar un paso hacia una mayor autonomía y dejar de
depender de un proceso lleno de contradicciones en la dimensión estatal. De esta manera, se
creó la televisora comunitaria Nuestra Visión. Pocos años después, debido a que la elección
de crear una televisora no se ajustó a las capacidades que tenía la comunidad para su
operación continua, nació la radio Estéreo Comunal, que se sumaba al movimiento musical
encabezado por la Trova Serrana.

Con el paso de los años, Luna Marán, hija de Jaime, y como parte de una nueva
generación de realizadoras y gestores indígenas, creó el proyecto de formación y
producción Campamento Audiovisual Itinerante (CAI)33 y, más adelante, la primera sala de
cine en una comunidad indígena, CineToo34. Estos proyectos se enmarcan en una estrategia
de difusión turística y cultural denominada Agenda Guelatao. Sumado a esto, la comunidad
ha dado solución a sus problemas de conectividad a Internet. Decidió contratar un servicio
a una compañía de telecomunicaciones y llevar Internet a la comunidad desde la capital del
estado mediante una red de transporte para, posteriormente, administrarla con base en sus
propias formas organizativas.

Casos como este nos muestran que la penetración cada vez más álgida de las TIC en las
comunidades ha generado una variedad de procesos de apropiación tecnológica por parte de
las comunidades. Algunas han decidido usar plataformas existentes como Facebook o
YouTube para transmitir los mensajes que consideran pertinentes divulgar. En otros casos,
se ha visto la vinculación de los principios éticos de las comunidades de Software Libre
(SL) con las formas de compartir conocimiento en las comunidades indígenas, expresado
en la traducción de contenidos y programas informáticos a lenguas propias como el caso de
la traducción de Firefox al zapoteco35, la utilización de herramientas como la suite para
radios comunitarias GNU-EtherTICs o experiencias de capacitación técnica como la
Escuela del Pingüino Xhdiza en Santa María Yaviche, Oaxaca, que busca transmitir a la
infancia de las comunidades los principios del SL y fortalecer sus capacidades.

Otras comunidades y organizaciones han decidido generar sus propias estrategias de


conectividad y servicios de telecomunicaciones. Un ejemplo relevante es la red de telefonía
celular comunitaria desarrollada en Oaxaca mencionada anteriormente. En 2013, gracias a
un vínculo entre Rhizomatica, Redes por la Diversidad, Equidad y Sustentabilidad A.C.
(REDES A.C.) y las personas encargadas de la radio comunitaria en Talea de Castro, se
puso en funcionamiento un modelo de telefonía móvil operado, gestionado y administrado
por la propia comunidad. La diferencia de este servicio radica en que esta decide quiénes
serán responsables de administrar la red, cómo va a operar e inclusive qué costo va a
tener36. En la mayoría de las comunidades que forman parte de la red, el pago mensual por
llamadas y mensajes de texto entre personas usuarias es de 42 pesos mexicanos (menos de
33
https://campamentoaudiovisual.org/
34
https://cinetoo.org/
35
Cruz, M. (2010). “Traducen Firefox al zapoteco, un ejemplo de comunalizar la tecnología”. Rebelión.
Disponible en: https://rebelion.org/traducen-firefox-al-zapoteco-un-ejemplo-de-comunalizar-la-tecnologia/
dos dólares), de los cuales 25 se quedan en la comunidad. Los costos de llamadas de larga
distancia a Estados Unidos o teléfonos fijos y móviles en México tienen también un precio
muy bajo en comparación con los de las grandes compañías, ya que se hacen mediante un
servicio de VoIP37. Hoy, mediante la figura legal de Telecomunicaciones Indígenas
Comunitarias A.C. (TIC A.C.), se congregan 18 comunidades en Oaxaca que atienden a
más de 4,000 usuarios en 80 localidades, y está creciendo en otros estados del país.

Otro movimiento que está tomando fuerza en la región y México es el de las redes
comunitarias. En el contexto de la pandemia del Covid-19, las redes inalámbricas que se
gestionan desde las comunidades y organizaciones son un ejemplo de lo vital que resulta
generar procesos colectivos de formación, organización y creación para responder de
manera eficaz a situaciones de crisis como la que enfrentamos actualmente. Además de
brindar Internet, las redes comunitarias permiten desarrollar una red local para difundir e
intercambiar el contenido producido y administrado por las comunidades en repositorios
conocidos como Intranets comunitarias38.

Podemos nombrar experiencias en México como la del Colectivo Ik´ta K´op (“palabra
del viento” o “el hablar que se lleva el viento”), integrado por un grupo de jóvenes de la
comunidad tzeltal de Abasolo, Chiapas que, en 2017 comenzaron el despliegue de una red
que hoy da acceso a internet y a una intranet comunitaria que cubre el territorio. La intranet
Yaj´noptik, es un portal creado con software libre en donde se almacena contenido como
Wikipedia, Encarta, distintos tutoriales, material didáctico, videos, documentales y libros
para descargar desde su smartphone o computadora. En el territorio autónomo de Cherán
K’eri, Michoacán, se está construyendo una intranet con un colectivo de mujeres jóvenes
llamado Xamoneta que fungirá como herramienta de resguardo para la memoria y saberes
comunitarios, creación y difusión de información verídica y una alternativa de
entretenimiento que suma al proceso organizativo y de defensa del territorio. En Puebla, la

36
Magallanes, C., Rodríguez, L. (2016). “Give me a mobile and I will raise a community”. En L. Robinso, J.
Schulz, & H. Dunn (Eds.). Communication and Information Technologies Annual. Bigley: Emerald Group
Publishing Limited / Huerta, E. y Bloom, P. (2016). Manual de telefonía celular comunitaria. Conectando al
siguiente billón. México: REDES A.C. y Rhizomatica. Disponible: https://bit.ly/2ZHhkzU
37
Véase más en: DW. (2019). “Telefonía indígena. En defensa del derecho a la comunicación”. DW Español.
Disponible en: https://youtu.be/OoC8q-FZwgo
38
El panorama de redes comunitarias en el mundo puede consultarse en: APC (2018). Global Information
Society Watch 2018. Asociación para el Progreso de las Comunicaciones. Disponible en: https://bit.ly/2reyzql
Intranet Comunitaria Nechikol de San Antonio Rayón, forma parte de un proceso de
construcción de autonomía tecnológica y comunicación propia de la Unión de Cooperativas
Tosepan Titataniske.39

Finalmente, destacan experiencias que han buscado generar autonomía mediante el


fortalecimiento de capacidades técnicas, sociales y económicas para la creación,
mantenimiento y operación de proyectos de radiodifusión y telecomunicaciones. Una de
ellas es el Diplomado Comunitario de Promotores en Telecomunicaciones y Radiodifusión
Techio Comunitario. Este proyecto surgió en el 2012 bajo una metodología de
Investigación-Acción Participativa (IAP) en donde se involucraron diversas organizaciones
mexicanas vinculadas con procesos de comunicación indígena. Después de un análisis y
reflexión de formadores y formadoras en estas temáticas, se vio la necesidad de hacer llegar
a las personas que trabajan en medios comunitarios e indígenas los conocimientos
necesarios para la operación, uso, manejo y manutención de las herramientas tecnológicas
en los ámbitos de radiodifusión, telefonía celular comunitaria y redes inalámbricas de
Internet. Asimismo, se incluye dentro del programa una plataforma virtual de acercamiento
y aprendizaje, y la creación de cuatro laboratorios en regiones clave que cuenten con todos
los instrumentos necesarios para la reparación y mantenimiento de los equipos40.

Estos son sólo algunos ejemplos de las iniciativas que los pueblos indígenas en
México, y otros muchos tipos de comunidades, han generado para tejer colectivamente sus
caminos hacia la autonomía tecnológica. Los proyectos de comunicación y
telecomunicaciones que han desarrollado muestran que las propias comunidades deben y
pueden decidir el modo de acceso que desean tener a la red. Las soluciones que se dan
desde los territorios a los problemas de conectividad, infraestructura y acceso, atienden a
modos de vida, entendimiento de lo común y formas organizativas que tradicionalmente
han permitido la reproducción de la vida en estas comunidades. Se trata de proyectos cuyas
decisiones no se toman en oficinas de una gran ciudad, sino a partir de las personas que van
a utilizar y beneficiarse el servicio, así como de aquellas que toman las riendas de su
creación, operación, administración, etcétera.
39
Véase más en: https://www.redesac.org.mx/intranets
40
Véase Techio Comunitario 2016-2017. Disponible en: https://youtu.be/452KCVIjuys y Programa de
formación para Pueblos Indígenas de América Latina en telecomunicaciones y radiodifusión. Disponible en:
https://youtu.be/iPgLFQQAdhU
El camino que han desarrollado las comunidades para transformar el panorama de la
comunicación indígena e ir tejiendo las formas de autonomía tecnológica es un proceso en
curso y, en el que, como lo hemos señalado, lo principal no son las tecnologías o los medios
que se utilicen, sino los procesos en los que se enmarcan los proyectos de conectividad, en
los que se producen los contenidos propios o se accede a información pertinente. No existe
un modelo único aplicable a toda comunidad, no obstante, la suma de experiencias nos deja
ver que es posible la consolidación de “otra comunicación” que no esté enmarcada en las
lógicas del mercado y el Estado, sino en los principios, valores y formas de vida de las
comunidades.

Conclusiones

En este capítulo hemos presentado algunos de los retos que implica pensar la conectividad
en el contexto actual mexicano. No sólo observamos las condiciones de acceso existentes,
sino que buscamos invitar a un cuestionamiento sobre las maneras en que, desde el Estado
y las grandes empresas, se busca cerrar la llamada “brecha digital”. Es importante señalar
que las cifras que aquí mostramos muchas veces pueden estar lejos de las realidades
particulares de la población, pues las metodologías de obtención de la información en este
tipo de estadísticas suelen ser carentes al analizar los porqués de las barreras de acceso. No
obstante, ofrecen un panorama del reto tan grande que se tiene por delante.

En este 2020, la conectividad se ha convertido en eje central de las discusiones


públicas. La pandemia de la Covid-19 nos ha mostrado la necesidad de articular esfuerzos
para que este derecho se ejerza cada vez con mayor fuerza. Esta crisis nos ha permitido
mirar las posibilidades que se pueden tejer a partir del uso de herramientas de la
comunicación, pero también ha hecho evidente la segregación en materia de
telecomunicaciones que vive gran parte de la población. A pesar de ello, como en toda
crisis, los tiempos actuales nos invitan a repensarnos, a construir nuevos horizontes y a
imaginar posibilidades de transformar esas realidades que nos separan y nos duelen.

En este orden de ideas, mientras se siga pensando en los mismos términos e


implementando las mismas estrategias que no han funcionado, no se solucionarán las
carencias de acceso a la información y comunicación que cada día fortalecen más las
desigualdades sociales, políticas y económicas en los países. En este sentido, en vez de que
los gobiernos se preocupen por la incursión de nuevas tecnologías como el 5G, sería
conveniente que impulsaran la creación de entornos habilitadores para el incremento
cuantitativo y cualitativo del acceso a los servicios básicos de telecomunicaciones para las
poblaciones no atendidas todavía. Para comenzar, se requiere que se transforme la visión de
sólo incrementar la cobertura para atender otras barreras de acceso como la asequibilidad
de los servicios, las capacidades técnicas de la población, la falta de relevancia de
contenidos y aplicaciones, o las barreras derivadas de las desigualdades de género.

El fracaso en los proyectos de conectividad, centrados sobre todo en ampliar la


cobertura y en pensarlos como fallas de mercado, nos invitan a cambiar de perspectiva, a
ver la manera en que las personas, organizaciones o comunidades son capaces de hacer
frente a las necesidades de comunicación y de acceso a servicios de telecomunicaciones.
Las experiencias de comunicación de los pueblos indígenas en México, América Latina y
otras partes del mundo, son ejemplos de esta posibilidad de articulación y gestión de
proyectos de telecomunicaciones pertinentes y adecuados a las necesidades, sueños y
planes de vida de las comunidades en donde se lleven a cabo.

Las TIC incursionan cada vez más en la vida cotidiana de las personas y por ello se
vuelven fundamentales las luchas por el derecho a comunicarnos en los términos y
mediante las tecnologías que elijamos. Ya que las tecnologías no son neutras y traen
consigo los riesgos y contradicciones que implica compartir y obtener información a escala
global, se hace necesario que las personas, organizaciones y comunidades transitemos hacia
la autonomía tecnológica, esa capacidad de decidir sobre todo lo que conlleva el uso y
apropiación de estas herramientas.

Las experiencias que hemos compartido en este capítulo dan cuenta de los procesos
que las comunidades indígenas han decidido implementar, ya desde hace varias décadas,
para gestionar sus propios medios y redes de comunicación. Para ellas y ellos, la gestión
comunitaria de los recursos no es un asunto nuevo y ahora, bajo estos valores, formas
organizativas y modos de trabajar, es que han trastocado las perspectivas sobre lo que es la
conectividad y las maneras de acceder a las posibilidades que nos brindan las tecnologías
para la comunicación. En fin, los pueblos indígenas nos muestran, como lo han hecho en
otras ocasiones, que es posible caminar hacia la autonomía tecnológica, un trayecto con
muchos retos que afrontar y andar en colectivo.

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